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Presentacion

Queridos herman@s saludos en la gracia y paz de nuestro Señor Jesucristo, debido a las
circunstancias que estamos atravesando por causa del Covid-19 quiero iniciar estudios en el libro
de Eclesiastes, este primer resumen tiene como titulo: La realidad distante y profunda.

Les invito y animo a que podamos estudiar este libro de sabiduría divina. Dios les bendiga.
Juan José Cruz A.

LA REALIDAD DISTANTE Y PROFUNDA

Los eruditos creen que el libro de Eclesiastes fue escrito en el siglo III a.C., quizás por algún
sabio judío. Presentar a Salomón como su autor refleja un artificio literario muy común en
aquella época. Una de las razones para esta conclusión es que muchos textos citados por
Eclesiastes remiten a la Septuaginta, la traducción griega del texto hebreo, que data del 250 a.C.

La pregunta de quién escribió Eclesiastes tiene respuestas que varían desde Salomón, o alguien
de su élite, hasta cualquier miembro de cualquiera de las élites de Palestina, en el siglo III a.C.
Algunos filósofos, al discutir el tema, va más allá de estas respuestas concretas y asume que “fue
Dios”. Su opción no es confesional, pero se justifica “por el efecto filosófico de la idea de Dios,
que permite ver en el texto un mensaje de alguien que lo sabe todo y que todo puede”.

El autor se identifica como Qohélet, en hebreo, que significa “aquel que habla delante de una
asamblea”. Asamblea en griego es ekklesia, de donde proviene ekklesiastes. El qohélet puede ser
“el predicador", “el coleccionista de proverbios”, o “el sabio”. H. Campos prefería llamar a
Eclesiastes, o Qohélet, “El que sabe".

El tema central del libro gira en torno a la palabra hebrea hebel, en el refrán havel havalim, o, en
la traducción latina, vanitas vanitatum, que generalmente se traduce como “vanidad de
vanidades”, y también “un soplo de aire”, “un vapor” o “un hálito”, sugiriendo respiración. La
expresión gana connotaciones como “inútil”, “sin sentido”, “vacío”, “efímero”, “transitorio”, “sin
permanencia”. H. Campos incluye la idea de “anulación”, en referencia a lo “inexplicable,
aparentemente arbitraria de los designios y de la obra de Elohim, que la razón humana no puede
descifrar”. Al final, H. Campos traduce vanidad de vanidades como "niebla de la nada".

Los exegetas sugieren que Eclesiastes se articula alrededor de tres conceptos, ya presentes en su
prólogo: “todo es vanidad”, “no hay ningún propósito para el trabajo del hombre” y “todo es
repetitivo”, por lo que las tres palabras clave en el libro son: “vanidad”, “trabajo” y “debajo del
sol”.

La cuestión de fondo del libro es el sentido de la vida. Pero su abordaje no es mera abstracción,
aunque cercana a la reflexión filosófica. – Eclesiastes nos recuerda a Sartre, Camus, Nietzsche en
sus mejores días. De hecho, el texto está escrito en el contexto de la diáspora judía después de la
destrucción del Templo de Salomón, en el ambiente de expansión e impacto de la cultura griega.
No es sin razón que el profesor de Antiguo Testamento, Norbert Lohfink, considera a Eclesiastes
como “el punto de encuentro más claro de Israel con la filosofía griega dentro de la Biblia”. El
sentido de la vida, abordado desde la perspectiva de la vida que vale la pena vivir, ocupa las
páginas de Eclesiastes: "Yo quería saber que vale la pena, debajo del cielo, en los pocos días de
la vida humana” (2:3).
Estas informaciones introductorias (que se reproducirán más adelante) son suficientes para
explicar por qué quiero estudiar en nuestra iglesia mientras dure este tiempo de cuarentena. Creo
que la búsqueda del sentido de la vida, ante a la catástrofe en nuestros días y nuestro mundo, es
un tema de relevancia absoluta. Es imperativo que nos dediquemos a pensar que tipo de personas
somos y qué tipo de mundo estamos construyendo, bajo pena de: 1) volverse cínico y/o rendirse a
un hedonismo irresponsable, propio de una sociedad que cree que la felicidad, en términos
egocéntricos de placeres y éxito individual, es el propósito más digno de la existencia humana, o;
2) nosotros refugiarnos en clichés religiosos, similares a la masa que, omisa, asiste al desfile del
rey desnudo.

Mi oración es que tu experiencia al leer este texto sea la síntesis de tres palabras. Realidad
distante y profunda.

Eclesiastes dice que el misterio de Dios sobre la vida está en lo distante y en lo profundo. Un
rabino judío, del siglo II dice que “no es nuestra obligación completar la obra de mejorar el
universo, pero de la misma manera tampoco estamos libres de desistir de ello”. Es decir, la
búsqueda por el sentido de la vida, en lo lejano, profundo y divino, camina paso a paso con el
compromiso, aunque imperfecto, por la defensa de la vida.

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