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EL USO DE CORTICOIDES EN PERROS

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La administración de fármacos corticoides en perros es recomendada para diversas


patologías crónicas y ciertas deficiencias metabólicas. Sin embargo, su eficiencia curativa es
objeto de muchas controversias por culpa de sus efectos secundarios en el organismo.

A continuación, veremos más sobre los medicamentos corticoides, sus riesgos y beneficios
para la salud de nuestros mejores amigos.

¿Qué son los corticoides?

Pertenecientes al grupo de hormonas llamadas esteroides, el organismo de humanos y perros


libera naturalmente dosis moderadas de ciertos corticoides, como el cortisol (hidrocortisona)
y la corticosterona. Estas hormonas son producidas en la corteza de las glándulas
suprarrenales, lo que explica sus nombres.

La función orgánica de los corticoides está asociada al control de situaciones de estrés o


ansiedad. En estos casos, pequeñas dosis son segregadas en la corriente sanguínea para
generar una respuesta rápida.
Sin embargo, su utilización farmacológica se debe a la potente acción antiinflamatoria. Los
corticoides impiden la acumulación de células inflamatorias en las zonas afectadas, por lo que
se revierten los síntomas.

Uso de corticoides en perros: ¿en qué enfermedades se aplican?

Los corticoides pueden ser recetados por vía oral (pastillas), aplicación tópica (pomadas y
cremas), inhalaciones e inyecciones. La forma de aplicación debe ser la recomendada por el
veterinario, y depende de qué enfermedad se desea tratar.

Su administración trata de contener el proceso inflamatorio y aliviar los síntomas agudos


generados por las siguientes condiciones:

 Alergias e inflamaciones dermatológicas.

 Trastornos metabólicos, como la insuficiencia adrenocortical.

 Enfermedades reumáticas.

 Alergias y patologías respiratorias.

 Conjuntivitis alérgicas.

 Síndrome nefrótico (renal).

 Enfermedades autoinmunes, como Addison y Crohn.

 Trasplantes de órganos.

 Tendinitis y lesiones musculares inflamatorias.

 Tratamientos paliativos de neoplasias malignas.

¿Por qué el uso de corticoides en perros genera polémica?


En principio genera polémica porque no son capaces de tratar la verdadera causa de la
inflamación. Es decir, su efecto es paliativo, por lo que solo amenizan los síntomas de forma
provisonal.

Como no establecen criterios para su acción, inhiben la función inmunológica de linfocitos y


macrófagos en las regiones inflamadas. Por ello, suelen tener efectos inmunosupresores que
perjudican el organismo y dejan al animal vulnerable ante otras afecciones.

De hecho, pueden tener un efecto contrario al deseado, ya que incluso impiden la dilatación


de vasos sanguíneos y la liberación de enzimas, que precisamente son cruciales para mediar
naturalmente con la inflamación.

Efectos secundarios leves del uso de corticoides en perros

En dosis moderadas para tratamientos cortos los corticoides pueden generar las siguientes
reacciones:

 Aumento de la sed y del apetito.

 Tendencia al sobrepeso.

 Acumulación de líquidos e hinchazones en diferentes regiones del cuerpo.

 Alteraciones comportamentales: ansiedad, trastornos del sueño, etc.

 Taquicardia e irregularidades del ritmo cardíaco.

 Cambios de humor.

 Cicatrización lenta.

Efectos secundarios crónicos del uso de corticoides en perros

También se han detectado efectos secundarios graves derivados del uso prolongado de
medicamentos corticoides en perros. Los daños pueden llegar a ser crónicos, lo que afectará al
animal durante toda su vida, pues requerirá un tratamiento permanente.

Los corticoides reducen la producción y liberación de moco gástrico, motivo por el que
eliminan la principal camada protectora de las paredes estomacales. Por otro lado, aumentan
la segregación de ácido clorhídrico, por lo que favorece la aparición de gastritis y úlceras.

Muchas mascotas han desarrollado problemas en la fijación del calcio, lo que ha supuesto
que sus huesos sean más vulnerables cara a enfermedades degenerativas, como displasia y
artrosis.  También se mostraron más propensos a fracturas y traumas por el desgaste de su
masa ósea.

Además, se han encontrado diferentes alteraciones metabólicas en los animales sometidos a


altas dosis de corticoides. Ello incluye del desequilibrio en los niveles de vitaminas y minerales,
así como en la producción hormonal.

Los corticoides también interfieren en la metabolización de los hidratos de carbono ingeridos


diariamente en la dieta. Como consecuencia, el perro puede sufrir una hiperglucemia y
desarrollar diabetes.
Otros efectos secundarios del tratamiento con corticoides

 Edemas generalizados a consecuencia de la acumulación excesiva de líquidos en la


cavidad abdominal.

 Desgaste de las estructuras cardíacas y aumento del riesgo de un infarto de


miocardio.

 Aumento de la presión del globo ocular, que favorece el desarrollo de cataratas y


glaucoma.

 Cuadros severos de inmunodepresión.

 Hipertensión arterial.

Corticoides en perros: contraindicaciones

El uso de corticoides en perros diagnosticados con gastritis (o úlcera), diabetes, patologías


cardíacas e infecciones es contraindicado. Y es que los efectos inmunosupresores podrían
llevar el animal a fallecer rápidamente.

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