Capítulo 2.

Empatía y manejo de conflictos

Estilos de comportamiento
frente a los conflictos
De manera general, podemos decir que las personas enfrentan los conflictos de dos maneras: de forma controversial,
es decir, a través de la agresión, la violencia, el abuso de poder o el autoritarismo; o de forma colaborativa: a través del
diálogo, la cooperación, la negociación u otro mecanismo alternativo.

Estas formas de actuar están relacionadas con qué se prioriza: los propios intereses o la necesidad de tomar en
cuenta la opinión de las personas involucradas.

Veamos
Actitud Razones
el siguiente Formas de enfrentar los conflictos
cuadro:
Preocupación por Se gana a costa
Controversial: Abuso de poder una/o misma/o de la otra persona
Autoritarismo
Agresión o violencia

Preocupación Ambos ganan

Colaborativa: Diálogo y ceden
por el otro
Negociación
Cooperación

Sin embargo, también puede suceder que, en el marco de una actitud de falta de preocupación o abierto desinterés,
una forma de abordar el conflicto sea sencillamente mostrando una actitud evasiva. En ese sentido, podemos
encontrar, ya de forma más específica, cinco estilos de comportamiento ante situaciones conflictivas. Estos son:

a. Competitivo. Quien asume este estilo quiere que las cosas se hagan “a su modo”. Se preocupa por satisfacer sus propios
intereses y necesidades sin preocuparse de la relación que tiene con el otro, ni de los intereses y necesidades del otro.

b. Complaciente. En contraste con el estilo competitivo, existe el complaciente. Quien asume este estilo solo se preocupa por preservar
y mantener la relación con el otro y que este satisfaga sus intereses y necesidades, a tal punto que sacrifica sus propias metas.

c. Evasivo. Quien asume este estilo evade el conflicto, no lo afronta. No se preocupa por lograr sus metas, tampoco por satisfacer
ni lograr las metas del otro. Quien asume este estilo pierde la oportunidad de construir una solución a esa situación y de generar
cambios.

d. Comprometedor. Quien asume este estilo satisface en parte sus metas e intereses, asume pequeños compromisos, cede en
algunos puntos y permite que la otra parte también satisfaga en parte sus intereses y necesidades. Es el clásico mitad y mitad:
“Te doy esto, pero tú me das eso a cambio”.

e. Colaborador. Quien asume este estilo busca satisfacer sus propios intereses y necesidades, y lograr sus metas, a la vez que
promueve, ayuda y motiva a la otra parte a lograr sus propias metas. Se preocupa por preservar la relación.

Adaptado de: Minedu. (2013). Tutoría y Orientación Educativa: Aprendiendo a resolver conflictos en las instituciones educativas. Lima: Minedu.

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 Ficha 5. Ante los conflictos, pienso en alternativas de solucion

Analizamos el conflicto
Como se ve en el gráfico, los cinco estilos de comportamiento frente a los conflictos expresan ciertos niveles
de compromiso: con nuestras metas, con nuestras relaciones interpersonales o con ninguna de las dos.

Así, resolver los conflictos para establecer una mejor

convivencia con interacciones saludables implica Estilos de comportamiento frente a
los conflictos
alcanzar un término medio entre el individualismo
o preocupación de sí mismo y la complacencia A Colaborador
o preocupación por el otro. A diferencia de la Preocupacion Competitivo
lógica transaccional, del “comprometedor”, por uno
mismo
el comportamiento colaborador permite una
resolución mucho más creativa y sostenible del
conflicto.

Meta
Pero… ¿cómo llegar a ese punto? Ser colaborador
no es una virtud inherente a las personas: nadie Compromete dor
nace siendo de un modo u otro. Esta actitud
implica cultivar el valor moral de la solidaridad y de
compromiso con la realización personal y colectiva.
Complaciente
Para ello, es importante reconocer nuestra posición
usualmente frente a los conflictos, pero, al mismo Evasivo B
tiempo, la forma en que nuestra comunidad o Relación Preocupacion
por el otro
sociedad suele responder frente a situaciones de
conflicto. Por ejemplo, no es fácil posicionarse de Tomado de: Minedu. (2013). Tutoría y Orientación Educativa: Aprendiendo a
un modo colaborador cuando hay un contexto resolver conflictos en las instituciones educativas. Lima, Minedu, p. 24.

bastante marcado de competencia como sucede

en la historia que vimos al inicio de la ficha. ¡Es fácil
dejarse llevar por la corriente!

Por ello, no hay virtud moral sin autonomía. La

autonomía o capacidad de pensar y actuar con
libertad usando nuestro pensamiento crítico
es fundamental para acercarnos al conflicto y
comprometernos con los retos que nos invita a
superar. La autonomía es la expresión de compromiso
que nos invita a superar las preguntas que nos
propusimos antes, pero de forma libre, espontánea.
Ejercitarnos en el análisis constante de conflictos
fortalece nuestra sensibilidad social pues seremos
capaces de visibilizar las dimensiones “invisibles”
de un conflicto (prejuicios) propiciando respuestas
creativas que favorezcan una convivencia saludable.

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