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APORTES DE LA LIRICA

En la conocida como era de la comunicación, la poesía parece haber ido pasando a ocupar un papel
secundario no sólo a nivel social, sino incluso dentro del campo literario. Los lectores identifican la poesía
con un lenguaje difícil, casi irreconocible, como si los poetas no hablasen su idioma. Aunque pudiera
parecerlo, no siempre ha sucedido de este modo. Antes de la llegada del siglo XX y de la irrupción de las
Vanguardias en gran parte de las literaturas universales, la Poesía era considerada un género popular,
incluso multitudinario. Sin embargo, consideramos que la verdadera poesía no ha perdido su capacidad de
comunicación, lo que ha perdido es su presencia, relegada a la niebla de los estereotipos y de los discursos
huecos de muchos de los autores de nuestros días. La aparición en 2011 de la antología Poesía ante la
incertidumbre y su posterior conversión en movimiento, supuso la reivindicación de una poesía que pone de
nuevo todos sus instrumentos al servicio de la comunicación.

El movimiento Poesía ante la incertidumbre incorpora la realidad como rasgo distintivo de su propuesta lírica
en un intento de establecer una comunicación lo más directa y clara posible con el lector. Es por eso por lo
que en las obras de sus autores se reconocen diferentes acontecimientos históricos o hechos del presente
(la guerra de los Balcanes, la guerra de El Salvador, la Guerra Civil Española, la Revolución Sandinista o la
actual crisis migratoria…).

Teniendo en cuenta el distanciamiento existente hoy día entre la mayoría de la sociedad y la poesía, se
hace más necesario que nunca un nuevo planteamiento de la Didáctica de la Lengua y la Literatura como
disciplina específica, es decir, los docentes necesariamente tienen que tomar partido en el esfuerzo por
devolver la poesía a los lectores.

“Nuestra generación está marcada por esta incertidumbre y creemos que es necesario hacer un alto en el
camino, reflexionar, mirarnos a los ojos, establecer una cercanía menos artificial, más humana. La poesía
puede arrojar algo de luz para alcanzar algunas certezas necesarias. `La poesía es un modo de ajustar
cuentas con la realidad’, ha repetido muchas veces el poeta español Luis García Montero. Sin duda sucede
así en los buenos poemas, aquellos que son capaces de provocar emoción, de conmover, de hacer pensar,
de llenar un vacío que nos acompaña”. En 1916, el mexicano Ramón López Velarde escribió: “Deseo
expulsar de mí cualquiera palabra, cualquier sílaba que no nazca de la combustión de mis huesos”. (Poesía
ante la incertidumbre, 8-9) Si el distanciamiento de la poesía con las personas ha tenido que ver de manera
proporcional con su distanciamiento de la realidad, centrarnos en la poesía que incorpora la realidad como
tal, incluso concediendo el protagonismo a los hechos históricos, va a ser útil para recortar ese
distanciamiento y formar nuevos lectores.

Un docente tiene que tomar muy distintas decisiones a la hora de enseñar literatura (López Valero y
Encabo, 2013: 16). En primer lugar se hace necesario conocer a quién se va a enseñar, tanto como conocer
lo que se va a enseñar y de qué manera va a hacerse. La necesidad de hacer operativos los contenidos de
la lengua y la literatura nos lleva a un acercamiento necesario con la realidad que no sitúe a la poesía en el
territorio de lo antiguo, de lo que ya no sirve. En el mundo de hoy, se hace necesario dar respuesta a las
necesidades de un alumnado multicultural y plurilingüe. Poesía ante la incertidumbre plantea la creación de
poesía en español como un fenómeno transoceánico, como explicó José Emilio Pacheco (2011: 23).

En el panorama educativo actual, y de acuerdo con las directrices europeas en materia de educación, el
Marco Común Europeo de Referencia de las Lenguas recomienda una metodología comunicativa que
ponga el énfasis del aprendizaje en la dimensión instrumental de las lenguas: la percepción auditiva y la
producción oral. En este sentido, existe una plena sintonía con los postulados del movimiento Poesía ante la
incertidumbre, cuyos trabajos emplearemos para mostrar a los lectores la manera en que la realidad se
transforma en arte.

En el Portfolio europeo de las lenguas se definen seis niveles de referencia en el ámbito de la didáctica de la
lengua, concediendo una especial atención a la competencia comunicativa, que se define como la
capacidad de utilizar el idioma en las distintas actividades de comprensión, expresión e interacción oral y
escrita. La enseñanza de la lengua viene por tanto estrechamente unida a la necesidad de comunicación.
Por este motivo, se hace necesario replantear con qué textos se debería trabajar dentro de la enseñanza, si
deben ser también aquellos textos capaces de transmitir, de portar significado.

De las tres corrientes que se distinguen en la actualidad en la lengua española, es Poesía ante la
incertidumbre la única que reconoce un esfuerzo por hacerse entender, por portar ese significado, por
comunicar. Incluso llegando a asegurar que si un poema no se entiende, la responsabilidad es de su autor,
que fue el que debió establecer de un modo adecuado la comunicación.

En prescripciones curriculares que se derivan de la LOE (Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de


Educación), y los Reales Decretos sobre Enseñanzas Mínimas que la desarrollan (1513/2006 y 1631/2006),
se contemplan ocho competencias básicas como objetivo del proceso de enseñanza-aprendizaje en la
educación obligatoria. La Competencia en comunicación lingüística se define así: “Esta competencia se
refiere a la utilización del lenguaje como instrumento de comunicación oral y escrita, de representación,
interpretación y comprensión de la realidad, de construcción y comunicación del conocimiento y de
organización y autorregulación del pensamiento, las emociones y la conducta.” La orientación pedagógica
recomendada, de carácter marcadamente interdisciplinar, describe la relación de dicha competencia con las
diversas áreas de conocimiento, aunque es el área de Lengua Castellana y Literatura, fundamentalmente, la
que vehicula la adquisición de las habilidades descritas a través de sus cuatro bloques de contenidos: 1)
Escuchar, hablar, conversar. 2) Leer y escribir. 3) Educación Literaria. 4) Conocimiento de la lengua.

En la actualidad, dentro de los estudios literarios se han descrito tres corrientes poéticas en la lengua
española, con diferentes matices en España e Hispanoamérica, pero en esencia igual. Centrándonos en
España habría que distinguir un tipo de poesía clara, que tiene como objetivo último emocionar sin renunciar
a un cierto preciosismo formal. Esta poesía es la elaborada por los denominados como Poetas de la
incertidumbre. Establecer una comunicación entre el poeta y el lector es el centro del esfuerzo de estos
autores, que pretenden ante todo emocionar. “El límite de la poesía es la emoción”, advierten.

De otro lado, se encuentra la conocida como “poética del fragmento”, que pone el foco del poema en el
mensaje y su elaboración, confiriendo una mayor oscuridad a los textos. Para el fragmento, la comunicación
no es lo primordial, sino una búsqueda de la belleza que descansa en el mensaje, en lo estético (Sánchez,
2015: 53). En este trabajo nos centraremos en el grupo de Poesía ante la incertidumbre dados los nexos
que los unen de forma inevitable al campo de la comunicación social y por la manera en que su propuesta
puede calar en los nuevos lectores no sólo para acercarlos a la literatura, sino también para colaborar con la
enseñanza de otras disciplinas, como la Historia. La propuesta de Poesía ante la incertidumbre pasa por
garantizar la llegada del mensaje, por lo que se hace necesario analizar su relación con la Teoría de la
Información, así como las diferencias que existen entre los lenguajes periodístico e histórico y el lenguaje
que proponen estos nuevos poetas de España e Hispanoamérica.

A lo largo del siglo XX, la poesía se ha ido alejando de las personas convirtiéndose en un género
minoritario. Lejos de considerarse por la mayoría como una forma de comunicación, su imagen ha pasado a
representar casi lo contrario (Valverde, 2015). “La poesía no se entiende”, es la opinión más generalizada
sobre ella, la que está en la calle y todavía hoy prevalece sobre las otras. En 2011, un grupo de ocho poetas
de España e Hispanoamérica consideraron que era el momento de abordar esa situación y de preguntarse
cómo la poesía se había ido acorralando así misma, haciéndose casi invisible. Lo hicieron en un libro
titulado Poesía ante la incertidumbre, en el que ofrecían una pequeña muestra de sus poemas. Los autores
de esta primera edición del libro fueron Jorge Galán (El Salvador), Raquel Lanseros (España), Alí Calderón
(México), Fernando Valverde (España), Francisco Ruiz Udiel (Nicaragua), Andrea Cote (Colombia), Daniel
Rodríguez Moya (España) y Ana Wajszczuk (Argentina), todos ellos menores de 40 años y con unas
amplias trayectorias.

En mayo de 2011, Poesía ante la incertidumbre se convirtió en uno de los libros más vendidos en España y
comenzó a ser reeditado en otros países. Antes de terminar el año sumó ediciones en Nicaragua (Leteo
ediciones), Colombia (Ícono), El Salvador (DPI) y México (Conaculta). El libro viene precedido de un texto
firmado por los ocho poetas que levantó una conocida y ardua polémica. Titulado Defensa de la poesía,
comenzaba reflexionando sobre nuestro tiempo actual, un tiempo “marcado por la incertidumbre” que ha
propiciado la caída de las grandes ideologías del siglo XX. Una incertidumbre histórica, social, económica,
moral… en todos los sentidos de la vida. En medio de esa incertidumbre, la labor de la poesía debería ser
no añadir más oscuridad, sino tratar de aportar algo de luz. Los autores describieron la existencia de un
problema en la poesía actual, un problema de comunicación. La poesía había dejado de entenderse, la
poesía había dejado de estar dentro del esquema de la comunicación.

Este proyecto nace de una doble hipótesis de trabajo; por un lado, la tesis pretende demostrar la manera en
que la poesía se ha apartado de la sociedad, pasando a convertirse en un arte elitista que provoca rechazo,
en la medida que ha dejado de ser un instrumento de comunicación. Para ello, se estudiará el fenómeno de
Poesía ante la incertidumbre, con más de una decena de ediciones en el mundo, que defiende
precisamente recuperar una poesía que logre portar un sentido, entenderse. Por otro, si el alejamiento de la
poesía de las personas normales es una cuestión lingüística, relacionada con la comunicación, la
identificación de este problema servirá para la construcción de un marco de actuación didáctica orientado
hacia la educación literaria que ayude a formar nuevos lectores y a destruir poco a poco esa imagen
sofisticada y difícil del más puro de los géneros literarios.
Además, la tesis mostrará la manera en que los acontecimientos históricos pueden incorporarse a la lírica
contemporánea con toda naturalidad y sin la necesidad de construir una estética hartamente considerada
social.

Tanto el periodismo como la poesía tratan de aportar un significado y un sentido. El periodismo pretende
que ese significado sea unitario, único, para lograr una imparcialidad, para eliminar todo el ruido, acotando
unos márgenes estrechos al lenguaje. La poesía, en el otro extremo, amplía el campo dando pie a las
múltiples interpretaciones, con una intervención del receptor, que deberá aportar su experiencia personal y
apropiarse del texto. Al buscar su emoción, la poesía se hace imposible sin la participación activa del lector.
La poesía necesita de un sujeto donde pueda reconstruirse. De manera lírica, sería muy fiel a la definición
que dio de ella Luis García Montero: poesía es dos soledades juntas.

La forma en que nos comunicamos nos significa, de igual manera que la lengua construye nuestra manera
de pensar. Por este motivo, la diferencia entre el periodismo y la poesía, que ya hemos aceptado como dos
formas de comunicación, de transmisión de un mensaje, son mucho más profundas de lo que podría
apreciarse en un primer instante.

La diferencia más visible es que protagonizan dos funciones del lenguaje distintas. Como ya hemos dicho, el
periodismo se instala en la función referencial, mientras que la poesía entre la función poética y emotiva. La
poesía acepta con cierta naturalidad las características de la función referencial, mientras el periodismo
huye de todo aquello que se encuentre fuera de los márgenes que acotan la realidad como verdadera.

Esta diferencia, lejos de ser de poca envergadura a la hora de reconstruir una realidad, tiene una raíz
esencial consecuencia de los dos órdenes de conocimiento de los que dispone la conciencia, según ha
descrito el antropólogo Gilbert Durand (2013: 13). Existen dos maneras de representarse el mundo. Por una
parte, una directa en la que la percepción se acepta como real, es decir, la realidad se presenta a la
conciencia por sí misma, tal y como acontece. De otro lado, existe una forma de representarse en el mundo
que por uno u otro motivo no es directa, sino que necesita de la intervención de la memoria y la imaginación
del sujeto para lograr una reconstrucción de la realidad.

De esta forma, nuestro trabajo vendrá a demostrar cómo es factible trabajar en favor de una educación
literaria empleando los vínculos que comparten la poesía y la crónica periodística: el compromiso social, la
capacidad de ambos ámbitos para contar lo que sucede en el mundo y denunciarlo, desde perspectivas
distintas. El adolescente que llega a un poema de Luis García Montero después de haber leído en la prensa
un acontecimiento social que le preocupa, sabrá reconocer ese lenguaje estético que nos habla de lo mismo
y lo denuncia desde la óptica del poeta. Entenderá, por tanto, que la poesía no es algo tan alejado del
mundo y perderá ese miedo hacia la lectura y el disfrute de la poesía, que probablemente lleva arrastrando
desde la infancia.

La Tesis combinará distintas metodologías, dada su naturaleza. En primer lugar, el marco teórico será
configurado a partir de la investigación pura, entendida esta como un mecanismo para rastrear, seleccionar
y analizar los documentos precisos para establecer las claves teórico-literarias del Grupo Poesía ante la
incertidumbre y la justificación de su tratamiento en la Educación Secundaria como parte del currículum.

Por otro lado, se realizará un análisis cualitativo y en profundidad de datos, teniendo en cuenta la
orientación interpreta-comprensiva de la investigación en ciencias sociales. Además, dado que el trabajo se
realizará con autores que están desarrollando su obra en la actualidad, se aplicará también el método de la
entrevista guiada (focused interview, de Merton, Fiske y Kendall) y los registros cronológicos de acción
personal. El análisis documental y el estudio de campo será decisivo para poder comprender la realidad
antes de convertirlo en un procedimiento práctico orientado a la docencia.
Al tratarse este de un trabajo que no sólo abarca la crítica literaria, sino que se circunscribe al ámbito
educativo,los diferentes hallazgos en los textos literarios se proyectarán al contexto escolar con el diseño de
un modelo de actuación en el aula de Secundaria que proporcione un marco pedagógico pionero. En este
sentido, vamos a usar un método de trabajo heurístico y especulativo, centrado en cómo trasladar al aula un
contenido educativo, basándonos en las experiencias y la observación previa. Crewell y Miller (2000) opinan
que para escribir trabajos de investigación de calidad es necesario llevar a cabo distintos puntos de
rigurosidad, entre los que destacamos “una persistente y prolongada observación”, muy importante en el
campo de las ciencias sociales y humanas, Este método nos dará las claves para abordar una futura
investigación-acción, que sólo podría realizarse sobre el marco creado con dicha investigación previa.

Poesía lírica
La poesía lírica (del griego λυρική, lyriké; y este de λύρα, lýra, lira) es la forma
poética que expresa tradicionalmente un sentimiento intenso o una profunda
reflexión, ambas ideas como manifestaciones de la experiencia del yo. Para
los griegos antiguos la lira era un instrumento musical creado
por Hermes o Polimnia y de cuya ejecución, entre otros, se encargaba Erato, la
musa griega de la poesía. Aristóteles, en su Poética (ca. 330 a. C.), hace mención
a la poesía lírica (para ser cantada junto a la cítara) junto a la dramática,
la epopeya, la danza y la pintura como otras formas de mimesis. El adjetivo
«lírico» aparece por primera vez en el siglo XV, haciendo mención a la poesía
griega antigua que era cantada y distinguida de esta manera de la poesía
dramática o narrativa y en el siglo XVI se define más como una forma de
expresión más subjetiva, que concierne principalmente al dominio de los
sentimientos privados.

Características de la poesía lírica[editar]


 El autor que transmite un determinado estado de ánimo, es decir, la poesía lírica se
suele caracterizar por la introspección y la expresión de los sentimientos.
 Un poema no narra una historia propiamente dicha, en él no se desarrolla una acción,
sino que el poeta expresa, de manera inmediata y directa, una emoción determinada.
 La poesía lírica exige un esfuerzo de interpretación al lector, que debe estar, cuando
menos, algo habituado a esta forma de expresión literaria.
 Suele haber una gran acumulación de imágenes y elementos con valor simbólico.
 La mayoría de los poemas líricos se caracterizan por su brevedad: no es frecuente que
sobrepasen los cien versos. Debido a esa brevedad, hallamos una mayor concentración y
densidad que en el resto de géneros literarios.
 Un poema es la expresión directa del sentimiento del poeta al lector; esto es, debe ser
considerado una especie de confidencia hecha a solas.
 La poesía lírica, al ser eminentemente subjetiva y estar expresada, con gran
frecuencia, en primera persona, se convierte, así, en un relato autobiográfico, aunque no
hemos de confundir el yo del poema con el autor que hay detrás, ya que puede estar
expresando unos sentimientos que no siente en realidad, con lo que el poema no sería
más que un ejercicio estético.
 Los poemas suelen ajustarse a unas normas formales que los caracterizan: versos,
estrofas, ritmo, rima, englobadas todas ellas bajo la denominación de métrica. Además,
con el fin de lograr un discurso lo más bello posible, o una crítica a la sociedad, los
autores se valen de los recursos literarios o estilísticos.
 La unión de la temática sentimental, la métrica, la depuración lingüística y los recursos
literarios recibe el nombre de poética. Así, la poética de un autor o de un movimiento
literario concreto será el conjunto de rasgos que los caracterizan e individualizan frente a
otros autores o movimientos literarios, respectivamente.
 Mucha de la poesía lírica no busca inmortalizar la elegancia de la palabra a través del
escrito, sino más bien, destacar en palabras sencillas el cuerpo, mente y alma del relato
(La Circunstancia, El Mensaje y El Sentimiento), es decir su esencia. 11

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