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El trastorno de desarrollo de la coordinación (TDC) es un trastorno del movimiento

que afecta al funcionamiento del niño en su día a día.

En algunos niños, las habilidades motoras no se desarrollan de manera apropiada.


Estos niños encuentran dificultades en el aprendizaje de las habilidades motores y
son torpes. Este trastorno conlleva un retraso en el desarrollo motor. A veces, un
niño con TDC no podrá realizar algunas tareas cotidianas: le costará anticipar,
organizar, ejecutar o modificar sus movimientos.

Aún no se conocen con exactitud las causas de este trastorno.

No hay un solo tipo de TDC, sino muchos TDC

El trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC) es un trastorno con


manifestaciones motoras muy heterogéneas: así un niño puede tener dificultades
en un ámbito motor muy concreto (a nivel de la escritura y de la motricidad fina
solamente) o bien en diferentes ámbitos motores ( coordinación, equilibrio,
motricidad fina).

Por ejemplo, los niños TDC van a ser más lentos que los otros y menos precisos
en las actividades que implican una realización motora. como la escritura, o la
utilización de una regla o un compás. Pueden igualmente tener dificultades en
deporte al no tener mucho equilibrio, saltar…

En cuanto a los niños con dispraxia y déficit visual-espacial, aprender las formas
geométricas simples o trazar figuras simétricas puede ser difícil. Hacer las
operaciones aritméticas puede ser también difícil ya que hay que respetar el lugar
por columnas de las cifras. Los niños con un trastorno a nivel de las praxias ideo
motoras van a tener problemas en la imitación de los gestos.

El diagnóstico

Antes de hacer un diagnóstico por TDC, se debe verificar que los trastornos
motores no estén causados por otros trastornos neurológicos, físicos o de
comportamiento. Igualmente, hay que hacerse la siguiente pregunta: ¿Existen
otros trastornos?

A menudo es el entorno cercano al niño que se da cuenta antes de los problemas.


Estas son algunas características a nivel motor que pueden informar a los padres
sobre un potencial trastorno:

El niño tiene gestos torpes. Se le cae todo. Se da golpes con los muebles.

El niño tiene dificultades en los juegos motores: coger un balón con dos manos,
coordinar diferentes movimientos al mismo tiempo (saltar a la comba, montar en
triciclo).

Le cuesta posicionarse en el espacio en el juego motor colectivo como en el balón


prisionero o en deportes. Le cuesta posicionar su cuerpo en función de la
trayectoria del balón.

Le cuesta realizar actividades que necesitan la utilización del lado derecho e


izquierdo de su cuerpo (utilizar las tijeras, comer con cubiertos, lavarse los
dientes).

Su facultad de equilibrio es débil, igual que su control postural. Por ejemplo, no


consigue tenerse de pie mientras se viste…

Tiene problemas de escritura. La escritura puede ser legible pero muy lenta.

¿Qué hacer para ayudarle?

De manera general, 3 acciones:

Ayudar al niño a reconocer sus fuerzas, sus debilidades y sus limites.

Poner en marcha estrategias para ayudarle en los gestos cotidianos. El terapeuta


ocupacional puede ser de gran ayuda en este ámbito ya que se trata de enseñar al
niño estrategias para compensar sus problemas motores.

Acompañar al niño en el aprendizaje de nuevas tareas motoras, utilizando un


acercamiento cognitivo.

Más específicamente en casa.

Motive al niño a participar en actividades motoras que le interese para exponerle


desafíos motores. Debe ser ante todo un placer. Si es un deporte colectivo, intente
abordar primero los gestos individualmente. Prevea utilizar material que facilite los
gestos y la coordinación como las raquetas adaptadas.
Facilite algunos gestos cotidianos con las herramientas «fáciles de vivir»: ropa fácil
de poner y a quitar sin botones, zapatos con cordones elásticos. Prevea un poco
más de tiempo para la rutina de la mañana para evitar el estrés por el retraso que
pueda acumular en sus tareas motoras.

Motive al niño a que planifique sus actividades practicas para mejorar sus
habilidades de planificación y organización. Consignas visuales o auditivas pueden
ayudar.

Háblele de sus puntos fuertes para ayudar a estimular su confianza.

En la escuela…

Asegúrese que el niño este bien sentado en su mesa: pies planos, altura del
escritorio.

Fije objetivos a corto plazo y descompóngalo en etapas.

Prevea tiempo suplementario para la ejecución de algunas tareas del alumno


TDC, sobre todo en tareas que piden habilidades en motricidad fina: escritura,
matemáticas, geometría, experiencias científicas, trabajos artísticos…

Acepte la utilización de un ordenador personal para el alumno.

Prevea y acepte pequeñas adaptaciones en el material escolar: reglas adaptadas,


compás ergonómico, manguitos de sujeción para facilitar la sujeción de los
bolígrafos… Existen numerosos materiales escolar adaptados.

Utilice papel que corresponda a las dificultades de escritura del niño. Por ejemplo
papel con lineas espaciadas si el niño escribe grande, papel con lineas en relieve
si el niño no sigue las lineas.

Considere otros modos de presentación de las lecciones de evaluación: lapbooks


para una exposición, cartas mentales para explicar un concepto, la posibilidad de
que el niño grabe sus deberes en un soporte audio.

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