Está en la página 1de 22

Educación, socialización

política y cultura política.


Algunas aproximaciones teóricas
POR MARCIA SMITH-MARTINS*

Uno de los alcances de la educación formal es la posibilidad de transmitir


valores y formación de actitudes respecto al poder y a la vida política. Esta
meta asume características distintas en las diversas propuestas de educación
formal, con las cuales los valores poseen relaciones mutuamente determinantes.
El presente texto se propone apreciar cómo esta cuestión ha sido situada por
los estudiosos de la relación entre educación y sociedad, revisar cómo se ha
planteado el análisis de la influencia de la educación formal en la cultura
política de las sociedades y sugerir elementos para un marco interpretativo
de la vinculación entre estas dos dimensiones sociales.

One of the mayor achievements of formal education is the possibility


to transmit values and the formation of frames of mind towards power and
the political life. This purpose embodies different characteristics in the diverse
proposals of formal education, with whom those values have mutually defining
relations. This articles aims to show how this issue has been considered
by the specialists who have studied the relations between education and society,
to examine how the analysis of formal education’s influence on the political
culture of the societies has been raised and to suggest new prospects for
an interpretative framework of the link between both social dimensions.

Educación formal/cultura política/ conflicto social/


reproducción social/ formación ciudadana
Formal education/political culture/social conflict/
social reproduction/ citizen development

P ERFILE
76
EDUCATIVOS
S
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH-MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

1. INTRODUCCIÓN ple la escuela como agencia formativa



de la ciudadanía al ampliar el enfoque


El tema que vamos a tratar se refiere a socioeconómico de la educación que re-



los procesos de socialización política, en duce sus intereses a una relación educa-


especial los que se sitúan en el ámbito ción-empleo. De paso podríamos decir



de la educación formal. En las institucio- que es el desarrollo socioeconómico de


nes educativas y a lo largo de sus proce- un país, y no apenas su crecimiento eco-



sos operan mecanismos que posibilitan nómico, el proceso que más estrecha-


o comparten la conformación de las ca- mente se vincula con la educación y la



racterísticas políticas de los individuos, participación ciudadana en los procesos



entre ellas su interés, identidad, orien- políticos.


tación y participación políticas. En esta reflexión reconsideramos



Nuestros propósitos al elaborar este una inquietud de años pasados que re-

texto son: apreciar a lo largo del tiem- ○

saltaba la diferencia entre desarrollo y
po la manera en que esta cuestión ha crecimiento económico. 2 Pero al seña-

sido situada por los estudiosos de la lar esta posición, “el enfoque del tra-

relación entre educación y sociedad, bajo (o perspectiva socioeconómica de


revisando cómo se ha planteado el aná- la educación, preferentemente preocu-



lisis de la influencia de la educación for- pada con el crecimiento económico), no



mal en la cultura política de las socie- se ve perjudicado porque forma parte


dades, y sugerir elementos para un de la vida del ciudadano, pero se colo-



marco interpretativo de la vinculación ca al trabajo como derecho de la ciuda-


entre estas dos dimensiones sociales. danía (perspectiva formativa de la edu-



La reflexión sobre esta temática tiene cación) y no al inverso” (Demo, 1999,



importancia en la medida que el interés p. 37). Así, los procesos escolares son

por el estudio de los procesos sociopolí- vistos como fundamentales para la for-

ticos de transición a la democracia en mación de una cultura ciudadana y


América Latina se ha incrementado y tie- participativa, inseparable del desarro-



ne entre sus vertientes una propuesta llo social, pues están vinculados con las

de análisis que incluye con frecuencia el formas de interpretar, relacionarse y


tema de la cultura política y sus caracte- experimentar la vida política y el po-



rísticas según la educación formal. Ade- der. La participación ciudadana es po-


más, los procesos de modernización y tencialmente un elemento de transfor-



democratización de la vida política que mación del crecimiento económico en


se han propuesto y que se llevan a cabo desarrollo social y es más en este senti-

en algunas sociedades latinoamericanas do que se percibe la importancia de la



buscan apoyarse en la educación para la educación para la modernización de las


creación de una cultura política adecua- sociedades.



da, asumiendo que la participación de la


educación es muy significativa en estos


2. LA CUESTIÓN A LO LARGO

procesos. 1 Centraremos nuestra aten- DEL TIEMPO



ción en el papel fundamental que cum-


Más que cualquier otro, el espacio social



* Investigadora del Centro de Estudios sobre la Universidad de la educación formal es un ámbito de



77
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH -MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

intervención que pretende deliberada- deriven de ellos, para caracterizar las



mente la construcción del futuro. Uno distintas aportaciones que la reflexión


de los alcances de la educación formal sociológica ha hecho sobre el tema re-



es la posibilidad de la transmisión de visado. Estos elementos de alguna ma-


valores y formación de actitudes respec- nera se definen en el correr del tiem-



to al poder y a la vida política. Esta meta po y los tipos de análisis se suceden


asume características distintas en las di- unos a otros.



versas propuestas de educación formal, En principio, al considerar la posición


desde la aceptación de la dimensión po- frente al conflicto en la vida social, ob-



lítica como un elemento natural de las servamos un primer grupo de estudios



instituciones y procesos educativos, has- en el cual el conflicto es un elemento de


ta su negación, haciendo variar la prio- menor importancia, básicamente una si-



ridad, las formas de inclusión e integra- tuación que opera entre individuos y

ción, y también los contenidos de lo ○

que puede ser corregida, además de no
político en la experiencia educativa. Del revelar divisiones o desintegración de

análisis de estas relaciones se ha ocupa- partes en el todo social. Se considera a



do la sociología, y de la proposición y la sociedad como un sistema armonioso


defensa de modelos educativos, la pe- que tiende a la integración de todos sus



dagogía y la filosofía de la educación. miembros en términos complementa-



En los análisis sociológicos, que es rios de funciones y consensos respecto


lo que nos toca revisar, la socialización a valores generales a los cuales los indi-

política siempre se considera como una viduos se ajustan, con el interés de re-

tarea encargada en parte a la educación solver su propia existencia.



formal. La diferencia entre estos aná- La intrascendencia del conflicto



lisis se basa principalmente en las para la dinámica societal conduce a


perspectivas distintas que sus autores presuponer la inexistencia de negacio-



sostienen sobre los tres siguientes ele- nes o rechazos frente a lo establecido

mentos: la importancia y el papel del socialmente, a no ser bajo la forma de



conflicto en la vida social; la autono- comportamientos individuales desvia-



mía y neutralidad de la educación for- dos. Desde estas perspectivas el orden


mal con relación a diversos intereses y la conservación de las formas bási-



sociales, y el alcance y la unicidad de la cas de sociabilidad son las metas más


cultura política en la sociedad. Este úl- importantes de la dinámica social. La



timo elemento se ha vuelto realmente sociedad admite perfeccionamiento,


importante en términos de una socie- pero no cambios o rupturas en su



dad posindustrial y globalizada donde continuidad.



se percibe una tensión entre padroni- Estas posiciones se originan con la


zación e individualización de la infor- reflexión de Durkheim y se prolongan



mación, y de experiencias que frecuen- hasta nuestros días, recibiendo de otros


temente rompen patrones culturales sociólogos aportaciones que las hacen



generando espacios o comunidades con variar en algunos puntos, pero mante-



subculturas específicas. 3 niendo sus características principales,


En este apartado intentaremos uti- enmarcadas en una posición teórico-



lizar estos elementos y otros que se metodológica funcionalista.



78
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH-MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

A partir de estos supuestos, la edu- duo tiene necesidades que solamente el siste-



cación formal adquiere la función de ma puede satisfacer.


ajustar a los individuos a la vida colec- Existe por lo tanto en el proceso educativo



tiva en general. Es una agencia de so- un cambio de equivalentes en que tanto el indi-


cialización hacia la sociedad en su con- viduo como la sociedad se benefician. Con el



junto. La idea de educar para una fin de maximizar las ganancias y minimizar


sociedad que se caracteriza por la inte- las privaciones el individuo se sujeta a ciertas



gración y la continuidad (linearidad), exigencias impuestas por el sistema. Este con-


confiere a la educación una autonomía


cede al individuo ciertas gratificaciones para


o neutralidad con relación a grupos so- debilitar las tendencias quebrantadoras del



ciales específicos, justo porque los con- mismo y garantizar así el equilibrio y la ar-


flictos no son vistos como inherentes a monía del todo (Freitag, 1986, p. 17).4



la sociedad, sino como desviaciones que

se pueden enmendar y no implican des- ○

En este marco la socialización políti-
agregaciones o grupos contrapuestos. ca es estudiada como un mecanismo

Así, la escuela educa a individuos para básico para que los miembros de una

la vida social futura e inculca normas y sociedad acepten sus valores generales

valores desarrollados por una sociedad, y desarrollen solidaridad social hacia la



los cuales de cierto modo son exterio- colectividad a la que pertenecen. Seña-

res a ellos (Parsons, 1962, p. 435). Ci- lamos una vez más que se trata de una

tando a Freitag, podríamos aclarar lo socialización dirigida a cada individuo,



antes mencionado: que se interesa en los valores más ge-


nerales de la sociedad y en la reafirma-



Talcott Parsons, asimilando en su sistema so- ción de la cultura global. 5



cial parte substancial de las ideas de Dur- En correspondencia con estas posi-

kheim, ve en la educación (en su terminología ciones sobre la educación formal y la



presentada como socialización) el mecanismo socialización política y si nos situamos


básico para la constitución de sistemas socia- en el ámbito societal más amplio, en-

les y de mantenimiento y perpetuación de los contraremos entonces una visión de



mismos en forma de sociedades. Sin la socia- cultura política también estudiada a


lización el sistema es incapaz de mantenerse partir principalmente de su globalidad.



integrado, preservar su orden, su equilibrio y Se habla de la cultura política de la so-


conservar sus límites. Para que el sistema so- ciedad, de la nación, del país, anclada

breviva, los nuevos individuos que en él in- en valores, actitudes y comportamien-


tos individuales comunes (unicidad)


gresan necesitan asimilar e interiorizar los


valores y las normas que rigen su funciona- que se repiten y que privilegian los as-

miento. Parsons, al contrario de Durkheim, no pectos de estabilidad, solidaridad y


resalta tanto el aspecto coercitivo del siste- equilibrio entre sus integrantes.

ma frente al individuo, pero señala la com- Para esta versión de cultura política,

la socialización política es un elemento


plementaridad de los mecanismos que actúan


con el fin de satisfacer los requisitos del sis- que ajusta y prepara a los individuos

tema social y del sistema de personalidad. Así para el ejercicio de roles, asignados o

como el sistema tiene necesidad de socializar adquiridos, que garantizan la integra-



sus miembros integrantes, también el indivi- ción y la continuidad del sistema.



79
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH -MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

En este punto se puede diferenciar ción y reproducción. Podemos ilustrar



entre análisis y aportes según la valo- esto con las palabras de Durkheim:


ración que hacen del avance y desarro- “Cada pueblo crea para sí una concep-



llo social. Encontramos autores que en ción particular marcada por su tempe-


sus reflexiones estuvieron más intere- ramento personal. Es por eso que cada



sados en subrayar los temas referidos nación tiene su escuela de filosofía mo-


a la persistencia y conservación del or- ral vinculada a su carácter” (Durkheim,



den interno en una sociedad, y atribu- 1960, p. 393).


yen a la educación formal y la socia- Cuando nos acercamos al otro caso,



lización política tareas de formación esto es, aquel en que las aportaciones



de consenso y compromisos de cada in- se ligan a una visión de la sociedad que


dividuo con el cuerpo social del que basa su avance en un continuum hacia el



forman parte, como es el caso de los perfeccionamiento de las relaciones so-

trabajos clásicos de Durkheim y Par- ○

ciales y donde la educación y la socializa-
sons, dentro de la posición genérica del ción política que de ella se derivan sobre-

funcionalismo. 6 salen como mecanismos que apoyan



Por otro lado, cuando tal postura fuertemente estos procesos de transfor-

frente a la sociedad tiene además como mación y evolución social, encontramos



elemento importante el avance y el per- una concepción de cultura política que



feccionamiento de la vida social, en tér- acompaña estas posiciones. Es el caso del


minos de equilibrio e integración, en- tratamiento dado a esos temas en las teo-

tonces a la educación formal le va a rías de modernización que se amparan


corresponder prioritariamente, según es- en una perspectiva funcionalista. La pri-



tos autores, una tarea de socialización mera idea es que a partir de determina-

política. Claramente en esta situación ubi- dos agentes (escuela, asociaciones, co-

camos las preocupaciones de Karl Mann- munidades, etc.) se puede intervenir en



heim y de los modelos educativos pro- la producción de la cultura, por ejemplo


puestos por Dewey.7 la política. Así, estamos identificando en-



Con relación al primer grupo que se tonces la posibilidad de un “desarrollo



ubica en el espacio teórico del funcio- político” intencional hacia modelos de


nalismo y que entiende la educación a participación predefinidos.



partir de sus preocupaciones de cohe- Se piensa que es posible influir, a


sión (unicidad) y solidaridad social, y partir de la escuela, en la elección valo-



por lo tanto la define como procesos rativa de los individuos, lo que signifi-

que deben cumplir estos propósitos, ca por otro lado que la socialización po-

correspondería, en su momento, una lítica a partir de la educación opera en



reflexión que respecto a lo que hoy lla- el ámbito individual, buscando una

mamos cultura política, se conocería identificación con una cultura global o



más como estudios sobre la identidad nacional y considerando escasamente


y carácter nacional. En este caso lo que las dinámicas que se pueden establecer

es significativo es el interés en los me- entre partes o grupos diferenciados de



canismos de permanencia del todo so- esa sociedad. Incluso cuando se seña-

cial y la propuesta más importante es lan subculturas distintas, en este caso



la unicidad de la cultura y su identifica- las no modernas, éstas son compara-



80
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH-MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

das con y encaminadas hacia una cultu- mas educativos hacia la sociedad —asu-



ra más “modernizada”, mediante ex- miendo que hay una determinación en-


periencias muy particulares de forma- tre estas instancias, y que ésta refleja las



ción política que la mayoría de las veces situaciones de segmentación y conflicto


no consideran sus relaciones y prác- que viven internamente las sociedades



ticas políticas con los demás grupos y no una homogeneidad, lo cual tam-


sociales. Aun cuando ciertos autores bién incluye considerar culturas políti-



asuman que los procesos de socializa- cas diferenciadas para las cuales la edu-


ción, incluso en las escuelas, no son uni- cación cumple distintos papeles de



direccionales, sino que resultan de una socialización—, entramos entonces en



interacción entre el individuo y otras un espacio de reflexión, muy distinto del


dimensiones de su experiencia social, primero que se analizó, donde la educa-



los investigadores están más dispues- ción es vista como el mecanismo repro-

tos a entender y ubicar los resultados ○

ductor por excelencia de la vida social,
del proceso como una trayectoria psi- su jerarquía y sus desigualdades, y a

cosocial en el ámbito individual, y no partir del cual no se operan cambios es-



considerar aspectos de la dinámica en- tructurales en la sociedad. 9 Tales teorías


tre instituciones y grupos que repercu- introducen los conceptos de poder y



ten en la escuela y redefinen la sociali- dominación en el análisis de la relación



zación política. educación y sociedad.


En ese ámbito conceptual, los estu-



dios sobre cultura política y socializa- La preocupación fundamental de esas teorías


ción aparecen casi siempre como inves- es con la política y con los mecanismos de do-

tigaciones empíricas donde hay una minación, más específicamente con la manera

“metodología sistemática cuyas propo- por la cual ellos dejan sus marcas en el tipo de

siciones pueden ser probadas, modifi- relaciones que unen las escuelas al padrón del

cadas y/o acrecentadas” 8 sobre la base orden industrial y a las características de la


de un tratamiento estadístico. La gran vida diaria del salón de clases. Las teorías de

mayoría de esos trabajos se apoyan en reproducción también comparten percepcio-



un esfuerzo inicial, ya clásico, de Al- nes fundamentalmente diferentes de cómo el


mond y Verba (1963). Si nos detenemos poder y el control funcionan en el interés de la



en los logros de las investigaciones so- sociedad dominante, tanto dentro como fuera

bre esta temática, en especial de aque- de las escuelas (Giroux, 1986, p. 107).

llas sobre socialización política, se per-


cibe que una de las preocupaciones es En la década de los setenta este tipo

comprender y anticipar la forma y con- de acercamiento produjo muchos aná-



tenido de comportamientos políticos, en lisis sobre el sistema de enseñanza. Sus


el sentido de vislumbrar el desempeño aportes buscan demostrar la imposibi-



y el apoyo políticos hacia modelos de lidad de la educación para construir


sistemas políticos prefijados o deseables . sujetos inventores de su acción, pues



(Hyman, 1959 y Easton, 1969). apenas hay lugar para la formación de



Cuando algunos investigadores se agentes estructuralmente determina-


distancian o rechazan la perspectiva de dos. Muy escuetamente diríamos que



una autonomía por parte de los siste- los estudios referidos pertenecen a la

81
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH -MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

perspectiva estructuralista, donde se Es interesante señalar que en esta



asume la sociedad como un todo no corriente la socialización política, por


homogéneo, más bien de heterogenei- medio de la escuela, contempla prácti-



dades jerarquizadas, como las tres ins- camente sólo la transmisión de la ideo-


tancias de prácticas sociales: econó- logía dominante, pues cuando se acep-



mica, política e ideológica, donde la ta la existencia de ideologías vinculadas


primera es la fundamental para la es- a otros grupos sociales, con cuya dise-



tructuración de la sociedad en clases, minación se compite, se considera que


situación que se origina en la división éstas se propagan por otros medios y



social del trabajo y la apropiación dife- no por la escuela. El estructuralismo no



rencial de los medios de producción. La rechaza la posibilidad de que se viva


relación entre clases es de carácter an- en las instituciones escolares alguna



tagónico y se subsume a esquemas de autonomía, la cual puede incluir refle-

dominación y sujeción que atraviesan ○

jos de la vida social conflictiva y anta-
las tres instancias de prácticas sociales. gónica que se da en su exterior, pero

A partir de esos supuestos se esta- esto no es suficiente para penetrar la



blece la preocupación de señalar y com- escuela y producir cambios estructu-


prender los mecanismos sociales que rales. Su función es todo lo contrario;



permiten la continuidad y conservación es de manutención (Giroux, 1986, pp.



de tales estructuras de dominación. 113 y 114).


Gran parte de los autores encuentran Los elementos anteriores que fueron

en la educación formal la institución que señalados respecto al estructuralismo


garantiza en parte la reproducción de responderían entonces por el desinte-



la sociedad y la aceptación de las des- rés o la inexistencia de estudios respec-



igualdades. to a culturas políticas y socialización


El sistema educativo refleja intere- política y educación al interior de esta



ses de dominación y se propone ope- posición teórica. En primer lugar diría-


rar como transmisor de representa- mos que la sobredeterminación de la



ciones y prácticas que facilitan la legiti- educación no deja lugar al planteamien-



mación y reproducción de intereses to de cuestiones sobre sus resultados en


dominantes en un orden social (Giroux, la dinámica social. La existencia de pro-



1986, p. 207). Esta configuración de re- cesos de reproducción social anclados a


presentaciones es, en el contexto estruc- partir de la escuela exclusivamente en la



turalista, lo que se considera la ideolo- diseminación de una ideología dominan-


gía dominante. En tal caso, diríamos te es una cuestión cerrada. Al hablar de



que la escuela es por antonomasia una ideología de clase que se inculca, se deja

agencia de socialización política, unila- de lado la idea de cultura, como crea-


teralmente determinada por los grupos ción de un grupo o sujeto social. Las re-

dominantes. En la escuela se conocen y presentaciones y significados son soste-


se aceptan imágenes, conceptos y con- nidos por individuos, pero no son



tenidos como elementos objetivos, ex- productos de su reflexibilidad o subjeti-



ternos, los cuales son apropiados por vidad. En cierto sentido, lo ideológico

los individuos y regulan sus propias se constituye de elementos que contie-



interacciones. nen una “objetividad” y es protagonis-



82
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH-MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

ta de la práctica social, junto con las re- varios mecanismos, siendo la educación



laciones sociales estructuradas. 10 uno de ellos, aun cuando ésta puede


Por tales motivos no concierne a la exhibir cierta autonomía.



tradición estructuralista investigar suje- En tales estudios se sostiene que la


tos, acción y génesis histórica, y por lo reproducción cultural engloba aspectos



tanto no se envuelven en preocupacio- políticos, y la socialización política que


nes respecto a significaciones, orienta- se da en las instituciones escolares es



ciones y comportamiento político de las reconocida y considerada de interés


intervenciones humanas. El poder y la para el estudio de la dinámica social.



dominación sólo interesan en la medida Develar estos mecanismos es el princi-



que están incorporados a instituciones pio del trabajo de esos investigadores,


y posiciones estructuradas, donde los que finalmente están interesados en el



procesos de autoconstitución de los su- análisis de la permanencia de una cul-

jetos y de su subjetividad son determi- ○

tura de clase que es dominante. A la
nados por la lógica dominante del capi- importancia de esas aportaciones co-

tal. Con algunas diferencias respecto a rrespondió gran número de esfuerzos



la variedad de temas y profundidad en subsecuentes que se apoyan en sus teo-


el tratamiento de los mismos, los traba- rías para analizar casos específicos de

jos sobre educación y reproducción so- situaciones escolarizadas.



cial efectuados por Althusser, Baudelot Bourdieu y Passeron construyen su


y Establet, Bowles y Gintis se ubicarían argumentación con relación a los siste-



en esta línea teórico-metodológica. mas de enseñanza basados en los con-


En este punto es adecuado situar a ceptos de autonomía relativa de las ins-



algunos autores que, aceptando la vi- tituciones escolares, de habitus y de



sión estructuralista para el entendi- violencia simbólica.


miento de la vida social, se interesan La conformación de especialistas en



sobre todo por explicar los mecanismos los sistemas escolares confiere a la insti-

de reproducción en el ámbito cultural, tución una relativa autonomía, debido a



tanto en sus espacios grupales como la pretensión de estos profesionales por



no grupales. Es el caso de los trabajos establecer un control de la enseñanza.


de Bordieu y Passeron (1977), y Basil



Bernstein (1977). Entendemos que el es- Esta autonomía relativa del sistema de ense-

fuerzo que realizan se adhiere en el ob- ñanza es la que permite responder a las de-

jetivo de rebasar la idea de la función mandas objetivas de conservación social “bajo


escolar como adoctrinamiento o incul-


la apariencia de conservación y de neutrali-


cación ideológica, proponiendo el cam- dad.” Es decir disimular las funciones socia-

po de la transmisión cultural y la socia- les que se atribuye y por eso poder cumplirla

lización como el idóneo para encontrar con más eficacia (Cot, 1978, p. 295).

los elementos que subyacen a la estruc-


tura, y que operan como mediadores Dada su autonomía relativa, al siste-



en este proceso. En ellos está presente ma de enseñanza le basta con obedecer



la idea de una sociedad desigual, en la sus propias reglas para servir de hecho

que operan conflictos y una estructura a los intereses de las clases dominan-

de dominación que se reproduce por tes; al mismo tiempo que los enmasca-

83
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH -MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

ra, los refuerza al acreditar la idea de profundas conexiones o determinaciones



su autonomía absoluta. respecto a la estructura de reparto del


Por otro lado, estos autores expre- capital económico y de participación



san que la socialización no se hace so- del poder (Gómez, 1991).


lamente en términos de infundir ideas, El interés en comprender las cues-



conceptos u opiniones, sino aun de ac- tiones relacionadas con la persistencia


titudes y disposiciones que regulan los de estructuras de poder y control a par-



comportamientos. Estos principios es- tir de la transmisión de pautas cultura-


tructurados que organizan pensamien- les fue también una temática de la que



to y acción son los habitus y son trans- se preocupó Basil Bernstein. Sus traba-



feribles e inconscientes, además de jos se desarrollan dentro de una pers-


comunes para determinados grupos. La pectiva sociolingüística y, en el contex-



escuela impone habitus que expresan in- to de procesos de socialización, busca

terés de clase y lo hace mediante el ejer- ○

deslindar aquellos que operan en la dis-
cicio de la violencia simbólica, posibili- tribución social del conocimiento, que

dad que surge en el marco de poderes es desigual y está afectada por el siste-

desiguales que se reflejan en la institu- ma de clases (Bernstein, 1991, p. 288).


ción escolar. Estos códigos se generan principal-



mente en la estructura de comunicación



La violencia simbólica constituye, pues, un de las familias según la posición que


“instrumento teórico” especialmente útil en ocupan en el sistema clasista y ellos



el estudio de socialización y el concepto de ha- definen las posibilidades de participa-


bitus [...] se sitúa en el centro de una verdade- ción distintas en la vida social (Berns-

ra teoría de la práctica que hace inteligible la tein, 1991, pp. 288 y 292).

interiorización de las estructuras sociales Al dar continuidad a nuestra inten-


para cada individuo (Cot, 1972, p. 297). ción de relacionar las posturas respecto

a la educación y su correspondiente de-


Siguiendo el esquema de Bourdieu y rivación de características para la socia-



Passeron, diríamos que estamos en una lización política, podríamos señalar en-

situación de imposición ideológica en lo tonces que Bernstein, a pesar de no


individual y de conformación de capital trabajar con un esquema mecanicista de



cultural en lo grupal, que tiende a la ho- correspondencia estructural entre clase,


mogeneidad y no a rupturas y cambios escuela y control político, deja poco es-



(Salles y Smith, 1986). La socialización pacio para que la educación pueda ope-

política produciría resultados inevitables rar como un agente que amplíe las deli-

y la cultura —incluyendo la cultura polí- mitaciones simbólicas definidas por las



tica— dependería de un esquema estruc- relaciones de clase y establezca formas


turado de disposiciones y actitudes que más amplias de participación, que lo-



es inexorablemente transmitido a los gren sobrepasar los mecanismos de re-


miembros de una sociedad. Así estos producción social. En este caso se po-

autores complementan el esquema de dría pensar que la educación formal



reproducción social añadiendo y diluci- mantendría en compartimentos estan-


dando el aspecto de la reproducción cul- cos las distintas culturas de los diversos

tural, pero siempre en un proceso con grupos sociales, fortaleciendo el predo-



84
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH-MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

minio de la cultura de los grupos jerár- Thompson, que incluso anteceden o son



quicamente altos. Si transferimos este simultáneos con respecto a los autores


razonamiento al ámbito de la cultura estructuralistas. Tales teorías, que sin



política y de los procesos de socializa- duda se incluyen en una perspectiva


ción política, cobra sentido decir, según marxista, reelaboran el significado de la



estos autores, que el proceso escolar re- cultura como algo más que representa-


sultaría en la reafirmación de una cul- ciones generadas a partir de la estructu-



tura política dominante y la inhibición o ra económica de la sociedad y señalan


devaluación de la cultura política de los que hace falta considerar elementos de



grupos sumisos. Esta perspectiva no es subjetividad y acción humana para acla-



suficiente o mayormente adecuada para rar procesos históricos y escapar a re-


el análisis del cambio o dinámica socio- duccionismos deterministas. En este con-



política que muchas veces opera a par- texto se atribuye una relativa autonomía

tir del rescate y valoración de esas sub- ○

a la instancia cultural y en tal sentido se
culturas. abren espacios para transformaciones y

La intención de buscar comprender cambios que se perfilan a partir de esa



los procesos responsables de la repro- dimensión y que envuelven la cultura y


ducción cultural y social por medio de acción de sujetos sociales.



la escuela hizo que algunos sociólogos Hoy estamos ya a dos décadas del

de la educación enfrentaran las posi- rechazo a teorías globalizantes o tota-


ciones estructuralistas (que trataban lizadoras y del enfrentamiento ideoló-



con conceptos como ideología domi- gico en los estudios sociológicos. La re-

nante y determinaciones estructurales) flexión sobre las posturas pasadas —que



y sus fuertes características de prede- Paulston, en un texto reciente sobre



terminación para las instituciones y la paradigmas en educación comparada,


acción humana, y empezaran a consi- denomina ortodoxas y heterodoxas— ha



derar planteamientos vinculados a la generado una tendencia en la cual los


producción y vivencia de la cultura por investigadores están interesados en co-



los distintos grupos sociales, donde se nocer, interpretar e identificar situacio-



intentaba resolver el dualismo entre nes y considerar la multiplicidad de


acción y estructura o entre sujeto y po- realidades, donde el sujeto y la cultura



siciones estructurales. definen la heterogeneidad de lo social


Estas investigaciones cada vez se apo- (Paulston, 1994, pp. 1-19).



yarían más en la tradición culturalista, Es obligado anotar que tal perspec-


no con una visión de unicidad, sino re- tiva sólo será realmente innovadora

conociendo especificidades, resistencias cuando escape también de una “exalta-



y conflictos culturales, según los seg- ción” culturalista que se proponía en-

mentos sociales. Los análisis ponen en tender la vida social fundada apenas en

relieve la capacidad de los agentes hu- subjetividades constituidas en función


manos para generar, a partir de sus ex- de vivencias o experiencias culturales.



periencias, las significaciones y repre- Una orientación de este tipo no resuel-



sentaciones de la vida social. Así estos ve el aislamiento entre acción y estruc-


estudios recogen teorías vinculadas a tura social, ya que se coloca en el otro



autores como Raymond Williams y E.T. punto que marcaba la deficiencia de los

85
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH -MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

aportes estructuralistas y, según co- acción-estructura, la idea de la cultura



mentario de Giroux: rescata al “sujeto” y abre perspectivas


interesantes para el análisis de la cultu-



Elevando la noción de experiencia a alturas ra política y de la socialización política


casi etéreas, nosotros nos quedamos con un en los procesos educativos formales.



sentido inadecuado de como juzgar tales ex- Cuando entendemos la cultura co-


periencias, una vez que se acepta que ellas mo una creación que supone la deter-



hablan por sí mismas (Giroux, 1986, p. 178). minación y también la acción humana


innovadora, que se traduce tanto en



Al liberar la subjetividad y la acción prácticas reproductivas o transforma-



humana de una predeterminación es- doras, permitiéndonos considerar la


tructural, aun cuando los grupos sociales existencia no sólo de clases sociales,



en un principio son generados por ella, sino también de otros grupos que par-

se crean sujetos sociales posiblemente ○

ticipan en procesos de creación, resis-
desraizados y con amplios grados de li- tencia o sumisión cultural, producien-

bertad para resistir y transformar situa- do significados y acciones específicas,



ciones estructurales, alcance que depen- revelando la cultura como un armazón


dería, en última instancia, más de la acción heterogéneo de prácticas y creencias,



y experiencia de los individuos, los cua- se vuelve más complejo el esquema in-

les se constituirían en sujetos transcen- terpretativo de los procesos de domi-


dentales, edificadores del orden social nación de culturas de clases.



(Durand Ponte, 1989, p. 19). Además, las Por otro lado al señalar que eso es

explicaciones culturalistas presentan po- así, percibimos que a esa heterogenei-



cos instrumentos teóricos para entender dad de prácticas se corresponde una



como las prácticas materiales, particu- heterogeneidad de actores sociales.


larmente las económicas, moldean e in-



fluencian la experiencia individual y co- No es posible suponer que las relaciones so-

lectiva. No se quiere con eso sugerir una ciales de producción sean la única fuente de la

noción de determinación con resultados dinámica social, aun cuando no se puede du-

predefinidos, sino traer a la mente aque- dar de su centralidad dada su capacidad de al-

llos amarres de orden material que li- terar la base material de la sociedad. Junto a

mitan las opciones de las personas. esta dinámica económica encontramos que lo

social, lo político y lo cultural también po-



Es claro que las explicaciones culturalistas seen una autonomía relativa frente a los de-

proponen una noción de cultura como expe- más y es justamente esa autonomía relativa

riencia vivenciada, que intenta recuperar la que posibilita la interdependencia. Este argu-

acción humana. Pero lo hace al costo de deva- mento nos permite pensar que los sectores so-

luar la importancia de las prácticas materia- ciales no clasistas se ubican en posiciones



les y los diferentes niveles de especificidad que sociales, políticas y culturales cuyas dinámi-

ellas tienen dentro de la totalidad social (Gi- cas y oposiciones le son propias. Lo que im-

roux, 1986, pp. 179 y 214). porta es tener en cuenta que la dinámica de

los sujetos sociales clasistas está entrelaza-


Si bien un culturalismo a “ultranza” da con la dinámica de otros sujetos sociales



no resuelve el problema del dualismo que se organizan y actúan en oposiciones no



86
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH-MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

económicas. En consecuencia, resulta artifi- está inscrito en una lógica única de de-



cial y arbitrario reducir la dinámica a un solo terminación y dominación, y presenta


tipo de sujetos sociales. Por el contrario, la sin duda características que le confie-



interrelación entre las esferas se expresa ren la oportunidad de la reflexividad.


como mediaciones que determinan la especi- Podríamos citar a Durand Ponte, quien



ficidad de un sujeto social, cualquiera que sea retoma un concepto de Giddens y dilu-


su origen. En este sentido no hay sujetos pu- cida este acercamiento cuando analiza



ros, que estén anclados y determinados por el la constitución de sujetos sociales:



acontecer de un solo plano; el sujeto siempre


estará determinado por mediaciones sociales, Hasta ahora hemos presentado una visión de



económicas, políticas y culturales (Durand la estructura como determinante de la acción


Ponte, 1989, p. 35). de los individuos o de los sujetos sociales y si



bien, como hemos afirmado, la estructura

En un primer momento es claro que ○

cambia por la acción individual o de los suje-
entre los elementos que propician esta tos, es del todo insuficiente para entender a

heterogeneidad estarían la división los sujetos o a los individuos como entes que

sexual y social del trabajo, diferencias poseen alguna autonomía y voluntad propia.

raciales y aun la variedad de las institu-


Para reivindicar esta autonomía es indispen-


ciones sociales que son específicas y au- sable introducir el concepto de reflexibilidad,

tocontenidas en muchos casos, pero que según Giddens, es decir, la capacidad de los

mantienen relaciones entre sí. Así, las individuos de pensar su acción, sus prácticas

realidades experimentadas por los indi- e incluso las reglas y, a partir de ello, reac-

viduos poseen una complejidad que no cionar críticamente, proponer nuevos princi-

se agota en un esquema de clase, y la pios clasificatorios y luchar por ellos (Durand



cultura de los grupos supera esta situa- Ponte, 1989, p. 25).11


ción y se desarrolla en una tesitura de



tensiones de diversas índoles. Tales ten- Esta forma de ver la cultura y los su-

siones están contenidas en procesos de jetos se encuentra hoy muy cerca de los

dominación o resistencia cultural; el he- sociólogos que están preocupados en



cho de considerar conjuntos diversos de estudiar los mecanismos reales y coti-


valores y prácticas, que no se someten a dianos de la reproducción cultural en las



una rigidez de clase, no elimina la cues- escuelas. Si estamos interesados en la


tión de la penetración y contestación de socialización política a partir de la esco-



órdenes culturales. Por el contrario, nos laridad y referida a determinada cultura


colocamos en un espacio donde se enri- política, estas posturas recientes son



quece la problemática de la dinámica importantes para reelaborar una pers-



sociocultural, pues se establecen nuevos pectiva de análisis sobre estos temas.


elementos y parámetros que muestran Siguiendo estos razonamientos, tendría-



nuevos trazos de estos procesos, que mos que aceptar las consecuencias de la

posibilitan mirarlos de manera menos multideterminación y la reflexividad en



encasillada y quizá por eso más creíbles. los sujetos sociales, y en la dinámica so-

Acorde con esta visión se asume que cial y sus movimientos.


el sujeto social se reconceptúa. Es un Al considerar estos elementos obser-



sujeto multideterminado, que ya no varíamos una institución escolar que



87
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH -MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

vive y refleja esta realidad de tensión y mismos. Las identidades no son perma-



movimiento entre sujetos sociales, y nentes, son fuertemente indeterminadas


como tal no sólo representa un sitio de y diferenciadas, y casi siempre conflicti-



reproducción sociocultural de desigual- vas. La convivencia con esta realidad y


dades, sino también de intereses eman- el logro de una articulación entre los



cipatorios, tendientes quizá a la equidad. sujetos y sus luchas, se agrega a la nece-


En conclusión, la escuela revelaría una sidad de la ampliación de la vida demo-



lucha cultural entre sujetos determina- crática real o radical, según la visión de


dos por elementos como clase, raza, gé- Mouffé. 12



nero y religión. En estas interrelaciones Siguiendo a la misma autora, seña-



se vive y se constituye la cultura y los laremos que es en una matriz demo-


sujetos en razón de sus experiencias crática, múltiple y plural —en la cual



mediadas por instancias institucionales los derechos democráticos individuales

y normativas que con frecuencia atien- ○

sólo adquieren sentido cuando son ejer-
den a lógicas de dominación, aunque no cidos y reconocidos colectivamente—

es exclusivamente así. donde se conforma el sujeto social no



En estos términos no hay neutrali- unitario, o sea una forma de individua-


dad de la escuela con relación a esos lidad “verdaderamente plural y demo-



enfrentamientos de sujetos distintos. crática” (Mouffé, 1994, p. 93).



Hay oposiciones, imposiciones, resis- Además, esta postura señala perma-


tencias culturales que ejercen los dife- nentes cambios en el poder y autorida-

rentes sujetos en el espacio educativo des (una indeterminación radical) de la


dado y los resultados de esa interrela- sociedad, donde se debería aceptar que

ción, aun cuando en general funcionen la transparencia y la armonía están au-



a favor de la reproducción y admitan sentes. Así, la cultura política que se


también salidas transformadoras, que preconiza es la basada en la multiplici-



son dependientes del tipo de mediación dad de posiciones, en la pluralidad de


que se plantee. Son posibilidades a ex- las relaciones, aceptadas aun cuando

plorar por los actores envueltos en el sean conflictivas. Esta realidad “confi-

proceso y otros agentes que traen una gurará la experiencia política y actuará

visión de cambio de otras esferas pú- como matriz en la construcción de un



blicas alternativas. tipo de sujeto”(Mouffé, 1994, p. 91).


La existencia de sujetos multidimen- Parece que la mayoría de los auto-



sionados hace que consideremos nuevas res que hemos revisado (y faltarían

y complejas relaciones sociales que sólo muchos otros) razonan a partir de mo-

se resuelven en presencia de valores delos de sociedad considerados políti-



democráticos, los cuales admiten la par- camente avanzados, en la medida que


ticularización de sus derechos y su de- pueden ser caracterizados como demo-



fensa. La idea de un sujeto universal, cracias estables y modernas, con nive-


abstracto, del que emanan derechos, se les aceptables de participación ciudada-



abandona y deviene una perspectiva na y de más equidad en la distribución



donde se reconocen diferencias, se par- de recursos económicos. Aún así, las


ticularizan los sujetos y se apoya la de- transformaciones sociales, la diferen-



fensa de las múltiples posiciones de los ciación y complejidad de las relaciones



88
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH-MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

entre los individuos, están marcando [...] es también una sociedad de comunidades



una nueva perspectiva de análisis de la de atribución primaria, donde la afirmación


vida social y sus actores, y consecuen- del ser (identidad étnica, identidad territorial,



temente de las demandas que una so- identidad de género, identidad religiosa, iden-


ciedad compleja puede hacer respecto tidad histórico-nacional) favorece el princi-



a la formación ciudadana y la cultura pio de organización para un sistema en sí mis-


política. Castells con frecuencia se re- mo que llega a ser sistema para el mismo. Bajo



fiere a la individualización en la recep- tales predicciones podemos predecir una ten-


ción de mensajes e imágenes a costa del


dencia hacia la descomposición del patrón de


desarrollo rápido de tecnología y flu- comunicación entre las instituciones domi-



jos de información audiovisual selec- nantes de la sociedad que trabajan a lo largo


cionables por los individuos (autopro- de redes abstractas ahistóricas de flujos



gramada), “que desconecta de forma funcionales, y las comunicaciones dominadas

creciente a los individuos de los mass ○

que defienden su existencia alrededor del
medias , mientras que conecta las expre- principio de la identidad irreductible, funda-

siones de comunicación individualiza- mental y no comunicable. Una sociedad for-



da al mundo mental de los individuos” mada de la yuxtaposición de flujos y tribus


(Castells, 1994, p. 30). Las consecuen-


deja de ser una sociedad. La estructura lógica


cias sociales de tales desarrollos de la de la edad de la información siembra la semi-



tecnología son la tensión creciente en- lla de un barbarismo nuevo y fundamental


tre globalización e individualización en (ibid., p. 44).



el universo del audiovisual, suscitando


el peligro de la ruptura de los patrones Según este autor, las formas de ac-

de la comunicación social entre el mun- ción colectiva y la propia organización



do de los flujos de información y el rit- y movilización social ya no están más


mo de las experiencias personales (Cas- vinculadas estrechamente con intereses



tells, 1994, p. 30). Señala también la materiales identificables, incluyendo el


tendencia hacia una sociedad formada mismo trabajo. Son las identidades pri-

por la yuxtaposición de flujos univer- marias y los símbolos poderosos los que

sales de información, pero utilizados de resultan factores de movilización y ac-


manera selectiva, que pierde su carác- ción social, y cuando éstos entran en los

ter de un sistema comprehensivo y ad- flujos de las redes de información serán


quiere características de segmentación mejor experimentados por quienes tie-



interna. nen más escolaridad o educación. Ade-


más, estas sociedades caracterizadas por



Esto sigue una geografía social desigual, don- fuertes ritmos de innovación, flexibili-

de el significado estructural para cada lugar, dad e impredecibilidad requieren indi-


para cada grupo, para cada persona es des- viduos capaces de adaptarse a los cam-

construido desde su experiencia y reconstrui- bios de papeles, sus nuevos códigos y


mensajes, tanto los propios como los de


do en los flujos de la red. La reacción contra


tal desestructuración toma la forma de afir- las demás personas con quienes interac-

mación básica, identidad cultural, histórica túan en varias esferas de convivencia.


o biológica (real o construida) como princi- Habría que agregar que en este proceso

pio fundamental de la existencia. La sociedad de reconstrucción permanente, la edu-



89
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH -MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

cación funciona como respaldo para los pondiendo a nuevas demandas ni des-



procesos bien logrados. Por otro lado, empeñando las funciones nuevas que


es claro que la vida política (control y ahora son necesarias (Giroux, 1986, p.



sistema político) se redefine en función 309). Además, esta reformulación se


de los nuevos patrones de comunica- fundamenta en una nueva definición de



ción que operan en la sociedad infor- objetivos de la educación y del ejerci-


matizada. En este sentido se vive una cio del magisterio. Los profesores, to-



recuperación de la importancia de las mados como mediadores de los proce-


personalidades de los políticos y una es- sos educativos, estarán comprometidos



pecificación (individualización) de los in- con las transformaciones democráticas



tereses de la ciudadanía. La importancia e interesados en la construcción de una


del trabajo educativo tendrá que ver es- ciudadanía plural, que ya se encuentra



trechamente con las habilidades de los en otras esferas públicas alternativas.

individuos para manejar mensajes y ○

En este caso la escolaridad asumiría cla-
simbolos, y establecer comportamien- ramente un papel de socializador polí-

tos y compromisos políticos en situacio- tico y reflejaría y reinventaría una nue-



nes de alta densidad de información. va sociabilidad, donde los esquemas


En este contexto teórico hay autores deterministas de reproducción social



que han trabajado con el objetivo de podrían quedar rebasados.



definir y discutir el papel de la escuela


y de la educación en procesos de socia- El centro de la cuestión está en si los educado-



lización política. Estas aportaciones son res están tratando con un nuevo tipo de estu-

respuestas a las demandas crecientes de diante forjado en la organización de princi-



formación de nuevas individualidades pios creados por la intersección de la imagen



particulares y plurales para la convi- electrónica, la cultura popular y el sentido


vencia en esos nuevos espacios políti- fatal de indeterminación. A parte de estas di-

cos. Ciertamente ingresamos en un pro- ferencias el concepto de juventud frontera es


ceso de intensos cambios culturales y menos representativo de una clase, miembro



nuevas orientaciones en las pautas de o grupo social distinto que de un referente



comportamiento. Se afirma que los para nombrar y entender el surgimiento de


procesos de transición social se basa- condiciones, traducciones, fronteras cruza-



rán en la acción humana en parte defi- das, actitudes y sensibilidades entre la juven-

nida individualmente, distanciada de tud que rebasa la raza y la clase, la cual re-

factores estructurales pero vinculada a presenta un nuevo fenómeno (Giroux, 1994, pp.

identidades culturales concretas (Cas-


120 y 121).

tells, 1990, p. 73) que convivirían arti- Los educadores necesitan entender que las

culadas en términos de su capacidad de diferentes identidades entre los jóvenes se es-


comunicación y avance. tán produciendo en esferas generalmente ig-



Gran parte de estos autores plantean noradas por las escuelas [...] Pero aquí hay

que la educación, en su acepción más


mucho más en juego que una etnografía de


amplia, tendrá que ser la responsable aquellas esferas públicas en las que las iden-

de esta formación, pero deberá enfren- tidades individuales son construidas y lucha-

tarse con una escolaridad tradicional das [...] La pedagogía debe redefinir su rela-

que por inercia u oposición no está res- ción con las formas modernas de cultura,

90
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH-MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

privilegio y regulación normativa y servir cioeconómicos que dejaron de vincu-



como vehículo de interpretación y potencia- larse de manera funcional al sistema


ción mutua. La pedagogía como práctica cul- global en su conjunto —sea por no cons-



tural crítica necesita abrir nuevos espacios tituirse en mercados consumidores


institucionales en los que los estudiantes pue- debido a sus niveles de pobreza, por



dan experimentar y definir qué significa ser no ofrecer mano de obra preparada y


productores culturales (ibid., p. 122). disponible para los nuevos procesos



En este caso, las escuelas pueden ser repen- de producción o porque sus tradicio-


nales productos primarios ya no se re-


sadas como esferas públicas, como zonas fron-


terizas de cruce comprometidas activamente en quieren con la misma necesidad para la



producir nuevas formas de comunidad demo- producción industrial actual— han for-


crática organizadas como puestos de interpre- mado un mundo excluido, con mínimas



tación, negociación y resistencia (ibid., p.123). oportunidades de integrarse a la red



globalizada. Tal situación produce una
Con estas posturas y exigencias fren- segmentación de los espacios naciona-

te a la escuela es claro que actualmente les y la podemos detectar en casi todas



su función de agencia socializadora po- las sociedades y no solamente en el an-


lítica no puede ser soslayada y se en- terior sentido Norte-Sur. Pero la mis-

marca con mucho vigor en sociedades ma dinámica de la globalización gene-



altamente complejas. A esto se debe la ró posibilidades de integración para


preocupación y la insistencia en la dis- muchas regiones del anterior tercer



cusión de temas sobre ética, valores y mundo, señalando posibles salidas ha-

educación pluricultural que se han ge- cia el desarrollo socioeconómico de sus



nerado en el campo educativo en los poblaciones y manifestando su nueva



tiempos actuales. 14 característica de un mundo heterogé-


neo, en sí mismo y en los países que



3. TRADICIONALISMO, CIUDADANÍA lo habían constituido. En éstos “la gran


Y ESCUELA diferencia reside en la proporción de la



población que se incorpora al nuevo



La ubicación de la misma problemática modelo dinámico y en el papel jugado


en sociedades de diverso desarrollo por cada elemento del sistema en el



político y escaso crecimiento económi- proceso de incorporación” (Castells,


co, como las latinoamericanas, vuelve 1990, p. 71).



mucho más compleja la relación entre A partir de esa realidad se hace nece-

escolaridad y cultura política. En mu- sario considerar la particular interrela-



chos países la realidad social hace que ción entre elementos como desigualdad

vivamos en un mundo internamente socioeconómica y formas de participa-


fragmentado donde transitamos entre ción política tradicionales, autoritarias



espacios tradicionales y otros muy y clientelares, que condicionan las di-


modernizados. Los procesos de globa- námicas sociales y políticas en las so-



lización y la introducción de tecnología ciedades. 15 La visión de una democracia



informática han propiciado una refor- extendida e individualidades plurales, tal


mulación real y conceptual del antes lla- como plantea Mouffé, y también la

mado tercer mundo. Los espacios so- propuesta del “valor cívico y espacios

91
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH -MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

públicos alternativos” de Giroux (1986, vos en términos de construcción conti-



p. 304.), son situaciones sociales que en- nua de mejores futuros (Norbert Lech-


trañan grandes dificultades en socie- ner, 1988, p. 173 y ss.).



dades donde se palpan concretamente Es inevitable que una perspectiva de


segmentos excluidos. Tales condicio- esta naturaleza sobre las transforma-



nes están interpuestas en los procesos ciones sociales incluya nuevas deman-


de transición democrática, particulari- das y papeles que se adscribirían a las



zando y determinando los mismos. Se- instituciones escolares de países con


gún Touraine: “Aquí la tarea más ardua menor desarrollo. Desde ahora apre-



consiste en crear actores sociales y po- ciamos un aumento en el interés por



líticos, capaces de luchar contra las proponer y lograr formas de socializa-


desigualdades que hacen imposible la ción política a partir de la escuela. Se



democracia y el desarrollo” (Tourai- habla con insistencia de educación para

ne,1994, p. iii).16 ○

la democracia, educación para la ciuda-
La afirmación parece importante danía, educación y derechos humanos,

pues plantea como colofón que la ciu- educación y sociedades pluriculturales,



dadanía se construye a partir de una etc. De alguna manera se retoman los


simultaneidad necesaria entre equidad procesos educativos como importantes



social y participación política efectiva. coadyuvantes de cambios sociales, pero



La ciudadanía en América Latina y qui- en este momento no solamente en tér-


zás en otras sociedades en que se pre- minos de una modernización que bus-

senta tal desequilibrio estructural ten- caba, casi siempre, apenas una adapta-

drá que ser construida frente a fuertes ción a nuevas formas de trabajo y

tendencias todavía presentes hacia la padronización de actitudes y compor-



desigualdad, las cuales no se superan tamientos, como se intentaba en el pe-


sin una intervención responsable de la riodo del “desarrollismo” (perspectiva



autoridad política respecto a las conse- socioeconómica, enfoque del trabajo,


cuencias sociales de las decisiones to- como se indicó en la parte introducto-



madas en el plan económico. Los crite- ria), sino que pretende valorar la dife-

rios para definir esa responsabilidad renciación de sujetos e intentar encon-


son el logro del desarrollo sumado a la trar en la heterogeneidad generadores



democracia, 17 la posibilidad de indivi- de una comunidad enriquecida y fre-


duos que sean consumidores y ciuda- cuentemente innovadora que acepta el



danos (Touraine, 1994, p. iii). Se plan- reto de vivir positivamente la incerti-


tea entonces mayor igualdad en la dumbre de la vida democrática.



participación política y en los benefi- Touraine explicita un nuevo modelo



cios del desarrollo económico y no se de escuela:


rechaza la diversificación de sujetos y



la pluralidad político-ideológica. Estos La escuela del Sujeto se alejará cada vez más

últimos elementos son importantes


del modelo que la concibe como agente de so-


para cohesionar sustantivamente la so- cialización. Es cierto que la escuela forma



ciedad y no únicamente de manera for- parte de una sociedad; enseña su lengua, y los

mal, apoyando quizá una integración cursos de historia y geografía dan una impor-

nacional y procesos colectivos creati- tancia particular a la realidad nacional o re-



92
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH-MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

gional. Este enraizamiento es necesario, pero vidar este planteamiento para que no



la escuela no debe estar hecha para la socie- se reincida en expectativas desmesura-


dad, no debe atribuirse como misión princi- das y voluntaristas respecto a los pro-



pal la formación de los ciudadanos o los tra- cesos escolares en cuanto generadores


bajadores sino, más bien, el aumento de la de cambios sociopolíticos, como tam-



capacidad de los individuos para ser Sujetos bién en un desperdicio de los mismos


[…] Esta escuela de la formación técnica y la en términos de coadyuvar tales cam-



autorreflexión dista mucho de ser un agente bios. Cierta autora latinoamericana,


refiriéndose a aspectos de la calidad y


de integración comunitaria e inculcación de


valores y normas del grupo. También está muy evaluación educativa frente a nuevos



alejada de las tendencias que reducen la vida paradigmas de producción en este fin


escolar a la yuxtaposición de una cultura uti- de milenio, habla de una escuela pene-



litarista, en el sentido más mediocre, el de la trada por una ciudadanía vigilante (pro-

preparación para exámenes, y una cultura de ○

fesores, padres, administradores y ac-
grupo que sólo se alimenta con los productos tores económicos) que efectivamente

de la cultura de masas (Touraine, 1997, p. 281). ejerce influencia y control local sobre

las instituciones escolares 20 y preocupa-


Resta saber hasta qué punto las es- da en formar individuos competitivos,

cuelas podrán encarar efectivamente con capacidades que sean comproba-



estas funciones, que de ninguna mane- bles, más que nada en las situaciones

ra se dan mecánicamente; más bien se reales de trabajo y de interacción so-



trata de repensar prioridades y redefi- cial, y no solamente por medio de cer-


nir procesos acordes con una nueva tificados, a esta altura abundantes y

realidad, que se intenta imponer entre devaluados. La escolaridad debería



inercias y antagonismos. En este cami- promover estilos de vida que impliquen


no de redefinición, la escuela y sus ac- consumos incrementados y demandas



tores no podrán aislarse y desconocer de participación y exigencias crecien-


prácticas sociales más amplias, ellos tes (Paiva, 1993, pp. 320 y ss). La escue-

más bien se interesarán en prepararse 18 la no aislada, que refleja la vivencia



para estar vinculados a procesos de amplia de sus actores, constituidos en


participación social que constituyen los una pluralidad de sujetos sociales, po-

verdaderos espacios pedagógicos don- dría ser resultante de esta propuesta


de se construyen las identidades y se de la escolaridad y sus tareas inse-



constituye el ciudadano. parables de socialización política y for-


Finalmente, para volver a la relación mación para el trabajo. 21 Bajo este con-

entre educación, socialización y cultu- cepto la educación establecería las re-



ra política, parece ser claro que las ins- laciones adecuadas con otras esferas

tituciones escolares no son vistas hoy de actividad, y se constituiría en ele-



como precondición, en sí mismas, de la mento central para el desarrollo social,


construcción o cambio en las formas de abandonando propuestas aisladas y vo-



participación y actitudes políticas, sino luntaristas.



más bien son integrantes de un com- En términos teóricos, dejaríamos de


plejo proceso de constitución de la vida lado una perspectiva simplista y quizá



social y política. 19 Es conveniente no ol- idealista de la función de la educación,



93
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH -MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

considerando ahora en nuestros aná- precisando y actualizando su contri-



lisis la complejidad y con frecuencia lo bución fuera de posiciones teórico-


contradictorio de esos procesos, e in- ideológicas totalizadoras que, en la



tentando aclarar los límites del papel mayoría de los casos, retrasaron el co-


de la educación en la construcción de nocimiento de la dinámica real de ta-



sistemas políticos y culturales, pero les procesos.






Notas manente. Este marco teórico no deja mucho margen al cam-


bio político, que no es ignorado, pero que se concibe en



1. “Hay entre los agentes del desarrollo y los analistas so- términos patológicos [...] La función de estabilización debe


ciales un consenso creciente en torno a la idea de que los ser entendida en dos sentidos. Debe garantizar la estabili-


valores culturales afectan las instituciones, y que éstas a dad vertical de una generación sobre otra para que el sis-


su vez son decisivas para el comportamiento de la econo- tema político se suceda a sí mismo sin ruptura. Pero también
mía. De ello debiera deducirse la necesidad de incorpo- ○

○ debe tener una estabilidad horizontal, en la sociedad en un
rar, desde la educación básica y de manera generalizada, momento dado, para que reinen la armonía, la cohesión y la

tanto una relación creativa con la racionalidad instru- paz civil. La socialización constituye, por excelencia, el

mental y las destrezas productivas, como una socializa- instrumento de inculcación del consensus” ( Cot, Jean P. y

ción en valores y comportamientos que fortalezcan el sen- Jean Pierre Mounier, 1978, p. 280).

tido de la ciudadanía y de la institucionalidad 6. "Como Durkheim, Parsons no fija cuales serían los valores

jurídico-democrática. Esta socialización no se restringi- y las normas específicas de cada sistema. Pero como Dur-

ría, empero, a la educación básica, sino que podría tam- kheim, Parsons deja claro que los valores genéricos como

bién estimularse a través de una red de instituciones de continuidad, conservación, orden, armonía, equilibrio son

capacitación, educación vocacional y educación de adul- los principios básicos que rigen el funcionamiento del sis-

tos” (Calderón, Hopehayn y Ottone,1994, p.204). Véase tema social como un todo y de sus subsistemas, a los cuales

también textos de Jellin (1993, p. 34), O’Donnell (1994, los individuos se sujetan en su propio interés. Es por esa

p. 171) y Lipset (1993, p. 188 y 1994, p. 16). razón que tanto Durkheim como Parsons han sido criticados

2. Distinción importante frente a los procesos de pauperiza- por sus presupuestos conservadores, que los llevan a exor-

ción desencadenados por políticas neoliberales. cizar, con el auxilio de una teoría educacional, el conflicto,

3. ”La personalización de la política es una tendencia funda- la contradicción, la lucha y el cambio de sus sistemas socie-

mental en todas las sociedades (postindustriales) [...] Debi- tarios. Los dos autores no ven en la educación un factor de

do a que la materialidad de nuestra existencia está hecha de desarrollo, de superación de estructuras arcaicas, pero sí

flujos (de información) y/o de resistencias a estos flujos el know-how necesario, transmitido de generación a gene-

basados en la comunidad; la representación de los valores ración, para mantener la estructura y el funcionamiento de

e intereses en nuestras sociedades ya no se estructuran una sociedad dada” (Freitag, 1986, p.17).

sobre las bases del trabajo. Así pues, se expresan en térmi- 7. " Dewey y Mannheim parecen, al contrario, ver en la edu-

nos de un mensaje simbólico o en términos de identidades cación un instrumento de cambio social, ya que es a través

primarias de comunidades autoidentificadas. De este modo, de ella que se impondrá y se realizará la sociedad democrá-

la acción colectiva se suele expresar como rechazo a la lógi- tica. Educación, en verdad, es concebida como agente de

ca de los flujos en nombre de comunidades étnicas, locales, democratización de la sociedad. La teoría de los dos autores

de género, o definidas cultural/biológicamente (minusváli- está subyacente a la concepción de sociedades empírica-


dos, gays, etc.); a veces el rechazo se dirige en contra de mente imperfectas, contradictorias, conflictivas, no perfec-

otras comunidades identificadas de forma similar por lo que tamente democráticas. En el caso de Dewey la democratiza-

respeta a su atribución primaria: esto suele ser la base del ción global será alcanzada por la acción de la escuela. Cuanto

racismo y la xenofobia (Castells, 1994, p.47). a Mannheim esa democratización se dará mediante el estu-

4. Cita traducida al español por la autora. dio científico concienzudo de las condiciones societarias

5. Jean Pierre Cot y Jean Pierre Mounier caracterizan de la vigentes (tarea de la ciencia). Con base en los resultados de

siguiente manera esta posición: “En la perspectiva de un ese estudio entra en acción el planeamiento social que reco-

sistema político establecido, la función de la socialización gerá la educación como uno de sus instrumentos estratégi-

política consiste en garantizar la continuidad del sistema cos para encaminar y garantizar la democratización” (Frei-

político a través de las generaciones. Por intermedio de la tag, 1986, p. 23).



socialización, el sistema inculca a las nuevas generaciones 8. Mientras los estudios del carácter nacional no definen ni

los valores y el comportamiento político de las generacio- operacionalizan con rigor los conceptos propuestos, aque-

nes precedentes, a fin de garantizar la reproducción per- llos que enfocan la cultura política procuran hacerlo y uti-

94
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH-MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

lizan una metodología de investigación sistemática y sus informales, de formación. Véase Castells, 1994, pp. 30-47.


proposiciones pueden ser testadas, rechazadas o ampliadas También Willis, 1994, pp. 203 y ss.



(Souza, 1989, p. 155). 15. Esta situación es descrita por Jellin: “Partamos de una afir-


9. Tomás A. Vasconi señala: “En suma, según la perspectiva mación esquemática y simplificadora de la realidad que his-


estructural funcionalista, la educación aparece como un me- tóricamente se constituye en América Latina: aun cuando


canismo estructural cuya función es proveer al consumo de existen derechos formalmente definidos y aceptados, en la


valores a fin de incrementar el área de consenso y propen- vida cotidiana habitual la gente pocas veces los ejerce, los


der a una mayor integración del sistema social. En el pre- demanda o se apropia de ellos. En general, los sectores



sente caso se hace necesario, sin embargo, un marco teórico sociales subalternos viven su subordinación como ‘normali-


que permita comprender el papel de la educación en una dad’, predominando una visión naturalizadora de las jerar-


sociedad: a) que no constituye de ningún modo un todo quías sociales [...] A pesar de todas las luchas populares, la


homogéneo sino que reconoce profundas divisiones; b) en la cultura de la dominación-subordinación muestra una conti-


cual las contradicciones aparecen como un componente per- nuidad histórica significativa, muy profunda y resistente,



manente esencial; c) en la que finalmente existe un orden que reaparece repetidas veces aún en medio de procesos de


institucional específico que más que asumir por sí el proce- cambios y transformación. No existe en ese punto suficiente


so de socialización en la sociedad, enfrenta con su acción investigación histórico-comparativa que permita contar con


otras formas de socialización también presentes.” (Vasconi, un marco interpretativo sistemático sobre las tensiones entre
1967, p.25). ○

○ las luchas y movimientos sociales y las matrices tradiciona-
10. Conceptuación de Althusser (1970), citado por Giroux les” (Jellin, 1993, p. 27).

(1986), p. 173. 16. Más recentemiente Touraine dice: “Como vivimos en socie-

11. Esta reflexión también la hace Giroux con mucha precisión. dades de cambio, mezcla y también desocialización y aisla-

Ver Giroux (1986), p. 181. miento, tenemos que fortalecer encada uno la capacidad de

12. "Para pensar en términos políticos hoy día, y para com- vivir activamente el cambio. Si recurrimos únicamente a

prender la naturaleza de las nuevas luchas sociales y a la principios de orden, no haremos sino aumentar la distancia

diversidad de relaciones sociales que la revolución demo- social entre quienes pertenecen a las categoria centrales y

crática aún tendrá que abarcar, es indispensable desarro- quienes viven en zonas periféricas, dominadas por la inse-

llar una teoría del sujeto como actor descentrado y destota- guridad y la dependencia” (Touraine, 1997, p. 279).

lizado, un sujeto construido en el punto de intersección de 17. “Lo cual exige una escuela social y culturalmente heterogé-

una multiplicidad de posiciones entre las que no existe una nea, que se aleje lo más posible de la escuela comunitaria

relación apriorística ni necesaria, y cuya articulación es el definida por la pertenencia de todos al mismo conjunto so-

resultado de las prácticas hegemónicas. Así pues, ninguna cial, cultural o nacional” (Touraine, 1997, p. 278).

identidad llega a establecerse de modo definitivo, pues siem- 18. Además de la preparación de maestros para enfrentar nue-

pre hay un cierto grado de apertura y ambigüedad en la vas tareas es adecuado aclarar lo que la preparación puede

manera en que se articulan las diferentes posiciones del significar también en el caso de los estudiantes y alejar un

sujeto. La reformulación del proyecto democrático en los poco la idea de que la ciudadanía implica solamente la “po-

términos de la democracia radical requiere prescindir del litización”. Con referencia a la educación básica, así la

universalismo abstracto de la Ilustración y de su concep- define Dermeval Saviani para el caso brasileño. ¿Pero qué

ción de una naturaleza humana no diferenciada. Aun cuan- es lo fundamental en la educación? De forma resumida, yo

do la emergencia de las primeras teorías sobre la democra- diría que lo fundamental en Brasil es garantizar una escue-

cia moderna y el individuo como depositario del derecho se la elemental que posibilite el acceso a la cultura letrada

hiciera posible gracias a estos conceptos, hoy se han torna- para el conjunto de la población. Así, es importante orien-

do grandes obstáculos para la futura ampliación de la revo- tar todos los esfuerzos para alfabetizar, para el dominio de

lución democrática. Los nuevos derechos reclamados en la la lengua vernácula, para el mundo de los cálculos, para

actualidad son expresión de diferencias a las que sólo han que los instrumentos de explicación científica sean dispo-

comenzado a atribuirse importancia en los últimos tiempos, nibles a todos indistintamente. Por lo tanto, aquel currícu-

derechos que no pueden universalizarse. La democracia lum básico de la escuela primaria (portugués, aritmética,

radical exige que reconozcamos las diferencias: lo particu- historia, geografía y ciencias) es una cosa que tenemos que

lar, lo múltiple, lo heterogéneo, y, en efecto, todo aquello recuperar y colocar como central en nuestras escuelas, de

que ha sido excluido del concepto del hombre en abstracto” modo que garantice que todos los niños asimilen estos cono-

(Mouffé, 1994, pp. 81-94). cimientos, pues sin ellos no se convertirán en ciudadanos

13. Castells se refiere a este hecho como “personalización de la con posibilidades de participar de los destinos del país e

política” (Castells, 1994, p. 47). intervenir en las decisiones y expresar sus intereses, sus

14. Otros autores enfatizan la inadecuación o inercia de la es- puntos de vista (Dermeval Saviani, “Cidadania e Transição

cuela tradicional para asumir los nuevos retos de la educa- Democrática” en María de Lourdes Covre (org.), A cidada-

ción que sin duda ya no serán exclusivos de las institucio- nia que não temos, S.Paulo, Brasiliense, 1986, p. 82.

nes escolares en contextos donde éstas tienen que redefinir 19. Con relación a los procesos de integración económica que se

sus espacios y relaciones con otras agencias, formales o producen en la región latinoamericana, cabría citar la con-

95
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH -MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

cepción de las tareas educativas que aparecen en el Plan 20. “Padres, profesores, liderazgos locales, deberían asumir la


Trienal para el Sector Educación en el contexto del Merco- responsabilidad por las cuestiones escolares, con iniciativa



sur, donde se propone un nuevo estilo de desarrollo educa- y creatividad, obligando al sistema a actuar con más efi-


tivo. “Para que el proceso de integración sea efectivo debe ciencia y a adaptarse rápidamente a las necesidades del


contemplar la totalidad de sus elementos constitutivos (polí- momento (por ejemplo, a través del mayor énfasis en mate-


ticos, sociales, económicos, culturales y educativos). En ese máticas, ciencias e idiomas). La equidad socialmente posible


sentido la educación debe desempeñar un papel central en las sería el resultado de este tipo de esfuerzo y no la acción


estrategias de desarrollo de los países involucrados, para reglamentadora del Estado” (Paiva, 1993, p. 322).



afrontar los desafíos planteados por el avance de la revolu- 21. Podría ser interesante consultar también Aranowitz y Di


ción científico-tecnológica, por la transformación productiva Fazio (1994), The jobless future: Sci-thec and the dogma


con equidad, por los procesos de transición y consolidación of work , donde se discuten los cambios en el mundo del


democrática y por los proyectos de integración continental. trabajo y la nueva relación con los procesos educativos.


La educación deberá contribuir, entonces, al desarrollo de la Reseñado por R.T.H. en Harvard Educational Review vol.



región mediante la formación de una conciencia política que 67, núm. 1, primavera, 1977.


fortalezca los procesos democráticos; la producción de cono- 22. Véase la reseña de Vanilda Paiva (1992) sobre el libro de


cimientos socialmente relevantes y la capacitación de recur- Martin Carnoy y Joel Samoff, Education and social tran-


sos humanos aptos para incorporarse activamente a la nuevas sicion in Third World, Princeton University Press, 1990.
modalidades del mundo del trabajo y de la producción. En ○

○ Este libro es comentado bajo la perspectiva de la adecuación
definitiva, deberá constituirse en un elemento central de una de teorías a la problemática de las funciones de la educación

política social que permita la profundización de la democracia en una situación de transición sociopolítica.

y un tipo de crecimiento con mayor equidad en un contexto de


integración (Piñon, 1994, p. 24).





Referencias — (1960), De la division du travail social , París, PUF ,


7a. edición.

A LMOND, G. y S. Verba (1963), The civic culture , Princeton, EASTON , David (1969), Children in political system. Origines

University Press. of political legitimacy, Nueva York, Mc Graw Hill.



A RANOWITZ , Stanley y William di Fazio (1994), The jobless FREITAG , Bárbara (1986), Escola, Estado e Sociedade, São Pau-

future: Sci-Tech and the dogma of work, Minneapolis, Uni- lo, Moraes.

versity of Minnesota Press, 392 pp. GIROUX , Henry (1986), Teoría crítica e resistência em Edu-

C ALDERÓN , Fernando, Martin Hopehayn, Ernesto Ottone cação, Petrópolis, Vózes.



(1994), “Una perspectiva cultural de las propuestas de G IROUX , Henry (1994), “Jóvenes, diferencia y educación

la CEPAL ”, en Revista de la CEPAL , núm. 52, Santiago, posmoderna”, en CREA , Nuevas perspectivas en educa-

abril. ción, Barcelona, CREA -Paidos, Colección Educador,


B ERNSTEIN , Basil (1991), “Clases sociales, lenguaje y socia- pp. 97-127.



lización”, en José Gómez Villanueva, El debate social en G ÓMEZ V ILLANUEVA , José y Alfonso Hernández G. (1991),

torno a la educación, México, ENEP-Acatlán-UNAM, Serie El debate social en torno a la educación, México, ENEP-Aca-

Antologías. tlán, UNAM, Serie Antología.


BOURDIEU, Pierre y J.C. Passeron (1982), A reprodução: Ele- JELLIN , Elizabeth (1993), “¿Como construir ciudadanía? Una

mentos para uma teoria do sistema de ensino, Rio de Janeiro, visión desde abajo”, en European Review of Latin American

Francisco Alves. and Caribbean Studies, núm. 55, diciembre, p. 27.


C ASTELLS , Manuel (1994), “Flujos, redes e identidades: una H YMAN , H. (1959), The political socialization , Glencoe,

teoría crítica de la sociedad informacional”, en Nue- FreePress.


vas perspectivas críticas en educación, Barcelona, Pai- LANE , Ruth (1992), “Political culture: Residual category or

dos, Educador. theory general” , en Comparative Political Studies, vol.


COT, Jean P. y Jean Pierre Mounier (1978), Sociología política, 25, núm. 3, octubre, University of Washington, Sage

Barcelona, Blume. Press, p. 363.


DEMO, Pedro (1999), “Educacao e Desenvolvimiento: analise L ECHNER , Norbert (1988), Los patios interiores de la de-

crítica de una relacao quase sempre fantasiosa”, en Bole- mocracia: subjetividad y política , Santiago de Chile,

tim Técnico do SENAC, vol. 25, núm. 1, ene., SENAC, Río FLACSO.

de Janeiro. MOUFFÉ, Chantal (1994), “La democracia radical. ¿Moderna


D URAND Ponte y María Angélica Cuellar V. (1989), Clases o posmoderna?”, en Revista Leviatán, núm. 55, segunda

y sujetos soicales. Un enfoque crítico comparativo, México, época, primavera, Madrid, pp. 81-94.

IIS-UNAM . O’DONNELL, Guillermo (1994), “Ciudadanía, autoritarismo


D URKHEIM, Emile (1972), Educación y sociología , São Paulo, social y consolidación democrática”, en Estudios Políti-

Melhoramentos, 8a. edición. cos, cuarta época, núm. 2, ene.-mar., México. FCPYS-

96
PERFILES
EDUCATIVOS
Educación, socialización política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas MARCIA SMITH-MARTINS (2000), vol. XXII, núm. 87, pp. 76-97

UNAM . Traducción del Boletín del Kelloggs Institute, ene- SOUZA, Ayda C. de (1989), “Um novo paradigma de cultura


ro 1993, núm. 20. política na América Latina: para comprender o Brasil”



PAIVA, Vanilda (1993), “O novo paradigma de desenvolvi- en Marcello Baquero (coord.), Democracia, partidos e


miento: Educação”, ciudadana e trabalho, en Educação e cultura política na América Latina, Porto Alegre, Nupe-


Sociedade, año XIV, agosto, Sao Paulo, CEDES -Papirus, sal/Kuarup, p. 125.


pp. 309-326. T OURAINE, Alain (1994), “América Latina o la democracia


——(1992), “Reseña del libro Education and social transition in bajo tutela”, en Enfoque núm. 35, México, Reforma de 7 de


the Third World, de Martin Carnoy y Joel Samoff”, en Edu- agosto de 1994. Capítulo del libro ¿Qué es la democracia?



cacão e Sociedade, núm. 41, abril, pp. 141-145. (París, 1992).


PAULSTON , Rolland G. (1994), “Mapping ways of seeing in — (1997), ¿Podremos vivir juntos? (La discusión pendiente: El


educational studies”, en La Educación , año XXXVII, núm. destino del hombre en la aldea global), Buenos Aires, Fondo


114, OEA . de Cultura Económica.


PARSONS , Talcott (1962), “The school class as a social sys- UNESCO - CEPAL (1992), Educación y conocimiento; eje de



tem: Some of its functions in American society” en A. H. la transformación productiva con equidad, Santiago,


Halsey et al., Education, economy and society, Glencoe, CEPAL.


The Free Press. V ASCONI , Thomás A. (1967), Educación y cambio social,


S ALLES, Vania y Marcia Smith (1987), “La reproducción se- Santiago, Facultad de Ciencias Económicas, Universi-
gún Bordieu y Passeron: sus conceptos”, en Perfiles Edu- ○

○ dad de Chile.
cativos núm. 37, México, CISE - UNAM .

97
PERFILES
EDUCATIVOS

También podría gustarte