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¿Por qué las personas proactivas consiguen resultados y son capaces de afrontar las

situaciones de crisis? En este artículo se describen los rasgos del comportamiento


proactivo, se hace un repaso de algunos trabajos de investigación que relacionan
proactividad y éxito laboral; y se reflexiona sobre la importancia del comportamiento
proactivo en la sociedad globalizada.

Comportamiento proactivo vs. comportamiento reactivo

Dos personas que trabajan en un mismo entorno laboral, con responsabilidades


idénticas y bajo las mismas circunstancias pueden realizar su trabajo de maneras muy
distintas. Una cuestiona la manera habitual de trabajar si no obtiene los resultados
deseados, emprende constantemente nuevas acciones y genera cambios constructivos
en su entorno. La otra se conforma con su situación actual y no hace nada para
cambiar lo que no funciona. La primera persona se comporta de forma proactiva, la
segunda, lo hace de forma reactiva.

En un contexto laboral tan cambiante como el actual el comportamiento individual


juega un papel decisivo en el éxito profesional. Sentarse y esperar a que los demás
hagan que sucedan cosas es el comportamiento típico de las personas reactivas. Estas
personas suelen comportarse como un avestruz -escondiendo la cabeza bajo tierra- o
como un bombero -esperando que se declare el fuego para combatirlo. En cambio, la
persona proactiva se levanta cada mañana dispuesta a hacer que pasen cosas, a crear
oportunidades y a encontrar nuevas soluciones.

¿Qué es la proactividad?

El concepto de proactividad se ha puesto de moda en el ámbito de la dirección de


empresas. Se espera que los directivos y gerentes sean proactivos y también las
compañías construyan sus futuros de forma proactiva, aunque no todo el mundo
coincide en la forma de definir la proactividad. Este concepto tiene diversas acepciones
como sucede con otros tantos términos que se han introducido recientemente en el
léxico del mundo empresarial, pero que no se encuentran en el diccionario. Veamos
algunas de estas deficiones.

Steven Covey considera que la esencia de la persona proactiva es la capacidad de


liderar su propia vida. Al margen de lo que pase a su alrededor, la persona proactiva
decide cómo quiere reaccionar ante esos estímulos y centra sus esfuerzos en su círculo
de influencia, es decir, se dedica a aquellas cosas con respecto a las cuales puede
hacer algo. Para Covey la proactividad no significa sólo tomar la iniciativa, sino asumir
la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan; decidir en cada momento qué
queremos hacer y cómo lo vamos a hacer.

Ralf Schwarzer sostiene que el comportamiento proactivo es la creencia de las


personas en su potencial para mejorarse a sí mismas, su situación y a su entorno. Las
personas que se rigen por este comportamiento anticipan o detectan estresores
potenciales y actúan para prevenirlos. Según esta definición, la proactividad está
estrechamente relacionada con la sensación de control y de autoeficacia. Las personas
que se consideran eficaces, que piensan que pueden controlar la situación y solucionar
sus problemas, tienen más facilidad para emprender la acción.

Para Bateman y Crant la proactividad supone crear cambio, no sólo anticiparlo. Según
estos autores ser proactivo no consiste únicamente en tener flexibilidad y
adaptabilidad hacia un futuro incierto sino que es preciso tomar la iniciativa para
mejorar un negocio.

Proactividad y éxito profesional

Se han publicado varios trabajos sobre proactividad y éxito profesional. Bateman y


Crant han llevado a cabo distintos estudios en los que analizan el comportamiento
proactivo y lo relacionan con distintas medidas de logro, liderazgo, rendimiento y
resultados de carrera. Estos investigadores, tras entrevistar a distintos colectivos
-banqueros, vendedores, estudiantes de MBA, emprendedores, presidentes de
compañías, etc. - afirman que el comportamiento proactivo tiene consecuencias
positivas demostrables tanto para los empleados como para las organizaciones.

Seibert y Crant establecen una clara relación entre la personalidad proactiva, la


innovación y la iniciativa en un estudio sobre una muestra de 773 alumnos de escuelas
de negocios y de ingeniería. El impacto positivo de la innovación en el éxito laboral se
asocia a aquellos empleados capaces de encontrar soluciones a los problemas; en
cambio, las personas que sólo desafían el statu quo pero no ofrecen soluciones pueden
experimentar repercusiones negativas.

Otros trabajos destacan la importancia del comportamiento proactivo en el proceso de


socialización dentro de las organizaciones; la relación entre el comportamiento
proactivo y la capacidad para convertirse en un/una líder transformacional en el futuro
o la mayor facilidad de las personas proactivas para conseguir logros de carrera por su
capacidad para influir sobre las decisiones que afectan a su paga, promociones, etc.

El comportamiento proactivo en el entorno laboral

Tomando como referencia los resultados obtenidos en entrevistas realizadas a


emprendedores y presidentes de distintas compañías americanas, europeas y asiáticas,
Bateman y Crant consideran que las personas proactivas se caracterizan por lo
siguiente:

1. Están buscando continuamente nuevas oportunidades. 


2. Se marcan objetivos efectivos orientados al cambio. 
3. Anticipan y previenen problemas. 
4. Hacen cosas diferentes, o actúan de forma diferente. 
5. Emprenden la acción y se aventuran a pesar de la incertidumbre. 
6. Perseveran y persisten en sus esfuerzos. 
7. Consiguen resultados tangibles, puesto que están orientadas a resultados.

Estas características del comportamiento proactivo en el trabajo pueden hacerse


extensivas a otros ámbitos de la vida.

La importancia del comportamiento proactivo

Tal como indican todos estos estudios parece ser que el comportamiento proactivo es
un factor determinante para competir y sobrevivir en un entorno tan cambiante y
competitivo como el actual. Las empresas buscan personas flexibles que se adapten a
lo inesperado y que sepan gestionar la incertidumbre. Los emprendedores y pequeños
empresarios tienen más posibilidades de gestionar con éxito sus negocios si son
proactivos. Las personas que no están satisfechas con su trabajo o con su entorno
laboral actual tienen la responsabilidad de generar nuevas acciones para cambiar su
situación y conseguir los resultados que desean.

Somos responsables de gestionar nuestras propias carreras, no podemos quedarnos


sentados esperando que alguien venga a rescatarnos o a ofrecernos el gran trabajo de
nuestras vidas. No es operativo quedarse anclado en la queja anti-sistema si lo que
deseamos es cambiar nuestra situación actual. Ante la pérdida de empleo hay
personas que caen en la depresión, en cambio, otras aprovechan esta coyuntura para
montar un negocio propio y triunfar. No nos engañemos atribuyendo la responsabilidad
de nuestros problemas únicamente a los agentes externos o a la presión del medio.
Tenemos la responsabilidad de escoger nuestras propias respuestas ante lo que nos
ocurre y de dirigir la acción de una manera inteligente.

Para tener éxito en el actual mercado laboral es preciso convertirse en un agente


activo de cambio, tener iniciativa y saber hacer frente a la incertidumbre. La persona
proactiva no espera a que los demás tomen decisiones por ella, actúa con
determinación anticipándose a los problemas, baja a terrenos operativos y crea
constantemente nuevas oportunidades.

Por último, hay que tener en cuenta que el comportamiento proactivo está orientado a
resultados. Ser proactivo no consiste únicamente en proponer ideas o hacer
reestructuraciones cognitivas para percibir la realidad de otra manera. Pensar el
cambio está muy bien, per no es suficiente; hay que ser capaz de transformar las
ideas en acciones para obtener resultados.

¡Soy proactivo! ... 

pero ¿qué significa eso, en el mundo laboral? 

En muchos de los curriculum que llegan hasta nuestra oficina, el postulante destaca como
una de sus cualidades el ser una persona proactiva. Una palabra que la puso de moda,
entre otros, el libro "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva" de Stephen Covey. 
Pero,¿qué es la Proactividad? 
¿qué significa en el ámbito laboral? 
¿está el mercado de profesionales tan pleno de personas proactivas? 

Según el autor del libro, proactividad es "no ser esclavos de las acciones que sobre
nosotros se efectúan, sino que libres ejecutores de nuestra conducta..." Una persona
proactiva evita reaccionar con sentimientos negativos frente a algo inesperado o
desagradable; en vez ello actúa positivamente a partir de sus valores, buscando
soluciones y creando nuevos proyectos. Decide cómo quiere que le afecten las cosas y
qué hacer frente a ellas, tomando una actitud que lo anticipa y lo lleva a la acción, no
dejando que los eventos "pasen" sino que "haciendo que estos ocurran". 
 

Un profesional que destaca como virtud la proactividad, en el ámbito laboral, es optimista,


creativo, impulsor de metas y desafíos personales, seguro y oportuno en sus decisiones,
asertivo en sus planteamientos, capaz de vencer los miedos para generar cambios, de
anticiparse a los problemas para prever soluciones. Actúa según sus sueños, es receptivo
a las diferencias e imprevistos y busca nuevas alternativas en vez de lamentarse.
Concentra su energía en aquellas cosas sobre las que puede hacer algo. En el caso
opuesto se encontrarían los trabajadores reactivos, que sólo están bien cuando el entorno
está bien; dependen de las circunstancias en vez de generarlas y manejarlas. 

Muchas veces se nos ha descrito como una sociedad pesimista, que en el trabajo impera
la ley del mínimo esfuerzo y que preferimos delegar las decisiones importantes que
implican riesgo, para no hacernos responsables de un posible fracaso. La frase "háblelo
con mi jefe", frente a una pregunta que no está dentro de la pauta, es bastante habitual.
Por lo que no resultaría tan fácil dar un giro y cambiar hacia una actitud más proactiva. 

Sin duda que esta cualidad trae múltiples beneficios a quien la tiene, haciéndole llevar una
vida más satisfactoria, con más emoción y menos angustia. Por esta razón resultaría
lógico pensar que todas las organizaciones desean contar con profesionales proactivos en
su equipo. Pero las cosas no son tan simples. La proactividad exige un poco de osadía, ir
más allá de lo convencional, por lo que debe venir en primer lugar desde los superiores.
Son ellos quienes deben incentivar a su equipo (ojalá con el ejemplo) a adoptar esta
actitud, venciendo las aprehensiones que pudiera provocarles el dar más autonomía y
responsabilidad a los empleados, para permitirles tomar algunos riesgos al desplegar su
iniciativa en la solución de problemas. 

Existen algunas condiciones que se pueden generar para promover la proactividad


dentro del equipo de trabajo, entre ellas: 

* Involucrar a los profesionales en las metas de la empresa 


* Incentivarlos a imponerse desafíos 
* Ser receptivos a las diferencias, viéndolas como una oportunidad para encontrar
múltiples soluciones y puntos de vista 
* Abrir espacios a la creatividad y a la comunicación acertiva 
* Incentivar la toma de decisiones, alejando el miedo a cometer errores 
* Enfrentando los problemas con optimismo, sin fatalismos 

Este cambio de actitud de los profesionales frente a la vida y a los problemas, entrega una
ventaja estratégica a la empresa al momento de enfrentarse al competitivo mercado
laboral, haciéndola más flexible frente a las crisis, más dinámica frente a las exigencias de
cambios, más innovadora para responder a las nuevas necesidades del mercado y más
grata en su clima laboral. 

En consecuencia y respecto a nuestras preguntas iniciales, la respuesta es que


posiblemente no todas las personas son tan proactivas como piensan o dicen serlo;
deben demostrarlo en hechos concretos en que actuaron de acuerdo a las condiciones de
la proactividad y con buenos resultados. Por otra parte, el mercado laboral puede
destacar como un requisito la proactividad, pero no siempre es una condición realmente
deseada, ya que se necesita que la cultura de la empresa permita el desarrollo de las
conductas concretas que la definen, e incentive a quien tiene la disposición a la
proactividad, ejercerla en su desempeño habitual. 

De tal forma, la Proactividad es una serie de conductas que deben concurrir en forma
convergente en el desempeño cotidiano y real, no es un rasgo o característica abstracta,
que alguien puede ofrecer o la empresa requerir, sin considerar sus implicancias en la
realidad concreta del trabajo. 

Conceptos Básicos: 
¿Cómo ser un líder proactivo? 

Empatía: Para ser un líder proactivo hay que saber escuchar, y optimizar las aptitudes de
cada uno. Se trata de hacerse entender, no de hacerse temer. 

Motivación: La motivación también es esencial para incentivar a los miembros de la


empresa, y conseguir así que se cumplan los objetivos. 

Compartir: Un líder proactivo no debe aportar todas las soluciones. Es mucho mejor
comentarlas con las personas que las hayan encontrado, antes de poder tomar la
decisión. 

Comunicación: Se debe estar al corriente de los percances que puedan tener los
colaboradores en su vida personal, y demostrarles que está a su lado. 

Educación: Hay que saber decir "por favor" y "gracias", y no olvidarse de un “piropo”
cuando alguien lo merece. 

Una organización unida: Es importante prestar la máxima atención y consideración a cada


colaborador, sea cual sea su grado y cargo en la empresa. 

Firmeza: Un buen líder es exigente, pero no alza la voz. 

Predicar con el ejemplo: Hay que invertir en formación impartida en las horas de trabajo, y
obligarse antes de obligarles. 

Así se consigue una plantilla cuyo valor es un activo para la empresa y cuyo coste no es
un gasto sino una inversión. 

Visión de futuro: Un buen directivo es aquel que no solamente dirige su equipo y trabaja
muy bien el día a día, sino aquel que siempre tiene puesta la visión a medio y largo plazo,
para saber enfocar las acciones futuras de manera que vayan siempre encaminadas a
aquel objetivo previsto a largo plazo. De esta forma será una persona muy útil para la
empresa, evitando despistes de gestión y consiguiedo ahorros importantes, pero al mismo
tiempo intangibles. 

La importancia del equipo: El buen directivo proactivo es capaz de mover a otros


compañeros directivos para trabajar a nivel de equipo, y así evitar el exceso de
concentración de gestión en la figura del director general; esta buena gestión de equipo,
enfocada hacia el objetivo común, hace que no sólo su departamento sea proactivo, sino
que pueda llegar a serlo toda la organización. 

Algunos riesgos a tener en cuenta: La proactividad también conlleva riesgos; puede ser
limitada, coaccionada o frenada por la dirección general que, en algunos casos, puede no
compartir los objetivos. En ocasiones simplemente la falta de protagonismo de algún
director general puede frenar también esta actitud proactiva. 

Proactividad y pragmatismo: Personalmente, me satisface muchísimo contar con


personas proactivas en mi equipo; me hacen disfrutar del trabajo; no obstante hay que
tener en cuenta que, en este mismo equipo, debe haber tambien personas lo
suficientemente pragmáticas para poder dar valor positivo a esta proactividad. 

“Ser Proactivo” es el hábito número 1 del libro: “Los 7 habitos de la


Gente Altamente Efectiva” de Stephen Covey.
Ser Proactivo, significa tomar control consciente sobre tu vida, fijarte
objetivos y trabajar duro para lograrlos. En vez de reaccionar ante
eventos y esperar a que lleguen las oportunidades, sales y creas tus
propios eventos y oportunidades.
Ser Proactivo significa que en vez de ir actuando con base en las
situaciones que van llegando a tu vida, creas las situaciones con un
proceso casi de ingeniería.
Muchas personas piensan reactivamente. Es decir, que piensan en
el momento en que las cosas ocurren, reaccionan al percibir
determinadas situaciones o eventualidades. Y pensar de manera
reactiva es hasta cierto punto bueno, sin embargo, se convierte en
un problema cuando es todo lo que define a la persona como tal,
nada más que actuar con base en instintos y reacciones, vivir en
piloto automático.

Existe un espacio importante entre Estímulos y Respuestas, y


dentro de ese espacio, yace el potencial que llevamos dentro para
responder o reaccionar.

Cuatro dones humanos especiales nos dan este poder:

1. Autoconocimiento: La comprensión de que tienes opciones


para escoger entre el estímulo que recibes y la reacción que tomas.
Si alguien te insulta, puedes escoger la opción de no sentir ira. Si
alguien te ofrece un dulce, puedes escoger la opción de no recibirlo.
2. Consciencia: La habilidad de consultar con tu brújula interior
para decidir que es lo mejor para ti. Puedes tomar decisiones con
base en tus principios, sin importar si es lo correcto desde el punto
de vista social.
3. Imaginación Creativa: La habilidad de visualizar respuestas
alternativas. Usando tu imaginación, puedes generar y evaluar
diferentes opciones.
4. Voluntad Propia: Tienes la libertad de escoger tu respuesta o
reacción única. No te encuentras forzado a responder conforme lo
dictaminen las expectativas de los demás.
La carencia de actividad puede convertirse en una gran debilidad en
alguno de estos cuatro puntos.
Quizás inviertas mucho tiempo en un estado de baja consciencia y
nunca llegues al nivel de conocimiento necesario para tomar
decisiones proactivas en tu vida. Quizás tu consciencia se ha
cegado debido al acondicionamiento social, y por tanto no estás
seguro que es lo que realmente deseas de la vida; cuando sientes
que algo anda mal, lo primero que haces es ver cómo los demás lo
verían en este caso. Quizás no te tomes el tiempo de visualizar la
posibilidad de evaluar alternativas. O quizás tu voluntad se
encuentre restringida por la presión de adaptarse a las expectativas
de los demás.

Sin duda alguna, todo el tiempo estamos reaccionando ante las


eventualidades de la vida, ya sean estas internas o externas. La
diferencia entre la proactividad, y la reactividad puede ser vista en
términos del grado de “procesamiento mental” que ocurre entre las
etapas de Estimulación y Reacción.
Una persona proactiva aplicará los 4 dones humanos mencionados
previamente para escoger una respuesta o reacción (o podrá
escoger no hacer absolutamente nada). Pero más que eso, una
persona proactiva invertirá tiempo en tomar decisiones de vida
conscientes, y adoptar una actitud responsable por ello.

Las personas reactivas, tienden a alejarse de sus valores o


principios. En vez de vivir sus vidas con base en sus propias reglas
morales, copian de las vidas de los demás, las reglas que estos
aplican, y finalmente si las oportunidades no llegan a cruzarse en su
camino, continuarán viviendo la misma vida año tras año, pues esto
puede llegar a ser semi-satisfactorio (ejemplo, no cambiar de trabajo
por mucho tiempo, o no emprender).

Si muchos de los amigos de una persona reactiva empieza a hacer


ejercicio, dicha persona lo hará también, de lo contrario, no iniciará
con este hábito por si sola. Ellos siguen al corriente de la gente y las
circunstancias que le rodean, pero no crean dichas circunstancias.

Sus vidas están demasiado fuera de su control consciente, tienden


a tomar pleno dominio de sus dones humanos cuando llega a ser
estrictamente necesario e incluso en situaciones de fuerza mayor,
pero cuando las cosas van ” bien” sus vidas van prácticamente en
Piloto Automático.

La gente proactiva, por otro lado, conoce a la perfección sus valores


y principios. Toman decisiones conscientemente con base en dichos
valores. Crean oportunidades y las dirigen junto con su propia
corriente. Incluso cuando las cosas pintan bien, siguen tomando
decisiones conscientes. En ocasiones esto significa mantener la
situación consistentemente como está en la actualidad, y en
ocasiones significa tomar nuevos rumbos.
A veces los valores de las personas proactivas, se alinean con lo
que es socialmente popular, a veces no. La gente proactiva tomará
acciones que se verán extrañas ante los ojos de personas reactivas.
Quizás las personas proactivas en algún momento renuncien a su
trabajo para iniciar su propio negocio, incluso cuando todo parecía ir
tan bien con dicho trabajo.
Empezarán nuevos proyectos o actividades fuera de lo común,
cuando pareciera que no hubiese motivo alguno por los cuales
deberían hacerlo.

Una persona proactiva seguirá prestando atención a los eventos


externos, pero serán los pilotos de sus vidas, conduciéndolas por el
camino que les llevará al destino deseado, independiente de las
condiciones externas.

Si una persona reactiva fuera capitana de un barco, el barco flotaría


a la deriva, hasta llegar a tierra firme, o estrellarse. Dicha persona
estaría muy pendiente de estudiar las corrientes de agua, tratando
de predecir donde terminará el barco en función de las corrientes
que lo adopten. Si las corrientes son buenas, la persona reactiva se
sentirá feliz. Si las corrientes por el contrario, son pobres, dicha
persona sentirá estrés.
En ocasiones esta persona intentará definir un destino, y si las
corrientes de agua son adecuadas, el barco logrará llegar. Sin
embargo, si esto no ocurre, la persona se rendirá y decidirá encallar
en un lugar mucho más cercano o fácil.

Si una persona proactiva fuera capitana de un barco, por otro lado,


el barco iría donde el capitán quiere que vaya. Este capitán notaría
las corrientes, pero las usaría someramente con propósitos
navegacionales. En ocasiones el barco flotará con las corrientes, en
ocasiones irá en contra. Importará muy poco realmente si las
corrientes son buenas o no; este capitán llegará a su destino sin
importar las condiciones que se le presenten en todo momento. Las
corrientes podrán, cuando mucho, controlar el tiempo de llegada  y
el camino exacto a seguir para lograr arribar a su destino, pero no
tendrán poder alguno sobre cual es el destino al que se llegará,
debido a que esto será única y exclusivamente una decisión del
capitán.
Algunos ejemplos del uso del lenguaje por parte de Personas
Reactivas vs. [Personas Proactivas]:

 ¿Hacia donde se dirige el mercado? [¿A donde debería ir


ahora con mi empresa? ¿Y como llegaré a ese punto?]
 No tengo tiempo para hacer ejercicio. [¿Cómo saco tiempo
para hacer ejercicio?]
 ¿Qué tanto dinero ganaré si hago X cosa?. [¿Qué tanto dinero
quiero ganar, y que debo hacer para ganarlo?]
 Veré que pasa. [Lo haré]
 Estoy muy cansado. [¿Qué puedo hacer para incrementar mi
energía y motivación?]
 Nunca he sido bueno en matemáticas. [¿Cómo puedo mejorar
mis habilidades como matemático y disfrutar del proceso?]
 Nada me inspira. [¿Que haría si supiera que no podría fallar?]

Usualmente las personas reactivas buscan la seguridad. Quieren un


trabajo “estable” en un mercado “seguro” una “buena empresa”, y se
ven a ellos mismos a merced de las condiciones del mercado. Si
inician su propio negocio, es debido a que ven que otros ya lo están
haciendo, y quieren unirse. Quieren saber que productos se venden
y cómo lo están haciendo los demás y cómo podrían copiar parte de
sus estrategias para lograr algo similar. Si fallan, será debido a que
la industria no lo está haciendo bien, o porque hay mucha
competencia, o sencillamente por cualquier otro factor como la mala
suerte.
¿Realmente crees que algo de lo que ocurre allá afuera determinará
que tan exitoso seas con tus propios esfuerzos? No si eres
proactivo. Si eres proactivo, los eventos externos podrán
únicamente afectar el tiempo que tardes en llegar a tus metas y el
camino que sigas. Pero estos no podrán afectarte directamente. La
gente proactiva sin embargo, a veces sufre las consecuencias de
las corrientes, pero lo que hacen en tal caso es reajustar su curso
para definir de nuevo el camino que deben seguir dadas las nuevas
condiciones.

Por supuesto, todos llevamos dentro una mezcla entre proactividad


y reactividad. Ejemplos de ambos extremos son muy inusuales,
normalmente eres proactivo en algunas cosas y reactivo en otras, o
te encuentras en término medio para ciertas actividades en
específico.

Podrías considerarte extremadamente proactivo en tareas como


asear tu cuarto, pero muy reactivo en cuanto a mantener tu bandeja
de entrada de correos electrónicos impecable. Con lo que dejarías
que se acumularan, o en su defecto, actuarías en modo Piloto
Automático.

Así que tómate el tiempo de analizar si realmente haces uso de tus


Dones Humanos: Autoconocimiento, Consciencia, Imaginación
Creativa y Voluntad Independiente, para que en aquellos aspectos
en los que te sientas débil puedas mejorar sin duda alguna, y
convertirte en el piloto de tu propia vida.

Si no te gusta el camino por el cual te lleva la corriente,


entonces toma acción y cambia el curso de tu vida Ahora Mismo!.
No esperes a que llegue tu oportunidad. Créala!
Incluso cuando todos a tu alrededor parecen ser reactivos, tú
puedes ser proactivo. Inicialmente esto puede sentirse como nadar
en contra de la corriente, pero si las corrientes de tu vida te llevan
contrario a los demás, entonces es una excelente idea seguir tus
propias direcciones.
A pesar de que seguir la corriente, puede ser considerado como un
consejo sabio, el nivel de sabiduría de dicho consejo dependerá
directamente en la dirección que se encuentre dicha corriente.

Ir con la corriente por ejemplo, significa terminar los estudios y


conseguir un trabajo para luego jubilarse. Sin embargo en los
actualmente esto dejó de ser una buena idea hace mucho tiempo.
Si realmente quieres vivir una vida extraordinaria, tendrás que ir en
contra de la corriente, y en contra de lo que parece bueno para
todos los demás, deberás ser proactivo y tomar las riendas de tu
vida si realmente quieres lograr ser feliz en el camino al éxito.

La proactividad es la actitud en la que la persona asume el pleno control de su conducta vital de


modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces
para generar mejoras, haciendo prevalecer la libertad de elección sobre las circunstancias de la vida.
Implica asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.

Algunas características de las personas proactivas son:

 Busca respuestas a problemas de difícil solución en vez de espera a que suceda algo.
 No se limita a efectuar las actividades que se le solicitan sino que crea nuevas
oportunidades por medio de la búsqueda de información.
 Adapta su manera de hacer a las condiciones del entorno
 Tiene capacidad para subordinar los impulsos a los valores

Desarrollar una conducta proactiva ayuda a afrontar problemas, prever consecuencias y orientarse a la
innovación, de manera que cada persona pueda mejorar su competencia personal y profesional.

La capacidad proactiva implica competencias como búsqueda de información, trabajo en equipo,


iniciativa, aprendizaje continuo

NIVEL DE CONSECUCIÓN DE CONDUCTAS ESPECÍFICAS


COMPETENCIAS

(NIVEL MEDIO)     Tomar la iniciativa y emprender la acción.

    Ser perseverante; no abandona a la primera de


 
cambio.
    Capacidad de actuar rápida y
    Cooperar con el grupo de profesionales
decididamente ante situaciones
aportando información y analizando las
problemáticas y no esperar a que los
aportaciones de los demás.
problemas se solucionen solos o los
solucionen otros     Buscar constantemente información
actualizada de su área de trabajo.
    Capacidad de modificar l forma usual de
realizar el trabajo por otra que le haga     Tener asimilados perfectamente los procesos
ser más eficiente de forma que mejore el de trabajo y analizarlos.
servicio y genere mejores resultados.     Interpretar y explicar conceptos y nueva
  información de manera efectiva.

    Conocer los recursos con los que puede contar


 
para realizar la tarea.

    Afrontar positivamente el cambio.

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