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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS SUAYED

LICENCIATURA EN PEGADAGOGÍA

ALUMNO. PATRICIO ISIDORO TANIA MONSERRAT

1182 - 1185 PSICOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN Y PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I

UNIDAD 2. LA CAPACIDAD DE REPRESENTACIÓN COMO CUALIDAD


ESPECÍFICAMENTE HUMANA

ACTIVIDAD 3. ANÁLISIS SOBRE EL DIBUJO INFANTIL

ASESOR. KARLA MARÍA ARTEAGA MARTINEZ

GRUPO 9193
INTRODUCCIÓN.

El dibujo es una forma de representación visual en donde se deja plasmada una imagen
idea sobre algo en específico, por ejemplo, una casa, un carro, una persona. Ha sido una
actividad que se ha practicado desde tiempos inmemoriales y una prueba de ello son las
pinturas rupestres que se han encontrado a lo largo del mundo. No solo es una forma de
plasmar una idea sino también de comunicarle y es ahí donde radica la importancia dentro
del desarrollo del infante.

Actualmente el dibujo es una habilidad que se va desarrollando en todos los individuos


empezando por la infancia y que poco a poco se va perfeccionando en algunos individuos.

En el presente trabajo se pretende ilustrar como es que el dibujo va evolucionando en


distintitas etapas, esto con ayuda de una serie de dibujos que nos facilitaran un poco la
comprensión de dicha evolución.
ACTIVIDAD 3. ANÁLISIS SOBRE EL DIBUJO INFANTIL

Concéntrate en el apartado del artículo de Juan Delval, “La capacidad de representación”,


que habla sobre el dibujo infantil, y realiza lo siguiente:

Identifica las etapas del dibujo infantil y las características de cada una de ellas,
según Luquet.
a) Realismo Fortuito.
b) Realismo Frustrado
c) Realismo Intelectual
d) Realismo Visual
Analiza los dibujos siguientes y escribe en qué etapa se encuentra cada dibujo y
sus características. Argumenta tu análisis.

REALISMO INTELECTUAL.

‹‹El dibujo tiene que reproducir todos los detalles del


objeto, y sobre todo los que se consideran importantes,
con independencia de la posición que tengan. El niño no
dibuja lo que ve, sino que dibuja lo que sabe del modelo››
(Delval, 1997, p. 84).

Dentro de esta etapa el niño tiende a dibujar todos los


detalles que él considera importantes y las remarca
separando esos detalles que por lo regular en nuestra
realidad se ven como una sola unidad.

El siguiente dibujo es un claro ejemplo del realismo intelectual ya que se nos presenta
como el niño dibuja el cabello de las personas no como son realmente sino como él lo
percibe, se nota el resalto de los detalles principalmente en la forma del cabello y un poco
en la ropa que se les dibuja, además dentro del dibujo también se puede apreciar el
procedimiento conocido como “Abatimiento” el cual consiste en la proyección del objeto
sobre el suelo (en este caso los niños que están “acostados” en lo que parece ser un
césped). Una de las características que más se notan es el cambio de enfoque ya que en
palabras del autor ‹‹El cambio de enfoque aparece muy frecuente en la representación de
los seres vivos. Los pies suelen estar de perfil mientras que el cuerpo está visto de frente
pero con la nariz de perfil›› (Ibíd.)
REALISMO FRUSTRADO

‹‹El niño comienza intentando dibujar algo preciso pero su


intención se estrella con obstáculos que le impiden lograr el
resultado que pretende›› (Delval, 1997, p. 83)

Dentro de esta etapa el niño se enfrente a algunos problemas


para realizar sus dibujos, uno de ellos es el control motor, las
líneas no son del todo rectas y en ocasiones no puede
controlar la longitud de estas haciendo que algunas
sobresalgan más que otras. De igual forma es aquí donde
ocurre algo llamado “incapacidad sintética” que como menciona dentro de la lectura de
Delval ‹‹Se pone de manifiesto en lo referente a las proporciones, a la disposición de los
elementos o a la orientación de éstos.›› (Luquet citado por Delval, p. 83), esto nos
demuestra lo que aparece en el dibujo, la forma que tienen y la posición en la que se
encuentran en un claro de ejemplo de como son los dibujos en esta etapa, incluso se
puede tonar que algunos de los brazos están más alargados que los demás.

Usualmente en esta etapa se da lo que se conoce como los “cabezudos”,


representaciones cefalópodas en las que no se tiene tronco, lo que me hace deducir que
a pesar de que el realismo frustrado se la parte predominante en esta parte también hay
una ligera transición al Realismo intelectual, puesto que los dibujos intentan ser un poco
más humanoides demostrando que el niño empieza a estar un poco más consiente de la
forma que deberían tener pero sin olvidar su propia interpretación de como el objeto es en
si.

REALISMO VISUAL.

‹‹A partir de los ocho o nueve años, el niño empieza a tratar


de representar la realidad tal y como la está viendo,
intentando utilizar las reglas de la perspectiva y a atenerse al
modelo›› (Delval, 1997, p. 84)

Los dibujos ya son más cercanos como son en la realidad, es


decir, en el ejemplo del dibujo se puede apreciar una casa
con un árbol, claramente no son garabatos ni tampoco tiene
un exceso de detalles, simplemente es la figura de una casa
vista por fuera y un árbol que le acompaña, lo más cercano a
como se vería en un momento real.
REFLEXIONES.

Al realizar esta actividad pude estar más consiente de mi propio desarrollo, es decir,
nunca me paré a preguntarme o a analizar esos pequeños detalles que sin querer me
estaban guiando a un desarrollo eficaz para lo que soy ahora.

El dibujo toma un papel importante dentro del desarrollo del niño así como dentro de la
comunicación que tiene este hacia su exterior, le ayuda a expresar sus ideas, sus
emociones, básicamente su importancia radica en el hecho de que con este método el
niño logra comunicarse y nos logra demostrar como el percibe la realidad, de igual forma
considero que mediante el análisis de las etapas se podría incluso observar infante y de
esta forma ayudarle a seguir desarrollando sus capacidades.

REFERENCIA.

Delval, Juan. “Capitulo 11, La capacidad de representación”. En Leticia Moreno Osornio,


Selección de lecturas Psicología de la educación I y Psicología evolutiva I (2013). México:
División Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia, UNAM, (1ª ed.). Pp. 81-85.

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