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Desde la Edad Media eran solo los poderosos y potentados los que ofrecían
lechones en sus banquetes (muchos aún tenemos la imagen del cochinillo
con la manzana en la boca) pero desde los años sesenta se hicieron famosos
los asadores castellanos.
También los de Arévalo en Ávila, tan buenos como los de la ciudad del
acueducto romano. En esta histórica ciudad he comido uno de los mejores de
mi vida en el Asador Siboney, donde Javier y Carmen han logrado un punto
de calidad gastronómica y humana de primer orden.
Aunque no es el asado más frecuente en las mesas navideñas, en algunas
regiones lo es, a muchos les gusta poner en estas comidas festivas y
familiares cochinillo asado.
En este caso hemos seleccionado esta receta con un peculiar punto de fuerza
alegre que le aporta el chimichurri, salsa especiada del cono sur, Uruguay y
Argentina y en Chile merkén, a la delicada carne del lechón.
Sal gruesa
Chimichurri, o similar. (ajo, ají, sal, cilantro o perejil, vinagre de vino y aceite;
receta enlace abajo)
Puré de manzana
Elaboración
– Ponemos el cochinillo con la piel hacia arriba, yo lo tuve que poner de lado
porque no entraba en la bandeja.
– Se cubren con papel de aluminio las orejas y el rabo del cochinillo para
evitar que se quemen.
– Cada 20 minutos echáis por encima del cochinillo la salsa que va soltando y
que se va acumulando en el fondo de la asadera. Si nos parece necesario,
agregamos otro poquito de agua.
Debéis de estar muy atent@s en este paso para evitar que se queme.
– Finalizada la cocción, apaga el horno y deja reposar unos diez minutos para
que la carne asiente los jugos.
De Frabisa