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Uniformes[

Ceremonia en el Heroico Colegio Militar


Al establecerse en febrero de 1822 la "Academia de Cadetes" en el edificio que usaba
la Inquisición en la Ciudad de México, los militares de ese empleo pasaron a esta
escuela como alumnos y se les asignó un modesto uniforme semejante al que usaba la
infantería del Ejército Trigarante. Este uniforme se componía de una casaca de paño o
punto de color azul turquí y un morrión negro con alargado pompón tricolor.
El 19 de noviembre de 1823, se expidió un reglamento que indicaba el uniforme que
debían vestir aquellos alumnos, el cual consistía en una casaca sin solapas de color
azur turquí, con vueltas, barras y vivos encarnados, la divisa del cuerpo sería de un rojo
fuerte y los botones de metal blanco; el pantalón, también de color azul turquí, sería de
corte ancho y caería sobre la bota, zapato o botín negros, el morrión y capote eran
iguales a los que usaba la infantería permanente de entonces.
El reglamento expedido el 8 de diciembre de 1843 especificaba para los alumnos del
Colegio Militar la casaca y el pantalón azul turquí, siendo aquella más oscura que el
pantalón; el cuello, las vueltas, barras y vivos volvieron a su anterior color carmesí,
pero el cuello y las vueltas fueron adornados con un galón de petatillo dorado de una
pulgada de ancho. La memoria leída ante el Congreso General en el año de 1846
introduce algunas prendas no previstas en el reglamento anterior. Se tiene chacos con
cinchos de cinta y de galón, gorras de cuartel, corbatines, guantes y cuchillos carmesí y
verdes, estos últimos para los integrantes de la banda de guerra.
Este es el uniforme que los alumnos del Colegio Militar debieron usar en los días de la
heroica defensa del Alcázar de Chapultepeec, en septiembre de 1847. La memoria
leída ante el Congreso General en el año de 1846 acerca del uniforme de los alumnos
del Colegio Militar no prevista en el anterior Reglamento de 1843, se introducen chacos
de cinta y de galón, gorras de cuartel y corbatines, casacas de paño azul de solapa con
giñetas, pantalones de paño azul-gris, así como una levita de paño gris, una cartuchera
fina para el uniforme de gala y otra corriente para los ejercicios.
En 1867, se restableció el régimen republicano. La drástica economía impuesta por el
gobierno juarista alcanzó también al Colegio Militar, y un lacónico decreto fechado en el
mes de agosto de ese año ordenaba para los alumnos: una levita derecha, pantalón y
kepí azul oscuro, con vivos encarnados y botón liso dorado, con la iniciales C.M. en el
frente del kepí.
El 7 de julio de 1898 fue expedido un nuevo reglamento de uniformes para Generales,
Jefes, Oficiales y Tropa del Ejército. La sección que correspondía al Colegio Militar,
asignó a los cadetes dos clases de prenda, de gala y de servicio interior. El color azul
oscuro siguió en boga, así como la antigua levita con kepí y el chaquetin. La levita
llevaba vivos carmesí en cuello, solapas, orillas verticales de faldones y sus carteras
verticales, hombreras, presillas para cinturón y en las vueltas de mangas. El pantalón
conservó sus dos franjas carmesí, 25 mm. Anchas con un vivo entre las dos.
Desde 1907 la presentación del Colegio Militar cambio adecuándose al nuevo siglo y
siguiendo los lineamientos de los uniformes europeos. A consecuencia de este arreglo
se usaba el casco prusiano, que apareció vistiendo una guerrera de paño azul-negro
con hileras de siete botones y dos carteras atrás, con cuello y vueltas de terciopelo
negro, barras y vivos carmesí, el pantalón del mismo paño llevaba las conocidas dobles
franjas carmesí con un vivo en medio, en el cuello se colocó el escudo del cestón,
cañones y antorcha dorados, todo el correaje era de charol negro y las partes metálicas
doradas, el casco prusiano con moharra servía para media gala y para la gala se usaba
el plumero o penacho blanco.
A partir de 1913 los cadetes vistieron una guerrera de paño azul-negro con hilera de
dos botones, con cuello y vueltas de terciopelo negro y barras y vivos carmesí. El
pantalón del mismo paño llevaba las conocidas dobles franjas carmesí, con un vivo en
medio. En el cuello se colocó el escudo del cestón, cañones y antorcha dorados, y en
los hombros, unas caponas doradas sin fleco.
El 26 de septiembre de 1919 se dispuso que en cuanto entrara a funcionar el nuevo
Colegio después de haberse interrumpido seis años, los alumnos utilizarán tres clases
de uniformes: gala, interior de paño, e interior de kaki plomo. El uniforme de 1919 fue el
último de la larga serie de vestuarios al estilo francés que prevaleció en las Fuerzas
Armadas de México y por consecuencia también en el Colegio Militar.
El reglamento promulgado el 4 de agosto de 1923, que entró en vigor el 1o. de enero
de 1924, inició una completa transformación en el estilo, color, divisas, material y
hechura del uniforme del Ejército, incluyendo naturalmente el de los cadetes. El género
básico fue el paño gris reglamentario y un dril gris, siendo los accesorios de cuero de
color avellana. El siguiente cambio tuvo lugar unos seis años más tarde, cuya principal
modificación consistió en la introducción de un color básico verde-gris para el servicio
diario y de guarnición, negro para la gala y media gala, además de un conjunto blanco
y beige con sus combinaciones para climas calurosos y puestos costeros. El citado
reglamento de 1930 gozó de la larga vida, empero, en el transcurso de 42 años, fue
expedido una larga sucesión de circulares y directivas que paulatinamente han
transformado y ampliado las prendas, divisas, insignias, telas y colores de trajes
castrenses.
El cambio verdaderamente notable, que ha dotado a los cadetes del H. Colegio Militar
de un vestuario de carácter distinto al del conjunto de las Fuerzas Armadas nacionales,
fue la introducción en 1947 de las prendas de gala que actualmente se conocen: la
levita cruzada negra; con cuellos y puños carmesí, carteras y marruecas de terciopelo
negro, doble hilera de siete botones dorados, caponas en hombros con medias lunas
doradas, así como el kepí chacó negro introducido en 1960 (ros con penacho) un
plumero blanco, concordia nacional, escudo, placa, salero y carrillera doradas, visera
y barbiquejo de charol negro.
Este uniforme ha proporcionado a los cadetes una silueta que sigue reflejando con
digno orgullo, la estima y cariño que la nación entera conserva por la tradición de su
Heroico Colegio Militar.

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