Está en la página 1de 9

UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS – FILIAL TUMBES

FACULTAD DE INGENIERIA Y ARQUITECTURA

ESCUELA PROFESONAL DE ARQUITECTURA

LA FILOSOFÍA DE LA TECNOLOGÍA DE INGENIERÍA

FILOSOFIA

CATEDRATICO: LLOVERA QUISPE, OLGA BEATRIZ

ESTUDIANTE: OSCAR ALEXANDER RAMIREZ PANTA

CODIGO UNIVERSITARIO – 2015108223

2015108223@ALU.UAP.EDU.PE

JUNIO 2020
RESUMEN

La tecnología prospera rápidamente y tiene una huella importante en la forma en que


nos acercamos, relación entre los seres humanos y el mundo, el significado de nuestras
vidas, el conocimiento de la realidad y gobernanza social. Puedo afirmar que la
tecnología se ha transformado un tema que no solo surge en las diferentes ramas de la
filosofía, sino que diseña tratamiento especializado dentro de los límites de lo que se
conoce como filosofía de tecnología. Este tema debe ser tomado en serio por aquellos
que tienen que ver con desarrollo tecnológico y sus aplicaciones, especialmente
ingenieros y/o arquitectos y aquellos involucrados en su entrenamiento y educación.

Este trabajo aborda la Introducción de temas de Filosofía de la Tecnología de Ingeniería,


considerando su demanda social y base epistemológica, así como los escenarios y
estrategias de enseñanza y aprendizaje.

PALABRAS CLAVE
Filosofía. Tecnología. Epistemología. Formación. Ingenierías.
INTRODUCCIÓN

Aunque desde la Antigüedad se viene filosofando sobre la técnica (MITCHAM, 1989),


existe amplio consenso en que, desde finales del XIX hasta nuestros días, lo tecnológico
viene cobrando más y más auge en nuestras vidas. Lamar e Roach (1987), preocupados
por la formación filosófica de los ingenieros en América Latina y Caribe, colocan que el
filósofo español Juan David García Bacca (1901-1992) tuvo una importante influencia
en el pensamiento latinoamericano sobre la ciencia y la técnica.

Sin embargo, la tecnología como objeto de reflexión filosófica es de crucial importancia


no solo para los profesionales de la filosofía, sino también para todos que de una u otra
forma tienen que ver con el desarrollo tecnológico, su transferencia, introducción y
difusión. Destaquemos aquí a los ingenieros y quienes se encargan de su formación,
capacitación y empleo.

La creciente y acelerada tecnificación de la sociedad se acompaña de sueños, pero


también de pesadillas, a ser evitadas por nuevas generaciones de ingenieros, dotados
de compromisos social, ético y humanista, y sobre todo no siendo cómplices de
decisiones tecnocráticas en la sociedad, es decir, basadas solo en la eficiencia y eficacia
tecnológicas.
LA FILOSOFÍA DE LA TECNOLOGÍA DE INGENIERÍA

IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA

La elección, desarrollo y uso de las tecnologías puede tener impactos muy variados en
todos los órdenes del quehacer humano y sobre la naturaleza.

Este cuestionario podría ampliarse para identificar mejor los impactos positivos o
negativos, de cada actividad tecnológica tanto sobre las personas como sobre su
cultura, su sociedad y el medio ambiente. Solivérez (2003: 24) sugiere los siguientes
impactos:

• Impacto práctico: ¿Para qué sirve? ¿Qué permite hacer que sin ella sería
imposible? ¿Qué facilita?
• Impacto simbólico: ¿Qué simboliza o representa? ¿Qué connota?
• Impacto tecnológico propiamente dicho: ¿Qué objetos o saberes técnicos
preexistentes lo hacen posible? ¿Qué reemplaza o deja obsoleto? ¿Qué
disminuye o hace menos probable? ¿Qué recupera o revaloriza? ¿Qué
obstáculos al desarrollo de otras tecnologías elimina?
• Impacto ambiental: ¿El uso de qué recursos aumenta, disminuye o reemplaza?
¿Qué residuos o emanaciones produce? ¿Qué efectos tiene sobre la vida animal
y vegetal?
• Impacto ético: ¿Qué necesidad humana básica permite satisfacer mejor? ¿Qué
deseos genera o potencia? ¿Qué daños reversibles o irreversibles causa? ¿Qué
alternativas más beneficiosas existen?
• Impacto epistemológico: ¿Qué conocimientos previos cuestiona? ¿Qué nuevos
campos de conocimiento abre o potencia? (cfr. Solivérez, 2003: 24)

Como la introducción de nuevas tecnologías modifica y reemplaza funciones humanas,


cuando los cambios son suficientemente generalizados pueden modificar también las
relaciones humanas, generando un nuevo orden social. Las tecnologías no son
independientes de la cultura, integran con ella un sistema socio-técnico inseparable. Un
ejemplo de la vinculación entre la evolución tecnológica y la social es el libro: Los
orígenes de la civilización, del historiador Vere Gordon Childe. Las tecnologías
disponibles en una cultura condicionan su forma de organización, así como la
cosmovisión de una cultura condiciona las tecnologías que está dispuesta a usar.
Desde los años 60 en que los filósofos de la ciencia comenzaron a incluir la tecnología
entre sus obsesiones, los asuntos epistemológicos han acaparado la atención. Un claro
ejemplo de ello es el papel que desempeñó allá por los años en que se fundó la revista
Technology and Culture el debate sobre si la tecnología debía ser entendida como
ciencia aplicada. Es cierto que muy pronto se descubrió que las relaciones
ciencia/tecnología eran más complejas de lo que un simple modelo de “aplicación”
podría nunca revelar; y que hay muchas otras dimensiones no-teóricas involucradas en
el conocimiento que inventores, técnicos e ingenieros han de desplegar para diseñar
artefactos y complejos sistemas tecnológicos.

Recientemente, Houkes (2006) ha sugerido que basta con identificar cómo este saber
está conectado constitutivamente con el razonamiento práctico. El conocimiento de las
posibles funciones (y también de la función propia) de un artefacto ha de proporcionar
“razones para hacer algo, más que razones únicamente para creer algo” (Houkes 2006,
106) y añade que, dado un deseo y condiciones de disponibilidad, conocer que el objeto
tiene una función posible proporciona una razón prima facie para usarlo. Da la
impresión, sin embargo, de que esta caracterización está plagada de confusiones: una
razón práctica no deriva del hecho de que uno sepa que mediante el uso de A
conseguiría cierto propósito. Por tanto, es difícil afirmar que el mero conocimiento de la
función de algo proporcione razones para hacer algo. Más bien, dada la caracterización
del mismo Houkes, el agente sí tendría razones (quizá epistémicas) para creer
justificadamente que el artefacto, según cierto plan de uso, podría contribuir a conseguir
ciertos propósitos u objetivos.

FILOSOFÍA DE LA TECNOLOGÍA DE INGENIERÍA

A partir de los años 1990, la Filosofía de la Tecnología se desdobla en dos tradiciones:


una toma como referente a Ernst Kapp y su idea de una Filosofía de la Tecnología ligada
a la ingeniería; y la otra tiene que ver con los trabajos de Lewis Mumford, Ortega y
Gasset, Martín Heidegger, Jacques Ellul, Paul Durbin, Don Ihde y Larry Hickman, de
tradición humanista, que coloca a la tecnología en la perspectiva de reflexión de las
ciencias humanas (MITCHAM, 2001). Ambas tradiciones vienen desarrollándose en un
contexto que precisamente demanda reflexión filosófica diferenciada sobre la
tecnología.
Dado al grado en que la tecnología de hoy tiene presencia e impacto en nuestras vidas,
obliga a replantear cuestiones filosóficas ancestrales de un modo diferente. Por ejemplo,
tomemos la cuestión ¿Qué es el ser?, tema objeto de la rama de la filosofía denominada
de ontología. Hoy, para abordar esta pregunta, debe considerarse que la categoría de
ser contempla ya no solo la naturaleza, la mente y la sociedad, sino también la realidad
creada por el ser humano, los productos artificiales y tecnológicos, en fin, el mundo de
los artefactos y las decisiones basados en conocimientos técnicos, que van colonizando
el ambiente en que se desenvuelven nuestras vidas. No es un secreto que, a diferencia
de épocas anteriores, vivimos más y más en un mundo de tecnologías.

¿En antropología filosófica, podemos seguir discutiendo la cuestión de qué es el ser


humano, cuál es su esencia y destinación cósmica, pasando por alto su comportamiento
tecnológico y en qué medida transforma su vida, su historia y su medio ambiente? Por
supuesto que no. La definición clásica del hombre como ser racional formulada por
Aristóteles está siendo desafiada por el hecho de que nuestro comportamiento
tecnológico y la dependencia de lo tecnológico pasan a primer plano, amenazando con
limitar nuestra razón y naturaleza a fines tecnológicos. Un ejemplo son las innovaciones
en ingeniería informática, que vienen convirtiéndose en algo esencial en vida cotidiana
personal e institucional.

Un caso extremo que viene a la mente es la adicción a la informática, particularmente la


adicción a videojuegos online, ya reconocida por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) como un tipo de enfermedad mental. Y se teme, no sin razones, que la tecnología
termine secuestrando la toma de decisiones en todos los ámbitos, sobre todo en lo que
atañe a la salud, la estética corporal, las relaciones interpersonales y la gobernabilidad
social.

La reflexión acerca de la demarcación e interrelación entre conocimiento científico y


conocimiento tecnológico obliga a repensar el problema filosófico ancestral de la verdad
de los conocimientos. La epistemología surge como rama de la filosofía, donde interesa
la reflexión sobre el alcance del conocimiento científico, sus fundamentos ontológicos y
gnoseológicos. Los presupuestos ontológicos se refieren a la naturaleza de la realidad
en general y de la realidad social u objeto de estudio. Y los presupuestos gnoseológicos
tratan de la idea de conocimiento científico. La educación es un ámbito de transmisión,
generación, así como de interacción (conflictiva o amistosa) entre conocimientos,
saberes y tecnologías.
Es necesario advertir que, si bien la tecnología general se enfoca con relativa
independencia de la ciencia, parece ser que la ingeniería, aunque en esa misma
perspectiva, continúa viéndose como “La aplicación práctica de principios científicos en
una forma creativa” (ISNAD, 2018, p. 7). El problema que merece reflexión es si esta
definición desconsidera que en el trabajo ingenieril intervienen múltiples saberes. Por
último, tengamos en mente que la tecnología actual suscita nuevos debates sobre
nuestras nociones de la bondad y la justicia. En épocas anteriores pudo haber sido
moralmente loable decir que un avance tecnológico demanda aplicación necesaria, pero
hoy en día esta perspectiva no hace más que desplazar la ética a un papel secundario
o subsidiario de la tecnología y, por si fuera poco, propone que la tecnología escape a
su escrutinio. Como la tecnología actual suscita esperanzas, pero también dolores de
cabeza, lógicamente, apologéticas o críticas, de tecnofobia y la tecnofilia, “ya con
moderación, ya con fanatismo” (BUNGE, 2018, p. 2).

No es difícil darse cuenta de que en este contexto se demandan transformaciones en la


formación de profesionales de la educación superior, ya no solo en cuanto a la
necesidad de mejorar las interacciones entre producción, servicios, investigación y
capacitación de profesionales, sino también en cuanto al enfoque de la ciencia,
tecnología y sociedad.
CONCLUSIONES

1. Si se está claro de que el desarrollo ingenieril no es más que la encarnación o


consumación de una filosofía y que, al mismo tiempo, ese desarrollo plantea y
replantea problemas filosóficos y pautas para el razonamiento filosófico,
entonces no costará trabajo otorgarle relevancia a la filosofía en un currículo de
ingeniería y la ingeniería en un currículo de filosofía, ni mucho menos el
emprendimiento del reto pedagógico de transversalizar contenidos filosóficos en
los cursos que tributan a la formación del profesional de la ingeniería.

2. En este sentido, la experiencia en materia de introducción de contenidos de


Filosofía de la Tecnología en el currículo de formación de ingenieros aporta
algunas lecciones. Como hemos visto, los contenidos de Filosofía de la
Tecnología para los ingenieros se integran en la asignatura de problemas
sociales de la ciencia y la tecnología, que responde a que el fenómeno
tecnológico e ingenieril viene demandando su análisis desde múltiples aristas y
también el trabajo mancomunado de profesionales de diversos perfiles. Es una
materia que se imparte en todas las carreras y que resulta
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. (Varios) El nuevo mundo de la Filosofía y la Tecnología. Actas del 1° Congreso


Interamericano de la Filosofía de la Tecnología. Celebrado del 5 al 9 de octubre
de 1988 en la Universidad de Puerto Rico (STS Press, 1990).

2. MITCHAM, Carl(1987) ¿Qué es la Filosofía de la Tecnología? (Edit. Antrhopos,


1989). Bibliography of the Philosophy of Tecnology (U.M.I. Out of Print Books on
Demand 1987. University of Chicago Press.

3. SANTAMARTÍN, José(1987) Los nuevos redentores. Reflexiones sobre la


ingeniería genética, la sociobiología y el mundo feliz que nos prometen (Ed.
Anthropos, Col. Nueva Ciencia. 1987).

4. BACHELARD, G. A formação do espírito científico: contribuição para uma


psicanálise do conhecimento. Rio de Janeiro: Contraponto, 1996.

5. MEDINA, M. Tecnología y filosofía: más allá de los prejuicios epistemológicos y


humanistas. Isegoria, [S.l.], v. 12, p. 180-197, 1995.

6. MITCHAM, C. La importancia de la filosofía para la ingeniería. In: LÓPEZ


CEREZO, J. A. et al. (Ed.). Filosofía de la Tecnología. Madrid: Teorema, 2001.
p. 31-53.

También podría gustarte