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TRABAJO N°1

CLOSTRIDIUM BOTULUNUM

PRESENTADO POR:
BLAS ALBOR
GÉNESIS GAMERO
JESÚS LÓPEZ

PRESENTADO A:
QF. ISRRAEL ALBERTO BARROS PORTNOY

UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO


FACULTAD DE QUÍMICA Y FARMACIA
PROGRAMA DE FARMACIA
TECNOLOGÍA DE ALIMENTOS
BARRANQUILLA – COLOMBIA
JUNIO DE 2020
ASPECTOS GENERALES.
Clostridium botulinum es el nombre de una especie de bacilo (Gram positiva anaerobia)
que se encuentra por lo general en la tierra y es productora de la toxina botulínica, el
agente causal del botulismo.1 Estos microorganismos tienen forma de varilla y se
desarrollan mejor en condiciones de poco oxígeno. Las bacterias forman esporas que les
permiten sobrevivir en un estado latente hasta ser expuestas a condiciones que puedan
sostener su crecimiento. La espora es ovalada subterminal y deformante. Es móvil por
flagelos peritricos, no produce cápsula y es proteolítico y lipolítico. Son miembros del
género Clostridium. Uno de los grupos más numerosos entre las formas Gram positivas (C.
botulinum) fue descubierta y aislada en 1896 por Emile van Ermengem.3
Hay ocho tipos de toxinas botulínicas designadas por las letras A hasta la H; sólo los
Clostridium botulinum es un organismo de agua de un grado de salinización alto, sus
esporas pueden sobrevivir en la mayoría de los ambientes y son difíciles de destruir
incluso a la temperatura de ebullición del agua a nivel del mar, de modo que muchos
enlatados son hervidos a altas presiones para destruir las esporas.
El botulismo es una enfermedad de declaración obligatoria. Puede aparecer en cualquier
alimento de origen animal o vegetal, siendo las conservas, especialmente las caseras, los
lugares donde aparece en la práctica totalidad de los brotes. Las latas de conserva
deformadas que sueltan gas al abrirse es más que probable que estén contaminadas por
C. botulinum, aunque esto no es un factor determinante.
El crecimiento de la bacteria puede ser prevenido con acidez, una alta concentración de
azúcar disuelto, altos niveles de oxígeno o poca humedad, disecando el producto o por
medio de una combinación de azúcar, concentración y gelificantes que hagan que el agua
no esté "disponible", tomando mediciones de actividad de agua (Aw). Un medio de baja
acidez, como por ejemplo los vegetales enlatados como las judías verdes, que no hayan
sido calentados lo suficiente para destruir las esporas, puede proveer un medio libre de
oxígeno que le permita a las esporas crecer y producir la toxina. Por el contrario, los
tomates o salsas si son suficientemente ácidos pueden prevenir crecimientos, aún si las
esporas estuviesen presentes, por tanto, no presentan peligros para los consumidores. La
miel, el jarabe de maíz y otros aditivos dulces pueden contener las esporas de C.
botulinum, pero las esporas no pueden crecer en soluciones con tan altas concentraciones
de azúcares; sin embargo, cuando el azúcar es diluido en el ambiente de bajo oxígeno y
baja concentración como puede ser el jugo gástrico de un infante, las esporas pueden
desarrollarse y producir la toxina. Tan pronto como los recién nacidos comienzan a
consumir alimentos sólidos, el ácido gástrico es suficiente para impedir el crecimiento de
la bacteria. En neonatos, la enfermedad puede ser secundaria a la colonización del colon
por Clostridium botulinum.
El botulismo de transmisión alimentaria es una enfermedad grave y puede ser mortal. Sin
embargo, es relativamente inusual. Es una intoxicación causada generalmente por la
ingesta alimentos contaminados con neurotoxinas muy potentes, las toxinas botulínicas,
que se forman en alimentos contaminados. De persona a persona no se transmite el
botulismo.
Las esporas producidas por la bacteria Clostridium botulinum son termorresistentes
ampliamente difundidas en el medio ambiente, que en ausencia de oxígeno germinan,
crecen y excretan toxinas. Existen siete formas diferentes de toxina botulínica
identificadas con las letras A a G. Cuatro de ellas (tipos A, B, E y ocasionalmente F) pueden
causar botulismo humano. Los tipos C, D y E provocan enfermedades en otros mamíferos,
aves y peces.
La toxina botulínica se ingiere con alimentos elaborados inapropiadamente, en los que la
bacteria o sus esporas sobreviven, crecen y producen las toxinas. Aunque es
principalmente una intoxicación de transmisión alimentaria, el botulismo humano puede
deberse a infección intestinal con C. botulinum en los lactantes, heridas infectadas e
inhalación
El botulismo de transmisión alimentaria es una enfermedad grave y puede ser mortal. Sin
embargo, es relativamente inusual. Es una intoxicación causada generalmente por la
ingesta alimentos contaminados con neurotoxinas muy potentes, las toxinas botulínicas,
que se forman en alimentos contaminados. De persona a persona no se transmite el
botulismo.
Las esporas producidas por la bacteria Clostridium botulinum son termorresistentes
ampliamente difundidas en el medio ambiente, que en ausencia de oxígeno germinan,
crecen y excretan toxinas. Existen siete formas diferentes de toxina botulínica
identificadas con las letras A a G. Cuatro de ellas (tipos A, B, E y ocasionalmente F) pueden
causar botulismo humano. Los tipos C, D y E provocan enfermedades en otros mamíferos,
aves y peces.
La toxina botulínica se ingiere con alimentos elaborados inapropiadamente, en los que la
bacteria o sus esporas sobreviven, crecen y producen las toxinas. Aunque es
principalmente una intoxicación de transmisión alimentaria, el botulismo humano puede
deberse a infección intestinal con C. botulinum en los lactantes, heridas infectadas e
inhalación

FUENTES.
El Clostridium botulinum se encuentra en el suelo y en las aguas no tratadas de todo el
mundo. Produce esporas que sobreviven en los alimentos mal conservados o mal
enlatados, donde generan una toxina. Al ingerirla, incluso cantidades pequeñísimas de
esta toxina pueden provocar intoxicación grave.

Botulismo en humanos.
En los humanos, las tres formas principales de la enfermedad son las transmitidas por
alimentos y a través de heridas y el botulismo intestinal o infantil. El botulismo transmitido
por alimentos aparece cuando los humanos ingieren toxinas preformadas en varios
alimentos. Las técnicas modernas de enlatado industrial fueron diseñadas para matar las
esporas de C. botulinum, y la mayoría de los casos se deben a alimentos enlatados en
forma casera, con baja acidez (pH > 4.6), así como productos derivados de la carne tales
como salchichas, jamón, y carne fermentada de pescado, foca y ballena. Sin embargo,
muchos otros alimentos se pueden ver involucrados si las condiciones son favorables; el
botulismo ha sido causado por productos tan diversos como el yogur, el aceite de ajo y
papas horneadas envueltas en papel de aluminio. Los alimentos cocinados en el horno
que se dejan a temperatura ambiente o en un horno tibio durante la noche pueden causar
esta enfermedad si la temperatura del horno mata los microorganismos competidores, y
se dan las condiciones anaerobias dentro del alimento. Pocas veces los alimentos
comerciales están involucrados.
El botulismo por heridas ocurre cuando una herida anaerobia se contamina con C.
botulinum, y el organismo es capaz de crecer y producir toxinas. El botulismo por heridas
es poco común excepto en drogadictos que se inyectan, ya que se puede transmitir a
través de agujas o drogas contaminadas. Es especialmente común entre aquellas personas
que se inyectan “alquitrán negro de heroína” directamente en los tejidos subcutáneos.
El botulismo infantil se observa en niños menores al año de edad. En esta forma, las
esporas de C. botulinum germinan en el tracto intestinal y producen la toxina. Se cree que
los bebés tienen predisposición porque su flora intestinal es inmadura y porque producen
cantidades reducidas de ácidos biliares, lo cual inhibe los organismos clostridiales. La miel
se ha asociado con algunos casos de botulismo infantil, pero las esporas también se
pueden encontrar en muchas otras fuentes, incluso el polvo. La mayoría de los niños
mayores y los adultos pueden ingerir las esporas botulínicas del ambiente sin peligro,
estas esporas simplemente pasan a través de los intestinos sin germinar. Sin embargo,
existen casos pocos frecuentes de botulismo en personas que han presentado condiciones
intestinales alteradas por una cirugía gastrointestinal, terapia intensiva con antibióticos o
anormalidades tales como la aclorhidria.
El botulismo también puede ocurrir por accidentes de laboratorio (por ej., por inhalación o
inyección accidental de la toxina). La toxina se utiliza de forma terapéutica para tratar
algunos trastornos de movimiento muscular y otras afecciones, y se han registrado unos
pocos casos de botulismo iatrogénico.

Botulismo en animales.
Las toxinas preformadas en una variedad de fuentes, incluso materia vegetal en
descomposición (por ej., césped, heno, henolajes, granos, ensilado en mal estado), carne y
pescado, animales muertos, invertebrados y agua contaminada pueden causar botulismo
en animales. Los carnívoros a menudo ingieren las toxinas a través carne o pescado
contaminado o animales muertos (posiblemente se incluyan las iguanas) o basura en
descomposición con alta dosis de proteína. Es posible que el ganado bovino de áreas con
suelos deficientes en fósforo desarrolle pica y mordisquee huesos y trozos de carne
adherida; un gramo de carne seca puede contener suficiente toxina botulínica para matar
a una vaca. Ocurren casos similares en Australia, donde las ovejas deficientes en proteínas
algunas veces comen los restos de conejos y otros pequeños animales muertos. Los
herbívoros también se pueden enfermar cuando ingieren la toxina en forrajes como el
heno o ensilado con insuficiente acidez. Estos alimentos pueden estar contaminados por
aves o mamíferos muertos que contengan la toxina o por otras fuentes de C. botulinum. La
alimentación con cama de aves que contenga esporas de tipo C ha estado vinculada a
algunos brotes en rumiantes. Las aves pueden ingerir las toxinas botulínicas en gusanos
que se hayan alimentado de animales muertos contaminados o invertebrados de aguas
con vegetación en descomposición. Se ha sugerido que los peces fueron la fuente de la
toxina en algunos brotes de aves. Los alimentos contaminados también pueden ser la
causa de los casos en aves de corral. Además, se ha descrito botulismo en animales que
bebieron agua contaminada con un animal muerto u otra fuente de toxina.
La forma toxico-infecciosa del botulismo en animales se corresponde con las formas de
botulismo intestinal o por heridas en humanos. De forma similar a los bebés, el botulismo
en potrillos (síndrome del potrillo temblón) parece estar causado por el desarrollo de C.
botulinum en el tracto gastrointestinal. Se han observado casos poco frecuentes de
botulismo por heridas en algunas especies tales como los equinos. El botulismo toxico-
infeccioso también se observa en pollos, cuando los pollos son criados de forma intensiva
con desperdicios; se desconoce la causa de este fenómeno.
El botulismo no es contagioso por contacto accidental, pero puede transmitirse entre
animales por depredación o canibalismo. Los alimentos contaminados a menudo
contienen esporas, así como también la toxina. Las esporas que pasan a través del tracto
gastrointestinal pueden germinar y crecer si el animal muere. Esto puede perpetuar el
ciclo y resultar en grandes brotes en aves u otras especies. Los brotes de botulismo
también pueden contaminar el ambiente con esporas, posibilitando futuros brotes.
BOTULISMO DE TRANSMISIÓN ALIMENTARIA.
C. botulinum es una bacteria anaeróbica, lo que significa que solo se desarrolla en
ausencia de oxígeno. El botulismo de transmisión alimentaria se produce cuando C.
botulinum crece y genera toxinas en los alimentos que se consumirán.
El crecimiento de la bacteria y la formación de toxinas tienen lugar en productos con bajo
contenido de oxígeno y en algunas combinaciones de temperatura de almacenamiento y
parámetros de conservación. Esto ocurre mayormente en conservas de alimentos hechas
sin las debidas precauciones y en alimentos inapropiadamente procesados, enlatados o
embotellados en casa.
C. botulinum no se desarrolla en condiciones de acidez (pH inferior a 4,6), y por lo tanto la
toxina no se generará en alimentos ácidos (aunque un pH bajo no degradará ninguna
toxina ya existente). Las combinaciones de baja temperatura de almacenamiento y
contenidos de sal, y/o el pH, se utilizan también para prevenir el crecimiento de la
bacteria o la formación de la toxina.
La toxina botulínica se ha encontrado en diversos alimentos, incluidas conservas vegetales
con bajo grado de acidez, tales como judías verdes, espinacas, setas y remolachas;
pescados, incluido el atún en lata y los pescados fermentados, salados y ahumados; y
productos cárnicos, por ejemplo, jamón y salchichas. Los alimentos en cuestión difieren de
un país a otro y reflejan los hábitos locales de alimentación y de conservación de los
alimentos. En ocasiones se ven implicados alimentos elaborados con fines comerciales.
El botulismo alimentario es una intoxicación neuroparalítica grave, con elevado riesgo de
letalidad, resultante de la ingestión de una neurotoxina, extremadamente potente,
sintetizada por Clostridium productores de la neurotoxina botulínica (CPTB) como C.
botulinum toxinas A-F, C. baratii (toxina F), C. butyricum (toxina E) presente en alimentos
conservados y contaminados con el bacilo. Recientemente Barash y Arnon (2013) han
descrito una cepa productora de neurotoxina botulínica (NTBo) tipo B y otra NTBo no
neutralizable por ninguna de las antitoxinas botulínicas policlonales monovalentes (A-G),
que llamaron H, resultado (o afirmación) que hoy se encuentra en discusión.

Hoy son reconocidas dos formas fisiopatogénicas de botulismo:


Intoxicación (por toxina preformada):

 Alimentaria (por ingestión de la toxina producida en el alimento)


 Latrogénica (por uso de la toxina con fines terapéuticos).
 Laboral (por manipulación de toxina en laboratorios).
 Bélica o terrorista (por uso de la toxina como arma química).
Toxiinfección (colonización de la bacteria y producción de la toxina in situ):

 Toxemia intestinal en el lactante.


 Toxemia intestinal del adulto.
 En heridas.
Los alimentos responsables de estas intoxicaciones son habitualmente conservas caseras,
de origen vegetal: chauchas, pimientos morrones, espinacas, palmitos, berenjenas,
tomates, zapallitos, espárragos, alcauciles y champiñones entre otros; y en menor
frecuencia de origen animal, tales como embutidos, quesos, pescados, mariscos y carnes
de animales de caza en general. También debemos considerar los mixtos, con mezcla de
origen vegetal y animal, generalmente preparados como escabeches1, con un pH final no
adecuado, igual o mayor a 4,5, que permite el desarrollo y toxinogénesis de C. botulinum.

INTOXICACIÓN.
La organización subraya que existen varios tipos de botulismo según los síntomas que
predominen:
Botulismo por ingesta
Generalmente, los síntomas aparecen entre las 18 y 36 horas después de comer los
alimentos contaminados por la bacteria.
Asimismo, los alimentos que pueden contener esta toxina son: las verduras enlatadas, la
carne de cerdo o de jamón curado y el pescado crudo o ahumado. Además, la miel, el
jarabe de maíz, las patatas al horno cocinadas en papel de aluminio o el zumo de
zanahoria y el ajo picado conservado en aceite.
Los indicios que suelen aparecer son:
 Boca seca.
 Debilidad muscular.
 Náuseas y vómitos.
 Dificultad para tragar.
 Problemas para respirar.
 Visión doble.

Botulismo por heridas.


Este tipo de botulismo es infrecuente y se produce cuando las esporas entran en una
herida y pueden reproducirse. Los síntomas son parecidos al botulismo alimentario, pero
pueden tardar hasta dos semanas en aparecer.
Esta enfermedad se ha relacionado con el abuso de sustancias, especialmente con la
inyección de heroína black tar.

Botulismo por inhalación.


El botulismo por inhalación rara vez aparece y presenta señales similares a las del
botulismo alimentario. Tras la inhalación de la toxina, los síntomas aparecen de uno a tres
días, y ese tiempo se puede incrementar cuando los niveles de intoxicación son más bajos.
Por otro lado, los especialistas recomiendan que cuando se sospeche de la exposición a la
toxina por inhalación de aerosoles, se deberá evitar la exposición de los pacientes y
otras personas. Además, es importante quitar la ropa del paciente y guardarla en bolsas
de plástico hasta que se pueda lavar con agua y jabón. Inmediatamente la persona
infectada deberá ducharse para descontaminarse.
Botulismo en lactantes.
El botulismo en lactantes suele afectar a los niños menores de 6 meses. Este tipo se
produce cuando los lactantes ingieren esporas de C. botulinum que brotan como
bacterias, colonizan el intestino y liberan toxinas.
Los síntomas incluyen pérdida de apetito, un mal control de la cabeza, estreñimiento,
llanto alterado y debilidad.
Por otro lado, los expertos aconsejan a los padres no alimentar con miel a los lactantes
menores de un año, ya que hay casos que han sido asociados a la miel contaminada con
esporas.
Otros tipos de intoxicación.
El botulismo transmitido por el agua puede producirse por ingerir la toxina. No obstante,
las medidas habituales en el tratamiento del agua destruyen las toxinas, por lo tanto, el
riesgo es bajo.
La bacteria C. botulinum es la misma que se utiliza en la fabricación de bótox, un producto
farmacéutico inyectable para uso clínico y cosmético. El tratamiento habitualmente es
bien tolerado, aunque se han observado efectos secundarios.

Bibliografía.
https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/infecciosas/botulismo.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Clostridium_botulinum
http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000000783cnt-
20160225_Guia_Botulismo_Alimentario_2016.pdf

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