Está en la página 1de 1

LA ÚLTIMA CENA, Marcos Zapata, siglo XVIII.

Esta obra guarda un potente sincretismo cultural en cuanto a la cotidianeidad se refiere.


Sobresale el remplazo de elementos tradicionales, como el cordero pascual o el pan, con el
animal andino de la bandeja central de la mesa. Algunos autores han identificado al animal
con la vizcacha, cuya representación prehispánica simboliza el guardián de las montañas,
tratando de establecer un puente entre la herencia religiosa incásica y la obra barroca de los
pintores cusqueños. No obstante, aquel animal parece más bien un cuy asado, tan propio de
la fauna y la gastronomía andina. En tiempos incásicos, el cuy, de fácil y extensa
reproducción, y de muy bajo contenido de grasa pero alto en proteínas, era consumido por
la nobleza incásica.
Asimismo, se pueden identificar una variedad de frutos andinos como el taxo, la papaya, la
uvilla, el ají y lo que parece ser una guaba. Hay quienes afirman que los pequeños vasos
hacen referencia a los keros, recipientes ceremoniales de la chicha sagrada. Otro elemento
de singular importancia es la representación nocturna de la escena, rasgo identificable por
medio de las estrellas en el firmamento en la ventana del fondo. Por lo tanto, si bien es
cierto que la obra de Zapata reafirma la condición original y mestiza, es probable que haya
representado La Última Cena, atendiendo más a los elementos propios de la cotidianidad
que a un simbolismo ancestral y, peor aún, a una transgresión al mensaje cristiano. En
efecto, es una obra con matices cotidianos, costumbristas y originales de la Escuela
Cusqueña. Adicionalmente, esta pintura tiene sus antecedentes en obras similares como la
de fray Diego de la Puente de mediados del siglo XVII.
Por último, dado que la producción artística de Zapata se produce hacia 1750, pudo haber
estado directamente influenciado por la corriente criollista en el sentido de que los pintores
americanos reivindicaban las características identitarias de la flora y fauna de sus lugares de
origen, con mayor fuerza durante todo el siglo XVIII, fenómeno que se lo puede observar
en otros territorios andinos fuera del Cusco. Investigado por S.P. Yépez.
Imagen: La Última Cena, Marcos Zapata, Catedral del Cusco, siglo XVIII, tomado de:
“Tesoros de la Catedral del Cusco”, Arzobispado de Cusco, Dirección Desconcentrada de
Cultura de Cusco, Telefónica del Perú.

También podría gustarte