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DESARROLLO PSICOSEXUAL SEGUN FREUD Y PSICOSOCIAL ERIKSON

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DESARROLLO PSICOSEXUAL
SIGMUND FREUD

A lo largo del desarrollo estará presente una energía vital llamada


Teoría psicosocial según Erik Erikson
Esta es una modificación y a su vez una extensión de la teoría de Freud.
La solución de cada una de estas crisis requiere de aspectos positivos que se
equilibren con los negativos.

TEORÍA PSICOSEXUAL (ETAPAS DEL DESARROLLO)


Existen modos, modalidades y zonas modales
Concepto de Desarrollo
Que a su vez
se subdividen en fases:
ETAPA ORAL
De 0 a 24 meses
ETAPA ANAL
De 2 a 4 años
ETAPA FÁLICA
Separación Individuación
Proceso de autoafirmación
MODO
Características particulares que se presentan en la conducta de las personas, ya
sean niños o adultos.

MODALIDADES
Son características de la personalidad que se dan en lugares o situaciones
específicas.

Zonas Modales
Partes de nuestro cuerpo que llevan a cabo un desempeño natural psicosexual en
el desarrollo de todo ser humano.
(Desarrollo Sexual)
Época de Puritanismo
Proceso constituido por diferentes periodos de vida
en las que un área
llamada zona erógena proporciona la fuente de satisfacción.
= Boca - Ano - Genitales
Libido
Los impulsos generados por esa energía son satisfechos por objetos internos y
externos
Autoerotismo
Madre
Logro de Identidad

ETAPA DE LACTANCIA
Desarrollo de:
ETAPA GENITAL
Desde la adolescencia hasta la vida adulta
Principal fuente del placer se encuentra en la boca.
Estrecha relación del crecimiento con el desarrollo psicológico
Vinculo afectivo
Rivalidad Edípica
Placer por retención y expulsión
Se extiende hasta los 5 años
En el niño
Complejo de Edipo
Temor a la castración
En la niña
Mecanismo de compensación
Temor a castración
Cambia el objeto de amor
Crisis de Electra
Identidad
Pertenencia
Enfrentamiento entre impulsos y convenciones sociales
La tarea fundamental es la identificación y adopción del rol sexual
Adolescencia
Etapa de descanso
Escolarización
Nos dice que la búsqueda de la identidad es el principal tema en la vida de todo
ser humano.
En esta se consideraba esencial a la sociedad para un mejor desarrollo de la
personalidad.

La corriente del  psicoanálisis iniciada por Sigmund Freud hace más de 100
años en una de las principales influencias de la cultura occidental contemporánea.

Si sus teorías sobre el funcionamiento del inconsciente han servido como


influencia en muchas áreas de las humanidades y el arte, no es menos cierto que
buena parte de sus planteamientos tienen que ver con la sexualidad humana. La
teoría del desarrollo psicosexual con sus distintas etapas es la plasmación
de esta idea, y es por eso que históricamente ha recibido mucha atención.

La sexualidad según Freud

Para Freud, la sexualidad humana es una de las principales vertientes de la


energía vital que mueve el comportamiento del ser humano. Esta energía, a la
que se le puso el nombre de libido, es la fuente de los impulsos que para el padre
del psicoanálisis hacen que tendamos hacia ciertos objetivos a corto plazo y, a la
vez, obligan a otras instancias de nuestra psique a reprimir estas tendencias para
no ponernos en peligro o no entrar en conflicto con el entorno en el que vivimos.

La energía vital que se expresa a través de la sexualidad, según Freud, está


presente ya desde las primeras semanas de nuestra vida, lo cual significa que
nuestra vertiente sexual no nace en la  adolescencia, tal y como muchos
investigadores de su época sostenían.

Pero las repercusiones de esto no tienen que ver simplemente con localizar el
inicio de nuestro desarrollo sexual en uno u otro punto de nuestro calendario vital.
Tiene implicaciones profundas en el modo en el que freud relacionaba nuestra
personalidad con nuestra vertiente íntima, afectiva y basada en impulsos.

El desarrollo del inconsciente

Una de las ideas esenciales detrás de la teoría del desarrollo psicosexual de


Freud es que el modo en el que gestiona la satisfacción de la libido durante la
infancia deja unas huellas en nuestro inconsciente que se harán notar durante
la vida adulta.

Así, si los factores externos a un niño hacen que no pueda satisfacer estas
tendencias tal y como se desearía (por ejemplo, a causa de las reprimendas de
sus padres), esta angustia se traduce en una fijación que tiene que ver con ideas
relacionadas a una zona erógena en concreto (que no tiene por qué estar en el
área genital). Para Freud, por tanto, en el desarrollo psicosexual interviene
tanto la biología como la crianza.

Otros seguidores de la corriente psicodinámica terminaron rechazando la visión


determinista de Freud, según la cual la parte inconsciente de nosotros mismos
nos manipula constantemente sin que podamos hacer demasiado al respecto.
Sin embargo, esta forma de pensar hizo que Freud crease la teoría del desarrollo
psicosexual, una de mas más recordadas en la historia de la psicología.

Las etapas del desarrollo y sus fijaciones

A partir de los diferentes modos en los que la etapa de crecimiento de los menores
condiciona la aparición de uno u otro tipo de fijación, Sigmund Freud formuló la
teoría que uniría la sexualidad con el desarrollo del inconsciente freudiano. 

En ella, se propone que en los primeros años de nuestras vidas atravesamos


distintas etapas de desarrollo vinculadas a la sexualidad y a distintas fijaciones, y
que lo que ocurra durante ellas influirá en el modo en el que el inconsciente
condicione a la persona una vez haya llegado a la adultez. Es decir, que cada una
de las etapas del desarrollo psicosexual marcarían los tempos que delimitan qué
tipo de acciones son necesarias para expresar la líbido de manera satisfactoria y
cuáles pueden llegar a crear conflictos que queden enquistados en nosotros de
manera inconsciente.
Las fases pulsionales del desarrollo psicosexual

Según la teoría freudiana, las etapas de desarrollo psicosexual y sus


características son las siguientes.

1. Etapa oral

La etapa oral ocupa aproximadamente los primeros 18 meses de vida, y en


ella aparecen los primeros intentos por satisfacer las demandas promovidas por la
libido. En ella, la boca es la principal zona en la que se busca el placer. También
es la boca una de las principales zonas del cuerpo a la hora de explorar el entorno
y sus elementos, y esto explicaría la propensión de los más pequeños a intentar
"morderlo" todo.

Si se impide tajantemente que los bebés utilicen su boca para satisfacerse, esto
podría producir un bloqueo que haría que ciertos problemas quedasen fijados en
el inconsciente (siempre según Freud).

2. Etapa anal

Esta etapa se produciría desde el fin de la etapa oral y hasta los 3 años de edad. Se trapa de la fase
en la que se empiezan a controlar el esfínter en la defecación. Para Freud, esta actividad está
vinculada al placer y la sexualidad.

Las fijaciones relacionadas con esta fase del desarrollo psicosexual tienen que ver con la
acumulación y con el gasto, vinculadas con el espíritu ahorrador y la disciplina en el
primer caso, y con la desorganización y el derroche de recursos en el segundo.

3. Etapa fálica

Esta fase pulsional duraría entre los 3 y los 6 años , y su zona erógena asociada es la
de los genitales. De este modo, la principal sensación placentera sería la de orinar, pero
también se originaría en esta fase el inicio de la curiosidad por las diferencias entre
hombres y mujeres, niños y niñas, empezando por las evidentes disimilitudes en la forma
de los genitales y terminando en intereses, modos de ser y de vestir, etc.
Además, Freud relacionó esta fase con la aparición del "complejo de Edipo", en el que
los niños varones sienten atracción hacia la persona que ejerce el rol de madre y sienten
celos y miedo hacia la persona que ejerce el rol de padre. En cuanto a las niñas que
pasan por esta etapa del desarrollo psicosexual Freud "adaptó ligeramente la idea con
Complejo de Edipo para que englobas a estas, a pesar de que el concepto había sido
desarrollado para que cobrase sentido principalmente en los varones. Fue más tarde
cuando Carl Jung propuso el complejo de Electra como contraparte femenina al Edipo.

4. Etapa de latencia

Esta fase empieza hacia los 7 años y se extiende hasta el inicio de la pubertad . La
etapa de latencia se caracteriza por no tener una zona erógena concreta asociada y, en general,
por representar una congelación de las experimentaciones en materia de sexualidad por parte de
los niños, en parte a causa de todos los castigos y amonestaciones recibidas. Es por eso que Freud
describía esta fase como una en la que la sexualidad queda más camuflada que en las anteriores.

La etapa de latencia ha estado asociada a la aparición del pudor y la vergüenza relacionada con la
sexualidad.

5. Etapa genital

La etapa genital aparece con la pubertad y se prolonga en adelante . Está relacionada


con los cambios físicos que acompañan a la adolescencia. Además, en esta fase del desarrollo
psicosexual el deseo relacionado con lo sexual se vuelve tan intenso que no se puede reprimir con
la misma eficacia que en etapas anteriores.

La zona erógena relacionada con este momento vital vuelve a ser la de los genitales, pero a
diferencia de lo que ocurre en la fase fálica, aquí ya se han desarrollado las competencias
necesarias para expresar la sexualidad a través de vínculos de unión de carácter más abstracto y
simbólico que tienen que ver con el consenso y el apego con otras personas. Es el nacimiento
de la sexualidad adulta, en contraposición a otra ligada solo a las simples gratificaciones
instantáneas y obtenidas mediante actividades estereotípicas.

La teoría freudiana, en contexto

La teoría del desarrollo psicosexual puede llevar a producir cierto alarmismo si se piensa que una
mal gestión de la educación de los menores durante estas fases puede dejarles con  traumas
y todo tipo de trastornos si no se entienden bien las ideas de Freud. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que esta teoría durante fue formulada y desarrollada en un punto en
el que la psicología acababa de nacer.

Cuando Sigmund Freud desarrolló sus teorías, se basaba en casos concretos de pacientes que
conocía, es decir, que su manera de investigar se fundamentaba en una mezcla de estudios de
casos e interpretación de los contenidos simbólicos del comportamiento de las personas.
Apenas establecía hipótesis que pudieran ser contrastadas con la realidad, y cuando lo hacía, se
limitaba a observar, no a realizar experimentos. La teoría del desarrollo psicosexual no fue una
excepción a esta norma.

Tampoco tiene mucho sentido investigar acerca de la utilidad de la teoría del desarrollo
psicosexual utilizando para ello análisis estadísticos, porque la formulación de estas ideas se
basaba en la interpretación que se hacía acerca de los actos de los pacientes y de su pasado. 

En parte por esto y en parte porque el psicoanálisis freudiano no se ciñe a la epistemología usada
en la ciencia actual, no hay ningún motivo para pensar que esta teoría sirve para explicar y
predecir los problemas vinculados a la sexualidad y la socialización de las personas. Eso significa
que la teoría psicosexual no puede servir para detectar señales de alarma acerca de si los niños o
adolescentes se desarrollan correctamente o no, ni puede servir para asegurar que los trastornos
mentales se deben a esta clase de mecanismos
PSICOSOCIAL ERIKSON

La teoría se divide en 8 etapas las cuales representan para el ser humano


una crisis cada vez mayor.

El desarrollo nunca se acaba por lo tanto este depende de la forma en como


resolvamos las crisis y que esta sea de la manera adecuada.

Se divide en las siguientes etapas:


I-CONFIANZA BÁSICA VERSUS DESCONFIANZA
(8-18 Meses):
Constituye la primera fase entre el nacimiento y los 18 meses aproximadamente.
En ella se fundamenta todo el desarrollo posterior. La palabra confianza tiene
varios sinónimos, familiaridad, seguridad, certidumbre, aplomo, entusiasmo
protección.

 La primera demostración de confianza  social en el recién nacido la constituye la


facilidad con la que se alimenta, la profundidad del sueño, la relajación de sus
intestinos. Ese rudimento sentimiento de confianza en el recién nacido exige una
sensación de comodidad física y una experiencia mínima del temor o la
incertidumbre  que producirá confianza hacia nuevas experiencias.

Las madres crean un sentimiento de confianza en sus niños mediante la


combinación de sus propias cualidades con el cuidado sensitivo de las
necesidades individuales del recién nacido, imprimiéndole un sentimiento firme de 
auto confianza personal dentro del marco de sus estilo de vida cultural, esto
configura la base para un sentido de identidad.

Para Erikson (1963), los padres no solo deben tener ciertas normas para guiar
mediante la  prohibición y el permiso, sino que también debe estar en capacidad
de inculcarle al niño una convicción profunda y casi somática de que existe un
sentido en  lo que están haciendo. Un niño a esta edades no puede elegir que es
lo mejor y por ello requiere la guía de sus padres, quienes dirán no cuando sea
necesario. En este sentido, es necesario destacar que la calidad de la atención
materna dependerá del apoyo que la madre o sustituto reciba de otros adultos en
casa, de la existencia o no de un grupo familiar que ofrezca protección a esa
madre, de sociedades que sostengan la estructura e importancia de la familia y
finalmente de las tradiciones que confieran continuidad cultural a los sistemas de
cuidado y educación.

            Se logra un equilibrio, el niño desarrollara la virtud de la esperanza como


una fuerte creencia que le dice que siempre habrá una solución al final del camino.
Entonces habrá superado equilibradamente la primera etapa, esta habilidad será
utilizada en el futuro ante situaciones de desilusión amorosa, en lo profesional y en
muchos otros ámbitos de la vida.

II-AUTONOMÍA VERSUS VERGUENZA  Y DUDA


(18 meses a 3 años)

             A medida que el niño crece comienza a darse cuenta de que la conducta
en desarrollo es la suya propia. Entre los 18 meses y los 3 años,
aproximadamente, quiere explorar el mundo y realizar nuevas proezas,
incrementando su autonomía.

            En estas edades se espera que el niño camine y comience a explorar su


mundo. Muchas cosas llaman su atención y le invitan a tocar, conocer y buscar.
Pero esta tarea no resulta tan sencilla, los padres y adultos que rodean al niño por
lo general procuran evitarle peligros y le prohíben cosa; limitan y castigan lo que
intentan hacer. La tendencia hacia el juego solitario o egocéntrico, el uso frecuente
de la palabra mío, las dificultades que presenta el control de esfínteres a esta
edad, pueden ser claros ejemplos de esa constante lucha por la autonomía.

            En esta edad el niño intenta tomar posesión de las cosas con el fin de
probarlas mediante una repetición hecha con un propósito determinado. Las
experiencias de autonomía y libre elección han de ser guiadas gradual y
correctamente. La firmeza del adulto debe proteger al niño de la anarquía de su
sentido de discriminación hasta ahora poco ejercitado, de su capacidad para
retener y soltar discrecionalmente.

Erikson señala que todas las pautas de crianza provocan cierto sentimiento de
duda y vergüenza; lo que varia de una cultura a otra es a cuales conductas se le
fijan valores positivos o negativos. Es interesante señalar que las pautas de
restrinsiones, las frustraciones y los " NO , si bien son de gran utilidad, necesitan
ser usados de manera equilibrada.

Es muy importante encontrar un enlace que permita al niño desarrollar el


autocontrol, así como la certeza de que él es capaz (fundamento de la
autoestima). Otro ejercicio importante a esta edad es lograr la regulación de las
funciones eliminatorias (Orina, heces) dejando de usar pañales. En esta
ejercitación permanente participan los padres y la cultura dejando muy claro lo que
se espera del niño. La maduración anal muscular inicia la experimentación de dos
aspectos simultáneos de las modalidades sociales retener y soltar.

En ambas posibilidades retener o soltar, los conflictos básicos pueden


desembocar al final en expectativas y actitudes benignas u hostiles. La vergüenza
es una emoción poco estudiada por que en nuestra civilización se ve
tempranamente absorbida por la culpa. La vergüenza según Erikson, supone que
uno se encuentra totalmente expuesto y consciente de ser mirado, es decir, uno
es visible y no está listo (vestido a media) para ser visible, por ello el autor la
asemeja a la rabia dirigida contra uno mismo.

La duda juega un papel importante en la toma de conciencia de tener una parte


delantera y una trasera, especialmente un trasero. Un poco de vergüenza y duda
no solo es inevitable, sino incluso bueno, sin ella desarrollaríamos lo que Erikson
llamo Impulsividad, referida a desbocarse sin considerar los límites o
consecuencias que puedan venir de esa acción. Pero demasiada vergüenza y
duda provocan la denominada impulsividad, referida al sentimiento de que todo su
ser esta envuelto en las tareas que realiza y por ellos deben ser sujetadas de
manera correcta.

Si se logra un equilibrio apropiado de desarrolla la virtud de la voluntad o


determinación, sentimiento que le hace repetirse a si mismo, puedo hacerlo y que
resultara de gran utilidad para la vida futura si se mantiene de forma equilibrada

III-INICIATIVA VERSUS CULPA

(3-6 años)

El niño entre los 4 y los 6 años (etapa preescolar), avanza rápidamente hacia
nuevas conquistas en esperas sociales y espaciales. El se encuentra en este
momento lleno de energía y de ganas de hacer, colocando en esta acción todo su
ser., imaginación e interés. Pone a prueba sus poderes, sus conocimientos y sus
cualidades potenciales, inicia nuevas formas de conducta cuyos límites
trascienden los de su persona y en algunas oportunidades producen resultados
inesperados y desagradables, generando culpabilidad. Esta polaridad de la
iniciativa en oposición a la  pasividad o la culpa por haber ido demasiado lejos,
constituye el tema fundamental de esta etapa. Es así como el individuo se enfrenta
a un crisis universal descrita por Erikson como al necesidad del niño de alejarse
de un apago exclusivo con sus padres y entrar en el lento proceso de llegar a ser
un padre portador de tradición.

Esta fase del desarrollo se caracteriza, de acuerdo con la teoría psicoanalítica, por
las complicaciones edípicas. Para Erikson cuando el niño descubre que él es
importante en el contexto de un grupo familiar y puede expresar un efecto
intencional, es cuando se manifiestan estos movimientos libidinosos dirigidos
hacia el sexo opuesto.
El juego constituye durante esta etapa el más indispensable y natural agente auto
terapéutico debido a que permite al Yo elaborar situaciones no resueltas a través
de la fantasía. Visto de esta manera, el juego representa la situación más
adecuada para estudiar al niño. El juego se vincula con la experiencia de la vida
que el niño intenta repetir, dominar o negar con el fin de organizar su mundo
interior con relación al exterior. Jugar se convierte en un medio para razonar,
compensar los sufrimientos por el Yo en cuanto a tiempo, espacio y realidad,
preservando un cierto sentido de realidad por que tanto él como los demás, saben
que se trata de un juego.

Demasiada iniciativa y poca culpa significan una tendencia  mal adaptativa, que
Erikson llamo crueldad en la que la persona toma la iniciativa, tiene su plan en el
terreno escolar, profesional, del amor y hasta político o  profesional, sin tomar en
cuenta a quien necesita apacar o pisar para lograrlo. Los sentimientos de culpa
son para los débiles, la forma extrema de crueldad es  la sociopatia.

Cuando la culpa es exagerada, Erikson la llama inhibición y se expresa en las


personas que temen probar o intentar nuevas experiencias para no sentirse
culpables. Erikson establece una relación entre el grado de iniciativa individual
estimulada o permitida y el sistema económico de la comunidad.

IV-LABORIOSIDAD VERSUS INFERIORIDAD

(6-12 años)

            Entre los 7 y los 12 años, el individuo toma conciencia de la necesidad de


destacarse, de hallar un lugar entre las personas de su misma edad; por lo tanto
dirige sus energías hacia  los problemas sociales que pueden dominar con éxito.
El ritmo de maduración física es más lento, como si fuera necesario consolidar lo
que ya se ha adquirido. El desarrollo psicológico refleja una pauta similar. Este es
el periodo de  latencia en el cual se invierte la energía libidinosa en desarrollar
cualidades corporales, musculares y perspectivas, así como un creciente
conocimiento del mundo que cada vez cobra mayor importancia.
            El niño evita constantemente el fracaso a cualquier precio es por ello tan
importante aprender lo que es el sentimiento de éxito, destacarse en cualquiera de
sus hábitos, deportes rendimiento académico, artes escénicas manuales. Es a
esta edad cuando aprendemos a ganar reconocimiento produciendo cosas
demostrando nuestra habilidad para dedicarnos a tareas y actividades
determinadas.

            Desde la perspectiva de los adultos (padres, familiares o maestros) este


periodo de la vida trae consigo grandes retos.

            Por ello es sumamente importante revisar la cantidad de veces que


limitamos la participación de los niños en actividades de investigación, búsqueda y
reconstrucción de los conocimientos en el aula. Por otra parte, las relaciones con
los progenitores así como con los demás adultos comienzan a establecer sobre
una base más igualitaria. El peligro durante este estadio reside en un sentimiento
de inadecuación e inferioridad.

            En contraste una actitud demasiado laboriosa  puede conducir a  la


tendencia mal adaptiva de virtuosidad dirigida  presente en niños genios, atletas,
actores y músicos. El lado opuesto posible es la inercia  presente en algunas
personas que al encontrar una fuerte frustración en un área, por ejemplo los
deportes nunca más vuelven a intentar incursionar en ella. Lo ideal seria llegar a
un equilibrio entre la laboriosidad e inferioridad. Que cada quien  se sienta capaz
de emprender cosas pero conservando ciertos grados de humildad; de ser así se
habrá alcanzado al virtud  llamada competencia.

V-IDENTIDAD VERSUS DIFUSIÓN DE ROLES

(12-20 años) 

Todas las etapas descritas por Erikson resultan interesantes para el futuro
educador, pero esta es quizás, la que abre la puerta hacia la comprensión de la
vivencia cotidiana en dos vertientes posibles, una dirigida hacia adentro, ¿Cómo
soy?  Y otra hacia afuera ¿Cómo serán mis alumnos? La quinta etapa comienza
en la pubertad y finaliza con la adolescencia entre los 250-25 años.
Esta fase fue la que más intereso a Erikson, quien tomo como base su experiencia
personal además de la observación de jóvenes y comunidades indígenas en los
Estados Unidos, para elaborar su teoría del  estado relacionado con la
adolescencia. Con la juventud se inicia la adquisición  de un sentido de identidad.

Erikson señala que los conflictos del adolescente se enmarcan en la sociedad y


cultura donde se desenvuelve. Identidad por tanto significa saber quienes  somos
y como encajamos en el resto de la sociedad. El desarrollo exitoso de la identidad
requiere que tomemos todo cuanto hemos aprendido acerca de la vida y de
nosotros mismos y lo moldeemos en un auto imagen unificada que además sea
significativa para la comunidad. La experimentación sin consecuencias facilita el
desarrollo de un concepto personal de lo que importa en la vida, eso es lo que se
define en este estadio como identidad.

Áreas de Conflicto:

Hay algunas áreas en las que  los jóvenes deben resolver conflictos para el logro
de su identidad.

 Esas áreas son:

Tiempo: Puede ser percibido de diferentes maneras:

·    Flexible: muy despacio cuando hace algo que no te agrada o muy rápido
cuando disfrutas.

·    Como requerimiento inmediatista: debo lograr esto ya.

·    Con apatía e inmovilidad desesperanza: puedo pasar largas horas frente a la
TV.

Apariencia: el adolescente puede exhibir un aire de banalidad total dedicándose


caso exclusivamente a su imagen.

Roles: pueden ser experimentados en contraste con las imágenes que tienen de
si mismo y del impacto que esto causa en los demás.

Identidad Ocupacional: la persistencia y la integración son esenciales para


trazarse planes a largo plazo.
Sexualidad: el adolescente necesita resolver sus conflictos bisexuales y con el
tiempo identificarse con su propio rol sexual.

Vinculación con la Autoridad: la capacidad  para dirigir o acatar normas por


parte del adolescente esta estrechamente vinculada con el dominio de fases
anteriores.

Ideología y Religión: el adolescente debe seleccionar una filosofía básica, una


fuerza en quien creer y una religión que le proporcione una confianza fundamental
en su vida.

Adolescencia y Lenguaje: el lenguaje  cumple diversas funciones progresivas en


el adolescente. En un primer momento, refleja la voz del pensamiento en esa
interminable conversación con sus  coetáneos. Por sus parte la falta de identidad
puede atribuirse en lo que Erikson repudio. Estas personas se rehúsan a ser
miembros formales del mundo adulto e incluso rechazan su necesidad de una
identidad.

 El peligro de este estadio es la difusión de roles. Cuando los cimientos de


estadios anteriores no han sido consolidados se corre el riesgo de que los adultos
asignen al individuo una identidad que era solo un aspecto  de su
comportamiento.  Si logramos negociar con éxito esta etapa obtendremos la virtud
de la felicidad que implica lealtad o habilidad para vivir de acuerdo con los
estándares de la sociedad a pesar de sus imperfecciones, fallas  o inconsistencia.

VI-INTIMIDAD VERSUS AISLAMIENTO

(20-35 años)

Una vez superadas las crisis de identidad de la adolescencia el ser humano esta
listo para participar de manera plena en la comunidad gozando de la vida, libertad
y responsabilidad adulta. Es decir el joven debe ser capaz de estar cerca de otros
sabiendo quien es y sin miedo a perderse en esa relación. Para ellos necesita dar
un poco de sí auto abandonarse en las manos del otro, ceder un poco en sus
preocupaciones y metas personales su trabajo o sus estudios, sus relaciones
personales y sociales, especialmente con el sexo opuesto y en el matrimonio.
Todo ello con la finalidad de alcanzar idealmente la intimidad.

La tarea fundamentar de este periodo gira entonces en torno a la disposición


psicológica y el comportamiento de la intimidad en pareja. Ello significa
dispensarse mutua confianza y regular los ciclos de trabajo, procreación y
recreación, renunciando al hacerlo a parte de los tesoros acumulados en las
etapas anteriores.

Características de una Intimidad Sana, Completa y Feliz:

             Una de las situaciones en las que la intimidad es imposible sin auto
abandono es en la unión sexual. Erikson considera que la genitalidad debe incluir
sea aspectos con el fin de lograr un significado social permanente.

·   Mutualidad en el Orgasmo.

·   La pareja debe ser un (a) compañero (a) amado (a).

·   Del otro sexo.

·   Con esa pareja se es capaz de compartir una confianza mutua.

·   Se desea regular los ciclos de trabajo y procreación.

·   Se pretende asegurar  también a la descendencia un desarrollo satisfactorio.

En este estadio se pude intentar cubrir inconcientemente la carencia de etapas


anteriores, de manera que una joven que en el primer estadio no desarrollo la
confianza básica necesaria para superar con éxito la crisis de ese momento,
pudiese intentar resolverla en el estadio de la intimidad buscando como pareja
alguien con quien ella tenga mucha diferencia de edad que en el fondo, pueda
desempeñar el rol del progenitor faltante.

Características de una personalidad Madura y Sana:

            Erikson señala que el joven adulto necesita sentirse integrado en sí mismo
y para con su entorno, para la manifestación de una personalidad madura sana
esto son:
·   La conciliación del orgasmo genital y las necesidades sexuales extragenitales.

·   La conciliación del amor y la sexualidad.

·   La conciliación de las pautas procreadoras sexuales productoras de trabajo.

Un exceso del sentido de intimidad y solidaridad podrá conducir a una tendencia


mal adaptativa que Erikson denomina promiscuidad. Culmina exitosamente este
estadio  produce  a alcanzar la virtud del amor, concebida como la habilidad de
alejar las diferencias o antagonismos  a través de una mutualidad de devoción.

VII-GENERATIVIDAD VERSUS PARALIZACIÓN

(35-60 años)

Es la etapa de la madurez o adultez media comprendida entre los 35 o 60 años


aproximadamente, es un periodo lleno de grandes cambios en el que la tarea
fundamental es tratar de lograr un equilibrio apropiado entre lo que Erikson llamó
Generatividad y  la paralización o estancamiento.

Un exceso de generatividad puede desembocar en lo que Erikson llamo 


sobreextensión presente en personas que se comprometen en tantas cosas que
no les da el tiempo para hacer ninguna completamente. El otro extremo de la
balanza es el rechazo, lo que supone muy poca productividad y bastante
estancamiento. Sin embargo, atravesar  esta etapa con éxito permite desarrollar la
virtud de cuidar, tan necesaria para el resto de la vida.

VIII-LA INTEGRIDAD DEL EGO VERSUS


LA DESESPERACIÓN

(60 años en adelante)

            De acuerdo con Erikson, en la octava etapa el individuo afronta el dilema


de la integridad versus la desesperación. La integridad se refiere a la habilidad
para aceptar los hechos vividos, aceptar el morir sin temor. Constituye una
habilidad para integrar un sentimiento de su historia pasada con sus
circunstancias actuales y visualizar el futuro sin temor.
El octavo estadio es el momento en la vida en que damos vuelta la mirada y nos
evaluamos de manera retrospectiva: ¿vivimos? ¿Qué hicimos con nuestra vida?
En esta etapa difícil, en el contexto de la cultura occidental, la nuestra, parecería
que se espera que los de esta edad se encuentren ya de retiro, sin otra cosa por
hacer más que esperar el declive natural de sus fuerzas y energías hasta llegar a
la muerte.

            Los cambios corporales relacionados con el envejecimiento afectan a la


conducta en forma evidente  o sutil. La integridad del ego llamada también yoica,
significa llegar al término de la vida y mirar atrás y aceptar el curso de los eventos
pasados, y de las decisiones tomadas. La integridad reposa en la aceptación del
ciclo de vida colectiva  e individual  de la humanidad como resultado de la
resolución positiva  o equilibrada de las crisis de los estadios anteriores.

            La persona que culmina exitosamente esta última etapa afrontando la


muerte sin temor, posee la virtud que Erikson denominó sabiduría.

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