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Definición de Tarjetas de Crédito

Una tarjeta de crédito es un instrumento financiero de pago, emitido por un Banco o Caja
de Ahorros, que permite al titular de la tarjeta acceder a un saldo superior al disponible en
su cuenta corriente. Este dinero proviene de un crédito concedido por parte de la entidad
que el cliente deberá amortizar conforme a los plazos y condiciones pactados mediante un
contrato previamente.
¿Qué modalidad de pago ofrecen las tarjetas de crédito?

Para realizar los pagos pendientes se puede elegir entre dos posibilidades:

 La amortización inmediata, que puede ser en el momento de la compra o gasto, o


a principios del mes siguiente.
 El pago aplazado, que se podrá estipular en una cantidad fija o en un porcentaje
mensual, este tipo de cargo conlleva el pago de unos intereses adicionales.

Entre las tarjetas de crédito más utilizadas en todo el mundo se encuentran VISA,
MasterCard y American Express. Para solicitarla es necesario ser mayor de edad y
presentar un comprobante de ingresos y un certificado de los bienes que posee el cliente, de
tal manera que acredite que podrá llevar a cabo los pagos correspondientes para hacer
frente al crédito prestado por la entidad.
Origen de las Tarjetas de Crédito
El origen de las tarjetas de crédito lo encontramos en 1914 cuando la compañía Western
Union ofrece una tarjeta solo a sus más selectos clientes. Con ella, no solo podían disfrutar
de un trato preferente, además disponían de una línea de crédito sin cargo alguno.
En el año 1924, la compañía Norteamericana General Petroleum Corporation lanza su
primera tarjeta de crédito para la adquisición de gasolina SOLO en sus gasolinera. Del
mismo modo, en 1929 la empresa American Telephone & Telegraph (AT&T) emite la
denominada tarjeta Bell, que servía para pagar sus servicios de telefonía.
Pero no fue hasta finales de la década de los años 40, cuando varias empresas comienzan a
crear sus propias tarjetas de crédito. Pero cabe destacar que no eran como las de la
actualidad, solo se podían emplear en sus establecimientos. Era un método para atraer más
clientes facilitando el poder “comprar sin dinero”.
Por tanto, estos ejemplos sin duda, marcan el origen de las tarjetas de crédito. Pero no lo
eran como las entendemos hoy, ya que solo servían para pagar sin dinero en metálico o
cheques en los establecimientos o servicios de la empresa que emitía dicha tarjeta.
La primera tarjeta de crédito, cuándo, cómo y dónde fue. Del mismo modo también No fue
hasta el año 1.949 que se inventó la primera tarjeta de crédito tal y como en la actualidad la
conocemos. Es decir, una especie de cartulina con la que se puede pagar en prácticamente
todos los sitios.
Cómo en muchos otros inventos de la historia de la humanidad, la invención de la tarjeta de
crédito fue fruto de una serie de casualidades. Todo sucedió una noche en un restaurante de
la ciudad de Nueva York, en el Major’s Cabin Grill para ser más exactos. En dicho
establecimiento se encontraban cenando tres personas:

1. Frank X. McNamara, de la “Hamilton Credit Corporation”


2. Ralph Sneider, abogado del Sr. McNamara
3. Alfred Bloomingdale, nieto del fundador de “Bloomigndale’s”, una cadena de
establecimientos de artículos de lujo.
En tan animada cena, los tres comensales trataron un problema de crédito que había tenido
un cliente de McNamara. Éste se endeudó con una elevada cantidad ya que había prestado
sus tarjetas de diferentes establecimientos a sus vecinos que tenían serios apuros
económicos. Tan elevada era la deuda que no podía hacer frente a ella, por lo que solicitó
ayuda a la empresa de McNamara (la Hamilton Credit Corporation). Pero por esas
casualidades que tiene la vida, McNamara se olvidó la billetera en casa. Cuando tuvo que
pagar la cena se le cayó la cara de vergüenza y tuvo que telefonear a su mujer a traerle el
dinero.
Se prometió que nunca le volvería a suceder algo así y entre los tres comenzaron a idear un
método personal y seguro con el que poder pagar a crédito en diversos establecimientos con
una sola. De este modo nació la Diners’ Club, que traducido literalmente significa Club de
cenadores.
Evolución de las Tarjetas de Crédito
Hacia 1958 el Bank of America puso en circulación la primera tarjeta bancaria o
bankamericard (que luego cambió su nombre a como la conocemos hoy: tarjeta VISA),
cuya generalización hizo que esta forma de pagar fuera tan aceptada como el dinero. La
tarjeta de crédito moderna había nacido.
Concretamente fue Joe Williams, gerente del Bank of America, el que decidió facilitar más
de 60.000 tarjetas de crédito entre los habitantes de la ciudad de Fresno, en California. De
hecho fue entonces cuando comenzó a hablarse de “dinero de plástico”, dinero que iba a
sustituir pronto al dinero tradicional en restaurantes, tiendas, aeropuertos, estaciones,
hoteles.
Tanto éxito tuvo que en el segundo año de tenerlas, la gente ya se gastaba 60 millones de
dólares con sus tarjetas. Este hecho propició que las tarjetas de crédito ya no fueran artículo
exclusivo, y que su empleo se extendiera, con el paso de los años, hasta el método que
todos conocemos en la actualidad.
También fue en el año 1958 cuando American Express lanzó su primera tarjeta de crédito.
Al comienzo estaba fabricada de papel (ver historia del papel), una mala idea. Pero ya en
1.959 se realizaban de plástico.
Todo el mundo comenzó a aceptar las tarjetas de crédito porque además de garantizar la
solvencia de quien la exhibía, servía a su poseedor de aval para gastar cantidades que aún
no poseía, pero que el banco que le avalaba sabía que podría hacerlo. Era una vuelta a los
bienes a la vista de que hablábamos al principio en conexión con la civilización griega.
Ahora los ciudadanos podían comprar un nuevo abrigo, comprar muebles o salir de
vacaciones: bastaba con cargarlo a la mágica cartulina plástica que no hacía preguntas ni
ponía pegas. Todo un punto de inflexión dentro de la historia de las tarjetas de crédito. Los
bancos americanos comenzaron a interesarse vivamente por el nuevo producto crediticio en
los años 50, pero no se comprendió la magnitud del negocio hasta la década siguiente, a
final de la cual más de 1.000 bancos operaban con tarjetas de crédito propias.

Por ejemplo, en el año 1967 el First American National Bank of Nashville puso a
disposición del ciudadano una nueva tarjeta de crédito denominada MasterCharge, que en
el año 1.979 la Interbank Card Association rebautizó con el nombre de MasterCard.
Endeudamiento
Las tarjetas de crédito pueden ofrecer varias ventajas; sin embargo, estas ventajas pueden
palidecer frente a los problemas que se generan cuando este producto se lo utiliza sin la
información y sin la educación financiera suficientes generado, problemas como el
endeudamiento financiero, Pagar las compras usando una tarjeta de crédito será ventajoso si
se la paga siempre en la modalidad “al contado”, es decir, si el tarjetahabiente paga “todo”
lo consumido en una sola cuota a los pocos días del cierre de facturación mensual,
usualmente algunos días después que llega el estado de cuenta. En este caso no se pagará
interés alguno, sino sólo los portes, aunque ya es posible “negociar” con muchos emisores
de tarjetas que no se nos cobren tales portes si uno no utiliza la tarjeta. En cambio, cuando
se paga la tarjeta de crédito en la modalidad “al crédito”, de manera revolvente, el
tarjetahabiente, su titular, puede pagar un monto mensual menor cualquiera siempre que ese
monto sea superior al “pago mínimo”. Pero ojo, cuando el dueño sistemáticamente sólo
paga el monto mínimo permitido por la tarjeta, en el extremo puede que “nunca” acabe de
pagar la deuda y todo el tiempo pagará intereses.

El pago con dinero en efectivo va en retroceso en los países desarrollados y también en las
mayores economías latinoamericanas.
Cada vez más personas usan tarjetas de plástico -de débito o de crédito- para pagar en el
supermercado, en las tiendas o en sus compras online.
En la región, los países que más las utilizan son Costa Rica, Brasil y Chile, según el
Informe de Tendencias en Medios de Pago de la consultora Minsait, con sede en España.
Aunque Brasil registra el volumen más alto de pagos con tarjeta por su tamaño (más de 200
millones de habitantes), proporcionalmente no ocupa el primer lugar. El ranking está
liderado por Costa Rica, al comparar la cantidad de dinero gastado en relación a su
economía: US$13.028 millones en 2017, equivalentes a un 22,4% de su Producto Interno
Bruto (PIB).
En segundo lugar está Brasil con un 18,4% del PIB y luego sigue Chile con un 17,8%.
Sin embargo, muchas personas no se fían de las tarjetas por la gran cantidad de casos de
clientes que reclaman por cobro de comisiones o intereses considerados abusivos. Por eso,
aunque la tecnología para los pagos electrónicos avanza y se masifica, existe reticencia.
De hecho, el estudio detectó que las personas que prefieren pagar con dinero en efectivo lo
hacen por temor a que les cobren intereses o a ser víctimas de un fraude, entre otras
razones.
Costa Rica: el país que más usa tarjetas
"De los países que analizamos, Costa Rica tiene una clase media más amplia", le dice a
BBC Mundo Verónica López, investigadora de la consultora Analistas Financieros
Internacionales (AFI), quien colaboró en el informe.
Además, "el país ha hecho una apuesta desde hace un par de años por la inclusión
financiera que está focalizada en el pago electrónico".
"Esa estrategia busca garantizar que todo el mundo tenga una cuenta asociada a una tarjeta
de débito", agrega.
Incluso las autoridades tienen un plan para eliminar el efectivo en cualquier transacción que
se hace desde la administración pública, incluyendo transferencias y pagos de subsidios.
Chile, por ejemplo, es el país que experimentó el mayor crecimiento de tarjetas de crédito
entre 2012 y 2017.
Emitió un total de 6,5 millones de tarjetas adicionales, duplicando el número de estos
plásticos en seis años. Y al mismo tiempo, Chile es el país donde los clientes tienen más
deuda con tarjeta de crédito.
A nivel global, Corea del Sur ya no usa monedas.
Dinamarca y Suecia son pioneros en la reducción de pago con moneda tangible y
Estocolmo apunta a convertirse en una sociedad sin efectivo para 2030.
De hecho, menos del 1% del valor de todos los pagos se hace con monedas o billetes.
En ese escenario, es probable, dicen los expertos, que América Latina siga la tendencia
global, en la medida que más personas salgan de la economía informal y mejoren su nivel
de ingreso.
Así lo muestra el aumento de las operaciones de pago con tarjetas en la región entre 2016 y
2017.
En Chile subió 20,4%, en México 14,7% y en Brasil 12,8%, incluyendo débito y crédito.
Esa alza, apuntan los autores del estudio, habla del dinamismo que han alcanzado las
mayores economías de la región y proyecta una tendencia de crecimiento en el futuro.

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