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INTRODUCCIÓN ......................................................................................................2
PARA HABLAR?........................................................................................................8
CONCLUSIONES...................................................................................................... 11
BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................ 12
INTRODUCCIÓN
Como no puedo abarcar todos los temas en los que quedaría dividida la
psicolingüística, en este trabajo voy a hacer una breve introducción sin abarcar
grandes conceptos, ya que lo que pretendo en todo momento es que el lector tenga
una idea general de lo que es la psicolingüística y los puntos más importantes, por
todo lo cual voy a tratar solamente de tres de los temas más importantes, como son:
Cuando las personas nos ponemos a hablar sobre el lenguaje la primera pregunta
que se nos suele ocurrir es si el lenguaje es algo natural o si por el contrario, es algo que
aprendemos. En cierto modo, es obvio que los niños “aprenden” la lengua a la que se
hallan expuestos, ya sea el chino, inglés, español..., así pues, no se puede negar que el
“aprendizaje” es muy importante. Sin embargo a la cuestión de si el lenguaje procede
en parte de la naturaleza o totalmente del aprendizaje o la cultura se le suele denominar
la “controversia entre natura y cultura”.
Al igual que estos dos problemas existen otros tantos al comparar el aprendizaje
de los animales con el aprendizaje del lenguaje en las personas. Éstos deberían ser
observados cuidadosamente para poder dar la respuesta correcta a la cuestión de cómo
adquirimos el lenguaje. Tenemos que tener en cuenta, sin embargo, que hay otras
actividades humanas que sí se pueden aprender de la misma manera que los animales
aprenden. Entonces, mi pregunta es: ¿Por qué el lenguaje no?
En primer lugar tengo que decir que el lenguaje hace uso tanto de operaciones
dependientes de la estructura, como de operaciones independientes. Es decir que la
lengua tiene una estructura interna y otra externa. Cuando decimos una frase, la frase
en sí, la parte morfo-sintáctica que tiene, puede decirse que es la estructura externa,
mientras que la parte semántica, sería la estructura interna. Por ejemplo: “El niño tiene
una pelota roja” sería la estructura externa que está compuesta por un artículo, un
sustantivo, el verbo con su correspondiente complemento y éste con un adjetivo. Pero
esta estructura no siempre es igual, ya que cuando se cambia a interrogativa, por
ejemplo, se añaden nuevos términos: “¿Tiene el niño una pelota roja?”. Ahora bien,
todos entendemos el significado de esta frase, pero es muy difícil decirlo sin utilizar
palabras, pues, eso que nos dice la frase anterior con palabras y que queda grabado en
nuestra mente bien como una idea o una imagen... es la estructura interna.
Hay que tener en cuenta que estoy hablando de una estructura externa de la
lengua española y que hay diferente lenguas como la inglesa, alemana, china... que
tienen estructuras externas diferentes. Sorprendentemente si observamos detenidamente
todos los niños que aprenden una lengua parecen saber automáticamente que el lenguaje
emplea operaciones dependientes de estructura, y esto se podría explicar perfectamente
a través del innatismo, es decir, que cabe la posibilidad de que los humanos tengamos
un conocimiento innato de este fenómeno.
Después de poner dos ejemplos claros, uno sobre si el lenguaje se aprende, con
el experimento de las ratas y las palomas, y otro de si es natural del hombre con el
ejemplo de las operaciones dependientes de estructura veamos otro punto importante
para sacar en claro como es la adquisición del lenguaje.
Por decirlo de alguna manera, tanto el comportamiento de los niños como el de los
borrachos es igualmente desconcertante. Oír hablar a un niño es algo muy dificultoso
de estudiar ya que emite una serie de fonemas sin orden alguno, con lo que es más
problemático interpretar los enunciados infantiles que descifrar su habla, que al fin y al
cabo se descubre por la situación o el contexto.
Los niños comienzan emitiendo sonidos, con el balbuceo, el gorjeo... y poco a poco
van formando palabras. Tienden a sobregeneralizar, ya que cuando conocen un objeto
por una palabra, y existen otros objetos que se relacionan con el primero de alguna
manera, suelen atribuir la misma palabra. Por ejemplo: una niña empezó a utilizar la
palabra BA inicialmente para nombrar el baño; luego centrando su atención en el
elemento líquido, generalizó la palabra para referirse a la leche. Y más tarde,
recordando los grifos de la bañera, empleó la palabra BA para nombrar los grifos de la
cocina. Este proceso se conoce como “complejo encadenado” y es muy frecuente en los
niños cuando están adquiriendo el lenguaje. Quizá sea tan frecuente porque aunque no
nombren los objetos con sus verdaderos nombres, sin embargo los adultos reforzamos
esas palabras, ya que guardan relación entre la palabra y el objeto y eso nos da a
entender que el niño va conociendo la relación entre el lenguaje y el mundo exterior.
Pero algunos niños ni siquiera se dan cuenta de que están “nombrando” objetos
cuando pronuncian palabras aisladas, sino que el niño aprende primero las palabras y
luego se da cuenta de que esas palabras son nombres.
Entonces se da cuenta de que es imposible que consiga memorizar todas las frases
que se pueden emitir. Descubre que cada frase está compuesta por unas unidades
llamadas palabras, como lluvia, sopa... que se repiten. Pero aunque ahora es capaz de
reconocer casi todas las palabras que oye, éstas siempre aparecen combinadas de forma
diferente. Así pues el emperador deduce dos hechos fundamentales acerca del lenguaje
de los terrícolas: que tienen un número finito de elementos que se pueden combinar en
una cifra astronómica de maneras diferentes y que lo que importa son las estructuras que
hay detrás de las frases que había memorizado.
Para saber cuáles son estas estructuras decidió hacer una lista de palabras y tomar
nota del lugar de la frase en la que aparecían. Pero se empezó a encontrar con problemas
ya que algunas frases contenían errores que él no sabía como detectar. Por ejemplo:
“pues yo, esto, me parece que lo que quería decir era que eso y tal”
Otro problema era el de las asimetrías en las estructuras, ya que algunas palabras no
podían ir relacionadas con otras en una determinada posición: “Diez toneladas eran
pesadas por el elefante”.
El emperador de Júpiter decidió arrestar al capitán de la nave para que le ayudara y
le dijo que solo le pondría en libertad si le daba una relación de las reglas del español.
El capitán no sabía como explicárselo, pero después de mucho meditar descubrió lo
siguiente: Las frases son ristras de palabras, con lo que el orden en que aparecen se
puede predecir relativamente bien. Se le ocurrió entonces que quizá la mente humana
contiene una red de asociaciones en las que cada palabra está relacionada con las
palabras que le preceden y le siguen en la frase. Así empezó a construir una gramática
que empezaba con una palabra que desencadenaba un conjunto de alternativas,
asociadas a otras y así sucesivamente. Pero para que una gramática sea adecuada, ha de
reunir dos requisitos: en primer lugar, ha de generar todas las frases de una lengua y en
segundo lugar, ha de funcionar de acuerdo con las intuiciones de los hablantes nativos.
Con la gramática que había ideado, se podría encontrar con frases relacionadas entré sí
que, en cambio, tendrían estructuras diferentes. Por consiguiente y después de todos los
intentos del capitán terrícola por explicarle como aprender el lenguaje, el emperador se
convenció de que el sistema más satisfactorio era un modelo transformacional del
lenguaje, en el que las frases relacionadas comparten la misma estructura interna. Pero
a pesar de todo esto, el emperador no consiguió aprender la lengua correctamente con
este sistema de gramática transformacional tampoco.
Como conclusión decir que los hablantes tenemos intuiciones o conocimiento
específico y la gramática transformacional pretende describir esta clase de
conocimiento.
Con el ejemplo del emperador de Júpiter pretendo explicar lo difícil que es enseñar
las reglas del lenguaje ya que no existe su conocimiento, sino que es algo inconsciente.
Para comenzar voy a enumerar unos cuantos enunciados que los oyentes de una
lengua suelen encontrar difíciles de comprender, a fin de explicar el por qué. Por
ejemplo: “A Ernesto le sacudió Luis unas alfombras” A nivel sintáctico es totalmente
correcta. Vamos a ver ahora la siguiente: “A Ernesto le vendió Luis unas alfombras”
Las dos frases nos dicen lo mismo, pero sin embargo la segunda es más fácil de
comprender. Si explicamos satisfactoriamente por qué la segunda oración es más difícil
de comprender, habremos descubierto bastante sobre los mecanismos de
descodificación. Las oraciones ambiguas son también una buena prueba para estudiar la
comprensión del lenguaje.
Con esto quiero decir que, al escuchar una oración que no esperamos o que no
estamos acostumbrados a escuchar, necesitamos más tiempo para asimilarla y organizar
la información en nuestra mente. El oyente rechaza pues, una de las posibles
interpretaciones o al menos encuentra la oración difícil de interpretar cuando se
cumplen los siguientes supuestos:
Como he dicho anteriormente, todo individuo posee una estructura interna y otra
externa del lenguaje. Pues bien, si a nuestros oídos llega siempre la estructura externa
en forma simple, es decir, como estamos acostumbrados a escucharla, no habrá ningún
problema. Pero el problema radica en que la estructura externa puede adoptar mucha
formas, pasiva, subordinada, coordinada, pasiva refleja, etc. Nosotros estamos
acostumbrados a escuchar las oraciones en forma activa y en esta forma es en la que se
refleja nuestra estructura interna, con lo que si nos sacan de ahí, nos perdemos.
A partir de que una frase ambigua o cualquier otra frase que no esté en activa, llegue
a nuestros oídos, tendremos que iniciar un proceso de descodificación a través del cual
ordenaremos dicha frase dándole el significado apropiado a cada miembro y de esta
manera comprender su significado será una tarea mucho más fácil, aunque sí llevará
más tiempo del habitual.
La solución a todos estos problemas puede parecer imposible, sin embargo y por
encima de todo, la mente humana es una máquina enormemente poderosa, capaz de
ejecutar múltiples procesos en paralelo.
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