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Investigación en Salud

ISSN: 1405-7980
invsalud@cucs.udg.mx
Centro Universitario de Ciencias de la Salud
México

Meléndez Zermeño, Flavio


La inexistencia de la psicogénesis: el gran secreto del psicoanálisis
Investigación en Salud, vol. VI, núm. 1, abril, 2004, pp. 43-49
Centro Universitario de Ciencias de la Salud
Guadalajara, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=14260108

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Vol. VI • Número 1 • Abril 2004

Artículo de
ensayo

La inexistencia de la psicogénesis:
el gran secreto del psicoanálisis
FLAVIO MELÉNDEZ ZERMEÑO

La psicología es vehículo de ideales: la psique no


representa en ella más que el padrinazgo que hace que se la califique de
académica. El ideal es siervo de la sociedad.
Jacques Lacan (1)

El 16 de noviembre de 1955, en la reunión inaugural del PSICOGÉNESIS Y COMPRENSIÓN


seminario Las Estructuras Freudianas en las Psicosis, Lacan La noción de psicogénesis, como su etimología lo indica,
revela lo que él llama “el gran secreto del psicoanálisis”: hace referencia a lo que tiene su origen en la psique. Surge
en el campo de la clínica, en el pasaje del siglo XIX al XX,
... el gran secreto del psicoanálisis es que no hay psicogénesis. como una reacción contra la organogénesis, es decir, contra
Si la psicogénesis es esto, (la reintroducción de la relación de las concepciones que explican el malestar subjetivo como
comprensión)1 es precisamente aquello de lo que el psicoa- resultado de una alteración orgánica. 3 Mientras la
nálisis está más alejado, por todo su movimiento, por toda organogénesis centra la atención en la acción determinante
su inspiración, por todos sus resortes, por todo lo que intro-
de un desorden encefálico, la psicogénesis plantea un ori-
dujo, por todo aquello hacia lo que nos conduce, por todo
aquello en que debe mantenernos” (2). gen psíquico del sufrimiento subjetivo, propone un origen
de lo psíquico a partir de lo psíquico mismo. Es a partir de
La cuestión puede resultar sorprendente en la medida los planteamientos de Karl Jaspers que la noción de
en que la opinión común tiende a considerar a la psicogénesis psicogénesis adquiere contornos precisos, que se delinean
como una dimensión esencial del psicoanálisis.2 La inexis- por la descripción fenomenológica de las vivencias de los
tencia de la psicogénesis es planteada por Lacan como un sujetos que él estudia en el terreno de la psicopatología. Para
secreto, lo que hace pensar que incluso en el ámbito mismo Jaspers:
del psicoanálisis, por lo menos hasta el momento en que el
secreto es revelado, no ha sido advertido lo que en él se Lo psíquico “surge” de lo psíquico de una manera compren-
sible para nosotros. El atacado se vuelve colérico y realiza
juega –para empezar, la posición misma de Freud en tal sen-
actos de defensa, el engañado se vuelve desconfiado. Este
tido no deja de ser problemática, como veremos más surgir uno tras otro de lo psíquico desde lo psíquico lo com-
adelante–. El objeto de este trabajo es desplegar las prendemos genéticamente (3).
implicaciones de este secreto y las consecuencias de su re-
velación. Para ello es necesario empezar por interrogar las La psicogénesis es entonces indisociable de la com-
relaciones de la psicogénesis con la comprensión. prensión; está asociada a la idea de que las experiencias sig-
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RESUMEN ABSTRACT
Se abordan las implicaciones de lo que Jacques To tackle the implications of what Jacques Lacan
Lacan propone como el gran secreto del proposes as the great secret of psychoanalysis: the
psicoanálisis: la inexistencia de la psicogénesis. Se nonexistence of psychogenesis. Its conceptual field
establece el campo conceptual de ésta, para is established, in order to expose the confines that
exponer los límites que el método de la comprensión the genetic comprehension method has in clinical
genética tiene en la práctica clínica. La no existencia intervention. The nonexistence of psychogenesis is
de psicogénesis se pone en relación con los efectos placed in relation with the constituents of the
constituyentes del significante en el sujeto hablante, significant in the talking subject, to show that
para mostrar que la subjetividad no se encuentra subjectivity is not founded on the side of the one
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del lado del que habla, sino en el real. who do the talking, but is founded in the real.
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Palabras clave: psicogénesis, comprensión, Key words: Psychogenesis, Comprehension,


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nificativas de un sujeto pueden ser accesibles para el clínico se pretende tener acceso. La empatía conduce al centro de
por medio de la comprensión, así por la penetración en lo las relaciones psíquicas, nos sitúa en el corazón de la psico-
psíquico es posible comprender genéticamente cómo surge lo logía comprensiva misma.
psíquico desde su propio orden de determinaciones, mien- Jaspers destaca dos cualidades básicas de lo compren-
tras que por la captación objetiva de hechos típicos a partir sible: la autorreflexión, en la medida en que lo comprensible
de regularidades, a través de la reiteración de experiencias, se puede comprender a sí mismo, y la coherencia que lo com-
es posible explicar causalmente. Encontramos aquí la oposi- prensible adquiere en todo individuo, de tal manera que el
ción entre explicar (erklären) y comprender (verstehen), que surge conjunto de las relaciones comprensibles en cada indivi-
en el siglo XIX en el marco de la llamada “querella de los duo; particular es lo que recibe el nombre de personalidad:
métodos”, correlativa de la distinción entre ciencias de la na-
turaleza (Naturwissenschaften) y ciencias del espíritu ... todos los procesos psíquicos y manifestaciones, en tanto
(Geisteswissenschaften). Jaspers se encarga de llevar la compren- que señalan por encima de sí una relación individual y total-
sión, elevándola al estatuto de un método, al campo de la mente comprensible, experimentada por un individuo con
psicología —que por ese hecho adquiere el título de com- la conciencia de su particular yo íntimo, constituyen la per-
sonalidad (6).
prensiva.
La comprensión genética opera en un dominio que se
La personalidad implica el sentimiento de identidad
caracteriza por la continuidad de su propio desarrollo, con
de sí mismo, la conciencia del yo como individualmente dis-
una coherencia que se basta a sí misma en su autonomía, de
tinto, único en su historicidad; por lo tanto, no existe la
ahí que imponga la idea de una especie de causalidad singular:
personalidad sin conciencia de sí misma. La coherencia pro-
pia de cada personalidad queda situada en relación con su
Se ha llamado a las relaciones comprensibles de lo psíquico
también causalidad desde dentro y así se apunta al abismo insu- biografía; es a partir de las vivencias que ha tenido, de su
perable que existe entre estas relaciones que no pueden lla- devenir en el mundo, que se puede establecer la comprensi-
marse causales más que por analogía y las legítimas relacio- bilidad de esa personalidad singular. La unidad de la perso-
nes causales, la causalidad externa (4). nalidad está dada entonces por su desarrollo regular y com-
prensible.
Esta última causalidad, la única que puede realmente La síntesis psicológica propia de la personalidad tiene
recibir este nombre, es propia de las llamadas ciencias de la una dimensión objetiva. La personalidad es entonces ese
naturaleza y se establece inductivamente a partir de la ob- punto de síntesis que vuelve comprensibles los avatares del
servación de regularidades. Sin embargo, plantear una desarrollo. El sentido de las vivencias de un sujeto sólo puede
causalidad desde dentro supone que hay una dimensión de lo tener concordancia si se le refiere a una unidad consciente
psíquico que posee una consistencia particular, la de una de sí. Tal es la función de la personalidad.
interioridad que remite a sí misma, y se sustrae a las relacio- Es posible situar una manifestación psicopatológica
nes causales en sentido estricto. como reacción de la personalidad cuando su contenido mantie-
Por otro lado, según Jaspers, de la comprensión se des- ne una relación comprensible con el acontecimiento que la
prende una evidencia inmediata que le otorga un carácter originó, hasta el punto en que no habría surgido sin ese
irreductible a lo captado por ella: acontecimiento y su evolución depende de éste. La reac-
ción de la personalidad se opone así a lo que Jaspers llama
La evidencia de la comprensión genética es algo últi- proceso, el cual consiste en una alteración orgánica o psíquica
mo. [...] Tiene en sí misma su fuerza persuasiva. El recono- que irrumpe como un elemento extraño, heterogéneo con
cimiento de esta evidencia es la condición previa de la psi- respecto al desarrollo de la personalidad, que rompe con la
cología comprensiva, así como el reconocimiento de la rea- continuidad histórica de ésta y, por lo tanto, es incompren-
lidad de la percepción y la causalidad es la condición previa sible.
de las ciencias naturales (5). Para la psicogénesis el fenómeno psicopatológico no
constituye entonces una entidad autónoma que pueda ser
Es decir, de las relaciones de comprensión se despren- abordada separándola del resto de la personalidad, pues aun
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de un sentido que cae por su propio peso, cuya evidencia es cuando rompa con el desarrollo de ésta, como ocurre con
inmediata para el clínico. Este sentido brota, por así decir, el proceso, sólo es posible su localización refiriéndola a esa
de las relaciones en cuestión, con un poder de persuasión unidad que constituye la personalidad. Este es uno de los
tal que se presenta como algo obvio, que no requiere ser aspectos que marcan la especificidad de la psicogénesis en
referido a algo más allá de sí mismo, y conserva el estatuto su debate con otras posiciones clínicas:
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excepcional de esa interioridad mencionada.


La comprensión implica co-vivenciar los fenómenos ... las psicologías de la heterogeneidad se niegan como
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vivenciados por el otro, y poner en juego la capacidad de Blondel, a entender en términos de psicología normal las
colocarse en el lugar del semejante; de ahí que necesaria- estructuras de la conciencia mórbida; y por el contrario, las
mente sea empática, pues no implica sólo la comprensión psicologías analíticas o fenomenológicas tratan de compren-
der la inteligibilidad de toda conducta, hasta de la demente,
racional de lo hablado, sino que considera la comprensión
en sus significaciones previas a la distinción de lo normal y
del que habla, de sus motivos, deseos, emociones, temores, lo patológico. En el gran debate de la psicogénesis y de la
es decir, de su subjetividad. La empatía supone además que organogénesis se produce una división análoga: ¿búsqueda
para una comprensión clara es necesario suspender el juicio de la etiología orgánica después del descubrimiento de la
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causalidad psicológica a partir de perturbaciones sin funda- otra ciencia más que ésta. No se trata de una toma de parti-
mento orgánico, definidas a fines del siglo XIX como sín- do, porque ahí no hay partido que tomar, sólo hay una posi-
drome histérico? (7). ción posible cuando se habla de ciencia y se encuentra del
lado del naturalismo.5 Su modelo de cientificidad está dado
La aparición de la histeria como entidad clínica —a la por la química y la física, al cual él ha tenido acceso por los
que el nacimiento del psicoanálisis debe tanto— marca un trabajos de investigación que desarrolla en los primeros años
hito que permite relativizar a un tiempo la etiología orgáni- de su vida profesional. De ahí el estatuto particular que le
ca y la distinción normal-patológico, cuestiones éstas en las atribuye al saber en psicoanálisis:
que la psicogénesis va a encontrar un lugar para alojarse.
Recapitulando, tenemos tres componentes que Carácter del psicoanálisis como ciencia empírica. El psicoanálisis no
estructuran la noción de psicogénesis: la comprensión, basada es un sistema como los filosóficos, que parten de algunos
en la capacidad de colocarse en el lugar del otro, lo que hace conceptos básicos definidos con precisión y procuran apre-
posible co-vivenciar las experiencias significativas de este sar con ellos el universo todo, tras lo cual ya no resta espacio
último; la personalidad, como la dimensión particular que para nuevos descubrimientos y mejores intelecciones. Más
adquiere el conjunto de esas relaciones comprensibles en bien adhiere a los hechos de su campo de trabajo, procura
cada individuo, juntamente con la conciencia de la unidad resolver los problemas inmediatos de la observación, sigue
tanteando en la experiencia, siempre inacabado y siempre
de sí (propia de la noción de psiquismo), que al mismo tiem-
dispuesto a corregir o variar sus doctrinas. Lo mismo que la
po lo inscribe como integrante de los lazos sociales de su química o la física, soporta que sus conceptos máximos no
comunidad; y el desarrollo, que siguiendo momentos que sean claros, que sus premisas sean provisionales, y espera del
pueden ser delimitados le da su coherencia a una vida. Es- trabajo futuro su mejor precisión (8).
tos tres ejes confluyen en un pensamiento del origen: la
génesis de lo psíquico en lo psíquico supone la unidad como Si el psicoanálisis tiene que proceder al modo de las
el punto de partida que da inicio a la serie en la que se des- llamadas ciencias duras, tal exigencia en realidad le otorga una
pliegan las manifestaciones de una personalidad. Sólo es
pertinente la pregunta por la génesis en
la medida en que hay una unidad que está
dada al principio.
En el campo de la clínica del ma-
lestar subjetivo esta perspectiva
psicogenética4 ha tenido una gran in-
fluencia. Su consecuencia más importan-
te ha sido la de otorgarle un valor huma-
no, al reconocerle un sentido, al sufri-
miento que había sido situado en el te-
rreno de las alteraciones biológicas. Así,
distintas formas de intervención clínica
se han planteado la necesidad de hacer caso
de las experiencias íntimas de los sujetos
y de encontrar ahí un sentido para su su-
frimiento —cuestión que antes de la
psicogénesis no tenía relevancia, pues la
clínica estaba orientada a descubrir las
causas orgánicas de una entidad mórbida-
con la excepción del tratamiento moral
de inspiración filosófica, cuyos antece-
dentes se remontan a finales del siglo
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XVIII.

LA PSICOGÉNESIS EN FREUD: UNA


LOCALIZACIÓN PROBLEMÁTICA
Freud sitúa reiteradamente al psicoanáli-
sis como una ciencia de la naturaleza, lo
cual le impone ciertas exigencias propias
de esa idea de cientificidad. Para Freud
no existe la disyunción ciencia de la na-
turaleza/ciencia del espíritu, simplemente
deja de lado la problemática
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metodológica propia de la querella de los


métodos. No es tanto que en esa discu-
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sión él opte por la ciencia de la naturale-


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mayor flexibilidad, aquella que proviene de atenerse riguro- Esta división (Spaltung) subjetiva es el punto de parti-
samente a la lógica de los hechos, para poder dar cuenta de da de la experiencia analítica; por lo tanto, tampoco encon-
ellos, sin tener que preocuparse por la fidelidad a conceptos tramos aquí un punto de síntesis que cumpla el papel que la
definitivos que pretendan constituir una concepción totali- psicogénesis le asigna a la personalidad, es decir, el de ser
zada del mundo (Weltanschauung), como lo harían los sis- esa unidad que le da su evidencia a las relaciones
temas filosóficos. Ciencia empírica aparece entonces como una comprensibles de un sujeto. Ésta es la razón por la cual el
modalidad de saber en movimiento, inconcluso, cuyos con- término personalidad no tiene un estatuto teórico para Freud,
ceptos tienen un carácter provisional y están sujetos a una y en su lugar hay instancias o sistemas separados por una
revisión continua. tópica que constituye el aparato psíquico propuesto por
En concordancia con lo anterior, Freud se sitúa tam- Freud. Tal concepción implica que la división del sujeto es
bién al margen de la oposición metodológica explicación ver- estructural –eso es lo que las instancias del aparato psíquico
sus comprensión-interpretación. Si bien considera al psicoanáli- intentan mostrar-, y no un accidente que un tratamiento po-
sis como “un arte de la interpretación”, no por ello la expli- dría remediar para dar paso a la unidad de una personalidad.
cación deja de ser una exigencia primordial en su modo de La noción de fase del desarrollo ha sido en buena
operar en la clínica. La interpretación freudiana es una mo- medida promovida por el discurso psicoanalítico, frecuen-
dalidad de explicación en la medida en que busca dar cuen- temente se le encuentra asociada a él, no obstante que los
ta de la causa: “... explica en el modo interpretativo o inter- distintos aspectos evolutivos que propone no se encuen-
preta asignando la causa” (9). Por lo tanto, en el momento tran sistematizados en Freud en un punto de vista genético
en que Freud adscribe el psicoanálisis al dominio –cosa que sí pretende realizar su discípulo Karl Abraham-,
epistemológico de las ciencias de la naturaleza, excluye de que los haga coincidir en un planteamiento unificado del
hecho su pertenencia a las disciplinas hermenéuticas. desarrollo.6
Cuando la interpretación aparece en el psicoanálisis lo El término psicogénesis aparece en varias ocasiones
hace fundamentalmente como interpretación de los sueños; en el texto freudiano, por ejemplo, en el título de uno de sus
a partir de ahí irá ampliando su función al resto de los reto- célebres historiales clínicos, el caso conocido como “la jo-
ños del inconsciente: síntomas, lapsus, actos fallidos, chis- ven homosexual”: sobre la psicogénesis de un caso de homosexuali-
tes, etcétera. La interpretación (Deutung) implica la dimen- dad femenina (11). Es sobre todo el interés de Freud por esta-
sión del sentido (Bedeutung), un sentido oculto que busca blecer un origen lo que indica que no cierra del todo la puerta
develar, ateniéndose a una concepción causal determinada: a la psicogénesis. Este interés aparece particularmente en la
búsqueda de una escena histórica que constituya el referen-
... “interpretar un sueño” significa indicar su “sentido”, sus- te último en cual apoyar una construcción simbólica; en el
tituirlo por algo que se inserte como eslabón de pleno dere- caso del llamado “hombre de los lobos” ésa es la función
cho, con igual título que los demás, en el encadenamiento de que Freud le asigna a lo que llama escena primaria, a pesar de
nuestras acciones anímicas (10). sus vacilaciones respecto de la realidad histórica de ésta (12).
Tenemos aquí, por un lado, la búsqueda de una génesis psico-
Es el encadenamiento propio de las operaciones lógica en la eficacia traumática de una primera escena y las
anímicas lo que le da su fundamento a esa operación expli- fuerzas que ésta pone en movimiento; por el otro, dado que
cativa que es la interpretación, que va del efecto a la causa, la escena traumática sólo adquiere ese carácter por el efecto
pero no siguiendo un esquema lineal, sino partiendo de una retroactivo de otras, que sólo irán apareciendo poco a poco
sobredeterminación de las formaciones del inconsciente, a en las asociaciones del sujeto, la referencia a la biografía no
las cuales no es posible asignarles una única causa. Es un va acompañada de la evidencia inmediata de la compren-
entramado complejo –conpuesto, entre otros elementos, por sión; el trauma revela, al contrario, una división subjetiva
experiencias que remiten a una realidad histórica, cuyas re- que no puede encontrar un punto de síntesis. Tales son las
presentaciones se enlazan por su contenido formal y por coordenadas de la posición ambigua de Freud respecto a la
giros lingüísticos que se revelan determinantes— el que psicogénesis, en cuyo espacio problemático se desenvuelve
conforma para Freud la causalidad que la interpretación su concepción etiológica.
busca develar. De ahí que éste designe al psicoanálisis como La indagación del origen está en juego también en la
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un tratamiento causal, en oposición a la hipnosis y los trata- manera de abordar el problema de la paternidad a partir del
mientos sugestivos que sólo buscan suprimir los síntomas sin mito creado en Tótem y tabú, con el padre de la horda primi-
dar cuenta del juego de fuerzas anímicas que los ocasionan. tiva: un primer padre que da origen a la serie de los padres
El sentido de las operaciones inconscientes es desco- (13). El establecimiento del origen supone encontrar un
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nocido por el sujeto, pero se expresa en lo que él dice sin primer elemento a partir del cual se da inicio a una serie, y
advertir que lo dice. Se trata de un sentido oculto que para que funcionará además como el referente último que sirve
nada tiene el carácter de una evidencia inmediata, como lo
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de garantía a la construcción simbólica de la teoría. La exi-


propone la concepción psicogenética. Por lo mismo es ne- gencia de dar cuenta del origen parte para Freud de la nece-
cesaria la asociación libre, elevada al estatuto de regla funda- sidad de mantener al psicoanálisis en relación con la ciencia
mental del análisis, pues sólo a partir de las asociaciones del de su época y el público de ésta, alejando a aquél de las
analizante se puede encontrar un sentido que no se des- prácticas esotéricas.
prende directamente de sus vivencias, pues carece de la evi-
dencia de un dato inmediato tanto para él como para el
analista.
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LA INEXISTENCIA DE LA PSICOGÉNESIS lo que el analizante dijo y no lo que el analista supone que


¿Cómo situar en estas coordenadas el planteamiento de quiso decir:
Lacan acerca de que no hay psicogénesis? ¿Qué consecuen-
cias se pueden desprender de ahí? Si se prescinde de un El momento en que han comprendido, en que se han preci-
origen psicológico, ¿qué otras modalidades de constitución pitado a tapar el caso con una comprensión, siempre es el
subjetiva se pueden encontrar? momento en que han dejado pasar la interpretación que con-
En la reunión del 23 de noviembre de 1955 del semi- venía hacer o no hacer. En general, esto lo expresa con toda
ingenuidad la fórmula: El sujeto quiso decir tal cosa. ¿Qué
nario Las Estructuras Freudianas en las Psicosis, Lacan le
saben ustedes? Lo cierto es que no lo dijo. Y en la mayoría
otorga el carácter de una lección primordial, una formulación obli- de los casos, si se escucha lo que se ha dicho, por lo menos
gada a la entrada a la clínica, que sin embargo no ha sido apre- se descubre que se hubiera podido hacer una pregunta, y
ciada como tal, al hecho de advertir que lo comprensible es que ésta quizá habría bastado para constituir la interpreta-
algo huidizo, que se fuga en cuanto se intenta aprehenderlo. ción válida, o al menos para esbozarla (16).
En seguida lanza una propuesta a su auditorio:
Al atribuirle al analizante lo que quiso decir, la compren-
Comiencen por creer que no comprenden. Partan de la idea sión pierde de vista lo que en efecto dijo, y con ello se le
del malentendido fundamental. Esta es una disposición pri- escapa también la singularidad del caso. Hay ahí un modo
mera, sin la cual no existe verdaderamente ninguna razón de proceder que indica una cierta posición frente al saber:
para que no comprendan todo y cualquier cosa (14). la comprensión pone en juego un exceso de saber, se atri-
buye el saber de lo que el otro quiso decir, y al considerar
La indicación es una toma de distancia con respecto a que algo está ya comprendido pasa de largo, deja de lado la
la opinión corriente en el ámbito de la clínica de que se trata literalidad de lo que se dice. La interpretación analítica sólo
de comprender lo que le ocurre a aquel que padece. Sin es posible cuando se basa en la lectura de esa literalidad del
embargo, no se trata de una prohibición que obligue a no discurso del analizante. De ahí una cierta ubicación de la
comprender, sino de una especie de suspensión de la creen- resistencia:
cia en la comprensión (Comiencen por creer que no comprenden...),
para poder operar desde otro lugar, en el cual el malenten- Si comprendo, paso, no me detengo en eso, porque ya com-
dido sea el punto de partida. prendí. Esto les pone de manifiesto qué es entrar en el juego
En la reunión anterior de su seminario, Lacan se había del paciente: es colaborar con su resistencia. La resistencia
referido a la relación de comprensión, tal como es plantea- del paciente es siempre la de uno, y cuando una resistencia
da por Karl Jaspers, como un espejismo que se torna inasi- tiene éxito, es porque están metidos en ella hasta el cuello,
ble al acercarse a él. La idea de que es posible orientar el porque comprenden (17).
quehacer clínico a partir de la comprensión es, estrictamen-
te hablando, una ilusión. Lacan se refiere entonces a la psi- Encontramos aquí un planteamiento que da un giro
quiatría en estos términos: completo a las concepciones clásicas de la resistencia en el
análisis: la resistencia viene del analista, de un exceso de
El progreso principal de la psiquiatría desde la introducción comprensión de su parte. La clínica muestra que en efecto
de ese movimiento de investigación que se llama el psicoa- puede haber un núcleo comprensible en lo que le ocurre al
nálisis, consistió, se cree, en restituir el sentido en la cadena analizante, pero el problema es que eso que se comprende
de los fenómenos. En sí no es falso. Lo falso, empero, es aparece ajeno a toda posibilidad de cambio, se presenta como
imaginar que el sentido en cuestión, es lo que se comprende. algo solidificado, inmóvil en su experiencia.
Lo nuevo que habríamos aprendido, se piensa en el medio Además, en la medida en que la comprensión es toma-
de las salas de guardia, expresión del sensus commune de los
da como una referencia primera en la clínica, adquiere un
psiquiatras, es a comprender a los enfermos. Este es un puro
espejismo (15). carácter normativo. Lo que se presta a la comprensión del
clínico define una norma; en otras palabras, la comprensión
En efecto, en la clínica se pone en juego esa dimen- del clínico se convierte en una norma a partir de la cual se
sión, propiamente humana de la experiencia, que es el sen- definen ámbitos de la psicopatología, pues lo que hace fra-
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tido —cuestión en la que el psicoanálisis viene a insistir—, casar a la comprensión va a establecer determinadas entida-
pero cuando un clínico imagina que comprende, no es el des psicopatológicas –así Jaspers define lo que él llama pro-
sentido de lo que se dice lo que comprende; en esa opera- ceso, como aquello que queda fuera de las relaciones de
ción hay algo del orden de una atribución que inyecta rela- comprensión, pues introduce un elemento nuevo y extraño
ciones que para él son comprensibles y que, por lo tanto, se que rompe con el desarrollo genético de la personalidad8.
le van a presentar como si se tratara de un dato inmediato. La dificultad implicada en esta concepción es que pasa por
Por el contrario, partir de un malentendido fundamental implica alto que si algo se presenta como incomprensible puede
poner en cuestión la idea de una evidencia inmediata de las deberse a una incapacidad del clínico, de sus marcos de re-
relaciones de comprensión. ferencia, de su método y formas de operación, de su posi-
En la práctica clínica la comprensión tiene por efecto ción en la transferencia, y no necesariamente a una dificul-
poner un tapón en el caso, se apresura a cerrar lo que, sin tad que provenga del sujeto.
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embargo, tendría que permanecer abierto, lo que dificulta El malentendido fundamental, que Lacan plantea como
hacer caso de lo que se dice. Sólo se puede tener acceso a la punto de partida en la clínica, proviene de los efectos del
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singularidad de una experiencia subjetiva cuidándose de no significante. Éste introduce una dimensión de opacidad en
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toda evidencia inmediata ligada a la comprensión. En esto tuándolos del mismo lado, el estatuto de ambos es muy dis-
el psicoanálisis toma nota de un hecho común, cuya reitera- tinto. Segunda cuestión: lo que permite localizar la subjeti-
ción no excluye su desconocimiento sistemático: cuando vidad en el real es que haya un sujeto que pueda valerse del
un sujeto habla dice más de lo que se propone. En lo que juego del significante, pero en la medida en que éste es dis-
dice hay algo opaco, que pasa inadvertido para él mismo. tinto de la significación, por eso el significante puede ser
La clínica muestra una subjetividad organizada por la engañoso, e introducir entonces también la cuestión de la
insistencia de significantes cuyo significado escapa tanto para verdad. El significante en cuanto tal no significa nada, de
aquel que habla como para quien se proponga compren- ahí su ubicación en el real como un trazo material vacío de
derlo. El retorno de determinadas palabras, de frases o de significación; esta característica es la que le permite dar lu-
secuencias fonéticas se impone al margen de todo control gar a diversas significaciones.
del que habla. Así como la sintaxis organiza la secuencia de Situar el significante como dimensión de la subjetivi-
una oración sin pedirle permiso a quien habla, así los dad en el real implica tomar nota de la relación de exteriori-
significantes se organizan en secuencias que insisten justa- dad entre el sujeto y los significantes que lo determinan.
mente en la medida en que el sujeto hablante ignora su sig- Los significantes con los que habla no le pertenecen al suje-
nificado. Ignorancia que se desprende de la barra que existe to, lo que se muestra claramente en el momento en que el
entre significante y significado, la cual provoca que cuando significante le cae encima, lo sorprende. Es lo que muestra
alguien habla no sepa lo que dice. de manera privilegiada la irrupción del lapsus, y hace apare-
Si la subjetividad queda escindida de tal manera por el cer su formulación como ajena, extraña. En ese momento
significante, se hace necesario replantear la oposición tradi- el sujeto se revela como Otro para él mismo, no se recono-
cional entre lo subjetivo y lo objetivo, oposición que hace ce en determinados significantes que denuncian su posi-
entre estos términos una repartición simple: ción subjetiva cuando él dice más de lo que pretende decir.
Para deshacer el espejismo que opone lo subjetivo a lo
Cuando se habla de lo subjetivo, e incluso cuando aquí lo objetivo, Lacan en este momento de su enseñanza pone el
cuestionamos, siempre permanece en la mente el espejismo acento en el hecho de que el sujeto está constituido en la
de que lo subjetivo se opone a lo objetivo, que está del lado radical alteridad del lenguaje. El Otro, nominación lacaniana
del que habla, y que por lo mismo está del lado de las ilusio- del lugar del despliegue de la palabra, es el punto de partida
nes: o porque deforma o porque contiene a lo objetivo. La
y la dirección hacia la que apunta el discurso del sujeto.9 Al
dimensión hasta ahora eludida de la comprensión del freu-
dismo es que lo subjetivo no está del lado del que habla. Lo desalojar a éste del centro de lo que dice, el significante lo
subjetivo es algo que encontramos en el real (18).8 coloca al mismo tiempo por fuera de la reflexividad, en el
sentido de que no lo hace poseedor de una actividad de
Hay algo en la estructura de esta frase que es similar a pensamiento en la cual los significantes podrían reflejar una
la otra en la que Lacan recusa la psicogénesis –en ésta “la interioridad que está dada previamente en su unidad, a la
dimensión hasta ahora eludida de la comprensión del freu- espera de ser nombrada por ellos. Si la subjetividad está en
dismo”, en aquélla “el gran secreto del psicoanálisis”, ha- el real, esto equivale a vaciar la supuesta interioridad del
cen referencia a algo que no ha sido advertido o bien que ha sujeto, con lo cual la noción misma de génesis psicológica
sido dejado de lado, lo cual permite establecer una relación queda cuestionada.
estrecha entre ambos planteamientos. Al situar la subjetivi- Más de veinte años después, el 13 de febrero de 1976,
dad en el real y no del lado del que habla, se desaloja al Lacan tomará la expresión palabra impuesta del enfermo que
sujeto del centro de lo que dice. Aunque al hablar el sujeto es presentado ese día en el Hospital de Sainte-Anne (20).
diga Yo, él no se encuentra en el centro de lo que dice, como Esa experiencia de una palabra impuesta, común en los su-
lo muestra el hecho de que cuando habla hay algo que se dice jetos que son llamados psicóticos, se caracteriza por la insis-
antes de que pueda advertirlo. Pero, además, si lo subjetivo tencia de una palabra o una frase que una fuerza extraña les
no se opone a lo objetivo, entonces es necesario replantear impone en el pensamiento, esta reiteración invade la vida
la concepción clásica de la relación sujeto-objeto. ¿Cómo cotidiana del sujeto y puede tomar un sesgo persecutorio;
localizar entonces este real en el que se encuentra la subjeti- pero esta experiencia, que podría ser calificada de anormal,
posee un carácter ejemplar porque revela la condición de
S A L U D

vidad? La cita anterior continúa así:


imposición de toda palabra a la que está sometido todo el
Sin duda, el real en juego no debe tomarse en el sentido en que habla. Igualmente, quienquiera que tenga la experiencia
que lo entendemos habitualmente, que implica objetividad, de escribir algo de su creación, habrá notado que hay un
confusión que se produce sin cesar en los escritos analíticos. momento en que tal ejercicio impone algo que se tiene que
E N

Lo subjetivo aparece en el real en tanto supone que tenemos escribir más allá de la voluntad del que escribe; de ahí que
enfrente un sujeto capaz de valerse del significante, del jue- algunos escritores comentan al leer una obra cuya elabora-
E S T I G A C I Ó N

go del significante. Y capaz de usarlo del mismo modo que ción concluyeron, que experimentan una extrañeza tal fren-
nosotros lo usamos: no para significar algo, sino precisamente
te a ella que no les permite sentirla de su propiedad. Estas
para engañar acerca de lo que ha de ser significado. Es utili-
zar el hecho de que el significante es algo diferente de la experiencias muestran de manera ejemplar la localización
significación para presentar un significante engañoso (19). de la subjetividad en el real.
El significante no es un instrumento del cual el sujeto
Primera cuestión a tener en cuenta para localizar los se puede servir para representarse a sí mismo y a los obje-
ejes que nos permitan avanzar una respuesta a nuestro pro- tos de mejor modo, no se trata de una herramienta con la
Vol. VI • Número 1 • Abril 2004

9
terioridad, pues el giro radical que propone Lacan es que el Aquí habría que situar la fórmula lacaniana “El inconsciente es el discur-
sujeto es el que va a ser representado por un significante, so del Otro”. Sobre el artificio de lenguaje implicado en la construcción
de la fórmula cfr. Vindras A-M., “El deseo del Otro: un artificio franco-
pero ni siquiera para sí mismo, sino para otro significante latino”, Me Cayó el Veinte. Revista de Psicoanálisis, 3, 2001, pp. 39-51.
—fórmula canónica de la relación del sujeto con el orden
simbólico, a la que llegará Lacan unos años más tarde— REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
(21). No es sólo que el sujeto produce significaciones sir- 1. Lacan J. Escritos 2. México, Siglo XXI, 1989, p. 811.
viéndose de los significantes, sino que él es el significado de 2. Lacan J. Las psicosis. Buenos Aires, Paidós, 1984, p. 17.
ciertos significantes singulares que han marcado el destino 3. Jaspers K. Psicopatología general. México, Fondo de Cultura Económica,
1996, pp. 342-343.
de su existencia. 4. Ibid., p. 341.
Para localizar un lugar en donde tal sujeto pueda sos- 5. Ibid., p. 343.
tenerse, Lacan se verá llevado a plantear unos años más tar- 6. Ibid., p. 479.
de un objeto, irreductible al simbólico, causante de un de- 7. Foucault M. Enfermedad mental y personalidad. Buenos Aires, Paidós, 1979.
p. 9.
seo en el cual el sujeto pueda encontrar un sostén para su 8. Freud S. Psicoanálisis y teoría de la libido. Obras completas. Buenos Aires,
existencia. La presentación de este objeto, junto con la de la Amorrortu Editores, vol. XVIII, 1979, p. 249 (todas las citas de Freud
escritura topológica –a partir del seminario de La identifica- corresponden a esta edición).
ción (1961-1962) hasta desembocar en el nudo borromeo en 9. Assoun P-L. Introducción a la epistemología freudiana. México, Siglo XXI,
1982, p. 45.
RSI (1974-175)—, le dará una nueva consistencia a la cues- 10. Freud S. La interpretación de los sueños, vol. IV, p. 118.
tión, que reaparece insistentemente en la enseñanza de 11. Freud S. Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina, vol.
Lacan, de la subjetividad en el real. XVIII, pp. 137-164.
12. Freud S. De la historia de una neurosis infantil, vol. XVII, pp. 1-111.
13. Freud S. Tótem y tabú. Algunas concordancias en la vida anímica de los salvajes
NOTAS y de los neuróticos, vol. XIII, pp. 1-162.
1
Agregado entre paréntesis mío: F. M. 14. Lacan J. Las psicosis. Buenos Aires, Paidós, 1984, p. 35.
2
Tal opinión común se le puede encontrar dentro y fuera del psicoanálisis. 15. Ibid., p. 15.
Por ejemplo, en el terreno de la psiquiatría; cfr. Henri Ey: “Toda la obra 16. Ibid., p. 37.
de Freud, todo el cuerpo doctrinal edificado por él y que su escuela 17. Ibid., p. 75-76.
psicoanalítica ha desarrollado [...], constituyen una teoría psicogenética 18. Ibid., pp. 265-266.
de las neurosis...”. Ey H., Bernard P. Brisset, Ch. Tratado de psiquiatría, 19. Ibid., p. 266.
Barcelona, Masson, 1990. p. 62. 20. Allouch J. –Hola... ¿Lacan? -Claro que no. México, Editorial Psicoanalítica
3
Este movimiento tiene su antecedente en la adscripción que hace Des- de la Letra, 1998, p. 192.
cartes del alma a la glándula pineal y el dualismo que de ahí resulta. 21. Lacan J. Seminario La Identificación. Versión tipografiada. Reunión
Sobre este punto, cfr. Sladogna, A. “Excluir la locura de la ciencia y del del 6 de diciembre de 1961.
psicoanálisis ¿tiene la misma consecuencia?”, Artefacto, 2000, 7, pp. 67-
93.
4
No es objeto del presente trabajo la concepción psicogénetica centrada
en las operaciones cognitivas, como es el caso de las investigaciones de
Jean Piaget. En éstas opera, en todo caso –siguiendo una distinción
que hace K. Jaspers-, la comprensión racional, basada en la estructura
lógica de las operaciones en cuestión, y no la comprensión empática,
que surge del sentido de los afectos y las acciones humanas.
5
Sobre este punto y la posición de Freud respecto a la comprensión-inter- FLAVIO MELÉNDEZ ZERMEÑO
pretación cfr. Assoun, P-L, Introducción a la epistemología freudiana. Siglo
XXI, México, 1982, pp. 41-52. Departamento de Clínicas de Salud Mental
6
Un punto de vista genético, con la pretensión de hacerlo equivalente a los División de Disciplinas Clínicas
puntos de vista tópico, dinámico y económico de Freud, fue introduci- Centro Universitario de Ciencias de la Salud
do en el psicoanálisis por Hartmann, Kris y Loewenstein. Cfr. Hartmann
H., Ensayos sobre la psicología del Yo, México, Fondo de Cultura Económi-
Universidad de Guadalajara
ca, 1987.
7
La constatación inesperada de que la paranoia no es un proceso en el Correspondencia
sentido de Jaspers, sino una psicosis reaccional lleva a Lacan a su pri- Miguel Ángel de Quevedo 789-9
mer viraje doctrinal, que lo acerca a las concepciones psicogenéticas.
Más de veinte años después un nuevo viraje le llevará a expulsar la
Colonia Lomas de Guevara
psicogénesis del campo del psicoanálisis. Cfr. Lacan J., De la psicosis pa- Guadalajara Jalisco
I N V E S T I G A C I Ó N

ranoica en sus relaciones con la personalidad, México, Siglo XXI, 1987, p. C. P. 44670
268. Allouch J., Marguerite, Lacan la llamaba Aimée, México, Epele, 1995. Tel. (0133) 36-41-74-91
Allouch J., “Sobre el primerísimo viraje doctrinal de Jacques Lacan en
el que también rompe con el discurso psiquiátrico más avanzado”, Li-
melendez@cencar.udg.mx
toral, 16, 1994, pp. 7-23. Lanteri-Laura G. “Proceso y psicogénesis en la
obra de Jacques Lacan”, Litoral, 16, 1994, pp. 25-43. Una parte de este trabajo fue presentada en
8
Tomamos aquí la propuesta del comité de redacción de Artefacto de nom- el coloquio Lacan en el Siglo XXI, que se
brar en castellano el real, el simbólico y el imaginario a las dimensiones de la
experiencia humana que propone Lacan con su ternario; atraviesa así
realizó en Guadalajara, Jalisco, del 14 al 16
los criterios que traducen a nuestra lengua un neutro que no existe en de marzo de 2003, organizado por el Centro
el francés, ni tampoco en el psicoanálisis lacaniano. Nos tomamos aquí Universitario de Ciencias Sociales y
la libertad de modificar en este punto la traducción de Paidós (de Juan- Humanidades y el Centro Universitario de
Luis Delmont-Mauri), que utiliza el artículo neutro para lo real. Para tal
Ciencias de la Salud de la Universidad de
E N

fin contrastamos con la edición francesa de la editorial Seuil, y


corraboramos que la modificación es pertinente. Cfr. la comunicación Guadalajara
del comité de redacción en Artefacto, revista de la escuela lacaniana de
S A

psicoanálisis, núm. 3, 1992. Conflicto de interés no declarado

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