Año 12 / Nº 63

Junio / Julio 2020

B a r i l o c h e - P a t a g o n i a / D i s t r i b u c i ó n g r a t u i t a

Tomás Popritkin en ARTE Y OFICIO páginas 17 a 21

 ESPUMANTE
NIETO SENETINER,
Extra Brut
x750cc

ESPUMANTE AIMÉ ESPUMANTE EMILIA

RUCA MALEN, NIETO SENETINER,
Extra Brut Extra Brut
x750cc x750cc
Editorial
La revista del todo Sumario
Queridos amigos: Archivo Visual Patagónico Pág. 2

Bariloche, de aldea a ciudad turística

Este número sesenta y tres de Revista TODO
–con el cual compartiremos el tránsito entre el oto- Por Fernanda Guerra y Federico Silin
ño y el invierno– se abre con un reportaje realizado
por Fernanda Guerra a Federico Silin, quien refie- Salud, Ciencia y Conciencia Pág. 8
re –con palabras e imágenes– la transformación de
Aromas en el bosque patagónico
Bariloche de aldea a ciudad turística. Acto seguido
Sara Itkin nos invita a recrear en nosotros –y en nues- Por Sara Itkin
tros jardines– los aromas sanadores de los bosques
y Sebastián Carapezza comparte su charla con el El Fogón del Encuentro Pág. 11
grupo de investigadoras de CONICET y de distin-
tas Universidades Nacionales que llevan adelante el Chicos y Grandes en casa
proyecto “Chicos y Grandes en casa” con el objetivo Por Sebastián Carapezza
de “promover la comunicación, el aprendizaje y el
disfrute bajo un mismo techo en tiempos de cua- Arte y Oficio Pág. 17
rentena”. A continuación las fotografías de Tomás
Popritkin y las crónicas de Bárbara Korol nos llevan Tomás Popritkin
de paseo por el paisaje que nos rodea, nos con- San Carlos de Bariloche
tiene y nos espera y Luciano Arancibia Agüero nos
cuenta la historia del desaparecido Club Don Bosco. Páginas Patagónicas Pág. 22
Finalmente las propuestas para Todos los Chicos y
las recetas de Cholo Pereira e Irene Peralta comple- Crónicas cotidianas desde la Comarca Andina
tan esta nueva edición que deseamos los acompa- Por Bárbara Korol
ñe en este tiempo, en el que quedarnos en casa es
la mejor manera de cuidarnos y cuidar a los demás Hombres y Mujeres de mi Tierra Pág. 27
¡Hasta la próxima!
El equipo de Revista Todo Club Don Bosco
Por Luciano Arancibia Agüero

Staff Todos los Chicos Pág. 32

Dirección General: Roberto Juan Gilio Juegos, curiosidades
Dirección Editorial: Sebastián Di Silvestro
y cuentos para pensar…
Dirección Comercial: Irene Peralta
Escriben en este número: Fernanda Guerra, Sara Itkin,
En un lugar llamado corazón
Sebastián Carapezza, Raúl Catalá, Tomás Popritkin,
Bárbara Korol, Luciano Arancibia Agüero, Liset Lantigua
Por Liset Lantigua González
González, Cholo Pereira e Irene E. Peralta.
Colaboraron con este número: Tomás Popritkin, Bárbara Costumbres del Sabor y del Saber Pág. 36
Korol, Soledad Pérez, Laura Méndez, Federico Silin y Laura
Recetas para el reencuentro
García Rodríguez.
Ilustración: Martín Chirulo Por Cholo Pereira
Redacción y Corrección: Raúl Catalá
Producción Editorial: EDICIONES PATAGONIA ESCRITA
Tarta de polenta con champiñones sin tacc
Diagramación: DIDOT/diseño & diagramación Por Irene Enriqueta Peralta
Impresión: Arcángel Maggio / Lafayette 1695 (C1286AEC)
Buenos Aires - Argentina Cartas de Papel Pág. 39
Propietario de la Publicación: Quetrihué S.A.
Dirección: Luis Piedrabuena 5152 – Bariloche / Río Negro La Página de Chirulo
Registro de la propiedad intelectual Nº 57634478
2 Archivo Visual Patagónico

Bariloche, de aldea a ciudad turística

Federico Silin nos refiere la transición de colonia agrícola ganadera
a ciudad turística y los avatares del patrimonio arquitectónico a lo
largo de este proceso, caracterizado por las explosiones demográficas.
Por Fernanda Guerra

En el marco de la conmemoración del 118 fotografía histórica y su valor documental, lo cual lo

aniversario de San Carlos de Bariloche le pedi-
mos a Federico Silin –creador del Archivo Visual
Patagónico– que nos refiera los orígenes y alcances
de su proyecto y de la historia de nuestra localidad
documentada en las fotografías que recopila, digita-
liza, clasifica y socializa a través de internet.
Respecto al Archivo Visual Patagónico nos cuenta
que en un principio lo impulsó como proyecto per-
sonal, a fin de poner en valor las colecciones fotográ-
ficas y tomarlas como punto de partida para reflexio-
nar sobre la problemática urbana de Bariloche, desde
el estudio y el análisis de sus orígenes y evolución en
materia arquitectónica.
El objetivo inicial era volcarlo en una tesis pero
poco a poco su atención fue desviándose hacía la
llevó a desempeñarse en el Museo de la Patagonia e
integrar la Comisión de Preservación del Patrimonio
Histórico y otras instituciones, con el interés puesto
en la problemática cultural de la ciudad a través de
la fotografía. Si bien el AVP es un proyecto privado,
su objetivo es divulgar el material a través de las re-
des de acceso público. “Es un proyecto personal que
nació como forma de canalizar la información que
fui recopilando” explica Federico.
El puntapié para trabajar dentro del museo se lo
dio la colección de Emilio Frey, un antiguo poblador
que participó en la mayoría de los eventos institu-
cionales posteriores a la llamada “Conquista del de-
sierto” que establecieron las bases del Bariloche que
conocemos en la actualidad: la Comisión de Límites

Pioneros del Nahuel Huapi - Colonia Suiza Ca. 1920 - Colección Rothlisberger en AVP
 Archivo Visual Patagónico 3

Traslado de una vivienda sobre calle Rolando entre Moreno y Mitre Ca. 1927
Foto Pablo Mange (hijo) - Colección Mange en Archivo Visual Patagónico

capitaneada por el Perito Moreno, la Comisión de su visión transformadora y progresista en relación

Estudios Hidrológicos encabezada por el geólo-
go norteamericano Bailey Willis, la Comisión de
Fomento de Bariloche, el Club Andino Bariloche, del
cual fue fundador –junto a Otto Meiling, Juan Javier
Neumeyer y Reynaldo Knapp– y primer presiden-
te. Además Frey fue Intendente Municipal, Director
provisional del Parque Nacional del Sud, Intendente
del Parque Nacional Nahuel Huapi y jefe de la ofi-
cina de Tierras y Colonias, entre otros cargos que
desempeñó, siempre trabajando en favor de los in-
tereses republicanos con su singular capacidad y
a la región.
Federico se había acercado al museo para so-
licitar material para su tesis pero su vida comenzó
a cambiar a partir de ese momento. La tesis nun-
ca se concretó pero él terminó apasionándose con
la historia de nuestra ciudad documentada en las
imágenes históricas. Al consultarlo sobre los hitos
iniciales de los que dan cuenta las viejas fotografías
comienza mencionando el almacén de ramos gene-
rales de Carlos Wiederhold, que se convertiría en
la Compañía Comercial y Ganadera Chile-Argentina

Panorámica del actual Barrio Melipal desde Viviendas Repossini y Ezquerra en el B°Melipal
el Cerro Runge Ca. 1937 - Col. Albicker en AVP Ca. 1950 - Foto A. Vallmitjana -Col. Boock en AVP
4 Archivo Visual Patagónico
Esquiadores en el Cerro López Ca. 1940 - Foto Godofredo Kaltschmidt
Colección Familia Hartung en Archivo Visual Patagónico
la cual tras su quiebra pasaría a ser explotada en
Nahuel Huapi por Primo Capraro.
Si bien el móvil inicial de Capraro, junto a su socio
Federico Baratta, fue la búsqueda infructuosa de oro
dentro de los lotes pastoriles que el estado nacional
les había conferido en el marco de la Colonia Agrícola
y Pastoril del Nahuel Huapi en la zona del lago
Correntoso, pronto comenzó a ver en el bosque la
posibilidad de la explotación maderera. Inicialmente
Capraro estableció una relación estrecha con las es-
tancias alrededor del Nahuel Huapi o próximas a este
a las que comenzó vendiéndoles postes para alam-
brar cientos de miles de hectáreas, principalmente a
la firma de capitales británicos The Argentine Southern
Land Company Limited, la histórica “Compañía de
Hans Nobl y Antonio Tuco Lynch
en las pistas del Catedral Ca. 1937
Col. Ayerza Lynch en AVP
Tierras Sud Argentino Limitada” que alcanzó a tener
más de un millón de hectáreas en la patagonia de las
cuales 900.000 fueron adquiridas en la década de los
noventa por el italiano Luciano Benetton.
Al poco tiempo la firma de Primo Capraro se
transformó en una de las empresas constructoras
más importantes y prolíficas del gran lago, especia-
lizada en la construcción de cascos de estancias, vi-
viendas estandarizadas en madera y pintorescos e
imponentes chalets con inigualables vistas escéni-
cas al Nahuel Huapi. Esta empresa concretó el 80 %
de las construcciones realizadas en aquellos años a
lo largo y ancho de todo el territorio. Paralelamente
la firma de Capraro prestaba además un importan-
te servicio de vapores para traslado de pasajeros y
Elba Hageman, Evaristo Repossini y
Nelly Hageman de a caballo por la calle Mitre
Ca. 1937 - Col. González Candeago en AVP
 Archivo Visual Patagónico 5

Ketty, Elba y Nelly Hageman con Panorama del Cerro de la Ventana Ca. 1940
amistades Ca. 1936 - Foto E. Repossini Foto G. Kaltschmidt - Col. Kaltschmidt
Col. González Candeago en AVP en Archivo Visual Patagónico

carga de mercaderías que recorría todo el perilago
y contaba con servicios especiales a Puerto Blest,
Puerto Manzano, Correntoso e Isla Victoria, realizan-
do paradas en Puerto Bueno –Península San Pedro–,
Puerto Sabana –Península Huemul–, Puerto Tigre –al
pie del Cerro Millaqueo– y Península de Quetrihue.
Al analizar la historia de Bariloche, Federico se
centra en un cambio significativo que se dio a par-
tir del año 1934, dos años después del suicidio de
Primo Capraro acaecido en 1932, el cual produjo un
desmembramiento de sus propiedades y empresa
comercial –hasta ese tiempo monopólica– a raíz de
la sucesión familiar.
Aquel año de 1934 se crearon y entraron en ac-
ción la Dirección de Parques Nacionales y el Parque
Nacional Nahuel Huapi y llegó, luego de décadas
de estudios y obras, el Ferrocarril a San Carlos de
Bariloche, que inmediatamente empezó a convertir-
se en un importante centro turístico internacional.
Afirma Federico que “en 10 años la colonia agrícola
ganadera –cuyo aspecto e impronta eran los de un
poblado de pequeños y modestos edificios de ma-

Motonave Modesta Victoria partiendo de Puerto Pañuelo

Colección Marful en Archivo Visual Patagónico
6 Archivo Visual Patagónico
dera y tejuelas semejante a los del sur de Chile– se
transformó en una ciudad turística de aspecto eu-
ropeo, en la cual la piedra y el tronco conformaron
pilares de una transformación arquitectónica promo-
vida por el estado nacional a través de monumenta-
les obras públicas y privadas”. Quizá esto tiene que
ver con los procesos de cambio tan abruptos que
siguieron y que actualmente se reflejan en la imagen
contradictoria y hostil que proyecta la ciudad en rela-
ción a su entorno natural y al Parque Nacional, pero
sobre todo a su pasado cultural “chilenizado” el cual
se intentó negar, ocultar e incluso borrar.
Según comenta Federico Parques catapultó a
Bariloche “a ser lo que es hoy, una ciudad que de-
pende en un 80 % o más del turismo”. Sin embar-
go, con el tiempo la ciudad se fue desvirtuando, en
lo que respecta a esa concepción urbanística arqui-
tectónica concebida desde la Dirección de Parques
Nacionales, dando lugar a diversos exponentes del
modernismo internacional, como el Edificio Alfa en
la calle Villegas al 200, ejemplo de la arquitectura
racionalista; el Hotel Italia, primer edificio de altu-
ra y envergadura en la esquina de Mitre y Villegas;
o el Bariloche Center desarrollado por la Empresa
Cantegrill S.A. a fines de la década del 60 que irrum-
pe y desafía al paisaje con volúmenes, alturas y un di-
seño contrastante, en relación al conjunto edilicio del
Vista parcial de Bariloche desde el Cerro Runge Ca. 1943
Foto Godofredo Kaltschmidt - Colección Kramer en Archivo Visual Patagonico
Centro Cívico, hoy considerado una pieza iconográfi-
ca y fundamental del desarrollo urbano de la ciudad.
En aquella época de esplendor –entre mediados
de la década del 30 y mediados de la del 40– se hicie-
ron la mayor cantidad de obras. “Bariloche es un caso
particular porque en 10 años se desarrollaron una
cantidad de obras que catapultaron para siempre el
destino de la ciudad y después de 8 décadas esa in-
fraestructura continua siendo intensamente utiliza-
da, a pesar que desde hace varios años se encuentra
colapsada por falta de readecuación ante la creciente
demanda demográfica y el incremento exponencial
del turismo” afirma Federico. En esos años de obras
monumentales Bariloche era vista como un country
a puertas abiertas por esa elite gobernante, acos-
tumbrada a ir a esquiar a Suiza cuando ese destino
estaba de moda y era tomado como un modelo, no
solo idílico, sino asociado a un alto estándar de vida
y de consumo de bienes suntuosos.
Respecto a la variable demográfica Silin nos cuen-
ta que Bariloche tuvo momentos exponenciales de
crecimiento, uno en la década del 70 y otro luego de
la crisis del 2001, ambos sin estar preparada la ciudad
para soportar la llegada de tanta cantidad de perso-
nas de golpe, en busca de mejores oportunidades y
de calidad de vida: “las obras públicas importantes se
hicieron hasta los años 50, entre el 50 y el 70 no hubo
 Archivo Visual Patagónico 7

Panorama del casco urbano de Bariloche y el Centro Cívico Ca. 1950 - Colección Albicker en AVP

obra pública pero fue exponencial el crecimiento que

tuvo la ciudad en los 70 y esos 20 años sin obras hi-
cieron que Bariloche no estuviera a la altura para so-
portar esa oleada de nuevos habitantes”.
En relación al perfil de los habitantes que se es-
tablecieron a fines del siglo XIX y principios del XX
en la zona de Bariloche y en el perímetro del lago,
Federico comenta que eran europeos de diversos
orígenes, con notable mayoría de la comunidad
italiana, aunque también suizos y alemanes entre
otros, además de un 50 % de chilenos, un número
sin duda significativo para entender la conformación
socio-cultural e identitaria de aquellos pobladores y
las prácticas y oficios que llevaron adelante. Con la
Primera y Segunda Guerra Mundial fue notorio el
incremento de población europea y luego llegaron
los hijos de los inmigrantes.
Sobre el final de la charla Federico recuerda que
la cuadrícula de la ciudad de Bariloche era desde el
lago Nahuel Huapi hasta la calle Tiscornia: “de ahí
para arriba eran chacras y quintas, al Este y al Norte
estaban las estancias y al Oeste y Noroeste los lotes
pastoriles de 625 hectáreas cada uno de la Colonia
agrícola y pastoril del Nahuel Huapi. Lo que hoy co-
nocemos familiarmente como el Alto de Bariloche
no estaba urbanizado, había lotes grandes con po-
cas construcciones y esa fue precisamente una de las
zonas de mayor impacto demográfico en la década
del 70, década en la que comenzó a tomar forma la
ciudad tal como la conocemos hoy.
8 Salud, Ciencia y Conciencia
Aromas en el bosque patagónico
“Los aromas nos conectan con nuestras emociones y con
la memoria de la Vida en la región. Debemos asumir
el compromiso de hacerlos perdurar por siempre.”
Por Sara Itkin, Médica Generalista y Naturista
Chin Chin
En estos tiempos donde una partícula tan dimi-
nuta y a la vez tan poderosa como el Coronavirus
Covid 19 nos obligó a las personas de todo el Planeta
a una retirada al interior de nuestras guaridas, cabe
ejercer la memoria para valorar a los bosques nati-
vos de la patagonia como pulmones saludables de
la Ñuke Mapu. Vale volver a pasar por los sentidos
recordando los aromas, colores, texturas, figuras, lu-
ces y sombras que aparecían al estar dentro del bos-
que. Y es urgente la concientización del cuidado y
uso respetuoso de los recursos que allí encontramos.
Muchos de los árboles y arbustos que conforman
el área boscosa patagónica son reproducidos desde
semillas en viveros, y así podemos tener en nuestros
jardines un pedacito del bosque apostando a cuidar
la biodiversidad.
En la primavera y con un poco de viento reco-
noceremos al Chin chin por una exquisita fragancia
a vainilla, incluso hay quienes afirman que huele a
“vainilla con chocolate”. Es un árbol siempreverde
que puede alcanzar de 3 a 5 metros de altura. Sus
ramas grisáceas están cubiertas de hojas pequeñas,
de consistencia coriácea (dura); son alternas, simples,
redondeadas, de bordes enteros, lustrosas y de color
verde oscuro. Los brotes nacen cubiertos de vellos.
Sus flores, que aparecen habitualmente en el mes
de octubre, son pequeñas, de color amarillo, y se
disponen agrupadas por sobre las ramas, caracte-
rística que botánicamente se denomina inflorescen-
cia racimosa. El fruto es una baya esférica amarilla
que madura en verano tornándose rojiza o negruz-
ca. Es el chin chin nativo de la patagonia andina y
vive en lugares húmedos cerca de cursos de agua.
En Argentina crece en la zona boscosa de Neuquén,
Río Negro y Chubut. Las hojas del Chin chin, en in-
fusión, se usan para calmar la tos y aliviar dolores
reumáticos.
Habita el Hua Huan, también llamado Tepa, en
la zona más húmeda de la patagonia andina: al sur
de Neuquén, en Río Negro y parte de Chubut en la
Argentina y en Chile desde la provincia de Arauco
hasta la de Aisén de la VIII a la XI región. Su nombre
botánico es Laurelopsis philipianna, se trata de un
árbol de gran porte, nativo de estas tierras patagó-
nicas, que llega a medir 30 metros de altura. Posee
un tronco recto y cilíndrico, que puede alcanzar hasta
1 metro de diámetro. La corteza es lisa y las ramas
inferiores colgantes. Sus hojas aserradas, de forma
oblonga y textura coriácea, están dispuestas en ra-
millas opuestas. El aroma fresco y penetrante que
desprenden sus hojas es similar al del laurel euro-
peo, e incluso sus formas se asemejan, por lo que se
lo conoce como “laurel nativo”. Vale aclarar que en
Chile crece el Triwe, también llamado “laurel nativo”
en el hermano país. Podríamos decir que es un pa-
riente del Hua Huan ya que pertenecen a la misma
familia botánica. El agradable aroma de las hojas del
Hua Huan contrasta con el olor fétido que despide
su tronco, en ciertas ocasiones, cuando es atacado
por un hongo.
Entre los bosques de coihues puede envolvernos
un aroma exquisito y dulzón a vainilla que nos invita-
Chin Chin con frutos
 Salud, Ciencia y Conciencia 9
rá a descubrir cuál es la planta trepadora que libera
tan delicioso aroma: se trata del Voqui, planta nativa
que lleva por nombre botánico Cynanchum diemii. Se
trata de una enredadera de varios metros, con hojas
oblongas a lanceoladas –de margen curvado hacia
abajo– de 2 a 3 centímetros de largo. Sus flores ama-
rillas crecen en pequeños ramilletes abiertos como
las varillas de un paraguas, por eso botánicamente se
las nombra como inflorescencia umbeliforme.
En el bosque húmedo podemos encontrar al
Foye o Canelo nativo. Es el Foye un árbol sagrado
para el pueblo mapuche. Fue llamado canelo por
los conquistadores que llegaron a la zona centro Foye
sur de la actual República de Chile por encontrarlo
muy parecido al canelo de Ceilán. Su nombre cien-
tífico es Drimys winteri, drimis es un vocablo griego El tronco del Foye forma parte del kultrum –ins-
que hace referencia al sabor picante de sus hojas y trumento ceremonial mapuche– y del rewe, que es
un espacio sagrado de las y los machis. Tiene el
Foye un lugar destacado en la medicina tradicio-
nal mapuche: bebiendo la infusión de sus hojas o
decocción de la corteza alivia tos y catarros, tras-
tornos digestivos, dolores reumáticos y mejora la
salud en general por su gran aporte de vitamina
C. En forma externa –lavados, baños o cataplas-
mas– se emplea para curar diversas afecciones de
la piel –heridas, úlceras, verrugas, sarna, alergias–
y tratar dolores reumáticos y musculares producto
de torceduras.
Los aromas nos conectan con nuestras emo-
ciones y con la memoria de la Vida en la región.
Flor del Hua Huan Debemos asumir el compromiso de hacerlos perdu-
rar por siempre.

winteri en honor al cirujano naval Williams Winter

quien en 1579 al ver a los nativos del ahora Estrecho
de Magallanes beber la infusión del Foye decidió
dársela a su tripulación, la cual mejoró su salud ya
que el Foye –riquísimo en vitamina C– sanó a una
gran mayoría que padecía de escorbuto. Crece en
lugares húmedos de los bosques andino-patagó-
nicos a ambos lados de la cordillera. Es un árbol
de gran porte –llega a medir 20 metros de altura–
con copa siempreverde y compacta, sus hojas gran-
des, aovadas, siempre verdes, brillantes por la cara
superior y blanco azulosas por la cara inferior son
muy aromáticas. Las flores son blancas, pequeñas Flor de Foye
y agrupadas, lo que las hace bastante visibles. Los
frutos son bayas ovaladas de color claro con pintas
negras o negruzcas, crecen en grupos de hasta 8
sobre un pedúnculo en disposición estrellada. La
corteza se caracteriza por ser de color claro varian-
do del gris al canela, más o menos lisa, bastante
gruesa y muy blanda. Al romperla fluye bastante lí-
quido muy picante, usado antiguamente para com- Tel. 0294-4467398
batir el escorbuto, enfermedad producida por falta e-mail: sara_itkin@yahoo.com.ar
de vitamina C.
 El Fogón del Encuentro 11

A la vera del fogón:

Chicos y Grandes en casa
Por Sebastián Carapezza

Esta iniciativa de un grupo de investigadoras de CONICET y de distintas

Universidades Nacionales tiene como objetivo promover la comunicación,
el aprendizaje y el disfrute bajo un mismo techo en tiempos de cuarentena.

¿Cómo nace esta iniciativa? y diversas dimensiones de lo social en contextos re-

La iniciativa nació a los poquísimos días de la
declaración del Aislamiento Social, Preventivo y
Obligatorio a partir de unas primeras comunica-
ciones entre investigadoras de distintas institucio-
nes que compartieron sus inquietudes en torno al
“Quedate en casa”. ¿Cómo apoyar a que circulen
los tantísimos recursos que están, de una u otra
manera, en todas nuestras casas-mundo, estas ca-
sas aisladas pero a la vez interconectadas? ¿Cómo
recuperar o resignificar conocimientos, desde las
diversas disciplinas y recorridos de investigación
profesionales, para hacer más llevadero este pro-
ceso? Enseguida se fue tejiendo la trama y unas
colegas convocamos a otras. Como investigadoras
que desde hace años estudiamos el aprendizaje, el
desarrollo cognitivo, la enseñanza, la comunicación
gionales de Argentina, nos sentimos interpeladas a
trabajar para contribuir, aunque sea mínimamente,
a esta situación inédita que establece quiebres en
tantos aspectos de la vida y se ubica muy central-
mente en el ámbito del hogar.
Atendiendo a potenciales incomodidades, di-
ficultades, desajustes y frustraciones que pueden
surgir de compatibilizar en un mismo espacio: vida
familiar, tareas escolares, tareas domésticas, com-
promisos laborales –si se pudieron convertir a la
virtualidad– y angustias por la incertidumbre res-
pecto a cuándo y cómo se configurará una “nueva
normalidad” –entre otras– es que generamos este
espacio para proveer herramientas con las cuales
re pensar nuestras formas de relacionarnos en este
micro mundo que es cada casa, conectada con otras
casas-mundo, personas, instituciones –en redes de

Ilustración de Ham
12 El Fogón del Encuentro
sostén y apoyo– y también sometidos a diversas
formas de control.
Fue así que diseñamos una estrategia para lle-
gar a las casas con estos “micros comunicativos”
que abordan distintos “espacios de problema”, es
decir situaciones ocasionales o incluso frecuentes,
en las que las formas de resolver y de actuar no
resultan satisfactorias, pero en los que hay varias
alternativas de acción posibles. En el contexto de
aislamiento en casa, al no poder salir, los espacios
para despejarse, airearse, refrescar energías, están
menos disponibles.
Nuestra estrategia de acercamiento a las fami-
lias se realiza a partir de estas comunicaciones bre-
ves accesibles en distintos formatos: audios y videos
sencillos de entre 3 y 6 minutos de duración, y textos
ilustrados de 2 y 3 carillas. La propuesta apunta a
construir diálogos entre los conocimientos y desa-
rrollos científico-tecnológicos y los conocimientos y
prácticas que se implementan en los hogares. A par-
tir de esto, los canales de difusión que utilizamos son
Facebook, Instagram, una página web y afortunada-
mente ya están pasando los audios en 15 radios de
8 provincias, desde Jujuy a Santa Cruz y esperamos
sean muchas más.
¿Qué proponen con este trabajo comunicacional
colectivo?
Ilustración de Marlene Pohle
Esta propuesta ofrece herramientas simples para
movilizar esa renovación. A partir de eso, buscamos
identificar qué situaciones pueden estar dificultan-
do la comunicación y el aprendizaje en una casa con
niñes, en la que se registran menos salidas y entra-
das que lo habitual y circulan las preocupaciones de
estos tiempos; valiéndonos de conceptos científicos
relevantes y oportunos, buscamos desplegar cues-
tiones que pueden servir para visualizar los proble-
mas y, quizás, abordarlos con más recursos y toman-
do perspectiva.
Entre todas fuimos definiendo los temas, en fun-
ción de lo que cada una puede aportar desde su
propia trayectoria y también hemos estado atentas
y respondimos a demandas que nos han acercado. El
equipo está conformado por investigadoras en psi-
cología, sociología, antropología, historia, comuni-
cación, ciencias cognitivas, biología y educación, en
colaboración a su vez con profesionales e investiga-
dores en comunicación pública de la ciencia.
Entre los temas que abordamos, nos pregunta-
mos: ¿Qué nos pasa con el tiempo, con menos hora-
rios pautados, sin tantos lugares para llegar o cosas
para hacer a horario fijo? ¿Cómo podemos recrear el
espacio cotidiano que habitamos más horas que de
costumbre, o de las que desearíamos estar, para al-
bergar las diferentes necesidades y demandas? ¿Qué
relación tiene la propagación de un virus con la crea-
 El Fogón del Encuentro 13

Ilustración de Sofía Belén Biroccio

ción e implementación
de regulaciones y con
los derechos de las per-
sonas? ¿Qué caudal de
experiencias e interac-
ciones podemos movili-
zar al interior del espacio
físico y social delimitado
que es una casa? ¿Cuáles
y cómo son las activida-
des colaborativas en-
tre adultos y chicos en
el hogar? Ahora que se
está tanto en casa ¿cómo
funcionan los roles que
veníamos asumiendo?
Estas son algunas de
las aristas que se abor-
dan en los micros y se
trabajan como oportuni-
dad para recrear algunas
de las formas estableci-
das de estar, convivir, en-
contrarse, reconocerse y
aprender en y desde casa.
A diferencia de otras
propuestas que circulan
en redes o desde porta-
les varios, que apuntan al entretenimiento, a dar “tips” vés de whatsapp y de muchos documentos que nos
para pasar la cuarentena, nosotras no tratamos de co- compartimos por internet. Publicar cada comunica-
municar recetas o instrucciones para madres, padres, ción en tres formatos insume muchísima dedicación
tutores de niñes o docentes, sino que tratamos de de muchas personas, pero nos parece central para
movilizar formas personales y compartidas, alentan- habilitar diferentes vías de entrada, cada una parti-
do a la búsqueda tanto de los recursos propios como cularmente convocante o accesible para diferentes
de los colectivos para hacer frente a esta situación. grupos, personas y momentos.
En todo este proceso de tantos aprendizajes,
¿Cómo es el proceso de creación de cada micro? algo que ya sabíamos, pero ahora conocemos mejor,
es el valor del arte como forma de conocimiento y
El proceso de creación es muy colaborativo. En comunicación. Les trabajadores del arte, con sus ilus-
general hay una o dos responsables de cada guión y traciones y su voz en los relatos, con múltiples inter-
estos se comparten con las restantes compañeras que pelaciones para quienes escuchan, miran y leen los
van haciendo sugerencias y enriqueciendo los textos. micros, contribuyen notablemente a llegar a un pú-
Es bien interesante lo que se da en ese proceso, se blico que más que masivo, preferimos pensar como
trata de un trabajo artesanal y realmente interdisci- amplio, plural y diverso.
plinario donde cada una aporta el granito de arena En esta línea, sin desconocer todo el trabajo in-
desde su disciplina. Consensuado el guión, pasa a re- volucrado en cada micro, nos gusta pensarlos como
visión externa, siguiendo los “protocolos” que carac- regalos que fueron cuidadosamente preparados para
terizan a nuestras actividades. Una vez recibidas las ser ofrecidos a personas con experiencias, saberes y
revisiones, incorporamos las sugerencias y queda así necesidades muy diversas y no para un público de
la versión final para ser grabada. En paralelo, a partir consumidores.
de las primeras ideas en torno a cada guión, solicita-
mos a les artistas que diseñen alguna ilustración que ¿De qué manera lograron articular entre diferen-
pueda acompañar y enriquecer el mensaje. tes instituciones y universidades nacionales?
Nos organizamos muy bien pese a la distancia
y a las múltiples tareas que se conjugan ahora en La articulación fue relativamente fácil. La mayo-
el espacio hogareño. Estamos comunicadas a tra- ría de las instituciones dejó de lado procedimientos
14 El Fogón del Encuentro
administrativos que, si bien pueden contribuir al for-
talecimiento de mecanismos de consenso y control,
en estos tiempos de urgencia obstaculizarían en vez
de alentar, además de ser impracticables. Las insti-
tuciones están construidas por personas y muchas
de ellas en esta ocasión pusieron lo mejor de sí, para
habilitar iniciativas nuestras y de otres y ayudar a que
se concreten propuestas inéditas en contextos tam-
bién inéditos como el actual.
Afortunadamente, en esta trama que fuimos te-
jiendo, cada una fue gestionando los avales de las
instituciones en las que trabaja y en tres días muy
intensos estaba redactado el proyecto y ya contaba
con el respaldo de CONICET, 4 institutos y uno de los
centros universitarios.
¿Qué análisis hacen de esta convivencia forzada
por la cuarentena que obliga a las familias a es-
tar todo el tiempo bajo el mismo techo?
Justamente ese es uno de los focos de nuestras
comunicaciones. A nuestro entender, para el abor-
daje del COVID 19 es necesario distinguir dos fenó-
menos. Por una parte, los procesos asociados más
directamente al virus, para los cuales existen muchas
líneas de trabajo vinculadas a prevenir el contagio,
monitorear el avance del virus, etc. Otro fenómeno,
al que precisamente apunta la pregunta, es el aisla-
miento social que de forma repentina transformó la
cotidianeidad de los hogares en todos los grupos
sociales.
Ahora, en el contexto de aislamiento social, pre-
ventivo y obligatorio para mitigar la pandemia del
COVID-19, las “casas-mundo” –como denominamos
a los hogares con estos nuevos confines, cambian-
tes pero más ceñidos que antes– son el lugar donde
un porcentaje considerable de la población se en-
cuentra muchas horas, o desde donde realiza salidas
Ilustración de Florencia Rubini
Ilustración de Irene Aldazabal
muy acotadas, lo que actualmente es más marcado
aún en el caso de les niñes y les adultes mayores.
La convivencia en cuarentena abarca las actividades
habitualmente compartidas –comidas, descanso, en-
cuentros íntimos, ocio, cuidado y mantenimiento– y
también las que no se solían compartir en tiempos
normales.
Vivir y convivir en casa plantea entonces el desa-
fío inter-generacional de cómo hacer confluir tiem-
pos diversos, de construir nuevas formas de habitar
estas casas-mundo. En muchos casos se trata de en-
contrar formas de conjugar el tiempo doméstico y el
ocioso (con horarios y reglas que se negocian en la
familia) junto con el de estudio (si las instituciones
educativas proponen una agenda de trabajo) y el
productivo, para quienes mantienen formas de tra-
bajo desde sus hogares. Estos dos últimos –el tiem-
po de estudio y el de trabajo– serán más o menos
cronometrados y reglados, al responder también a
otras personas e instituciones.
Esa casa con nuevos confines es diferente de la
escuela y de los lugares de trabajo y esparcimiento
que se frecuentaban hasta hace dos meses. Y tam-
bién es diferente de la casa más abierta, a la que
se entra y de la que se sale, a distintos horarios y
con diferentes propósitos, en la vida cotidiana en
tiempos “normales”. Estos notables cambios, que
afectan todos los ámbitos de la vida, interpelan
a armar y rearmar nuevas formas de convivencia.
En “Chicos y grandes en casa” planteamos que di-
chos cambios pueden ser también una oportuni-
dad para recrear algunas de las formas establecidas
de estar, convivir, encontrarse y reconocerse con
otres en el hogar.
En la convivencia en-casa-con-nuevos-confines
van surgiendo muchas cuestiones que movilizan, de-
safían y también preocupan. Son justamente estas
cuestiones las que conforman “espacios de proble-
 El Fogón del Encuentro 15
ma”. A partir de los conocimientos de la vida y de para aportar a la construcción de aprendizajes en
aquellos que nos aportan las ciencias sociales, sabe- los demás, pero que a su vez resignifican nuestra
mos que “ponerse en marcha” en relación a un es- vida cotidiana y nuestro trabajo. En ese marco, las
pacio de problema resulta más fácil cuando se com- experiencias cotidianas, los ritmos de nuestra casa,
prende que las formas típicas de resolver las distintas sus voces, sus relaciones y conflictos, se constituyen
situaciones pueden no funcionar en un contexto de como espacios de experiencia y también como cam-
excepción, cuando se toma confianza en las propias pos de reflexión, intervención y análisis.
experiencias de vida en sociedad y en la posibilidad
de imaginar posibilidades, cuando se tiene en cuen- ¿Cómo se conjugan, evitando las tensiones, los
ta a las otras personas en casa –muy especialmente diversos tiempos y ritmos de cada persona bajo
les niñes– y también cuando se exploran nuevas es- el mismo techo?
trategias con las que sea posible sentirse cómodos
y a gusto. La heterogeneidad de los lugares que habita-
mos y de los grupos humanos de los que forma-
La mayoría de las integrantes son mujeres. ¿Por mos parte, hace imposible responder de una única
qué? ¿Cómo viven en la cotidianeidad las transfor- manera a este interrogante. El tamaño de nuestra
maciones de sus casas durante este aislamiento? casa, la posibilidad o no de tener en ella espacios
de intimidad, la cantidad de miembros del grupo
Sin duda no es casual. En el equipo de trabajo familiar que comparten ese techo, la distribución
no todas somos madres, sin embargo es claro que de roles, el acceso o no acceso a internet y el po-
nuestra identidad de género la llevamos a la profe- seer o no un dispositivo que nos permite estar co-
sión, y como investigadoras mujeres nos decidimos a nectados, entre otros factores, determinan los ma-
tomar la cuestión de la casa, un espacio micro social tices al momento de pensar acuerdos, consensos
en el que resuenan y se plasman,
de formas que se extienden desde
lo reproductivo o lo creativo, todos
los órdenes de lo social.
Por supuesto hubiésemos podi-
do convocar a investigadores hom-
bres, pero simplemente no sucedió.
Colaboran algunos hombres con
muchísima dedicación y entusias-
mo, en la edición audiovisual, en la
ilustración, la locución y la revisión
científica. Tal vez haya algo de habi-
tar de otra manera, como mujeres,
el lugar hegemónicamente otorga-
do: la casa, les niñes y su cuidado.
Es claro que decidimos hacernos
cargo, hacernos otras preguntas
y pensar otros mundos, en casa y
desde casa.
Escribir reflexiones y propuestas
vinculadas a lo que nosotras mis-
mas estamos viviendo se convierte
en una tarea tan grata como com-
pleja: por un lado, nos permite pen-
sar acerca de nuestros sentimientos
y acciones junto a otras personas
desde una casa momentáneamente
aislada y, por otro, nos brinda la po-
Ilustración de Ham

sibilidad –desde nuestra formación

profesional específica y nuestra tra-
yectoria en el campo de la inves-
tigación– de construir colaborati-
vamente propuestas y reflexiones
16 El Fogón del Encuentro
y tensiones. Creemos que un factor que influye al
interior de la casa, para procurar una convivencia
amorosa y armónica, es que quienes vivan en ella
encuentren momentos para dedicarse a cosas que
le producen placer y gozo: desde bailar y cantar
hasta leer o cocinar y tantas otras cosas que pue-
den hacerse dentro de nuestros hogares. En nues-
tro caso, hemos encontrado disfrute participando
de este proyecto, escribiendo a muchas manos,
intercambiando opiniones y tomando decisiones
de manera conjunta. Una vez más, hemos podido
constatar que aprender con y de otres es una ex-
periencia plena.
¿Qué objetivos generales se trazaron con este
proyecto a mediano plazo?
Nuestro objetivo general es lograr una pro-
puesta comunicativa integral que busca promo-
ver el aprendizaje, la comunicación, la salud y el
bienestar dentro de un universo plural, interge-
neracional y diverso –en relación a sus destinata-
rios– y en un contexto de aislamiento y pandemia.
Junto con esto quisiéramos lograr la mayor difu-
sión posible, llegar a hogares y escuelas de distin-
tos lugares del país.
En el corto plazo, uno de nuestros objetivos es
que la línea especialmente dirigida a educadores de
nivel inicial y primario, que pronto publicaremos,
tenga una buena recepción, que esos micros comu-
nicativos se transformen en una caja de herramien-
Ilustración de Pablo Bernasconi
tas que permitan repensar el pasaje del aula a las
casas-mundo, promoviendo el reconocimiento de la
diversidad y el protagonismo de todes y cada une
en el aprendizaje.
A mediano plazo, esperamos ampliar la llegada
a hogares emplazados en distintas regiones del te-
rritorio nacional, a través de múltiples canales: redes
sociales, radios, prensa y ojalá, televisión, ámbito en
el que se podrían emitir los micros en horarios diur-
nos, tal como sucede con tantas radios. A partir de la
implementación de actividades que apuntan a cons-
truir vías de interacción con quienes escuchan, mi-
ran y leen los micros, esperamos que esta iniciativa
sea no solo un material de consulta sino también un
espacio donde compartir perspectivas, experiencias,
inquietudes y producciones.
Nos gusta pensar que “Chicos y grandes en casa”
no sólo nos dio una mano para transitar este período
especial, impulsándonos a recrear nuestra forma de
trabajo y aprender en tantísimos aspectos, sino que
nos habilita nuevas formas de pensarnos a futuro en
la (acaso nueva) “normalidad”.
Equipo de trabajo: Astrid Bengtsson, María del
Carmen Borella, Lucía Bugallo, Verónica Coccoz,
Paola D’Adamo, Natalia Gorbarán, Mariana Loza-
da, Laura Marcela Méndez, Ana Pedrazzini, Sole-
dad Pérez, Verónica Rapela, Analía Salsa, Ismael
Santini, Nora Scheuer, Alma Tozzini y Ana Clara
Ventura.
 Arte y Oficio 17

Tomás Popritkin
San Carlos de Bariloche

Nací en San Carlos de Bariloche, tengo 27 años y hace más de 10 que me dedico
a la fotografía. Con la práctica y el paso del tiempo termine entendiendo que una
de las claves de este arte es conectar con lo que te hace feliz como persona, lo que
te llena y te inspira. A partir de esa comprensión mi carrera como fotógrafo dio un
giro rotundo y mi trabajo se empezó a convertir en un estilo de vida. Hoy por hoy
además de hacer fotos de paisajes –fuente de inspiración que me ha hecho amar
la fotografía– también realizo fotos publicitarias, comerciales y de arquitectura y
dicto talleres de fotografía destinados a quienes quieran capturar con su cámara
fotográfica los paisajes que nos rodean y también utilizarla como una herramienta
para expresar sentimientos e intenciones. Si quieren ver más imágenes de mi au-
toría o ponerse en contacto conmigo, por una propuesta laboral o para decorar sus
ambientes con imágenes de la patagonia, pueden hacerlo a través de Facebook e
Instagram –@popritkinphoto– o entrando a www.popritkinphoto.com

Tomás Popritkin
18 Arte y Oficio
Arte y Oficio 19
20 Arte y Oficio
 Arte y Oficio 21

Contacto: popritkinphoto@hotmail.com
22 Páginas Patagónicas

Crónicas cotidianas desde

la Comarca Andina
Desde El Bolsón Bárbara Korol comparte algunas de sus crónicas
en las que testimonia su amor por la tierra y por la gente, un amor
que perdura y que resiste a la adversidad, la distancia y la muerte.
Por Bárbara Korol
Yuyitos pal’amor Escucho que mi hija se despierta. Y con ella co-
mienza una jornada de juegos y aventuras. La levan-
Las mañanas templadas derrochan energía en to de la cama con cosquillas y besos, y empezamos
la comarca del Paralelo 42°. El sol es tan intenso y a diseñar juntas, los planes para este día, en medio
el cielo tan claro que iluminan el espíritu. La ale- de abrazos y ropa que vuela por el aire. Hoy pode-
gría se expande por mis células y siento que la fe mos andar por los caminos y juntar florcitas y algu-
en lo quimérico de la existencia renace en mí. Me nas hierbas para hacer té, propongo. ¿Las plantitas
miro en el espejo. En mi pelo brillan algunos hi- tienen magia, como yo? Me pregunta con la encan-
los de plata que juegan con mi castaño natural. El tadora seriedad de sus cinco años. ¡¡Claro!! ¡Ellas
tiempo marca su ritmo en mi cuerpo y la madurez tienen poderes que nos ayudan a sanar esas cositas
se asoma por los poros de mi piel sin artificios de que nos duelen! Pero a veces, además hace falta ir
belleza. Miro hacia adentro y me encuentro como al doctor –le digo–. Ah… ¡son yuyitos pal’amor –me
siempre solitaria y sensible. Miro hacia afuera y la contesta– se los voy a mandar a la abuela así se
naturaleza me entrega toda la frescura de su es- cura pronto! La escucho y la ternura me envuelve
plendor donde lo verde del bosque se va fusionan- hasta cortarme la respiración. Me pregunto en si-
do con el color de mis ojos. Hoy todo me parece lencio cómo hice para engendrar una criatura tan
lindo y especial. extraordinaria y mi orgullo se expande hacia el in-

finito. Me sorprende su manera tan espontánea de
tomar las cosas complejas y darles un giro maravi-
lloso. No puedo evitar pensar en mi mamá que está
enferma y sufre, y se me nubla la mirada. A medida
que envejecemos nuestra esencia vital va perdien-
do fuerza y empieza a notarse el desgaste que pro-
duce el tiempo en nuestros huesos, en nuestro ser.
La llamo por teléfono todos los días como si eso
pudiera amortiguar su dolor, pero al escuchar su
voz entrecortada, esforzándose en cada frase, me
apena mi frugal intento para que me sienta cerca,
porque sé que me extraña, que necesita esa caricia
que la distancia no me permite darle. La juventud
está empezando a abandonarme también. No me
puedo hacer la distraída aunque mi discreto entu-
siasmo consiga disimularlo bastante.
Después del almuerzo, mi hija y yo, salimos
complacidas a pasear por la calle de tierra todavía
húmeda por el rocío primaveral, mirando y juntando
flores y hojas, eligiendo las más bonitas y lozanas,
algunas manzanillas que apagan la ansiedad, men-
tas aromáticas para digerir mejor lo que no enten-
demos, también sietevenas que es un antibiótico
prodigioso y pañil que es bueno para las heridas
internas y externas. Todas son muy saludables y ri-
quísimas. Mientras volvemos, ella me habla de su
cachorro fantasma que la acompaña a todos lados,
de la fantasía que esconde el bosque entre los ár-
boles, del delicioso té que va a tomar esta tarde…
Páginas Patagónicas 23
Su inocencia y su sencillez me cautivan. Escucharla,
verla, sentirla tan autentica y tan mía me emociona
a cada instante.
Llegamos a casa y las perras ladran y saltan con-
tentas y el gallo canta con algarabía. Ella, sonriente,
les muestra su ramito fresco. De a ratos me olvido
de la realidad tan difícil que vivimos los argentinos
y me parece estar dentro de una burbuja de mil to-
nalidades. Disfruto de estos instantes dichosos, y los
atrapo a través de las palabras. Me los guardo para
recordarlos cuando ella crezca o cuando una tristeza
me invada de repente. Mi hija está viviendo una in-
fancia preciosa poblada de diversiones y de sueños,
pero también de aprendizajes que la van a ayudar a
tener una visión profunda del mundo y a enfrentar
con entereza situaciones problemáticas. Yo también
comprendo muchas cosas de su mano chiquita y ca-
riñosa y le brindo lo mejor de mí: los valores trascen-
dentes para enriquecer su alma y este amor que es
el milagro más grande del universo.
Ponemos a secar las hierbas a la sombra y con
algunas flores preparo una tisana suave de manza-
nillas que las dos disfrutamos cómplices bajo el ce-
rezo, charlando de las cosas importantes de la vida.
Cuando sea grande yo voy a curar, pero a los anima-
les, me dice, y también voy a escribir historias como
vos, agrega convencida. Muero de risa, de emoción
y de esperanza, mientras disfruto de su dulce com-
pañía y terminamos el delicado té.
24 Páginas Patagónicas
Al final, el arco iris…
Afuera, por fin, llueve.
Salgo a caminar en esta siesta fresca de finales
del verano. Mis pies quedan grabados en el polvo
que se empieza a humedecer. Mi alma está a la in-
temperie. El aroma de los pinos y la fragancia que
se desprende de la madurez de las rosas mosquetas
matizan esta pena mansa que me envuelve. El viento
suspira sobre las hojas de los árboles. Los maitenes
y radales celebran estas leves gotas de lluvia que los
bendice. Los pájaros no se amedrentan y revolotean
inquietos buscando las semillas que se desprenden
de las flores que ya se marchitan. Una liebre asoma
de repente y me sorprende. A lo lejos se ve aún el
rastro de humo que dejó el incendio del día anterior.
Las altas llamas amenazaron esta parte del bosque, y
devastaron los coihues, ñires y otras viejas especies
nativas de la zona, que bajaban de un cerro cercano.
Algunas casas corrieron peligro. Estuvimos muchas
horas alertas, esperando que todo se calme, que las
brigadas de bomberos pudieran controlar el desas-
tre. La angustia y la impotencia ante la naturaleza
arrasada marcaron nuestros ojos tanto como el calor
de estos meses de aridez secaron los suelos. El habi-
tual silencio de estos espacios naturales se rompió
con el ruido estridente de los helicópteros hidrantes
que circulaban entre el Rio Azul en busca de agua
y los arbustos ardientes en los que esparcieron el
contenido de sus bolsas enormes regando la vege-
tación encendida. Las plantaciones de frambuesas se
libraron milagrosamente de ser quemadas. Las len-
guas llameantes bordearon los frutales y siguieron
por los senderos teñidos del verdor de los cipreses.
Hoy pueden vislumbrarse los fúnebres palos negros
que registran el implacable paso del fuego.
Un sentimiento de pérdida me embarga. El agua
que gotea suavemente del cielo serena el ambiente
y también mi corazón. Los manchones grises que
quedaron en la montaña lastiman mi mirada hasta
arrancarle unas lágrimas amargas. Siento un vacío
enorme. No puedo evitar pensar en los seres que
amo y en nuestro constante desencuentro, en esas
ausencias que hieren como las brasas que no quieren
apagarse. Creo en el amor por la tierra y por la gente,
un amor que perdura, y que resiste a la adversidad,
a la distancia y a la muerte. Esta dulce llovizna va
mitigando mis nostalgias y mojando mi piel. Vuelvo
despacio por el camino, desandando mis sutiles hue-
llas y mis dolientes visiones.
A la distancia se dibuja tímidamente un arco iris.
La esperanza siempre retorna para llenar el día de
colores. Pronto el paisaje se salpicará de amarillo y
el otoño nos abrirá promesas de frio y humedad.
Llego a la templanza de mi hogar donde me siento
protegida de los avatares de la vida. Dejo que mis
pensamientos escurran el desamparo de la hoguera
y el olvido, mientras comienzo a preparar la merien-
da de mi pequeña hija. Ella pinta los unicornios y las
hadas mágicas de un libro y me regala una sonrisa.
Un tierno bienestar me rodea nuevamente. Toda la
tristeza pasa… gracias a Dios, pasa… y abrazo a mi
chiquita llena de ilusión.
Pura alquimia
Abro las ventanas de mi casa. El día gris me sor-
prende. Los veranos cordilleranos son radiantes y se-
cos, y percibir el cielo cubierto de nubes da esperanza
de aromas a tierra mojada y aires llenos de frescura. Es
una jornada ideal para trabajar con las hierbas y flo-
res que fui juntando por los caminos y por el bosque.
Me pongo un pañuelo en la cabeza para sujetar mi
castaño y rebelde cabello y me ciño un viejo delantal
a rayas para evitar alguna mancha atrevida. Mientras
preparo frascos y ollas, voy trazando estrategias para
elaborar algunos ungüentos y tónicos para comple-
tar el botiquín natural, imprescindible en mi hogar.
Selecciono los mejores tallos amarillos floridos de hi-
pericum y voy midiendo las proporciones adecuadas
de aceite y cera de abeja. La pomada es buena para
heridas y quemaduras y es un antiinflamatorio pro-
digioso. De la huerta busco también hojas de salvia.
Escojo las más bonitas y verdes. Con ellas voy a hacer
una tintura que ayuda a bajar la fiebre y que además
es antibacteriana y digestiva. De acuerdo a su elabo-

ración las plantas van variando sus usos y beneficios.
Me gusta descubrir ese sutil milagro que se esconde
en cada esencia vegetal. La naturaleza tiene alma, y
su encanto tiende a conquistar los rincones más pro-
fundos de mi vida. A medida que me concentro en
las delicadas preparaciones, me invaden sensaciones
complejas y raras. Me sumerjo en mi universo inte-
rior poblado de emociones y de sueños remotos. Es
tan lindo sentir cómo los sentimientos se transfor-
man con el tiempo, cómo se renuevan con cada ex-
periencia, se fortalecen y se agigantan. Pero también
es triste percibir cómo algunos cariños se desgastan
y se desvanecen, cómo las diferencias levantan mu-
ros que son como montañas enormes y hostiles. Y yo
sigo, frágil y pequeña, buscando la grieta por donde
mi ternura pueda pasar. A veces me imagino que el
amor es como el Rio Azul que transcurre por los ce-
rros y el valle y va modificando la geografía, abriendo
nuevos brazos, cambiando levemente su curso por el
capricho de su ímpetu. Por momentos se torna pe-
ligroso y arrebatado, y de a tramos parece sereno y
confiable, con sus piedritas en el fondo que incomo-
dan al andar. Te invita a entregarte a sus traslucidas
caricias. Pero siempre implica un reto, una zona de
riesgo donde la vida está constantemente en juego.
Las fragancias de las aromáticas recién cortadas
me traen a la realidad nuevamente. Hay muchas co-
sas que nos ayudan a sanar los pedazos de historia
que nos duelen. Es necesario aprender a descubrir-
Páginas Patagónicas 25
los en una hoja, una flor o una sonrisa. Mis prepara-
ciones salieron perfectas. Tengo remedios naturales
para salir de esos imprevistos que sorprenden en el
momento menos esperado. Etiqueto cada recipiente
y lo acomodo en la alacena con orgullo de alquimista
principiante. Pongo la pava para tomar unos mates.
Afuera, la mañana quiere deshacerse de su monoto-
nía plomiza y se despereza iluminada por unos tími-
dos rayos de sol. Un recuerdo me da ganas de llorar.
Dejo que las lágrimas liberen su destino y después
me animo a sonreír encendida de ansias de vivir.
¿Y si no te vuelvo a ver?
La siesta en el bosque está deliciosa. Este sol de
otoño todavía tiene resabios intensos. Bajo una som-
brilla colorida, mi hija entusiasmada hace figuras de
arcilla, mientras yo paso el rastrillo por el camino que
está cubierto de follaje. El aislamiento por la pan-
demia no me afecta tanto. Estoy acostumbrada a la
soledad. Mi marido va a trabajar solo lo necesario. El
servicio técnico es importante si hay que reparar un
lavarropas o una heladera durante una crisis sanitaria.
Además un par de veces por semana va a hacer las
compras y después se dedica a tareas domésticas. En
casa siempre hay mucho para hacer: juntar leña para
la época de más frio, hacer la puerta para la gale-
ría, terminar de revocar las paredes. No puedo evitar
sentir temor de que este virus perturbe nuestra dicha
26 Páginas Patagónicas

cotidiana. Cada día, las noticias declaran el avance de
la enfermedad en el país, los casos que aumentan, el
número de muertos, los esfuerzos del gobierno por
controlar la situación y contener a los sectores más
perjudicados. Todos sabemos que la cuarentena se va
a prolongar. Esto va a dejar secuelas y vacíos. Pienso
en mis amores lejanos… en sus días de encierro, en
sus inquietudes, en sus íntimas sensaciones.
Una sombra de tristeza asoma en el verdor de
mis ojos…
¿Y si no te vuelvo a ver?
Un leve desasosiego me anuda el alma. Me gus-
taría abrazarte, reírme con vos o secarte las lágrimas.
Quisiera que charlemos, explicarte esas cosas de mí que
no llegás a comprender, preguntarte sobre tus desvelos
y alegrías; volver a verme reflejada en tu mirada, acari-
ciarte la cara, tomarte las manos, decirte que te quiero
como siempre. No sé si lo sabés, pero en mi cosmos in-
finito, sos la esperanza que late en la luz de una estrella,
una pieza fundamental del rompecabezas misterioso
de mi vida, parte de mi historia, de mi identidad, de mi
esencia arraigada a lo natural y a lo divino. Y si, por esas
cosas de la vida o la pandemia, no te vuelvo a ver, quie-
ro que tengas en claro que estás en mi corazón, que te
he llevado en mi sonrisa y en el brillo de cada emoción
que la distancia no me permitió compartir, que el amor
es mágico y milagroso y que resiste todos los avatares
y todos los virus, incluso los mortales.
La calidez de la tarde parece contradecir a los
enormes y hermosos álamos de hojas amarillas que
se distinguen a lo lejos. Las montañas envuelven el
valle con su manto de viejos cipreses y coihues, y de
otros árboles jóvenes que crecen vigorosos y subli-
mes. La naturaleza se renueva con cada estación del
año y nos regala un paisaje completamente diferente
y maravilloso. Los matices verdes y ocres llenan mi
mirada de impresiones sepias. Mi hija hace moris-
quetas y me muestra su obra de arte. Un gesto ena-
morado se desprende de mi boca simulando un beso
y me acerco para mimarla, riendo feliz.

Bárbara Korol nació en Santa Fe en 1974. Se recibió de Periodista en el año 2000 en el Instituto Gastón
Gori de esa ciudad. Realizó micros radiales de temática cultural en LT 10 Radio Universidad del Litoral; fue
columnista en el Programa radial Música sin fronteras en la misma emisora y colaboró en Al lado del cami-
no en FM La Otra de Lago Puelo, Chubut. Desde 2019 publica relatos cotidianos y de ficción en el diario
El Litoral de Santa Fe y en la revista digital Letras y mates del Grupo de Escritores de Apóstoles. Reside en
El Bolsón, Rio Negro. Contacto: barbi-k@hotmail.com

Las fotografías que engalanan nuestras Páginas Patagónicas

son obra y gentileza de Tomás Popritkin
 Hombres y Mujeres de mi Tierra 27

Club Don Bosco

El club Don Bosco de Bariloche desarrolló sus actividades en dos etapas.
Entre fines de los años ‘50 y principios de los ‘60 patrocinado por los curas
salesianos y entre 1986 y 1997 dedicado a la actividad del fútbol infantil.
Por Luciano Arancibia Agüero*

El club de los curas salesianos
El crecimiento del oeste de Bariloche se vio
dinamizado a partir de la construcción del hotel
Llao Llao entre 1936 y 1940 por obra de Parques
Nacionales. Simultáneamente Vialidad Nacional
llevó adelante el asfaltado de los 25 kilómetros
de la Avenida Bustillo que conectan el centro de
Bariloche con la zona del hotel. Los principales
asentamientos a lo largo de este tramo se encon-
traban en Puerto Moreno –km 10– y en la entra-
da a la Península de San Pedro –km 20–. En este
último sector se emplazaron la escuela primaria
Nº48 en 1921 y el colegio Cardenal Cagliero en
1945. En torno a estas instituciones se desarro-
lló el poblamiento más cercano al Llao Llao, con
gran empuje a partir de los años sesenta. Así
nació el barrio Villa Don Bosco, por la actividad
hotelera en este sector alejado del centro de la
ciudad, muchos de cuyos pobladores eran em-
pleados que trabajaban en los hospedajes turís-
ticos de la zona.
Los orígenes del Club Social y Deportivo Ex
Alumnos de Don Bosco se remontan a las acti-
vidades del colegio Cardenal Cagliero. Dicha ins-
titución, dirigida por la congregación salesiana,
funcionaba como internado para niños y jóvenes
varones. Hacia mediados de los años cincuenta,
un grupo de egresados de la institución educativa,
acompañados por curas, se encargó de organizar
un equipo de fútbol para los jóvenes del barrio. El
impulso dado a este deporte estaba ligado al in-
terés de dar continuidad a la formación en valores
cristianos inculcada en el colegio a los pupilos. La

Alumnos del Colegio Cardenal Cagliero Ca. 1959 - Col. Fenoglio en Archivo Visual Patagónico
28 Hombres y Mujeres de mi Tierra
Categoría 1976 del Club Don Bosco
Estadio Municipal- Foto Familia Oyarzo
organización llegó a contar con cerca de treinta
miembros, en su mayoría vecinos de la población
aledaña que se reunían en un pequeño local ubi-
cado a metros del Cardenal Cagliero. Uno de los
primeros dirigentes de Don Bosco fue el reconoci-
do periodista José Antonio Jalil. Los colores repre-
sentativos del equipo eran el azul y el rojo, debido
al fanatismo que el padre Enrique Miche tenía por
el club San Lorenzo de Almagro.
La actividad deportiva se concentraba en un
predio ubicado frente al colegio, también pro-
piedad de los salesianos. Esta “canchita”, utili-
zada desde el inicio de los asentamientos en la
zona, constituyó uno de los primeros espacios
destinados a la práctica del fútbol en Bariloche.
Allí asistían otros equipos barriales o represen-
tativos de hoteles e instituciones que dinami-
zaron la actividad futbolística en el oeste, entre
otros “Bomberos Lago Moreno”, “Ex alumnos de
la Escuela Nº 48”, “River Plate de Colonia Suiza”
y el “Club Llao Llao”.
A pesar de las limitaciones que por aquel en-
tonces existían en el transporte entre el principal
núcleo urbano y las zonas más alejadas en el cami-
no a Llao Llao, el club Don Bosco participó en los
certámenes barriales que fueron el antecedente
de lo que después se conoció como “fútbol libre”,
entre ellos los torneos organizados entre 1959 y
1973 por el padre Juan Carlos Videla en el cas-
co urbano de la ciudad, que congregaban masi-
vamente a niños y jóvenes los días domingo y en
los que la asistencia a misa era una condición obli-
gatoria. Las actividades del club presidido por los
curas salesianos se desarrollaron hasta principios
de los años setenta, cuando los religiosos deci-
dieron mudarse al centro de Bariloche después de
la construcción del colegio Don Bosco en 1967.
Luego de ello, el antiguo establecimiento fue uti-
lizado como casa de retiro y, más adelante, como
hospedaje turístico.
Categorías 1977 y 1978 del Club Don Bosco
Cancha del Barrio Lera- Foto Familia Oyarzo
Refundación y auge de Don Bosco
En 1988 se creó la Junta Vecinal del barrio Villa
Don Bosco para atender las necesidades particulares
de la población ubicada entre los kilómetros 19 y 21
de Bustillo, que hasta ese entonces había permane-
cido bajo la órbita de la Junta Vecinal Llao Llao. La
organización comunitaria resultó necesaria a medi-
da que se tornaba acuciante la ausencia de servicios
públicos para una población en crecimiento.
En la segunda mitad de los años ochenta tam-
bién tuvo lugar el resurgimiento del club Don
Bosco, por iniciativa de un grupo de vecinos que
formaron un equipo de fútbol con niños de los ba-
rrios cercanos para favorecer su integración social.
Si bien los objetivos eran diferentes, se buscaba
reavivar las actividades deportivas que habían sido
impulsadas por los salesianos en las décadas del
cincuenta y sesenta. El punto de encuentro era,
una vez más, la “canchita” ubicada frente al ex co-
legio Cardenal Cagliero.
La organización contó con el apoyo de nume-
rosas familias afincadas entre los kilómetros 18 y
23 de Bustillo y el 6 de septiembre de 1986 fue
fundado el Club Social y Deportivo Don Bosco que
obtuvo su personería jurídica ocho meses después.
El primer presidente de la institución fue José Luis
Betanzo, quien estuvo acompañado en la comi-
sión directiva por Sebastián Roberto Vidal, Jaime
Marauro, “Nano” Oyarzo, Gustavo Oyarzo, Claudio
Ascencio, Milton Criado, Sergio Balmaceda,
Hermenegildo Cáceres, José Jara, Héctor Oyarzún
y Juan Martín Oyarzo. Al momento de la fundación
se planteó el objetivo de dar fomento a activida-
des sociales, deportivas y culturales. En la práctica,
el club se dedicó sustancialmente al fútbol infantil
y se decidió que los niños no abonasen cuota so-
cial. Al no tener una sede, las reuniones de la comi-
sión se realizaban en la vivienda de “Nano” Oyarzo,
uno de los principales dirigentes de Don Bosco.

Categoría 1978 del Club Don Bosco
Gimnasio Escuela Nº 16 - Foto Familia Oyarzo
La zona contaba con otras dos instituciones
que llevaban varias décadas dedicadas a la práctica
del fútbol: el club Colonia Suiza y el club Llao Llao.
Sin embargo, ambas entidades tenían vaivenes en
la conformación de categorías infantiles, priorizan-
do el fútbol para mayores o la actividad de otros
deportes. De esta manera, Don Bosco se convirtió
en un receptáculo para los niños del “lejano oes-
te”, en su mayoría estudiantes de la escuela Nº48.
Paralelamente el club fue uno de los fundado-
res –en 1987– de la Asociación de Fútbol Infantil
Bariloche (AFIB) –reconocida por la AFA– y creada
por las entidades de la ciudad que contaban con
equipos infantiles, para organizar campeonatos y
motivar la inclusión social a través del deporte.
Si bien los curas ya no tenían presencia efectiva
apoyaron las actividades del club, cedieron a prés-
tamo el terreno ubicado frente al antiguo inter-
nado, realizaron donaciones de camisetas y con-
tribuyeron con los insumos para el sembrado de
Colegio Cardenal Cagliero año 2020
Foto Luciano Arancibia Agüero
Hombres y Mujeres de mi Tierra 29
la “canchita” que se realizó en ocasión del Primer
Torneo Internacional de Fútbol Infantil organizado
por la AFIB en 1989. Allí participaron equipos de
Santa Fe, Córdoba, Bahía Blanca, Chile y combina-
dos locales. El campo de juego de Don Bosco fue
una de las sedes del certamen, junto con la can-
cha de Estudiantes Unidos y el Estadio Municipal.
Posteriormente se realizaron otros torneos nacio-
nales e internacionales en la ciudad en los cuales
el club del oeste fue anfitrión.
A su vez, los equipos de Don Bosco realizaron
viajes fuera de la ciudad para disputar torneos en
otras localidades, lo cual era posible a través de las
redes que la AFIB tejía con instituciones similares
en el resto de la Argentina. La idea de dicha orga-
nización era traer equipos de otros lados a jugar
a Bariloche y a la vez que los niños de los barrios
pudieran conocer otros puntos del país. Fue así
como los combinados de Don Bosco jugaron par-
tidos en las provincias de Buenos Aires, Córdoba,
Santa Fe, Entre Ríos, Neuquén, Chubut, el Valle de
Río Negro, e incluso el sur de Chile.
A fines de los años ochenta, el desarrollo ins-
titucional y los viajes podían concretarse gracias
a las actividades que el club organizaba para re-
caudar fondos: rifas, ventas de empanadas, bai-
les, ramadas, domas y jineteadas en el predio de
la cancha y el buffet en los días de partido. Todo
ello era posible con el trabajo que realizaba la diri-
gencia en conjunto con vecinos agrupados en una
“Comisión de Padres”, la cual tenía una notable
participación de mujeres y el aporte de algunos
comerciantes.
Para los trasladados de los jugadores en los
primeros años contaron con la ayuda de la em-
presa “Quila Peñi” de la familia Criado dedicada
al transporte de turistas, que en temporada baja
prestaba sus colectivos para movilizar a los equi-
pos de Don Bosco hacia otros puntos de la ciudad
y a destinos regionales como San Martín, El Bolsón
y Villa La Angostura. En otras ocasiones alquilaban
vehículos o se trasladaban en la camioneta de don
Gavino Oyarzo.
A través de los lazos de solidaridad generados
el club pudo hacer frente a los efectos de la cri-
sis hiperinflacionaria que azotó a la Argentina en
1989, efectos que impactaron sobre el desarrollo
de las instituciones barriales que habían surgido
a partir del impulso de la apertura democrática
en 1983.
En esos primeros años la procedencia de los
jugadores era principalmente del área más alejada
de “los kilómetros” que incluía barrios muy hete-
rogéneos en cuanto a su composición social, por
ejemplo la zona aledaña al hotel Llao Llao y Parque
Villa Llanquihue, ubicado en el km 23 de Bustillo,
30 Hombres y Mujeres de mi Tierra
Categoría 1979 del Club Don Bosco
Velódromo - Foto Familia Oyarzo
loteo de los años cuarenta cuyo poblamiento en
muchos casos se dio a través de ocupaciones y con
condiciones habitacionales precarias. En medio de
esta diversidad Don Bosco favoreció la igualdad
en las relaciones sociales y su apertura institucio-
nal permitió que los sectores populares pudieran
visibilizarse en el espacio público, a la vez que la
entidad se constituyó en un ámbito de contención
para numerosos niños y jóvenes atravesados por
problemáticas sociales y familiares.
La “implosión” del club
Los años noventa estuvieron marcados por la
aplicación de políticas neoliberales en todo el país.
Dichas medidas derivaron en el crecimiento de los ni-
veles de pobreza y exclusión que afectaron a un por-
centaje importante de la población argentina. Estos
efectos, junto a la valorización del paradigma del in-
dividualismo, generaron la desarticulación de lazos
sociales. Las limitaciones a las organizaciones popu-
lares se vieron agravadas en Bariloche por los proce-
sos de segregación desplegados en los barrios, como
resultado de la falta de planificación urbana que mar-
ginó a los sectores de bajos recursos, dando lugar a
grandes contrastes sociales dentro de la ciudad.
El neoliberalismo tuvo implicancias que reper-
cutieron negativamente en los clubes barriales. El
menemismo dio lugar a una lógica mercantil que
comenzó a regir el financiamiento del deporte de
la mano de una reducción del gasto público. En
este sentido, la responsabilidad quedó en manos
del sector empresarial y de la propia sociedad ci-
vil, a la vez que la temática del “deporte social”
fue relegada en el ámbito de la política nacional.
Retomando la particularidad del club Don
Bosco, su época dorada en la segunda mitad de
los años ochenta llegó a su fin a comienzos de la
década siguiente. Por entonces surgieron diferen-
Categoría 1985 del Club Don Bosco
Foto Revista Posiciones
cias con el administrador del Cardenal Cagliero en
su nueva etapa como hospedaje turístico y el pleito
llevó a Don Bosco a abandonar el predio de la can-
cha. La dirigencia se vio obligada a buscar un nuevo
espacio para continuar con la práctica deportiva y
la institución obtuvo permiso para trasladarse a un
predio cercano propiedad de William Reynal, fun-
dador de Austral Líneas Aéreas. Era un campo inun-
dable en el cual el club proyectaba acondicionar la
cancha más grande de Bariloche, sin embargo, las
pretensiones de hacer algo más que un potrero se
vieron limitadas por la escasez de recursos.
Por otra parte, el club creó nuevas catego-
rías año a año y se fueron sumando jugadores,
primero provenientes de otros barrios del oeste
como Villa Don Orione, Pájaro Azul, Playa Bonita o
Virgen Misionera y luego de los barrios del casco
urbano. Como resultado la organización del club
se dividió en dos por motivos operativos y para
reducir gastos de transporte, conformándose un
equipo de trabajo en el centro que agrupaba a los
niños y jóvenes de la ciudad. Cabe destacar que
esta fue una época de gran actividad del fútbol
infantil local, impulsada desde 1994 por la Liga de
Fútbol Bariloche, que absorbió la organización de
la AFIB creando su Departamento Infanto-Juvenil.
El club también conformó una categoría de fút-
bol mayor que participó en los campeonatos de la
“Primera B” de LIFUBA. A diferencia de la “Primera
A” local la divisional “B” daba cierta posibilidad a los
clubes barriales, ya que los costos para participar
eran menores y no existía la condición excluyente
de contar con una cancha propia. Los partidos solían
jugarse en sedes fijas, principalmente las canchas de
Don Orione en el km 15 y en un potrero emplazado
en el predio de la Escuela Militar de Montaña en el
km 9. El paso del club por esta categoría a mediados
de los años noventa fue exitoso, logrando campeo-
natos que le permitieron representar a Bariloche en
un torneo norpatagónico. Sin embargo la dirigen-

cia rechazó el ascenso a “Primera A”, en más de una
ocasión, debido a los requerimientos que conllevaba
el abandono del amateurismo.
Sin embargo en esta etapa de importante cre-
cimiento deportivo el club comenzó a presentar
dificultades económicas e institucionales. A partir
del aumento en la cantidad de categorías –Don
Bosco llegó a contar con cerca de doscientos niños
y jóvenes– los gastos de funcionamiento eran cada
vez mayores. Sin el cobro de una cuota social y sin
la recaudación de entradas la entidad se sustenta-
ba con recursos aportados por los dirigentes. Esta
limitación dejó truncos algunos proyectos como la
conformación de categorías femeninas y el desa-
rrollo de otros deportes.
A contracorriente de las nuevas exigencias el
apoyo de los vecinos fue haciéndose menor. Por
diversos motivos, entre otros por desplazamientos
en busca de mejores condiciones laborales, algunos
dirigentes se alejaron de la institución, de manera
que, promediando la década, eran pocas las per-
sonas que mantenían la estructura de Don Bosco.
Desde su fundación, el club nunca había conta-
do con subsidios u otro tipo de aportes por parte
de los sucesivos gobiernos nacionales, provinciales
y municipales y en una época de crisis generaliza-
da tampoco pudo obtener el patrocinio de empre-
sas. Hacia 1997 la situación resultaba insostenible
para la comisión directiva y la entidad se disolvió.
Tribuna del estadio Walter Montero del Club Puerto Moreno
Hombres y Mujeres de mi Tierra 31
Un nuevo comienzo
Luego de la desaparición de Don Bosco las
categorías que habían sido conformadas se dis-
persaron. Muchos niños y jóvenes de la zona se
incorporaron al club Llao Llao –que comenzaba
a desarrollar con mayor fuerza sus categorías de
fútbol infanto-juvenil– y los jugadores más gran-
des continuaron disputando campeonatos “relám-
pago” repartidos en diversos equipos de la zona,
por fuera de la organización de la Liga de Fútbol
Bariloche. Esta situación duró hasta que algunos
equipos del oeste, que se reunían principalmente
en las canchas de Don Orione, decidieron aliarse
para armar un equipo que pudiera participar en
la liga local. Así fue como en 1999 –en gran me-
dida con la base de personas que habían formado
parte de Don Bosco– se reflotó la organización
del club Puerto Moreno del barrio Pájaro Azul,
que había sido fundado en 1975 y posteriormen-
te abandonado.
El autor quiere agradecer a Eduardo Martínez, Ma-
rauro y Gustavo Oyarzo, Roberto Vidal, José Jara,
Cristian Ascencio (padre e hijo), Gabriel Folix, Ariel
Reyes, Luis y Facundo Mansilla y Rocío Martínez.
*Profesor de Historia – UNCo/Conicet/IPEHCS
32 Todos los Chicos
¿Sabías que los cóndores
pueden estar más de un
mes sin comer?
Los cóndores andinos son una de las especies
en peligro de extinción, su hábitat abarca toda la
cordillera de los Andes, desde Tierra de Fuego has-
ta Venezuela. Estas inmensas aves escogen para sus
nidos cuevas grandes, en paredes rocosas verticales
protegidas del viento y la intemperie. Los ejempla-
res adultos pueden llegar a medir hasta 1,42 me-
tros de alto y la envergadura de sus alas alcanza los
3,30 metros, tamaño que los posiciona como las aves
más grandes de América del Sur y las segundas más
grandes del mundo detrás de los albatros. Estos im-
presionantes animales –considerados sagrados por
muchos pueblos originarios de Sudamérica– son
monógamos, es decir que tienen una sola pareja
durante toda su vida, solo si quedan “viudos” bus-
can una nueva. La incubación de sus huevos suele
durar unos 2 meses y es realizada por la hembra y el
macho, quienes también comparten la tarea de ali-
mentar a la cría hasta sus 9 meses, edad en la que se
lanza a volar. Los cóndores son omnívoros –al igual
que las gaviotas– y carroñeros, se alimentan de ani-
males muertos y en descomposición y también de
aquellos enfermos o moribundos. Para encontrar co-
mida son capaces de volar más de 200 kilómetros y
cuando finalmente atacan a su presa –o se acercan
a sus restos– comen hasta dejar solo huesos, ya que
por su método de caza es habitual que pase mucho
tiempo hasta que se alimenten nuevamente, al pun-
to de llegar a estar hasta cinco semanas sin comer.
Historia de las cosas muy ricas:
El Pochoclo
En algunos lugares de Argentina lo llaman po-
choclo y en otros pororó al igual que en Paraguay y
en Uruguay, aunque en Misiones –como en Brasil y
en Bolivia– le dicen pipoca; en Chile son cabritas, co-
tufas en Colombia y Venezuela, canguil en Ecuador,
poporopo en Guatemala, millo en Panamá, cancha
o canchita en Perú; en Cuba las denominan rositas
o rosetas mientras que en Costa Rica, El Salvador,
Honduras, Nicaragua y México se las conoce como
palomitas de maíz. Este alimento y su preparación son
netamente mesoamericanos y el origen de su elabo-
ración se remonta a miles de años atrás. Al llegar
a nuestro continente en 1492 Cristóbal Colon notó
que los aborígenes americanos hacían sombreros y
corpiños –con palomitas de maíz– que vendían a los
marineros; durante la época colonial los conquista-
dores encontraron restos de ellas en tumbas de más
de 1500 años de antigüedad y en 1948, en Nuevo
México, se hallaron –en cuevas de murciélagos– pa-
lomitas de maíz que databan del año 3600 a.C., aun-
que investigaciones posteriores establecieron que ya
se elaboraban 5000 años antes de la era cristiana. Se
sabe que en México, en las ciudades prehispánicas,
se vendían a granel como leguminosas y se las llama-
ban momochtli en idioma nahuatl. También en Perú
las culturas preincaicas las elaboraban desde antes
de la llegada de los españoles habiéndose encontra-
do “pochoclos” en tumbas de al menos 1000 años y
ollas para su elaboración –pertenecientes a la cultura
Mochica– que datan del año 300 d.C.

En un lugar llamado corazón
de Liset Lantigua González
A Tito Veloz le gusta ser quien es...
A veces Tito Veloz piensa en las cosas. ¿En qué
cosas? Pues en las cosas de la vida, y eso es com-
plicado.
A veces Tito Veloz piensa en ser otra persona, por
ejemplo, piensa en ser presidente y se ve dando un
discurso y recibiendo aplausos.
Otras veces se imagina que es el dueño de la
panadería y se ve sentado junto al horno en la ma-
ñana, recibiendo el olor delicioso del pan y el calor
de la leña.
A veces Tito piensa en ser el maestro del pueblo
y se ve rodeado de niños, enseñándoles cosas como
hacer música con una peinilla, o fabricar burbujas
cuadradas, o descubrir colores.
Muchas veces ha pensado en ser ingeniero de
los que construyen edificios y se ve con un casco y
unas botas horribles, no como las del gato con bo-
tas, dando órdenes a los obreros y revisando planos.
Pero lo que más le gusta a Tito es pensar que es
él, Tito Veloz, el periodiquero del pueblo. Y le gusta
por varias razones.
Porque es el primero en caminar todos los días
por las calles del pueblo.
Porque todo el mundo sabe su nombre y muchos
le dicen “Tito, amigo”, “Tito, amigo…” con cariño, y
eso lo hace sentirse importante.
Liset Lantigua González nació en Cuba en 1976. Desde 1997 reside en Ecuador. Es bibliotecaria y pro-
fesora de Literatura. Publicó más de 10 títulos entre ellos En un lugar llamado Corazón del que compar-
timos este pequeño fragmento.
Todos los Chicos 33
Porque se entera, antes que el resto, de cuanto
ocurre en el mundo.
Porque pasa todos los días, hasta diez veces, por
la casa de Cuqui.
Porque si fuera presidente no conocería a la
Cuqui.
Si fuera el dueño de la panadería tendría que
estar todo el día sudando junto al horno de pan, sin
ver a la Cuqui.
Si fuera el maestro tendría que enseñar muchas
cosas que a él no le gustan, como las fechas y los
números más grandes del mundo, esos que llevan
ceros y más ceros, y empezaría a ver ceros en los ojos
de la Cuqui y no capulíes o canicas, como ve ahora.
Y si fuera ingeniero de los que construyen edi-
ficios, estaría demasiado ocupado como para pen-
sar en la Cuqui, más bien tendría que hacer sumas
y restas y quién sabe si hasta llegaría a dar órdenes
en mala forma, así, con voz de ogro, a los albañiles.
Eso a Tito Veloz no le gusta.
Por eso prefiere ser él. Él y sus periódicos. Él y sus
ideas de no ser él, porque siempre termina encanta-
do de ser Tito Veloz, el periodiquero.
Porque con tantos presidentes y tantos panade-
ros y tantos maestros e ingenieros que tiene el mun-
do, la Cuqui se enamoró de él y solo de él.
Por eso.
34 Todos los Chicos
Un crucigrama para conocer
algunos Centros de Esquí de Argentina
Horizontales:
2– Está ubicado en la ladera sur del Cerro Krund​ a 26
km de la ciudad de Ushuaia en Tierra del Fuego. Su
nombre es el de una especie exótica de roedores
semiacuáticos.
3– Centro de esquí y snowboard ubicado a 13 km de Esquel,
Chubut. Cuenta con sectores para la práctica de esquí
alpino, un área para esquí de travesía y un snowpark.
6– Es uno de los centros más importantes de Argentina
y América. Se encuentra ubicado en el valle homóni-
mo al sur de la provincia de Mendoza en el depar-
tamento Malargüe.
8– Centro de esquí ubicado en la provincia del Neuquén
cerca de la localidad homónima. En la zona existen
extensos bosques de araucarias que hacen muy
atractivo su paisaje.
9– Ubicado cerca de la localidad de Mallín Ahogado a
25 km de El Bolsón, su nombre es el del cerro en el
que está emplazado. Sus pistas poseen 750 m de
desnivel esquiable.
5– Vallecitos / 6– Las Leñas / 7– Bayo / 8– Caviahue / 9– Perito Moreno
Solución: 1– Valdelen / 2(h)– Castor / 2(v)– Catedral / 3– La Hoya / 4– Chapelco /
Verticales:
1– A 4 km de Río Turbio, cerca de la frontera con Chile
en la provincia de Santa Cruz, se encuentra este
Centro de Deportes Invernales a cargo del Club
Andino Rio Turbio.
2– Se encuentra dentro del Parque Nacional Nahuel
Huapi a 19 km del centro de Bariloche. Es el centro
de esquí más desarrollado de Sudamérica.
4– Su nombre mapuche significa “agua de chapel”.
Ubicado a 19 km de San Martín de los Andes,
Neuquén, posee extraordinarias vistas del volcán
Lanín y del lago Lacar.
5– También conocido como “Valles del Plata” este cen-
tro de esquí y snowboard está ubicado a 80 km de
la ciudad de Mendoza al pie del Cordón del Plata a
3200 msnm.
7– Ubicado a 9 km de Villa La Angostura, Neuquén,
este centro de esquí lleva el nombre del cerro en el
que se encuentra. Cuenta con 24 pistas y 9 medios
de elevación.
36 Costumbres del Sabor y del Saber
Recetas para el reencuentro
Por Cholo Pereira
En medio de esta situación de aislamiento les propongo tres recetas para
celebrar el reencuentro con quienes estemos compartiendo o simplemente
con nosotros mismos: Locro, Humitas en chala y de postre Carrots Cake.
Locro
Para preparar el locro poné en remojo –durante
al menos 12 horas– 250 gr de maíz pisado y 150 gr
de porotos alubias, blanqueá en agua hirviendo 250
gr de mondongo bien limpio y cortado en tiras, se-
llá en una sartén aceitada 500 gr de pulpa de carne
vacuna en cubos, herví –hasta tiernizar– 4 patitas de
cerdo y 100 gr de cueritos de chancho en tiritas y
blanqueá 4 chorizos frescos. Una vez que tenés to-
dos los ingredientes procesados poné a hervir –en
una olla grande con abundante agua– el maíz y los
porotos remojados y a los 30 minutos de hervor –lo
ideal es 80° C “punto mijote”– agregá el mondon-
go, las patitas y la carne y cociná al menos una hora
más. Por otro lado salteá 2 cebollas grandes, 1 mo-
rrón verde y 1 rojo –todo cortado en brunoisse– junto
con 150 gr de panceta ahumada y un chorizo colo-
rado cortados a gusto. Una vez rehogados estos in-
gredientes agregalos a la olla junto con los chorizos
frescos blanqueados en rodajas gruesas, 700 gr de
zapallo y 500 gr de batata cortados en cubos gran-
des. Para la salsa que acompaña habitualmente el
locro freí 1 cebolla común y 1 de verdeo –picadas
finitas– en aceite neutro y una vez que ablanden re-
tiralas del fuego y poneles sal, pimentón, ají molido
y aceite de oliva. Serví el locro con su salsa aparte,
un buen vino tinto y pan casero.
Lo que necesitás para el Locro: 250 gr de maíz pi-
sado / 150 gr de porotos alubias / 500 gr de pulpa
de carne vacuna / 4 chorizos blancos / 250 gr de
mondongo / 100 gr de cuerito de chancho / 4 pati-
tas de cerdo / 150 gr de panceta ahumada / 1 cho-
rizo colorado / 3 cebollas / 1 morrón verde y 1 rojo
/ 700 gr de zapallo / 500 gr de batata / 1 cebolla de
verdeo / aceite de oliva / pimentón / ají molido / sal
Humita en chala
La Humita en chala es una comida tradicional de
Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Ecuador y Colombia, prin-
cipalmente en sus regiones andinas, aunque también es
tradicional para los pueblos guaraníes de nuestro no-
reste y de Paraguay. Consiste básicamente en una pasta
o masa de maíz aliñada, envuelta y finalmente cocida o
tostada en las propias hojas de chala de la mazorca de
maíz. Esta receta que te propongo tiene ingredientes
no habituales como el queso parmesano, espero que
te guste. Para preparar esta versión de Humita en chala
empezá por pelar 4 choclos –que deben tener sus cha-
las frescas– y blanqueá las chalas durante un minuto en
agua hirviendo, luego escurrilas y reservalas. Por otra
parte desgranás los 4 choclos, en una sartén profunda
ponés manteca y aceite de oliva generosamente, incor-
porás los granos de choclo, 1 cebolla grande, 1 de ver-
deo, 1 morrón rojo, 1 verde y varios dientes de ajo –todo
cortado en brunoisse–, salteás hasta que ablanden los
ingredientes, espolvoreás con un buen puñado de po-
lenta y agregás caldo de verduras hasta cubrir. Luego
cocinás hasta que esté la polenta –tiene que quedar
bien espesa–, retirás del fuego, le agregás abundante
queso parmesano rallado y dejás enfriar a temperatura
ambiente. Finalmente ponés 2 chalas en cruz, una por-
ción de humita en el centro, cerrás las chalas formando
paquetitos cuadrados, las atás con tiras de chala o con
piolín y las servís frías, tibias o bien calientes.
Lo que necesitás para la Humita en chala: 4 cho-
clos con sus chalas frescas / 1 morrón rojo y 1 verde
/ 1 cebolla grande / 1 cebolla de verdeo / queso par-
mesano / aceite de oliva / manteca / polenta / caldo
de verduras / ajo / sal
 Costumbres del Sabor y del Saber 37

Carrots Cake

Esta receta de la Carrots Cake me la paso la gran
María de los Ángeles Núñez –mi amiga Angie–, para
prepararla empezá por batir 4 huevos junto a 175 cc
de aceite de maíz o girasol y 250 gr de zanahorias
ralladas, a continuación agregás 300 gr de harina
0000 tamizada junto con 10 gr de polvo de hor-
near, 3 gr de bicarbonato de sodio, 2 gr de sal y 3
gr de canela en polvo. Luego le incorporás 250 gr
de azúcar –si te gusta podés agregarle jengibre en
polvo o rallado y/o cardamomo–y mezclás bien con
espátula o cuchara de madera con movimientos en-
volventes hasta obtener una masa homogénea bien
emulsionada. Para cocinarla precalentás el horno a
190º C, le agregás a la emulsión 50 gr de pasas de
uva negras y 50 gr de rubias previamente pasadas
por harina y 80 gr de nueces picadas y colocás la
preparación en un molde enmantecado y enhari-
nado, para finalmente hornear durante aproxima-
damente 40 minutos o hasta que el palillo o cuchillo
con el que pinches la torta salga seco. Para preparar
la cubierta –que en el caso del Carrots Cake es un
frosting de queso crema– tenés que batir 350 gr de
queso crema con 80 gr de azúcar hasta que esta se
disuelva, luego agregás la ralladura y el jugo de 1
naranja y llevás el batido a la heladera para que se
enfríe bien. Una vez fría la torta la cortás al medio,
la rellenás con el frosting y te reservás un poco para
cubrir por encima, finalmente espolvoreás la torta
con nueces picadas o enteras y si querés la decorás
con hilos de zanahorias caramelizados.
Lo que necesitás para el Carrots Cake: 300 gr de ha-
rina 0000 / 4 huevos / 250 gr de zanahorias ralladas /
330 gr de azúcar / 175 cc de aceite de maíz o girasol / 3
gr de canela en polvo / jengibre y cardamomo (opcio-
nal) / 10 gr de polvo de hornear / 3 gr de bicarbonato
/ 2 gr de sal / 50 gr de pasas de uva negras y 50 gr de
rubias / 350 gr de queso crema / 1 naranja / nueces

Palabras de sobremesa:
“el poder está siempre
en el presente porque
toda la vida está
en cada instante.” Facundo Cabral
(1937–2011)
38 Costumbres del Sabor y del Saber
Tarta de polenta con champiñones sin tacc
Por Irene Enriqueta Peralta
Las proporciones son para dos personas, solo
tienen que multiplicarlas si se trata de cocinar para
más comensales. Los que no sean afectos a las car-
nes pueden eliminar el jamón o la panceta y ob-
tendrán un plato vegetariano. Para elaborar la tarta
precalienten el horno a 200º C, enmantequen un
molde de tarta rectangular o redondo –si es de
fondo desmontable mejor– y preparen 120 gr de
polenta en 600 cc de caldo de verduras o el cal-
do que prefieran, dejando que esta hierva al me-
nos unos 15 minutos; transcurrido la mitad de este
tiempo agreguen 20 gr de manteca y sal y pimienta
negra molida a gusto. Cuando la polenta esté lista
distribúyanla aún caliente en el molde extendién-
dola con una espátula o cuchara y presionando con
suavidad. Puede que sobre un poco dependien-
do del molde: queremos un espesor de entre 5 y
8 cm aproximadamente. A continuación, mientras
la polenta se enfría en el molde, laven y sequen 3
hojas grandes de kale o repollo, escáldenlas du-
rante no más de dos minutos en agua salada hir-
viendo y corten rápidamente la cocción de las ho-
jas sumergiéndolas en agua fría en un recipiente
ASEGURATE QUE TODOS LOS PRODUCTOS ESTÉN EFECTIVAMENTE LIBRES DE GLUTEN Y SEAN CONFIABLES
con hielo, luego corten las hojas en tiras pequeñas
y resérvenlas. Ahora repartan sobre la tarta 50 gr
de champiñones previamente lavados y cortados a
gusto –si quieren los pueden rehogar previamente
con oliva–, 40 gr de jamón crudo –o de panceta–
picado o troceado y 50 gr de mozzarella picada o
rallada. Finalmente le añaden un toque de pimienta
negra y hornean durante unos 15 minutos. Antes
de servir espolvoreen la tarta con las hojas de kale
o repollo picadas. También pueden añadirlas en los
últimos minutos del horneado, pero con cuidado
porque se queman rápidamente. Pueden acompa-
ñar la tarta con una rica ensalada o servirla en por-
ciones más pequeñas como aperitivo, pero siempre
sírvanla bien caliente con el queso recién fundido.
Lo que necesitan para la Tarta de polenta con
champiñones sin tacc: 120 gr de polenta / 600 cc
de caldo de verduras u otro / 20 gr de manteca /
3 hojas de kale o de repollo / 50 gr de champiño-
nes u otros hongos comestibles / 40 gr de jamón
crudo o panceta / 50 gr de mozzarella / sal y pi-
mienta negra
 Cartas de Papel 39

Hola Revista TODO: Queríamos contarles que luego de 7 años de trabajo y después de haber
versionado a los Beatles –De los Andes a los Beatles Vol. I y II presentados en los años 2000 y 2007
respectivamente– y a Antonio Vivaldi –De los Andes a Vivaldi - Las cuatro estaciones editado en el
año 2013– el grupo LA FRAGUA acaba de terminar de grabar su nuevo trabajo discográfico De
los Andes al Rock. En este disco, que estará disponible en las próximas semanas, hemos adapta-
do a ritmos folclóricos argentinos temas clásicos del rock internacional interpretándolos con que-
nas, charangos, bombos, sikus, sumados a instrumentos típicos del rock. Un choque de planetas
entre el mundo del rock y el folklore. El nuevo trabajo incluye temas de Led Zepellin; Deep Purple;
Yes; Emerson, Lake & Palmer; Queen; Pink Floyd; King Crimson; Rolling Stones; Creedence; AC DC
y Eric Clapton entre otros. El disco está en proceso de fabricación, pero se puede acceder, a modo
de preestreno, a una versión digital a través de la página web www.lafragua.com.ar
Aquellos que quieran ponerse en contacto con nosotros pueden comunicarse al 2944903240
o por correo escribiendo a faturpal@gmail.com ¡Muchas gracias!

Alejandro Fatur

Equipo de Revista TODO: Mi nombre es Joaquina Chic, tengo 89 años, soy fan de sus revistas,
no me pierdo ni una sola. Lo único que se me dificulta es leer las referencias sobre las imágenes
que están escritas en azul, a mi gusto podrían ser las letras en blanco o en un tono más legible.
Muchas gracias. Atentamente.

Joaquina Chi

Señor Director de la Revista TODO: la situación crítica de Bariloche con el tema del coronavirus
es el motivo de estas líneas. Es realmente lamentable la forma en que se viene manejando esta
crisis en nuestra ciudad, que haya sido personal infectado de la policía aeronáutica uno de los pri-
meros focos de diseminación de esta enfermedad, parecería un chiste si no fuera que la situación
es tan grave. De manera directa o indirecta toda la comunidad barilochense y de la región vive
del turismo, y luego de dos meses de inactividad, sin perspectivas de tener temporada invernal,
el panorama es crítico y desalentador para quienes necesitamos del turismo y de la circulación de
dinero que genera para llevar un peso a nuestros hogares. Ojalá en los próximos días la situación
se estabilice y no aparezcan más infectados, porque si no vuelven los turistas muchos vecinos nos
vamos a morir de hambre. Por favor seamos solidarios, cuidándonos y quedándonos en casa es la
única forma de cuidar a todos y de que esta crisis termine lo antes posible. Gracias por el espacio
y felicitaciones por su revista.

Marta Domínguez

Queridos amigos: No se olviden que pueden disfrutar de

Revista TODO en versión digital visitando nuestra página
www.supertodo.com.ar
40 Cartas de Papel

La Página de Chirulo
Ediciones Académicas y Literarias
Publicaciones Institucionales
Revistas y Ediciones Especiales
Guías, Anuarios, Catálogos

En cualquier aventura editorial

te acompañamos en el camino

edicionespatagoniaescrita@gmail.com
(0294) 15 441 2530 | 15 441 2594