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Los Hermanos Westfield

The Taming of the Wolf

THE TAMING OF THE WOLFE

SINOPSIS:
Él nunca podía perder el control....

Dashiel Thorpe, conde de Brimsworth, ha pasado toda su vida luchando


contra el lobo que lleva dentro. Pero cuando llega la luna llena, Dashiel
necesita ayuda. Un encuentro fortuito con Caitrin Macleod en una noche de
luna llena, los une irrevocablemente, y la impetuosidad de Dash los meterá
a ambos en una pesadilla.

Ella nunca lo vio venir....

Caitrin Macleod no es una tranquila joven de campo, si no que ella es una


bruja con extraordinarias habilidades. Pero cuando se trata de Dashiel, ella
es incapaz de luchar contra su verdadera naturaleza como lo es él. Sus
sentidos se encuentran abrumados por lo que ella vuelve corriendo a la
seguridad y protección de su Escocia natal.

Pero Dashiel está decidido a seguirla – ella es la única mujer que puede
liberarlo de un destino peor que la muerte. Y Caitrin, en última instancia,
tendrá que decidir si huye del peligro o del verdadero amor.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Índice

Portada Capítulo 21

Capítulo 1 Capítulo 22

Capítulo 2 Capítulo 23

Capítulo 3 Capítulo 24

Capítulo 4 Capítulo 25

Capítulo 5 Capítulo 26

Capítulo 6 Capítulo 27

Capítulo 7 Capítulo 28

Capítulo 8 Capítulo 29

Capítulo 9 Capítulo 30

Capítulo 10 Capítulo 31

Capítulo 11 Capítulo 32

Capítulo 12 Capítulo 33

Capítulo 13 Capítulo 34

Capítulo 14 Capítulo 35

Capítulo 15 Capítulo 36

Capítulo 16 Capítulo 37

Capítulo 17 Capítulo 38

Capítulo 18 Capítulo 39

Capítulo 19 Epilogo

Capítulo 20

2
Uno

Westfield Hall, Hampshire


Enero 1817

Caitrin Macleod juró que nunca volvería a poner un pie en Inglaterra otra
vez – o al
Menos, guardaría su distancia de los licántropos en el futuro.

Ella paró su paseo para mirar por la ventana de su recámara, su aliento


empañaba
El cristal, su respiración se reflejaba en forma de vapor. Ella lo borró con la
palma de su mano y miró fijamente hacia fuera en la oscuridad. Ella se
había quedado en su habitación todo el día y ahora la mayor parte de la
noche. Era más seguro para todo el mundo de esta manera.

Las visiones habían comenzado hace algunos días, visiones salvajes donde
ella vio lobos y a sus compañeros juntos bajo la luz de la luna.

Había varios de ellos, seguramente todos partes de una familia de


Licántropos.
Ella se encontraba bastante unida a aquellos licántropos en particular,
porque su
Hermana de aquelarre, Elspeth, se había casado con uno de los miembros
de esa familia.

La mayor parte del día, ellos eran simplemente la familia Westfield, pero
una noche de cada mes, los miembros masculinos caminaban en cuatro
pies en vez de dos bajo la luz de la luna llena. Generalmente aquellas
visiones no eran molestas; ya que ella las usaba bastante a menudo. Pero
oculto alrededor de los bordes de sus visiones se encontraba un lobo
salvaje, un forastero, uno peligroso.

Los Westfields eran conscientes de la amenaza y ciertamente, se habían


preparado para manejarlo. Antes ese mismo día, ella había comenzado a
ver en sus visiones un lobo dorado, uno salvaje. Ella sabía que antes de
que la noche hubiera terminado él causaría algún daño.
Pero no podía decirles a los demás lo que ella había visto, o podía
arriesgarse a afectar el futuro. Y ella no quería ser la persona que
interrumpiría el orden natural de los acontecimientos. Los resultados
podrían ser desastrosos. Para evitar romper aquella regla tácita, ella se
había encerrado en su habitación de huéspedes en Westfield House y había
rechazado salir de ella, no pondría un pie fuera de su habitación y sólo lo
haría brevemente para tomar sus comidas. Ella realmente deseaba hacer
algo para que la ayudará a pasar el tiempo. Debido al largo tiempo que
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había paseado por su habitación, no pasaría mucho tiempo más para que a
ella agujereara la alfombra del duque, aquel pensamiento le provoco una
sonrisa.

Caitrin cerró sus ojos fuertemente e intentó ver la visión de los lobos
Westfield en su mente. Ella suspiró con mucha alegría cuando observo que
todo estaba bien. El peligro para ellos había pasado, y ahora ella era libre
de dejar la prisión que ella misma había fabricado. Ninguno de ellos
regresaría hasta que el sol se elevara en el cielo. La finca se encontraba
vacía excepto por ella y algún criado que todavía se encontraba despierto.
Nadie sabría si ella tomaba su bata de seda para bajar por las escaleras y
recuperaba su libro mientras todos estaban lejos. Tal vez entonces ella
podría tratar de dormir unas cuantas horas.

Ella cruzó la puerta de su recámara y la abrió silenciosamente. Con los pies


descalzos, ella camino a lo largo del pasillo y bajo la escalera principal. En
el último escalón, se acordó de haber dejado su libro en el estudio del
duque, Cati doblo en la esquina del oscurecido estudio y se detuvo en
seco.

Parado detrás del escritorio del duque se encontraba un hombre alto. La


mayor parte de él se encontraba oculto en las sombras, pero pudo ver su
cara cuando se filtró la luz de la luna mediante las cortinas caídas. Él era
un Adonis rubio, alto y delgado, tenía un vago recuerdo de él, tal vez de
una de sus visiones, se creó una inquietud dentro de ella.

Un pequeño jadeo escapo de su garganta cuando él poso su mirada ámbar


en ella.
--“Lo Siento no conozco a nadie que se levanté a esta hora” Ella daba
la vuelta para marcharse.

--"No se vaya, " dijo él. Entonces él cerró sus ojos y suspiró
fuertemente.

--"¿Usted necesita algo del estudio de Blackmoor?"

--"Sí dejé un libro aquí ayer cuando vine a buscar a su Gracia.” Dijo
ella.

Ella dio un vistazo rápidamente alrededor de la habitación, aunque ella no


vio inmediatamente su copia del Patrocinio de María Edgeworth. “Quizás lo
dejé en la biblioteca. ¨
--"Quizás yo debería correr tan rápido de esta habitación como mis
piernas me lleven.

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--¿"Tiene problemas para dormir? "él preguntó, su tono


increíblemente familiar, como si la conociera de toda una vida.
--"De vez en cuando, solo cuando no puedo sacar algunos pensamientos de
mi cabeza.”

¿"Por qué le había dicho esto? Probablemente a él no le gustaría enterarse


como sus visiones jugaban en su mente a todas las horas del día y la
noche, previniendo el resto.

Él camino alrededor del escritorio y colocó una cadera sobre él. Sus caderas
eran estrechas, sus hombros amplios.
--“Para de comerte con los ojos el cuerpo del hombre, Cait.” Sus ojos se
estrecharon en ella, como si él supiera que guardaba un secreto, cerró sus
ojos y trató de conseguir una visión de él, algo que le dijera quién era él.

Pero su mente estaba en blanco, lo que la dejó muy desconcertada.


¿Su mente en blanco?-. Jamás le había sucedido algo parecido.

--"Yo no puedo ver su futuro, " murmuró bajando su respiración. ¿" Perdón?
“Éllevantó una ceja en ella.

--"Ah, hay esta mi libro, " dijo ella, riéndose de él, esperando que creyera
que ella no era muy cuidadosa.

Ella recogió un libro pequeño, de cuero negro que estaba sobre el


escritorio detrás de él. No era el suyo, pero esto era lo que necesitaba para
salir rápidamente de allí. Antes de que ella pudiera girar, él extendió la
mano y la agarró por la cintura.

Solo pudo pronunciar un jadeo mientras que él la apretaba contra su


cuerpo, su aliento la calmaba.

"¿Qué eres tú?" empezó a decir, pero él le tapó la boca con la suya, sus
labios la abrazaron con fuerza y urgencia.

No debería dejar que un hombre al que nunca había conocido antes se


tomase tales libertades, pero olía tan bien, se sintió tan bien, sabía tan
bien.
Su lengua se levantó para recibir un gemido de placer que salió de su
garganta. El corazón le latía con fuerza mientras él Inclinó su cabeza y
profundizó el beso

Cait había besado antes, pero nunca como esto, nunca tan a fondo que ella
no podía pensar directamente. Nunca tan expertamente que sus piernas

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amenazaban con doblarse. Nunca con tanta pasión que ella podría
ahogarse en ello.
Él tiró su cabeza hacia atrás y miró sus ojos, con cuidado él tiró un mechón
de su cabello, dirigiendo su cabeza hasta que esta se inclinara hacia un
lado, exponiendo su cuello.

Casi saltó cuando sus labios rozaron ligeramente como una pluma un lado
de su mandíbula mientras arrastraba un beso por su garganta. Él tiró del
cuello de su camisón y su bata hasta que estos se abrieron, dejando al
descubierto su hombro. Con su mirada ella se estremeció.

Cuando alcanzó el lugar donde su cuello se encontraba con su hombro, él


succiono aquel punto sensible y luego la pellizcó con suavidad. Era la cosa
más sensual que alguna vez había experimentado, mareada ella oyó un
gemido escapar de su garganta. Más, más, por favor.

Él la pellizcó otra vez, luego abrió su amplia boca y mordió la delicada piel
de su hombro, sacándola al instante de la neblina inducida por la pasión.
"¡Ay!" Gritó y golpeó su hombro. "Eso duele”.

El dolor de la mordedura se abrió camino por el área de su cerebro


empapada por
la lujuria, que ella nunca había sabido que existiera, y ella lo golpeo otra
vez. En un momento, él la había tenido más caliente que el fuego de la
chimenea durante una noche fría de invierno y al siguiente, levantaba su
mano a su cuello para valorar la herida que él había creado sobre su
hombro.

Ella lo golpeó en el pecho. "¿Por qué me mordiste, tú gran patán?" Preguntó


mientras se frotaba la herida, secándose la pequeña cantidad de sangre de
la mordida y frunciendo el ceño en él.

"No lo sé" comenzó él.

Pero ella no lo dejó explicar porque se dio la vuelta y huyó del estudio.

"Vuelve", él la llamó en voz baja. Ella lo escuchó, pero igualmente corrió


por el pasillo y por las escaleras tan rápido como sus pies la llevaran.

Cait cerró de golpe la puerta de su habitación, tiro el pequeño libro de


cuero a la cama, y corrió al espejo. Dejando al descubierto su hombro, ella
valoró la herida, que se parecía a una mordedura en forma de media luna,
la misma forma que su boca.

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¡Maldición! Él la había mordido. Y por su vida, que no podía entender por


qué. Bueno, ella no iba a permanecer alrededor de Westfield Hall y dejar
que cualquier otro huésped del duque la mordiera.
Ni siquiera porque pareciera un dios griego y olía delicioso, como al aire
libre y a cítricos. Eran cerdos ingleses maleducados, la mayoría de ellos, y
ella ya se había llenado bastante.

Las mejillas de Cait estaban en llamas cuando recordó estar de pie tan
cerca del hombre en el estudio. Ella se había comportado como una
prostituta común, era sólo otra razón para que se fuera a Edimburgo lo
antes posible. Era evidente que estaba perdiendo
la cabeza.

Ella siempre se enorgullecía de su comportamiento, aunque carecía


seriamente de este en el estudio. El hombre era tan misterioso. En sus
veinte años, ella nunca había encontrado a nadie cuyo futuro, inmediato o
de alguna otra manera, no se le viniera a su cabeza.

El Adonis rubio le pareció una página en blanco sin nada escrito en él, no
podía culparse a sí misma por ser curiosa, ¿verdad?
La mordedura sobre su hombro la quemaba ligeramente, y frunció el ceño
con una oleada de irritación, ya se había quedado en Inglaterra más tiempo
del que había planificado. Era hora de irse a casa.

Cait piso muy fuerte la campanilla y tiró con fuerza. Ella probablemente
despertó a cada criado en la residencia, pero en este momento, se
encontraba muy molesta para preocuparse. Tenía que salir de Hampshire,
debía dejar Inglaterra por su bien y nunca debía mirar hacia atrás.

Dashiel Thorpe, conde de Brimsworth, se hundió en el gran sillón de cuero


del Duque de Blackmoor y enterró su cara entre las manos.

¿Qué había hecho? Por supuesto, él sabía la respuesta a eso.


Bajo el poder de la luna llena, había mordido a una muchacha que ni
siquiera conocía, por el amor de Dios. Él debería haberse encadenado esta
tarde, no debería haber estado vagando por ahí libre.

¿Cómo los otros licántropos lograban controlarse a sí mismos? Dash gimió


en voz alta. Sus circunstancias habían ido de mal en peor, en un abrir y
cerrar de ojos tomo una mala decisión.
La imagen de la muchacha escocesa tan angelical inundó su mente, ella
olía tan delicioso, como a madreselva fresca. ¿Dónde uno encuentra
madreselva en enero?

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El hecho de que ella era impresionante no ayudó, no había estado en


control de sus pensamientos o acciones desde el momento en que ella
entró en el estudio de Blackmoor.

¿Qué estaba haciendo en el estudio en medio de la noche durante una luna


llena de todos modos? ¿No sabía que habitaban Licántropos en la
residencia?

¿No sabía que era peligroso ir dando vuelta mirando y andando por ahí con
Hombres como el cerca?

Dash miró cuando sus dedos habían tomado el libro, y él se encogió. Al


principio, había sido divertido cuando ella había recogido su pequeño
diario, afirmando que era suyo. Pero él no tenía intención de dejarla huir
con él.

El contenido no era apto para los ojos de una dama, la revista sostenía
detalles sobre todas las prostitutas en los alrededores de Covent Garden,
descripciones físicas, direcciones, especialidades de clases y posiciones.
La idea de la lectura hizo que se le revolviera el estómago. Mirar al
pequeño ángel escocés por la mañana sería más difícil si hubiera leído tan
solo una entrada.

¿Afrontarla por la mañana? Dios mío, no había tenido intención de morder


a la muchacha, aunque nunca olvidaría la sensación que había
experimentado cuando había marcado su piel. Fue más intenso que
cualquier liberación que jamás hubiera disfrutado en su vida.

Era mejor no pensar en eso, o él iba a ir tras ella y terminar lo que habían
empezado.
Ni siquiera el duque de Blackmoor ni el Mayor Forster le perdonaría aquella
indiscreción. Y él ya estaba en bastantes problemas con los Westfield. Si
tenía alguna esperanza de encontrar un mentor licántropo, tendría que ser
honesto con ellos acerca de sus acciones más recientes.
Era la única manera de ganar su confianza, después de todo lo que había
tratado de hacerles.

Dash no estaba acostumbrado a pedir ayuda a nadie, y la idea no se


ajustaba bien con él. Durante sus veintiséis años, había sufrido en silencio,
sin entender qué o quién era.
Y ahora que sabía, tenía que saber más. Tenía que encontrar una manera
de ganarse el perdón de los Westfields. Era la única manera de para
obtener la salvación.

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Él oyó al mayor Forster antes de que el viejo lobo abriera la puerta del
estudio. El oficial jubilado parecía mucho más en paz que hace unas horas.
Dash deseada poder decir lo mismo de él.
El anciano se aclaró la garganta.

"Bueno, veo que se las arregló para quedarse quieto. Eso es algo"

"Mordí a una muchacha." Las palabras salieron volando de la boca de Dash


antes de que pudiera detenerlas.

Los ojos marrones del Mayor Forster se redondearon por la sorpresa.

"¿Cómo dice?"

Dash sacudió la cabeza mientras se apresuraba a explicar. "Yo no fui a


buscarla, ella vino a mí, y yo era débil"

"¿Dónde la mordió?"

"Aquí, en el estudio de su gracia", Dash gimió.

"No donde," dijo el mayor. "¿Sino en qué parte de su cuerpo?"

"¿Qué diferencia hay?" Comenzó Dash, pero entonces algo peligroso brilló
en los ojos del mayor.

Dash se refirió a la zona en la que el cuello se encontró con su hombro.

"Aquí".

"¿Estás diciendo que reclamó a esa mujer?"

"No estoy seguro", admitió Dash mientras cerraba los ojos para bloquear la
Desaprobación del hombre. "Pensé que debería saber."

"¡Dios mío!" El mayor se quejó. "Ahora vamos a tener la ira de Blackmoor


sobre los dos."

Dash abrió los ojos. ¿Qué quiso decir el mayor con eso?

"¿Nosotros dos?" El oficial se pasó una mano por la cara.

"Yo tenía que vigilarte", gruñó él.


Luego bajó las manos y apuntó una mirada intimidante hacia Dash.

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"¿Quién era ella?"

Dash se encogió de hombros. "No lo sé, ella era hermosa, de cabello rubio
suelto y ojos azules".

Él Mayor Forster tragó saliva. "¿Ella te hablo?", él preguntó en voz baja.


Dash asintió. "¿Y ella era escocesa?"

Parecía como si las palabras fueran arrancadas de él.

"Sí", admitió Dash. "Usted sabe quién es ella." Eso era evidente.

El mayor se estremeció y se frotó las sienes como si la acción aliviaría su


dolor.
"Sí, conozco a la muchacha, Conocía a su madre, también. Esto no es
bueno, Lord Brimsworth. No es bueno en absoluto".

"Bueno, seguramente, hay algo que se pueda hacer. No era mi intención


morderla, y ella"

"No funciona de esa manera, mi Lord. Cuando la mordió, la luna estaba


llena. Tú la has reclamado como tu compañera licántropa bajo una luna
llena. Estas conectado con la chica ahora, que Dios los ayude a los dos".

"Bueno, ¿qué significa eso?"

"Esto significa", el oficial comenzó mientras se sentaba en una de las sillas


de cuero del duque, "que es tu compañera de aquí hasta que uno de
ustedes muera".

"¿Mi compañera?" Dash miró boquiabierto. "Pero yo no conozco a la chica,


Seguramente algo como esto tiene que haber ocurrido antes, tiene que
haber una manera de remediarlo"

"Brimsworth, esta no es la primera vez que un licántropo, bajo el hechizo


de la luna llena, ha reclamado a un compañero no planeado.

"El comandante se estremeció. " No sé de ningún caso donde hubiera un


final feliz.

"¿Por qué?" Dash-preguntó mientras se hundía en su asiento frente al viejo


oficial, su corazón martilleando en su pecho, todavía no estaba listo para
creer que no había una manera de salir de la situación.

"Debido a que la chica no te ama, mi Lord, usted mismo ha dicho que ni


siquiera la conocía. Casarse con uno de nosotros, aparearse con uno de
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nosotros, es bastante difícil para las mujeres que nos aman en algunos
días del mes.

"Pero usted se ha conectado a una mujer que no se preocupa por usted, y


no está obligada por las mismas reglas que se aplican a usted o a mí.
Mientras que para usted será imposible tomar a otra mujer en la cama, la
señorita Macleod puede casarse con quien quiera. Y usted estará
completamente solo hasta que la conexión sea rota".

La predicción le preocupaba sobre más de un frente, Dash no era un


extraño para el entretenimiento con mujeres en su habitación.
No podía imaginarse no estar en condiciones de hacerlo más, él no estaba
seguro de creerle aún al hombre.

No era posible que perdiera ese deseo.

Pero lo que más le molestaba era que su ángel de Escocia podría elegir a
otro hombre sobre él, eso no parece justo.

El pensamiento de la criatura encantadora que había sostenido en sus


brazos esa misma noche, casándose con otra persona era como una
espada en su corazón. Lo cual no tenía mucho sentido. Él ni siquiera
conocía a la muchacha.

"La Señorita Macleod", él preguntó. Al menos tenía un nombre.

El Mayor Forster asintió. "Caitrin. Es una amiga de mi hija Elspeth".

Dash saltó de su asiento. "Voy a tener que hablar con ella."

"No harás tal cosa", gruñó el viejo oficial. "Y usted no va a decir una palabra
de esto a nadie hasta que pueda resolver qué hacer".

"Pero, yo"

"Siéntate," ladró el Mayor Forster. "Por si lo has olvidado, Lord Brimsworth,


usted no es un invitado bienvenido en Westfield Hall. Sus pecados son
numerosos y los sabemos pero lo más importante es que usted es un
Licántropo salvaje, incontrolable.

“Y si usted cree que voy a permitir que aceche en los pasillos de esta casa,
está muy equivocado”.

El aire salió rápidamente de los pulmones de Dash.

"Es por eso que he venido por ayuda, señor. Necesito un mentor, y…"
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"Usted está aquí porque Su Gracia, Lord Benjamín y yo impedimos que Lord
William lo destrozara cuando intentó reclamar a su esposa esta misma
noche. Ahora siéntese mientras pienso, "el hombre se lo ordenó con
brusquedad.

"Tratar de reclamar a la esposa de Lord William fue una mala decisión de


mi parte," comento Dash, si pudiera simplemente explicarme.

"Le dije: 'Siéntese'" el mayor gruñó.

Dash se sentó en una silla y observó una serie de emociones a través de la


cara del otro hombre. Por último, el mayor se frotó la barbilla.

"Usted realmente necesita un mentor, y tengo que mantenerlo lejos de los


Westfields".

"No pienso hacerles nada malo."

"Como ya se ha escapado de mí una vez, mi Lord, por favor entienda que


no tengo la intención de confiar en su palabra".

Dash podía ver el punto del hombre.

"Mi familia es oriunda de Glasgow, tengo un primo, un constructor de


barcos, que todavía vive allí, estoy seguro.

“Yo lo puedo convencer para que lo tome bajo su brazo".

¿Glasgow? Dash sacudió la cabeza. No conocía a nadie en Glasgow, e ir allí


no resolvía su situación con la señorita Macleod.
"Pero la chica"

"No necesita un lobo salvaje en su camino, ni va a tolerar a uno. Usted


puede confiar en mi palabra con respecto a esto. Una vez que usted tenga
el control de sí mismo, usted puede ir a buscarla y ver que debe hacer con
el lío que ha provocado. "

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Dos

"Lord Brimsworth," el Mayordomo del duque de Blackmoor lo llamó desde


la puerta del estudio. "Su coche ha llegado."

Dash había enviado a su carro para que lo llevase a Glasgow, junto con una
carta de introducción del mayor a su primo el constructor de barcos, el Sr.
Niall Forster. Dash se levantó de su asiento y se acercó al viejo
mayordomo. Sin embargo, había algo que tenía que hacer antes de partir
hacia Escocia.

"Me gustaría hablar con la Señorita Macleod primero, si no te importa,


Billings. "

El viejo criado le frunció el ceño. -"Me temo que eso no es posible, mi


señor."

¿No es posible? Dash resistió el impulso por resoplar. No quería pasar más
tiempo en Westfield hall del que era absolutamente necesario, pero el ver a
Caitrin Macleod antes de irse a Glasgow era de suma importancia, si
realmente se conectó a la chica hasta el fin de los tiempos, sería mejor si
se ponían algunas cosas en orden antes de partir.

"No me iré hasta que no hable con la señorita Macleod."

El mayordomo suspiró irritado. "La señorita Macleod ya no está en la


residencia, mi Lord.

"¿Ya no está en casa?" Resonó el eco de Dash. ¿Cómo era eso posible? Sólo
unas horas antes, había besado a la chica, la sostuvo contra él, y la
reclamó.

"Yo creo que ha regresado a casa, señor."

Ella se fue sin hablar con él, ¿sin darle la oportunidad de explicarle? Dash
metió la mano en el bolsillo y arrugó la carta del mayor en su puño. Él salió
de la casa y fue inmediatamente asaltado por su olor de madreselva, siguió
bajando los escalones de piedra y tiró para abrir la puerta de su coche de
viaje. Dash se apoyó contra los cojines y miró al lugar vacío a través de él.
El viaje iba a ser uno muy largo.

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"¿Glasgow?" Su cochero, Renshaw, preguntó desde la puerta abierta.

Dash asintió con la cabeza. El Mayor Forster no le había dado ninguna


opción en el asunto. Glasgow, por Dios, seguramente el viejo oficial podría
haberle encontrado un mentor en Inglaterra, alguien que no quedara tan
lejos. El viaje duraría para siempre por el camino del norte sobre todo a
mediados del invierno. Quizás Forster pensó que el caería a su muerte en
los Apeninos, tal vez ese era el plan del anciano.

Dash suspiró. "Estoy un poco con prisa, Renshaw, pero la seguridad es de


suma preocupación, mira los caminos, ¿quieres?”

Caitrin distraídamente frotó su hombro mientras tiraba de la manta azul de


viaje sobre sus piernas.

A pesar de que su don de la visión le permitía ver muchas cosas que no


debería, incluidas muchas escenas íntimas, sólo se cernían los bordes de
aquellas imágenes. Ella nunca vio lo que pasaba en realidad entre hombres
y mujeres después que las puertas se cerraban. Por esa razón, ella estaba
muy contenta, hasta ahora.

Quería más que nada poder preguntar si era normal que un hombre en
medio de la pasión la mordiera en la clavícula, pero eso sería terriblemente
inadecuado. ¿A quién en el mundo ella podría preguntarle? Todas sus
hermanas aquelarre en Escocia eran doncellas, justo como ella. Aparte de
Elspeth, por supuesto, a quien acababa de dejar atrás en Hampshire. Cait
suspiró profundamente.

"¿Se encuentra bien, señorita?" Su criada, Jeannie, preguntó desde donde


ella descansaba en el otro lado.

La pregunta sacó Cait de su ensueño, pero por poco. "¿Qué decías?",


Murmuró mientras se apretaba el cuello de su vestido de viaje más para
cubrir la marca.

"Le pregunté si está bien," Jeannie repitió, frunciendo las cejas.

"Estoy bien, y no puedo imaginar por qué quieres pensar lo contrario. "Cait
cerró los ojos y apoyó la cabeza contra los cojines de cuero.

"Estoy preocupada por usted, eso es todo, primero dejamos Westfield Hall
en la oscuridad de la noche como ladrones. Usted ni siquiera le dijo adiós a

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la señora Elspeth. Y ahora usted esta tan inquieta que no puede ni siquiera
dormir".

Cait levantó la cabeza y miró a su doncella. Jeannie era varios años mayor
que Cait, una década más o menos.

Tal vez podría preguntarle, Caitrin sacudió ese pensamiento tan rápido
como surgió.

"¿Tiene algo que ver con el mordisco de amor en su cuello?"

Cait tiro de su cuello más de lo normal. "Yo no sé lo que dices," jadeó.

"Sí, lo sabe." Jeannie sonrió y asintió con la cabeza, haciendo que sus rizos
oscuros subieran y bajaran. "Usted no puede mentirme a mí, señorita soy
quien le arregla el cabello a usted, y tengo mucho tiempo con usted, desde
que era pequeña. Y eso sin duda es un pequeño mordisco de amor bajo su
oído, allí. Eso no estaba allí ayer".

"¿Bajo mi oído?" Caitrin hizo eco de la sorpresa, arrastrando los dedos por
su cuello. Jeannie no estaba hablando de la mordedura. ¿El maldito hombre
dejo otra marca?

"Sí", confirmó a la criada. "¿Quién era él? ¿Y qué le hizo para que quiera
correr hacia Edimburgo cuando ustedes obviamente lo disfrutaron tanto? "

"¿Disfrutamos?" Jadeó Caitrin. Luego murmuró en voz baja: "Yo tengo que
irme lejos." Pero lo había disfrutado, justo hasta el momento en que la
confundió con unpedazo de carne.

"Usted no puede mentirme a mi señorita, soy como su propio papá, tal vez
incluso mejor." Ella sacudió un dedo hacia Caitrin juguetonamente. "Por lo
tanto, no puede enredarme incluso aunque lo intente".

Esto era demasiado embarazoso para discutirlo después de todo.

"¿Quién era?" Jeannie persistió.

"Yo no sé quién era," Caitrin finalmente admitió.

"Oh, ¿un hermoso extraño?" Jeannie dejo que su voz se calmase y arqueo
las cejas.

"¿Dónde lo conoció?"

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"En el estudio del Duque Blackmoor." Caitrin suspiró finalmente.

"Yo estaba buscando un libro."

"¿Y?" La doncella la incito.

"Y él... me besó." Cait se encogió de hombros, sin saber qué más decir.

Jeannie se recostó contra los cojines y miró a su ama con cautela.

"Sin siquiera presentarse adecuadamente. " Su padre no lo aprobara".

"Tú no eres Papá, Jeannie, prométeme que no se lo dirás”. "Por favor,


Jeannie", declaró Caitrin.

¨Su padre no estaría del todo contento con la situación, y nada se podría
hacer al respecto, de todos modos¨.

"¿Acaso este hombre la agarro a usted, señorita?"

"Bueno," Cait dudó, sintiéndose de repente protectora hacia el hombre, a


pesar de que era un pensamiento ridículo. "Él me agarró," admitió. "Pero la
mente no lo hace sola ", añadió rápidamente.

Entonces ella soltó una respiración profunda y se armó de valor finalmente


para preguntar: "¿Por lo tanto, las mordeduras de amor, como ustedes la
llaman, son lo que generalmente sucede entre un hombre y una mujer?"

"Sí, eso y mucho más, pero su marido le enseñará todo lo que necesita
saber con respecto a eso. Usted necesitara de la gente como yo".

Un marido. "Si alguna vez encuentro uno", dijo Cait, levantando ambas
manos en señal de rendición. "No importa... no es "importante".

"Pero este hombre..." Jeannie comenzó.

Cait sacudió la cabeza. "Está en Hampshire, y nosotras estamos en camino


de regreso a Edimburgo. ¨No lo veré otra vez." Ella tiro su cabeza hacia
atrás y fingió dormir, con el corazón un poco más pesado de lo que había
sido antes de la conversación.

El ligero olor a madreselva había torturado a Dash todo el día. Él gruñó


mientras miraba por la ventana hacia la oscuridad que rodeaba al coche.

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Todo lo que necesitaba era seguir el olor de la señorita Macleod durante


quince días para volverse completamente loco, él resopló para sí mismo y
se apoyó en los cojines.

¿A quién estaba engañando? Ya había perdido la cabeza, viajar a Glasgow


para preguntar por un constructor de barcos para que fuese su mentor.
Suspiró.

Parecía una locura, por el lado positivo, si su padre se enteraba de esto, las
noticias probablemente empujarían al viejo perro hacia el borde, quizás
Dash debiese enviar una carta informando a su padre de sus planes.

Él negó con la cabeza ante esa idea, no hay razón para despertar ese nido
de avispas. Con un poco de suerte, el Marqués de Eynsford olvidaría
incluso que tuvo un hijo, después de veintiséis años las probabilidades no
estaban particularmente en favor de Dash en ese sentido, pero un hombre
siempre podía esperar un poco de ayuda.

Quizás Glasgow no sería tan malo después de todo, después de todo la


señorita Macleod se dirigía allí, él podría vigilarla. Asegurándose de que
nadie se la arrebatara antes de que él tuviera la oportunidad de cortejarla
adecuadamente, una imagen de su ángel escocés brilló en su mente,
cabello de oro, tan suave y largo que quería envolver un rizo alrededor de
su dedo y simplemente acariciarlo con el pulgar, ojos azules claros con el
color de un cielo sin nubes, labios tan perfectamente besables que se
endureció con tan solo pensar en ellos.

No, una vez más ese pensamiento, Glasgow podría ser exactamente lo que
necesitaba. El coche desaceleró, y Dash miró por la ventana. Se dio cuenta
de un punto de luz en la distancia que se hacía más brillante mientras el
carruaje se acercaba, una posada, gracias a Dios, podría dormir un poco
después de los últimos días que había soportado.

El carro divagó hasta detenerse en el patio de entrenamiento y Dash ni


siquiera esperó a que Renshaw detuviera sus pasos. Abrió la puerta y salto
afuera, para detenerse en el instante en que el olor de la madreselva le
hizo cosquillas en la nariz.

La Señorita Macleod estaba definitivamente aquí, tenía que ser. Su aroma


floral era más fuerte aquí que el que había estado todo el día en la
carretera.

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The Taming of the Wolf

¡Qué golpe de suerte! Podrían tener una conversación sobre lo que había
ocurrido la noche anterior y arreglar algunas cosas.

Por último, con un objetivo en su mente, Dash se dirigió directamente a la


cantina.

Sin lugar a dudas, ella estaba aquí. El aroma de la señorita Macleod era tan
abrumador que tenía que apretar los dientes para no gruñir en voz alta por
ella.

Sus ojos recorrieron a través del cuarto oscuro, pasando por algunos
lugareños que estaban bien ebrios, un hombre moreno con un niño en sus
rodillas, un par de mozas rollizas de taberna, y un camarero corpulento
que lucía una nariz bulbosa y una coronilla calva. Ah, perfecto. Dash
sonrió, justo el hombre que necesitaba.

Elogió al dueño con un gesto de la mano.

"Sí, ¿señor?" El hombre trepó hacia adelante.

"Necesito alojamiento para la noche."

"Por supuesto." El hombre asintió con la cabeza.

"Pero primero," comenzó Dash, "Estoy buscando a una mujer."

Los ojos oscuros del tabernero brillaron. "Estoy seguro de que puedo
encontrar a alguien que le haga compañía, señor."

El hombre miró más profundamente en la taberna.

Dash sacudió la cabeza, sin duda era la primera vez que el rechazaría una
oferta de compañía.

Él sólo estaba interesado en una mujer en ese momento. "No me ha


entendido.

Estoy en busca de una mujer que viaja por este camino también, mi prima
del norte. La Señorita Macleod”.

El tabernero se echó hacia atrás sobre sus talones. "¿Cómo dice, señor?"

"¿Esta la señorita aquí?" Dash gritó.

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The Taming of the Wolf

Antes de que el camarero pudiera responder, Dash oyó, la delicada


cadencia de su voz que provenía de un comedor privado en la parte
posterior.

"No importa." Dash pasó junto al hombre y se abrió paso entre la multitud
hacia la parte posterior de la sala donde una pesada puerta de roble lo
separaba de la chica en la que había pensado la mayor parte del día.

Dash respiró hondo y empujó lentamente la puerta abierta.

Ella estaba fascinante como lo había estado la noche anterior.

Sin darse cuenta de su presencia, Caitrin Macleod conversó con una mujer
mayor, una dama o una acompañante de algún tipo. Dash frunció el ceño,
si la mujer la hubiera estado vigilando la noche anterior, él no estaría en la
situación actual. Bueno, él todavía estaría de camino a Glasgow, pero no
estaría atado a la señorita Macleod para el resto d sus días.

Aunque, ahora que ella estaba dentro de su línea de visión, él no podía


encontraren su alma algo que lamentara el giro de los acontecimientos.

Dash se burlaba de sí mismo. Todavía debía encontrarse hipnotizado por la


luna para mantener tales pensamientos. A continuación, una idea
aterradora le vino a la cabeza. ¿Qué pasa si, desde que había reclamado a
la muchacha, no podía sacarla de su mente? ¿Y si había perdido el poco
poder que tenía sobre sus propios pensamientos?

¿Exactamente cómo lo encadenaba a él?

El sonido estrangulado que él oyó debe haber venido de él, porque la


mirada fija de señorita Macleod se disparó hacia la puerta.

Sus ojos se encontraron, y todo el aire de los pulmones de Dash escapó,


sus ojos azules se encontraron con los suyos, y por un momento el mundo
se sentía bien, como si todo tuviera sentido.

Pero entonces ella comenzó a tartamudear, y tosió, lo que había estado


masticando tan bien ahora estaba alojado en su garganta. Ella se puso roja
y luego un poco de color púrpura. Cuando Dash salió de su trance se dio
cuenta de que era mejor hacer algo, él salió hacia adelante, le dio tirón a la
silla y comenzó a acariciar su espalda. Cuando un grito ahogado fue su
única recompensa, le dio una palmada en la espalda un poco más fuerte.

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De repente, ella tosió violentamente y soltó una gran inhalación de aire, las
lágrimas brotaban de sus ojos cuando se volvió hacia él, él sentía la
extraña obligación para quitar las lágrimas con las yemas de sus pulgares.
Tan extraño, era una sensación que nunca había sentido antes.

"¿Estás bien?", Le preguntó después de que él tragó el nudo en su


garganta.

Estaba completamente sorprendido cuando sus ojos se estrecharon y se


posaron en el hombro.

Ella pisó muy fuerte con el pie e hizo una bola con los puños y gruñó: "¡Oh,
usted!"

"¿Feliz de verme?" Él le dirigió una sonrisa a ella, que nunca dejó de servir
con criadas o mozas. "Te fuiste antes de que tuviéramos la oportunidad de
hablar esta mañana."

"Señorita", preguntó su compañera, poniéndose de pie y mirando a Dash.

Pero su ángel escocés no respondió, ella dio media vuelta y salió corriendo
del comedor privado.

Dash la persiguió por la taberna y por el patio, pero él la alcanzó antes de


que pudiera redondear un pequeño muro de piedra que desaparecía en la
oscuridad.

"¿A dónde diablos va usted?" Dash exigió saber mientras la agarraba por el
codo.

"¿Cómo se atreve usted a tocarme?", Dijo entre dientes contra él, tirando de
su brazo. Sin esperar una respuesta, ella salió por unos adoquines que
conducían lejos de la posada.

Dash la siguió, sintiéndose como un cachorro persiguiendo a su amo.


"Señorita Macleod," él la llamó.

Ella se dio la vuelta y disparó una rápida mirada en él. "¿Qué quiere?" Le
dijo.

"Tengo que hablar con usted," dijo, cerrando la distancia entre ellos.

"¿Cómo me ha encontrado?" Ella frunció el ceño al mirar hacia él.

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¿Cómo podría evitarlo? Su aroma lo había molestado todo el día. Dios, eso
sonaría ridículo.

"Un poco de buena suerte de mi parte", le dijo.

"¿Qué quiere?" Escupió. Pero que pequeña tan fiera era, con sus ojos azules
parpadeando de indignación.

Ah, pero el necesitaba estar en control de sí mismo, para así poder actuar
como los otros licántropos, para poder tenerla en sus brazos.

"Usted", él admitió antes de que pudiera detenerse.

Ella debía imaginarlo como el hombre más loco, mordiéndola la noche


anterior, persiguiéndola en la oscuridad esta noche. Fue un absoluto
milagro que ella había parado en una posada, cualquier mujer cuerda de
mente habría huido tan lejos y tan rápido como pudiera.

La señorita Macleod sacudió la cabeza ante él como si fuera una especie de


mosquito inquietante. "¿Yo? ¿Para qué?", preguntó ella, su voz sonando
melodiosa a medida que aumentaban su irritación.

"Usted pregunto lo que quería, señorita Macleod, la quiero. "Entre otras


cosas que él nunca podría explicarle a ella. Por lo menos no ahora.

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TRES
Cait parpadeó hacia él, creyendo que no lo había oído bien, trató de
ignorar las palpitaciones en su vientre que su confesión le provoco en su
interior y se centró en su lugar en sus ojos color ámbar, concentrarse en su
futuro. Un destello de algo que sería más que provechoso, su maldito
poder nunca le había fallado hasta ahora.

La fresca brisa le revolvió el cabello de oro, y sus ojos cayeron hacia sus
labios, el calor la inundó, y la mordedura en el hombro le quemaba,
suavemente tocó la herida que le había hecho.

Sin embargo, ninguna visión llegó a ella, absolutamente ninguna. Él era un


completo enigma, que era más que desconcertante. Cait nunca había
intentado tanto examinar el futuro de alguien, por supuesto, ella nunca lo
había necesitado antes, pisó muy fuerte con el pie por la frustración y
sostuvo un grito. ¿Por qué no podía ver algo de él? ¿Por qué su regalo le
fallaba cuando más lo necesitaba?

"Te quiero," repitió, con su voz grave retumbando en ella.

Ella recuperó sus sentidos y golpeó sus manos en las caderas. "¿Me
quieres, verdad?". Preguntó altivamente.

Una pequeña sonrisa inclinó las comisuras de su boca. "No tienes ni idea."

Ella frunció el ceño. ¿Cómo se atreve a encontrar esto divertido? "Bien, por
usted o cualquier otra persona, para el caso.

Así que puede dar la vuelta y volver a Hampshire donde usted pertenece”.

La sonrisa desapareció de sus labios. "Me temo que eso no es posible."

"Es muy posible", le informó. "usted simplemente tiene que volver a su


coche e ir a otro lado. No tengo nada más que decirle".

Sacudió la cabeza y sus ojos se oscurecieron cautivadoramente. "¿Huira de


mí otra vez? Usted me golpeo como una chica con un poco más de fuego. "

¿Un poco más de fuego? Deseó que su hermana de aquelarre, Blaire,


estuviera allí con ella. La bruja guerrera podía chamuscar al hombre hasta
que él hubiera tenido suficiente fuego para toda su vida.

5
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"Yo ni siquiera sé quién es usted".

"Permítame poner remedio a eso", dijo suavemente. "El conde de


Brimsworth, a su servicio."

¿Brimsworth? Cait reconoció su nombre inmediatamente y retrocedió un


paso tentativo. Ella bien no podría saber su futuro, pero si sabía lo
suficiente de su pasado. Él era un hombre del que debiera quedarse lejos,
era peligroso, y, peor aún que eso, era un Licántropo, los cuales eran
perros desagradables, ella apenas era capaz de tolerar al que se había
casado con Elspeth.

Esta conversación había terminado, no necesitaba un licántropo en su vida,


no importa lo mucho que hiciera que su corazón se acelerase, Cait inclinó
la nariz en el aire y lo niveló con lo que esperaba fuera su más helada
mirada.

"Sus servicios ya no se necesitan, Lord Brimsworth, ahora de la vuelta y


vuelva a

Hampshire o de donde haya salido".

Un músculo se movió en su mandíbula, y Cait tragó nerviosamente.


Brimsworth dio un paso más cerca de ella y le dijo: "No hay nada para mí
en Hampshire, muchacha, mi futuro está en Glasgow".

¡Lo Arruino! ¿Por qué tenía que decir el futuro? Cait casi se atraganto con
su lengua. ¿Por qué el inglés se dirigía a Escocia? ¿Y por qué a Glasgow?
¿Creía que se dirigía allí? Bueno, no estaría sorprendido al encontrar que
estaba equivocado.

Desde luego no iba a corregir su suposición.

¿Pero qué si su padre se encontraba a Brimsworth en Glasgow en uno de


sus muchos viajes de negocios? Cait sacudió su cabeza por su propia
insensatez, su padre nunca encontraría a Lord Brimsworth.

Por otra parte, ella no había pensado que pondría los ojos sobre un
hombre otra vez tampoco.

¿Qué pasa si Jeannie le dijera a su Padre lo que Brimsworth le había hecho?


Y luego que pasaría si ellos realmente se encontraran en ¿Glasgow?

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The Taming of the Wolf

Su papá estaba allí bastante a menudo. El vientre de Cait se desplomó, lo


que ella no daría para predecir el futuro del hombre.

"Usted no puede ir allí", chilló.

La sonrisa encantadora del conde regresó. "Yo no sabía que necesitaba su


permiso para viajar al norte, Señorita Macleod".

Cait tomo coraje y metió un dedo en su pecho.

Él capturó su mano y un hormigueo corrió por su piel debido a su tacto,


luego levantó la mano a sus labios y le besó los nudillos mientras su
mirada la abrasaba.

"Desde ayer por la noche, no he sido capaz de pensar en otra cosa que
usted y su delicioso aroma."

El corazón traicionero de Cait latió rápidamente, aunque ella prefirió


ignorarlo y se desprendió de la mano de su captor.

"De algún modo dudo que entre sus actos de venganza, mi lord, usted se
haya preocupado por pensamientos acerca de mí o de mi olor", respondió
ella con aspereza.

Echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada. "Ah, así que usted sabe lo
que soy."

Ella no encontró la idea remotamente graciosa y ella asintió bruscamente,


cruzando los brazos sobre su pecho. "Usted secuestro a Lord William y
planeo hacerle daño." No, es que ella alguna vez se hubiera preocupado de
una u otra manera por Lord William.

Pero expresar los crímenes del conde sólo podría ayudarle en este punto,

Brimsworth se encogió de hombros. "Entonces usted también debe saber


que lord William entró en una competición conmigo por su propia
voluntad, luego hizo trampa, no me tomé demasiado bien eso".

No, él no parecía el tipo de hombre... no, Licántropo,... ¿quién aceptaría de


buen grado ser engañado?

Cait no tenía la intención de permanecer en el frío para continuar esta


ridícula conversación.

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"Honestamente, mi Lord, no tengo ningún deseo de aplaudir o ridiculizar


las decisiones tomadas por Lord William y su novia, el asunto es discutible,
al menos. Ahora, si me perdona, estoy seguro de que mi doncella está muy
preocupada".

Luego se volvió hacia la posada. Casi esperaba que Brimsworth la


persiguiera, como al parecer había estado haciendo todo el día. Pero sus
pasos no sonaron detrás de ella, no debería haber estado decepcionada
por eso.

Era lo mejor, después de todo. No tenía espacio para más licántropos en su


vida de todos modos. Cait entró en la cantina y trató de evitar las visiones
del futuro de los otros clientes

"que le asaltaban a su mente, un hombre se sentó llorando sobre la cama


de un ser querido, su esposa, Cait asumió. Una moza de taberna en el otro
lado estaba a punto de descubrir que era una mujer embarazada, el
corpulento tabernero tropezaría en un agujero y se torcería el tobillo.

Se concentró en la puerta del comedor privado y se sintió aliviada cuando


ella pasó por encima del umbral y bloqueó todos los lugares no deseados.
Ella no había apreciado el hecho de que su mente estaba clara y sin carga
cuando estaba con el conde de

Brimsworth. Eso en sí fue bastante desconcertante, en cuanto se cerró la


puerta de la sala de comedor, Jeannie le echó los brazos y la besó en la
mejilla. "Ah, señorita, yo estaba muy preocupado por usted."

"Estoy bien, Jeannie", dijo.

"Nunca había visto que usted se comportara de tal manera. ¿Quién era ese
hombre? Y ¿por qué usted corrió de esa manera? "

"Lord Brimsworth", dijo Cait casualmente. "Él es un conocido de los


Westfields."

Su criada frunció el ceño. "Y el resto. ¿Por qué usted corrió hacia fuera? ",
preguntó de nuevo.

Cait debería haber sabido mejor que Jeannie no lo dejaría ir tan fácilmente.
"He pasado un largo día, y sólo quiero ir a la cama. ¿Puedes guardar la
Inquisición española hasta mañana? "

8
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The Taming of the Wolf

Pero ella ya había decidido que iba a confiarle a su criada y que iba a
guardarse para ella.

Jeannie se escabulló un poco lejos. "Yo creo que el señor Macleod lo


aprobaría, señorita"

"Tonterías," Cait respondió despreocupadamente. "No hay nada que


aprobar, no, vamos a ver a su señoría de nuevo de todos modos. "Ellos se
dirigían a dos ciudades diferentes, después de todo, ellas perderían a
Brimsworth en la mañana, y eso sería todo.

"Señor", el tabernero lo llamó desde el otro lado del patio.

Dash ignoró al hombre ya que no estaba de humor para mantener


compañía, su mente seguía recuperándose de su conversación con la
señorita Macleod. Los pocos momentos que había pasado en su presencia
le habían revuelto la sangre de una manera como nunca había
experimentado antes. Bueno, salvo la noche anterior, y el momento en que
ella se alejó de él había sido muy doloroso.

¿Fue una reacción normal al ver a su pareja? Era una tortura estar tan cerca
de ella ya que ella irradiaba calor directamente a su alma, pero no podía
tocarla, no podía saborearla. Él no tenía ningún derecho en absoluto sobre
ella, a excepción de la marca que le había dejado en el cuello.

Toda la prueba fue un tormento cruel, la horrible predicción del


comandante se repetía en su cabeza, ella no estaba sujeta a las mismas
reglas que él. Dash pensó que no podría sobrevivir a desearla toda una
vida si ella después lo rechazaba y escogía a otro, así las cosas, él necesitó
cada poco de autocontrol que él poseía para no saltar la escalera,
encontrar la habitación de Caitrin, y reclamarla de un modo mucho más
íntimo.

"¡Señor!", El tabernero llamó de nuevo.

Dash quería romper al hombre en dos, salió de las sombras. "¿Sí?"

Una expresión de alivio se instaló en el rostro del hombre corpulento. "Ah,


ahí está usted. Pensé que podría haberse marchado".

"¿Qué quiere?" Preguntó Dash, sin siquiera molestarse en mantener un tono


conversacional.

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El tabernero tragó saliva con nerviosismo y se apresuró a explicar. "La llave


de su habitación, señor. Es la primera a la izquierda, había otro muchacho
que la quería. Pero como se la prometí a usted primero...

¿Hay algo más que pueda hacer por usted, señor? "

Dash se rascó la barbilla. "En realidad, hay algo que puede hacer por mí, y
esto implica a aquella joven que pregunté sobre cuando llegué, mi prima. "

10
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The Taming of the Wolf

CUATRO
Caitrin suspiró profundamente mientras se sacaba las horquillas del pelo y
lo dejaba caer sobre sus hombros.

"¿Cansada, señorita?" Preguntó Jeannie mientras doblaba el vestido de viaje


de Cait y ayudó a su señora con su camisón.

Cait se recostó pesadamente. "No tienes ni idea." Estar en lugares con


mucha gente era completamente agotador, no importa lo mucho que trate
de bloquear los nombres, caras y futuros, no podía hacerlo. A excepción de
los momentos que pasó con el apuesto y peligroso Lord Brimsworth,
aquellos momentos eran tranquilos, estaban en calma.

Las únicas emociones que enturbiaban estaban dentro de ella, ella no


recibía nada de las personas que la rodeaban, era casi el cielo.

El deseo de calma casi le daba ganas de buscar a su señoría de nuevo, sólo


para poder ver si era verdaderamente un hombre que podría traerle paz.
Incluso ahora, ella vio a Jeannie en su imaginación mientras salía de la
habitación mientras Caitrin dormía para ir a reunirse con su pretendiente,
el cochero de Cait, Lamont.

"¿Por qué no sigues adelante y te vas, Jeannie?" Cait finalmente preguntó,


tratando de mantener la irritación de su voz.

"¿Ir a donde, señorita?" Replicó la dama, fingiendo confusión.

"tú sabes perfectamente a dónde", reprendió Cait. "No puedes mentirme a


mí, ya sabes".

"En verdad, señorita…", comenzó la criada, pero Cait levantó una mano
para hacerla callar.

"Por favor, no me mientas, Lamont está esperando por ti. "Ella trató de
domar su sonrisa hacia la mujer. "Ve," dijo, espantando a Jeannie hacia la
puerta con las manos, la única cabeza en la que ella quiso estar era la
propia. "fuera. "

"¿Esta segura que no necesita nada más de mí?"

"Positivo". Suspiró Cait.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

La mujer casi saltó por la puerta, dentro de unos momentos, la criada se


envolvería en los brazos del cochero, y no volvería hasta la mañana. Oh, si
la vida fuera realmente así de simple.

Cuando Cait estaba sola, ella todavía veía fragmentos del futuro, pero
cuando no venían llegaban todos juntos de una vez, eran más como un
sueño. Como ver a los actores en el teatro, cuando venían todos ellos a la
vez, era más bien una pesadilla.

Ella se acercó a la ventana y descorrió las cortinas.

La luna aún estaba en lo alto del cielo, ella observo un movimiento y la


parte superior de una cabeza rubia a través del patio de la posada.

¿Lord Brimsworth? No, eso debía ser una ilusión.

¿Deseosa? Ella se burlaba de sus propios pensamientos, ella deseaba que el


Adonis rubio viniera a masticar su clavícula un poco más, era la paz que
ella deseaba.

En tan solo unos momentos, una pequeña lluvia de piedras golpeó la


ventana, miró hacia abajo y vio al hombre señalando con sus brazos, como
si quisiera que levantara la ventana.

Ella sacudió la cabeza con vehemencia y dejo caer las cortinas en su lugar.

Otra lluvia de pequeñas piedras golpeó la ventana, tal vez él se iría si ella
aceptaba, ella empujo de nuevo las cortinas y abrió el cristal chirriante, el
aire frío se precipitó en la habitación, deslizándose debajo de su camisón.

"Lord Brimsworth, ¿qué es lo que quiere?" Ella frunció el ceño.

El llamó de nuevo, su voz sonó un poco más tranquila, "A usted". Él sonrió.

Su corazón se encogió, él tenía la sonrisa más increíble, con dientes


blancos y rectos. Pero también era peligroso, ella se movió para cerrar la
ventana y las piedras golpearon otra vez. Ella se quedó sin aliento.

"¿Está tratando de matarme?", Dijo entre dientes.

"Tengo una excelente puntería, señorita Macleod," dijo, completamente


relajado.

"Si hubiera querido hacerle daño, ya lo habría hecho. "

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The Taming of the Wolf

Supuso que era verdad, podría haberle hecho daño en el estudio de


Blackmoor o en el sendero empedrado esta noche si eso tuviera en mente.

"Yo sólo quiero un momento de su tiempo", agregó.

"¿no puede acaso esperar hasta la mañana?"

"Usted no va a estar sola en la mañana", dijo, levantando una ceja.

No podía ver su futuro. Por lo tanto, ella no sabía si eso era cierto, pero fue
interesante saber que, desde esta distancia, su futuro estaba totalmente en
blanco para ella, mientras que los de los otros "todavía se encontraban a su
alrededor.

Caitrin escuchó un grito desde la habitación contigua a la suya, a


continuación, una maldición gutural, se tapó los oídos con sus dedos y
cerró los ojos con fuerza. Ya podía ver el futuro de los ocupantes de la
habitación. Y no había una maldita cosa que pudiera hacer al respecto, esta
vez, incluso las futuras emociones la golpearon, lo que la hizo doblarse de
dolor.

"Señorita Macleod?" Oyó desde la ventana abierta.

"No puedo hacer esto ahora", murmuró para sí.

"¿No puede hacer qué?", Él preguntó.

¿Cómo había oído él su queja tranquila?

Caitrin levantó la almohada de la cama y se envolvió con ella sus oídos,


tratando de amortiguar algunos de los sonidos provenientes de la
habitación cercana. No pudo lograrlo, se dejó caer al suelo y levantó las
rodillas a su pecho y se meció, tratando de encontrar un ritmo calmante
que podría sacarla del tiempo y del espacio.

"Si no me contesta, señorita Macleod, voy a entrar ahí."

Ella no podía responder, el sentimiento de cualquier cosa era demasiado


doloroso.

Ella escucho un fuerte golpe contra la parte exterior del edificio y luego vio
dos manos que agarraban el alféizar de la ventana, inclinó la cabeza y se
quedó con los ojos en sus rodillas, que venga, que viniera.

No podía ser peor que lo que estaba experimentando en ese momento.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Aughhh!" Ella gimió en voz alta mientras el cruzaba la habitación y se


dirigía hacia ella. Entonces él la tocaba, y su mundo se quedó en silencio,
las imágenes en su mente desaparecieron. Lo único que oía era el canto de
los grillos desde fuera de la ventana y el relincho de un caballo en los
establos.

Ella se levantó y le echó los brazos al cuello, abrazándolo con fuerza.

Lord Brimsworth la atrapó en el aire y no la soltó cuando ella lo agarró


frenéticamente.

"¿Finalmente feliz de verme?" Él se rio en voz baja al oído mientras le


acariciaba la espalda.

Dash nunca había estado tan asustado hasta cuando él la había oído gritar
de dolor, fue realmente extraño, ya que por lo general le daba poca
importancia a los sentimientos de los demás. Pero él no era capaz de no
preocuparse por los de ella, se aferró a su cuello con fuerza, sus curvas
moldeadas contra la longitud de su cuerpo, era una pequeña cosa
diminuta. Sus pies colgaban sobre el piso mientras él simplemente la
sostenía frente a él, con la mejilla apoyada en su hombro.

"No me dejes", susurró.

"No lo haré", le aseguró mientras movía su cabeza para mirarla. La masa


ondulada de su cabello caía sobre sus manos, los extremos le hacían
cosquillas en los dedos, quería enterrar su cara en ellos y beber del aroma
que lo había estado volviendo loco durante todo el día.

"¿Quieres decirme qué pasó?" le dijo.

Ella negó con la cabeza en su hombro, y sólo entonces él se dio cuenta de


que su camisa estaba húmeda, ella había estado llorando, su corazón se
apretó por ella.

Casi sin aliento por la emoción de la primera vez, no sabía cómo


reaccionar. ¿Qué era ello?

¿Empatía? ¿Compasión? ¿Afecto? Él no estaba seguro como llamarlo, pero él


nunca lo había sentido antes

“Dímelo", dijo. "Yo podría ser capaz de ayudar."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Ella levantó la cabeza y soltó sus brazos, de inmediato quiso patearse a sí


mismo por hacer o decir algo que la hiciera alejarse de él.

Sin mirarlo a los ojos, dijo con una voz infantil, "En la habitación de al lado,
hay una niña pequeña que no debería estar allí, ese que está ahí no es su
padre, si se queda en esa habitación, algo horrible va a sucederle a ella".

"¿Cómo sabes eso?"

"Yo no puedo decírselo," dijo ella, finalmente encontrando su mirada, su


mano no se apartó cuando le tocó el brazo.

Era casi como si el la anclara de alguna manera. "No se supone que debería
decirle tanto como ya lo he hecho. "

Pero puede hacerle daño. ¿Puede ayudarla? "

"Lo intentaré," él comenzó, pero su rostro se arrugó por la preocupación,


se inclinó y la besó en la frente. "Lo haré. ¿Estará usted bien durante un
momento?", él preguntó. "Voy a volver."

Ella asintió mientras se le tensaba el cuerpo, como si estuviera


preparándose para un ataque. Entonces ella alejo su mano de su brazo, él
averiguaría de qué se trataba y rápidamente y silenciosamente, él se
escapó por la puerta.

Cuando se fue, las visiones volvieron, tomando una respiración onda por
su intensidad. Ella avanzó lentamente por la cama y se acurrucó en un
rincón, meciendo su cuerpo despacio, encontrando un ritmo que la calmó.

En un abrir y cerrar de ojos, ella oyó una conmoción en la habitación al


lado de la suya. Era como si el sol comenzara a brillar, borrando las
sombras en su mente, gracias a

Dios. La niña estaría ilesa, el autor seria puesto a la justicia, todo iría bien,
ella suspiró.

Hubo un rasguño suave en la puerta justo antes de que esta se abriera y


Lord Brimsworth se deslizara hacia el interior.

"Eso fue interesante", dijo lentamente, moviendo la cabeza con


incredulidad. "Pienso que usted le salvó la vida a aquella niña.

15
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Yo no hice nada," dijo en voz baja, toda la lucha había desaparecido de su
cuerpo.

"Ustedes lo hizo." No quería nada más que cerrar los ojos y dormir.

Pero Brimsworth estaba en su habitación, y ella llevaba un camisón. Y sólo


hace un momento, ella había estado agarrándolo como si ella lo necesitara
más que nada en el mundo. Ella no lo necesitaba, desde luego, pero ella
necesitaba la paz que él le ofrecía.

Él se sentó al lado de su cama y le tendió una mano, ella colocó la suya


dentro de la de él, y sus fuertes dedos se cerraron alrededor de los suyos.
ÉL mostro una media sonrisa.

"¿Puedo quedarme contigo un rato?", Preguntó, su voz un poco más ronca


que antes. "Me gustaría saber que estás a salvo."

"Mi doncella volverá ", comenzó.

"Me habré ido antes."

Por lo general, Cait podía confirmar o negar cuando alguien le hace una
predicción así. Pero no con él. ¿Se atrevería a confiar en él?

Ella anhelaba la tranquilidad que podía traerle en ese momento más de lo


que quería algo en todo el mundo, unas pocas horas de paz, eso era todo
lo que quería.

Además, nadie sabía que estaba allí.

"¿Cómo entraste por la ventana?" Le dijo.

Él se rio y se recostó en un lado de la cama, con una mano debajo de la


cabeza y la otra agarrándola a ella. "Eso es parte de una historia", dijo
acercándola.

Luego le preguntó: "¿Cómo te enteraste de la chica?"

"Eso es parte de una historia, también," ella lo imitó.

Él se rio y rodó hacia ella, la pendiente en el centro de la cama hizo que


ella también rodara hacia él. Se quedó inmóvil mientras retiraba el escote
de su camisón y examinó la herida en su hombro.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Suspiró profundamente antes de inclinarse y tocar con sus labios la zona,


sus labios no eran más que un susurro sensible a través de su piel.

"Lo siento si te hice daño", dijo con una voz que apenas podía oír. "Pero no
lamento lo que hice. "

El rodo lejos de ella y puso algunos centímetros entre ellos, pero aún
estrechaba su mano.

Dentro de unos momentos, la paz en su mente permitió que el sueño la


alcanzara. Y Cait fue a la deriva a un lugar donde los únicos sueños que
ella vio eran los propios.

17
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

CINCO
La luz de la mañana invadió la pequeña habitación de Cait y ella se
incorporó de un salto. ¿Había realmente permanecido en la cama con Lord
Brimsworth? Ella se encogió y cayó hacia atrás, bloqueando la luz del sol
con su brazo. ¿Qué había estado pensando? Ella se había comportado como
una joven bruja que no entendía sus poderes, se había comportado como
una tonta.

Ella se había comportado imprudentemente.

Rara vez ella se iba de casa, y sólo lo había hecho en este caso porque la
familia de Elspeth la necesitaba a ella en Hampshire, en el viaje a Westfield
Hall, ellos sólo habían parado para cambiar caballos nunca pasaron la
noche en una posada a lo largo del camino.

Desde luego, ella había estado corriendo con un poco de prisa entonces, y
dormir en una cama en la noche era un lujo para el cual ella no había
tenido tiempo.

Ella debería haber sabido mejor las consecuencias de pararse a pasar la


noche, estaba acostumbrada a las visiones de Jeannie y Lamont. Pero estar
a solas con tantas personas desconocidas había sido un esfuerzo más que
abrumador, Cait gimió.

Odiaba pensar en sí misma como una persona débil, pero no había otra
palabra para sus acciones la noche anterior, si Lord Brimsworth no hubiera
llegado cuando lo hizo... Cait gimió más fuerte, él hombre la había visto en
su peor momento, eso fue bastante embarazoso. Nadie la había visto así
desde que su madre le había enseñado a usar sus poderes.

"Esos dos gemidos, señorita Macleod. ¿Está usted bien? "La suave voz de
Lord Brimsworth le llego desde una silla cercana, se le rompieron los
nervios que le quedaban.

¿El hombre estaba todavía aquí?

Cait se quedó sin aliento y tiró de la manta alrededor de su barbilla. "¡Fuera


de mi habitación, señor!"

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Él se rio suavemente y dejó que sus pies cayeran desde donde los tenía
apoyados en la esquina de la cama. "Es un poco tarde para la modestia,
querida."

El corazón de Cait latía en los oídos. "¿Q-qué está haciendo aquí?" Su voz
sonó como un chillido.

"Quería asegurarme de que estabas bien y que era capaz de dormir."

Cait frunció el ceño hacia el techo, sin atreverse a mirarlo. "Yo no necesito
una niñera, Lord Brimsworth".

"He pasado la noche contigo, ángel, creo que podemos prescindir de las
formalidades, ¿no crees?"

¿Ese era su plan? Cait se sentó y tiró de las mantas a su alrededor,


mirándolo. "¿Eso es lo que quiere usted comprometerme?"

Mirarlo probablemente fue un error. Hasta ahora, todos sus encuentros


habían sido en la noche y ella no había tenido ni idea de lo guapo que era,
a la luz del día. Su cabello rubio estaba despeinado, irradiando el calor del
sol. Sus ojos color ámbar, con manchas de verde, oscurecidos por la
sorpresa.

"Eso sería muy descortés, y yo nunca haría una cosa tan deplorable."

Pero secuestrar al hermano de un duque era aparentemente aceptable,


aunque Caitrin mantuvo ese pensamiento para ella misma, no quería
colocarse en la posición de defender a los Westfields de nuevo. Su rivalidad
con Brimsworth no tenía nada que ver con ella, y su preocupación más
urgente era conseguir que cierto conde saliera de su habitación antes de
que alguien supiera que estaba allí.

"Usted dijo que no se quedaría mucho tiempo," le recordó.

Lord Brimsworth se levantó de su asiento y se paró frente a la ventana,


mirando hacia fuera abajo hacia el patio.

Ella no podía dejar de notar la manera en que sus pantalones se abrazaban


a sus poderosos muslos, y ella aspiro su aliento sorprendida.

Él era un hombre muy guapo que había sido muy amable con ella la noche
anterior.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Si ella no fuera cuidadosa, perdería la cabeza en cuanto a él se refería. Y a


pesar de la forma en que la hizo contener el aliento y causaba alborotos en
su vientre, él era peligroso. Él era un licántropo.

"Yo dije que iba a salir antes de que su criada regresara", comenzó en voz
baja.

"Nunca lo hizo."

¿Era su imaginación, o él sonaba enojado? "Estoy segura de que está con mi


cochero".

"Ella la abandonó ayer por la noche, cuando es obvio que necesitaba que
alguien se quedara con usted."

Cait se alegró de que sus ojos aún estuvieran en el patio debajo de ellos,
eso le dio la oportunidad de buscar por la cama y atar la bata con fuerza
alrededor de ella, poniéndolos en igualdad de condiciones.

"Creo que usted debería marcharse, mi Lord".

Miró por encima de su hombro y asintió. "Muy bien, eso me dará tiempo
para buscar a su criada".

"¡Usted no va a hacer tal cosa!" Cait golpeó los puños en la cintura. "Jeannie
es mi criada, y usted no tiene ninguna autoridad sobre ella".

"Todavía no", murmuró, aunque ella lo escuchó con claridad.

"¿Y qué se supone que eso significa?", preguntó ella, incapaz de mantener
el tono punzante de su tono. Lord Brimsworth se dirigió hacia ella,
recordándole que la bestia se acercaba, luego se detuvo, muy suavemente
y rozó sus labios sobre su frente, y se dirigió hasta la puerta. "Usted me
encontrara abajo para el desayuno".

Cait lo miró boquiabierta, nadie jamás le dio órdenes, ni siquiera su padre,


incluso dentro de su aquelarre, ella era la líder.

"Le dije al tabernero que era mi prima, usted puede reunirse conmigo
tranquilamente para compartir una comida juntos, nadie preguntara nada. "

Él ni siquiera le pregunto si quería reuniré con él. "¿Primo?"

Lord Brimsworth le sonrió. "Yo habría dicho" esposa "si hubiera sabido que
iba a pasar la noche con usted, lo tendré en cuenta la próxima vez.

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The Taming of the Wolf

A Dash le encanto la mirada de estupefacción en el rostro de Caitrin


Macleod.

Obviamente nadie le ordenaba a ella, sus mejillas se habían sonrosado


ligeramente, y su linda boca cayó abierta. Probablemente era mejor no
pensar en esa boca, o saltaría encima de ella de nuevo y haría un uso
adecuado de ella.

La noche anterior había sido una tortura, tratando de conciliar el sueño en


una silla incómoda, cuando él realmente quería estar bajo la colcha con
ella, había sido una noche particularmente difícil. Cada pequeño sonido
que ella hizo bombeaba sangre a sus regiones inferiores, en cuanto
estuviera listo con su mentor, su meta más alta seria convencerla de
casarse con él, más temprano que tarde, o bien podría explotar.

Esperando en la taberna a la criada de Caitrin que volvía de ver a su amante


Dash notó a una moza a través de la habitación batiendo sus pestañas
hacia él.

En el pasado, la semana pasada, de hecho, el no habría perdido la


oportunidad de ir a la cama con la muchacha, ella tenía una buena figura,
unos ojos marrones redondos y cabello oscuro brillante.

Tales encuentro habían sido banales para él; pero ahora él no encontró
nada significativo en absoluto en el aspecto de la muchacha, entonces él
reenfocó su atención sobre la entrada exterior.

Ahora que él pensaba en ello, él no había encontrado a una mujer


remotamente atractiva desde la noche en que él reclamó a Caitrin en el
estudio del Duque de Blackmoor.

Él no había comprometido ningún pensamiento a otra mujer, excepto que


ahora notaba el cambio en sí mismo.

"Ah, Lord Brimsworth", comenzó el tabernero, dando un paso al otro lado


de la habitación mientras se apoyaba en gran medida en un bastón.

"Entiendo que usted desea el comedor privado esta mañana."

Dash inclinó la cabeza. "Sí. Mi prima se me unirá pronto".

"Por supuesto, mi Lord, le voy a mostrar el camino".

Dash no se movió de su asiento. "Prefiero esperar a mi prima aquí."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Y observar cuánto tiempo necesita esa criada para sacar los brazos de su
amante.

"Como usted desee. "

En ese preciso momento, la puerta se abrió lentamente, y la criada de


Caitrin cruzó el umbral.

"Perdone, señor", le dijo al tabernero, mientras mantenía sus ojos sobre la


morena tímida que estaba tratando de colarse por las escaleras de los
dormitorios. "Señorita" Dash la llamo, rápidamente cruzando el piso. "Me
gustaría hablar con usted."

La criada volvió a su voz, y arrugó las cejas. "¿Mi Lord?"

Dash se alzaba sobre la mujer y no pudo evitar una mueca en su rostro. La


mujer había abandonado su deber con Caitrin y su pobre ángel había
estado llorando por ello.

"¿Es su práctica estándar dejar a su señora desatendida?"

"Lord Brimsworth" la voz de Caitrin se filtraba hacia él desde lo alto de las


escaleras. "Ya hemos tenido esta conversación”.

"Prima Caitrin", respondió, volviendo sus ojos en ella, era impresionante,


con sus cabellos rubios anudados sobre un hombro, su vestido de viaje
azul era útil, pero mostraba su forma curvilínea de la misma manera.

Por un momento, la boca de Dash se secó. "Qué maravilloso es verte de


nuevo, usted y su criada deben realmente unirse a mí para el desayuno."

"Qué generoso es usted, primo," le devolvió Caitrin, su mandíbula apretada


por la irritación y un fuego azul brilló en sus ojos.

El tabernero se aclaró la voz. "La habitación está lista, señor."

"¡Excelente!" Respondió Dash, alcanzando su brazo por la escalera para


tomar la mano de Caitrin. "Vamos, querida".

Cuando llegó al último escalón, metía la mano en el hueco de su codo. Se


sentía con derecho estando allí, la condujo por el pasillo hasta el comedor
privado y le ofreció un asiento para ella y para la criada que tomo el lugar
al lado de su señora.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Bien," comenzó, "cuando llegue a Glasgow, tengo la intención de llamar al


señor

Macleod e informarle del personal mediocre a su servicio".

"¡Mi Lord!" Caitrin dijo entre dientes, y sus mejillas adquirieron un tono
más pálido.

"Pido su perdón", exclamó la dama.

"Usted debería haber estado con su señora la noche anterior en lugar de


entretener a algún pretendiente, Y...”

"Le dije a usted, que esto no es de su preocupación". Caitrin saltó de su


asiento, mirándolo a él.

"Todo lo que es acerca de usted me concierne," le informó.

Parecía como si ella hubiera olido algo asqueroso, y ella cruzó los brazos
sobre su pecho. "Usted es un mal educado, y yo no he pedido su ayuda, y
tampoco la quiero. "

Eso es verdad. Dash asintió. "Bueno, yo voy a dársela de todos modos,


muchacha."

"Usted no tiene derecho", continuó.

"Tengo más de lo que crees", respondió.

"Ven, Jeannie. He escuchado suficiente. "Con eso, Caitrin se alejó de la


mesa, le mandó una última mirada mordaz, y luego salió pisoteando desde
el comedor, remolcando a su criada hacia la derecha con ella.

Dash suspiró. ¿Ella iba a ser tan testaruda sobre todo?

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

SEIS
¡Cómo se atrevía a regañar a su dama! De todos los hombres arrogantes,
irritantes, desagradables que alguna vez se hubiera encontrado, él tenía
que ser el peor.

Y encima de eso, incluso la había amenazado con visitar a su padre para


decirle sobre la desaparición de Jeannie.

¿Y por qué cree que vivía en Glasgow? No es que ella se viera obligada para
corregirle su error. Aun así, era extraño. ¿Es por eso que se dirigía a
Glasgow? ¿Él pensaba que ella vivía allí? Eso sin duda era una sorpresa,
¿no?

"Lo siento, señorita," Jeannie sollozaba detrás de ella. "Yo no pensé que
usted me necesitaría. Y lo hizo, dijo ella, ella gritó cuando Caitrin tiró de
ella hacia la escalera.

"Lo hiciste muy bien, Jeannie", dijo distraídamente, tratando de calmar a la


criada.

Caitrin llamó al posadero al pasar, "Por favor envíe nuestro desayuno arriba
y envié a alguien a recoger mi baúl."

El hombre sorprendido empezó a hablar, pero ninguna palabra salió de su


lengua aparte de un gruñido. Sus mejillas se enrojecieron.

"¿Hay algún problema?" Preguntó Cait, usando su tono altivo.

"No, señorita, pero su señoría dijo"

"Su señoría", se burló, "Él no toma las decisiones por mí."

"Sí, señorita," respondió el hombre, evitando su mirada.

Caitrin tiró de Jeannie por las escaleras y entró en su habitación. Miró a su


alrededor y quedo sorprendida de ver que todas sus cosas habían
desaparecido. ¿Por qué sus cosas ya no estaban? ¡Brimsworth!. Ella golpeo
la pared con la palma de la mano en señal de frustración.

"Todo esto es mi culpa", dijo Jeannie en voz baja mientras se retorcía las
manos.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Nunca debería haberla dejado a usted."

Caitrin le palmeó la mano. "Trata de calmarte, Jeannie. ¿Ahora qué se


supone que ese conde arrogante ha hecho con nuestras cosas? "Jeannie
negó con la cabeza. "Yo no sabría decirle, señorita"

Pero Lord Brimsworth podría decírselo, y Caitrin se aseguraría de eso. Giró


sobre sus talones, pisoteo muy fuerte por las escaleras, y tropezó
directamente a los brazos del hombre que había provocado su ira.

Las manos de Lord Brimsworth se acercaron para atraparla, una mano se


deslizo alrededor de su cintura mientras la otra se trasladaba para
sostenerla. Ella se quedó sin aliento cuando una mano rozó la parte inferior
de su pecho. A continuación, todo el aliento que contenía salió de su
cuerpo, le encantaría decir que fue a causa de su locura.

Pero, la verdad, es que fue a causa de su contacto, él le quitó el aliento, y


él la sostuvo desde el principio.

Ella levantó la cabeza para mirar al conde.

"Esa no fue la intención, señorita Macleod," dijo en voz baja. Luego se echó
a reír mientras negaba con la cabeza con consternación. "Muy agradable,
pero seguramente no intencionado."

"Déjeme ir." Ella empujó contra su pecho firme.

"Mis disculpas," dijo en voz baja mientras su mirada seguía buscando su


rostro, aunque no hizo ningún movimiento para liberarla.

Cait lo golpeó en el hombro con la palma de su mano. "¡Ahora!" Le grito.

"Oh, por supuesto." Él la apartó de él, como si acabara de recordar que ella
estaba allí, o más probablemente de que estaban en un lugar público. Miró
detrás de ella.

"¿Dónde está su criada? ¿La ha abandonado de nuevo? "Sus cejas se


juntaron.

"Ella no me ha abandonado, y ella no lo hizo anoche, la deje salir. "Ella lo


miro fijamente. "Así que deje de preocuparse por ella."

Él asintió con la cabeza rápidamente. "Debería estar preocupado, dudo que


su padre aprobara sus acciones".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Jeannie es una buena criada. Ella está enamorada y el de ella".

"¿Amor?" Resopló Brimsworth. "Es más como la lujuria."

"Ciertamente, usted no es ajeno a las más bajas emociones ", dijo, y luego
sintió como el color subía por su mejillas.

"¿Cómo sabe a lo que soy o no soy familiar? Sólo hemos dormido juntos
una vez"

"¿Dormimos juntos?", Dijo entre dientes. "No hicimos nada de eso."

"Sí, muchacha, lo hicimos, y tengo la intención de hacer mucho más de lo


mismo.

Con excepción de un poco menos de dormir para la próxima vez".

Cait no podía creer su audacia. Ella realmente debe haber hecho el ridículo
ayer por la noche para pensar que pudiera decirle algo así a ella. "¿Y si
tengo objeciones a sus proyectos?"

"Usted simplemente no puede oponerse." Él se encogió de hombros, el


epítome de la confianza masculina, ella solamente quería pegarle".

¿Usted siempre piensa salirse con la suya? ", Le dijo.

"¿Y usted?" Le espetó.

Por supuesto, que esto sería una batalla de voluntades con ella. Estaba
acostumbrada a estar al mando, a hacer lo que quería hacer. Y,
probablemente, no más que eso, ella era completamente encantadora.

Dash metió la mano en el hueco de su brazo y la arrastró escaleras arriba


por el pasillo hacia una habitación para dormir sin utilizar, el cuál era el
único lugar donde podía estar seguro de algo de privacidad.

Empujó la puerta de par en par, entró y tiró de ella con él.

"Tenemos que hablar", dijo, mientras cerraba la puerta y se apoyaba


pesadamente contra ella.

"¿Sobre qué?" Caitrin grito, mirando alrededor de la habitación como si


buscara una ruta de escape.

"Nosotros", dijo él con impaciencia.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"No hay un 'nosotros'", ella se burló.

"Obviamente hay algo entre nosotros."

"Sí, una mordedura de perro," resopló mientras distraídamente frotaba su


hombro.

"Una que todavía me duele", murmuró.

¿Así que ella sabía lo que era? Eso fue fortuito, tendría que explicarle a su
maestro y pedirle que tuviera paciencia mientras él estuviera en la
formación. Quizá pudiera entrenar con él durante el día y hacerle la corte a
Caitrin por la noche, usando todo su tiempo a su favor.

Dash sonrió y dio un paso hacia ella mientras ella daba un paso atrás.

Él avanzo un paso, ella estuvo a punto de tropezar con una pequeña mesa
que estaba en el camino hacia atrás. Dash quiso cogerla para que no
cayera, pero ella puso sus manos a la defensiva.

"He estado caminando por mi cuenta desde hace años, mi Lord, no


necesito su ayuda con esa simple tarea".

"Dashiel."

"¿Perdón?"

"Mi nombre es Dashiel", continuó. "Me gustaría oírlo de sus labios." A él le


gustaría mucho.

"Bueno puede esperar mucho tiempo para eso, Lord Brimsworth",


respondió ella con descaro.

"Dashiel." No podía mantener las comisuras de sus labios fijas, al ver la


mirada obstinada en la cara de ella. Era encantadora, su pequeña ángel
terca.

"Lord Brimsworth, esto es muy inadecuado," dijo ella. "Y he estado a solas
con usted durante demasiado tiempo".

"Y", él preguntó, feliz, ahora que por fin la había acorralado.

"Y yo voy a estar arruinada si alguien se entera." Su voz tembló un poco


mientras el levantaba sus brazos y tocó la pared con sus manos, poniendo

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

su peso allí mientras se inclinaba hacia ella. "Ningún hombre decente va a


querer casarse conmigo".

"¿Es eso lo que quieres?", Le preguntó, y luego inhalo su olor a madreselva,


el corazón le latía como el tic-tac de un reloj con demasiada fuerza. "¿Un
hombre decente?"

"Sí," dijo ella, cerrando los ojos mientras dejaba que su aliento soplara
sobre la concha de la oreja.

"No pienso que usted estaría satisfecha con un hombre decente." Dash
quería reírse, pero se contuvo por miedo a arruinar el momento. "Usted se
cansaría de él rápidamente."

"¿Y porque usted piensa eso de mí?" Preguntó.

Entonces él casi tocó sus labios con los suyos, pero no del todo. Después
de un momento, ella se adelantó la última pulgada y cerro el espacio
restante cuando ella tímidamente le dio un beso y luego se estremeció
como si ella comprendiera como fácilmente ella cayó en sus manos.

"Es porque yo sé sobre usted," susurró él contra sus labios mientras él


movió una mano y la uso para desatar los lazos en su cuello, el material
susurró suavemente.

Su mano se acercó para agarrar la suya, pero sus ojos permanecían


cerrados.

"Detente," dijo en voz baja.

"Déjame ver tu hombro." Él tiró de los cordones otra vez.

Sus ojos inmediatamente volaron para encontrarlo. "Por qué", preguntó


ella, con la duda escrita en sus rasgos.

"Quiero ver la magnitud del daño que te hice", dijo, tratando de parecer
una disculpa adecuada, era una mirada que él había dominado cuando era
un muchacho joven para mantener el carácter de Eynsford a raya. "No fui
capaz de ver mucho en la oscuridad ayer por la noche. "

"¿Y eso es todo?" El escepticismo nubló los ojos de color azul claro.

"En realidad, me gustaría ver más que eso." Él no pudo evitar sonreír. "Pero,
por ahora, esto es lo que voy a hacer. Me haría sentir terrible si te lastimé

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

gravemente. "Esa parte era cierto, por lo menos. Él se sentía como el peor
tipo si él la hubiera herido innecesariamente.

"Usted nunca me dijo por qué había sentido la necesidad de morderme,


Lord

Brimsworth," dijo mientras le quitaba los lazos de su vestido de las manos


y simplemente tiró del cuello de su vestido, dejando al descubierto su
cuello y el hombro a él.

"Dashiel", el repitió. Él valoró la herida sobre su hombro. No era demasiado


mala, un poco roja alrededor de la señal de la mordedura. ¿Usted
realmente no sabe por qué lo hice?" Ella sabía porque lo hizo, después de
todo. De hecho, ella podía saber más acerca de ser un licántropo que él.

"No tengo ni idea." Parecía completamente atónita, y él le creyó.

Dash suspiró profundamente. Este no era el momento ni el lugar para


decirle sobre una reclamación.

Ni siquiera estaba seguro de que él lo sabía todo, la situación estaba en lo


alto en la lista de preguntas que tenía para su mentor en Glasgow.

Además, Dash necesitaba que a ella le gustara un poco más antes de que él
le dijera la verdad acerca de su mordedura.

A juzgar por el olor de ella, ella estaba bastante interesada en él ahora,


pero no era lo mismo.

Y aunque ella le intrigaba más de lo que hubiera imaginado, no era


suficiente para hacer que divulgara sus secretos aún.

A fin de cuentas, él podría haber elegido un peor compañero.

Caitrin era hermosa, inteligente y terca. Hizo una mueca en el pasado.


"Deje que la pasión me alcanzara", dijo mientras se encogía de hombros.

"Realmente me beso tiempo atrás, usted lo sabe."

"Sí, lo hice."

"Bésame ahora", él instó suavemente.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Justo cuando sus labios tocaron los de ella, la puerta se abrió de golpe.
Dash metió su cabeza en su pecho y miró por encima del hombre, donde
un hombre grande y corpulento parecía a punto de golpearlo.

"Un momento, si no te importa", le gritó.

"Estoy arruinada", ella susurró mientras enterraba la cara en su cuello, sus


manos que agarraban su chaleco en sus puños.

"Yo me encargo de esto", le aseguró. Tal vez no de la manera que le


gustaría hacerlo. Pero lo haría, haría lo correcto por ella, incluso si tenía
que matar al intruso.

"Señorita Macleod," el hombre corpulento la llamo, y Dash no podía omitir


su acento escocés. "¿Está bien?"

Lamont.

Cait se estremeció y deseó poder desaparecer con un chasquido de sus


dedos. Por desgracia, eso no era una habilidad que alguna vez haya
aprendido. Su cochero nunca la miraría de la misma manera después de
esto. ¿Y si el hombre lo mencionaba a su padre?

Ella gimió, la vida siempre ha sido complicada, aunque nunca tanto como
lo había sido desde que el conde de Brimsworth entró en su vida.

Dashiel la puso lejos de él y giró sobre sus talones. "Se acostumbra a


llamar."

Lamont le prestó poca atención y le hablo a ella. "Señorita, ¿Está bien?


Jeannie dijo que la habían despedido."

En un abrir y cerrar de ojos, Dashiel tenía la chaqueta de Lamont en sus


manos y sostuvo al cochero corpulento contra la pared, resultó tan rápido
que Caitrin jadeó.

"Si Jeannie hubiera permanecido en su puesto," el conde gruñó, "no habría


ninguna razón para que la hubiesen despedido".

"¡Mi Lord!" Cait le tiró de la chaqueta, pero no pudo ser persuadido de su


propósito.

"P-pero-" Lamont tartamudeó.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Y si tienes la intención de mantener su puesto, usted no impugnara el


buen nombre de la señorita Macleod."

Los ojos oscuros del cochero se abrieron con sorpresa. "O por supuesto
no"

Dashiel libero al hombre y Lamont se deslizó por la pared hasta que sus
pies tocaron el piso. Tiró del cuello de su camisa, mientras su mirada se
posó en Caitrin.

"Jeannie dice que su baúl está perdido y además".

El conde se volvió hacia Cait y sonrió tímidamente. "Yo iba a hablarte de


eso. A medida que nos dirigimos al mismo lugar, deberíamos ir juntos, su
coche puede seguir al mío. "

Excepto por un pequeño hecho de que de hecho no viajaban al mismo


lugar. Ella debía probablemente mencionar esto, pero no estaba segura del
poder que tenía sobre ella. No mientras se comportaba como un rigorista,
no mientras ladraban órdenes y esperaba que ella y sus criados le
obedecieran a la carta. Además, no había mentido técnicamente. Ella nunca
le había dicho que viajaba a Glasgow, que el por alguna razón asumió, y
ella se había olvidado de corregirlo.

Cait suspiro de exasperación, los licántropos eran todos iguales, matones


braveadores y arrogantes. Ella había visto esas mismas cualidades en otros
de su especie y no los hallo remotamente atractivos. ¿"Entonces porque
usted tiene mis cosas, Lord Brimsworth? "

Sus ojos ámbar centellaron. "Suponiendo que Jeannie pueda servir como
acompañante adecuada, no veo ninguna razón por la que no deberíamos
hacernos compañía, señorita Macleod, sé que va a hacer de mi viaje más
agradable".

Cait quería que su corazón no latiera de esa manera cuando él la miraba de


esa manera. "No estoy segura si Jeannie querrá pasar tiempo con usted,
después de que usted haya amenazado su sustento. "Además, no tenía
intención de viajar a Glasgow con el hombre. Tendría que encontrar una
manera de abandonarlo antes de que llegaran a la frontera. Pero eso no
debería ser demasiado difícil para una bruja de su talento.

Dashiel sonrió con desenfado. "Si ella puede demostrar su lealtad, yo


podría ser persuadido para no hablar de la indiscreción de anoche.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Canalla chantajista.

El suspiro de alivio de Lamont resonó en todas partes de la pequeña


habitación. En este momento no sentía el menor interés de Cait para
castigar al conde por su comportamiento tan torpe, eso podía esperar
hasta más tarde.

Ella pego una sonrisa fraudulenta en su rostro. "Eso parece muy justo, mi
Lord."

¿Quién se creía él para intimidarla así? Ella iba a enseñarle al conde de


Brimsworth una lección que no olvidará jamás, pero el tiempo lo es todo.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

SIETE
Dash estaba bastante contento con su éxito. Caitrin Macleod viajaba en su
carro, directamente frente a él, no en mucho tiempo la tendría en su cama,
también. Él casi gimió en voz alta por el pensamiento, pero con las miradas
que su doncella disparaba continuamente contra él, eso no era
particularmente una buena idea.

Apoyó la cabeza contra los cojines y su mirada cayó en Caitrin, tenía el


aspecto de un ángel a la luz del día, también, sentada correctamente con
las manos cruzadas en su regazo. No podía dejar de imaginarse lo que se
sentiría al tener sus manos sobre su piel desnuda, el cielo en todos los
sentidos de la palabra.

Caitrin volvió su mirada de la ventana y poso sus ojos azules en él. Un


idiota eso era, el aliento de Dash quedó atrapado en su garganta, él logró
recuperarse y esperaba que no se diera cuenta. "Era muy agradable no
viajar solo."

Una tímida sonrisa iluminó su rostro antes de que ella la sofocara. "¿Por
qué se dirige a Glasgow, mi Lord?"

"Ya se lo dije, señorita Macleod. Mi futuro está ahí. "En todos los sentidos.

Él realmente debería pedirle al padre de la muchacha su mano. Hacer las


cosas correctamente, él no había pedido la mano de Prisca Hawthorne
hasta que fue demasiado tarde. Además, él no había estado enamorado de
Prisca Hawthorne.

Él no podía creer en la emoción, pero ella le gustaba bastante.

Ella sería la condesa perfecta, era hermosa, preparada, y podría llevar una
casa sin ningún esfuerzo en absoluto. Había incluso jugado el galán, pero
eso no había bastado para que William Westfield se la arrebatara bajo la
propia nariz de Dash.

La pérdida de Prisca había sido un duro golpe para su ego, pero su corazón
no se había visto afectado. Mirando a la hermosa rubia frente a él, tan
diferente de Prisca en casi todos los sentidos, Dash no estaba seguro si
podría sobrevivir si perdía Caitrin, pero era debido a la conexión que lo
ataba, o era algo más.

33
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Ella era una dama, no había ninguna duda al respecto, por la forma en que
se comportaba con tanto orgullo. Sin embargo, una ¿escocesa? Podía
imaginar la mirada en el rostro de su padre cuando él se enterara. Si la
noticia de que era licántropo no acababa con el viejo buitre, una nuera
escocesa podría hacer el truco, ese pensamiento trajo una sonrisa a la cara
de Dash.

"¿Qué es lo que piensa, mi Lord?" Caitrin le preguntó.

"Estaba pensando en mi padre." No es que el poderoso marqués de


Eynsford era su verdadero padre, pero había alguna probabilidad de que el
viejo vicioso no lo supiera, en todo caso a Dash no le importaba.

“estoy pensando que tal vez debería tirarme a sus pies”

Un tono rosado tiñó sus mejillas, y Dash reprimió una sonrisa, ella no era
inmune a los halagos, había que tenerlo en cuenta.

La criada irritante se aclaró la garganta, por lo que debe haberle dado algo
al mirarlo a la cara. Dash levantó una ceja, desafiándola a decir algo,
después de la forma en que ella descuidó sus deberes, era muy
conveniente la oportunidad para tratar de darle un escarmiento.

Una risita escapó de la garganta de Caitrin y él le devolvió la mirada a ella,


que le sentaba tan bien. "Usted siempre vivió en Glasgow, señorita
Macleod?"

La criada carraspeó.

Caitrin volvió la mirada por la ventana. "Papa tiene tierras en Berwickshire,


pero he estado allí solo una vez".

¿Sólo una vez? Eso fue extraño. Desde que era joven, había estado
arrastrando los pies por la ancestral casa en Kent o por la casa en
Yorkshire y por todos los demás bienes

Eynsford. Lo fue hasta los trece años, cuando él comenzó con los cambios,
que los viajes se detuvieron.

Su padre lo llamaba que era un niño demonio, un monstruo. Dash había


sido encerrado cada luna llena, ya sea por orden del marqués o de él
mismo. La primera vez que había estado libre, Caitrin Macleod se había
tropezado en su camino. ¿Fue el destino?

34
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"A mí no me gusta viajar tanto", explicó, interrumpiendo sus pensamientos.

Eso no tiene ningún sentido en absoluto. Dash miró alrededor del coche.

"¿Entonces por qué viajo a Hampshire? No es un viaje corto".

Ella se encogió de hombros. "Elspeth me necesitaba."

"La esposa de Lord Benjamín", se preguntó, aunque él sabía que tenía que
estar en lo cierto, la mujer de pelo rojo era la hija del Mayor Forster y tenía
acento exacto como el de Caitrin.

Ella asintió con la cabeza. "Éramos muy cercanas, como hermanas, se


podría decir".

"¿Y ella te necesitaba en Hampshire?"

Los ojos azules de Caitrin miraron hacia abajo a sus manos. "Usted no lo
entendería, mi Lord."

"Entonces podría explicármelo."

Sus manos comenzaron a inquietarse en su regazo. "Yo no creo que sería


sabio."

Dash frunció el ceño ante su respuesta, ella no confiaba en él, tendría que
hacerla cambiar de opinión, tan pronto como descubriera cómo.

Todo el día en un coche con el conde de Brimsworth. Caitrin suspiró. Ella


no estaba cumpliendo muy bien su promesa de mantenerse alejada de los
licántropos, lo cual era un poco frustrante. Después de observar como
Benjamín Westfield había cortejado Elspeth, había pensado que conocía
bien el arsenal de trucos que los licántropos utilizan para capturar a las
mujeres.

Pero Dashiel era diferente, tan pronto como ella decidió que lo odiaba, él
había colocado su mente boca abajo, como lo había hecho la noche
anterior, no tendría que haberse quedado toda la noche con ella, pero fue
muy dulce de su parte preocuparse por ella, de esa manera.

Luego tuvo que darse vuelta y después tuvo que hacer algo tan
despreciable como amenazar con exponer a Jeannie y manipular a Cait
para que fuese en su carruaje.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Su mente seguía zumbando por esa situación, aunque estaba segura de


que una solución se presentaría.

Cait oyó un ligero golpe y giro para encontrar a Jeannie durmiendo, con la
cabeza apoyada en el otro lado del carro, entonces lo oyó reír muy
silenciosamente.

"No puedes evitarme por más tiempo, Caitrin", dijo Dashiel sin problemas.
Cait se llevó una mano al pecho por la sorpresa. "Yo no sé qué es lo que
piensa de mi Lord."

"Estás escondiendo algo de mí, porque yo quiero saber todo sobre usted,
cada detalle, pero está escondiéndose tras las faldas de su criada". Sus
mejillas se calentaron por la acusación.

"¡Por supuesto que no lo hago! '", dijo entre dientes. "Y yo no le he dado
permiso para utilizar mi nombre de pila".

"Ah, sí". Él le guiñó un ojo. "Tenemos que cumplir con las formalidades de
nuestra clase, señorita Macleod, casi lo he olvidado, gracias por
recordármelo, tiendo a olvidar mis modales cuando estoy con usted".

Cait distraídamente froto su hombro. "¿Tenia usted modales para


empezar?" Ella murmuró.

Una vez más se rio entre dientes, un sonido que casi la hizo sonreír con él.
Casi, pero no del todo.

Luego se encogió de hombros y dijo: "Estaba abrumado por el momento,


no hay otra manera de justificarlo".

Caitrin decidió mirar por la ventana y evitar sus ojos color ámbar, que de
repente parecían mirar en ella en lugar de a ella.

"Háblame de la noche anterior," incitó él. "Me di cuenta de la pareja en la


taberna, pero nunca podría haber sabido qué tipo de villano era el hombre.

¿Cómo te enteraste de lo de la chica? ¿Y cómo se enteró de algo que aún


no había sucedido? "Él levantó una mano cuando estaba a punto de hablar.

"No es que me importe, por supuesto, me gusta cuando te lanzas a mis


brazos, siéntase libre de hacerlo en cualquier momento."

Exactamente, no recuerdo estar arrojándome a sus brazos.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"La niña, señorita Macleod. ¿Cómo lo supo? "

Ahora, ¿cómo podría explicarlo? "Yo los vi abajo, también," Caitrin mintió
sin problemas. Ella había sabido mentir sobre su don de la clarividencia
durante años, fue fácil para ella. "algunas cosas no parecían correctas con
ellos".

Sus ojos se estrecharon mientras le apreciaba la cara. "Puedo escuchar


cuando los latidos de su corazón se acelera", dijo suavemente. "No puedo
decir si estás ansioso porque me está diciendo una mentira, o si es porque
te gusto yo. "Sonrió maliciosamente hacia ella.

"Le puedo asegurar que no es por usted." Ella se incorporó un poco más
derecha.

Él se inclinó hacia delante con los codos apoyados en las rodillas.


"Entonces, ¿qué es?"

A decir verdad, tan solo una mirada a sus ojos hizo que su corazón latiera
más rápido. Tenía una manera de hacerla sentirse desnuda, a pesar del
hecho de que estaba completamente vestida, ella se retorció en su asiento.

Él se rio entre dientes una vez más y se echó hacia atrás, un ejemplo
supremo de un hombre relajado. "Eso es lo que yo pienso".

Caitrin quería nada más que despotricar sobre su actitud de superioridad.


Pero el sueño de su criada no le permitía decir lo que quería decir, en
cambio, ella junto sus labios con gran esfuerzo para guardar silencio.

Cuanto más Caitrin fruncía los labios, más Dash quería besarlos, su misma
existencia era una tortura para él, a pesar de que parecía ajena a su difícil
situación, si pudiera conseguir de nuevo hablar con ella, podía
concentrarse en sus palabras para distraerse.

"¿Tiene hermanas o hermanos mayores?" Alguien que debiera preocuparse


por usted para cuando lleguen a Glasgow.

Ella negó con la cabeza. "No. Soy hija única, a pesar de que tengo un
pequeño grupo de amigas a las cuales son muy cercana, podría decirse que
somos como hermanas en muchos sentidos".

Dash tenía algunos amigos, pero ninguno tan cercano para considerarlos
familia.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Por supuesto, él nunca pudo confiar en nadie lo suficiente como para


divulgar el oscuro secreto que mantenía oculto, lo que no daría por haber
sido criado en algún lugar que lo aceptara.

"Su mirada se encuentra muy lejos, mi Lord." Su voz suave y melodiosa


alcanzó los recovecos de su mente y lo trajo de vuelta al presente.

"No es nada de importancia, se lo aseguro."

"¿Y usted? ¿No tiene hermanos? "

"No que yo sepa", admitió. Honestamente, ¿quién sabe cuántos niños su


verdadero padre había engendrado?

La risa tintineante de Caitrin le calentó el alma. "¿Qué se supone que


significa eso?"

Probablemente no debería haber dicho eso, quería casarse con la


muchacha.

Confesar ser un hijo bastardo no era la mejor manera para convencerla.


"Uno nunca sabe", respondió él.

Ella inclinó la cabeza hacia un lado como si lo evaluara, y él no le daría la


bienvenida al escrutinio.

¿Qué secretos iba a descubrir, con sólo mirarlo?

"Mi padre quería muchos hijos, pero sólo fue bendecido conmigo, algo que
ha lamentado por años. "No estaba seguro de por qué le dijo eso, había
algo en la hermosa mirada color azul de sus ojos que le hizo querer
confesarlo todo.

Caitrin se mordió el labio inferior, la visión de lo que hizo volvió a sus


pantalones dolorosamente apretados. "¿Su padre no es ningún licántropo?"

Dash casi se cayó de su asiento. ¿Cómo iba a saberlo? Él sacudió la cabeza,


aturdida.

Luego tomó una mirada de soslayo a la criada que dormía.

"No y es un hecho, según el mayor Forster, significa que probablemente no


es mi padre. "Él lo había dicho, no tenía sentido tratar de ocultarlo, su mera
presencia tiraría de él de todos modos.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Tenía los ojos azules muy redondeados por la sorpresa. "¿Y su madre?"

"Muerta, ella murió al dar a luz, llevándose el secreto de mi padre con ella."

"Oh. Eso debe ser difícil.

Dash soltó un suspiro que no sabía que sostenía. "Es muy amable por no
juzgarme."

"Usted es apenas responsable de sus propias circunstancias, mi Lord."

Él se inclinó a través del coche y tomó sus manos entre las suyas. "Dashiel
o Dash, si usted prefiere."

Ella negó con la cabeza. "Yo no creo que sea apropiado".

Probablemente no, pero el deseo de oír su nombre en sus labios casi lo


estaba volviendo loco. "No diré nada”.

Sus ojos brillaron diabólicamente, como si compartieran un secreto.


"Dashiel, ¿por qué dice que su futuro está en Escocia?"

Era el paraíso por oírle decir su nombre, y Dash casi gimió. Se inclinó hacia
delante para tocar sus labios con los suyos, su dulce aliento lo abarco, y su
suave suspiro era casi su perdición, ella no quiso retirarse, ella no se
resistió, ella no se quejó, ella no lo aborreciópor lo que era.

"Porque eres mi futuro", susurró el a través de sus labios. "Porque me voy a


casar con usted cuando lleguemos a Glasgow, después de que te haya
cortejado correctamente y pidiera el permiso a su padre, por supuesto. "El
apretó los labios con los suyos de nuevo rápidamente y se sentó otra vez,
incapaz de evitar mover el pie por el entusiasmo ante la sola idea.

Una risa sorprendida se le escapó a ella. "No recuerdo haber escuchado


una propuesta de matrimonio que viniera de sus labios a mis oídos, mi
Lord".

Y ella no lo haría tampoco todavía porque si le preguntaba podría


rechazarlo, sería mejor discutir la situación con su padre. "No hay de qué
preocuparse, te voy a hacer una condesa muy rica, Caitie".

"Nunca nadie me ha llamado Caitie," resopló mientras se recostaba contra


los cojines, frunciéndole el ceño. Dash no pudo evitar sonreír porque ella
era tan adorable.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¿Entonces es una expresión de cariño, no es cierto? “Se recostó contra su


propio asiento.

"Caitie, mi ángel," suspiró dramáticamente.

"Es usted insufrible '."

"Yo podría decir lo mismo de ti, ángel."

"Entonces, ¿por qué quiere casarse conmigo, o acaso bromea?"

"Hay varias razones, en realidad."

"¿Y son?" ella solicito.

"Para empezar, me caes bien", dijo, guiñándole un ojo.

Ella frunció el ceño. "¿Y?"

"Y tú eres hermosa."

Ella puso los ojos en blanco.

Él se rio en voz alta, pero lo suficientemente suave para no despertar a la


criada que dormía. "Y tú me desafías."

“¿Quiere esa clase de desafío todos los días por el resto de su vida?"

"Yo no tengo mucha opción, ángel."

Ella arrugó la cara. "Eso no tiene ningún sentido."

Dash suspiró, se compadeció de ella, y decidió contarle toda la verdad, o


por lo menos tanto como él sabía. "Ya te reclamé."

"Bueno, indirectamente." Ella cruzó los brazos sobre su pecho.

"No es tan fácil, el Mayor Forster dice que cuando un Licántropo reclama a
su compañero, es... "Hizo una pausa, mirando la palabra adecuada.
"Permanente", dijo finalmente.

Cait entrecerró los ojos hacia él. "¿Permanente?" Repitió ella.

"Si la situación fuera perfecta, la hubiera cortejado y se habría enamorado


de mí, soy bastante irresistible. "Él sonrió abiertamente.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cait miró por la ventana mientras su corazón empezaba a latir


rápidamente, y él alcanzó a ver una sonrisa mientras la trataba de reprimir.
"Ustedes realmente están llenos de autoconfianza."

"¿Voy a asumir su respuesta que significa que se ha sumado al plan?" Él se


rio entre dientes cuando un rubor tiñó sus mejillas.

"¿Deben ser los licántropos siempre incomprensibles?"

"Nosotros no lo sabemos todo, Caitie," murmuró él. "Por ejemplo, yo no sé


si usted está dispuesto a aceptarme, tal y como soy, sé que me quieres, lo
he sabido desde la primera noche. ¿Pero podrás amarme? No me imagino
tanto, nadie lo ha hecho nunca”.

Dash miró por la ventana, una vez más le había admitido cosas a Caitrin
que preferiría haber dejado sin decir, ni siquiera podía mirarla por miedo
de ver el rechazo que estaba seguro que vería en sus ojos.

Cait lo miró fijamente a través del coche. ¡La reclamó para siempre! ¿Cómo
podía haber hecho una cosa así? No tenía que suceder así, no debería
haber sucedido.

Ella lo habría visto, si lo fuera. Y ahora todo está arruinado no se puede ir


en contra de la tela del destino. Ahora ella tenía que considerar todo lo que
él le tenía para ofrecer.

Ella negó con la cabeza. ¿En qué estaba pensando? ¿Cómo iba a considerar
tal cosa? Ella tenía que haber impuesto al aquelarre, y casándose con algún
señor inglés ella apenas conocía lo que había en su futuro.

Jeannie parpadeó con los ojos abiertos, y la muy extraña conversación


llegó a su fin.

Los tres cabalgaron en silencio hasta que el sol empezó a hundirse en el


horizonte. Finalmente Cait rompió el silencio cuando el coche rodó a una
parada fuera de una posada. “Cambiaremos los caballos para poder
continuar '", le informó a su doncella.

"No." Dashiel negó con la cabeza. "Todos necesitamos un poco de


descanso. Nos quedaremos aquí por la noche”.

Sus ojos ámbar bailaron con algo que ella no pudo identificar, pero tenía
un nudo en su vientre y el pánico corría por sus venas.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"No haremos tal cosa", declaró mientras la ayudaba a bajar del coche. "Tal
vez a su señoría le gustaría, y creo que es una idea maravillosa. Pero
pienso seguir adelante".

¿" Tiene que usted discutir con todo que digo? "él preguntó

"¿Usted no tiene que dictarme como si tuviera algún compromiso


conmigo”? Hice todo el camino a Hampshire por mí misma, y le aseguro
que puedo encontrar mi propio camino a casa".

"Eso no va a suceder." De repente se veía oscuro y peligroso. "Te necesito,


señorita Macleod."

No estaba preparada para discutir más este asunto, especialmente frente a


Jeannie.

"No voy a permitir a un sabueso conmigo por el resto de mis días, mi Lord.
“No voy a aguantarlo".

"Está usando la palabra sabueso para probar su punto, supongo." Sacudió


la cabeza, con una leve sonrisa en sus labios. "Me han llamado cosas
peores, señorita

Macleod, mucho peores. "Una sombra cruzó su cara mientras apretaba la


mandíbula.

"Yo no tolero bien los lugares concurridos como este", finalmente admitió.
Ella ya podía ver los futuros de personas que no conocía. Ella cerró los ojos
y respiró hondo.

"No te preocupes, yo te protegeré. "

Por alguna extraña razón, ella confió en que lo intentaría, y eso le


preocupaba más que los pensamientos de un centenar de futuros nublados
en la cabeza. Tenía que hacer algo con respecto a Dashiel Thorpe antes de
que fuera demasiado tarde. Antes de que ella perdiera su corazón y su
mente por ese hombre, y ella temía hacerlo más temprano que tarde.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

OCHO
Dash entró en la taberna con Caitrin siguiéndolo muy de cerca. La mujer no
confiaba en él, para confiarles sus necesidades. Nunca había tenido que
cuidar de otra persona, pero tenía que admitir que le gustaba bastante, si
tan sólo le hubiera dejado que lo intentara.

Se volvió para hacerle una pregunta y fue sorprendido rápidamente por el


gesto de dolor que se apreciaba en su rostro.

"¿Estás bien?", Le preguntó mientras la tomaba por su codo.

"Bien," ella dijo mientras apretaba sus dientes, sus bonitos ojos azules se
cerraron herméticamente por un momento, entonces los abrió lentamente
y suspiró. "Estoy bien", dijo un poco más agradablemente.

"Usted no está bien", la contradijo mientras alzaba la barbilla de ella con un


dedo, obligándola a mirarlo.

"Yo le dije que no quería parar." Ella giró la cabeza para librarse de su
atención.

"Pero usted no escucha, bestia, si su plan es hacer que me quede, puede


por lo menos dejarme ir a mi habitación”.

El posadero sonrió desde detrás de su mostrador. "¿Una habitación para


usted y su esposa, señor?"

"Sí," él comenzó, pero Caitrin lo interrumpió.

"¿Dos por favor?"

"Nosotros solo necesitamos una", dijo Dash, forzándose a no levantar su


labio en señal de advertencia, tomó toda su fuerza impedirle actuar como
la bestia que él realmente era.

"Necesitamos dos" Caitrin insistió, mirándolo a él en lugar de al posadero.

Dash se rascó la barba en el mentón por un momento, había batallas más


grandes que ganar, él asintió con la cabeza ligeramente. "Mi esposa
prefiere su espacio."

El posadero sonrió mientras se giraba para conseguir otra llave.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Un momento después, Dash hizo señas a ella para que subiera las
escaleras.

Observó el fácil balanceo de sus caderas e inmediatamente deseo que ella


fuera su esposa, en toda la extensión de la palabra, lo que no daría para
envolver sus brazos alrededor de ella y atraerla hacia él sin restricciones.
Por ahora, él tomaría una sonrisa.

Sonríe para mí, muchacha.

Por supuesto, no lo hizo, ella encajo la llave en la cerradura y la giró, luego


se deslizó dentro de su habitación. Pero antes de que pudiera cerrar la
puerta, él metió la bota en la abertura para evitar que se cerrara y luego
intervino detrás de ella, apoyándose pesadamente contra la puerta.

"Oh, no, usted no debería estar aquí, Lord Brimsworth," ella le dijo,
sacudiendo la cabeza mientras avanzaba hacia él. "Mi doncella llegará en
cualquier momento, y usted debería irse antes."

"Te necesito", le dijo, y luego observó su cara para medir su reacción, sus
cejas se unieron como si estuviera frunciendo el ceño.

"Ya lo dijo en el coche", le recordó. "Pero no quiso decirme para qué me


necesita, si usted piensa que es para ayudarlo a encontrar el camino hacia
mi cama "Él puso un dedo en sus labios para detener su diatriba.

Ella balbuceó, moviendo los labios contra la punta de su dedo, y que el


cielo le ayudara, él no podía seguir así cuando en realidad quería rodearle
la cintura con sus brazos y atraerla hacia él.

Ella no emitió ningún ruido, tal vez la manera de conseguir que la mujer se
callara era besarla. O, al menos, hacerle creer que iba a besarla, infierno, él
quería besarla todo el tiempo, entonces él no tendría que actuar el papel
de un pretendiente devoto, porque él realmente era uno. Tal vez había
llegado el momento que le dijera la verdad de su situación, tal vez ella no
iba a luchar más.

"¿Sabes lo que significa reclamar a tu pareja?"

"Lord Brimsworth" ella jadeo. "Estoy sorprendida de que se comporte tan


tosco en mi presencia." Él puso su dedo en sus labios, esta vez ella habló a
su alrededor. "Yo no dejare que usted me distraiga”.

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Los Hermanos Westfield
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En verdad, él era el que estaba distraído, había planeado decirle sobre la


reclamación de un compañero licántropo, lo que esto quería decir y que él
ya la había reclamado como suya. Pero ¿cómo iba a hacer eso cuando se
veía tan hermosa? Sus labios carnosos y sensuales, sus ojos bailaban con
fuego azul, ella olía a madreselva y todo mezclado olía a deseo.

Sus labios se movieron contra su dedo mientras continuaba su diatriba, su


pantalón se sintió demasiado ajustado, él se reprendió a sí mismo por sus
propios pensamientos indecentes, pero ella era tan malditamente hermosa.
¿Cómo no pensar en todos los placeres carnales que le podría enseñar? La
idea hizo que su mente vagara por un momento.

"Lord Brimsworth." Ella le dio un codazo para que volviese al presente.

Dash enrosco la mano por su cabello para que pudiera acariciar la parte
posterior de su cabeza. "La reclame para mí la primera vez que te vi ",
admitió finalmente.

"Usted no será capaz de deshacerse de mí, porque no voy a dejarla".

"Usted está muy lleno de autoconfianza, mi Lord." Ella no era inmune a él,
no importa lo mucho que tratara de negarlo. Podía oír su corazón que se
aceleraba con su toque. "y un poco más cuando se reclama a un
compañero con un beso en el estudio de su gracia. "Ella se sonrojó
brillantemente cuando se dio cuenta lo que le había dicho.

Si sólo eso fuera cierto. Si es así, él sería capaz de alejarse de ella. ¿Pero
sería capaz de hacer eso si pudiera? No estaba seguro.

"Vamos a tener que terminar esta conversación en otro momento, ángel."


Antes de

Jeannie tuviera la oportunidad de tocar en la puerta, Dash la oyó acercarse,


y él no podía ocultar su mueca, la mujer estaba ahí cuando él no la quería y
no estaba cuando su señora tenía necesidad de ella. Tendría que contratar
para Caitrin una mejor criada para que sirviera a su condesa. "Cene
conmigo otra vez esta noche."

Caitrin frunció el ceño, y su adorable nariz se arrugó. "Yo no suelo recibir


órdenes, mi Lord, esto es una cualidad desagradable encontrada en su
clase".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

A continuación, se escuchó un ruido proveniente de la puerta, la criada


inepta por fin había llegado a su puesto. "Venga", le gruñó, mientras
mantenía sus ojos fijos en Caitrin. "Solicite un baño, vaya refrescarse, y voy
a recuperarla en una hora".

En ese momento, la puerta se abrió y entró Jeannie.

Dash ignoró a la mujer y tomó la mano de Caitrin en la suya y rozó con sus
labios sus nudillos.

"Hasta entonces, ángel."

Caitrin se armó de valor para el momento en que le soltó la mano, cuando


los futuros de todo el mundo volvían corriendo de nuevo en su mente, los
cortos indultos que se le ofrecían eran el mayor de los regalos, sin
embargo, él era un inglés, arrogante y engreído... Con los ojos de color
ámbar más fascinantes.

Ella negó esa idea de su mente y extrajo su mano rápidamente del agarre
del licántropo. Inmediatamente, ella fue asaltada por las imágenes perdidas
del futuro de esas personas extrañas.

Cuando ella regresara y atravesara las puertas de la su casa, ella caería de


rodillas y besaría el suelo, y se negaría a volver a salir de su casa.

Una vez que ella veía el futuro de una persona en particular, no la


perseguiría otra vez a menos que se concentrara otra vez en su mente. En
casa, ella ya había visto el futuro de su padre, el del mayordomo, y los
lacayos, el cocinero, y cada dama en la residencia.

Esto era un alivio el no ser inundados con pensamientos indeseados, como


lo habían sido las últimas semanas.

"Debido a que usted quería parar aquí, mi Lord, creo que voy a descansar
un poco y lo veré a usted en la mañana '".

Dashiel negó con la cabeza. "Me temo que debo insistir."

Cait le frunció el ceño. Insisto, de verdad. "¿va a tratar de chantajearme


ahora?"

Una sonrisa lobuna adornaba sus labios. "Si tengo que hacerlo. ¿Será
necesario, señorita Macleod? "

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Ella realmente lo odio por eso, si él no hiciera que sus rodillas se volvieran
débiles o pareciera tan preocupado por ella, sería fácil rebajarlo todo junto.
Cait tampoco lo uso.

Sólo hubo otro hombre que hacía que le temblaran las rodillas, pero no
tenían futuro juntos, no importaba lo mucho que Cait deseara lo contrario.
Y nadie la había mirado con tanta preocupación ni de la forma en que
Brimsworth lo hizo. El resto de las brujas de su aquelarre siempre venían a
ella para pedirle consejo y garantías de que las cosas Iban a salir bien.

Era bueno tener a alguien que se preocupara por ella, para variar, a alguien
muy guapo. ¡Qué vergüenza que él era un licántropo! ¿Y qué
desconcertante que no pudiera ver lo que el futuro le deparaba para él?

"Señorita Macleod?", Dijo el conde, mientras daba un paso hacia ella.

Debía haber estado perdida en sus pensamientos, Cait sacudió la cabeza y


dio un paso hacia atrás. "Sólo estaba pensando, mi lord".

Una expresión de alivio pasó por su rostro, y él sonrió. "¿Cenamos?


Tenemos mucho que discutir".

Si lo hacía, podría poner su corazón en peligro, y Cait no podía permitir


eso. Su aquelarre dependía de ella, y enamorarse perdidamente de un
licántropo no beneficiaba a nadie, tendría que escapar de él esta noche.
"Estoy cansada, mi Lord. ¿Por qué no sube después de mi baño a ver si me
siento bien para bajar? "

"Será un honor." Y con eso, se fue y se llevó con él todo el calor en la


habitación.

Cait escucho un zapato golpeando contra las tablas de madera del piso y
luego se dio cuenta de que Jeannie tenía el ceño fruncido.

"Yo que usted me preocuparía por ese hombre", murmuró la doncella.

Cait se dejó caer sobre la cama y se quedó mirando las manchas del techo
por encima de ella. "Mantén la voz baja", susurró. "Puede oírnos."

Los ojos de Jeannie se dispararon a la puerta, que estaba todavía cerrada.


"Él puede escucharme." Pero ella no bajo su voz.

Cait sonrió. "Confía en mí, Jeannie, él puede".

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Los Hermanos Westfield
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Jeannie se adelantó, cogió las manos de Caitrin y susurró con vehemencia:


"¿Qué está haciendo, Srta. Cait? Él es un bandido de la peor calaña, Lamont
dice que él fue quien golpeó a Lord William en la cabeza y lo encadeno a
una cama para que pudiera robarse a la esposa de Lord William".

Cait sabía todo acerca de sus crímenes contra los Westfields, pero ella no
estaba dispuesta a discutir la situación con Jeannie.

Además, tenían que hacer algo más importante, escapar. Las pociones no
eran su especialidad en la que Elspeth y Sorcha destacaban, pero Cait era
una bruja, por lo que ella sería capaz de manejar lo que se requería.

"Te voy a dar una lista de ingredientes que necesito y que se encuentran en
el pueblo."

Jeannie parpadeó. "¿Ingredientes"?

"Sí", susurró. "En alguna parte tengo la receta de lady Elspeth para un
proyecto para dormir." Una que ella realzaría con la manzanilla y la lavanda
y unas pocas palabras mágicas.

Cuando Lord Brimsworth venga a llevarla a cenar, ella lo invitaría a tomar el


té y luego se aseguraría de que el hombre dormiría lo suficiente para que
pudiera alejarse lo suficiente de él. Cuando se despertara, él estaría
dispuesto a renunciar a esa tonta persecución, la frente de Jeannie se
arrugó. "¿Proyecto para Dormir?"

"Creo que su señoría tendrá necesidad de una buena noche de sueño,


asegúrese de que Lamont se prepare para salir esta noche".

Los ojos de Jeannie se iluminaron mientras ella parecía entender el plan de


Cait. "Sí, señorita"

"Yo no quiero perder el tiempo, quiero ir a casa, Jeannie."

"Tendré todo lo que necesita."

Caitrin luchó para no poner los ojos en su doncella mientras esta se


retorcía las manos y caminaba de un lado a otro a través de la habitación.

"Nunca podrá engañarlo, Señorita él no es ningún tonto. Él va saber


exactamente lo que sucede tan pronto entre a la habitación ", dijo Jeannie,
con la voz temblorosa por la preocupación.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¡Shh!" Caitrin frunció el ceño. "Silencio". ¿Cuántas veces tenía que


recordárselo a la mujer? Si ellas hubieran mantenido su voz a un susurro,
todo lo que Dashiel oiría sería un silbido bajo, algo que había aprendido
por tratar con Benjamín Westfield. Ella nunca había conocido hasta ahora,
lo útil que este conocimiento podría llegar a ser.

"A él no le va gustar esto, dijo Jeannie. "Todo estará bien", le aseguró a su


doncella, haciendo apenas un sonido.

"¿Lamont está listo?" Caitrin miró por encima del hombro a su doncella,
que todavía se veía preocupada.

Jeannie asintió. "Él y Boyd dijeron que estarían listos cuando usted lo
estuviera".

Caitrin trató de ocultar la sonrisa que se cruzó su rostro. El exceso de


confianza le había causado más de un vez que una poción fallara, y esto
era demasiado importante.

"¿Usted esperara a su señoría para la cena, supongo? “Preguntó Jeannie,


con el ceño fruncido.

"No, yo no saldré de esta habitación”.

A él lo estará esperando el sueño en el momento en que se esté bebiendo


el Té. Si alguien pregunta por él abajo, él tuvo un sueño muy pesado".

"Eso espero", resopló Jeannie.

"Sí." Tenía que detenerlo. Para poder escapar mientras ella tuviera la
oportunidad y los medios para hacerlo. "Voy a invitarlo a tomar el té
cuando venga acompañarme para lacena. "

Jeannie suspiró pesadamente.

"Sólo asegúrate que el coche esté listo para partir, necesitaremos irnos tan
pronto como él se duerma".

"Los baúles ya se encuentran en el coche, señorita, pero voy a ir a ver a


Lamont y a Boyd otra vez."

Perfecto. Necesitaba que Jeannie a saliera de la habitación para que pudiera


añadir su magia a su poción, una vez que la criada salió por la puerta,
Caitrin se apresuró a encantar las hojas de té.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Por lo general, la lavanda y té de manzanilla simplemente ayudan a


relajarse a una persona, lo bebía ella misma cuando tenía dificultades para
descansar. Pero ella necesitaba hacer algo más fuerte que simplemente
relajar a su señoría.

Era arrogante, era desagradable, era irritablemente molesto. Dejó que los
pensamientos construyeran su ira mientras frotaba las hojas secas de
manzanilla y flores de lavanda entre las manos hasta que se calentaran por
la fricción del movimiento. Sus dedos comenzaron a calentarse aún más
cuando dejó que su ira e irritación se infundieran en las flores.

Él le hacía sentir cosas que nunca había sentido antes, cosas peligrosa,
podía ver las plantas secas, que se volvieron rojas como brasas. Una lluvia
de chispas cayó de sus manos al recipiente cuando lanzó los ingredientes y
los dejó caer.

"Cadail, Madadh-allaidh, cadail."

Caitrin abrió los ojos y sonrió, nunca había tenido un impulso tan fuerte
para una poción en el pasado. Pero su señoría le inspiró, ella contuvo una
risita mientras se imaginaba su poción infundada por la cólera enviándolo
a un profundo sueño, lo suficientemente profundo para que ella fuese
capaz de escapar de él, lo suficientemente profundo para que ella ganara
este pequeño triunfo.

Caitrin hizo los arreglos para el té especial para que fuese remojado y
entregado cuando estuviera listo, entonces ella se echó hacia atrás con una
sonrisa en su rostro y esperó.

Dash se paseaba de un lado a otro de la habitación como un animal


enjaulado, ella estaba justo al lado.

Estaba tan cerca que podía oírla moverse en su habitación, estuvo


susurrando por alguna razón, pero la lenta manera de conducir esto lo
llevaba a la locura.

¿Qué estaba haciendo allí?

Dash levantó la cabeza y olfateó, el olor a la lavanda le tocó la nariz. Tal


vez ella había ordenado un baño con un jabón de lavanda, tuvo que admitir
que estaría decepcionado si se bañaba en lavanda en oposición al olor de
madreselva que solía llevar.

50
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Sin embargo, el pensamiento de ella desnuda en un baño lo hizo ponerse


inmediatamente duro, maldita mujer. Ella iba a garantizar su permanencia
en la confusión, los pensamientos de ella cuando estaba completamente
vestida ya eran bastante malos, ahora los pensamientos de ella desnuda
eran más de lo que podía soportar.

Pero entonces la oyó tararear y sus pasos se movieron a través de la


habitación, si ella no estaba en el baño, podría empujar de su mente los
pensamientos de ella desnuda.

Aunque lo deseó, de todos modos.

La puerta se abrió, y los oídos de Dash inmediatamente se levantaron,


ciertamente, ella no tenía intención de comer sin él. La oyó hablar en voz
baja con alguien en la puerta.

Abrió su puerta y entró en el pasillo, no le importaba si sabía que estaba


escuchando. Tenía que saber lo que ella estaba haciendo.

Una criada se quedó en las puertas de Caitrin, y ella le indicó hacia el


interior con una bandeja. ¿Té? Había pedido el té.

Así que ella evitaba la cena con él entonces. Dash se interpuso en su puerta
abierta, mientras la criada salía de la habitación.

Caitrin estaba hermosa, sus rizos colgaban por la espalda, desafiándolo a


tocarlos, paraenterrar su cara en ellos.

"Dash, ¿qué estás haciendo?" Jadeó, tirando de ella para apretarla con su
cuerpo.

"No está vestida para la cena."

Caitrin sonrió lentamente, lo que lo desarmó por completo, era


hermosamente encantadora, no era de extrañar que él la hubiera
reclamado esa noche. Entre ella y el poder de la luna, había estado
completamente indefenso.

Todavía lo estaba.

"No me sentía bien para ello, así que pedí un té en su lugar. ¿Quiere usted
también un poco? "

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The Taming of the Wolf

"¿Cómo dice?" ¿Realmente le pidió que fuera a su habitación para el té? Su


corazón se disparó un poco.

"Té, Dash." Ella se rio. "¿Quiere un poco de té?"

Entró en la habitación y rápidamente cerró la puerta detrás de él antes de


que cambiara de opinión.

Cait volvió a caminar, y él se acercó a ella, frente a su espalda, si él diera


un paso más cerca, había tenido su parte inferior en sus caderas, respiró
hondo y sonrió. Todavía olía a madreselva.

Echó un vistazo por encima de su hombro al oír sus latidos acelerándose,


dio dos pasos hacia atrás. "¿Está usted bien?".

Él asintió con la cabeza. "¿Qué es ese olor?"

"Oh, es lavanda y manzanilla en el té", dijo mientras se giraba y le ofreció


una taza.

Luego tomó la suya y se sentó en la cama, arrastrándose hacia donde podía


apoyarse en la pared, él tiró de la colcha hasta cubrir sus pies. "Una vez
más, me encuentro en una situación inadecuada contigo, Dash".

Le encantaba el sonido de su nombre en sus labios. "Prometo no decirle


nada a nadie." Se dejó caer en una silla al otro lado de la habitación y trató
de parecer un perfecto caballero. Sólo que no lo era, él lo sabía por lo que
le hizo a ella.

Sus labios se fruncieron mientras soplaba el borde de su taza de té. Él


nunca había aspirado el aroma de una taza de té, pero en ese momento...

"¿Le gusta el té?" Preguntó ella, con su ritmo cardíaco acelerado.

Él tomó un sorbo de té. "Es bastante bueno, en realidad."

"Mi propia receta especial." Ella le sonrió de nuevo.

"Eres muy talentosa."

"Oh, no tiene ni idea", comentó ella con aire ausente mientras tomaba otro
sorbo y luego él apoyaba su cabeza en el respaldo de la silla.

"Me encantaría tener la oportunidad de descubrir todos sus talentos


ocultos."

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The Taming of the Wolf

"Usted me adula, mi Lord."

Haría mucho más que eso, si le diera la oportunidad. "No puedo ser el
primer hombre que la halaga." Él tomó otro sorbo de su té, realmente el
sabor era notable, como nada que hubiera probado antes.

"Podría haber habido uno o dos que lo intentaron."

Dash golpearía a cualquier persona hiciera algo así en el futuro. "¿Hay


alguien esperando por usted en Glasgow?" Lo mejor es saber lo que se
enfrentaba.

Caitrin miró a su taza de té. "Eso no debería realmente preocuparle".

Era peor de lo que él pensó, Dash trató de mantener el gruñido de su voz.

"¿Quién es él?"

"No me gusta que los perros me ladren, mi Lord. Debería hacerlo bien en
recordar".

"Por el amor de Dios, Caitie, responde a la pregunta. ¿Hay algún chaval


escocés esperando para transportarte frente a un altar a tu regreso? "Dash
tomó un largo trago de té para desviar la importancia que su respuesta
tenía para él. Caitrin negó con la cabeza. "Hubo alguien", admitió en voz
baja. "Pero ya no tiene importancia."

¿Cómo era eso posible? Ella era la chica más bonita en la que había puesto
los ojos, al menos habrían multitudes de hombres que esperarían su
regreso eso era ridículo.

"¿Quién era?" La visión de ella antes sus ojos comenzaron a desdibujarse.


¿Qué extraño que podría causarle mareos, los celos?

"Dash", escuchó su voz, como si se encontrara a una gran distancia.

"¿Dash?" En esta ocasión, ella estaba aún más lejos.

Abrió la boca para responder, pero se vio incapaz de hacerlo. Ni siquiera le


importaba. Estaba tan cansado.

Tan, tan cansado, cerró los ojos brevemente, molesto al ver que se
negaban a abrir por más que quisiera.

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The Taming of the Wolf

Y, antes de que él se diera cuenta, estaba soñando con una niña con el
pelo rubio que olía a primavera y a madreselva.

Cait se levantó y cruzó la habitación para mirarlo más de cerca. La había


mirado aturdido y confuso, y un poco de culpa se cruzó por su mente.
¿Esto era realmente lo que tenía que hacer? Por supuesto que sí, ella no
podía permitir que aquel hombre agrediera sus sentidos.

"Dash", preguntó ella con cautela. Él parecía estar en un sueño profundo.

¿Se atrevería a esperar? "Dash", lo llamó otra vez mientras le sacudía el


hombro. Él no se movió, ella puso un dedo debajo de su nariz, feliz de
sentir que entraba y salía aire.

No tenía idea de cuánto tiempo iba a dormir. Así, que rápidamente se puso
su vestido de viaje, envolvió su camisón en una bolsa, y estaba lista para
irse por la puerta.

Pero en el último momento, ella lo miro, un mechón de pelo dorado le caía


sobre la frente, cruzó la habitación y lo peino hacia atrás, y luego le dio un
beso en el mechón.

"Duerme bien, Dash ", murmuró, y luego salió por la puerta.

Encontró a Jeannie en la taberna y pidió su coche.

"Esta es una mala idea, señorita," Jeannie le susurró con vehemencia. "Yo
creo que no va a tomar muy bien que haya sido engañado".

"Sí, ya lo sé," Cait siseó. "Pero ya está hecho".

Cait permitió Lamont pusiera el coche en movimiento, en un momento el


coche salto por el movimiento, ella casi podía volar. Entonces el coche fue
más lento. Ella gimió.

¿Y ahora qué?

Jeannie levantó la cortina y se asomó. "Parece que es el coche de su


señoría", murmuró.

"Yo le dije que ese trabajo no funcionaria."

Ella escuchó el llamado del conductor de Dash, pero no podía distinguir las
palabras.

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The Taming of the Wolf

Entonces oyó a Lamont devolver la llamada. Él se rio y dijo: "No hay


necesidad de preocuparse, parece que su señoría ha decidido pasar la
noche, pero mi señora debe continuar".

Algunas palabras ahogadas volvieron, entonces Lamont dijo, "Dudo que le


gustaría si usted lo molestara ahora.

Estaba arriba de la escalera con dos mozas la última vez que lo vi. "

El cochero de Dash se rio. "Debe estar de vuelta a sus actividades


habituales, ya era hora".

Caitrin jadeó, ¿entretenerse con dos mozas era su práctica habitual? ¡El
muy bellaco! De repente se sintió mucho mejor acerca de su decisión.

El coche se tambaleó de nuevo y finalmente se puso en marcha.

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NUEVE
¿Qué es ese golpeteo incesante? Dash se inclinó hacia adelante y apoyó los
codos en las rodillas, parpadeó con sus ojos muy abiertos solo para
encontrar la habitación inundada por la luz del día, que le mandó un
disparo de dolor hacia la parte posterior de la cabeza. Cerró los ojos con
fuerza.

"¿Milord?" La voz de pánico de Renshaw se filtrada a la habitación.

La cabeza de Dash palpitaba, n podía recordar haberse encontrado tan


perjudicado como en ese momento, como si su cerebro fuera a ser partido
en dos. Ni siquiera las noches más libertinas en las que salía de juerga y a
emborracharse lo hicieron sentirse tan miserable.

Los golpes empezaron de nuevo.

Dios mío, ¿Qué es ese ruido? ¿Y dónde diablos estaba?

"Lord Brimsworth!" Gritó al cochero. ¿Debe el hombre gritar tan fuerte?


Entonces oyó un tintineo que resonó dolorosamente en su cerebro.

Él gimió, un momento después, sintió una mano en su hombro.

"Lord Brimsworth," dijo la voz de Renshaw de nuevo, sólo que esta vez
mucho más cerca, resonando en sus oídos.

Dash consiguió abrir un ojo, este era el sueño más extraño, nunca había
experimentado nada así, estaba dispuesto a despertar ahora y terminar con
la niebla que abarcaba su cerebro.

El rostro de Renshaw estaba pálido, pero suspiró con alivio. "Gracias a


Dios, mi Lord, pensé que algo le había sucedido".

Dash abrió la boca para hablar, pero no salió ningún sonido, su lengua se
sentía pesada y seca.

"¿Está bien?" El posadero corpulento rodeó al cochero y se embolsó un


anillo lleno de llaves, ah, eso debía haber sido el tintineo que había oído.

Dash abrió el otro ojo y se centró en los dos hombres frente a él, que
estaban bloqueando la luz cegadora. "agua", dijo con voz ronca.

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The Taming of the Wolf

"Por supuesto." El posadero salió apresuradamente de la habitación,


dejando a Dash con su cochero, que se inclinó sobre él, frunciendo el ceño.

"¿Qué pasó, mi Lord?"

Eso era lo que Dash deseaba saber. "No lo sé." Me duele decirlo, pero
"¿Dónde estoy?"

"Northampton", respondió el conductor. "Donde nos detuvimos para pasar


la noche con la señorita Macleod".

Caitrin, su corazón dio un vuelco. ¿Estaba bien? La noche volvió a él en un


instante, ella lo había invitado a tomar el té, y él tenía la intención de
comportarse, paseó la mirada por la habitación, pero no podía ver ningún
rastro de ella. "¿Dónde está?"

Renshaw frunció el ceño. "Ella se fue esa noche, mi Lord."

Algo hizo que se le apretara el estómago. "Te dije que teníamos que viajar
con ellos,

Renshaw. "Su voz se hacía más fuerte a medida que su memoria


comenzaba a aclararse.

El cochero movió los pies. "Bueno, su conductor dijo que estaba ocupado
con un par de mozas y había cambiado de opinión acerca de ir a Escocia".

"¡Sus órdenes vienen de mí, no de un maldito cochero escocés!". La furia


comenzó a construirse dentro de su pecho, las conversaciones en voz baja,
la invitación a tomar el té. El dolor de cabeza que aún latía en su cerebro.

Había olor de lavanda en su habitación mucho antes de que el té hubiera


llegado.

¡Ella lo había envenenado!

Se agarró de los brazos de la silla y se dio cuenta de que su espalda estaba


adolorida de dormir toda la noche en la silla de respaldo alto, cuando él
alcanzara a Caitrin Macleod, la iba a tirar por encima de su rodilla y se
aseguraría que ella supiera quien estaba a cargo. "Asegúrese de que el
coche esté listo."

El posadero bullía con una jarra de agua. "Aquí está mi Lord."

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The Taming of the Wolf

Dash tomó la taza que le ofrecía y se bebió el contenido de un solo trago,


se levantó sólo para encontrar que sus piernas temblaban como las de un
potro recién nacido y la habitación giraba un poco, Renshaw dio un paso
adelante para estabilizarlo.

"¿Vuelve a Londres, Lord Brimsworth?"

"¡No!" Rugió, fue un error, ya que el estruendo resonó en sus oídos. "Tengo
que llegar a Glasgow.

Y tenemos que atraparla antes de que llegue. "¿Por el amor de Dios, era
sordo?

Los ojos oscuros del cochero se dirigieron al suelo. "Por supuesto, mi


señor, pero tienen una gran ventaja tal vez nunca vamos a capturarlos. "

"Es sólo un par de horas," rugió Dash, y su cochero era más ligero, eran
solamente ellos dos mientras el carruaje de Caitrin era cargado con
pesados baúles de ropa y todo con lo que viajaba, su vanidad sería su
perdición.

Renshaw levantó la mirada, haciendo una mueca cuando él dijo: "No son
horas, milord. Ella se fue hace dos días. "

¡Dos días! ¿Cómo fue posible que estuviera ido por tanto tiempo? El
corazón de Dash se hundía mientas su ira se elevaba aún más.

¿Así planeaba matarlo, con un té venenoso? Ciertamente, ella no creería


que pudiera asesinar a un Lord Inglés y salirse con la suya, eso sí que era
suerte estar conectado de por vida a una chica que le gustaría verlo seis
pies bajo tierra.

"Tengo toda la fe del mundo en ti, Renshaw. Eso sí, ten cuidado".

La lluvia golpeaba el campo, y un relámpago iluminó el cielo oscurecido,


más de una vez, el cochero de Cait se deslizó por la pista fangosa, tenían
que parar, la única pregunta era dónde. Cait cerró los ojos y se concentró
en el futuro de su cochero, pero no podía ver nada.

Un trueno sacudió sus nervios, y lo único que podía hacer era rezar para
que el conductor pudiera encontrar refugio para ellos pronto, esta era la
última vez que viajaba sin el control del clima de Rhiannon, bueno el
tiempo era una necesidad para cualquier excursión en el futuro.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Jeannie se asomó por la ventana, le temblaban las manos sobre el regazo.

"Vamos a estar bien", Cait trató de tranquilizarla.

"¿Está segura?" Los ojos de su criada se dispararon hacia ella, Jeannie


nunca vino directamente y le preguntó cosas como esas. Ella nunca
reconoció abiertamente los poderes de Cait, generalmente ignoraba
cualquier cosa que pudiera ser difícil de explicar.

Ella debió estar aterrorizada para hacerlo ahora.

Cait forzó una sonrisa en los labios y asintió. "Lamont es un excelente


conductor. Él ha pasado por peores climas".

"Estoy segura." Jeannie suspiró y parecía más tranquila.

Cait ojalá pudiera ser apaciguada con la misma facilidad, ella había tenido
un constante dolor en su estómago desde que habían dejado Northampton
hacía cuatro días.

Era una tontería, pero echaba de menos la comodidad que Dashiel Thorpe
le ofrecía.

Ella apoyó la cabeza en un lado del coche y se preguntó por enésima vez si
había cometido un error en lo que concernía al conde.

Apenas conocía al hombre. ¿Cómo iba a fallarle? Un relámpago iluminó el


interior del coche en el mismo momento que un trueno retumbó por
encima.

Antes de que Caitrin colocara en orden su mente, se oyó un choque de


astillas y el carro se sacudió hacia un lado, tanto Lamont como Boyd
bramaban una maldición escocesa tras otra, los oídos de Cait casi se
quemaban.

La puerta del coche se abrió de un tirón, y el conductor miró dentro, el


agua de lluvia se vertía sobre él. "Un árbol bloquea nuestro camino, y la
rueda trasera se ha quedado atascado en el barro.

Cait cerró los ojos y tomó aire. "Hay una posada a sólo una milla de
distancia." Veía eso claramente en su mente ahora que habían dejado de
moverse. "Podemos hacerlo a pie."

Jeannie se quedó sin aliento. "Nos ahogaremos si vamos por ahí."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Pero no lo harían, Cait veía una chimenea caliente y un gerente amable y


algo... cómodo, aunque no podía ver bastante bien lo que era, pero, si
podía verse a sí misma dentro de la posada, ellos lo lograrían. "Solo tienes
que confiar en mí."

Se envolvió con la manta de viaje Macleod sobre su cabeza y salió a la


lluvia, sus botas medio se hundieron en el camino fangoso, pero no le
presto ninguna atención, tenía que mantener la mente enfocada en la
búsqueda de la posada.

Como Lamont y Boyd luchaban para calmar a los caballos y asegurar el


coche, Cait comenzó ir hacia la civilización, Jeannie la siguió detrás
mientras luchaban contra el viento y la lluvia que las golpeaba.

Cait finalmente descubrió un cálido resplandor en el horizonte y pudo


distinguir una señal oscilante en la distancia, sólo un poco más lejos.

Helada y empapada, siguió adelante, ahora podía oír la risa que se


escapaba de la posada, el Cisne Negro está a sólo unos metros de
distancia, ella abrió la puerta de la taberna y se precipitó dentro.

Todos los sonidos de risas se detuvieron, y el agua empezó a reunirse a


sus pies.

Había un tipo de aspecto alegre, el hombre de su visión, se precipitó hacia


adelante.

"¡Cielos, señorita! ¿Estás bien? "

Cait tenía ganas de llorar, estaba tan aliviada de haber encontrado el lugar.

"Mi coche se ha quedado atascado en el barro."

Ella estornudó. "Tendrá una habitación extra aquí."

Vio un movimiento por el rabillo del ojo y se volvió hacia un grupo de


hombres jugando a las cartas en la esquina, comodidad. La sensación se
apresuró a regresar a ella, entonces Alec MacQuarrie, tan guapo como
siempre, se levantó de su asiento.

"Caitrin Macleod, ¿eres tú?"

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

DIEZ
Dash sinceramente dudaba si había estado tan enojado en su vida como lo
estaba en ese mismo momento, había estado persiguiendo Caitrin Macleod
durante días. Cada día, siguió su aroma de madreselva, que lo llevaba cada
vez más cerca de ella y a la frontera con Escocia.

La lluvia había oscurecido el aroma en las últimas horas, pero sería una
tontería dejar la Gran Ruta del Norte en la que habían estado viajando, él la
alcanzaría tarde o temprano. Sin embargo, a él realmente le gustaría que la
lluvia se detuviera para que pudiera coger su olor de nuevo, sólo para estar
seguro.

Su coche era ligero, y rápido, había empujado cada conjunto de caballos


más allá delo que normalmente se espera de este tipo de criaturas.

De hecho, él empujó a su cochero hasta el punto de que Renshaw no hizo


nada pero fruncía el ceño hacia él.

Dash miró hacia la oscuridad que cubría el cielo de la fuerte tormenta y


dejo que un poco de agua callera sobre él.

Había sentido una gran satisfacción cuando vio al cochero de Caitrin


detenido a un lado de la carretera, las ruedas hundidas profundamente en
el lodo que el dudaba que un equipo de seis personas pudieran tirar del
transporte para sacarlo libre, con una mirada preventiva de desprecio en su
rostro, él había saltado de su propio coche y se dirigió hacia donde estaba
Caitrin, sus sirvientes estaban tratando de desenganchar los caballos y a
las bestias asustadas, él los ignoró y se dirigió hacia la puerta.

La abrió y asomó la cabeza, esperando ver a la señorita Caitrin Macleod


sentada con relativa comodidad, pero el coche estaba vacío. ¡Maldita sea!

"¿Dónde está la señorita Macleod?" Dash grito a los conductores.

El que había pillado besando a Caitrin se giró y señaló el camino.


"Caminaron hacia esa dirección".

"¿Hay una posada cerca de aquí?" Gritó él, luchando por hacerse oír por
encima de la lluvia.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Ella dijo que había", respondió el hombre cuando finalmente liberó a los
caballos y los dos cocheros saltaron encima de ellos.

"¿Tú la dejaste ir hacia allá sola?" Dash gruñó, haciendo que el cabello en la
parte posterior de su cuello, se erizara, él les haría un grave daño a sus
incompetentes sirvientes, si algo le sucedía.

"No, ella tiene a Jeannie con ella," el cochero le llamo de nuevo antes de
que él se volviera al caballo y desapareciera en la oscuridad.

Dash se dirigió hacia el árbol caído que hizo que el camino fuese
intransitable y lo levanto casi sin esfuerzo, feliz de que Renshaw no podía
verlo en la oscuridad, cuando el camino estaba despejado, él caminó de
regreso a su coche.

"Hay una posada adelante, ahí es donde nos detendremos.

Se subió al coche y golpeó los dedos por la consternación, cuando llegara a


la posada, encontraría Caitrin, se aseguraría de que se encontraba bien, y
luego la arrastraría a una habitación privada donde pudieran hablar, dejaría
bien en claro que él no apreciaba ser envenenado y mucho menos
asesinado, le exigiría una explicación por su comportamiento, y una
disculpa, y su mano en matrimonio.

Tal vez no en ese orden.

Su coche se detuvo delante de El Cisne Negro. Él apretó el paso y saltó al


suelo, inmediatamente hundiéndose en el barro.

Cuando tuvo un pie libre soltó una maldición.

Entró en la posada y se detuvo en seco, su aroma de madreselva se


borraba por el olor a cerveza y cuerpos húmedos, ella estaba sin duda allí,
en alguna parte, sacudió la cabeza, lanzando gotas de agua en todas las
direcciones.

Entonces la vio, incluso con su piel empapada, con el pelo pegado a la


cabeza, ella estaba radiante. Él resopló, dios, él era un idiota embrutecido
incluso después de lo que había tratado de hacerle.

Pero entonces lo vio, su mano estaba aprisionada por un hombre, y él tenía


sus labios en los nudillos, su mirada era demasiado familiar para la
comodidad de Dash. Dio dos grandes pasos hacia adelante y se paró junto
a Caitrin.
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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Si desea mantener los dedos, le sugiero que quite su mano de la persona
de la señorita Macleod," él gruñó.

Los ojos del hombre se dispararon y la sonrisa desapareció de su rostro,


pero no aflojó su agarre de Caitrin. "Los labios también", Dash gritó. "Usted
encontrará muy difícil sonreír sin ellos."

"¿Amigo suyo, señorita Macleod?" levantó una ceja el desconocido con leve
diversión.

"Su prometido," Dash gritó antes de que Cait pudiera responder, luego
tomó su antebrazo y ella se volvió hacia él. "Tenemos que hablar."

Los ojos de Caitrin se estrecharon en él, pero su mirada se centró más en


la coloración azulada de sus labios mientras ella parloteaba, "Estoy
ocupada en este momento, Lord Brimsworth." Ella se soltó de su agarre,
para alguien tan pequeña, era bastante fuerte. Pero, por supuesto, no era
rival para un licántropo.

Él la dejó alejarse.

"Y con respecto a la propuesta no recuerdo haberla aceptado, tampoco


recuerdo que usted haya preguntado. "Él no perdió hincapié en la última
palabra.

El hombre se rio. "Ella no acepto la mía, tampoco", dijo, y extendió su


mano hacia él.

"Alec MacQuarrie", se presentó. "Soy un viejo amigo de la señorita Macleod


de Edimburgo."

¿Edimburgo? Dash ni siquiera consideró aceptar la mano tendida del


hombre.

Caitrin le dio un codazo lo suficientemente fuerte en el estómago para


hacerlo gruñir. "Finja por lo menos que tiene buenos modales “siseó.

Él lo hizo a regañadientes, tomó la mano del señor MacQuarrie, pero


resopló mientras lo hacía.

"Este patán detestable es Lord Brimsworth." Cait envolvió sus brazos


alrededor de ella, tiritando con delicadeza.

"¿Están viajando juntos?" Preguntó MacQuarrie con preocupación.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Sí," comenzó Dash.

Pero Cait dijo, "No", en el mismo momento. "El hecho de que estamos
viajando, en el mismo camino no significa que estemos viajando juntos".

"Voy a tener que hablar con usted ahora, Caitie", dijo Dash lentamente, él
no sería reprendido, y ciertamente no en frente de MacQuarrie, que parecía
demasiado interesado en la situación.

"¿Caitie?" MacQuarrie murmuró, rascándose la barbilla, es evidente que el


hombre estaba tratando de averiguar porque Dash usaba ese apodo y no
su nombre de pila.

Caitrin suspiró. "Me voy a mi habitación a secarme", dijo. "Lo veré más
tarde, Sr. MacQuarrie? ¿No estará ocupado? "

"No ahora no," dijo con una gran sonrisa mientras ella desaparecía por las
escaleras. "¿Únase a mí para la cena?" llamó a su espalda.

"Estaríamos encantados", gruñó Dash. "Muchas gracias por la oferta."

Caitrin entró en su habitación, feliz de ver un fuego ardiendo en la


chimenea, le castañeteaban los dientes por lo que temía que despertara a
sus vecinos mientras levantaba sus manos temblorosas hacia las llamas,
quería sacarse su ropa empapada, no deseaba nada más que quitársela.
Pero Jeannie aún no había vuelto arriba ya que había querido esperar a
Lamont para que llegase.

Pero si ella no se sacaba su ropa mojada, tenía miedo de coger su muerte,


se puso de pie y tiró de los cordones con dedos temblorosos que se
negaban a trabajar.

Un fuerte golpe sonó en la puerta. "Caitrin," la llamaba Dash.

"Vete", respondió ella, su mandíbula temblando tanto que dudaba incluso


que no la oyera. ¿Cómo se atrevía a presentarse en la puerta después del
espectáculo que había dado frente a Alec?

"¿Cait?" Volvió a llamar. "¿Estás bien?"

"Estoy bien", se esforzó a través de los labios dolorosos.

"Pues no suena bien", respondió él, entonces la puerta se abrió un poco.

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The Taming of the Wolf

"¡Vete!" Le grito Cait, pero él abrió la puerta y entró, cerrándola detrás de


él. "No tiene ningún derecho a estar aquí".

"Está perfectamente bien, y tú lo sabes," dijo él bruscamente mientras se


dirigía hacia ella y le levantó la barbilla para mirarla a los ojos. "¿Qué pasa?"

"N-nada," ella tartamudeó. "Tengo-frío".

Dash pasó las manos por sus brazos. "Hay que sacarte la ropa mojada."

Ella levantó los dedos y dijo: "Yo puedo trabajar con los cordones. ¿Puede ir
a buscar a Jeannie por mí? ".

En cuestión de segundos, sus dedos ágiles tiraron de su vestido hasta que


había deshecho todas sus ataduras, refunfuñando algo sobre su doncella
inepta, la parte delantera de su vestido caía libremente hacia adelante, Cait
se aferró a ella, pero la verdad es que no quería nada más que dejarla caer
al suelo.

"Puede irse ahora", ella preguntó.

"No hasta que esté caliente."

"Yo puedo manejar eso por mí misma", dijo ella, deseando nada más que él
desapareciera para que pudiera arrojar al piso todo su vestido de viaje
empapado.

"No voy a mirar", dijo él en voz baja mientras tomaba las mangas de su
corpiño y lo dejaba caer sobre sus caderas. Ella cerró los ojos para evitar la
intensidad de su mirada.

"¿Debe creer que soy una tonta verdad, Dashiel?" Ella charlaba, con la
mandíbula adolorida por el frío.

Su voz sonaba un poco más ronca cuando respondió. "Yo nunca la acusaría
de ser tonta.

Hermosa, sí, preciosa, absolutamente. "Sus ojos barrieron sobre ella.


"Deliciosa, sin duda."

Él bajo el aliento, y dijo una última palabra que sonaba como "mío". Pero
no podía estar segura.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¿Pretende ser todo un caballero, verdad?", Dijo. Pero ella estaba tan feliz
por su ayuda que no lo podía alejar, ya el calor del fuego calentaba su piel.
¿O era su mirada, que le hacía parecer casi como si quisiera devorarla?

Cuando él se detuvo en su camisa, coloco sus manos agarrando sus


caderas mientras se arrodillaba frente a ella, sus ojos recorrieron su cuerpo
hasta que sus pezones traidores respondieron, pero entonces él
simplemente deslizó sus manos por debajo de la tela transparente y se la
tiro sobre su cabeza.

Cait inmediatamente cruzó los brazos sobre su pecho y se alejó de él.

"Jesucristo", él murmuró a sus espaldas, un gemido le siguió, uno que


estaba cargado de...algo.

Cait cerró los ojos con fuerza. "Arruinada y mortificada, todo a la vez", dijo.
Una manta cayó alrededor de sus hombros, y ella la agarró.

"No hay necesidad de estar mortificada, ángel," dijo él, mientras la hacía
girar para que lo mirara, él sonrió tímidamente.

"Perdón por mi comentario, no soy nada más que un hombre, un hombre


que acaba de tener una visión de todo lo que quiere en la vida. "

"¿De mí? ¿Desnuda? "Jadeó.

"Por supuesto." Se inclinó rápidamente y le besó la mejilla.

"Gracias", dijo, por fin para reunirse con su mirada de color ámbar. "Por
ayudarme con mis cosas".

"Jugaría a la doncella cualquier día, ángel."

Había fuego ardiendo debajo de la superficie en la piel del hombre, ella lo


sabía muy bien. Sus párpados estaban medio cerrados con el deseo y ella
vio la subida del pulso en su cuello.

Él se quitó la chaqueta y la arrojó a un lado de la habitación mientras él


respiraba profundamente. "Licántropos tienen una increíble cantidad de
calor corporal ", explicó él mientras se desabrochaba los botones de su
chaleco.

"Me alegro," dijo ella mientras el tiraba de su camisa por la cabeza, no


podía alejar la mirada de su pecho, sus hombros, su estómago, la pequeña

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

línea de pelo que desaparecía en sus pantalones. Él se rio entre dientes


ligeramente antes de que él la levantara y la sentara en una silla cerca del
fuego.

Colocándola sobre su regazo, él dijo: " Probable no te va a gustar esto,


pero tienes que tocar mi cuerpo, Caitie, mi piel contra la tuya".

Oh, a ella le gustaba mucho, pero en cambio dijo: "Te deseo", y se movió
para levantarse de su regazo, sin embargo, el tiró de ella hacia abajo con
un brazo alrededor de su cintura.

"Yo sólo quiero cuidar de ti", dijo él en voz baja mientras su mano se movió
para a cunar su rostro, se veía tan sincero que dejó que su cuerpo se
suavizara contra el suyo. Él tiró de la manta hasta que fue sacada de entre
ellos, y luego la acomodó sobre sus hombros, estaba casi tan caliente
como el fuego de la chimenea.

Sus pechos se apretaban contra la dura pared de su pecho.

"Debería conseguir una recomendación por esto", murmuró él.

"Valoro una confrontación. Le dijo Cait" Pero se interrumpió.

"Cuida de mí", susurró ella.

"Mientras me lo permitas", dijo mientras su mano se movía en un círculo


lento contra su espalda desnuda.

Cait cerró los ojos mientras apoyaba la cabeza en su hombro desnudo, y


un suspiro de satisfacción escapó de sus labios.

Él se rio entre dientes. "Yo también te extrañé."

"Arrogante como siempre", respondió ella, dejando que sus dedos se


arrastraran a través de la extensión de sus hombros, permitiendo que el
calor de él calentara cada parte de ella.

"¿Es por eso que me has abandonado para que muriera?"

Cait debió haberlo escuchado mal, levantó la cabeza para mirarlo a los
ojos, vio el dolor reflejado en su rostro, y le dolía el corazón al verlo. "¿que
lo he dejado para morir?"

“envenenaste mi té. ¿Tal vez recuerdes eso? "

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cómoda como estaba en su regazo, ella no iba a dejarlo que la llamase


asesina. "Yo ciertamente no le he colocado veneno en el té".

Él levantó una ceja, indignado, con sus ojos clavados en los de ella.

Cait se encogió de la intensidad. "Yo no le di a usted veneno", repitió.


Luego se mordió el labio inferior. "Yo-Yo le di una poción para dormir."

"¡He dormido durante dos días!", él gruñó.

"Podría haber sido una poción fuerte para dormir ", admitió mientras se
retorcía, tratando de quitarse ella misma de su regazo.

Su agarre se apretó. "No va a ir a ninguna parte hasta que tengamos


algunas cosas en orden, Caitrin."

"Déjame ir, perro Inglés mal educado."

"Deja de moverte", ordenó. "Necesitas mi calor."

"Me las arreglaré". Sus ojos color ámbar se oscurecieron.

"No me vas a alejar, Caitie, no importa cuánto te esfuerces. Y no me vas a


envenenar de nuevo, y no vas a huir de mí otra vez. " Podía oír la
determinación en su voz, y Cait se estremeció.

"Yo no le he envenenado."

Su rostro se suavizó y sus hábiles manos se movieron a través de su


cuerpo, calentándola. "Y no más pociones para dormir de nuevo.

¿La idea de estar conmigo es tan terrible que quisiste huir? "Dash la cambió
en sus brazos y tocó suavemente sus labios con los de él.

Cait sintió como su calor abarcaba cada parte de ella, y ella se estremeció
por su conciencia, queriendo que cada parte de él la tocara.

"¿Cuáles son las probabilidades?," la voz de Jeannie la precedió en la


habitación, "que se encontrara al Sr. MacQuarrie aquí". Los ojos de la
doncella aterrizaron en Caitrin que se encontraba en los brazos de Dash y
su boca cayó abierta.

"¡Por favor, Jeannie!" Cait le rogó, "no grites."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

ONCE
Dash gimió cuando la criada cerró la puerta, como lo arruinaba todo la
mujer, nada había cambiado, ella todavía no estaba cuando la necesitaba
Cait y siempre aparecía en los momentos más inoportunos.

En ese mismo momento, la plenitud de los pechos suaves de Cait se


apretaba contra su pecho y lo quería más que nada era probar esos
pezones rosados que había vislumbrado fugazmente por su camisa
mojada.

"Señorita Macleod!" dijo Jeannie entre dientes.

Caitrin empezó a revolverse en su regazo, pero Dash envolvió su brazo


alrededor de su cintura. "Parece mal ", él susurró. "Pero si se pone de pie,
se verá peor."

Sus ojos azules se centraron en él, y ella asintió con la cabeza. "¿Jeannie,
dame un momento, por favor?"

La criada golpeó las manos en sus caderas y sacudió la cabeza. "Yo no sé


qué decir."

"Su señora llamará cuando esté lista para usted." Dash clavó en la dama
una mirada irritante.

"Sugiero que usted esté disponible para atender sus necesidades, por una
vez."

"Señorita…"

"Jeannie, por favor", rogó Caitrin. "Un momento".

La criada resopló su descontento mientras caminaba hacia fuera de la


habitación, dejándolos solos, Dash deslizo a Cait de su regazo y le envolvió
la colcha con fuerza a su alrededor.

Se inclinó hacia delante en su asiento, para no tener que mostrar la


estrechez de sus pantalones. "Una vez que seas mi esposa, Caitie, eso no
importara".

Ella negó con la cabeza. “Lo deje durmiendo porque pensé que eso le
ayudaría para que volviera a sus cinco sentidos acerca de todo esto. "

69
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Todo lo que había hecho solo hizo más fuerte su determinación, ella era su
compañera, por casualidad o por diseño, ser separado de ella era
físicamente doloroso, todo lo que podía pensar mientras corría hacia el
norte era en acostarse con ella, haciéndola suya en todos los sentidos,
parecía que era lo único que podría aliviar el dolor en su corazón.

“Yo no soy como los demás hombres. Puedo oír a tu corazón que se acelera
cuando te toco, puedo oler tu cuerpo y saber que ansía el mío, yo no voy a
ir a ninguna parte, Caitie."

"¡Señorita Cait!" Jeannie se lamentó afuera de la habitación.

Dash gruñó. Apenas podía esperar para sustituir a la sierva torpe con
alguien de confianza.

"Ustedes necesitan salir." Caitrin frunció el ceño.

"Por ahora." Dash se levantó de su asiento y se colocó la camisa por encima


de su cabeza. "Voy a estar esperando junto al Sr. MacQuarrie. "Cogió su
chaleco y la chaqueta.

"No nos hagas esperar."

Cait no estaba segura de que si era una bendición o una maldición que
Lamont y Boyd hubieran logrado arrastrar uno de sus baúles al acceso del
El Cisne Negro, no tener nada seco que llevar le habría dado una excusa
para evitar la cena con los dos hombres que tanto habían insistido para
que se casara con ellos.

Ella había querido aceptar Alec MacQuarrie cada vez que él se lo había
pedido, al menos él le había preguntado a ella, a diferencia de aquel inglés
tosco, pero no podía casarse con Alec entonces, y ella no podía casarse con
Alec ahora, su futuro no había cambiado, y ella no era una parte de ello.

¿Y cómo se suponía que iba a sentarse a la mesa con el hombre?


Especialmente con Dashiel Thorpe presente. ¿Quién sabía lo que diría, el
maldito conde hace todo máscomplicado? Sus emociones eran un revoltijo,
gracias a él.

"Señorita Cait, Como mantendrá todo esto en secreto para el Sr. Macleod.

" Tu eres la única que me ha visto”, Jeannie. Y ya que Lord Brimsworth debe
ir a Glasgow, nadie le dirá nada a Papá, " dijo Cait, tratando otra vez de
tranquilizar a su criada.
70
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Jeannie se alisaba la falda de lana azul. "No es el conde por quien estoy
preocupada sino por el Sr. MacQuarrie los ha visto a los dos juntos, él
puede decirle algo a su padre cuando lo vea. "

Los hombros de Cait se hundieron hacia adelante, Alec no había estado en


Edimburgo por meses, después de que sospechara que ella era una bruja,
él había salido hacia Inglaterra sin decir una palabra.

¿Responderá Dashiel Thorpe de la misma manera? Cait frunció el ceño ante


la idea, no era su asunto. Él tarde o temprano se cansaría de la persecución
de la manera que todos los demás hicieron.

Alguien llamó a la puerta, Cait asintió para que Jeannie respondiera. Alec
MacQuarrie estaba en la puerta, sus cálidos ojos castaños se centraron en
ella. "Usted es un regalo para la vista, Cait.

"Alec MacQuarrie, un día estaba en Edimburgo, y al siguiente desapareció


sin decir una palabra. "

Él le ofreció su brazo, que Cait acepto. La remolco hacia la escalera y bajó


la voz. "Tú eres uno de ellas, ¿verdad?" Su boca se secó. "¿Una de ellas?"
Repitió ella.

"Yo no comprendo lo que quieres decir."

"El COIG", él respondió.

El COIG, las cinco brujas míticas de su aquelarre, con poderes que pasan
de madres a hijas por generaciones. Sin embargo, para los miembros esto
era un secreto.

Cait sonrió, como si fuera una niña tonta. "¿No crees en los cuentos de
hadas, Alec?"

"Tú eres la vidente," dijo en voz baja. "Y Elspeth es la sanadora, y…."

El pie de Cait vaciló en los escalones, no se les permitía hablar acerca de su


aquelarre, excepto con su familias, que ya conocían la verdad. Ella negó
con la cabeza.

"eso es algo ridículo."

El bajó la mirada hacia ella con una intensidad oscura. "Es por eso que
dijiste que no veías un futuro para nosotros.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

No importa lo mucho que te presioné, no cambiaste de parecer".

Cait sólo podía mirarlo.

"Pero yo prefiero hacer mi propio destino, Cait."

"Estoy segura de que lord Brimsworth está esperando por nosotros",


murmuró.

Alec se tensó en su brazo. "¿Lo has visto en tu futuro?"

Cait sacudió la cabeza. "No", respondió ella con sinceridad.

Él dejó escapar un gran suspiro. "Bueno." Entonces él continuó dirigiéndola


por las escaleras, bordando la cantina. "Brimsworth ha asegurado una
habitación privada."

La cabeza de Cait nadaba y las palabras no salieron de su boca, todo era


una espiral fuera de su control.

Alec no podía renovar su pleito con ella, además su destino estaba por otro
camino, y luego

"Caitie." Dash salió de un comedor privado en el otro extremo de la


habitación, su mirada ámbar se encontraba fija en ella y dejándola
ligeramente sin aliento. Él frunció el ceño cuando sus ojos se posaron en la
mano escondida en el hueco del brazo de Alec.

"¿Dónde lo conociste?" Alec se quejó en voz baja.

Cait inclinó la cabeza para ver mejor el hombre del que tontamente se
había enamorado como una chica joven. "Westfield Hall."

Alec frunció el ceño. "Y pensé que Ben era mi amigo."

Antes de darse cuenta, Dash estaba frente a ella, tomando su otro brazo
con su mano. Irradiando calor desde su cuerpo lo que le ocasionó un
pequeño hormigueo en su piel.

"Me alegro de ver de que ya no estás tan fría, ángel."

Alec la miró, con una pregunta sobre su rostro. "¿frío? ¿Ángel? "

"Sí, después de estar caminando bajo la lluvia", admitió ella, lanzando una
mirada a Dashiel, tenía la sensación de que iba a ser una larga noche.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

DOCE
Dash nunca había sido ignorado tan bien en su vida, a menos que él
contara el número de interacciones con su padre. El marqués tenía una
manera de hacer sentir a

Dash insignificante, algo que él había estado acostumbrado mientras crecía


a lo largo de los años después de que sus rasgos licántropos se habían
vuelto evidentes.

Pero él nunca había querido formar parte de un grupo tanto como había
querido en ese momento durante la cena en el Cisne Negro.

Lo más importante es que quería ser parte del grupo de Alec MacQuarrie y
del de Caitrin. Él quería ser un amigo de confianza, quería que Cait lo
mirara con cariño como lo hizo con MacQuarrie.

"¿recuerdas la vez que Sorcha te convenció para subir al árbol en el jardín y


caíste de él?"

Caitrin rio suavemente. "Sí, me acuerdo pensé que había caído a mi


muerte."

"Entonces, en el último momento, estaba cayendo a través del aire y al


siguiente, yacía en una cama blanda de hojas, era casi como si hubieran
sido colocadas allí para amortiguar su caída. "

Dash señaló que ella se negó a encontrarse con los ojos de Alec cuando
respondió, fingió interés en la comida. "Sí, fue un milagro."

"¿Un milagro?" Dash preguntó lentamente, Cait alzó los ojos y lo miró,
había una

sutil advertencia allí. Él solo lamentaba que él no supiera lo que era.

"Sí," dijo mientras tomaba un sorbo de vino y evitó discutir más el tema.

"Por lo tanto, Brimsworth," dijo MacQuarrie mientras el enfocaba sus ojos


oscuros en Dash. "¿Cuáles son sus pensamientos sobre el destino
predeterminado?"

Dash tragó saliva. ¿Qué diablos quiso decir el hombre con eso? ¿Sabía de
su conexión con Caitrin?

73
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Creo que las cosas sucedan de la manera que se supone que son",
respondió enigmáticamente.

El cultivado escocés sonrió con malicia. "Qué desgracia para usted,


entonces."

"¿Qué significa eso?" Dash preguntó mientras apuñalaba un trozo de


cordero.

MacQuarrie se encogió de hombros. "Sólo que creo que un hombre debe


hacer su propio futuro, yo no creo que mi vida este planeada a pesar de
mis deseos y necesidades".

El rostro de Cait se volvió un poco morado, que hizo Dash estuviera seguro
de que ella omitía algo importante.

Él haría que ella se lo digiera después, le hubiera gustado poder tomar su


mano entre las suyas y calmarla, aunque eso era imposible con el escocés
compartiendo su mesa.

"Así que, dígame, señor MacQuarrie," comenzó Dash ", ¿conoce a Cait de
toda la vida?"

MacQuarrie asintió. "La mayor parte de la misma, salí de Edimburgo


cuando era un niño para asistir a Harrow, pero he estado en casa con
bastante frecuencia en los últimos años".

Ahí estaba de nuevo, Edimburgo. Dash se volvió para mirar hacia Caitrin.
"Yo estaba seguro de que Glasgow era su casa".

Ella se movió un poco incómoda. "No estoy segura porque usted tiene esa
idea, mi Lord, ciertamente nunca he dicho tal cosa".

No, pero ciertamente había dejado que creyera eso, y volvió todo su plan al
revés. Cómo Iba hacerlo él para cortejarla en Edimburgo y entrenar con su
mentor en Glasgow, al mismo tiempo"

La familia Forster es de Glasgow, usted y Lady Elspeth son cercanas,


entonces solamente asumí… "

"Lady Elspeth también es oriundo de Edimburgo, " MacQuarrie lo informó


más bien con aire de suficiencia.

74
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Dash necesitaba todo su autocontrol para no golpearlo por la mirada


satisfecha que tenía el hombre

"¿De verdad?" Gruñó.

"Vivió toda su vida en las afueras de la ciudad hasta que se casó con mi
buen amigo Benjamín Westfield".

Perfecto, el maldito hombre era un amigo de los Westfields ¿Podría su


suerte ser peor?

"Aunque yo solo he tenido ojos para la señorita Macleod." El arrogante


escocés alcanzo a cubrir la mano de Cait con la suya y Dash gruñó,
obligándose a mantener su control.

Cait tiró de su mano lejos de la de MacQuarrie, y el hombre se echó a reír.


"Ser un poco o demasiado terco puede ser bueno, debo admitir. "

"Alec" ella jadeo. Dash se molestó con el sonido del nombre de otro
hombre en sus labios, era como si ella lo conociera de toda la vida, lo que
en verdad, probablemente así seria.

El hombre tenía una ventaja sobre Dash, tenía una lista de entretenidos
recuerdos que podía recitar a toda prisa, Dash sólo tenía unos momentos
robados de pasión. No había comparación, era como ver a Prisca con
William Westfield, todo de nuevo, sólo que peor.

Nunca sintió una conexión con Prisca como la que tenía con Caitrin, él no
se recuperaría si la perdía.

"Está bien," se rio Cait. "Lo admito, puedo ser un poco terca a veces".

"¿Un poco?" Los dos hombres lo dijeron a la vez, Dash no pudo ocultar su
sonrisa por su reacción exagerada cuando ella se echó hacia atrás de
repente y resopló como si la hubieran afrontado.

"Mucho," dijo finalmente. "Y sin embargo, ustedes dos todavía quieren
pasar tiempo conmigo, así que algo tengo que estar haciendo bien. "

Allí estaba su Caitie, Gritona como el día era largo, él amaba su sentido
común.

"Ciertamente ayuda que usted sea hermosa", dijo Dash, sonriendo


suavemente hacia ella. Un rubor trepó por sus mejillas, un punto para el

75
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

equipo de Brimsworth, era todo lo que podía hacer para no sonreír


burlonamente.

"La belleza se desvanece", declaró MacQuarrie suavemente. "Lo que tiene


Caitrin durará para siempre, es parte de ella, y parte de lo que la hace tan
perfectamente adorable".

Adorable, Dash casi se atragantó con el vino, nunca había amado a una
mujer en su vida. Él había estado en la cama con más mujeres de lo que
podía recordar, pero nunca había adorado sinceramente a ninguna.

"Alec, ¿qué estás haciendo en Leeds? Pensé que estabas en Londres,


Elspeth dijo que ella y Benjamín habían cenado no hace mucho tiempo. "

El escocés se echó hacia atrás en su silla y la miró. "Sí, lo hice, Lord Hallam
tiene una casa de caza en la zona, y me invitó la semana pasada, Elspeth
parecía feliz".

Caitrin sonrió. "Lo es, Benjamín finalmente terminó esa monstruosidad de


casa que estaba construyendo'.

“tienes que verla".

MacQuarrie dirigió su atención a Dash. "¿Has conocido a las otras b-?" Él


gruñó y corto abruptamente sus palabras mientras se frotaban la espinilla.
"No tienes que darme patadas muchacha ", dijo en voz baja, pero Dash
escuchó cada palabra. "Tu secreto está a salvo conmigo."

"¿Qué secreto sería?" Dash odiaba la idea de que ellos mantuvieran un


secreto que no querían que supieran.

"No hay ningún secreto, mi Lord," dijo Cait. "Es referente a mis amigas, las
jóvenes con las que paso la mayor parte de mi tiempo".

Mis amigas son como mis hermanas, era evidente que se había perdido de
algo importante. "Háblame otra vez de ellas."

Ella abrió la boca para hablar, pero antes de que pudiera pronunciar un
sonido, MacQuarrie habló. "Ya se ha encontrado con Elspeth?"

Dash asintió. "La esposa de Benjamín Westfield."

"Sí, sólo estar en la habitación con ella puede hacer que uno se sienta
mejor, por diez. Luego está Rhiannon Sinclair, Blaire Lindsay, y Sorcha

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Ferguson. Rhiannon casi siempre se puede encontrar afuera de las puertas,


ella está lo suficientemente chiflada como para estar afuera bajo la lluvia
torrencial".

"Ella no es ninguna chiflada ", Caitrin interrumpió:" El hecho de que a ella le


gusta los elementos no significa que ella este loca".

"Y Blaire puede disparar una flecha recta como ninguno de los otros
hombres en Edimburgo.

Finalmente tuvimos que dejarla de invitarla en asuntos de eventos


deportivos, o nos haría parecer débiles".

"¿Tal vez son débiles?", Dijo Caitrin bajito, obviamente, para provocar al
hombre.

"Y Sorcha", preguntó Dash.

"Sorcha no es más que un niña," dijo MacQuarrie con nostalgia.

"Ella es la más joven de mi círculo de amigas, Dijo Caitrin.

Muchas mujeres están casadas para su edad ", recordó el escocés.

"Sorcha hace que los que están alrededor de ella quieran ser una mejor
persona." MacQuarrie se encogió de hombros.

"Todo el que la conoce la ama."

Caitrin suspiró, con un poco de dolor en su tono, aunque Dash no tenía ni


idea que la coloco triste.

Caitrin trató de mantener el tono de melancolía de su declaración. Pero, en


realidad, se mostraba que ella tenía un cariño evidente por Alec
MacQuarrie, y, en algún momento, una comprensión mutua se había hecho
evidente, una que se encontraría con ella durante toda la vida. Pero no
importa lo bien que encajaran, Cait ya sabía que era para otra persona, él
no era suyo y nunca lo sería.

Ella miró al otro lado de la mesa a Dashiel Thorpe, que había mantenido
modales impecables durante toda la comida, él era un hombre inteligente,
cuyo salvajismo sin duda debía ser a causa de su desventaja, fue
gratificante ver que podía deshacerse de él cuando tenía que hacerlo y
convertirse en un perfecto caballero.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¿Cuáles son sus planes para el futuro?, Sr. MacQuarrie", preguntó Dash.

Alec se encogió de hombros. "No tengo planes por el momento, voy a


volver pronto a casa, me imagino, y en resumen gestionare mis
propiedades, voy a tomar un breve respiro de la realidad en este
momento".

"Tomar respiros de la realidad por lo general indican que uno no está


contento con su suerte en la vida."

Los ojos de Alec se estrecharon, y él bajó la copa de vino. "No estoy


contento con mi suerte en la vida, soy infeliz por no tener una oportunidad
para la vida que quiero."

"Pero le espera algo mucho mejor, Alec," dijo Cait, deteniéndolo. "Confía en
mí en esto."

"¿Cómo podría ser mejor si no estás en él?" Gruñó Alec.

Oh, querida, esto es realmente un mal momento para esta conversación, en


particular, con la sospecha de Alec de que sea un miembro de la COIG.

"Voy a estar en ella, simplemente no en el camino que quieres ahora".

"¿Y si yo no te quiero en mi vida, aparte de en ese lugar?"

Caitrin abrió la boca y se echó hacia atrás. "Esa es la cosa más cruel que
alguna vez has dicho de mí." Ella sintió como las lágrimas picaban sus
párpados y se levantó rápidamente.

Alec dio un paso hacia ella, con el dolor grabado en su frente,


inmediatamente se dio cuenta de sus palabras y se arrepintió por lo que
había dicho, pero él ya las había dicho. Y no había vuelta atrás.

Antes de que Alec pudiera tocarla, Dash se interpuso entre ellos. El hombre
era muy rápido, esto debía ser un rasgo licántropo. Él inclinó su rostro
hacia él para que pudiera mirarlo hacia arriba.

"¿Puedo llevarte a tu habitación? " dijo Dash a Cait

"Cait," intentó Alec. Pero ella no estaba de humor para escuchar nada más
de él, no en ese momento.

"Sí, por favor" le dijo a Dash, quien inmediatamente deslizó su brazo


alrededor de ella y la acompañó desde el comedor.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

La mano de Dash en la cintura de Caitrin la calentó a través de su vestido


todo el camino mientras pasaban por delante de clientes en la taberna
hacia la escalera.

"Obviamente estás ocultando algo de mí", él le susurro.

Cait giró la cabeza para mirarlo, ella no iba hacerlo ahora, no otra vez. No
aquí. No después de la conversación con Alec.

"¿Y qué si lo estoy?" Preguntó con aspereza. "Yo no le debo nada, mi Lord.

Mi vida es sólo mía, para que usted no pueda decir nada sobre ella.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

TRECE
Eso estuvo bien, Dash se reprendió a si mismo mientras veía a Caitrin
dirigirse hacia las escaleras. Él no debería haberla empujado hasta el límite,
después de todo, él solo tenía que acompañarla hasta su habitación,
tendría que haber mantenido su maldita boca cerrada.

Pero tantas preguntas lo fastidiaban después de la incómoda cena que


aparentemente fue incapaz de mantener por más tiempo con ellos.

"Caitie," él la llamó, pero ella se negó a dar la vuelta para mirarlo.

Él tuvo que reclamar a una muchacha escocesa con carácter, ¿verdad? No


podía haber buscado una dama más sumisa.

Una señorita inglesa que seguiría todos sus dictados y haría de su vida más
fácil, él no tenía nada excepto que culpar a su propia impulsividad de su
predicamento.

Dash ni siquiera estaba seguro de si se trataba de un predicamento, cada


vez que sus ojos se fijaban en Caitrin, sentía un tirón en el pecho. ¿Fue
porque él la había reclamado, o había algo más? ¿Algo predeterminado? No
se sentía como si estuviera aquí a causa de un accidente, debido a una
pérdida momentánea del control. Se sentía como si él la conociera de
siempre, sin embargo, él no la conocía en absoluto, por el amor de Dios,él
ni siquiera sabía hasta esta tarde que ella vivía en Edimburgo.

Dash dejó escapar un suspiro y se volvió hacia el comedor privado, puede


que no la conociera en absoluto, pero Alec MacQuarrie seguramente lo
hizo y podía obtener respuestas de una u otra fuente.

Encontró al hombre tomando un whisky, MacQuarrie bajó su vaso y se


inclinó hacia adelante en su asiento. "Bueno, eso fue más rápido de lo que
esperaba."

"¿Ah, sí?" Dash cerró la puerta detrás de él. "¿Qué esperabas?"

MacQuarrie se encogió de hombros, y luego se sirvió otra copa. "Ella no lo


ve en su futuro tampoco, ¿verdad?"

Dash apretó los dientes. ¿Cómo diablos aquel canalla lo sabía?

80
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Ella no tiene ni la menor idea de lo que va a suceder en el futuro con usted


o conmigo. “Habla como si ella fuese una adivina".

El escocés soltó un bufido. "Puede que se sorprenda."

Dash frunció el ceño ante MacQuarrie, que obviamente no era de los que
podía manejar el licor.

El escocés levantó su copa en un brindis simulado. "Yo le desearía buena


suerte en su búsqueda, pero la verdad es que no. "Bueno, eso fue honesto,
Dash señaló una de las sillas vacías. "¿Te importa?"

"Sírvase usted mismo".

Dash se deslizó en el asiento y miró al hombre frente a él .Alec MacQuarrie


se observaba positivamente torturado, ¿Era un preludio misterioso de su
propio futuro?

La idea le provocó un escalofrío por la espalda. "Sabe hay algo que ella está
manteniendo oculto de mí".

MacQuarrie lo niveló con una mirada helada. "Si me pregunta para que
divulgue sus secretos, puede aguantar la respiración, preferiría morir
primero".

Bueno, eso era una opción y no una que Dash se opusiera particularmente.

"Lastimarla no es parte de mi agenda".

"Y ¿cuál es su agenda?"

Dash suspiró, si no cambia por el momento. "Tengo la intención de


reunirme con el señor Macleod y pedirle la mano de Caitrin. "Y aprender a
ser un pequeño lobo bueno, no es que MacQuarrie necesitara saber esto
del pasado.

El escocés se burló mientras levantaba su copa a los labios. "Angus


Macleod me dio su bendición, usted puede ver lo bien que me fue,

Cait toma su propia decisión, así podría reducir sus pérdidas, ella no
cambiara de opinión".

Por supuesto, Dash no podía renunciar, su vida estaba condenada a menos


que pudiera convencerla de que se casara con él.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¿Macleod le dio su permiso, pero ella lo rechazó?". Chica obstinada, había


pensado a ciencia cierta, si podía obtener la aprobación de su padre, no
tendría más remedio que aceptarlo.

MacQuarrie asintió. "Ella tiene a su padre envuelto alrededor de su bonito


dedo meñique. Él la deja hacer sus propias decisiones".

¡Maldita sea! Esto se agrava por momentos, ella le había dicho una y otra
vez que ellos no tenían un futuro. ¿Qué podía hacer para conseguir que
Caitrin cambiara de opinión? O ¿qué podría hacer para que el señor
Macleod pusiera su pie en el suelo y la hiciera entrar en razón? La
respuesta saltó a su mente, y él se estremeció.

Él no había querido tomar su inocencia, parecía un acto tan cobarde y era


completamente innoble sin su anillo en el dedo. Pero el resto de su futuro
estaba en juego, teniendo en cuenta la situación, él podría seducirla, no
podría seguir rechazándolo después de eso, entonces él la tendría por el
resto de sus días.

No era un plan verdadero, pero no tenía mucho con que trabajar, y


mirando el dolor, la expresión en el rostro de Alec MacQuarrie lo hizo aún
más cautelosos para no terminar acabando como el escocés. Pero
MacQuarrie podría encontrar a alguna otra mujer, eso no era una
posibilidad para Dash.

"Te ves muy serio de repente." MacQuarrie interrumpió sus pensamientos.

"Simplemente ha sido un largo día de viaje." En verdad, había tenido varios


días largos de viaje, corriendo a través de Inglaterra para alcanzar a su
ángel escocés. "Creo que me retiraré temprano."

MacQuarrie levantó su copa de nuevo. "Duerma bien, Brimsworth, puede


que le siga a Escocia, y puede que usted necesite toda su inteligencia".

Dash ni siquiera se preocupó de controlar el gruñido en su voz. "Póngase


en mi camino, MacQuarrie, y se va a arrepentir. "

"Lamont dice que el eje del coche está roto, señorita", dijo Jeannie antes de
que Cait atravesara el umbral.

El corazón le dio un vuelco, un eje agrietado, eso no sonaba nada bien,


Cait suspiró.

"Ayúdame a salir de este vestido, Jeannie".


82
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Pero el cochero, Señorita."

Ella negó con la cabeza. "El problema va a estar allí mañana, voy a pensar
en ello después".

Jeannie hizo un trabajo rápido con el vestido y ayudó a Cait con el camisón.
"Tal vez el Sr. MacQuarrie podría ser de ayuda", sugirió su doncella.

"Tal vez", respondió Cait para apaciguar a la mujer, pero ella no le pediría a
Alec

MacQuarrie si podía ayudarla a cruzar Queen Street, él hizo parecer como


si esta situación en la que se encontraban era culpa suya, él fue el...

Él era el que estaba destinado a enamorarse de otra persona, al menos


tenían un futuro. Ella no tenía ni idea de lo que le esperaba a ella.

"Le dije a Lamont…"

"Vamos," le dijo Cait. "Voy a estar bien."

"Pero el conde"

"No hay ninguna preocupación con Brimsworth, yo soy quien te ordena".

Jeannie no necesitó de mucha persuasión, y ella salió por la puerta un


momento después. Cait apagó la lámpara, se sentó en la cama, y vio las
sombras de la luna danzar en la pared.

El sueño era difícil de alcanzar, a pesar del agotamiento, como de


costumbre, fue invadida por el futuro de los clientes que se habían
hospedado en la posada, pero ningún futuro de ellos era particularmente
preocupante. No le abrumaban los sentidos o la hacían desear sacarlos de
sí misma, algunos incluso eran alegres, como la mujer que recibiría una
oferta de matrimonio a la mañana siguiente, o la esposa del tabernero, que
pronto sería abuela.

Ella ni siquiera trató de contener su sonrisa, aunque los futuros eran


alegres, todavía tenía suficiente problemas para dormir, por último, se
sentó en la cama y deseo no haber enviado a Jeannie tan lejos, de modo
que podría haber enviado a la mujer por un brandy.

En ocasiones, los espíritus le proporcionaban un espacio para escapar de


su propia mente. Cait suspiró y volvió sus piernas sobre el lado de la cama,

83
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

si tenía algo para leer, eso ayudaría. Quizás Jeannie encontró su libro antes
de salir de Westfield Hall.

Cait volvió a encender la lámpara junto a la cama, luego se inclinó y


rebuscó en su baúl. Hizo a un lado su ropa y artículos personales, con la
esperanza de encontrar su copia del Patronato entre sus cosas, pero fue en
vano, pero entonces, su mano se cerró en torno a un pequeño libro
encuadernado de cuero, tiró de este y cayó en su cama.

¡Cielos! El libro que le había sacado del estudio del duque de Blackmoor,
no había querido robar esa cosa, esperemos que a su gracia no le haga
falta, ella tendría que devolverlo a primera hora de la mañana.

Pero mientras tanto, tal vez fuera lo suficientemente aburrido para ponerla
a dormir, Cait se hundió bajo la colcha, abrió el libro, y se sorprendió al ver
que un caballero había escrito las palabras

"Asilo para rameras y herejes." Luego, en letra más pequeña decía:


"Brimsworth."

¿Ella recogió el libro de Dashiel? El recuerdo de su primer encuentro brilló


en su mente. Ella, había estado con él en el estudio de Blackmoor, no había
querido que nadie supiera que andaba a escondidas, pero ella, había ido
para encontrar un libro y consideró necesario que debía irse con uno, así
que, ella, tomo lo primero que vio. ¿Por qué él no había dicho algo?

Ella, no le había dado importancia a ese pensamiento hasta que ella abrió
el diario escrito a mano y leyera las páginas escritas en la página siguiente.

Aunque la señorita W. suelta un silbido por la nariz cuando ella está cerca
de la felicidad, ella se mueve bastante fácil hasta el fin. Una persona que se
llama caballero debería aprender a ignorarlo, o, probablemente le
recordaría a una cacería, donde los sabuesos que se utilizan creen que
tienen que empezar de nuevo cuando suene el silbato.

Si se puede pasar por alto el ruido, ella vale muy bien la molestia. Ya que si
a uno le provocara silbar, ella haría todo lo que un caballero desee.

Cait golpeó el libro cerrado, ella lo apretó con fuerza en sus manos, que
temblaban más que un poco.

84
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

¿Por qué Dashiel escribió algo así? Lo arrojó sobre la mesa de noche y
sacudió la mano, como solía hacer cuando estaba ofendido por la suciedad
que se le pegaba a la piel cuando ayudaba a Sorcha con sus plantas.

¡Qué cosa tan horrible el escribió!

¿Sin embargo, como Dashiel pudo hacer tal cosa? La intimidad se suponía
que era algo sagrado, algo compartido con amor y dignidad, ella resopló,
no había mucha dignidad y de eso estaba segura, no había amor en los
comentarios que había hecho.

Echó un vistazo al libro y no podía dejar de preguntarse si el resto de las


páginas serian igual.

Por supuesto, sería horrible por parte de ella echar un vistazo, extendió los
dedos tentativamente hacia el libro, entonces lo arrebató de nuevo y tiró la
colcha sobre sus hombros, apretando sus ojos con fuerza.

Ella abrió un ojo, luego se sentó rápidamente y cogió el libro, miró


furtivamente sobre el cuarto, abrió una página en el centro y comenzó a
leer.

En una pequeña casa en la calle Shelton viven tres hermanas. Dudo mucho
de que sean verdaderamente hermanas, pero viven vidas muy respetables
como tales por el día.

Pero vállale a ver en una visita de noche, y usted quedara muy sorprendido.
Si alguna vez hubiera hermanas que se quisieran tanto como estas tres, me
gustaría muchísimo encontrarlas. Para estas era de gran alegría en hacer
un ménage de sí mismas. Al principio, pensé que no me invitarían a
participar.

En realidad, mirando solo a la morena separando los muslos de la pelirroja


y sumergía su cara… Cait cerró el libro otra vez, y luego lo arrojó al otro
lado de la habitación donde golpeó la pared con un ruido sordo, ella
debería haber tirado el pedazo de basura en el fuego.

Un suave golpe sonó en la puerta, el corazón de Cait saltó a su garganta,


se arrastró a través de la habitación y cogió el libro y, a continuación corrió
de nuevo a la cama, lo metió debajo de la colcha.

Luego se pasó una mano por su cabello suelto y abrió la puerta.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Catorce
Dash se debatía consigo mismo por la acción que debería tomar, pero no
importa el tiempo que contemplara la situación, parecía que la única forma
en que podría ser capaz de ganar la mano de Caitrin sería seducirla. A
pesar de que era muy poco caballeroso y que preferiría en realidad
ganársela, una simple seducción tendría que bastar. Él sabía que ella
todavía estaba despierta porque la podía oír en su habitación después de
que su doncella se había ido una vez más por la puerta.

En un principio había asumido que estaba soñando, porque su corazón


tenía la velocidad de un caballo a galope, extraño, ya que la mayoría de las
personas que había conocido en su vida tenían un ritmo cardíaco constante
si estaban enojados o apasionados, se les aceleraba, y si estaban cansados,
se les reducía la velocidad, pero el suyo era errático. Estable cuando
estaban en la carretera o cuando la tocaba, pero salvaje cada vez que se
detenían en un lugar nuevo, era agotador tratar de interpretar todas las
señales que su cuerpo le daba.

Después de haber oído sus pasos. ¿Qué demonios estaba haciendo?

Se armó con una botella de whisky y dos vasos, y luego se dispuso a


cumplir con su destino, cuando llamó suavemente a la puerta, oyó que
arrastraba los pies por la habitación durante un momento, entonces ella
movió la puerta una pulgada y se asomó.

"¿Qué es lo que quiere, Lord Brimsworth?", preguntó, entrecerrando los


ojos en él y mirando como una institutriz sin sentido del humor.

"Vengo con regalos", dijo, sin saber cómo proceder después de su


recepción tan fría.

"No tengo ninguna necesidad de regalos", dijo secamente, soplando el pelo


de sus ojos con una respiración rápida.

Él se apoyó en el marco de la puerta, evitando que se cerrara, ella tendría


que empujarlo antes de que pudiera hacerlo. Por desgracia, parecía
perfectamente capaz de hacerlo en este momento. "¿Sigue enojada
conmigo?"

86
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Oh, no tiene ni la menor idea de lo que siento por usted", le espetó, con
un tono de voz tan cortante como un cuchillo.

"Déjame entrar para que me diga."

"No."

"Por favor", dijo él en voz baja.

"Deja caer su voz en un susurro ronco y espera que me valla a derretir a


sus pies como todas las demás mujeres", le dijo, mientras se encontraba
con sus ojos helados y no dudaba.

"No tengo otras mujeres", dijo, de pie en lo alto de la puerta, podría decir
esto con suma verdad.

Ella soltó un bufido. "Por alguna razón, le creo."

"Déjame entrar, Caitie."

Ella no parpadeó en ningún momento a su orden.

"Caitrin", él comenzó.

"No me haga esto Caitrin", ella se rio, el sonido completamente sin humor.
"Yo sé exactamente qué clase de hombre es usted, y no tengo ningún
deseo de estar con usted.

Ni ahora ni nunca, así que, buenas noches, Lord Brimsworth."

Se movió a cerrar la puerta, pero ella no era rival para su fuerza superior, él
pasó junto a ella por el cuarto, pateando la puerta que se cerró detrás de
él.

"¿Qué es, Cait?"

"Bueno, ahora que usted está en mi habitación sin una invitación." Ella
cruzó los brazos debajo de sus pechos y un mechón de pelo rubio voló por
su cara.

"¿Y qué la hizo enojarse conmigo antes de que me invitara a mí mismo a su


habitación, Caitie?" Dejó los vasos y la jarra de whisky sobre la mesa y
esperó su respuesta.

87
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Yo no sé de lo que está hablando," ella respondió, con tono arrogante y


molesto.

"Sí, si lo sabe", dijo él mientras servía dos vasos de la fuerte bebida y le dio
uno a ella.

Tal vez ella se ablandaría si se estaba emborrachando, de hecho, ella se lo


quitó y lo bebió de un trago grande y rápido.

Se quedó impotente para ayudarla mientras ella contenía el aliento y sus


ojos comenzaron a rodar. "¿Qué era eso?” Ella pregunto.

Él se encogió. "Lo siento mucho", le dijo mientras la tomaba por los


hombros con las manos para mirarla a los ojos. "Es whisky, debería haberle
advertido. "

"Sí, eso habría estado bien," jadeó, encontrando al fin el aliento.

"Lo siento, Caitie," dijo de nuevo.

"Ustedes parecen ser muy hábil diciendo" eso ", le susurró. Luego tomó el
vaso de su mano y bebió su copa también, esta vez, el fuerte licor no la
golpeó tan duro.

"¿Por qué hiciste eso?", le preguntó mientras miraba fijamente el vaso vacío
que ella sostenía en su mano.

"Porque me dio la gana." Ella se encogió de hombros. "¿No es por eso que
usted hace las cosas, Lord Brimsworth?

¿Solo porque le da la gana? "Ella hizo el último sonido como el más vil de
todas las palabras.

"Si yo hiciera todo lo que quisiera hacer, señorita Macleod," él tiró hacia
ella, imitando su tono, "Me gustaría besarte ahora mismo en lugar de tratar
de averiguar lo que está pasando por esa linda cabecita tuya".

"Tendría miedo si mirara lo que pasa dentro de mi cabeza, Dash," ella le


dijo mientras cruzaba la habitación y se vertía otro vaso de whisky, este era
mucho más completo que los dos primeros, y llevo el vaso a la cama con
ella, bebiendo a sorbos mientras caminaba.

"¿Por qué habría de tener miedo?", él preguntó mientras caminaba hacia


ella, los pies de Cait estaban desnudos, y su camisón estaba subido lo

88
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

suficientemente alto para que pudiera ver una buena parte de su tobillo,
casi perdió el aliento.

De todas las mujeres con las que había estado, él nunca había estado con
una que lo hiciera sentir completamente inepto, como un muchacho
inexperto, hasta Caitrin.

"Porque ella siempre estaba hermosa."

Ella se quedó mirando su vaso, que estaba casi vacío, como si se


preguntara porque el contenido se había ido.

"¿Por qué te enojaste conmigo?, Caitie", le preguntó mientras se sentaba en


el borde de la cama y alcanzando el borde de su vaso al lado de su cara.

Mientras que ella le dijo: "Podría hacer eso", ella apretó su cara contra su
mano, acariciándose distraídamente contra él como un gatito, que en
cualquier momento, esperaba a ronronear. Pero entonces sus garras
volvieron a salir. "Usted nunca podría estar con una sola mujer".

"Ahí es donde te equivocas, podría decirle la verdad si tan solo me dejara


explicarle".

"¿Si silbo como la Señorita Quienquiera, seguirá siendo fiel a mí? O ¿voy a
tener que seguir leyendo el pequeño libro?

"¿Qué?" Dash sacudió la cabeza.

Era evidente que estaba ebria.

Tenía los ojos vidriosos, y su discurso se suspendió, se hundió contra la


almohada.

"Su libro, Dash, lo he leído. "Asilo para Rameras", o como sea que lo llamo".

¡Dios mío! Su corazón se encogió al darse cuenta de lo que estaba


hablando, quería golpearse a sí mismo en la cabeza. Todos sus pecados
carnales expuestos. "No es lo que piensas, Cait. ¿Cuánto alcanzo a leer? "

"Dos páginas. Era todo lo que podía soportar. "Ella bostezó con la boca
bien abierta.

"Maldita sea," gruñó Dash. ¿Cómo podría enfrentarla, a la luz del día?
"¿Dónde está?".

89
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Él tendría que tirarlo a la chimenea sólo para asegurarse de que nunca


volvería leer otra palabra maldita de nuevo.

"¿le gustaría saber el paradero del libro, cierto?" Ella se burló de él, una risa
perezosa cruzo sus rasgos mientras sus ojos se cerraban.

"No te vayas a dormir, Caitie." Él sacudió su hombro. "¿Dónde está mi


libro?"

"Vete, Dash," dijo mientras se alejaba de él.

Él quería gritar, él había hecho un lío muy real con esto.

Él había planificado hacerla perder la compostura, entonces su inocencia.


Pero la única cosa perdida era las pruebas de su modo de vivir libertino en
el pasado.

Perdió él, no ella.

Todavía tenía que estar en alguna parte, se dedicó a buscar en su


habitación.

Dash miró alrededor de la habitación, no estaba mintiendo no estaba en


ninguna parte. Abrió el cajón de la mesa de la cabecera, pero estaba vacío,
se dejó caer de rodillas y levantó el borde de la colcha y miró debajo de la
cama, nada más que polvo, se puso de pie otra vez, sabiendo que se
estaba perdiendo de algo obvio.

¡Su baúl! Tenía que estar allí. Parecía como si alguien hubiera estado
hurgando a través de él, cruzó la habitación en un instante y clavo las
manos en sus cosas. Unas zapatillas suaves, vestidos de lana y muselina,
una manta escocesa azul y verde, camisas de seda fina, esto último lo hizo
gemir en voz alta. Conocía cómo era en sólo una camisa, pero ningún
diario. ¿Qué demonios había hecho con él?

La puerta se abrió, y la criada de Caitrin quedó en el umbral, Dash debería


haber escuchado que venía. ¡Maldita sea! Pero había tantos sonidos
diferentes en la posada que no podía haber conocido que las suaves
pisadas que había oído hace un momento se detendrían en la puerta de
Cait.

El rostro de Jeannie contorsionado por la sorpresa y luego la ira cuando sus


ojos se posaron en él. "¡Mi Lord!" Ella jadeó. "¿Qué estáis haciendo en la
habitación de la señorita Macleod?"
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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Dash se levantó de su lugar y se dio cuenta demasiado tarde de que


todavía sujetaba uno de los camisones en sus manos. Él lo tiró
rápidamente de nuevo en el baúl.

"Dejé algo aquí antes, estaba en buscándolo. "

La criada resopló. "Bueno, no creo que se mezclara con las cosas de la


señorita

Macleod. Bien con su permiso, creo que voy a buscar al Sr. MacQuarrie".

El Sr. MacQuarrie podría irse directamente al diablo, pero Dash no estaba


preparado para que todo el mundo se enterara de su diario, por lo que
asintió bruscamente y se dirigió hacia la puerta.

Detrás de él, Caitrin suspiró y miró por encima de su hombro al verla,


incluso durante el sueño, ella era la mujer más hermosa en la que jamás
había puesto los ojos. Y ahora que lo conocía todo lo reprobable que había
sido, Dash tenía que enmendarse.

Desde Caitrin Macleod había entrado en su vida, no había deseado a otra


mujer de ninguna manera y nunca lo haría.

¿Cómo podía hacer que se olvidara de su diario y aceptara casarse con él?

"¡Mi Lord!" dijo Jeannie entre dientes, dando golpecitos con el pie en las
tablas de madera del suelo.

De vuelta al presente, pasó junto a la sirvienta sin decir una palabra o dar
otra mirada hacia atrás, su plan para seducir y arruinar a Caitrin había sido
totalmente frustrado.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

QUINCE
Caitrin despertó con un martilleo en la cabeza. ¿Cuánto whisky había
bebido? Y su hombro dolía, ella se puso de espaldas y colocó un brazo
sobre los ojos para bloquear el sol. Algo duro se le clavó en la espalda, ella
gimió y se movió otra vez, tratando de alcanzar el objeto, un libro de cuero
pequeño.

Cerró los ojos, el diario de la maldad de Dashiel Thorpe.

Arrojó el elemento ofensor a través de la habitación, y aterrizó de nuevo en


el interior de su baúl abierto.

Ella no quería volver a ver el maldito libro otra vez mientras ella viviera,
gracias al maldito libro, ella había ido a la cama con imágenes de tres
mujeres en la cama juntas. Al menos podría ir el resto de su vida sin que
tales ideas que invadieran sus pensamientos otra vez.

Un golpe vino desde la puerta. "Entre", se quejó.

Jeannie se deslizó hacia el interior, con una sonrisa gigante en la cara, Cait
frunció el ceño a su doncella. ¿Por qué tenía que ser tan feliz por la
mañana?

"Fue tan agradable el señor MacQuarrie ofrecer su coche para llevarnos el


resto del camino." Alec, el eje roto, la cabeza de Cait comenzó a palpitar
más fuerte.

"No tengo ninguna intención de viajar hasta el próximo pueblo con el Sr.
MacQuarrie". La sonrisa de Jeannie se evaporó.

"Pero, señorita Catie, anoche usted dijo…"

"Yo no recuerdo lo que dije." En verdad, no podía recordar lo que había


dicho la noche anterior, pero se acordó de las palabras poco amables de
Alec, y, por el momento, la única persona cuya compañía deseara menos
que Dashiel Thorpe era la de Alec MacQuarrie. "Pregunta a Lamont si puede
rentar un medio de transporte, Jeannie. "

"Muy bien, señorita, pero tiene más sentido para Boyd y Lamont quedarse
con el coche de su padre hasta que las reparaciones se llevan a cabo y
luego traerlo hasta Edimburgo".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cait ladeó la cabeza hacia un lado y apuntó a su doncella con una mirada
irritante.

"Yo no acepto la ayuda del Sr. MacQuarrie y eso es final".

Después de su doncella hizo una reverencia a medias y se escabulló de la


habitación, Cait sacó un grueso vestido de viaje de lana de su baúl,
llamaron a la puerta y miró hacia ella. Ninguna visión le vino a la cabeza,
eso sólo podía significar que el conde de Brimsworth estaba al otro lado.

Cait ignoró el golpe y dio un paso a su camisón, entró en su camisón, pero


los golpes se hicieron más fuertes.

"Sé que estás ahí, puedo oírle, "la voz de Dash llamándola a través de la
puerta.

"¿Puede acaso dejar a una chica vestirse en paz? ", Murmuró.

Su voz se suavizó notablemente, y casi podía imaginar que se inclinaba


para mirar a través del ojo de la cerradura cuando él contestó, "¿No está
vestida todavía?"

Cait hizo rodar los ojos, no tenía nada más que decirle, se puso el vestido
de lana sobre su cabeza y se movió a través de la cama, decidida a
bloquear su molesta presencia.

"Caitie, si no abres la puerta, la voy a romper." Ella soltó un bufido.

"Se comporta tan bien como siempre," ella regresó. "Váyase, Lord
Brimsworth."

"Realmente eres la chica más obstinada, Caitrin, ahora abre la puerta y deja
de ser tan difícil. "

¿Ella era difícil? "Perro arrogante", refunfuñó entre dientes.

"Tengo un oído excelente," le recordó a través de la puerta.

Cait suspiró, no importa qué, él no se iba, se deslizó de la cama y se acercó


a la puerta. Ella la abrió y miró al airado ingles ante ella. ¡Lo arruina todo,
siendo tan guapo casi le robaba el aliento!

"Yo no tengo nada que decirle, Brimsworth."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Toma mi coche a Edimburgo," dijo en voz baja. "Puedo seguir Glasgow a


caballo."

Ella cruzó los brazos sobre su pecho, así que había oído su conversación
con Jeannie. "Escuchar conversaciones ajenas”, es de mala educación, usted
es un lord Inglés, se podría pensar que era un poco más civilizado".

"No puedo evitarlo." Golpeando un oído. "No importa donde me encuentre,


siempre oigo tu melódica voz." Cait cerró los ojos.

"Guarde la adulación para a alguien que lo quiera."

Él frunció el ceño, como si ella le hubiera hecho daño, Cait sintió una
punzada de culpabilidad, pero sólo por un momento, sus hazañas
escandalosas aún estaban frescas en su mente.

"El hotel no tiene coches de alquiler, Caitie. Al menos déjame hacer esto
por ti".

Cait contuvo el aliento, no esperaba eso de él, desde el principio, él


buscaba la manera para poder estar con ella a solas. ¿Él realmente iría a
Glasgow solo, afuera con el frío aire de enero? "¿De repente un caballero?"

Dash dio un paso hacia ella y rozó con sus nudillos la mejilla. "Cualquier
cosa por verte sonreír en mi dirección".

Ella no pudo evitar la sonrisa que tiraba de sus labios.

"Ah, ahí está", dijo en voz baja. "La chica más guapa de toda Gran Bretaña."

Un mechón de su cabello dorado colgaba de sus ojos, y sus dedos se


morían de ganas de colocarlo de nuevo en su lugar, pero animándole no le
haría ningún bien.

"No me gustaría imponerme, mi Lord – por su coche”, ella aclaró. Pero


entonces le dijo algo que realmente estaba en el fondo de su mente.

"¿Esta realmente dirigiéndose a Glasgow?"Una expresión sombría se instaló


en su rostro, y él asintió con la cabeza.

"¿Por qué?"

"Porque tengo que aprender a tener cuidado", él se acercó un poco más,


entonces Dash hizo un gesto hacia el pasillo. "Dígales que va a tomar mi
coche".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

¿Qué otra cosa podía hacer? Cait asintió, todavía sorprendida por su
generosidad, ella no pudo evitar preguntarse qué le esperaba en Glasgow.
Había sido una tontería pensar que había recorrido este camino
simplemente para seguirla, ella se había sentido tan halagada, pero tonta
de la misma manera, hubiera sido tan agradable, supuso, si su viaje se
hubiera inspirado en ella, lo que era una idea romántica tan tonta.

"Gracias a ustedes, señor."

Sus ojos azules se suavizaron cuando se posaron sobre él, y Dash tuvo que
esforzarse para no gritar de alegría, con gusto desafiaría el gélido aire de
todo el camino hacia Glasgow o su casa en Edimburgo si es donde ella
quería ir, si eso significaba que ella viaja en su coche. Mandando a
MacQuarrie al diablo por tratar de mantenerla lejos.

"¿Te unirás a mí para el desayuno?", le preguntó en voz baja, consciente de


que estaba presionando su suerte. Caitrin le dedicó una hermosa sonrisa.

"¿Esta realmente preguntando, mi Lord? He estado tan acostumbrada a que


dictara todos mis movimientos".

Sólo porque había estado convencido de que si él le diera una opción,


podría hacerla cambiar de opinión, esta mañana, sin embargo, se sintió lo
suficientemente seguro de su respuesta a la pregunta, después de todo,
ella ya había aceptado la oferta de su coche. ¿Qué era un poco de comida
entre compañeros destinados?

Ella asintió con la cabeza.

"Creo que me gustaría."

Dash le ofreció el brazo y no pudo evitar la sonrisa que se dibujó en su


cara cuando ella aceptó, las cosas estaban sin duda mejorando para él. Si
pudiera encontrar una manera de conseguir su diario de vuelta..., estaba a
punto de abordar el tema con ella esta mañana, pero ella le sonreía, e iban
a compartir el desayuno juntos, tendría que encontrarlo más tarde.

Cuando empezaron a bajar las escaleras, Alec MacQuarrie entró por la


puerta de la posada, sus ojos inmediatamente encontraron a Caitrin.

"¿Qué quieres decir con que no me dejas que te lleve a Edimburgo?"

Ella se puso rígida al lado Dash, y le apretó el brazo, él inclinó la cabeza


hacia un lado y levantó la frente en dirección del escocés.
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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Me dirijo a Escocia, de todos modos, MacQuarrie, la señorita Macleod


aceptó usar mi coche".

El rostro de Alec MacQuarrie se calentó, y Dash no podría reprimir una


sonrisa, pero no lo hizo porque pensó que a Caitrin no le agradaría.

"¿Él?" Farfulló MacQuarrie. "¡Por el amor de Dios, Cait!"

Le dirigió su mirada más glacial a su compatriota. "Me temo que no puedo


estar en tu vida, Alec. No en el sentido que quieres, de todos modos es
mejor así”. MacQuarrie frunció el ceño y se quejó:

"Yo nunca renunciare a ella, Brimsworth", pero su comentario era


demasiado blando para cualquier persona que Dash deseara oír.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

DIECISEIS
Cubierta con su manta de viaje, Cait miró por la ventana del coche de
Brimsworth. El conde la miró mientras iba magnífico a lomos de su caballo,
viril y fuerte, aunque por el momento, él también parecía que estaba
congelándose. La última vez que volvió a sonreír y guiñarle el ojo a ella,
sus ojos habían perdido su brillo, quizás ella debería invitarlo adentro del
coche, ella tenía a Jeannie de acompañante, después de todo.

Suspiró al pensar, eso fue probablemente lo que él quería, además, él tenía


la sangre caliente de un licántropo corriendo por sus venas, estará bien. No
fue hasta unas horas después de que ella lo buscó y vio la lluvia, era un
mero rocío, pero él levantó sus manos ahuecadas para soplar un cálido
aliento en los dedos y la culpa le desgarró el corazón a Caitrin. Ella estaba
haciendo al pobre hombre viajar con el frío y la lluvia cuando había una
gran calidez en su propio coche.

Ahora se sentía terrible, Jeannie debe haber visto la expresión de su cara,


porque se quejó y dijo:

"Yo me preguntaba cuánto tiempo pasaría antes de que usted lo invitara,


señorita"

"Él parece tener frío, y yo no puedo hacerlo cabalgar por mucho más
tiempo, tendremos que dejarlo adentro."

"Parece que todo el mundo estaría más cómodo si el señor MacQuarrie


invitara al conde amontar en su coche".

"¿Es obvio MacQuarrie no va hacer eso?" Caitrin no sabía si quería patear a


Alec por la situación. "Tenemos que sacarlo de la lluvia."

Jeannie pidió al conductor que se detuviera, y Caitrin no pudo evitar sonreír


cuando Dash abrió la puerta y asomó la cabeza en el interior.

"¿Usted necesita algo de mí, eh?" Él sonrió ampliamente mientras se sacaba


el sombrero de la cabeza y lo arrojaba en el asiento vacío junto a Jeannie.

"Yo no sé qué decir," empezó.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Él se rio entre dientes mientras subía en el interior, dejando caer su abrigo


empapado en el banco junto a su sombrero, para poder sentarse al lado de
Caitrin.

"Admítalo, señorita Macleod," bromeó, "que me echaba de menos."

"Sentí lástima por usted, mi Lord." Cait luchó contra la sonrisa que
amenazaba con salir”.

"¡Compadézcase del hombre con el corazón roto que me obligó a montar


fuera de su coche!"

"Hay que tener un corazón antes de que uno pueda afirmar de que se ha
roto", ella comento.

"Oh, tú me hieres, ángel," él se rio. Jeannie tosió ruidosamente en su lado


del carro, como para recordarles su presencia.

Dash bajó drásticamente su voz.

"Yo voto que demos un paseo junto al Sr. MacQuarrie.

¿Qué dices? "

Cait no pudo contener su risa cuando vio la mirada avergonzada en el


rostro de Jeannie. Ella alcanzo a tocar la rodilla de su doncella. "Él no
piensa eso", dijo.

"Lo dudo mucho, señorita," Jeannie escupió mientras miraba en su


dirección.

Dash le guiñó un ojo, mientras a la mujer le subió un pequeño rubor.


Entonces él alcanzó y tocó con frígidas manos la mejilla de Cait, ella saltó
hacia atrás y chilló. "Ah, tiene frío.

"Y dolor, he estado a horcajadas en un caballo más de lo que he estado en


mucho tiempo", él se quejó, estirando las piernas.

¿Usted intenta hacerme sentir culpable, verdad?" Cait sacudió la cabeza."

"Estoy contenta que haya vuelto a sus sentidos", dijo antes de que él
agachara la cabeza y la besara en la mejilla. Cait sintió el calor correr por
su cara.

"Usted no debería haber hecho eso", ella le reprendió.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"No pude evitarlo, me puede castigar más tarde. "Él movió las cejas de
forma espectacular.

"Usted es terrible", se rio Cait.

"Y te encanta."

"Yo no puedo dejarte ir tan lejos."

Inclinando la cabeza y susurrándole al oído.

"Entonces, ¿Hasta dónde va a dejar que vaya?"

Jeannie se cruzó de brazos y miró por la ventana, sacudiendo la cabeza,


con los labios apretados con tanta fuerza que líneas blancas aparecieron a
su alrededor.

"Pensé que podríamos comer en la próxima parada antes de que


resolvamos lo nuestro por la noche."

Cait hizo una mueca, otra noche horrible en una posada, prefería contar
todas las piedras del asiento del Rey Arturo y luego ordenarlas según su
forma y tamaño.

"¿Qué es lo que busca?" Preguntó Dash, con tono de preocupación en su


voz.

Cait se encogió de hombros, sabiendo que no podía realmente hablarle de


las visiones y de todos los futuros que la molestaban a ella en esos
lugares.

"Estoy apurada por llegar a casa, es todo." Bueno al menos esa era la
verdad.

"¿Quiere conducir toda la noche?" Él distraídamente se frotó los muslos


rápidamente, creando fricción y calor contra los pantalones de montar de
cuero.

"Sólo si piensa que su conductor es capaz." Dash se echó a reír.

"Si él piensa, que usted dudó de sus capacidades, Renshaw lo consideraría


un asunto de orgullo. "Su sonrisa se desvaneció y él asintió con la cabeza
en su dirección.

"Si quiere viajar a través de la noche, me ocupare de ello, Caitie".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Eso suena maravilloso," ella suspiró, Cait levantó el borde de su manta


escocesa y la colocó sobre su regazo. Se detuvo y la miró. "Gracias."

"¿Por qué?"

"Por mostrarme tal bondad, ángel."

Dash no podía recordar un momento en que alguien lo hubiese cubierto


con una manta o que se hubiesen preocupado por su comodidad, su madre
había muerto al nacer, y su padre había tomado con gran orgullo la
contratación de enfermeras, institutrices y tutores que no tenían un hueso
para la crianza en sus cuerpos.

Por lo tanto, no se sorprendió al descubrir que ella tocó un parte de su


corazón cuando le había ofrecido la esquina de su manta. Cait se volvió
hacia él con el ceño fruncido.

"¿Puedo hacerle una pregunta?"

Su mano se deslizó hasta tocar su pierna bajo la manta escocesa, y Dash se


esforzó por mantener a raya la lujuria que su suave toque envió a través de
él. Los viajes a través de la noche de repente parecían la mejor idea que
había tenido en mucho tiempo. Si Cait no tenía cuidado, se tiraría encima
de ella en ese mismo momento.

Muévela sólo un poco a la izquierda, ángel.

"¿Cómo dice?" ella pregunto

"Puedo hacerle una pregunta."

"Cualquier cosa", él respondió. Y se sorprendió al ver que lo decía en serio.

"¿Amaba a Prisca Hawthorne?"

Dash se estremeció, y su ardor desapareció, ella no podría haber elegido


un tema peor. Bueno, ella podría haber preguntado sobre su diario, eso
habría sido peor, pero no por mucho.

"Usted le pregunto si quería casarse con usted," Caitrin pronuncio. "Así


que, supongo que usted debe haberla amado."

"Yo no iría tan lejos..."

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The Taming of the Wolf

Ella lo empujó con el codo cuando él dejó de hablar, y Dash casi gruñó, él
debería de haberse quedado en el caballo, sin importar cuanto frío hacía.

"¿Cómo la conoció?"

"Uno de sus hermanos es amigo mío, la conocí cuando él me invitó a pasar


las vacaciones en Hampshire".

"Lo dice como si usted viniera de otro lugar."

"De Kent", él respondió. "Aunque han pasado años desde que he estado en
casa." Y él no tenía intención de regresar hasta que el viejo buitre se haya
ido.

"Ya veo", dijo ella, y por un momento pensó que tal vez ella realmente vio
por él.

"¿Estaba triste cuando Prisca se casó con Lord William?"

"¿Francamente?"

"No." Ella hizo rodar los ojos.

Dios, quería besarla. "No, no estaba triste cuando ella se casó con Lord
William, yo estuve enojado y celoso por un tiempo, no me gusto perder,
pero no estaba triste”.

"¿Qué hizo acerca de ella?"

Dash se pasó una mano por la cara. ¿Cómo iba a volver al caballo sin que
pareciera un tonto? Respiró profundamente y le dijo la verdad.

"Prisca era hermosa, ella era encantadora e inteligente, habría sido un


excelente condesa. "

"¿Pero?"

"Pero ella no era para mí." Se encogió de hombros. "¿Siempre hace tantas
preguntas?"

"Sí, lo hace," murmuró la sirvienta al otro lado del coche.

"¿Por qué ella no era importante para usted?"

"Bueno, eso es bastante obvio, ¿no?"

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The Taming of the Wolf

"No." Sus cejas se estrecharon. "¿Quiere que hablemos de eso?"

"Porque tú tienes un gran significado para mí, ángel."

"Vamos a ver eso", fue su única respuesta, luego quitó la mano de su


pierna, y simplemente miró por la ventana.

Dash no estaba seguro de qué hacer con sus preguntas, pero él pensó que
era una buena señal de que sintiera curiosidad por él, como el coche
desaceleró en la próxima posada, se encontraba bastante satisfecho con
sus circunstancias. Él bajo y la ayudo a salir.

"Tengo que hacer algunos preparativos. ¿Va a estar bien? ", él preguntó.

"Sí, sólo necesito estirar un poco las piernas."

Ella le sonrió, y Dash lo sintió hasta su alma. Él negó con la cabeza


mientras se alejaba.

Ella realmente era un desafío, pero él empezaba a pensar que valía la pena.

Cait lo vio alejarse, disfrutando más de lo que debería de su caminar tan


arrogante, de eso estaba segura.

"Bien por lo menos no te ha dejado en pedazos" dijo una voz profunda


detrás de ella, ella se dio la vuelta para encontrar Alec caminando hacia
ella.

"Sí, todavía estoy en una sola pieza, Sr. MacQuarrie. No, gracias a usted".

"¿Yo?"

"Usted podría haberle ofrecido dejarlo subir en su coche cuando usted se


dio cuenta de que caminaría bajo la lluvia."

"¿Por qué querría hacer eso?"

"¿Para ser agradable?"

"¿Con él? ¿Te has vuelto completamente loca, Cait? No confió en él, mucho
menos sufriría con su presencia durante todo un día."

"De hecho, él es un buen caballero." Cait ni siquiera se dio cuenta de que lo


estaba defendiendo hasta que las palabras salieron de su boca, aun así, era
cierto. "Fue una compañía agradable."

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"No está bien, Caitrin," dijo Alec en voz baja. "Usted no debería estar a
solas con ese hombre."

"Yo no estaba a solas con él, tenía a Jeannie conmigo".

"Gran ayuda seria si él decidiera tomarse libertades con su persona."

"¡El no haría tal cosa!" Insistió Cait, pero su mente se inundó con el
recuerdo de cuando ella estaba desnuda en su regazo la noche que había
estado atrapada en la tormenta.

Se dio cuenta en ese instante que anhelaba a Dashiel Thorpe en más de un


sentido, que era un problema, él no era suyo más de lo que Alec
MacQuarrie lo era. ¿Cómo se había metido en semejante lío?

Alec se burló mientras daba un paso hacia ella.

"No seas tonta, Cait, el hombre no es un caballero, conde o no, hay algo
peligroso en él, puedo poner mi dedo sobre eso. Pero no me gusta la forma
en que te mira".

Ciertamente, no era la primera vez que había oído eso, pero ella no estaba
de humor para oírlo de Alec.Cait entrecerró los ojos hacia él. "Cómo me
mira es difícilmente su preocupación."

"Al diablo si no lo es", respondió él. "Sabes que siempre cuidaré de ti, y tú
sabes que te quiero y…"

"No" por mucho tiempo, Alec, y cuando…"

"Ni una palabra", gruñó él. "Puede ver las cosas, Cait, pero no puede saber
que está en mi corazón."

Pero ella sabía quién estaría en su corazón, y no podía modificar el camino


del futuro de Sorcha. Cait le dio la espalda a Alec y se dirigió hacia la
posada, no iba a tener esta conversación de nuevo, siempre terminaba de
la misma manera, con ninguno de los dos ganando. Si él sabía tanto sobre
sus habilidades, ¿por qué no podía aceptar que ella conocía el futuro mejor
que él? ¡Arruinarlo solo haría esto más difícil!

Mientras se acercaba a la puerta de la cantina, esta se abrió y Dash salió a


través de ella. Una sonrisa cálida adornaba sus labios, y se maldijo por
encontrar consuelo en su mirada ámbar. ¿No sería agradable si ella lo viera
en su futuro?

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DIECISIETE
Dash se sintió aliviado cuando subieron de nuevo al coche después de la
cena, ni Caitrin ni MacQuarrie dijeron dos palabras sobre la comida, y
mientras que él fue consolado por el hecho de que el escocés no tenía
ganas de entrometerse, odiaba ver a su ángel tan infeliz.

Cait tiró de la manta escocesa Macleod sobre sí misma y se acurrucó en


una bola en una esquina del coche. La criada le lanzo una mirada acida y le
frunció el ceño a Dash mientras tomaba el lugar junto Caitrin, pero él le
devolvió la mirada.

No estaba seguro de por qué Cait insistía en viajar directamente a través de


la noche, ella actuaba como si los demonios la estuvieran persiguiendo
para salir de Inglaterra. El aspecto más desalentador de la situación era que
su ritmo no le permite la oportunidad de seducirla. Él había anticipado
moverse a escondidas en su habitación cada noche mientras viajaban,
infierno, había soñado con ello.

Y aunque Caitrin estaba dentro de la longitud del brazo en el coche, aún


tenía que tratar con su doncella inepta.

¿Cómo podía convencer a Caitrin casarse con él si él no tenía la


oportunidad de meterse en sus sábanas?

En poco tiempo, se encontró escuchando los ronquidos de Jeannie y los


suspiros de Cait. Su ángel rubio realmente parecía haber sido enviado
desde el cielo, con esos labios de capullo de rosas tan besables y sus
suaves pestañas descansando sobre sus mejillas. Él no podría haber
reclamado por error a un compañero más apropiado. ¡Qué suerte que no
había sido su Criada con quien había cruzado su camino aquella noche en
el estudio del duque de Blackmoor!

De repente, el corazón de Cait se aceleró y ella se despertó, ella jadeó y


Dash la arrastró contra su regazo.

"Está bien, cielo. Estoy aquí ", la calmo él. Se aferró a su chaleco y enterró
la cara en su pecho.

"Oh, Blaire," murmuró miserablemente.

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"¿Blaire?", Repitió él. "¿La muchacha que hace que todos los hombres en
Escocia parezcan débiles?"

Ella asintió con la cabeza, empapando su camisa con sus lágrimas.

"Caitie," dijo él en voz baja, acariciando su espalda. "Fue sólo un sueño,


ángel."

"No," dijo sollozando. "había un monstruo."

"Shh". Él la abrazó, haciendo caso omiso de la palabra "monstruo", como lo


habían llamado más veces de las que pudiera contar. "Vuelve a dormir,
Caitie, todo va a estar bien. "

Se enderezó y lo miró directamente a los ojos, con la luna menguante que


entraba por la pequeña ventana del carro, él no podía omitir la intensidad
de su mirada fija.

"Yo sé lo que te digo créeme."

"Yo te creo", él trató de asegurarle, en la oscuridad, con su excelente


visión, podía ver el terror en sus ojos y su corazón dio un vuelco, odiaba
verla tan llena de pavor.

"Trata de dormir." Cait sacudió la cabeza. "Yo no quiero ver esos ojos
muertos de nuevo."

"¿Ojos muertos?"

" Negro y muerto ", ella susurró. "Yo te lo digo, Dash, Blaire está en peligro.
La criatura que la acecha... ha muerto".

"Caitie, es sólo un sueño."

Cait quería creer eso más que nada, pero sus visiones nunca se habían
equivocado, su corazón corría por las imágenes inquietantes de su amiga
que se encontraba en grave peligro por la oscuridad que la rodeaba. Tenía
que llegar a Blaire, advertirle del gran peligro que la rodeaba, gracias al
cielo, que planeaban conducir directamente.

Cait cerró los ojos con fuerza, deseando que ella reconociera el bosque en
el que ella había visto Blaire y la acechaba el monstruo. Pero ella no podía
ubicarlo, estaba segura de que nunca había visto ese lugar antes. Si ella

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hubiese estado alguna vez allí, habría recordado lo accidentado del terreno
y los espesos bosques.

Esos pensamientos se desvanecieron mientras la cálida mano de Dash


acariciaba en círculos su espalda en un intento aparente por consolarla, y
en ese momento ella quería desesperadamente su comodidad, más que la
razón.

Sin dar pensamiento a las consecuencias de sus acciones, Cait se inclinó


hacia delante en la oscuridad y apretó los labios con los suyos.

Un jadeo sorprendido se escapó de Dash, pero se recuperó rápidamente,


agarrándola como si él fuera un hombre condenado y ella fuese su
salvación. La boca de Dash vagó sobre la de ella al igual que sus fuertes
manos ahuecaron su trasero y ella se colocó más firmemente en su regazo.

Él gimió contra sus labios, instándola a abrirlos para él. Su cálida lengua
barrió dentro de su boca, tocando la suya, y Cait no podía acercarse lo
suficiente a él, ella ahuecó su mandíbula y se deleitó con el sabor de él.

Dondequiera que el la tocaba, ella volvía a la vida, con ganas de más y más
de él con cada movimiento de sus manos sobre su cuerpo.

"Dios, Caitie", dijo él con voz ronca mientras retiraba sus labios de los de
ella y los apoyaba en la frente de él.

"Usted me deshará aquí."

Al otro lado del carro, un sonoro ronquido de Jeannie les recordó que no
estaban solos. Cait se colocó hacia atrás rápidamente, sorprendida ante su
propia conducta lasciva.

"Yo no sé lo que me pasó", trató de disculparse. Dash se acercó más a ella


y la cubrió con la manta en sus piernas. "No me importa, muchacha aunque
preferiría no tener una audiencia".

Cait escondió la cara en su pecho, contenta de que estaba oscuro, así que
no podría ver el rubor que ella sintió en sus mejillas.

"Pronto", él prometió al lado de su oreja, enviando una oleada de


escalofríos a través de su piel.

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Ella tragó saliva, sin saber qué decir, debería corregirle su suposición, pero
ella no tenía el corazón para hacerlo, una vez más, sus manos acariciaron
su espalda, y ella comenzó a relajarse.

"Trate de dormir, ángel."

Pero ella no quería dormir, no quería ver a la criatura muerta, ella no quería
verlo cazar a Blaire. Cait sacudió la cabeza, obtener una imagen más clara
de Dashiel Thorpe mantendría su mente ocupada, buscó algo que decir y
luego se acordó de su extraña expresión, cuando habló de su casa.

"¿Por qué no has visitado Kent en años, Dash?"

Él se quedó quieto. "Preguntas", él le preguntó en voz baja. "¿No estás


cansada?"

Cait se encogió de hombros. "Tengo curiosidad."

"El marqués y yo no disfrutamos de la mutua compañía. Es mejor así".

Su padre, que no era realmente su padre. "¿No siente curiosidad de


encontrar a su verdadero padre?"

Dash suspiró. "No he pensado mucho en ello, yo no creo que sea posible
encontrarlo".

"Él Mayor Forster podría ayudar ", ella sugirió. "Su sociedad tiene registros.
Él podría tener un sugerencia sobre como continuar".

"¿Para qué?", le preguntó.

"¿Así puedes averiguar quién eres? ¿De dónde viniste? "

Dash casi la empujó de su regazo, no quería nada más en ese momento


que estar lejos de sus preguntas y los pensamientos no deseados que le
trajeron con ellas. Pero ella tomó su mejilla en su mano y lo miró a los
ojos, en silencio negándose a dejar que la apartara.

"Yo sé de dónde vengo", gruñó.

Pero ella no se dejó intimidar por el tono fanfarrón. "¿De dónde?" Le


preguntó en voz baja, mientras se relajaba y colocaba la cabeza sobre su
corazón. "¿De dónde vienes?"

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"Vengo de una puta que se entregó a una bestia", dijo sin rodeos y luego
golpeó su mano a través de su cara con frustración. Ella levantó su cabeza
para mirarlo.

¿Así es como la culpa se sentía?

Lo siento, Caitie, no debería haber dicho eso. "

"Tal vez viniste del amor", dijo en voz baja mientras una suave sonrisa
inclinaba las comisuras de sus labios.

"Amor", él resonó. Él debe haber escuchado mal.

"Sí, tal vez tu madre amaba a tu padre, y tú eres el producto de ese amor”.

"¿Cuentos imaginarios de amor y vida corren por su mente cuándo usted


piensa en mi situación? Nunca me han tomado por un romántico, ángel".

Ella le dio un codazo en el estómago con su codo. "Yo creo en el amor",


dijo ella en voz baja mientras se cepillaba un mechón de pelo de su frente.

Dash casi derretido con ese toque, ofrecido de manera desinteresada.


"Caitie," gimió él mientras tiraba de su mano y le colocaba un beso en la
palma.

"Dashiel", gimió ella, burlándose de su tono.

"Tú eres de esa clase, ¿no es así?", le preguntó. Luego cubrió a ambos con
la manta

"Oh, mi padre sin duda espera que sí", se rio, mientras se retorcía en su
regazo para mayor comodidad.

Se movió a través de su ingle y él tiro su cabeza hacia atrás, cerró los ojos
y respiró profundo.

"¿Podría quedarse quieta?" él suspiró.

"Lo siento", murmuró. "Puede dejarme."

"Me gusta abrazarte", admitió él, deslizando una mano por su espalda,
aunque a él le gustaría hacer mucho más, pero diciéndoselo solo obtendría
que lo sacara del carro.

"Si Jeannie se despierta, ella se escandalizaría."

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"Incluso tu criada no me puede impedir sostenerte", insistió él. "Prometo


que mis intenciones son honorables.” En su mayoría, de todos modos.

Cait se sentó y lo miró a los ojos. "¿Todas ellas?"

Su olor se arremolinó a su alrededor, y Dash lucho con su instinto básico


de gruñir en voz alta.

"No cuando me miras de esa manera, no. "Le tocó el pecho y la animó a
recostarse hacia abajo, si lo miraba una vez más con esos labios
entreabiertos, él tendría que ponerse a usarlos.

Ella suspiró cuando coloco su cabeza sobre su pecho.

"Si pudiera tener una cosa, algo que quisiera por encima de todas las
demás, ¿cuál sería?"

"A ti", dijo él rápidamente, sin siquiera pensarlo.

"Yo no soy 'parte de su futuro ", dijo mientras le daba un codazo.

"Sigues diciendo eso, pero puede suceder de manera distinta".

"Patán obstinado."

"Bruja obstinada."

"No tienes ni idea," susurró ella.

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DIECIOCHO
Caitrin no estaba seguro de cuándo sucedió, pero se despertó durante la
noche para encontrar la cama debajo de ella moviéndose, se agarró por el
lado del colchón y saltó cuando los dedos de alguien se enroscaron con los
de ella.

"Shhh..." le oyó susurrar en su oído, ella levantó la cabeza para mirar a


Dash pesadamente con sus ojos. "Si haces ruido, despertarás al guardia",
se rio y asintió con la cabeza hacia Jeannie, que dormía pesadamente en el
otro lado del coche.

"Se me olvidó donde estaba durante un momento", murmuró mientras


inhalaba profundamente, su aroma cítrico caliente.

"Yo no lo hice."

Sintió sus labios tocando la parte superior de su cabeza. "Tan tierno", ella
murmuró.

"Ese es un sentimiento que nunca se ha utilizado para describirme antes."


Él rió suavemente.

El sonido de las gotas de lluvia que golpeaban lentamente la parte superior


del carro le llamó la atención. "Encantador y yo que pensaba empujar la
puerta del carro para que pudieras ver la salida del sol y pudieses disfrutar
del clima".

El repiqueteo de la lluvia se convirtió en un sonido constante de un fuerte


aguacero, haciendo su suave Comentario más difícil de escuchar.

"Eso es muy amigable de usted", dijo secamente mientras hacía un pobre


intento de parecer feroz. "¿He sufrido toda la noche con tu trasero en mi
regazo, y ahora me quiere hacer retroceder al frío? ¿Tiene el corazón en
alguna parte? "Él juguetonamente tiró del cuello de su vestido, como si
buscara un lugar oculto donde la amabilidad y el cariño pudieran habitar.

Dejó de tirar cuando había desnudado su cuello y la parte superior de su


hombro, donde su marca estaba situada, ella tímidamente se cubrió con la
mano.

"¿Todavía te duele?"

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Ella se limitó a negar con la cabeza.

"Llevas mi marca. ¿No te gusta eso? "

"No." Y curiosamente, lo decía en serio.

Él tiró de su mano que descansaba encima de él y presionó suavemente sus


labios allí, un temblor se movió a través de su cuerpo, el temblor más
delicioso.

Sus labios hicieron un camino de fuego por el lado de su cuello, sus dedos
presionaban suavemente los mechones de cabello a distancia.

"Pero si me muerde una vez más, voy a colocarlo debajo de la lluvia."

A continuación, sus dientes recorrieron suavemente el lado de su cuello, su


vientre se retorcía, el vello de sus brazos se erizo. ¿Cómo le hizo esto a
ella? Echó un vistazo a Jeannie, que aún dormía profundamente.

Él ajusto la manta de viaje que todavía los cubría a los dos. "Te diré si se
despierta".

Su cabeza se apoyó en su hombro, por lo que no tuvo que hacer nada más
que inclinar la barbilla para besarla, Cait ni siquiera pensaba en resistirse,
ella lo espero con la boca abierta y luego lo recibió como tal avidez como si
quisiera tomarla.

El calor de su mano se filtraba a través de su vestido hasta que aterrizó en


su cintura, su pulgar dibujo perezosos círculos mientras su mano se
deslizaba lentamente hacia su pecho, que de repente se encontraba
demasiado pesado y adolorido, sin embargo, el bálsamo para su dolor fue
cuando él finalmente lo tomó en su mano.

Cait retiro sus labios de los suyos cuando golpeó el pulgar a través de su
pezón, ese golpe apacible tocaba un lugar profundo dentro de ella, un
lugar que no sabía que existía.

"¿Quieres que me detenga?", él preguntó en voz baja.

Ella tomó su mano entre las suyas y la apretó con más fuerza contra su
pecho.

Ahí estaba su respuesta, la bestia dentro de Dash se regocijó, su pequeño


ángel rubio le gustaba el placer que le entregaba.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cuando ella metió la cabeza debajo de su barbilla y empezó a hacer


ruiditos maullando, eso era todo lo que Dash podía hacer para no aullar a
los cielos.

Se forzó a moler su erección en el lado del muslo que descansaba ella en


su regazo. Pero era difícil, era plenamente consciente de que su pequeño
juego tendría que parar en un momento o que después estaría demasiado
ido para preocuparse de que si su criada dormía o no en el coche.

Miró a Jeannie, cuya mandíbula todavía floja por el sueño, el peso de sus
respiraciones era fácil de escuchar con sus oídos de licántropo. Cait
comenzó a inquietarse en su regazo, su corazón latía a un ritmo frenético
mientras jugaba con ella.

"Dash", gimió en voz baja.

"¿Sí, ángel?"

"¿Qué estás haciéndome?" Ella levantó la barbilla y le besó en la mandíbula


erizada, sus palabras lo bañaron como la dulce melodía de campanas de
viento.

"Yo pienso que te voy a llevar al placer", él se rio. "Si no, entonces estoy
haciéndolo todo mal."

"No," ella jadeó mientras pellizcaba suavemente la punta de su pecho con


el índice y el pulgar. "No haces nada mal".

"Hmm," él estuvo de acuerdo. "Tu cuerpo me dice que estoy haciendo las
cosas bien."

Ella asintió con la cabeza, apretando la cara contra él para cubrir su


vergüenza.

"Puedo decir lo mucho que me quieres", admitió él. "Está en los latidos de
tu corazón, y tu aroma a madreselva que es aún más embriagador "cuando
tu cuerpo se calienta con el deseo.

Su mano se deslizó hacia abajo y comenzó a recoger su vestido de viaje,


levantándolo centímetro a centímetro gloriosamente. Cuando lo tenía hasta
las rodillas, él le reajustó la manta que se encontraba sobre ella, ansiando
lo que había debajo como ninguna otra cosa en el mundo.

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The Taming of the Wolf

Cait no protestó cuando arrastró su mano hasta sus medias o cuando sus
dedos anduvieron por delante de las ligas, pero justo cuando estaba a
punto de tocar su calor, que llamaba a la bestia dentro de él como nada
antes, la criada se movió en su asiento.

Dash cerró los ojos y su cuerpo quedó inmóvil, fingiendo dormir y


tragando un gruñido irritado.

Él casi podía sentir la desaprobación de la criada mientras miraba por


encima de ellos, en realidad, en realidad el camino que sostuvo con Cait
era muy inadecuado, a pesar del hecho de que el observador casual no
podía decir que tenía la mano bajo sus faldas.

La criada inhalo y rodo hacia otro lado, colocándose más cómoda, cerró los
ojos y se volvió a dormir en un momento.

Dash tiró del dobladillo del vestido de Cait hacia abajo, quería dar una
palmada a sus propios dedos por ser tan valientes para tocarla en un coche
cuando no estaban solos, un licántropo salvaje, eso es todo lo que fue y
todo lo que había sido alguna vez. Ahora nunca, el seria lo suficientemente
bueno para los gustos de Caitrin Macleod.

"Lo siento", él dijo.

"No digas eso," dijo ella mientras cerraba la mano alrededor de la él y se la


llevo a los labios, en la que le dio un beso rápido en la palma de su mano,
sintió la curva de su sonrisa contra su piel.

Ella no tenía ni idea de lo que sus suaves toques hacían con él, y ella
probablemente estaría aterrada si conociera la base de sus instintos
realmente. ¿Cómo iba a pedirle que lo aceptara cuando apenas tenía
control alguno de sí mismo?

Niall Forster. El nombre resonó en los oídos de Dash, si tenía alguna


esperanza de ganar a Cait, de ser digno de ella, tenía que llegar al señor
Forster, más temprano que tarde. No había otra manera de Dash para
mantenerla a salvo de la bestia en su interior, tenía que aprender a
controlarlo, necesitaba a Cait.

Cait con impaciencia bajó del coche cuando se detuvieron para cambiar
caballos en Newcastle upon Tyne.

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The Taming of the Wolf

Sus piernas estaban rígidas y le dolía la espalda, sabía que debía despertar
Dash, con sus largas piernas, tendría que dolerle mucho más que a ella.
Pero su mente tenía tal revoltijo, que necesitaba un poco de tiempo para sí
misma.

Cuando Alec MacQuarrie se puso delante de ella, sus ojos oscuros llenos
de furia, Cait al instante lamentó no despertar a Dash de su sueño.

"¿Te importaría decirme por qué nos estamos moviendo a este ritmo? Mi
cochero casi se quedó dormido en el camino, Caitrin".

Ella inclinó la nariz en el aire, nivelándola con su altiva mirada.

"Bueno, me preguntaba porque me seguías, por supuesto, puede descansar


un poco aquí y luego regresar con sus amigos en Leeds".

Dio un paso adelante y tomó su codo en sus manos.

"¿Y dejarte con Brimsworth? Primero tendrían que poner una bala en mi
pecho".

"No me tientes", se quejó Cait.

"¿En qué piensas, Cait? El hombre no debe estar tan de cerca de usted,
como bien conoce". Él frunció el ceño, haciendo que se sintiera como una
niña rebelde.

"Y no debería tratar de manipularme", entonces se volvió, tirando el brazo


de su agarre. Entonces comenzó a ir hacia el Tyne, ignorando la forma en
que el viento azotaba a sus faldas.

"Cait", él llamó, corriendo tras ella. "Espera".

Pero ella se negó a detenerse.

"Por lo menos tomar tu manta de viaje," gritó.

Lo cual, en verdad, debería haber hecho, hacía mucho frío, pero no quería
mirar hacia atrás, hacia él. Ella no le daría esa satisfacción. ¡Que estalle
Alec MacQuarrie! Entre más pronto se diera por vencido en esa tonta
búsqueda de ella, mejor sería para todos los involucrados.

Cait cruzó los brazos sobre su pecho y se frotaba las manos de arriba hacia
abajo, tratando de calentarse.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

No prestó atención a los hombres que se encontraban en el patio mientras


ella pisoteaba muy fuerte delante de ellos, por un pequeño sendero hasta
el río. Supuso que era bueno tener aire fresco, aunque sería bueno si se
trataba de un lugar un poco más caliente.

Se detuvo en la orilla del agua y miró a la aldea, desde su lugar, vio un


puente sobre el río y un castillo grande descansando sobre una colina.

Un trueno retumbó a lo lejos, y ella se estremeció.

"A este ritmo," la voz de Dash salió desde detrás de ella, " debe de estar en
Edimburgo mañana". Ella se dio la vuelta para encontrarlo tendiéndole una
manta escocesa, la que fácilmente acepto envolviéndola a su alrededor de
su brazos.

Ella asintió con la cabeza rápidamente, mientras más pronto llegara a casa,
sería mejor.

"Abrí los ojos y te habías ido", le informó a ella, con los ojos clavados en
ella como si estuviera buscando algo.

"Yo no quise despertarlo, estaba durmiendo tan plácidamente."

"Sólo descansando mis ojos, sólo puedo descansar un poco de las miradas
que tu criada me envía"."

Ella tiene buenas intenciones".

El viento tiró su cabello dorado, y su mirada ámbar la calentó desde


adentro hacia afuera, mientras recordaba la intensidad de su beso y la
sensación de sus manos sobre su pecho. Cait tuvo que apartar la mirada
para evitar sonrojarse bajo su mirada, sus ojos se posaron de nuevo en el
castillo a través del Tyne, y ella deseaba que pudieran llegar a Edimburgo
incluso antes.

Las manos de Dash rodaron alrededor de su cintura, y la sujetaron por la


espalda.

"¿Algo en el castillo tiene tu atención?"

Ella no debiera sonreír, no debería dejar que la abrazara así, pero se sentía
tan bien, tan reconfortante.

"¿Ha ido alguna vez a Edimburgo?"

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"No." Su cálido aliento calentó su mejilla derecha antes de que él la besara.

Cait cerró los ojos, disfrutando de la sensación de él sosteniéndola con su


aroma cítrico que envolvía sus sentidos.

"Tienes que visitar el Castillo de Edimburgo, eso colocaría a ustedes a los


ingleses con mucha vergüenza". Él se rio entre dientes, sujetándola con
más fuerza.

"Mi pequeño orgulloso ángel escocés."

A ella le gustaba la forma en que dijo eso, a ella le gustaba la forma en que
hizo aletear su vientre, aunque ella sabía en su corazón que no debería.

"Pero, Caitie", continuó él en voz baja, "Edimburgo no es mi destino."

El corazón de Cait se desplomó con esas palabras, había estado jugando


con fuego, y, al igual que siempre, era ella la que iba a salir quemada por
su necesidad. Por supuesto, Dashiel Thorpe se movía independientemente
de lo que estaba destinado a hacer, y ella una vez más se quedaría atrás.

Ni siquiera había tenido la intención de que sucediera, había tratado de ser


inteligente en lo que a él se refería, lo mantenía a distancia, lo alimento
con un somnífero, y saltó a ella en la oscuridad de la noche.

Pero aun así, había logrado colarse en su corazón sólo para romper su
deseo con agua helada que puede que también provenga del Tyne. Nada
de eso era justo. ¿No tenía derecho a un poco de felicidad?

Cait dio un paso desde la comodidad de sus brazos y apretó con más
fuerza la manta alrededor de sus hombros.

"¡Brimsworth!" Alec llamó desde la distancia, y Cait gimió. ¿Tenía que tratar
con él ahora también? Dash se apartó de ella y volvió su atención hacia el
irritante intruso.

"Ah, MacQuarrie". Alec frunció el ceño al conde.

"Quería invitarlo a venir conmigo hoy."


Cait resistió el impulso de poner los ojos en blanco, la cortesía con toda
seguridad no era la meta de Alec, con una sonrisa encantadora, Dash
inclinó la cabeza en aceptación.
"¡Qué generoso, MacQuarrie, sería un honor compartir su transporte hoy,
sin embargo, debo rechazar!"
"Por supuesto que es necesario," gruñó Alec

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

DIECINUEVE
Dash trató de mantener el gruñido de su voz, dejar a Cait con el escocés
arrogante no era su elección, pero era eso o a ponerla en peligro con su
propia presencia.

"Me temo que me ha entendido mal, MacQuarrie, voy a contratar un caballo


de aquí para ir hacía Glasgow, confío en que usted pueda ver que la
señorita Macleod vuelva a Edimburgo con seguridad"

"¿Cómo dice?" Preguntó el escocés, el hombre no lo podía haber mirado


más sorprendido aunque a Dash le hubiese crecido dos cabezas y le hayan
brotado alas.

Los ojos fríos de Cait observaban a Dash de arriba a abajo. "No hay
necesidad de que alquile un caballo, mi Lord, puede ocupar su carro no
tengo más uso para él".

Ella estaba irritado con él y un poco furiosa, si interpretaba sus palabras y


su ceño correctamente.

"No seas imprudente, Caitie, mi coche la llevará con seguridad a


Edimburgo"

Ella negó con la cabeza.

"Estoy seguro de que el Sr. MacQuarrie no le importara mi compañía para el


resto del viaje, nos dirigimos al mismo lugar, después de todo."

MacQuarrie puede irse directo al infierno.

"Le dije desde el principio que Glasgow era mi destino."

Y la única esperanza que tenía para su salvación.

"Bueno, yo no lo voy a mantener por más tiempo, tan pronto como


Renshaw mueva mis maletas desde su coche al del Sr. MacQuarrie, puede
partir".

Un gruñido brotó de la garganta de Dash, maldita la bestia dentro de él. Él


no estaba en control de su sangre una vez más, la noche anterior, en la
que se había envuelto en sus brazos era prueba de ello.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

¿Qué es lo quería de él? ¿Seguramente se daba cuenta de que era


demasiado peligroso estar cerca de ella en este momento? Lo había
demostrado cuando le había levantado el vestido. Ni siquiera estaban
solos, por amor de Dios, ella se merecía algo mejor.

Dash volvió su mirada hacia MacQuarrie, si el sinvergüenza tocaba un pelo


de la cabeza de Cait, Dash le arrancaría los miembros uno por uno.

"Vas a mantenerla a salvo hasta que llegue con su padre."

"La seguridad de Caitrin siempre ha sido mi más alta prioridad."

Dash ignoró la mirada de pura traición que se reflejaba en el rostro de


Caitrin. Una vez que él fuera un licántropo controlado, le daría las gracias
por su sacrificio.

"Te veré tan pronto como me sea posible, muchacha."

Él no estaba seguro de lo que ella quería decirle, pero lo que fuera, cambió
de opinión y se mordió la lengua, entonces Cait fingió una sonrisa.

"Bueno, me gustaría desearle la mejor esperanza para el viaje y que


Glasgow sea todo lo que esperaba". Luego giró sobre sus talones y se
dirigió hacia los coches.

"Me vas a extrañar cuando me vaya", la llamó mientras se marchaba.

De hecho, si tuviera que adivinar, diría que ya lo estaba echando de menos,


su reacción era la prueba de que sentía algo por él. No sabía exactamente
lo que sentía, pero era algo, eso era un comienzo.

"Yo no apostaría eso si fuera usted," disparo hacia él por encima del
hombro.

"Yo podría amarte con tanta facilidad," soltó de repente, y lo haría o por lo
menos con lo que sabía del amor.

Ella se detuvo en seco y echó la cabeza hacia un lado para verlo mejor.

"Tiene un camino poco convencional sobre esto". Sus ojos azules brillaron
de indignación. "Buena suerte en su viaje". Luego reanudó su camino hacia
el coche de MacQuarrie.

Los criados del escocés ya estaban trasladando sus pertenencias a su


coche, Dash apretó los dientes.

118
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

¿Qué se suponía que debía hacer? Ella se negaba siquiera a mirarlo, no


tenía idea de cuánto tiempo su formación tomaría. Por lo tanto, no podía
hacerle ninguna promesa a ella, ni siquiera podía decirle cómo
irrevocablemente estaba atada a él, todavía no.

Tenía que dejarla ir, y rezar que lo estuviera esperando cuando por fin
llegara a Edimburgo. MacQuarrie iba rápidamente tras de Cait y tiró de la
puerta de su carro dejándola abierta para ella, agachó la cabeza y entró sin
siquiera mirar atrás.

"MacQuarrie," Dash gritó.

El hombre se volvió hacia él, mirándolo demasiado satisfecho consigo


mismo. Dash estaba delante de él en tres pasos, se movió tan rápido que el
escocés dio un paso hacia atrás, sorprendido.

"Si llega lesionada o dañada de alguna manera antes de que la deposite a


ella en las buenas manos de su padre, lo encontraré y no será feliz cuando
lo haga. ¿Ha quedado claro? "

"Vamos, Brimsworth. Si alguien le ha hecho daño, eres tú. "Él se sacudió


con los nudillos la chaqueta. "Yo acabo de obtener la buena fortuna de
recoger los pedazos de su corazón".

"Sólo recuerde que no importa cuántos pedazos quiera salvar, todos ellos
me pertenecen a mí", gruñó ferozmente.

"Creo que la señora no está de acuerdo," respondió MacQuarrie, luego se


volvió y se metió en el carro, que partió en cuanto la puerta se cerró.

Cuando finalmente llegó Dash a la modesta casa del constructor naval en


las afueras de Glasgow, casi lloró de alivio. Subió los escalones de piedra
gris, respiró hondo, luego levantó el metal frío y golpeó la pesada puerta
de roble, parecía como si se quedaría allí para siempre, como un colegial
incómodo en espera de la admisión. Dash estaba dispuesto dañar
físicamente a quien abriera la puerta, simplemente por hacerlo esperar más
de lo necesario.

Por último, unas fuertes pisadas sonaban desde el interior y luego la puerta
se abrió de golpe. El mayordomo de Forster miró con su larga nariz a Dash.

"Las entregas se realizan por atrás", dijo el gigante cuando se volvió y


comenzó a cerrar la puerta.

119
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Dash rápidamente se miró a sí mismo, tenía que admitir que parecía un


mendigo común que puede uno encontrarse en la calle, aunque con ropa
mucho más de moda.

Metió la bota en la puerta antes de que el mayordomo se la cerrara en las


narices, él sólo se estremeció por un poco de dolor que duro solo por un
momento, luego metió la mano en el bolsillo interior de su chaqueta y sacó
la andrajosa carta que el Mayor Forster había escrito para presentarlo al
constructor naval.

Se la tendió. "Veré al Sr. Forster ahora".

Nuevamente Dash miró su ropa y se sacudió el polvo, mientras el


mayordomo tomaba la carta y le cerraba la puerta en las narices, Dash
supuso que podría haber entrado a la fuerza en el interior, pero que
probablemente no habría dado una buena primera impresión. Y necesitaba
la ayuda de Niall Forster más de lo que jamás había necesitado la ayuda de
cualquier otra persona en su vida.

Había corrido la mayor parte del camino del condado de Durham, una vez
que se había frustrado por la velocidad de su propio coche, la nieve que
había empezado a caer, junto con las carreteras resbaladizas, había hecho
que viajara a paso de caracol. No tenía tiempo que perder, tenía que volver
con Cait y tenía que hacerlo rápidamente. Por lo tanto, había partido a pie,
siguiendo sus instintos todo el camino a Glasgow, hasta la puerta de
Forster.

Tenía salpicaduras de barro hasta las rodillas, e incluso sentía una línea de
fango en la mejilla cuando él la froto enviando un poco de calor hacia la
cara. La verdad se ha dicho, Dash probablemente tendría que cerrarle la
puerta en la cara a cualquier persona que se presentara en su casa como él
se encontraba en ese momento. Sacudió la cabeza con desaliento. ¿Cómo
se había reducido a esto?

La puerta principal se abrió una vez más, y el mayordomo le hizo un gesto


hacia su interior, tomó el abrigo de Dash, y, cuando Dash se movió para
seguir por el pasillo, ambos se dieron cuenta de los grumos de barro que
estaban cayendo de sus botas, con un suspiro de frustración, Dash se
sentó y tiró de las botas de sus pies.

Infierno, él tendría que caminar con los pies descalzos, si tenía que
hacerlo, nunca había profesado ser un caballero.

120
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¿Satisfecho?", Gruñó.

"Absolutamente", fue la única respuesta del hombre.

Con un corto gruñido que no parecía molestar al gigante en lo más


mínimo, Dash lo siguió por el pasillo a una pequeña biblioteca. Las paredes
estaban cubiertas con dibujos de barcos de todos los tamaños y los
estantes estaban llenos de libros y modelos de grandes y pequeños
veleros.

Un hombre de pelo gris se levantó de detrás de la gran mesa a un lado de


la habitación y empujo sus gafas con firmeza sobre la nariz, él no dijo ni
una palabra, ni siquiera llego a tomar la mano de Dash cuando la extendió.
El hombre simplemente señaló la silla frente a él, Dash se hundió en ella
como un niño.

Justo cuando pensaba que el hombre nunca hablaría, puso la carta sobre la
mesa y juntó las manos delante de sí mismo.

"¿Ha conseguido bastante salmuera para los pepinillos, no?".

"'Un pepinillo" sería una descripción muy generosa para mi situación


actual, señor.

"Dash se sentía bastante desnudo en calcetines, con tierra de pies a


cabeza. No se había sentido tan expuesto desde que era muy niño
pequeño o por lo menos desde la última vez que había visto a su padre.

"¿Por qué estás aquí?" Preguntó el señor Forster.

"Todo debe estar en la carta del comandante, señor", dijo Dash, haciendo
un gesto hacia el papel.

"Estoy seguro de que lo está, pero me gustaría oírlo de tus propios labios,
hijo", dijo

Forster en voz baja.

"¿Qué es lo que ya sabes?" Preguntó Dash, sin saber muy bien por dónde
empezar.

"Nada", le ofreció el señor Forster.

Dash no estaba muy seguro de si creía eso, pero no tenía mucha elección.

121
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Mi nombre es Dashiel Thorpe, Conde de Brimsworth, heredero del


Marqués de Eynsford".

"Aproximadamente traducido, significa que tiene más dinero que sentido."

Dash suspiró. "Probablemente, señor."

"¿Qué puedo hacer yo por usted, Dashiel? Está bien si lo llamo Dashiel? "

¿Es una prueba de algún tipo? "Puedes llamarme como quieras, siempre y
cuando usted me puede ayudar. Vera, hay una chica... "Dash comenzó.

"Una víctima de la ferocidad de usted, ¿no?"

"Yo no la llamaría exactamente su víctima."

"¿Cómo quiere llamarla?"

"Bueno, su nombre es Cait."

Sr. Forster tomó la carta y leyó rápidamente, sus ojos se abrieron por la
sorpresa, y luego miró por el borde de sus gafas de lectura. "La señorita
Macleod?"

"Sí, señor." No podía dejar de sonreír un poco cuando él contestó, sólo la


idea le trajo una sonrisa a los labios de Dash.

"Bueno, ustedes seguramente vera el problema en este punto, Dashiel."

Lo cual era algo Dash no necesitaba recordarlo.

"Esta señorita Macleod es un amiga de la hija de Desmond, ¿correcto?"

Dash asintió.

El anciano se rio entre dientes. "Y una Macleod, nada menos. Sí, muchacho,
creo que Desmond lo ha enviado al lugar correcto".

Dash casi sintió como se elevaba un peso de su pecho, las palabras de


Forster era la primera buena noticia que había oído en mucho tiempo. "Me
alivia oír eso, señor."

Sr. Forster suspiró. "Así que dime, ¿Que siente la chica Macleod después de
todo esto?"

"Ella me quiere, la mayor parte del tiempo".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Usted espera que lo haga."

"Sí, lo creo." Él tomó una respiración profunda. "Ya ve, me temo que estoy
locamente enamorado de ella."

Los ojos verdes del constructor naval brillaron de alegría. "Eso es algo
bueno, muchacho, ya que van a estar atados para toda la vida".

"Necesito su ayuda, señor, como nunca he necesitado nada más, pero


necesito que me enseñe rápidamente porque tengo que ir a Edimburgo sin
demora".

"¿Para convencer a la encantadora señorita Macleod de su amor por ella?"

"Sí, y tengo que hacerlo antes de que alguien se me adelante", explicó


Dash. "Por lo tanto, tengo un poco de prisa. ¿Cuánto tiempo durará esta
capacitación? "

"Toda una vida, en la mayoría de nosotros", Forster suspiró.

"No tengo tanto tiempo." Dash se levantó para caminar, de pronto fue
consciente de sus calcetines nuevo, lo que lo hacía sentir como un tonto
completo.

El Sr. Forster tamborileó con los dedos sobre el escritorio y le confesó: "Mi
esposa murió hace unos años."

"Lo siento mucho." Dash podía ver el dolor escrito en la cara del hombre.

El constructor lo miró a los ojos. "Si puede ganar el corazón de la Señorita


Macleod, estarán condenados hasta que usted, o ella, mueran. "Él tomó
una respiración profunda.

"Y ahora que he experimentado la pérdida, no se lo deseo a nadie, por lo


tanto, dadas las circunstancias, creo que deberíamos ir a Edimburgo
juntos, muchacho.

Por lo tanto, tiene una buena oportunidad para ganar el corazón de su


dama enamorada”.

"¿En serio?" El corazón de Dash estaba a punto de saltar de su pecho por la


emoción. Pero el recuerdo de Cait en el coche le había cuestionado la
sabiduría de su aventura.

123
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¿Va ser seguro estar cerca de ella? Casi pierdo el control cuando estaba
con ella, esperaba que cuando fuera tuviera el control total de la bestia
dentro de mí".

El Sr. Forster tiró la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada. "El control de
la bestia", él se rio. "Mi querido muchacho, usted puede controlar a la
bestia, usted es la bestia es una parte de usted, no el enemigo".

Dash se burlaba, lo que no daría para matar a la bestia e ir en busca de


Caitrin como un hombre normal. Una de las cejas de Forster se levantó
ante la sorpresa de Dash.

"Eso será su primera lección, a continuación, podemos hablar de ello en el


camino a Edimburgo. "

No le gustaba que se rieran de él, pero si Forster podía ayudarle, Dash


aceptaría todo lo que ofreciera sin quejarse. "Gracias por hacer esto por
mí."

"Bueno, esta de suerte, estoy de humor para una buena historia de amor, y
usted es el único licántropo que golpeó a mi puerta hoy. "

Si Dash estuviera en forma de lobo, su cola golpearía contra el suelo,


estaba tan entusiasmado con la perspectiva de ver a Cait de nuevo.

Forster indicó a Dash que se colocara de pie y lo siguiera. "Usted debe de


estar deseando, hablar con su padre y si viajamos por la noche, podemos
estar allí por la mañana".

"Eso es un alivio, señor."

"Bueno, sólo espero que no sea demasiado tarde. ¿Tiene un rival, cierto? “
Dash asintió.

"Usted me puede decir todo acerca de él en el coche, soy demasiado viejo


para correr todo el camino a Edimburgo".

124
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

VEINTIUNO
A este paso, debe estar en Edimburgo mañana, las palabras de Dash
resonaban en los oídos de Cait, él sin duda debía de haberse equivocado
en eso, ¿no? Otra línea para añadir a su creciente lista de pecados. No es
que él podría haber previsto los caminos fangosos que amenazaban con
tragarse el coche de MacQuarrie a lo largo del camino, si no que reducía su
velocidad diez veces. Aunque sería demasiado tarde para Cait decir que
había previsto la situación de aquel poco particular futuro en su mente, no
importaba ella todavía colocaba la culpa a Dashiel Thorpe.

Tan pronto como vio a los armamentos escoceses desde la vista desde su
ventana, ella dejó escapar un suspiro de alivio, estaba lejos de estar
satisfecha por pasar la noche en otro hostal, pero era mucho menos
deseosa de andar por la peligrosa carretera de noche. Por lo menos si Dash
hubiera estado con ella, podría haber bloqueado el futuro de los extraños
de su mente.

Ella suspiró, pateándose por querer estar con él tanto.

"Ese es otro suspiro, Cait," Alec le informó. Ella lo miró.

"No me mires así. Estoy atrayendo tu atención, no has hecho nada más que
suspirar por las últimas horas. ¿Te sientes bien? "

Cait resopló. "Alec estoy bien, solamente estoy cansada por estar todo el
día en la carretera".

El coche divagó hasta detenerse, y el propio Alec suspiró, la ironía no pasó


desapercibida para Cait. A continuación, el hombre abrió la puerta y la
ayudó a salir.

"Tenía la esperanza de que tener este tiempo te ayudara para cambiar de


opinión, Caitrin."

Ni siquiera se molestó en mirarlo. ¿Cuál era el punto de participar con el


mismo argumento otra vez?

"Me conoces de toda la vida, Alec MacQuarrie. ¿Me habéis visto cambiar de
opinión una vez que me he decidido? "

125
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Alec no tuvo tiempo para responderle antes de que la puerta se abriera y


las carcajadas se filtraran desde la cantina al patio helado, lista para lavar
el polvo del viaje de su piel, Cait pasó junto a Alec hacia la entrada. No
podía esperar a tumbarse en una cama, que tenía la esperanza de que
fuese confortable, pero a estas alturas, cualquier cama sería un regalo del
cielo.

Cait entró en la taberna, agradecida por la calidez que emanaba de una


gran chimenea en el lado lejano del cuarto oscuro. Su espalda y piernas
estaban tan dolorosas que se sentía como si ella hubiese caminado todo el
camino de Hampshire. Ella lanzó un suspiro de alivio, pero luego la
momentánea sensación de confort ceso de inmediato.

Instintivamente, Cait dio un paso hacia atrás, chocando con lo que parecía
una pared de ladrillo. Ella ladeó la cabeza a un lado y se encontró mirando
fijamente a unos ojos oscuros de uno de los hombres más llamativamente
guapos que jamás había visto.

Una leve sonrisa se instaló en el rostro del hombre, haciendo su mandíbula


cincelada más pronunciada. "Señora". Sus ojos se clavaron en el costado de
su cuello donde Dash la había marcado. "Perdóname, yo no la había visto."

Cait no pudo encontrar su voz, había algo un poco intoxican te acerca de


su presencia, y tragó, flashes rápidos de una horripilante batalla medieval
se intercalaron enla mente de Cait.

Ella contuvo la respiración y se quedó mirando al caballero bien vestido.

"¿Qué es?", Susurró, más para sí misma que para él.

Ella sabía que él la oyó, sin embargo, cuando una oscura ceja se levantó
por la diversión. "Una pregunta mejor, querida, ¿qué es usted?"

En la mente de Cait, vio un hilillo de sangre en el cuello delgado de una


mujer, que se arqueaba de placer, instintivamente levantó la mano para
cubrir la marca en su propio cuello mientras la visión del hombre
mordiendo a una mujer pasaba por su mente. Ella debería haber tenido
miedo, debería haber corrido hacia el frío de la noche.

“¡Caitrin! "Alec llamó desde la puerta. "¿Crees que es posible que podría
esperar por mí?"

126
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

La sonrisa del caballero se amplió. "Ah, señor, creo que su esposa estaba
simplemente esperando escapar del enfriamiento de sus huesos". Cait
resopló, que era bastante poco femenino, pero no podía evitarlo.

"Esposa, de verdad," murmuró para ella misma.

El apuesto caballero tomó aire con su declaración, y los ojos de Alec se


redujeron en Cait.

"¿Tienes que llamar la atención donde quiera que vayamos?"

Un frío dedo inclinó la barbilla de Cait hasta que se encontró con la mirada
oscura del caballero Inglés. "¿Este hombre la deshonrado?" Su mirada se
posó de nuevo en su cuello.

Alec ciertamente le había molestado, pero nunca había sido deshonroso.


"No, señor, él es sólo un viejo amigo, un poco irritante."

Un vistazo de tristeza cruzo por el rostro de aquel hombre. "Los viejos


amigos pueden ser irritantes hasta que se van, entonces uno encuentra que
los echa de menos terriblemente".

Cait no estaba muy segura de lo que quiso decir con eso, y ella no tuvo la
oportunidad de preguntarle. Alec la agarró del brazo y la tiró lejos del
extranjero.

"¿Has perdido la cabeza?"

¿Cuántas veces se lo había estado preguntado, en los últimos quince días?

"Yo necesito que nadie me rescate, Alec MacQuarrie".

El caballero encantador rio. "Perdone mis modales, señor, permitidme que


me presente. El Conde de Blodswell a su servicio".

La boca de Alec se abrió. "Blodswell?"

"¿Lo conozco?", Preguntó el hombre. Alec sacudió la cabeza.

"Alec MacQuarrie. La Tercera Cruzada era un interés particular para mí".


Con una tímida sonrisa, Blodswell se encogió de hombros.

"A menudo es difícil vivir a la sombra de un famoso antepasado".

127
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cait miró de un hombre a otro. ¿De qué estaban hablando? Alec debió ver
su confusión, porque él sonrió y se compadeció de ella.

"Sir Matthew Halkett se convirtió en el primer conde de Blodswell, luchó


junto a Ricardo Corazón de León. Era un valiente Caballero normando de
leyendas, los que se enfrentaron a él huían con miedo, incluso después de
su gran actuación en el campo de batalla, el hombre regresó a su casa
completamente ileso, sin siquiera con el más mínimo rasguño.

"Pero la sangre brotaba de su espada cada vez que él la tomaba, de ahí el


nombre que el rey le dio -Blodswell u oleaje de sangre ", explicó Alec. "El
condado fue concedido al caballero cuando volviera a Inglaterra".

Una sonrisa iluminó el rostro de Blodswell. "Estoy seguro de que sir


Matthew se habría honrado de conocer que su leyenda sigue viva aún en
los tiempos que corren".

"Por supuesto", rugió Alec. "Pasé gran parte de mi tiempo en Cambridge


investigando las cruzadas.

“Fascinante en un ambiente académico ".

"Absolutamente fascinante en un ambiente contemporáneo," dijo Cait en


voz baja. Como Alec se apartó de ellos para hablar con el dueño, el conde
de Blodswell volvió la mirada a la marca en su cuello.

"Esa no es la marca de mi clase."

"Si tuviera conocimiento de usted, mi Lord, probablemente podría formular


una respuesta más adecuada."

Una esquina de su boca se levantó por la diversión.

"Yo podría decir lo mismo."

Un destello del futuro la golpeó, trayendo tanto consuelo que ella lanzó un
suspiro de alivio.

"Usted sabrá lo suficiente acerca de mi especie con el tiempo, señor. "Ella


giró, pero entonces se devolvió sobre su hombro,

"Disfrute del buen tiempo, mi Lord, mientras usted todavía puede."

128
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cait daba vuelta y más vueltas en la cama, visiones de espadas


ensangrentadas y garrotes brillaron en su mente, entonces vio a Blaire
corriendo junto a un lago congelado perseguida por una figura oscura.

Se despertó con un grito de sorpresa y se sentó de golpe, sin aliento,


chorreando sudor. Un sueño, era sólo otro horrible sueño, pero sabía que
no lo era, Blaire estaba en problemas; Cait podía sentirlo en sus huesos.

Se dejó caer sobre la almohada raída, golpeando accidentalmente la cabeza


contra la pared en el proceso.

Un suave golpe sonó en la puerta. "¿Caitrin?" La voz susurrada de Alec llenó


la habitación.

Suspiró, se deslizó desde la cama y caminó a través del frio suelo de


madera, Cait abrió la puerta y cruzó los brazos sobre el pecho.

"¿Justamente que piensas que haces en mi puerta en medio de la noche?,


Alec MacQuarrie? "

Una expresión de alivio cruzó su rostro.

"Yo te oí gritar y quería asegurarme de que estabas bien."

Deseaba que Dash estuviera delante de ella, pero Dash había desaparecido.

"Estoy bien," gruñó mientras se frotaba con dolor la parte posterior de su


cabeza.

"¿Sólo un mal sueño, entonces?" Preguntó Alec.

El peor sueño que nunca tuve, Blaire estaba en un peligro mortal, Cait
estaba segura de ello. Ella cerró los ojos e Intentó ver Blaire, trató de
encontrar su aura, pero no sirvió de nada, todo lo que Cait podía imaginar
era barrido por la oscuridad.

¡No! Ella se sujetó de la puerta para no caerse, Blaire no estaba en peligro


de muerte, ella estaba muerta.

Si ella misma hubiera estado en casa, tal vez entonces lo habría visto antes.

"Cait" La voz de pánico de Alec apenas filtró en su mente, pero Cait lo


empujó hacia afuera.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Se concentró en su aquelarre, vio a Elspeth en Hampshire y sabía que


estaba a salvo y feliz con Benjamín y su familia, una imagen de Rhiannon
destelló en su mente, estaba sola en la Silla de Arturo, mirando hacia
Edimburgo bajo un manto de nieve fresca, y Sorcha. Cait llamaba el aura de
Sorcha, la bruja más joven dormía en su habitación, cálida y
confortablemente, con un poco de tierra para macetas bajo sus uñas.

"¡Caitrin!"

Una vez más Cait trató de concentrarse en Blaire, la llamó a su mente, pero
no había nada. Nunca antes ella había sido incapaz de encontrar a alguien
que estaba buscando.

Los fuertes brazos de Alec la agarraron del hombro y comenzó a sacudirla,


los ojos de Cait se abrieron, y ella parpadeó para contener las lágrimas.

"Sólo quiero llegar a casa," dijo en voz baja.

Alec asintió con la cabeza, el pánico grabado por la frente. "Saldremos a


primera hora de la mañana."

"¡No Ahora! ", Insistió. No había tiempo que perder, no más paradas, no
importa qué. "Si no me llevas, lo haré sola Alec".

"Caitrin", comenzó él.

"Tengo que ir a casa, Alec, ahora.".

No tenía ni idea de lo mucho que era estar en un lugar familiar, en algún


lugar que pudiera acurrucarse como un balón y sollozar, en algún lugar
que pudiera descansar.

"Cait, es demasiado peligroso, mi cochero se dormirá a mitad de camino, si


no nos tomamos un descanso, nunca desde que salimos de Leeds, lo he
empujado tan fuerte, tratando de mantenerme al día contigo."

Ella asintió a regañadientes, el conductor de MacQuarrie era tan sólo un


hombre, después de todo, tendría que descansar a lo largo del camino.

"¿Podemos al menos salir con la salida del sol?"

"Por supuesto", afirmó Alec. Mantuvo una pregunta en su mirada. "Tu


sueño. ¿Has visto algo?", le preguntó. "¿Algo de lo que tienes miedo?"

130
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Ella negó con la cabeza rápidamente. "No es lo que veo, Alec, es lo que no
veo".

"No sé de lo que estás hablando, Caitrin, no estoy lo suficientemente


familiarizado con tu don."

"Es más una maldición que un don," ella espetó.

"Dime lo que viste o lo que no viste. "Sacudió la cabeza en la confusión.”

"Yo no puedo encontrar Blaire."

"Es probable que este en casa practicando con el sable de Aiden Lindsay,
estoy seguro de que está bien".

"Si ella estaba en su casa, yo sería capaz de verla", susurró con fiereza. "Me
gustaría ser capaz de sentirla.

Para poder encontrarla".

"¿En serio?"

"Sí. Pero no la veo en absoluto, no está en Edimburgo. "Las lágrimas


quemaron en sus ojos, y ella se los limpió mientras rodaban por sus
mejillas. "Creo que podría estar muerta."

"¿Te ha sucedido esto antes?" él le pregunto, mirándola detenidamente a


los ojos.

"Nunca, bueno, con Brimsworth, yo no puedo ver su destino, pero no es "lo


mismo".

131
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

VEINTIUNO
"¿De dónde cree que esta la necesidad para controlar la bestia dentro
usted?" Niall Forster le preguntó mientras se apoyaba en los cojines de su
coche.

Qué pregunta más ridícula, Dash sacudió la cabeza. Había llegado a Forster
por ayuda real.

"Si no puedo tener el control de la bestia, entonces podría herir a Caitrin,


no puedo permitir que eso suceda".

Los ojos verdes de Forster se centraron en Dash. "Usted es quien puede


decidir si lo permite o no". Debe aceptar su lado licántropo, no puede ser
reprimido y escondido, Dashiel, es parte de usted tanto como su pelo rubio
y su herencia Inglesa".

Herencia Inglesa, Dash soltó un bufido. ¿Quién iba a decir que su herencia
era inglesa? Su padre podría ser probablemente una rana o incluso un
perro irlandés.

"No me está ayudando, Forster, no voy a ser capaz de confiarme con


Caitrin si no me puedo controlar a mí mismo".

"Necesita abrazarse a ello, muchacho."

Eso parecía exactamente lo que no debía hacer. "Usted no parece


imprudente. Tampoco el mayor ni ninguno de los hombres Westfield, pero
siempre si se mira por debajo de la superficie, el enmascaramiento toma
años, pero siempre está ahí".

"Por supuesto, está ahí, es parte de nosotros, y yo me siento muy cómodo


en mi piel. Y si usted quiere la misma paz, lo que necesita es aceptar esa
parte de usted".

Dash cruzó los brazos sobre su pecho y suspiró.

Forster le sonrió como si él era el más simple de los simplones.

"Puedo ver que acerca de esto es un inglés obstinado, así que voy a
cambiar de táctica. ¿Qué sabe acerca de la muchacha Macleod? "

Que ella es la única mujer para Dash.

132
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Ella es hermosa." Sonrió imaginando a su descarada sonreír. "Ella es


inteligente, tiene una mente propia, que nadie tiene una esperanza de
cambiar sin intervención divina".

Forster rio entre dientes. "Suena como su madre."

La boca de Dash se abrió. "¿Usted conoce a la madre de Caitie?"

Forster frunció el ceño. "No, pero Desmond tuvo unos pocos encuentros
con la vieja bruja. He oído de ella durante años, espero, por el bien de
usted, que la chica sea un poco más maleable que su madre".

"Bruja" es algo bastante poco halagüeño que decir acerca de la madre de


mi futura esposa, gruñó Dash desde su garganta.

"Ah, así que usas a la bestia para intimidar a otros." La mirada de Forster
barrió a Dash. "No es de extrañar que tengas miedo de aceptar quien eres,
ya que te intimidas a ti mismo también."

"Él mayor me dijo que me ayudaría a controlar a la bestia."

Forster negó con la cabeza. "Lo dudo mucho. Su carta solo me decía que yo
era solo su mentor, eso no es lo mismo, Dashiel. "

Justo cuando Caitrin estaba empezando a pensar que no volvería a ver el


horizonte de Edimburgo de nuevo, finalmente le llegó la vista desde la
ventana del pequeño coche.

Ella dejó escapar un suspiro, durante los dos últimos días, había buscado a
Blaire en vano.

La esperanza que tenía de salvar a su amiga había ido desapareciendo


poco a poco. Con el corazón encogido, sonrió con tristeza a la vista
familiar de Charlotte Square y a la casa de su padre.

Desde esa fatídica noche en la posada, Alec había estado bastante callado,
él gruñó en varias ocasiones cuando cambiaba de posición los brazos y las
piernas, mientras trataba de estar cómoda en el carruaje que era empujado
a través de la traicionera carretera.

Pero en la mayor parte del camino, había dicho muy poco, evidentemente,
hablar de su don lo había asustado en silencio.

133
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Ella se reprendió a sí misma por decir algo sobre ello, el hecho de que ella
era una bruja, era un secreto. Era un secreto que sólo podía decirle a su
esposo.

Nadie debía saber de sus habilidades, era demasiado peligroso para todos
los miembros de la COIG.

Por último, el coche desaceleró en frente de su casa, ella ni siquiera espero


a que dejara de moverse ella saltó y corrió hacia los escalones de piedra de
la entrada. Findlay abrió la puerta justo cuando se estaba acercado.

"Bienvenido a casa, señorita", dijo él mayordomo.

"¿Dónde está mi padre?" Preguntó ella rápidamente, tenía que encontrarlo,


tenía que hablar con alguien que sabía todo sobre ella. Tenía que contarle
todo, o simplemente perdería su mente, ella necesitaba a alguien seguro.

"Creo que está en su despacho, señorita", le informó Findlay. Ella se dirigió


en esa dirección, sólo deteniéndose brevemente cuando él le preguntó:

"¿Qué voy a hacer con el señor MacQuarrie, señorita Macleod?"

"Sólo... Ponlo en algún lugar", dijo con un gesto negligente de la mano,


luego continuó por el pasillo.

El estudio de su padre olía como a casa, al igual que todas las cosas
familiares. El olor de cigarro fumado recientemente flotaba en el aire, el
aroma de la loción de afeitar de su padre la recibió por la nariz y aspiró
profundamente. ¡Qué alivio de estar en casa!

Ella voló a través de la habitación a los brazos de su padre antes de que él


pudiera quitarse las gafas de lectura.

"Oh, Cait, te he extrañado tanto, estoy tan contento de que estés en casa ",
canturreó mientras la abrazaba, su brazos fuertes la ayudaba a aliviar en
parte la carga que llevaba.

"Yo también, necesito hablar de algo importante".

"¿Estás bien?", le preguntó, mientras la valoraba de la cabeza a los pies.

"¿Por qué todo el mundo está preguntando por mí?" Suspiró ella mientras
levantaba una mano para frotarse la frente.

¿Cuándo fue la última vez que dormiste? ¿Qué tiene de malo?

134
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Él la llevó al sofá y se sentó a su lado. "Dime que problemas tienes".

"Yo no puedo encontrar a Blaire."

"¿no puedes encontrarla?"

"Sí, no puedo verla, no la veo en absoluto, creo que algo le ha sucedido,


¿dime, papá? ¿Ella murió mientras yo no estaba? "

"Oh, querida, Hace un tiempo atrás, el Capitán Lindsay recibió una


notificación de su abogado acerca de una propiedad cerca del lago Calavie,
no me recuerdo bien el nombre. De todos modos, el muchacho estaba tan
ansioso de poner los ojos en ella, hizo sus maletas subió a Blaire y a
Brannock al coche y quiso ir a verlo por sí mismo. "

"¿Lago Calavie?" Cait pensó que jamás había oído hablar de ese lugar antes,
sintió que un peso se levantaba de su corazón, no habría podido buscar a
Blaire allí, o dondequiera que estuviera.

Su se puso de pie y se acercó a su mesa, rebuscando en su


correspondencia.

"Una nota llegó a nosotros es de ella. "Él le ofreció la nota.

Cait la rasgo como si contuviera la luna y las estrellas, desdobló el papel y


sonrió a la escritura bastante masculina de Blaire.

Querida Caitrin,

Espero que hayas vuelto antes de recibir esta carta, pero si ese no es el caso, espero
que todo haya ido bien con Elspeth. Estoy segura de que llegaras a tiempo. Siempre
lo haces, Rhiannon estaba mirando unas tiendas, y Sorcha está en su propio
pequeño mundo, como siempre.

Aiden estaba fuera de sí cuando se enteró de su herencia. Mientras que cualquier


persona sensata esperaría que la nieve se derritiera y el hielo se descongele antes de
salir a través de las Highlands, mi hermano estaba bastante impaciente por hacer el
viaje.

Debes estar aliviada de no estar aquí conmigo. El castillo Briarcraig es


absolutamente terrible. Todo el lugar apesta a mosto y a decadencia. Sigo pensando
que hay alguien muerto aquí y nadie se tomó el tiempo para enterrar al pobre, es

135
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

fácil entender por qué dejaron las ruinas del castillo para nosotros, nadie sería tan
tonto como para desearlo.

Brannock y yo estamos muy ansiosos por volver a la civilización, como te podrás


imaginar. Estamos a la espera de que los caminos sean lo suficientemente seguros
para viajar, y luego vamos a salir de este lugar. Si Aidan vuelve con nosotros o no,
me tiene sin cuidado.

Te echo de menos,

Blaire Lindsay

Cait presiono la carta en su corazón y respiró hondo mientras se limpiaba


las lágrimas de felicidad en sus ojos.

Nunca había estado tan feliz de leer una misiva antes en su vida. Su padre
se sirvió un vaso de whisky.

"¿Te sientes mejor ahora?"

"Oh, sí," ella suspiró. "Pensé que algo terrible le había sucedido a ella, no
poder verla casi me volvía loca. Yo nunca he podido no ver el futuro de
alguien que yo desee, bueno, no hasta mis recientes viajes, pero eso no
viene al caso".

Una pequeña sonrisa inclinó las comisuras de los labios de su padre, como
si él supiera un secreto que ella no.

"¿Te encontraste a alguien cuyo futuro no puedes ver? Se reunieron." Él se


rascó la barbilla.

"¿Esto te sucede con un hombre, verdad?"

"Sí, un hombre, es extraño, papá. Yo no puedo ver su futuro, en absoluto


cuando lo intento, no sale nada por más que trate de concentrarme en su
destino, ha sido bastante frustrante".

"Esto es una buena cosa", dijo su padre, y luego lanzó un largo suspiro,
una sonrisa llena ahora cruzaba sus labios.

Cait le frunció el ceño, ella apenas se referiría a su trato con Dashiel


Thorpe como una experiencia positiva.

"¿Por qué esto es algo bueno?"

136
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Es el camino que tiene que ver con tu don, Cait."

Él se frotó la frente. ¿Por qué su padre hablaba con acertijos?

"Déjame ponerlo de esta manera." Se sentó a su lado, sin dejar de sonreírle


como un tonto. "Tu madre no podía ver mi futuro, tampoco."

"No." Cait sacudió la cabeza, estaba equivocado. "Mamá me conto que tan
pronto como te vio se enamoró".

"Amor a primera vista", admitió él, acariciando su pierna. "Pero ella no


podía ver a mi destino."

Cait quedó asombrada con su padre, y la habitación comenzó a girar un


poco, esto no tiene ningún sentido en absoluto.

"¿Estas segura?"

Parecía una cosa bastante importante para que su madre la dejara fuera de
su entrenamiento.

Él se rio entre dientes. "Sí, muchacha, estoy seguro."

"Bueno, ¿por qué no?", preguntó Cait, seguro de que ella omitió algún
detalle vital que haría que todo se despejara.

Su padre se encogió de hombros.

"No estoy seguro, no hay textos para explicarlo, siempre supuso que era
porque yo era el que estaba destinado para ella, y eso es porque lo de
nosotros fue destinado a ser natural y no obligado por ninguna visión, un
matrimonio no puede sobrevivir si un miembro siempre está enojado con
el otro por cosas que el otro aún no ha hecho".

Cait ignoró la sabiduría en eso, porque no era justo, durante años, ella
había estado esperando al hombre con quien se casaría, quería ver su vida
entera y feliz demostrada antes de que ella viera primero al hombre. Ella
había visto todos los demás futuros, los buenos y los malos, ella debería
haber vislumbrado algo del propio.

"Posiblemente el hombre no puede significar algo para mí ", susurró.

"No estoy de acuerdo con eso," dijo una voz profunda desde la puerta, se
volvió para encontrar a Dashiel Thorpe allí de pie, mirando tan
agradablemente como cuando la había dejado. Y con su oído de licántropo,

137
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

él había oído todos y cada uno de los comentarios de su padre, ella gimió
en voz alta.

Findlay frenéticamente trató de bloquear a Dash mientras entraba en la


habitación, pero el mayordomo fracasó miserablemente.

"Le dije a su señoría que lo haría anunciar, pero al parecer tenía una mente
propia."

"¿Una mente propia, dices?" El padre de Cait observó cómo cruzo la


habitación y aceptó la mano extendida de Dash.

"Es algo muy bueno cuando la mente de uno puede ir por sí misma. En
particular, cuando se tiene a alguien como Cait a su alrededor. "

Ella no estaba muy segura de que le gustaba la forma en que su padre dijo
esto.

"Dashiel Thorpe, Conde de Brimsworth, heredero del Marqués de Eynsford,"


se introdujo Dash a sí mismo, lleno de pompa y circunstancia, mientras le
ofrecía una leve reverencia.

La sonrisa de su padre se desvaneció un poco. "Ah, Inglés, ¿Verdad?"

"Me temo que sí," Dash respondió con un gesto fingido. "Su hermosa hija
me regañó sobre este hecho todo el camino desde Hampshire, hasta que
conocí a Caitrin Macleod, no tenía que pedir disculpas por mi
nacionalidad".

Su padre se rio de eso. "Un inglés con sentido del humor. ¿Cómo novela?,
dígame, Lord Brimsworth, ¿que lo trae a Edimburgo?"

"Bueno, señor, he venido a pedir la mano de su hija."

Un chillido escapó de la garganta de Cait, estuvo a punto de atragantarse


con la lengua. Primero él la abandonó y luego, sin previo aviso, aparece de
la nada a pedir su mano. Cuando ella colocara sus manos en su cuello...

"Ya veo", continuó su padre. "¿Y dónde se encuentra usted en la ciudad?"

Dash sacudió la cabeza.

"Corríamos tan rápido para llegar hasta aquí, señor, no he tenido tiempo
para pensar mucho en eso. ¿Hay alguna bonita posada que pueda
recomendar? "

138
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Su padre parecía estudiar a Dash con ojos astutos. "¿Ha realizado


realmente todo el viaje desde Hampshire con mi hija?"

Cait tragó saliva, recordando por un momento la indecencia que había


experimentado en manos de Dash a lo largo de la Gran Ruta del Norte. Ella
se dio la vuelta para ocultar el rubor que estaba segura que se deslizó
hasta sus mejillas.

Que el cielo la ayudara si su padre se enteraba de sus indiscreciones.

"Bueno, la mayor parte del camino", comentó Dash. "Nos separamos unos
días, después de que me dieron un somnífero particularmente potente, y
luego otra vez cuando tuve que ir en busca de un amigo".

"Un amigo", Cait resonó, alguna puta de su pequeño libro, sin duda.

Pero su padre ignoró sus palabras, centrándose en cambio en la historia de


Dash.

"Ella hizo una poción," él le arrojo a Cait.

"He hecho una excepción." Miró airadamente a Dash. ¿Cómo se atreve a


sacar el tema? ¿Y cómo se atrevía abandonarla a ella para ir a buscar
alguna ramera en Glasgow?

Su padre se rio de nuevo. "Bueno, en ese caso, Lord Brimsworth, usted


probablemente debería permanecer aquí como nuestro invitado."

Sobre el cadáver de Cait.

"Gracias, señor", respondió Dash, y parecía tan sincero que casi le creyó.

Su padre se burlaba, como si la oferta no fuese nada. "Es lo menos que


puedo hacer y darle las gracias por traer a Caitrin segura a casa".

"¿Segura?" Se burló Cait. "Sólo si el considera que abandonarme antes de la


frontera se consideraría llegar a casa sana y salva".

Los ojos de color ámbar de Dash brillaron en ella, y el aliento de Cait


quedó atrapado en su garganta, luego concentro su atención de nuevo en
su padre.

"Su oferta es muy generosa, señor, pero tengo un amigo que viaja
conmigo", empezó Dash.

139
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cait estaba segura de que su cara estaba en llamas. ¿Había traído a algunas
de sus amigas a su casa?

El señor Macleod ondeó a Dash en el silencio.

"Su amigo es bienvenido también."

"Y si no es demasiado tarde para una imposición", continuó Dash, "Me


gustaría tener la oportunidad de hablar con usted en privado. "Él dijo esto
último en voz baja.

"Creo que sí, después de todo ha viajado desde tan lejos con mi hija."

"Papa", las mejillas de Cait estaban en llamas, ella estaba en la habitación.


Quería meterse debajo del sofá y morir de vergüenza. Pero no le haría
ningún bien dejarlos a ellos para trazar su futuro, eso era de ella, y ella
debía tener algo que decir en ello.

"¿Les importaría darme unos minutos a solas con su señoría?"

La mirada de su padre, pasó a través de ella, como si estuviera buscando


algo vital.

"¿Quieres estar a solas con el conde, al mismo hombre, que si no me


equivoco, habéis drogado para deshacerse de él en algún lugar a lo largo
del camino?"

Cait asintió con la cabeza.

"Bueno, después de tanto tiempo pasado con su señoría, yo no veo qué


daño podría hacer unos minutos más.” Entonces su padre se dirigió a la
puerta y miró por encima del hombro a Dash. "Voy a dejar que Findlay
tome sus cosas y las deje en una de las habitaciones. "

"Gracias, señor Macleod."

"No me des las gracias hasta que hayamos tenido nuestra conversación
privada, mi Lord."

Luego se marchó, dejándolo a solas a Cait con Dash. Y ahora que ella lo
tenía todo para sí misma, no estaba segura de qué decirle, él tomo la
opción por ella, sin embargo, cuando él dijo:

"Disculpe por un momento".

140
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

VEINTIDOS
Dash no podía entender por qué Caitrin fruncía el ceño hacia él, sólo se
había apartado por un momento para preguntar al Sr. Forster cómo
proceder, el antiguo astillero había sonreído, le dio unas palmaditas en la
espalda a Dash y apresuradamente le susurró unas palabras al oído.

Ella era la que tenía que guardar secretos y, a partir de los sonidos de
ellos, que eran bastante grandes. Él no había puesto todas las piezas
juntas, sin embargo, no estaba muy seguro de que juntaría todas las
piezas, pero el comenzaría a unirlas.

No quería hacer demasiado hincapié, sin embargo. Al señor Macleod le


gustaba, fue un golpe que ni siquiera se había atrevido a esperar, ahora, si
tan sólo pudiera conseguir que Cait le sonriera de nuevo, todo sería
perfecto, sólo con verla le tranquilizó su alma, y escuchar las instrucciones
de Forster sería mucho más fácil si supiera que Cait lo aceptaría.

Dash cruzó la habitación hasta donde estaba sentada ella en un pequeño


sofá y la tomó de la mano, él tiró de ella hasta dejarla de pie y envolvió sus
brazos alrededor de su cintura. Ella encajaba perfectamente allí que no
pudo evitar sonreír. ¿Cómo se le había escapado esta propiedad de ella?

Pero el ceño de Cait se profundizó, Dash suspiró al verla.

"¿Qué pasa, ángel?"

Sus ojos claros se clavaron en los suyos.

"Después de que me dejaste a un lado de la carretera, y ahora apareces de


la nada, y preguntas por mi mano. "

"Tan pronto como sea posible", él estuvo de acuerdo.

"Y él dirá que sí."

"Es bueno saberlo."

Cait le dio un manotazo en el pecho.

Él le guiñó un ojo. "Me parece que no puedo evitarlo, sabes que es lo que
he querido desde el primer día".

141
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"No, yo creo que me querías engullir el primer día."

Se echó a reír, tan aliviado de que no estaba condenado a una vida sin ella.

"No, muchacha, esa fue la primera noche, el primer día, yo quería casarme
contigo".

Ella se alejó de él. ". Yo quería mantener una distancia aquí, puede ir al
cardo y a la espina. Ahí es donde Benjamín se quedó, Findlay puede darle
indicaciones a su hombre, es agradable y limpio y... "

Dash sintió una leve ligereza en él. "No me empujes lejos, Caitie, he viajado
tanto y tan fuerte para llegar hasta aquí"

"Yo no le he pedido que viniera."

"Pero he venido de todos modos porque eres mi compañera destinada," él


gruñó.

"Lo sé, tú lo sabes, incluso tu padre lo sabe, así que deja de hacerlo difícil "

No había querido sonar de mal humor, pero habían sido unas largas
cuarenta y ocho horas, primero correr a través cuatro condados, entonces
el sufrimiento a través de cuatro horas de conferencias con respecto a su
bestia interior, y ahora que Dash estaba tan cerca de conseguir todo lo que
quería, ella le estaba diciendo que se fuera.

“No tengo miedo de ti Dash, pero no estoy de humor para esto. He pasado
los últimos dos días pensando a que una de mis amigas más queridas yacía
muerta porque no estaba aquí para mantenerla fuera de peligro. Estoy
exhausta y agotada, y no quiero hacer esto ahora."

No tenía ningún sentido precipitarse en todo, a pesar de que podía ver la


angustia en sus bonitos ojos.

"Caitie, no tenemos que hacer esto ahora, pero yo me quedo aquí, tu padre
me lo ha pedido, y estoy aceptando su oferta. "

"Quieres pedirle mi mano", dijo en voz baja.

"¿Por qué diablos no?" Sintió que su temperamento empezaba a subir, y la


sangre empezó a hervirle.

"Porque yo no lo quiero."

142
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

El corazón de Dash se hundió, ella lo negaba, y él ni siquiera se lo había


preguntado todavía.

"Yo sé que soy un poco salvaje", le confesó. "Sin embargo, estoy trabajando
en eso, es por eso que tuve que ir a Glasgow".

Ni siquiera sabía lo que era hasta hace un mes, siempre le habían dicho
que era un monstruo.

Encadenado durante cada luna llena, salvo en la última, para proteger a los
demás de él. Tal vez si ella entendiera, sería diferente, por otra parte, tal
vez no. Y no podía correr el riesgo, estaría condenado sin ella.

"Voy a tener que hablar con tu padre, Cait, y le voy a pedir tu mano".

Ella frunció los labios. "Eso no va hacer ningún bien, y no voy a casarme, no
importa lo que pase, no "ahora".

Dash apretó los dientes. ¿Por qué la chica tenía que ser tan difícil? Él sabía
que ella estaba contenta de verlo, lo podría decir en el momento en que
entró en el estudio.

"No estés tan segura de ello." Él se dirigió a la puerta, esperemos que el


señor Forster pudiera tener algún consejo sobre cómo pasar de aquí.

Cait se desplomó de nuevo en el sofá de su padre, estaba segura de que su


corazón se rompía, y ella estaba tan confundida, quería a Dashiel Thorpe
de muchas maneras, y ella lo había echado de menos desesperadamente,
pero no sabía qué hacer con él.

Era encantador, a continuación, exasperante, amable, entonces dominante.


¿Cómo iba a pasar su vida con un hombre que no podía leer? ¿Y qué era
exactamente tan importante en Glasgow? Nunca se lo dijo.

Encima de todo eso, el patán insoportable se negó a darle tiempo siquiera


a pensar en la situación, insistiendo en hablar con su padre
inmediatamente. Y todavía no le había pedido que se casara con él, durante
sus viajes, él le dijo que ella se casaría con él, y ahora que estaban en
Edimburgo, se estaba comportando de la misma manera.

Bueno, ella no iba a atarse de por vida a un hombre que no confiaba en ella
lo suficiente para darle siquiera un pensamiento.

143
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cait se levantó de su asiento y mantuvo la cabeza alta, no importa lo que


pensara su padre, tenía que convencerlo de no aceptar la oferta de Dash,
abrió la puerta, dispuesta a ir en busca de su padre, pero lo encontró en el
pasillo. Jeannie estaba a sus pies, las lágrimas corrían por su rostro.

"Traté de detenerla, señor Macleod, pero ella no me escuchaba, y entonces


pasó la noche en su habitación más de una vez a lo largo del camino."

Cait respiró mortificada, ni en sus sueños más salvajes habría podido haber
imaginado que Jeannie iría corriendo hacia su padre, que la traicionaría de
tal manera.

¿Cómo no la había visto ella?

Vio que los ojos de su padre se movían de forma palpitante desde Jeannie
hasta aterrizar directamente en ella, su rostro se endureció, como una
piedra, nunca había visto una mirada tan feroz en sus ojos antes.

"No te preocupes, Jeannie", dijo, manteniendo sus ojos en Cait. "Mañana


Lord Brimsworth y Caitrin tiene una cita con el Sr. Crawford".

¿El Sr. Crawford? ¿El vicario? Si Cait fuera el tipo que se desmayara, se
habría desmayado allí, incluso aun así, todo lo que ella era capaz era de
jadear.

"Papa" Te lo ruego.

"La sociedad tiene reglas, Caitrin, y aún tú tienes que seguirlas, sugiero
que busques al conde, tendremos esa conversación privada ahora en lugar
de más tarde. "

Ella tragó saliva.

"Y para mantenerte ocupada será mejor que comiences a enviar las
invitaciones. Asimismo, te mantendrás ocupada mientras hablo de algunos
asuntos con su señoría".

"Pero, yo había planeado estar allí cuando quisieras hablar con él", protestó
ella.

"Tengo algunas cosas que tengo que decirle a su señoría que no necesitas
escuchar", espetó. "He dejado que te manejes sola la mayor parte de tu
vida, Caitrin, pero, en esto, voy a hacerlo a mi manera. "Él le indicó que
pasara a la sala".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Pero, papá..." Dejó que las palabras murieran en su garganta cuando vio la
mirada tormentosa en su rostro.

"¡Ahora!", Él espetó. Caitrin volvió y corrió por el pasillo hacia la escalera,


ella escuchó el llamado de su padre a Findlay que le decía: "Encuentre a su
señoría y tráiganlo a mi estudio."

Entonces la pesada puerta de roble se cerró de golpe.

Dash se sentó en la silla frente al padre de Cait y respiró hondo, en toda su


vida, nunca había esperado estar tan nervioso como un perrito regañado
cuando pidiera la mano de una mujer. Él no se había sentido así en
absoluto cuando había pedido la mano de Prisca Hawthorne, había estado
todo lleno de pompa y de orgullo.

Ahora, él no tenía nada en absoluto, su destino estaba en las manos de


este hombre, bueno, más o menos, siempre podía tirar a Caitrin por
encima del hombro y largarse con ella. Y nadie iba a ser capaz de
detenerlo, aparte del señor Forster que era un licántropo, después de todo.

Pero había una parte de él que realmente quería hacer esto bien, quería
pedir su mano y ser aceptados porque él le demostraría a su padre que
podía cuidar de ella y siempre lo haría, él no dudo un poco.

"¿Usted ama a mi hija?" Mr. Macleod retumbó mientras caminaba hacia el


aparador para servirse una copa.

Dash se aclaró la garganta rápidamente y dijo: "Sí, señor, lo hago."

El señor Macleod le tendió un vaso de líquido, y Dash lo tomó, notando que


su mano temblaba un poco, él resopló ante su propia situación.

"Un poco nervioso, ¿verdad?"

"Bueno, aún tiene que aprobar mi propuesta, señor", admitió Dash. "Usted
tiene mi futuro en sus manos".

"¿Qué haría si digo que no?" El hombre se sentó y estrechó su mirada en


Dash.

"Me gustaría decir que yo acepto su decisión, pero estaría mintiendo,


señor", respondió Dash con toda sinceridad.

El hombre se defendió con una sonrisa.

145
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¿Qué le gusta de ella?" Preguntó el señor Macleod mientras él buscaba


distraídamente en un cajón. "¿Su simpatía? ¿Su deseo de agradar? ¿Sus
actos desinteresados de buena voluntad? "

"¿Honestamente, señor?" Preguntó Dash, luego esperó a que el señor


Macleod cabeceara. "Ella es obstinada y odiosa como el diablo, y no he
visto mucho de su buena voluntad."

"Entonces es su belleza, ¿lo que ama?"

"Eso sin duda ayuda", admitió Dash, iba mal el ceño fruncido del Sr.
Macleod era prueba de ello.

"Mi hija no es tan fácil de llevar."

"Estoy al tanto de eso. Pero, señor, creo que estás siendo un poco duro,
ella es hermosa. Pero también tiene un buen corazón, y creo que ella es mi
otra mitad. "

"¿Qué hará ahora? Estaba preguntándome dado que ella lo dejó dormir en
su habitación durante los viajes eso le hizo enamorarse de ella. "

Después de un momento, Dash se dio cuenta de que su boca estaba


abierta, y se las arregló para cerrarla.

"¿Usted piensa que no soy consciente de lo que sucedió con mi hija?"

"Nunca le hice nada" Dash empezó. Pero el hombre mayor le interrumpió.


"La doncella me informó que durmió en su habitación en más de una
ocasión, no puedo creer que ande dando libremente sus favores, pero
también la he descuidado por no enseñarle acerca de hombres como
usted."

Dash se puso en pie, no iba a dejar que nadie asumiera lo peor de Cait,
incluso si era su padre. "Dormí hasta tarde en su cuarto señor solo porque
ella me necesito."

"¿Todas las mujeres lo necesitan, a usted, mi Lord?"

Dash pellizcó el puente de su nariz entre el pulgar y el índice, tratando de


hacer retroceder el dolor en la cabeza que se fue construyendo poco a
poco. Esto había sido mucho más fácil cuando lo había hecho con el padre
de Prisca Hawthorne, y cuando había practicado con el Sr. Forster en el
coche.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"La doncella salía a escondidas todas las noches para ir a ver a su cochero,
dejando Caitrin sola," Dash finalmente gruñó.

Los ojos del señor Macleod se estrecharon. "Continúe". Él juntó las manos
delante de él.

"Y durante la noche, podía oír su llanto a través de las paredes, no estoy
seguro de por qué, señor Macleod, pero mi presencia parecía traerle paz".

Su padre frunció el ceño ligeramente. "Ese tipo de lugares pueden ser muy
duro para ella, a veces," admitió.

Por lo menos el hombre era consciente del problema, "Honestamente,


señor, fui con ella para calmarla, no para ensuciarla”.

"¿Y usted? ¿La calmo? "

"Sí".

"Yo no sé si debería estar enfadado por el hecho de que usted la calmaba


para empezar o si debo estar sorprendido por el hecho de que ella se
consoló con usted, es típicamente un alma solitaria, al margen de su
círculo de amigas".

Dash se encogió de hombros y se recostó en la silla y cogió su vaso de


licor. "Mis intenciones eran nobles".

"¿Y usted la aceptó, a pesar de que ya sabe que es una bruja?"

"¿Ella es una bruja?" Dash sabía que sus ojos debían de haber rodado con
sorpresa, esa posibilidad no se le ocurrió.

El señor Macleod cerró los ojos y movió la cabeza, suspirando


profundamente. "Sí, así es como consiguió ese poder".

Dash se sentía como si el viento lo hubiera golpeado. "Poder", él hizo eco.

Su padre asintió con la cabeza. "Sí, igual que su madre, ella puede ver el
futuro de todos aquellos con lo que tiene contacto, en un entorno
desconocido es asaltada por visiones continuas de lo que está por venir, se
supone que puede ser muy doloroso".

Un millón de pensamientos se agolpaban en la mente de Dash mientras se


repetía el viaje de principio a fin.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Eso por eso que sabía sobre el villano en la habitación al lado de ella en la
primera posada del camino, por eso que quería ir directamente, para evitar
los horrores de una posada tras otra.

¡Una bruja! Niall Forster no había insultado a la madre de Cait cuando la


llamó así, no estaba más que siendo preciso.

Entonces, un momento particular de su viaje sobresalió, y Dash frunció el


ceño.

"¿Es así como ella fue capaz de hacerme dormir durante días, por algún
poder mágico?"

El señor Macleod finalmente se echó a reír. "Sí, así es, ella no hace pociones
muy a menudo, debió haber estado bastante enfadada con usted".

"Está enfadada mucho", admitió Dash, dios mío, ¿qué otra cosa era que ella
capaz de hacer? ¿Había reclamado a una bruja? Su Caitie. Aún era difícil de
creer.

"¿Ella todavía lo está?"

La pregunta del hombre trajo Dash de vuelta al presente. "¿Cómo dice?"

"Me dijo que está muy enfadada con usted."

Dash asintió. "Sí, pero creo que es por lo que hay entre nosotros."

"¿Y qué sería eso exactamente?"

No importa que el señor Macleod le hubiera contado la verdad sobre Cait a


Dash, él no podía decirle al hombre que había reclamado a su hija bajo el
poder de la luna llena.

Ningún hombre querría tal futuro para su hija.

"La amo", confesó, en su lugar, bruja o no, era su futuro, y él la amaba.


"Quiero casarme con ella. Quiero estar con ella para siempre, no me
importa si ella puede ver futuros o poner hexágonos en la gente".

El señor Macleod rio. "Ella es apenas esa clase de bruja."

Bueno, Dash supuso que era bueno, no estaba seguro, él suspiró.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Sólo quiero tiempo para hacerle ver que podemos hacer que esto
funcione. ¿Me puede dar su permiso para casarme con ella? "

"Oh, sí", dijo su padre mientras agitaba su mano ausente. "¿O piensa que le
digo a cualquiera que mi hija es una bruja? No, Lord Brimsworth, yo insistí
en que se casaran tan pronto como me enteré de que ella no podía ver su
futuro, eso indica que era el indicado para ella no solo por el deseo de
tenerla. "Disparó a Dash una mirada que decía. "Y ciertamente no porque
sea un lord Inglés."

"No hay mucho que pueda hacer sobre este hecho, señor." Dash Sonrió.

"Eso puede ayudarle tal vez por haber nacido fuera de Escocia." Él Sr.
Macleod rebuscó en el cajón de su escritorio hasta que finalmente encontró
lo que buscaba. Sacó una pequeña caja y se la entregó a Dash.

"Me encantaría que usara el anillo de su madre, estoy seguro de que podría
comprarle uno, pero me gustaría que Cait lo usara si ella quiere, y podría
ganar algunos favores con este presente para ella".

"Usted la conoces tan bien," murmuró Dash, a decir verdad, no tenía anillo
para ofrecerle a su futura esposa.

Y él no tiene ninguna herencia Thorpe sobre él, su padre nunca lo había


considerado digno de la familia, y mucho menos llevar un recuerdo de ella
en todo momento.

Abrió la cajita y miró la banda de oro delicada, adornada con un rubí tan
oscuro que era casi negro.

"Hay una leyenda sobre esa piedra," le dijo Angus Macleod. "Dicen que fue
una vez el ojo de un dragón".

Dash resopló, qué tontería, licántropos y brujas eran una cosa, pero los
dragones eran otra cosa.

"Puede reírse todo lo que quiera", dijo su padre. "La madre de Fiona, que
en paz descanse, dijo que una vez que su abuela le dijo en una ocasión
cómo el COIG derrotó a la temible criatura. "

"El COIG?" Él Mr. Macleod lo miró directamente a los ojos.

"Quiero ser muy claro en una cosa, si hiere a mi hija o la hace sufrir de
alguna manera, no solo a sus poderes debería temer.

149
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

¿Me entendió? "

"Entiendo completamente." A pesar de que no tenía ni idea de lo que


significaba. ¿Quería decir el señor Macleod que iba a tener que responder
ante él? O, ¿a una potencia aún mayor?

"Bueno, entonces está decidido, mañana se casaran y… "

"Pero las amonestaciones," comenzaron Dash. El anciano se rio.

"Estamos en Escocia, Brimsworth, tener a tiempo las amonestaciones


estaría bien, pero no podemos darnos el lujo de semejante tontería, dadas
las circunstancias. Sería mejor que lo vea a usted y a Cait obligado por el
matrimonio tan pronto como sea posible. Voy a ser multado por un
matrimonio irregular, pero es ciertamente factible. Así que el Sr. Crawford
los casará a ustedes mañana, y eso es todo. "

Dash se levantó y estrechó la mano del padre de Caitrin, se supone, en


definitiva, que le había ido mejor de lo que esperaba, qué alivio no tener
que esperar otras tres semanas para oficialmente hacerla suya!

"Hay una cuestión de la dote que discutir, mi Lord, pero eso puede esperar
hasta mañana".

"No tengo necesidad"

"Pero yo sí, usted entenderá cuando tenga una hija propia".

"Sí, señor", aceptó Dash, podía proporcionar al hombre un poco de placer,


si era verdad lo que quiere. "Voy a tener que encontrar a Caitrin", comentó
cuando salieron del estudio hacia el pasillo.”

"Eso va a ser un poco difícil, señor," anunció el mayordomo a sólo unos


metros de distancia.

"¿Por qué?" Los dos hombres le preguntaron al mismo tiempo.

"Se ha ido."

150
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

VEINTITRES
Caitrin sólo había paseado por su habitación un momento antes de que ella
se lavara y se cambiara de vestido, entonces fue en busca de sus amigas,
estaba a punto de ser encerrada en un matrimonio que no quería. No había
forma en que ella estaría encerrada en su habitación, como un niño que
había sido reprendido y enviado a la cama sin la cena.

La ventana crujió un poco cuando Caitrin empujó y pasó por encima del
borde, su pie encontró fácilmente el enrejado de rosas que abrazaba la
pared, todo el camino hasta el techo.

Rápidamente bajó y cayó sobre los dos pies al saltar sobre el rosal en la
parte inferior. Aprender a hacer eso tomaba años, además ella no podía
haber vuelto a casa con un vestido lleno de espinas y arañazos en las
piernas.

No debía haber ninguna prueba de sus reuniones nocturnas con sus


hermanas aquelarre. Cerró los ojos y de inmediato vio que Rhiannon y
Sorcha estaban en los invernaderos Ferguson.” Ella sonrió mientras se
dirigía en esa dirección. Sorcha gritó y se arrojó en brazos de Cait tan
pronto como ella se acercó al invernadero y Rhiannon sonrió suavemente.

"Estoy tan contenta de estar en casa. ¿Cómo está Elspeth? ¿Qué sucedió en
Hampshire con el tiempo?"

Sorcha hacia pregunta tras otra, mientras que Rhiannon se limitó a sonreír,
Rhiannon era mucho más de la clase que creaba un viento suave para
cepillar tu mejilla que la de abrazarte. Y Cait siempre había apreciado esto
alrededor de ella.

"¿Habéis visto a Lord William?", preguntó Sorcha, con una tonalidad de


ensueño en su voz, Cait suspiró. ¿Porque Sorcha estaba obsesionado con
los hombres licántropos?, ella nunca lo había entendido, no hasta
recientemente, sin embargo.

"Sí, y me encontré con su esposa."

Los oscuros ojos de Sorcha se abrieron ante eso. "¿Su esposa?"

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Es lo mejor," Cait se lo dijo con la mayor dulzura posible. "Ya tenemos
suficientes licántropos en medio de nosotras." No quería quitarle
importancia, pero no quería entrar en detalles en ese momento.

Sorcha frunció el ceño.

"Yo no puedo estar de acuerdo con eso, ninguno de ellos está en medio de
nosotras, incluso Benjamín estuvo aquí".

"Sí," estuvo de acuerdo Rhiannon. "Pero él y Elspeth estarán de regreso


pronto, están en su derecho, ¿Cait?"

Ella asintió con la cabeza. "nosotras no sabemos si ella va a entregar a su


hija aquí, a nuestro círculo."

"Le preocupaba que los Westfields no la aceptaran. ¿Está bien? "Sorcha se


mordió el labio inferior.

Cait les dijo todo sobre el viaje, o la mayor parte, mientras tomaban el té
en el invernadero, entonces Rhiannon se quedó inmóvil mientras miraba
por encima del hombro de Cait hacia la puerta.

"Parece que tenemos visitantes" murmuró. Cait gimió al oír la voz de su


padre detrás de ella.

"Mire, yo le dije que las encontraríamos aquí" dijo en voz alta, se dio la
vuelta y se sorprendió al encontrarlo de pie con Dashiel.

"Y yo que pensaba que al fin era libre de ellos, aunque sólo fuera por un
momento."Ella dejó caer la cara en sus manos.

"Cait," la llamaba Dashiel. "¿Puedo hablar contigo un momento?"

"No" en este momento, Lord Brimsworth, "ella llamó. "Estoy un poco


ocupada."

"Creo que voy a ir a visitar a Seamus Ferguson y dejar que se enfrenta a la


ira de las mujeres, Brimsworth".

Su padre se rio entre dientes antes de abandonar a Dash, riendo tan fuerte
que se oía a través de la puerta cerrada.

Rhiannon dijo en voz baja en su oído, "¿Un rayo?"

"No" en interiores ", susurró Cait.

152
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Puedo utilizar lo suficiente para que lo golpee en los pantalones."

Dash se acercó hasta quedar justo detrás de Cait. "Aprecio el sentimiento,


pero la única que me sacara de mis pantalones es Cait, mañana".

Un jadeo fue la única respuesta de Rhiannon, y Sorcha que se taparon la


boca para reír. Luego se sonrojó y se rio más fuerte.

"¿Le hizo un guiño a ella?"

"Yo no, mi ángel."

Cait se puso de pie junto a él. "Compórtese", dijo mientras le daba un


codazo en el estómago.

"Preséntanos a tu amigo", sugirió Sorcha.

"Sorcha Ferguson, Rhiannon Sinclair, este es Dashiel Thorpe, Conde de


Brimsworth y no es mi amigo", se quejó Cait.

"Eso es correcto, yo sólo soy su prometido. "Él puso su brazo alrededor de


sus hombros.

"¿Prometido?" Rhiannon preguntó y Cait estaba segura de que sus ojos


color avellana no podrían ser más amplios.

"Estaremos casados mañana" Dash le informó, sonando un poco orgulloso


de ello.

"¿Estaremos?" Gimió Cait, sin embargo, un pequeño pedazo de su corazón


dio un salto en ese pensamiento.

Él tiró de su barbilla. "Lo estaremos, así que deja de poner mala cara".

"Yo no pongo mala cara."

"Sí, lo haces."

Rhiannon se inclinó y murmuró algo a Sorcha, que la hizo reír de nuevo.

"¿Qué dijiste?" Preguntó Cait.

"Nada." Rhiannon se encogió de hombros, con una sonrisa tirando de las


comisuras de su boca.

"¿Qué te dijo, Sorcha?"

153
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Pero Dash la interrumpió. "Ella dijo que pensaba que finalmente pudiste
haber encontrado a un partido."

"¿Cómo me escucho?". Rhiannon se levantó, un fuerte viento azotaba el


pelo de Dash.

"Nada lo suficientemente nefasto para requerir una de tus tormentas,"


siseó Cait.

"Entonces, ¿cómo?"

"¡Es una bestia!" Sorcha aplaudió con alegría. "¡Apuesto a que es igual que
el Señor Benjamín y su hermanos! ¿Estoy en lo correcto? "

Dash levantó una ceja hacia Cait, como pidiendo permiso para responderle
a la chica más joven en cuestión, ella asintió con la cabeza rápidamente y
se encogió de hombros. "Ellas conocen a los Westfields."

"Ah." Dash sonrió, eso lo resume todo. "Pues sí, es cierto, soy un
licántropo".

"¡Oh, una bestia propia!" Exclamó Sorcha. "¡Yo también quiero uno!"

"Hay que tener cuidado con éste," le informó Cait. “Muerde".

Dash la pellizcó en el trasero, y ella le lanzó una mirada que habría hecho
que la mayoría de los hombres se mantuvieran a distancia.

"Damas, sé que usted acaban de reunirse con Caitrin, pero es


imprescindible que hable con ella.

¿Será muy inquietante si me la llevo lejos? "

"Oh, no hay necesidad de llevársela." Sorcha rio, tirando Rhiannon por el


codo.

"Vamos hay dejarlos un tiempo solos. "Como Sorcha caminó hacia ellos,
ella se acercó y frotó amorosamente un capullo de rosa cerrado. Después
de que se abrió bajo sus caricias, ella lo arrancó y se lo tendió a Dash, él lo
tomó con una pequeña sonrisa y una reverencia y luego se lo metió en el
ojal de su chaqueta.

Cuando se fueron, Dash la miró. "¿Más brujas, supongo?"

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

¿Así que sabía? Su padre debió haberlo dicho, no es que Rhiannon o Sorcha
hubieran mantenido en secreto sus poderes, supuso que era una buena
señal de que no hubiera corrido por las colinas. Y fue inevitable, supuso,
que él iba a aprender todo lo demás, sobre todo porque no tenía otra
opción de este matrimonio.

"Hay cinco de nosotras."

Dash la sorprendió diciendo: "Yo no te he obligado a un matrimonio que no


deseas."

"¿No?" el corazón de Cait cayó al piso.

"Pero te pido que me des una oportunidad para influir en ti. "

"¿Y cómo podría hacer eso?" Susurró cuando sus labios se cernían por
encima de ella.

"Tengo la intención de seducirte." Luego se inclinó y le cubrió los labios


con los suyos, presionando con insistencia hasta que se abrió para él y su
lengua podía barrer en su interior.

Todo pensamiento consciente se fue de su cabeza cuando él levantó sus


brazos para en volverlos alrededor de su cuello, en agradecimiento ella se
puso de puntillas para presionarse contra él.

"Más fácil de lo que pensaba", murmuró él, sonriendo contra sus labios
antes de que se apartara.

“Ella tiró de su cuello para traerlo de vuelta a ella, no te detengas ahora,


sedúceme por favor.”, ella se quejó.

"¿Qué tan grande es este invernadero?", le preguntó, con una amplia


sonrisa, que el hombre no podía disimular.

"Es enorme, ¿por qué?"

Dash la tomó en sus brazos y dobló una esquina, serpenteando a través de


filas y filas de plantas, árboles y otros artículos que Sorcha utilizaba en su
trabajo, cuando llegaron a la pared del fondo, la única que no poseía
ventanas, lentamente la soltó y la dejó deslizarse por su cuerpo. Él gruñó
cuando ella se deslizó a través del bulto de sus pantalones.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Lo siento", susurró ella, sin saber por qué lo sentía, pero el hombre
parecía aguantar el dolor.

"No lo sientas, puedes arreglarlo mañana. "

"¿Qué?"

"Nada", se rio mientras empezaba a tirar de los cordones de su vestido.

"¿Qué estás haciendo?"

"Seducirte." en cuanto él la había descubierto, sus labios bajaron por su


cuello hasta su clavícula.

Se detuvo brevemente para besar tiernamente la marca del mordisco que


había dejado en ella.

"Estas tratando de seducirme, aquí."

Dash tiró de su cabello hasta que ella inclinó la cabeza para exponer más
de su cuello, lamió y mordisqueó la bajada de su pecho.

"¿Eso es un reto, Cait?" Incluso en las sombras de los naranjos, pudo ver el
brillo en sus ojos.

"No" un desafío ", ella dijo mientras el tiro el vestido de su hombro y


exponía la cima de su pecho. "Es un hecho. Esto no es apropiado”.

"¿Debes pensar que soy un maldito acerca de lo apropiado? Si es así, no me


conoces muy bien. "

Su mano acarició su pecho, su pulgar rozo el pico erecto, ella temía que se
derretiría en la mesa, luego el dio un paso más y se inclinó para llevárselo
a la boca.

Cait gimió en voz alta mientras tomaba la parte posterior de su cabeza y


enhebraba los dedos a través de su cabello.

"Shhh", él se rio, el sonido era como agua caliente sobre una cascada,
salvaje e indómito. "No es apropiado hacer tanto ruido".

"Oh, cállate." Ella lo atrajo aún más cerca. "Dash", ella suplicó.

"Sí, ángel"

"¿Qué estás haciéndome?"

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Seduciéndote," dijo distraídamente mientras empezaba a recoger la falda


con sus manos, mientras sus dedos rozaban los muslos, a través de las
ligas, y tocaban la hendidura entre sus piernas.

"¿Me estás haciendo el amor?"

Él levantó la cabeza y respiró por la boca, "¿Quieres que lo haga?"

Ella tembló bajo su intensidad.

"Yo quiero…" Ella se detuvo, incapaz de ponerlo en palabras.

"¿Qué quieres?" Sus dedos sondeando su calor, su pulgar presionando


ligeramente pero insistentemente contra el lugar que más le dolía.

"¡A ti!"-Ella exclamó-. "¡Te quiero a ti!"

"Entonces me tendrás", dijo, retirándose de su cuerpo, luego le enderezó la


ropa y miro su pelo, que se había desordenado. "Mañana."

La besó en la frente y se dio la vuelta, dejándola allí sola, con el pulso aun
golpeando en lugares secretos con una necesidad que ella no podría
satisfacer.

Pero él podía, y era muy consciente de ello.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

VEINTICUATRO
Dash sonrió al salir del invernadero, muy satisfecho de sí mismo. Ella lo
deseaba, lo había sabido, pero oírla decir las palabras le trajo más alegría
de lo que podría haber imaginado.

Se maravilló de su propia capacidad de alejarse de ella, el olor de su deseo


y el rápido ritmo de su corazón, batiendo con entusiasmo, habría sido un
preludio para el desastre antes de que él hubiera conocido a Cait. Pero, por
alguna razón, quería hacer todo bien con ella, quería ser respetable, él
quería ser su marido.

Por lo tanto, había apisonado su propia concupiscencia, empujó a la bestia


más lejos. Él no la tomaría como un tipo corriente en un lugar público,
había tentado al destino sólo sosteniendo su pecho desnudo en la mano
mientras se lo llevaba a la boca.

Dash se ajustó los pantalones y se recordó a sí mismo que al día siguiente


iba a ser suya, empezó a caminar por el pasillo, con la esperanza de que
un criado lo podría dirigir al señor Macleod. Entonces oyó una gruñido
infeliz, y un hombre del tamaño de un pequeño ogro entro en su camino,
los brazos del hombre eran del tamaño de los troncos de los árboles, y él
miró amenazadoramente a Dash.

"Usted es Brimsworth", le preguntó.

Sorprendido en el silencio, Dash asintió.

"¿Y piensa que puede tomar a Caitrin de mí?"

¿Quién diablos era ese hombre? ¿Y por qué creía que podía reclamar a Cait?

"Exactamente, ¿quién es usted?"

"Wallace Ferguson, y entiendo que pidió la mano de Cait. "

Dash asintió con la cabeza una vez más, le había preguntado a Cait en más
de una ocasión si alguien esperaba por ella en casa. Ya se había
encontrado con Alec MacQuarrie y ahora con Wallace Ferguson. ¿Cuántos
otros Escoceses estaban allí esperando por ella?

Era una buena cosa que ellos se iban a casar mañana.

158
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Angus Macleod me ha dado su bendición, tal vez lo invitemos a la fiesta".

Wallace Ferguson gruñó. Y a pesar de que era más o menos del tamaño de
un elefante bebé, Dash era un licántropo, el hombre no lo asusto, no
mucho de todos modos.

A pesar de que el gigante, posiblemente, podría tener algún especie de


energía desconocida.

"Wallace" Una de las amigas de Caitrin, la linda chica de pelo oscuro que
parecía un espíritu del bosque, surgió de detrás del escocés de gran
tamaño, luego flotó hacia ellos y dejó escapar un suspiro. "Yo lo siento,
Lord Brimsworth, pero mi hermano tenía su corazón puesto en Caitrin para
que se casaran, usted tiene que perdonar sus malos modales".

El gigante frunció el ceño cuando sus ojos recorrieron a Dash como si lo


estuviera evaluando.

"Ya veo", respondió Dash.

"Wallace, papá me envió para encontrarte, él y el señor Macleod están en la


biblioteca. Les gustaría que ustedes se reunieran con ellos allí."

Ella lo ahuyentó con sus manos y una mirada impaciente. El patán de gran
tamaño gruñó un poco cuando él se apartó de ellos, aunque Dash estaba
seguro de que era sólo un gruñido humano destinado a asustarlo. Si el
hombre quería oír un gruñido real, Dash se lo daría.

Con los hombros caídos hacia delante, Wallace Ferguson pisoteo por el
pasillo y dobló en una esquina, desapareciendo de la vista, Dash volvió su
atención hacia el espíritu del bosque.

"¿Eres Sorcha?" Su sonrisa iluminó el pasillo.

"Sí, mi Lord, es agradable hacer amistad, está buscando al señor Macleod?"

Él asintió con la cabeza.

"Bueno, tal vez debería esperar un poco, Wallace no está con el mejor
estado de ánimo de esta tarde. ¿Dejo a Cait en mi invernadero? "

"Sí."

"Bueno, me han enviado para encontrarla, también, tenemos invitaciones


que enviar para mañana por la noche. "

159
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Angus Macleod le había dicho en el camino que iban a invitar a la mitad de


la ciudad para celebrar con ellos la noche siguiente. Todo parecía bastante
precipitado.

"¿Necesitas ayuda con las invitaciones?"

Sorcha se echó a reír cuando ella se dirigió el invernadero. "Es muy amable,
pero eso es de conocimiento de cualquiera en Edimburgo".

"Todavía puedo ser de ayuda." Él siguió a la chica al interior del


invernadero, donde sus ojos aterrizaron inmediatamente en Caitrin.

Sólo la visión de sus labios hinchados por los besos le hizo preguntarse
cómo había tenido la fuerza para salir de la habitación en primer lugar, ella
cruzó los brazos debajo de su pecho y parecía incapaz de mirarlo a los
ojos.

"¡Ahí estas!" La dulce voz de Sorcha vino de su lado. "Estamos empezando


las invitaciones".

"¿Ah, sí?", Dijo Cait, centrando sus ojos en la joven bruja.

"Por supuesto." Sorcha se apresuró hacia Cait y enlazó su brazo con el de


su amiga.

"Tienes que decidir a quienes hay que enviarlas".

"¿Te importa si les acompaño?", preguntó Dash.

Cuando Cait finalmente lo miró, un rubor rosado se posó en sus mejillas.

"Si quiere".

Le guiñó un ojo y le encanto cuando su rubor se oscureció.

"Acabo de conocer al encantador hermano de la señorita Ferguson, creo


que lo mejor es que lo tenga en la mira".

Sorcha se echó a reír. "Yo casi tenía miedo de que Wallace lo golpeara, pero
si usted es realmente tan fuerte como el señor Benjamín, no tendrá nada
de miedo de mi hermano".

"Él no tiene un poder místico", preguntó Dash, volviendo su atención hacia


el pelo oscuro de la muchacha. Ella se rio. "Pura suerte, es mi medio
hermano, no es que importe, porque sólo las mujeres en mi familia han

160
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

tenido poderes místicos, aunque estoy empezando a preguntarme acerca


de la próxima generación. Elspeth tiene a Ben, y ahora usted tiene a
Caitrin. "Miró a Cait. "¿Cómo saldrán sus hijos?" Ella se preguntó en voz
alta.

"Estoy seguro de que van a llevar a los rasgos de su padre, al igual que
otros muchachos Licántropos". Sorcha cabeceó, como si eso tuviera
sentido.

¿"Así que piensa que esto sigue una pauta de algún tipo?

¿Conseguiremos todas nuestro propio licántropo"? Cait frunció el entrecejo


mientras dirigía a su amiga hacia la salida. "Según mis conocimientos
cuántas veces te lo he dicho, Sorcha, he visto al hombre con el que te
casaras y es no es un licántropo".

Dash se apresuró a seguirlos hacia el pasillo.

"¿Estas segura, Cait? Tal vez es un licántropo, y tú lo conoces".

Soltó un largo suspiro. "Él no es un licántropo, Sorcha, estoy segura de ello,


ahora, no más, por favor. "

Cait estaba consciente de los ojos de Dash sobre su espalda en todo el


camino hasta el pasillo y luego por el siguiente. Su corazón aún latía
violentamente por su seducción, quería maldecirlo por lo que hizo, incluso
aunque ella sabía que era para mejor. Mañana, le había prometido.

Mañana iba a ser su marido, aunque ella todavía no estaba muy segura de
cómo se sentía al respecto. Ella lo quería, lo necesitaba, estaba a mitad de
camino de enamorarse de él. Pero era un matón, y a ella no le gustaba el
control que parecía tener sobre ella.

"Aquí estamos", Sorcha casi cantaba cuando llegaron al salón amarillo de


Ferguson. En el interior, se encontró con Rhiannon sentada en un escritorio
con una pila de hojas de papel, un tintero y una pluma, sus ojos se
abrieron por la sorpresa cuando aterrizaron en Dash.

"¿Lord Brimsworth, nos ayudara con las invitaciones?"

Cait miró por encima del hombro, Dash sacudió la cabeza.

"Yo, sólo parece que no puedo alejarme de mi hermosa novia".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Sorcha suspiró junto a ella. "¿No les recuerda a Lord Benjamín?"

"Un poco", admitió Rhiannon.

Cait se sentó en un sofá de brocado de color amarillo, mientras que Sorcha


eligió un asiento frente a Rhiannon, entonces Cait niveló su mirada sobre
Dash.

"¿Usted sabe cuál es el rasgo más irritante de Benjamín Westfield?"

Una sonrisa fácil salió sus labios, y él apoyó su hombro contra la puerta.

"No dime, ángel".

"Cada una de nosotras tenemos nuestras propias capacidades", comenzó


Caitrin,

"como probablemente ha adivinado, Rhiannon puede controlar el clima


dentro y fuera,

Sorcha puede hacer que las cosas vuelvan a la vida o se marchiten y


Elspeth puede curar casi a cualquier persona, con sólo las puntas de sus
dedos". Él asintió con la cabeza como si entendiera todo eso.

"¡Qué maravilloso regalo!"

"Sí," estuvo de acuerdo Cait. "Ella ha ayudado a muchas personas a través


de los años, pero Benjamín no lo aprueba y ha sido un poco matón acerca
de eso. Y yo ni siquiera debería haber ido a Hampshire en primer lugar, si
la hubiera dejado simplemente usar sus poderes para curar a su madre,
patán obstinado".

La frente de Dash se frunció, y él dio un paso en la habitación, cruzó los


brazos sobre su amplio pecho.

"¿Así que tengo que agradecerle a Lord Benjamín por conducirla hacia mí?"

Ella frunció el ceño, ese no era el punto de la historia.

"Lo que estoy diciendo, Dash, es que…"

"Ese Westfield es un patán terco, sí, Caitie, te escuché, pero nunca podría
haberte encontrado si no hubieras llegado a Hampshire, así que voy a tener
que enviarle una muestra de mi gratitud."

162
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Sorcha lanzó otro suspiro melancólico y Cait pensó que iba a gritar. ¿Cómo
podría Su amiga encontrar encanto en esas características?

"¿Bueno puede encontrar algo que hacer? Creo que vamos a estar ocupadas
aquí el resto del día."

"¿El resto del día?" Él arqueó una ceja divertida en su dirección.

"Sí, y la mayor parte de la noche, también, tal vez voy a estar demasiado
cansada incluso para ir con usted a la iglesia mañana".

Él se rio entre dientes. "Vas a estar allí, Caitie, no lo puedes negar aunque
lo quieras, pero ambos sabemos que me deseas". Luego se inclinó a sus
amigas. "Señoras, confío en que voy a verlas a las dos en la mañana."

Rhiannon asintió y reprimió una sonrisa, y Sorcha rio.

"No nos la perderíamos por nada del mundo, mi lord".

Finalmente, Cait se volvió hacia sus dos hermanas aquelarre y frunció el


ceño. "Yo no sé por qué me voy a casar con ese matón".

"porque lo amas ", dijo Sorcha, sonriendo.

Caitrin soltó un bufido, si la amaba, él nunca se lo había dicho, no quería


admitírselo a sus amigas.

"¿Por lo tanto, las invitaciones?"

"Bien esto es lo que tenemos que hacer", dijo Rhiannon. "Sólo necesitamos
algunas direcciones."

Cait asintió. "Los Colsons", ella comenzó. "Y los Gillespies." Entonces ella se
detuvo cuando su corazón se sentía pesado. "No me gusta que Elspeth y
Blaire no estén aquí, no se siente bien."

Sorcha se encogió de hombros. "Ninguna de ustedes estaban allí por


Elspeth, aparte de mí."

Cait le frunció el ceño. "Yo estaba recuperándome en cama" de un ataque


de lobo."

"Aun así no estaban allí, además, Elspeth lo entenderá, ella cree en el amor
verdadero".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Sorcha y sus ideas extravagantes, Cait sintió un ascenso de ira por lo


segundo.

"Pero Blaire..." La culpa se clavó sobre ella, había visto esa visión terrible
del futuro de Blaire, y, a pesar de que sabía que su amiga estaba segura,
no sabía por cuánto tiempo más sería así.

"¿Qué pasa con Blaire?" Rhiannon preguntó en voz baja.

Cait sacudió la cabeza. "Tuve una visión, y yo no reconozco el lugar, pero


estaba oscuro y ella estaba siendo perseguida por una criatura muerta, de
ojos negros, parecía como si fuera a cazarla. "Estaban en un lugar que Cait
nunca había visto antes. En este momento, Blaire fue al castillo de
Briarcraig, un lugar al que Cait nunca había ido, su corazón se encogió.

Tenía que llegar a ella, para advertirle antes de que fuera demasiado tarde,
saltó del sofá y se dirigió a la puerta.

"¡Caitrin!" Sorcha la llamó. "Las invitaciones".

"Invita a quien quieras."

Voló por los escalones de la Casa Ferguson a las calles de Edimburgo y


corrió hacia su casa.

Apenas se dio cuenta de los otros peatones mirándola mientras corría a


toda velocidad, en cuestión de minutos, ella corría por los escalones de la
casa Macleod, Findlay abrió la puerta para ella, y casi chocaron.

"Necesito un coche, Findlay, y una maleta".

"¿Está corriendo de su futuro marido?"

Alec MacQuarrie salió al pasillo de una sala.

Caitrin lo miró boquiabierta. "¿Qué estás haciendo aquí?"

"He estado esperando para hablar contigo todo el día," dijo Alec.

¿Él no había regresado a su casa? ¿Había estado esperando aquí desde la


mañana?

Le debía algo mejor que eso, pero no podía hacerlo ahora, tenía que
encontrar la manera de llegar al lago Calavie. "Alec, no tengo tiempo ahora,
pero…"

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¿De verdad te casaras con Brimsworth?"

Cait tragó, ella realmente pensaba eso, estaba lista, pero tendría que
esperar. Las palabras se quedaron atrapadas en su garganta, pero se las
arregló para asentir.

Él se acercó a ella, sus ojos oscuros llenos de dolor y pesar.

"No lo hagas, Cait, voy a hacer lo que quieras, antes de que lleves esto
demasiado lejos".

No podía tener esta conversación con Findlay mirando, así que agarró del
brazo a Alec y lo arrastró de vuelta a la sala, donde había estado
diligentemente esperando todo el día, rápidamente cerró la puerta detrás
de ella.

"Alec, por favor."

"Yo soy el que te lo pide, Cait, no sé lo que ves de mí, pero yo sé lo que
hay en mi corazón, y te amo."

Alec la amaba, él se lo había dicho antes, y sin embargo ella se casaría con
un hombre que nunca le había dicho esas palabras a ella, pensó que su
corazón podría romperse.

"Yo no soy para ti, Alec, créeme".

"¿Yo no debería tener alguna opinión que decir con respecto a eso?", él
preguntó, con la voz afligida.

Las lágrimas empezaron a caer por la mejilla de Cait, no era justo.

"Por favor, esto es bastante difícil para mí como lo es para ti, Alec, y me
preocupa Blaire".

"¿Ella no está aquí?"

Él al parecer estaba inconsciente de todo lo que había ocurrido hoy, con la


excepción de su compromiso, ella negó con la cabeza.

"Ella está en un castillo cerca del lago Calavie, en el Castillo Briarcraig,


donde quiera que quede. Está en las Highlands en alguna parte, tengo que
conseguir llegar a ella."

Alec le apartó las lágrimas con la yema del pulgar.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Voy a ir con usted, la encontraremos juntos".

Cait parpadeó, no sabía qué decir, pero sabía que no podía aceptar su
ofrecimiento, sería lo más inconcebible que podía hacer.

"Ven conmigo, Cait", le dijo. "Yo te amare todos los días de mi vida, te lo
juro."

Ella negó con la cabeza. "No puedes ir conmigo, no puedes hacer esto más
difícil, Alec. Él inclinó la cara hacia arriba para mirarla.

"¿De verdad quieres casarte con Brimsworth?"

¿Ella quería casarse con Dash? Ella no quería ser obligada a hacerlo, pero
ella lo quería. Alec merecía una respuesta honesta, tal vez lo ayudaría a
moverse a su sendero destinado, Cait asintió.

Su rostro se retorció de agonía, y Cait sintió una nueva oleada de lágrimas


que se arrastraban por sus mejillas, en otra vida, Alec MacQuarrie habría
sido el hombre para ella.

"No puedes ir tras Blaire entonces, Caitrin, se supone que debes casarte
con el hombre mañana".

"Pero tengo que ir", subrayó ella. "Blaire está en peligro."

Dash entenderá, había que explicárselo a él y él... creería que ella estaba
huyendo de él de nuevo.

"¿Alguna vez me amaste?" la voz tensa de Alec le desgarraba el corazón.

"Sí," ella se ahogaba. "Pero nuestros caminos nos separaban."

Él bajó la cabeza y apretó sus labios contra los suyos, era tierno y dulce y
hasta ahora estaba muy lejos de sentir la pasión que la abarcaba cuando se
encontraba en los brazos de Dash, fue un adiós a lo que pudo haber sido.

Lentamente, levantó la cabeza y la mirada de angustia en sus ojos oscuros


le retorció su estómago en nudos.

"Yo no puedo estar aquí y ver cómo te casas con él", le susurró. "Por lo
tanto, voy a ir a buscar a Blaire, tú debes permanecer aquí".

Entonces él se alejó de ella. "¿El Castillo Briarcraig por el lago Calavie?"

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Ella logro asentir.

Alec abrió la puerta y contuvo el aliento estrangulado, Cait miro por encima
para ver a Dashiel Thorpe de pie en el pasillo.

"La Señorita Ferguson dijo que estaba alterada y que se había ido a toda
prisa," dijo el suavemente, aunque sus ojos ámbar parecían llenos de rabia.
Alec asintió con la cabeza hacia Dash.

"La mejor de las suertes, Brimsworth."

"Y a usted, MacQuarrie." Respondió Dash, pero él no quitaba los ojos de


Cait.

La puerta se cerró suavemente detrás de Alec, y Cait se volvió para mirar


por la ventana mientras se alejaba.

Su paso era fuerte, pero la manera en que sus hombros descendían casi le
rompió el corazón.

Ella se limpió una lágrima de su mejilla.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

VEINTICINCO
"¿Volviste corriendo aquí para tener una cita con MacQuarrie?" Exigió saber
Dash, la ira corría por sus venas, y le estaba resultando difícil controlar su
temperamento.

Ella sorbió su nariz y le dio la espalda a la ventana con vista a la acera.

Tomó una respiración profunda, MacQuarrie había desaparecido, que era lo


que había querido desde que había conocido al hombre, Dash se acercó
lentamente a la sala hasta que él estaba detrás de Cait mientras miraba
fijamente por la ventana, el corazón le dolía un poco cuando se secó una
lágrima de la mejilla.

Dash cerró los ojos con fuerza, él no podía tocarla, no hasta que supiera lo
que había en su corazón.

"Si lo amas tanto, puedo ir y traerlo de vuelta para ti", le dijo. Esto lo
mataría, pero lo haría, tendría que sufrir las consecuencias.

Se dio la vuelta con rapidez hasta que se enfrentó a él, un fuego azul
ilumino sus ojos., entonces ella empujo un dedo en su pecho.

"Si yo lo amara, le habría pedido que se quedara conmigo en vez de pasar


mi vida con una bestia pero en cambio me he condenado a mí misma a
pasar toda una vida contigo".

"Si me encuentra tan detestable, Caitie..." Dejó que su voz se apagara.


"Maldita sea al infierno", le grito, se pasó una mano por el pelo frustrado.
"¿Te quieres casar conmigo o no? ¿Puedes aceptar quién soy? "Cait se volvió
para mirar por la ventana, ella no respondió.

Esa fue toda la respuesta que necesitó, rápidamente el cuarto,


precipitándose arriba hacia la escalera a sus cuartos prestados lo más
rápidamente que pudo, conseguiría sus cosas, encontraría a Niall Forster,
llamaría a su coche, y estaría fuera de su vida para siempre. Sus rápidos
pasos golpeaban contra el piso de madera mientras corría detrás de él,
pero a último minuto, ella giró y entró en otra dirección, era preferible así,
podría salir sin hacer una escena.

168
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Le arranco el corazón, y él estaría condenado a vivir una vida en solitario,


pero podría encontrar una cantidad mínima de felicidad, aunque ya no
estuviera en su vida; que fue aparentemente lo que deseó.

Dash vio al señor Forster asomar la cabeza por la puerta contigua a la suya,
entonces el viejo sonrió y tiró la cabeza hacia atrás y cerró la puerta antes
de Dash pudiera preguntarle qué debía hacer, algunos mentores resultaban
así.

Él irrumpió en su habitación y abrió su maleta.

"No debería olvidar su revista de libertinaje, Lord Brimsworth," Cait se burló


desde la puerta, donde le tendía su pequeño diario encuadernado en cuero.

"Ya no lo necesito, puedes tirarlo al fuego. "Ya no era de ninguna utilidad


para él, si no podía estar con ella, no podría estar con nadie. ¿Pero lo haría
si pudiera? Si a él realmente le preguntaran tendría que decir que no,
quería Cait, y por Dios, él sólo quería Cait.

“¿No más mujeres, Lord Brimsworth”? lo incitó desde la puerta. "Sin duda
necesitará el diario para que pueda encontrar a alguna actriz rellenita que
pueda hacer esa pequeña artimaña con la lengua".

Cerró los ojos y los dejo inmóviles, haciendo una mueca, era evidente que
había leído más de su libro.

"Eso fue en el pasado ", él murmuró.

Luego abrió su pequeño diario, hojeó algunas páginas, y leyó en voz alta:

"Lord Ridgely me dijo hoy que planea jubilar a su encantadora amante, ya


que ha descubierto de repente que ama a su esposa y desea ejercer tanto
la lujuria y el amor con una única persona, yo no puedo imaginarme jamás
sintiendo una emoción tan irracional como el amor, creo que es un mito
inventado por aquellos que creían en cuentos de hada y sueños. ¿Puedo
pagarle a la mujer una visita?"

Dash gruñó silenciosamente en su garganta, alguna vez ese ruido


detendría a los hombres adultos en su paso.

Pero Cait sólo entrecerró los ojos, levantó la mano y tiró el libro por su
cabeza con tal fuerza que él tenía que agacharse o posiblemente le habría
sacado los ojos. Con eso, Dash dio un paso hacia ella, la tomó por la
cintura y la atrajo rápidamente contra él, ella luchó y lo golpeó en el pecho
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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

hasta que le cogió las muñecas en la mano y se las coloco detrás de la


espalda, encarcelándola contra él.

"Yo creo en cuentos de hadas y en los sueños, mi Lord." Ella tenía la


barbilla muy alta, cuando la miró.

"¿Dejaste que te besara?" Él sabía que ella lo había dejado, había oído la
mayoría de las palabras que habían hablado en voz baja en el salón con
claridad a través de la puerta cerrada, y aún podía oler a MacQuarrie en
ella, cuando ella no respondió el repitió la pregunta.

"¿No es así?"

"Sí, lo hice."

Él volvió a gruñir, dios ayudara a MacQuarrie después de que Dash pusiera


sus manos sobre él.

"Tenía que saber", dijo ella en voz baja, volviendo toda su atención hacia
ella.

"¿Tenías que saber qué?"

"Tenía que saber si..." Sus palabras salieron rotas, ahogado por un
sollozo"... Si sus besos me hacen sentir como los tuyos. “Ella resopló con
fuerza. "Y yo tenía que decirle adiós."

Dash sentía dolor físico cuando sus ojos se llenaron de lágrimas, aflojó su
abrazo de sus manos y ella enterró el rostro en su chaqueta.

"¿Y su beso... no te hace sentir como los míos?" Su mundo entero dependía
de la respuesta a esa pregunta.

"No", murmuró contra su pecho.

"¿No?" Sin atreverse a esperar

"Dilo de nuevo."

"Nadie me hace sentir de la forma en que tú lo haces", admitió al fin.

Entonces Cait sacó su barbilla y Dash no pudo resistirse a la invitación,


cuando tocó sus labios ella, se estremeció en sus brazos y su pulso latía
como loco.

170
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Quiero arrancarte la ropa y ponerte sobre la cama, luego hacer el amor


contigo durante horas ", él le susurró al oído.

"Entonces, ¿qué es lo que te detiene?"

"Aún debes decir tus votos hacia mí."

"Todavía tienes que preguntarme."

"¡Yo te lo pregunte, pequeña bruja!" Dash gruñó.

"¡No, nunca lo hiciste bestia!" Ella le dio un puñetazo en el hombro.

"Soy una bestia," él murmuró. "Maldita sea". Ella lo miró, con los ojos
todavía húmedos con el dolor que le había causado, él se dejó caer de
rodillas ante ella.

"Caitrin Macleod, ¿me harías el honor de ser mi esposa?"

"Es lo mejor puedes hacer", preguntó ella, con lágrimas brillando en sus
pestañas, pero con una sonrisa en su rostro.

"¿Qué más quieres de mí, Cait?"

Ella giró su cuerpo y se sentó en su rodilla extendida, entonces ella coloco


su mano alrededor de su oreja, se inclinó y le susurro:

"Quiero todo de ti."

Cait chilló cuando Dash la tomó en sus brazos, cerro de una patada la
puerta del dormitorio, y la arrojó en el centro de la cama.

"Las niñas traviesas que se burlan de los lobos grandes y malos merecen
ser castigadas", dijo con una media sonrisa en su rostro cuando cayó
encima de ella y la empujó hacia la cabecera.

"¿Te he contado el momento en que fui atacada por un lobo?"

Él se quedó quieto sobre ella. "¿Por un licántropo?"

"No, por un lobo real, Elspeth tuvo que sanarme".

"¿Qué sucedido, Caitie?"

"Fue un mal juicio de mi parte lo que me puso en esa situación."

"Eso no lo dudo", él bromeó. "Dime, de todos modos." Cait suspiró.


171
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"En ese momento, me oponía totalmente a la relación de Elspeth con

Benjamín Westfield, y había ido a dar un paseo por el bosque con Jeannie
para despejar mi mente, me coloco un poco molesta cuando las personas
no ponen atención a mis consejos".

"Lo tendré en cuenta." Él le sonrió. "¿Qué pasó?"

"Bueno, en ese momento yo no estaba colocando atención por donde yo


iba, y me encontré con una guarida de lobos." Ella se encogió de hombros.

"La madre era protectora con sus cachorros."

Una sombra de algo cruzó por su rostro.

"¿Qué es?" Ella preguntó mientras le alisaba el pelo de la frente.

Dash cerró los ojos y apretó la mejilla contra su mano, luego se volvió y
besó el centro de la palma de su mano. "No es nada", dijo con aire ausente.

Cait se sentó. "No es 'nada'."

"Crees que soy tonta."

"Ya lo creo tonto, gran patán, ahora dime lo que estás pensando, yo no
puedo leer la mente".

"Eso es correcto, soy el único hombre al que no puedes verle el futuro, él


tiró juguetonamente de un mechón de su cabello.

"Lo que ahora me recuerda," ella gruñó. "Que dejes de cambiar el tema."

Dash cerró los ojos y respiró, como si estuviera armándose de valor.

"¿Me pregunto si vas a ser tan protectora con nuestros cachorros como la
madre loba lo fue?"

Cait cruzó las piernas debajo de ella, metiendo la faldas a su alrededor.

"Nosotros realmente no tendremos cachorros". Dash se rio. "Por suerte,


creo, aunque no estoy completamente seguro. Yo ni siquiera sabía lo que
era, hasta que conocí a los Westfields, pensé que era una especie de
monstruo, una anomalía, una broma cruel del destino.

'Revelations' fue un libro especialmente difícil para llegar a mí a través de


mis estudios de teología".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cait trató de resolver el problema en su cabeza. "¿Por lo tanto, el padre que


tu creías que era tu padre nunca te dijo lo que eras, tampoco? ¿Creciste
completamente sin ninguna idea de que eras un licántropo?

Caitrin podía ver que ella había tocado un lugar donde nadie antes lo había
tocado.

"Piense en ello como si tuvieras el don de la clarividencia, pero sólo se les


permitía usarlo de vez en cuando, y cuando lo utilizamos, era
incontrolable. Tanto es así que tuvo que obligarse a impedir el uso de esa
parte de ti mismo, una parte con que se nace, un regalo que se supone que
es una parte de ti, si sólo se pudiera encontrar la manera de utilizar la
maldita cosa. "

"Eso sería positivamente terrible."

"Y cuando se les permitía usarlo, no tenía idea de cómo controlarlo."

"¿Solo te puedes convertir en lobo durante la noche de la luna llena?"

"Sólo durante una noche, correcto. "De repente se veía muy serio.

"Así que, voy a ser capaz de observarte en tu forma de lobo, para cuando
tenga que prepararme para nuestros cachorros".

Ella se echó a reír con esa última palabra, exagerando más de lo necesario.

"Voy a estar bien con ello, pero te diré en este momento que lo único que
tienes permitido es mordisquear los dedos".

Él le tomó la mano y la apretó. "No, No va a ser así. "

"¿Qué quieres decir?"

"Quiero decir que voy a compartir cada parte de mí contigo, Caitie, y yo te


haré feliz, voy a ser un buen padre. Incluso podría mordisquearte en varias
partes, pero yo no voy a compartir la noche de luna llena contigo".

"Sin embargo, Ben y Elspeth están juntos cuando está la luna llena, y
también los otros hermanos Westfield y sus esposas".

"Ellos no son como yo." Se sentó y tomó sus manos entre las suyas. "No
son salvajes, están controlados".

173
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Él desprendió el hombro de su vestido. "Mira que te he hecho daño, y ni


siquiera lo pretendía".

"Solo querías seducirme."

"Oh, todavía quiero eso, bastante, " él gruñó mientras se sentaba y la hacía
rodar por debajo de él. Su rodilla rápidamente se deslizó entre sus piernas
y las abría.

"Espera." Ella golpeó su hombro, lo que lo obligó a retirar sus labios de un


lado de su cuello, donde hacían cosquillas en un camino hacia la oreja.

"Sí, ángel," suspiró mientras levantaba la cabeza.

"Tengo que decirte algo."

"¿No puede esperar? Te estoy haciendo el amor aquí".

"Cambiaste de tema, Dashiel Thorpe, puedo ver a través de ti. "Ella tomó su
rostro entre sus manos y le obligó a mirarla, con los ojos como piscinas
ámbar que seguramente podrían ahogarla

"Yo amare a nuestros cachorros, y los protegeré con mi vida, si es


necesario, el hecho de que podrían ser licántropos, no me hace tratarlos de
manera diferente, salvo, tal vez, amarlos más, porque son parte de ti. "

Él la besó suavemente y tiernamente, hasta que ya no pudo hacerlo por


más tiempo, él presionó su frente contra la de ella y respiró, "Si no sales de
mi habitación, no voy a ser responsable de lo que haga contigo. "

"Me atrevo ", ella se rio.

"No," dijo mientras la hacía rodar fuera de la cama. "Quiero hacer esto
bien." Él la ayudó a levantarse y la empujo hacia la puerta.

"Yo nunca he hecho nada honorable en mi vida, ángel. Hasta ahora, fuera".

Su despedida fue casi dolorosa, y Cait no podía esperar hasta el día


siguiente para casarse con el gran patán.

Dash finalmente la empujó a su cuarto y cerró firmemente la puerta tras él,


a continuación, la cerradura tintineo como una última barrera entre ellos.

"Dashiel," susurró suavemente a través de la rendija de la puerta.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Lo oyó reír al otro lado. "Vete a tu cuarto, Caitrin, antes que me olvide mi
voto para esperar y hacer esto correctamente, voy a tener tus faldas
alrededor de las orejas, y ni siquiera voy a recordar lo que sucedió".

"Promesas, promesas", bromeó de nuevo.

Asumía el pensando mientras oyó un puño golpeando la puerta.

¿Los mentores deben ser útiles, o cual era el punto de tener uno? Dash
volvió a llamar en la puerta de Forster. ¿Dónde estaba el hombre, por el
amor de Dios? Entonces oyó los viejos pasos del licántropo por las
escaleras.

Se dio la vuelta y vio a su mentor detenerse, tenía un brillo en sus ojos


verdes.

"Asumo que todo resulto bien con tu prometida."

Dash le frunció el ceño. "Necesito tu ayuda, Forster."

El hombre negó con la cabeza e hizo un gesto hacia Dash para entrar en su
habitación. Luego se unió a él y cerró la puerta detrás de ellos.

"¿Qué ayuda necesitas, Dashiel? Sonaba como si tuvierais todo "bajo


control". Control, él dijo la palabra como si fuera una maldición. "Me voy a
casar con Caitrin mañana."

"Sí, lo he oído, felicitaciones”.

Dash se pasó una mano por su cabello. ¿Cómo podría el hombre no ver su
angustia? "¿Qué debo hacer, Forster? ¿Cuándo Caitrin es todo para mí? "

El viejo se echó a reír. "Estoy seguro de esa parte, muchacho. ¿Realmente


tienes un diario de libertinaje? "

Dash gimió, así que Forster había oído cada palabra que Cait le había
dicho, no es que él debería haberse sorprendido. "Eso fue hace una
eternidad."

Forster se dejó caer en una silla de madera junto a una ventana y sacudió
la cabeza.

"Ha habido claramente mujeres en el pasado, Dashiel, si no pregúntame a


mí".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Dash se pasó una mano por la cara, Niall Forster iba a ser la muerte de él.

"He tenido mi parte de rameras, señor, pero Cait... "

"Antes, en tu vida anterior, ¿cómo iban las cosas con las muchachas con
que te habéis acostado?"

Nunca nadie le había preguntado esa pregunta a él antes, y realmente


preferiría no discutir los detalles.

El anciano negó con la cabeza, mientras una expresión de impaciencia


cruzó su rostro. Aunque Dash pensó que Forster no tenía ningún derecho a
ser impacientes acerca de una maldita cosa.

"¿Habéis podido controlarte a ti mismo o la bestia interior tomaba el


control?"

¿Eso es lo que estaba pidiendo? Dash dejó escapar un suspiro de alivio.

"Luché para tener el control."

Forster asintió con la cabeza. "Me lo imaginaba, sólo quería estar seguro."
Él tamborileó con los dedos sobre el brazo de su silla. "Tienes que aceptar
lo que eres, Dashiel. Así como la señorita Macleod parece aceptar la verdad
sobre nosotros, trátala con una página de tu libro, por lo tanto, deja que
ella conozca cada parte de tu alma".

"¿Estás diciendo que la bestia la debe tener a su manera?"

Forster suspiró. "Ustedes hablan de ella como si no fuera una parte de


nosotros, es su camino, tu eres la bestia, Dashiel. Acéptalo. "

El hombre era tonto, acéptalo, no era más que un montón de tonterías. La


bestia le haría daño a Caitrin y Dash nunca podría permitir que eso
sucediera.

"¿Cuándo fue la última vez que habéis tenido una corrida refrescante?"

Dash sacudió la cabeza, Forster era realmente un tonto. "¿Una corrida


refrescante?"

"Sí, sólo corriendo por el bosque o en una pradera abierta, el golpe de aire
fresco" a través de tu pelo"

"Corrí todo el camino desde el condado de Durham a Glasgow."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Un suspiro escapó de Forster. "Eso no fue una carrera refrescante."

"Casi", coincidió Dash.

"Eso no lo es lo que estoy preguntando, Dashiel, solo estaba tomando un


poco de prisa cuando se iba desde Inglaterra. Lo que estoy sugiriendo es
una carrera salvaje por el parque, ayuda a ponerse en contacto con la
bestia dentro de nosotros. Vamos a soltarlo en un lugar seguro".

"¿Un lugar seguro?"

Por último, Forster sonrió. "Yo puedo decirle el lugar, la silla de Arturo es el
punto más alto en Edimburgo. Es lo que queda de un antiguo volcán, de
todos modos, la leyenda dice que el lugar tiene propiedades mágicas.

"Ir a la base de la colina en el lago Dunsapie, tienen un largo efecto


refrescante '. Puede pensar en su bestia, puede pensar en sus nupcias. Sólo
escuche la brisa, de la vuelta al lago, cierre los ojos y absorba su interna y
corra libremente por la silla de Arturo".

¿Ese era el consejo de su mentor? Los hombros de Dash se hundieron hacia


adelante. Estaba verdaderamente condenado, tenía que aprender a
doblegar a la bestia, aprender a controlarla.

No le hacía falta convertirse en uno con él, él no tenía que aceptarlo como
parte de sí mismo. ¿Qué tonterías? Obviamente, el mayor Forster lo había
enviado en una misión inútil cuando lo envió con su primo.

Tal vez ese era su penitencia por torturar a Lord William y a Prisca
Hawthorne como lo había hecho, él suspiró profundamente.

"Dejar de pensar", el Sr. Forster instó a que se diera la vuelta y Dash le dio
en el hombro un no muy suave empujón, Dash se tambaleó hacia delante,
un gruñido salió de su garganta. Se volvió hacia el viejo astillero, por lo
frustrado que estaba, listo para desnudar sus dientes en el viejo licántropo,
pero antes de que pudiera siquiera levantar el labio, el anciano levantó la
mano y golpeó Dash justo en el medio de la frente.

"¡Ay!" Dash gritó al llegar a frotar la zona ofendido. "¿Por qué ha hecho
eso?"

El Sr. Forster sacudió un dedo en la cara de Dash. "Si pensabas que me


podías intimidar con un ceño o un gruñido, tienes que pensarlo mejor,
cachorro."
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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"No tenía que golpearme " Dash murmuró mientras distraídamente se


frotaba la cabeza.

"Usted debería ser feliz que no tomo un papel de periódico enrollado


pequeño ingrato"

Forster murmuró para sí mientras se apartaba de Dash. "Vengo aquí por


una historia de amor, y todo lo que consigo es un licántropo agresivo que
no escucha lo que le digo, tanto miedo le da una simple carrera hacia la
Silla de Arturo, como ya he indicado."

"No tengo miedo", Dash trató de explicar.

"Dashiel," dijo el anciano. "Tiene miedo, miedo de lo que pueda encontrar


cuando se permita a si mismo ser todo lo que podría ser. "Él se dio la
vuelta, con tristeza en sus ojos, al instante Dash lamentó su beligerancia.

"Le puedo decir ahora mismo que un licántropo no puede amar a otro
hasta que no se ama a sí mismo, Dashiel. "

Él se amaba a sí mismo. ¿No es así? Y le encantaba Cait, sabía que amaba


Cait.

"Puedes ir allí y lamentarse del viejo tonto que soy, o puedes ir y seguir mis
instrucciones. La elección es tuya".

Dash gimió para su interior mientras se giraba y se escabullía de la


habitación, sintiéndose como un perrito regañado con su rabo entre las
piernas. El Sr. Forster estaba decepcionado de él, al igual que su padre lo
había estado toda su vida.

La diferencia fue que en realidad le importaba si el señor Forster estaba


enfadado con él o no, a diferencia de su padre, el anciano había intentado
ayudarle. Se lo debía a él, por lo menos debía seguir su consejo, Dash no
tenía ninguna duda que era una tontería, pero a petición del anciano, lo
haría.

Dash salió al frío y tiró de su capa sobre su cuerpo. "Ser uno con la bestia ",
cantaba para sí mismo. "Disfrute de un refrescante paseo." Resopló en voz
alta en el pasado. Dash se concentró en no frenarse a sí mismo y
simplemente dejó que su cuerpo se moviera, tenía una idea bastante buena
de donde se encontraba la Silla de Arturo, aunque era imposible ver a
través de la densa niebla que cubría la zona.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Mientras corría, el frescor de la noche se deslizó por su piel, en lugar de


maldecir el frío, lo abrazó. El aire olía a limpio, los sonidos de la noche
fueron sonidos inocentes del agua acunándose contra el lago, no eran sus
propios pensamientos lo que era una decepción, tenía que admitir que era
algo liberador disfrutar de la tranquilidad de la noche, tomó una
respiración profunda, la bestia dentro de él se calmó.

La niebla se hizo más espesa al llegar a la base del asiento de Arturo.


Nunca había visto una niebla tan pesada que abarcaba todo, como si se
envolviera alrededor de la base de la ladera, ocultándolo de la vista. Se
guio ciegamente buscado con la mano y busco puntos de apoyo para subir
por el lado de la pequeña montaña.

El viento lo levantó, lo zarandeo mientras seguía a escalando la pared. Era


una cuestión de orgullo en este punto, encontraría la punta de la Silla de
Arturo, Dash cerró los ojos y respiró profundamente, luego rápida y
velozmente corrió hacia el pico.

Abrazó la fuerza que vino de ser licántropo, ya que le permitió tirar de su


cuerpo hasta la ladera de la montaña escarpada. Cuando por fin llegó a la
cima, y se volvió para mirar hacia abajo hacia la ciudad de Edimburgo, sin
embargo, la niebla era tan espesa que no podía ver nada. Ni siquiera podía
ver el suelo bajo sus pies.

Dio un paso adelante y se sorprendió al encontrarse de repente en un área


libre de la niebla con un fuego tostado que quemaba lentamente, el inclinó
la cabeza hacia un lado y escuchó una suave voz cerca.

Y fue entonces cuando se dio cuenta del montón de ropa tirada en el suelo
junto al fuego. Un vestido de lana.

Una camisa y Medias, se volvió para mirar a su alrededor, completamente


desconcertado. ¿Si había tropezado en una cita? ¿Una cita entre amantes?

"Debería haber adivinado que usted no prestaría atención a la densa niebla


que puse en su camino, Lord Brimsworth".

"Perdón", llamo de nuevo hacia el sonido.

"El viento que casi lo golpeó del lado de la colina, y la niebla que
obscureció su camino. Era mi don'. Yo no estaba de humor para nadie,
pero usted era implacable."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Dash miró la pila de ropa. "Parece que no esperaba compañía", estuvo de


acuerdo. Luego se dio la vuelta a la pila de ropa. "¿Cuál eres tú?", Preguntó,
plenamente consciente de que tenía que estar hablando con una de las
hermanas de aquelarre de Cait, si tan sólo pudiera recordar que poderes
tenían. Una de ellas podía controlar el clima, no era el espíritu del bosque,
la otra, "Rhiannon", fue todo lo que dijo. Oyó el vestido, sacudiendo las
arrugas del mismo.

Había una bruja desnuda detrás de él, hubo un tiempo en que había estado
fuera de sí por la lujuria, la bestia habría tratado de asumir el control y
consumirla, sin embargo, la bestia no quería saber nada de esta bruja,
Dash sólo quería a Cait, y sintió una simpatía instantánea por la bruja del
clima, él estaba un poco desconcertado.

Tomó una respiración profunda. "Señorita Sinclair", comenzó.

"¿Tiende a menudo caminar desnuda por la silla de Arturo?"

"Sólo cuando me estoy sintiendo particularmente triste, la verdad", admitió


con un suspiro. "Cuando estoy estancada, me gusta venir aquí y dejar que
mis emociones causen todos los estragos que les gusta. ¿Sabe por eso la
gente del pueblo piensa que hay un volcán dentro de la montaña? "

"¿No lo hay?"

"Pudo haberlo habido en algún momento", se encogió de hombros. "Pero


los disturbios de aquí son por lo general cosa mía."

Él se volvió hacia ella, feliz de encontrarla ahora vestida.

"¿Le importaría hablar de la causa de su estado de ánimo triste?"

"No" especialmente ", suspiró de nuevo. Una lluvia fría lo empapo al


instante. "Oh, lo siento," dijo mientras se limpiaba una lágrima de debajo
de su ojo. "No tenía intención de hacer eso".

Dash sacudió la cabeza, lanzando gotas de agua fría en todas las


direcciones.

"Acérquese al fuego, voy a enviar una brisa cálida para que se seque, Lord
Brimsworth."

La niebla se agitó, empujando un viento suave que calentaba sus huesos de


apoco.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Yo le ofrecería un té, pero no estaba preparada para visitas ", dijo mientras
le indicaba un tronco junto al fuego. "Pero ustedes puede sentarse, si
gusta."

"Debo volver," Dash comentó distraídamente, estaba completamente fuera


de su elemento, atrapado en una cima de montaña en un círculo de niebla
con una bruja melancólica que controlaba el clima.

"Voy a despejar la niebla para usted en un momento," dijo en voz baja. "Yo
sólo necesito unos minutos más."

Dash se sentó con cuidado y extendió las manos hacia el fuego, las llamas
saltaron hacia él, lo suficiente para darle calor, pero no para chamuscarlo.

Es decir, si él se quedaba muy quieto.

"No se preocupe no le van hacer daño, puede descansar".

"Eso es muy fácil para usted, Señorita Sinclair, tengo la sensación de que
sólo he visto una pequeña muestra de sus poderes esta noche. "

Una sonrisa cruzó sus labios. "Muy cierto."

"¿Por qué tan triste?" Él preguntó finalmente, sentía una gran simpatía por
esta bruja, su dolor era grande, y casi podía sentir el viento, la lluvia y el
frío.

"Es difícil decir adiós a los buenos amigos", dijo en voz baja. Entonces ella
soltó:

"Cait ya ha visto el futuro de Sorcha, es uno feliz. "

"¿No ha visto uno para usted verdad?"

"No" todavía". Ella se encogió de hombros. "Si ella lo ha visto no me lo dijo,


ella ha visto uno para Blaire por lo que no me preocupo demasiado.

Un relámpago atravesó el cielo. "Maldito sea todo", ella soltó.

Dash levantó las cejas y miró hacia el cielo, y luego le lanzó una mirada
diciendo.

"Sí, ese fue mío."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Le apostaría que puede tirar al diablo con una rabieta de su genio si tiene
la provocación correcta, Señorita Sinclair"

Por fin sonrió. "No me tiente." Se levantó y se sacudió el polvo de sus


faldas, su mano se movió hacia sus labios, ella sopló suavemente, y la
niebla comenzó a moverse.

En unos momentos, se había disipado por completo, la ciudad de


Edimburgo estaba debajo de ellos. Él podía incluso ver la Plaza de
Charlotte y la casa de Cait, se la imaginó cómoda en su cama, el cubrecama
metiéndose debajo del mentón, entonces se imaginó envuelto alrededor de
ella.

"Hágala feliz, Lord Brimsworth."

"Nunca dude de ello", le garantizó. Y, por una vez, la bestia dentro de él no


estaba pidiendo que hiciera lo contrario de lo que su corazón deseaba.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

VENTISEIS
La mañana no podía llegar lo suficientemente rápido, Dash necesitaba a
Caitrin como necesitaba el aire para respirar.

Sólo un par de horas más, había estado esperando por casi dos semanas,
unas horas más no lo iban a matar. Simplemente parecía que lo harían.

En realidad, él podría utilizar un poco de whisky fuerte, eso debería


ayudarlo a dormir.

Toda la casa estaba en silencio, así que en silencio se dirigió a la primera


planta por el pasillo hacia el estudio de Angus Macleod.

Dash podía ver una luz cálida debajo de la puerta e inclinó la cabeza hacia
un lado.

¿Había dejado el padre de Caitrin fuego en la chimenea? Golpeo


suavemente.

"Adelante", lo llamo su futuro suegro.

Dash abrió la puerta y asomó la cabeza para encontrar al hombre


estudiando detenidamente los documentos de su escritorio. "Espero no
molestarlo, señor."

"Ah, Lord Brimsworth, adelante, permanecí con los Ferguson para la cena
de esta noche., espero que me hayan echado de menos. "

Dash sacudió la cabeza y luego cerró la pesada puerta de roble tras él. "De
hecho, llevé la cena a mi habitación".

"¿Nervioso?", preguntó el escocés, señalando uno de los asientos de cuero


negro frente a su escritorio.

"Un poco", afirmó Dash, pero sólo porque tendría a Caitrin toda para él al
día siguiente. Ella seria suya, y lo único que podía pensar era en su noche
de bodas. No sería bueno decirle esto al hombre que lo único que podía
pensar era en rodar con su hija debajo de él y tomarla como un esposo
toma a una esposa. Mientras Dash se dejaba caer en la silla, el señor
Macleod se levantó de la suya. "¿quisiera algo de beber, mi Lord?"

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Él asintió con la cabeza, esperando que él no pareciera demasiado ansioso,


no quería que el hombre pensara que era un borracho.

¿Cuándo comenzó a preocuparse de lo que los otros pensaran de él?

"Gracias, eso estaría bien. "

Angus Macleod comenzó a verter un poco de whisky de una botella de su


aparador, y luego levantó su mirada hacia Dash. "Caitrin me dice que usted
es de la misma variedad de bestias que Benjamín Westfield y Desmond
Forster".

"¿Le molesta?"

Su futuro suegro, sonrió, dando un paso adelante y ofreciéndole a Dash


una de las copas. "¿Acaso soy juez, Brimsworth? Me casé con una bruja, y
engendre a una".

Bueno, eso era generoso de su parte, aunque no era exactamente lo


mismo, Dash se relajó un poco.

"Dado que está despierto," Angus Macleod comenzó, " Bien podríamos
terminar nuestra conversación anterior."

"¿Señor?"

"La dote de Caitrin."

De alguna manera, con todos los eventos de la tarde, había olvidado eso.

"Por supuesto."

"¿Que tierras posee?"

Dash se encogió de hombros. "Tengo un conjunto de habitaciones en


Londres, todo lo demás es parte del marquesado.

Las propiedades de Eynsford son extensas, ahí está el asiento de la familia,


la casa solariega de Kent, una casa de caza en Derbyshire, una casa en
Mayfair, casas rurales, tanto en Gloucestershire y Cambridgeshire".

"Bueno, puede añadir una casa en Berwickshire a la lista."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Dash se puso cómodo por la sorpresa, no había esperado eso,


sinceramente, no esperaba nada salvo unos pocos cientos de libras. Había
dejado toda su herencia para

Caitrin. "A su hija no le gustaría viajar".

"Ah, bueno," el hombre se echó a reír, "Tendrá que esperar meter la


cuchara en la pared antes de que pueda tomar la casa Macleod de mí".

Una extraña calidez corrió por el cuello de Dash. "Eso no es lo que quería
decir, señor…"

Angus Macleod se rio un poco más. "Buena suerte para usted, Brimsworth”

Entonces su sonrisa se desvaneció mientras se acomodaba en el asiento


detrás de su escritorio. "De todos modos, la propiedad Mordington es de
Cait, en realidad, era la dote de su madre, y algún día va a pertenecer a su
hija.

"Es la sede ancestral de los videntes, aunque sólo la línea de Cait ha


sobrevivido a la caza de brujas de los últimos siglos, al menos hasta donde
conocemos. Ya tiene un secreto propio, no tengo que decirle cuán
imperativo es que nadie fuera de la familia descubra lo que es".

Entonces, ¿por qué parecía como si Alec MacQuarrie ya conocía esa


información?

Dash sacudió el pensamiento y se tragó el resto de su whisky, Cait lo


eligió, no a

MacQuarrie. "La protegeré con mi vida, señor".

Angus Macleod asintió. "Me alegro de escucharlo, suena como si el hijo


primogénito fuese bastante cuidadoso. Por otro lado, las hijas a menudo
son ignoradas, como Cait es mi única hija, en el caso de ella, y me gustaría
asegurar también a sus hijas.

"¿Qué piensa tu padre acerca de este matrimonio?"

"Él no sabe nada todavía, señor Macleod, ha pasado bastante tiempo desde
que hemos intercambiado correspondencia".

El padre de Caitrin se levantó de su escritorio y miró a Dash. "Bueno, usted


tiene necesidad de arreglar eso, muchacho."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Dash se enfadó ante la censura, Angus Macleod no sabe nada acerca de su


vida.

"Hay todo tipo de círculos dentro de la COIG, Brimsworth. La primera es


entre las brujas mismas, si no están en armonía con las demás, pueden
causar estragos con sus poderes. Y el segundo círculo está dentro de su
familia se debe reparar cualquier fisura que tenga. Cait necesita a su
círculo familiar fuerte".

Entonces el hombre se dirigió a la puerta. "Eso es todo el consejo no


solicitado que tengo para usted esta noche, me voy a la cama porque
mañana tengo que renunciar a mi única hija".

El señor Macleod se deslizó en la oscuridad de la sala, dejando


boquiabierto a Dash por su forma de desaparecer.

¿Reparar la grieta con su padre? Honestamente había esperado no volver a


ver al viejo de nuevo. Dash sacudió la cabeza ante el pensamiento, sería un
día frío en el hades antes de que le dirigiera un par de líneas al buitre
vengativo.

Se levantó de su lugar y se dirigió a su habitación, el whisky había ayudado


a opacar sus sentidos, y rogó que el sueño lo encontrara pronto.

Caitrin miró en el espejo su reflejo, su ligero vestido de seda azul era


agradable, pero simplemente agradable, no era exactamente lo que ella
hubiera querido como un vestido de novia, pero tendría que servirle, no le
había dado tiempo para algo nuevo. Una cinta blanca amplia descansaba
debajo de sus pechos y los hizo parecer un poco más grandes de lo que
realmente eran, con suerte, Dash no estaría decepcionado. Por supuesto
que ya los había visto a través de su camisa mojada.

Detrás de ella, Sorcha se quedó sin aliento. "Oh, ¡Cait! Te ves muy bella. "La
joven bruja dejó caer una pequeña valija en la cama y Cait corrió hacia
adelante para besar ambas mejillas. "Una novia tan bonita."

Espero que a su señoría le guste este vestido viejo".

Sorcha le ordenó. "Sólo sonrisas en el día de tu boda, no quiero ver líneas a


través de tu frente. Y el vestido no es tan viejo, solo lo llevaste una vez
antes de irte a Inglaterra.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Y estoy segura de que a lord Brimsworth le encantará, te encuentras


radiante. "Hizo una pausa sólo para tomar un respiro. "Ya se ha ido a la
iglesia, creo que está muy ansioso".

Cait asintió. "Supongo que estoy bastante nerviosa yo también."

Los ojos oscuros de Sorcha se iluminaron. "¡Oh, Cait! Prométeme que me


dirás lo que me espera en mi noche de bodas'.

“Yo no quiero tener esperar para poder conseguir la conversación de mis


tías ".

La boca de Cait se abrió, ella no había tenido ningún tipo de conversación


con nadie, y a la única persona que se sentiría cómoda pidiéndole
preguntas era a Elspeth, a pesar de que todavía estaba en Inglaterra, Cait
imagino que tendría que arreglárselas por su cuenta. Después de todo,
Dashiel sabía lo que estaba haciendo.

"Lo prometo", de alguna manera logró decirlo. Sorcha se echó a reír. "Un
rubor bonito, eso es agradable. "Luego volvió a la cama y abrió la maleta.

"Traje brazadas de la madreselva para el cabello, creo que debes llevarlo


arriba, Rhiannon promete un inusualmente día agradable".

La iglesia estaba escasamente poblada, con tan sólo los amigos más
cercanos de los Macleods. Dash pensó que era bueno, mientras menos
gente conociera, menos tendría que recordarlos y su mente ya estaba
bastante preocupada.

Se paseó por el camino delante del altar de la pequeña iglesia, tratando de


no centrarse en el vicario, el Sr. Crawford, que estaba sentado en el banco
del frente ensayando sus líneas. El vicario se frotó la cabeza más de una
vez, y sólo viendo al hombre hizo que los nervios de Dash estuvieran peor.
¿Dónde diablos estaba Cait?

¿Ella no lo abandonaría otra vez?, ¿verdad? El Sr. Forster le palmeó el brazo


a Dash.

"Ella estará aquí pronto, muchacho." Angus Macleod caminó por la puerta
de la parte posterior de la iglesia, con una gran sonrisa en su rostro.

"¿Se encuentra bien, mi Lord? Usted parece un poco mareado".

"Estoy bien." Dash consiguió asentir.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Ah, Angus." El Sr. Crawford se levantó de su lugar. "Hace un día


sorprendentemente cálido hoy. ¿Eso es una buena señal para un
matrimonio duradero y feliz, no? "

Dash se dio cuenta que Rhiannon Sinclair sofocaba una sonrisa mientras se
sentaba en la segunda fila de bancos. ¿Así que esto era su obra? Era una
chica interesante.

No tuvo tiempo de contemplarla ya que la puerta trasera se abrió de nuevo


y entró Caitrin a la iglesia con Sorcha Ferguson siguiéndola detrás de ella.

La boca de Dash se secó, Cait estaba impresionante, incluso más de lo


normal. Su pelo rubio estaba amontonado en la cabeza, y llevaba una
corona de madreselva. Sorcha tomo la pelliza de Cait y le entregó un ramo
de rosas de color rosa y blanco,

Dash no pudo evitar la sonrisa que cruzó sus labios. Tan pronto como la
ceremonia terminara, él iba a sacarle ese vestido azul a su novia, ella se
sonrojó, como si pudiera leer sus pensamientos, y Dash deseo por un
momento que pudiera ver lo que le tenía reservado para ella.

"Caitrin está aquí, el Sr. Crawford," dijo el señor Macleod, trayendo a Dash
de vuelta al presente. "¿Están listos para empezar?"

El vicario asintió y sacó su Biblia del primer banco, Dash contuvo el aliento
mientras Caitrin caminó por el pasillo, nunca quitaba sus ojos de él. El
señor Macleod la encontró a mitad de camino y le ofreció el brazo.

"Mi niña querida", le susurró: "Estas hermosa."

Ella sonrió a su padre y luego volvió su atención de nuevo a Dash, Cait se


detuvo delante de él, el señor Macleod le coloco la mano en la de Dash,
luego se deslizó detrás de ellos y se sentó.

"Me alegro de que lo hicieras", dijo Dash entre dientes.

"Estaba justo a tiempo", le informó.

Él suspiró, sabiendo que era una tontería. "Estoy ansioso, ángel."

El Sr. Crawford se aclaró la garganta, obteniendo la atención de todos. "


Slainte mhor Agus un h-uile beannachd duibh".

Dash miró a Cait que sonreía beatíficamente hacia él.

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The Taming of the Wolf

"Repita después de mí, Lord Brimsworth. ' Yo, Dashiel Jameson Aberdare
Thorpe:

Tomo, a Caitrin Louisa Macleod, para que sea mi esposa ante Dios y estos
testigos. '"

Dash respiró hondo, hace un mes, nunca hubiera imaginado que estaría en
Escocia, sosteniendo las manos de una chica que conocía todos sus
secretos y que de alguna manera lo quería de todos modos. "Yo, Dashiel
Jameson Aberdare Thorpe, te tomo a ti, Caitrin Louisa Macleod, para ser mi
esposa ante Dios y estos testigos".

A su lado, Caitrin suspiró y apretó sus manos, la amaba más de lo que


nunca había pensado que fuese posible.

El Sr. Crawford miró a Cait y sonrió cálidamente. "Y ahora usted, señorita
Macleod, repita las palabras: "Yo, Caitrin Louisa Macleod: Tomo a, Dashiel
Jameson Aberdare Thorpe, como mi marido ante Dios y estos testigos. '"

Su voz solo se sacudió un poco mientras repetía las palabras, sus ojos de
color azul claro se cernieron sobre él, él corazón de Dash saltó ante el
sonido, ella era suya.

"¿Tiene el anillo, mi Lord?", Preguntó el vicario, rompiendo con su tranquila


celebración.

La mirada de Caitrin se disparó hasta llegar a él, sus cejas dibujadas juntas.
"Está bien si no tiene uno ", ella murmuró. Dash dio unas palmaditas en los
bolsillos hasta que encontró el bulto de la caja del anillo. Luego lo sacó y
dijo: "Tengo todo lo necesario, ángel. "Abrió la cajita y le mostró el
contenido.

Su grito se oía alrededor de la iglesia mientras levantaba sus dedos a la


boca y los ojos se llenaban de lágrimas.

"¿Lo puedo colocar?" A Dash ni siquiera le importaba si la sonrisa en su


rostro era tan juvenil como un cachorro que recibía un regalo.

Ella asintió con la cabeza rápidamente, tendiéndole la mano.

"Que se adapte a la perfección", susurró mientras lo deslizó en su dedo.

"Así será," susurró ella.

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The Taming of the Wolf

VEINTISIETE
Caitrin se colocó de puntillas para presionar sus labios contra los suyos,
esperando un beso rápido antes de que saludaran a sus invitados y se
dirigieran a la celebración con amigos y familiares. Pero Dash obviamente
tenía otras ideas, porque cuando ella lo besó, sus manos agarraron sus
codos, animándola a envolverlos alrededor de su cuello mientras sus
manos se deslizaron alrededor de su cintura y la atraía hacia él.

Atrás quedó la dulzura que había mostrado cuando se mantenía bajo


control, en su lugar había una pasión ardiente que le quito el aliento, sus
labios se separaron inmediatamente, su lengua barriendo el interior. Casi
se sentía con la necesidad de llorar con pasión cuando él gimió y comenzó
a mover las manos hacia abajo, hacia su trasero.

De repente Dash saltó hacia atrás. "Ouch", gruñó mientras la soltaba.

"¿Qué es?" Preguntó Cait, llegando a tocar un lado de su cara.

"No lo sé, pero me dolió," murmuró Dash.

"Ustedes están en una iglesia", dijo Rhiannon, sonriendo mientras


caminaba hacia ellos.

"¡Rhi!" Dijo Cait entre dientes. "¡Dime que hiciste!"

"Oh, sólo fue una pequeña cantidad de relámpagos, y fue por su propio
bien," susurró en voz baja mientras tenía la audacia de tirarle un guiño a
Dash.

"¿Acaba de...?" Dash dejó que su voz se desvaneciera, sacudiendo la cabeza


con asombro.

"Sí, lo hizo, lo siento mucho, "Cait se apresuró a añadir. "Ella debería


comportarse como si tuviera modales".

"Se lo merecía, Caitrin", dijo su padre detrás de ella. "Él puede ser tu
marido, pero él necesita comportarse de forma educada. "Se inclinó más
cerca de Dash y le dijo:" Debe ser muy feliz de que sólo lo haya golpeado
con un poco, muchacho, ella tiene mucho más que podría haberle
arrojado".

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Dash tosió en su mano, escondiendo la sonrisa en su rostro, al menos no


había ofendido terriblemente al padre de Caitrin cuando había intentado
devorarla sin pensar.

"Mis disculpas," él ofreció. El padre de Cait extendió los brazos abiertos a


ella, y ella cayó en ellos. "Estoy muy orgulloso de ti", susurró.

"Y tu madre también lo estaría." Él levantó la mano izquierda y le dio un


rápido beso en el anillo de rubí.

"¿De verdad quieres que tenga esto padre?" Preguntó ella, rezando para
que dijera que sí.

"Yo ya te lo he dado, se lo di a tu marido. "Puso la mano de Cait en la Dash.


"Y no puedo pensar en un lugar más bonito para mostrarlo".

Si Dash no estaba dentro de ella pronto, seguramente perdería su mente,


había pasado las últimas dos horas socializando con sus amigos y los
amigos de su padre, fue la única vez que había apreciado todo lo que su
padre había hecho por él, ya que él sabía cómo socializar en sus
conversaciones, sólo que no practicaba a menudo.

Pero él quería a Cait, la deseaba con una intensidad que ni siquiera él


entendía.

Había tenido a mujeres debajo de él, encima de él, y en todas las


posiciones desde la primera vez que había estado con una criada a la edad
de catorce años, pero nunca había sentido el deseo de tener una mujer, de
acariciarla, de darle placer. Luego de hacerlo una y otra vez hasta que
ambos estuvieran saciados, entonces dormiría y lo haría un poco más.

En varias ocasiones, había sido arrastrado lejos por sus amigos o un


conocido u otra persona. Y cada vez, sentía un dolor físico en su partida.

La quería y de la peor manera, Dash hizo su camino a través de la sala


Macleod para buscarla, ya era hora de que estuvieran solos.

Ya era hora de que él la amara, ella se inclinó hacia él e inclinó la cabeza


para sonreírle cuando deslizó su brazo alrededor de sus hombros. Se
sentía como en casa, o por lo menos lo que él imaginaba un hogar y como
una familia debería sentirse.

Pero entonces un fuerte viento azoto su pelo.

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The Taming of the Wolf

"¿Es una advertencia?", Preguntó, forzando una sonrisa agradable que no se


sentía cuando se dirigió a Rhiannon Sinclair.

"Sólo un recordatorio, mi Lord," dijo la chica en voz baja, ella se acercó y se


inclinó como si le estuviera contando un secreto simple. "Si alguna vez le
hace daño a nuestra hermana, tendrá a cuatro de nosotras con quien
tratar. Y Blaire no está aquí, así que puede hacerse una idea de lo que ella
tiene que ofrecer".

"Estoy temblando de manera positiva", comentó Dash, tratando de


mantener el gruñido de su voz, si las brujas creían que podían mantener a
Cait lejos de él, estaban muy equivocadas.

Tan casualmente como sea posible, se volvió se volvió hacia Cait y le dijo
en voz baja al oído:

"¿Crees que podríamos estar solos, pronto? Me gustaría hacer el amor con
mi mujer".

Ella tragó tan duramente que él podía oírla. "¿Ahora?"

Él levantó la barbilla hasta que sus ojos azules se encontraron con los
suyos. "Por favor", él dijo. Por favor, sálvame de esta tortura.

"Sí, podemos ir", le dijo, y luego se volvió para abrazar a Rhiannon y a


Sorcha, la joven tenía vértigo de la emoción.

"No tienes que olvidar tu promesa, tienes que decirme todo al respecto".

"¡Shh!" Dijo ella, tratando de calmar al espíritu del bosque.

Dash tiró de sus dedos tan suavemente como le era posible, hasta que
finalmente la hizo avanzar hacia la puerta. "Si una persona más te detiene,
yo no seré responsable de mis acciones", él gruñó.

"Oh, como una bestia", bromeó ella, con una sonrisa en su rostro.

"¿Estás bien?" Sus lágrimas tiraron de su corazón.

"Sí, lo estoy." Ella subió al carruaje.

"¿Qué es lo que se supone que debes informar a la bruja más pequeña?"

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The Taming of the Wolf

Cait hizo un gesto con indiferencia, pero su mano temblaba un poco en el


aire. "Ella quiere saber qué sucede en la cama de matrimonio. "Un rubor se
deslizó hasta sus mejillas.

Dash tiró de ella a su regazo. "Vas a tener que aprender un poco sobre ello
tu misma, ángel, antes de que pueda decirle todo. "Él la metió con fuerza
en su regazo y la miró a los cálidos ojos azules, luego le susurró a ella.
"Pero no te preocupes, voy a tratar de ser un buen maestro”.

Ella se estremeció en sus brazos.

Cait casi saltó cuando él le rozó la mejilla con la mano. "¿Por qué tan
voluble, ángel? Puedo decir que me quieres, tu pulso late con la fuerza de
un loco. "Él apretó los labios contra el costado de su cuello y luego gimió
en voz alta: "Si no llegamos a donde quiera que vamos pronto, me voy a
deshonrar a mí mismo en el carro. "Él miró por la ventana mientras el
coche iba más lento. "¿A dónde vamos?"

"Se suponía que iba a ser una sorpresa, pero lo averiguaras bastante
pronto, la casa de Elspeth está vacía, desde que Westfield construyó su
enorme propiedad, y ya que están en Hampshire de todos modos,
Rhiannon y Sorcha la arreglaron un poco y para que pasemos allí esta
noche. "

El corazón de Dash se hinchó un poco, había hecho planes para ellos para
que estuvieran solos.

"¿A solas contigo? ¿Cómo es que tendría tanta suerte? "No podía recordar a
nadie jamás haber planeado una sorpresa para él, nadie nunca se había
preocupado lo suficiente.

El coche desaceleró y Dash abrió la puerta, salió afuera, tomo la mano de


ella en el hueco de su brazo, y contempló la pequeña casa de campo. "Un
lugar encantador", remarco.

Cait giró el pestillo de la puerta y entró.

Él interior le quitó el aliento cuando ella fue inmediatamente asaltada por


el agradable aroma de las flores. El fuego rugía en la chimenea donde unas
mantas se habían arrojado sobre la alfombra, las ventanas estaban
cubiertas con enredaderas colgantes que se retorcían y giraban, sus hojas y
flores bloqueaban toda la luz de la habitación, lo que los dejaba en la

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

oscuridad, solo con la luz de la chimenea y las velas colocadas alrededor


de la habitación.

"¿La obra de Sorcha, supongo?" Dash se rio, con la boca abierta mientras
observaba todo lo que la chica había hecho. "No tenía idea de que ella era
tan talentosa."

"Oh, ella solo le dice a las plantas lo que tienen que hacer y ellas lo hacen."
Cait se encogió de hombros y luego se ocupó de una de las flores que
colgaban de la pared.

Dash puso sus brazos alrededor de su espalda, y la atrajo lentamente hacia


él.

"¿Por qué tan inquieta? ¿Asustada? "

Ella olfateó. "No tengo miedo".

"Entonces, ¿por qué tiemblas?", Le preguntó mientras sus manos se


deslizaron por su vientre para ahuecar la plenitud de sus pechos, levantó
un brazo y lo engancho detrás de su cuello, lo que hizo que la cabeza
cayera hacia su hombro.

Su cálido aliento sopló sobre su cuello, y ella dijo en un grito ahogado, "No
he hecho esto antes".

Él la giró en sus brazos hacia él, alzó su cara hacia él, y le dijo:

"Yo no te haré daño, Caitie. "Ella asintió rápidamente antes de que Dash la
levantara y cruzara la habitación con ella para dejarla sobre las mantas
amontonadas frente al fuego.

"Dash", dijo ella, apretando su mano contra su pecho para detenerlo.

"Sí, ángel", le preguntó distraídamente mientras desataba lentamente los


cordones de su vestido, al parecer teniendo un gran placer de alargar el
momento.

"Yo no puedo ver tu futuro."

"Sé que no puedes ver el nuestro, eso es una buena cosa, Caitie."

"No" para mí ", protestó ella, pero ella levantó sus brazos cuando él tenía
su vestido suelto para que pudiera sacarlo por sus hombros, luego levantó
su trasero cuando él golpeó su cadera para poder deslizar su vestido por

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The Taming of the Wolf

las caderas y echarlo a un lado, dejándola en nada más que su camisa y


medias. ¿Cómo lo había hecho con tanta rapidez?

De inmediato cruzó los brazos sobre el pecho.

"¿Has realizado esto con un montón de mujeres, Dashiel?" Preguntó ella,


mirando su rostro de cerca por una reacción, sus ojos se estrecharon
ligeramente. Él se quedó quieto, sin siquiera tocarla, su mirada ámbar casi
tragándola. "Debes saber, Caitrin, que nunca he hecho esto con nadie".

"No puedo creer lo que me dices, Dash. Tu libro"

Él la detuvo con un dedo en los labios. "Eso no era nada como esto." Se
pasó una mano por el pelo”.

No te enojes conmigo, debería haber mantenido mi gran boca cerrada. "Las


lágrimas pinchaban en la parte posterior de sus párpados.

"No estoy enojado contigo, Cait, tienes una buena razón para tener dudas,
soy un licántropo, eso es suficiente para hacer que cualquier mujer tenga
miedo, lamento no haber hablado de esto antes”.

Él se apoyó en la parte delantera del sofá y extendió sus piernas, luego la


tomó y la coloco en el medio, acunando su frente con su espalda.

"Cierra los ojos", le dijo en voz baja. Cait los cerró con un suspiro mientras
descansaba su cabeza sobre su hombro y seré la jaba en él. "Yo no sé
cómo será esto, "admitió finalmente.

"Hay que dejar que algunas cosas simplemente suceden" dijo Dash
mientras sus manos se movieron hasta sus pechos una vez más, sin
preámbulos, le acariciaba los pezones, ella se defendió con un jadeo. "Justo
como esto".

Su aliento rozó su oreja.

"Deja de tratar de predecir qué tan bien te amaré, porque, si yo no lo hago


bastante bien la primera vez, planeo hacerlo de nuevo. "Otro golpe en su
pezón hizo que arqueara la espalda. "Y otra vez." Su mano camino por su
estómago hacia los rizos que se encontraban en la unión de sus muslos. "Y
otra vez," gruñó cuando los dedos finalmente se sumergieron en su calor.

La acarició, la sensación no era desagradable, pero no era lo que ella había


esperado. "¿Eso está bien?"

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The Taming of the Wolf

"Sí," ella jadeó cuando un dedo la acarició donde latía su pulso y luego se
deslizaba dentro de ella, ella arqueó la espalda, completamente
avergonzada de la forma en que la hizo reaccionar.

"Así de mojada para mí." Él jadeó con cada respiración.

"¡Dash, por favor!" Exclamó.

"Por favor, ¿qué?", Él bromeó mientras sus dedos se movían en el interior


de ella para acariciarle los pliegues y viceversa.

"¡Yo no puedo más!" Finalmente lloro. "Yo no puedo más ¿qué pasa
después?"

"No te preocupes, ángel, te lo voy a mostrar ", dijo mientras la giró en sus
brazos y comenzó a trabajar con su propia ropa, tirando de su camisa
sobre su cabeza. Había visto ese pecho antes, pero no lo suficientemente
cerca para tocarlo, extendió una mano vacilante.

Su pecho palpitaba contra sus dedos antes de cerrar su mano alrededor de


él.

"Si me tocas, me desharás, muchacha."

"Pero..." ella protestó.

Él la convenció para levantar los brazos para que pudiera tirar de su camisa
sobre su cabeza, entonces ella se sentó delante de él completamente y
totalmente desnuda, aparte de sus medias de seda con la ligas rosa que
Sorcha insistió en que usara.

"¿Debo quitármelas?"

Él negó con la cabeza. "Me gustan. "Le sonrió suavemente.

Su ternura y consideración tocaron su corazón, ella se echó hacia atrás y


extendió los brazos hacia él.

El contacto de su pecho desnudo moviéndose a través de ella mientras él la


cubría era sublime. Se movió debajo de él, instándole a moverse un poco
más rápido. ¿Qué hacía? No tenía ni idea, el detuvo un beso abajo en el
lado de su cuello, y ella llegó a enhebrar sus manos por el pelo.

"Nunca esperé que fueras tan complaciente, Caitie", él bromeó.


"Normalmente eres como el fuego."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Estoy un poco preocupada bestia." Ella no pudo evitar reírse de él. ¿Era el
tipo de persona que sólo se encontraría debajo de él, incluso si se trataba
de su primera vez? Por supuesto que no. "Pero si insistes... Sácate los
pantalones ella le ordenó”.

"No estoy dispuesto a sacármelos", él se rio, se inclinó para tomar su


pezón en la

boca. Ella arqueó la espalda, tirando de su cabello para acercarlo. "Si me


los quito, voy a tener que estar dentro de ti. Y tú no estás completamente
lista. "

"Creo que lo estoy." El hombre hablaba con acertijos, y su cabeza ya estaba


girando con la forma que su áspera lengua erosionaba las sensibles puntas
de sus pechos mientras él iba y venía, de ida y vuelta.

"¿Qué debo hacer?"

"Nada, puedes estar tranquila para poder trabajar”.

"¿Quieta? ¿Quieres que esté tranquila? "

"Puedes hacer todo el ruido que quieras, ángel. Pero, por favor, deja de
hablar. "Su mano recorrió su vientre y se detuvo sobre su montículo, donde
le presionaba y se mecía contra la palma de su mano mientras sus dedos
se perdían a través de su calor.

"Si puedes hacer ruido cuando hago esto", dijo mientras separaba sus
pliegues y tocaba el centro de ella.

Ella se quedó sin aliento y se meció contra él, gritó cuando él movió el
pulgar por el pezón que era su centro de placer, con la boca todavía
devorando sus pechos.

"No estás jugando limpio."

"Nunca dije que lo hiciera." Él levantó brevemente la cabeza para


responder.

"Fuera los pantalones, Brimsworth," gruñó ella, el ruido ajeno a sus propios
oídos.

"Como la mujer quiera," susurró.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Final, finalmente él se aliviaría este dolor, por último, él la tomaría y la


haría suya.

Cuando regresó a ella, abrió sus piernas con la rodilla y luego se acomodó
totalmente entre sus muslos, algo caliente y duro presionaba en su lugar
más secreto.

"Nunca he querido nada más de lo que te he querido a ti," le susurró.

"Entonces tómame lobo grande."

"Bruja", gruñó él cuando ella pasó la mano por su pecho.

"Dices eso como si fuera un insulto."

Apenas podía respirar la última palabra ya que sondeaba su centro,


presionándose con ella insistentemente.

"Eso es todo, Caitie, dime cuando estés lista. "Se mantenía por encima de
ella, mirando profundamente en sus ojos, sus profundidades ámbar la
llamaban.

"Hazme tuya", le suplicó. Entonces él se empujó a sí mismo totalmente en


su interior en un golpe rápido, un breve momento de dolor la sacudió de
su bruma llena de pasión.

"Te amo, Caitie", le dijo él, con la frente tocando la de ella mientras
respiraba con dificultad, quedando completamente inmóvil dentro de ella,
sus dedos se deslizaron entre ellos para que pudiera avivar el fuego dentro
de ella.

Arriba, arriba, hasta que ella se dejara llevar, él comenzó a moverse


lentamente dentro de ella, sus movimientos lentos que lo conducían como
un loco, combinada con el movimiento lento y constante de sus dedos.

"No te detengas," le ordenó, tirando con dureza de su cabello para que la


mirara.

"Te deseo mi bestia ", ella exclamó.

A sus órdenes, sus trazos se profundizaron, el ritmo aumentó y su


respiración soplaba con mayor dureza a través de su piel, él gruñó, con los
brazos deslizándose debajo de ella mientras apretaba más y más profundo

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de lo que nunca había esperado. Hasta que ella comenzó a seguir el ritmo
de su cuerpo, dando un empuje para cada empuje.

La presión para la presión, el placer por el placer.

"¡Dash!" Gritó cuando la pasión se apoderó de ella en una dulce liberación,


empujándola hacia el placer, lleno de promesas que ni siquiera sabía que
estaba allí, siguió todavía revoloteando a su alrededor y luego se calmó
para que pudiera sacar el último poco de placer de él, permaneció dentro
de ella por un momento, sobre ella.

Luego levantó la cabeza y miró hacia abajo sobre ella, secándose el pelo de
la frente sudorosa. Su licántropo trataba de estar tranquilo y complaciente,
pero debajo de todo eso, todavía era un poco salvaje.

"Yo no sé lo que viene después. ¿Lo hacemos de nuevo? "Ella se rio ante la
mirada afligida en su rostro.

Él se rio entre dientes. "Necesito un momento, ángel."

A Cait le gusto el sonido de eso, y ella apoyó la cabeza contra su pecho,


disfrutando de la sensación de sus brazos abrazándola con fuerza.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Veintiocho
Dash rodó debajo de ella y le hizo el amor de nuevo. Trató de tener en
cuenta que esto era nuevo para ella y debería tener cuidado, pero ella tenía
otros planes. Ella le rogó que la tomara más duro y más rápido que antes, y
Dash necesito todo su control para mantener su ferocidad en jaque. Si él la
dañaba, nunca se lo perdonaría. Su pequeña bruja finalmente pareció
saciada y dejó caer la cabeza sobre su pecho, Dash coloco una manta sobre
ella para mantener el frío lejos de ellos durante la noche.

Luego acunó a Caitrin contra él y lanzó un suspiro de alivio cuando su calor


se extendió sobre cada parte de él, él nunca podría llenarse de ella. Ella era
todo lo que siempre había querido y más, todo envuelto en el paquete más
bonito.

"Trata de dormir, ángel."

"¿Me estas ordenando de nuevo?" Se cubrió un bostezo con su delicada


mano. Dash se rio entre dientes. "Yo soy tu amo y señor ahora, Caitrin."
Ella le dio un codazo en la cara, y él rio más fuerte. "Además, vas a
necesitar tu fuerza mañana."

"¿Ah, sí?" Tomo su delicada mano sobre su pecho.

"Mmm", admitió él, apretando su agarre sobre ella. "Puede que no te


permita salir de la cama por una semana."

Caitrin rio suavemente. "No estamos en una cama, Dashiel."

Él sonrió en la oscuridad mientras miraba sus ojos. "Buenas noches,


muchacha."

Dash sabía el momento en que se quedó dormida, cuando su respiración


se hizo rítmica y su cuerpo quedó inerte contra el suyo, cansado como
estaba, Dash no era capaz de quedarse dormido, estaba demasiado
sorprendido por su buena suerte, para el resto de su vida, podría hacer el
amor con Caitrin y despertar cada mañana con ella en sus brazos.

Nunca antes había sido responsable de cualquier persona que no fuese él


mismo, ella era suya, en todo el sentido de la palabra. Y cada suspiro que
pronunciaba, cada vez que respiraba, le fascinaba, no quería perderse ni
un momento de ella.

200
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Vuelve a casa, Dashiel," ella susurró en su sueño, agarrándolo más fuerte.

Pero él estaba en casa. "Shhh, Caitie, estoy aquí." Le pasó la mano por la
espalda, tranquilizándola.

Cuando ella se relajó, miró alrededor de la casa de Elspeth Westfield, él no


estaba en casa exactamente. Pero donde Caitrin estuviera, él estaría a su
lado, y tenía la sensación de que eso quería decir Edimburgo, su vida
estaba aquí, y no podía imaginar su partida, Dash suspiró. Tal vez debería
buscar una casa para ellos tan pronto como fuese posible, Dash no quería
vivir con Angus Macleod. Pero él no sabía cómo encontrar en la ciudad un
buen un lugar propio, tendría que contratar a un agente por la mañana
para iniciar su búsqueda.

El corazón de Caitrin comenzó a acelerarse, lo cual lo distrajo de sus


pensamientos. Entonces su respiración salió rápidamente, y antes de que
Dash pudiera responder, su esposa se sentó de golpe y jadeó como si
desesperadamente necesitara aire.

"Caitrin", le dijo. "Estás bien, estoy aquí. "Envolvió sus brazos alrededor de
ella. Ella tomó una respiración angustiada y tembló.

"Caitie, ¿qué es?"

Ella negó con la cabeza. "Yo no lo sé".

"¿Estabas soñando?", se preguntó. "¿Es tu amiga de nuevo?"

"No, no era Blaire. "Su corazón empezó a detenerse a un ritmo normal. "Era
un hombre."

"¿Un hombre?" No estaba para nada contento con la perspectiva de los


otros hombres que la visitaban en sus sueños.

"En mi sueño, creo que vi el pasado ", explicó. "¿Pero no sé si está correcto,
mi don es ver el futuro, no las personas o acontecimientos que ya han
sucedido”.

"¿Viste el pasado en tu sueño?"

Ella asintió con la cabeza contra su pecho. "El hombre, el anciano", aclaró,
"no tenía polvo en su cabello."

201
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Una intranquilidad comenzó a formarse en la boca del estómago de Dash,


pero él la dejó continuar.

"Él estaba con dolor y..." Se sentó y lo miró directamente a los ojos. “Estaba
llamándote a ti." Dash cerró los ojos, no quería escuchar nada más.

"Pero ¿por qué estaba llamándote? ¿Sabes quién era? "

Dash tenía una idea bastante buena. "Has sido muy vaga", evadió. "¿Cómo
voy a saber quién era?”

Cait le frunció el ceño. "Tú sabes quién es, puedo oírlo en tu voz. ¿Quién
es, Dash? "

Hizo una mueca cuando él preguntó: "¿Tiene una nariz torcida? ¿Barbilla
fuerte? "

Ella suspiró con alivio. "Sí. ¿Quién era? ¿Qué quiere de ti? Tan extraño es
ver el pasado”.

Dash sacudió la cabeza. "Yo no creo que haya sido el pasado, Caitie, suena
como mi

Padre Eynsford.".

Una mirada de confusión se instaló en su rostro. "Pero él parecía"

Dash sabía muy bien lo que el hombre parecía. "Como una página de la
última generación", terminó por ella.

"Él todavía llevaba una peluca y polvos en su pelo, él piensa que la moda
actual es indigna y más bien común”.

Caitrin pasó los dedos por su pelo. "Él estaba llamándote, Dash."

"¿No le sorprenderá saber que no estoy en Inglaterra?", Respondió


secamente.

"Yo no sé lo que sucedió entre ustedes dos, pero hay una razón por la que
tuve mi sueño”.

"¿Y por qué es eso?"

"No estoy segura, pero tienes que verlo."

202
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Dash volvió la cabeza y besó la palma de su mano. "Hice mis votos el día
de hoy, Caitie y no te vas a librar de mí tan fácilmente. "

"No quiero alejarme de ti, pero tienes que ir con él, es importante".

"Nada es más importante que tú, yo no te voy a dejar el día después de


nuestra boda y ciertamente no correré al lado de ese miserable".

"Se está muriendo", dijo Cait suavemente.

No fue capaz de cuidar de él durante toda su vida, el marqués lo había


reprendido y lo despreciaba, lo había mantenido bajo llave y maldecido su
existencia. A Dash no le importaba volver a ver al anciano. "No lo
suficientemente pronto."

Ella golpeó el pecho. "Eso es terrible."

"Caitie", empezó a decir, pero ella metió su dedo en el pecho.

"Escúchame, Dashiel Thorpe, tienes que ver al hombre, es importante, pero


no podrás verlo si no vas. "

"No te voy a dejar", insistió Dash. Se había pasado toda su vida necesitando
a alguien que lo entendiera, alguien que se preocupara por él. Cait no
había admitido a amarlo, pero su afecto era lo más cercano que jamás
había tenido, y él no estaba dispuesto a correr hasta el final de Kent para
ver al hombre que había hecho su existencia miserable.

"Me voy contigo", dijo con determinación.

Dash resopló. “Te vi en cada posada durante el camino a aquí, Caitie, no


puedes estar al alrededor de todas esas personas extrañas, no te voy a
torturar de esa manera. No te voy a pedir eso, y yo no tengo ningún deseo
de volver a Eynsford Park, no importa de todos modos. "

"Mientras tu vayas conmigo, voy a estar bien", susurró, tocando sus labios
contra su pecho.

"¡Cait!" Gimió. "No trates de convencerme, no voy a ir".

"Mientras tú me estés tocando ', puedo bloquear todas las imágenes",


admitió Caitrin.

Dash se echó hacia atrás y la miró, perfilado por la tenue luz de la


chimenea.

203
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Bloquear las imágenes ". "¿Qué quieres decir con eso?"

"Quiero decir," ella suspiró, "Tu toque es el remedio para el dolor de los
sentimientos de todos esos extraños cuando viajo, no estoy plagada de los
futuros de los que me rodean cuando tú me tocas. "Ella entrelazó sus
dedos con los suyos. "Tenemos que ir a ver al marqués, Dash, de lo
contrario yo no soñaría con él."

Ella parecía inquebrantable, y Dash dejó escapar un suspiro, no podía creer


que estuviera obligándolo a hacer esto. Era verdaderamente un tonto
enamorado por tan solo considerarlo.

"No me puedo imaginar lo que vamos a ganar con esto."

Cait sacudió la cabeza. "Sea lo que sea será revelado." Entonces ella sonrió.
"Oh, y si calculamos correctamente, nos encontraremos a Elspeth y a
Benjamín en el camino, ellos sólo han empezado su viaje."

Maravilloso, un hermano Westfield y su padre en el mismo viaje, Dash ni


siquiera intentó detener el gruñido que escapó de él. Caitrin parecía estar
envuelta en un capullo oscuro que la abarcaba con calor, la sensación era
completamente desconocida como a menudo hacía tanto frío en Escocia.

Ella suspiró, perfectamente contenta de quedarse envuelta así para


siempre.

"Caitie." Ella oyó su nombre de tan lejos. "Caitie." Escucho la voz de Dash
de repente mucho más fuerte, junto a su oído.

"¿Hmm?" Ella dijo perezosamente.

"Haces pequeños sonidos muy encantadores cuando duermes, ángel ", él


se rio entre dientes.

Ella parpadeó con los ojos abiertos para encontrarse mirando el esculpido
pecho de su marido, ligeramente espolvoreados con el pelo de color oro,
Cait sonrió mientras los recuerdos de la noche anterior brillaban en su
mente, y ella no podía recordar ser tan feliz, ella le dio un beso en la
clavícula.

"Buenos días, mi Lord."

Los dedos de Dash realizaron círculos en su espalda.

204
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Buenos días, mi Lady. ¿Cómo has dormido? "

Cait levantó la cabeza para mirarlo. "Eres muy caliente, no creo que tenga
necesidad de una manta nunca más”.

Una sonrisa salió de sus labios, y él la hizo rodar por debajo de él. "¿Estás
sugiriendo que te cubra día y noche?”

Cait rio.

"Eso se puede arreglar, muchacha." Él acaricio con su nariz su cuello,


haciendo que un hormigueo corriera a través de su piel.

"¿Cuánto tiempo podemos permanecer aquí en casa de Westfield?"

"En el momento en que regresamos de Kent, Elspeth ya estará de regreso."

Dash se detuvo, y luego levantó la cabeza y la atravesó con su mirada


ámbar.

"No estas realmente hablando en serio, ¿verdad?”

Cait le frunció el ceño. ¿Creía que su poder era algo para tomar a la ligera?

"Por supuesto que hablo en serio, Dashiel, tenemos que salir hoy”.

Frunció el ceño. "¿El día de hoy? Caitie, quiero encontrar un corredor hoy
para que nos ayude a encontrar un hogar propio, y acabamos de terminar
un largo viaje, me gustaría una semana o más para recuperarme de eso,
y…”

"Hoy", insistió ella, empujándole el pecho. "Tuve mi sueño anoche, tenemos


que salir para Kent hoy durante el día. "

Él gruñó y se apartó de ella. "No quiero hacer esto, Cait, no quiero viajar
todo el camino a Eynsford Park y visitar a mi padre, quiero construir
nuestra vida aquí y mirar hacia el futuro”.

Podía oír el dolor en su voz, y su corazón le dolía por él, el marqués debía
ser un hombre horrible, pero su sueño significaba algo y no podía
ignorarlo. Su madre podía haber sido negligente por no mencionar ciertas
cosas como que no sería capaz de ver el futuro de su marido, pero ella
había sido muy clara acerca de seguir sus premoniciones.

205
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Hacer caso omiso tendría terribles circunstancias, Cait no estaba muy


segura de lo que quería decir, pero no había nada en su vida que ella
estuviera dispuesta a poner en riesgo para averiguarlo.

"Tenemos que ir hacia allá, Dash," dijo ella en voz baja. "Me hubiera
gustado quedarme, también, pero mi sueño...”

Él asintió con la cabeza ligeramente en señal de asentimiento. "Si sientes


que es necesario, vamos a viajar hoy”.

Cait se incorporó y echó los brazos alrededor de él, aliviada de que él


entendía la importancia de su poder, ella no pudo evitar sonreír, Dash no
sería el mismo presuntuoso dictatorial que Benjamín Westfield era con
Elspeth, él respetaba su don, quería llorar de alegría.

206
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

VEINTINUEVE
Mientras Dash descendía los escalones de la casa Macleod y se acercaba a
su cochero, no podía creer como había accedido a este viaje. El medio de
transporte ya estaba cargado con los baúles de su esposa, Renshaw parecía
que estaba dispuesto a renunciar a su puesto, el pobre hombre había
conducido a través de los brutales vientos y tormentas para llegar aquí, y
ahora Dash le hacía dar la vuelta y hacerlo de nuevo.

Al menos Dash y su novia iban al sur, no habría escoceses arrogantes


tratando de robarle a Cait bajo sus narices, no habría criadas irritantes que
hacer frente en esta ocasión. Esta vez, Dash podía tocar a Caitrin cuando
quisiera sin miedo a ser descubierto.

En el frente de su coche, Sorcha Ferguson y Rhiannon Sinclair se reunieron


en torno a Caitrin, mientras se despedían, mientras su esposa les
aseguraba a sus amigas que no se irían por mucho tiempo, una mano
golpeó a Dash en la espalda, se dio la vuelta para encontrar a Angus
Macleod sonriéndole.

“Cuidara de mi niña, ¿verdad, Brimsworth?"

"Con mi vida", aseguró a su suegro.

El viejo escocés le guiñó un ojo. ¿Ella dice que quiere encontrar una casa
para ustedes para cuando vuelvan? "

Dash asintió. "Yo no quiero tomar ventaja de su generosidad, señor."

Angus Macleod echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada. "Usted es
un mal mentiroso, muchacho, usted quiere a mi hija toda para usted
mismo”.

¿Era tan fácil de leer?

"Yo era de la misma manera con Fiona hace tantos años", continuó
Macleod. "Cuando vuelva, voy a tener un corredor y puede buscar en
Edimburgo un hogar adecuado para ustedes, usted la ama con todo su
corazón ¿Verdad?"

207
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Sí, señor." Dash estrechó la mano de su suegro, entonces miró por encima
del hombro para encontrar Niall Forster que lo observaba con una mirada
de leve diversión.

Dash asintió con la cabeza en dirección al hombre. "Señor, gracias por


todos sus consejos."

Forster se adelantó y negó con la cabeza. "¿A pesar de todo lo que le


aconseje no prestó atención, Dashiel?"

De alguna manera, Dash fue capaz de mantener un gruñido antes de que


escapara de su garganta. El viejo simplemente no lo entendía, Forster se
había criado sabiendo lo que era, aprendiendo a controlarse a sí mismo;
Dash no.

Si permitía a la bestia dentro de él tener carta blanca, Caitrin podría estar


en grave peligro. Ningún asunto la amenazaría aunque llamara a la libertad
dentro de, Dash era suficientemente caballero en el exterior para mantener
a la bestia a raya. "Por el contrario, la carrera fue muy refrescante."

El constructor naval bajó la voz, para que sólo pudiera escuchar Dash. "Si
pones atención a lo que he dicho, Dashiel, no hay ningún daño que puedas
hacer, acéptate, abrázate a ti mismo o serás condenado”.

¡Qué pensamiento tan alegre! Dash frunció el ceño al hombre. "Creo que
tengo todo bajo control, señor."

"Sí", comentó Forster. "Ese es el problema, amigo."

Dash no estaba de humor para más palabras de Forster, por lo que se


inclinó, dejándole saber que la conversación había llegado a su fin. " Que
tenga un buen viaje de regreso a Glasgow."

Luego llamó la atención de Caitrin en el frente del coche, donde aún estaba
charlando con sus amigas. "¿Lady Brimsworth, está usted lista?"

Cait le sonrió y salió por el costado del carro, Dash abrió la puerta para su
esposa y la ayudó a subir. Antes de que pudiera subir con ella, sintió que
alguien tiraba de su chaqueta.

Dash se dio la vuelta para encontrar a Sorcha de pie detrás de él, con
lágrimas que se arrastraban por sus mejillas.

208
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Yo me encargo de ella, muchacha, no hay necesidad de preocuparse,


estaremos de vuelta antes de que te des cuenta".

Ignoró el gemido de su cochero ante esas palabras, iba a tener que


aumentarle la paga al hombre si quería mantener sus servicios.

Sorcha se acercó a él y le entregó un ramillete de flores de color púrpura.

"Wisteria", dijo en voz baja. "Es para un viaje seguro."

Dash aceptó las flores y levantó la mano enguantada de Sorcha a los labios.

"Gracias, señorita Ferguson, eso fue muy atento."

Luego se metió en el coche y golpeó en el techo para que Renshaw


partiera.

El coche se tambaleó hacia delante y Caitrin se instaló a su lado, apoyando


la cabeza sobre su brazo, su mano aterrizó suavemente en su pecho y
suspiró, una vez se había burlado del amor. Pero, ya no, no tenía duda de
su existencia, ya que casi lo abrumó con cada respiración que tomaba.

"¿Ha pasado mucho tiempo desde que viste por última vez a tu padre?,
Dash", preguntó en voz baja mientras sus dedos comenzaron a moverse
lentamente sobre su pecho.

"Lo suficiente."

"Espero que siga vivo cuando lleguemos allí, me gustaría conocer al


hombre que ha hecho tu vida tan miserable”.

"¿Planeas hervirlo en aceite, ángel?" Él no pudo evitar reírse de la imagen.


"O ¿envenenarlo con una de tus pociones?"

Cait suspiró con tristeza.

Él le dio un codazo suave. "¿Qué sucede?"

"No dejo de pensar cuan solitario debe estar. ¿Nunca se volvió a casar
después de que tu madre muriera? "

"Ninguna mujer de mente sana se casaría con él." Tomó a un pedazo de


pelusa imaginaria del pantalón de su pierna.

"Tu madre se casó con él."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Ella también se dejó seducir por un licántropo, su situación mental es


todavía desconocida para mí".

Ella le dio un puñetazo en el hombro y se sentó, con la boca bien abierta


con indignación. "¿Cómo puedes decir tal cosa?" Ella se quedó sin aliento.

"Oh, vamos, Caitie," dijo, tratando de calmarla mientras se alejaba a sí


misma de él por completo.

"No quise decir eso", finalmente él dijo, aunque no tenía ni idea de por qué
ella estaba tan disgustada con él, Cait no le hizo caso y se quedó mirando
por la ventana opuesta.

"¿Qué he hecho?" Preguntó finalmente cuando el silencio se hizo


ensordecedor.

"Nada." Dijo ella mientras se daba vuelta.

"Ángel", él comenzó.

"No me digas ángel, Dashiel Thorpe, si piensas insultarme y luego esperas


que caiga directo a tus brazos sólo porque eres encantador estas muy
equivocado".

"¿Cuándo te he insultado?" Malditas mujeres, nunca se les entiende.

"Tu dijiste que el estado mental de tu madre estaba en duda, porque se


dejó seducir por una bestia". Ella levantó una ceja y luego pasó la mirada
por el cuerpo de él.

"Oh." Él suspiró fuertemente. "No me refiero a ti, Caitie, tú no tenías


oportunidad contra mi encanto. "Él la miró por el rabillo del ojo.

Una sonrisa tiró de las comisuras de su boca, a pesar de que luchó, luego
ella tiró del cuello de su vestido, dejando al descubierto su hombro. "¿Podía
luchar contra tu mordedura? Una vez que enterraste tus dientes en mí ya
estaba hecho y no es como si tuviera muchas opciones ¿verdad?"

"Oh, tenías varias opciones, podrías haber elegido a MacQuarrie, podías


haber seguido adelante. "Él la tomo en brazos y la coloco en su regazo, a
pesar de sus luchas. Él bajó la voz. "Pero no lo hiciste, debido a que me
amas, incluso si digo las cosas mal a veces y sea completamente
inapropiado".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Ella dejó de moverse en su regazo, gracias a Dios. Si su trasero se hubiese


meneado contra de él una vez más, la bestia habría estado bajo sus faldas,
aunque ella estuviera enfadada con él.

"Eres un patán", dijo mientras se calmaba y apoyaba la cabeza contra su


pecho.

"Lo sé, lo siento. "Ella le dejó que le cepillara el pelo de la frente.


"Perdóname".

¿Perdonarlo? ¿Y que el muy patán se quitara esto tan fácilmente? No con


mucha probabilidad.

"Quizás mañana", dijo ella, incapaz de detener la risa que estalló.

"¿Tienes alguna predicción sobre lo que va a ocurrir cuando lleguemos a


Kent?" Su frente se vio empañada por la concentración.

"Yo no puedo ver el futuro que te concierne." Si tan sólo pudiera, podría
hacer esto mucho más fácil para los dos. "¿Estas preocupado?"

"No nos separamos en buenos términos, ángel, mi padre probablemente


detesta mi sola presencia, al igual que lo ha hecho todos los días desde
que nací".

"Eso no tiene sentido con lo que vi en mi sueño, Dash. Él te necesita,


solamente no entiendo porque".

El la coloco más cerca de él, y ella estaba contenta con que solamente la
abrazara durante un tiempo mientras colocaba la cabeza debajo de su
barbilla.

"Él sabe que yo no soy su hijo," dijo Dash finalmente en voz baja. "Él mismo
me lo dijo, no le creía en ese momento, pensé que era su decepción la que
hablaba.

"¿Él sabe quién es tu verdadero padre?"

El hizo que su cabeza se moviera de lado a lado mientras respondía. "No, y


si lo sabe, no me lo dijo".

"¿No quieres saber?"

Él se encogió de hombros.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Por supuesto que quieres", ella murmuró.

"Sería bueno saber," dijo finalmente, aunque nunca había pensado mucho
en ello. ¿De qué sirve saber esto ahora? "Pero si no fuese importante, yo no
estaría haciendo este viaje, si no fuera por ti". Él le dio un codazo
juguetonamente a ella.

"Las cosas que hago por amor."

"Sólo estas esperando para colocarte bajo mis faldas de nuevo," dijo ella,
sintiendo como el color subía por su rostro mientras él reaccionaba ante su
comentario, ella tomó su barbilla con la mano y le dio un beso rápido.

"No trates de distraerme con tus besos, ángel," gruñó. "Me gusta la idea, la
que acabas de tener, vamos a volver a eso".

"Eres incorregible." Pero, a decir verdad, le gustaba ser una con él, le
gustaba su cercanía. Tenerlo dentro de ella era más de lo que nunca había
soñado que sería. "No podemos hacer esto en un coche".

Él la miró con las cejas levantadas. "¿Y por qué no?" Él dejo caer su voz "Te
puedo tomar donde yo quiera."

Cait podía sentir la loca carrera de su pulso y sabía que él podía


escucharlo, y también uno en la unión de sus muslos comenzó a golpear
también. El hombre sólo tenía que hablar de tomarla, y ella se calentaba
como el fuego alimentado en un frío día de invierno.

"Me encanta la forma en que reaccionas para mí", él murmuró mientras la


levantaba y colocaba cada pierna a un lado de él para colocarla a
horcajadas sobre su regazo, sus manos ahuecaron su trasero, atrayéndola
tan cerca que ella podía sentir la protuberancia de él contra su muslo.

"No puedo hacerlo así," ella susurró, ligeramente escandalizada, pero muy
excitada al mismo tiempo, Dash la distrajo hablando mientras él aflojaba el
corpiño de su vestido.

"Podemos hacerlo en cualquier lugar, ángel, podemos hacerlo de pie.


"¿Podrían?”

“Podemos hacerlo acostados."

Ella asintió con la cabeza, cada vez más distraída mientras él tiraba
hábilmente de su corpiño hacia abajo y dejaba al descubierto sus pechos al

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

fresco aire, las cimas de sus pechos se endurecieron de inmediato. "Y


podemos hacerlo en un coche."

"Sí, estoy empezando a darme cuenta de eso", ella dijo casi sin aliento
mientras levantaba su pecho a la boca y lentamente tiraba de la cima hacia
el interior, sin apartar los ojos de ella. Ella avanzó poco a poco en su
regazo, tratando de conseguir estar un poco más cerca de él.

"Fácil", dijo él rápidamente, cuando ella hizo un mal movimiento.

"Lo siento, me refiero que no quiero hacerte daño".

"Es un dolor delicioso, ángel, no te preocupes. Tratando de mantener a la


bestia bajo control. "Él se desabrochó los pantalones y se deleitó con la piel
suave que cubría su dureza contra su muslo.

"Suave", ella preguntó.

"¿Perdón?", Su cabeza se levantó. "Ángel, no hay nada suave en mí en este


momento," él se rio entre dientes.

"¿Puedo tocarte?" De repente estaba curiosa por ver y sentir la parte de él


que la llenaba tan bien.

Él levantó las manos detrás de la cabeza y se recostó contra los cojines.

"Puedes tocarme donde quieras de todos modos me gusta. "Una sonrisa


traviesa jugo alrededor de su boca.

Cait se puso cómoda para poner suficiente espacio entre ellos para que ella
pudiera tenerlo en su mano, él soltó una respiración rápida, y ella lo soltó
aún más rápido. "¿Te he hecho daño?"

"Ese fue un suspiro de placer, no de dolor, pero no estoy seguro de cuánto


más placer puedo tomar, para ser honesto. ¿Podríamos terminar esta
exploración más tarde?"

Sus manos se deslizaron de nuevo por debajo de la falda para que pudiera
acariciar su trasero desnudo y tirar de ella hacia adelante, donde ella
descansaba sobre él. Luego le dio un codazo en su centro, amasando su
trasero mientras tiraba de ella y la llenaba de un golpe rápido.

Cait levantó sus brazos alrededor de su cuello y le permitió llevar su danza,


subiendo y cayendo mientras la levantaba y la bajaba con sus manos sobre

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

sus caderas, una mirada muy curiosa cruzó su rostro mientras se acercaba
al ápice de su placer y lo miró a los ojos. Su mano se deslizó entre ellos y
la llevo a las alturas.

Ella estuvo encima de él durante algunos momentos preciosos, su corazón


se apretó contra él, luego ella se incorporó y tiro hacia atrás su camisa en
el cuello.

"Llevas la marca de la bestia."

Él miró hacia abajo para ver lo que ella se refería.

"¿Mi marca de nacimiento?"

"Sí, es como la de Elspeth, la he visto toda mi vida. ¿Ves cómo está formada
como la luna?"

"Nunca le he prestado mucha atención a eso", dijo, él quitando sus manos


suavemente.

"puedo hacer esto", protestó ella, inclinándose para poner sus labios sobre
su marca. "Me gusta, sin embargo, otros pueden decir que estoy loca por
amar a un licántropo, "ella se rio contra su cuello, donde se inclinó y le dio
un beso rápido.

"Oí eso," él gruñó.

"Quiero decir, porque pude escucharlo."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

TREINTA
"¡Están allí!" Cait casi gritó mientras miraba por la ventanilla del coche en la
posada del violín y el gato. Dash suspiró, durante la última semana, él
había visto a su esposa ponerse más entusiasmada ante la perspectiva de
reunirse con Elspeth Westfield, ahora, al parecer, el tiempo estaba sobre
ellos.

"¿Y estás segura de que están aquí?", preguntó Dash, él no tomaría la


misma alegría que ella, pero él no estaba ansioso por reunirse de nuevo
con Benjamín Westfield, ni con su esposa. Él no había sido exactamente un
huésped bienvenido cuando se habían visto anteriormente.

"Por supuesto, que estoy segura, mira, allí está el coche de Benjamín".

Dash se asomó por la ventana, efectivamente, allí en el patio contra el sol


poniente, el emblema de los Westfield estaba estampado en el lateral del
carro, un lobo orgulloso, de color dorado y azul. "Parece que
verdaderamente están aquí”.

Ella ahuecó su mandíbula en sus manos. "No te preocupes, estoy segura de


que se han olvidado de todo ese asunto con la abducción de Lord William
y... "

Algo que él dudaba, Dash se estremeció, no había sido su mejor momento.


Los Westfields eran un grupo leal, él no era parte de su manada, y nunca lo
sería.

Sin embargo, él no era un cobarde, empujó para abrir la puerta del coche y
ayudó a Cait a bajar del carruaje, al acercarse a la taberna, Dash
serpenteaba su brazo alrededor de su cintura.

Abrió la puerta y dirigió a Caitrin hacia el umbral, luego se lanzó hacia él el


posadero tan rápido que perdió el control sobre ella, Cait se echó hacia
atrás y Dash se precipitó hacia adelante, colocando su mano en su espalda,
con la esperanza de quitarle su dolor. Mientras él la tocaba, ella no sería
asaltada por los futuros de desconocidos.

Ella tomo aliento y luego levantó la vista hacia él.

"Es mi culpa, no estaba pensando."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Estaba muy emocionada." Dash enganchó su brazo con el suyo, decidido a


que no sucediera de nuevo, el verla con angustia le desgarró el corazón.
Era una cuestión de orgullo para él que él, y sólo él, podía mantener las
imágenes no deseadas fuera de su cabeza. Destinos predeterminados, si
no era un creyente antes, sin duda lo era ahora.

Dirigió a su esposa hacia el esbelto, posadero que se encontraba detrás de


la barra. Dash asintió con la cabeza en señal de saludo.

"Mi esposa y yo requerimos alojamiento, señor."

"Por supuesto", respondió el hombre.

"Y creo que mis amigos están aquí también", Caitrin interrumpió: "Lord
Benjamín Westfield y Lady Elspeth".

El hombre se rascó la barbilla. "En efecto, señora, su señoría ha reservado


uno de los comedores privados esta noche”.

Caitrin casi resplandeció. "¿Cuál, señor?"

Pero no había necesidad de preguntar, Benjamín Westfield tenía un oído


que igualaba al de Dash, y el sonido de su nombre, obviamente, lo había
escuchado con su poderoso oído. El licántropo se presentaba al final de la
taberna, con la puerta del comedor privado abierta en una mano.

"Caitrin Macleod", él preguntó, aunque sus ojos color avellana se nivelaron


sobre Dash. "¿Qué estás haciendo aquí, muchacha?"

Cait comenzó a moverse hacia el hombre, pero Dash mantuvo su dominio


sobre ella esta vez. "Cuidado, ángel," le susurró a ella.

Westfield captó sus palabras, Dash podría decirlo por la forma en que su
ceño se frunció un segundo después, Cait miró a Dash, a continuación,
miro al otro lado de la taberna en dirección del otro licántropo.

Un momento después, Elspeth Westfield asomó la cabeza en la taberna,


sus rizos ardientes se balanceaban en cada movimiento, y su rostro se
iluminó de alegría.

"¡Cait!"

La pelirroja embarazada se lanzó desde la habitación y echó los brazos


alrededor del cuello de Caitrin.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¡Dios del cielo! Eres la última persona que esperaba ver aquí. ¿Qué estás
haciendo aquí? ¿Por qué huiste de Westfield Hall en medio de la noche? ¿Y
qué...? "Sus ojos verdes finalmente aterrizaron en Dash. "Lord Brimsworth."

"Lady Elspeth," dijo suavemente. "Qué bueno verle de nuevo, Cait estaba
segura de que la encontraríamos aquí”.

Lady Elspeth parpadeó, aparentemente perpleja por las palabras, sin


embargo, esa indisposición no afligió a su marido que cruzó el piso en
unas pocas zancadas para dejar caer una mano protectora en el hombro de
su esposa.

"Quizás se nos debiera unir para la cena, sugirió Lord Benjamín.

Cait apretó la mano de Dash, y no importaba lo incómodo que se sentía en


ese momento, el amor y él afecto de su gesto le calentó el corazón.

"Gracias, Westfield, Lady Brimsworth y yo estamos bastantes cansados de


nuestro viaje".

No estaba seguro de quien fue más fuerte el grito, si fue de Lord Benjamín
o su esposa. Cuando lady Elspeth se recuperó de la impresión ella
rápidamente besó las mejillas a Caitrin.

"Bueno, ¡enhorabuena! Deben unirse con nosotros.

“Eso suena como si tuvieran un cuento que contar”.

Como Cait miró fijamente a través de la mesa a su mejor amiga en el


mundo, esperaba con todas sus fuerzas que Elspeth y Ben encontrarían una
forma de aceptar a Dash. Como miembros del COIG, ellos estarían en la
vida de los otros, hasta el fin de los tiempos, sería mejor para todos si se
llevaran bien.

"Entonces," comenzó Benjamín mientras empujaba una copa de vino hacia


Dash,

"¿te has casado con Caitrin?"

Vio que su marido asintió y tomó nota de la contracción muscular en su


mandíbula.

"Tuve la suerte de convencer Caitrin de aceptar mi propuesta."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¿Cuando sucedió esto?" Preguntó Elspeth, moviendo nerviosamente la


comida por el plato.

"Ustedes deben comer," Caitrin le recordó.

Su amiga negó con la cabeza. "Más tarde, quiero oír todo sobre él".

"Bueno," comenzó a Cait, "nos encontramos en Westfield Hall, y luego Dash


y yo nos conocimos en el camino a Escocia. Cuando llegué a casa, él me
convenció."

Elspeth nunca aceptaría la versión de los hechos, pero espero que no la


cuestionara con los hombres presentes, más tarde, cuando estuvieran a
solas, Cait le confiaría todo a su amiga, el resto de las brujas sabía la
verdad, de todos modos.

"El comandante dijo que te había enviado a Glasgow", dijo Ben,


entrecerrando los ojos en Dash.

"Él lo hizo, el Sr. Forster me acompañó a Edimburgo, no es que sea de tu


incumbencia", su marido gruñó.

Elspeth puso una mano sobre Ben.

"Está claro que Cait es feliz, sólo debemos desearles lo mejor".

Ben Westfield refunfuñó algo en voz baja, pero Cait estaba segura de que
no eran sus mejores deseos. Ella ignoró al marido de su amiga, como solía
hacer.

"Extremadamente felices", ella confirmó, sonriendo a Elspeth.

"De hecho, estamos en nuestro camino para visitar al padre de Dash en


Kent".

Cuando terminaron de cenar, Elspeth rodeó la mesa y apretó el hombro de


Cait.

"¿Quieres salir a caminar conmigo?"

Así ella podría llegar a la verdad, Cait sintió a Dash tensarse a su lado, y
ella le dedicó una sonrisa. "Voy a estar bien, mientras nos alejemos de la
posada, las visiones me molestaran menos".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Él dejó escapar un suspiro. "Ten cuidado, ¿de acuerdo?" Cait asintió, Dash
deslizó sus brazos alrededor de su cintura y le dio un beso en la frente. "Te
quiero."

"Yo te quiero, también, volveremos pronto".

Cait siguió a Elspeth través de la taberna por la puerta principal del


edificio. La parte de que era muy feliz de ver a su hermana bruja peleó con
el lado que mantenía lealtad a Dashiel.

"¿Por qué te está mirando tan preocupado?" dijo Elspeth distraídamente


mientras ella se puso a caminar a su lado.

"Elspeth," comenzó Cait, entonces se detuvo y sacudió la cabeza. "Él no


aprueba lo que hago"

"Yo no era consciente que teníamos que tener la aprobación de los


cónyuges, Cait."

Los ojos de la bruja pelirroja bailaron con algo que Cait no podía
identificar, pero posiblemente había un poco de complacencia en su
mirada.

"Recuerdo vagamente que te opusiste a mi matrimonio con Ben, hiciste que


Rhiannon sacudiera la ciudad con una tormenta furiosa. "Entonces ella se
rio y rompió la tensión. "Pero, al menos, tuviste la oportunidad para ir a mi
matrimonio, yo no puedo decir lo mismo del tuyo. “Tú eres mi mejor
amiga”.

"No hubo tiempo" Cait murmuró, con la esperanza de que Elspeth lo


entendería.

"¿Por qué no? ¿Cuál es la prisa? "

"¿Cuál era la prisa con Benjamín y contigo?" Cait le lanzó una mirada
significativa.

"Me había arruinado, si no te acuerdas correctamente."

Cait sólo levantó las cejas hacia ella y puso las manos en las caderas.
Elspeth prendió inmediatamente.

"¿Te arruino? ¿Fue a propósito? Siempre he sospechado que Ben me arruino


a propósito. "Ella se echó a reír.

219
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"A Westfield nunca le importó si te arruinaba o no, él simplemente te


quería".

"No más de lo que yo lo quería a él ", dijo Elspeth suavemente, una leve
sonrisa apareció en su rostro. "Sin embargo, Ben y Brimsworth no se
encuentran cortados por la misma tijera".

Elspeth debe haber visto la furia que gritaba en el cuerpo de Cait con ese
comentario porque se apresuró a añadir:

"Aunque no me atrevería a juzgarlo porque no he pasado mucho tiempo


con él."

La comparación de Benjamín Westfield a Dashiel Thorpe era como


comparar manzanas con naranjas.

"¿Por qué dejaste Westfield Hall en medio de la noche sin siquiera mirar
atrás?" Ahora, ella llegaba al punto es cuestión.

"Es una larga historia", dijo ella.

"Entonces debes comenzar con el principio."

"Conocí a Dash", se encogió de hombros Cait.

"El resto de ustedes estaban", le dirigió una mirada a Elspeth, “en el


bosque”. No había nadie más alrededor y nos acabamos topando en el
interior de la casa".

"¿Y fue amor a primera vista?"

Más como amor a la primera mordida, Cait no respondió y siguió


caminando.

"¿Qué paso, Cait?" Elspeth preguntó en voz baja. "Siempre asumí que
Alec..."

Cait suspiró. "Tú sabes que Alec MacQuarrie y yo no estábamos destinados


a estar juntos."

“Sí. Lo dijiste, pero nunca he entendido por qué, él hombre ha estado


enamorado de ti toda su vida.

"No lo veía conmigo."

220
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"No porque no lo hayas visto en tu futuro, no significa que no sucederá,


sólo porque no vieras específicamente a ustedes dos con un niño o dos no
significa que no sucedería. Yo espero que la falta de una visión no te haya
llevado a una boda con el hombre equivocado".

El hombre equivocado, Cait hizo una mueca. Sería bueno si Elspeth tuviera
un poco de fe en ella. Sin embargo, su amiga la conocía mejor que nadie en
el mundo, y Cait no podía mentirle. "Vi a Alec con otra persona.

Y estaban tan felices, no tenía más remedio que dejarlo ir".

Elspeth se quedó sin aliento. "¿Con quién estaba?"

"Yo no puedo decirte," gimió Cait. "Podrías cambiar los acontecimientos en


el futuro, no puedo correr el riesgo."

"¿Podías verte a ti misma con Dashiel Thorpe en el futuro?"

"No." Cait dio la vuelta y sacó un tallo alto de la hierba de donde


anduvieron. "No puedo ver ningún futuro con él en absoluto."

"Oh, Cait," suspiró tristemente Elspeth.

"No es" lo que piensas ", explicó. "Mi madre no podía ver a mi padre,
tampoco."

"¿En serio?"

"Sí, de verdad, es el camino de las cosas, dice mi padre, ya sabes que


sucede conmigo, soy asaltada por cada futuro que existe, y él solamente
debe tocarme para aclarar mi mente, por lo que me siento más tranquila
que antes” Su amiga tomo las manos entre las suyas y las apretó.

"Está bien, te lo digo yo, es adecuado para mí". Elspeth le devolvió el


apretón.

"El conde tiene un poco de pasado, y eso me preocupa, pero si puedes ser
feliz con él, voy a estar feliz por los dos". Cait tiró a Elspeth cerca para un
abrazo.

"Estoy muy contenta de que me haya reclamado," suspiró Cait. Elspeth se


quedó helada. "¿Por qué piensas que te reclamó como suya? No hemos
tenido una luna llena desde la noche que dejaste Westfield Hall.

¿Cómo podría haberte reclamado? "

221
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

TREINTA Y UNO
Dashiel Thorpe nunca había estado tan incómodo en su vida como cuando
estuvo sentado en la mesa de Benjamín Westfield. La sagaz mirada avellana
del hombre lo observo de arriba abajo, el pelo en la parte posterior del
cuello de Dash se erizo.

"La señorita Macleod significa mucho para mi esposa, Brimsworth," el


hombre finalmente se lo dijo mientras levantaba un vaso de whisky a los
labios.

"¿Te refieres a mi condesa?, ¿no? Ella no es más Macleod, pero Lady


Brimsworth le agradecería si usted recordara eso."

Dash sabía que estaba actuando un poco exageradamente, pero él era un


conde, después de todo, si alguien tenía el derecho para comportarse de
tal manera, ese era él.

"Es algo muy difícil para mí conciliarlo en mi mente, mis disculpas ", dijo
Westfield mientras miraba hacia Dash y llenaba su vaso.

"Aceptado", gruñó Dash. Westfield respiró profundo.

"Yo tengo que decirle, que parece un hombre cambiado, tal vez ella es
buena para ti".

"No estoy seguro de lo que quieres decir." Aunque Dash tenía una idea
bastante buena, pero sólo quería escuchar al hombre decirlo.

"Tal vez Caitrin saca lo mejor de ti," Westfield le aclaró. "Usted ha perdido
un poco el salvajismo que tenía, como cuando un perro persigue a un
zorro, no del todo, que conste, pero un poco".

"Es difícil sacudirse el perro, ¿no es así, Westfield? En particular, cuando


nacemos con él en nosotros, ya sea lo queramos o no."

"¿Lo queramos o no?" dijo Lord Benjamín. "Eso suena como si hubieras
aceptado quién eres".

El hombre parecía Niall Forster, y Dash no estaba ansioso por escuchar de


nuevo la forma en cómo debía abarcar la bestia dentro de él. Él bebió el
resto de su bebida en un gran trago y empujó el vaso hacia Westfield para

222
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

una recarga. "Yo soy un licántropo, como usted, no hay nada más que
discutir".

Benjamín Westfield se erizó visiblemente. "Bueno, no todos los licántropos


son iguales, obviamente."

Antes de que Dash pudiera responder a ese comentario bastante poco


halagüeño,

Lady Elspeth ingreso en el comedor privado, con Cait que la seguía de


cerca y que la llamaba.

"Elspeth, espera", su encantadora esposa le suplicaba.

Al oír el tormento de su voz de inmediato se puso en pie.

"¿Qué es, Caitie?"

Elspeth voló por la habitación a los brazos de Westfield, y luego dijo con
vehemencia: "Creo que lo hizo, Ben, él la reclamo la última noche, la noche
de la luna llena. La reclamo después de conocerla por no más de unos
pocos minutos".

"¿Quieres decir que...?" Westfield dejó que sus palabras se apagaran,


mientras sus ojos color avellana adquirieron un brillo asesino.

"Sí, él la reclamo."

"Maldita sea," Dash murmuró antes de empujar a Cait con seguridad a un


lado antes de que tomara el primer golpe que Westfield arrojó sobre su
barbilla. Él chocó contra el aparador, y la pieza del mueble se astillo por la
fuerza de ese golpe trascendental.

El jadeo de Cait hizo eco en sus oídos.

Dash se quedó allí por un momento, frotándose la mandíbula, como


Licántropo enfurecido lo miró. Luego dijo: "Estoy seguro de que me lo
merecía, Westfield." Él se puso de pie mientras Cait iba a evaluar sus
lesiones.

Él miró a su atacante sin pestañear y gruñó:

"No siempre he sido un hombre de honor, pero si vuelves a hacer eso, voy
a hacer mi mejor esfuerzo para aplastarte”.

223
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"No puedo creer que hayas hecho esto, Elspeth," Cait le dijo a su amiga.

Dash puso su brazo alrededor de los hombros de Cait y la atrajo hacia él.
"Está bien, tenía que recibir uno, ángel."

"No tenía derecho para golpearte así", insistió Cait, poniéndose de puntillas
para besar a un lado de su mandíbula, que ya estaba sanando.

"Sí, tenía derecho, ángel. "Una sonrisa tiró de las comisuras de su boca. "Él
tiene el honor en su mente, pero creo que él está pensando que te reclame
de una manera un poco diferente de la que en realidad lo hice."

"No sé qué quieres decir." Ella parpadeó hacia él. Él la besó en la frente.

Dash dirigió a Westfield un comentario en voz baja que sólo otro par de
oídos licántropos podía oír.

"Yo no lo hice hasta que me casé con ella."

"Entonces, ¿qué hiciste?" El hombre parecía totalmente desconcertado.

"Yo la reclamé como mi compañera licántropa, sin ninguno de los


beneficios.

"Él arqueó las cejas ante el hombre, aun hablando en voz baja.

Los ojos de Westfield se abrieron por la sorpresa, y se veía un poco


enfermo.

"Yo no sabía que se podía hacer eso."

"Yo tampoco", Dash se rio entre dientes. "Pero tuve suerte." Acerco a Cait
de nuevo y dejó caer un beso en su cabello, apretándola con fuerza. "Así
que tuvimos suerte", dijo finalmente con una voz para que ella oyera.

Ella simplemente le acarició la mandíbula, el amor por él brilla en sus ojos


azules.

"Yo no entiendo", dijo Elspeth, sus ojos que destellaban fuego, Westfield
probablemente tenía las manos llenas con esa pequeña pelirroja.

"Te lo explicare, después," su marido respondió mientras le ofrecía una


silla a ella en la mesa, entonces el rostro del hombre se iluminó y se
frotaba la barbilla.

224
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Esto realmente es muy apropiado, en realidad."

Dash hizo lo mismo, manteniendo el asiento de Cait para ella, luego se


dejó caer en su silla mientras Benjamín Westfield le pasó la botella de
whisky.

"Gracias."

El otro licántropo sonrió como si disfrutara de una broma privada.

"Usted sabe que su esposa ha tenido un deleite especial antagonizando


conmigo", preguntó Westfield. "Me ha llamado perro, sabueso y perro
callejero, entre las cosas más desagradables".

Cait se tensó a su lado. "Sí, y en su caso, Benjamín, son todas muy


precisas."

Westfield inclinó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada, voy a disfrutar
completamente viendo cómo lleva a cabo esta obra.

"Movió la mano, haciendo un gesto para abarcar tanto a Dash como a Cait.
"¿Supongo que ella lo obligo a residir en Edimburgo?"

Dash sacudió la cabeza. "Caitie no ha hecho ninguna demanda sobre mí."


No es que no lo hubiera hecho si lo pidiese.

Los ojos de Westfield se agrandaron. "¿En serio?"

Caitrin se inclinó hacia delante, nivelando a la mirada del hombre.

"Dashiel no necesitaba convencimiento, nunca se le ocurriría hablar de mi


aquelarre, a diferencia de cualquier otro mestizo pulguiento que pudiera
hablar".

"Ah, sí." Westfield dirigió su atención a Dash. "Creo Caitrin te castigará más
de lo que mi hermano nunca podría haber esperado”. Dash apretó la mano
de Cait.

"No encuentro el matrimonio con mi hermosa bruja un castigo más bien


como un premio que no merezco".

La mirada de preocupación en el rostro de la señora Elspeth se desvaneció,


y ella realmente le sonrió.

225
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"En ese caso, Lord Brimsworth, bienvenido a nuestro círculo”. Dash le guiñó
un ojo.

"Mucho mejor que la bienvenida que recibí de la señorita Sinclair".

Cait suspiró dramáticamente. "Rhi lo sorprendió, justo en el centro de la


iglesia. ¿Puedes creer eso? "

Westfield asintió. "Tienes suerte de que eso es todo lo que tienes, yo fui
atacado por una hiedra muy decidida, mi coche fue destruido por un rayo,
y bolas de fuego fueron arrojadas a mi cabeza".

"Por favor." Los ojos azules de Cait brillaron con malicia. "Fue una bola de
fuego, Benjamín, tú ya no eres un niño".

Era el turno de Dash de reír....

Era difícil no unirse a la risa de Dash, aunque Caitrin logró ocultar su


sonrisa, molestar a Benjamín Westfield era una de sus actividades favoritas,
pero la bola de fuego la había hecho pensar en Blaire.

Miró al otro lado de la mesa a Elspeth.

"¿Cuando llegues a casa, puedes ir a ver a Blaire?"

"¿Está enferma?"

La leve molestia en la mirada en el rostro de Benjamín se convirtió


rápidamente en un ceño fruncido, y Cait le hubiera gustado tener el poder
de lanzar bolas de fuego ella misma. Si una de sus hermanas brujas estaba
enferma, Elspeth la querría curar, sin embargo, su molesto esposo trataría
de impedírselo. Además, no se le habría dado el poder de curar a Elspeth si
no iba a usarlo.

"Ella no está enferma". Ella envió a Benjamín una mirada mordaz. "Yo no la
he visto, estaba en algún castillo en las montañas cuando nos fuimos, una
monstruosidad que al parecer Aiden heredó, de todas formas, he tenido
una serie de visiones atemorizantes sobre ella, por lo que el Sr. MacQuarrie
fue a ver como estaba por mí."

Elspeth se inclinó hacia delante, de inmediato.

"¿Visiones atemorizantes?" Cait asintió.

226
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Fue como si algo, algún mal la estuviera cazando, para mí él no se siente


como un hombre regular, no hay vida en él. "Ella se rio de sí misma. "Estoy
sonando como una loca, pero yo no sé cómo explicarlo mejor que eso. "

"Alec MacQuarrie fue tras ella", preguntó Benjamín.

Cait ignoró el gruñido que provenía de su esposo ante la mención del


nombre de Alec.

"Sí."

"Bueno, estoy seguro de que estará bien, entonces," le aseguró Ben.

"No hay un hombre más honorable para que la encuentre".

Dash se levantó de su asiento, al parecer la charla de Alec MacQuarrie no lo


dejo demasiado bien.

"Bueno, ha sido un día muy largo, es agradable ponerse al día con usted,
Westfield, Lady Elspeth".

Caitrin lentamente se levantó también y enganchó su brazo con Dash.

"Estoy muy cansada." Miró al otro lado de la mesa a Elspeth. "Te veré en la
mañana."

Tan pronto como recuperaron la llave del posadero, Dash dirigió a Cait por
las escaleras hacia su habitación.

Sus ojos color ámbar se clavaron en ella mientras giraba la llave en la


cerradura. Ella entró en la habitación con la mano de Dash en su cintura,
había sido muy cuidadoso de no dejar que ninguna visión invadiera su
mente, por lo que ella estaba muy agradecida.

"Parecía como una especie de acuerdo, alabando las muchas virtudes de


Alec MacQuarrie."

Él cerró la puerta detrás de ellos. Cait se levantó de puntillas para darle un


beso en su mandíbula.

"No hay necesidad de que estés celoso, Dash.

“Mi corazón es tuyo".

Él deslizó sus brazos alrededor de ella y la atrajo hacia su dureza.

227
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Yo no pienso renunciar nunca hacia ti. "Sus labios descendieron sobre los
de ella.

"Yo sé que lo quieres de vuelta, y me obligarás a tratarlo", dijo cuándo sus


labios dejaron de arrastrarse por un lado de su cuello.

"Descarada pequeña bruja", Murmuró mientras sus dedos se pusieron a


trabajar en los cierres de su vestido, en cuestión de segundos, se quedó
desnuda ante él, a excepción de sus ligas y medias.

"¿Por qué siempre me desnudas paro que dejemos de hablar de estas


cosas?" Le preguntó distraídamente mientras él dio un paso atrás para
trabajar en su propia ropa.

"¿Para darte algo más de qué quejarte?", Dijo él con una gran sonrisa.

"¡Oh, no tienes sentido del humor en lo más mínimo!" Ella gimió mientras
miraba alrededor buscando algo para tirarle, pero antes de que pudiera
recoger un arma, él la levantó en brazos y la depositó de espalda y en el
centro de la cama. Él llevó su mano a su pie mientras la miraba fijamente.

"Yo no te quite las medias, ángel, porque si te las quitaba, tendría que
darte unos besos en algunos lugares inapropiados”.

Ella se incorporó sobre los codos. "¿Cómo?" Sintió como el color subía por
sus mejillas mientras levantaba una ceja.

"¿Quieres que te lo muestre, mi pequeña inocente?" Ella estaba muy feliz de


escuchar su voz temblar un poco cuando dijo:

"Si insistes."

Dash tiró de las cintas de su liga izquierda hasta que se había aflojado,
entonces comenzó a deslizarla lentamente la media por su pierna, ella
suspiró fuertemente. Inclinó la pierna lo suficiente para dejar al
descubierto su trasero, él la golpeo lo suficientemente alto para que
pudiera ser oído alrededor de la habitación. El golpe no le dolía a Cait, sino
que lo que más la sorprendió fue que ella contuvo el aliento.

"Paciencia", dijo él, con los ojos muy atentos en su proyecto.

"La paciencia no es una virtud que tengo, Dash, siento mucho decírtelo,
pero lo averiguarías muy pronto, de todos modos".

228
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Él se echó a reír a carcajadas. Pero entonces su pie estaba desnudo y sus


labios tocaron el interior de su tobillo, un escalofrío estremeció su columna
vertebral.

Dash hizo su progresión hasta la pantorrilla convirtiéndola en una


experiencia encantadora, sus labios adorando cada centímetro de su carne
y dejando sensible su piel.

"Dash", dijo ella, tratando de llamar su atención, su lenta tortura la volvería


loca.

"Sí", él respiraba contra la parte interior de su muslo mientras abría sus


piernas un poco con las manos.

Cait jadeó cuando con mucha ternura el raspaba con los dientes a través de
la piel sensible de la cara interna del muslo.

"Nada."

Cait se encontró agarrando las sábanas con fiereza en sus manos mientras
sus labios viajaron más lejos y más arriba, alternando entre molestos
lamidos y aperitivos tentadores, hasta que su sangre estaba lista para
hervir.

Luego hizo lo impensable, tocó con sus labios el mismo centro de ella, Cait
saltó y trató de deslizarse de la cama.

"No deberías estar haciendo eso."

Pero él puso sus brazos alrededor de la parte exterior de los muslos para
atraerla hacia abajo, sosteniéndola firmemente en su lugar.

"¿Por qué no?", le preguntó, empeñado en su tarea.

"No es adecuado ", dijo Cait, seguido de un gemido de puro placer


mientras la lamía a través de su centro.

Levantó la cabeza por un momento y dijo: "Te lo advertí que iba a tener
que hacer cosas que eran totalmente inadecuadas si te quitaba las medias
y tu único comentario fue:

"si insistes."

Sus lamidas lentas a través de sus pliegues rápidamente se hicieron más y


más fuertes hasta que él coloco sus dedos dentro de ella, Cait apoyó la

229
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

cabeza contra la colcha y le permitió que la llevara más alto hasta que
termino arqueándose contra su boca y sus manos y ella gritaba su nombre.

Entonces, tras una lamida rápida en el punto en que el pulso latía entre los
muslos, ella se elevó hasta la cima, en la que él era su ancla y le brindaba
una sensación maravillosa.

Cuando había escurrido cada pedacito de ella de placer y, sólo entonces, se


arrastró hasta la cama y miró hacia ella.

"¿Estás bien?", le preguntó mientras le cepillaba el pelo de la cara.

"Me gusta lo inapropiado", ella suspiró, todavía temblando por dentro.

Se rio mientras se introducía en su interior de un solo golpe. "Lo sé."


Entonces él hizo que envolviera sus pies alrededor de su espalda para que
pudiera tomarla aún más profundo.

Una vez que la había llevado de vuelta a la parte superior desde ese
hermoso precipicio, se unió a ella, que término siendo la sensación más
maravillosa de todas.

230
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

TREINTA Y DOS
Desde el coche, Cait despidió a Elspeth y a Benjamín, y luego se secó una
lágrima de su mejilla cuando el transporte se tambaleó hacia delante.
Dashiel la envolvió en sus brazos y le dio un beso en la parte superior de la
cabeza.

"No pasará mucho tiempo antes de que la vuelvas a ver, ángel."

Aunque no podía ver lo que le deparaba el futuro para ella y Dash, de


alguna manera ella sabía que él estaba equivocado, este viaje en el que
estaban duraría más tiempo que lo que cualquiera de ellos esperaba, a Cait
le hubiera gustado tener alguna idea de lo que estaba reservado para ellos.

Dos días más tarde, su coche cruzó la frontera invisible que marcaba el
límite de Eynsford Park, Cait sintió el cambio en su esposo casi al instante.
Se había ido el amoroso y considerado hombre con el que se había casado,
si no lo hubiera conocido mejor, habría pensado que alguien lo había
reemplazado con un irritante duplicado.

Miró por la ventana, observo la casa solariega que se hacía más grande a
medida que se acercaban, Dash tenía los brazos cruzados sobre el pecho y
su espalda estaba rígida, él parecía estar preparándose para un encuentro
de lo más desagradable. Cait tragó nerviosamente, su aprehensión sólo la
hizo estar más ansiosa.

Cait se deslizó más cerca de él en el banquillo y le tocó el brazo.

"¿Dash, estas bien?"

Él gruñó esquivamente, entonces el coche retumbó en una parada, Dash no


salto como hacía por lo general, en cambio, tomó una respiración profunda
y permitió que Renshaw abriera la puerta. Después de que descendió, se
volvió y le tendió la mano a Cait, cuando salió a la luz del sol, Cait miro
hacia la gran mansión barroca de piedra arenisca que se alzaba ante ellos,
tragó saliva cuando vio en su mente a un anciano frágil, que se encontraba
en cama. Aparte de su camisón, sólo llevaba una peluca empolvada y tenía
el ceño fruncido.

Dash metió la mano en el hueco de su brazo, y la visión se desvaneció


como si nunca hubiera existido.

231
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Eso no hizo nada para aliviar sus temores, sin embargo. Subieron por la
escalera, entre los grandes pilares de piedra, a Cait la asombraba el
tamaño del lugar. Era aún más grande que Westfield Hall, al acercarse a la
enorme puerta, esta se abrió, y fueron recibidos por un antiguo
mayordomo que parecía que podía haber estado en servicio durante el
reinado de Jaime II. ¿Cómo el hombre tenía la fuerza para abrir la puerta
era un completo misterio?

Cait miró alrededor de la sala principal, suelo de mármol y pilares, era tan
grandioso como ningún lugar que ella hubiera visto alguna vez.

"Price", dijo Dash a modo de saludo.

"¡M-mi Lord!" El mayordomo tropezó con sus palabras. "No lo esperábamos,


Lord Brimsworth."

Dash se dirigió a Caitrin por encima del umbral, aunque sus ojos no se
apartaban del viejo sirviente. "Por favor, prepara una habitación para mi
esposa y para mí, no sé cuánto tiempo nos quedaremos".

Price asintió con la cabeza. "Por supuesto, mi Lord."

"Y, Price, me gustaría ver a mi padre." Él llevó a Caitrin más abajo por el
pasillo a una sala inmaculada que era de puro blanco con detalles en oro.

Cait ni siquiera se quería sentar en el elegante sofá por temor a molestar la


naturaleza prístina de la habitación.

"Este lugar es"

"Una prisión sangrienta," Dash se quejó en voz baja.

"Iba a decir espectacular." Los ojos de Cait brillaron hacia él, tenía la
mandíbula apretada, y sus ojos color ámbar estaban tan fríos que se
estremeció.

"Hmm", refunfuñó él. "Nunca lo pensé de esa manera."

"Dash", empezó a decir ella, tocándole el pecho. "Estoy segura de que vas a
estar bien."

Una sonrisa torcida apareció en su rostro.

"No puedes saberlo, Caitie, y yo lo dudo mucho."

232
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¿Por qué no subes para ver a tu padre, Dash? Puedo entretenerme un


rato".

Dash se estremeció visiblemente, y luego lo vio enderezar su columna


vertebral y sacudir la cabeza. "¿Tienes miedo de encontrarte con el viejo
buitre?"

Cait suspiró.

"No tengo miedo, si lo que necesitas es que vaya contigo, lo haré, sólo
pensé que quizás podrías querer pasar un tiempo a solas con él."

"¿Por qué querría verlo a solas? Si no hubieras insistido en este viaje, ni


siquiera estaría aquí". Él se removió nerviosamente y frunció el ceño.

Cait tensó sus propios hombros.

"Me gustaría conocerlo, entonces." Metió la mano en el hueco de su brazo,


su músculo sobresalía debajo de sus dedos. Ella tiró de él hasta detenerse
cuando comenzó a moverse.

"Dash", susurró.

"¿Qué es, Cait?", él suspiró.

"Sólo quería decirte que te amo."

Ella se puso de puntillas para presionar sus labios contra los suyos
rápidamente, él inmediatamente la tomó en sus brazos y hundió el rostro
en su cabello, inhalando profundamente.

"No puedo hacer nada de esto sino estas a mi lado", dijo finalmente, y
entonces tiro de ella hacia las escaleras. Cait creía en él, creía que había
bondad en él, creía que podía ser digno de ella, estaba decidido a probar
que ella tenía razón.

Llamó rápidamente a la puerta de su padre, una criada pequeña abrió la


puerta una pulgada, lo suficiente para que él la viera.

"Muévete hacia un lado", dijo Dash, Cait le dio un puñetazo en el brazo.

"¿Qué?", le preguntó, sin entender el motivo de su censura.

"Tu preguntas qué", ella gruñó, cruzando los brazos debajo de sus pechos.

233
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Contrólate a ti mismo."

La puerta se abrió rápidamente después de su cortesía, Dash la llevó a la


habitación con su mano en su espalda, la doncella hizo una reverencia con
un rápido

"Milord, mi lady," su mirada apuntando hacia la puerta abierta, como si ella


ansiara huir.

El olor de un cuerpo sin lavar de inmediato encontró a Dash cuando


entraron por la puerta, luchó para evitar cubrirse su nariz, tomó el brazo
de Cait en su mano y la giró.

"Te tienes que ir, este no es un lugar para ti."

Ella se llevó una mano a su pecho y le sonrió suavemente a él. "Estoy aquí
por ti, Dash, no por otra cosa

"¿Quién está ahí?", dijo una voz áspera. "Si es el médico sanguinario, dile
que se vaya al diablo, voy a morir a su debido tiempo, cuando esté listo y
no un momento antes."

Cait se apartó mientras Dash se acercó a la cama.

"Siempre hace todo a su debido tiempo, ¿verdad, padre? ¿Por qué su


muerte debería ser diferente? "

Dash intentó de modular su tono, sin mostrar emoción alguna, Eynsford no


apreciaba las muestras de emoción, una lección que aprendió hace muchos
años.

"¿Quién está ahí?", Su padre llamó desde la cama.

"El Monstruo de Eynsford ha regresado," dijo Dash mientras entraba en la


línea de la vista del hombre, en todos los años, Dash nunca había visto la
mirada del marqués tan... vulnerable. Ya no era tan fuerte y robusto,
Eynsford todavía llevaba la maldita peluca, pero su rostro estaba
demacrado y su piel tan pálida que Dash podría haber visto a través de ella
si él hubiera mirado lo suficiente.

Dash dudaba de que el hombre incluso fuese capaz de sostener su propio


peso, tan ligero como estaba ahora.

234
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Por un breve momento sintió una punzada de remordimiento por lo que


podría haber sido, aunque pasó lo más rápidamente posible.

"El bastardo de Eynsford, el flagelo de Eynsford, el monstruo de Eynsford.


¿Cuál es la diferencia? Fuera."

La mente del hombre aún funcionaba, sin embargo, era el mismo viejo
sinvergüenza putrefacto, a pesar de su decrépito estado.

"Encantador como siempre, por lo que veo," Dash respondió.

El anciano soltó un bufido.

"¿Has venido para garantizar tu herencia, muchacho? No te preocupes, yo


no te he desheredado, no por falta de intentos, malditas vinculaciones, sin
embargo, todavía tendrás que esperar hasta que tome mi último aliento”.

Volvió la cabeza hacia el otro lado, como si se negara a reconocer la


presencia de Dash.

"Por lo menos yo nunca tendré que ver tal parodia con mis propios ojos, un
monstruo como tu heredando todo lo que he construido, mi asiento de la
familia, mi riqueza es intolerable".

Cait se acercó al lado de Dash y tiró de su manga. "Presénteme," le susurró.

Era increíble que pudiera estar tan tranquilo con todo esto, Dash se
encogió de hombros.

"Padre, aunque me repugna la idea de ponerla en su camino lleno de odio,


quiero presentarle a mi esposa, Caitrin Brimsworth".

"¿El monstruo tiene una novia?" El viejo se quedó sin aliento, luego tosió
tan fuerte que Dash temía que iba a expirar ante sus propios ojos, pero el
marqués finalmente se calmó y se recostó contra las almohadas, agotado.

"¿Es usted una especie de anomalía, también, Lady Brimsworth? ¿Por qué
más podría llevarse tan bien con alguien como mi hijo?", se rio de la
palabra", ¿cómo su marido? ¿Esto se debe a que va a ser terriblemente rico
cuando finalmente pase?, ¿no es así? "Se tocó la sien con el dedo índice.
"Parece que encontraste un ser inteligente que te tolerara, Dashiel."

235
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"En realidad, mi Lord, soy una bruja," Cait lo dijo mientras se acercaba al
viejo, Dash le envió una advertencia con la mirada que ella ignoró
rápidamente.

El marqués gruñó. "Y tiene un sentido del humor que va con sus ganas de
morir, veo".

El dejo que el hombre creyera que estaba bromeando, a él no le importaba.

"Es un placer conocerlo, señor," dijo finalmente, a pesar de que su cara le


dijo la verdad. No fue un placer en absoluto, su delicada nariz se arrugó,
probablemente por el

olor., y ninguna sonrisa iluminó su hermosa cara.

"¿Una muchacha escocesa?" El marqués parpadeó sus ojos plateados.

"Sí." Cait inclinó la cabeza, y luego ella lo sorprendió cuando dijo: "Una
chica escocesa que no tiene miedo de decir, que huele terrible. "Se dio la
vuelta y le indicó a la criada para abrir la ventana.

"Él no quiere que la abra, mi Lady," dijo la criada.

"Si él quiere cerrarla, él tendrá que levantarse y cerrarla por sí mismo,"


respondió Cait.

La chica dudó hasta Dash asintió con la cabeza para que ella siguiera la
orden, entonces la joven doncella se apresuró a cumplir sus órdenes, el
olor debía molestarla, también. No había ningún olor tan desagradable
como la de un cuerpo postrado en cama sin lavar.

Una vez que la ventana estaba abierta, Cait inhaló una bocanada de aire
fresco.

"Eso está mejor ya, llame un baño para el marqués, necesita uno. "La criada
vaciló de nuevo. Cait dijo con rapidez y decisión, “¡Ahora!"

La chica rápidamente tomó atención, corriendo de la habitación tan rápido


como sus pies se movieron.

"Ahora necesitamos ropa limpia ", murmuró para sí misma. "Y un pijama
limpio." Ella miró rápidamente alrededor de la habitación.

"Cait," comenzó Dash, no importaba lo que hiciera, no serían apreciados


sus esfuerzos.

236
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The Taming of the Wolf

"No estoy seguro de que esto sea una buena idea."

Cait lo sorprendió por completo cuando se sentó en el lado de la cama de


su padre y tomó y tomó la mano nudosa del anciano.

"Su olor es terrible, y yo, y su señoría, "ella dijo, haciendo un gesto hacia
Dash," le gustaría pasar un tiempo con usted. ¿Va a consentir un baño y
una limpieza por mí?

"Entonces ella hizo lo impensable y batió sus bonitos ojos azules hacia el
hombre.

Ella podía encantar casi a cualquier persona con un parpadeo de sus


pestañas y ella se aprovechó de ello.

Su padre asintió con aire ausente.

"Lo haré por ti, no por él, claro está, pero lo haré por ti, porque eres una
cosita bonita, y porque ha pasado un largo tiempo desde que he sido un
anfitrión en mi propia casa".

El corazón de Dash se hinchó a tal punto que estaba listo para estallar, Cait
había roto el hielo de él, de alguna manera logro suavizar al viejo buitre, lo
estaba haciendo todo bien, teniendo éxito donde el habría fallado, ella
estaba haciendo lo imposible.

Estaba siendo Cait, el amor de su vida.

237
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

TREINTA Y TRES
"Es un hombre encantador," dijo Cait mientras ella se dejó caer
pesadamente en la cama de las habitaciones de invitados. "Yo no puedo ver
porque no querías hacer el viaje".

Dash se sentó junto a ella y la besó en la parte superior de la cabeza.

"Pero tú eres increíble, Cait, nunca lo habría creído si no lo hubiera visto


con mis propios ojos".

"¿Creer que?" Ella inclinó su rostro para verlo.

"Convertiste al viejo león gruñón en un manso gatito."

No pudo evitar el gruñido que se le escapó, nadie que jamás hubiera


puesto los ojos en el marqués de Eynsford sería capaz de llamarlo un
gatito manso, el hombre era una bola de ira contenida.

"No lo creo, sólo tengo un poco de práctica en la gestión de los hombres


difíciles".

"De hecho", preguntó Dash, con su frente alta con la diversión. Cait le
sonrió. "Hmm. Mi esposo, por ejemplo, es un hombre muy difícil."

Más rápido que un rayo, Cait estaba de espaldas con Dash cerniéndose
sobre ella.

"¿Te refieres a que puedes manejarme, ángel?” Salió un gruñido gutural,


pero una sonrisa pícara se inclinó en sus labios.

El deseo recorrió a Cait y se instaló bajo su vientre, sólo hacía falta una
mirada de él para hacer que su interior se derritiera, ella se rio y tiró de su
oreja.

"Todos los días de mi vida."

"Bruja", la acusó, bajando su boca a la de ella.

Pero antes de que pudiera devolverle el beso, llamaron a la puerta y tubo


que apartarse de ella a regañadientes.

"Entre", él llamó. Cait hizo subir sus brazos cuando la puerta se abrió y el
mayordomo anciano miró dentro del umbral.
238
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Lord Eynsford está pidiendo por lady Brimsworth."

A pesar de que no había ningún lazo de sangre entre Eynsford y su marido,


y sólo compartían la animosidad,

Cait podía sentir la decepción de Dash, incluso después de todo este


tiempo, parecía que ansiaba la aprobación de su padre o quizás
simplemente su aceptación, se levantó y se alisó las arrugas de su vestido.

"Gracias, Price, pero estoy bastante cansada por el viaje, quizás Lord
Brimsworth pueda acompañarlo por un tiempo."

Dash sacudió la cabeza.

"Vamos, Caitie, es a ti a quien quiere ver".

"Tú eres su hijo," respondió ella, aunque ambos sabían que no era cierto.

Dio un paso hacia ella y bajó la voz.

"Tu viste la visión, sabes que significaba algo, estuve de acuerdo con su
rechazo hace muchos años".

Ella no le creía, sin embargo, su voz casi se agrietó, y eso pareció un signo
muy revelador para Cait. Todavía, ella no lo empujaría para hacer algo que
lo hiciera sentirse incómodo.

Ella le apretó la mano. "Muy bien, mi Lord"

Dash le sonrió, animándola a seguir, entonces Cait dio un paso alrededor


de él hacia donde Price todavía estaba esperado en el pasillo, siguió al
antiguo mayordomo a la otra ala de la casa donde golpeo la puerta antes
de que la abriera para ella.

"Lord Eynsford, su señoría está aquí."

La habitación olía un poco mejor esta vez, y el marqués, acostado en su


cama, parecía como si tuviera un poco más de color en sus mejillas, Cait
entró y cruzó la habitación, dejando caer una reverencia, una vez que llegó
a su suegro.

"Mi Lord, se le ve bien."

Una mueca cínica tiró de sus labios.

239
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Eres una mentirosa, Lady Brimsworth, pero una bonita, le concederé eso.
"Señaló una silla de madera junto a su cama. "Siéntase."

Cait ni siquiera era parte licántropo, pero se sentía como si estuviera


siendo ordenado ahí como a un perro, se sentó de todos modos.

"¿Usted quería verme?" Un suspiro escapó de sus labios.

"Un consejo, mi señora, tome sus cosas y corra tan rápido y tan lejos de mi
hijo como le sea posible."

Cait contuvo el aliento, se supone que no debería estar sorprendida por el


hombre, pero lo estuvo de todos modos.

"Lord Eynsford." El marqués no se conmovió por su tono castigador.

"Pareces una dama encantadora, y prefiero no verla dolida por gente como
él, no estaré mucho en este mundo, y hay muy poco que pueda hacer, pero
me encargaré de que Brimsworth le asiente un subsidio agradable. Y...”

"No voy a dejar a mi marido", dijo con más dureza de lo que pretendía.

El miedo destelló en sus ojos y su piel pálida se volvió aún más pálida.

"La luna llena está a sólo días de distancia, mi señora, puedes confiar en
mí... que no querrás estar con él entonces, usted no querrá ver el monstruo
que habita en él. "

"Yo sé lo que es", dijo Cait suavemente. "Lo que es capaz de hacer y no es
un monstruo".

Eynsford cerró los ojos.

"Me pregunto si Philippa sabía lo que era su verdadero padre."

El rostro del marqués se retorció de dolor.

"Usted puede pensar que sabe lo que es, y estoy sorprendido, pero no es
posible saber lo que puede y va a hacer con usted, Lady Brimsworth, yo no
creo que mi esposa lo supiera, porque ella nunca fue la misma”.

Un malestar repugnante se instaló en Cait.

Eynsford sabía quién era el padre de Dash su verdadero padre.

240
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Podía oírlo en su voz, ella se inclinó hacia delante en su silla y agarró su


mano fría y temblorosa.

"¿De quién estamos hablando, mi Lord?"

"Brimsworth," escupió el nombre, sus ojos se estrecharon ahora con


desprecio. ¿No ha estado prestando atención?”

Cait asintió. "Por supuesto, señor, yo no estaba segura si todavía


estábamos hablando de Dashiel o de quien lo engendro".

Eynsford apartó la mano de ella y dio un respingo.

"No he hablado del nombre de ese canalla en casi tres décadas. ¿Por qué
iba yo a hablar de él? "

Él lo sabía, Cait dejó escapar un suspiro de alivio. ¿Cómo iba a conseguir


que el marqués divulgara la información?

"Yo puedo ver que usted es consciente de quién era."

"Por supuesto que lo sabía", se quejó, luego le vinieron una serie de toses
que sacudían su cuerpo.

Cait corrió a una mesa y le sirvió un vaso de agua de una jarra de


porcelana, regresó y le llevó la copa a los labios.

Cuando terminó, el marqués le rozó la mano y luego se hundió en las


almohadas, cerrando los ojos grises una vez más.

"Traje a ese canalla a mi casa."

Cait escuchó en silencio por temor a que cualquier interrupción pudiera


poner fin a su historia, ella volvió a su asiento y tomó su mano una vez
más.

"Tonto de mí", continuó Eynsford, pasándose la lengua por los labios


resecos. "Me sentí halagado por su alabanza de mis discursos en los Lores,
fui vanidoso, me parece”.

Se quedó en silencio por un tiempo, y Cait imaginó que estaba relatando


hechos pasados, como la lectura de las páginas de un libro.

"No tenía forma de saber que el hombre era un monstruo, que se llevaría a
mi esposa al bosque y le revelaría al verdadero animal que era".

241
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The Taming of the Wolf

Eynsford hizo una mueca y sus palabras se desaceleraron como si los


recuerdos fuesen dolorosos.

"Philippa, tan joven y bonita, ella había estado tratando de darme un


heredero por tanto tiempo, era viejo aun entonces, creo que ella se
enamoró de aquel hombre. Yo estaba molesto cuando me enteré de su
relación, y yo sabía que el niño no era mío cuando me dijo que lo estaba
esperando, pero ella prometió no verlo nunca más, permití que descansara
con esa promesa.

“Necesitaba un heredero". Los ojos subieron para encontrar Cait, como si


en silencio le pidiera que lo comprendiera.

“Regresó con cicatrices en el cuello, y creo firmemente que fue esa noche
con Radbourne que mató a mi Philippa porque no pudo sobrevivir al
nacimiento de esa cosa que todos llaman mi hijo".

Dash, Eynsford lo culpó por la muerte de la marquesa.

Podía oír el dolor aún en su voz, a pesar de que no era justo, podía
entenderlo, ningún hombre disfrutaba siendo engañado.

Caitrin revisó las palabras del marqués, Radbourne. Ella tenía un nombre,
así como el inicio de una muy triste historia, el marqués pensó que la
madre de Dash había quedado débil y con cicatrices de su encuentro con
Radbourne bajo la luz de la luna llena.

Cait tragó el miedo que la historia le provoco ya que le recordó a ella.

Ella supuso que tenía las mismas cicatrices, marcas de una mordedura
como cuando Dash la había reclamado, sin embargo, ella no se vio
afectada, aparte de un breve momento de dolor. Y Elspeth no parecía estar
peor después de su matrimonio con Benjamín, tenía límites de energía, de
hecho, incluso para una mujer embarazada.

Eynsford volvió la cabeza y la atravesó con sus ojos plateados. "Usted dice
que sabe lo Dashiel es, pero estoy preocupado por usted, debe salir antes
de la luna llena, mi Lady.

No es demasiado tarde para usted, no quisiera que otra mujer estuviera


sujeta al mismo destino que mi Philippa, ser forzada a llevar un monstruo
dentro de su propio cuerpo.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cait se levantó de su asiento y le dio un beso en la frente al marqués, no


llegó a parecer el tirano que ella esperaba. Él había sufrido su propia
angustia, entonces ella le sonrió.

"Gracias a usted por su preocupación, mi Lord, por favor, no se preocupe


por mí, Dashiel es muy cálido y considerado, él nunca me haría daño".

Dash no estaba tan seguro de eso, nunca le haría daño a ella


intencionalmente, pero no tenía el control de sí mismo durante una luna
llena, dudaba incluso que alguna vez lo tendría en el futuro.

El escuchar a escondidas no era algo que pudiera controlar bien, y sobre


todo cuando la suave voz de Cait estaba en los alrededores, Radbourne. Ni
siquiera había oído el nombre, ni siquiera sabía quién era el hombre, su
padre, conociendo el nombre era como si trajera al hombre a la vida,
haciéndolo real para el por primera vez en la historia.

Dash pasó las manos por las paredes de piedra oscura de la bodega sin
ventanas, el olor a humedad de la habitación le trajo muchos recuerdos,
ninguno de ellos buenos, como las noches que pasó encadenado en esta
habitación.

El marqués había insistido en que era por su seguridad, pero realmente era
por la seguridad de todo el mundo en Eynsford Park.

Las clases estaban tan incrustadas en la mente de Dash que incluso


después de que había dejado la Eynsford House, él mismo se ataba y se
esposaba antes de cada luna llena para mantener a salvo a los que lo
rodeaban. A pesar de que no tenía intención de aparearse con Caitrin
durante una luna llena, la inquietante historia del marqués sólo solidifico
esa decisión en la mente de Dash, nunca se perdonaría si él hería a Caitrin.

Un crujido en el otro extremo de la bodega le había anunciado la llegada


de un criado, y Dash dio un paso más en la oscuridad de la habitación,
luego, sus fosas nasales fueron atacadas por el olor a la madreselva, y
cerró los ojos.

¿Cómo lo había rastreado Caitie a este lugar alejado de la mano de dios?

"Dash", ella llamo en voz baja mientras empujaba la puerta abierta.

"Vuelva arriba, Cait, "Dash la llamo, negándose aún incluso a mirarla, el no


deseó que viera la evidencia de la bestia que vivía dentro de él.

243
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Estaré arriba en un momento."

"Quería hablar contigo," dijo ella, mientras miraba alrededor la habitación.

"¿Qué estás haciendo aquí?"

"No deberías estar aquí", dijo él, sabiendo que su tono era un poco
demasiado duro.

"Y, ¿por qué no?", preguntó ella, maldita mujer.

"Porque está sucia", él mintió.

Ella soltó un bufido. "¿Piensas que nunca he visto la suciedad antes?"

Dash suspiró y se acercó a ella, listo para conducirla fuera de la habitación,


usando la fuerza física, si era necesario, si veía los grilletes en las sombras
de la habitación, se vería obligado a enfrentarse a sus preguntas.

Por suerte, ella dejó que la alejara.

"Acabo de terminar de hablar con tu padre", dijo ella, con una sonrisa
astuta en su cara.

"Sí, lo sé."

"¿Cómo lo sabes?" Ella se detuvo y lo encaró, con las manos en las caderas.

Dash señaló sus orejas con un suspiro y colocando los ojos en blanco le
dijo:

"Encantado de conocerte, Cait, soy un licántropo, tenemos una audición


extrasensorial".

Ella se rio, justo cuando estaba totalmente preparado para ser un asno, ella
se rio. Maldita fuera por ser tan perfecta.

"¿Realmente puedes escuchar tan lejos?" Ella se suavizó y se apoyó en él,


encajaba tan perfectamente allí que no pudo evitar envolver su brazo
alrededor de ella.

"Puedo oír a los mozos de cuadra que hablan de la carrera de caballos que
se aproxima." Inclinó la cabeza para escuchar de nuevo. "Puedo escuchar a
las criadas de la cocina parloteando acerca de cómo ha vuelto el monstruo

244
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The Taming of the Wolf

a casa y cómo van a ser solicitados para irse antes de la luna llena y pude
oírte hablar de mi familia con mi padre, sí, lo escuche todo. "

"¿Y?" Preguntó ella, con una pequeña sonrisa en las comisuras de la boca.

"¿Y qué?", él preguntó. Era más bien un gruñido y él era consciente de ello.

"Y el marqués me dijo quién es tu padre." Sus ojos azules brillaban de


alegría.

"Radbourne." Dash asintió.

"¿Sabes quién es?"

"No tengo ni idea," Dash respondió, y luego se inclinó para besarla en la


frente, debía huir de ella antes de que dijera o hiciera algo para
trastornarla.

"Tengo que ir a hablar con el mayordomo de mi padre, y echar un vistazo a


algunos de sus libros. ¿Vas a estar bien si te dejo un rato? "

Cait se tensó, al parecer, podía ver a través de él.

"Estoy perfectamente bien por mí misma, pero no podrás salir corriendo de


mí. "

Ella apartó un mechón de pelo de su frente, él cerró la mano alrededor de


la de ella y se la llevó a sus labios.

"A medida que la luna llena está llegando, se hace más difícil mantener el
control, lo siento".

"Si hubiera querido un hombre que estuviera en control todo el tiempo, me


habría casado con otra persona, no es como si no tuviera ofertas”. Él volvió
a alejarse, pero ella lo agarró.

"Yo sabía lo que eras antes de casarme contigo y te quería de todos modos
y siempre lo haré. Ahora, corre si es lo que necesitas para pasar el mal
humor, pero no puedes echarle la culpa a la luna o al hecho de que crees
que podrías hacerme daño porque yo nunca creeré que podrías hacer algo
así”.

"Me gustaría estar tan seguro", él suspiró. "Te veré en la cena." Se volvió
para caminar por el pasillo, sintiendo como si su mirada fuera lo
suficientemente caliente para agujerearle la espalda.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"La cena será en el cuarto del marqués '" ella lo llamó.

"Bruja", él murmuró, sacudiendo la cabeza, incapaz de contener su sonrisa.

"Gran patán", dijo entre dientes.

"Oí eso" él llamo.

"¡Lo dije para que lo oyeras!"

Dash no pudo evitar reírse, sólo su Caitie podía llevarlo desde las
profundidades del infierno a un lugar donde no podía dejar de sonreír,
maldita mujer.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

TREINTA Y CUATRO
Cait sentó en el borde de la cama del marqués y lo ayudó a ponerse su
bata mientras los criados se alborotaron, instalando una pequeña mesa con
finos linos, vajilla y plata.

"Me pregunto dónde está Dashiel", murmuró para sí misma mientras se


levantó y se acercaba a la ventana de nuevo. "Le dije que cenaríamos con
usted aquí."

El anciano gruñó en respuesta, Dash podría no ser su hijo natural, pero sí


compartían algunos rasgos.

"¿Esta seguro que no quiere sentarse en la mesa?", preguntó Cait mientras


una sirvienta ahuecó las almohadas detrás del marqués y le ayudaba a
incorporarse.

"No creo que tenga las piernas para eso, mi Lady, pero estoy muy feliz de
tener su compañía, incluso si Dashiel no está aquí, ha pasado un largo
tiempo desde que he compartido una comida con una dama".

"¿Incluso si esa dama sólo puede ser la mía?" Dash retumbó mientras
caminaba a través de la habitación, Cait estaba tan feliz de verlo que ni
siquiera podía regañarlo por su tardanza. Él se inclinó y la besó le dijo en
voz baja. "Siento llegar tan tarde, es terriblemente desconsiderado de mi
parte no llegar a tiempo para un compromiso de una cena", dijo mientras
se inclinó rápidamente hacia su padre.

"Muy formal, ¿verdad?" Murmuró Cait.

Dash se volvió y le guiñó un ojo. "Algunos de nosotros nos gusta estar al


límite en la formalidad."

El marqués, finalmente, dijo desde su cama: Ni aún el hecho de que ella es


suya podría hacerme tenerle aversión a ella, Dashiel.

“¿Cómo encontró a tal esposa? "

Ella deslizó su mano en la de él y la apretó suavemente.

"Abajo, muchacho," ella susurró.

Dash inmediatamente se relajó y dijo a su padre:

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Me tropecé con ella por casualidad, en realidad, yo estaba visitando a unos
amigos, y todos habían salido a una tarde de entretenimiento”. Él le lanzó
una gran sonrisa a Cait.

"Ella tropezó con mi camino cuando buscaba un libro en el estudio”

Solo paso por donde yo estaba secuestrado y supe de inmediato que tenía
que reclamarla como mía.

Cait tuvo que luchar para no reírse de su giro en la historia.

"Incidente afortunado allí, Dashiel, debes considerarte muy afortunado,


podría haber salido mucho peor".

"En eso, nosotros concordamos, " Dash dijo mientras sostenía la silla de
Cait en la mesa, después se sentó, y tomó un lugar a su lado y le indicó a
los criados que comenzaran a servir la comida.

"¿Cuánto tiempo piensas permanecer en Eynsford?", preguntó el marqués


mientras un sirviente colocaba sopa en su plato.

Cait miró a Dash, quien se encogió de hombros. "Hasta que mi condesa se


haya llenado de ti."

"¿Entonces qué?" Preguntó el anciano mientras llevaba una cucharada de


sopa a la boca.

Dash sacudió la cabeza. "Nunca lo he conocido por estar interesado en mis


planes, señor."

"Estoy seguro de que hay muchas cosas que no conoces", le espetó su


padre.

Cait reprimió un suspiro, sus sensibilidades no hacen esta comida más


agradable.

"Ahora volveremos a casa ", le dijo con dulzura. "Dashiel ha contratado a


un agente en Edimburgo, y buscaremos una residencia cerca de mi padre y
sus amigos".

Los ojos acerados del Marqués se centraron en ella como si ella fuese una
especie de extranjera.

"¿Escocia? Sin duda es una broma".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cait sonrió tan dulcemente como pudo. "Como soy escocesa, no puedo
imaginar por qué piensa que es una broma, mi Lord."

Eynsford agitó su nudosa mano en un círculo, como para abarcar toda la


habitación.

"Brimsworth tiene un deber, querida, no creo que haya escapado de su


atención que me estoy muriendo, si tuviera una elección de dejar mis
propiedades a alguien más... bien, a alguien más adecuado, yo lo haría,
pero el destino no fue amable conmigo, en este respecto, y su marido es
mi heredero, he trabajado toda mi vida construyendo mi imperio, y
Brimsworth no puede ver a que se ejecute correctamente desde
Edimburgo."

Él se burló del pasado como si el mero pensamiento de Escocia le dejara un


mal sabor en la boca.

"Nunca me ha necesitado hasta ahora, señor", dijo Dash amistosamente,


usando un tono que Cait oyó raro en él.

Muy extraño, ya que ella hubiera esperado un gruñido.

"Además, es importante para Cait estar cerca de su padre."

Cerca de su aquelarre que era lo que quería decir, y el corazón de Cait se


calentó con sus palabras, no había hecho ninguna exigencia a Dash, pero
él sabía lo que era importante para ella.

Él sabía lo que necesitaba, y estaba dispuesto a darlo por ella.

El marqués frunció el ceño hacia abajo, hacia la sopa, como si no tuviera


apetito por mucho más tiempo, entonces levantó la mirada hacia su hijo.

"No pasará mucho tiempo, Dashiel, antes de que seas un par del reino, rara
vez nos hemos visto con otros ojos, pero no me esperaba que le dieras la
espalda a tu deber".

Dash suspiró.

"Lo haces sonar como si Edimburgo estuviera en el otro lado del mundo, le
aseguro que no lo está, Padre. "

¿Pero estaba lo suficientemente cerca? Cait envió a su marido una mirada


de soslayo. ¿Estaba siendo egoísta por querer alojarse en Escocia? El círculo

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

de su aquelarre nunca se había roto, aunque sabía que en el tiempo que


vendría, Elspeth pasaría una buena cantidad de su tiempo en Inglaterra, tal
vez era hora de un cambio, deseó poder ver lo que se suponía que iba a
suceder.

"La sesión comenzará pronto", comenzó el marqués. "¿No tienes la


intención de tomar mi asiento en los Lores?"

"Todavía estas entre los vivos," Dash respondió en voz baja.

El anciano negó con la cabeza. "No voy a estarlo en el momento en que


comience la sesión."

Un manto de silencio cayó sobre la noche, y Cait miró de un hombre a otro,


nunca había imaginado que se encontraría a sí misma casada con un Lord
Inglés, el pensamiento nunca había entrado en su mente hasta que
sucedió.

Así muchos de sus compatriotas habían huido de Escocia durante los


espacios libres, expulsados de sus pequeñas fincas en busca de
oportunidades en Canadá y Estados Unidos, tener la voz de Dash en la
Cámara de los Lores podría ser una feliz circunstancia para sus
compañeros escoceses.

"Estoy seguro de que mi marido tiene toda la intención de cumplir con sus
obligaciones, mi Lord."

Dash gruñó a su lado, en verdad, no necesitaba que hablara por él. Ella
volvió con la sonrisa más encantadora a su marido, con la esperanza de
apaciguarlo.

"Los Westfields estarán en Londres para la temporada... así puede reunirse


con algunos de su condición, pero ese es el plan para los años futuros”.

"¿Qué tiene que eso?" El marqués frunció el ceño. "¿Y quiénes son los
Westfields?

“¿Se refiere a la familia de Blackmoor? "

Cait asintió con la cabeza a su suegro. "Mi querida amiga se casó con el
hermano menor de su gracia.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Ellos residen en Edimburgo la mayor parte del año, pero planean pasar la
temporada en Londres cada primavera”.

"Hmmph". El ceño de Eynsford oscureció. "El duque actual no ha hecho


nada para recomendarse, él nunca ha tomado su asiento. Anda demasiado
ocupado persiguiendo faldas y apostando para ser de alguna utilidad para
el país". Sus ojos plateados sostuvieron la mirada de Dash. "¿Es esa la clase
de compañeros con los que pretendes estar?"

Sin duda era el tipo de hombre que Dash había sido antes de casarse con
Cait, su pequeño diario le había dado la indicación, aunque se mordió la
lengua, dijo que sus días de desenfreno habían terminado, y ella creía en
él. Dash miro al marqués.

"Tengo la intención de ser el tipo de hombre que cuida de su familia en


primer lugar, cumple sus obligaciones con ellos, y luego ve a todos los
demás."

El marqués gruñó, pero parecía estar aplacado por el anuncio de las


intenciones de Dash.

"Trata de hacer un mejor trabajo de lo que hice ", dijo finalmente.

"Eso me deja con poco margen para el error, ¿verdad, padre?" Dash
respondió secamente antes encontrarse con la mirada del anciano.

El marqués resopló con fuerza justo antes de que tirara la cuchara en el


cuenco con un fuerte ruido.

"Yo no podría dejar que un monstruo arruinara todo en lo que había


trabajado, era una cuestión de juicio, uno que probablemente haría otra
vez. "

Dash se puso de pie lentamente. "Yo no soy un monstruo."

Cait hizo señas a todos los siervos de dejar la habitación a toda prisa, tan
pronto como todos ellos iban y venían por la puerta, se puso de pie al lado
de Dash y deslizó su mano en la suya. Él la apretó suavemente mientras
miraba abajo hacia ella y sonrió suavemente, Dash continuó su discurso.

"Yo soy un licántropo, padre."

"¿Qué tontería es esa?" Vaciló el marqués, tropezando con sus palabras,


sorprendido.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"No es una tontería, es la verdad. Me inclinó a creer toda la vida que yo era
una anomalía, pero yo me he reunido recientemente con más hombres
como yo, somos licántropos, hombres lobo, si quiere verlo así".

"Basura", se quejó el marqués.

"No es basura" Dash gritó mientras él golpeó con la mano abierta sobre la
mesa.

"Es la verdad, sólo eres demasiado ciego para verlo”

“Demasiado terco para pensar que podía ser otra cosa que ese niño
bastardo que mato a su esposa"

"¡No hables de ella!" le grito el marqués, con la cara enrojecida.

Cait corrió a su lado con un vaso de agua mientras el hombre farfulló y


tosió, levantó una mano para que ella diera un paso hacia atrás.

"¿Por qué no puedo hablar de ella?" Dash pregunto hacia la habitación en


general, dirigiendo su pregunta a nadie en particular.

"Tu", dijo el marqués mientras señalaba con el dedo a Dash, "¡no puedes
hablar de ella, porque tú eres quien la mató, por Dios! Tú y tu verdadero
padre el monstruo que era".

El aliento que Dash tomo fue casi doloroso para Cait.

Se cubrió el corazón con su mano cuando Dash la soltó, luego se acercó a


él, pero fue tan rápido que estaba fuera de su alcance casi inmediatamente.

"Yo no la maté." Dash hizo esa pequeña declaración, su voz tranquila, pero
concisa.

"Y tampoco Radbourne".

Dash vio que todo el color de la cara de su padre se iba ante la mención de
su progenitor.

"Lo hizo", lo hizo el marqués insistió. "Se la llevó al bosque bajo la luz de la
luna Llena, y él…"

Dash levantó una mano y gruñó, parando con eficacia el recuento de los
acontecimientos de su padre, él no necesitaba que le digieran lo que
Radbourne había hecho.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Dash hizo señas para que se acercara Cait.

"Nosotros los licántropos, la mayoría de nosotros, podemos tomar a


nuestras verdaderas compañeras en el bosque con nosotros, o en cualquier
otro lugar. Cuando las reclamamos como propias, es hermoso, no es
degradante, como sugieres. "Él miró a los ojos azules de Cait, y su corazón
se expandió, era tan preciosa, tan confiada, tan condenadamente perfecta.

Él pasó una mano a lo largo de su mejilla.

"Caitrin lleva mi marca, la marca que significa que es mi verdadera


compañera licántropa, ella era para mí. "

"Blasfemo", su padre le gruñó.

"Es cierto", dijo Cait tranquilamente desde su lugar junto a él.

Dash no podía dejar de atraerla a sus brazos y darle un beso en la frente,


ella siempre lo defendería, ella siempre estaría a su lado, era lo único que
jamás tuvo.

La voz de Cait era un poco más fuerte la próxima vez que hablo.

"Él no es un monstruo, mi Lord, nunca lo ha sido, es un licántropo, como él


dice, sé de otros de su clase. "Ella se movió para sentarse en el lado de la
cama de su padre, tal era la bondad en ella, casi lo suficiente para templar
el fuego de Dash, pero no del todo.

"Pero la luna viene", dijo el marqués con dureza, sus palabras se


arrastraron, hasta Dash. "Evidentemente, nunca lo ha visto cuando hay luna
llena".

"¿Lo ha visto usted?" Cait le espetó.

Dios, amaba a esa mujer, él quería envolverla en sus brazos y nunca dejarla
ir, no dejaría que nada la dañara, ni siquiera él mismo.

"Yo fui el primero en ponerle grilletes cuando vi el daño que podía hacer."

El mentón de su padre sobresalía hacia arriba con una inclinación terca.

"Usted lo dice como si estuviera orgulloso de ello, mi Lord."

"¿Orgulloso de tener encadenado al monstruo? Sí, lo estaba. "El color rojo


regreso a las mejillas del hombre.

253
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Obviamente, él estaba dispuesto a luchar.

"No podía dejar que le hiciera daño a nadie."

"Y él lo admitió libremente", dijo Dash en voz baja mientras se hundía


pesadamente en una silla. "Puedes parar, Cait, él nunca lo entenderá,
morirá como un hombre amargado y solitario un anciano que no tiene a
nadie para amarlo".

"Nunca he necesitado a nadie que me ame, yo soy un hombre de recursos,


mira mi posición en la Casa de los Lores, mira mis tierras, mira todo esto."
Hizo un gesto a su alrededor. "No he fracasado en nada"

"Sí, lo hiciste."

Dash se puso de pie sobre sus piernas que estaban un poco inestables y
cruzó la habitación, tiró una cortina en la pared hasta que se deslizó hacia
atrás para revelar un retrato de su madre, estaba casi impresionante dulce
con su belleza de rizos dorados que ondeaban sobre sus hombros, con una
sonrisa tranquila que adornaba un juego de labios y ojos tan verdes que el
artista debía haberla embellecido.

Cuando Dash era más joven, se colaba en la habitación cuando el marqués


se había ido y estudiaba el retrato de la mujer con la cara sonriente que
parecía tan feliz. Y soñaba, soñaba con una vida que nunca podría tener
porque los monstruos no encuentran la felicidad.

Dash se refirió a la pintura. "Has fallado en esto."

"No he fallado en nada", el hombre gruñó, su respiración cada vez más


trabajada.

"Cierra la cortina, yo no quiero verlo".

"¿Su sonrisa te hace sentir triste, padre? Esto debió haber sido pintado
antes de conocerte, ella en realidad se ve contenta, eufórica, incluso".

"Eso se terminó pocos días antes de tu nacimiento, cuando ella estaba


embarazada de ti". Se burló de la última palabra, que voló de su boca.

La voz de Cait llegó a sus oídos.

"Ella te amaba a ti, Dash, puedes verlo en la pintura, pienso que fue feliz al
verte nacer".

254
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The Taming of the Wolf

"¡Silencio!" Gritó el marqués. "¡Fuera! ¡Ustedes dos, fuera! "Entonces una


nueva ola de la tos se apoderó de él.

Como Cait se inclinó hacia adelante para ofrecer al hombre un poco de


agua, Dash vio el movimiento del marqués con el rabillo del ojo. Pero se
sentía tan fuera de orden, dándose cuenta de que su madre estaba feliz de
estar con el niño, con él, que él no pudo evitar lo que sucedió después. Su
padre levantó el brazo e hizo girar con todo su poder el dorso de la mano,
realizando un sonido crujiente cuando golpeó a Cait en la cara. Ella aterrizó
en el suelo con un ruido sordo.

"Dije fuera" gruñó el anciano.

Dash no podía ver nada más que rojo detrás de sus párpados, estaba
furioso. Cruzó la habitación en tres rápidos pasos, coloco a Cait de pie, y
luego la empujo inmediatamente detrás de él.En algún lugar en el fondo de
su mente, la sintió tirando frenéticamente sobre su brazo, tratando con
toda la fuerza que tenía evitar que se moviera hacia su padre, pero su leve
movimiento no era rival para él.

Él puso sus manos alrededor de la garganta del marqués y en realidad


sintió una oleada de alegría ante la idea de matar al viejo, el rostro de
Eynsford se puso rojo, luego morado. Luego se hundió en las almohadas
tratando de luchar contra él.

Ya que tirar y suplicar no había funcionado, la suave voz de Cait dijo muy
claramente en su oído,

"Por favor, Dash, te quiero no hagas esto. "Entonces ella lo repitió,


tirándolo a él desde la neblina que cubría su mente. Dash miró al anciano
moribundo bajo sus manos y aflojo su agarre.

El marqués se quedó sin aliento durante un tiempo. "Se lo dije, siempre


será un monstruo", su padre lo dijo con voz ronca, luego señaló con un
dedo débil a Dash.

"¡Siempre! No puedes correr lo suficientemente rápido ni lo


suficientemente lejos para dejar atrás el monstruo que hay en tu interior".

"Si alguna vez tocas a mi mujer de nuevo, te mataré", gruñó Dash, luego se
apresuró a salir de la habitación, escapaba tan rápido y furiosamente como
podía, a pesar de las súplicas de Cait de que la esperara. A pesar de sus
súplicas de que parara, a pesar de que todavía estaba lívido de rabia.

255
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Treinta y cinco
Acostada en la cama, Cait cerró los ojos y deseó que Dash volviera a ella,
no tenía pistas de dónde buscarlo, Eynsford Park era muy grande, y ella no
conocía el camino alrededor en absoluto, especialmente en la oscuridad.
No iba a encontrar a Dash hasta que quisiera ser encontrado, aunque Cait
estaba segura que donde quiera que fuera, él sabía que ella lo estaba
esperando.

Tenía que haberla oído llamarlo por su nombre en la última hora, no había
nada que hacer más que esperar, y tal vez hacer un poco de investigación.

Por lo menos, le mantendría la mente ocupada ahora que su marido había


escapado, Cait rodó hacia un lado y abrió la copia de Debrett de Eynford,
ella pasó las páginas, en busca de la entrada de la derecha, fue a través de
la lista de los duques, Radbourne, aparentemente, no era un marqués o un
conde, tampoco, luego sonrió cuando por fin encontró la página que
buscaba.

"Radbourne de Baslow, Derbyshire, vizconde," susurró para sí misma


mientras sus dedos se perdían a través de las palabras.

El primero en la línea era un Timoteo Hadley en 1573, Cait echó un vistazo


a la parte inferior de la página, luego alcanzo a un Clarence Hadley en
1596, pasó dos páginas, luego dos más, hasta que sintió como se estaba
acercando a la lista que necesitaba.

Allí estaba, el actual vizconde Radbourne era Archer Hadley, nacido en


1793, pero que lo haría más joven que Dash, subió un párrafo, y luego una
sensación de malestar se hizo cargo de ella, si el actual vizconde
Radbourne era más joven que Dash, entonces su padre natural se había
ido, Dash nunca tendría la oportunidad de conocer al hombre, él nunca
sabría lo que era tener a un padre. Con un dedo tembloroso tocó el
nombre de Edward Hadley, nacido 1765, muerto 1797. ¡Dios del cielo! Él se
había ido hace casi veinte años.

"Edward Hadley se casó con Violet Archer en 1792, la hija mayor de John
Archer, el sexto Baron Wardley, él tuvo con su esposa tres hijos, Lord
Archer Hadley, el vizconde actual, nacido 1793, Weston Hadley, nacido
1795 y su gemelo, Grayson Hadley, nacido en 1795, "murmuró en voz baja.

256
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cait se quedó mirando las palabras en la página, Edward Hadley había


desaparecido, pero Dash tenía tres hermanos, tres hermanos que nunca
había conocido, no sabía que existían, no estaba segura de cómo iba a
reaccionar a la noticia, y ella suspiró. ¿Cuánto tiempo iba a mantenerla para
ella?

Dash merodeaba por los terrenos de Eynsford Park, maldiciendo a Eynsford


por ser un pedante tan miserable, por dejar que el viejo aún llegara a él, y
a Cait por hacer que el viniera a este horrible lugar para empezar. Quería
salir corriendo, correr lo más lejos que pudiera, las palabras a su padre no
dejaban de resonar en sus oídos, siempre sería un monstruo, no quería
que fuera verdad, pero sabía en su corazón que así era.

Otros licántropos lograron controlar la bestia que vivía en su interior, para


aprisionarlo cuando fuese necesario. Él nunca tendría esa clase de poder
sobre sí mismo, era demasiado salvaje.

Si Caitie no le hubiera pedido que se detuviera, habría sacado todo el aire


del cuerpo de su padre. Él no lo dudaba por un momento, todavía tenía la
necesidad de hacerlo, para asaltar hacia el interior de la casa señorial y
acelerar la desaparición del viejo buitre.

Dash aumentó su andar, llegando a la rectoría de Eynford, el viejo edificio


de arenisca llamó su atención a la luz de la luna, y se detuvo en seco.

Se preguntó si el señor Nelson seguía allí, empleado por su padre.

Durante algunas de sus horas más oscuras como niño, él había tomado
consuelo en las enseñanzas del viejo rector, la paz, el perdón, la
responsabilidad.

Dash se apoyó en la valla de piedra y se quedó mirando la vieja puerta de


madera que daba a la residencia del rector, ningún latido venía desde
dentro, ninguna respiración, no es que le sorprendiera, el Sr. Nelson estaba
bastante viejo cuando Dash era un niño. Sin embargo, los recuerdos de la
cara amable del anciano y palabras suaves se apoderaron de él y le trajo un
poco de paz.

Cait lo aceptó, lo sabía en su corazón, podía verlo en sus ojos cada vez que
ella lo miraba. Dash sonrió mientras su imagen se filtraba en su mente,
casi podía oler su pelo rubio con su aroma de madreselva. Se merecía algo
mucho mejor que él, se merecía un hombre que no fuese salvaje y

257
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The Taming of the Wolf

peligroso, si él fuese más honorable de alguna manera, no la habría


obligado a estar en su vida, pero había sido un asno egoísta.

Tal vez no era demasiado tarde, tal vez aún podía protegerla de sí mismo,
podía enviarla de vuelta a Edimburgo, donde sus hermanas aquelarre
esperaban su regreso.

Dios, era un tonto. ¿Cómo dejó que el marqués consiguiera enojarlo? Dash
tomó una profunda y relajante respiración y luego otra mientras observaba
la danza de rayos de la luna alrededor de la casa parroquial.

Cuando su alma parecía estar más en paz, él caminó hacia la casa


solariega, con la esperanza de que Cait aceptara sus disculpas.

Hizo caso omiso de la mirada de reproche que Price le disparó mientras


caminaba por la puerta principal, el mayordomo podría irse directamente al
diablo, Dash no le dio ni un ápice por lo que el hombre pensaba de él, de
todas las personas que actualmente habitan en Eynsford Park, sólo Cait le
importaba.

Dash la encontró durmiendo en su cama en un camisón de gasa, situada


encima de la colcha, su gloriosa cabellera cubría un hombro. Parecía un
ángel, tan etérea y celestial, debió haberlo esperado durante horas hasta
que regresara.

Apagó la lámpara y luego arrojo rápidamente la chaqueta y el chaleco antes


de arrojar su camisa a una silla cerca de la cama.

Cuando se sentó a su lado para tirar de las botas, Cait rodó hacia él, con
una sonrisa en sus labios tentadores, Dash apartó un rizo de su cara para
que pudiera verla mejor.

"Te amo, Caitie, lo siento si soy una bestia tan ingobernable".

Ella suspiró en sueños, y él no pudo evitar sonreír ante la forma en que el


sonido lo tranquilizó. Él tiró las botas, luego termino con el resto de su
ropa, suavemente, bajó la colcha de debajo de ella y tiró hacia arriba por
encima antes de deslizarse en la cama junto a ella.

Dash se acostó, pero se sentó de nuevo a la vez cuando algo duro lo


golpeó en la cabeza, sacó un libro de debajo de la almohada y frunció el
ceño.

258
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The Taming of the Wolf

¿Qué demonios estaba haciendo ella con un libro en la cama? La respuesta


era obvia, sin embargo, debía haberla ayudado a pasar el tiempo mientras
esperaba a que su marido descarriado hiciera acto de presencia, y una
nueva ola de culpa se apoderó de él. Dash miró el título, nobleza de
Debrett de Inglaterra, ¿Escocia e Irlanda? No era exactamente una lectura
ligera, era peor que el “Génesis”.

Tiró el libro a la silla donde su camisa estaba, pero cayó al suelo con un
ruido sordo.

Frunció el ceño al oír y se dejó caer contra la almohada. ¿Podría no seguir


su camino?

"¿Dash?", Dijo Cait adormilada.

"No quise despertarte, vuelve a dormir, Caitie ", dijo, mientras se


acurrucaba contra él, su dulce aroma le hacía burla en la nariz.

"¿Estas bien?" Ella preguntó.

"Estoy bien." Antes de que las palabras salieran de su boca, ella le golpeó el
pecho.

"Entonces estas en problemas."

"Sí, mujer, estoy en problemas", admitió él, frotando una mano en el lugar
en que lo asalto. "Sin embargo, no hay necesidad de pegarme".

Cait se sentó y lo miró profundamente a los ojos.

"Llamé y te llamé tonto", ella se quejó.

"Deberías haber regresado."

"Yo no estaba en condiciones de estar cerca de ti, Cait, confía en mí. "

"Escúchame, Dashiel Thorpe." Un dedo delgado se le clavó en el pecho. "Yo


soy tu esposa, no te puedes ir y mantenerte alejado tantas horas en la
noche, yo no puedo saber lo que piensas, y yo estaba preocupada por ti".

Dash suspiró, sin saborear la pelea, estaba demasiado cansado para eso.

"No hay nada de qué preocuparse, Caitie, soy un licántropo. ¿Qué crees que
me va pasar a mí? "

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"El hecho de que eres un licántropo no significa que eres invencible, Dash,"
dijo en voz baja.

Él la tiro hacia él y le rozó los labios con los suyos.

"No me castigaras, muchacha, ha sido un largo día".

"Yo desconozco lo que sucederá." Los brazos de Cait se deslizaron


alrededor de su cuello, y lo mantuvo apretado. "Pero eres parte de mí
ahora, Dash, no puedes salir corriendo."

"Caitie", susurró antes de besarla de nuevo. "No es seguro para ti estar a mi


alrededor cuando estoy fuera de control".

Su dulce aliento sopló en sus labios, y Dash gimió mientras ansiaba


encontrar consuelo en su interior, para borrar toda la angustia y el dolor
del día dentro de Cait.

"¿Estas bajo control ahora?", ella preguntó, mientras sus dedos se


arrastraron por su pecho.

Dash la hizo rodar por debajo de él.

"Molestando al lobo", preguntó contra su piel suave, rozando su hombro


con los dientes. "Esa es una muy buena manera de conseguirse una
mordida."

Cait rio. "Ahora, ¿quién es quién?"

Dash amaba despertarse con Cait en sus brazos, sus pechos desnudos
presionando contra él, con el pelo extendido sobre el pecho.

Ella se movió hacia un lado y luego levantó sus brazos para mirarlo.
"Buenos días."

Sus suaves ojos azules brillaron.

Nunca había visto un espectáculo más hermoso, y Dash contuvo el aliento,


trataría con el futuro más tarde, cuando ella no parecía tan
desesperadamente necesitada de un beso.

"Buenos días, ángel," él susurró, inclinándose para rozar sus labios contra
los suyos, ella sabía celestial, como las bayas dulces de verano.

Después de un momento, Cait jadeó y se echó hacia atrás.

260
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¿Qué?", él preguntó, sintiendo como si su juguete favorito le hubiese sido


arrebatado de sus manos.

Cait echó la pierna sobre el borde de la cama.

"Se me olvidó, le dije a Price que le ayudaría con el desayuno del marqués."

Dash no pudo evitar el gruñido que escapó de él cuando llegó con ella.

"El hombre se ha alimentado a sí mismo durante siete décadas, pienso que


puede hacerlo solo".

De pie frente a él, Cait cruzó los brazos sobre sus pechos deliciosos.

"Él no está comiendo bien, Price dijo que el poco de sopa que comió
anoche fue más de lo que ha comido en mucho tiempo".

"Si él decide morir de hambre por sí mismo, no veo por qué tenemos el
derecho a interponernos en su camino." Dash miró hacia el techo para
evitar la mirada mordaz que él sabía que ella le dirigió.

"Es una cosa horrible que digas eso, Dashiel Thorpe."

Tal vez, pero él no se inmutó por su protesta y se centró en una pequeña


grieta en la moldura.

"Es un hombre horrible."

Ella resopló y luego caminó hacia el vestidor, en un instante, Cait gritó


cuando su pie hizo contacto con algo pesado y ella cayó sobre su trasero.

"¡Ay!"

Dash saltó de la cama para ayudarla.

Cait ignoró su mano extendida mientras apretaba el tomo de Debrett


contra su pecho. "Dash, hay algo, que tengo que decirte".

Él frunció el ceño ante el libro en sus brazos.

"Tengo algo que decirte, Caitie, esa cosa me golpeo en la parte posterior
de la cabeza la noche anterior, no deberías andar por ahí escondiendo
libros bajo las almohadas".

Una sonrisa beatífica iluminó su rostro, y luego estalló en un ataque de


risa.

261
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Era evidente que él se había perdido de algo. "¿Qué es lo que es tan


divertido, muchacha?"

"Ahí es donde había escondido, tu pequeño diario malvado, bajo mi


almohada".

Era evidente que había perdido la cabeza esta mañana, Dash se pasó una
mano por el pelo.

"Imposible, yo queme esa cosa. ¿Tu cabeza está bien? ¿Te golpeaste
cuando te caíste? "

Cait se rio aún más fuerte.

"No, seas tonto mi lobo, aquella noche en la posada cuando lo estabas


buscando, lo había escondido debajo de mi almohada, tú estabas buscando
en mi baúl, a través de mis ropas y cajones".

Ella cayó hacia atrás, casi sin aliento por su risa.

"Me gustaría que hubieses visto tu rostro cuando Jeannie entró y te vio".

Dash nivelo su mirada más mordaz.

"Pensé que estabas dormida."

Ella se puso de pie, sin soltar el pesado tomo contra su pecho.

"Bueno, estabas equivocado, estoy segura que no será la última vez. "Cait
se inclinó y besó su frente.

"Encontré a Radbourne la última noche. "Ella le dio el libro a él.

La boca de Dash se abrió, eso es lo que había estado haciendo.

"No estoy seguro de estar listo para encontrarlo, Caitie."

Sus ojos claros comenzaron a humedecerse, y sus labios se apretaron.

"Lo siento, Dashiel, pero es demasiado tarde."

Radbourne estaba muerto, podía verlo en su expresión torturada.

"¿Cuánto tiempo?" le dijo ahogadamente.

262
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Hace unos momentos, no estaba seguro si estaba preparado para


encontrar a su padre, y ahora sabía que nunca tendría esa oportunidad,
sentía su corazón en la boca del estómago.

"¿Cuánto tiempo?" Repitió ella, sacudiendo la cabeza por la confusión.

"¿Cuánto tiempo ha pasado desde que se fue?"

"Oh," dijo en voz baja. "Veinte años, lo siento".

Dash sacudió la cabeza, no debería importarle, él ni siquiera sabía el


nombre del hombre hasta ayer. No debería importarle que él se hubiera
ido, pero de alguna manera lo hizo, pero no tenía ningún sentido en
absoluto.

"Su nombre era Edward Hadley…"

Dash levantó la mano, en silencio para detenerla, no quería saber nada


más, sus entrañas se apretaban, y él no quería que ella viera que lo
debilitó.

Los ojos de Cait se suavizaron, y ella se acercó a él. "Hay más, Dash."

"No quiero oírlo, Caitie."

Ella frunció los labios obstinadamente. "tienes hermanos," dijo ella


bruscamente.

"Hermanos", el eco hizo que la habitación empezara a dar vueltas.

Cait asintió.

"Tienes tres hermanos."

263
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

TREINTA Y SEIS
Tras reflexionar sobre ello, Caitrin pensó que podría haber sido una mala
idea decirle a Dash de sus hermanos, él se había lanzado sobre su pantalón
y la camisa y salió de la habitación sin decir nada más. Sin importar la
cantidad de súplicas o llamadas a su nombre lo hicieron volver a sus
sentidos, fue la segunda vez en pocos días que él se había marchado,
dejándola sola.

"Dios del cielo," ella gruñó para sus adentros. "Lobo temperamental." Era
tan frustrante que no pudiera ver su futuro, le hubiera traído un poco de
alivio si pudiera saber por lo menos que estaba a salvo.

Cait suspiró mientras rápidamente se vestía sin la ayuda de una criada y se


arregló el cabello en un moño sencillo, ella y Dash iban a tener una
conversación seria sobre sus salidas maleducadas y su tendencia a pensar.

Justo cuando ella se dirigía a la puerta, oyó un leve golpe, la abrió para
encontrar al mayordomo en el pasillo, haciendo muecas.

"Price, ¿qué es?" El anciano negó con la cabeza.

"Es su señoría, Lady Brimsworth, está desapareciendo ante mis ojos, y…."

"Lo pondré a comer algo, Price." Cait sonrió, con la esperanza de consolar
al hombre. "Estoy segura de que va estar bien", mintió.

Aunque "bien" era probablemente un término relativo, lo que sí sabía, lo


que pudo ver claramente, era que para el marqués de Eynsford no habría
otro día. Lo que ella no sabía era si iba a encontrar la paz con su hijo antes
de morir, y viceversa.

Se armó de valor para un día difícil, Cait siguió a Price a la habitación del
marqués.

"Nunca he visto a su señoría querer a alguien como a usted, mi Lady, me


alegro de que lo haya venido a visitar".

Cait apretó la mano de Price.

"Usted es un elogio para la lealtad".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

El mayordomo se arregló un poco ante sus palabras, lo que calentó el


corazón de Cait. Llamó una vez en la puerta del marqués

"antes de permitirse entrar" Buenos días, Lord Eynsford ", gritó


alegremente.

Las cortinas estaban cerradas y muy poca luz se filtraba a la habitación, la


respiración trabajada del Marqués se oía desde la puerta, y Cait cruzó
rápidamente la habitación junto a su lecho, deseó que Elspeth estuviera
aquí, ya que podría facilitar la muerte de ese hombre.

Cait se acomodó en un sillón de cretona a su lado y le enderezó la peluca.

"Entiendo que la avena está en el menú para el desayuno, mi Lord"

Él frunció el ceño. "No voy a comer eso, ni siquiera por ti. "

Cait rio suavemente. "No es mi favorita tampoco", confesó. "Un amiga mía
siempre realiza cosas horribles, no entiendo como ella tiene estómago".

"Me estoy muriendo, Lady Brimsworth."

"Yo lo sé." Cait estudió su rostro antiguo, incluso el poco de color que tenía
el día anterior se había ido, pero su mente seguía aguda, y su lengua tan
cortante como siempre.

"Y yo no voy a comer algo que no quiero."

Podía ver su punto, Cait le puso la mano sobre la suya.

"No lo obligare a comer la avena, mi Lord. ¿Hay algo que quiere que haga? "

El marqués negó con la cabeza.

"Quédate aquí, habla conmigo, ha pasado una eternidad desde que alguien
ha hablado conmigo".

Cait asintió. "Por supuesto, mi Lord. ¿Qué vamos a hablar? "

"Escocia", él sugirió antes de que la tos sacudiera su cuerpo, moviendo la


cama debajo de él.

¿Escocia? Estaba literalmente en su lecho de muerte, sin embargo, él quería


hablar de tonterías

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

“¿Qué tal de Dashiel? ", Sugirió en cambio, mientras le ofrecía un trago de


agua.

Eynsford se estremeció y negó la bebida apretando la boca cerrada.

Cait volvió a su asiento.

"Usted mismo ha dicho que se está muriendo, mi Lord. ¿No le gustaría


deshacer la animosidad que hay entre usted y Dash antes de que sea
demasiado tarde? "

Él negó con la cabeza.

"Lo hecho, hecho está, querida, no tiene que ser así para usted, sin
embargo, la luna llena es esta noche, pero no es demasiado tarde para que
vuelvas a tus sentidos y te escondas lejos del monstruo".

Cait trató de ser paciente con el hombre, era viejo, se estaba muriendo,
pero él no entendía.

"Él no es un monstruo ", dijo en voz baja. "El linaje de los licántropos era
uno benévolo." O eso es lo Benjamín Westfield decía con bastante
frecuencia. "Nos han ayudado a dar forma a la historia como ya sabe, y
Dash es tan noble como sus antepasados”.

Él frunció el ceño, cruzando los brazos delgados sobre el pecho, pero Cait
se dio cuenta de que estaba escuchando, respiró hondo y continuó.

Viendo el sol como comenzaba a establecerse desde el viejo escritorio de


su padre, la inquietud se apoderó de Dash y él se centró en el libro delante
de él. Había estado temiendo la llegada de esta luna más que ninguna
antes, a pesar de que nunca había sido especialmente aficionado a
cualquiera de las noches de luna llena, hasta hace un mes, él siempre la
había pasado con grilletes y encadenado, solo, luchando contra el dolor
que viene con estar fuera de control.

No le había confiado sus planes aún a Cait, como ella había estado
encerrada con su padre, susurrando la mayor parte de la mañana, no
quería interrumpir, no quería ver a ninguno de ellos. Y ahora como
Eynsford Park fue envuelto en el resplandor de un día lleno de sol, decidió
que sería mejor tomar el camino del cobarde, e escabullirse como un
ladrón y enfrentarse a la luna llena solo, antes de que lo hechizara para
que él se quedara allí y aceptara el riesgo de lo que podría hacer.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Él simplemente no podía, no era posible, bajo ninguna circunstancia estar


con Cait durante la luna llena. La única forma en que ella estaría a salvo era
si estaba esposado y encadenado en la misma habitación donde su padre
por primera lo había dejado enfrentarse a la bestia dentro de él en esa
noche de luna llena hace mucho tiempo.

Dash estaría envuelto en los hierros que odiaba, pero ella estaría a salvo,
que era lo más importante.

Había contemplado brevemente dejar Eynsford Park antes de la luna llena,


pero sin medios adecuados para asegurarse a sí mismo, él acababa de oler
su aroma a madreselva al otro lado del río. Infierno, él probablemente la
olería si estaba en el camino de vuelta a Londres, entonces estaría
corriendo por el bosque hasta volver a ella, y probablemente lo lograría.
Así que se encadenaría en la sala abajo de las escaleras, esperaba que
funcionara bien, o al menos era lo mejor que podía hacer por ahora.

Consideró enviar a alguien a limpiar la habitación para que fuese un poco


más habitable. Pero habían pasado años con telarañas y polvo, podía pasar
una noche más así, recordó la forma en que había despertado en brazos de
ella en la mañana, su dulce aliento haciendo cosquillas al vello de su pecho
y sus manos sobre su piel.

La lujuria inmediatamente empezó a nublar su cerebro, y luego escucho


sus suaves pisadas por el pasillo, maldición, por supuesto, ella lo buscaba
cuando se sentía melancólico.

La puerta del estudio se abrió y ella asomó la cabeza en su interior. "Dash",


gritó en voz baja, luchó por ignorarla por un momento, sólo necesitaba
tiempo suficiente para despejar su cabeza. "Dash", lo intentó de nuevo,
esta vez con mayor urgencia.

"¿Qué es, Cait?" él ladró, inmediatamente arrepentido por su tono. Pero ni


siquiera levantó la mirada hacia la de ella, no podía, porque él no quería
ver su amor por él que brillaba allí. Por último, no podía evitar mirar hacia
ella tan brevemente.

"Veo que estas de buen genio, Dashiel," dijo con severidad mientras
colocaba sus manos sobre sus caderas y lo fulminó con la mirada. Dios,
esas caderas que sólo quería aferrarse a ellas para poder montarla en la
noche. Cerró el cajón de su escritorio, tratando de llamar a su deseo.
"Estoy ocupado, Caitrin."

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The Taming of the Wolf

"Sí, puedo ver eso, y tú eres un gran patán. " Finalmente él tiró su pluma
sobre el escritorio y se recostó. "¿Qué has estado haciendo?"

"Oh, ahora tienes interés", preguntó ella sarcásticamente.

"Cait," él gimió mientras se pellizcaba el puente de la nariz entre el pulgar


y el dedo índice en señal de frustración.

"La tos de tu padre empeoró durante la noche, y él ha pasado un momento


difícil por la misma."

"Lamento escuchar eso," Dash murmuró, bajando la cabeza hacia su libro


de contabilidad para considerar los números que había alineados en filas
ordenadas.

"Maldita sea", dijo mientras cerraba el libro. "¿Qué haces aquí, Cait?"

"¿Necesito una razón para visitar a mi marido?" Sus ojos azules brillaban
con irritación.

"No, pero me imagino que tienes uno, así que".

Cait cruzó la habitación hacia él, sus medias susurrando en voz baja
mientras se movía lentamente en su dirección, eso lo hizo pensar en la
última vez que había retirado sus medias y la nueva forma en que le había
hecho el amor a ella.

"Debes ir a visitar a tu padre, Dash, me temo que su tiempo aquí no será


mucho más largo".

"¿Esperas que vaya a envolver mis manos sobre su cuello y le facilite su


muerte? Si es así, vamos a apresurar su paso, Cait".

Dash vio la sutil advertencia de ira en el enrojecimiento de su cara, ella se


volvió rápidamente y cogió un florero de una mesa y se lo lanzó con todas
sus fuerzas, directamente a la cabeza.

Él se agachó y el vaso voló junto a su oído, tan cerca que podía sentir el
viento que creó. "Cait", él gruñó mientras tomaba los fragmentos rotos que
yacían esparcidos sobre la alfombra.

"Corriste de mí dos veces, Dash, no me buscaste durante todo el día, y he


estado pacientemente esperando.

Pero el tiempo ha llegado su fin, y tú necesitas ir a ver a tu padre.

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"Ella piso fuerte con su diminuto pie. "Te vas a arrepentir si no vas a verlo,
está preguntando por ti".

Los oídos de Dash se animaron.

"¿Por qué haría una cosa tan tonta? Aborrece el suelo que camino".

"Necesita verte." Ella se encogió de hombros. "Eso es todo lo que se".

Dash se pasó una mano por la cara y respiró hondo.

"¿Me necesitas para que valla contigo?"

Sus palabras se escaparon en un suspiro.

"Yo no puedo hacerlo solo, yo no puedo garantizar que va a estar mejor


debido a mi visita, si sobrevive a ella. "

"iré contigo", ella resolvió.

"Si crees que es mejor," Dash se quejó mientras caminaba rápidamente por
delante de ella, conteniendo la respiración mientras se acercaba a ella por
temor a desatar la bestia dentro de él simplemente inhalando su hermoso
olor.

"Bruja obstinada", él murmuró.

"Patán Irritable," murmuró ella al mismo tiempo.

Dash intentó, sin éxito, reprimir una sonrisa. Cait lo siguió, consciente de
la batalla que se libraba en su interior, la bestia en él quería gobernar,
mientras que el hombre en él quería arrebatarle el control de nuevo, y el
niño en él todavía quería la aprobación de su padre.

Esa fue la parte más triste, sabiendo lo mucho que Dash anhelaba el amor
de Eynsford. Sabiendo lo mucho que deseaba que le perteneciese, aunque
sólo fuese por un momento, al igual que una palabra fuera de lugar podía
dejar cicatrices eternas, una palabra bien pensada podría sanar viejas
heridas.

Dash llamó suavemente a la puerta antes de entrar en la habitación de su


padre y camino lentamente hacia la cama, el marqués estaba tan quieto,
que de inmediato vio el miedo en los ojos de Dash, ella vio su pena, y se le
rompió el corazón.

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The Taming of the Wolf

"Mi Lord," ella llamó a la forma que dormía.

Luego sonrió cuando él se quejó en voz baja,

"Vete". Oyó la debilidad de su tono y vio cómo él luchaba por abrir los
ojos.

"Dashiel está aquí", ella dijo.

El marqués abrió los ojos, buscando por la habitación hasta que encontró
Dash de pie a su lado. "¿Vienes a terminar el trabajo?"

"Vine porque Caitrin dijo que preguntó por mí." Dash la fulminó con la
mirada.

"¿Por qué diablos iba a hacer eso?"

Ella se encogió de hombros cuando el marqués confirmó su mentira, pero


¿qué otra cosa iba a hacer?

Los dos eran demasiado tercos para su propio bien, incluso ahora, a esta
hora tardía.

Dash miró como si pudiera cometer asesinato, sólo que iba dirigida a ella
en esta ocasión. Cait luchó para no estremecerse. "Si él hubiera estado
pensando con claridad, habría pedido hablar contigo", dijo, con la
esperanza de que ambos, padre e hijo simplemente aprovecharan el
tiempo que les quedaba.

"Parece como si mi esposa ha tomado para sí misma torturarnos a ambos,"


gruñó Dash. "Y ya que ninguno de nosotros tiene deseo de que yo esté
aquí, voy a retirarme".

El marqués dijo en voz baja: "Ya que estás aquí, tú también puedes
quedarte."

Dash se sentó tan rápidamente en el borde de la cama de su padre, que


Cait tiró del lóbulo de su oreja y se preguntó si se había perdido el
mandato para sentarse, pero allí estaba él, mirando tan ansioso como un
cachorro a la espera de un cariño, casi le rompió el corazón.

"¿Cómo estás?" Preguntó Dash.

"Muriendo", dijo el anciano con voz ahogada, arrastrando la tos a través de


su cuerpo.

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"Lo siento", dijo Dash en silencio.

Cait inmediatamente se preguntó a qué se refería. ¿Estaba arrepentido de


que su padre se estuviera muriendo? ¿Lo sentía por la forma que sufría? ¿Lo
sentía por las acciones pasadas? ¿Lo siento por ser un bastardo? Ella
esperó, casi tan ansiosa como Dash parecía estarlo.

Las lágrimas se reunieron en sus ojos cuando el anciano se acercó y cubrió


la mano de Dash con la suya.

"Soy yo quien debe decir que lo siente, hijo." Ella podía jurar que Dash
tembló un poco. Pero él se sentó en silencio y dejo que el marqués
continuara. "Parece que me encanta tu esposa."

Dash se rio, con su voz un poco cambiante. "Yo no estoy muy preocupado
de que la mantienes lejos de mí".

El marqués hizo un gesto a Cait y le preguntó: "¿Va a abrir la cortina de


allí?" Señaló hacia la que ocultaba el retrato de su difunta esposa, Cait
corrió feliz para revelar la imagen de la mujer tan sonriente tan hermosa.

"Eso es todo, ahora," Eynsford murmuró, colocándose pacíficamente contra


las almohadas, una débil sonrisa apareció en sus labios.

Dash no realizó ningún ruido.

"Ella te amaba", el marqués finalmente admitió. "Ella estaba muy feliz por
estar embarazada, no hablaba de nada más que de su deseo de tenerte en
sus brazos".

"¿Por qué nunca me lo dijiste?" preguntó Dash en voz baja.

"Yo estaba enojado. La alejaste de mí, incluso antes de tu nacimiento, ella


te amaba y te cuidaba más de lo que nunca cuido de mí, y entonces ella se
había ido, debido a tus orígenes, era fácil suponer que la mataste. Y así
aliviar mi culpa, yo no fui capaz de ayudarla a ella al final, nadie pudo".

"¿Ella me amaba?" Dash repitió, y esta vez, Cait tuvo que apartarse para no
derramar lágrimas en ambos. Lo demás tendría que brotar como un
enorme crisol de riego.

"Ella lo hizo", Eynsford susurró. "Y, aunque nunca entendí a la bestia dentro
de ti, tu señora me lo explicó todo hoy, así que siento que tengo que
arreglar las cosas, mientras todavía tengo tiempo."

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The Taming of the Wolf

"No es importante", comenzó Dash.

El marqués levantó un dedo, y Dash inmediatamente se calmó, como un


buen perrito pequeño. "He sido un tonto, Dashiel, y lo siento, me siento
orgulloso de dejarte todas mis posesiones mundanas, y te dejo también mi
respeto, así, hijo ahora vete para que pueda descansar".

"Pero", dijo Dash, como si necesitase decir una o dos cosas suyas.

Con los ojos ya cerrados, Eynsford apretó la mano de Dash y Cait observó
con asombro como Dash mantenía apretada la del marqués con fuerza.

Cuando su padre dormía, Dash trasladó una silla al otro lado de la


habitación y se sentó en ella. "Creo que me quedaré un poco" murmuró él,
sus palabras ahogadas por la emoción.

Cait salió silenciosamente de la habitación, cerrando la puerta suavemente


detrás de ella. Padre e hijo necesitaban un poco de tiempo a solas y ella les
daría eso a ellos.

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TREINTA Y SIETE
Cait paseaba de un lado a otro por la entrada de Eynsford Park, rechinando
los dientes tan fuertes que Price disparaba miradas de preocupación en su
dirección.

"¿Estás seguro que no ha dejado una nota? O no le dijo a nadie dónde


estaría,

¿Price? "

"Estoy seguro, mi Lady," dijo el mayordomo estoico, evitando su mirada.

"¿Están todos los caballos en los establos?"

Finalmente él la miró. “Lo están”. Acabo de enviar a Owens para verificarlo,


su señoría no se marchó a caballo".

Habían pasado horas desde que Dash había desaparecido, según Price, él
se quedó con su padre hasta que el hombre finalmente se durmió
profundamente. Luego salió de la habitación de forma rápida y no lo había
vuelto a ver.

El sol se hundía en el horizonte mientras Cait miraba por la ventana del


salón, estaba deseando tener a Dashiel de pie junto a ella para que
pudieran compartir la caída del sol en el cielo y el ascenso de la luna, por
lo que podrían ser marido y mujer licántropos y aparearse. Pero ella estaba
sola, las sombras bailaban sobre los jardines, el sol se hundía y la luna
tomaba su lugar, pero Dash todavía no aparecía en ninguna parte para
poder ser encontrado.

"Está seguro que no salió con un viejo amigo, ¿Price? Quizás se perdió con
las idas y vueltas, después de haber estado con en el marqués durante
todo el día”.

El hombre infló su pecho hacia fuera, con la cara caída, como si ella le
hubiera asestado un duro golpe. "No he salido de mi puesto de vigilancia,
mi Lady, y yo ya he pedido a los lacayos de cada parte de la propiedad
traer cualquier noticia, nadie lo ha visto".

"Lo siento, Price, simplemente estoy preocupada".

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The Taming of the Wolf

Algo brilló en los ojos del hombre, un poco de pena, ¿tal vez? Si es así, ¿Por
qué tendría que tener pena? A menos que... a menos que él supiera dónde
estaba Dashiel.

Cait se le acercó lentamente, tratando de mantener una sonrisa agradable


en su rostro.

"Tienes un poco de polvo en la manga, aquí, Price, "dijo casualmente


mientras lo alcanzaba para cepillar la manga de su chaqueta. Así como
había pensado que sucedería, el hombre estaba tan nervioso ante la idea
de ensuciar la ropa con la que se encontraba y con atención comenzó a
buscar la tierra infractora.

"Yo no lo veo, mi Lady." Levantó una mirada de cuestionamiento hacia ella.

"¿Limpiaste las chimeneas hoy, Price?", él se rio mientras se sacudía el


polvo de su hombro. "Mi mayordomo en casa nunca ha llegado a ser tan
sucio."

"Tuve algunas tareas especiales para hacer hoy, mi lady. ¿Cómo dijo? Se
colocó un poco más alto y levantó la nariz en el aire, de modo que no
apreciaba su valoración en absoluto. ¿Podría la vanidad del mayordomo ser
su caída? Tal vez.

"¿Cuáles fueron sus tareas especiales, Price?", preguntó casualmente


mientras se dirigía de nuevo a la ventana para mirar otra vez en las
profundas sombras.

"Yo... yo..."

Ella se volvió hacia él, dándole su mirada más altiva.

"Sí, ¿Price?", Le espetó.

"Quería limpiar una de las habitaciones que no hemos utilizado desde hace
mucho tiempo, mi señora."

"¿Y qué habitación sería esa?, ¿Price?" Ella entrecerró las cejas hacia él.

"Basta con que es una cámara antigua, Lady Brimsworth", él murmuró.

"¿Por casualidad, pidió su señoría que limpiara esta sala?"

"¿Cuál mi Lord, mi Lady?" Price preguntó.

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The Taming of the Wolf

Eso fue más que suficiente, Cait puso sus manos sobre sus caderas y pisó
fuerte con el pie.

"Usted sabe dónde podría estar mi marido, Price, le sugiero que me diga o
voy a ser una mujer muy infeliz, y a usted no le gustaría verme cuando no
estoy contenta".

"No me imagino, mi lady," Price se quejó.

"¿Y bien?" Si el hombre no seguía adelante, tendría que sacar sus hierbas y
hacer un té especial, sólo para él, uno que quizás lo atormente por días,
oh, sí, eso sería muy agradable.

"Yo no tengo nada que decirle, mi lady." Él apretó los labios en una delgada
línea.

"¿Por orden de quién?"

Price dijo: "¿El marqués?". Pero salió más como una pregunta.

"¿Así que quiere decirme que el marqués que está arriba luchando por
respirar, se preocupaba por una vieja habitación con polvo y le dice que
valla a limpiarlo?"

El hombre asintió con la cabeza rápidamente. "Eso es correcto."

"¿Dónde está la habitación? Me gustaría verla por mí misma. "

"No puedo decirle." Él frunció los labios de nuevo.

"Bien," dijo Cait. "Voy a preguntarle al personal hasta que alguien me diga
lo que quiero saber".

"Eso por eso que su señoría me ha enviado solo, mi Lady, no quería que
nadie lo supiera".

"Seguramente alguien lo vio cuando iba y venía," dijo ella, burlonamente.

Se dio cuenta de que él lo pensó mucho.

"Oh, espero que no," por fin suspiró, cerrando los ojos a la vez
herméticamente.

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The Taming of the Wolf

Cait bajó la voz. "Voy a averiguarlo por lo tanto, ustedes podría querer
hacer que esto sea más fácil para los dos, o me volveré hacia adelante y lo
sacare ahora".

"¡No se atrevería!" Gritó Price.

"¿Está seguro de eso?", preguntó Cait mientras recogía una pieza


imaginaria de pelusa de la manga.

"¡El marqués ni siquiera está en la tumba todavía!"

Caitrin sintió una pequeña pena por su arrebato, pero sólo duró un
momento.

"Pero lo estará pronto, Price, por lo tanto, ustedes podría querer recordar
quién llevará a cabo los términos de empleo".

Price bajó la cabeza hacia atrás con señal de derrota y gimió.

"El marqués me hizo limpiar la habitación." Dijo las dos últimas palabras
con suficiente inflexión para que Cait diera un paso atrás.

"¿La habitación?"

"Sí. La habitación, el marqués hizo que limpiara la habitación de Lord


Brimsworth, no se había utilizado en varios años, por lo tanto, la limpié,
sábanas frescas, un buen lavado. Debo admitir que es casi inhabitable,
incluso tuve que traer una cama nueva traída desde de arriba de las
escaleras para sustituir a la antigua, su señoría ha pasado las noches de la
luna llena en ella cuando se veía mucho peor".

"Entonces, ¿por qué tenía que estar limpio, ahora?"

"Me dijo que quería que su hijo se sintiera cómodo en esta noche que era
tan dolorosa para él."

"¿Él lo hizo?" Cait cubrió su pecho con la mano. "Que bien".

En ese momento, un lacayo se acercó a Price y dijo en voz baja:

"Todas las criadas se han ido de la propiedad, tal como lo pidió, y con poco
tiempo que perder, debo añadir, las cadenas ya se golpean allí abajo".

Price abofeteó al niño en el lado de la cabeza.

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"Cuidado con la lengua alrededor de la condesa." Asintió hacia Cait.

"Le ruego me disculpe, mi Lady."

Cait trató de juntar las piezas del rompecabezas en su mente, una


habitación sucia que ahora estaba limpia.

Estaba un nivel más abajo porque Owens lo había dicho allí, Cadenas, Cait
sopló con frustración.

"Sólo espero que las cadenas contengan al monstruo," Owens murmuró


mientras se alejaba. "Nunca he sabido que él estuviera tan agitado desde
tan temprano en la noche."

Él jadeo de Cait atrajo la mirada de Price.

"No puede ir por ahí, mi Lady," dijo el mayordomo, corriendo hacia ella.

"¿Mi marido está en el sótano? ¿Ese lugar oscuro y sucio que vi el primer
día que estaba aquí? "

"No es tan sucio ahora" Price murmuró, arrastrando los pies.

"¡Es ahí donde está!" Gritó mientras corría en esa dirección.

"¿A dónde va, mi lady?"

"¡Con mi marido!" ella llamó de vuelta, incapaz de detener la sonrisa que


cruzó su rostro al pensar en encontrarlo y pasar la noche con él bajo la luz
de la luna.

Dash ya estaba luchando contra las cadenas, había luchado su turno en


forma den lobo, tan pronto como la luna apareció por encima del
horizonte, pero algunas cosas no podían ser detenidas, y el surgimiento de
la bestia era una de ellas, lo sabía por experiencia.

Ahora, la bestia dentro de él quería escapar de los grilletes y escapar de la


bodega y luego ir a encontrar a su esposa y encontrar su camino lobuno
con ella.

Pero eso no iba a suceder, él no lo permitiría.

Dash no llevaba nada más que la piel de oro que adornaba su cuerpo y un
collar de titanio que lo encarcelaba y le impedía ir a buscar el deseo de su

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The Taming of the Wolf

corazón, se estremeció ante la sola idea, una gota de baba caía de su boca
a la tierra en el suelo de piedra.

El pelo en la parte posterior del cuello de Dash se levantó cuando oyó la


suave voz de Cait que lo llamaba por su nombre, él bailó en cuatro patas,
tirando de su cuello hasta el punto del dolor, ella lo llamó de nuevo,
incapaz de resistirse, él levantó su hocico en el aire y se volvió para
llamarla, un aullido profundo y rico.

Oh, Dios mío ¿Qué había hecho? Había llamado por ella, tal vez ella no lo
había oído, pero entonces oyó sus suaves pisadas.

Dash gimió, bailando de nuevo por la agitación. ¡Cait! La necesitaba, la


quería, pero él no podía tenerla.

"¿Dash?", Dijo desde el otro lado de la pesada puerta de roble.

¡Cait! Él gritó en la única forma que sabía, pero entonces recordó, recordó
lo que él era.

Él era un licántropo, era peligroso, él no podía tenerla, tal vez si él se


sentaba en silencio, ella se iría.

Las barras en la puerta se hicieron para mantener a Dash dentro, no para


evitar que otros entraran, así que no había manera de impedirle entrar en
la habitación, él se deslizó en las sombras, caminando tan lejos como su
correa le permitiera.

Tal vez si ella no lo veía, no daría un paso dentro de su celda.

Un golpe seco sonaba mientras Cait eliminaba las barras de la puerta,


luego se deslizó hacia el interior. La puerta se abrió, Dash se sentó a la
sombra y trató de mantenerse y evitar correr hacia ella. A continuación, el
olor a madreselva de ella alcanzó su nariz extremadamente sensible y tuvo
que lamer sus labios para no babear de nuevo.

"Dash", ella preguntó de nuevo mientras entraba más en la habitación.

Podía ver en la oscuridad total a causa de sus sentidos licántropos, pero su


pequeña bruja no podía, lo recordó con gratitud. Ella se dio la vuelta y se
fue, el corazón de Dash se apretó en su pecho.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

La deseaba más que el aire que respiraba, la deseaba más que su próximo
trago de agua. Él la quería a ella más de lo que quería su propia existencia.
Maldijo en su cabeza y tiró de las cadenas que lo unía a la sala de piedra.

Un momento después, un destello de luz le llamó la atención, ya que se


filtraba a través de la rendija de la puerta que ella había abierto, Dash
inclinó la cabeza hacia un lado para que pudiera escucharla claramente,
ella tarareaba un pequeña pero animada melodía. Cait abrió la puerta
completamente y dio un paso hacia atrás en el interior, con una lámpara
alta para que pudiera iluminar la habitación, Dash se puso de pie y se
agachó, gruñendo, tenía que salir. Ella acaba de hacerlo. Cait saltó y se
puso una mano en el pecho.

"¡Cielos! Me asustaste".

Bueno, ella debería tener miedo de un lobo salvaje, si no era así, la mujer
era simplemente una tonta. Y eso era una cosa que nunca había asumido
de ella, podía ser molesta como el demonio, pero ella estaba
completamente cuerda. Cait se dobló por la cintura y coloco la lámpara en
el suelo, luego dio un paso hacia él. Él gruñó bajo su garganta.

"¿Vas a dejar de hacer ese ruido?" Ella espetó. "Simplemente quiero echarte
un vistazo. No voy a hacer nada que no quieras que haga. "

Dash volvió a gruñir, no quería que hiciera nada, ese era el problema.

Cait se colocó las manos en las caderas y frunció el ceño, Dash estaba casi
abrumado por el deseo de sacar su pata por una sacudida, sacudió la
cabeza para despejarse, maldita mujer.

"¿Por qué estas atado así, Dashiel?", ella preguntó mientras caminaba hacia
donde su atadura lo anclaba a la pared de piedra. Porque yo podría hacerte
daño. Cait pasó sus dedos a lo largo de los eslabones de metal hasta que
estuvo a su alcance. Estaba tan cerca que podía oler su cabello, casi podía
saborear el valle entre sus pechos. Y entonces empezó a pensar en el
pequeño pliegue donde sus muslos se encontraban con sus caderas.

"Pareciera que quisieras devorarme," dijo ella distraídamente mientras se


levantaba y comenzó a buscar en la habitación algo. ¿Qué podría estar
buscando? Entonces oyó el ruido metálico del metal contra el metal, él
gimió cuando ella encontró la llave.

"Y ahora suenas como si algo que comiste no cayó bien en tu estómago".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

No he comido nada, ángel, sino que podría devorarte y ni siquiera me


verías venir, no serías capaz de moverte lo suficientemente rápido para
escapar de mí.

Ella tendió la llave en sus pequeños dedos.

"Yo tengo la llave de tu libertad."

Entonces ella tentativamente toco la parte superior de su cabeza y el collar


de titanio se abrió en su cuello, en el momento en que era libre, Dash se
sorprendió al sentir el dolor de pasar de la bestia al hombre. Él nunca había
cambiado a voluntad antes, sin embargo, allí estaba, su acortamiento
nariz, las orejas se aplastaban, el pelo que retrocedía.

Cuando se presentó ante ella como un hombre, una vez más, cerró los ojos
y respiró profundamente, se acercó más, pero tenía miedo de tocarla, en su
lugar, decidió decirle lo que había en su corazón.

"Creo que has tenido la llave a mi libertad desde esa primera noche,
Caitie."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

TREINTA Y OCHO
Aunque se encontró con algo de seguridad en las profundidades de sus
ojos ambarinos, Cait todavía temblaba cuando extendió una mano para
tocarla y luego la retiró. Se balanceó hacia él como si no hubiera una
atracción invisible, pero rápidamente se apartó de ella.

Ella trató de mantener el temblor de su voz mientras se alejaba, pero era


plenamente consciente de que el resto de su vida dependía de este
momento.

"Dash", empezó a decir, pero él la interrumpió.

"Me imagino que estas completamente disgustada por la visión de mí", dijo
Dash en silencio, se puso de pie con la espalda hacia ella, su cuerpo
gloriosamente desnudo, sus músculos brillando a la luz de las velas. No
quería nada más que tocarlo, pero tenía la sensación de que no sería lo
correcto, no para él, no para ella, no esta noche.

"No estoy disgustada". Resopló Cait.

"Asustada", él preguntó, en un tono un poco más profundo.

"¿Has visto lo que soy, ahora entiendes por qué me coloco grilletes cuando
hay luna llena, no querrías hacer frente a una bestia, y yo no lo esperaría,
tampoco, estas mucho mejor sin mí".

Cait luchó contra la rabia ciega que se arrastraba por su espalda.

"¿Piensas que soy lo suficientemente débil para dejarte fuera de mi vida,


Dashiel Thorpe? "ella se acercó lo suficiente para que pudiera sentir su
aliento en la mejilla, pero él no la tocó, se dio cuenta de que quería, pero él
se mantenía bajo control.

"No eres débil, Cait." Él se tocó la sien con el dedo índice. "Eres muy
inteligente".

"Estas lleno de elogios en la actualidad, por lo que veo," gruñó Cait. "Sin
embargo, veo un problema."

"No puedo evitar ser lo que soy, créeme, si pudiera dejar de ser un lobo lo
haría".

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The Taming of the Wolf

"Oh, cállate, eso no es el problema, tengo que mantenerme a tu alrededor,


porque sin mí”, ¿quién mantendrá a la gran bestia en su mejor
comportamiento? Él necesitaba a alguien que le ayudara con los grilletes,
necesitaba alejarlos de él. “O hervirlos en aceite hasta que se fundieran”.

Ella podría sacar las argollas porque no se utilizarían para encarcelar a su


marido nunca más.

"Price puede hacer eso", murmuró Dash, su rostro caía como ella había
esperado que fuera, no quería estar encadenado, quería ser salvaje y libre,
con ella. Pero las viejas heridas corren profundamente, ella se dio cuenta
de ello, ella no era una curandera, pero podía ayudar con esto.

"Yo no puedo permitir poner a Price en peligro de esa manera", dijo,


fingiendo un suspiro. "Yo en cambio".

"Nunca he querido devorar a Price, ángel," él ofreció. "Tú, en cambio..."

Cait giro alrededor de la habitación y se dio cuenta de la cama en la


esquina.

"¿Estaba aquí, antes?"

"No la había visto antes" Dash respondió con el ceño fruncido. "Creo que
Price hizo un trabajo aquí esta mañana. "

"Sí, a las órdenes de tu padre."

La cabeza de Dash se levantó.

"¿Perdón?"

"Tu padre quería que limpiara esta habitación para que pareciese lo menos
posible una prisión. "A Dash lo confundió su mirada, ella le explicó: "Él
quería que te sintierascómodo." Cait estiró los brazos por encima de la
cabeza y bostezó de forma espectacular.

"Y yo, por mi parte, estoy muy contenta de que lo haya hecho, estoy
agotada".

"No puedes quedarte aquí, Caitrin, tienes que irte".

Cait permitió una sonrisa cruzar sus labios mientras tiraba de los cordones
de su vestido, hasta que se aflojaron y se quedaron abiertos en la parte
delantera, Dash se apartó, flexionando sus manos a los costados.

282
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cait se despojó de su vestido, se sacó su camisa por sobre su cabeza, y


tiró de todas las horquillas del pelo, cada vez que cada una daba en el
suelo de piedra, Dash se estremecía una y otra vez. Si no fuera por el
espontáneo movimiento, habría jurado que el hombre estaba hecho de
piedra porque fue toda la respuesta que obtuvo.

Cuando ella estaba desnuda, caminó lentamente hacia la cama, lo que


permitió que su hombro rozara su brazo mientras lo hacía. Dash tembló un
poco y se volvió hacia otra dirección.

"Ven aquí, Dash," dijo ella en voz baja, a sabiendas de que la había oído.

"No puedo, Cait." Las palabras salieron como un gemido torturado.

"¿Por qué no?"

"No quiero hacerte daño, Caitie, por favor, no lo hagas. "

Podía ver la batalla que libraba en su interior, y lo amaba aún más por el
cuidado que tenía con ella.

"Traeré los grilletes, voy a estar por aquí, al menos así podrás dormir un
poco".

"Sinceramente, lo dudo."

"¡Ouch!" Cait de repente gritó.

Él estaba a su lado en cuestión de segundos.

"¿Qué es? ¿Estás herida? "

Ella sonrió con una sonrisa pícara en él.

"No" “ya no", dijo mientras se ponía depuntillas y envolvía sus manos
alrededor de su cuello, ella presionó su cuerpo desnudo contra el suyo y se
frotó como un gato.

Las manos de Dash llegaron hasta la cintura para colocarla a distancia de


él, para que estuviera segura.

"Eres una pequeña bruja traviesa, "ella gruñó. Sin embargo, las rodillas de
él se encontraban en el fondo de la cama, ella empujó con todas sus
fuerzas hasta que él cayó de espaldas sobre el cubrecama, ella aterrizó
encima de él, su cuerpo presionado la longitud del suyo. Inmediatamente,

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The Taming of the Wolf

sintió la dureza de él contra su vientre, y movió sus caderas contra él, Dash
apartó la mirada y apretó los dientes, como si se le presentara una tortura
después de la tortura.

"Tengo algo que decirte, Dashiel," dijo, con tono de complicidad cuando se
incorporó, sus muslos se abrían por encima de su abdomen mientras lo
miraba fijamente.

"Que sea rápido, Caitie," él gruñó. "Yo no puedo aguantar mucho más de
esto."

Ella se acercó a su oído y le susurró:

"A partir de hoy, las únicas cadenas que llevaras son las mías. "Y la única
parte de tu bestia que jamás estará encadenado es tu corazón.

Dash cerró los ojos a la vista de sus pechos, tan cerca de su cara mientras
ella se inclinaba sobre él, que podía tocar fácilmente con sus labios el
tenso pezón, pero levantó la cabeza.

Cait se incorporó, todavía a horcajadas sobre él, con el pelo rubio colgando
sobre sus hombros, se llevó un dedo a los labios y fingió mirar
desconcertada.

"¿Oh, me olvidé de algo que decirte? Yo te amo mi lobo, tal como eres. "Ella
apoyó su peso en la palma de sus manos, que se apretaban contra su
pecho. "¿Realmente piensas que puedes luchar contra el amor que siento
por ti? ¿Qué puedes correr lo suficiente rápido o mantenerme lo
suficientemente lejos para dejarte? "

"Cait," la llamo Dash. "Yo podría hacerte daño. ¿No lo ves? "

Ella se inclinó para que su boca casi tocara la suya y respiró en sus labios,

"Me gustaría ver de qué se trata. "Sus ojos azules brillaban con el desafío.

"Soy una bruja poderosa, ¿u olvidaste eso?"

"No, pero eso no quiere decir…"

"Significa todo '", ella insistió.

"¿Cuál es tu plan ahora?" él pregunto.

284
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Planeo hacerte el amor ", dijo ella, con el peligro parpadeando en sus ojos
azules.

"¿Te vas a negar?"

"¿Tengo alguna otra opción?" Gruñó Dash.

"Deja de mirarme tan angustiado, Dashiel," ella dijo, golpeándolo en el


pecho.

"Tu arruinaste el momento, gran patán".

"Disculpa", él murmuró.

"Yo sé que me quieres," dijo ella en voz baja mientras movía sus caderas
sobre él, dejando que se deslizara lo largo de su eje la resbaladiza
humedad de su piel.

"Más que el aire", él admitió, mirándola a los ojos por primera vez en toda
la noche, todo lo que él vio brillar fue su amor por él. Una alegría llenó su
corazón como ninguna que jamás había sentido, dejó que su mirada
vagara por su cuerpo desnudo, ella era suya, lo amaba tal y como era.

Ella gritó cuando de repente la hizo rodar por debajo de él.

"¿Qué estás haciendo?" Se quejó ella casi sin aliento.

"Todo lo que quiero", él gruñó mientras se mordía los labios.

Se rio cuando una maldición cruzó sus labios.

"Dijiste que me querías", le ordenó con suavidad. "Ahora tómame como


soy."

Cait levantó la cabeza y le tocó los labios con los suyos, tiernos y
reverentes al principio. Pero antes de que él pudiera incluso esperarlo, su
lengua se deslizó dentro de su boca a la guerra con él.

"Me encantan tus labios, muchacha, pero quiero probar más que eso ",
dijo, levantando las cejas mientras su mirada viajaba por su cuerpo.

Sin ninguna inhibición, ella arqueó la espalda, atrayendo su pezón más


cerca de su boca. El lentamente lo succiono, molestándola con su lengua
áspera y lentos lamidos, hasta que ella casi ronroneaba debajo de él.

285
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Luego se pasó al otro pecho.

Finalmente él la llenó de un golpe rápido, gritó, pero eso sólo alimentó su


pasión.

Nunca había visto una visión más bella, con la boca abierta y los ojos
cerrados.

"Creo que te gustaría tener misericordia, ángel, " él respiró, permaneciendo


completamente inmóvil dentro de ella.

"Por favor, Dash," ella susurró.

Cait se sacudió debajo de él, con las piernas envolviéndose a alrededor de


su cintura.

Le apartó el pelo de la frente, y finalmente pudo ver la necesidad que


brillaba en sus ojos. "Si no empiezas a moverte pronto, voy a esforzarme
para hacer tu vida insoportable hasta que la luna comience a decaer".

"Tú brujita", murmuró Dash. Su ángel era un demonio disfrazado, la


pequeña descarada.

"Tómame, Dash", ella respondió mientras levantaba la cabeza y llovía besos


contra su pecho, aun meciendo sus caderas.

Él estaba sorprendido de que no tenía la fuerza suficiente para devorarla,


de no hacerle daño. Quería un momento para disfrutar la sensación, para
disfrutar de un ciclo de la luna, para disfrutar de ella y todo lo que ella
representaba.

Finalmente, comenzó a moverse, empalando toda la longitud de él en la


vaina húmeda de su cuerpo, sus ojos cerrados mientras la exprimía, jadeos
pequeños dejaron su boca a cada paso, sus pechos aún se apretaban
contra su pecho, sus pezones se burlaban de él sin cesar.

"Mírame, Caitie," le susurró en su oído.

Cait hizo lo que le ordeno, con las manos llegando a su cara. Observó con
sensación embelesada mientras la llevaba, cada empuje más difícil que el
anterior, con los labios entreabiertos por el deseo. Él se movió más y más
rápido.

286
Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Dash sentía que podría explotar sólo de la visión de su cuerpo delgado que
se movía bajo él y la forma en que sus ojos azules se movían.

"¿Quieres venir, Caitie?", él gruñó en su oído.

Ella asintió con la cabeza con fuerza.

"Deja que yo me ocupe de ti." Ella se había ido demasiado lejos, incluso
para reconocer el tono sin sentido que había utilizado.

Movió la mano entre ellos, para que pudiera frotar el bulto sensible de
nervios que era su centro.

Cait jadeó, sus movimientos cada vez más inestable mientras se acercaba
al clímax, tenía la boca abierta.

Ahora, con el cuerpo tenso, como un arco de flecha que estaba listo para
ser liberado.

"Eso es todo, Cait," la tranquilizó mientras inclinaba la cabeza y tomaba su


pezón en la boca, dibujando fuertemente la pequeña cima perfecta.
Cuando sobrepaso la cresta, una lágrima rodó por su mejilla, él la limpio
con el pulgar. "Oh, Cait," él la tranquilizó.

"No debes darte demasiado crédito, Dashiel. Siempre lloro cuando los
licántropos hacen el amor en la noche de luna llena".

Él rio entre dientes ligeramente. Su carne húmeda se estremeció a su


alrededor, y era todo lo que Dash podía hacer para no seguirla en la
liberación, pero él no estaba dispuesto a poner fin a su encuentro, no en el
corto plazo. Cuando el apretón de sus paredes internas, finalmente se
detuvo, ella lo miró con tanto amor en sus ojos que casi dolía, una sonrisa
tímida en su rostro. Dash se retiró de ella y la puso sobre sus rodillas.

Ella protestó suavemente con un gruñido de desagrado.

"Todavía no he terminado, Cait", dijo mientras tomaba su mano y le mostró


lo duro que él seguía.

"Oh," ella jadeó. "Lo siento."

"No". Él la hizo callar con un pellizco en el hombro. "Voy a dejar que lo


arregles."

Dash se deslizó detrás de ella y presionó su erección contra su trasero.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Dash, que haces" empezó a decir.

"Sé lo que hago, puedes confiar en que no te haría daño, ahora confía en
que voy a complacerte, también. Por mucho que lo desee o cómo quiera
dártelo a ti, quiero tomarte como una bestia toma su compañero".

Una sonrisa se dibujó en su rostro.

"¿Qué es lo que estas esperando?"

Con un brazo alrededor de su cintura, Dash la dobló por la cintura,


presionando sus hombros hacia la cama. Luego se hundió dentro de ella en
un solo movimiento fluido que la hizo gritar de nuevo, por un momento, la
duda entró en su mente, que había sido demasiado duro con ella.

Maldita su crianza licántropa, su vida entera se había moderado.

Él se había perdido en...esto.

Finalmente, podría ser libre, podría estar entero, podría abrazar a la bestia
dentro de él y nunca mirar hacia atrás.

Ella se echó hacia atrás contra él, moviéndose sobre él. Él puso sus manos
alrededor de sus caderas y estableció un ritmo tan antiguo como el tiempo.
Se movió más fuerte que nunca antes y le dio más placer del que fuese
posible.

Y sólo cuando ella estallo en torno a él una y otra vez y le rogó le suplicó
que terminara el dulce tormento que pronunció ante su cuerpo y alma que
no podía seguir.

Cait se hundió en la cama, con la respiración jadeante que entraba y salía


en enormes jadeos mientras él se derrumbó encima de ella. Le apartó el
pelo de su hombro y le besó suavemente la delicada piel que llevaba su
marca.

"Mi pequeña bruja", él murmuró contra su piel.

"Mi bella bestia", ella susurró de nuevo, luego se puso a su lado y la tomó
en sus brazos.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

TREINTA Y NUEVE
"Lady Eynsford." Price se aclaró la garganta, en la puerta de la habitación
de Caitrin.

Al oír el nombre con el que se refería a ella, todavía era a algo a lo que se
estaba ajustando a, a pesar de que habían pasado casi tres semanas desde
que Dash había asumido el título de su padre.

Con el tiempo, el nombre se sentiría más como el suyo, estaba segura.

De su pequeño escritorio, alzó la vista hacia el antiguo mayordomo.

"¿Sí?"

Él asintió con la cabeza en deferencia a su posición. "

Su huésped ha llegado, mi Lady," dijo él, teniendo cuidado de no decir el


nombre del hombre a quien ella se había dirigido.

Cait salió disparada de su asiento. "¿Está en la sala verde, Price?"

No estaba segura de cómo Dash tomaría la intromisión en sus asuntos, en


realidad, tenía una idea muy clara, él no estaría feliz por eso,
especialmente cuando le prohibió hace semanas contactar a Lord
Radbourne. Pero era lo mejor, si Dash se daba cuenta o no.

A pesar de que había llegado a un acuerdo con los sentimientos del


marques hacia él y coloco muchos de sus viejos demonios a descansar, de
vez en cuando, Cait todavía podía ver la mirada perdida en los ojos de su
marido.

Y eso venía de no saber de dónde el realmente pertenecía, había visto esa


expresión en innumerables ocasiones en el rostro de Elspeth en el pasado,
antes de que ella se reuniera con su padre, el Mayor Forster.

Dash se lo perdonaría, por lo menos eso esperaba.

Cait se dirigió hacia el salón verde, pero se detuvo en seco cuando Dash
salió de su estudio, bloqueando su camino, olió el aire y luego volvió su
intimidante mirada ámbar hacia ella.

"¿Hay un licántropo aquí en Eynsford Park?"

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Maldito olfato, ella habría preferido haber hablado con el vizconde antes de
que Dash se enterara de su llegada. Los preparativos hechos, advirtieron al
hombre qué esperar, Cait fingió una mirada de inocencia.

"Sí, lo hay ", le dijo acercándose a él y deslizando su mano por su


musculoso pecho. "Y él es increíblemente guapo, qué suerte para mí que
estoy casada con él".

La mirada de Dash se ensombreció.

"Sé cuál es mi propio olor, Caitie, y ese no lo es. ¿Qué estás haciendo?"

"¿Te volviste más sospechoso cuando te convertiste en marqués, Dash?"


Ella se puso de puntillas para presionar un beso en la mandíbula, con la
esperanza de seducirlo antes de que se percatara de su plan.

"Sí, y con razón." Él envolvió sus brazos alrededor de su cintura. "No he


olvidado tu potente somnífero, muchacha, nunca estoy muy seguro de lo
que eres capaz".

Cait se rio, aunque ella sabía que no había querido decirlo exactamente
como un cumplido.

"¿Se permite a una esposa tener algunos secretos, o no?"

No cuando uno de ellos era otro licántropo en su medio, el olor no familiar


se hizo más fuerte, Dash frunció el ceño ante su encantadora esposa que
estaba haciendo todo lo posible para distraerlo. "Estas escondiendo algo".
Olió el aire otra vez, definitivamente no era un olor que reconociera.

No es un Westfield, no es Forster, negó con la cabeza tratando de


colocarlo, en vano. "Sería mejor para ti si confiesas tu nefasto esquema
ahora".

"Yo puedo decirte una cosa, es una sorpresa. "

Sus ojos azules brillaron con picardía, lo que hizo que sus pantalones se
apretaran vergonzosamente. Dios, él nunca podría llenarse de ella. Por el
momento, no quería nada más que llevarla por las escaleras a su
habitación y obligarla a decírselo, si él podía conseguir desvestirla, tendría
la verdad en menos de un segundo.

"No me gustan las sorpresas, última oportunidad, Caitie, "él gruñó


suavemente.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Dime y sino."

Ella juguetonamente lo golpeó en el pecho.

"Vuelve a tu guarida, mi Lord, voy a llamar por ti cuando esté lista".

Si pensó por un momento que iba a dejarla tratar con algún licántropo
extraño estando cercana la luna llena, ella estaba muy equivocada.

Pero antes de que él pudiera atemorizarla con la verdad, un extraño


apareció al final del pasillo.

"¿Usted me está buscando?", preguntó el misterioso licántropo.

Era alto, más joven que Dash por unos pocos años y con el cabello marrón
bastante normal que era un poco más de lo que estaba de moda, pero sus
ojos, un ámbar profundo, parecían mirar a través de Dash, Radbourne, su
medio hermano, no tenía duda en su mente.

Los pulmones de Dash no soltaban el aliento que tenían, y sintió una


sacudida en el pecho y apretaba tanto los dientes que lo dejaban
imposibilitado para hablar. Caitrin, al parecer, no podía dejar las cosas
como estaban, a pesar de que él le había pedido expresamente que no se
metiera.

Su esposa dio un paso de su abrazo y camino hacia el otro hombre, le


extendió la mano en forma de saludo.

"Lord Radbourne, siento haberlo dejado esperando, yo estaba de camino


para cumplir con usted".

"¿He de suponer que es Lady Eynsford, entonces?", Preguntó el hombre,


levantando los dedos de Cait a los labios.

Dash no había sentido tal destello de celos en toda su vida, en realidad sus
manos temblaban con un intenso deseo de tirar físicamente a su hermano
de su casa cuando sus labios se demoraron demasiado tiempo en la piel de
Caitrin.

Cait miró por encima del hombro a Dash, con una advertencia en sus ojos.

"En efecto." Ella se volvió hacia el hombre. "Gracias a usted por hacernos
una visita."

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"Bueno, que tengo que decir," el hombre lanzó una mirada inquisitiva a
Dash ", su carta era más que interesante."

¿Carta? ¿Qué diablos había dicho ella en esa carta? Un gruñido escapó de la
garganta de Dash. Él no estaba listo para esa entrevista, puede que él
jamás estuviera listo, Caitrin lo arruino por forzarlo.

"Qué mal educada por tenerlo esperando en el pasillo, por favor, mi Lord,
vamos a retirarnos a la sala".

Dash tragó, a pesar de que no estaba preparado para esta conversación,


estaría condenado si dejaba a Cait conducirlo sin él, rápidamente se dirigió
a su lado, dejando caer su mano posesivamente sobre su hombro.
"Después de ti, querida."

Cait lo miró, sonriendo dulcemente, antes de preceder a los hombres a la


sala verde, los ojos de Radbourne bajaron a ver su tentador trasero hasta
que el gruñido de

Dash hizo ascender su mirada una vez más. Hermano o no, si el hombre
miraba en dirección a Cait una vez más, él le desgarraría su maldita
cabeza.

Dash miró a su hermano, a parte de su color de cabello, ellos parecían


tener un aspecto similar. La misma nariz aristocrática, la misma barbilla
fuerte, sus ojos eran casi idénticos, Dash le hizo un gesto hacia el interior
del salón.

"Por favor, Radbourne."

Una vez dentro, Dash reclamó su lugar junto Caitrin en un oscuro sofá
damasco, sus ojos brillaron por ella.

"Cuando esto termine, te voy a tirar por encima de mi rodilla", le susurró,


aunque la rareza en los labios de Radbourne confirmaron que había oído la
amenaza.

Su medio hermano se sentó en una silla de respaldo alto, frente a ellos, y él


sonrió encantadoramente a Cait.

"Es un placer conocerla, Lady Eynsford, su correspondencia capturó mi


interés en seguida".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Ella ni siquiera tuvo el buen sentido de parecer avergonzada por ignorar


los deseos de Dash. En su lugar, se sentó hacia adelante en su asiento y
respondió a Radbourne con una muy bonita sonrisa.

"Gracias a ustedes, mi lord, y este hombre bruto a mi lado, por supuesto,


es el marqués de Eynsford, espero que se considere aquí como nuestro
invitado mientras negociamos los detalles".

¿Negociar qué detalles? Dash estaba seguro de que su cara estaba


ardiendo. ¿Qué exactamente estaba haciendo?

"Cait" él se quejó en voz baja.

"Supongo que ha traído los bocetos con usted, mi Lord," continuó,


ignorando por completo a Dash.

"Cait", dijo él más fuerte. "Me gustaría saber exactamente lo que está
pasando."

Finalmente, inclinó la cabeza para verlo.

"Se suponía que iba a ser una sorpresa."

Ella hizo un gesto a Radbourne con un movimiento de su mano.

"El vizconde está vendiendo un pedazo de tierra en Lancashire, había


planeado adquirirla para tu cumpleaños, Dash".

Lo que ella en realidad había planeado era enfrentarlo cara a cara con su
hermano, y su cumpleaños no era hasta un mes más.

"¡Qué dulce de tu parte pensar en mí, muchacha!"

Radbourne rio para sus adentros.

"No estaba seguro de lo que iba a encontrar aquí, pero esto ciertamente no
lo era."

Dash frunció el ceño ante el hombre. "¿Qué significa eso?"

Su hermano se encogió de hombros y luego se dejó caer en su silla.

"Cuando recibí la noticia de Lady Eynsford sobre la propiedad en cuestión y


se lo mencione a mi madre, pensé que ella iba a desmayarse. Ella me dijo
quién eres, Eynsford".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¿Quién soy yo?" Dash resonó. Radbourne cruzó las manos sobre el regazo.
"Lo que no sé es lo que quiere, es por eso que he venido".

La boca de Dash se secó. ¿Qué iba a decir a eso? Él no quería nada de


Radbourne.

Ahora que él examinaba realmente al hombre, observó que la ropa del


vizconde estaba unos años fuera de moda y las botas fueron arrastradas
terriblemente.

"¿Puedo preguntar por qué usted está vendiendo esta propiedad?",


preguntó él, pero de alguna manera él lo sabía.

"Por la misma razón que cualquier familia noble vende sus terrenos,
Eynsford, dinero. Ahora seguiremos jugando estos juegos, ¿señor? ¿O va a
decirme lo que quiere de mí? "

Cait se levantó de su asiento.

"Voy a dejarlos a ustedes solos."

"Oh, no, no," dijo Dash, tirando de su falda hasta que ella volvió a sentarse.

"Tú me metiste en este desastre". Luego volvió su mirada de nuevo a


Radbourne.

"Hasta hace un mes, yo nunca había oído su nombre, yo no quiero nada de


usted".

"¿Entonces por qué la pretensión de traerme aquí?"

Cait suspiró junto a él.

"Debido a que era la excusa perfecta para traerlo aquí, mi marido nunca lo
habría buscado a usted por su cuenta".

Radbourne se rascó la barbilla.

"Así que, aquí estoy. ¿Y ahora qué? "

Cait apretó la mano de Dash y, a pesar de que estaba molesto con ella, la
presión le recordaba su amor.

"Díganos todo acerca de su padre, no escatime ningún detalle".

Pero Dash habló al mismo tiempo.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

"¿Qué tan grave es su situación financiera?"

"¡Dashiel!" Cait le regañó, frunciendo el ceño hacia él.

Radbourne simplemente levantó una ceja, mirando como si él encontrara


diversión en sus preguntas.

"¿Su padre murió cuando era joven?" Continuó Dash.

"Sí, nuestro padre murió cuando yo era joven," Radbourne lo corrigió. Cait
abrió la boca para hablar, pero Dash se acercó y le apretó la rodilla, sin
palabras advirtiéndole que se quedara tranquila.

"Su esposa es encantadora", dijo Radbourne calladamente, sus ojos ámbar


planeando sobre ella.

"Tal vez usted encontrará una propia algún día," Dash advirtió al hombre
sutilmente. Luego cogió los bocetos que Radbourne había traído.

"Mi esposa es entrometida, pero yo la amo, a pesar de ese hecho” El abrió


el pergamino para echar un vistazo a los dibujos.

"Esta es una gran parcela de tierra."

Radbourne se limitó a asentir.

"Vamos hacia mi estudio, ¿para que podamos hablar sobre su situación?


Creo que puedo ayudarle sin que usted venda sus propiedades".

Los hombres se levantaron y Caitrin se puso de pie para seguirlos.

"Nos vemos más tarde, ángel," le dijo Dash a ella mientras besaba su
frente. Cait protestó: "Pero…"

"Te prometo que voy a contarte todo." No podía dejar de reír al ver su
expresión abatida, cuando llegaron al final del pasillo, oyó decirle en voz
baja,

"Bestia"

"Escuché eso", él le dijo.

"¡Quise decirlo porque puedes escucharlo!" Volvió fuertemente, luego


susurró: "Y yo te amo." "Oí eso, también," él la llamó de nuevo, feliz cuando
su risa alcanzó sus oídos.

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

EPILOGO
"Tus hermanos son una delicia." Caitrin sonrió por encima del hombro a
Dash mientras se desabotonaba la parte posterior de su vestido.

Él frunció el ceño en respuesta.

"Son un paquete de demonios."

"Son una manada de licántropos," corrigió ella, saliendo de su vestido de


cena. "Y es muy obvio que han estado buscando a un líder para la manada".

Dash gimió. "Yo no firmé por ese papel." Él tiró de la corbata y luego la tiró
a través de la habitación, su chaqueta le siguió un momento después.

Cait sintió como sus ojos aterrizaban sobre ella, quemándola a través de su
camisola, y ella no pudo evitar sonreír. Él era adorable en camisa, le
encantaba verlo tan relajado. Encontrar a sus hermanos le había hecho
mucho bien a él, no importaba que él protestara lo contrario.

"También es muy obvio cuánto los adoras."

Una sonrisa asomó en sus labios. "Sí, lo acepto", él admitió.

De hecho el viaje a Hadley Manor había estado sanando a Dash, parecía


haber encontrado un propósito que había estado desaparecido antes.

Ya no era un lobo solitario, un licántropo salvaje, ahora formaba parte de la


horda de los Hadley en más de un sentido. Además de que sus tres
hermanastros lo aceptaron sin rechistar en sus filas, incluso Lady
Radbourne lo adoraba.

Cait recupero un camisón de gasa del armario, sólo para que se lo


arrebatara de su alcance. Se dio la vuelta para ver a Dash tirarlo al otro
lado de la habitación.

"Yo voy a arrancártelo en algunos minutos, Caitie, es mejor incluso que no


te lo coloques”.

"Estas muy seguro de ti, Dashiel."

"Y con razón, tú no puedes mantener tus manos alejadas de mí. "

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Ella hizo rodar los ojos para no alentar a su esposo, entonces Cait caminó
alrededor de él hacia la cama y cogió su chaqueta descartada desde el
suelo era más pesada de lo que debería haber sido.

"¿Tomaste rocas y las escondiste en tu bolsillo como un muchacho?"

Su expresión se arruino, y él recogió la chaqueta.

"Déjame a mí, Caitie."

Bien, él ciertamente ocultaba algo, ella se resbalo bajo su brazo y se


deslizó hacia el otro extremo de la habitación.

"¿Qué estas escondiendo de mí, Dash?" ella metió la mano en el bolsillo y


sus dedos encontraron un pequeño libro de cuero, Cait lo deslizó de su
chaqueta y su boca se abrió. ¿Tu diario de libertinaje?

Ella frunció el ceño hacia él. "Me dijiste que lo habías quemado."

"Lo hice", dijo él con voz ronca. "No es el mismo libro, déjame tenerlo".

Cait lo fulminó con la mirada. "Dashiel Thorpe, ¿piensas que soy tonta?
¡Este es el mismo libro! "

Su rostro se colocó de un fuerte tono rojo.

"Ábrelo, entonces."

"Ya lo he leído de principio a fin."

Su rubor se intensificó, ella ni siquiera sabía que era posible, Dash le


arrebató el diario de su mano y lo abrió, y luego comenzó a leer. "No estoy
seguro de lo que he hecho para merecer Caitrin, ella es mi ángel, mi
salvación..."

La boca de Cait se abrió. ¿Él había escrito sobre ella?

"... Voy a pasar el resto de mi vida tratando de ser digno de su amor..."

Cait le echó los brazos al cuello y le besó el pecho, la mandíbula y los


labios, con la esperanza de mostrarle que no tiene necesidad de demostrar
su valía.

"... Y cuando ella me tiene en su cuerpo, es mágico." Dash sonrió. "En


particular, cuando ella está en lo más alto".

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Los Hermanos Westfield
The Taming of the Wolf

Cait lo golpeó en el pecho y le arrebató el libro de su mano, procedió a leer


unas pocas líneas más antes de que ella misma lo cerrara de golpe.

"Te has ruborizado hasta llegar a las raíces de tu cabello, ángel," Dash
bromeó.

Cait ocultó su vergüenza, colocando la cara en su pecho.

Entonces Dash tiró el libro a la cama y la envolvió en sus brazos

"No es el mismo libro, Cait, quemé el otro, porque sólo hay una mujer a la
que quiero recordar".

FIN

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