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Palabras clave
Introducción
A un poco más de cien años del fallecimiento de Don Manuel González Prada y de su
famoso Discurso del Politeama, el llamado de renovación espiritual sigue haciendo eco en
los corazones de muchos peruanos. La espiritualidad entendida como un conjunto de
principios o actitudes que configuran la vida espiritual de una persona o de un colectivo,
caracterizándolo por sus acciones y estilo de vida, es lo que Prada deseaba revitalizar. Cual
persona que se siente extraño en el lugar en el que habita, así nuestro pensador lamenta el
anacronismo que le tocó vivir, pues no estaba rodeado de hombres libres de espíritu como
él, sino que se encontraba acorralado de hombres con espíritu servil. González Prada
conoció Europa y estuvo a la par con grandes pensadores de la época: Marx. Proudhon,
Nietzsche, etc. ¡Cómo no sentirse impotente al encontrarse solo, sin nadie a su altura para
enfrentar la dura realidad! El Discurso leído en el Teatro Politeama de Lima, el 28 de julio
de 1888, en una velada patriótica organizada con el fin de recolectar fondos para el rescate
de Tacna y Arica, exclamará sin tapujos a través de su escrito todo “su apasionamiento tan
comunicativo –sostendrá Luis Alberto Sánchez–, tan sincero, tan viril, que arranca
vibraciones inusitadas a nuestros corazones, y pone, ante nuestros ojos, el cuadro desolado
de aquel año terrible.”1 Si bien este Discurso se ha interpretado con miras más políticas, se
demostrará el fin principal que buscaba González Prada, esta es, buscar la renovación
espiritual peruana.
Cuerpo
El anhelo de una búsqueda para unir y consolidar al pueblo peruano en torno a una
espiritualidad fuerte y vital no fue nada casual. González Prada nació en Lima el 5 de enero
de 1844. Su padre fue Francisco González de Prada Marrón y Lombera y su madre María
Josefa Álvarez de Ulloa y Rodríguez de la Rosa, ambos pertenecientes a familias respetadas
y acomodadas.2 Perteneció a una época en la cual la naciente república peruana empezaba a
dar sus primeros pasos, teniendo como resultado una inexperta nación sin una figura que
encarnara la voluntad popular.3 Por ese motivo de inestabilidad política, la familia
González de Prada se ve en la obligación de viajar a Valparaíso, y es ahí donde nuestro
pensador llevará una profunda formación académica. Mientras tanto, en la naciente
república peruana la falta de dirigente daba paso al enfrentamiento entre conservadores
(autoritarios) y liberales (patriotas), enfrentamiento que dividía a la población peruana en
dos grupos. A pesar de aquella ruptura social, al retornar al Perú el ambiente económico
había mejorado
Otro suceso lamentable que marcaría la historia peruana y a Don Manuel era la época del
guano, conocida como la “Prosperidad Falaz” (1845 – 1871). La razón de la necesidad del
guano por parte de los europeos fue la Segunda Revolución Industrial que había tenido
como consecuencia la despoblación del campo y el aumento de la demanda de alimentos en
las ciudades, haciendo que el guano (de gran poder fertilizante) tuviera una rápida y
ventajosa comercialización.4 Fue un recurso que le dio a la República peruana ingentes
cantidades de ingresos, caracterizando al periodo por la bonanza económica. Sin embargo,
dicha prosperidad no llegó a beneficiar a todos los peruanos, sino que los favorecidos –una
vez más– fueron un grupo selecto, la clase criolla. Este enriquecimiento de una sola élite,
1) SÁNCHEZ, Luis Alberto. Elogio de don Manuel González Prada. Mito y realidad de González
Prada. Editorial: Universidad Inca Garcilaso de la Vega.
2) https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Gonz%C3%A1lez_Prada
3) El COMERCIO, Gran historia del Perú. Editorial: El Comercio S. A.
4) Ibid.
que más interés tenían por seguir lucrando que invertir en el progreso del país, produjo lo
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que el poeta José Arnaldo Márquez llamaría la orgía financiera del Perú.
Lamentablemente una vez acabado el recurso del guano, finalizó la “prosperidad” en el
país. El Perú terminó endeudado por el despilfarro económico de los gobernantes,
sumergiéndonos en una bancarrota que traería consecuencias aún peores.
Los eventos históricos que le tocó vivir a González Prada y al país fueron muy
significativos, puesto que la nación había terminado en el abismo sin poder dar un paso
hacia adelante. Después de la guerra el Perú había quedado devastado, nuestra ciudad había
sido incendiada y dentro de ella la biblioteca, nuestra cultura; la identidad peruana terminó
pisoteada, habíamos evidenciado nuestra desorganización y nuestro espíritu servil. Prada lo
resumirá en su ensayo dedicado a Grau: “En la guerra con Chile, no sólo derramamos
sangre, exhibimos la lepra”. Pero si bien todo lo ocurrido había dejado empapado en el
pesimismo a muchos, para otros “fue el azote que hizo despertar la conciencia nacional”
(Sánchez, 2015). Por esta razón, Prada, que observaba al Perú sumergido en la derrota y en
la miseria de identidad, empezó a analizar las circunstancias y los motivos, empezó a
buscar a los causantes y a señalar a los responsables. “Él ha visto el desastre; lo ha sentido,
lo ha vivido, lo ha sufrido: por eso acusa”, dirá Sánchez.
5) CAYO CÓRDOVA, Percy. Enciclopedia temática del Perú. República. Editorial: El Comercio
S. A.
6) Ibid.
En el tan conocido Discurso en el Politeama comienza anunciando el porvenir. Una
nueva generación, con una espiritualidad fuerte y viril, hará su aparición y removerá de su
cómodo
1) SÁNCHEZ, Luis Alberto. Elogio de don Manuel González Prada. Mito y realidad de González
Prada. Editorial: Universidad Inca Garcilaso de la Vega.
2) https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Gonz%C3%A1lez_Prada
3) El COMERCIO, Gran historia del Perú. Editorial: El Comercio S. A.
4) Ibid.
asiento al súbdito para enseñarle que las cadenas son prótesis y podemos deshacernos de
ellas. Aprendiendo de las duras circunstancias sabrán sobrellevar la tan pesada carga, y así
como Sísifo, no se derrumbaran por el conformismo sino que le demostraran a los antiguos
una nueva lección de vida: “Los que pisan el umbral de la vida se juntan hoy para dar una
lección a los que se acercan a las puertas del sepulcro”.
Esta nueva generación será juzgadora y no tendrá compasión hacia los culpables del
desastre acaecido, pues fueron estos últimos que por su falta de compromiso no supieron
defender lo suyo. Señalarán y sancionarán sin remordimiento, así como los responsables no
tuvieron remordimiento de dejar al Perú a su suerte al enterarse del peligro próximo. “Los
viejos deben temblar ante los niños, porque la generación que se levanta es siempre
acusadora y juez de la generación que desciende.” Y como buen pensador convencido de
sus ideales, Prada será el primero en emprender la cacería, examinará minuciosamente y
clasificará a todos los participantes involucrados: nuestros conservadores, nuestros
legisladores, nuestros inmigrantes, nuestra aristocracia…
En un análisis histórico, González Prada confirma lo que a muchos les aterra: nunca
hemos sido “una patria unida y fuerte, sino una serie de individuos atraídos por el interés
particular y repelidos entre sí por el espíritu de bandería”. Esa es la raíz de nuestros
problemas. La principal razón para nuestro pensador era que nunca habíamos llegado a ser
unidos como población, nunca nos habíamos formado en torno a un mismo fin, sino que
cada individuo luchó por su propia conveniencia sin apuntar nunca a una misma dirección.
Ello podía rastrearse desde la llegada de los españoles, pues el indio fue sometido he
inferiorizado hasta
1) SÁNCHEZ, Luis Alberto. Elogio de don Manuel González Prada. Mito y realidad de González
Prada. Editorial: Universidad Inca Garcilaso de la Vega.
2) https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Gonz%C3%A1lez_Prada
3) El COMERCIO, Gran historia del Perú. Editorial: El Comercio S. A.
4) Ibid.
el grado de animal, introduciéndose en nuestra conciencia la idea de servidumbre. Siempre
“nuestra columna vertebral tiende a inclinarse” dirá Prada, ¿qué hacer para enderezarla?
Dentro de una nueva etapa de la historia del Perú denominado Reconstrucción nacional, el
grito desesperado de un hombre se empieza a escuchar cada vez con más intensidad. “¡Qué
vengan árboles nuevos a dar flores nuevas y frutas nuevas! ¡Los viejos a la tumba, los
jóvenes a la obra!”. Pero como el mismo Prada explicará en una revista de su época, no
habla de viejos de edad sino de espíritu, aquellos viejos que son incapaces de erguirse de la
antigua generación. Lo que vaticina es la renovación de espíritu, una generación del
hombre nuevo.
Si bien no pudo evidenciar una generación totalmente revitalizada como él quiso, nunca
perdió las esperanzas, pues siguió escribiendo para anunciar la llegada. Queda a cada uno
de nosotros escuchar su reclamo y accionar ante ello. “¡Ojalá cada una de mis palabras se
convierta en trueno que repercuta en el corazón de todos los peruanos y despierte los
sentimientos capaces de regenerarnos!”. Luis Alberto Sánchez describirá la gran labor
1) SÁNCHEZ, Luis Alberto. Elogio de don Manuel González Prada. Mito y realidad de González
Prada. Editorial: Universidad Inca Garcilaso de la Vega.
2) https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Gonz%C3%A1lez_Prada
3) El COMERCIO, Gran historia del Perú. Editorial: El Comercio S. A.
4) Ibid.
realizado por Prada: “Construyó una nueva conciencia libre de prejuicios y unos ojos
limpios, regulando el alterado corazón de la juventud. ¿Era justa la indignación de
González Prada?
Conclusiones
Si fueron duras las críticas expuestas por nuestro pensador, se debe a que nació y
creció en días muy complicados. Su crítica es feroz porque quien critica quiere ver
superado el objeto de su crítica. La crítica también simboliza amor.
Bibliografía