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Pontificia Universidad javeriana

Introducción a la filosofía

Catalina Vásquez Bonilla

¿Es la vida filosófica el culmen de la libertad?

Actualmente, la filosofía es una disciplina que socialmente se liga con la academia o con
una doctrina. Sin embargo, desde la antigüedad se ha dicho lo contrario, se dice que la
filosofía es un estilo de vida y requiere de una actividad permanente y continua. En este
texto se argumentará porqué para varios autores de la filosofía antigua existe una
dependencia entre la libertad y la vida filosófica. A continuación, se expondrá el concepto
de filosofía como modo de vida y su actividad. Por consiguiente, se intentará definir el
concepto de libertad para Aristóteles, con ayuda de Erich Fromm. Para concluir, a través
del mito de la caverna de Platón se hará la relación entre la libertad y vivir filosofando.

La filosofía según Aristóteles es un saber que es Nous (Razón) y Episteme (ciencia) que al
ser un conjunto se vuelve una Sophia, una sabiduría. Este conjunto de saberes se aproxima
a lo que todos conocemos como filosofía. Sin embargo, no consiste en solo buscar la razón
y la ciencia como doctrina, sino en ser una actividad incesante de reflexión y saber. La
actividad se refiere a la mera praxis, es decir, consiste en la aplicación de la filosofía en la
vida a través de la actividad permanente del espíritu. Por lo tanto, si la filosofía debe de ser
una actividad no puede estar compuesta por actos inconexos, sino que debe de haber una
continuidad de actos guiados por el deseo de saber. En otras palabras, filosofar es una
actitud de reflexión crítica sobre todos los aspectos de la vida cotidiana.

Conceptos de vida filosófica y de libertad

¿Cómo asumir una vida filosófica desde la actitud? “Sócrates era filósofo, no por enseñar
en una cátedra, sino porque hablaba con sus amigos, bromeaba con ellos; iba también al
ágora y, después de todo esto, tuvo una muerte ejemplar. Así pues, la práctica de la vida
cotidiana de Sócrates es su verdadera filosofía” (Hadot, 2009. Pág. 205). La anterior cita
ejemplifica como un filósofo no es aquel que habla, sino aquel que actúa en todos los
aspectos de la vida, en la cotidianidad, tal cual como Sócrates lo hacía. Así pues, derivada
de un conocimiento previo la filosofía debe ser esa doctrina que enseña a vivir y a morir tal
como platón lo creía.

La pregunta naciente de la afirmación de que la vida filosófica tiene que ser una
cotidianidad filosófica seria: ¿cómo se quiere vivir? Por un lado, una respuesta tentativa
pudo ser la de los platónicos y su interés por los asuntos políticos, en este caso la elección
de su vida va ligada a su interés. Ellos se caracterizaban por la preocupación por ejercer una
influencia política dirigida por unos ideales platónicos. Por otro lado, los escépticos partían
de una única regla sobre admitir y respetar las leyes y la cultura de la ciudad. En este caso,
los escépticos elegían vivir al margen de los asuntos políticos y se conformaban.

Teniendo en cuenta lo anterior, la elección de un modelo de vida filosófica no es cosa


sencilla, ahí entra el concepto de reflexión filosófica. Esa reflexión consiste en realizarse
preguntas en torno a la teoría o los discursos filosóficos que se ajustan a los intereses
personales; es un análisis de los pensamientos filosóficos. Anteriormente se hacía en torno
a las escuelas, pues ellas se distinguían por tener implícitas la elección de una forma de
vida, siendo una experiencia más colectiva. Hoy en día no se cree necesario escoger entre
una escuela para vivir según su doctrina correspondiente, si no que también es válido actuar
según la circunstancia intentando siempre hacer lo mejor, independientemente de la escuela
de la que sea influenciado, siempre y cuando sea una elección consiente que ayude al
progreso de la elección misma.

Todos los reglamentos y definiciones de los filósofos suenan muy sencillos en el papel. No
obstante, todo lo anterior requiere un estado de ánimo y una disposición que permita el
desarrollo de la vida filosófica. A continuación, se verá un concepto tratado desde muchas
perspectivas y a simple vista un concepto muy ambiguo que es el de la libertad. En este
caso, se definirá la libertad según Aristóteles con relación a la filosofía como modo de vida,
a partir de algunas ideas de Erich Fromm.
Para la tradición aristotélica la forma de vida se relaciona con el ser sabio. Es decir, una
vida consagrada a los estudios de toda índole, según Aristóteles se definiría como la vida
teorética, basada en la contemplación permanente de las cosas. ¿Cómo ser sabio? ¿Existe
una limitación que defina lo que es ser sabio? ¿Todos los hombres pueden ser sabios? Si
Aristóteles respondiera algunas de estas preguntas explicaría todo lo que implica el BIOS
theoreticos, es decir explicaría a que se refiere la actividad del conocimiento. Sin embargo,
al explicarlo se vería clara la importancia de la libertad para la sabiduría. Pues, la sabiduría
es patrimonio solo del hombre libre.

¿Qué es un hombre libre? Para Erich Fromm la libertad en la edad moderna va relacionado
con el desarrollo del hombre pues a medida que se desarrolla va generando preguntas sobre
sí mismo y lo que lo rodea. Para fromm (2004) sucede algo similar con la libertad, a
medida que la libertad aumenta se experimenta un sentimiento de incerteza, ya que es una
libertad conseguida por la liberación de las autoridades externas como la volición de la
esclavitud o la implementación de la democracia. Esta idea de libertad no es muy distinta a
la idea de libertad para Aristóteles pues en una polis el hombre libre es quien vive en un
régimen de auto disponibilidad, es decir no depende o vive por otros. En la siguiente cita se
explica a qué se refiere liberarse de las ataduras autoritarias y regímenes esclavistas y como
la vida teorética es el ejemplo de una vida libre.

“Sea cualquiera la forma de libertad que la polis estatuya, solo el hombre libre puede tener
esa situación de ocio, que le permite vacar al theorin, a la inspección de lo que las cosas
son. Por esto dirá de la filosofía como forma suprema de teoría, que es la ciencia
eminentemente liberal. Liberal no solo porque surge en una situación de libertad, sino
porque no tiene más forzosidades que las que impone la índole necesaria de las cosas
aprehendidas en una apodíctica demostración” (Zubiri, 2009).

Volviendo a Fromm, al ver la libertad como la emancipación de las trabas de las


autoridades externas se estaría negando que hay cierta parte de la vida que no nos permiten
ser libres como: las influencias sociales, la opinión pública y el sentido común. Nos
sentimos felices con nuestra libertad creciente, ignorando nuestras angustias y miedos
interiores (Fromm, 2004).
En relación a lo anterior, se puede concluir que el sabio es un ideal de cómo debería ser un
filósofo, pues el sabio por consecuencia es libre, sin embargo, es utópico, pues según Platón
el sabio solo es Dios y nosotros los hombres somos solo amigos de la sabiduría. Para
nosotros es muy difícil y se puede decir que casi imposible llegar a la sabiduría pues ni
siquiera está definida ni estipulada. La mirada de Aristóteles es solo una vida y mirada
inspiradora, un modelo que pretende mirar en una misma dirección al tratarse de vivir
filosofando, pero ¿es posible?

Quizá nunca tengamos la respuesta para la pregunta anterior pero este texto solo pretende
relacionar ese concepto tan ambiguo de la libertad con algo que se aspira en la filosofía, el
estilo de vida. Lo que se pretende explicar es como al igual que la practica filosófica en la
vida cotidiana, la libertad también debe ser una aspiración que va de la mano del estilo de
vida.

El mito de la caverna: entre filosofía y libertad

El mito de la caverna de platón narra cómo unos prisioneros desde nacimiento se


acostumbran a solo ver sombras y vivir en cautiverio. Según el mito, un día un prisionero
decide escapar y sale de la caverna con grande dificultad, al principio se le dificulta ver los
objetos por sí mismo, solo ve su reflejo y no soporta es esplendor del sol. Pero con el
tiempo se acostumbró y pudo divisar todo lo que se había perdido por años. Él, volvió a la
caverna con el propósito de liberar a sus compañeros y contarles todo lo que había visto por
fuera. Su intención fue en vano, al llegar a la caverna y contar su experiencia, todos lo
tildaron de loco y lo amenazaron a muerte para que no los fuera a liberar.

A grandes rasgos como fue resumido el mito de la caverna no se logra divisar su relación
con la vida filosófica. Sin embargo, no pude encontrar mejor ejemplo, pues el mito es una
metáfora palpante de nuestra realidad y la realidad del filósofo. Primero, observemos a los
prisioneros como una metáfora de los seres humanos. Segundo, las sombras que ven los
prisioneros son las apariencias. Tercero, el mundo por fuera de la caverna el cual los
prisioneros no ven seria el mundo de las ideas o de la razón, siendo el sol la representación
de la máxima idea. Por último, el prisionero que logra escapar y ver el mundo de las ideas
seria el filósofo, pues solo aquellos capaces de liberarse de las cadenas y volver a mover
sus músculos y forzar sus ojos podrán contemplar el mundo real, en este caso el mundo de
las ideas.

Las representaciones anteriormente dichas son las que hacen que sean más claras la
relación entre libertad y filosofía, pues si se asemeja dicha situación a la actualidad nos
encontraríamos con que aún es algo vigente. La libertad en este caso va más allá de la
liberación de las autoridades externas, sino que es una liberación propia de miedos y
temores. Por ejemplo, cuando los prisioneros tuvieron la oportunidad de que alguien los
liberara, se llenaron de miedo y escogieron seguir en las sombras. Así pues, se vería la
libertad y la vida filosófica como una elección.

La práctica de la filosofía no puede ser más que la liberación de ataduras propias que
conlleven unos principios de conducta, pues se sabe que los hombres que fueron nombrados
filósofos fue porque vivían como filósofos guiados por unos principios de conducta
consciente, coherente y racional. “no se trata de especular siempre, hay que pensar en pasar
al ejercicio de una vez por todas” (Zubiri, 2009). Como lo dice la anterior cita se trata de
tomar la elección de vida, volver a aprender a ver el mundo para empezar a vivir
filosofando y en esta medida comprometiéndose a conquistar la libertad.

Por último, el mito de la caverna es sólo un ejemplo de como la libertad, como lo dice Erich
Fromm desencadena incertidumbre y es en algunos casos una elección difícil y dolorosa.
Más que reconocer el mundo de las ideas, la libertad es la elección del despojo pues según
Emilio Lledó (2015, pág. 8) “El regreso del prisionero es aún más doloroso que el proceso
de su liberación” pues el prisionero al volver a la caverna y ser consciente del estado de sus
compañeros es como admitir la razón sin esperanza y en este caso la elección se convierte
en la herramienta para desatar las cadenas.

En páginas anteriores se desarrolló el concepto de la vida filosófica y se concluyó que es


una elección de estilo de vida, una práctica constante que va más allá del discurso. La
libertad es un concepto ambigüo pero que en la mayoría de sus interpretaciones se percibe
como el desprendimiento o la liberación de autoridades tanto internas como externas. Por
último, se relacionaron estos dos conceptos bajo la mirada del mito de la caverna pues su
relación hace posible el entendimiento de su importante conexión sobre el reflejo de una
vida filosófica. En conclusión, la filosofía más que la disciplina dictada en cátedras debe
basarse en una modalidad de vida siempre y cuando se cuenta con la disposición del
hombre libre.

Referencias:

Fromm, E. (2004). El miedo a la libertad. España: Editorial Paidos Iberica.

Hador, P. (2009). La filosofía como forma de vida. España: Editorial Alpha Decay

Lledó, E. (2015). La memoria del logos. España: Editorial Taurus.

Zubiri, X. (2009). Cinco lecciones de filosofía: con un nuevo curso inédito. España:
Editorial Alianza editorial.

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