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El Niño Jesús Inca: Entre el Mito y la Historia

23 de junio de 2014 a la(s) 23:09


La Capilla de Indios de la Compañía de Jesús del Cusco, La Cofradía del Nombre de Jesús y
El Niño Jesús Inca del Cusco.
Dedicado al Glorioso Colegio Nacional de Ciencias del Cusco Ad Portas de Cumplir el Cuarto
Centenario de Fundación Jesuita y el Bicentenario de Fusión y Rebautización Bolivariana.
 
Nuestra tierra Amada Tierra, El Qosqo Inmortal; ciudad mágica y enigmática, guarda
celosamente muchos secretos, muchos de ellos “escondidos” a simple vista.
 
Cuando uno visita el museo del arzobispado, ubicado en el antiguo palacio de Inca Roca,
puede observar la famosa serie de cuadros del Corpus Christi del Cusco, que fueran
encargados por el Obispo Manuel de Mollinedo y Angulo para la Iglesia de naturales de Santa
Ana. En esta serie de cuadros podemos reconocer muchas de las imágenes históricas que
hasta ahora participan en el Corpus Christi; pero también podremos reconocer imágenes que
ya no participan y otras que son parte de los altares. Entre estas últimas, notaremos un altar
ubicado en la puerta de la compañía en cuya cima va la imagen de un niño Jesús sosteniendo
el mundo en su mano izquierda.
 
¿Es aquella imagen un mero adorno decorativo, pintado por el artista como fondo de su obra?
O ¿aquella imagen está relacionada a algún hecho histórico, a alguna imagen histórica cuya
presencia era real en el antiguo Corpus Cusqueño?
 
Bien, siempre viví en el centro histórico del Cusco Amado; y recuerdo bien cuando era niño a
una antigua “nana”, una viejecita quechua hablante muy devota y creyente en los santos. Con
una especial afinidad a la capilla de las nazarenas. Es aquella viejecita especialista en “curar
del susto” o el “mal viento” de los niños quien conto a mi Madre una pequeña historia en la
lengua Matter, el Quechua, sobre un “niño traposito” vestido de cholito que jugaba en la plaza
de armas, y muy milagroso cuando se “revelaba (aparecía)” en sueños.
 
Muchos años después, volví a escuchar una historia parecida pero relacionada al Niño
Doctorcito de la Merced; de igual forma un niño travieso que le gustaba jugar en la plaza de
armas y muy milagroso cuando se aparecía en sueños. ¿Estaban ambas historia relacionada
entre sí?
 
Un par de años atrás, cuando buscaba información sobre la primera fundación del Colegio
Ciencias echa por la Orden Jesuita, llego a mis manos un interesante documento sobre una
Cofradía de Indios (personalmente prefiero decir “Naturales”) la cual tuvo como lugar de Culto
la “Capilla de Naturales de la Compañía de Jesús” …. DE PRONTO, COMO UN GOLPE DE
LUCIDEZ Y MEMORIA RECORDE AQUELLA VIEJECITA Y SU PEQUEÑO RELATO DEL
NIÑO JUGUETON Y “TRAPOSITO” DE LA PLAZA DE ARMAS!! … ¿aquella historia tenía una
base histórica? ¿Lo contado por esa viejecita, era un recuerdo nemotécnico de un hecho real?
… las preguntas se acumulaban en mí y no podía dar respuesta a aquellas, así que decidí
investigar más, recopilar mitos,… un trabajo que da como fruto hoy una serie de mitos,
respaldado con datos históricos los cuales estoy poniendo a su disposición para su
conocimiento.
 
Todos conocemos la rivalidad que hubo durante la colonia entre el Clero Secular y La Orden
Jesuita en Especial. El atrevimiento que tuvieron los Jesuitas de Mandar a Construir su
Templo en la mismísima Plaza de Armas y la intención de estos de superar en altura las
dimensiones de la Catedral del Cusco, sería solo el inicio. Haber sido los primeros en fundar
un Colegio en el Cusco, tuvo su respuesta en la creación del Seminario por parte de la
arquidiócesis del Cusco. Fundar la Universidad de San Ignacio de Loyola tuvo como respuesta
muchos años después la Fundación de la Universidad de San Antonio. La creación de las 8
Parroquias de Indios por parte de la Arquidiócesis, tuvo como respuesta la Fundación de una
Capilla de Indios en la Compañía de Jesús. Todos ejemplos de esa vieja rivalidad que años
más tarde se harían más evidentes, por la rivalidad entre los colegios regentados por ambas
instituciones.
 
Mientras que el clero secular trataba de agrupar en las parroquias de indios a las antiguas
panacas y ayllus reales, por una vinculación territorial. La Orden Jesuita se empeñó en
agrupar en torno a ella a los Descendientes de sangre Inca, gran parte de ellos captados
mediante su “Colegio de Caciques”.
 
A fines del siglo XVI, la orden jesuita funda la “Cofradía de Indios bajo la Advocación del
Nombre de Jesús”, “esta cofradía estaba integrada por más de 500 cofrades indígenas,
contando a las mujeres y a los 150 indios nobles pertenecientes al grupo de los así llamados
«veinticuatro », los descendientes directos de los doce ayllus o panacas reales de los incas
elegidos anualmente de las dos parcialidades de la ciudad imperial, Cusco Alto y Bajo”  (véase
Amado González, 2002, pp. 226-227).
 
“La procesión del Niño Dios que realizaban para las fiestas del Corpus Christi era «la cosa
más lustre que ay en esta ciudad», pues salía la aristocracia indígena con él andando sobre
los hombros, encabezada por un «Ynca principal», ricamente vestido, con una capa escarlata
y en la mano el pendón real en vara de plata con las insignias del Nombre de Jesús. Éstos
eran seguidos por los cantores y ministriles de la cofradía que tocaban orlos, chirimías,
trompetas y flautas, llevando cera encendida por valor de doce mil ducados” (Mateos, 1944, II,
pp. 35-38).
 
En 1610 para las fiestas de beatificación de san Ignacio de Loyola celebradas en Cusco
durante veinticinco días —del 2 al 26 de mayo— la cofradía de Jesús operativa en la
Compañía sacó en andas al Niño «en hábito de Inga, vivamente aderezado y con muchas
luces»  (Romero, 1923, pp. 447-454).
 
No se puede afirmar con certeza si la Devoción al Niño Jesús Inca impulsada por los Jesuitas,
tenía la intención de suplantar o reemplazar el Culto que los Incas Tenían al Punchao en su
representación antropomorfa (la más conocida es su representación en forma de disco) pero
muchas veces el sincretismo originado daba lugar a algunos paralelismo en el uso de atributos
iconográficos.
 
“…. Un pequeño unku o túnica neoinca de vestir para la escultura del Niño Jesús conservada
en el Museo Inca del Cusco demuestra que a finales del siglo XVII —o incluso en el siglo XVIII
— estas prendas paralitúrgicas combinaban los símbolos cristianos del Corazón de Jesús y
del orbe imperial cristiano con los dos felinos del Punchao inca y con tocapus o diseños
geométricos con significados genealógicos, dinásticos y heráldicos prehispánicos”.  (Ramón
Mujica Pinilla – Los Jesuitas en el Cusco Virreinal).
 
Los usos y formas en la veneración, que la Cofradía de Indios dada “Al Niño Jesús Inca”
causo cierto recelo en ámbitos eclesiásticos; es así que durante al “Visita Eclesiástica” del
Obispo Mollinedo y Angulo, este mandó prohibir y retirar todas las efigies del Niño Jesús inca
que encontró en los altares de las iglesias de San Jerónimo, Andahuaylillas y Caycay  -todas
ellas iglesias bajo el control de la Arquidiócesis del Cusco - (Bradley y Cahill, 2000, p. 118).
 
Mientras que a la imagen del “Niño Jesús Inca” de la Compañía se habría “recomendado” el
uso de vestimenta y signos de poder de tipo español. Y así sale representado en la serie de
“Cuadros del Corpus” que el mismo Obispo Mollinedo mando a pintar para el Templo de Santa
Ana y que hoy se exhiben en el museo del Arzobispado del Cusco.
 
Tras la expulsión de los Jesuitas del Virreinato del Perú y la consiguiente incautación de sus
bienes y obras de arte, se pierde el rastro a la Imagen del “Niño Jesús Inca”, seguramente
destruida presa de la codicia, ante la antigua creencia de que en su interior existiera oro, por
haber sido esta imagen Patrona de la Cofradía de Indios y en especial del “Grupo de los
Veinticuatro” descendientes directos de las 12 panacas reales de los Incas, y su supuesto
sincretismo con la representación antropomorfa del PUNCHAO.
 
Leyendas similares, tiempo después, fueron causantes de las “perdidas” y robos de las
imágenes sacras de niños Jesús de otras regiones e imágenes devocionales, incluso hasta la
actualidad, con las lamentables “perdidas” de los niños de Mamacha Belén hace no mucho
tiempo atrás.
 
Editado por Puccaponcho Paucarruna   copyright © -2014
 
Bibliografía:
-El «Niño Jesús Inca» y los jesuitas en el cusco virreinal autor Ramón Mujica Pinilla
-http://larepublica.pe/blogs/andares/2013/05/01/el-codigo-blas-valera/
Esta Devoción era tan Importante que En las fiestas realizadas el 29 de septiembre de 1613 para la
villa imperial de Potosí, por la colocación de reliquias en la iglesia de San Ignacio, más de mil
indios pertenecientes a la cofradía del Nombre de Jesús desfilaron cargando un anda de plata
maciza con un Niño Jesús enjoyado y vestido de inca (Vargas Ugarte, 1963, pp. 95 y 96).

 Como dato extra debo decir que ya identifique y localice a los 4 santos que pasan en
procesion en dicha pintura.
 Esas imagenes existen y estan en la compañía de Jesús
 Mitos Del Cusco Puccaponcho: Claro son parte de las Cofradias de San Crispin y San
Crispiniano Santos Patrones del Gremio de Zapateros y Peleteros del Cusco Virreynal,
cuyas celebraciones se llevaban con regularidad hasta hace unos 20 años atras. Otra
Cofradia Historica de la Compañia fue la de San Cosme y San Damian. curiosamente
ambas parejas de santos son hermanos. y asi salen represntados en este bello cuadro,
juntos.

GENIAL!! ... ahi se puede observar a los Sacerdotes Jesuitas "mirando la Procesión" y NO
participando de ella como si sucede con las demas ordenes religiosas que aparecen en la Serie de
Cuadros del Corpus. Magnifico Aporte!! ... Toda la Mañana estuve tratando de Conseguirla y no lo
pude lograr!! ... se agradece el aporte . excelente hermano.

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