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ETIQUETAS ECOLÓGICAS

Las etiquetas ecológicas son distintivos voluntarios que identifican productos o

servicios que cumplen una serie de criterios de sostenibilidad ambiental.

Estos indicadores no solamente destacan la sensibilidad ambiental del bien de

consumo, si no que sirven también para diferenciarlo de otros productos de su

misma categoría.

Las etiquetas ecológicas se originaron principalmente para resolver dos

problemas que se presentaban en las empresas entre ellos, la necesidad de

exteriorizar la mayor cantidad de costos posibles frente a un producto, y la de

proveer información exacta y sincera al consumidor de la calidad ambiental en el

producto todo esto porque las presiones competitivas en el mercado y la primor dial

necesidad de ampliar la cantidad de consumidores así lo exigían. Con el aumento

del conocimiento ambiental en los consumidores se incrementó la demanda de

productos verdes en el mercado, por esto algunos productores y comerciantes con el

fin de ganar cautas en el mercado, comenzaron a utilizar frases y etiquetas para

indicar la calidad medio ambiental de sus productos; un primer ejemplo de ello son

las frases alusivas al contenido reciclado de un producto y la posibilidad del mismo

de ser reciclado.

Sin embargo, en ocasiones dichas frases ecológicas resultaban siendo falsas,

generando en el mercado publicidad engañosa, induciendo a error a los

consumidores; esto sumado a la escasa reglamentación que existía al respecto,


provocando desconfianza e incertidumbre en el mercado medioambiental. Surgió

entonces la necesidad de establecer sistemas confiables que le permitieran al

consumidor identificar en el mercado, los productos menos nocivos para el medio

ambiente. Por esto aparecen los sistemas de etiquetado ecológico y luego e un

proceso controlado y neutro se concede una etiqueta que persuade a los

consumidores acerca del cumplimiento de ciertos criterios ecológicos, por parte de

un producto, lo que garantiza que su costo ambiental es reducido.

En 1978, en Alemania, surgió el primer programa voluntario de etiquetado

Ecológico con la introducción del distintivo “Blue Angel” para cierto tipo de

Productos y, a partir de allí, se han creado varios sellos basados en conceptos y

Objetivos similares pero con diferencias en sus criterios de evaluación.

Las normas internacionales ISO 14021, 14024 y 14025, establecen tres tipos de

etiquetado ecológico:

Las Eco etiquetas (tipo I), son otorgadas por una tercera parte que ejerce como

entidad certificadora y abarcan todo el ciclo de vida del producto o servicio: diseño,

fabricación, distribución, uso y disposición final. Las auto declaraciones

ambientales (tipo II), son indicaciones proporcionadas por el propio fabricante, sin

certificadores independientes. Finalmente, las declaraciones ambientales (tipo III),

consisten en un inventario de los impactos ambientales causados por un producto en


base a un análisis de ciclo de vida (ACV), verificado por un certificador

independiente.

Las que ofrecen información relevante para el consumidor son las de tipo I y tipo

II, de esta forma, el ciudadano puede identificar aquellos artículos preferibles desde

un punto de vista medio ambiental.

PRECIO ECOLÓGICO

El precio como instrumento de marketing, es muy utilizado para influir sobre la

demanda en el corto plazo. Sin embargo, las acciones a corto plazo no son

aplicables a los productos ecológicos, ya que el tipo de beneficios que se consideran

en estos productos son efectos sobre el medio ambiente, que se producen en el largo

plazo.

Si el consumidor no valora los beneficios ambientales, el producto competirá en

desventaja de costes en el mercado por tener un menor margen o por tener que fijar

un mayor precio para mantener el margen.

La situación se agrava si se plantea el hecho de que los productos diseñados

ecológicamente tienen costes superiores que los diseñados siguiendo las pautas

habituales de costes mínimos sin internalización de costes ambientales, debido a la

necesidad de realizar mayores inversiones en I+D.


Por último, este coste se incrementará más si la empresa adopta un

comportamiento respetuoso con el medio ambiente, en comparación con aquellas

que no lo hacen.

Es importante, por tanto, que los precios, considerándolo como indicador del

valor que el consumidor da al producto, reflejen los valores medioambientales que

el producto tiene, junto con todos los demás valores y costes de su producción.

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