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Catecismo Ortodoxo Basico
Catecismo Ortodoxo Basico
ORTODOXO BÁSICO
CATECISMO ORTODOXO
BÁSICO
1
IGLESIA ORTODOXA RUSA
PATRIARCADO DE MOSCÚ
MISIÓN EN COLOMBIA
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3
Rey celestial, Paráclito, Espíritu de verdad, que
Estas en todas partes y todo lo llenas, tesoro de todo lo
Bueno y dador de la vida, ven y mora en nosotros;
Purifícanos de toda mancha y salva, oh Bueno,
Nuestras almas.
Santo Dios, Santo fuerte, santo inmortal, ten piedad de nosotros.
CONTENIDO.
INTRODUCCIÓN 6
1. DEFINICIÓN DE ORTODOXIA 8
2. CARACTERÍSTICAS 8
3. QUÉ ENSEÑA LA ORTODOXIA 9
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4. DÓNDE SE HALLA CONTENIDA LA DOCTRINA 10
5. ASPECTO HISTÓRICO 12
6. DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA 26
PATRIARCADO DE MOSCÚ Y TODA RUSIA 28
7. ESTRUCTURA 32
8. LA CRUZ ORTODOXA 34
9. LA SEÑAL DE LA CRUZ 37
10. LOS SACRAMENTOS 39
LA DIVINA LITURGIA 42
11. LA SANTÍSIMA MADRE DE DIOS 54
12. LOS ICONOS 57
13. EL TEMPLO 59
EL ICONOSTASIO 68
EL SANTO ALTAR 70
14. El CORDÓN DE ORACIÓN Y LA ORACIÓN DE JESÚS 72
15. EL CICLO LITÚRGICO 76
16. LAS FIESTAS MAYORES 80
17. LA GRAN CUARESMA 118
18. EL AYUNO 121
19. LA SEMANA SANTA 123
20. RITOS U OFICIOS MENORES 128
21. LIBROS LITÚRGICOS 133
22. DIFERENCIAS IGLESIA ORTODOXA Y ROMANA 138
23. OBJETOS LITÚRGICOS Y ORNAMENTOS 151
ORNAMENTOS SAGRADOS 173
24. MONASTICÍSMO 184
25. ALTAR CASERO O ESQUINA DE ORACIÓN 190
26. CONCLUSIÓN 194
INTRODUCCIÓN
Soy ortodoxo porque pertenezco a la sociedad de los fieles cristianos unidos por
la fe ortodoxa que siguen las enseñanzas y doctrinas de la Iglesia Ortodoxa, y
viven conforme a lo que ella enseña, obedeciendo a sus Pastores en todo lo
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concerniente a la gloria de Dios y la salvación del alma. Soy Ortodoxo porque
vivo y practico la fe y la virtud en la Iglesia Ortodoxa. Me hago miembro de ella
por medio del Santo Bautismo administrado por sus ministros; asisto a las
Iglesias ortodoxas y a su culto, me acerco a sus sacramentos, escucho la voz de
Dios a través de sus pastores, trato de vivir de la Gracia que derrama
continuamente sobre todos sus hijos.
1. DEFINICIÓN DE ORTODOXIA.
2. CARACTERÍSTICAS
Nuestro Señor Jesucristo fundó una sola Iglesia. La Iglesia Una, Santa, Católica y
Apostólica, la cual hasta nuestros días está representada por la Iglesia Ortodoxa.
El significado de cada una de las características enunciadas es:
UNA: La Iglesia es Una porque es un solo Cuerpo espiritual, tiene una sola
Cabeza: Jesucristo, y está animada por un solo Espíritu, el Espíritu de Dios (Ef.
1:22-23, 4:4-6; 1a.Co. 3:11). La unidad de la Iglesia se expresa en la misma
confesión de Fe, en la Comunión en las Oraciones y en los Sacramentos.
ORTODOXA: Junto a las notas anteriores, nuestra Iglesia ha sido acreedora del
Adjetivo "Ortodoxa"; la palabra ortodoxa es una palabra griega compuesta de
"Ortho" y "Doxa", que significa Doctrina Recta, para señalar que en ella reside la
verdadera Fe, en armonía con las enseñanzas originales de Nuestro Señor. El
regulador de esta armonía y continuidad es Cristo mismo, conforme a su
promesa: "Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo"
(Mt.28:20). El Espíritu Santo está con la Iglesia y la guíen en la verdad (Jn.
14:26).
2. Y en un sólo Señor Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios, nacido del Padre antes
de todos los siglos. Luz de Luz, Dios Verdadero de Dios Verdadero, engendrado y
no hecho, consubstancial al Padre, por quien fueron hechas todas las cosas.
3. Que descendió de los cielos por causa de nosotros los hombres, y por nuestra
salvación y se encarnó del Espíritu Santo y en María Virgen y se hizo Hombre.
4. Y fue crucificado por nuestra causa, bajo el poder de Poncio Pilatos, padeció y
fue sepultado.
7. Y nuevamente vendrá con gloria, para juzgar a los vivos y a los muertos y cuyo
Reino no tendrá fin.
8. Y en el Espíritu Santo, Señor vivificador, que del Padre procede y que es con el
Padre y el Hijo adorado y glorificado, y que habló por los profetas.
A) Sagrada Escritura.
B) Tradición Apostólica.
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9-Las costumbres y usos Cristianos.
5. Aspecto Histórico
A- La Fundación de la Iglesia
"En el año quince del gobierno del Emperador Tiberio, Poncio Pilato era
gobernador de Judea, Herodes gobernaba en Galilea, su hermano Felipe
gobernaba en Iturrea y Traconite, y Lisanias gobernaba en Abilinia. Anás y Caifás
eran los sumos sacerdotes. Por aquel tiempo, Dios habló en el desierto a Juan, el
hijo de Zacarías..."(Lucas 3:1-2) Con estas precisiones históricas, el Evangelistas
Lucas, comienza a narrar la obra mesiánica de Jesús. La religión cristiana está, en
efecto, basada en la creencia de una intervención de Dios en la historia concreta
de la humanidad. Este carácter histórico de la obra mesiánica queda atestiguado
también por la manera en que el evangelio fue transmitido al mundo
grecorromano, y a las generaciones posteriores.
Los actos realizados por Jesús debieron ser confirmados por testigos. Estos
testigos fueron los Discípulos, quienes fueron los testigos oculares de Cristo
resucitado. Ellos fueron necesarios para la creación de la comunidad de la
Nueva Alianza, y con la venida del Espíritu Santo sobre ellos (la Iglesia) se
confirmó la veracidad del testimonio y pronto comenzaron a manifestarse los
frutos de la predicación apostólica.
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Durante esta expansión, los seguidores de Cristo tropezaron con muchos
inconvenientes. El primero de ellos fue la adaptación a la comunidad Judía en la
que nació su religión. Los judíos ocupaban una posición única en el estado
Romano. Formaban un grupo densamente compacto, resistiéndose
forzosamente a la fusión con sus vecinos (los habitantes de Siria y Arabia) Esto
era consecuencia no sólo de su profesión de un monoteísmo intransigente (en
oposición contra el politeísmo dominante de las otras naciones de la región),
sino que además, creían que Dios había concretado un pacto personal con
Israel, ordenando a Su pueblo elegido que obedeciera Su ley, y prometiéndole a
su vez redimirle del pecado y de la opresión. La ardiente esperanza de liberación
de todas sus aflicciones, que vendría ligada al advenimiento de un mensajero
divino especial (el Mesías), alcanzó su máxima expresión en la época que vio el
nacimiento de la Iglesia. Después de un período de independencia política (168-
63 a. C.), Palestina se incorporó al Estado romano y se expuso cada vez mas a la
forzada helenización. Bajo Herodes el Grande (37-4 a. C.), que gobernó sobre
Judea, Samaria y Galilea como rey nombrado por el senado romano, y bajo sus
sucesores, se fundaron ciudades paganas en Palestina, donde los extranjeros
helenizados adoraban a sus numerosos dioses. Algunos judíos comenzaron a
mezclarse con los gentiles y a renunciar a su exclusividad religiosa. Todo esto,
produjo en los demás un renovado celo por el judaísmo y afirmaban su
confianza en la liberación prometida y trataban de evitar todos sus contactos
con el mundo externo. En esa atmósfera floreció una literatura apocalíptica y
cualquier rebelde que afirmaba ser el Mesías fácilmente reunía partidarios
fanáticos.
Durante los tres primeros siglos, la nueva religión (el cristianismo) se edificó en
las más importantes ciudades del Imperio romano. Y las comunidades cristianas
se componían principalmente del proletariado urbano, aún cuando poco a poco,
se unían a la Iglesia cierto número de hombres de cultura y alto rango social.
Cada comunidad era una unidad autónoma, dirigida por un obispo asistido por
presbíteros, diáconos y Servidoras. Las Iglesias estaban en comunicación regular
con sus vecinos; se recogían limosnas y se enviaban a las comunidades
necesitadas. No había autoridad central, pero las Iglesias fundadas por los
Apóstoles en ciudades importantes gozaban de prestigio y su liderazgo era
aceptado voluntariamente, siendo las mas destacadas entre ellas las Iglesias de
Roma, Alejandría y Antioquia.
Al principio la Iglesia pareció a las autoridades romanas una secta judía más;
pero pronto se vio con claridad la diferencia entre ésta y el judaísmo, y para los
cristianos éste fue el comienzo de trescientos años de persecución. El segundo
problema que encontraron los cristianos fue cómo sobrevivir en un mundo
romano hostil.
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Durante casi tres siglos, el Imperio Romanos había adoptado una postura hostil
frente al cristianismo. Esta actitud oscilaba entre una tolerancia benéfica y la
persecución más abierta y más violenta, que al principio eran casuales y
carecían de consistencia; pero que gradualmente se planificaron mejor y se
hicieron de mayor alcance. El más elevado número de victimas se atribuye a la
última y más feroz de todas las persecuciones, la de Diocleciano y sus
compañeros de gobierno en el siglo IV.
El primer asalto contra los cristianos fue ejecutado por Nerón (57-68) que en
Roma ordenó su ejecutó en masa para apaciguar la insatisfacción popular
causada por el gran incendio que destruyó gran parte de la capital. Así dieron
muerte a los Apóstoles Pedro y Pablo, con cierto número de sus seguidores. Sus
sucesores no siguieron una política uniforme pues algunos de ellos, como
Domiciano (81-96), fueron muy severos; y otros, tales como Cómodo (180-192)
migaron la tensión de la persecución.
Era difícil para el gobierno precisar la ofensa cometida por los cristianos, y
generalmente se percibía que la Iglesia constituía una sociedad subversiva, cuya
propia existencia desafiaba a las afirmaciones de que se debía obedecer al
Estado romano en todos los asuntos civiles y religiosos. Tal era la opinión de
Marco Aurelio (161-180) quien condenaba a los cristianos como fanáticos e
inflexibles. Y cuando los emperadores se percataron del carácter verdadero de
la oposición cristiana inauguraron una campaña anticristiana que aspiraba al
exterminio total de esta nueva religión.
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C- Los Cinco Patriarcados Históricos
En el año 312, y luego de lograr una impresionante victoria en una de sus más
decisivas empresas militares, la batalla del Puente Milvio, Constantino se reunió
en Milán con su par oriental Licinio. Como resultado de esta reunión, Licinio
publicó en el año 313 el famoso edicto de tolerancia religiosa conocido con el
nombre de Edicto de Milán. Este decreto establecía la igualdad entre los
cristianos y los paganos; pero después de su victoria sobre Licinio en el año 324,
Constantino comenzó a acentuar más su inclinación hacia el cristianismo
mediante su activo interés en los asuntos de la Iglesia. Convocó y presidió los
concilios y aprobó sistemáticamente la legislación del Imperio de acuerdo a las
enseñanzas del Evangelio. Sin embargo Constantino no se bautizó hasta el final
de su vida ni tampoco renunció al título pagano de Pontifex Maximus. Con esto,
la Iglesia se estableció en paz y se oficializó en el Imperio.
Por su lado la administración de la Iglesia siempre fue ejercida por los Obispos.
Al Obispo de más alto rango, que pertenecía a un centro (ciudad) muy
importante, con el tiempo se le otorgó el título de Patriarca. Y por razones
administrativas, la Iglesia se organizó en los siguientes distritos eclesiásticos:
1- Roma, fundada por San Pablo, fue la primera capital del Imperio Romano.
2- Constantinopla, fundada por san Andrés y fue la segunda capital del Imperio.
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4- Antioquia, centro principal de Oriente, llamada la Ciudad de Dios, de la cual
San Pedro fue su primer obispo.
Cada uno de estos distritos era presidido por un Patriarca. Todos ellos tenían los
mismos derechos; eran independientes en la administración de su distrito (o
iglesia) y además, iguales entre sí. Dentro de dicha independencia y siendo
Roma la capital del Imperio, se consideraba a su Patriarca el primero entre sus
iguales (primos inter paris), es decir, tenía una primacía de honor solamente
(1er Concilio Ecuménico, Art. 6; 2° Concilio Ecuménico, Art. 3; 4° Concilio
Ecuménico, Art. 28; 6° Concilio Ecuménico, Art. 36).
Al adoptar la nueva religión y al intentar, cada vez más, hacer de ella la base de
toda su política, los emperadores querían darle al Estado una nueva alma y
asegurarle su unidad. Seguro ya de la protección imperial, el cristianismo
aceptaba en su seno las masas cada vez más crecidas, y con el cierre de la última
universidad pagana (la de Atenas), Justiniano, en 529, podía considerarse el jefe
de un estado enteramente cristiano.
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En este clima de paz social y política, la Iglesia se vio perturbada por las herejías,
es decir, por las interpretaciones incorrectas y opuestas a la verdad que ella
encierra. Por eso, y para defender esta verdad y dar las correctas
interpretaciones, además de otras materias normativas eclesiásticas, se
realizaron los Concilios Ecuménicos. Dichos Concilios Ecuménicos fueron los
siguientes:
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Carlomagno como emperador en la vieja basílica de San Pedro en Roma. Esta
elevación de un bárbaro occidental trastornó las relaciones entre los cristianos
orientales y occidentales.
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El Papa León IX y sus seguidores apoyaban a esos movimientos, que en Italia
pretendían, entre otras reformas, promover el celibato del clero.
Todo esto produjo que en el 1054 se produjese lo que la historia llama el Gran
Cisma Católico; aunque algunos historiadores afirman que la ruptura verdadera
y definitiva se produjo en la época de las Cruzadas
A partir del siglo XI, los ejércitos islámicos invadieron y tomaron posesión de la
región sur oriental del Imperio Bizantino, Bulgaria, Serbia y Rumania. Al mismo
tiempo, los feroces tártaros cayeron sobre los territorios rusos, amenazando la
existencia de la civilización oriental y su cristiandad. Más la férrea resistencia de
la Iglesia y su poder de sacrificio por la fe, obtuvieron un doble resultado: La
Cristiandad Oriental mantuvo su propia existencia y también logró que la
cristiandad Occidental quedara indemne.
En los siglos XI, XII y XIII, Occidente organizó siete expediciones militares
llamadas las Cruzadas, cuya intención original era rescatar los santos lugares
que habían caído en mano de los musulmanes seldjúcidas, quienes en el año
1055 invadieron Mesopotamia y tomaron la ciudad de Bagdad. En 1071,
derrotaron al ejercito bizantino.
Uno de los Emperadores bizantinos más capacitados de ese período fue Alejo
Comneno I (1081-118), y fue durante su reinado cuando los cristianos latinos
lanzaron su cruzada contra el Islam. El principio de las Cruzadas fue
espectacular: el 27 de noviembre de 1095, el Papa Urbano II (1088-1099)
predicó su trascendental sermón en el Concilio de Clermont, en el que exhortó
al Occidente cristiano para que rescatase los Santos Lugares de la tiranía de los
infieles y asegurar el camino a los peregrinos que se dirigían al lugar de
nacimiento de Cristo y a la ciudad de Su muerte y Su Resurrección.
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Los Cruzados resultaron victoriosos al principio, y en 1099 tomaron Jerusalén.
Sin embargo no mejoró la relación con los cristianos orientales. Cuando se
tomaba una ciudad por asalto, toda la población sufría a manos de los invasores,
sin mostrar los Cruzados ningún respeto por la vida y los bienes de los
Ortodoxos. E incluso, las relaciones empeoraron cuando trataron de sustituir al
clero local por sus propios hombres, y en 1100 obligaron a salir de la ciudad a
Juan, Patriarca griego de Antioquia; le sustituyeron por un prelado latino. Esta
fecha marcó un paso más en el alejamiento de Oriente y Occidente y creó una
nueva razón para el antagonismo entre su clero.
El siglo XII vio el rápido declive del Imperio Oriental y la degeneración moral y
política de los Cruzados, que, aunque incapaces de expulsar a los Islámicos y
establecer un orden político permanente, consiguieron varias plazas fuertes en
Siria y Palestina.
El hundimiento gradual del ideal original hasta el punto de una guerra de rapiña
alcanzó su cumbre a principios del siglo XIII, en la denominada Cuarta Cruzada.
El pontífice romano Inocencio III (1198-1216), inspirado por la misma visión de
Urbano II, quiso ver a las naciones cristianas marchando como una fuerza unida
contra los seguidores del Islam. Inocencio excomulgó a los Cruzados, pero
pronto les perdonó, esperando que dirigieran su atención a la guerra contra los
invasores islámicos.
Un príncipe bizantino, Alejo, hijo del depuesto emperador Isaac Ángelo, llegó al
campamento cruzado para pedir al marqués Bonifacio de Montferrato, quien
acaudillaba al ejercito en aquel entonces, que le ayudase a recuperar el trono de
su padre. Los Cruzados se prestaron a ayudar a Alejo, y los venecianos
ofrecieron su flota. En Abril de 1203, los Cruzados zarparon de Zadar y llegaron a
Constantinopla en el mes de junio. Los ciudadanos apoyaron a Alejo III y
ofrecieron resistencia. Pero como Alejo II no era un hombre de coraje, huyó de
Constantinopla y los oficiales repusieron apresuradamente en el trono al ya
ciego Isaac Ángelo. Los Cruzados aceptaron una tregua, a condición de que su
candidato, Alejo IV, fuese proclamado coemperador con su padre. Alejo
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confirmó por su parte su disposición a respetar todas las obligaciones que había
contraído en Zadar, incluyendo la sumisión al papado y las concesiones
comerciales a Venecia.
Para finalizar con este capítulo, podemos concluir que los cristianos ortodoxos
se encuentran en todos los continentes del mundo. A pesar de las diferencias
administrativas e idiomáticas, sea el español, el portugués, el Inglés, el griego, el
árabe, el chino, el japonés, el eslavo, etc., todos tienen las mismas enseñanzas,
la misma Tradición Apostólica, la misma Liturgia, los mismos Sacramentos,
servicios litúrgicos y prácticas esenciales. Los fieles que participan en cada una
de sus Iglesias locales no pertenecen a cada Iglesia en particular sino a la Santa
Iglesia Ortodoxa.
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6. DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
Las relaciones mutuas entre las autocefalías están reguladas, además, por una
cierta jerarquía de honor, de la cual el Patriarcado de Constantinopla ocupa,
después de la división de la Iglesia, el primer puesto con una primacía honorífica
y no jurídica.
A. Patriarcados Antiguos:
Agrupa todas las comunidades ortodoxas de Siria, Líbano, Irán, Irak, Kuwait,
Arabia y algunas regiones de Turquía. También extiende su jurisdicción a las
importantes comunidades árabes de América del Sur y de Australia.
B. Otros Patriarcados:
D. Iglesias Autónomas:
E. Iglesias en Dispersión:
Comprende las varias Iglesias de América del Norte y Sur, de Australia, de Nueva
Zelanda, de Asia y de Europa, no comprendidas anteriormente y dependientes
de diversas jurisdicciones patriarcales. El hecho de estar representada la Iglesia
Ortodoxa por varias Iglesias locales y autocéfalas no disminuye, de ningún
modo, su carácter de Una, Santa, Católica y Apostólica. Aunque difieran en
detalles de estructura son unánimes en su doctrina, en su forma de culto y en su
tradición apostólica.
Las eparquías más pequeñas, por lo general, se rigen por un solo obispo. Las
eparquías más grandes, exarcados e iglesias autónomas se rigen por un
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arzobispo metropolitano y, a veces también, tienen uno o más obispos que se
les asignen.
Obispos:
MISIÓN EN COLOMBIA:
De acuerdo a la agencia rusa de información Ria Novosti (06/042010), en
Colombia viven alrededor de mil ortodoxos (la mayor parte de ellos son
emigrados rusos, casados con colombianos y que abandonaron su país después
de la caída del comunismo, en su gran mayoría ellos trabajan como profesores,
músicos o médicos). Hay entre ellos creyentes y no creyentes. Durante algún
tiempo los fieles sostuvieron su vida de fe con las visitas esporádicas del P.
Alexander Gorbunov quien venía desde Panamá o asistiendo a la parroquia
ortodoxa griega de Bogotá.
En Cali la pequeña comunidad rusa fue atendida durante algunos años por el
Padre Crisóstomo del Patriarcado ecuménico de Costantinopla.
- En 2008, el entonces metropolita Kirill (actual patriarca de Moscú)
realizó una visita oficial a Colombia.
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- 2014 el P. Alexander Rosas regresa a Colombia con la intención de
comenzar la misión ortodoxa rusa en Colombia con la bendición del obispo
Leonid (Gorbachov) de Buenos Aires y Suramérica.
- 2015 Comienza a labores la Misión en Antioquia dedicada a San
Alexander Nevsky.
7. ESTRUCTURA.
Las normas básicas e idénticas por las cuales se rigen las iglesias ortodoxas
contienen los siguientes elementos:
A. Administración Canónica:
1. Obispos diocesanos, representantes de la Iglesia en su diócesis y que la
administran con ayuda de órganos elegidos o nombrados y compuestos de clero
y laicos.
2. Concilio de la Iglesia local, al que pueden acudir bien los obispos de esta
Iglesia solamente, o bien los obispos y representantes del clero y de los laicos.
4. Sínodo permanente de los obispos de la Iglesia local, tanto si son elegidos por
la colectividad de los obispos como si son nombrados por el Patriarca y
convocados a las sesiones de turno.
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6. Monasterios, tanto femeninos como masculinos y que pueden ser
dependientes del Ordinario diocesano o bien dependientes del gobierno central
de la Iglesia local.
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8. La Cruz Ortodoxa
Alabando al Señor crucificado están dos ángeles, cargando entre ellos con la
inscripción: "Ángeles del Señor" (Eslavo: Ангели Господни Anguieli Gospodñi).
En algunas representaciones de la Cruz los Ángeles sostienen una imagen de la
Santísima Trinidad, pero la tradición varía en si esto se permite o no;
usualmente los ángeles simplemente sostienen sábanas, indicando su función
como mensajeros que sirven al Señor y esperan en Él.
El halo de Cristo está inscrito con las letras griegas 'w ov', que significan: "El Ser"
o "Aquel que es", para recordarnos que Cristo es el mismo Dios que se identificó
a Sí mismo con esas palabras a Moisés en la Antigua Ley.
A los lados del cuerpo de Cristo, hay una lanza (que Lo traspasó) y una esponja
en una vara de caña (que fue mojada en vinagre y ofrecida a Él para beber). La
lanza, a la izquierda, está marcada con la letra "K", significando копие kopie,
mientras que la esponja al lado opuesto tiene una "T" por трость trostch. (En
otras Cruces, se podrá encontrar "Г" significando "губка" gubka, esponja). En el
cuerpo de Cristo se aprecian agua y sangre fluyendo de su costado.
Oculto en una cueva bajo la tierra está el 'cráneo de Adán' (pues por tradición se
dice que Cristo fue crucificado precisamente en el mismo lugar donde Adán fue
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enterrado), identificado con las letras: "Г А" (en Eslavo: глава Адамла glava
Adamla). De esta manera se nos recuerda que Adán, nuestro antepasado perdió
el Paraíso por el árbol del que erróneamente participó; Cristo es el nuevo Adán,
trayéndonos la Salvación y el Paraíso a través del árbol que formó la Cruz.
9. La Señal de la Cruz
Los dos dedos doblados, significan que el Hijo de Dios bajó a la tierra siendo
Dios y se hizo hombre, demostrándonos sus dos naturalezas, la divina y la
humana.
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Al iniciar la señal de la cruz ponemos los tres dedos juntos en: la frente, para
santificar nuestra mente; en el pecho/abdomen para santificar nuestros
sentimientos interiores; al hombro derecho y después al izquierdo, para
santificar nuestras fuerzas corporales.
La señal de la cruz nos da fuerza para rechazar y vencer el mal. Tenemos que
hacerlo correctamente, sin apuro, respetuosamente y conscientemente del acto
que significa el persignarse.
10.1 BAUTISMO
El misterio del bautismo, nos incorpora a la Iglesia, al cuerpo de Cristo, y es
nuestra introducción a la vida de la Santa Trinidad. El agua es un símbolo natural
de la purificación y la nueva vida.
Mediante la inmersión triple en las aguas del Bautismo en el nombre de la Santa
Trinidad, uno se muere al hombre viejo y al pecado, naciendo a una vida nueva
en Cristo.
El Bautismo es la identificación pública de uno con Cristo y su Iglesia. Es una
Pascua de Resurrección personal, mediante la cual cada uno de nosotros
comparte la Muerte de Cristo y su Victoriosa resurrección. Siguiendo la práctica
de la Iglesia primitiva, la ortodoxia realiza el Bautismo de Infantes. La Iglesia
cree que el misterio da testimonio de la acción de Dios, quien elige un niño para
ser miembro importante de su pueblo.
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Desde el día de su Bautismo, se espera que los niños maduren en la vida del
Espíritu, por medio de su familia en la Iglesia. Se practica el Bautismo de adultos,
cuando no hubo un Bautismo previo en el nombre de la Santa Trinidad.
“El que no renace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.
Lo que nace de la carne, es carne, y lo que nace del Espíritu, es Espíritu”. (Juan 3,
5-6)
10.2 CRISMACIÓN
El misterio de la Crismación, se da
inmediatamente después del bautismo;
nunca se difiere hasta una edad, mas
tarde. Como el misterio de Cristo fue
vivificado por el Espíritu, y la predicación
de los apóstoles fortalecida por el Espíritu,
así también la vida del cristiano Ortodoxo
es santificada por el Espíritu Santo. La
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Crismación que también se conoce como el Pentecostés Personal, es el misterio
que otorga el Espíritu de una forma especial.
10.3 COMUNIÓN
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La Santa Eucaristía que se conoce como la Divina Liturgia, es la experiencia más
antigua, central e importante de la Ortodoxia. La palabra EUCARISTÍA, deriva del
griego y significa: “Dar Gracias”. Es el ofrecimiento del Cuerpo y la Sangre de
Cristo en las especias del Pan y el Vino, para la remisión de los pecados y para la
vida eterna. La Eucaristía tiene su origen en la “ÚLTIMA CENA”, cuando Cristo
instituyo y enseño a sus discípulos a ofrecer el pan y el vino en memoria suya.
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10.3.1 DIVINA LITURGIA
Dentro del Rito bizantino las Liturgias más celebradas son las llamadas de San
Juan Crisóstomo, que es la comúnmente celebrada y la de San Basilio, que se
celebra el día de la fiesta de San Basilio el 1 de enero, en la vigilia de las fiestas
de Navidad y Teofanía y los domingos de la Gran Cuaresma. Durante esta
última, los días entre semana, se celebran la Liturgia de los Dones
Presantificados o de San Gregorio Magno, que en la realidad es la celebración
de las Vísperas con el oficio de la Comunión con los Corderos consagrados el
domingo anterior. También existe la llamada Liturgia de Santiago de Jerusalén, y
que prácticamente se celebra nada más que en la fiesta del primer Obispo de la
Ciudad Santa. La Liturgia Divina según el Rito Bizantino tiene tres partes: la
Liturgia de la Preparación, la Liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística.
Desarrollemos brevemente cada una de ellas.
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Antes de comenzar la Divina Liturgia propiamente dicha, el sacerdote y un
diácono comienzan la preparación de los dones del pan y del vino que han de
utilizarse en la Eucaristía. Este ritual tiene un simbolismo muy particular y es
muy similar en todas las iglesias bizantinas.
Se utilizan cinco trozos de pan en el uso eslavo y una única “prósfora” en el uso
griego. En el Monte Athos usan dos. El sacerdote corta del pan principal, un
cuadrado llamado el “Cordero”, que es el pan que será consagrado. También
separa otros trozos más pequeños y los coloca en una patena en
conmemoración de la Madre de Dios, los santos y los fieles vivos y difuntos. El
resto del pan, llamado “antidoron” se bendice y se distribuye entre los fieles al
finalizar la Divina Liturgia.
El sacerdote bendice también el vino y el agua que se vierten en el cáliz. Algo de
agua caliente se echa en el cáliz después de la “epíclesis”. Durante toda esta
ceremonia litúrgica, los dones (pan y vino) sin incensados varias veces y quedan
depositados en una pequeña mesa cercana al altar del sacrificio eucarístico
llamada “Prótesis”.
Liturgia de la Palabra
Siguen tres antífonas que varían según el día, siendo las dos primeras seguidas
por una letanía corta y una oración. La tercera antífona es seguida de la llamada
“Pequeña Entrada” con los libros de los Evangelios y de unos “troparios” y
“kontakios” prescritos según el día, el tiempo litúrgico o el templo en el que se
celebra la Divina Liturgia. Después de haber entrado se canta el Trisagio:
“Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros”.
A continuación viene el rito de la proclamación de la Palabra de Dios. La
proclamación de las Escrituras se anuncia con el “prokímenon”, que consiste en
el canto de unos versículos de los salmos en forma responsorial. Entonces el
lector proclama cantando la lectura de un pasaje de los Hechos de los Apóstoles
durante el tiempo de Pascua o de una Epístola. En el modo ruso, recordando
como la primitiva Iglesia fue surgiendo de las catacumbas, el lector comienza el
canto en voz baja, la cual va alzando para terminar el texto cantado con una voz
aguda. Normalmente, se tiene tonos apropiados y se acompaña, sobre todo el
Evangelio, con hermosos melismas.
Se canta un triple aleluya, también con versos como en el prokímenon. Este
aleluya anuncia el canto solemne del Evangelio, antes del cual existe un breve
intercambio de plegarias entre el sacerdote y los fieles. A continuación el
diácono canta el Evangelio. Aunque la homilía siempre es al final de la Liturgia,
en algunas iglesias se ha introducido esta costumbre totalmente extraña y que
corta el dinamismo de la Liturgia.
La ceremonia continúa con la llamada “Letanía de la ferviente súplica”, la cual va
remarcada insistentemente con la triple repetición del “Señor ten piedad”. Los
días entre semana y, sobre todo los sábados, día dedicado a la memoria de los
difuntos, se hace a continuación la “Letanía por los difuntos”. La primera parte
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de la Liturgia concluye con la Letanía por los catecúmenos, por aquellos que
están esperando el bautismo.
Liturgia Eucarística
Esta parte de la Divina Liturgia se inicia con dos letanías en las que se pide por
los fieles y con la “Gran Entrada” cantando el llamado “Himno de los
querubines”, himno atribuido al emperador Justiniano I: “Nosotros, que
místicamente representamos a los querubines, cantamos el himno tres veces
santo a la Divina Trinidad, dejando de lado las preocupaciones de este mundo,
para que podamos recibir al único Rey, quien viene invisible, escoltado por los
coros celestiales”. Mientras se canta este himno, el sacerdote va a la mesa de la
“Proskomedia”, da la patena al diácono y él mismo coge el cáliz. Se organiza una
procesión saliendo el diácono y el sacerdote por la puerta norte del iconostasio
y llevando los dones se entra por la puerta principal del mismo, mientras el
diácono va cantando pidiendo que el Señor se acuerde de todas las personas.
Mientras la procesión se realiza, los fieles siguen cantando el “Himno de los
querubines”. Si en la ceremonia no hay diácono, esta Gran Entrada la realiza
solo el sacerdote portando la patena y el cáliz. Todo este rito es lo que nosotros
llamaríamos el ofertorio. Posteriormente, el sacerdote bendice a los fieles y
todos rezan el “Símbolo de la Fe” (el Credo).
Tras el rezo del Credo, el sacerdote comienza la “anáfora”, que es la gran
oración eucarística sobre las ofrendas, que se inicia con la frase “Levantemos los
corazones”. Como dije al principio, las dos anáforas principales son la de San
Juan Crisóstomo y la de San Basilio el Grande. Después de recordar la historia
del pecado del hombre, de la redención efectuada por Cristo y de la institución
de la Eucaristía, el sacerdote invoca al Espíritu Santo (epíclesis) pidiéndole que
descienda sobre los dones convirtiéndolos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. La
doctrina ortodoxa afirma que la transustanciación (Metamorfosean) se realiza
en el momento de la epíclesis. Desde ese momento, el pan y el vino son
tratados como el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
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Después de haber invocado al Espíritu Santo y a los dones consagrados, el
sacerdote conmemora a los santos, empezando por la Madre de Dios. Se canta
un antiguo himno en honor de la Virgen,
el sacerdote ora por el patriarca, el
obispo y por el clero y fieles para que
todos se mantengan dentro de la fe
ortodoxa y conserven la salud del alma y
del cuerpo. La plegaria eucarística va
seguida de una Letanía y del canto del
Padre Nuestro.
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Después de la comunión del clero, se distribuye la comunión entre los fieles bajo
las dos especies.
10.4 PENITENCIA
Pecado es todo aquello que va en contra del amor de Dios y del prójimo. Es una
ofensa a Dios, infinitamente bueno y amable, y es también una ofensa a nuestra
dignidad y a la de nuestros hermanos. Todo aquello que divide, corrompe y
destruye al hombre en si mismo y en sus relaciones con los otros.
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Tenemos la confianza de recibir su perdón y misericordia, si buscamos en una
forma sincera y honesta el perdón de Dios, que son sin límites.
De este modo los apóstoles y los sacerdotes recibieron el poder de perdonar los
pecados, en nombre de Jesús.
Jesús, porque nos ama, quiere lo mejor para nosotros. Por eso busca que cada
día seamos mejores. Para eso es necesario que cambiemos de vida. Dejar todo
aquello que nos separa de Dios.
Jesús no aplaude el pecado, pero ama a los pecadores y siempre esta dispuesto
a perdonarlos. Todos somos pecadores. Esto quiere decir que no hacemos la
voluntad de Dios, sino que seguimos nuestra propia voluntad.
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Para el momento difícil de la enfermedad, Cristo nos sale al paso con el
sacramento de la Santa Unción de los Enfermos.
Se usa el Óleo en este Misterio como una señal de la presencia, poder y perdón
de Dios. Después de la lectura de siete Epístolas, siete Evangelios y siete
Oraciones, todos dedicados a sanar, el sacerdote unge el cuerpo con el Óleo
santo. La Ortodoxia nos reserva este misterio solamente a los moribundos. Se
ofrece a todos los que están enfermos del cuerpo, mente o espíritu. La Iglesia
además celebra el misterio, para todos sus miembros durante la Semana Santa,
en el día miércoles Santo.
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10.6 SANTO MATRIMONIO
Desde las primeras páginas de la Biblia, o sea, desde la creación del mundo, Dios
dijo al hombre y a la mujer: “crezcan y multiplíquense”.
Esto significa que desde los albores de la humanidad, Dios mismo pensó en la
familia. La familia, por tanto, no es una institución humana, sino que fue
fundada por el mismo Dios.
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En el oficio del Matrimonio Ortodoxo, después de que la pareja ha sido
comprometida y se han puesto las argollas, los novios son coronados con las
“Coronas de Gloria y Honor” significando esto el establecimiento de una copa
común que es reminiscencia de las “Bodas de Cana de Galilea” y que simboliza
el compartir las cargas y alegrías de su nueva vida.
“Dios lo hizo hombre y mujer, por eso dejara el hombre a su padre y a su madre
para unirse con su esposa y serán los dos uno solo. De manera que ya no son
dos, sino uno solo. Pues bien, lo que Dios
unió, que no lo separe el hombre”.
(Mateo 10, 6-9)
10.7 ORDEN
SAGRADO
El Espíritu
Santo
conserva la
continuidad
de la Santa
Iglesia, mediante el sacramento del Orden Sagrado
o como también se le conoce “La Imposición de las
Manos”, mediante la ordenación. Hombres que han
sido elegidos dentro de la Iglesia, están consagrados por ella para administrar
en la comunidad de los creyentes. El Espíritu Santo llena aquellos que han sido
llamados por Dios para dedicar sus vidas a la salvación del Pueblo de Dios, para
estar en medio de la comunidad, como Pastor y Maestro, como el representante
de la parroquia delante del Altar. Cada Sacerdote es también un icono vivo de
Cristo en medio de su Pueblo. Todos los cristianos ortodoxos, no solamente los
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que han sido ordenados, están llamados a ofrecer de su tiempo, de sus tesoros,
en servir tal como Cristo sirvió a nosotros.
Siguiendo la práctica de la Iglesia ortodoxa, hay tres órdenes mayores, cada una
de las cuales requiere de una ordenación especial. Estas son:
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11. LA SANTÍSIMA MADRE DE DIOS
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Orígenes. En el Segundo Concilio Ecuménico, en el año 431, dicho término
ocupó un lugar primordial, como una confirmación de la fe cristiana en
Jesucristo como Dios verdadero y hombre verdadero. Maria no dio a luz a un
simple hombre en el que se encarnó el Hijo de Dios, sino el mismo Hijo de Dios
se hizo hombre. Tal expresión se propagó rápidamente, convirtiéndose en un
punto central de los himnos y oraciones populares.
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La Virgen María está orgánicamente vinculada a cada celebración eucarística.
Esto significa que, en Su calidad de Madre de Cristo es también Madre de la
Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo y, en consecuencia, Madre nuestra también,
desde el momento en el que, al recibir el Sacramento del Bautismo “nos hemos
vestido en Cristo”, siendo adoptados como hijos y miembros de Su Cuerpo.
Podemos decir, incluso, que si Cristo es la Cabeza de la Iglesia, Su Mamá es el
corazón, estando en medio de los creyentes, sufriendo con todos,
alimentándolos, guiándolos hacia Su Hijo, de Quien nunca se separó – ni
siquiera junto a Su Cruz, de la que también tomó parte (Lucas 2, 35); del mismo
modo, entonces, Ella nunca se separa de nosotros.
La palabra icono viene del griego: "eikôn" que significa " imagen", " retrato". La
Natividad de Cristo marca el nacimiento del icono. El Verbo se hizo carne, el
Invisible se volvió visible, Dios tomó una cara humana.
Una Cara única que se repite a través de las caras de la Madre de Dios y de los
santos bañados en la misma luz increada.
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El icono es producto de la adoración y de la meditación desarrollada con
paciencia por generaciones de pintores; es fruto de la tradición, no de la
intuición, sensibilidad, o abstracción individualista. El iconógrafo es el
instrumento que ejecuta una obra que va más allá del propio individuo. No debe
por lo tanto reflejar su estado anímico o sensibilidad. De hecho, no debe
siquiera verse la firma del iconógrafo
En los iconos, los cuerpos son abstractos y las caras no demuestran ni felicidad
ni tristeza humanas. Estados y emociones como oración, reverencia, silencio,
obediencia, predicación, temor, culpa, sorpresa y lamentaciones se expresan
por actitudes y posiciones específicas de las manos y la cabeza.
Los iconos no son meramente ” adornos ” para el templo, sino que tienen una
función teológica y litúrgica. En el templo sirven como un punto de encuentro
entre el cielo y la tierra.
Las imágenes de Cristo, los Santos y los Ángeles, visibles a la congregación local,
mientras reza, hacen que los fieles recuerden constantemente la presencia
invisible de todos los habitantes del cielo en la Divina Liturgia. Los fieles pueden
sentir que los muros de la Iglesia se abren hacia la eternidad.
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Por lo tanto, el icono no es únicamente una imágen que decora, sino también
que inspira, eleva, educa y nos recuerda la presencia de aquel a quien
representa.
13. EL TEMPLO
La iglesia cree que Dios es el Creador del cielo y de la tierra, y está presente a
través de su fuerza creativa manifiesta en su obra.
Por esta razón, todos los templos ortodoxos están bendecidos, consagrados y
dedicados como lugar sagrado. El templo entero es un testimonio de la
presencia de Dios en medio de su pueblo.
“Que el cristiano considere bien que cuando él entra al templo, entra en otro
cielo. Esa misma majestad de Dios que está en el cielo, está también en su
templo y por lo tanto, el cristiano debe entrar a él con reverencia y devoción.”
El Vestíbulo: Es el lugar donde los fieles hacen una ofrenda, reciben una vela, la
cual colocan delante de un icono, y ofrecen una oración personal antes de
entrar a la Nave.
La Nave: Es la gran área central del templo. Aquí, los fieles se congregan para la
Liturgia.
En el lado derecho de la Nave está el trono del Obispo, desde donde él preside
como icono vivo de Cristo en medio de su pueblo. Aún en la ausencia del
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Obispo, el trono nos hace recordar que la parroquia no es una entidad aislada,
sino una parte de la diócesis encabezada por el Obispo.
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Exterior del Templo Ortodoxo:
Los templos ortodoxos se construyen hacia el oriente, es decir, del lado de la
luz, desde donde asciende el sol porque Cristo representa a la luz. Cada templo
se consagra a un santo o a un acontecimiento santo.
La base de la construcción puede tener distintas formas: una cruz en
representación de la cruz donde murió Jesús, un circulo evocando la eternidad
del Señor, un octágono imitando una estrella que nos guía por el mundo o una
forma parecida a un barco alargado representando al Arca de Noé que nos lleva
a través de las aguas tormentosas de la vida hacia la paz del reino de los cielos.
La construcción misma concluye en su parte superior en una o más cúpulas que
representan al cielo y que en su parte superior son coronadas por una pequeña
esfera sobre la cual se erige una cruz en honor de la cabeza de la iglesia,
Jesucristo. Una sola cúpula representa a Jesucristo, dos representan su
naturaleza terrenal y divina, tres la Santísima Trinidad, 5 representan a Jesús y
los 4 evangelistas, 7 a los 7 sacramentos y las 7 iglesias universales, 9 a los
nueve rangos de ángeles, 13 a Jesús y los 12 apóstoles. La cantidad de cúpulas,
sin embargo, también puede ser mayor.
La forma de la cúpula también tiene un significado simbólico. Con forma de
yelmo (imagen inmediatamente anterior) representa la batalla contra las
fuerzas del mal por parte de la Iglesia mientras que si es la clásica forma de
cebolla (imagen previa a la anterior) representa la llama de una vela encendida
recordando las palabras de Jesús “Ustedes son la luz del mundo” (Вы-свет
миру, Vy-svet miru).
El color dorado de la cúpula representa la gloria celestial. Cúpulas así están
presentes en las iglesias principales y en aquellas consagradas a Cristo y a las 12
festividades más solemnes de la Iglesia ortodoxa. Las cúpulas azules con
estrellas están consagradas a la Santa Madre porque la estrella recuerda el
nacimiento de Cristo de la Virgen María. Las iglesias de la Trinidad tenían
cúpulas verdes porque es el color del Espíritu Santo (Святой Дух, Svyatoy Dux)
en tanto que aquellas consagradas a los santos están coronados por cúpulas
verdes o plateadas.
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En la ortodoxia rusa se acostumbra tener en cada templo 6-8 de estas cúpulas
coronadas por cruces, cruces que siempre miran hacia el oeste y se distinguen
de la cruz latina por la presencia de dos travesaños adicionales de menor
longitud que el travesaño central: uno superior y otro inferior e inclinado
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"La buena noticia" — toques regulares de una campana grande. Se ejecuta de la
siguiente forma: primero se producen tres toques distanciados, lentos y largos,
después siguen los toques regulares. También el de "La buena noticia" se
diferencia en dos tipos: el común, cuando se toca la campana más grande, y el
de cuaresma o el distanciado, cuando se toca una campana de menor tamaño,
en los días de la semana durante la Cuaresma.
El tañido propiamente es cuando se tocan todas las campanas a la vez; sus
formas son:
"El triple tañido": toque de todas las campanas, con una corta pausa entre las
repeticiones (toque en tres tandas). Se oye durante la vigilia nocturna y la
liturgia.
"El doble campaneo" lo mismo, sólo con doble repetición (en dos tandas). Se
hace en "vigilia nocturna";
"El repique": toque consecutivo en cada una de las campanas (uno o más
golpes), comenzando por la más grande y llegando a la menor de todas, y
repitiendo toda la serie varias veces. Se hace en liturgia y en casos especiales:
durante la Semana de postración ante la Cruz, durante la víspera del Gran
Viernes Santo; antes de la procesión con el sudario, durante maitines del Gran
Sábado Santo, en el día de la Exaltación de la Cruz.
"Toque lento": toque lento en cada campana consecutivamente, comenzando
de la más pequeña, hasta la más grande; Después de tocar la campana mayor,
se tocan todas las campanas juntas; la serie se repite muchas veces. El "toque
lento" se denomina también el "tañido fúnebre" por expresar tristeza y lamento
por el difunto. Sin embargo el toque lento siempre se corona por el "triple
tañido" como símbolo de la alegre noticia de la resurrección de los muertos.
Finalmente, existe el tañido "alarma". Es un toque muy seguido, generalmente
de una campana mediana especial. Se usa como aviso de un peligro
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13.1 EL ICONOSTASIO
El iconostasio es una pared más o menos sin interrupciones que va desde la
parte septentrional a la meridional del templo, y en la cual, en un orden
delimitado, se colocan los iconos. Esta pared separa el santuario de la parte
central del templo ortodoxo. En el iconostasio hay tres puertas. La puerta
central, con dos hojas, recibe el nombre de puerta santa, y está prohibido que
entre por ella nadie que no sea clérigo. A la derecha se encuentra la puerta
meridional, llamada también puerta diaconal, y a la izquierda la puerta
septentrional.
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NIVEL 1 — ORDEN LOCAL
1. Icono local
2. La Puerta Septentrional con el Arcángel Miguel
3. Icono de la Madre de Dios
4. La Última Cena
5. La Puerta Santa
6. La Anunciación: el Arcángel Gabriel
7. La Anunciación; la Virgen María
8-9-10-11. Evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan
12. Icono del Salvador
13. La Puerta Meridional con el Arcángel Gabriel
14. Icono del templo
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13.2 EL SANTO ALTAR
El objeto más importante dentro del Santo Altar es Santa Mesa, donde está el
antimisio (una pieza de tela rectangular a la que está cosida la reliquia de un
santo o mártir), el evangelio, una cruz, el cáliz y otros objetos necesarios para
realizar la Divina Liturgia.
El lugar situado tras el Altar se denomina “el lugar celestial” y es el sitio más
sagrado de todo el templo. Ahí se coloca un gran candelabro de siete brazos y
una cruz.
Cerca de la pared del Altar orientada al norte se sitúa la Prótesis, mesa auxiliar
donde se prepara el pan y el vino para la Liturgia. Al lado de la pared opuesta
frecuentemente está situada la sacristía, donde se guardan las vestimentas de
los sacerdotes.
El Altar está separado del resto del templo por el iconostasio, un tabique con
filas de iconos que simbólicamente separa el cielo y la tierra. Sin embargo, una
parte del Altar queda delante del iconostasio. Es una elevación que se llama
“solea”, en el centro de la cual está el ambón o púlpito, uno de los lugares más
simbólicos del templo. Desde el ambón el sacerdote realiza la Liturgia y
pronuncia el sermón.
A los lados de la solea están los coros, donde durante el servicio se canta. Ante
los coros frecuentemente están colocados los confalones o estandartes. Algunos
templos tienen una galería interna que también se usa para coros.
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En la iglesia ortodoxa se usa solo el canto del coro, lo que explica la ausencia de
Instrumentos en los Oficios y la Divina Liturgia.
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14. El Cordón de oración y la Oración de Jesús
Dentro del mundo ortodoxo y desde los primeros tiempos de la iglesia se utiliza
un cordón de oración (llamado “komboskini” por los griegos, “chotki” por los
rusos) amarrado a la muñeca a fin poder ayudar al feligrés en la tarea incesante
de “orar sin cesar” como recomendara San Pablo en su epístola a la comunidad
de Tesalónica (1 Tes. 5, 17).
El Cordón – que puede ser de 10, 25, 33, 50 o 100 nudos – usualmente suele
confeccionarse en lana pura (también puede hacerse con cuentas de madera u
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otro material) para recordarnos que Jesucristo es el Cordero de Dios; y pueden
ser de distintos colores:
Comúnmente el ciclo de nudos (o cuentas) termina con una Cruz que pende del
cordón de marras y que es un recuerdo de la acción redentora de Nuestro Señor
y Salvador Jesucristo en el calvario y la borla que sigue al extremo inferior de la
Cruz, presentes en algunas Cuerdas, nos recuerda el consuelo a nuestras
lágrimas.
¿Y que se reza por cada nudo con el cordón de oración?: La Oración de Jesús
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La Oración de Jesús
La Oración de Jesús es para el ortodoxo una de las más oraciones más profundas
y místicas. Ha sido usada, enseñada y discutida a través de la historia del
cristianismo oriental. Ella refleja la enseñanza dada por Jesús en la parábola del
fariseo y del publicano (Lucas; 18:10-14), así como también la oración “¡Señor,
sálvame!” dicha por Pedro mientras se hundía en el Mar de Galilea (Mateo;
14:30).
“Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, que soy pecador”
Diversas oraciones se hacen con la cuerda:
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3. “Por la intercesión de la Theotokos (Madre de Dios), Señor Jesucristo, ten
misericordia de mí”
4. Kyrie eleison.
Cualquiera de estas cuatro variantes que se escoja debe decirse en cada nudo,
ya sea mientras se hace o mientras se reza con él. En el tradicional libro de la
Filocalia, ya se aconseja la imprecación más corta para los principiantes, el
“Kyrie eleison” (o sea “Señor ten piedad”), puesto que al ser breve hay una
menor propensión a la distracción o divagación mental.
“Señor Jesús Cristo, hijo de Dios, ten misericordia de (Nombre de la persona por
la que se reza.), pecador
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15. EL CICLO LITÚRGICO
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En la víspera de las fiestas y de los domingos el oficio de la tarde se celebra con
más solemnidad y se llama (vigilia) trasnoche, o sea - toda la noche, en recuerdo
de los tiempos antiguos, que el servicio duraba toda la noche y terminaba en la
mañana con la Liturgia.
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SEXTA HORA: La Crucifixión de Cristo
De los servicios eclesiásticos, (que existe además del anual): depende del
acontecimiento sagrado, o el santo al que se dedica cada día de la semana. Así,
el día domingo se dedica a la Resurrección de Jesucristo, el lunes - a los ángeles;
el martes - a los profetas con san Juan Bautista a la cabeza; los miércoles y
viernes - a la conmemoración de la pasión del Salvador en la Cruz (son días de
ayuno): el miércoles Judas de Iscariote traicionó a Jesucristo a los sumos
sacerdotes judíos, además el miércoles se conmemora a la Madre de Dios, El
jueves se recuerdan los santos apóstoles y sus sucesores (los obispos), entre los
cuales San Nicolás, el Milagroso se venera muy especialmente. El sábado se
recuerdan los santos monjes, los mártires y todos los santos, y también todos
los difuntos. (En el lenguaje eclesiástico eslavo el nombre actual de la semana
"nedelia" significa el domingo, "día sin quehaceres mundanos," y los 7 días de la
semana se llaman "sedmiza," o sea "grupo de los 7."
Cada día del año se dedica a la memoria de algunos santos y también a los
acontecimientos sacros, fiestas. Existen fiestas fijas, las cuales siempre se
festejan en las mismas fechas: la Navidad (con su precedente ayuno Navideño),
la Asunción de la Virgen (con ayuno previo). Además existen fiestas móviles, que
cambian de fecha cada año. Son las fiestas unidas con Pascua, como el Domingo
de Ramos, la Ascensión del Señor y Pentecostés.
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Pascua es una fiesta ortodoxa de máxima alegría. Es la "fiesta de las fiestas y el
festejo de los festejos." Señor Jesucristo resucitó de los muertos al día siguiente
de la Pascua judía, la cual en el año de su crucifixión cayó en día sábado. Como
la Pascua del Antiguo Testamento. Se festeja según el calendario lunar y todos
los años cae en distintas fechas, así la Pascua cristiana del Nuevo Testamento se
festeja de acuerdo a los cálculos del Viejo Testamento. El primer Concilio
Ecuménico designó festejar la Pascua cristiana siempre aparte de la de los
judíos, y siempre en el primer domingo después de luna llena primaveral.
Existen tablas de Pascua (pascalias), donde se indica la fecha de Pascua para
cada año. La pascua más temprana puede ser el 4 de abril (22 de marzo según
calendario juliano) y la más tardía el 8 de mayo (25 de abril). 7 semanas antes de
Pascua comienza el gran ayuno (Cuaresma).
Cada domingo de Cuaresma se dedica a un suceso especial. Una semana antes
de Pascua se celebra el Domingo de Ramos, 40 días después de Pascua se
celebra la Ascensión del Señor, y diez días más tarde - Pentecostés, la Trinidad
(el Descenso del Espíritu Santo sobre los apóstoles). Esta es la lista de las 12
fiestas principales, con sus fechas según el calendario nuevo (gregoriano):
Los versos de la fiesta están llenos de títulos como los que hemos citado arriba.
Son inspirados por el mensaje de la Biblia, tanto del Antiguo Testamento como
del Nuevo. Las lecturas bíblicas indicadas para la fiesta expresan esto mismo.
En el oficio de Vísperas, las tres lecturas tomadas del Antiguo Testamento son
“mariológicas” en su interpretación neotestamentaria. Es así entonces, que se
comprende que la escalera de Jacob que une el cielo con la tierra y el lugar que
es llamado “la Casa de Dios” y la “Puerta del Cielo” (Génesis 28,10-17)
simbolizan la unión divino-humana, la cual se realiza del modo más perfecto y
más completo, tanto en lo espiritual como en lo físico, en la persona de María la
Madre de Dios, la Progenitora de Dios. También simboliza a María la visión del
Templo con la “puerta al Oriente” perpetuamente cerrada y llena de “la gloria
del Señor”. Se refiere a ella en los himnos como “el templo vivo de Dios lleno de
la divina gloria”. (Ezequiel 43,27-44,4) María es también comparada a la “casa”
que la Sabiduría Divina construyó para sí, según la lectura de Proverbios 9, 1-11.
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La lectura del Santo Evangelio que se lee en el oficio de Matutinos es la misma
que se lee en todas las fiestas de María, el famosa Magníficat del Evangelio
según San Lucas en que María dice: “Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu
se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues
he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.” (Lucas
1,47-48)
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tiene esta fiesta eclesiástica, día de ayuno y arrepentimiento, en la Iglesia hoy
día.
Los textos de esta celebración cuentan cómo María fue llevada como niña
pequeña al templo por sus padres Joaquín y Ana, a fin de continuar allí su
educación con las vírgenes consagradas al servicio del Señor hasta que fueran
desposadas en matrimonio. Según la Tradición de la Iglesia, la Virgen fue
recibida solemnemente en el templo por la comunidad del templo, encabezada
por el sacerdote Zacarías, el padre de San Juan Bautista. La tradición agrega que
fue conducida al “santo de los santos” para ser “alimentada” allí por los ángeles,
y de devenir “santa y bendita entre todas” por Dios, para que a la vez ella
llegara a ser el santuario y templo vivo del Divino Niño que habría de nacer de
ella.
Sin duda, los versos del Salmo 45, que se emplean extensamente en los oficios
de la fiesta, fueron una gran inspiración para la celebración de la consagración
de María al servicio de Dios, en el Templo de Jerusalén.
La Iglesia Ortodoxa considera estas palabras del salmo como una profecía
directamente relacionada con María la Madre de Dios. Según el Evangelio de
San Lucas que se lee en la Vigilia de cada una de sus fiestas, María misma
pronuncia las siguientes palabras:
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Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán
bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el
Poderoso; Santo es su nombre, Y su misericordia es de generación en
generación a los que le teman. (Lucas 1,47-50)
En el oficio de Vísperas, se lee el capítulo cuarenta del libro del Éxodo acerca de
la edificación del templo, junto a pasajes del Primer Libro de Reyes y de la
Profecía de Ezequiel. Cada una de estas lecturas finaliza con exactamente las
mismas palabras: “pues la gloria del Señor ha llenado la morada del Señor Dios
Todopoderoso.” (Éxodo 40,35; I Reyes 8,11; Ezequiel 44,4)
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Así, la fiesta de la Entrada, o la Presentación, de la Madre de Dios en el Templo,
es la que celebra el fin del “Templo de piedra” en Jerusalén como la morada de
Dios. Cuando la niña María entra al templo, la época del templo llega a su fin, y
se revela el “preludio de la buena voluntad de Dios”. En este festejo celebramos,
en la persona de la Madre de Cristo Dios, que nosotros también somos templo y
morada del Señor.
Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos, y seré
su Dios, y ellos serán mi pueblo. (II Cor. 6, 16; Isaías 52, 11
D. LA NAVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO (7 ENERO )
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La fiesta de la Natividad de Cristo es celebrada de manera análoga a la de la
Fiesta de Pascua de Resurrección. Un ayuno de cuarenta días precede la fiesta,
con días preparatorios especiales que anuncian el pronto nacimiento del
Salvador. Así en el día de San Andrés (30 de noviembre) y el día de San Nicolás
(6 de diciembre), se cantan himnos que anuncian el nacimiento del Señor que
luego acontecerá.
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Al inicio de Matutinos de la Navidad, que junto al oficio de Completas forman la
Vigila de la Navidad, se leen los seis salmos matinales introducidos como
siempre por el versículo: Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra a los
hombres de buena voluntad. (Lucas 2,14). En los oficios litúrgicos de la Navidad,
generalmente se cantan estas palabras con gran solemnidad, más que en los
oficios diarios del resto del año. El oficio de Matutinos prosigue como de
costumbre. La lectura del Evangelio es de San Mateo (1,18-25), y habla del
nacimiento de Cristo. Todos los himnos y versos lo glorifican y celebran:
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su hijo, nacido de
mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin
de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a
vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama, ¡Abba, Padre! Así que ya
no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de
Cristo. (Gálatas 4,4-7)
Hoy una Virgen da a luz al Eterno, y la tierra ofrece una caverna al Inaccesible.
Ángeles y pastores le glorifican, y los magos siguen a una estrella. Hoy ha nacido
por nosotros un Niño: el Eterno Dios. (Kontakion de la Natividad de Cristo
Durante los primeros cuatro siglos de la historia de la Iglesia, la Natividad de
Cristo no se celebraba sola, sino juntamente con la Epifanía, como una gran
fiesta única de la aparición de Dios sobre la tierra, en forma del Mesías de Israel.
Más tarde se comenzó a celebrar la Natividad como tal en el día 25 de
diciembre, para desviar la atención de la fiesta pagana del Sol Invencible que se
celebraba en ese día. La fiesta de la Natividad del Señor fue establecida por la
Iglesia en forma consciente, en su esfuerzo de vencer a la falsa religión de los
paganos. Así, descubrimos que el Tropario de la Fiesta polemiza en contra de la
adoración del sol y de las estrellas, y llama a todos a adorar únicamente a Cristo,
el Verdadero Sol de Justicia (Malaquías 3,20), quien es adorado por todos los
elementos de la naturaleza.
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E. LA SANTA TEOFANÍA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO (19 ENERO )
Originalmente era la fiesta cristiana única de la manifestación de Dios al mundo
en la forma humana de Jesús de Nazaret. Incluía la celebración del nacimiento
de Cristo, la adoración de los Reyes Magos, y todos los acontecimientos de la
niñez de Jesucristo como su circuncisión y presentación en el templo, así como
su bautismo por San Juan en el Río Jordán. Es casi una certeza que esta fiesta, al
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igual a la Pascua de Resurrección y Pentecostés, se entendía como el
cumplimiento de una fiesta judía previa, en este caso, la Fiesta de las Luces.
Las profecías que se leen en la Teofanía repiten las palabras de Isaías “Dios está
con nosotros” y enfatizan la predicha venida del Salvador así como la venida de
su precursor, San Juan Bautista: Voz que clama en el desierto: Preparad camino
al Señor; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado,
y abájese todo monte y collado; lo torcido se enderece, y lo áspero se allane; y
toda carne verá la salvación de Dios. (Isaías 40,3-5; Lucas 3,4-6)
El verso bautismal de Gálatas 3,37 reemplaza otra vez al Trisagion. (Santo Dios)
Las lecturas del Evangelio seleccionadas para leer en todos los oficios de la
96
Teofanía hablan del bautismo de Jesús por Juan en el Río Jordán. La lectura de la
Epístola en la Divina Liturgia habla de las consecuencias de la aparición del
Señor, que es la Divina Epifanía.
Oh Cristo Rey, como humano vino al río para lavarse. Tomaste la iniciativa para
recibir el bautismo como esclavo de la mano del Precursor por nuestros
pecados, oh Amante de la Humanidad. (Himnos de la Bendición Mayor de las
Aguas).
97
A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid,
comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche… (Isaías
55,1-13)
Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación. Y diréis en aquel día:
Cantad al Señor, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obra…
su Nombre es engrandecido … Regocíjate y canta … (Isaías 12,3-6)
99
Así la santificación y el rocío del agua de la Epifanía no es ningún ritual pagano.
Es la expresión de hecho más central de la visión cristiana del ser humano, de su
vida y de su mundo. Es el testimonio litúrgico de que la vocación y el destino de
la creación es de ser llena “de toda la plenitud de Dios”. (Efesios 3,19)
F. LA PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO
(15 DE FEBRERO)
Cuarenta días después de nacer, Cristo fue presentado a Dios en el Templo de
Jerusalén, conforme a la ley mosaica. Al mismo tiempo, su madre se sometió a
la purificación ritual, y ofreció a Dios los sacrificios prescritos por la ley judía. Por
lo tanto, cuarenta días después de la Natividad, la Iglesia Ortodoxa celebra la
fiesta de la presentación, llamada el Santo Encuentro o la Presentación de Cristo
en el Templo.
100
El acontecimiento principal de esta fiesta es el encuentro de Cristo con el
anciano Simeón y la profetiza Ana. (Lucas 2,22-38) A Simeón “le había sido
revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido
del Señor” (Lucas 2,26) e, inspirado por el mismo Espíritu, fue al Templo donde
encontró al Mesías. Lo tomó en sus brazos, y proclamó las palabras que hasta el
día de hoy son cantadas al final de cada oficio de Vísperas:
101
La celebración del Encuentro del Señor en el Templo no es una mera
conmemoración histórica. Inspirados por el mismo Espíritu que inspiró a
Simeón, y llevados por el mismo Espíritu hasta la Iglesia del Mesías, los
miembros de la Iglesia también afirman su propio “encuentro” con el Señor, e
igualmente pueden dar testimonio de que ellos pueden irse “en paz” pues sus
ojos han visto la salvación de Dios en la persona de Su Cristo. Salve, oh Virgen,
Madre de Dios, llena de gracia. Porque de ti resplandeció el Sol de Justicia,
Cristo Dios Nuestro. Iluminando a los que están en las tinieblas. Regocíjate, oh
justo anciano, llevando en tus brazos al Libertador de nuestras almas, Él que nos
concede la resurrección. (Tropario)
102
Según la tradición local de algunas iglesias, el sacerdote bendice velas en la
iglesia en este día. Estas velas nos recuerdan de nuestro encuentro con Cristo,
Luz que ilumina a todos.
Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de
la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en
donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú
entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba
qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has
hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz
un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del
Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la
casa de Jacob para siempre, y su reino de tendrá fin. Entonces María dijo al
ángel: ¿Cómo será esto? Pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo:
El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su
sombra; por lo cual también el Ser Santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
Y he aquí tu parienta Elizabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este
es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque no hay nada imposible
para Dios. Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; Entonces hágase
conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia. (Lucas 1,26-
38)
103
Los servicios de la fiesta de la Anunciación, Matutinos y Divina Liturgia,
enfatizan repetidamente la gozosa proclamación de la salvación de los seres
humanos en el nacimiento del Salvador.
Ya que esta fiesta normalmente cae durante la Gran Cuaresma, la forma en que
se celebra varía de año en año, dependiendo del día en que cae. Si es un día de
semana durante la Gran Cuaresma, lo que es lo más común, se celebra la Divina
Liturgia de la fiesta en la tarde junto al oficio de Vísperas, luego de abstinencia
de todo el día. Cuando esto suceda, se sigue las normas de abstinencia para la
Liturgia de los Dones Presantificados. La Divina Liturgia de la Anunciación es la
única celebración de la liturgia eucarística de San Juan Crisóstomo que es
permitida en un día de semana durante la Gran Cuaresma.
104
H. GRAN DOMINGO DE RAMOS
105
con quienes no había tenido prácticamente nada que ver anteriormente. En los
últimos días de la Gran Cuaresma, los himnos ponen su acento en la futura
muerte de Cristo, que él había anunciado repetidamente, como nos dicen los
Evangelios. Es más, en el sábado de Lázaro (la víspera del Domingo de Ramos)
los autores del libro del Triodion recuerdan la ira de los fariseos debido al
milagro que Jesús había obrado, resucitando a su amigo de Betania. Al combinar
los textos de los Evangelios con la himnografía de la Iglesia, que es de hecho una
especie de comentario bíblico y poético, podemos entender por qué la entrada
en Jerusalén era, al mismo tiempo, un acto de coraje y de condenación de todas
las falsas esperanzas mesiánicas. Jesús era completamente consciente de que
sus oponentes en Jerusalén, que criticaban incluso el hecho de que Él curara en
sábado, como si pretendiese ofender las normas del Sabbat al hacer esto. Pero
también sabía que muchas facciones judías intentarían ocultarse bajo su sombra
y transformarlo en un Mesías en quien realmente era, pero en uno de corte
político. Así que él puso en escena, como un gran maestro, una entrada
simbólica. Primero, Él delegó en sus discípulos el encontrar un joven asno, que
nunca hubiese sido montado, para su trayecto. Podría haber ido simplemente a
pie, como seguramente había hecho muchas veces, pero eligió montar a un
animal humilde, es más, prefirió un pollino en lugar de un semental, para que su
entrada fuera como la de un emperador, aunque careciendo de gloria mundana.
Juan el Evangelista cuya versión es leída durante la Divina Liturgia (Jn 12, 119)
relata este episodio en pocas palabras, comenzando con la unción de María,
hermana de Lázaro
Poco después, en pocos versículos, habla del suceso de la entrada citando una
profecía de Zacarías (9,9): “No temas, hija de Sión, mira que tu Rey viene,
sentado en un pollino de asna” (Jn 12, 15). El evangelista hace notar que esta
profecía fue comprendida por los discípulos sólo después de su glorificación, y
que toda esta multitud estuvo allí debido al milagro que Jesús había obrado en
Betania. Los otros evangelistas narran un poco más sobre dicho suceso (Mt 21,
116; Mc 11, 111; Lc 19, 2844), empezando con la historia del pollino, siguiendo
con la entrada, citando tanto la profecía de Zacarías como las palabras de la
106
multitud: “Bendito el que viene en el nombre del Señor” (Salmo 117, 26), y
terminando con el episodio de la expulsión de los mercaderes del templo, que
causó mayor furia en los círculos de fariseos y sacerdotes. Cuando éstos
pidieron a Jesús que calmara a la multitud, Él respondió con el salmo mesiánico:
“De la boca de los niños y de los que aún maman fundaste la fortaleza“. (Salmo
8,2).
El Synaxarion de la fiesta interpreta las palmas cortadas de los jardines para dar
la bienvenida a Jesús como una premonición de la victoria de Cristo contra la
muerte, “porque era costumbre que los hombres victoriosos en las guerras
fueran honrados y acompañados en procesiones triunfales con ramas de árboles
verdes”, y esto sigue interpretándose al pollino de asna como símbolo de los
paganos convertidos al cristianismo. La liturgia del Domingo de Ramos difiere de
la habitual en los domingos en algunos puntos. El libro del Evangelio no es
sacado para la veneración durante el servicio matutino, como es habitual. La
Divina Liturgia tiene antífonas especiales, como sucede en las grandes fiestas, y
termina con la bendición de ramas frescas de árboles, que se consagran con
agua bendita y se comparten con todos los participantes de la fiesta. Las palmas,
muy habituales en los países mediterráneos, pero bastante raras en el norte,
son sustituidas por ramas de sauce en Rumanía o abedul en Rusia, Ucrania,
Polonia y Bielorrusia. Muchos cristianos usan estas ramas en sus hogares,
poniéndolas en las puertas, cerca de los iconos, plantándolas en sus jardines
como símbolo de frescura y abundancia. Algunas veces estas ramas incluso
llegan a echar raíz y crecer como nuevos árboles, como yo mismo he podido ver,
debido a la abundancia de lluvias primaverales y las facultades de los sauces. A
veces se organizan procesiones desde la iglesia, en recuerdo de la multitud que
acompañó a Cristo en la entrada a Jerusalén.
107
Tanto en las casas como en los monasterios esta fiesta se celebra con la
autorización para comer pescado y beber vino, como fortalecimiento antes de
Semana Santa, que es fuertemente ascética en todo lo que tiene que ver con la
comida y la bebida. La Semana Santa, de hecho, empieza unas pocas horas
después de la liturgia, el domingo por la noche con el servicio matutino del
Lunes Santo. De hecho, como hice notar en el otro artículo, durante este tiempo
los servicios matutinos tienen lugar la tarde anterior y los servicios nocturnos a
mediodía. El tiempo ya no tiene paciencia.
108
I. LA GLORIOSA RESURRECCIÓN DE JESÚS
109
A la hora de cantar el Canon los Sacerdotes celebrantes inciensan totalmente el
templo y saludan a los fieles con las palabras: "Cristo Resucitó" a lo cual los
fieles responden: "En verdad Resucitó!" Al final del Matutino se lee el inspirado
Sermón de San Juan Crisóstomo que empieza con las palabras: "Si alguien es
piadoso..." El oficio usual de Las Horas no se lee y se sustituye por cantos de
himnos de Pascua. La Liturgia se oficia a continuación del Matutino. En lugar de
los usuales Salmos se cantan antífonas especiales; cortas oraciones con versos;
en lugar de la oración: "Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal," se canta:
"Aquellos bautizados en el Nombre de Cristo."
110
El día de la Santa Pascua los fieles se saludan unos a otros con besos fraternales
diciendo las palabras: !"Cristo Resucitó!" y la otra persona responde: "En Verdad
Resucitó!" y se intercambian huevos coloreados que sirven como símbolo de La
Resurrección. Durante todos los días de la semana de la Pascua, la puerta de
entrada al Santuario, llamada Puerta Real, permanece abierta simbolizando que
con la Resurrección de Cristo todas las personas tienen abierto el acceso al
Cielo. Desde el primer día de La Santa Pascua hasta la celebración de la Liturgia
de La Santa Trinidad (durante 50 días) no se deben hacer reverencias inclinando
la cabeza hasta el nivel del suelo.
111
J. LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
Después de decir esto los llevó hacia el monte de los Olivos, que se encontraba
hacia el oriente de Jerusalén. En la expectativa, de que algo importante debía
suceder, comenzaron a preguntarle: "¿Señor, es este el tiempo en el que Tu
restaurarás el reino de Israel?" Los apóstoles, así como la mayoría de los
hebreos, esperaban, que el Mesías iba a ser un rey-conquistador, quien
realizaría grandes cambios sociales, liberaría a su pueblo del dominio extranjero,
y les traería gloria y prosperidad. A los apóstoles les parecía completamente
lógico, que por cuanto el Señor resucitó de entre los muertos, que ya había
finalizado el período de Su voluntaria humillación, y que ya era tiempo de
declararse a todo el pueblo, como el Mesías tan largamente esperado.
— "No os toca a vosotros saber los tiempos o los plazos, que el Padre puso en su
potestad"; — contestó Jesucristo: — "Pero recibiréis poder, cuando haya venido
sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda
Judea, en Samaria, y hasta los últimos confines de la tierra." En otras palabras,
quiso decir no trataran de prever, cuándo y precisamente qué cambios visibles,
deberían acontecer en el mundo. Vuestra labor será preparar las condiciones
necesarias para su aparición, para que la gente crea en Mí, como Salvador del
mundo, y reciban Mis enseñanzas. Esto será un trabajo grande y difícil, más
Dios-Padre, os fortalecerá con la fuerza de Su Gracia.
Después de decir esto Jesucristo los bendijo, y comenzó, ante sus ojos, a
separarse de la tierra, elevándose cada vez más y más. Viendo esto, los
112
discípulos Lo reverenciaron, y el Señor alejándose, continuaba bendiciéndolos.
Los Apóstoles no querían desviar su vista de Cristo, ni aun después, que Él Se
ocultó totalmente detrás de las nubes. Después de esto se les aparecieron dos
ángeles con vestiduras blancas como la nieve, y les dijeron: "¡Varones Galileos,!
¿Por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que se ha elevado ahora al
cielo, así vendrá como lo habéis visto ir al cielo!"
Alegrados con esta promesa, los apóstoles descendieron del monte y regresaron
a Jerusalén… Aquí, diariamente reuniéndose en la habitación de Sión, en oración
y en la lectura de las Sagradas Escrituras, esperaban el descenso sobre ellos del
Espíritu Santo (Hechos l-er. cap.) Acudían a estas reuniones también otros
discípulos de Jesucristo y algunas de las mujeres miróforas. Evidentemente, este
era el mismo aposento, donde, menos de dos meses atrás, en la víspera de Sus
padecimientos en la cruz, el Señor Jesucristo realizó la Última cena.
113
Así, con Su Ascensión, el Salvador finalizó Su servicio sobre la tierra, que Él
cumplió para la redención de los hombres pecadores. Su permanencia sobre la
tierra fue el tiempo de Su voluntaria humillación, pobreza y padecimientos, que
culminaron en la oprobiosa y dolorosa muerte en la cruz. Ahora Él regresó al
mundo de Su eterna gloria. Siendo siempre igual al Padre por Su naturaleza
Divina, con la ascensión al Cielo Él "se sentó a derecha" de Dios-Padre — es
decir, también como Hombre, recibió aquella potestad, grandeza y gloria, las
cuales Le corresponden, por ser el Hijo de Dios. Desde entonces Él, como
Cabeza de la Iglesia fundada por Él, rige los destinos del mundo. De allí
entonces, antes del fin del mundo, nuevamente vendrá en toda Su Divina gloria,
rodeado por ángeles y santos, para resucitar a todos los hombres y retribuir a
cada uno según sus obras. Entonces los salvados entrarán en Su Reino de gloria,
el que no tendrá fin.
116
El oficio de Vísperas Mayores de Pentecostés es caracterizado por tres largas
oraciones durante las cuales los fieles se arrodillan por primera vez desde la
Resurrección. [5] En la Iglesia Ortodoxa, el día Lunes después de Pentecostés se
conoce como la fiesta del Espíritu Santo, y el domingo después de Pentecostés
es la fiesta de Todos los Santos. Esta es la secuencia lógica ya que la venida del
Espíritu Santo logra su acabamiento en la santificación de la humanidad, fin
último de la creación y salvación del mundo. “Así dice el Señor: Vosotros por
tanto os santificaréis, y seréis santos, porque Yo, Tu Dios, soy santo.” (Levítico
11,45-46; I Pedro 1,15-16)
117
Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo, Levantaos y no temáis. Y alzando
ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús sólo. Cuando descendieron del monte,
Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del
Hombre resucite de los muertos. (Mateo 17,1-9; ver también Marcos 9,1-9;
Lucas 9,28-36; II Pedro 1,16-18)
La fiesta judía de las Tiendas era una celebración de la morada de Dios con los
seres humanos, y la transfiguración de Cristo revela que Dios “habita” en el
Mesías y se manifiesta por él, hombre de carne y huesos. No hay dudas de que
la transfiguración de Cristo sucedió en el tiempo de la Fiesta de las Tiendas, y
que la celebración del acontecimiento en la Iglesia Cristiana llegó a ser el
cumplimiento neotestamentario de esta fiesta del Antiguo Testamento, de
manera muy similar a las fiestas de la Pascua y Pentecostés.
118
Moisés y Elías, según los versos litúrgicos, no son solamente las más grandes
figuras del Antiguo Testamento quienes vienen ahora para adorar al Hijo de Dios
en gloria, ni tampoco son meramente dos de los varones santos a quienes Dios
se reveló en las teofanías prefigurativas de la Antigua Alianza de Israel. Estas dos
figuras en verdad representan el Antiguo Testamento mismo: Moisés
representa a la Ley, y Elías a los Profetas. Y Cristo es el cumplimiento de la Ley y
de los Profetas (Mateo 5,17)
Ellos también representan a los vivos y a los muertos, pues Moisés falleció y se
conoce su lugar de sepultura, mientras Elías fue llevado al cielo vivo para
aparecer nuevamente a anunciar el tiempo de la salvación de Dios en Cristo.
120
seres humanos son salvados de las tribulaciones, sufrimientos y muerte de este
mundo; y que, en verdad habiendo fallecido, fue resucitada por su Hijo como la
Madre de la Vida, y ya participa en la vida eterna del paraíso que es prometida a
todos los que “oyen la palabra de Dios y la guardan.” (Lucas 11,27-28)
Los servicios de la fiesta repiten el tema principal, que la Madre de la Vida ha
pasado “al gozo celestial, al regocijo divino, y a la alegría eterna” del Reino de Su
Hijo (verso de las Vísperas). Las lecturas del Antiguo Testamento, así como las
lecturas del Evangelio para la Vigilia y para la Divina Liturgia, son exactamente
las mismas que se leen para las fiestas de la Natividad de la Virgen y la de su
Presentación en el Templo. Así, en Matutinos nuevamente escuchamos a María
decir, “Engrandece mi alma al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi
Salvador.” (Lucas 1,47) Durante la Divina Liturgia, escuchamos la carta a los
Filipenses en que San Pablo habla de cómo Cristo se anonadó a sí mismo y
aceptó tomar forma de siervo humano y aceptar la muerte, hasta muerte en la
cruz, para ser “exaltado a lo sumo” por Dios su Padre. (Filipenses 2,5-11) Una
vez más en el Evangelio, se nos proclama que la bienaventuranza de María
pertenece a todos los que “oyen la palabra de Dios, y la guardan.” (Lucas 11, 27-
28)
La Gran Cuaresma, según la tradición ortodoxa, dura cuarenta días, es decir seis
semanas, de la cual se excluyen dos días, como es la Anunciación (25 de marzo
según el calendario de las Iglesias en Constantinopla, Antioquía, Grecia,
Bulgaria, Rumanía, Albania, parte de Polonia y la República Checa) o el 7 de abril
(Iglesias de Jerusalén, Monte Athos, Patriarcado Ruso, Serbia, Georgia, parte de
Polonia y República Checa) y el Domingo de Ramos, el sexto domingo de la Gran
Cuaresma, cuando a los cristianos se les permite comer pescado y beber vino
como signo de alegría y de anticipación de la Resurrección. Durante este
tiempo, todas las ropas litúrgicas y atuendos cambian a color negro; sólo los
sacerdotes pueden, los domingos, ir de blanco, como signo de la Resurrección
que está por venir. La primera semana de la Cuaresma es muy dura,
especialmente en los monasterios. Las monjas y monjes ayunan completamente
desde la noche del domingo hasta la del miércoles después de la Liturgia de los
Dones Presantificados, que es una liturgia especial celebrada sólo en la Gran
Cuaresma y sólo de noche, siendo su autor San Gregorio Magno, Papa de Roma.
Debido a esto los dos primeros días de la Cuaresma (lunes y martes) son días
alitúrgicos, siendo así que no se celebra misa, por lo que los monjes no se ven
obligados a interrumpir su ayuno y oración. Sólo las Siete Laudae, con un ritual
123
especial, son celebradas, y el texto de los himnos tienen un tono de profundo
arrepentimiento. La oración habitual “Dios es Nuestro Señor y se nos ha
mostrado” se sustituye cantando un triple Aleluya. En lugar de las Pequeñas
Completas, las Grandes Completas son mucho más largas y contienen el Gran
Canon de San Andrés, obispo de Creta (s.XI), una obra maestra de la poesía
bizantina, en el mismo tono de arrepentimiento. Los siete servicios se terminan
con una oración de San Efrén el Sirio, junto a dos inclinaciones hasta tocar la
frente en el suelo (gran metanía) y un cierto número de pequeñas inclinaciones,
tocando simplemente el suelo con la mano (pequeña metanía) que son símbolos
de arrepentimiento y de que reconocemos que nosotros, los seres humanos,
sólo somos polvo y al polvo retornaremos. Sólo en sábado se celebra la habitual
Liturgia de San Juan Crisóstomo y el Réquiem por los muertos, como signo de
que Cristo bajó al Inframundo en sábado.
La Liturgia de San Basilio es la misa cebrada los domingos. Las otras seis
semanas se repite el mismo ritual, con la excepción del Gran Canon y del cambio
de la misa habitual: de lunes a viernes, simplemente la Liturgia de los Dones
Presantificados del papa Gregorio, celebrada al anochecer; los sábados, la
Liturgia de San Juan Crisóstomo; los domingos, la Liturgia de San Basilio el
Grande.
El Evangelio que se lee se refiere a las nueve Bienaventuranzas (Mt 4, 255, 112).
El sexto domingo, de María Egipcíaca, sigue el mismo tono de arrepentimiento.
La gran historia de María es un ejemplo de que todos los cristianos pueden
regresar a Cristo, sin importar qué hicieron antes, si se arrepienten. El Evangelio
leído es Lc. 7, 36-50, sobre la mujer que lavó los pies del Señor. Finalmente, el
Domingo de Ramos finaliza el período de cuarenta días y se celebra con hojas de
palma, bien de sauce (en Rumanía) o de abedul (en Rusia), donde no hay
muchas palmeras.
18. El ayuno
125
El verdadero ayuno se refiere al conjunto de la vida cristiana del seguidor de
Cristo y encuentra su apogeo en su participación en la vida litúrgica y
particularmente en el Sacramento de la Eucaristía.
126
La liturgia en la vida de la Iglesia Ortodoxa tiene un papel trascendental. Una
liturgia siempre viva y dramática, que ha servido de refugio único para toda la
teología y toda la vida eclesial, y que durante siglos ha sido la principal fuente de
instrucción religiosa del cristiano ortodoxo, constituyendo, además, un
poderoso lazo de unión entre las distintas Iglesias que encuentran en ella la
expresión de su única fe. El fiel ortodoxo ve en la participación litúrgica la señal
de su pertenencia al Cuerpo Místico de Cristo; por ello estará siempre atento a
la manera y forma en que se celebra el culto, que no es un acto sólo del
sacerdote, antes bien, todo fiel se siente responsable de todo lo que pasa en el
templo de Dios.
127
El Epitaphion, un icono de tela que representa el entierro de Cristo, se lleva por
toda la iglesia y es finalmente depositado en el altar, que simboliza el sepulcro
de Cristo. La Liturgia celebrada el sábado por la mañana está dedicada a la
Apertura de los Infiernos. Antes de leer el Evangelio, las ropas de los ministros y
los atuendos en la iglesia se cambian y las oscuras son sustituidas por las
blancas: antes de la Resurrección, según la tradición, Cristo predicó el Evangelio
en los Infiernos y salvó a Adán, a Eva y a todos los Justos de la Antigua Ley.
Hay que hacer notar que el icono del Descenso de Cristo a los Infiernos es el
icono canónico de la Resurrección en la Iglesia Ortodoxa, y no el que lo
representa como un vencedor, saliendo de la Tumba. Esto puede explicarse por
el hecho de que la Resurrección, en sí misma, no es lo más importante para un
ortodoxo, sino más bien sus efectos, es decir, nuestra salvación de la condena
eterna.
Mientras esperan la Resurrección, todos los cristianos se reúnen en la iglesia
una hora antes de la medianoche, en la Vigilia Pascual. Normalmente, a
medianoche, todas las velas y luces de la iglesia se apagan. Sólo la vela que
cuelga junto a la Cruz de Cristo en el altar está permitida; el sacerdote tomará la
Santa Luz de allí y la transmitirá a los demás, cantando la alegría de la
Resurrección
128
Sábado de Lázaro Divina Liturgia
Domingo de Divina Liturgia Mat. de Lunes
Ramos Sto.
Lunes Santo Lit. Mat. de Martes
Presantificados Sto.
Martes Santo Lit. Mat. de
Presantificados Miércoles Sto.
Miércoles Santo Lit. Unción de los
Presantificados Enfermos
Jueves Santo Vísp. y Lit. Sn. Mat. de Viernes
Basilio Sto.
Viernes Santo Horas Reales Vísperas Matutinos de
Sábado
Sábado Santo
Vísp. y Lit. Sn. Nocturna, Mat. y
Basilio Div. Lit. de
Resurrección
Pascua de Vísp. de
Resurrección Ágape
132
NAVIDAD
El oficio del trisagio fúnebre por los difuntos. Estos oficios se celebran
solamente por personas bautizadas. No se permite oficiar el rito de entierro a
suicidas, borrachos, no creyentes, muertos en consecuencia de aborto o en una
riña, a los que en vida denegaban de Dios y de la Iglesia.
La Iglesia bendice mediante sus oficios todo el complejo de la vida del hombre,
inclusive los objetos que usamos y los alimentos que ingerimos.
Bendición de los alimentos se practica en los días especiales; por ejemplo, en
vísperas de Pascua de Resurrección bendicen los huevos y los "kulichi" (especie
de pan dulce, parecido a "panetones"), y en la fiesta de Transfiguración de
Jesucristo — las manzanas y otras frutas.
Existe Oficio de bendición de la casa, del automóvil. Sobre estos oficios por
petición — se debe convenir personalmente con el sacerdote, para que él escoja
la hora conveniente
B. Moleben (rogativa).
En los templos ortodoxos todos los días, al terminar la misa de la mañana, los
sacerdotes ofician servicios por petición. Uno de los más frecuentes es el
Moleben o canto del Moleben.
133
¿Qué es el Moleben? Es un breve oficio de fervientes oraciones sobre diversas
necesidades cotidianas. Durante la liturgia muchas veces no prestamos atención
al contenido de nuestras súplicas diarias por causa de la sustancia
profundamente mística de la Liturgia Divina. Entonces surge la necesidad de
orar por las necesidades mundanas, como nos enseñaba el Beato Ambrosio de
Optina — "breve pero intenso," y esto se realiza en el Moleben.
Si estamos enfermos, si emprendemos un asunto importante, si nos preparamos
para un viaje, si es el día del santo, antes del comienzo del año escolar, o si
deseamos agradecer a Dios por algo en particular, — para todos estos pedidos
existen oraciones especiales del Moleben.
Aparte de estas rogativas particulares, hay cantos comunes en el Moleben para
todo el pueblo. La iglesia tiene una gran cantidad de tales: para bendición del
agua y del año nuevo, en tiempo malo y sequía, por los presos del mal espíritu y
del alcohol, los oficios solemnes el primer domingo de Gran Ayuno (Gloria de
Ortodoxia) y Navidad.
En el Moleben nos dirigimos a Señor Jesucristo, a Su Madre Purísima, a los
Santos. El Moleben con cantos de agradecimiento se dirigen a Dios. Al encargar
un Moleben, entregamos una lista con los nombres para rezar por ellos durante
el oficio. Hay casos en que la persona, al encargar el Moleben, no espera su
actuación, se aleja del templo y sólo deja la lista. El Señor recibe cualquier
sacrificio, pero por seguro que es más adecuado rezar junto con el sacerdote en
vez de dejarlo rezar solo.
A veces al Moleben se le agregan los akathistos y cánones. Los sacerdotes
frecuentemente, al terminar el oficio por petición, proceden a untar a los
feligreses con aceite bendito y rociarlos con agua bendita.
Según nuestra fe, El Señor nos envía Su ayuda muy pronto después del
Moleben. De modo que no es necesario malversar este servicio sagrado
encargándolo varias veces por la misma petición. Excepción: Moleben por un
enfermo, o por una promesa.
C. Litya
134
El litya, consiste en cantos y oraciones, y se prescribe para todas las grandes
fiestas y la mayoría de las fiestas más importantes, así como todos los
domingos. En la práctica, el litya a menudo se omite el sábado por la noche a
menos que una fiesta también caiga en el mismo día. El typikon ("libro de
modelos", que ofrece el plan para los servicios de la Iglesia) a menudo deja a la
discreción del rector o superiores si un litya será servido en un día determinado.
La bendición del pan, el trigo, el vino y el aceite están asociados con el litya y
tiene lugar más tarde en las vísperas.
El canto de "Señor, ten piedad" a menudo se limita a 12 veces después de cada
petición, pero en los libros de servicios el número especificado de "Señor, ten
misericordia" varía entre 30, 40, y hasta 50 para las diferentes peticiones.
D. TYPICA
El typika (Obednitsa o Obednitza) es un breve servicio que es designado por
el libro del Typikon para ciertas ocasiones, pero también puede llevarse a cabo
cuando un sacerdote o el obispo no está presente. Hay varias modificaciones
que se realizan en este servicio para incorporar elementos de la liturgia divina,
algunos de los cuales están diseñados para ser dirigido por los legos; en algunas
jurisdicciones, sino que también puede ser en la mayoría de los casos un
servicio dirigido por un diácono que incluye la distribución de la Santa
Comunión. Cuando se mantiene en una iglesia, las puertas del iconostasio
permanecen cerradas y el servicio se lleva a cabo en la nave central.
135
En la Iglesia Ortodoxa, las diversas oraciones por los difuntos tienen como
finalidad la oración por el descanso de los difuntos, consolando a los vivos, y
recordando su propia mortalidad y la brevedad de esta vida terrenal. Por esta
razón, los servicios fúnebres tienen un aire de penitencia por ellos, y tienden a
ser servido con mayor frecuencia durante las cuatro estaciones de ayuno.
136
La muerte sólo nos separa de nuestros seres amados, corporalmente, no
espiritualmente. Debido a esto y los inmutables lazos de fe y amor, los cristianos
ortodoxos rezan fervorosamente por los difuntos, en particular el tercer,
noveno, y cuadragésimo día luego del fallecimiento, y también en otros
momentos designados. Oramos por el difunto el tercer día, porque Cristo
resucito al tercer día. Según San Macario el Grande, desde tercer día hasta
noveno, el alma luego de adorar a Dios, contempla las moradas del Paraíso, y
entonces, ella siente dolor porque por el pecado se ha privado de aquella
bienaventuranza; por lo tanto, en el noveno día, cuando el alma es llevada al
juicio, es correcto que recemos. Desde el noveno hasta cuadragésimo día, el
alma contempla los tormentos de Infierno, y siente pavor de que tal destino
pueda ocurrirle; en el cuadragésimo día el alma acude por última vez ante el
Señor, Quien lo asigna a un lugar hasta el día de su Segunda Venida. Como
Cristo ascendió a su Lugar, cuarenta días después de su Resurrección, de la
misma manera al alma se le es asignado su lugar.
1) Al 3º día
2) Al 9º día
3) Al 40º día
4) A los seis meses
5) Al Año
6) Semana de la Carne (se sirven Panikhidas por nuestros antepasados durante
la semana, y una Panikhida Universal el sábado de los Difuntos)
7) 2º sábado de Gran Cuaresma.
8) 3º sábado de Gran Cuaresma.
9) 4º sábado de Gran Cuaresma.
10) Radonitsa (el martes de la 2 semana de Pascua)
137
11) La semana anterior al domingo de Pentecostés/Trinidad.
12) La semana anterior a la conmemoración de San Demetrio (26 Octubre/8
Noviembre)
138
Libro de los Salmos (Gr:Psalter, Sl:Psaltir)El Salterio contiene los 151 salmos de
David, divididas en veinte kathismas, así como el texto de los Nueve Cánticos
bíblicos que son cantados en los maitines.
139
XX 143-144 145-147 148-150
El siguiente grupo de libros litúrgicos alude a las partes fijas de los servicios, que
por lo general no cambian de acuerdo a la temporada o los días de los santos o
synaxis. Entre estos libros se encuentran el Euchologion y el Horologion.
140
omitidas. También contiene una lista de las fiestas y los días de los santos
durante para todo el año, así como los troparios y kontakios apropiados para
cada uno de esos acontecimientos.
Además hay una sección que contiene troparios y kontakios para los domingos y
las festividades móviles, así como la Theotokia para todo el año. También están
contenidos en este libro diversos cánones y otros servicios de uso frecuente.
Para las partes móviles de los servicios (los que cambian todos los días), hay
cuatro volúmenes que constituyen los tres ciclos principales del Año de la
Iglesia:
Menaia
Este libro está dividido en doce volúmenes (que corresponden a los doce meses)
y contiene los textos para las Fiestas fijas de cada día del año. Además, se
encuentran a veces dos volúmenes complementarios que contienen ciertos
textos de las principales fiestas fijas (Menaion Festivo)
Además de estos tres grupos principales de los libros litúrgicos, hay dos libros
más el Irmologion y el Typikon.
Irmolo gion Este libro ofrece los textos de toda la Irmosi (o Theme Songs )
cantado al principio de los diversos cánticos del Canon. A menudo, algunas
ediciones de los libros de servicios, como el Menaia y Triodion, sólo
proporcionan las primeras palabras de apertura del Irmos, que requieren el uso
del Irmologion, que ofrece los textos completos.
Typikon
Este libro contiene las normas y rúbricas que rigen todos los aspectos de los
servicios de la Iglesia y de su celebración durante todo el año. De acuerdo con la
Tradición eclesial, el Typikon fue elaborada por San Sabbas de Jerusalén (532) y
posteriormente revisado por San Sofronio, Patriarca de Jerusalén (638). Una
nueva revisión fue hecha por San Juan de Damasco (749), un monje del
monasterio de San Sabbas, de ahí el nombre de Typikon del monasterio de San
Sabbas de Jerusalén.
A. Diferencias Dogmáticas
Dijo el Señor: “Pero cuando venga el Paráclito (el que trae el consuelo), a quien
yo os enviaré del Padre, el Espíritu de Verdad el cual procede del Padre, él dará
testimonio acerca de mi” (Jn, 15:26).
La Iglesia Católica Romana aumentó al artículo octavo las palabras “…y del Hijo”
quedando así este artículo: “…que procede del Padre y del Hijo”. Esta adición al
Símbolo de la Fe, comenzó en España en el siglo VI, trasladándose
143
posteriormente a Francia, siendo rechazado por las demás Iglesias. El mismo
Papa la rechazó. El Papa León III, el Grande, mandó imprimir este Credo en dos
láminas de Plata, en griego y en latín, sin la palabra: “y del Hijo” colocándolas en
las puertas de la Catedral de San Pedro en Roma, declarando que lo hacía para
conservar el Símbolo de la Fe intacto, como lo declararon los dos primeros
concilios Ecuménicos.
El gran Patriarca Focio protestó por esta añadidura. El Papa Juan VIII prometió
corregir el error, pero los Papas sucesores de él lo conservaron, aceptándolo
hasta la actualidad la Iglesia de Roma.
2. El Purgatorio
La iglesia Católica Romana enseña que las almas, después de la muerte terrenal,
van a dar a un lugar que llamado “Purgatorio“, donde se limpian (“purgan” de
ahí el nombre) de sus pecados leves sufriendo algunos tormentos, y que
después de este “lavado espiritual” entran al Paraíso.
La Iglesia Ortodoxa cree que las almas después de la muerte esperan el Juicio
Final, en un lugar que no es el Paraíso ni tampoco el Hades.
Cuando el Buen Ladrón dijo a Jesús, que estaba sobre la Cruz: “Acuérdate de mi,
Señor, cuando vengas en tu Reino”, oyó la respuesta de Cristo:
Estas Indulgencias son aplicables a uno mismo o a las almas que están en el
Purgatorio como un sufragio, para disminuir o terminar con sus sufrimientos.
3. El “Pecado Original”
145
escritos de los Santos Padres de la Iglesia para sostener una “Doctrina del
Pecado Original”.
Así como por medio una mujer entró el perdición al mundo (Eva) también por
medio de una mujer (María) debía entrar la salvación al mundo. Si bien María
fue electa por Dios para dar cumplimento a las profecías acerca de la llegada del
146
Mesías, tenía la naturaleza dañada por el pecado original – como cualquiera de
nosotros – por lo cual ella misma necesitaba ser redimida, redención que
comenzó desde los tres años de edad con su presentación en el Templo y que
culminó completamente en el día de la Anunciación.
En resumen, María no nació santa sino que se hizo santa, y si ella pudo…
nosotros también.
5. La Infalibilidad Papal
Este nuevo dogma contradice lo dicho por el Señor quien no aceptó que lo
llamaran: “Maestro bueno” cuando le preguntó el joven: “… Maestro bueno,
¿qué haré para heredar la vida eterna? Le contestó Jesús: … ¿Por qué me llamas
bueno? Ninguno hay bueno sino sólo Dios”. (Lc. 18:18-19).
147
La Iglesia ortodoxa no tiene y nunca ha admitido órdenes, ni congregaciones
religiosas. La razón es bastante sencilla y práctica: porque estas asociaciones
incuban intrínsecamente el peligro de convertirse en SECTA, esto es “Conjunto
de seguidores de una parcialidad religiosa o ideológica” como lo define la Real
Academia. Y las sectas buscan influir con su cosmovisión en su entorno, es decir,
buscan PODER.
Y no hay nada más alejado del mensaje universal del cristianismo que un
sinnúmero de grupos que tienen visiones bastante particulares del mensaje de
Cristo, peleándose entre sí y poniendo más énfasis y devoción en algún Santo, o
en la de su fundador que en la sacra figura de Cristo.
En la iglesia ortodoxa, sólo hay cristianos ortodoxos sin acepción de edad, sexo,
estirpe o condición. La forma de que un feligrés piadoso desee hacer votos de
vida consagrada es por medio de la vida monástica.
B. Diferencias Litúrgicas
San Juan Crisóstomo explicando la palabra griega “artos”, dijo que esto se
traducía como “pan con levadura” (Sermón 81 sobre el Evangelio de Mateo).
2. El bautismo y la Confirmación
La Iglesia Occidental misma bautizaba en los primeros siglos del Cristianismo por
inmersión, como es de notarse en los antiguos manuales litúrgicos que se
conservan. La aspersión e infusión sólo fue permitida después del siglo XVI. El
149
Sacramento de la confirmación, en la Iglesia Romana, lo confieren
exclusivamente los Obispos y no se celebra inmediatamente después del
bautismo, sino cuando llega el niño a la adolescencia. Se le unge con el Santo
Crisma, y se le imponen las manos.
Sabemos, sin embargo, que estos dos Sacramentos: El Bautismo y el Myrón (la
confirmación ) nunca se dieron separados en la Iglesia Primitiva. Tanto los
Sacerdotes como los Obispos lo administraban como se hace en la Iglesia
Ortodoxa hasta la actualidad.
Sin embargo, la Iglesia Primitiva nunca prohibió el matrimonio del Clero ni de los
Obispos, el gran teólogo de la Iglesia, San Gregorio, fue hijo de un Obispo, como
lo fueron otros grandes santos, pero la Iglesia, posteriormente y por razones
sociales que no hay necesidad de comentar, determinó que los Obispos no
fueran casados para que se alejaran de las obligaciones mundanas pudiendo así
dedicarse a lo espiritual.
Mas es preciso aclarar este punto: Se aceptan desde el diaconado (y por ende
en el sacerdocio) hombres solteros o casados. Si se trata de un hombre soltero
una vez adquirido el estatus de diácono – y con mayor razón el de sacerdote –
no puede contraer matrimonio durante su ministerio.
“Está alguno enfermo entre vosotros, llame a los ancianos de la iglesia, que oren
por él ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al
enfermo y el Señor lo levantará;…” Stg. 5:14-15).
En la Iglesia Ortodoxa la comunión es con pan y vino, los fieles reciben del
sacerdote o el Obispo un trocito de pan y vino mezclado en una cucharada que
se reparte desde el cáliz eucarístico.
151
Por desgracia, los católicos romanos creen que la acción de los Santísimos
Sacramentos reside en la persona del Sacerdote. Dice el Sacerdote: “Yo te
bautizo”, “Yo te uno en matrimonio”, “Yo te unjo”, “Yo te perdono”.
El sacerdote Ortodoxo dice: “Se bautiza el siervo de Dios”, “Se unge el siervo de
Dios”, “Se perdona el siervo de Dios”, porque la Iglesia Ortodoxa está segura
que el medio principal en los Sacramentos es la Gracia Divina y no el Sacerdote
que sólo es su instrumento. En otras palabras, la Iglesia Ortodoxa enseña que la
acción de los Sacramentos está basada en la Gracia Divina y no en el Sacerdote,
independientemente de su cualidad humana.
C. Diferencias Administrativas
1. La Autoridad Máxima
152
Se congregaron para que en conjunto se decidiera, lo que implica que todos
Apóstoles tendrían que estar reunidos para hacerlo (Hch. 15). Y el Concilio
decidió aceptar a los gentiles en el Cristianismo directamente, sin pasar por la
circuncisión, puesto que el Cristianismo no es parte del Judaísmo sino una
Religión independiente. Las Iglesias Cristianas en Oriente y Occidente, antes del
cisma, se administraban de una manera conjunta y democrática y no con
dictadura. Cuando había algunas diferencias o asuntos a nivel superior de una
Iglesia, se reunía el Concilio Ecuménico, constituido por todos los Patriarcas y los
Jefes de las Iglesias Autocéfalas, para estudiar todos los asuntos y tomar sus
decisiones, siendo éstas Obligatorias para todos. El mejor testimonio de ello es
los Siete Concilios Ecuménicos, cuyas resoluciones están reconocidas en Oriente
y Occidente hasta la actualidad.
2. La Sucesión de Pedro
“Preguntó Jesús a sus discípulos diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el
Hijo del Hombre?… Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo
del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: “Bienaventurado eres, Simón,
Hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en
los cielos. Yo también te digo, que tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi
iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.
“El hombre es cabeza de la mujer como Cristo es cabeza de la iglesia” (Ef. 5:23).
Pablo no dijo que Pedro es la cabeza de la iglesia. Así también los Concilios
Ecuménicos no aceptaron la superioridad papal. En el Credo se recita “Creo en
una Sola, Santa, Católica y Apostólica Iglesia”. La palabra Iglesia significa el
conjunto, lo mismo que la palabra Católica, y no se refieren a una sola persona.
Si los concilios Ecuménicos hubieran aceptado la superioridad del Papa, lo
hubieran incluido en el Símbolo de la Fe, mas no fue así. Este Credo es aceptado
por todas las Iglesias Cristianas hasta la actualidad.
3. El Derecho a la Primacía
154
El ceder el derecho, al Obispo de Roma, de la Primacía sobre los Obispos de
Occidente, así como al de Constantinopla sobre los Obispos de Oriente, fue algo
temporal y político, era privilegio de la Capital del Imperio.
Cuando Roma fue la capital del Imperio Romano, su Obispo tenía asiento a la
derecha del Emperador, por lo que este lugar temporal le dio el privilegio de la
Primacía sobre los demás Obispos de Occidente. Cuando Constantinopla se
convirtió en la Capital del Oriente, su Obispo se sentaba a la derecha del
Emperador o del Rey, por lo que, por este mismo privilegio temporal, alcanzó
los mismos privilegios sobre todos los Obispos de Oriente.
156
Cristo nos mandó hacer.
ENDYTIA Y EL CEÑIDOR
El endytia es el segundo de
los tres envoltorios de tela
que cubre el altar de mesa
durante su bendición. La
primera es una cubierta de
lino blanco. Sobre ella se
coloca el endytia que es un
material brillante y bordado.
Simboliza el sudario y el
ceñidor es una cuerda de no
más de 40 metros que se
amarra los envoltorios y
significan las cuerdas con que
amarraron al señor
157
ILETÓN
En eslavo iliton, es una tela
de seda ligeramente mayor
que el antimisio que se dobla
alrededor de él al final de la
Divina Liturgia, y que
permanece sobre el altar.
Representa las vendas del
sepulcro.
ANTIMISIO:
Tela rectangular en el centro
de la cual está estampada la
escena del entierro de
Jesucristo después de bajado
de la cruz y envuelto por
lienzos. En las cuatro
esquinas la tela están los
cuatro evangelistas impresos.
Se pone una pequeña pieza
de la reliquia de la Santa Cruz
o los santos. Es consagrado
por el obispo y su uso es
obligatorio para la celebración
de la Divina Liturgia, al punto
de no poder celebrar sin él.
ESPONJA:
Es un pequeño triángulo de
esponja mariana comprimida
158
que sirve para recoger
partículas consagradas y
ponerlas en el cáliz después
de la Comunión. También
sirve para purificar el discos y
las manos del celebrante de
cualquier partícula del Pan
consagrado. Este accesorio
simboliza la esponja con la
que dieron a beber a Cristo
en la Cruz.
EVANGELIARIO
Simboliza el Señor Jesucristo
presente en su palabra.
Siempre debe estar sobre el
antimisio, y debe estar
ricamente decorado, lleva la
imagen de la resurrección y
en el reverso la Cruz
CRUZ DE MANO.
Por lo general siempre se
mantiene en el altar, yace
junto al evangeliario. En
general, es de metal precioso,
pero también puede ser de
madera. El eje vertical tiene
un mango para la celebración
llevarse en la mano. Se utiliza
en la Liturgia y otros servicios
religiosos para bendecir al
pueblo y que la besen.
159
ARTOFORIO
Recipiente especial hecho
de metal dorado o madera.
En el interior en un especial
cajón preparado esta para
el almacenamiento a largo
plazo del Cordero de Dios,
empapado en su sangre, se
utilizan para la Comunión
de los Enfermos.
Simbólicamente representa
la tumba de Cristo
RELICARIO O CUSTODIA
160
CANDELABRO DE SIETE
BRAZOS O MENORAH.
Estas lámparas simbolizan
las siete iglesias que se
ven en el Apocalipsis de
Juan el evangelista, los
siete dones del Espíritu
Santo y los siete
sacramentos de la Iglesia
Ortodoxa, también el árbol
de la vida.
Son Lámparas de aceite
que se encienden en las
Vísperas y la Divina Liturgia
B. EL ALTAR DE LA PRÓTESIS
161
MESA DE LA PRÓTESIS
A la izquierda, según se mira
el altar hay un pequeño altar
(tabla) para la preparación de
la oblación durante el rito de
la proscomidia, y la
consumación de las especies
eucarísticas, después de la
liturgia. Tiene dos significados
el pesebre al inicio de la
liturgia y le trono celestial al
final de la misma.
DISCOS
Es una patena amplia y tiene
un borde elevado; entre los
eslavos es común que el disco
tiene un pequeño pedestal.
Está destinado a contener el
Cordero (pan eucarístico) y las
partículas de pan para la
celebración.
162
CALIZ
Destinado a contener la
Preciosa Sangre de Cristo y la
la comunión de los fieles,
también las partículas del pan
consagrado. El tazon de la
copa debe ser ancho y
profundo, y la base sólida. Se
recomienda que sea dorado y
ricamente decorado.
ASTERISCO O ESTRELLA
Consta de dos láminas
metálicas semicirculares, se
unen en el centro por un
tornillo en la que hay una cruz
pequeña y de la que cuelga
una estrella que nos recuerda
la estrella que guió a los
Magos al portal de Belén El
asterisco sirve. Para evitar el
contacto de las partículas con
el velo que cubre el disco.
163
LANZA
Es un cuchillo pequeño en
forma puntiaguda y sirve para
cortar el pan y las partículas
necesarias para el sacrificio.
Simboliza la lanza que
atravesó el costado de Jesús.
CUCHARILLA
Es una pequeña cuchara,
cuya extremo tiene una
pequeña cruz, y se utiliza para
distribuir la comunión a los
fieles. Simboliza las pinzas
con las que el serafín tomó el
carbón y tocó los labios de
Isaías.
ZEÓN
Tiene agua caliente, todavía
hirviendo, se vierte en el cáliz
después de la fracción del
pan, mientras que el
sacerdote pronuncia las
palabras: "El Fervor de la Fe
lleno del Espíritu Santo." Por
extensión, también el
recipiente se llama el
FERVOR
164
VELOS
Son tres: dos más pequeñas
sirven para cubrir el cáliz y el
discos. El gran velo llamado
Air, cubre tanto el cáliz y el
discos. Simboliza la piedra
que cerraba la tumba de
Jesús.
Durante la Proscomidia y la
Liturgia toman muchos
símbolos, desde los pañales
de Jesús en el pesebre, las
mortajas de Jesús en el
sepulcro, y el viento en la
venida del Espíritu Santo
PROSPHORO
Es el pan con levadura que se
utiliza para la Divina Liturgia.
El principal viene marcado IC-
XC NI-KA de él se saca el
Cordero y las partículas para
las memorias.
EL INCENSARIO
165
El incienso se utiliza en todos los servicios en la iglesia ortodoxa
como una ofrenda de adoración a Dios, como se hizo en el Primer
y Segundo Templo judío en Jerusalén (Éxodo capítulo 30). El
Incienso también está profetizado en el libro de Malaquías 01:11
como una " ofrenda pura " en la glorificación de Dios por los
gentiles en " todo lugar " donde el nombre de Dios es considerado
como "grande”. Tradicionalmente, la base del incienso utilizado es
la resina de Boswellia thurifera, también conocido como incienso,
pero la resina de abetos se ha usado también. Por lo general, se
mezcla con los aceites esenciales de flores que le da un olor
dulce.
El Incienso representa la dulzura de las oraciones de los santos
elevándose a Dios (Salmo 141:2, Apocalipsis 5:8, 8:4). El incienso
se quema en un incensario de oro adornado que cuelga en el
extremo de las tres cadenas que representan la Trinidad. Dos
cadenas representan la naturaleza humana y Divina del Hijo, una
cadena para el Padre y una cadena para el Espíritu Santo. La
copa inferior representa la tierra y la copa superior el cielo. En la
tradición griega y eslava hay 12 campanas colgadas a lo largo de
estas cadenas que representan a los 12 apóstoles. También hay
72 enlaces que representan a 72 discípulos. El carbón representa
a los pecadores. El fuego representa al Espíritu Santo y el
incienso las buenas obras. El incienso representa también la
gracia de la Santísima Trinidad. El incensario se usa (balanceaba
166
atrás y adelante) por el sacerdote / diácono a venerar a los cuatro
lados del altar, lo que es santo, el clero, los iconos, la
congregación, y la estructura de la iglesia en sí.
167
EL DOSEL DEL ALTAR
TRONO OBISPO
Hay dos tronos, este que está
en el santo lugar no tiene
dosel y está detrás de la mesa
del altar junto a la pared,
representa el trono de Cristo
Juez , a los lados están en la
pared el icono de la
intercesión o Dèesis
ICONO DE LA MADRE DE
DIOS
Usualmente es el Icono
procesional de la Madre de
Dios, debe ser dorado y que
tenga forma de llevarse en
alto, se ubica a la izquierda
del santo trono. También se
usa el Icono del Pantocrátor
procesional que sea igual al
de la madre de Dios y está
ubicado al lado derecho.
168
CRUZ PROCESIONAL
Está ubicada al lado de la
mesa llamada Diaconikón,
esta cruz es para las
procesiones dentro y fuera del
templo usualmente se
acompaña de los
hexaptérigas o de los iconos
procesionales.
CRUZ DE BASE
Esta cruz está siempre al
frente del Santo trono y detrás
del Candelabro de siete
brazos siempre lleva a los
lados las hexaptérigas.
169
DIACONIKÓN
Debe ir ubicada a la derecha
del Santuario, en ella se
ubican las vestiduras de los
celebrantes, y a su lado hay
un armario con el incienso,
los libros litúrgicos, vino,
prosforos, etc.
ASPERSORIO
Se usa para bendecir a las
personas después de las
grandes fiestas
especialmente después de la
Teofanía, y para asperjar los
objetos o lugares con agua
bendita.
EL DIKIRIO Y EL TRIKIRIO
170
LAS HEXAPTËRIGAS
Son una especie de abanicos de
metal representando a los serafines
que el diácono agita en
determinados momentos sobre el
cáliz y la patena durante las
Liturgias pontificales. Suelen
colocarse en los extremos del altar,
al cual sirven de ornamento. A este
mismo título de puro adorno son
transportados en algunas
procesiones por diáconos, clérigos
inferiores e incluso por niños de
coro, colocados a ambos lados del
libro de los santos Evangelios, de
las ofrendas destinadas al Santo
Sacrificio o de la Sagrada
Eucaristía en la misa de los
Presantificados.
AETOS U ORLETS
Es una pequeña alfombra,
generalmente redonda, para los
Obispos estar de pie durante los
servicios en el que oficia. El águila
representada está volando sobre una
ciudad, al igual que el obispo a través
de su consagración está llamado a ser
vigilante del rebaño confiado a su
cuidado.
SANTO EPITAFIO
Es una tela con la imagen
del descendimiento del
señor.
Se utiliza para el Viernes
Santo y Sábado Santo. En
algunas iglesias se usa
también una mesa con dosel
de madera para conmemorar
171
el santo entierro y el
sepulcro.
EPITAFIO DE LA MADRE
DE DIOS
Tela que se usa para la
solemnidad de la Dormición,
esta se lleva en procesión
recordando el
acompañamiento de los
Apóstoles hasta el sepulcro
La nave del templo es el lugar donde se ubican los fieles para asistir y
participar en la Divina Liturgia y demás Oficios Religiosos.
El templo está dividido en varias partes y como cada una de ellas tiene
una función, hay accesorios para el normal funcionamiento del templo.
172
En un lado de la nave se suelen poner los epitafios sobretodo el de la
Madre de Dios. Ya casi junto al altar está el analogión con los iconos del
Pantocrator y la Madre de Dios para la veneración de los fieles.
Suelen haber varias mesas o candiles para las velas de los fieles.
Entre el altar y la nave esta la solea enfrente del iconostasio, en este sitio
se ubica el coro y el ambón para el diácono, desde aquí se proclama el
Evangelio y el sermón y al lado derecho está el trono del obispo.
173
TRONO DEL OBISPO
GONFALÓN O ESTANDARTE
Lleva la imagen del icono al cual
está dedicado el templo, se lleva
en las procesiones y está ubicado
al lado izquierdo de la solea
donde va ubicado el coro.
Hay templos que cuentan con
estandartes también del
Pantocrátor y de la Madre de
Dios.
ATRIL
Desde el atril el Diácono proclama
el evangelio. Va ubicado al centro
de la solea o ambón delante de
las Puertas Reales.
174
LÁMPARA CENTRAL u HOROS
Usualmente son LÁmparas de
aceite, está en todo el centro
de la nave, y representa a los
Apóstoles.
Debe ser muy elegante y en
varias solemnidades se le
decora con plantas.
ANALOGIÓN o PUPITRE
PANTOCRÁTOR
175
ICONO SANTUARIO
TABLA CALVARIO
MESA CALVARIO
176
PLATO PARA LA LYTIA
EL SIMANDRÖN
Es una regla larga de madera o
metal, con la que se golpea
rítmicamente utilizando uno o dos
pequeños martillos, para llamar a
la celebración de la Liturgia o de
alguno de los oficios divinos
diarios, tanto en los templos
parroquiales, como en los
monasterios.
177
RELICARIO PARA EL
BAUTISMO Y CRISMACIÓN.
En él se guardan los elementos para
el rito, los cuales son:
- Aceite bendito
- El santo myron
- Tijeras para la tonsura
- La esponja para ungir el
aceite
- un cepillo o varilla con una bola
de algodón en un extremo y una
cruz en la otra, para el myron.
CORONAS DE MATRIMONIO
Representa simbólicamente las
coronas incorruptibles de gloria
con que serán coronados los
esposos en el reino de los cielos,
si su vida juntos está más cercana
al ideal del Evangelio.
178
E. ORNAMENTOS SAGRADOS
179
1. OBISPO
180
EL SAKKOS
Es una túnica corta, en otro tiempo sin
mangas, hoy con medias mangas,
suntuosamente bordada y abierta de
arriba abajo por los costados. Las dos
largas bandas que la constituyen están
unidas entre sí por cintas o por unos
broches con pequeños cascabeles, a
semejanza de la túnica del gran
sacerdote entre los hebreos
EL OMOFORION
Parece que esta pieza ornamental fue
concedida por los primeros emperadores
cristianos a los obispos como insignia de
su dignidad. Su color es igual al del
conjunto de los ornamentos que se usan.
181
MITRA O CORONA
CORONA PATRIARCAL
EL BÁCULO o PATERITSA
Simboliza el poder pastoral. Las dos
serpientes, por su parte, simboliza la
prudencia que debe adornar a todo pastor
en su labor de conducir la grey que el
Señor le ha encomendado
Dekanikión
(Báculo de Higúmeno)
Los higúmenos o superiores monásticos
llevan un báculo terminado en dos
cuernos cuyas extremidades se vuelven
hacia abajo.
182
EL KAZRANION
MANDYAS
Gran capa que usan los obispos para las
entradas solemnes. También los
superiores de los monasterios llevan un
tipo de mandyas, pero es completamente
negro.
se aplicó esta denominación al manto
precioso que llevaban los emperadores
bizantinos y, más tarde, por derivación, al
manto de los obispos
El obispo lo emplea en todas las
ceremonias en que no usa el omoforion, y
además antes de la misa hasta el
momento de revestirse de los ornamentos
litúrgicos.
HIPOGONÁTION o PALITZA
183
2. SACERDOTE
Los Sacerdotes (en griego ieréi) reciben la gracia para celebrar, con la
bendición de su obispo, los Oficios eclesiásticos y los Sacramentos
(excluyendo la ordenación), predicar la palabra de Dios y dirigir los
asuntos en su parroquia. Los sacerdotes de más rango se llaman
protoierei. Los sacerdotes monjes se llaman hieromonjes, más alto rango
es higúmeno (superior monástico) y más alto aun - archimandrita
(equivalente a un abad mitrado).
PODRIÁSNIK
184
ESTIKHARIO
Es una túnica con mangas que caen hasta los
pies y cuyo único adorno es, hoy en día, una
cenefa bordada en la parte inferior. Sus
mangas se estrechan en su dirección hacia las
manos, quedando en su extremidad cortadas
por la parte inferior, de modo que se puedan
unir por un lazo o por un broche.
El simbolismo de esta vestidura sagrada es la
pureza de que debe estar adornado el
sacerdote. Tal es la evocación propia del color
blanco. Pero durante la Cuaresma, y en las
fiestas muchas veces se usan diferentes
colores. El stikharion es un ornamento litúrgico
común a todos los clérigos
EPITRAKHILIO
Estola es una larga banda de lino o seda,
de unos 10 cms., que el obispo y el
sacerdote llevan alrededor del cuello y
cuyas extremidades caen por delante
casi hasta los pies.
Las dos bandas que caen por delante
están unidas entre sí por medio de
broches o de botones, o bien cosidas una
con otra. Se adorna con cruces. La estola
termina en unas franjas orladas, símbolo
de las almas sobre las que el sacerdote
tiene responsabilidad. La estola es el
símbolo eminentemente sacerdotal.
Siempre que el sacerdote, como ministro
de Dios, preside una oración pública,
debe estar revestido de ella
ZONA
Está constituido por una estrecha banda
de tela del mismo color que la casulla.
Con él se ciñe el obispo y el sacerdote a
fin de sujetar el stikharion y el
epitrakhilion. Está adornado, por lo
general, con una o dos cruces y se sujeta
por detrás por medio de un broche o de
un cordoncito.
185
EPIMANIKAS
Son dos manguitas adornadas de
una cruz, que cubren las
extremidades de las mangas del
stikharion. Significan, según los
liturgistas, el poder divino
comunicado al sacerdote en el
momento en que se dispone a
celebrar los divinos oficios.
EPIGONATIO SACERDOTAL
186
SKUFA
KAMILAYKA
Alto tocado que usan los
sacerdotes hechos, generalmente
de lana de camello y negros.
También en Rusia se unas
morados y rojos según la
dignidad del sacerdote.
PECTORAL SACERDOTAL
3. DIACONO
187
Diácono en griego significa “servidor.” Los diáconos ayudan a los
obispos y sacerdotes, pero por su propia cuenta no pueden oficiar.
El servicio de diácono adorna el oficio, pero no es obligatorio y
algunos templos no tienen diáconos. El primer diácono, que sirve al
obispo se llama protodiácono, y si es monje – archidiácono.
ESTIKARIO DIACONAL
188
ORARIÓN
Se trata de una tela larga,
estrecha adornada con
pequeñas cruces que están en
el hombro izquierdo. El diácono
representa el servicio de los
ángeles. Con él anuncia al
pueblo la hora de la oración,
las letanías y algunas
oraciones.
EPIMÁNICAS
4. SUBDIÁCONO
189
24. MONAQUÍSMO
190
DIFERENTES ETAPAS DE LA VIDA MONÁSTICA
TIPOS DE MONAQUISMO
193
VESTIDURAS Y ORNAMENTOS MONACALES
HÁBITO MONACAL
Casi igual al Podriásnik
sacerdotal la diferencia es q las
mangas son más anchas.
Debajo usan el heaton que es
como una túnica más áspera
que significa la pobreza y la
abnegación.
RASO
Es un hábito coral del color
negro con mangas anchas, los
monjes deben utilizar para las
celebraciones en las que no se
requiere el uso de estichárion.
Es preciso distinguirlo del Raso
especial de los novicios,
llamado rasóforos.
SKUFIA
Especie de bonete Cubre la
cabeza hasta las cejas, y se
pliega para formar la señal de
la cruz. Se usa en las
actividades diarias y algunos
ritos. Generalmente es de color
negro
194
El ceñidor
Cinturón de cuero para los
monjes.
Con esto se sujeta la sotana
por la cintura.
ELEPANOKALIMAFIO o
KLOBUK
Es un velo negro, muy ligero, que
se añade al kamelaukion y que
cubre la nuca, cayendo luego
sobre las espaldas, donde se
divide en tres bandas. Es llevado
por los monjes. Sirve al obispo
(que también es un monje) en
aquellas ceremonias en que no se
usa mitra. En los archimandritas y
monjes es considerado como un
signo de modestia y de
renunciamiento religioso. Los
obispos que ostentan el rango de
Metropolitas usan generalmente
un epanokalimafio de color blanco
como signo visible de su dignidad.
195
ESQUEMA PEQUEÑO
Vestimenta perteneciente
Frailes Menores - un pequeño
rectángulo con la imagen de la
Cruz y los objetos de la pasión.
Significa que muere al mundo.
Los Hieromonjes llevan en
esta bolsa el Antimesion.
EL ANALAVOS O GRAN
ESQUEMA
Lo usan los monjes que ya ha
hecho la gran profesión,
generalmente que llevan
muchos años y son Staretz o
Higumenos del monasterio.
EL KOMBOSKINI O CHOTKY
Es la cuerda de oración con la
cual los monjes hacen la
oración del nombre de Jesús,
la llevan todo el tiempo en la
mano o enrollado.
198
estaban en el jardín, que se describe en la Biblia como ubicado en
el Este.
199
Recuerde, lo que se hace en el altar casero es orar es lo más
importante.
202
Nuestra Iglesia es un organismo vivo, que tiene a Cristo por
cabeza, y es la Iglesia del Señor en la Tierra, es la cristiandad
original y pura, es el Cuerpo de Cristo en la Tierra... "Columna y
Baluarte de la verdad" (I Tim. 3:15). La Iglesia Ortodoxa de hoy
pertenece a Cristo, sus miembros tratan de vivir en Cristo, como Él
fue revelado, entendido y enseñado en la Iglesia original e indivisa.
203
Nosotros, indignos siervos tuyos,
agradecidos por tus múltiples gracias y
beneficios; te alabamos, te bendecimos, te
damos gracias y te exaltamos. Señor de
Misericordia; clamando a Ti con humilde
Amor. ¡Gloria a Ti, que eres nuestro
bienhechor y nuestro Salvador!
(TROPARIO DE ACCIÓN DE GRACIAS)
204
PATRON DE LA MISION ANTIOQUIA
205