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Notas para una periodización de la Historia del conflicto colombiano en el siglo XX

Carlos Medina Gallego


6 de Febrero de 2015
En las elecciones para el periodo de 1970-1974, el último de os gobiernos del
Frente Nacional, el candidato de la coalición partidista no puede vencer con
suficiente claridad la candidatura del General Gustavo Rojas Pinilla, que a través
de la Alianza Nacional Popular –ANAPO- logra canalizar electoralmente la
creciente inconformidad popular surgida del empobrecimiento marcado de la
población. Con la derrota de Rojas se golpea el movimiento populista que
encarnaba las Anapo llevando a sus bases sociales a retornar a los partidos
tradicionales y a un sector minoritario a migrar hacia la oposición en la izquierda
marxista
(En apéndice) la forma en que se consolida la victoria del candidato de la coalición
genera una reacción popular que los días que siguieron a las elecciones, el
Presidente Carlos Lleras Restrepo, se vio en la necesidad de establecer el toque
de queda obligando a la población a recogerse en sus viviendas y tratando de
evitar que la inconformidad generada a raíz de un “supuesto” fraude electoral
produjeran desmanes que afectaran a la población y a la institucionalidad
En el convulsionado mundo social que se está levantando, en el que crece y se
manifiesta vertiginosa y vehemente la inconformidad de los distintos sectores de
la sociedad, en su afán de sostener el poder, en el marco del acuerdo frente-
nacionalista y, conjurar el fantasma de la amenaza militarista y comunista los
gobernantes del Frente Nacional abandonan la posibilidad de realizar reformas
capaces de incidir significativamente en las transformaciones del orden socio-
económico, para constreñirse a la función de administrar el establecimiento,
aplazando de paso las soluciones para un conflicto para un conflicto que se va
haciendo más estructural y complejo
Frente a la ausencia de una expresión política capaz de ser receptora de la
inconformidad creciente y canalizarla hacía la confrontación y la salida
institucional, la protesta social y el descontento colectivo encuentra sus principales
apoyos en organizaciones de izquierdas inspiradas ideológicamente en el
marxismo, que buscan establecer en la dinámica de la construcción histórica una
estrecha relación ente los enunciados teóricos y las prácticas políticas y sociales,
las que comienzan a darse en espacios extra-institucionales y se van
radicalizando, en algunos sectores, en el contexto de la época hasta reencontrarse
en la lucha, por reivindicaciones estratégicas distintas, con las armas y la violencia
como vía para acceder al poder político.
Se va construyendo a lo largo del Frente Nacional una izquierda idealista y
flotante, que se ufana de constituir la fuerza transformadora de la sociedad y el
Estado y se autodenomina, partido “único” del proletariado o “vanguardia” de la
revolución colombiana; en términos generales – exceptuando al Partido Comunista
Colombiano que , sobre los cuarenta a los de existencia, a lo largo de toda su
historia ha logrado construir y disciplinar alguna base social significativa en los
sectores obreros y campesinos- la mayoría de las organizaciones de izquierda
carecen de esas bases y sueñan con un proletariado revolucionario de
vanguardia.
Estas organizaciones, movidas por un tipo de liderazgo personalista y dogmático,
cargadas de contradicciones y confrontaciones internas se van dividiendo hasta
llenar de pequeños grupos el escenario de la política. Esos partidos y movimientos
políticos, “obreros” y de “vanguardia”; están “llenos “ de funcionarios públicos,
estudiantes e intelectuales de izquierda, que se convierten en obreros y
campesinos a través de la magia de la “proletarización” revolucionaria.
No obstante, todas las críticas que se le pueda hacer a esa izquierda, idealista,
sectaria, dogmática, son sus organizaciones las que movilizan la inconformidad
social y llenan de contenido reivindicativo y “revolucionario” los conflictos de este
periodo que se mueven entre la lucha reivindicativa reformista, la lucha política
democrática y la lucha armada revolucionaria.

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