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Agitar el frasco para remover el polvo: para que la suspensión resulte lo más
homogénea posible, es de vital importancia que siga este paso, ya que se debe
soltar el polvo adherido a las paredes del envase.
Para resuspender, utilice agua recién hervida y fría: El agua debe ser hervida
y se deja enfriar, ya que si se utiliza caliente o tibia, esta temperatura puede
afectar la efectividad del producto.
Cerrar el frasco y agitar: Ya que gran parte del medicamento que se encuentra
en los gránulos que se depositan en el fondo del envase debe ser distribuido en
forma homogénea para lograr una dosificación estable durante el tratamiento y
de este modo se logre el efecto terapéutico óptimo.
Si está tomando la suspensión, agite muy bien el frasco por 15 segundos antes de
cada uso para mezclar uniformemente el medicamento. Ingiera la dosis correcta sin
masticar los gránulos presentes en la suspensión. Cierre bien el frasco después de
cada uso.
Un comprimido puede ser formulado para ofrecer una dosificación exacta en un sitio
específico, generalmente se toman por vía oral, pero pueden ser administrados
por vía sublingual, bucal, rectal o vaginal.
Son raros los casos en los que el comprimido se compone solamente de principio
activo. La mayor parte de las formulaciones incluye excipientes. Normalmente, se
incluye un diluyente-ligante para ayudar a mantener la forma del comprimido y darle
fuerza. Una amplia variedad de diluyente-ligante se pueden utilizar, algunas
comunes como la lactosa, el fosfato de calcio dibásico, la sacarosa, el almidón de
maíz, la celulosa microcristalina, polivinilpirrolidona (polímero de povidona) y
celulosa modificada (por ejemplo, hidroxipropilmetilcelulosa e hidroxietilcelulosa).
VENTAJAS Y DESVENTAJAS