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Apuntes preparados para el taller de Apocalipsis de IET O’Higgins

(no editados para su divulgación)

Introducción al Apocalipsis

1. ¿Qué es la apocalíptica?

El primer acercamiento al Apocalipsis deja a menudo una impresión desconcertante y


vertiginosa. Por una parte, la obra sintoniza al lector inmediamtamente con la intención
del autor. Se vislumbra un amplio simbolismo, un ritmo incesante de diversas imágenes y
liturgias celestiales, siendo un texto imprevisible. Todo se expresa en un idioma griego
muy peculiar con audacias expresivas que mantienen al lector siempre interesado en la
narración.

Por otra parte, la cuestión del nacimiento de la apocalíptica es muy controvertida. La


literatura apocalíptica es un género literario de origen judío que se desarrolló
aproximadamente a los largo de cinco siglos entre el s. II a.C. al III d.C. en un ambiente
judío y luego en uno judío y cristiano. “Según una hipótesis frecuente, el movimiento de los
hasidim estaría en el origen de esta literatura apocalíptica. Se trata de un movimiento
pietista de renovación espiritual que nace en el siglo II a.C. y del que surgirán a la vez los
esenios y los fariseos; los primeros manifiestan un espíritu más guerrero (cf. La Regla de la
guerra hallada en Qumrán), mientras que los segundos son resueltamente pacifistas”1.

Para el teólogo Pablo Richard existe una evolución en la historia del pueblo de Israel desde
la literatura profética hacia la apocalíptica. Se percibe un cambio cualitativo entre lo
profético y lo apocalíptico. La literatura profética se desarrolla en un mundo organizado, la
apocalíptica en cambio nace cuando ese mundo organizado ha sido destruido o cuando el
individuo ha sido excluido del mundo organizado. “Lo apocalíptico busca reconstruir la
conciencia, para hacer posible la reconstrucción de un mundo diferente”2. Como se dijo
inicialmente, la literatura apocalíptica apareció en este período de crisis espiritual, que se
prolongará hasta el siglo III d.C. A través de esta escritura apocalíptica, diferentes grupos
minoritarios y/o sectarios judíos pueden expresar su convicción de tener todavía una
historia, una esperanza, un futuro.

2. ¿Cuál es la naturaleza de la escritura y del pensamiento apocalíptico?

La esencia de la escritura apocalíptica está constituida por un interrogante sobre el mal y


sobre el sentido de la historia; es una literatura de tipo especulativo. Para el autor de
Apocalipsis, el presente es problemático. La esencia de la apocalíptica también puede
concentrarse en una promesa de liberación y de salvación. Al releer la historia,
recordando las promesas pasadas todavía incumplidas, los apocalípticos anuncian que la
salvación es posible.

Una variante de lo que precede considera que la esencia de la apocalíptica está constituida
por la proclamación de la justicia de Dios sobre el mundo y que esta proclamación
contiene una interpelación dirigida no sólo al mundo, sino también a los elegidos. «La

1
Cuvilier Elian , Los Apocalipsis del Nuevo Testamento, ed. Verbo Divino, Navarra, 2002, p. 9
2
Richard Pablo, Apocalipsis reconstrucción de la esperanza, ed. Dabar, México, 1995, p. 16. Según el
autor, el profeta actúa dentro del mundo existente. El apocalíptico reprueba el orden existente y anuncia la
reconstrucción de otro mundo. El profeta es el hombre de Dios en el mundo político y religiosos de su
época, busca realizar los propósitos de Dios es su sociedad, en cambio el apocalíptico surge cuando ese
mundo esta corrupto o totalmente destruido. La literatura apocalíptica busca reconstruir el plan de Dios en
la conciencia, por medio de su lenguaje simbólico, para dar nacimiento a un nuevo mundo.
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esencia de la apocalíptica es la tensión entre la salvación prometida por Dios y la situación


desesperada en la que vive el apocalíptico.
3. Escuelas de interpretación del Apocalipsis

3.1. Interpretación «preterista» o «histórico-contemporánea» propone que las


visiones del libro de Apocalipsis describen en lo fundamental, hechos ocurridos en las
décadas finales del primer siglo I d.C., durante la época del Apóstol Juan. “Todas las
visiones serían el resultado de las condiciones del pueblo de Dios bajo el Imperio Romano
en los siglos I y II de nuestra época”3. Según esta hipótesis la mayor para del libro tuvo su
cumplimiento en los días de la caída del Imperio Romano.

3.2. Interpretación «futurista» Este es el sistema preferido de todos los comentaristas


que interpretan la profecía en su sentido literal, planteando que este escrito es
escatológico en su mayor parte, aludiendo, que habla de las cosas que han de ocurrir (1:
19), por lo cual, la profecía que contiene, que es la base del libro, debe deducirse en su
sentido literal siempre que sea posible, y no en un sentido estrictamente simbólico. “Para
muchos, a partir del Capítulo 4, todo el contenido del libro se refiere al tiempo del fin, a los
episodios históricos que preceden inmediatamente a la venida de Cristo”4.

3.3. Interpretación «historicista», No existe una única escuela histórica, sino varias.
Según estas posturas el Apocalipsis de Juan contiene visiones que predicen significativos
momentos y acontecimientos de la historia humana, desde los días de Roma hasta el fin de
esta era. “La iglesia constituye el centro de la profecía”5. En el escrito se revelan
referencias a varias olas de invasiones, el aparecimiento del Islam, la Reforma Protestante,
la Contrarreforma, la Primera y Segunda Guerra Mundial, y así hasta el fin de la historia.

3.4. Interpretación «dispensacionalista» El bosquejo dispensacionalista de la redención


conjetura dos diferentes pueblos de Dios en la historia —Israel y la Iglesia— de manera
que también hay, dos planes proféticos. Por consiguiente, esta interpretación promueve
una restauración y salvación futura del Estado de Israel, fundamentándose en algunos
textos bíblicos plantea que Israel, en una dispensación futura disfrutará de las bendiciones
terrenales que han sido profetizadas en la escritura. También constata diferencias
innegables entre Israel y la iglesia con relación a las promesas de Dios, y por último admite
un “inminente” rapto de la iglesia, que es seguida por la septuagésima semana de Daniel en
la cual Israel de nuevo sería el centro del escenario en la historia y en el designio de Dios.
Esta manera de interpretar la Biblia ve a la venida de Cristo en dos partes, la Segunda
venida de Cristo se compone de dos eventos separados por siete años.

3.5. Interpretación «espiritual» o «simbólica» encuentra en Apocalipsis insuficientes


referencias a hechos específicos del pasado, el presente o el futuro; compone, por el
contrario, una revelación de los grandes principios espirituales encaminados a alentar y
guiar a los cristianos a lo largo de la historia de la iglesia. Según este método “Las visiones
no expresan acontecimientos históricos concretos, sino principios y verdades indicativos
del modo de actuar de Dios”6. Este sistema considera que el Apocalipsis no tiene como
finalidad hablarnos sobre hechos del futuro, sino instruirnos sobre algunos principios
espirituales.

3
Grau José, Escatología final de los tiempos, en Curso de Formación Teológica Evangélica vol. VII, ed.
Clie, Barcelona, 1990. p. 281
4
op, cit. Martínez, p. 528
5
Ibíd., p. 285
6
op, cit. Martínez, p. 529
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3.6. La escuela crítica: Esta se basa en un criterio racionalista para hacer su acercamiento
al libro y como esta corriente supone, rechaza toda inspiración y canonicidad del
Apocalipsis. Ve al libro como una buena novela de Juan, muy entretenida y atractiva, pero
que no es ninguna revelación divina respecto del Cristo resucitado ni su supuesto triunfo
final.

3.7. La escuela alegórica: Se basa en buscar una interpretación en las palabras del libro,
rechazando su contexto histórico y literal, estableciendo de esta manera un significado
espiritual.

4. LIBRO DE APOCALIPSIS

Último libro del Nuevo Testamento. Su nombre viene del griego apokalyptein, que significa
"quitar el velo". Literalmente puede traducirse "revelación".

4.1 Fecha y contexto

Algunos historiadores piensan que “el Apocalipsis fue escrito entre el año 90 y 100 d.C. no
se sabe el año exacto, pero se cree que fue entre los años 95-96 d.C. en una época de
persecución”7. Después de la crucifixión y resurrección de Jesús, la buena nueva se
difundió rápidamente. En varios lugares surgieron pequeñas comunidades. En un breve
tiempo el evangelio de Jesús atravesó las fronteras de Palestina y entró en los límites del
Imperio Romano; Asia Menor, Grecia, Italia. “Unos treinta años después de la muerte de
Jesús, el emperador Nerón decretó la primera gran persecución, fue en el mes de julio de
64”8. Después de Nerón hubo un período de tregua para los cristianos. Pero cuando el
emperador Domiciano (81-96) llegó al poder, decretó una nueva persecución. Esta vez fue
de una mayor envergadura y mejor organizada. Domiciano atormentaba a los cristianos
para que apostataran de su fe.

4.2. Autor.

El escritor se identifica como Juan (1.1, 4, 9; 22.8) y se muestra como "siervo de Dios"
(1.1), uno de los profetas (22.9) y "hermano" y "copartícipe en la tribulación" de los
receptores (1.9). Exilado de sus amadas iglesias en la provincia de Asia, se halla
encarcelado en la isla de Patmos. “La tradición cristiana lo ha identificado con el apóstol y
el evangelista san Juan: como prueba de ello están los testimonios explícitos de Justino
(hacia el 160) y san Ireneo (hacia el 175), quienes recogen un tradición muy cercana a la
comunidad creada por Juan, siendo que ambos vivieron un tiempo en Éfeso, lugar donde
residió el apóstol”9.

Desde la época de Justino Mártir (como por 140 d. C.), este Juan se ha identificado en
Occidente como el apóstol y además como autor del cuarto Evangelio y las tres epístolas
joánicas. Algunos, sin embargo, como ciertas iglesias orientales, objetan que el estilo de
Apocalipsis es notablemente diferente al de otros escritos joánicos. Además, el punto de
vista en cuanto a la escatología parece muy distinto. Por tanto, Apocalipsis faltó en el
canon de ciertas iglesias entre 250 y 950 d. C. Durante los años posteriores “ha habido

7
Ibíd. p. 15
8
Mesters Carlos, El Apocalipsis la esperanza de un pueblo que lucha, ed. Rehue, Santiago, 1989, p.16
9
Meneses I. Luis E. El Apocalipsis de San Juan ocho clases para una lectura cristiana, ed, Unicornio,
Santiago, 2003, p.19
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entre los exégetas y críticos modernos una serie de dudas respecto a que este escrito sea
de la misma mano que del autor del cuarto evangelio”10, negando la posibilidad de la
paternidad apostólica a Apocalipsis. No obstante, las ideas denuncian un fuerte parentesco
con el cuarto Evangelio y las cartas joánicas, de manera que la teoría tradicional puede ser
verdadera.
4.3 El simbolismo del Apocalipsis.

Siempre ha sido difícil referirse al tema del simbolismo en Apocalipsis. Esto se origina por
la diversidad y multiplicidad de imágenes que se encuentran a lo largo de la obra. Para
una interpretación del libro es necesario dejar claro algunos elementos constitutivos del
simbolismo. “En la base del simbolismo del Apocalipsis se da un fenómeno general que
puede observarse en todas las culturas; al lado de una expresión cabal y adecuada, de un
significado que podemos llamar realista, se presenta otra que se obtiene mediante una
transposición mental, que podemos llamar expresión simbólica”11. Un ejemplo de lo
simbólico en Apocalipsis seria la expresión atribuida a Cristo como “león de la tribu de
Judá” (5,5) es necesario que todo lo simbólico sea advertido, asimilado y descifrado en su
equivalente realista. En todo caso, es inevitable aclarar que el símbolo apocalíptico no es
una copia deforme del discurso realista pues tiene su propia dimensión y contenido que lo
hacen irreductible. Por lo contrario, más bien permiten expresar verdades que superar el
nivel lógico y común.

4.3.1 El simbolismo bíblico, esto se debe al contacto del Apocalipsis con el Antiguo
Testamento. Por ejemplo, el cielo indicará en el Apocalipsis la zona de la trascendencia
divina. La tierra indicará por el contrario la zona propia del hombre. El cuerno señalará el
poder humano; la vendimia el juicio escatológico, el monte Sión el lugar ideal donde se
realiza la salvación.

4.3.2 El simbolismo teriomorfo, es un simbolismo que presenta animales como


protagonistas. Se habla del cordero, del león, de caballos, seres vivientes, langostas,
escorpiones, de dos bestias. El equivalente de todos estos símbolos se encuentra en la
historia del hombre. No obstante, muchos de sus aspectos trascienden su posibilidad de
verificación.

4.3.3 El simbolismo de las convulsiones cósmicas, este tipo de símbolos son muy
común en el Apocalipsis, por ejemplo, el sol oscurecido, la luna color de sangre, estrellas
que caen, terremotos, su equivalencia realista es la presencia incisiva de Dios que es el
Señor de la naturaleza en la historia humana.

4.3.4 El simbolismo aritmético, este tipo de simbología ocupa un amplio espacio en el


Apocalipsis. Los números se convierten en diversos tipos de relación que se verifican en la
realidad y que son en cierta manera mensurables. Por ejemplo, el número siete indica la
totalidad, lo mismo para los múltiplos de siete. La mitad de siete, tres y medio, las
fracciones, un tercio es algo que no alcanza la perfección.

4.3.5 El simbolismo cromático. Los colores también tienen sus equivalencias concretas
que trascienden su color. Por ejemplo, el blanco significa trascendencia, el rojo significa
sangre, el negro muerte, impiedad etc.

4.4 Orientaciones fundamentales para interpretar el Apocalipsis.

10
loc. cit, p.19
11
Vanni Ugo, Apocalipsis, una asamblea litúrgica interpreta la historia, ed, VD, Navarra, 1994. p. 24
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4.4.1 En primer lugar debemos considerar que el Apocalipsis de Juan se origina en tiempos
de persecución, “pero sobre todo en situaciones de caos, exclusión y opresión
permanente”12. Por ese motivo este libro contiene un mensaje que busca re-construir
esperanza y conciencia para una comunidad que esta en tribulación. De esa manera, se
entiende al Apocalipsis como un libro liberador que nos lleva a re-construir la esperanza
en un tiempo presente.

4.4.2 El libro de Apocalipsis representa a un movimiento singular que se instituyó en los


inicios del cristianismo, que busca sus raíces en la historia del pueblo de Israel y en el
movimiento profético-apocalíptico en el cual nace el movimiento de Jesús. “El Apocalipsis
cumple en la iglesia apostólica una función critica y de resistencia frente a la helenización
extrema del cristianismo y también frente a su institucionalización autoritaria y
patriarcal”13.

4.4.3 Lo escatológico en el libro de Apocalipsis se efectúa esencialmente en un tiempo


presente. El acontecimiento central que transforma la historia es la muerte y resurrección
de Jesús. “El Apocalipsis de Juan no esta orientado a la segunda venida de Jesús o al fin del
mundo, sino que está centrado en la presencia poderosa de Jesús resucitado, ahora en el
tiempo presente, en la comunidad y el mundo”14. El tema central del Apocalipsis es; si
Cristo resucitó, el tiempo de la Resurrección y del Reino de Dios se ha iniciado.

4.4.4 El Apocalipsis de Juan es un libro histórico, esta historia se desarrolla en dos


dimensiones, una visible la cual el libro llama “tierra” y la otra trascendente que llama
“cielo”. Sin embargo, hay una sola historia que se realiza sincrónicamente en el cielo y en la
tierra. “Dios y el Mesías resucitado actúan en nuestra historia, librándonos de la opresión y
de la muerte y reconstruyendo un mundo alternativo. La utopia del Apocalipsis es el Reino
de Dios que no se construye más allá de la historia, sino más allá de la opresión y de la
muerte, al interior de nuestra historia”15.

4.4.5 El Apocalipsis es revelación de la presencia trascendente y liberadora del Resucitado


al interior de nuestra historia, Apocalipsis significa des-ocultamiento. Este des-
ocultamiento es cólera y castigo para los opresores, pero Buena Noticia (Evangelio) para
los excluidos y oprimidos por el imperio de la Bestia”16. El mensaje de libro de Apocalipsis
es una revelación esperanzadora para los débiles, excluidos y oprimidos.

4.4.6 El Apocalipsis de Juan contiene y se expresa a través de mitos, símbolos y visiones.


Contrariamente a lo que piensen otros el mito es histórico y busca identificar y movilizar a
la comunidad en situaciones difíciles. “El mito reconstruye la conciencia colectiva y la
praxis social del pueblo. El mito es polisémico (tiene muchos sentidos) y está siempre
disponible a nuevas interpretaciones”17.

4.4.7 El libro de Apocalipsis acopla Apocalipsis y Profecía. Los símbolos y mitos que utiliza
vienen a ser instrumentos y criterios para un discernimiento profético de la historia. “El

12
Richard G. Pablo, “Apocalipsis de Juan” en Evangelio y Apocalipsis de Juan, (eds) López R.- Richard
P. ed. Verbo Divino, Navarra, 2006. p. 297
13
Ibíd. p. 297
14
Ibíd. p. 298
15
loc. cit, p. 298
16
loc. cit, p. 298
17
Ibíd. p. 299
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Apocalipsis llama a la conversión y ofrece una salvación universal. No es un libro de


arquetipos absolutos y dicotomías maniqueas, sino una reconstrucción del Éxodo en el
corazón del Imperio Romano”18.

4.4.8 El Apocalipsis debe ser leído e interpretado según el contexto histórico en el cual
nació. “El Apocalipsis no es un libro universal y eterno, igualmente válido para todas las
épocas y todos los lugares”19. Por este motivo no podemos considerarlo como un texto
cifrado y misterioso que esconde como será fin del mundo, no es un libro que estimule al
terror sino a la esperanza.

5. El hermetismo de la apocalíptica.

El hermetismo característico de la literatura apocalíptica y su grado de oscuridad y falta de


transparencia trata se ser superado por una correcta interpretación exegética. Al descifrar
los símbolos y destacar las equivalencias se acorta este margen de incomprensibilidad. Y
aparece con mayor claridad dos de sus elementos esenciales: un elemento objetivo, el
misterio (cf, 1,10; 17,5.7; 10,7) que en el Apocalipsis presenta el propósito de Dios de
forma secreta y cifrada. El otro elemento es el subjetivo; la sabiduría (cf, 13.18; 17.9) que
es la capacidad de desciframiento adecuado del símbolo y su aplicación a la realidad
concreta de la historia.

6. Explicación de las divisiones y estructura global.


Se puede observa en el escrito una nítida correspondencia entre el prólogo y saludos
inicial (1.1-8) y el Epílogo (22. 6-21) igualmente la correspondencia entre las 7 trompetas
(8.2-11, 19) y las 7 copas (15.5-16,21). “ambas secciones son una relectura apocalíptica
del Éxodo, y tienen ambas la misma teología del Éxodo: intervención liberadora de Dios
en la historia”20. El libro de Apocalipsis no presenta una visión cronológica o por etapas de
la historia, su mensaje es más bien escatológico, lo que nos lleva a considerar tres puntos,
“ 1) Es una interpretación profética de la situación presente de la comunidad cristiana, 2)
el tiempo actual como Kairós, como el corto tiempo antes del final, y 3) la intervención de
Dios que pone fin a los poderes de la muerte e inaugura la intervención definitiva del
Reino de Dios”21

La estructura del texto se configura a esta concepción, el Kairós, el tiempo corto antes del
fin estaría entre 4,1 y 19,10. Esta sección inicia con una gran liturgia; 4 y 5 y termina con
otra importante liturgia; 19, 1-10. Al centro encontramos la interpretación profética de la
comunidad cristiana en medio del mundo. En los capítulos 4,1-19,10 la estructura gira en
torno al presente, y no entorno al fin de los tiempos.22

18
Ibíd. p. 300
19
loc cit, p. 300
20
op, cit., Richard Pablo, p. 58
21
Fiorenza S. Revelation Visiono of a Just World, Cap. I Historia, citado en Pablo, Apocalipsis
reconstrucción de la esperanza, ed. Dabar, México, 1995, p. 58.
22
Para Xavier Pikaza, la estructura del libro es distinta, él ha tomado como punto de partida la
correspondencia entre trompetas (8, 2-11,19) y copas (15,5-16,21). En el centro del esquema circular ha
situado las visiones del Dragón, Mujer y Bestia (11,15-13,13) que marcan el sentido de la historia y
ofrecen las claves de la humanidad. El Apocalipsis ha sido construido, según eso, en forma circular, de
manera que las partes que preceden (1,1-11,19) y siguen (15, 15-22,11) al centro se vinculan mutuamente.
Pero más que un círculo perfecto (donde el fin vuelve al principio) el libro forma un espiral, que nos va
llevando en círculos a las bodas del cordero. Ver más en Pikaza, Apocalipsis, ed. Verbo Divino, Navarra,
2001, p. 31
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Pasado-Presente Momento presente Futuro

1,9-3,22 4,1-------------------------------19,10 19,11-22,5

Juicios a las La comunidad en medio del Juicio al mundo


Iglesias mundo
Los capítulos 12-20 nos ilustran a una iglesia enfrentada a los poderes totalitarios de su época.
Las cartas a las iglesias querían preparar a los cristianos para la terrible prueba que Juan veía
acercarse. Esta prueba es la que ahora se precisa: se trata de la persecución emprendida por el
imperio romano. La iglesia tendrá que enfrentarse con un estado totalitario, obligada a elegir
entre la adoración del Señor Jesús o la del señor César. En cambio, el capitulo 21, 1-8 nos
señala otra etapa de la iglesia, que es la de alegría por haber vencido a estos poderes
estructurales. En esta sección Juan nos presenta el futuro de la historia en su etapa final, es
una impresionante reconstrucción del cielo, y una reconstrucción de la utopia y de la esperanza
de la comunidad que escucha en ese momento la lectura del libro23.

7. El mensaje teológico del Apocalipsis.

El mensaje teológico de las verdades religiosas que se encuentran en el Apocalipsis no es


como el de un tratado abstracto, sino como la de un mensaje profético, que se dirige
específicamente hacia una praxis. La identificación de estos elementos teológicos va de lo
más general a lo más específico.

6.1 En primer lugar, la figura de Dios. El sentido e idea de Dios que el autor expresa es
según el Antiguo Testamento. Si bien lo presenta como “Santo”, “Justo” y “omnipotente”, se
ve a Dios “como aquel que, en su trascendencia permanente, pone en movimiento el
proceso de salvación, lo va desarrollando en el tiempo, superando gradualmente el mal”24.
De la misma manera, el texto tiene su propio dicho para referirse a Dios “el que es y era y
ha de venir” Apoc 1.4 parafraseando el nombre de Dios de Éxodo 3,14.

6.2 En segundo lugar, la figura de los ángeles. Estos mensajeros tienen un papel
importante en la narración apocalíptica, asumen diversas formas y tareas al servicio de la
voluntad de Dios. Así mismo “representan todo una serie de fuerzas activas que se sitúan
idealmente por encima de los hombres y por debajo de Dios”25

6.3 En tercer lugar, la figura de Cristo. En el Apocalipsis a Cristo se le llama “el Hijo de
Dios”, “el testigo fiel”, “el amén”, “el verbo de Dios”, “el lucero de la mañana”. El escritor
“sintetiza su concepción de Cristo en la visión inicial (1,12-20), muerto, resucitado, vivo,
Cristo mueve con su energía hacia delante a su iglesia. Respecto a ella, cumple una doble
función; la juzga con su palabra purificadora (1-3), la ayuda a derrotar a las fuerzas
hostiles que la acechan, convirtiéndola en su esposa (4-21)”26. La figura de Cristo al final es
el que Reina y se sienta a la derecha del trono de Dios.

6.4 En cuarto lugar, la Iglesia, en todo el Apocalipsis aparece como un tema fundamental,
especialmente su dimensión litúrgica. A lo largo de la obra expresa esta experiencia al

23
Richard Pablo, Apocalipsis según san Juan, en Evangelio y Apocalipsis de san Juan, Biblioteca bíblica
básica, ed. Verbo Divino, Navarra, 2006, p. 386
24
Vanni Ugo, Apocalipsis, una asamblea litúrgica interpreta la historia, ed, VD, Navarra, 1994. p.16
25
Ibíd. p.18
26
loc. cit. p.18
Apuntes preparados para el taller de Apocalipsis de IET O’Higgins
(no editados para su divulgación)

presentar una totalidad de Iglesias. La iglesia del Apocalipsis está en un devenir que se
enfrenta a tensiones históricas pero que al mismo tiempo también tiene una meta clara y
definida, la victoria ante todas las imágenes y formas que el mal puede tomar.
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Introducción al Apocalipsis 1:1-8

Breve diccionario
Apocalipsis: revelación de los misterios ocultos del fin de los tiempos, con imágenes y signos de
fuerte carácter evocativo y/o mítico.
Escatología: logos o discurso sobre las cosas finales, con signos apocalípticos y/o razonamientos
de tipo existencial y moralizante.
Profecía: palabra proclamada en nombre de Dios, denunciando al pueblo o anunciando su
salvación27

Bosquejo general de la sección.

A) Prólogo: (1,1-3)

1. Prólogo de Juan (1,1-3)


RV-1995 1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio para manifestar a sus siervos las cosas que deben
suceder pronto. La declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, 2 el cual ha dado
testimonio de la palabra de Dios, del testimonio de Jesucristo y de todas las cosas que ha visto.
3 Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella

escritas, porque el tiempo está cerca.


BJL 1 Revelación de Jesucristo; se la concedió Dios para manifestar a sus siervos lo que ha de suceder
pronto; y envió a su ángel para dársela a conocer a su siervo Juan, 2 el cual ha atestiguado la palabra de
Dios y el testimonio de Jesucristo: todo lo que vio. 3 Dichoso el que lea y los que escuchen las palabras de
esta profecía y guarden lo escrito en ella, porque el Tiempo está cerca.
BTX 1 Revelación de Jesús el Mesías, que Dios le dio para manifestar a sus siervos lo que debe suceder
en breve, y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, 2 el cual dio testimonio de la
palabra de Dios y del testimonio de Jesús el Mesías: de todo cuanto vio. 3 Bienaventurado el que lee y los
que oyen las palabras de la profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca.

El texto incluye un título general (1,1-2), con la bienaventuranza del autor (1,3), y una inscriptio (= nombre
del remitente) con el saludo epistolar (1,45a); sigue una liturgia de alabanza con respuesta de la
comunidad (l,5b-6), con aviso profético (1,7) y confirmación divina (1,8).

1.1 Título (1,1-2)


Apocalipsis significa revelación o manifestación de lo que Dios va a realizar (= y debe suceder con
rapidez)28. Para Pablo Richard “Apocalipsis tiene el sentido de des-ocultamioento; es decir: revelación de
algo que estaba oculto, escondido, inaccesible. No es neutro: se revela a los justos, a los pequeños, a los
oprimidos”29 Como indicará 5,1-3, el libro de la historia (misterio de Dios) está velado y/o sellado: sólo
Dios puede revelarlo, por sus sabios y elegidos30. De manera que “El libro entero es la revelación de
Jesucristo, una especie de quinto evangelio que vuelve a proclamar las buenas noticias antes las nuevas
circunstancias del fin de siglo”31

27 Pikaza Xavier, Apocalipsis, ed. Verbo Divino, Navarra, 2001, p. 11


28 El término Apocalipsis, que aparece sólo aquí en todo el libro, es muy típico de los escritos de Pablo. El verbo
apokaluptó no se usa en todo el Apocalipsis. En las epístolas, apokalipsis y apokaluptó se emplean para referirse a la
revelación de Dios es la creación (Ro 1.17) y en Cristo (1 Co 1.7; Gá 1.2) a la comunicación de la verdad divina (Ro
16.25; Ef 1.17; 3.3) y de la voluntad de Dios (Gá 2.2) a la venida de Cristo (1 Co 1.7) y al juicio final (Ro 2.5) a la
manifestación de los hijos de Dios (Ro 8,19) y a las experiencias extáticas (1Cor 14.6.26.30; 2 Co 12.1.7) ver más en
Stam Juan, Apocalipsis -Tomo I , ed. Kairós, Buenos Aires, 1999,
29 Richard Pablo, Apocalipsis Según San Juan, en López Ricardo y Richard Pablo, Evangelio y Apocalipsis de Juan, ed.

Verbo Divino, Navarra, 2006, p. 304.


30 Pikaza Xavier, Apocalipsis, ed. Verbo Divino, Navarra, 2001, p. 35
31 Stam Juan, Apocalipsis -Tomo I , ed. Kairós, Buenos Aires, 1999, p. 40
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10

El autor ha distinguido cuidadosamente título (Apocalipsis de Jesucristo) y desarrollo (que Dios se lo


dio...). Según Juan Stam “La introducción nos avisa además del tema central del libro (testimonio fiel;
obediencia a la palabra profética hasta las últimas consecuencias) nos introduce al personaje central
(Jesús por quien Dios envía el mensaje, quien atestigua el mensaje y quien es revelado por todo el
mensaje)”32 . No obstante, para Xavier Pikaza el título resulta ambivalente, “según se interprete el genitivo
«de» como identificación objetiva que algunos llaman epexegética (Apocalipsis «que es» Jesús) o como
despliegue subjetivo (que Jesús ha revelado)”33. Sin embargo, su desarrollo permite fijar la función de
cada personaje:

Dios concedió el Apocalipsis a Jesucristo


Jesús lo significó a Juan
Juan dio testimonio de él a la comunidad34

1.1.1 Dios lo ha dado (edóken) a Jesús, pues a él le pertenece (1,1). Por eso, el Apocalipsis se
identifica con la persona y obra de Jesús (en genitivo epexegético). Entendido así, más que
como libro de secretos o conocimientos misteriosos, el Apocalipsis ofrece el despliegue de la
realidad mesiánica del Cristo.
1.1.2 Jesucristo lo ha recibido (1,1) para mostrar (deixai) a sus siervos lo que debe suceder con
rapidez y/o muy pronto (en takhei). Jesús no cierra o sella el libro, sino que lo señala (esémanen,
de sema), en lenguaje de signos más que de conceptos.
1.1.3 Jesús lo comunica por un Ángel, (1,1) que es apóstol (aposteilas) o mensajero de la
revelación, uniendo cielo y tierra. Quien habla y actúa en el Apocalipsis no es el Jesús histórico
(como en los evangelios), sino el Cristo pascual que se revela por un mensajero-apóstol (Ángel),
que a veces parece el mismo Cristo (cf. 10,1-11; 14,14-16).
1.1.4 Juan, siervo de Jesucristo (quizá de Dios), ha visto los signos del Apocalipsis de Jesús para
podérselos mostrar a otros creyentes (1,2). El Apocalipsis no es suyo (de Juan), sino de Jesús.
Pero Juan lo ha visto, y así puede testimoniar (emartirésen) la Palabra de Dios (que es
Apocalipsis) y el Testimonio de Jesucristo, a quien se llama luego Testigo fiel de Dios (1,5)35
1.1.5 El contenido de este Apocalipsis aparece en las siguientes frases:
a. Lo que ha de suceder pronto
b. La Palabra de Dios y Testimonio de Jesucristo
c. Todo lo que vio
d. Las palabras de esta profecía.

Dios revela en el Apocalipsis “lo que ha de suceder pronto”. P ara Richard “El Apocalipsis no está
centrado en la segunda venida de Jesús, sino en su manifestación gloriosa (parusía) 36 ahora en el
presente histórico de la comunidad. Además, no se puede hablar propiamente de una venida de Jesús,
como si se hubiera ido a otro lugar. Jesús nunca se fue, desde su resurrección está siempre en medio de
las comunidades. Lo que la comunidad desea no es que vuelva, sino que se manifieste, que actúe, que
libere, que reine” Para Robert Mounce existe otro acercamiento a la cuestión. Citando a Sweet para los
primeros cristianos el fin del orden mundial presente ya había comenzado con la resurrección de Jesús y
se consumaría con su reconocimiento universal (un acontecimiento que Juan creía inminente) 37 . No
obstante, esto deja sin resolver el problema del gran retraso de la consumación final. Mounce considera
que se debe entender dicha frase, en un sentido sencillo, recordando que, en la perspectiva profética, el

32 Ibidem, p. 40
33 op, cit. Pikaza, p. 35
34 op, cit. Richard, p. 305
35 op.cit. Pikaza, p. 35
36 El término Parusía significa, por una parte, la presencia actual y operante y, en un sentido neutral, la fortuna, la
potencia militar; además el hacerse presente, la venida. Ver más en Coenen L, Beyreuther E, Bietenhard H,
Diccionario Teológico del NT (M-Z), ed. Sígueme, Salamanca, 2004, p. 299.
37 Swete J.P. Revelation, Fidadelfia: Wetmister, 1979 p. 58, citado por Mounce Robert, Comentario al libro de
Apocalipsis, ed. Clie, Barcelona, 2007, p 84
Apuntes preparados para el taller de Apocalipsis de IET O’Higgins
(no editados para su divulgación)

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fin es siempre inminente. El tiempo entendido como una consecuencia cronológica es de importancia
secundaria para la profecía.38” Esta frase aparece también en el epilogo 22.6 y agrega en el v.7 “mira
vengo pronto” (en techei). Lo que va a suceder pronto es la manifestación gloriosa de Jesucristo, ahora
en el tiempo presente. En este aspecto se refiere a lo que Dios le muestra al apóstol en el cap. 4.1

La Palabra de Dios y Testimonio de Jesucristo; aparece en 1.9; 6.9; 20.4, como causa de la persecución
de los cristianos. Juan recibe este testimonio en las visiones “todo lo que vio”. La revelación fue enviada a
Juan: el verbo enviada (semaino) trasmite la idea de una representación figurativa, dar a conocer
mediante un signo. Por tanto, no podemos esperar en el Apocalipsis una exposición literal de la historia,
sino una descripción simbólica de las cosas que todavía han de suceder. “Las palabras de esta profecía”,
se expresa lo mismo en 22.7.10.18.19, el autor considera claramente el Apocalipsis como un libro
profético, y él mismo se considera profeta 10.8-11.

1.2 Apocalipsis no es voz de condena y llanto, sino de gozo. Del mismo modo, Stam considera que “este
libro no fue escrito para especulaciones futuristas sino para una lectura radicalmente pastoral y profética
en medio de la realidad histórica”39 Por eso, Juan (1,1-2) o el mismo Jesucristo (que habla por él) dice
aquí su bienaventuranza. Hay en el Apocalipsis otras seis: cinco cantan a los vencedores de Cristo (cf.
14,13; 16,15; 19,9; 20,6; 22,14); esta primera (1,3) y una del final (22,7) se dirigen a los auditores
(lectores) y cumplidores (cf. Le 11,28) del Libro:
1.2.1 Bienaventurado quien lea públicamente (ho anaginóskón), no en lectura individual (cf. Me 13,14),
sino comunitaria: en enseñanza y liturgia eclesial. El lector aparece, así como bienaventurado.
1.2.3 Bienaventurados quienes escuchen, comprendiendo y compartiendo la palabra. El Apocalipsis
no es enigma, sino Libro que se vuelve luminoso allí donde se lee, vinculando en comunión a sus
lectores/auditores.
1.2.4 Bienaventurados quienes lo cumplan térein: cf. Mt 19,17; 23,3), convirtiendo su palabra en vida,
pues éste no es libro de lectura, sino de cumplimiento comunitario (cf. Ap 12,17; 14,12)

La palabra del Apocalipsis (cf. 1,1) es Profecía (1,3). Algunos exegetas oponen esos términos: la profecía
hablaría en ámbito de historia, abriendo un camino de transformación moral para los creyentes; la
apocalíptica, en cambio, expondría lo que vendrá después de la historia, hablando de sucesos que
nosotros no podemos cambiar. Pues bien, en contra de eso, Juan interpreta la apocalíptica desde la
profecía: es la revelación de las cosas que deben suceder con rapidez (1,1), pues el tiempo está cerca
(1,3).

38 Mounce Robert, Comentario al libro de Apocalipsis, ed. Clie, Barcelona, 2007, p. 84.
39 op, cit, Stam, p. 41

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