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INTRODUCCIÓN
El Lapis Niger (lat. piedra negra) es un antiguo santuario ubicado en el Foro Romano,
junto con el Volcanal (un santuario al dios Vulcano con el que se relaciona) constituye
los únicos vestigios que quedan del antiguo Comicio (Comitium), una antigua zona de
asamblea que precedió al Foro y que se cree derivaba de un arcaico lugar de culto
fechado entre los siglos VIII y VII a.C. La losa de mármol negro (siglo I a.C.) y el
moderno cierre de hormigón (principios del siglo XX) del Lapis Niger están por encima
de una subestructura que contiene varios elementos y, entre ellos, un bloque de
piedra (cipo) que muestra una de las más antiguas inscripciones en lengua latina (latín
arcaico) y que se data en el siglo VI a.C. proponiéndose diferentes fechas para este
bloque y que describiremos más adelante con detalle. El monumento de la
superestructura y el santuario pudieron haber sido construidos por Julio Cesar (100-44
a.C.) durante su reorganización del espacio del Foro y del Comicio. Alternativamente,
esto pudo haberse hecho una generación antes por Sila (138-78 a.C.) en el transcurso
de uno de sus proyectos constructivos alrededor de la Curia Hostilia, uno de los
edificios que albergó las reuniones del Senado romano durante la República y que,
según la tradición, fue edificada durante el reinado del tercer rey de Roma, Tulio
Hostilio, en el Foro Romano, después de la destrucción de la ciudad de Alba Longa y la
entrada en el Senado de las grandes familias de esta ciudad ( Tito Livio, Historia
Romana, I, 30). Por su parte, Augusto cubrió el lugar con losas de mármol negro y
rodeándolas de planchas de mármol blanco integrando el lugar dentro del Comicio.
Mencionada en muchas de las inscripciones antiguas del Foro que datan de la época
republicana y los primeros días del Imperio, el significado original del Lapis Niger
resultaba oscuro y misterioso incluso para los romanos posteriores, aunque siempre
constituyó un lugar sagrado y de gran significado para ellos. El Lapis Niger fue
redescubierto el 10 de enero de 1899 por el arqueólogo italiano Giacomo Boni (1859-
1925) y excavado entre 1899 y 1905. Está construido en lo alto de un punto sagrado
que contiene objetos mucho más antiguos que se encontraban a metro y medio por
debajo del actual nivel del suelo. El nombre “lapis niger” pudo haberse referido en
origen al bloque de piedra negra o puede referirse también al posterior pavimento de
mármol negro sobre la superficie. Ubicado en el Comicio, enfrente de la Curia Julia,
esta estructura sobrevivió durante siglos debido a una combinación de trato
reverencial y a las construcciones llevadas a cabo encima de ella durante la época final
de la República y el comienzo del Imperio Romano.
II
HISTORIA
Las interpretaciones que se han dado de este santuario han sido muchas y muy
variadas sin que haya, a día de hoy, un consenso unánime al respecto. Se ha
propuesto que este monumento se remonta a los tiempos de la monarquía romana,
entre los siglos VIII y VI a.C. ya que la inscripción encontrada en el cipo del Lapis Niger
habla de un rey (rex, en concreto aparece la palabra RECEI =regi, rex en latín arcaico)
aunque también se ha propuesto que esta palabra pudiera referirse al rex sacrorum
(también llamado a veces, rex sacrificulus) un alto cargo religioso de principios de la
República reservado a los patricios y nombrado por el Pontifex Maximus, lo que
ubicaría al santuario entre finales del siglo VI y comienzos del siglo V a.C., aunque esta
interpretación no parece muy convincente. Al parecer, en algún momento de la
historia, los propios romanos perdieron el significado original de este santuario, esto
llevó a la existencia de varias historias o tradiciones enfrentadas sobre su origen.
Algunos romanos creían que el Lapis Niger marcaba el lugar de la tumba del primer rey
de Roma, Rómulo, o el lugar donde este fue asesinado por los senadores por culpa de
su gobierno despótico (Festo, De significatione, Liber XII, Lapis Niger en Comitium),
otros lo identificaron con la tumba de Hosto Hostilio, abuelo del rey Tulio Hostilio, o
también con la ubicación donde Faustulo, padre adoptivo de Rómulo, murió en batalla
(Dionisio de Halicarnaso). Otros testimonios nos hablan del lugar donde Rómulo fue
llevado por los dioses (Tito Livio 59 a.C.- 17 d.C.) o, incluso autores que negaban este
santuario como la tumba de Rómulo (Horacio).
Los primeros escritos que se refieren a este lugar lo consideran como un “suggestum”
donde los primeros reyes de Roma hablarían a la multitud y al Senado en el Foro. Los
altares ubicados aquí son comunes en santuarios durante el periodo más antiguo de la
historia de Roma o finales del periodo etrusco. Como hemos visto se menciona el Lapis
Niger de una manera insegura y ambigua por parte de varios historiadores de
principios del periodo imperial, Dionisio de Halicarnaso (60-7 a.C.), Plutarco (46/50 a
120 d.C.), Festus Grammaticus (siglo II d.C.) que no parecen saber cuál de las antiguas
historias sobre el santuario debía creerse. El texto encontrado en el cipo del interior
del santuario no ayudaba en nada a clarificarles el asunto, siendo objeto de
controversia a día de hoy. El descubrimiento de esta inscripción, claramente arcaica, se
acompaña de un debate sobre su datación. El arqueólogo italiano Giacomo Boni y el
lingüista Luigi Ceci (1859-1927) lo vieron como prueba de la autenticidad de las
historias de Livio sobre los orígenes de Roma y lo dataron en el siglo VII a.C. A esta
posición tradicionalista se opusieron los historiadores Barthold Georg Niebuhr (1776-
1831) y Theodor Mommsen (1817-1903) cuyas obras, escritas antes de las
excavaciones en el Foro, eran autoridad en los estudios sobre la antigua Roma y
presentaban una visión hipercrítica que rechazaba los relatos sobre los orígenes de
Roma relegándolos a la categoría de leyendas sin valor histórico alguno.
La discusión se desarrolló entre los partidarios del tradicionalismo que defendían una
datación comprendida entre los siglos VII y VI a.C. y los críticos que proponían una
fecha comprendida entre los siglos V y IV a.C. Aunque las posiciones hipercríticas
también eran defendidas por Ettore Pais (1856-1939), el asunto tomó rápidamente la
apariencia de una disputa chovinista entre alemanes e italianos. Las investigaciones
posteriores llevadas a cabo entre 1955 y 1960 han permitido localizar elementos del
monumento datados a finales del siglo VI a.C., es decir, de finales del periodo
monárquico.
Plano que indica la estructura superior del santuario con las losas de mármol negro
DESCRIPCIÓN
El Lapis Niger pasó por varias modificaciones a lo largo de su historia, las estructuras
originales fueron sepultadas y recintadas en la época republicana tardía, cubierta de
un pavimento de mármol negro y considerado un “lugar funesto”, a causa de la
profanación del santuario efectuada por los galos durante el saqueo de Roma en el año
390 a.C. Se ha apuntado anteriormente que estas modificaciones pudieron ser llevadas
a cabo por Sila o por Julio César éste último durante su reorganización del Comitium,
posteriormente vendrían las modificaciones realizadas por Augusto en el lugar. Pero,
básicamente, hay dos consagraciones: un santuario tradicional que fue arrasado y,
posteriormente, enterrado bajo lápidas de mármol negro durante el transcurso del
siglo I a.C., dando así al lugar una segunda consagración.
El santuario original.
La versión original del yacimiento, excavado por primera vez en 1899, incluía una
plataforma sobre la cual se hallaba un altar de tufo (toba) “in antis” con un basamento
y un pequeño pedestal entre las aberturas; un cipo prismático con una inscripción
fragmentaria en latín arcaico, una de las inscripciones más antiguas que se conocen
junto a la Fíbula Praenestina – CIL I, 3 - (el texto de la fíbula, de mediados del siglo VII
a.C. está considerado el más antiguo en lengua latina -latín arcaico-, en 2011, tras los
análisis efectuados con microscopía electrónica y microsonda electrónica pasó a
datarse correctamente) y el Vaso de Duenos ( finales del siglo VII a.C.), la inscripción
del Lapis Niger –CIL I, 1 ILS 4913- está fechada a finales del siglo VI a.C. (ca. 510 a.C.).
Fíbula Praenestina
Vaso de Duenos
Inscripción de Duenos
Del altar no subsiste más que la base que pertenece a una estructura no identificada.
Delante del altar hay otros dos basamentos que podrían haber sido agregados por
separado del altar principal. El historiador Marco Verrio Flaco (cuyo trabajo se
conserva sólo en el epítome de Pompeyo Festo) contemporáneo de Augusto, describió
la estatua de un león descansando en cada base: “así como pueden verse hoy en día
custodiando las tumbas”. A veces se alude a esta estructura como el Volcanal ya que
este santuario se hallaba a 5 metros al sudeste del Lapis Niger y seguía existiendo en
tiempos de Augusto. También se añadió, en otro momento, una columna honorífica
que, posiblemente, tuviera una estatua en lo alto. Dionisio de Halicarnaso, de visita en
Roma en la época de Augusto, recuerda la presencia de una estatua de Rómulo en el
Volcanal junto a una inscripción en caracteres “griegos”, la cercanía de este lugar
descrito con respecto al Lapis Niger ha hecho pensar en una reconstrucción más tardía
de la inscripción y del antiguo santuario. Santuarios dedicados a los fundadores de la
ciudad existían también en otras zonas: en Lavinium existía una capilla dedicada a
Eneas deificado, y también las ciudades griegas tenían un “heroon” en el Ágora,
dedicados a los fundadores verdaderos o supuestos. Las excavaciones arqueológicas
(1899-1905) revelaron varias dedicatorias a partir de fragmentos de cerámica griega de
estilo corintio, estatuas y restos de sacrificios de animales alrededor del yacimiento en
una capa de grava deliberadamente colocada allí. Todos estos restos datan de un
periodo comprendido entre los siglos VII y V a.C.
La segunda etapa (siglo I a.C.), demolida para hacer espacio a un mayor desarrollo del
Foro, es un santuario mucho más simple. Un pavimento de mármol negro fue colocado
encima del lugar original, rodeándolo con un murete o parapeto formado por losas de
mármol blanco colocadas verticalmente, que evidenciaban restos de restauraciones. El
nuevo santuario quedaba afuera de los “Rostra”, la plataforma de los oradores
senatoriales; por debajo estaban los restos datables en el siglo VI a.C.
IV
La Inscripción
Una de las piezas fundamentales halladas en el santuario arcaico del Lapis Niger lo
constituye el cipo prismático que contiene la inscripción. Se trata de un cipo hecho de
toba con unas medidas de 47x52 cm. y una altura entre 45 y 61 cm. La inscripción de
este cipo tiene varias características interesantes, la tipografía se asemeja más al
alfabeto griego arcaico que a ningún alfabeto latino conocido, puesto que está
cronológicamente más cercano al préstamo original del alfabeto griego realizado a
través de las colonias griegas de Italia en la Magna Grecia como por ejemplo,
Cumae/Kyma. El alfabeto griego de Cumae fue adoptado por los etruscos y que pudo,
a su vez, ser adoptado por los romanos de la época bien directamente de los etruscos,
bien de las colonias griegas, siendo lo primero lo más probable. La forma de las letras
etrusco-latinas y la escritura bustrofedónica garantizan la gran antigüedad del
monumento, superior y quizá en mucho, al año 500 a.C.
Cipo del Lapis Niger
Transcripción.
En la arista entre el primer y el último lado hay un renglón más, en letras más
pequeñas, que dicen: LOIVQVIOODQO
LOVQVIOD QO(…)
I a1 quoiho
b 2-3 sakros:es/ed:sord…
II a 4-5 …iaias/recei:/o…
b 6-7 …evam/quos:re…
III a 8-9 …m:kalato/rem:ha…
b 10-11 …od:io:uxmen/takapia:dotau…
IV a 12 … m:i:te: r pe
b 13-14 …m:quoiha/velod:nequ…
c 15 …od:iovestod/
V ioiuquiodpo
sakros:es/ed:sord…
…(..)a(..)as/recei:ic (o io)
…evam/qvos:re…
…m:kalato/rem:hab (o ha/)
…tod:iouxmen/ta:kapia:duo:tavr…
m:iter(..)…
…m:qvoiha/velod:neqv…
…(.)od:iovestod/
loivqviodqo…
Los números romanos representan las cuatro caras del cipo más el borde, fragmentos
de cada cara están marcados con las letras (a,b,c), los números arábigos señalan líneas,
el signo (/) marca el final de una línea. En la lectura de Gordon la “v” de “duo” se lee
inscrita en el interior de la “o”.
quoi hoi (o hon) QUI HVNC (locum violaverit) quien viole este lugar
ed sorm (o sord) … …
…evam … …
…m (o n) quoi ha- … …
velod nequ… … …
Dumézil declinó interpretar las primeras siete líneas con la alegación de que la
inscripción estaba demasiado dañada, al tiempo que reconocía que era una
prohibición bajo amenaza. El intento de Dumézil (Dumézil, Georges 1958, pp. 109-111
y 1959, p. 102) se basa en la asunción de un paralelismo de algunos puntos del texto
fragmentario inscrito en el monumento y en un pasaje de De divinatione (II 36.77) de
Cicerón “Huic simile est, quod nos augures praecipimus, ne iuges auspicium obveniat,
ut iumenta iubeant diiungere”, en ese pasaje, Cicerón discutiendo las precauciones
adoptadas por los augures para evitar auspicios embarazosos, afirma “… a esto se
parece lo que los augures prescriben, para evitar la ocurrencia de los iuges auspicium,
que ellos ordenan liberar del yugo a los animales (que están uncidos)”. “Ellos” denota a
los calatores, esclavos públicos que los augures y otros sacerdotes tenían a su servicio,
y quienes, en el pasaje citado, ejecutan órdenes dirigidas a evitar que los profanos
cometiesen alguna infracción y, que por su acción inconsistente, dejasen sin efecto el
ritual sagrado (Suetonio, Grammatica 12; Servio ad Georgicas I 268; Macrobio
Saturnalia I 16, 9). Incluso aunque sea imposible conectar significativamente con el
resto del texto sería significativo de cómo, en la época de la monarquía romana, el
augurio se consideraba perteneciente al rey. Cicerón, en el mismo tratado, afirma “la
adivinación, así como la sabiduría, era considerada regia” (Cicerón De divinatione I 89).
Los iuges auspicium son definidos así por Pablo el Diácono (Paulus ex Festus s.v. iuges
auspicium p. 226 L2 nd) “Los iuges auspicium acontecen cuando un animal bajo el yugo
se hace excrementos” (iuges auspicium est cum iunctum iumentum stercus fecit).
Varrón al explicar el significado de la Via Sacra, afirma que los augures avanzan a lo
largo de esta vía después de dejar el “arx” usado para inaugurar “ex arce profecti
solent inaugurare” (Varrón, De Lingua latina V 47). Es obvio que mientras avanzaban
por la Via Sacra debían evitar encontrarse con un iuges auspicium. Como la Via Sacra
comienza en el Capitolio y se extiende a lo largo de todo el Foro, en el descenso desde
la colina al Foro el primer cruce con el que se encuentran, esto es, el primer lugar
donde el incidente en cuestión podía ocurrir, fue llamado Vicus Iugarius: Dumézil cree
que su nombre debe entenderse de acuerdo a la prescripción establecida sobre el
tema, de hecho el Comitium, donde se encuentra el Lapis Niger, está muy cerca, al
lado izquierdo de su cruce. Este hecho haría natural que el cipo con la inscripción se
colocara exactamente allí, como una advertencia a los peatones de lo que podía
ocurrir. En apoyo de tal interpretación de la inscripción del Lapis Niger, Dumézil
enfatiza la aparición de la palabra “RECEI” (caso dativo arcaico de “rex”). Las líneas 8-9
pueden leerse como: (el augur o el rex) (…iubet suu)m calatorem ha(ec calare), las
líneas 10-11 podrían ser (…iug)o (o) (…subiugi)o (o) (…iugari)o, iumenta capiat. Esto es:
“que él toma los animales uncidos de debajo del yugo” (con un prefijo de separación
ex o de antes del ablativo), la línea 12 podría, según esto, interpretarse como (… uti
augur/rex ad…)m iter pe(rficiat). Las líneas restantes podrían interpretarse de manera
similar desde el punto de vista de Dumézil: iustum y liquidum son términos técnicos
usados como auspicios cualificados, queriendo significar “regular, tomado
correctamente y favorables” (Dumézil afirma que un uso semejante está atestiguado
tres veces en Plauto). Más aún, la forma original del latín clásico “aluus” –abdomen- y
también –heces-, como se atestigua aún en Catón el Viejo, fue “aulos” que Max
Niedermann reconstruye como “au(e)los”. La “h” en quoi havelod denotaría un hiato
como en “ahen(e)us, “huhuic” (esto es bisílabo huic). Dumézil propone luego la
siguiente interpretación para las líneas 12-16: “…ne, descensa tuc iunctorum
iumentoru)m cui aluo, nequ(eatur –operación religiosa bajo maldición en el infinitivo
pasivo- auspici)o iusto líquido”. El hiato marcado por “h” en la línea 13 requeriría leer
la palabra antecedente como “quoii”, dativo de quoi: quoiei es el dativo antiguo del
pronombre relativo acentuado, pero no puede suponer que en el pronombre
indefinido enclítico el dativo podría haberse reducido pronto a quoii. La “e” en
“anelod” puede verse como una vocal irracional como en numerus de nom-zo: cf.
etrusco Avile. Por lo que se refiere a “loi(u)quod” puede ser una forma arcaica de un
tipo que puede citarse en otras ocasiones, como lucidus y Lucius, fluuidus y fluvius,
lividus y Livius. Michael Grant, en su obra Roman Forum (Grant, Michael 1974, p. 50)
escribe: “La inscripción que se encuentra debajo del mármol negro… claramente
representa un trozo de ley ritual…Las palabras iniciales son traducibles como una
advertencia de que un hombre que dañe, contamine o viole el lugar será maldito. Una
reconstrucción del texto la interpreta como refiriéndose a la mala fortuna que podría
causar si dos cabezas de ganado unidas bajo el yugo, pasaran al tiempo en que sueltan
excremento simultáneamente. La coincidencia sería un augurio peligroso”. Que la
inscripción pudiera contener algunas leyes de un periodo muy temprano es algo que
reconoce también Allen C. Johnson (Johnson, A. C., Coleman-Norton, P. R. & Bourne, F.
C. 1961, p. 5).
Figura de bronce de campesino con bueyes uncidos (Museo Nazionale Etrusco de Villa
Giulia, Roma) siglo V a.C.
CONCLUSIÓN
Lapis Niger
BIBLIOGRAFÍA
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