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¿Qué es la proactividad?
Para Bateman y Crant la proactividad supone crear cambio, no sólo anticiparlo. Según
estos autores ser proactivo no consiste únicamente en tener flexibilidad y
adaptabilidad hacia un futuro incierto sino que es preciso tomar la iniciativa para
mejorar un negocio.
Tal como indican todos estos estudios parece ser que el comportamiento proactivo es
un factor determinante para competir y sobrevivir en un entorno tan cambiante y
competitivo como el actual. Las empresas buscan personas flexibles que se adapten a
lo inesperado y que sepan gestionar la incertidumbre. Los emprendedores y pequeños
empresarios tienen más posibilidades de gestionar con éxito sus negocios si son
proactivos. Las personas que no están satisfechas con su trabajo o con su entorno
laboral actual tienen la responsabilidad de generar nuevas acciones para cambiar su
situación y conseguir los resultados que desean.
Por último, hay que tener en cuenta que el comportamiento proactivo está orientado a
resultados. Ser proactivo no consiste únicamente en proponer ideas o hacer
reestructuraciones cognitivas para percibir la realidad de otra manera. Pensar el
cambio está muy bien, per no es suficiente; hay que ser capaz de transformar las
ideas en acciones para obtener resultados.
En muchos de los curriculum que llegan hasta nuestra oficina, el postulante destaca como
una de sus cualidades el ser una persona proactiva. Una palabra que la puso de moda,
entre otros, el libro "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva" de Stephen Covey.
Pero,¿qué es la Proactividad?
¿qué significa en el ámbito laboral?
¿está el mercado de profesionales tan pleno de personas proactivas?
Según el autor del libro, proactividad es "no ser esclavos de las acciones que sobre
nosotros se efectúan, sino que libres ejecutores de nuestra conducta..." Una persona
proactiva evita reaccionar con sentimientos negativos frente a algo inesperado o
desagradable; en vez ello actúa positivamente a partir de sus valores, buscando
soluciones y creando nuevos proyectos. Decide cómo quiere que le afecten las cosas y
qué hacer frente a ellas, tomando una actitud que lo anticipa y lo lleva a la acción, no
dejando que los eventos "pasen" sino que "haciendo que estos ocurran".
Muchas veces se nos ha descrito como una sociedad pesimista, que en el trabajo impera
la ley del mínimo esfuerzo y que preferimos delegar las decisiones importantes que
implican riesgo, para no hacernos responsables de un posible fracaso. La frase "háblelo
con mi jefe", frente a una pregunta que no está dentro de la pauta, es bastante habitual.
Por lo que no resultaría tan fácil dar un giro y cambiar hacia una actitud más proactiva.
Sin duda que esta cualidad trae múltiples beneficios a quien la tiene, haciéndole llevar una
vida más satisfactoria, con más emoción y menos angustia. Por esta razón resultaría
lógico pensar que todas las organizaciones desean contar con profesionales proactivos en
su equipo. Pero las cosas no son tan simples. La proactividad exige un poco de osadía, ir
más allá de lo convencional, por lo que debe venir en primer lugar desde los superiores.
Son ellos quienes deben incentivar a su equipo (ojalá con el ejemplo) a adoptar esta
actitud, venciendo las aprehensiones que pudiera provocarles el dar más autonomía y
responsabilidad a los empleados, para permitirles tomar algunos riesgos al desplegar su
iniciativa en la solución de problemas.
Este cambio de actitud de los profesionales frente a la vida y a los problemas, entrega una
ventaja estratégica a la empresa al momento de enfrentarse al competitivo mercado
laboral, haciéndola más flexible frente a las crisis, más dinámica frente a las exigencias de
cambios, más innovadora para responder a las nuevas necesidades del mercado y más
grata en su clima laboral.
De tal forma, la Proactividad es una serie de conductas que deben concurrir en forma
convergente en el desempeño cotidiano y real, no es un rasgo o característica abstracta,
que alguien puede ofrecer o la empresa requerir, sin considerar sus implicancias en la
realidad concreta del trabajo.
Conceptos Básicos:
¿Cómo ser un líder proactivo?
Empatía: Para ser un líder proactivo hay que saber escuchar, y optimizar las aptitudes de
cada uno. Se trata de hacerse entender, no de hacerse temer.
Compartir: Un líder proactivo no debe aportar todas las soluciones. Es mucho mejor
comentarlas con las personas que las hayan encontrado, antes de poder tomar la
decisión.
Comunicación: Se debe estar al corriente de los percances que puedan tener los
colaboradores en su vida personal, y demostrarles que está a su lado.
Educación: Hay que saber decir "por favor" y "gracias", y no olvidarse de un “piropo”
cuando alguien lo merece.
Predicar con el ejemplo: Hay que invertir en formación impartida en las horas de trabajo, y
obligarse antes de obligarles.
Así se consigue una plantilla cuyo valor es un activo para la empresa y cuyo coste no es
un gasto sino una inversión.
Visión de futuro: Un buen directivo es aquel que no solamente dirige su equipo y trabaja
muy bien el día a día, sino aquel que siempre tiene puesta la visión a medio y largo plazo,
para saber enfocar las acciones futuras de manera que vayan siempre encaminadas a
aquel objetivo previsto a largo plazo. De esta forma será una persona muy útil para la
empresa, evitando despistes de gestión y consiguiedo ahorros importantes, pero al mismo
tiempo intangibles.
Algunos riesgos a tener en cuenta: La proactividad también conlleva riesgos; puede ser
limitada, coaccionada o frenada por la dirección general que, en algunos casos, puede no
compartir los objetivos. En ocasiones simplemente la falta de protagonismo de algún
director general puede frenar también esta actitud proactiva.
Busca respuestas a problemas de difícil solución en vez de espera a que suceda algo.
No se limita a efectuar las actividades que se le solicitan sino que crea nuevas
oportunidades por medio de la búsqueda de información.
Adapta su manera de hacer a las condiciones del entorno
Tiene capacidad para subordinar los impulsos a los valores
Desarrollar una conducta proactiva ayuda a afrontar problemas, prever consecuencias y orientarse a la
innovación, de manera que cada persona pueda mejorar su competencia personal y profesional.