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Haydn

Todos los compositores que se han comentado están en la actualidad oscurecidos por Haydn y
Mozart, pero todos tienen algo que ofrecer, que no se encuentra en las obras de sus más
ilustres sucesores. Empezaremos con Haydn, que por su importante contribución al género
recibe el nombre de​ “padre de la sinfonía”.

​ ranz Joseph Haydn (1732-1809)​, nace en Rohrau (Austria) en 1732 en el seno de una
F
humilde familia numerosa. En 1740 entra como niño cantor en la catedral de Viena. Pero el
episodio formativo más importante fueron las clases impartidas por Porpora que le dio las
primeras nociones de composición. Estableció contactos con otros compositores importantes,
como Monn, Wagenseil y Gluck.

Estudió las sinfonías de Emmanuel Bach pero sobre todo las de los sinfonistas vieneses, como
explica en una carta. ​“Nunca tuve verdaderos maestros. Siempre empecé por el lado práctico,
primero cantando y tocando instrumentos, luego componiendo. Escuché más música de la que
estudié, pero puedo decir que fue la mejor posible entre todas las de mi época, y Viena era un
gran centro para desarrollar tal actividad”​. (Carta citada por Karl Geiringer en su biografía).

La influencia ejercida por Emmanuel Bach puede haber afectado a sus orquestaciones. Poca
influencia de la escuela de Mannheim se aprecia en sus obras, pero si se notan rasgos de Monn
y muchos detalles de Wagenseil.

En 1759 es nombrado Kapellmeister del Conde Morzin en el Palacio de Lukawitz junto a Pilsen.
Allí compone su “Sinfonía Nº 1 en re mayor”, con rasgos bohemios y de la escuela de
Mannheim. Es una obra en tres movimientos, sin minueto y empieza con un crescendo típico de
Mannheim, pero con un estilo diferente, semejante al empleado por Wegenseil. La orquesta
empleada es cuerda, dos oboes y dos trompas. En el adagio no interviene el viento. Como era
costumbre en la época, el clave y el fagot doblan la línea del bajo. En el allegro final se puede
observar la plenitud de sonido obtenido empleando tan escasos medios.

La “Sinfonía Nº 2 en do mayor” escrita en 1760 empieza a mostrar el estilo propio de Haydn,


que lo hace diferente de los demás. Usa un sencillo contrapunto a dos voces dando nueva vida
a la sinfonía. Uno de los temas empleados en el primer movimiento tiene un aire precursor del
romanticismo.

El número de las sinfonías de Haydn muchas veces no sigue el orden cronológico. H.C. Robbins
Landon, en su monumental estudio sobre este compositor, intenta establecer las fechas reales
de la composición de sus sinfonías. Así nos encontramos que la ​“Sinfonía Nº27 en sol mayor”
data de 1760, la misma fecha que la Nº 2.

Haremos un pequeño comentario sobre este punto. Es muy difícil hacer una relación de todas
las obras de Haydn. Muchas son dudosas, pues pueden ser atribuidas al compositor. El propio
Haydn hacía sus catálogos, pero no incluía todas sus obras. Muchas obras fueron destruidas
por los incendios en Eisenstadt y Esterháza, otras se encuentran en bibliotecas privadas de
difícil acceso.
El más importante catálogo de las obras de Haydn fue realizado por el holandés Anthony van
Hoboken (1887-1983). Su famoso catálogo se publicó en 1957. La numeración de las sinfonías
de Haydn es la establecida en dicho catálogo.

Desde el año 1957 se han realizado muchas investigaciones, encontrando que en el catálogo de
Hoboken muchas obras estaban mal datadas. El gran biógrafo de Haydn, Harold Robbins
Landon ha realizado grandes avances en el conocimiento de la cronología de las obras de
Haydn. Actualmente podemos decir que los datos del catálogo de Landon son más reales.

De este modo la Sinfonía Nº 4 de Hoboken se convierte en la Nº 10 en Landon, la Nº 6 en la Nº


20, la Nº 7 en la Nº 21, la Nº 37 es la segunda, compuesta en 1760, etc.

La ​“Sinfonía Nº 3 en sol mayor” es en realidad la Nº 18 y también está compuesta como las


anteriores en 1760.

No vamos a describir cada una de las sinfonías de Haydn, pues sería necesario un estudio
especial para dicho compositor. Solo daremos algunos detalles de sus obras más significativas.

En 1761 el conde Morzin tuvo que disolver su orquesta, pero por suerte Haydn fue aceptado
como vice Kapellmeister en el castillo de Eisenstadt, al servicio de los príncipes de Esterházy,
una aristocrática familia de origen húngaro al servicio del Imperio. Tenía que trabajar junto con el
anciano Gregor Werner que ostentaba el cargo de ​Oberkapellmeister​. La verdad es que con la
entrada de Haydn, Werner conservó su cargo como una categoría honorífica, cayendo todo el
trabajo sobre el joven músico. Así se convirtió en un empleado más del conde. Su categoría
estaba dentro de la servidumbre, llegando a ser obligado a vestir la librea de la casa de
Esterházy.

La orquesta de Eisenstadt estaba compuesta por una flauta, dos oboes, dos fagots, dos trompas
y los instrumentos de cuerda, violines, violas, cellos y contrabajo. Para esta orquesta escribió las
sinfonías durante su permanencia con los príncipes.

El propio príncipe Paul Anton le encargó un ciclo de sinfonías que representara las cuatro fases
del día. De aquí nacieron las tres ​“Sinfonías Nº 6” (La mañana), Nº 7 (El mediodía) y Nº 8 (La
tarde​), compuestas en 1761. En realidad serían las Nº 20, 21, 22 en orden cronológico. En ellas
encontramos descripciones pictóricas que anticipan ya a la sexta sinfonía del propio Beethoven.
Escuchemos por ejemplo la salida del sol en el primer movimiento de la sexta o la tempestad, al
final de la octava. Otro detalle a tener en cuenta es el magnífico empleo de los instrumentos
como solistas, con lo cual aprovechaba a los instrumentistas de su orquesta.

En 1762 murió el príncipe Paul Anton, siendo sucedido por su hermano Nicolas, que no solo
mantuvo en servicio a todos los músicos, sino que Haydn vio modificado positivamente su
sueldo.

La ​“Sinfonía Nº 13 en re mayor” está datada por el propio Haydn en 1763. La orquesta de


Esterházy disponía en aquella época de cuatro trompas, que el compositor emplea dando al
primer movimiento un aspecto grandioso. En el adagio emplea el violoncello como solista, con
un motivo intensamente melódico, empleando la orquesta solo como acompañamiento con sus
acordes. El último movimiento tiene un tema de cuatro notas similar al que empleará Mozart en
1788 para su Sinfonía Júpiter.
La ​“Sinfonía Nº 72 en re mayor” fue compuesta a pesar de su número en 1763. En realidad le
correspondería el Nº 30. Como en la anterior sinfonía, Haydn cuenta con cuatro solistas de
trompa, que emplea con virtuosismo en el primer movimiento. El andante está confiado a la
flauta solista. Las trompas reaparecen en el minueto, con un trio interpretado por el viento, y en
el movimiento final, un andante que consta de un tema y seis variaciones.

La ​“Sinfonía Nº 22 en mi bemol mayor” (El Filósofo) contiene detalles originales. En ella en


vez de los dos oboes, usa dos corno ingleses, los cuales producen un efecto poderoso y
extravagante al adagio con el cual se inicia la sinfonía.

Otra sinfonía notable de este primer período que llamaremos de Eisenstadt, es la ​“Sinfonía Nº
31 en re mayor” conocida como ​Hornsignal (Llamada de la trompa) datada en 1765. Su
especial orquestación consta de una flauta solista, dos oboes, cuatro trompas y la cuerda con
violín solista, violoncello solista y contrabajo solista. El primer movimiento empieza con la
conocida llamada de la trompa. El movimiento lento contiene al violín y al violoncello como
instrumentos solistas. En el trio del minueto intervienen brillantemente los dos oboes.

El último movimiento consiste en un tema con siete variaciones y un final presto. El tema es
presentado por la cuerda y en las variaciones va cambiando la instrumentación, oboes y
trompas en la primera, violoncello en la segunda, flauta en la tercera, cuatro trompas intervienen
en la cuarta, siendo la quinta confiada al violín, la sexta por el tutti orquestal y finalmente la
séptima muy original, es interpretada por la cuerda y el contrabajo como solista. Finalmente el
presto concluye la sinfonía con la llamada de la trompa.

En 1766 murió el viejo maestro Werner y Haydn fue promovido a ​Kapellmeister​, empleo que al
menos nominalmente conservaría hasta su muerte.

Hacia el fin del año 1768 empieza la estancia de Haydn en el suntuoso castillo de Esterháza,
construido por Nicolas el Magnífico cerca del lago de Neusiedl, no demasiado separado de
Eisenstadt. El castillo incluía varios teatros y salas de música. Una gran parte de la vida de
Haydn transcurriría en su recinto. Solo los meses de invierno se trasladaban a Viena o durante
cortos periodos a Eisenstadt.

De esta época es la ​“Sinfonía Nº 38 en do mayor”​. La orquesta comprende además de los


instrumentos habituales, dos trompetas y timbales. Es una de las grandes sinfonías de
ceremonia de Haydn. El andante evoca una coral austriaca con violines en eco, recordando la
música barroca de iglesia. Tanto el trio del minuetto como el final contienen virtuosos solos de
oboe, lo que nos indica la llegada a la orquesta de la corte de un gran oboísta, el virtuoso
Vittorino Colombazzo.

La ​“Sinfonía Nº 26 en re menor” (Lamentatione) es un magnífico ejemplo de la época llamada


Sturm und Drang (tormenta y pasión) que vivió Haydn, entre los años 1766 y 1773. Antes de
comentar esta sinfonía daremos una pequeña explicación a este peculiar movimiento literario y
musical.

Un nuevo estilo se estaba forjando durante esta época. Años mas tarde, en 1776, año que
coincide con la Revolución Americana, se publicó por Friedrich Klinger (1752-1831), la obra
“Sturm und Drang”,​ que dio título a esta nueva forma de expresión. La esencia de su filosofía
podía resumirse en la búsqueda de la voz interior. En esta revolución estética aparece el
Werther de Goethe. Podríamos llamarla como una primera crisis romántica. Un modo de
entender la vida más apasionado, con lo cual aumenta la expresividad de la música. Se hace
más introvertida, más personal, expresando los sentimientos internos.

La música intenta expresar estos sentimientos mediante la búsqueda de efectos dramáticos,


usando los modos menores y los silencios. Pero sin dar demasiada importancia a lo relatado,
según propias palabras de Haydn, lo que buscaba en su aislamiento en Esterháza, era que sus
obras fueran originales.

La Sinfonía Nº 26 de Haydn escrita en tres movimientos puede considerarse una obra de


madurez. Escrita en 1768 o 1769, utiliza además de la orquesta habitual, dos oboes y dos
trompas. En ella Haydn introduce melodías gregorianas usadas en la Pasión. Al parecer esta
obra estaba destinada para ser interpretada durante la Semana Santa.

El principio, con violentas síncopas en re menor, crea un clima especialmente dramático, difícil
de olvidar una vez escuchado. En el adagio utiliza una melodía sacra cuya parte melódica está
confiada al oboe y al primer violín. La obra finaliza con un minuetto, en el cual el trio es
conclusivo. No hay un retorno a la primera parte, dejando la obra como sin terminar. Expresa el
drama de la Semana Santa sin llegar al triunfo de la Pascua.

La Emperatriz Maria Teresa es la base de la inspiración de una de las sinfonías de Haydn. Esto
confirma las condiciones extremadamente favorables de protección, en las cuales Haydn trabajó
la mayor parte de su vida.

Maria Teresa fue Emperatriz de Austria desde 1740 hasta su muerte en 1780, pasando el trono
imperial entonces a su hijo José II, regente desde 1765. A partir de 1741 reinó en Hungría y en
1743 en Bohemia. Durante su reinado se inició un proceso de renovación ilustrada del cual se
benefició la música.

El 25 de julio de 1770 el Emperador de Austria José II y su madre, la Emperatriz María Teresa,


visitaron la corte de Esterháza en su palacio junto al lago de Kittsee. Es posible que la “Sinfonía
Nº 48 en do mayor” (Marie-Thérèse) se hubiese ejecutado en esta ocasión. Se trata de una
magnífica obra, una de las más importantes de música para ceremonia de aquel siglo. En su
comienzo las alegres llamadas de las trompas contrastan con la cuerda, con toda la exuberancia
del estilo clásico. El uso de los timbales realza su uso ceremonial.

La ​“Sinfonía Nº 49 en fa menor” (La passione) es una soberbia sinfonía que combina


elementos antiguos con los nuevos. Su forma es tradicional en cuatro movimientos, como la
estructura de la antigua sonata da chiesa, lento, rápido, lento, rápido. Su subtítulo aparece más
tarde, pero como la Nº 26 pudo estar destinada para la Semana Santa. También emplea dos
oboes y dos trompas. Su expresividad llega a una profundidad a la que no había llegado nunca
antes Haydn.

El primer movimiento con sus silencios y sus síncopas, denota la influencia de Carl Philipp
Emanuel Bach, pero con unos elementos formales más integradores. En el allegro di molto se
observan grandes saltos de dos octavas y media, propios del espíritu del Sturm und Drang,
produciendo un efecto terrorífico. El minuetto empieza con el mismo tono sombrío, con un trio
más sereno, terminando con un presto de ritmo trepidante, que constantemente va siendo
lanzado por la marcha cadencial de la línea del bajo.
Con esta sinfonía entramos en un tema de controversia, el del bajo continuo. Se deben
interpretar estas sinfonías como en la época, acompañadas del bajo continuo o debemos
prescindir de él en las versiones actuales. Aquí empieza un tema que tiene adeptos en los dos
bandos.

Heredado de la época barroca, el continuo realizaba la función de apoyo armónico a la obra.


Pero con la entrada de los instrumentos de viento, estos ya estaban realizando su misión. En
realidad doblaban la armonía. En las partituras no está indicado el continuo, pero se le supone,
ya que Haydn dirigía sus obras sentado en el clave o en su última época en el pianoforte, al
menos hasta 1781, año en el cual aparece en Esterháza una factura del constructor de pianos
vieneses Anton Walter.

El continuo estaba compuesto por el clave y el fagot. En las sinfonías de Haydn hay momentos
en que ganan definición con el empleo del continuo, pero en otros, como en la sinfonía que
estamos comentando, gana en intensidad dramática si se excluye el continuo. Una conclusión
podría ser que el empleo del continuo era resultado de la costumbre y no una necesidad
imperiosa.

La ​“Sinfonía Nº 45 en fa sostenido menor” (Los Adioses) está fechada en el año 1772 y nos
recuerda una divertida historia ocurrida en la corte de Esterháza durante este año. El castillo era
la residencia de verano del príncipe y su familia, pero las familias de los músicos residían en
Eisenstadt. Aquel año la corte realizó una estancia más larga que de costumbre, lo que provocó
la inquietud de los músicos. Haydn intervino a favor de su causa, escribiendo una sinfonía que
terminaba con un adagio de despedida, ​Abschieds-Symphonie​. Durante el movimiento los
músicos dejaban de tocar, uno tras otro, abandonando sus puestos, apagando sus candelas,
hasta que quedaron solos Haydn y su primer violín, Tomasini. La corte comprendió la indirecta y
pronto regresó a Eisenstadt.

Es notable como pudo integrar este final a una sinfonía de talante serio, como ya se desprende
del primer movimiento de construcción insólita con una única melodía. Sigue un adagio de
música contemplativa, con una especie de felicidad grave, nada divertida. El minuetto es más
luminoso, con un trío que recuerda al canto gregoriano. Sigue un veloz allegro que arranca con
fuerza tempestuosa para terminar con el adagio que da nombre a la obra.

La “Sinfonía Nº 51 en si bemol mayor” es de una gran originalidad, especialmente en el


tratamiento de las trompas. En el adagio alcanzan el límite de su tesitura. En la melodía inicial,
que nos recuerda a Mozart, la primera trompa sube hasta la cumbre de su registro, mientras la
segunda baja hasta el nivel mas bajo de los graves. El minuetto de una notable gracia, contiene
dos tríos, el primero de sabor popular y el segundo de gran lucimiento para las trompas. Termina
con un alegre rondó.

La ​“Sinfonía Nº 65 en la mayor” parece ser contemporánea de la anterior, escrita hacia 1773.


Por su carácter se ha sugerido que podía provenir de música para teatro. El primer movimiento
expresa energía vital con su ritmo incisivo. El andante, de talante salvaje, interpone llamadas de
las trompas con tonos de caza, con un espíritu al parecer descriptivo, pero su explicación se ha
perdido. Un minuetto rústico y un allegro en que se repite el espíritu de caza con las trompas,
termina esta sinfonía con un carácter de música para el aire libre.

Habían pasado mas de cinco años desde la instalación definitiva de Haydn en Esterháza,
cuando en 1774 compuso la ​“Sinfonía Nº 60 en do mayor” (El Distraído)​. En el teatro del
castillo de Nicolás “El Magnífico” se había representado una obra de Regnard titulada “Le
Distrait”​, a la que Haydn había puesto la música de escena. A partir de esta música Haydn
compuso su sinfonía. Por esto no hay que extrañarse de que la distribución de los movimientos
no sea la habitual. Comprende una obertura, cuatro intermedios y un final. Además de los
instrumentos normales de la época, utiliza dos trompetas y timbales. De esta sinfonía
destacamos el segundo movimiento, un andante que utiliza una antigua melodía francesa y el
minuetto con un trio de sabor popular. Sigue un atormentado presto y el drama continúa con un
adagio, en el cual el primer violín lleva la línea melódica, interrumpido por el viento y que
finalmente conduce al corto prestissimo con que termina esta sinfonía.

El periodo situado entre los años 1775 y 1784 se califica por algunos críticos como el periodo
galante de la música de Haydn. Parece que el príncipe había condicionado al maestro, para que
escribiese un tipo de obras más ligeras, menos ​Sturm und Drang y más parecidas al
divertimento. Entre ellas escogemos la ​“Sinfonía Nº 68 en si bemol mayor” del año 1775.
Empieza con un brillante ​vivace seguido de un ​minuetto de carácter popular. Según el criterio de
Robbins Landon, el crítico de las sinfonías de Haydn, en su estudio publicado en 1955, la
considera insípida y decantada al gusto del público. En definitiva, lo que le pedía el príncipe para
el cual trabajaba Haydn. Hoy diríamos que es una sinfonía de tipo comercial o sea no escrita
para técnicos en música. Es interesante escucharla y dar nuestra opinión como espectadores.
Creo que lo importante de una obra es comprobar si sentimos placer escuchándola. El resto son
especulaciones teóricas. La característica común de esta época era la seducción melódica con
sus variaciones ornamentales. Esto puede comprobarse escuchando su ​adagio cantabile de un
ligero sabor mozartiano. La sinfonía termina con un sencillo ​rondó, con participación de los
oboes contrastando con la orquesta.

La “Sinfonía Nº 63 en do mayor” (La Roxolane) fue compuesta en 1779. Los últimos años del
príncipe Nicolas se caracterizan por su creciente afición a la ópera. En 1778 se produjeron 242
espectáculos musicales en Esterháza, muchos en el campo de la ópera. El trabajo de Haydn era
tan intenso, que no nos extraña que aprovechara la misma música para varios fines. Esto es lo
que ocurre en la sinfonía que comentamos. Su allegro está extraído de la obertura de “Il Mondo
della Luna”, ópera del año 1777. El nombre con el cual se conoce esta sinfonía, proviene de la
música de escena para ​“Los Tres Sultanes” de Favart. Roxolane era el personaje central en la
obra. A estas dos partes Haydn añadió un minuetto y un presto bastante breves y ya tuvo una
nueva sinfonía.

Hacia la década de los 1780, Haydn inicia una relación con España, especialmente con el duque
de Alba. A pesar de estar aislado en la residencia del príncipe, sus partituras eran conocidas en
Viena y en el resto de Europa. Prueba de ello fue el pedido en 1786 por parte de la canonjía de
Cádiz de una obra religiosa. Fueron​ “Las siete palabras de Cristo en la Cruz”.​

Como ya se ha comentado, cada vez más, el príncipe Nicolas estaba fascinado por la ópera,
descuidando las sinfonías, cosa común en aquellos años en centroeuropa. No es de extrañar
que Haydn se buscara otros mercados. Sus sinfonías se interpretaban en París y en Londres
con gran éxito.

La principal compañía de conciertos en París era el ​Concert de la Loge olympique, una sociedad
ligada a la masonería, con la cual Haydn había tenido sus primeros contactos. Esta sociedad le
encargó en 1785 la serie de seis sinfonías que se llamarían las Sinfonías de París.
La orquesta de la ​Loge olympique era la más importante de Europa, con cuarenta violines, diez
contrabajos y una sección de viento muy completa. Vestidos con un brillante uniforme azul cielo
eran todo un espectáculo en aquella época. Para esta orquesta Haydn escribió una música
brillante, cosa que ya no podía hacer en su refugio de Esterháza con una orquesta más limitada.
Son las sinfonías Nº 82 al Nº 86, compuestas entre los años 1785 y 1786.

Entre ellas comentaremos una de las más populares, la ​“Sinfonía Nº 83 en sol menor” (La
Gallina)​. Su nombre proviene del segundo tema del primer movimiento que parece imitar el
canto de la gallina. La madera cada vez tiene mayor importancia y los violoncelos dejan de llevar
la línea del bajo continuo para convertirse también en actores. Tanto el minuetto como el final
están inspirados tanto en la música de danza cortesana como en la popular.

Las cinco sinfonías siguientes también fueron compuestas con la vista puesta en París. Así las
Nº 90, Nº 91 de 1788 y la Nº 92 de 1789, fueron la respuesta a un pedido del conde d’Ogny para
ser interpretadas por la Loge olympique​. Las Nº 88 y Nº 89 del mismo año 1788 también serían
destinadas a París, llevadas para su venta por el violinista de Esterházy, Johann Tost.

Estas sinfonías son destinadas a una orquesta con mayores posibilidades que la de Esterháza,
con ello desaparece la necesidad del bajo continuo. La ​“Sinfonía Nº 88 en sol mayor” usa
trompetas y timbales en el segundo movimiento, ​largo y no en el primero, lo cual no era habitual.
Eso produjo gran sorpresa en el público de París. Aunque Mozart ya lo había realizado en el
movimiento lento de su ​“Sinfonía Linz” de 1783, esta obra no era conocida en París. El ​minuetto
muestra una escena de baile campesino con un bucólico trio. Podemos comparar esta alegre
escena con el sofisticado tercer movimiento de la “Sinfonía Júpiter” d ​ e Mozart escrita en el
mismo año. El finale, un brillante rondó, es uno de los grandes hallazgos de la sinfonía clásica
vienesa.

El 14 de Julio de 1789 un acontecimiento marcaría la historia para siempre, fue la toma de la


Bastilla, inicio de la Revolución Francesa. Este mismo año Haydn escribe la “Sinfonía Nº 92 en
sol mayor” (Oxford)​. Curiosamente se acababa de estrenar en Esterháza la ópera
revolucionaria de Mozart ​“Las bodas de Figaro”.​ La vida ordenada y serena del antiguo régimen
se estaba desintegrando. Esta sinfonía de Haydn era su tributo a esta Europa
prerrevolucionaria. El primer movimiento asocia la tradición contrapuntística a un estilo sinfónico
resplandeciente. En el adagio vuelve a usar las trompetas y timbales. Le sigue un menuetto con
un trio marcado por las sincopas, que crea un ambiente muy serio. El nombre con que se
conoce esta sinfonía, se debe a ser la elegida para el concierto que celebraba la otorgación de
su título de Gradum Doctoris in Musica honoris causa por la Universidad de Oxford, en el mes
de julio de 1791.

El 28 de septiembre de 1790 moría el príncipe Nicolas. Se producen grandes cambios en la


corte de Esterháza. Anton, el nuevo príncipe, no era aficionado a la música y disuelve la
orquesta. Pero Haydn mantendrá su puesto con el mismo salario hasta su muerte. Llega la
liberación de Haydn que se traslada a Viena. Fue su jubilación pagada, lo cual le dio plena
libertad iniciando un periodo de gran productividad creativa, tanto en sus viajes a Londres como
en su retiro final en Viena.

Instalado en Viena le llegaban invitaciones de muchas partes para presentar sus obras, pero
hasta el mes de diciembre de 1790, no llegó la definitiva. Una visita del empresario alemán
Johann Peter Salomon (1745-1815) le convence para que lo acompañe a Londres, donde llega
en el mes de enero de 1791. En aquella época triunfar en Londres era como ahora dar el salto a
los Estados Unidos y Haydn de la mano de Salomon, triunfó plenamente. Fue una lástima que
Mozart muriera antes de que este empresario lo hubiese presentado al público londinense, pues
es de suponer que allí hubiera alcanzado la gloria, que su propio país no supo reconocerle.

La temporada de conciertos Salomon empezaba el 11 de marzo en el ​Hanover Square Rooms​,


el mismo sitio en el cual Johann Christian Bach y su colega Carl Friedrich Abel habían
establecido anteriormente, una serie de conciertos de abono. La orquesta que usaba Salomon
en sus conciertos contaba con una cuarentena de músicos muy competentes, para los cuales
Haydn escribiría sus sinfonías. Su primera temporada terminó en el mes de junio y en julio
Haydn viajó a Oxford para recibir su grado de doctor, además de tomar parte en una serie de
conciertos, como ya se ha dicho. La siguiente temporada de conciertos Salomon empezó en el
mes de febrero de 1792.

La ​“Sinfonía Nº 94 en sol mayor (Sorpresa) fue compuesta en la capital inglesa en el año


1791 y estrenada el 23 de marzo de 1792. Forma parte del grupo de doce sinfonías llamadas
Sinfonías de Londres, del Nº 93 al Nº 104, que fueron las últimas compuestas por Haydn.
Durante la temporada de 1791 estrenó para los conciertos Salomon las Nº 95 y Nº 96. En la
temporada siguiente de 1792, lo fueron las Nº 93, Nº 94 y Nº 98, cerrando la temporada con la
Nº 97.

El nombre con el cual se conoce la Sinfonía Nº 94, Sorpresa, es puramente anecdótico. Se


decía que Haydn introdujo un acorde fortissimo en el andante para despertar a los espectadores
que se hubiesen quedado dormidos en la audición. Esto puede considerarse falso, pues en
aquel entonces las sinfonías de Haydn creaban una gran expectación. La forma de esta sinfonía
es la puramente clásica. Después de un adagio inicial, sigue un allegro en forma sonata. El
movimiento lento, andante, que da nombre a la sinfonía, según el propio Haydn, buscaba algo
que haría chillar a las damas y que fuera original.

En aquella época el rival de Haydn era su propio alumno Ignaz Pleyel, contratado por los
organizadores del ​Professional Concert,​ para rivalizar con los conciertos Salomon. Empieza con
una sencilla melodía que se haría muy popular, la cual se repite en pianissimo hasta casi
desvanecerse, terminando con un acorde fortissimo de toda la orquesta causando un gran
impacto. Sigue una serie de variaciones sobre el mismo tema. El minuetto es una danza Ländler
del estilo alegre que usa Haydn en muchas ocasiones, terminando la sinfonía con un rondó en el
cual van alternando los dos temas que lo componen.

La ​“Sinfonía Nº 97 en do mayor” fue terminada en 1792 con una gran orquestación, dos
flautas, dos oboes, dos fagots, dos trompas, dos trompetas, timbales y la cuerda habitual que
usaba en sus conciertos londinenses. En el primer movimiento, que como era costumbre
empieza con un ​adagio, que conduce a un vigoroso ​allegro donde abundan las fanfarrias, ya
podemos observar su parecido con las obras de la primera época de Beethoven, cosa que no
ocurre al compararlo con las sinfonías de Mozart. El ​adagio ma non troppo está formado por un
tema y tres variaciones, terminando con una coda. Es interesante observar el original empleo de
los violines en la tercera variación. Sigue un ​minuetto dinámicamente contrastado con
intervención de los timbales, terminando la sinfonía con un ​presto assai de una gran pulsación
rítmica. Esta sinfonía fue estrenada el 3 de mayo en un concierto especial de carácter benéfico.
Se repetiría diez veces en las series de abono de los conciertos Salomon.
Al final de la temporada, Haydn cansado regresó a Viena donde se compró una casa. Su mayor
disgusto fue no poder encontrarse con Mozart, que había fallecido durante su estancia en
Londres.

Entre los alumnos que tenía Haydn se encontraba el joven Beethoven, que había llegado a
Viena en 1792. Encontraba que sus obras eran demasiado nuevas para lanzarlas a la
publicación. Pero el 23 de noviembre de 1793, escribía una carta en la que afirmaba que los
entendidos en música consideraban a Beethoven como uno de los grandes compositores
europeos del futuro. A pesar de todo, Beethoven no consideraba satisfactorio tener un maestro
como Haydn y se buscó un segundo, Schenk, un pianista vienés. Cuando se enteró Haydn, las
relaciones entre ambos se enfriaron y nunca más se relacionaron.

No había pasado un año y medio cuando Haydn decidió volver a Londres. El 17 de enero de
1794 empezó su segundo viaje. Salomon había mejorado su orquesta que contaba con sesenta
instrumentistas incluyendo a dos clarinetes, los cuales intervendrían en las nuevas sinfonías de
Haydn. La primera obra estrenada fue la sinfonía Nº 99 escrita en Viena el año anterior.

La ​“Sinfonía Nº 100 en sol mayor” (Militar)​, también había sido compuesta en Viena, pero
pensando en su estreno en Londres, lo cual se efectuó el 31 de marzo de 1794. Se convirtió en
la sinfonía más popular de todo el repertorio. Su nombre deriva del uso de la trompeta y de los
instrumentos de percusión propios de la llamada música turca o sea el empleo del triángulo,
bombo y platillos. Este tipo de música era la utilizada por los jenízaros turcos con fines militares,
cosa que también había empleado Mozart. El uso que hace Beethoven al final de su novena
sinfonía simboliza solamente una función bélica.

Después del ​adagio inicial encontramos el primer tema del ​allegro,​ una especie de miniatura
para instrumentos de juguete. En el segundo movimiento, ​allegretto aparece la música militar
con la percusión en los tutti. Después del ​minuetto característico de Haydn, aparece de nuevo la
percusión en el movimiento final.

En la misma temporada de conciertos se estrenó la ​“Sinfonía Nº 101 en re mayor” (El reloj)​,


llamada así porque en el tiempo lento el acompañamiento imita el tic-tac de un péndulo. Era el
modo comercial como se presentaban las obras en los conciertos, en una época de fuerte
competencia entre las diversas sociedades promotoras. Como vemos la competencia se
producía en los estrenos y no, como ocurre actualmente, en las obras de repertorio. Una de las
causas podría ser la escritura de un tipo de música fácilmente comprensible por el público.

La sinfonía empieza con el ​adagio habitual que conduce a un presto con un tema brioso de ritmo
danzante. En el segundo movimiento, ​andante,​ encontramos el famoso tic-tac realizado por las
cuerdas en pizzicato, acompañadas por el fagot, imitando al antiguo continuo. Los violines
despliegan sobre este fondo una agradable melodía. Mas adelante, al reaparecer el tema
principal, nos encontramos con la sorpresa de que el tic-tac ha pasado a la flauta, tocando en la
zona aguda. El tema principal desarrollado por los violines es adornado por las ornamentaciones
de la flauta. El movimiento termina lentamente con tres acordes en piano, como si se le hubieran
acabado las fuerzas. El ​minuetto es del tipo de una rústica danza aldeana, totalmente alejado
del amanerado minuetto rococó, con un trio en el cual actúa la flauta como solista. La sinfonía
termina con un ​vivace​ en forma de rondó.
En el año siguiente Haydn escribe sus tres últimas sinfonías. Salomon renunció a su temporada
de conciertos y estas sinfonías fueron escritas para ​Opera Concert​s que ofreció su temporada
en el ​King’s Theatre​.

La ​“Sinfonía Nº 102 en si bemol mayor” se muestra mas profunda que las precedentes.
Haydn renuncia a los efectos descriptivos e intensifica el dramatismo, como ya puede
observarse en el largo inicial, que precede a un allegro vivace con dos temas contrastados.
Sigue el adagio en que aparece el violonchelo como solista acompañado por los violines. El
minuetto es del vigoroso estilo de las danzas campesinas y la sinfonía termina con un presto
cuyo tema principal es del estilo de la ópera bufa. Una espléndida coda remata la obra.

La última sinfonía que compuso Haydn es la ​“Sinfonía Nº 104 en re mayor“ (Londres)​.


Compuesta en la misma ciudad, fue estrenada el 4 de mayo de 1795. Se abre con un ​adagio
que posee un solemne motivo, al que sigue un ​allegro,​ los cuales nos demuestran la influencia
que tuvo Haydn sobre Beethoven. Después de un expresivo ​andante​, sigue un ​minuetto cuyo
trio en modo menor tiene un tono tierno. Termina con un ​alegre finale con una melodía de tipo
popular, que tiene un efecto de música de gaita.

Haydn dejó Londres en el mes de agosto de 1795 para no volver nunca más y se estableció en
Viena hasta su muerte en 1808. Aunque no compuso más sinfonías no dejó de trabajar. El
príncipe Anton Esterházy había muerto en 1794 y el nuevo príncipe Nicolas II cultivaba la
música sacra, proponiendo a Haydn ejercer la dirección de la orquesta que había vuelto a
formar. En esta época final nacieron las Misas y los célebres oratorios, ​“La Creación” y ​“Las
Estaciones”​. Vivió sus últimos años en una época de cambio, con la Revolución Francesa y las
guerras napoleónicas, al que no se pudo adaptar.

Como afirmación de su apoyo a la Casa de Austria, en 1797 compuso el himno “Gott erhalte
Franz der Kaiser”​, cuya idea le había sugerido el himno inglés “God save the King” compuesto
por Händel y para enfrentarlo con “La Marseillaise”.​ Cuando el emperador de Austria, Francisco
II, entró en el Burgtheater de Viena, el 12 de febrero de 1797, día de su cumpleaños, todos los
presentes entonaron el ​“Gott erhalte Franz der Kaiser”,​ que se convirtió en el himno nacional
austriaco. En la actualidad, esta música, con distinta letra es el himno alemán. El mismo año
Haydn usa este himno, en su ​“Cuarteto de cuerda Nº 77” (Emperador),​ como el tema y
variaciones de su segundo movimiento.

Por la profundidad de su música y por la gran atención que presto a este género, a Haydn se le
considera como se ha dicho, el padre de la sinfonía.

CONTEXTO HISTÓRICO:

Es la época de la ascensión de la burguesía a amplios sectores del poder político y


económico, esto tendrá consecuencias en el mundo de la cultura y de la música. En la 2ª
mitad del siglo XVIII se dan una serie de acontecimientos históricos importantes y reformas
sociales que dan lugar a violentos movimientos de masas, destacando entre ellos “La
Revolución Francesa” de 1789, hecho que romperá con las monarquías absolutas. El lema
revolucionario de “Libertad, Igualdad y Fraternidad” será llevado a todos los contextos,
también al de la música.
CONTEXTO CULTURAL:

El Clasicismo es la época de la Ilustración, un movimiento intelectual promovido por la


burguesía y la pequeña nobleza, cuya principal manifestación fue La Enciclopedia de
Diderot y D’Alambert que divulgará la cultura en amplias capas de la población. En Francia,
al movimiento de la Ilustración se le denomina Enciclopedismo. Este movimiento
encabezará la Revolución Francesa.

Los artistas, encontrarán en la burguesía un nuevo público que paga por apreciar sus obras
y al que debían satisfacer con creaciones entretenidas y naturales; de esta forma se van
liberar poco a poco de las obligaciones de trabajar supeditados al gusto de los mecenas,
obteniendo así una mayor independencia creativa pero contando con el reto de tener que
depender del público para rentabilizar sus ingresos.

Formas y géneros musicales del Clasicismo

El desarrollo del mercado editorial musical vinculado a la música de cámara, unido éxito del concierto
público como medio de difusión de la música orquestal tuvieron como resultado la formación de una
serie de estilos que los contemporáneos denominaron “galante” o “sentimental” (​Empfindsamer stil)​
pero que sería rebautizado en el siglo XIX como “Clasicismo”. Este estilo reflejaba el ​gusto y la
pujanza de las clases medias urbanas​ -burguesía- frente a los de las clases dominantes,
encarnados por la ópera seria (aristocracia) y la música sacra (Iglesia), respectivamente. y era
portador de nuevos valores:

■ Internacionalismo​. Frente a los estilos barrocos tardíos, fuertemente marcados por su


origen nacional, el estilo clásico se convertirá en una especie de​ ​lingua franca​ musical de
ámbito europeo.
■ Sentimiento​. Frente a la expresividad “objetiva” y basada en artificios retóricos del Barroco,
el estilo clásico canaliza una nueva forma de expresión más intimista y libre, apoyada
básicamente en el gusto y el sentimiento. La posibilidad de crear matices gracias a
instrumentos como el​ f​ ortepiano​ -que sucederá al​ ​clavecín​ como centro del espacio musical
doméstico- sustituirá a la dificultad técnica y la exuberancia en la ornamentación
característicos del Barroco como principal recurso expresivo del Clasicismo.
■ Inteligibilidad​. El estilo clásico reaccionará a las complejidades de la fuga, el contrapunto y
el bajo continuo en favor de un discurso transparente e inteligible, pero a la vez portador de
sentimiento y drama. Los códigos de este nuevo lenguaje se verán reforzados gracias a su
expansión a todos los ámbitos musicales del siglo XVIII, partiendo como sabemos de la
música de cámara y sinfónica y extendiéndose a ámbitos más alejados como el concierto o
incluso la música sacra.

En esta unidad estudiaremos dichos códigos, que cristalizarán en las denominadas​ f​ ormas de sonata
y que constituyen -junto a la​ f​ uga​– uno de los dos grandes paradigmas formales de la tradición
clásica occidental.

Las formas clásica


Por​ ​forma musical​ se entiende la estructura (división y disposición de las partes) de una obra musical
cerrada y autosuficiente. Es decir, no tanto de obras multiseccionales como una​ ​ópera​ o una​ ​sinfonía​,
sino de cada una de sus partes separables, como un​ ​aria​ o un​ ​movimiento​ de sinfonía, concierto o
sonata.

Las formas clásicas derivaron de las barrocas a través de un complejo proceso de ​selección natural
y adaptación a los nuevos gustos​, basados por un lado en la claridad y sencillez, pero que por otro
aspiraban a la ​expresión de sentimientos​ por vías puramente instrumentales. Este proceso tuvo
lugar en dos grandes fases, caracterizadas por la radical simplificación de texturas y armonía (entre
1730 y 1765), y otra en la que las nuevas texturas y formas irán aumentando su complejidad y sus
proporciones.

Las formas clásicas parten de la utilización de ​elementos melódicos y armónicos bastante


simples​ en comparación con el estilo Barroco. Tanto la densidad motívica como la armónica es
menor, y además las frases musicales se benefician de una mayor regularidad y “previsibilidad”.
Donde recae el énfasis del Clasicismo es en la ​estructura​ (o la forma): en cómo disponer un
conjunto de temas musicales de modo que resulte un discurso musical coherente, variado y que
genere interés y tensión.

Las obras multiseccionales del Clasicismo (como sinfonías, serenatas, divertimentos, música de
cámara o sonatas) suelen disponer los movimientos en el siguiente orden:

■ Primer movimiento. Forma de sonata (la vemos más abajo con mayor detalle).
■ Segundo movimiento. Tema y variaciones, o forma de sonata sin desarrollo (o con desarrollo
breve).
■ Tercer movimiento. Minueto o Scherzo. Este movimiento suele excluirse en las sonatas. En
las serenatas y divertimentos puede haber varios minuetos o scherzos.
■ Cuarto movimiento. Rondó, forma de sonata, o rondó-sonata.

La Europa de las modas musicales


Como producto de entretenimiento dirigido al público burgués y aristocrático, la música del clasicismo
se vio afectada por diversas modas, algunas muy recurrentes o persistentes a lo largo de las
​ turm und Drang,​ corriente​ ​preromántica​ que afectó a todas las artes
décadas. Entre ellos destaca el​ S
pero cuya traducción musical y escénica (a través del ballet o del​ ​melólogo​) estuvo centrada en los
países de habla alemana. Este movimiento se desarrolló en varias oleadas y alcanzó su punto álgido
musical alrededor de 1780.

Entre las modas de carácter nacional, dos de las dos más destacadas fueron la española y la turca.
La primera tuvo en el​ ​fandango​ su género más característico e internacional, en el que es uno de los
reflejos más antiguos del arte musical preflamenco. Las modas turcas se produjeron en oleadas
sucesivas ya desde el siglo XVII, alimentadas por la amenaza militar del​ I​ mperio Otomano​ en el
borde oriental del Imperio Austríaco.

Formas musicales del clasicismo

Características del clasicismo


musical y contexto
Se considera que el clasicismo tomó lugar aproximadamente ​entre
los años 1750 y 182​0 teniendo Viena como centro de difusión más
potente, luego París, Berlín y Mannheim.

La música del clasicismo se caracteriza por ser transparente, clara en


cadencias, simétrica y sólida en la tonalidad. En contraste con la
época anterior del estilo barroco, el clasicismo ​buscaba la
naturalidad y rechazaba los excesos.​ Es en esta época que se
establecen los modelos clásicos por excelencia de formas como la
sinfonía y la sonata. Aquí te descubrimos a los principales
compositores del clasicismo musical​.

En cuanto al contexto social podemos decir que en épocas anteriores


la música era un arte considerado un patrimonio culto manejado
principalmente por la aristocracia, pero en esta época, pasa a ser
difundida mayoritariamente​ por el público de la burguesía,
aumentando el alcance de la música al público general y de manera
internacional.

Imagen: Slideshare

Formas musicales del


clasicismo
Vamos a descubrirte ya cuáles son las principales formas musicales
del clasicismo para que conozcas todas las formas que se practicaron
dentro de esta corriente musical.

Concierto

El concierto es una de las formas musicales del clasicismo más


destacadas. Es una​ composición para varios instrumentos​, pero
con la idea de hacer relucir a un solista o solistas específicos. Los
conciertos tienen partes en las que los instrumentos juegan
dinámicamente pero también momentos en donde el instrumento
principal tiene la oportunidad de mostrar su virtuosismo o color
característico. En ocasiones, incuso se dejaba un espacio abierto a
improvisación. Ejemplo: Concierto para Violín No.3 de Mozart.

Sonata

Otra de las formas musicales del clasicismo es la sonata que fue


quizás la forma más difundida durante la época. Era destinada a ser
interpretada​ por un solista o un dúo​ (instrumento melódico y piano)
con una estructura determinada por cuatro movimientos basada en un
tema principal. Esta estructura consta de la presentación, exposición,
desarrollo y recapitulación (a veces coda) de dicho tema. Ejemplo:
Sonata para piano en do menor Hob. XVI/20, L33 de Franz Joseph
Haydn.
Serenata, divertimento

Es una forma musical con el propósito original de ​amenización y


entretenimiento​ en veladas y actos sociales, generalmente
compuesta para ser interpretada al anochecer. Está compuesta para
formaciones instrumentales reducidas, orquestas pequeñas de
cuerdas, vientos, mixto o conjuntos de cámara. La cantidad de
movimientos puede variar, por ejemplo Mozart, compuso serenatas
de hasta 13 movimientos. Ejemplo: Serenata No.13 para cuerdas -
Eine Kleine Nachtmusic de Mozart.

Sinfonía

Compuesta para ​interpretar con orquesta completa​ (​orquesta


sinfónica​), es quizás una de las formas más grandiosas de la música
clásica. Se compone de cuatro movimientos que buscan una curva
dinámica en variedad y desarollo. Sus movimientos pueden varían
levemente entre sinfonías, un ejemplo de esta estructura puede ser:
sonata, movimiento lento o lírico (como el lied), ​scherzo ​o​ minueto​ y
finalmente, ​rondó.​ La sinfonía busca la excelencia en exposición de
melodía, texturas y dinámicas en la combinación de sus instrumentos.
Ejemplo: Sinfonías Sturm und Drang de Franz Joseph Haydn.

Trío, cuarteto y quinteto

Son obras concebidas para ser interpretadas por tres, cuatro o cinco
músicos respectivamente, con diferentes instrumentos y partes.
Algunas formaciones se establecieron por excelencia, como el
cuarteto de cuerdas (violín, viola, violoncello y contrabajo) o el
quinteto de vientos (flauta, oboe, clarinete, trompa y fagot). Ejemplo:
Cuartetos Op. 8 de Luigi Boccherini.

Ópera

La ópera es otra de las formas musicales del clasicismo. Es un


género de forma vocal, teatral​ con acción escénica armonizada,
canto y acompañamiento instrumental. Se basa en un argumento e
historia base que sigue un libreto con amplio sentido dramático.
Ejemplo: Don Giovanni de Mozart.

Música religiosa

Puesto que los otros géneros musicales tomaron más popularidad en


ésta época, l​a música religiosa se encontró en declive.​ Si embargo
sí que existieron composiciones dedicadas a la religión o al menos de
carácter religioso. Un ejemplo de esta forma es el Réquiem, que es
un tipo de misa fúnebre. Quizás el más conocido es el Réquiem de
Mozart, quien compuso esta obra en sus poco tiempo antes de morir,
incluso sin poder finalizarlo. Ejemplo: El Réquiem de Mozart.

Además de disfrutar de la variedad musical que nos puede brindar la


forma en el arte, también nos da la oportunidad de comprender los
propósitos y motivaciones de sus compositores y la relación que
tenían con su contexto original. Después de todo, esta es una manera
más profunda de entendimiento musical.
Los virtuosos
A propósito de los virtuosos intérpretes del Romanticismo hemos visto estos días en
clase algunas figuras de primer orden que fueron amiradas en su época tanto por su
talento como compositores como por su excepcional técnica; en este blog hemos
hablado en otras ocasiones del gran violinistaPaganini (Pactos con el diablo) y de la
pianista Clara Schumann (La gran Clara). Pero uno de los más admirados por sus
"acrobacias pianísticas" fueFranz Liszt.
La imagen que acompaña esta entrada representa ua caricatura del músico en la
que aparece tocando con ocho brazos, tal era el efecto que causaba en su público.
Fue considerado un prodigio desde niño y no dudó en exhibir su talento pianístico
cuando surgiera la ocasión, llegando incluso a desafiar a duelos pianísticos (con
padrinos incluidos) a quien se le ocurriera jactarse de ser mejor que él.
A un virtuoso como él, convencido de serlo, y pianista además, no le sentaría bien
ver el siguiente vídeo: una versión de su Rapsodia húngara número 2, en la que los
intérpretes se las ingenian para distribuirse la partitura a lo largo y ancho del piano,
llegando a utilizar partes del cuerpo que no se suelen usar tocando un instrumento.
Demasiado movimiento para alguien que no sea Liszt

Apuntes: El Romanticismo
Situación
Delimitamos cronológicamente el Romanticismo entre los años 1800 y 1890, aunque
hay corrientes que presentan características románticas antes de estas fechas y en
algunos países se extenderá hasta bien entrado el siglo XX. Entre el Clasicismo y el
Romanticismo no hay una línea divisoria estricta, sino una lenta y poco definida
transición que nos permite hablar de continuidad.

CONTEXTO HISTÓRICO: 

En 1815 se celebra el congreso de Viena, que dibuja las nuevas fronteras 


políticas europeas. La burguesía ha tomado el poder social y sus ideales de 
libertad quedarán patentes en todos los ámbitos de la sociedad. La revolución 
industrial se impone en todos los lugares con sus enormes consecuencias 
económicas, sociales y culturales. 

Nos encontramos con una nueva sociedad, surgida de la Revolución 


Francesa, que exalta la libertad del ser humano por encima de todas las cosas. 
El movimiento nacionalista surge en la última época del Romanticismo y con 
él se refuerza la idea de individualidad. El nacionalismo afectará a todas las 
artes y muy en especial a la música. 

CONTEXTO CULTURAL: 

Los artistas románticos, cansados de la perfección formal del Clasicismo, 


buscan nuevas formas de expresión que les permitan dar rienda suelta a su 
impulso creador. En esta época de anhelo de libertad, los artistas se 
independizan de los mecenas y van a crear obras para un público que en ocasiones 
le adora y, a menudo, tarda en comprenderle. El principio fundamental del 
Romanticismo es la búsqueda de la exaltación de las pasiones en todas sus obras. 

Otro concepto que triunfa en la época es el de "el arte por el arte", sin 
condicionantes y sin tener que respetar todas las normas formales y 
estructurales que se habían impuesto en el periodo anterior. Los artistas van a 
ser genios creadores que son reconocidos como tales por el resto de la gente. 

CONTEXTO MUSICAL: 

El Romanticismo es quizá la época más brillante de la historia de la música, 


ya que por primera vez, este arte adquiere la categoría de lenguaje privilegiado 
por encima del resto de las artes; la música es capaz de transmitir la verdadera 
esencia de las cosas. 

En el campo de la música también se dejan ver los ideales de libertad de la 


Revolución Francesa y por ello los compositores van a hacer obras sin encargo y 
según sus propios gustos, lo que llevará a muchos músicos a la ruina. 

El fundamento básico de la música romántica es "la exaltación de las 


pasiones"; los músicos románticos tratan, con su música, de influir en el ánimo del 
oyente implicándole emocionalmente. Para conseguir este propósito, el vehículo 
más apropiado será el piano, que se convertirá en el instrumento estrella del 
periodo, ya que con él se logra una atmósfera íntima. 

En esta época brillarán numerosos compositores, que seguirán, sobretodo 


en la primera parte del Romanticismo, el modelo de Beethoven, que será el 
compositor que sirva de enlace entre el Clasicismo y este nuevo periodo. 

En el Romanticismo la música va dirigida al corazón. 

Periodos Musicales
En este periodo podemos hablar de tres etapas: 

● ROMANTICISMO TEMPRANO (1800-1830): Beethoven será la figura que 


sirva como puente entre las dos épocas. Surgen las primeras 
manifestaciones que combinan innovación y continuidad con el Clasicismo. 
En esta etapa destaca Schubert, que logrará la expresión plena del lirismo 
romántico en sus piezas para piano y en los lieder. 
● ROMANTICISMO PLENO (1830-1850): El movimiento romántico se 
extiende por toda Europa. París se convierte en un centro importante de 
cultura musical. Es la época del virtuosismo instrumental con autores como 
Listz (piano) o Paganini (violín). Se asientan nuevas formas compositivas 
como la Música Programática (descriptiva). 
● ROMANTICISMO TARDÍO (1850-1890): Los grandes operistas de la 
época, Wagner y Verdi, escriben sus mejores obras. Destacan 
compositores de la talla de Brahms. Aparecen las nuevas corrientes: 
Post-romanticismo y Nacionalismo. 

Características
Durante este periodo podemos destacar las siguientes novedades en el ámbito 
de la música: 

● Independencia del autor, cada vez menos sujeto a las normas de los 
mecenas y más relacionado con los editores de partituras, lo que le 
permite mayor libertad de expresión y composición. 
● Aparición de nuevos géneros, como el lied, los poemas sinfónicos o el 
drama musical (ópera de Wagner) 
● Búsqueda de la expresividad, los sentimientos y los estados de ánimo en el 
oyente. 
● La melodía ocupará un lugar privilegiado dentro de la obra. Dichas 
melodías ya no serán tan regulares como en el Clasicismo y estarán 
cargadas de contratiempos y síncopas, ritardandos y cambios de 
dinámica,...; todo ello con la finalidad de expresar en mayor medida los 
sentimientos. 
● La armonía, al igual que la melodía apoyará la expresividad de la música y 
para ello usará frecuentes cambios de tonalidad y cromatismos. 

Los escenarios románticos


La vida musical europea vivió, en esta época, un periodo de gran intensidad en 
torno a ciudades como París, Viena, Londres,... Existía una producción musical 
muy variada que se valía de escenarios muy distintos: 

● CONCIERTOS PÚBLICOS: Se celebraban en grandes solas propiedad del 


Estado o de empresas privadas. A ellas se accedía pagando una entrada. 
Estos lugares eran el marco ideal para grandes funciones sinfónicas, de 
ópera, de ballet,... 
● SALONES PRIVADOS: En las casas de los aristócratas y de los ricos 
empresarios burgueses se realizaban conciertos privados. Normalmente 
eran salones no demasiado grandes. Su ambiente era selecto y restringido 
a unos pocos privilegiados. La música más demandada en estos escenarios 
era la de cámara. 
● MÚSICA EN FAMILIA: En ocasiones los artistas se reunían con 
familiares o amigos para celebrar fiestas en las que la música era el 
ingrediente principal. Era, para la gran mayoría de los compositores 
románticos, el escenario preferido por su ambiente íntimo y personal. 
Fueron famosas las Schubertiadas, veladas musicales lideradas por Franz 
Schubert. 

El genio Romántico
Muchos de los compositores románticos van a cumplir las siguientes
características:

● Tienen como modelo de creación a Beethoven; sobretodo los músicos de la 


primera época. 
● La música para ellos es un medio de liberación del alma, en un mundo 
materialista y cada vez más consumista. 
● Son "genios" creadores, verdaderos artistas. Los intérpretes simplemente 
llevan a cabo una ejecución mediante un ejercicio mecánico. Sin embargo, 
el compositor es quien crea, quien hace música de la nada. 
● Muchas veces, su talento no es comprendido por la sociedad, por lo que se 
aislan y sufren continuamente enfermedades psicológicas o físicas. 
Muchos acaban arruinados. 
● Escriben obras sin encargo, según lo que les dicte su corazón. Esto les 
llevará en ocasiones a sufrir penurias. 
● Crean música para la eternidad, ya que aún sabiendo que durante su vida la 
gente no va a comprender sus obras no cesan en el intento, pensando que 
el día de mañana (seguramente cuando hayan muerto) alguien se dará 
cuenta de su talento. 
● Normalmente pertenecen a la clase media ilustrada. 

La ópera
Durante el Romanticismo la ópera experimenta una gran evolución que lleva a este
género a su cumbre más alta y lo convierte en el espectáculo preferido de la
burguesía. Se construyen teatros por toda Europa y los cantantes se convierten en
verdaderos divos (dioses) gracias al lucimiento vocal de sus arias.

Italia
En Italia, cuna de la ópera, es donde surgen las principales escuelas que marcarán
el desarrollo del género operístico en el resto de Europa. Podemos destacar dos
corrientes de este género que se van a dar a lo largo del Romanticismo:

* BEL CANTO​: Esta ópera tiene como objetivo la exhibición del cantante 
mediante pasajes melódicos de gran exigencia técnica que se desarrollaban 
en el registro agudo de la voz. Los cantantes, sobretodo en sus arias, 
desarrollaban un gran virtuosismo vocal ligado a una gran expresividad. 

Dentro de la ópera ​belcantista​ podemos destacar algunos compositores 


como ​G. Donizetti​ con "El elixir del amor" y ​V. Bellini​ con "Norma". Estos 
dos compositores fueron los máximos representantes del estilo belcantista. 
Otro personaje destacado fue ​G. Rossini​ con "EL barbero de Sevilla" que fue 
la ópera más representada en todo el siglo XIX y que trata sobre un tema 
típico español. No podemos olvidar a ​G Verdi​, que se convertirá, junto con el 
alemán R. Wagner, en el mejor operista del Romanticismo. Algunas de sus 
obras destacables son "Nabucco", "Rigoletto", "La Traviata", "Aida" o "El 
trovador". 

* VERISMO:​ Surge a finales del siglo XIX muy unido a las corrientes del 
realismo y naturalismo literario. Los argumentos de la ópera se centrarán en 
personajes de la vida cotidiana, reflejando sus emociones de forma realista 
sin idealizaciones románticas. 

Los máximos representantes de este tipo de ópera son P. Mascagni con 


"Caballería rusticana" y G. Puccini con óperas como "Tosca", " La Boheme" o 
"Madame Butterfly". 

Francia
París se convirtió en el siglo XIX en una importante capital de la actividad 
operística europea. En Francia también existen dos estilos de ópera: 

● LA GRAN ÓPERA: Caracterizada por sus grandes montajes 


escenográficos, profusión de ballets, grandes coros y escenas 
multitudinarias. Entre los autores más destacados de este género 
podemos nombrar a G. Meyerbeer con "Los Hugonotes" o G. Bizet con 
"Carmen" basado en un tema español en la que el autor utiliza danzas y 
temas populares. 

● LA OPERETA: Estilo de ópera en la que se intercalan fragmentos cantados 


con otros hablados y normalmente sus argumentos son de carácter 
humorístico. Destacan compositores como J. Offenbach con "La bella 
Helena" y "Los cuentos de Hoffmann" 

Alemania
Durante la primera mitad del siglo XIX se desarrolló en Alemania una ópera
inspirada en los ideales expuestos por los poetas y filósofos alemanes. Serán
óperas con argumentos legendarios en los que la naturaleza y lo sobrenatural
adquieren un papel protagonista. Destaca en esta época la obra de C. M. von
Weber, al que podemos considerar el iniciador de la ópera romántica en Alemania.
Su obra más conocida es "El cazador furtivo".

Sin embargo, la gran figura de la ópera alemana es Richard Wagner, que 


en una primera época enlaza con la tradición romántica, pero dará paso después a 
una gran reforma del género de enorme trascendencia en toda la música 
posterior. La idea de Wagner es crear un "drama musical" continuo y con ese 
nombre se conocerán las creaciones operísticas de este autor. Algunas de las 
características de su drama musical son las siguientes: 

● La ópera para Wagner es "La obra de arte total", ya que busca la fusión de 
todas las artes (poesía, música, escenografía, acción,...) que se aglutinan
de manera inseparable en sus obras. 
● Utilización de técnicas como el leitmotiv, que es un motivo musical 
recurrente para​ ​representar personajes, hechos, situaciones,... 
● Utiliza la melodía infinita, que no se interrumpe, sin un fraseo regular que 
marque candencias claras, para dotar de mayor dramatismo a su obra. 
● La música está al servicio de la expresión dramática. La orquesta tiene un 
papel principal en el desarrollo y explicación de la acción. 
● Larga duración, ya que muchas de sus obras pueden sobrepasar las cinco 
horas sin interrupciones. 

Algunos de los dramas musicales más importantes de Wagner son "Tristán 


e Isolda", "Tannhauser" y "El anillo de los Nibelungos" , esta última es una 
tetralogía, es decir, es un ciclo de cuatro obras juntas. 

España
En España, hasta el siglo XIX hay una gran influencia de la ópera italiana, hasta el
punto de que muchos compositores e intérpretes italianos van a presentar sus obras
en las cortes y teatros de nuestro país. Pero hacia el segundo cuarto de siglo se
intenta revitalizar un género propio que hasta ahora no había tenido gran éxito: La
Zarzuela.

Recordemos que la zarzuela española no es una ópera como tal, ya que 


intercala los fragmentos cantados con los hablados. Los argumentos de este 
género suelen ser cotidianos y cercanos al público, con notas cómicas 
abundantes. El lenguaje que se usa es también sencillo y asequible para 
espectadores sin grandes conocimientos musicales. 

Francisco Asenjo Barbieri es uno de los compositores que inicia la 


recuperación del género con la llamada "Zarzuela Grande", obras largas en tres 
actos con frecuente uso de coro y predominio de las partes cantadas sobre las 
habladas. Estas obras contaban con un amplio despliegue de medios técnicos y 
escenográficos. Entre sus obras podemos destacar "El Barberillo de Lavapiés", 
"Jugar con Fuego" y "Pan y toros". 

A partir de mediados de siglo y en gran parte por motivos económicos, la 


zarzuela se hace más simple y popular. Se crea así el denominado "Género Chico", 
que se desarrolla en un sólo acto, reduce el número de personajes y el despliegue 
de medios. En este género predominan las partes habladas sobre las cantadas. Es 
por lo tanto una zarzuela más económica que hizo furor entre las clases más 
populares. 

Los autores principales de este género son Federico Chueca con zarzuelas 
muy conocidas, como "La Gran Vía" y "Agua, azucarillos y aguardiente", Tomás 
Bretón con "La verbena de la paloma" y Ruperto Chapí con "La Revoltosa" entre 
sus obras más destacadas. 

El Lied
Se trata de un género menor (de poca duración) que se convirtió en una de las
principales formas vocales de la música romántica ya que normalmente era
compuesta para el disfrute en veladas musicales íntimas.

El lied (lieder en plural) es una denominación alemana que significa canción. 


Es una forma breve escrita para voz y piano sobre un texto poético ya existente. 
Su principal característica es la fusión entre el texto y la música. El lied era muy 
apreciado por el público porque en los conciertos creaba una atmósfera íntima 
propiciada por la belleza y expresividad de sus melodías. El piano se ponía al 
servicio de la melodía del cantante. 

Existen varios tipos de lied, siendo el más frecuente el estrófico, 


caracterizado por repetir la misma música en todas las estrofas (A-A-A,..). 
También es común la forma bipartita de dos secciones que se van repitiendo 
(A-A-B-B) y la forma tripartita en la que la tercera parte era repetición de la 
primera (A-B-A) 

Entre los compositores más destacados de lieder hay que citar a F. 
Schubert, que a lo largo de su vida realizó más de 600. Más tarde cultivarán esta 
forma otros autores como Hugo Wolf o Gustav Mahler. 

La música instrumental
La música de Cámara
La música de cámara en el Romanticismo alcanzó su máximo desarrollo, debido, en
gran parte, a que se hizo accesible a la burguesía y a la constante demanda de
obras para interpretar en familia o entre amigos.

A lo largo del siglo XIX, la mayoría de los compositores escribió obras de 
cámara, desde dúos (para dos instrumentos, como por ejemplo el piano y la 
flauta), tríos (piano, violín y violonchelo),...hasta nonetos (nueve instrumentos de 
cuerda y viento); sin olvidar el cuarteto de cuerda típico del Clasicismo (dos 
violines, una viola y un violonchelo), que siguió ocupando un lugar destacado en 
esta época. 

Muchas de estas obras eran sencillas y así las podían interpretar grupos 
de aficionados en las reuniones íntimas que realizaban en sus propias casas. 

La orquesta romántica
La orquesta del siglo XIX se convirtió en la gran protagonista de la época. Casi
todos los compositores escribieron obras musicales para este tipo de formación.

La orquesta romántica, denominada orquesta sinfónica, estaba integrada 


por un número de intérpretes que solía oscilar entre los 60 y 75 instrumentos de 
las tres familias. No es extraño, sin embargo, encontrar a finales de siglo obras 
que requerían 100 o más músicos. Los mecanismos técnicos de los instrumentos 
de viento se perfeccionaron y los compositores comenzaron a considerarlos tan 
importantes como los de cuerda. 

Debido a la constante demanda de conciertos públicos el número de 


orquestas se multiplicó por toda Europa, hasta el punto de que las grandes 
ciudades contaban con varias orquestas sinfónicas que realizaban giras por toda 
Europa con una acogida extraordinaria. 

Las tres grandes formas de orquesta que se van a dar en el Romanticismo 


fueron: 

  

- LA SINFONÍA: 

  

Durante el siglo XIX continúa cultivándose esta forma que en el Clasicismo había 
estructurado perfectamente su contenido. Todos los grandes autores componen 
en este periodo numerosas sinfonías. Poco a poco, los compositores se van a ir 
liberando de los esquemas formales clásicos explotando con gran efectividad la 
riqueza técnica de los instrumentos.  Las sinfonías serán cada vez más largas y 
complejas aspirando a conseguir el máximo rendimiento de los recursos 
tímbricos de las grandes orquestas sinfónicas de la época. 

Entre los compositores más importantes de sinfonías destacamos a F. 


Schubert, F. Mendelssohn, A. Bruckner, J Bramhms y como no, la figura 
protagonista, L.V.Beethoven, que creó sus últimas sinfonías en las que deja ver 
un gran espíritu romántico. 

  

- EL CONCIERTO SOLISTA 

  

El Romanticismo es un periodo muy fructífero para este género instrumental. Se


escribieron numerosos conciertos para solista y orquesta, en los que el solista podía
ser cualquier instrumento. Se conservan conciertos para clarinete, oboe, flauta,
violonchelo,...; sin embargo los instrumentos más destacados y para los que más
música de este tipo se compuso fueron el violín y el piano.

● CONCIERTO PARA PIANO Y ORQUESTA: Los conciertos de piano 


destacan por los extraordinarios momentos de lucimiento que se 
esperaban de la parte solista. Era el preferido de los compositores 
románticos, ya que era capaz de aunar en una sola forma la riqueza 
tímbrica de la orquesta, el virtuosismo del instrumento solista, el carácter 
íntimo y expresivo del piano y las grandes posibilidades técnicas de este 
instrumento polifónico. Entre los compositores del siglo XIX que 
escribieron conciertos para este instrumento destacan L.V. Beethoven, F. 
Chopin, R. Schumann, F. Liszt o J. Brahms. 

CONCIERTO PARA VIOLÍN Y ORQUESTA:  

Aunque menos numerosos que los de piano, también los conciertos para violín y 
orquesta ocuparon un lugar destacado. A partir de la revolución técnica del 
violín, propiciada por N. Paganini, las exigencias de virtuosismo del instrumento 
se multiplicaron. Como en el caso del piano, las obras para violín exigían un gran 
lirismo en la interpretación de sus melodías además de una virtuosa técnica 
instrumental. Entre los compositores que escribieron obras para este 
instrumento podemos destacar a L.V. Beethoven, P.I. Tchaikovski, J Brahms o N. 
Paganini, conocido, este último, por ser el mejor violinista de la época y en 
ocasiones el único capaz de interpretar sus propias obras. 

  

- LA MÚSICA PROGRAMÁTICA

La búsqueda de músicas más libres y abiertas, y en definitiva más adecuadas para


la expresión romántica, dará lugar al desarrollo de la música programática o
descriptiva, que ya no se construye a partir de criterios formales sino de criterios
extramusicales (novelas, historias,...).

Ya sabemos que el hecho de utilizar la música como lenguaje descriptivo 


no es una novedad (recordemos "Las cuatro estaciones" de Vivaldi), sin embargo, 
es ahora cuando surge como género nuevo capaz de materializar ese poder de la 
música. Nacen así dos nuevas formas de música programática: la sinfonía 

programática y el poema sinfónico.  

● LA SINFONÍA PROGRAMÁTICA: Es una sinfonía que en lugar de basarse 


en una estructura formal, se desarrolla en torno a la descripción de un 
programa o argumento, generalmente de carácter literario. El creador de 
este género es el compositor francés H. Berlioz con su obra "Episodios de 
la vida de un artista. Sinfonía fantástica", en la que narra su amor no 
correspondido hacia una actriz inglesa a la que convierte en música. La 
sinfonía programática es una obra de larga duración (varios movimientos) y 
normalmente el autor introduce el texto al principio de la obra que sirve 
de guía de la misma. 
● EL POEMA SINFÓNICO: Es una composición en un sólo movimiento 
basada en elementos poéticos o descriptivos. El creador de este género es 
F. Liszt que en su obra "Preludios" describe unos poemas de Lamartine 
titulados "Meditaciones poéticas". Este nuevo género de música será 
cultivado por compositores románticos y en especial nacionalistas, entre 
los que destacamos a Mussorgsky, N. Rimsky-Korsakov, R.Strauss, C. 
Saint-Säens o P. Dukas. 

Piano
El piano, era el instrumento preferido de los compositores románticos y de muchos
de los amantes de la música de ese periodo. Ello era debido a las siguientes
razones:

● La burguesía accedía, en gran medida, a la práctica y los conocimientos 


musicales. Era frecuente que en los hogares de las familias con cierta 
cultura hubiese un piano puesto que era sinónimo de elegancia y poder. Los 
familiares solían reunirse para interpretar música o para celebrar 
tertulias en torno a él. 
● Por ser un instrumento armónico, tenía la posibilidad de tocar varias notas 
a la vez y esto le permitía interpretar reducciones de obras de orquesta, 
coro o cámara. 
● Muy pronto, por sus cualidades sonoras y técnicas, los románticos vieron 
en el piano un medio de comunicación ideal para expresar sus pasiones y 
sus sentimientos mediante la música. 

A lo largo del Romanticismo coexistieron dos tendencias en la 


interpretación pianística: 

● Virtuosismo: Se trata de explotar al máximo las posibilidades técnicas del 


instrumento. Solían ser obras de larga duración que buscaban ante todo el 
lucimiento del artista desarrollando plenamente el colorido sonoro del 
instrumento. Se trata generalmente de piezas de difícil ejecución. 
Algunas de estas formas son los estudios (piezas para desarrollar una 
determinada técnica), sonatas (mucho más libres formalmente que las del 
Clasicismo), variaciones (en las que la improvisación jugaba un papel 
protagonista),...; algunos de los compositores más representativos de este 
género fueron F. Liszt, reconocido por algunos como el mejor pianista de 
la época, o F. Chopin, que también abordará el piano lírico. 
● Lirismo: Los compositores no buscan la complejidad, sino expresar estados 
de ánimo o sensaciones en obras muy poéticas. Suelen ser obras cortas y 
en apariencia sencillas de ejecución, que transmitían el verdadero 
carácter romántico de la época. Entre los compositores más destacados 
de este género podemos hablar de F. Chopin o de R. Schumann que crearon 
piezas que se denominaron momentos musicales, escenas de niños, baladas, 
nocturnos,... 

Algunos compositores, promovidos por el espíritu nacionalista, realizaron 


obras en las que recurrían a danzas o temas populares de sus territorios como 
los valses, las polonesas o las mazurcas. 

La Danza
Durante el siglo XIX la técnica del ballet clásico del siglo anterior encontró su
definitiva formulación. A principios del Romanticismo, algunos maestros franceses
se instalaron en Rusia y crearon una escuela clásica de ballets rusos , cuyo
prestigio e importancia se han mantenido hasta la actualidad. Esta restauración está
relacionada con la llegada a San Petersburgo del bailarín y coreógrafo Marius
Petipá.

Hasta ese momento, muchos de los ballets estaban constituidos y 


organizados a partir de la yuxtaposición de diferentes escenas, que en la 
mayoría de los casos no guardaba ninguna relación entre sí. Una de las grandes 
aportaciones de los ballets rusos fue la de poner en escena una historia 
coherente con diferentes temáticas, tanto dramáticas como cómicas. 

María Taglioni se convertirá en la gran bailarina del 


siglo, participando en los estrenos de los ballets de los principales compositores. 
Esta bailarina fue la primera que se puso de puntillas a la hora de realizar sus 
danzas en el escenario. Con este gesto se conseguía cierto sentido de ingravidez, 
convirtiendo a la bailarina en un ser etéreo. Entre los bailarines destacados se 
encuentra el ruso V. Nijinski. 

Otra de las novedades que se instalaron en los ballets rusos fue la 
utilización de cables para que los bailarines realizaran grandes vuelos por el aire. 

Entre los compositores más famosos de ballet ruso tenemos que destacar 
a P. I. Tchaikovsky que dio un gran impulso a este género con obras como "El 
cascanueces", "La bella durmiente" o "El lago de los cisnes". 

La música en el siglo XIX


La música del siglo XIX está marcada por el ideal romántico. Aunque tradicionalmente el
romanticismo se opone al clasicismo musical, en un principio hay más continuidad y puntos
comunes que contrastes o rupturas. Es a mediados de siglo cuando la música se va
transformando para acabar imponiéndose diversidad de tendencias postrománticas, entre ellas
el impresionismo o el neoclasicismo.

La música, por su alto poder de sugestión al actuar directamente sobre la mente, sin la
mediación de las palabras, va a erigirse como el arte romántico ideal. ​Schopenhauer ​va a
definirla como la expresión inmediata de los sentimientos; la música encarna el propio
sentimiento y por ello alcanzará la categoría de arte supremo.

Avalada por estas ideas la música instrumental pura, sin palabras, capaz de comunicar la
emoción, va a considerarse la forma de componer más adecuada y sublime.

Lo romántico se articula en un juego de opuestos o dialéctica que el compositor conoce y


asume. Por esta cuestión en la música de esta época hay muchos aspectos que parecen
contradictorios pero simplemente conviven complementándose.

El sentimiento nacionalista del siglo XIX será el responsable de las diferencias entre los estilos
musicales nacionales, que considerarán a la canción popular como la expresión más
espontánea del alma nacional. Complementariamente a la concentración de música nacional
hubo un deleite por el exotismo, empleándose lenguajes foráneos para generar un colorido
pintoresco.

Alemania va a despuntar respecto al resto de Europa e Italia va a perder su hegemonía,


destacando tan solo en la ópera, su género más arraigado y auténtico.

El conflicto entre el ideal de música instrumental pura y la fuerte orientación literaria de la


música del siglo XIX se resolvió en la concepción de la​ ​música programática.

La música de gran formato, sinfonías o dramas operísticos de autores como ​Berlioz​, ​Mahler​,
Buckner​, Wagner o ​Meyerbeer compite con la de pequeño formato, lieder , nocturnos,
impromptus, polonesas,etc.de clásicos románticos como ​Chopin​, ​Schumann​, Schubert o
Mendelssohn​.

En el siglo XIX se iniciará la difusión de la música culta a través de las Sociedades


Filarmónicas, los coros, los conciertos públicos y la edición de partituras que demandará el
músico aficionado burgués.

Los músicos van a componer para la eternidad, teniendo presente la infinitud de la música y la
idea de transcendencia, pero como novedad también buscarán el reconocimiento del público.

La figura del director de orquesta cobrará gran importancia y destacarán compositores que
ejercerán de directores de orquesta o serán grandes virtuosos de algún instrumento
(​Paganinni​, ​Liszt o ​Schubert ). En este contexto se producirá un gran desarrollo de la técnica
instrumental, en especial de la pianística, y de los propios instrumentos.

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