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Grim PDF
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Hijos: Hasta ese momento no se especificaba el sexo de las niñas.
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—No encuentro ningún daño. —Él dice severo.
—Muy bien. —Susurra. —Eso es bueno.
—Cuando volvamos al buscador, esto será corregido. —Sus ojos
se endurecen con la idea de que podría haberse hecho daño. —Tu
descendencia te entenderá, pero a mi no. —Él responde a la
pregunta original. —Los entenderé sólo si estamos físicamente
conectados. —Físicamente conectado... te refieres a tocar. —Él
cabeceó. Levantándose, él la mantiene cerca antes de que
lentamente ella resbale bajo de su cuerpo duro, haciéndola
consciente de cada bulto, antes de que él finalmente se aleje.
—Vamos a recoger a tu descendencia e irnos. —Él ordena.
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—¡Dejen de llorar, mocosas mimadas! —Una voz masculina dura
hace que Grim se ponga protectoramente frente a Lisa en cuanto
entran a la vivienda, pero Lisa lo empuja a un lado, corriendo
pasando de él. Dentro de la casa se encuentra a su cuñado sobre
sus niñas, gritando. —¡Se ha ido! ¡Nunca volverá! ¡Ella nunca las
amó de todos modos! ¡Ahora vamos!
—¡Peter! ¿Qué carajo estás haciendo? —Grim observa sin temor
como empuja al macho más grande a un lado, cayendo de rodillas
para envolver sus brazos alrededor de su descendencia
sollozando, que inmediatamente se sumergen en sus brazos.
Peter se separa de la pared. ¡Esa pequeña perra! ¿Realmente
pensó que le podía hacer eso a él... a él? Él la haría pagar, haría
que sus mocosas vean, entonces ellas sabrían qué esperar si
alguna vez lo desobedecen. Levantando el puño, se mueve hacia
ella, dispuesto a mostrarle cómo un verdadero hombre controla a
una mujer. Un gruñido que amenaza profundamente lo congela,
sus ojos vuelan alrededor de la habitación con pánico. ¿Qué fue
eso? Grim sale de las sombras de la cocina y su mandíbula se cae.
—¡Qué carajo! —Él tropieza de nuevo hundiéndose en la pared,
mientras un gigante de dos metros amenazante se acerca
lentamente, sus gruñidos cada vez más fuertes. Una vez que está al
lado de Lisa, se detiene. Lisa mira hacia arriba abrazando a sus
hijas para ver que los ojos de Grim se ensanchan mientras mira
hacia abajo a sus hijas antes de volver a Peter.
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—¿Quién es el hombre? —Él exige pegando la pierna en su
espalda.
—Peter. El hermano de Mark, Peter. —Ella voltea su cabeza
alrededor para localizarlo. —¿Qué carajo haces aquí, Peter?
¿Dónde está Trisha? La boca de Peter se abre y se cierra pero sin
que salga sonido mientras él mira fijamente en Grim.
—Él lastimó a Miki mami. —Carly susurra.
—¿Qué? Lisa mira fijamente con horror a su hija mayor. —Miki....
—Sus manos vuelan sobre su niña encontrando moretones en sus
brazos. —¡Bastardo! —Su furia se escucha fácilmente y Grim
sabe que si ella no tuviera en los brazos las niñas pequeñas y
temblorosas, ella atacaría, por lo que se encargará por ella. Los
ojos de Grim permanecen en el hombre a medida que llega hacia
abajo para ayudarla a levantarse. —Reúne lo que tu descendencia
necesite, tenemos que irnos.
Con una última mirada a Peter, ella asiente y se mueven a las
escaleras.
—¿Mami quién es ese hombre? —Carly susurra, mirando por
encima de su hombro al hombre grande moviéndose amenazante
hacia su tío que se desliza hacia el suelo.
—Su nombre es Grim. —Ella dice llevándolas a su habitación
donde se sienta en una cama. Shhh mi nena—Ella calma a Miki
que llora todavía. —Todo va a estar bien.
—¿Dónde estabas mami? ¿Fuiste a estar con papá? —Miki susurra.
¿Ya no nos amas? —Sus ojos perdidos de color ámbar rompen el
corazón de Lisa.
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—¡Por supuesto que aún te amo! ¡ Yo siempre te amaré! —Ella jala
a sus hijas cerca. —Te dije que iba a visitar la tumba de papá, nena
¿Recuerdas? Has ido antes.
—¿La piedra? —Ella solloza.
—Sí, nena, la piedra. Yo quede atorada allí cariño y me tomó un
tiempo para volver, pero lo hice, Grim se aseguró de eso. Nunca te
dejaría.
—El es aterrador mami. —Carly susurra.
—¿Qué? ¿Quién? —De repente se da cuenta de que está hablando
de Grim. —¿Por qué dices eso nena? —Lisa mira a su hija mayor.
—Se ve aterrador. —Carly le dice. —Suena aterrador.
—Tu sabes mejor que eso Carly Marie, no juzgamos a la gente por
cómo se ven.
—Pero mami....
—¡No! Sé cómo se ve, pero ¿te ha lastimado?— Negaron con la
cabeza. —¿No odiabas cómo tus amigos miraban a papá?
—Sí. —Susurra, dejando caer la cabeza.
—Pensaban que era aterrador ¿verdad? —Ella asiente. —¿Lo era?
—No mami.
—Entonces no juzgues a Grim. —Pero mami el gruñe. —Miki
susurra.
—¿Gruñe? —Lisa mira a sus chicas totalmente confundida hasta
que ella recuerda que no pueden entender Grim. —Es sólo su
lenguaje nena. Te prometo que pronto serás capaz de entenderlo,
entonces verás que no es aterrador.
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—¿Lo prometes mami? —Ambas chicas la miran con ojos
confiados.
—Prometido, ahora Grim está esperando, así que tenemos que
empacar. —Ella sonríe alentándolas. —Nos vamos a una aventura
de chicas.
—¿Una aventura? —Ella puede ver que ha logrado distraerlas del
trauma causado por Peter.
—Sí, una aventura. Vamos a ir a vivir con Grim... en algún lugar
lejano de aquí, un palacio llamado Tornian.
—¿Cuándo regresaremos a casa mami? —Lisa tiene que respirar
hondo antes de contestar.
—No regresaremos nena.. Vamos a vivir allí.
—Pero....
—Suficiente, Grim está esperando, vayan a buscar sus mochilas.
Asintiendo con la cabeza entran en su armario.
Grim vigila a las tres hembras desde la puerta, mientras que no
entiende lo que las pequeñas dicen, puede sentir su temor. Miedo
a él, miedo al hombre inconsciente bajando las escaleras. Por
alguna razón el miedo hacia él lo lastima pero Lisa lo defendió…
de su propia descendencia. ¿Porqué? No ha hecho nada para
merecerlo. La está obligando a ser suya.
Suya.... Grim frunció el ceño por el pensamiento. Cuando él exigió
que ella se uniera con él y sólo él, asumió que sus crías eran
masculinas, todos lo hicieron. Ella no había dado ninguna otra
indicación, si lo hubiera hecho, Luuken la habría reclamado
inmediatamente a ella y a su descendencia, y eso le molestaba.
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Ella no había completado el programa de educación, Luuken
debería haber estado allí para instruirla sobre cómo acceder a la
información que su cerebro ahora contenía y porque no lo había
hecho, ella no entendía el valor de herencias en Tornian o el valor
de su descendencia. Una vez que lo hiciera, comprendería que cada
Guerrero en Tornian querría unirse a ella. El poder que representa
es inconmensurable, un macho con 3 hembras… esto no había
sucedido desde la infección.
Será desafiado una vez que se descubra. La mandíbula de Grim se
tensa por el pensamiento. Desafiado por el derecho a quedársela y
no hay nada que su hermano pueda hacer para detenerlo. Ellos
reclamarán que no es apto, que Lisa tiene el derecho de unirse a
otro, debido a su falta de entendimiento, sólo Lisa podría
detenerlo. Ella elegiría a otro, porque ninguna hembra se uniría
voluntariamente con uno como él, a menos que fuera forzada y el
no puede mentirse a sí mismo, él la obligó. Un gruñido vicioso
erupciona antes de que pueda detenerlo. Lisa salta y se voltea para
mirarlo.
—¿Qué pasa? —Ella pregunta con voz temblorosa.
—Debemos apurarnos. —Es todo lo que le dirá. Asintiendo con la
cabeza ella se aleja, tropezando con una cómoda, para apresurarse
al armario.
Grim libera un gruñido profundo, enojado consigo mismo, no tenía
la intención de asustarla, nunca a ella, pero el pensamiento de su
unión con otro macho... ya la considera suya y solo suya. Él no
esperaba que se convertiría en posesivo. Un guerrero no podía
permitirse ese lujo. Si es bendecido con una Unión, sabe que su
tiempo es limitado. Una hembra puede optar por dejar a su macho
en cualquier momento... por cualquier razón. La única esperanza
de un Guerrero es que ella lo presentará con descendencia antes de
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irse, un niño varón cementando su lugar o una hembra elevándolo.
El propio lugar de Grim estaba en riesgo ya que ninguna se uniría
con él y sin esa unión no tendría descendencia para mantener su
posición, por lo que se le daría a otro, Wray no tendría opción, no
ahora que Van estaba muerto.
Conseguir que Lisa acepte unirse a él y sólo él le da la oportunidad
de aferrarse a ella, pero la adición de su descendencia... sólo el
emperador sería más poderoso. Si elige otro.... sus pensamientos
oscuros se interrumpen cuando las hembras reingresan a la
habitación, las jóvenes se aferran a la mano de Lisa, sus ojos
inseguros mirándolo.
—Estamos listas. —Lisa le informa.
—¿Dónde está tu bolsa?— Él no sabe por qué lo pregunta. —
Bueno.... yo....
—¿No tienes nada que desees llevar? —Las hembras toman todo
cuando se van.
—Yo... Si tengo. ——Lisa lo mira vacilante. Si hay tiempo.
—Lo hay.
—Mi habitación está al otro lado del pasillo. —Ella señala con la
cabeza. Retrocediendo, él le permite que lo guíe. Una vez dentro,
las jóvenes saltan en la cama, obviamente cómodas aquí, mientras
que su madre saca una bolsa de debajo de ella. Sus ojos vagan por
la habitación absorbiendo sus muchos colores y texturas. Su
suavidad le sorprende, al igual que su olor, todo es Lisa. El la
observa moverse de lugar del lugar, pero en lugar de vaciar los
cajones como él espera, ella saca solamente algunos artículos
selectos, el último algo brillante, cierra la bolsa y da vuelta para
hacerle frente.
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—Listo.
—Mami te Olvidaste de papá. —Carly agarra la imagen de Mark
de la mesita de noche. —No puedes olvidar a papá. Tragando duro
mira a Grim.
—Tienes razón nena, vamos a ponerlo en mi bolsa.
Grim no dice nada, sólo camina por tomar su bolsa.
—Nos vamos.
—Sí.
Las chicas se sientan con los ojos grandes mientras Grim
cuidadosamente las asegura en sus asientos.
—Mami... —Carly susurra. —Esta es una nave espacial. —Sus
ojos volando alrededor tratando de tomar todo a la vez.
—Sí, lo es bebé.
—¡¿Estamos yendo al espacio?! —Ella no puede mantener la
emoción de su voz.
—Te dije que íbamos a una aventura. —Lisa les sonríe.
—¡Esto va a ser increíble! —Las enormes sonrisas en las caras de
Carly y Miki hacen que Grim tome una pausa. Nunca ha visto nada
parecido. Es pura inocencia y emoción y justo entonces él sabe que
va a hacer lo que sea necesario para proteger a estas jóvenes. Son
suyas.
—¿Grim? —Lisa lo observa mirando fijamente a sus hijas.
—Siéntate. —Él ordena, dejando de lado las emociones
desconocidas, él gira al panel de control, en momentos dejan la
Tierra atrás. Cerrando los ojos Lisa reza para estar haciendo lo
correcto. Grim siente su miedo pero no sabe cómo aliviarlo. No
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sabe si puede... no si ella escoge a otro. El viaje de regreso le
parece mucho más rápido a Lisa, ahora que tienen a las chicas.
Mirando detrás de ella sonríe al ver sus ojos grandes y
emocionados, aunque los de Miki no están tan brillantes como los
de su hermana mayor. Ella sabe que Miki idolatra a Carly pero ella
es la más silenciosa de las dos, menos confiada. Ella nunca
experimentó la seguridad que Carly tenía, Mark había estado
enfermo desde el día en que nació. No había vacaciones familiares,
ningún padre la arrojaba en la aire... no la llevaba sobre sus
hombros fuertes. Ella aprendió a ser pequeña y callada mientras
que Mark tenía tratamientos o descansaba. Ella tenía casi cuatro,
pero nunca había sido realmente una niña.
—Tendré un guía esperando cuando lleguemos. —El comentario
de Grim la trae de vuelta al presente.
—¿Puede esperar? —Él le da una mirada sospechosa. —Quiero
que las chicas se acomoden.
—Tienes el derecho de entender lo que le ha sucedido. También
las chicas.
—¿Cambiará algo? —La tristeza en sus ojos hace que su corazón
le duela.
—Podría. Si tú lo deseas. —Su honor no le dejará mentir.
—¿Qué significa eso?
—Lo entenderás una vez que te hayas reunido con el Guía. —No
podía decírselo él mismo. Lisa lo mira, tratando de averiguar lo
que no le está diciendo.
—¿Pueden quitarme a mis hijas? ¿Alejarnos de ti?
—Sólo si tú les das tu permiso. —Él le asegura.
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—Entonces puede esperar. Yo... —Ella vacila, insegura de
permitirle ver su debilidad.
—¿Qué Lisa? —No se da cuenta de que se dirigió a ella por su
nombre, pero ella lo hace.
—Estoy cansada Grim. —Ella mira hacia atrás rápidamente,
asegurándose de que las niñas no han escuchado, y él puede ver la
fatiga y el cansancio alrededor de sus ojos. —Necesito cuidar a
mis hijas. Por favor. —Ella respira hondo esperando no ser una
tonta, confiando en él. —Si me dices que estamos a salvo, entonces
te creo, el resto puede esperar.
Después de un momento, él asintió.
—Te protegeré a ti y a tus hembras jóvenes.
—Niñas.
—¿Qué? —Él le da una mirada confusa.
—Se llaman niñas en la tierra. Niñitas.
—Niñas... —Deja que la palabra desconocida se asiente en su
lengua. —Voy a proteger a tus niñas como si fueran mías. —Él
sabe que ella no entiende el voto que le acaba de hacer a ella, pero
él lo hace.
—Gracias Grim. Yo... —Ella es interrumpida por el zumbido de
su comunicación.
—¿Grim lo lograste? —Verón exige.
—Sí. —Él contesta impaciente por la interrupción.
—Bien, una vez que tú y tu nueva descendencia estén a bordo
continuaremos. —Lisa le da una mirada intrigada en el énfasis,
ignorándola Grim responde.
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—Realmente está bien. Quiero un corredor despejado Capitán. Mi
descendencia necesita descanso. —Un silencio aturdido se siente
por su orden.
—Será un hecho Señor. —Veron finalmente responde rígidamente.
—¿Grim? —Ella pone una mano tentativa en su brazo.
—Confía en mí conocimiento para proteger a mis hembras. —Él
le gruñó a ella.
—¿Mami? —Miki interrumpe, su temor fácilmente escuchado por
ambos.
—Está bien, nena. Grim sólo se asegura de que todo esté listo para
nosotros.
—¿Es ahí donde vamos a vivir? Ella ve la nave a través de la
ventana.
—Durante un tiempo nena, no sé cuánto tiempo tardaremos en
llegar a Tornian.
—Tomará dos semanas de su Tierra para llegar a mi casa. —Grim
se da cuenta de que se está asegurando de que se meta en su
conversación. Ella lo incluye.
—¿Realmente? Tanto tiempo para llegar a Tornian? —Ella
pregunta.
—Mi casa no está en Tornian, está en Luda.
—¿Luda? —Ella levanta una ceja cuestionando.
—Es un planeta, a tres días de Tornian. Yo lo gobierno para mi
hermano.
—¿Gobernar... como un rey? —Él da un gesto de asentimiento
rápido.
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—Soy el Rey Grim Vasteri de Luda. Mi hermano me confió la tarea
de asegurarme de que este protegido.
—¿Y tu hermano?
—El emperador Wray Vasteri del Imperio Torniano, protector de
todos los planetas civilizados.
—¿Hay muchos planetas? —Grim le da una mirada frustrada.
—Necesitas el Guía. —Lisa tira de su mano hacia atrás
rápidamente.
—Lo siento. No quise irritarte. —Grim mira su abierta, y curiosa
expresión de cerca. Esta hembra lo confunde. Ella interactúa con
él, fuera de unirse. Ella parece... interesada... en sus pensamientos,
está dispuesta a tocarlo. Eso cambiará una vez que entienda su
posición única. Volviendo a los controles, aterriza la nave.
La habitación es severa... es la única palabra que Lisa puede usar
para describirla. No tiene ninguna suavidad, ni color, ningún calor.
Hay muebles, una mesa, varias sillas, un escritorio y un sofá. Hay
puertas en ambos lados de la habitación, pero ella no tiene ni idea
de dónde conducen.
—Esta es la zona común. —Lisa asiente sin decir nada mientras
ella sostiene las manos de sus hijas.
—Las... —Él vacila sobre la palabra. —Las niñas tendrán su
descanso ahí.
Apunta al gran sillón mirando mientras caminan para
inspeccionarlo. Es tan amplio como una cama doble en la tierra, se
sienta para comprobar su suavidad y les da un asentimiento a las
niñas.
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—Estará bien mientras estemos en la nave. ¿Tienes mantas y
almohadas? —Su voz es plana, su vista en blanco como ella lo
mira.
—Sí. —Moviéndose hacia una puerta se desliza y se abre. —Este
será nuestro cuarto de descanso. Dejando de lado, le permite entrar
y lo que encuentra es similar a la zona común. No hay comodidad,
sólo una cama grande, y algunas sillas. Grim pone su bolsa en la
cama y corre un ojo crítico alrededor de la habitación. No es nada
como lo que vio en su morada. Esas habitaciones tenían color,
comodidad, suavidad y calidez. Los guerreros no tenían nada de
eso, no tenían necesidad de ello, pero las hembras... lo exigían y
habían tres.... —la sala de limpieza es a través de la otra puerta. —
Él la mira acercarse a la puerta, vacila cuando abre entonces
procede dentro. Él ve su estudio de la habitación y espera sus
preguntas, encontrando que está esperando por ellas. En su lugar,
se acerca a la cuenca, moviendo cuidadosamente una mano debajo
del surtidor, activando el agua. Cuando se aleja, se detiene.
Girando ella juzga a las otras unidades en el cuarto antes de volver
a él.
—Está bien. —Es todo lo que ella dice.
— ¿Mami? —Ambos se vuelven a ver a las chicas de pie detrás de
ellos.
— ¿Qué pasa nena?
—Tenemos hambre.
Grim la mira cuestionablemente. —Necesitan comer.
—Voy pedir que traigan comida. —Él camina rápidamente a su
escritorio, feliz de ser capaz de hacer algo para ellas.
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—Vamos a prepararnos para la cama mientras esperamos la cena.
Agarra tus maletas.
Grim observa cómo las niñas siguen la orden de su madre y entran
en la sala de limpieza. — ¿Cuánto tiempo? Ella pregunta mirando
no más alto que su nariz.
— ¿Tiempo? —Él le da una mirada confusa.
— ¿Hasta que llegue la comida? Ella pregunta.
—Treinta minutos.
Ella asiente —Vamos a apurarnos entonces.
La puerta se cierra, dejándolo como siempre ha estado, solo. Grim
mira desde su escritorio cuando se abre la puerta de limpieza. El
sonido le golpea primero... risas de niñas, risas despreocupadas, y
luego el olor, la inocencia y las hembras. Respirando
profundamente lo toma y algo dentro de él cambia. Estas son
suyas. Sus hembras. Por eso se entrenó. Esto es lo que necesita
proteger contra el daño. Ellas, sólo ellas. Verlas moverse hacia él,
frunció el ceño, las más pequeñas están en algún tipo de cubierta
extraña que esconden no sólo sus brazos y piernas, sino también
sus pies.
—En el sofá niñas, les voy a hacer el pelo. —Sigue riendo por la
carrera de las niñas por el sofá sólo para congelarse al verlo. Lisa
les da una palmadita suave.
—Sofá niñas, está bien.
Lentamente se sentaron pero sus ojos nunca dejaron a Grim.
—Aquí Carly. —Ella le da un peine. —Comienza en el tuyo
mientras yo hago el de Miki.
—Sí mami. —Sin embargo, sus ojos nunca dejaron a Grim.
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Grim observa el ritual femenino en asombro. Nunca ha visto nada
parecido. La unión es tan fuerte entre ellas tres, que está ahí, en la
forma en que interactúan entre sí. Trabajan juntas, pareciendo
disfrutarlo mutuamente. Qué extraño. Nunca lo ha visto con
hembras Tornianas, pero nunca antes había visto mujeres jóvenes,
especialmente con su madre. Una vez destetados, los bebés son
criados por los machos de la casa, las mujeres ya cumplieron con
sus responsabilidades. Grim sabe que esto nunca sucederá con
Lisa. Ella realmente se preocupa por su descendencia, ya ha
demostrado que va a luchar por ellas.
—Nena, trenzado o liso. —Ella pregunta todavía trabajando en el
pelo de Miki.
—Trenzado.
—Trenzas entonces. —Lisa rápidamente hace trenzas francesas en
los largos rizos castaños de Miki amarrándolo con una liga de su
muñeca. —Listo. —Ella rápidamente besa la parte superior de su
cabeza.
—¿Carly?
—Quiero una cola de caballo mami.
—Pony será. Déjame ver si hay gruñones.
Golpeando en la puerta saca de la atención a Grim de ellas.
Levantándose se pone entre la abertura y sus hembras antes de
presionar el panel para abrirla.
—Mami, son azules.... —Miki susurra con asombro, mientras dos
Tornianos, llevando bandejas entran en la habitación.
—Los Tornianos vienen en muchos colores diferentes Miki, al
igual que en la tierra.
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—Sí, pero no azul. —Lisa tiene que sonreír a la admiración en la
voz más joven. El azul es su color favorito. Cuando ambas chicas
de repente se ponen a su lado, ella mira hacia arriba para encontrar
a los machos mirando fijamente a ellas.
—¡En la mesa y fuera! —Grim ordena enojado, sintiendo a las
pequeñas incómodas. Cuando ningún macho se mueve, él da un
gruñido amenazador que finalmente los hace moverse. Con el
alimento entregado uno se para frente de Grim. Se miran el uno al
otro hasta que Callen finalmente habla.
—Traje comida de las provisiones de las hembras. Rebecca insistió
en que los más pequeños querían algo familiar hasta que se adapten
a la comida Torniana. —Grim se da cuenta de que es algo que debió
haber considerado.
—Te agradezco a ti y a la hembra llamada Rebecca.
—Ella preguntó... exigió... —Callen le da a Grim una mirada
aturdido. —Que confirmara que Lisa y su descendencia han
llegado a salvo. De lo contrario, amenazó con un motín. No sé lo
que es esto, pero todas las mujeres acordaron.
—Es una revuelta o lucha contra los responsables. Lisa le informa.
—¿Nos atacarían? —Callen está sorprendido. Lisa sólo se encoge
de hombros.
—¿Cómo puedo evitarlo? Podrían lesionarse.
—Dile que mis hijas y yo estamos bien. —Ella lleva las niñas a la
mesa.
—Dijo que quería una prueba. Que mi palabra no era lo
suficientemente buena. —La mirada insultada en la cara Callen la
hace sacudir su cabeza. —¿No entiendo por qué?
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—¿Por qué? —Lisa va hasta él contando con sus dedos. —Veamos.
Las duermes. Secuestras. Las están llevando a un planeta
desconocido para unirse a los machos que no conocen. Todo
porque necesitas mujeres. Vaya, no hay razón para que no confíen
en ti.
—Pero estaban desprotegidas. —Dice realmente confundido. —
Serán protegidas en Tornian. —Sus ojos son amplios y sinceros.
—¿Es así como te sentirías si la situación se invirtiera? ¿Si te
llevaran de Tornian y forzaran a vivir en un planeta extraño?
¿Obligado a unirte con alguien que no conoces? ¿Con reglas que
tú no entiendes? —Ningún hombre contesta.
—Dile que se quede tranquila sin amotinarse —Lisa se vuelve a
sus hijas.
—¿Qué?
—Sólo dile, ella entenderá. —Quédate sin el motin. —Callen se
repite lentamente.
—Sí. —Ignorándolos, ella habla con sus hijas. —Vamos, queridas,
vamos a alimentarnos.
Callen decía la verdad, la comida en una bandeja es de la tierra,
manzanas, naranjas, uvas, un poco de queso, y pan. La otra bandeja
es obviamente comida de Tornian y ella no reconoce una sola cosa.
Llenando los platos para sus hijas, ella los pone delante de ellas.
—Mujeres... —Callen encuentra que no puede quitar sus ojos de
ellos.
—¿Lo sabías?
—No.
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—La diosa realmente te ha bendecido a mi rey. —Callen le sonríe
antes de que se desvanezca lentamente. —Serás desafiado.
—Sí.
—Se entregó a ti voluntariamente. Está grabado. —Él le recuerda.
—¿Dónde estaba su guía Callen?
—¿Qué?
—Ella se quitó el educador, Luuken no estaba allí.
Callen palidece, sus ojos parpadeando a Lisa. —¿Ella está ilesa?
—Sí, pero ella no sabe cómo acceder a lo que se le ha dado.
—Voy a traer Luuken de inmediato. —Grim pone una mano de
restricción en su brazo. —Ella está cansada y desea esperar hasta
que esté descansada.
—Comprensible, pero Majestad....
—Ella tendrá lo que quiere. Ella está bajo mi protección. —Su tono
no admitía argumentos.
—Sí, mi rey, le diré que esté listo para su citación.
Con una leve reverencia, Callen se va.
—Mami tengo sed. —Lisa mira a Grim mientras se sienta.
—¿Qué dice ella? —Él pregunta.
—Ella necesita algo de beber. —Llega a un recipiente cerrado y lo
vierte en una taza antes de colocarla delante de Miki.
—Es jugo Endario. —Él le informa.
—Endario... —Lisa observa a Miki tomar un sorbo indeciso antes
de sonreír.
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—Sabe a jugo de uva mami. —Vierte otro vaso, se le da Carly.
Grim observa a las niñas mientras comen. Lisa está atenta a ellas,
asegurándose de que tienen lo que necesitan, que coman suficiente.
—También tienes que comer. Tiende un trozo de carne hasta la
boca. —Es Rashtar. —Después de un momento, ella abre y
mastica.
—¿Mami? —Las chicas la miran con interés, rompiendo el
contacto visual con Grim ella las mira.
—Sabe a tocino.
—¿Podemos intentarlo? —Miran a Grim expectante y pone una
pieza en cada plato encontrándose satisfecho por cuidar de ellas.
—Hora de ir a la cama. —Lisa anuncia una vez que sus platos
estaban vacíos.
—Sí mami. —Riendo se apresuran a saltar sobre el sofá. Metiendo
las mantas en torno a ellas, se inclina hacia abajo para dar a cada
una un beso.
—Buenas noches niñas. Mami las ama.
—Te amo mami.
—Voy a estar pasando esa puerta. —Apunta. —Si necesitan algo.
¿De acuerdo?
—¿Mami?
—¿Dime Carly?
—¿Puedes dejar una luz? —Lisa se vuelve a Grim.
—¿Qué necesitan?
—¿Puede la luz dejarse en baja para ellas? —Él pone las luces.
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—¿Está bien? —Ella le pregunta a sus hijas.
—Sí mami. —Ellas responden al unísono.
—Lisa.... —Grim le pone una mano en la espalda y sabe que debe
dejarlas. Con una última sonrisa para sus hijas, sale de la
habitación. Una vez que están solos ella se vuelve hacia él.
—La puerta exterior.... ¿Nadie, alguno puede entrar? Sus ojos
preocupados miran por encima de su hombro.
—Lo he sellado, están a salvo. Sus ojos se oscurecen con el deseo.
—Quítate las cubiertas Lisa.
Respirando profundamente los dedos de Lisa se mueven
lentamente a su camisa. Ella sabía que esto iba a pasar había dado
su palabra. Los dedos temblorosos desabotonan su camisa,
mostrando sus pechos cubiertos de encaje. Sin mirarlo, ella desliza
sus jeans sobre sus caderas, quitándose los zapatos quedando en
ropa interior de encaje. Los ojos de Grim le siguen cada
movimiento, sin perderse nada. Su deseo crece con cada
centímetro de piel pálida revelada. Ella es tan diferente a las
hembras Tornianas. Donde son altas ella es corta, donde su cuerpo
parece un poco a ser varón, el suyo es suave con las curvas
exuberantes.
—El resto. —La anticipación tenia su voz baja. Los pechos que
ella libera son más llenos que las Tornianas, con los pezones
polvorientos grandes que él quiere succionar. Un nido de rizos
castaño esconde la belleza de su mujer cuando el último trozo de
tela finalmente se retira. No puede esperar a probarla. Moviéndose,
lentamente la lleva hacia atrás hasta que sus rodillas golpean la
cama. Un empujón suave la hace jadear cuando cae hacia atrás.
Ella se sorprende cuando él cae de rodillas, la boca se engancha en
un seno, succionando profundamente en su boca.
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—¡¡¡Grim!!! —Ella jadea agarrando sus bíceps pero él la ignora.
Totalmente centrado en festín ante él. Nunca ha visto nada tan
bello, nunca sintió nada tan suave. Esto es lo que la diosa quería el
cuerpo de una hembra fuera. Suave y dadivoso, un refugio para un
guerrero de las penurias de su vida. Con un pop, libera su pezón,
convirtiendo su atención en el otro. Las manos que abarcan su
cintura todavía la retienen, pero de repente se da cuenta de que no
está tratando de empujarlo, en su lugar, ella está corriendo sus
dedos por los brazos para hundirlos en su cabello, liberándolo de
su amarre mientras ella lo jala más cerca, su gemido lo tiene
chupando aún más fuerte. Inclinándose en la espalda, sus labios
obtienen acceso a su suave estómago flexible.
Este es el lugar donde dos hembras frágiles crecieron, donde
fueron protegidas. Es el lugar donde, con la voluntad de la diosa,
su descendencia pronto prosperará. Él los pondrá allí, pero primero
debe darle placer. Agarrando sus muslos, los empuja para
separarlos, colocándose entre ellos. Su aroma único le llama
mientras sus pulgares van partiendo suavemente sus rizos,
revelando una belleza nunca antes vista. Ella es regordeta, rosada,
y ya está brillando. Nada como el Serai, que permanece seco hasta
que se le complace. Ya no puede esperar más. Bajando la cabeza,
la saborea y casi pierde su mente. Ella es tan dulce y jugosa, como
la baya ripest endary, separando sus labios que continúa
explorando hasta que encuentra su baya y se engancha a ella.
—¡Oh Dios, Grim! — Lisa se acuesta. Ha pasado tanto tiempo
desde que se sintió así. Tal vez nunca y Grim no juega alrededor,
él va directo a las cosas buenas y se siente increíble. Sus caderas
instintivamente se mueven. Gruñendo Grim lanza un brazo de
contención a través de sus caderas nunca rompiendo su ataque.
Lentamente arrastra un pulgar grueso áspero a través de sus labios
brillantes, cubriéndola con sus jugos, tocando su piel temblorosa.
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—Por favor, Grim... —Lisa no puede dejar de mendigar.
Lentamente presiona su pulgar en la abertura de la mujer,
encontrándola increíblemente apretada. Él empuja con cuidado
más al fondo y gime cuando descubre que es suave por dentro
también. La vibración hace que ella tiemble. Ella grita en la
negación cuando él remueve su pulgar solamente para gemir
cuando es substituido por dos dedos que se mueven lentamente
hacia fuera estirándola.
—Más rápido, por favor, Grim, más rápido. —Obedeciéndola, le
pica ligeramente el clítoris haciéndola gritar mientras un orgasmo
intenso la ciega. Sin aliento, Lisa no puede creer lo que acaba de
pasar. ¿Realmente ha tenido el mejor orgasmo en la vida de un
hombre que no conoce? Ningún hombre... macho… un alienígena.
¿Cómo pudo hacerle eso a Mark? Ella amaba a Mark. Lo amaba
desde que tenía quince años y el dieciocho. Había sido su primer y
único amante, siempre amable, respetuoso, atento. Entonces, ¿y
que si no hubiera sido la pasión explosiva escrita en los libros?
Había sido de ellos y de ellos solos. Tuvieron tres maravillosos
años juntos antes de que se enfermara. Antes de que el cáncer le
quitara su habilidad de ser marido. Lo había lastimado, ella sabía
que lastimó su orgullo, su ego que él había sido incapaz de ser
íntimo con ella y ahora esto.... oh Dios ¿qué estaba haciendo ahora
Grim?
Mientras ella se había perdido en sus pensamientos, Grim se ha
arrancado la ropa y ahora está presionando su miembro contra su
entrada. Sobresaltada ella se levanta en sus codos y no puede evitar
jadear antes hacerse para atrás. El gruñido vicioso de Grim la
congela.
—¡Me lo vas a negar! —Ella nunca ha visto a un hombre tan
enfurecido.
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—Nunca entrara.... ¡tú eres enorme!
Gruñendo él obliga a separar sus piernas, inclinándose hacia
adelante en sus codos, encerrándola debajo de él.
—Se ajustará yo te he preparado. —Él presiona su cabeza hinchada
contra su entrada y da un empuje superficial. Sus jugos la han
hecho resbaladiza pero su cuerpo todavía lucha para aceptarlo, al
escuchar su quejido él se detiene inmediatamente. Grim la mira,
esperando hasta que siente su relajación y luego empuja más,
lentamente moviéndose dentro y fuera hasta que se lo mete todo.
Está empapado de sudor tratando de controlar su hambre, quiere
liberarse en ella que está temblando. Él agradece a la diosa que ella
puede tomarlo, ella es tan pequeña, ahora él no puede esperar más,
retirándose casi totalmente él golpea de nuevo en ella. Jadeando, a
medida que el placer comienza a construirse de nuevo, Lisa
envuelve sus brazos y piernas alrededor de él y se sostiene. Aquí
está... toda la pasión incontrolada que siempre soñó.
Grim continúa hundiéndose en ella; no puede creer lo bien que se
siente. ¡Todo el calor apretado y sedoso, y ella es suya! Siente que
su liberación se aproxima rápidamente y acelera su ritmo
conduciendo aún más en ella. Pronto él le dará su semilla y la
esperanza de que se arraigue en ella. Grim se sorprende cuando
Lisa grita de nuevo, sus músculos femeninos apretando
dolorosamente a su alrededor, chupándole aún más profundamente
en su calor. Moviéndose así no puede parar su erupción dentro de
ella. Jadeando, Grim colapsa encima de ella, apenas se mantiene
de aplastarla. ¿Qué acaba de suceder? Sus pensamientos intentan
obtener sentido. ¿Qué le ha hecho? Eso no se suponía que pasara.
Las Serai no se corren cuando un macho está en ellas. Nunca había
escuchado cuentos de una mujer Tornian liberándose de esta
manera. Lisa se había envuelto alrededor de él. Igualándolo en el
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empuje, participando, algo que no era normal. Rápidamente se
aleja, mirándola hacia abajo.
—¡¿Qué hiciste!? —Él exige duramente. Lisa está flotando en una
cálida neblina sexual de satisfacción hasta que Grim la arranca de
ella con su repentino retiro y acusación
— ¿Qué? —Ojos confundidos se encuentran con los suyos. —
¿Qué quieres decir?
—¡Te has liberado cuando yo estaba dentro de ti! —Él acusa.
—¿Estás molesto porque tuve un orgasmo? —Jadea.
—Te di el placer de mujer. ¿Por qué tienes otro? —Él exige.
—Yo...
—No es la manera Torniana.
Lisa mira con incredulidad como Grim se encuentra, cruzando sus
brazos a través de su pecho y se da cuenta de que está molesto...
realmente molesto... porque tuvo un segundo orgasmo... su primer
doble. La mayoría de los hombres estarían palmeándose la espalda,
no culpando a su pareja.
Grim se voltea presentándole una vista perfecta de su parte trasera,
hermosa. Nunca ha visto alguien tan tonificado y musculoso. La
culpa la ataca inmediatamente. Mark tenía un buen trasero. Ella
amaba su trasero. Avergonzada de que ella pudiera sentir tanto
placer con otro hombre, ella agarra sus cobijas. Grim sube sus
pantalones antes de enfrentarse a ella.
—¡No lo harás de nuevo! —Él gruñe mirándola pálida como ella
oculta su cuerpo de él.
—No quieres que yo me venga cuando estás dentro mí —susurra.
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—¿Venir?
—Orgasmo, encontrar mi alivio.
—¡No! No es normal, yo te daré placer. Entonces tomaré el mío.
Así es como se hace.
—Oh... no necesitas un participante, sólo un hoyo. —Lisa golpea
una mano sobre su boca. Ella no cree que ella acaba de decir eso.
—No entiendo.
—Sí, es mutuo. —Ella tira de la sabana apretándola mas. —No te
preocupes, lo entiendo.
Él la mira intensamente entonces asiente rígidamente antes de
trasladarse a una silla. —Puedes descansar ahí. Yo descansaré aquí.
—¿Ni siquiera vas a acostarte conmigo? —Ella puede decir que lo
ve confundido.
—Las hembras Tornianas duermen solas.
Lisa cierra los ojos, dejando caer la cabeza sobre sus rodillas
estiradas. No voy a llorar. No voy a llorar. Ella se dice
silenciosamente. No se ha dejado llorar desde que Mark murió. No
va a permitir que un extraterrestre estúpido la haga ahora. Hay dos
niñitas en la otra habitación dependiendo de ella. Tiene que ser
fuerte. Ella no va a dejar que le haga sentir avergonzada de sus
respuestas naturales tampoco. El problema es de él no es suyo.
¡Ella merecía ese orgasmo, maldita sea! Especialmente después del
día de porquería que había tenido. Mirando hacia arriba, ella lo
encuentra todavía mirándola. Maldita sea, pudo haber prometido
quedarse con él, pero eso no significaba que tuviera que quedarse
aquí con él. Agarrando la bolsa que de alguna manera logró
permanecer en la cama ella saca un par de pantalones d dormir y
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camisa, poniéndoselos debajo de las cubiertas. Grim observa sus
acciones en confusión.
—¿Qué estás haciendo? ¿Por qué te estás cubriendo? —Él exige.
—Puedes tener la cama. Me acostaré con las chicas.
Ella cree que su segunda pregunta es auto explicativa.
—¿Descansarías conmigo? —Se pregunta con vacilación. —¿En
la misma cama?.
—Siempre lo hice con mi marido.
—¿Marido?
—Mark.
—¿Descansaban juntos? —Frunció el ceño. —Su aroma no estaba
en la habitación.
Ella tira las cobijas, deslizándose de la cama.
—¿Qué te pasa con el aroma de Mark? Durante el último año de
su vida, Mark era demasiado débil para subir escaleras. Tenía una
cama especial puesta abajo para él.
—¿Descansaba allí?
—Sí. Yo dormía en el sofá. Mira, no importa, —ella corre una
mano temblorosa tirar su pelo despeinado. —Ni siquiera sé por qué
te lo digo. Aparentemente no es la manera Torniana, así que debe
estar mal.
Alejándose, deja a un guerrero muy confundido. Lisa mira a sus
hijas, inocentemente durmiendo de pies a cabeza en un sofá
alienígena, en una nave alienígena, yendo a un planeta alienígena.
¿Qué les ha hecho? Cubre su boca, para reprimir que el grito de
desesperación escape. Tal vez debería haberlas dejado en la tierra...
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¡No! Su voz interior grita. Peter las habría destruido. A Peter no
le importaba nada ni nadie solo Peter. Aquí... aquí al menos tenían
una oportunidad. Nunca se había llevado bien con Peter, a pesar de
que tenían la misma edad. Siempre parecía muy frio, tan remoto,
especialmente cuando se comparaba con Mark. Sin embargo, antes
no era así. Fue después del incendio que casi los reclamó cuando
realmente cambió. Con la muerte de sus padres, Mark y Peter se
habían vuelto muy ricos. Peter viajaba, tenía autos caros, joyas y
mujeres que nunca lo hubieran mirado antes. Mark reaccionó todo
lo contrario, invirtiendo no solo en su futuro sino también en el de
sus hijas. Inmediatamente estableció fondos fiduciarios en el
nacimiento de cada niña, asegurando que siempre los cuidaran. Fue
solo durante el último año de la enfermedad de Mark que Peter
comenzó a presentarse. Al principio, ella pensó que era para ayudar
a mantener a su hermano, su único pariente vivo. No tardó mucho
en descubrir la verdad. Peter quería que Mark lo convirtiera en el
guardián de las niñas, dándole el control sobre sus finanzas, capaz
de manejarlo, lo cual era una tontería. La verdad era que él estaba
en bancarrota, habiendo dilapidado su herencia en menos de cuatro
años.
Lisa nunca le había contado a Mark cómo Peter había intentado
intimidarla para que firmara los papeles, cómo había amenazado a
las niñas y ella había tenido que luchar contra él. Para entonces, a
Mark le habían medicado tanto que había tomado todas sus fuerzas
solo para sentarse. No iba a aumentar su dolor, pero había
documentado todo, incluso registrando a Peter Tirades. Después
en el funeral, ella había recibido una orden de restricción. Peter
había estado furioso, pero él había dejado la ciudad, o eso creía
ella, hasta que Grim la había traído a su hogar. Ahora Peter está
fuera de sus vidas para siempre. ¿Será Grim algo mejor? Se entregó
voluntariamente a Grim y lo haría de nuevo si mantiene a sus niñas
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a salvo, ¿pero podría ella confiar en él? Él no los había lastimado...
no físicamente, pero eso podría cambiar. ¿Podría ella confiarle a él
con sus hijas? Al darse cuenta de que solo el tiempo lo diría, agarra
un cojín y se derrumba en el suelo, una mano sobre cada una de
sus chicas, al instante quedo dormida.
Grim no se ha movido desde que se fue Lisa. Está confundido. Ella
lo confunde. No se comporta como las hembras de Tornian. Ella
no responde como una. Wray había dicho que eran diferentes pero
que no habían ido al detalle y Grim no había querido saberlo, ya
que a él nunca se le permitiría tener una, ahora deseaba haberlos
pedido. Pensando en volver, se da cuenta de que Lisa se había
sorprendido tanto de sus respuestas como de las suyas. ¿Es
realmente tan diferente de su protector anterior, su Mark? ¿Cómo
había sido él, este hombre cuya cama había compartido de buena
gana, que descansaba con ella? ¿Qué hijos le había presentado?
¿Cómo había podido inculcarle tanta lealtad? Para hacer que se
quedara con él incluso cuando él no había podido protegerla.
¿Cómo se las había arreglado Mark para eso? Miro hacia la puerta
cerrada. En su deseo egoísta de tenerla, había olvidado todo lo que
había pasado ese día.
La fuerza que ella había mostrado al pararse frente a Luuken y
Veron, y pararse ante él. Se había entregado a él a cambio de
recuperar a su descendencia, sin explicar qué eran mujeres, y había
cumplido su palabra. Le permitió unirse a ella, derramar su semilla
dentro de su cuerpo y lo que había hecho... se había quejado.
Pasándose las manos sobre su cara asustada, toma una respiración
profunda. Se había quejado. ¿Cómo pudo haberlo hecho? Ella no
es Tornian, nunca pretendió serlo. Obviamente, las mujeres de la
Tierra responden de manera diferente a las uniones y, aunque le
sorprendió, se da cuenta de que también fue la liberación más
sorprendente de su vida. ¿Está dispuesto a perder eso? ¿Solo
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porque no era como él esperaba? Diferente no quiere decir mal y
Lisa es muy diferente de las hembras de Tornian y él se da cuenta
de que le gusta, sus diferencias, él necesita explicárselo.
Caminando hacia el área común, se sorprendió al encontrarla en
el piso, una mano tranquilizadora colocada en cada niña mientras
ella descansa. Su devoción por ellas lo sorprende. Suavemente él
le toca el brazo y frunce el ceño. Está fría. Cuidadosamente la toma
en sus brazos, llevándola de vuelta a su cama. Cubriéndola con una
manta que encuentra, regresa rápidamente a las chicas, comprueba
sus mantas y aumentan la temperatura de la habitación. Volviendo
a Lisa, él se desnuda y se desliza junto a ella. Nunca había
descansado con una mujer antes. Nunca había oído hablar de eso.
¿Cómo se puede acercar a una? Él sabe lo que quiere hacer... quiere
abrazarla, abrazarla y darle su calor y su protección. ¿Lo permitirá
ella? Decidiendo que solo hay una manera de descubrirlo él desliza
con cuidado un brazo debajo de sus hombros, inclinándose hacia
él, cuando ella murmura se congela. Con una sensación de calor,
Lisa rueda instintivamente hacia el. Está tan cansada. Ella solo
quiere dormir, su manta eléctrica, se acurruca. Grim permanece
perfectamente quieto mientras Lisa envuelve su cuerpo alrededor
de él antes de asentarse. Cuidadosamente la acomoda en sus
brazos. Cuando ella no protesta, él se relaja y la siente. El cuerpo
más pequeño se moldea para él, encajando tan perfectamente, es
como si fueran dos piezas de un todo. Un sentido de rectitud se
posa sobre él, quien hubiera pensado que con una hembra podría
hacer eso. Al cerrar sus ojos, descansa.
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Qué maravilloso sueño, ella está teniendo. La playa es cálida, el
sol le calienta la piel. El hombre de sus sueños está entre sus
piernas, besando su camino hacia su muslo interno, más cerca. La
primera lamida de su clítoris la hace estremecerse. Echando la
cabeza hacia atrás, se arquea, exigiendo más, y su amante de los
sueños se la da.
—Sí… —Sus caderas giran instintivamente, buscando más placer,
su entrada es penetrada lentamente, no se detiene hasta que está
totalmente incrustada. Cuando está unida, no puede evitar gemir.
Ella puede sentir que la presión aumenta, ¡oh Dios, esto va a ser
tan bueno! Un gruñido áspero hace que sus ojos se abran para
encontrar a Grim entre sus piernas.
—Grim... —Su cabeza cae hacia atrás mientras él responde a su
capullo, sus dedos bombean más rápido. No puede detener su
llanto mientras su orgasmo explota a través de ella. Grim con
avidez le da vueltas a sus jugos. Cuando se había despertado
envuelta alrededor de él, había tenido que tenerla. Se había
entregado a ella, era suya, y tenía la intención de mantenerla. Ayer
la complació dos veces. Él también continuaría, no le daría a su
novia la oportunidad de abandonarlo. Levantándose de sus
profundidades dulces, sus ojos grises llenos de humo se fundieron
con los suyos mientras él la recorría, envolviéndola en su calor.
Sintiéndose a su entrada, Lisa abrió más las piernas, sabiendo ella
nunca se lo negaría. Cuando vacilo en ella, no pudo evitar que su
cuerpo se arqueara, Dios se siente tan bien. Cuando se hunde aún
más, siente que su cuerpo responde. Recordando súbitamente su
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orden de la noche anterior, se cierra. Aquí, tratando de distraerse,
diciéndose que esto es para él, para su placer no para ella, que no
lo hace. Lo que ella responde, solo su cuerpo. Grim gime cuando
se hunde completamente en sus sedosas profundidades sintiendo la
respuesta de su cuerpo. ¡Elogió a la Diosa! Nunca había sabido que
unirse podría ser tan hermoso. Que una mujer pueda traer tanta
alegría a un guerrero, algo así, placer. Verla responder cuando él le
da placer le hace sentir como el macho más poderoso que jamás
haya respirado. Cuando de repente se queda inmóvil, frunce el
ceño, puede sentir que ella se retira de él, no físicamente, pero ya
no responde.
—Lisa... —Él gruñe, deseando que ella lo mire.
—Lo estoy intentando —susurra ella, con los ojos fuertemente
cerrados. —No me moveré. Toma lo que quieras. —Aun así, no
puede evitar que su voz se rompa o que una lágrima se escape de
un ojo.
—Mírame, mi Lisa. —Ordena con brusquedad al escuchar su
dolor. Sabiendo que le ha roto el corazón. Las grandes manos le
enmarcan la cara suavemente, su pulgar le quita la lágrima. —
Mírame pequeña... por favor. —Suplica. Los ojos de color ámbar
ligeramente húmedos se encuentran con un remolino gris. —
Quiero darte placer, mi pequeña. Compartir un orgasmo contigo,
por favor, déjame. —Los ojos de Lisa buscan los suyos, tratando
de encontrar la verdad. Sabe que no sobrevivirá rechazándolo de
nuevo. —Por favor, pequeña, confía en mí, enséñame lo que
realmente significa unirse a una mujer. —Se abre con ella, como
él no lo había hecho con nadie más, dejándola ver su deseo oculto
de pertenecer verdaderamente a alguien. De que alguien le
pertenezca. No es normal, no para un Tornian. Un guerrero se cría
sabiendo que ninguna mujer realmente se preocupara por él,
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siempre buscará a otro, incluso a su propia madre. Mirando
profundamente en los ojos de Grim, Lisa encuentra su verdad.
Puede que no haya tenido un Guía, pero debe entender que los
Tornians han perdido lo que realmente significa que un hombre y
una mujer estén juntos. Para unirse. Que es más que el acto físico,
se trata de conectar con esa persona que te completa, que te ama,
que estará a tu lado, con errores, fallas y todo. Mira a Lisa de cerca,
ve sus dudas, sus miedos, puestos allí por él, por sus acciones. Hay
un momento en la vida de cada guerrero cuando sabe que su
próxima acción cambiará para siempre su futuro. Sucedió quince
años antes, le está sucediendo ahora. Tiene que tomar la decisión
correcta en este momento.
—Por favor, Lisa... —Encuentra que no está más allá de rogarle.
Lentamente ella comienza a mover las caderas, inclinándose para
tomarlo incluso más adentro; su gemido la animo a agarrar sus
hombros de forma tentativa.
—Sí, pequeña, guíame. —Se habría reído si él no hubiera
empujado profundamente, haciendola gemir. Ella, quien solo había
tenido un amante, ¿Se supone que debe guiarlo a él? Sus rodillas
agarran sus caderas cuando sus piernas se envuelven alrededor de
su flexionando su trasero, levantándose para encontrarse con sus
empujes más fuertes.
—Sí Grim más fuerte... por favor... —Su aliento tiene a Grim
soltando su pasión, una pasión que se da cuenta es solo para ella.
Siente que su canal intenta absorberlo de nuevo, su grito por la
pérdida hace que vuelva a aparecer.
—¡Oh, Dios!—Ella no puede detenerse a sí misma a su alrededor,
sus caderas empujando, girando haciendo todo lo que puede para
mantenerlo allí. Su útero se convulsiona mientras él bombea en
ella repetidamente hasta que explota. Grim siente que aprieta a su
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alrededor, exprimiéndolo y con cada empuje pierde un poco más
de sí mismo, nada se ha sentido tan bien, ella es parte de él, él es
parte de ella. Cuando su placer golpea, él pierde lo último de su
control y con un último empujón, se entierra tan profundamente
dentro de ella que no sabe si alguna vez encontrará la salida.
Manteniéndola encerrada, Grim rueda de espaldas, negándose a
perder su conexión. ¿Cómo no había sabido que algo como esto
podría existir? No ha escuchado historias de otros hombres. ¿Es él
el único que lo encuentra? ¿O es solo su Lisa? Lisa no está segura
de cómo sucedió esto. Se había ido a dormir con las chicas y se
había despertado con Grim para complacerla. Ayer había sido el
día más confuso de su vida y justo cuando pensaba que ella había
encontrado un gran consuelo en sus brazos lo había arrancado. ¿Lo
haría de nuevo? —¿Lisa? —Él siente su creciente tensión.
—¿A qué hora llegará el Guía? Ella necesita concentrarse en lo que
realmente importa. Sus chicas.
—Pronto.
—Tengo que ducharme... limpiar... antes de que las niñas se
despierten.
Separando sus cuerpos, ella se aleja de la cama solo para que su
mano la detenga.
—¿Cómo te he lastimado? —Él pregunta, con los ojos llenos de
pesar.
—No me lastimaste, Grim. —Le tranquiliza, pero no puede mirarlo
a los ojos.
— Lo he hecho... y no quiero... Lisa... —Él pone un dedo suave
pero implacable debajo de la barbilla, volteándola hasta que sus
ojos se encuentren.
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—Sé que no habría sido tu primera opción.
—Grim... —Instintivamente, ella quiere consolarlo y se acerca
para tocarlo en una mejilla, pero él se sacude y ella lo deja caer. —
Tengo que prepararme. Deslizándose fuera de su alcance, ella toma
su bolso, dejándolo solo. Grim cae cuando la puerta se cierra. ¡Lo
ha hecho otra vez! Él la ha lastimado. Él la complació, sabe que lo
hizo, dos veces y otra vez se sintió increíble, aún así ella se retiró
de él. ¿Por qué? Levantándose, va a seguirla, y luego recuerda a
las jóvenes. El agarra sus pantalones del suelo, tirando de ellos,
va tras Lisa por algunas respuestas.
Dejando que el calor del agua fluya sobre ella, la mente de Lisa
divaga. ¿Qué va a hacer? ¿Cómo va a asegurarse de que sus niñas
sobrevivan en este mundo extraño? Cuando no sabe si ella lo hará.
Nada tiene sentido, cada vez que piensa que ella y Grim se están
acercando, algo le sucede y la sorprende. Tal vez sí necesita a esta
persona la Guía. Con la mano en alto para detener la ducha, sale y
se congela. Grim la mira en silencio, sosteniendo una toalla. Se
mueve hacia atrás para tomarla.
—Gracias. —Se cubre rápidamente.
—Dime lo que he hecho mal. Observa mientras oculta su cuerpo
exuberante de él antes de buscar otra toalla para quitarle la
humedad de su hermoso y largo cabello.
—El Guía viene Grim, una vez que complete el programa, estoy
segura de que lo entenderé y dejaré de cometer errores.
—Los errores no son tuyos. —Él se acerca para acariciar su
mejilla.
—¿Mami? —Grim gira para encontrar a la pequeña llamada Miki
detrás de él. Deslizándose a su alrededor, Lisa se pone de rodillas,
ignorando el frío suelo. —Buenos días nena. Lisa la acerca y la
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besa en la parte superior de su cabeza como si no la hubiese visto
en mucho tiempo. La verdadera alegría en su voz se acerca a Grim,
haciéndole desear que su madre hubiera hecho lo mismo.
—¿Dormiste bien?
—Uh uh. —Ella murmura adormilada contra su hombro, sus ojos
nunca se alejan de Grim. —Tengo hambre.
—¿Qué necesita? —Grim pregunta, encontrándose frustrado por
su incapacidad para comunicarse con su descendencia.
—Ella tiene hambre.
—Hare que traigan comida.
—Gracias, Grim
—Gracias, Grim. —Miki imita a su madre y en lugar de irse Grim
se encuentra que está arrodillado junto a Lisa, así está más cerca
del nivel de Miki. —De nada, mi Miki.
—¿Qué dijo él, mami? —Ella la mira expectante.
—Dijo de nada. —Ella está sorprendida por la posesividad hacia
Miki.
—¿Ve a despertar a tu hermana mientras me visto?
—De acuerdo, mami. — Felizmente, Miki se aleja.
Luuken se congela al ver a tres hembras comiendo en la mesa de
Grim. No le habían informado que los descendientes eran hembras.
¡Él sabía que nunca la habría rechazado! Tener tres hembras...
¡debería ser incluso más poderoso que su manno! Su manno.
Luuken se encoge... él se va a enojar porque Luuken se ha perdido
esta oportunidad. Están muy cerca de que Grim sea destituido de
Luda. Han reunido el apoyo de otros poderosos Lords,
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prometiendo que recibirían la primera elección de las hembras
traídas de la Tierra. Ya es bastante malo que Grim se haya unido
con una, pero eso puede arreglarse. Solo es necesario argumentar
que Grim es impropio y que la mujer se unirá a otro, dejando a
Grim sin una descendencia que no beneficiará su posición. Luuken
disfrutó ese pensamiento, pero ahora la descendencia con la que se
quedará es una mujer que hace que Grim sea demasiado poderoso
para derrocarlo... todavía tiene una oportunidad de solucionar esto.
Su mirada intensa hace que las jóvenes hembras se acerquen más
a su madre, sintiendo una amenaza.
—Niñas —dice Lisa, bloqueando la vista de Luuken de sus hijas.
A ella no le gusta la forma en que él las mira. —Tomen sus maletas
y vayan a la otra habitación, vístanse y quédense allí hasta que yo
venga por ustedes.
—Sí, mami. —Las niñas rápidamente escapan.
—Señor, me informaron que necesitabas un guía. —Luuken se
aleja, mientras sus ojos continúan mirando hacia la puerta a través
de la cual han desaparecido las niñas. Grim mira de cerca a Luuken
y ve su interés en sus hembras. Luuken es el primer hijo masculino
de Bertos Guttuso, un poderoso y el ambicioso Lord que controla
la Región de Etruria en Tornian. También tiene una hembra que se
ha mantenido con él durante casi cinco años, y le dio un segundo
macho. Grim sabe que los Bolos quieren ser rey de Luda. Que está
planeando que lo retiren. Querrá a las mujeres de Grim. ¡No las
conseguirá!
—¿Dónde estabas cuando Lisa se despertó, Luuken? —El tono
severo de Grim atrae la mirada de Luuken hacia la puerta.
—La trajiste al educador, era tu responsabilidad guiarla. Podría
haber sido herida.
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—Ella no debería haber retirado el educador. —Luuken afirma sin
rodeos, negándose a responsabilizarse por las acciones de una
mujer. Él es el Minor Luuken Guttuso, primer hombre de Lord
Bertos.
—¡Era tu tarea y honor encargarte de ello! Solo lo preguntaré una
vez más Minor Luuken. ¡¿Dónde estabas?!
La voz de Grim se vuelve aún más áspera a medida que su ira crece.
—Estaba descansando en mi habitación. —Luuken saca sus ojos
ardiendo ante el tono de Grim.
—Es tu deber que te quedes hasta que se complete el programa.
—No necesito que me digan mis deberes, señor. —Luuken se burla
de él. —No debería haberse despertado. Si se hubiera quedado
dormida, habría estado allí.
—¿Estás culpando a mi mujer? —Grim se levanta lentamente y
Luuken se da cuenta de lo lejos que está sobrepasado. A las mujeres
nunca se les culpa por nada.
—No, sire, nunca.
—Completará el programa, ella no puede acceder a la información
que el educador ha implantado. —Ordena severo.
—Sí, señor. —Luuken voltea los ojos fríos a Lisa.
—Acuéstate. —Él ordena.
Lisa ha estado siguiendo el intercambio y no puedo creer la
arrogancia de este personaje de Luuken. No hay manera de que la
toque a ella o a sus niñas.
—Grim, —le da la espalda a Luuken, sin darse cuenta del insulto
que acaba de hacer. Darle la espalda a un guerrero significa que no
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le temes. Que no es una amenaza. En algunos casos, es un signo de
confianza, no aquí. —Sé que esto es necesario, pero no por él.
Tiene que haber alguien más que esté calificado, alguien que no
haya demostrado su total desprecio por mi seguridad. —Grim mira
a esta pequeña mujer que la diosa le había confiado,
comprendiendo al instante.
—Te preocupa que te haga daño. —Su voz se suaviza
instantáneamente cuando habla con ella.
—Él no toma sus deberes en serio, no le confío a mis niñas a
alguien que no lo hace.
—¡La obtuve! ¡La traje aquí! Ella no tiene derecho a desafiar mi
derecho a guiarla —declara Luuken enojado.
—¡Silencio Luuken! Mi Lisa hace un punto válido. Le has fallado
al no estar allí para guiarla, y una vez más, al no admitir tu error
de que no tenía descendencia. ¿Por qué debería confiar en ti ahora?
¿Por qué debería confiar en ti? —Luuken adquiere un tono
enfermizo de naranja, lo que Lisa asume es cómo un Tornian
amarillo se pone rojo. —Envía a Callen para completar el
programa. —Ordena severo
—¡No puede hacer esto! Soy el primer hombre de... —Luuken
comienza, solo para ser cortado.
—¡Soy el rey Grim! ¿Me desafías, Luuken?— Su voz es letal. Si
es así, registremos tu muerte. —Lisa observa a Luuken encogerse
en sí mismo.
—No, sire. —Él susurra, incluso mientras se encoge, Lisa puede
ver la rabia dentro sus ojos.
—¡Entonces envía a Callen! —Grim reclama y le da la espalda a
Luuken y luego a Lisa.
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—¡Sí, señor! —Luuken sale corriendo de la habitación.
—Bueno, no hice un amigo allí, ¿verdad?— Pregunta mientras ella
se aleja de él.
—Lo siento, Lisa, —ella oye el arrepentimiento en su voz. —
Debería haber considerado que desconfiaras de él.
Ella está asustada. Sus cicatrices se vuelven aún más pronunciadas
cuando se da cuenta de que la ha asustado. —¿Grim? —Ella no
sabe qué puso esa mirada áspera en su rostro, pero ella tiene que
decirle sus otras preocupaciones, tiene que proteger a sus hijas.
—¿Qué pasa mi Lisa? —La posesividad que él le da a su nombre
toca algo muy profundo, que pertenece a alguien otra vez... ha
pasado tanto tiempo. Sacudiéndose de la sensación, se concentra
en lo que necesita hacer.
—Este programa de aprendizaje en el educador, ¿es lo mismo para
todos?
—Sí. —No está seguro de por qué está preguntando pero se da
cuenta de que tiene una razón. —Fue desarrollada para que los no
Tornianos comprendieran, nuestra historia. Se ha desarrollado
durante muchos años. La Emperadora Kim y tu son las primeros
de su especie en usar el programa.
—¿Las mujeres Tornianas también utilizan este programa?
—No. —Él le da una mirada confusa. —¿Por qué lo harían? Se
crían en nuestra sociedad.
—Entonces no quiero que las niñas reciban el programa completo.
—Ella puede ver que lo ha confundido y le explica más. —Sé que
necesitan el programa de idioma y la historia, pero el resto... las
interacciones entre hombres y mujeres... las pueden aprender a
medida que crecen, como lo hacen todos los Tornianos.
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Grim le da una mirada de consideración, al darse cuenta de que
tiene razón, otra vez. Darles a las pequeñas información adulta
podría causarles un gran daño y él nunca lo permitiría. —Entiendo
tus preocupaciones y estoy de acuerdo contigo. —Él ve que la ha
sorprendido.
—No permitiré que ningún daño venga y dañe a nuestras niñas, mi
Lisa. Les prometí aceptarlas y protegerlas y yo lo haré, —él le
sonríe levemente. —Incluso si a veces tienes que decirme cómo
hacer eso.
—Realmente no sabes nada acerca de las niñas, ¿verdad?—Ella le
da una mirada evaluadora.
—No. Nunca he estado cerca de ellas. No conozco a ningún
guerrero que tenga, pero estoy dispuesto a aprender, especialmente
si también te complace. —Él se movió lentamente para pararse
frente a ella. —No quise que te asustaras, mi Lisa. Mi ira estaba
con Luuken, no contigo. No debes temerme nunca, porque yo
entregaría mi vida antes de lastimarte a ti o a las niñas. —Lisa
levanta la vista en un momento confuso antes de que ella entienda
lo que él está diciendo. De alguna manera, saber que está siendo
honesto.
—¿Por qué? ¿Por qué dirías una cosa así? —Ella susurra,
necesitando entender.
—Realmente no entiendes lo que has hecho, ¿verdad? —Su
declaración tiene un aumento de su opinión.
—Aprenderé.
—Yo también tengo mucho que aprender. Mi Lisa. Tú no eres
Tornian. —Él la observa ponerse rígida aún más. —Me sorprende
lo mucho que me agradas. —Sigue observándola de cerca. —Eres
diferente de la mejor manera. —Lentamente se acerca para correr
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un nudillo a lo largo de su mandíbula. —Eres tan frágil, tu piel es
tan suave y aún así me permites que te toque. Incluso pareces
disfrutarlo. Confusión honesta llena de ojos. —Tu descendencia...
te importa, las proteges incluso si eso significa arriesgarte. No es
así cómo son nuestras hembras... pero deberían serlo.
—¿Qué quieres de mí? —Susurra, mirando cómo se oscurecen sus
ojos.
—Lo quiero todo. Todo lo que yo ni siquiera sabía que era posible.
¿Puedes entenderlo mi Lisa? Haré lo que sea necesario para hacerte
feliz, para que nunca quieras dejarme. No sobreviviré perdiendo la
única felicidad verdadera que he tenido en mi vida.
Lisa lo mira en estado de shock. No había esperado tal declaración
de él, al menos no algo como esto.
—Grim... —Él pone un dedo firme pero suave en sus labios.
—Me has dado más placer de lo que cualquier guerrero tiene
derecho a esperar. Eres mía Lisa y no te entregare. Has abierto mi
mundo, me has dado niñas y yo no las entregaría tampoco, no por
lo que representan, sino porque son parte de ti.
Un golpe en la puerta le impide responder.
—Ese es Callen.
Él se aleja, solo para que ella lo detenga. —¿Entonces te
encargarás de ello? ¿El programa? ¿Te asegurarás de que no haya
nada dañino en eso?
—¿Me confiarías a mí la codificación del educador? —No puede
ocultar su sorpresa.
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—No confiaría a nadie más con las niñas. —Lisa observa cómo las
emociones cruzan la cara de Grim antes de que el asienta con la
cabeza.
—Programaré personalmente al educador mi Lisa, no les sucederá
ningún daño. Ve a buscar a nuestras niñas mientras informo a
Callen. —Asintiendo, se vuelve hacia el dormitorio.
—¿Me llamaste, señor? —Callen entra en la habitación.
—Sí, Callen, —espera a que Lisa salga de la habitación, antes de
continuar. —Lisa necesita completar el programa de educación y
guiarse en cómo acceder a el...
—Luuken…
—Es inaceptable. —Grim lo interrumpe. —Para Lisa y para mí. La
guiarás a ella y a nuestras niñas.
—¿Niñas? —Callen le da una mirada confusa.
—Es la palabra de la Tierra para las hembras jóvenes. —Le
informa.
—Me das un gran honor, señor permitiéndome Guiar a tu mujer...
—Ella es mi Reina Callen. —Grim lo corrige.
—Tu Reina… —Callen no puede ocultar su conmoción.
—Sí. —Grim hace una pausa mientras Lisa regresa con las niñas.
—Tengo una petición si crees que es apropiada. —Ella mira a
Grim.
—¿Qué es mi Lisa? —Callen está sorprendido por la dulzura de la
voz de su Rey.
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—Me gustaría que las niñas me vean completar el programa
primero. Les ayudará a comprender lo que está sucediendo y
calmar sus temores. —Grim mira a Callen.
—¿Tienes el educador? —Pregunta él, estudiándolo cuando Grim
se lo entrega.
—Solo quedan diez minutos del programa, ya no estaba enviando
ondas de penetración profunda cuando lo retiraste. —Él le da a
Lisa una sonrisa tranquilizadora. —Las jóvenes no deberán temer
al proceso. —Al escuchar a Callen, Grim, se da cuenta de lo cerca
que había estado de nunca haber conocido a esta increíble mujer.
La habría perdido a ella y a sus niñas.
—Hay otra cosa más, el programa de aprendizaje para las niñas
será sólo lenguaje e historia, personalmente me ocuparé del
programa.
—¿Mi Rey?
—Lisa quiere que aprendan las maneras Tornian de la misma
manera que lo hacen los jóvenes Tornian, estoy de acuerdo con
ella.
—Eso tiene sentido mi Rey. —Callen asiente en comprensión.
—Niñas, este es Callen. Nos trajo nuestras comidas la noche
anterior, ¿recuerdan? —Callen observa a las niñas que lo miran
fijamente, especialmente a la más pequeña. —Esta es Carly. —
Indica a la chica más alta. —Y esta es Miki. —Lisa sonríe ante la
evidente fascinación de Miki con Callen. Discúlpala, Callen, el
color favorito de Miki es el azul, y tú eres muy...
—Azul. —Termina por ella. Sonriendo, se arrodilla y levanta la
mano lentamente girándola. Miki puede ver el azul más claro en el
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otro lado. Ella le sonríe. Después de un momento, Lisa se dirige al
sofá.
—Muy bien, niñas, esto es lo que está pasando. Ya saben lo que
dije que pronto serían capaces de entender a Grim como yo. Bueno,
para eso está aquí Callen. Va a poner estas gafas especiales en tus
ojos, llamados educadores. —Ella les muestra el dispositivo. —Y
yo voy a ir primero.
—Pero mamá, ya entiendes a Grim. —Carly interviene, pareciendo
confundida.
—Sí, nena, pero estaba tan emocionada de ir a por ti y Miki que no
terminé el programa, así que voy a terminarlo ahora, de esa manera
ustedes dos pueden ver exactamente lo que va a hacer.
—¿Te dolerá a mami? —La temblorosa voz de Miki tiene a ambos
hombres tensos.
—No, nena, no dolerá, lo haré. Te muestro. —Ella le da a Callen
una mirada aguda y luego se acuesta. —¿Por qué no se ponen de
pie junto a Grim? —Con una última mirada a ellas, respira
profundamente y deja que Callen ponga al educador en sus ojos.
Grim mira a su hembra, asombrado por su valentía. Tiene todo el
derecho de luchar para volver a tener el educador, pero por sus
hijas lo hace. El suave toque contra su pierna lo tiene mirando
hacia abajo para encontrar a Miki acurrucada. Sus ojos, pegados a
su madre, mientras busca consuelo y seguridad de él, todo saldrá
bien. Cuidadosamente, pone una gran mano en su pequeña espalda.
Cuando envuelve sus pequeños brazos alrededor de su muslo, él
está asombrado, momentos más tarde, Carly hace lo mismo. Mira
hacia abajo a las cabezas de color otoño y se da cuenta de que
confían en él, gracias a Lisa. Confían en él para protegerlas,
consolarlas, no puede pensar en nada que haya hecho para ganarse
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su confianza y aun así se la dieron a él. También Lisa. Él la mira,
sin moverse en el sofá, Callen habla en voz baja y sabe qué hará lo
que sea necesario para no decepcionarlas.
Lisa podría haber jurado que el educador continuaba cuando
Callen lo quita con cuidado. —¿Cómo te sientes? —Preguntó,
observándola de cerca. Sentándose con cuidado, sus ojos buscan a
las chicas inmediatamente. Verlas envueltas alrededor de las
piernas de Grim la hace detenerse.
—¿Mi reina? —No es hasta que Grim frunce el ceño que Lisa se
da cuenta de que Callen está hablando con ella.
—Bien, la última vez me mareé mucho. —Asintiendo, Callen
continúa observándola.
—Eso es porque se retiró muy pronto. ¿Sabes cuál es la función
del Serai?
—Para asegurarse de que ustedes chicos tengan sexo. —Lisa le
lanza a Callen una mirada molesta a la pregunta. Pensar en un Serai
tocando a Grim le enoja. A ella no le importa lo que sean.
—¿Disculpe? —Callen no entiende su respuesta.
—Es una criatura animada hecha de las arenas de Creata. —Lisa
suspira pesadamente. —Simulan a las hembras de Tornian para que
los machos de Tornian puedan tener liberación sexual ya que las
hembras son tan escasas.
—Eso es correcto. —Callen asiente aliviado.
—Hacen un trabajo bastante pésimo en eso también si me
preguntas. —Lisa continúa diciendo.
—¿Qué? —Las mejillas de Callen se vuelven de color púrpura.
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—¿Acabo de avergonzarte, Callen? —Lisa no puede dejar de
divertirse de que este gran guerrero se avergüence de hablar sobre
sexo.
—Yo... —Él mira a Grim en busca de ayuda solo para encontrarlo
con una sonrisa.
—Confía en mí, Callen, pueden estar bien si te encuentras con una
mujer Tornian, pero si estás interesado en una persona de la Tierra,
te enseñaré que es bastante inútil.
De pie, ella le da un último consejo. —Y para ser honesta, tus
hembras realmente están jodidas. —Ella se acerca a Grim. —Así
que, niñas, están listas para poder decirles a estos hombres ¿Qué
hacer?
—¡Sí! —Ambas niñas responden con entusiasmo. Grim levanta
una ceja y ella solo se encoge de hombros, dándole una sonrisa
inocente.
—¿Quieres hacer las dos niñas al mismo tiempo? Callen la mira
interrogativamente.
—Sí, estaré más relajada de esa manera. —Lisa le informa.
—No traje un segundo educador. —Él mira a Grim.
—Recupera uno y regresa. Quiero esto hecho. —Ordena severo. Él
quiere poder hablar con sus niñas, escucharlas. —Todavía necesito
adaptar el programa. —Advierte Callen.
—Estará adaptado cuando regreses.
—Sí, señor.
Las chicas yacían confiadas en el sofá mirando a su madre y a
Callen.
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—¿Quién va primero? —Lisa pregunta.
—Soy la mayor, siempre voy primero. —Carly habla y Lisa sonríe,
su pequeña guerrera, ella siempre va primero, protegiendo a su
hermana. Asintiendo, ella le da su permiso a Callen. Después de
unos minutos, él pone a Miki. Treinta minutos más tarde, Carly se
queda mirando confundida. —¿Estás bien, nena?— Lisa se deja
caer ante sus preocupaciones.
—¿Sabes que el hermano de Grim es el Emperador? —Ella susurra
haciéndoles saber que el programa funcionó.
—Sí nena, lo sabía. —Carly le dio a Grim una mirada confundida.
—¿Qué hace un Emperador? Grim lanza su cabeza hacia atrás y se
ríe, una carcajada completa que tiene a Lisa sonriendo mientras
Callen se queda atónito. ¡El rey no se ríe!
—Me lo he preguntado muchas veces, Carly. Cuando le preguntes,
quiero estar allí. —¡Puedo entenderte! —Ella aplaude con
entusiasmo.
—Sí, puedes. —Carly mira a Callen. —Despierta a Miki, ahora.
—Ella ordena. —Quiero asegurarme de que ella también pueda
hablar con Grim.
—Solo un poco más, pequeña —Él promete.
Sabiendo que Carly va a discutir, Lisa la toma de la mano y se la
lleva.
—Vamos Carly, démosle un poco de espacio a Callen. Miki estará
despierta pronto.
—¿Lo prometes mami? —Mira por encima del hombro a su
hermana.
—Lo prometo.
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— Mami.... —Minutos después, la vocecita de Miki la llama.
—Aquí estoy, nena. —Callen se aparta, dejando que Lisa tome su
lugar.
—Mami, sabías que Grim es un Rey. —Lisa tiene que sonreír. Sus
chicas están tan fascinadas con Grim como ella.
—Sí, nena, lo sabía. —Miki mira a Grim insegura y luego susurra
en su oído. Amagando una risa, Lisa mira hacia abajo.
—¿Por qué no le preguntas a él?
—¿Qué quieres saber, pequeña? —Grim pregunta mientras
disfruta del brillo en los ojos de Lisa.
—¿Tu fuiste rana? —Lisa se ríe de la expresión perdida de Grim.
—La rana se convirtió en un Príncipe Miki, no en un Rey. —Carly
informa a su hermana con ese tono superior que solo las hermanas
mayores pueden lograr.
—¿Cuál es la diferencia? —Miki responde y es el turno de Carly
es parecer confusa.
—Un príncipe es el hijo del Rey. —Lisa les dice que terminen la
discusión antes de que comience.
—Oh.... —Las niñas responden al unísono. Callen y Grim, aunque
confundidos, están fascinados por la conversación de las hembras.
Nunca antes habían estado expuestos a una familia de hembras y
eso es lo que son una familia.
—¿Qué se le dice a Callen, niñas? —Lisa pregunta y dándose la
vuelta, forman un coro.
—Gracias, Callen.
Él mira a Grim. —Realmente has sido bendecido mi Rey.
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—Creo que todos lo hemos sido Callen. —Cruzando los brazos,
Grim se encuentra sonriendo.
El resto del día pasa rápidamente con las niñas comparando sus
nuevos conocimientos y Grim pacientemente respondiendo sus
interminables preguntas. Está asombrado de cómo funcionan sus
mentes. Miran las cosas de manera tan diferente a como lo hacen
los Tornians, ¿o es solo que sus hembras? Encuentra que no quiere
irse cuando es hora de que ajuste su rumbo. Prometiendo regresar
poco después se va, asegurando la puerta.
—Muy bien, chicas. —Lisa ordena un rato más tarde.
—¡Pero mami!
—No Carly hasta que pruebes un bocboc, no puedes decir que es
mejor un pb&j, y Miki no puedes decir un pb&j es mejor que un
bocboc. Ahora es el momento de una ducha, las dos, adentro.
—Sí, mami. —De inmediato están de acuerdo, pero ella sabe que
continuarán su discusión en la ducha. La vida de una madre soltera.
Recortando su cabeza en el respaldo del sofá, ella frunce el ceño,
¿eso es lo que es ahora? ¿Una madre soltera? Ella tiene Grim. Él
acordó en aceptar y proteger a sus niñas. Ahora sabe que eso lo
convierte en su padre, o manno, pero qué significa para él. Las
mujeres son el poder de los Tornianos. ¿Sólo le importará el poder
que le da tenerlas, como Peter? ¿O realmente las amara como
suyas? Deseando solo lo que es mejor para ellas. Sacudiendo la
cabeza, sabe que solo el tiempo lo dirá.
Al darse cuenta de que ha estado en silencio durante demasiado
tiempo, se dirige a la sala de limpieza para ver qué problemas han
encontrado las chicas. Un golpe en la puerta exterior la detiene,
ella considera qué hacer. Está en una nave extraterrestre con sus
hijas y Grim no está aquí. Le aseguró que sus aposentos estaban
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seguros, que estaban a salvo. Aun así no tomará ningún riesgo, no
con sus hijas. Ya hizo enojar a un Torniano hoy. La decisión fue
tomada, ella ignora los golpes. Cuando la puerta se abre
repentinamente, se da vuelta sorprendida cuando tres grandes
machos llenan el salón.
—¡Fuera! —Ordena, haciendo todo lo posible por intimidar.
—Estamos aquí para llevarte a ti y a tus hembras a un protector
más apropiado. —El macho verde le informa.
—¿Perdón? —Lisa exclama incrédula. —¡He elegido a mi
protector! ¡Ahora salga!
—No había sido guiada adecuadamente en el momento de su
elección. No puede ser retenida. Se ha elegido un macho en forma
para usted y su descendencia. —El macho verde la agarra del
brazo.
—No me toque —Ella se suelta —No pelees conmigo pequeña
hembra. No querrás que te haga daño.
—¡Mami! —Los tres machos se congelan al ver a las niñas.
—¡Vuelvan a la sala de limpieza, niñas! —Lisa ordena bloqueando
la vista de los machos. —Te lo diré por última vez, y luego me
enojare. ¡Fuera! —Cuando el líder la agarra de nuevo, ella grita
—¡Grim! —Conduciendo su rodilla hacia arriba en la ingle del
bastardo verde, él cae inmediatamente, soltándola. El rugido que
responde a su grito hace que el color restante de los machos se
desvanezca. Grim entra en la habitación seguido por Callen y
Veron. La ira en su rostro hace que incluso Lisa retroceda un paso.
—¡Te atreves a atacar a mis hembras! —Grim agarra al más
cercano y lo lanza de cabeza contra la pared del fondo, donde se
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estampa el piso. Antes de que pueda hacer lo mismo con el resto
del macho, se arrodilla y baja la cabeza.
—Señor, seguimos las órdenes del Minor Luuken.
—¡Crees que Luuken puede ordenarte que te lleves a mi Reina!
¡Mi descendencia! —Grim inclina su voz, si fuera posible, el
macho se habría puesto blanco. —Señor... —El macho comienza a
temblar.
—¡Vete mientras aún respiras!— Se gira hacia el macho, tirado
donde Lisa lo ha golpeado, él se acerca a ella.
—¿Estás lastimada? —Sus ojos de acero se abalanzan sobre ella,
enfocándose en las barras rojas que estrechan su brazo.
—No. —Susurra, observándolo con cautela.
—Mami.... —Voces asustadas hacer girar rápidamente a Lisa.
—¡Te dije que regresaras adentro! Grim manejará esto. —Con una
última mirada por encima de su hombro, las empuja hacia la sala
de limpieza. Grim se agacha, mirando al macho que ahueca sus
pelotas. —Tocaste a mi reina. —Su voz se volvió como la muerte.
—Ella nunca fue guiada apropiadamente. —Él jadea. —Ella tiene
el derecho de elegir a un hombre adecuado, uno que pueda
protegerla a ella y a sus crías.
—Ella las protege a ellas y a ella misma bien ¿No lo crees Korin?
Quizás mi reina debería entrenarte. —Su orgullo en Lisa se
escucha fácilmente. —¿Por qué la llevabas a Luuken? —Cuando
él no responde lo suficientemente rápido, Korin encuentra el poco
de aliento que había recuperado, cortado por la mano de Grim
alrededor de su garganta. Luchando, descubre quién es realmente
el guerrero superior. Grim lo libera momentos antes de que se
desmaye.
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—¡Por qué! —Él ruge.
—¡Para que ella y sus crías puedan ser educadas apropiadamente!
—Él se atraganta.
—Educadas adecuadamente… — Grim palidece ante el
pensamiento de cómo Luuken lograría esto.
—Sí, Luuken cree que corrompiste la programación, influyendo en
la elección de la mujer, para que no perdieras tu posición como
Rey. —
—Veron —Grim se pone de pie. —Korin será acusado de agredir
a mi Reina.
—¿Señor? —Veron está tan conmocionado como Korin.
—Él entró en un lugar seguro, con la intención de robar a mi Reina
y mi descendencia. Puso las manos sobre ella, dañándola, será
acusado.
—Dice que estaba siguiendo las órdenes de Minor Luuken, señor.
El heredero de su señor. —Veron le recuerda
—Si Luuken concede eso, entonces consideraré cargos menores.
—La mirada de conocimiento en los ojos de Korin de que Luuken
nunca lo admitirá. Es una sentencia de muerte para un hombre
hacerle daño a una mujer.
—¡Que lo acusen capitán!
—Si, Rey Grim. —Veron hace una reverencia, antes de levantar a
Korin del piso, obligándolo a salir de la habitación.
—Callen.
—Sí, mi Rey.
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—Quiero un informe detallado, desde el momento en que Lisa
abordo hasta que la tomé para recuperar a su descendencia. Incluye
todos los elementos visuales y material de apoyo. Incluye una
copia de la grabación no editada del centro de comando.
—Se hará, señor. —Los ojos de Callen son serios cuando se
encuentran con Grim. —Este es un ataque directo contra ti mi Rey
—Sí. Necesito saber qué más está planeando Luuken.
—Sí, mi Rey. —Callen duda.
—¿Qué? —Grim exige
—¿Realmente crees que Luuken la habría lastimado? ¿Si él
hubiera completado el programa?
—Sí, lo creo. —Su mandíbula se contrae con el pensamiento.
—Te conseguiré lo que necesitas para proteger a tus hembras, mi
Rey. —Con una rápida reverencia, se va.
—Mami, ¿qué está pasando ahí fuera? —El miedo en los ojos de
Miki rompe el corazón de Lisa. Ella siempre se mostró honesta con
sus niñas, era necesario con la enfermedad de Mark. Aún así, solo
son niñas. Literalmente, han entrado en un mundo extraño y si ella
las quiere a salvo, hay cosas que necesitan saber.
—Hay algunos hombres, que no quieren que nos quedemos con
Grim. Ellos creen que nos hará daño.
—¡Pero él no haría eso mami! —La fuerza de la convicción de
Miki sorprende a Lisa.
—No nena, él no lo haría. —Ella está de acuerdo.
—Entonces, ¿por qué? —Carly exige.
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—Por la forma en que se ve nena. Hay Tornianos que creen que
debido a sus cicatrices no se le debe permitir tener una familia,
porque no puede protegernos.
—Pero eso es una tontería, mami. Detuvo al tío Peter. Detuvo a
esos hombres. —Carly le da una mirada confusa.
—Sí, nena, no dije que tuvieran razón, solo que piensan que sí la
tienen.
—¿Nos pueden alejar de Grim mami? —Dos pares ojos llenos de
miedo la miran.
—No nenas, Grim nos protegerá. Arrodillándose, las abraza y reza
porque no esté mintiendo. —Ahora se suponía que las dos se
estarían preparando para ir a la cama, así que, a la ducha, iré a ver
cuánto falta hasta la cena.
—Sí, mami.
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Grim se sienta en su escritorio, mirando sus puños apretados con
rabia. Luuken trató de tomar a sus hembras. ¿Se da cuenta de lo
que ha hecho? ¿Su padre? ¿Está Bertos detrás de esto? Necesita
llevar a sus hembras a Luda, llevarlas a donde estarán protegidas,
por los leales a él.
—Grim. —Levanta la vista, sorprendido de no haber escuchado a
Lisa entrar en la habitación.
—¿Cómo están las niñas? — se acerca a ella, tratando de juzgar lo
que está pensando. —¿Cómo estás tú?
—Estamos bien, las niñas no vieron mucho. —Ella lo mira. —
¿Qué está pasando Grim? ¿Cómo abrieron la puerta? Dijiste que
estaba asegurada.
—Hay una anulación de emergencia. Nunca lo consideré... ha sido
desactivada. También habrá guardias puestos afuera de la puerta
en todo momento. No se permitirá a nadie en nuestro sector sin
permiso nuevamente, lo prometo, mi Lisa. —Él se acerca,
deteniéndose justo antes de tocarla.
—¿Quién? —Él ve la comprensión en sus ojos. —Luuken. —Él la
observa respirar profundamente.
—He hecho un enemigo. —Ella susurra.
—Él era un enemigo antes de ti. —Él levanta la cara con cuidado
para que sus ojos se encuentren con los de él. —Nunca más se
acercará a ti y a las niñas de nuevo. Te lo prometo Lisa. —Su
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pulgar acaricia suavemente su mandíbula hasta que finalmente ella
asiente.
—Las niñas se están preparando para ir a la cama. Necesitan comer
primero.
—He enviado a buscar comida. Lisa....
—Esto no fue tu culpa, Grim. —De alguna manera, ella sabía que
él se culparía a sí mismo. Esas ideas de Tornian sobre lo que hace
que un hombre —encaje—.
—Debería haber considerado la anulación. —Grim se regaña a sí
mismo.
—Es una característica de seguridad ¿no es así? —Ella pregunta.
—Sí. —Él asiente con la cabeza. —Entonces el código debería
haber sido seguro. No tenías ninguna razón para pensar que no lo
era. Es el deshonor de Luuken, no el tuyo.
—Eres demasiado indulgente Lisa. Ella niega con la cabeza. —No,
Grim, no lo soy. La verdad es que si bien me asustaron mucho,
nadie resultó herido. Los detuviste antes de que pudieran.
—¡Estas herida! —La ira de Grim regresa con un toque de
venganza, su toque es suave en su brazo lastimado.
—Se ve peor de lo que es y creo que el macho verde le duele más
que a mí.
—¡Te duele! Se lo notificaré a un sanador. —Tomando su brazo,
ella lo detiene para que no se aleje.
—Estoy bien, Grim. Ella lo tranquiliza. —Es una forma de hablar.
No me duele, pero al chico verde si.
—Korin.
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—¿Qué?
—Su nombre es Korin. —Grim informa.
—Lo conoces. —Ella ve la resignación en sus ojos cuando él
asiente con la cabeza.
—Cuando me convertí en el Rey de Luda, el padre de Korin me lo
envió para su entrenamiento de guerrero. Deseaba que fuera
entrenado por un guerrero superior. Después de que me lastimara,
él lo envió a Bertos, al padre de Luuken.
—Lo siento. —Él ve que ella realmente lo hace, pero no entiende
por qué.
—¿Por qué lo lamentas? —Él pregunta.
—Te preocupaste por él y cuando lo necesitabas, él te abandonó.
—No tenía otra opción. Estaba bajo la autoridad de su padre, tenía
que irse. —Grim intenta hacerla entender.
—Ya no lo está. —Lisa no es tan indulgente cuando ve la traición
hacia Grim por parte de Korin.
—Tiene un hermano menor que aún está bajo la autoridad de
Bertos. Bertos es conocido por mantener a sus guerreros usando a
sus hermanos.
—¿Lo está chantajeando?
—No entiendo este término, pero algunos obstaculizarán el
entrenamiento de un joven guerrero si un hermano se va de la casa
de su entrenador.
—¿Tú haces eso? —Ella no puede evitar el impacto de su voz.
—¡Nunca! Una vez que un guerrero completa su entrenamiento y
su obligación, se ha ganado el derecho de ir a donde quiera.
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—¿Obligación?
—A cambio de ser entrenado, un guerrero se compromete con su
entrenador durante cinco años. Después de eso, puede ofrecer sus
servicios a quien él quiera.
—¿Pueden venir a ti y ofrecerte sus servicios?
—Sí. Luego reciben una compensación por su servicio para que
puedan comenzar a tratar de atraer a una mujer. El rango de un
guerrero dentro de una Casa representa su dignidad para una mujer
—Eres un hombre digno y un guerrero Grim. Con o sin tu rango,
nunca lo dudes. —Grim iba a responder cuando las niñas llaman
desde la sala de limpieza.
—¡Mami, hemos terminado! Dándole una última mirada, ella se
vuelve a cuidar de las niñas.
La comida las está esperando cuando salen limpias y listas para
irse a la cama. Grim vigila de cerca a las niñas, buscando la menor
lesión. Se sorprende cuando, en lugar de sentarse a comer, se le
acercan.
—Inclínate hacia abajo. —Carly ordena. Mirando a Lisa, él hace
lo que le dicen, y se sobresalta cuando los brazos pequeños se
envuelven súbitamente alrededor de su cuello. Desesperadamente
mira a Lisa. —Abrázalas. —Susurra.
Con cuidado, envuelve sus enormes brazos alrededor de sus
diminutos cuerpos, manteniéndolas cerca. Cuando lo hace, siente
unos pequeños labios en cada mejilla.
—Gracias, Grim. —Carly, la autonombrada portavoz, habla por
ellas. —Por protegernos, otra vez.
—Yo…
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—La respuesta correcta es: De nada. —Lisa interviene para
salvarlo.
—De nada, Carly. De nada, Miki. —Grim dice bruscamente.
—Muy bien, hora de comer y luego de la cama. —Lisa les dice,
reprimiendo las lágrimas.
—Sí, mami. Rápidamente se sientan.
—Ahí vamos, acurrucadas como un bicho en una alfombra. —Lisa
dice que las chicas se ríen. —Mamá, no somos bichos. Miki le dice
a ella.
—Sí, lo eres, tú eres mi bichito para acurrucarse. —Más risitas se
unen a su comentario. Grim las mira desde su escritorio. Dándole
a cada una un último beso, ella se levanta.
—Duerman bien, nenas.
—Mamá... —La vocecita de Miki la detiene.
—¿Qué nena?
—Grim no nos ha dado beso de buenas noches todavía. —Todos
los ojos se vuelven hacia él, solo Lisa ve su confusión y pánico. Al
pasar, ella vacila y luego lo besa ligeramente en su mejilla sin
cicatrices. —Eso es lo que quieren. —Ella susurra, —
retrocediendo, ve su indecisión. —Está bien. Yo me encargo de
eso.
Antes de que ella pueda moverse, él la rodea. Arrodillándose, besa
a Carly en la frente.
—Descansa bien Carly, estás segura y protegida. —Ella lo mira
fijamente por un momento luego asiente y rueda sobre su costado.
Moviéndose al otro extremo del sofá, es aún más cuidadoso con la
más pequeña Miki.
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—Descansa bien, Miki, estás a salvo y protegida.
—Descansa bien, Grim. —Ella le dice con su vocecita llena de
inocencia. Después de un momento, ella también se da vuelta y
está dormida.
Grim no sabe qué hacer con la humedad que repentinamente llena
sus ojos. Los guerreros no requieren seguridad, no lloran.
Rápidamente, él se para y camina de regreso a su escritorio.
—¿Grim? —Al ver el brillo de la humedad, ella se mueve hacia él.
—Ve a descansar, Lisa. —Su tono cortante la detiene. —Estaré allí
pronto.
Sin decir nada, la deja con sus niñas. Sentado en su escritorio,
Grim mira desde el sofá hasta el dormitorio. Hace tres días, ambos
habían estado vacíos. Hace tres días, su vida había estado vacía. Él
estaba vacío. Ahora su mundo está lleno, lleno de hembras, lleno
de risas y lo que llaman besos. También está lleno de peligros.
Bertos… Bertos quiere ser el Rey de Luda y si no fuera por Lisa y
sus hijas, él tendría su oportunidad.
Tanto Grim como Wray saben que Bertos está tratando de
conseguir apoyo para que lo remuevan, Lisa amenaza esto, si
Bertos pudiera conseguir que se uniera a otro... Wray no tendría
más remedio que aceptar remover a Grim.
Es por eso que la obligó a aceptar que se uniera a él y solo a él
antes de conseguir a su descendencia. No sabía que el programa de
aprendizaje no se había completado, no sabía que ella no tenía
Guía, pero si ellos lograban decir que lo había hecho, sería
removido. Mirando el sofá, se dio cuenta de que hay cosas más
importantes que ser Rey.
—Grim. —Volviéndose perdió el aliento. De pie en el umbral de
la puerta había una visión, vestida con algo largo con un brillo que
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se abrazaba en cada curva. —Apaga las luces y ven a la cama. —
Lo urgió volteándose para revelar su espalda desnuda con correas
delgadas que se entrecruzan hacia abajo, sosteniendo la tela que
cubre el hermoso trasero. Poniéndose de pie voluntariamente sigue
sus órdenes.
Lisa no sabe por qué empacó este camisón, nunca lo usó. Lo
compró después de la muerte de Mark, para probarse a sí misma
que todavía era una mujer, no solo una madre, esta noche parecía
estar bien.
Pensó todo el día en lo que había aprendido. Callen la guió en esos
minutos finales del programa y la realidad es que no respondió
ninguna de sus preguntas. Sí, ella podía acceder a la información
general que se le había dado, pero no había una explicación de la
diferencia entre las mujeres de la Tierra y de Tornian, tal vez no se
dieron cuenta de que existían.
Lo que ella había descubierto es que las hembras Tornian eran muy
egoístas. Escogían a un hombre por lo que podía darles. Las cosas
que él podía darles y si él no les daba lo suficiente, seguían
adelante. Son inútiles como madres, abandonando a sus hijos por
otro hombre. Esperan que los hombres les den un orgasmo pero no
les ayudan a lograr el suyo propio. Una vez que conciben, exigen
que el hombre use Serais. No solo no duermen con su macho, ni
siquiera los besan. Los Tornianos, con su miedo a la extinción, han
perdido lo que hace que la vida sea importante. Que se trata de
vivir tu vida, no importa cuán larga o corta sea. Llena con lo que
es importante, aquellos a quienes amas, tu familia y amigos, no
cosas.
Así que ella va a cambiar eso, al menos para Grim, ella llegó a esa
decisión cuando sus niñas lo besaron. La aceptación total de sus
niñas hacia él le dice que ha tomado la decisión correcta. Mark
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querría que ella siguiera adelante, que fuera feliz y que tomara la
decisión, segura que sus niñas fueran felices. Él querría que ella se
enamorara de nuevo y Grim sigue tomando pequeños pedazos de
su corazón con su confusión y su sorpresa ante el más pequeño
gesto de afecto.
—Lisa... —Él la saca de sus pensamientos. —¿Qué estás usando?
Sus ojos corren con avidez sobre ella.
—Es un camisón. Es para descansar. —Ella le informa conteniendo
una sonrisa ante su mirada incrédula.
—¿Esperas que te deje descansar cuando te pones eso?
—¿Vamos a descansar? —Ella se burla y ve que sus ojos brillan.
—Tenemos que hablar primero. —Ella dice rápidamente y sus ojos
se cierran.
—Sé que te fallé. —Él comienza.
—Shhhh... detente... eso no es de lo que estoy hablando. — Sus
dedos suaves tocan sus labios antes de moverse para ahuecar su
cicatriz en la mejilla, él se aleja.
—Esto es de lo que tenemos que hablar. —Ella deja que su mano
descanse sobre su pecho.
—¿Qué? —Él demanda con aspereza.
—Tu no me dejas tocar tus cicatrices.
—No necesitas tocar mis imperfecciones. —Su piel se oscurece
haciendo que las cicatrices se destaquen aún más.
—No son imperfecciones, maldita sea. —Ella le permite no solo
escuchar sino ver su ira. —Son cicatrices, cicatrices que por alguna
razón te hacen pensar que te denigran como hombre.
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—¡Lo hacen! —Él coincide con su ira.
—¿Cómo? ¿Dime cómo? —Ella exige. ¡Porque no hay nada que
haya aprendido hoy que lo explique!
—¡No pude protegerme contra esos daños! Si no pude hacer eso,
¿cómo puede una mujer confiar en mí para protegerla? ¡Ni siquiera
te protegí en mi propia habitación!
—¡Tú sí me protegiste! —Ella golpea su pecho con el puño,
sabiendo que nunca le haría daño.
—¡Fuiste lastimada! —Se da la vuelta y descubre que ya no puede
mírala, sabiendo que le ha fallado.
—¡Porque tres imbéciles se metieron pero pude protegerme, el
tiempo suficiente, para que llegaras! ¿Cuántos te atacaron?
—¡Ocho! —Él grita dando media vuelta.
—¿Y quién te ayudó? —Ella exige.
—Nadie
—¿Nadie? —Susurra, palideciendo de horror. —¿Cuántos
sobrevivieron?
—Ninguno.
—¿Y lo ves como un fracaso? —Él oye la incredulidad en su voz.
—Ocho contra uno y sobreviviste.
—Debí haberme dado cuenta de que un ataque era posible, estaba
distraído.
—Por favor, Grim. —Tomando su mano, ella lo jala para que se
siente a su lado en la cama. —Tengo que entender. Si las niñas y
yo vamos a sobrevivir en tu mundo, necesito entender. ¿Me dirás
qué sucedió? —Le suplica.
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Grim mira hacia abajo a esta valiente mujer. Solo en leyendas
alguna vez ha oído hablar de una como ella. Se enfrentaba a los
guerreros, protegía lo que era de ella, pero seguía siendo suave y...
¿cuál es esa palabra antigua...? amorosa... sí, eso es... amorosa con
los niños. Ella necesita algo de él, no una cosa, sino honestidad.
Ella y sus niñas para sobrevivir en el mundo en el que se han visto
obligadas, un verdadero guerrero, se la daría.
—Hace casi quince años, iba a encontrarme con Risa. —Él
comienza a contarle algo de lo que nunca ha hablado. —Una mujer
interesada en unirse conmigo.
—Eras joven.
—Veinticinco años, acababa de ser declarado Rey de Luda, eso me
hizo deseable para las mujeres. —Lisa quiso discutir que esa no
fue la única razón, al menos no para ella, pero lo dejó pasar. —Me
adelanté de mi Guardia, ansioso por conocerla, ahí fue cuando
atacaron.
—Fuiste emboscado. —Él asiente con rigidez.
—Estaba distraído y no reaccioné tan rápido como debería.
—Eran ocho contra uno, Grim. —Ella le pone una mano suave en
el brazo.
—Eso no importa, estaba gravemente herido y Risa retiró su
interés y se unió a otro.
—Era una idiota. —Lisa dice al instante.
—No. Sacude la cabeza. —Encontró a un hombre más apropiado,
uno que podría protegerla.
—Nadie es más apropiado que tú, Grim —Al ver su incredulidad,
se pone de rodillas para mirarlo a los ojos. —¿Quién evitó que esos
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machos nos hicieran daño a las niñas y a mí? ¿Quién fue el único
con voluntad para traer a mis niñas de la Tierra cuando estaban
desprotegidas? Grim, solo tú, nadie más.
—Cualquier hombre habría ido si hubiera sabido que eran mujeres.
—Se obliga a decirle la verdad.
—No debería haber importado que eran mujeres. Son niños y
estaban desprotegidos. Tú fuiste el único que estaba dispuesto a
hacer algo para protegerlos.
—Te hice acordar unirte conmigo primero. —Le recuerda.
—¿Y? Estoy aquí, Grim. —Moviéndose, se monta a horcajadas
sobre él. Me estoy poniendo justo aquí, es mi decisión.
—Podrías haber elegido entre todos los varones Tornian. —Él
tiene que asegurarse de que ella entienda, incluso cuando sus
manos se deslizan por el material sedoso que cubre sus muslos.
—Y te elegiré cada vez. —Ella ve sus dudas. —Realmente crees
que tus cicatrices me alejarán de ti. —Le duele el corazón por él.
—Antes tenías miedo de mí. —Él le recuerda.
—Lo estaba. —Ella admite. —Nunca te había visto así, pero aun
así sabía que no me harías daño, no les harías daño a las niñas. ¿Me
dejarás demostrártelo? Déjame mostrarte que tus cicatrices no me
importan, no a mí.
¿Cómo? —Él pregunta ásperamente, con un toque de anhelo.
—Así. —Con las manos en los hombros, ella se levanta y le da un
beso a la cicatriz en la base de su garganta, se estremece pero no
se aleja. Es una cicatriz extendamente gruesa que cortó sus cuerdas
vocales, dándole su profunda y ronca voz. Viaja por hacia arriba
por el costado de su garganta, terminando justo debajo de su oreja
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derecha. Que la herida no le había cortado la yugular, ella solo
podria estar agradecida.
—Ocho contra uno Grim. —Ella besa su camino hacia la cicatriz,
tratando de aliviar el dolor del pasado. —Ellos sabían quién era el
guerrero superior, eso es por qué atacaron de la manera en que lo
hicieron. Estabas solo. Fueron cobardes. —Ella le da un mordisco
a su mandíbula haciendo su punto. —Hombres sin honor. —Ella
sigue con las cicatrices en su cara. —Tú demostraste que eras el
guerrero más apto Grim. —Ella besa camino abajo hacia su boca.
—Sobreviviste a algo que habría matado a cualquier otro hombre.
Eso es algo para sentirse orgulloso. —Su lengua se desliza hacia
fuera para acariciar su labio inferior. —Me hace sentir orgullosa
Grim. Me enorgullece saber que fuiste lo suficientemente fuerte
como para sobrevivir.
Cuando sus labios se separan, ella desliza la lengua, jugando con
la de él.
—¿Qué estás haciendo? —Susurra con voz ronca, apartándose lo
suficiente como para preguntar, sus ojos ardiendo, su respiración
entrecortada, mientras sus manos agarran sus caderas.
—Te estoy besando Grim.
—¿Besando? —Él gruñe.
—Déjame mostrarte. —No esperando su respuesta, desliza una
mano detrás de su cabeza, tirando de su boca hacia la de ella.
Cuando él abre, ella sumerge, su lengua, juega con la suya, bromea
y se retira, es hasta que él se convierte en un participante activo.
Cuando ella se iba a retirar, él agarra su cabeza, sosteniéndola en
su lugar.
—Más. —Exige metiendo su lengua en su boca y el estudiante se
convierte rápidamente en maestro.
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El sabe tan bien... Lisa no pensó que nada hubiera sabido tan bien
como Grim. No está segura de cómo sobrevivió sin él, ella lo
quiere todo. Arrancando su boca de la de él, ella jadea para respirar,
mientras ella frenéticamente tira de su camisa.
—Quítatela. —Ella exige, dedos desesperados tratando de ponerse
en contacto con la piel. Cuando él la tira sobre su cabeza, ella lo
empuja sobre su espalda. —Lisa....
—Déjame Grim… déjame amarte. —Inclinándose, ella besa a
través de su enorme pecho, cicatrices, y todo, hasta que encuentra
un pezón oscuro y liso. Lentamente arrastra su lengua sobre él,
lamiéndolo hasta que se endurece.
—Lisa... —Sus manos se deslizan debajo de su vestido, agarrando
exuberantes muslos desnudos, tirando de ella contra su zona
palpitante, pero eso no la detiene en su búsqueda para explorarlo,
aferrándose a su otro pezón que ella chupa.
—¡La Diosa sea alabada! —Él gime, sacudiendo sus caderas. Con
un puñado de su vestido, él lo levanta de su cuerpo. —Quítatelo o
lo arrancaré. Agarrándolo del dobladillo, ella lo observa mientras
ella lo retira lentamente. Antes de que pueda tirarlo a un lado, él
está llenando sus manos con sus pechos.
—Oh... eso está bien Grim... tan bien. —Ella se balancea contra él
deseando más. Alcanzando entre ellos, lo libera de sus pantalones,
llenando sus manos con él.
—Lisa... —Él se inclina para detenerla.
—Permíteme Grim —Ella jala desde la punta a la raíz. —Déjame
mostrarte lo mucho que te deseo.
Cuando él finalmente asiente, ella se levanta sobre él, lo coloca en
su entrada y se relaja.
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—¡Lisa! ¡Detente! —Él gime, cuando ella lo ignora, tomando más.
—Todavía no te he complacido.
—Nos complaceremos mutuamente... juntos... oh Grim, esto se
siente tan bien. —Mientras ella comienza a montarlo. Sujetando
sus caderas, él la detiene. —¿Grim? —Ella lo mira, preocupada de
que haya ido demasiado lejos. Usando sus increíbles abdominales,
él se levanta y prende su boca de un pezón, moviéndola hacia
arriba y hacia abajo.
—¡Oh, Dios! —Gimiendo, ella envuelve sus brazos alrededor de
su cabeza sujetándolo contra su pecho, con la cabeza hacia atrás.
—Más Grim... Se siente tan bien... Ohhhh. —Ella puede sentir que
se está construyendo, apretando, él controla todo su cuerpo y ella
lo ama, ella lo adora.
—Correte para mí, Lisa, —las órdenes de Grim, su voz grave y
áspera. —Necesito sentir que tomas tu placer. —Capturando su
boca, su lengua se envuelve alrededor de la de ella, su pulgar le
aviva el nudo como él bombeó más fuerte dentro de ella, enviando
a su cuerpo a una sobrecarga. Gritando dentro de su boca, ella
explota. Disolviendo su grito Grim bombea furiosamente antes de
ponerse rígido para inundarla con su semilla.
—¡Alabada sea la Diosa!. —Él gime cayendo sobre la cama
acunándola sobre su pecho. Cómo había vivido y no sabía que tal
placer era posible. Suavemente él recorre su columna vertebral con
su mano, perdiéndose a sí mismo en su sentimiento. Es un regalo
de la Diosa, que le muestra que no lo ha abandonado. La mente de
Grim se acerca a otra antigua leyenda, contando cómo los
guerreros Tornian salvaron a la Gran Diosa de ser obligada a unirse
con el Dios inferior Daco, cuando la robó de su compañero. Para
pagar a los guerreros, les prometió que para cada guerrero que
naciera habría una mujer creada específicamente para él, una
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compañera. Que ella se uniría a él y solo a él, completando al
guerrero como él a ella. Juntos descubrirían lo que era
verdaderamente importante y tenerlo para el resto de sus vidas.
Grim se da cuenta de que ha encontrado la suya, ya que Lisa no
solo lo completó, sino que también lo acepta, con defectos y todo.
Envuelta en el pecho de Grim, Lisa intenta recuperar el aliento,
para un hombre que nunca se ha besado antes aprendió
rápidamente.
—¿Te gustaría hablar de otra cosa, mi Lisa? —Grim pregunta con
voz auto complacida. Ella sonríe ante el humor que ve en sus ojos.
Quién hubiera pensado que Grim tenía un gran sentido de humor.
—Oh, puedo pensar en muchas cosas de las que me gustaría hablar.
—Ella juega de nuevo. —Nunca te dejaré ir Mi Lisa. —Su sonrisa
se desvanece lentamente ante la feroz mirada en su rostro.
—Te dije que no me uniría con otro.
—No por eso. —Hace un sonido despectivo. —Porque la Diosa te
hizo solo para mí. Te incorporó a mi vida para completarme. Para
que finalmente entendiera que soy digno de ser un guerrero de
Tornian, de ser rey de Luda. Soy digno de protegerte y de los
regalos que has traído a la vida.
—Yo... —Lisa tiene que tragar saliva. Grim acaba de decirle que
la ama, a la manera de Tornian.
—Fuiste digno de todo eso antes de conocerme Grim.
—No, mi Lisa, no lo era, estaba incompleto hasta que llegaste.
Serás la única mujer con la que me uniré. Tu descendencia es mía
si la Diosa nos bendice con más o no.
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Haciéndola rodar sobre su espalda, él comienza a moverse,
lentamente al principio, observándola con una intensidad que casi
la asusta.
—Tú eres mía Lisa. Mi Lisa. Mi Reina. —Empuja con más fuerza
con cada afirmación. —¡Nadie más que la Diosa te apartará de mí!
—Capturando su boca, sella su voto mientras golpea su interior.
Así como solo él puede. Lisa está abrumada, mente, cuerpo y alma,
Grim se las ha arreglado para tocarlos a todos. Alejándose de la
boca, ella enfrenta su desafío.
—¡Tuya Grim! ¡Solo tuya! ¡Y tú eres mío! —Arqueándose, ella lo
lleva aún más profundo y siente que se empiezan a fusionar.
—¡Sólo tuyo! —Él jura y se convierten en uno.
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Lisa está levantada y afuera de la habitación, poniéndose la bata
antes de que Grim se dé cuenta de lo que está sucediendo. Al salir
de la cama, se pone los pantalones. ¿Qué está mal? ¿Ha vuelto a
fallar su seguridad? Al llegar al área común, está listo para la
batalla. Lo que encuentra lo congela en seco.
—Shhhh nena,¿qué pasa? ¿Mal sueño? —Lisa mese a Carly entre
sollozos. —Por favor, dime qué está mal.
—Es papá... —Sus sollozos aumentan. —Se fue... —Lisa cierra los
ojos, buscando las palabras.
—Lo se nena... Lo sé... pero...
—No mamá. —Carly la mira con seriedad. —Él me dijo que se iba
para siempre esta vez, que fue el trato que hizo.
—¿Qué? —Lisa frunce el ceño. —Carly Marie, ¿De qué estás
hablando?
—Papi, mami, él no se iría, no cuando se suponía que debía
hacerlo. Él le dijo que no dejaría a sus tres hermosos ángeles
desprotegidos. —Lisa se queda sin respiración, sus ojos se llenan,
así es como Mark las llamaba, sus tres hermosos ángeles. —Así
que él y la Diosa, hicieron un trato. Si ella enviaba a su mejor y
más valioso guerrero, entonces él se iría, permitiéndole proteger a
sus ángeles. —Sus pequeños ojos miran los de ella. —Grim,
mami. Hizo que nos enviara a Grim.
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—Oh, nena... —Metiéndola debajo de la barbilla, las lágrimas
corren por la cara de Lisa. ¿Qué se supone que ella debía decir?
Mirando hacia arriba, ve que Grim está igual de aturdido.
—Pero mami hay más. —Carly retrocede para mirarla.
—¿Qué nena? —Lisa se pregunta si puede aguantar más.
—La diosa quiere que protejamos a Grim también.
—¿Eso quiere?
—Ella me dijo. Después de que papá se fue. —Carly se acurruca
profundamente en sus brazos, bostezando. —Voy a extrañar a papi,
mami.
—Yo también lo haré, nena. —Lisa mece a su hija mayor,
preguntándose en las Fuerzas del universo, pronto se siente
relajada.
—Déjame llevarla. —Arrodillándose, Grim cuidadosamente toma
a esa preciosa y pequeña en sus brazos. Levantándose, mientras
ella se acurruca confiadamente, no puede apartar los ojos de ella.
—Ella es tan hermosa, Lisa. —Su tono es bajo y reverente.
—Lo es. —Ella retira las mantas. —Ella es mi pequeña guerrera.
Ella siempre está cuidando de Miki... y de mi. —Coloca las mantas
a su alrededor mientras Grim da un paso atrás. —Pasó el momento
más difícil con la enfermedad de Mark. Tenía casi tres años antes
de que él se enfermara de verdad. —Ella cepilla suavemente el
cabello de su frente. —Él se volcó sobre ella, se aseguraría de que
hicieran cosas especiales juntos, solo ellos dos.
—¿Dónde estabas? —Pregunta en voz baja, mirando a Carly y a
ella.
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—En casa, embarazada de Miki, estaba tan enferma. —
Volviéndose ella ve el pánico cruzar la cara de Grim.
—¿Enferma? ¿Qué quieres decir enferma? —Él casi grita.
—Shhhh, las despertarás.
De repente, se encuentra siendo arrastrada al dormitorio.
—Grim... —Ella lo mira confundida.
—¡Explícate, ahora! —Ordena.
—¿Explicar qué? —Ella se retira de su agarre. —¿Qué te pasa?
—No permitiré que te hagan daño. —Él la jala.
—¿Daño? ¿De qué estás hablando?
—Te enfermas cuando concibes, no lo permitiré. —Su tono es
serio.
—Bueno, realmente no creo que tengas ningún control sobre eso.
—Lisa no puede evitar darle una gentil sonrisa.
—¡No tendrás más descendencia! Así es como lo controlaré.
—Grim... No puedes decir eso. Necesitas descendencia para
asegurar tu trono.
—¡No si eso te enferma! Te necesito. Tenemos a las chicas. —
Grim... —Con rodillas temblorosas, se mueve para sentarse en la
cama.
—Mírame a mi Lisa. —Él se arrodilla frente a ella, sus manos
rodeando su cintura. —Es verdad, tu descendencia... tus niñas...
son mías. Acepté y las protegeré, no como si fueran mías, sino
porque son mías. Tu Mark y la Diosa me las han confiado, pero lo
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más importante es tu lo hiciste y lo que necesitamos es a ti, no más
descendencia.
Para cuando termina, las lágrimas corren de nuevo por su rostro.
—Grim... —Ella le toma la cara. —No es lo que crees...
Para las hembras de la Tierra... concebir puede hacer que se
enfermen... le llamamos malestar matutino. —Ella ve que él está
escuchando. —Con Carly no estuve enferma, ni una sola vez,
cansada durante los primeros meses pero nunca enferma. Con Miki
fue completamente diferente. Vomitaba casi desde el día en que fue
concebida hasta que entre al primer trimestre… tercer mes.
Después estuve bien
—¿Es una enfermedad temporal? —Él la limpia suavemente
mejillas con sus pulgares.
—Sí, es parte de estar embarazada, al menos para las hembras de
la Tierra. No sé sobre las Tornianas, eso no estaba en el educador.
—No te quiero enferma, mi Lisa. —besa la palma de la mano.
—Es solo parte del proceso Grim. —Ella frota su pulgar sobre sus
labios. —Estaré bien. Antes de que pueda decir más, ella lo besa
suavemente. —Es tarde, descansemos, podemos hablar más
mañana.
Ayudándola a levantarse Grim afloja el amarre y jala la bata de
sus hombros.
—¿Quieres tu camisón? —Sus dedos acarician ligeramente sus
hombros.
—No. — Ella pasa sus manos por su pecho. Levantándola, la pone
con cuidado en la cama. Retirándose los pantalones, se desliza
junto a ella, acercándola a él.
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—Duerme mi Lisa —Entre sus brazos, ella deja que su corazón la
adormezca.
Al despertar Grim mira a la mujer que descansa confiada en sus
brazos. Su cuerpo exuberante se presiona contra el suyo, su grueso
cabello acariciando su pecho. Nunca había sabido que tal cosa era
posible... verla cuando se despertaba, podría darle tal sensación de
felicidad. Para despertar de esta manera... todos los días... es algo
por lo que luchará, por lo que matará. Lisa es suya, las niñas son
suyas, y no se las quitarán.
Con cuidado, él se levanta de la cama y coloca las mantas cerca,
asegurándose de no molestarla. Vistiéndose se dirige, al área
común para asegurarse de que no pueda.
Luda, Lisa ve crecer el planeta. Se ve similar a la Tierra, puede
distinguir el agua y la tierra, pero los colores son ligeramente
diferentes, más verdes y marrones luego azules.
—¿Es ese mami?, —Pregunta Miki, sus hijas están cautivadas por
el planeta que se aproxima. Grim las ha llevado a la sala de control
para que puedan ver por primera vez en su nuevo hogar. El saco al
personal no esencial, no quiso correr riesgos con su seguridad.
—Sí, cariño, esa es Luda.
—¿Estaremos allí pronto? —Carly la mira. Lisa sabe que sus hijas
se han estado volviendo locas porque Grim no quiere dejarlas salir
de su habitación. Mira a Grim.
—Estaremos en la estación de atraque Unical en breve —Grim les
dice: —Allí nos subiremos a una nave más pequeña que nos
transportará a la superficie. —Grim está tenso, quiere que sus
hembras estén rodeadas por sus hombres. Luuken ha estado
demasiado callado desde su intento fallido de tomarlas. Todos los
instintos de Grim resuenan peligro.
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—Rey Grim. —Veron se acerca, hablando en voz baja. Grim sabe
que está preocupado.
—Lo sé mi amigo, pero estoy dentro de mis derechos.
—Te retaran. —Le informa.
—Sí, pero tendrán que llevarlo ante Wray primero. Eso tomará
tiempo y mi Reina y mi descendencia estarán más seguras en Luda
que en Tornian. Necesito tu apoyo para que nos ubiquemos en el
Unical.
—Esperas problemas. —Veron lo mira fijamente.
—¿Tu no lo harías? —Mirando a las tres hembras que aún miran
por la ventana, él asiente.
—Si fueran mías... sí, es cuando estás en tu estado más vulnerable.
—Sí. —Grim está de acuerdo. —¿Qué necesitas? —Verón ofrece
su ayuda.
—Permitir a mis fuerzas a bordo escoltándonos.
—¿Armados?
—Sí. El ataque de Korin es una justificación para la excepción.
—Se hará. Buena suerte, amigo, que la Diosa te bendiga.
—Ella ya lo hizo mi amigo. —Grim mira a su familia.
Lisa levanta la vista cuando Grim entra, está vestido de manera
diferente, el traje de base negro ahora está cubierto con una banda
ancha de color violeta, y tiene una espada a su lado. Sin embargo,
es su comportamiento general el que la hace detenerse. Él irradia
poder, fuerza y peligro. Él no es el hombre que la había amado tan
gentilmente esa mañana. Es un guerrero listo para la batalla, listo
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para proteger lo que es suyo. —¿Reuniste tus cosas? —Él
pregunta.
—Si.
—Lisa...—Un golpe en la puerta lo interrumpe, girando, abre la
puerta. Lisa jadea cuando una docena de hombres de aspecto
peligroso entran en la habitación, todos vestidos de negro y
púrpura similares a Grim.
—Mi Rey. —Uno de ellos se pone una mano en el pecho, dándole
una leve reverencia. —Todo está preparado según tus
instrucciones.
—Bien. —Volviendo él le tiende la mano a Lisa. —Es la hora mi
Reina. —Ella ve la sorpresa en los rostros de los hombres antes
de que desaparezca. Tomando la mano de Grim, está lista para
comenzar su nueva vida. La fuerza de seguridad del Rey llena los
pasillos del buscador, moviéndose a un lado, mientras se mueven
hacia el Unical. Cabezas se vuelven, tratando de ver a las hembras
de las que todos están hablando, pero ninguno se atreve a interferir.
No con el Rey de Luda por ser un feroz guerrero, no hasta que
llegan al puerto de transferencia donde un grupo liderado por
Luuken se detiene bloqueando su salida.
—Ustedes se harán a un lado para el Rey de Luda. —Uno de los
hombres de Grim camina hacia Luuken.
—Con mucho gusto. —Luuken dice con una sonrisa aceitosa. —
Pero las hembras se quedarán.
—La Reina de Luda no está bajo tu autoridad, Minor Luuken. —
Responde Grim, señalando a Argel, y a sus hombres para que
saquen sus armas. —Ustedes se harán a un lado o yo los haré.
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—¡Se atreven a llevar armas a bordo del nave del Emperador! —
La ira de Luuken se escucha fácilmente.
—Un guerrero de tu casa ya ha amenazado a la Reina, Minor
Luuken. —Veron se adelanta. —El Rey Grim está dentro de sus
derechos para protegerla a ella y a sus hijas por la fuerza, si es
necesario.
—¡No! ¡Pero no tiene derecho a las hembras! —Argumenta. —
Deben ir a Tornian.
—Ese desafío debe presentarse ante el Emperador, ahora se debe
hacer a un lado. —Veron ordena y con una última mirada llena de
odio, Luuken señala a sus hombres para moverse.
—La tienes... por ahora... Rey Grim. —Luuken se burla. —Pero
ella nunca será tu Reina.
Lisa acomoda a las chicas en sus asientos mientras Grim habla con
uno de los hombres.
—Dile a Hire que despegue —ordena.
—Sí, mi rey. —El silencio que sigue hace que Lisa levante la vista
para encontrarse bajo el escrutinio de todos los hombres en la
habitación.
—Lisa. — Grim les dice que se unan a él. —Este es Alger. Él es el
capitán de mi Guardia de Élite.
—Es un placer conocerte, Alger. —Ella asiente con la cabeza,
recuerda en el último minuto que los hombres y las mujeres no se
tocan. Alger mira a Grim y al ver que él asiente, responde.
—Mi Reina. —Él le hace una leve reverencia.
—Y estas son nuestras descendientes. —Grim se asegura de que
todos los guardias entiendan que las ha reclamado. —Carly y Miki.
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—Mami... es muy bonito. —Miki dice y está hipnotizada por el
hombre azul oscuro. Risitas, rápidamente cubiertos por los otros
machos, las mejillas de Alger se están oscureciendo.
—¡Miki! Tienes que disculparte con el capitán Alger. —Los ojos
de Miki pasan de ella a Alger.
—Pero, ¿por qué mami? —Ella le da una mirada confusa. —Él lo
es. Él es incluso un azul más bonito que Callen. —Esto hace caer
la boca abierta de Alger y una risa se escapa Grim.
—Los chicos no son bonitos son guapos, Miki. —Carly le informa
con voz apagada de una hermana mayor.
—Pero él no lo es, él es bonito. —Ella insiste.
—¡Niñas, eso es suficiente! —Trata de sonar severa —Ambas se
disculparán. ¡Ahora!
—Lo siento, Alger. —Carly hace lo que le dice, pero Miki
permanece obstinadamente silenciosa.
—Miki Renee…
—Está bien, está bien, siento haberte dicho bonito Alger.
Lisa le da una pequeña palmada en el trasero. —Ve. Siéntate.
Ahora.
—Sí, mami. —Sin embargo, ella está sonriendo todo el camino.
—Capitán Alger, me disculpo por mi hija menor, no quiso ofender.
Alger está parado por varios segundos sin poder responder. Él es
un hombre de casi cincuenta años, un guerrero, nunca en todo ese
tiempo ha estado involucrado en una conversación así, y todo su
universo cambio.
—Alger. —El tono afilado de Grim le hace responder.
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—Por supuesto, mi Reina, no me ofendió. —Sin embargo, las
risitas detrás de él le dejan saber que nunca lo dejarán olvidar esto.
—Gracias Alger. Una vez que te conozca, estoy seguro de que su
fascinación se disipará. —Ella se sorprende al ver a Grim.
—¿Puedo conocer al resto?— Con una inclinación de cabeza, él
introduce a ella a los miembros de su Guardia de élite. Una vez
terminadas las presentaciones, Lisa se da cuenta de que tiene
mucho trabajo por hacer. ¿Cómo esperaban atraer a una mujer,
cuando apenas pueden hablar con una? Son como pequeños
muchachos tímidos y demasiado crecidos. Tendría que hablar con
Grim al respecto. Al sentir el aterrizaje de la nave la devuelve al
presente.
—¿Estás lista, Lisa? —Grim la mira, solo que ella ve la inquietud
en sus ojos, extendiendo la mano, le cubre la mejilla.
—Estamos listas, ¿Verdad niñas? —Ella las mira.
—Sí, mami. —Ellas responden. Los guardias observan la
interacción entre su Rey y la hembra que él ha declarado su Reina
con fascinación. No solo toca las cicatrices del rey, sino que él lo
permite. Se dan cuenta de que su mundo nunca será el mismo. La
primera mirada de Lisa a su nuevo hogar la conmociona. Es un
castillo. ¡Mierda! Grim no le había dicho eso.
—¿Mi Lisa? —Grim espera, apartando la mirada de su nuevo
hogar. —Bienvenida a Luda. Sonríe y le sonríe a él, a sus hijas, a
su futuro. Los guardias los rodean mientras cruzan rápidamente los
terrenos oscuros hasta las enormes puertas del castillo. A medida
que se acercan, se abren, revelando un interior poco iluminado
lleno de aún más hombres.
—¿Mami? —Las dos chicas se acercan rápidamente a ella.
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—Está bien, nenas. —Ella solo espera que sea como el silencio que
los saluda.
—¿Se han preparado las habitaciones? —Grim demanda.
—Sí, mi rey. —Se acerca un hombre verde mayor.
—La habitación para su hembra ha sido preparada
—Mi reina, Montfort. — Grim corrige.
—¿Señor?
—Mi reina. Reina Lisa y nuestra descendencia Carly y Miki. —
Todos los ojos se vuelven hacia las tres hembras.
—Grim, las chicas están cansadas y hambrientas.
Mirándolas se ve su fatiga. No había considerado lo agotador que
sería el día para ellas. Su única preocupación era llegar a Luda pero
no se habían quejado, ni una sola vez. Ahora estaban aquí y él tiene
que preocuparse por ellas.
—Montfort, que me envíen comida a mis aposentos. —Él ordena
y los machos se separan a medida que pasan. Grim las lleva más
profundo en el castillo poco iluminado a otro conjunto de puertas
grandes.
—Esta es el Ala Real de Luanda. —Él les informa.
—¿Luanda? —Lisa pregunta.
—Es como se llama este lugar, Castillo Luanda. Todo quien
gobierna a Luda lo ha hecho desde aquí —Grim asiente a los
guardias y ellos abren las puertas. Entrando, Lisa encuentra una
gran sala llena de muebles.
—Este piso es un área de estar. Te la mostraré más tarde.
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Él dirige y ellas se adentran en el cuarto oscuro.
—Nuestras áreas de descanso están en el siguiente nivel —Al
comenzar, se detiene cuando Lisa se inclina, susurrando a las
niñas.
—¿Qué pasa? —Una mirada le dice que algo está molestando a las
niñas.
—No es nada. —Lisa levanta a Miki en sus brazos, la niña lo mira
con ojos asustados.
—Es algo. —Él ve la misma mirada en los ojos de Carly. —Dime
—dice con suavidad, agachándose hacia Carly.
—Está oscuro. —Susurra, presionando fuertemente contra su
madre. —Y da miedo.
Grim frunce el ceño mirando la escalera, luego la habitación.
Nunca antes prestó atención a la penumbra, es como siempre ha
sido. Moviéndose para tocar un tazón pequeño, la escalera se
ilumina de inmediato.
—¿Está mejor? —Las niñas, levantando a Carly, las guía. La
amplia escalera de caracol. En lo alto, Lisa se da cuenta de que los
guardias no los han seguido.
—¿Los guardias? —Ella pregunta.
—No se les permite en este ni en el siguiente nivel sin permiso. —
Asiente con la cabeza hacia el —espacio privado— una sala de
estar grande y abierta, escasamente amueblada con dos puertas a
cada lado y otra en el extremo más alejado. Grim evalúa la
habitación, la compara con su morada en la Tierra y la encuentra
deficiente. No pasa mucho tiempo aquí, prefiriendo la compañía
de sus guerreros, pero Lisa y las chicas pasarán una gran cantidad
de tiempo aquí, habrá que hacer cambios.
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—La habitación más cercana a la nuestra será de las niñas. —Grim
abre la puerta revelando otra habitación apenas amueblada con
muebles pequeños. Cambiando a Carly, él le permite aumentar la
luz, revelando —Mami… —Miki voltea sus ojos decepcionados
hacia ella.
—Estará bien nena. Haremos que el hogar esté bien. —Duda
vacilante.
—Señor, su comida ha llegado. —Montfort dice detrás de ellos. En
cuanto voltea, Lisa ve al hombre y a varios otros que llevan
bandejas de comida.
—En mi habitación, Montfort. —Las órdenes son severas. Pidió
habitaciones preparadas para su descendencia y parece que no se
ha hecho nada. No habían limpiado las habitaciones.
—Sí, señor. —Haciendo reverencia Montfort se aleja de la
habitación.
Lisa está gratamente sorprendida al entrar en el dormitorio de
Grim, su dormitorio. Es grande y ocupa este extremo del ala.
Alfombras gruesas cubren el piso de piedra, varias sillas grandes y
cómodas y sofás están colocadas alrededor de la habitación, la
mayoría frente a la enorme chimenea. La cama más grande que
Lisa ha visto nunca, ocupa un extremo de la habitación, cubierta
con un material marrón que parecía gamuza. Las grandes ventanas
intentan mostrar el cielo nocturno, pero el cristal rayado lo hace
casi imposible. Los sirvientes colocan rápidamente los alimentos
en una mesa antes de inclinarse para irse. Colocando a Miki en una
silla, se vuelve hacia Carly.
—Yo la llevo —Grim la acerca a su hermana. —Montfort, hablaré
contigo afuera, Lisa mira a las niñas —No tardaré mucho.
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Asintiendo, ella comienza a llenar los platos. Montfort espera
mientras Grim cierra la puerta.
—¿Por qué no se siguieron mis órdenes? —Él gruñe
amenazadoramente.
—¿Señor? —Montfort tropieza, sorprendido, no solo por la
acusación del Rey sino también por su amenaza de ataque. El Rey
nunca ha hecho esto a él antes. ¿Qué le ha hecho está hembra?
—Se te dijo que tengas las habitaciones preparadas. — Grim lo
empuja hacia la habitación de las niñas. —¿Te parece esto
preparado? —Exige.
—¡Señor! ¡Tenía el nivel superior preparado! ¡El nivel femenino!
—Se vuelve a Grim y se pasan las manos por la cara.
—Lo siento, Montfort. Debería haber sido más específico en mis
instrucciones. Todos nos quedaremos en este nivel.
—Sí, señor, tendré una habitación para cada mujer —Montfort se
inclina rígidamente.
—Solo esta. —Grim corrige.
—¿Solo una? —Montfort está muy confundido. —¿Las tres desean
compartir una habitación cuando otras están disponibles?
—Miki y Carly descansarán en esta habitación, Lisa descansará
conmigo. —Grim le informa, sabiendo que se sorprenderá.
—Yo... señor... —Montfort no puede hacer nada más que
chisporrotear.
—Mañana, Lisa le indicará cómo preparar la habitación para
nuestra descendencia.
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—Lisa... —Montfort está tan aturdido que no se da cuenta de que
usó el nombre de la Reina. —¿Nos va a dirigir, señor?
—Sí. Ella sabe qué es lo mejor para nuestras niñas. Qué las hace
felices.
—¿Niñas, señor? —pregunta.
—Es como se llaman las hembras jóvenes en la Tierra.
—Sí, señor. ¿Hay algo más, señor? —Montfort no está seguro de
que pueda tomar más. Una hembra descansando con un macho...
¿qué es lo que viene también al universo?
—Me pondré en contacto contigo por la mañana cuando estén
listas.
—Sí, señor. —Montfort se va rápidamente.
Lisa se levanta de la mesa cuando Grim vuelve a entrar en la
habitación. Ella puede sentir su desdicha por la reacción de las
chicas a su casa. Al pasar por encima ella rodea sus brazos
alrededor de su cintura, al menos ella también lo intenta.
—Lo siento, mi Lisa. —Él descansa su mejilla asustada en la parte
superior de su cabeza.
—Está bien. —Ella le dice.
—No, no lo está —Él niega. —Montfort no entendió mis
instrucciones y yo estaba muy preocupado por hacerte llegar aquí
para darme cuenta.
—Nuestra seguridad es más importante que un poco de polvo
Grim. Mañana las niñas y yo nos ocuparemos de ello. —Ella lo
tranquiliza.
—Montfort ha sido informado y estará disponible para ti.
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—Oh, bueno, supongo que eso será bueno, cuantas más manos
mejor. Vamos ahora, necesitas comer también. Estoy segura de que
tus guerreros tienen cientos de cosas que quieren discutir contigo.
—Tomando su mano, ella lo lleva a la mesa.
—Sí, habrá muchas cosas a las que debo atender mañana. —Al
acercarse a la mesa, ve dos platos vacíos. ¿No has comido aún?
—Te estaba esperando. —Grim no sabe qué decir, así que se
inclina y la besa.
—Eres demasiado buena conmigo, Lisa.
—No es posible. —Llenando un plato, lo pone delante de él y
luego toma uno para sí misma. —Ya terminamos, mamá. —Lisa
mira los platos vacíos y sonríe. Se están ajustando bien a la comida
diferente.
—¿Quieres más? —pregunta ella.
—No, estamos casi por explorar. —Carly se levanta de la silla.
—Bueno... No lo sé. —Le lanza una mirada de preocupación a
Grim.
—Estarán a salvo.
—Quédense en esta habitación, está bien.
—Sí, mami. —Las chicas se dirigen a explorar.
—Come mi Lisa. —Grim le urge, asintiendo con la cabeza. La
noche pasa rápidamente mientras las niñas exploran y Grim
responde pacientemente a sus preguntas. Pronto, sus ojos
comienzan a caer.
—Hora de acostarse. —Lisa anuncia.
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—¡No mami! —Miki grita. —¡No quiero dormir en esa habitación!
—Lágrimas corre por su cara.
—Oh, Miki. —El corazón de Lisa se rompe ante el miedo de Miki.
—No dormirás allí esta noche, Miki. —Grim se agacha frente a
ellas.
—Ninguna de los dos. Esta noche dormirás aquí con tu madre y yo
y mañana la habitación estará bien preparada para ustedes.
—Así que ya está a la ducha, ustedes dos, mientras encuentro sus
maletas. —Lisa les dice.
—Sí, mami. —Las niñas están dormidas antes de que sus cabezas
golpeen las almohadas en el sofá. La emoción y el estrés del día
las habían agotado. Revisando dos veces las mantas, Lisa se
levanta para encontrar a Grim apagando el fuego que las chicas
habían pedido antes.
—Se han dormido. —Caminando detrás de él, envuelve sus brazos
alrededor de él.
—Debería haberme dado cuenta de que viajar las cansaría, te
cansaría. —La jala contra su pecho.
—Lo hiciste bien. Eres nuevo en este tema de la crianza de los
hijos, date un descanso. —Ella mira hacia arriba y ve lamento en
sus ojos.
—Lamento que su habitación no esté preparada. —Envía una
mirada triste hacia el sofá. —Debieron pensar que no era
importante para mí, por no haberlo atendido.
—¡Detente! —Ella exige. —Tú dijiste que fue un malentendido,
que prepararon la habitación equivocada.
—Sí, el nivel femenino. —Él le dice.
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—¿Nivel femenino? —Al ver su confusión, él toma su mano y la
lleva a una escalera detrás de una puerta.
—¿Qué? —Ella lo mira confundida.
—Esto conduce al nivel femenino. Es donde Montfort asumió que
te quedarías.
Al aumentar la luz, él deja que ella preceda por una escalera
estrecha y sinuosa. En la parte superior, se congela, incapaz de
creer Lo que está viendo.
—¡Qué demonios! Grim... —Ella lo mira en estado de shock.
—Este sería el lugar donde viviría mi hembra, si una me hubiera
elegido.
Lisa ve el pequeño destello de dolor en sus ojos, que las hembras
de Tornian no habían considerado apropiado. Ella suavemente
ahueca su cara.
—Son unas tontas. —Ella le dice.
—Me alegra que me hayan considerado impropio mi Lisa. —Él la
mira hacia abajo. —Si no lo hubieran hecho, no habría podido
darte todo esto a ti. Mi Reina.
Dando la vuelta, Lisa mira 'todo esto'. La habitación ocupa toda la
longitud del ala. No solo brilla e irradia sino que también está llena
de cosas hermosas. Alfombras, muebles de todos los tamaños,
pernos de Telas de todos los colores y texturas imaginables. Joyas
y cadenas de oro yacen en cuencos esparcidos por la habitación.
—¿Por qué?
—¿Por qué que mi Lisa? —Él la jala hacia atrás y la envuelve en
sus brazos.
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—¿Por qué está todo esto aquí y no se muestra a lo largo de
Luanda?. —Ella mira las estatuas y las pinturas.
—Es para el disfrute exclusivo de la mujer. Es suyo para llevarse
cuando ella se una con otro.
—¿Estás bromeando, verdad? —Ella no puede creer lo que él está
diciendo. —Ninguna mujer necesita tanto, es egoísta.
— Es la manera de Tornian. —Gracias a Dios... la Diosa... que no
soy Tornian. Una vez que la habitación de las chicas esté lista,
tendremos que decidir dónde colocar el resto.
—Es para ti mi Lisa. Es tuyo.
—Oh, no, no. —Lisa niega con la cabeza.
—¿Rechazas mi regalo?
Girándose en sus brazos, Lisa puede decir que lo está lastimando.
Tomando su rostro con las manos, ella se asegura de que él la
entienda.
—Mi regalo, Grim, eres tu, esto… —Ella hace un gesto detrás de
ella. —no lo necesito para querer quedarme contigo, te amo. Sólo
te necesito a ti y a las niñas.
Grim mira la habitación que contiene las riquezas de su planeta y
se da cuenta de que ella le ha dado lo más valioso que hay, su amor.
Capturando su boca, él le da un profundo beso.
—Haz lo que quieras, mi Lisa. Todo lo que quiero es a ti. Tú y
nuestras niñas. Haciéndola girar en sus brazos, él la lleva a su
cama.
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El día amanece para encontrar al Rey y la Reina enredados en su
cama, observando el amanecer. Apartando la mirada de su belleza,
Lisa se apoyó sobre un codo para mirarlo.
—¿Cuál es tu pregunta mi Lisa?
—¿Por que es todo el mundo está tan sorprendido cuando dices
que soy tu reina? Eres el rey Grim, ¿por qué no lo seria? ¿Ser tu
reina? —Los ojos de Grim están llenos de indecisión. —¿Grim?
—Él siente que ella comienza a tensarse. —¿Qué es lo que no sé?
Con un profundo suspiro, él se sienta manteniéndola cerca, sus
manos acariciándola. —En la antigüedad, cuando el rey decidía
unirse a una mujer, ella siempre se convertía en su reina. —Sin
decir nada, ella espera. —Una vez que una mujer acepta el título,
ella siempre estará unida a ese hombre, incapaz de unirse a los
demás. Cuando las hembras se hicieron menos, se decidió que el
título ya no podía ser forzado en la hembra. Ella debe aceptarlo
voluntariamente. Han pasado más de quinientos años desde que ha
habido una Reina sobre Luda. Solo al unirse al Emperador el título
sigue siendo obligatorio. —Podía verse la mente trabajando,
clasificando lo que él le ha dicho.
—¿Por qué no querría ella el título? ¿No aseguraría su lugar en la
sociedad? ¿Ser reina?
—Sus dedos se mueven distraídamente sobre su pecho.
—Quizás, pero así terminaría su oportunidad de convertirse en
Emperatriz y ese es el objetivo de todas las mujeres.
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—Pensé que sus hembras eligen con quién unirse, no el macho.
—Un macho puede negarse. Es algo inaudito, excepto por el
Emperador.
—¿Porque hay tan pocas mujeres?
—Sí. Para un hombre que rechace la solicitud de una mujer puede
hacerse, pero luego las posibilidades de que el hombre consiga
tener una unión es pequeña.
—Excepto el Emperador, él puede negarse.
—Sí, y Wray lo hizo después de la muerte de su primera
Emperatriz. Él tuvo dos hijos varones y decidió que a otros se les
debe dar la oportunidad de unirse.
—¿Su primera emperatriz murió? ¿Que pasó?
—Ella estaba en una excursión y de alguna manera ingirió una
baya skua. Nadie sabe cómo. Había arbustos en la zona pero no
habían ido cerca de ellos. Algunos piensan que un pájaro los dejó
caer en su plato. Había uno en casa de Risa también, pero ella
todavía tenía que comerlo.
—¿Risa? ¿Tu Risa? —Lisa se puso rígida.
—Ella nunca fue mía. —Grim negó.
—No discutas semántica conmigo Grim. Si tu no habrías sido
emboscado ella lo habría sido.
—Estás molesto. —Él le dio una mirada confusa. —¿Te molesta
que ella estuviera allí?
—No. —Sin embargo, Lisa se da cuenta de lo que es. Está celosa
de que Grim sepa dónde estaba la mujer que lo había rechazado.
El se mantenía al tanto de ella.
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—Mi Lisa. —Él inclina con su cara arriba de la suya, con un dedo
firme. —Dime.
—Todavía te preocupas por ella.
—¿Por quién? ¿Risa?
—Llevas un registro de dónde está ella. —Ella descubre que no
puede mirarlo a los ojos.
Ella no tiene derecho. Cuando el había estado solo, ella había
tenido a Mark. Dios no es mejor que una mujer toriana. —Mírame
mi Lisa. —Él ordena. —¿Porque estas molesta?
—Porque soy una perra —le dice con impaciencia. —Estoy celosa
de que hayas seguido a una mujer quien te lastimo tanto y no tengo
ningún derecho. —Mientras desnuda su lado feo, Grim le sonríe
lentamente.
—¡Para eso! —Ella exige. —No deberías estar sonriendo.
Deberías gritarme por ser tan egoísta.
—Crees que me preocupo por ella. —Su sonrisa crece —Estás
celosa de alguien que no he visto desde que ella era una niña.
—Pensé que habías dicho que nunca la habías conocido. —Ella
contesta.
—Nunca lo hice, dije que la había visto. El padre de Risa era el
capitán de la Guardia de Élite de mi padre. Ella creció arriba en el
palacio.
—¿Pero nunca la conociste? —Ella no puede quedarse con la
confusión fuera de su voz.
—Nunca se hubiera permitido. No hasta que ella estuviera
dispuesta a unirse.
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—¿Cuántos años tenía ella cuando te contactó?
—Diecisiete.
—Pensé que dieciocho años era lo más temprano que una mujer
podía unirse.
—Lo es, pero cuando estaba proclamado rey, Risa le pidió a Wray
que le permitiera unirse. Su padre fue muerto en la misma batalla
que el rey Rask, el hermano de mi padre, el ex rey de Luda. Ella
temía que se vería obligada a unirse a pesar de sí misma debido a
su muerte y desde que Wray ya estaba unida ella me eligió.
—Espera... espera... déjame ver si entiendo esto. Risa creció en la
misma casa que tú.
—Torino es la casa del universo civilizado, sí.
—Tranquilo. Pero nunca la conociste, solo la viste, y cuando su
padre fue asesinado ella quería asegurar su posición, así que te
eligió porque te habían nombrado Rey.
—Sí, pero si Wray muriera sin un heredero, lo reemplazaría para
que ella aún pudiera convertirse en Emperatriz.
—Devolviéndola a Torino.
—Sí. —Lisa sacude la cabeza.
—Tus hembras son un grupo intrigante Grim.
—Lo son, pero son esenciales para nuestra supervivencia.
—Así que de vuelta a la pregunta original. Tu gente cree que
preferiría tener la oportunidad de ser Emperatriz que ser tu reina...
y luego estar contigo.
—Sí.
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—Supongo que tendremos que mostrarles eh. —Lisa le sonríe.
—No. Solo me enseñas cosas a mi. —Su sonrisa sexy hace
bombear su sangre, recordándole cómo ella le había mostrado sus
cicatrices y no le importaban.
—Puedo vivir con eso. —Ella susurra, estirándose seductoramente
para besarlo. Grim se engancha a ella. Sus labios listos para besarla
cuando las risitas lo congelan. Separando sus labios, mira hacia el
borde de la cama, para encontrar dos pequeñas. Las chicas las
miran con avidez. Los ojos en pánico de Lisa parpadean, que deja
caer su cabeza sobre su pecho desnudo.
—Buenos días, nenas—dice, volviendo la cabeza para mirarlas.
—Buenos días, mamá… buenos días Grim. —La risa regresa.
—Buenos días pequeñas. —Grim se mueve rígidamente debajo de
ella.
—Nenas, ¿por qué no van a vestirse y arreglar su habitación
mientras preparamos el desayuno?
—Está bien, mami. —Todavía riendo, agarran sus bolsas.
—Bienvenido al mundo de la paternidad. —Lisa le sonríe.
—Vamos a bloquear la puerta.
—Ellas sólo van a golpearla. Vamos, solo tenemos unos minutos
antes de que vuelvan y confía en mí, tan bonito como es tu trasero
desnudo, no necesitan verlo. —Lisa se desenreda de él.
—¿Te gusta mi culo? —Grim pregunta tirando de sus pantalones
para dormir. —Sabes que sí. —Poniéndose el camisón, ella se
mueve para hacer la cama.
—Ven aquí. —Ordena, señalando el lugar justo delante de él.
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—Grim... —Aunque ella protesta, lo obedece.
Hundiendo los dedos en su cabello, él captura su boca para un
profundo beso. —Buenos días. —Susurro contra sus labios sin
aliento.
El desayuno es un asunto ruidoso. La buena noche de sueño tiene
a las chicas refrescadas y llenas de energía.
—Así que chicas, hoy vamos a limpiar su nueva habitación.
—Ahhhh... —Ellas gimen.
—No, ustedes dos no me ahhhhh; a mi. Algunos de los hombres de
Grim vienen a ayudar, por lo que no debería tomar mucho tiempo
y una vez que este limpio, Grim tiene una sorpresa para ustedes.
—¿La tienes? —Dos cabezas se vuelven como una hacia él.
—Es su madre la que se las debe dar.
—Grim. —Lisa le da una mirada exasperada. Ella penso que
habían resuelto esto.
—Es tuya mi Lisa.
—Mami, ¿de qué está hablando Grim? —Carly exige.
—No lo descubrirás hasta que tu habitación esté limpia, así que,
¿qué dices? ¿Empezamos?
Lisa decide que la habitación no se ve mejor a la luz del día.
Respirando hondo, ella camina adentro y se vuelve hacia sus niñas.
—Bueno, no se queden ahí paradas. Tenemos trabajo que hacer,
comenzando con la apertura de estas ventanas. Camina hacia ellas
y Lisa separa las pesadas cortinas enviando una nube de polvo
ondulando por la habitación. Tosiendo, abre la ventana, la brisa
fresca hace que salga aún más polvo de las cortinas de las ventanas.
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—¡Mami! —Sus chicas se están riendo y tosiendo.
—Bueno, esto es simplemente ridículo. Alcanzándolas ella agarra
las cortinas tirando de ellas hacia abajo. —Venga chicas, todas se
están yendo. —Riéndose tontamente, se apresuraron a ayudarla a
tirar y así es como Grim y Montfort las encontraron cubiertas de
polvo y riendo.
—Lisa... —Se da la vuelta con aire de culpabilidad y luego le
sonríe.
—Oh Grim, ahí estás. Pensamos que empezaríamos sin ti.
—Puedo ver eso. —Frunce el ceño ante las cortinas que ahora
están en el suelo. –Podrían haber salido lastimadas.
—Sí, bueno, las cortinas tienen que irse, están tan llenas de polvo
que dudo que incluso sean lavables.
—Podrías haberte lastimado.
—Solo por inhalación de polvo, así que ahora que están abajo
podemos llegar a la limpieza seria.
—Hombres de confianza estarán aquí en breve para preparar la
habitación Senior. –Montfort se dirige a Grim. –Si me dijera lo que
quieren tus hembras, podrían retirarse a su habitación. Les avisare
cuando hayamos terminado.
—No lo creo. —Lisa dijo primero. —Las chicas y yo estaremos
aquí ayudando.
—Señor. —Montfort le envía una mirada desesperada. –Son
hembras.
—Me alegra que hayas notado a Montfort —informa Lisa con
sarcasmo. —Pero eso no significa que seamos indefensas, las niñas
ayudarán, de lo contrario no apreciarán lo que se les da. —La boca
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de Montfort cayo abierta, no solo por lo que ella había dicho, sino
porque se dirigió a él, directamente.
—¿Qué he hecho mal ahora? —Ella mira a Grim con exasperación.
—Las hembras solo se dirigen a los machos directamente cuando
desean unirse a ellos.
Grim frota la parte de atrás de su cuello. Debería haber anticipado
esto.
—Entonces, ¿cómo se supone que debo decirles lo que quiero que
se haga?
—A través de mí —le dice, sabiendo que necesita cambiar sus
planes para el día.
—Bueno, ¡eso es simplemente tonto! —Pone sus manos en las
caderas e inclina la cabeza. —Necesitas reunirte con tus guerreros.
No tienes tiempo para estar aquí.
—Mis guerreros pueden esperar. —La mirada en la cara de Grim
le dice que va a tener una batalla en sus manos.
—Grim. —se mueve hacia él, deteniéndose justo antes de tocarlo,
cuando recuerda que está cubierta de polvo. —Te amo. Las chicas
y yo sabemos que estamos primero para a ti, pero también nos
damos cuenta de que tienes otras responsabilidades y ahora mismo
necesitas para ver por ellas. —Lisa ve que él está escuchando. —
Montfort y estos hombres —de confianza— que has seleccionado
solo tendrán que acostumbrarse a que las mujeres les hablen .y
comprenderlo. —Ella agita sus brazos enviando otra ola de polvo.
—¿Cómo se supone que van a atraer a una mujer si ni siquiera han
hablado con una?—Eso puso a Grim frunciendo el ceño.
—No te atraerán. —Sus ojos se endurecieron.
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—No, no lo harán. —Ella le da una mirada suave. —Eres el único
hombre que quiero atraer. —Ignorando lo sucio de su mano, ella
acaricia su mejilla cicatrizada calmándolo.
—Soy tuya Grim.
Montfort aturdido; mira de su rey a la mujer que ha reclamado
como su reina y siente que él se está entrometiendo. Él no entiende
esto. No la entiende. ¿Que juego está esta hembra jugando con su
rey? Ella le habla con ternura, es aparentemente comprensiva
acerca de sus deberes. Ella le dice —Te amo—, una frase antigua
que manifiesta su compromiso con él en presencia de otros. Ella
toca de buena gana sus cicatrices pero ella quiere que la dejen sola
con otros hombres, muchos otros machos.
—Señor... —Montfort les recuerda a su presencia. —Sería mejor
para ellas no estar aquí.
—¿Son una amenaza para nosotras Grim? ¿Dañarán a las niñas?
—dice ignorando a Montfort.
—No. Estos son hombres honorables, pero se sentirán incómodos
a tu alrededor. —Grim observa los ojos de Lisa que se dirigen de
sus chicas, a la habitación y luego a Montfort antes de volver a él.
—Sé que no es la manera de Tornian— Grim para que hembras y
machos interactúen fuera de la unión. —Ella ignora el grito
ahogado de Montfort. —Pero es la forma de la Tierra. Podemos
interactuar, ser amigos, e incluso preocuparse el uno por el otro sin
que conduzca a unirse. Tal vez sea algo que tus machos necesitan
aprender. El cambio no siempre es algo malo... si nos fuéramos las
chicas y yo, sería muy infeliz en este momento.
Grim mira a las chicas en silencio escuchando y luego a Lisa. Sus
vidas han cambiado drásticamente, una cambio forzado en ellos.
Podrían ser hoscas y exigentes para todas las pruebas que han
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tenido que soportar pero no lo eran. Una mujer Tornian estaría
amenazando con unirse a otro si su habitación no hubiera sido
preparada a su gusto, no su Lisa, ella lo prepararía ella misma,
pidiendo solo que se le permitiera hacerlo. Ella ha traído mucho a
su vida, más que solo las chicas, ella lo acepta, lo ama. Ella le
mostró que su mundo puede ser diferente, mejor, ahora ella quiere
hacer lo mismo por su gente, su gente. Significará un gran cambio,
pero como ella dijo, no siempre es algo malo. Sonriendo él se
inclinó para capturar sus labios en un rápido beso.
—Montfort. Él lo mira. Lisa y las chicas se quedarán. Ella va a
dirigir a los hombres sobre lo que ella desea sea hecho y seguirán
sus órdenes a menos que las ponga a ella o a las niñas en peligro.
¿Esta eso entendido? —Le da a Montfort una mirada dura.
—Si señor.
—¿Te ocuparas de todo verdad mi Lisa? —Él la toma suavemente
de la cara.
—Lo hare. ¿Estarás comiendo la comida del mediodía con
nosotros?
—Lo dudo.
—Oh. —Montfort escucha la decepción en su voz. —¿Pero esta
noche?
—Sí. —Se vuelve oyendo a sus hombres acercándose. —
Guerreros, esta —indica a Lisa —es su Reina. La reina Lisa y
nuestras dos niñas, Carly y Miki. —Silencio saluda su declaración.
—Hola —dice Lisa de pie con orgullo junto a Grim, deseando no
estar cubierta de polvo.
—Hoy preparan la cámara de reposo de las chicas. La reina Lisa
va a estar dirigiéndolos en cuanto a lo que ella desea sea hecho,
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con la asistencia de Montfort. ¿Entienden? —Después de un
momento de shock, ellos respondieron.
—Si señor.
—Te veré esta noche —le dice bruscamente que asintiendo a
Montfort, se va.
Después de un comienzo lleno de baches, Lisa puede decir
honestamente que están progresando. Los hombres fueron
finalmente siguiendo sus instrucciones sin mirar primero a
Montfort. Había ayudado que las chicas, que al principio no se
habían acercado, fueron encantándolos. Con sus sonrisas y risas.
También rápidamente quedó claro que mientras la habitación
estaba polvorienta, no estaba sucia.
—Esto no es tan malo como pensé que sería Montfort. Además de
pulir y limpiar ventanas, es sobre todo polvo. Ojalá las otras
habitaciones estén igual.
—Lo están. El rey solo requería que se mantuvieran una vez al año.
—E hiciste lo que él pidió. — Ella reconoce. —Gracias, pero eso
va a cambiar ahora que hay una familia viviendo aquí. Las
habitaciones no utilizadas se limpiarán cada... —Ella busca la
palabra. —Ciclo lunar—.
—¡Cada ciclo lunar!— Montfort no puede mantener el shock fuera
de su voz.
—Sí. Controlará el polvo y mantendrá las ventanas limpias. Y
hablando de ventanas, las de la Cámara del Rey tendrán que
hacerse hoy.
—Sí, Majestad—, dice Montfort rígidamente, suspirando Lisa lo
mira.
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—No voy a hacer que me llames Lisa, ¿verdad?
—No Majestad.
—¿Puedo preguntar por qué?
—Solo el macho con el que una hembra está unida, puede usar su
nombre. —Montfort le informa.
—Entonces, ¿cómo llamas a una con la que de repente debes
hablar también?
—Si dentro de mis deberes se hace necesario que hable con una
mujer, sin su hombre presente, a ella siempre se le dirige por el
titulo de su macho.
—¿Entonces… tú eres?
—Soy Guerrero Montfort, Maestro del Castillo Luanda. —
Montfort se para con orgullo y Lisa sabe que tiene el derecho.
Montfort está a cargo de todo el castillo, asegurándose de que todo
funcione sin problemas, desde comida hasta limpieza.
—Muy impresionante, ¿entonces tu mujer es tratada como?
—No tengo mujer —le informa.
—¿Por qué? —Él la ve honestamente confundido. —Eres un
guerrero de la casa Luanda. Tienes un puesto de gran
responsabilidad en esa casa. No tiene sentido que una mujer no te
elija.
Montfort no sabe cómo reaccionar. Ella acaba de darle un gran
cumplido, si hubiera sido alguna otra mujer, él pensaría que estaba
interesada en unirse a él, pero no ve interés en ella. Ve sólo
preguntas.
—No podría mantenerla suficientemente feliz.
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—Suficientemente feliz... ¿eso significa proporcionarle cosas?
Cosas como las de arriba.
Montfort asiente con rigidez. —Las prioridades de sus mujeres
están realmente en mal lugar Montfort.
—¿Mujer?
—La palabra de la tierra para las hembras.
—Sus... mujeres... ¿no exigen muchas cosas por unirse a ellas?
—Bueno... hay mujeres así en la Tierra, no te mentiré. Pero la
mayoría solo está buscando un buen hombre, uno que las trate bien
y este en casa por la noche.
—Las trata bien, eso es darles cosas.
—Podría ser, supongo. Siempre lo disfruté cuando mi esposo me
dio regalos, pero eso es lo que eran, regalos. Algo que pensó que
me gustaría, no algo que exigí para quedarme. Pero es más que
eso, es el resto, hablar y escuchar, ser amable y comprensivo con
el otro. Nadie es perfecto Montfort, todos cometemos errores,
tenemos días malos. Es estar dispuesto perdonar al otro, eso es
tratar bien a alguien. Tratándolos como te gustaría que te trataran.
—Y esto es lo que quieren las hembras de la Tierra... las mujeres.
—En su mayor parte sí, cada una es diferente, al igual que cada
guerrero aquí quiere algo diferente en una mujer, supongo.
—Sería abordada como Amada —le informa Montfort. —Mi
hembra.
—Gracias Montfort.
El repique de campanas hace que todos los hombres se detengan.
—¿Qué es eso? —Ella mira a Montfort para la aclaración.
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—Es la señal para la comida del mediodía.
—Oh. —Lisa mira alrededor de la habitación y sonríe. Los pisos
están brillando, las ventanas brillan, los muebles pulidos a alto
brillo. Ahora todo lo que necesita son esos pequeños detalles que
hacen a un hogar y esos están arriba.
—¿Majestad? —Montfort interrumpe sus pensamientos.
—Oh, lo siento. —Tímidamente ella ve todos los hombres estan
esperando —Disfruten de su comida se la han ganado. —Ella se
hace a un lado, sonriendo, mientras todos intentan irse al mismo
tiempo. —¿Montfort?
—Sus comidas serán traídas Majestad.
—Bien, eso está bien. ¿Crees que puedes conseguir que otra
habitación hecha hoy o son necesarios en otra parte?
—Están a su disposición durante el tiempo que desee a Majestad.
—Oh, bueno, me gustaría que las habitaciones se hicieran primero,
de esa manera el polvo no se lleva a un área limpia. Después que
podemos movernos en el primer nivel y así sucesivamente.
—¿Quieres que limpien todo el castillo? —Él no puede ocultar su
sorpresa.
—Bueno... —Ella considera su pregunta. —Sí, supongo que sí.
Una vez que haya visto el resto por supuesto. Estoy segura de que
no habrá mucho que hacer pero yo necesito averiguar dónde
colocar todo lo de arriba.
—¿Vas a mostrar tus tesoros por todo el castillo? ¿Para que todos
los vean? —Montfort está seguro el universo acaba de colapsar
—Para que todos disfruten. —Ella corrige. —¿Que bien están
haciendo escondidos allí arriba? Después del almuerzo, las chicas
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y yo subiremos para ver qué les gustaría en su habitación. Vamos
a necesitar algo de ayuda para mover muebles y cosas por el estilo,
oh, y ¿quién hace la ropa aquí? —Ella se agarra su camisa para que
él entienda.
—Tenemos un vestidor —le dice.
—¿Sabe cómo hacer ropa femenina?
—Su hembra lo hace.
—¿El vestidor tiene una mujer? ¿Aquí en el castillo? —Lisa no
puede ocultar su sorpresa.
—Él tiene una casa de campo entre el Castillo y pueblo. Su hembra
es Auyangian no Tornian, su nombre es Padma Ella hace cubiertas
para las hembras. —Él le dice a ella como si eso lo explicara todo.
—Yo... —La llegada de su comida la detiene. —Ve a comer a
Montfort, hablaremos luego.
—Mami... ¿es real? —Carly le pregunta con los ojos abiertos
mientras mira la recompensa que tiene por delante. Después del
almuerzo y duchas rápidas, Lisa lleva a las chicas por la escalera
hasta su sorpresa—
—Lo es, así que vamos a mirar y ver qué quieren para su
habitación.
—¿De verdad, mami? —Miki no puede mantener la emoción fuera
de su voz.
—Realmente, pero dentro de lo razonable chicas, noté un edredón
azul y verde de cama allá atrás pensé que estarían de acuerdo. —
Con chillidos, comienzan a correr. El verde es el color favorito de
Carly y siendo el azul el de Miki, Lisa había dicho una silenciosa
oración de agradecimiento cuando lo había visto.
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No lleva mucho tiempo para que las chicas comiencen un montón
de lo que querían y para que Lisa aparte la mitad negándose.
—Vamos chicas, ¿realmente creen que necesitan un cuenco lleno
de diamantes?
—Pero son brillantes mamá —le informa Miki.
—Sí, lo son, pero no son para el dormitorio de una niña. Grim
tendrá que decidir qué hacer con ellos. Ahora estoy de acuerdo con
el edredón, las sábanas y las almohadas. Las mesas de al lado de
la cama están bien y cada una puede elegir dos cosas que quiera
ponerles. —Ella se golpea un dedo en la mejilla mientras ella
piensa —Ahora, hay un escritorio para cada una de ustedes y esa
mesa baja para que pueda sentarse en el suelo para dibujar o jugar
juegos y alfombras por supuesto.
—La azul mamá. —Miki rápidamente anuncia.
—¡No hay verde! —Carly le responde.
—¡No discutan o no consiguen nada! —Advierte Lisa.
—Pero mami... —La pequeña mandíbula de Miki tiembla.
—Lo digo en serio Miki Renee. Estás siendo muy ingrata, lo sabes.
—Lo siento mami... me gusta mucho el azul. —Lisa se arrodilla
envolviendo sus brazos alrededor de ella.
—Lo sé nena, pero a Carly le gusta el verde y vas a compartir un
cuarto.
—Lo siento Carly. —Miki se acerca a su hermana, sus pequeños
ojos llenos de lágrimas.
—Tu puedes tener la verde. —Carly abraza a su hermanita, el
momento es tan precioso que casi rompe el corazón de Lisa.
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—Está bien Miki, me gusta verde, pero te encanta el azul.
Montfort y los hombres se congelan ante la vista que les saluda a
su regreso. Tres hembras jugueteando y riendo, en un montón de
ropa de cama que está atascada en la puerta del Rey.
—¿Majestad? —Montfort corre a través de la habitación antes de
detenerse al ver sus lágrimas. —¿Está herida?
—No. —Lisa se seca la mejilla con un gesto de la mano y trata de
pararse. —Nosotras estamos. Nosotras sólo... —Ella estalla en
rizas de nuevo.
—Estábamos tratando de llegar a nuestro dormitorio. —Carly les
informa. —Entonces mamá se quedó atascada en la puerta y
entonces ella giró la manta envuelta alrededor de ella y luego,
cuando tratamos de ayudarla, resbaló y luego todos nos enrollamos
y luego nos echamos a reír.
Todos los guerreros están agradecidos cuando ella finalmente se
detiene para respirar.
Finalmente saliéndose del edredón Lisa se pone de pie. —Lo siento
por esto chicos, era tan divertido. —Respirando hondo, intenta
controlarse. —Muy bien chicas, el tiempo de reírse ha terminado,
volvamos al trabajo. —Las niñas se salen de las mantas. —
Montfort, odio preguntar, pero ¿Podría usted o alguno de ustedes
ayudarnos aquí?
Inmediatamente, dos machos se lanzan hacia adelante, fácilmente
capaces de maniobrar la ropa de cama voluminosa a través de la
puerta, llevándola a la habitación de las niñas.
—Gracias Agee, Kirk—, dice ella siguiéndolos a la habitación. —
En la cama está bien.
—De nada Majestad. —Rápidamente se van.
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—Chicas, comiencen con la cama mientras hablo con Montfort. —
Sabiendo que harán lo que ella le pide, Lisa se va a buscar a
Montfort.
—Sí, Faber también por el lado de afuera de las ventanas. —Ella
lo encuentra tratando con lo que parece ser un guerrero molesto.
—Hola Montfort, ¿hay un problema?
—No, Majestad, solo una opinión diferente sobre lo que está
limpio. —El guerrero vuelve rápidamente a su tarea.
—Lo veo, gracias por asegurarse de que se haga correctamente. Sé
que a los guerreros como estos debe parecerles tonto pero no hay
nada de malo en querer ver las cosas contenidas en su casa con la
mejor luz.
—Como si alguna vez los fuéramos a ver. —Faber gruñe lo
suficientemente fuerte como para ser escuchado.
—Faber! —Grita Montfort enojado.
—Supongo que solo tendrás que esperar y ver. —Volviendo a
darle la espalda al guerrero, ella ve que cada guerrero en la
habitación vuelve rápidamente a su tarea. —Montfort hay varias
piezas de mobiliario que las chicas escogieron que necesitarán
mudarse y si me consigues una escalera voy a bajar las cortinas
para que se pueden colgar en su habitación también.
—¿Majestad? —Todo el trabajo se detiene de nuevo.
—No debería llevar mucho tiempo, oh, y hay un par de alfombras.
—Lisa continúa sin darse cuenta de que está sorprendiendo los
machos.
—Sí, majestad.
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—Genial, déjame ver cómo están las chicas y te veré arriba para
que sepas qué necesita ser movido.
Girándose, sin saberlo, sale de una habitación aturdida.
—¡Majestad, déjame hacer eso! —Demanda Agee. Ver a su nueva
reina en la parte superior de la escalera tiene a su corazón
tartamudeando.
—Estoy bien, pero si pudieras doblar y apilar esos, lo apreciaría.
—Ella hace un gesto hacia la pila de material en el suelo. —Este
debería ser el último que necesito. —A medida que el material cae,
ella se gira para descender.
—¡Lisa! ¿Qué estás haciendo? —El repentino grito de Grim tiene
el pie de Lisa deslizándose. Atrapándose a sí misma, ella se vuelve
a él.
—¡Grim! ¡Me asustas mucho! —Una vez que está firme, comienza
a bajar solo para descubrir que está en los brazos de Grim mientras
la saca de la escalera. —Hola. —Ella le sonríe, pero Grim no
sonríe, ella se podría haber caído y herido.
—¡Agee! ¿Por qué estaba ella en esa escalera? —Exige enojado.
—¡Ahora espera un minuto! —Lisa le da una mirada enojada. —
No puedes culpar a Agee. Él no sabía que yo estaba en eso. Él
acaba de subir y me estaba pidiendo que bajara.
—Mis disculpas. Majestad. Debería haber sido más diligente. —
Agee se arrodilla ante él.
—Grim... —Lisa suplica. —No hizo nada malo.
Grim mira a los ojos suplicantes de Lisa, su corazón aún palpita
por el susto que le ha dado cuando la había visto deslizarse... pero,
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ella tiene razón, no fue culpa de Agee. Él es el que la sobresaltó y
ella está a salvo en sus brazos.
—Rise Agee, mi Lisa tiene razón. No fuiste negligente en tus
deberes.
—Señor. —Levantándose los mira y luego los aleja rápidamente.
—Grim, que… ¿Estás volviendo tan temprano? —Ella atrae su
atención hacia el. —No pensé que lo harías, que vendrías a la cena.
—Te extrañé. —Su admisión es recompensada con una sonrisa
radiante.
—¿De verdad? —La alegría en su voz es fácilmente escuchada por
Agee quien parece haber sido olvidado.
—De verdad. —Agee no puede dejar de mirar mientras su Rey
pone sus labios en los de Lisa... que parecen obtener gran placer
de ello. Girándose rápidamente comienza a doblar las cortinas.
—No vas a seguir con eso de nuevo. —Grim ordena terminando el
beso.
—Grim…
—Tengo guerreros que pueden hacerlo. Guerreros que no se harán
daño.
—Bien, bien. Probablemente tomará dos para levantarlos de todos
modos. —Lisa se menea en sus brazos. —Permíteme bajar para
que pueda ayudar a Agee a llevarlas.
—No. —Él la pone en sus pies. —Las llevaremos. ¿A dónde van?
—La habitación de las chicas. Oh Grim, deberías verlo. Tus
guerreros hicieron un trabajo tan maravilloso y con apenas
refunfuños en absoluto. Las chicas están tan emocionadas.
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—Un guerrero ¿Se quejó de un deber asignado? —El tono de Grim
es amenazador.
—No en realidad no. No importa. —Ella agita una mano de
despedida.
—Me darás su nombre Lisa. —Grim la mira.
—No. No lo haré. —Agee se sorprende al ver a la pequeña mujer
que puso sus manos en sus caderas y fulminó con la mirada de
vuelta en el rey. —La limpieza del polvo, el pulido y la limpieza
no es algo que tus guerreros son normalmente requeridos a hacer.
No puedes culparlos si les disgustó a algunos de ellos, no cuando
deberían estar con su Rey. —Había escuchado lo suficiente la
conversación para saber que habían sido sacados del tiempo con
Grim.
—¡Puedo y hare! ¡Les di este deber! ¡Escogí aquellos en los que
más confiaba para estar cerca de mi reina y descendencia cuando
no pude! ¡Para que uno se niegue! —Grim se enfurece, su ira brota
de él en oleadas. —¡Obtendré el nombre Lisa! —Ella solo lo mira
a los ojos y sacude la cabeza, no intimidada por su ira mientras
Agee inclina la cabeza en señal de sumisión. Gruñendo, Grim gira
su Atención a Agee.
—¡Oh, no, no! —Lisa se interpone entre los dos. —Agee no tiene
nada que ver con esto y tú no lo harás. ¡Lo pondrás en medio de
nuestra discusión! —Ella se gira hacia un Agee aturdido. —
¿Podría por favor bajar esa primera carga para mí, Agee? —
Pregunta con la voz más dulce que puede manejar. Los ojos de
Agee vuelan a Grim.
—Haz lo que tu Reina te ordena a Agee. —Grim ordena con
brusquedad pero sus ojos nunca dejan a Lisa.
—Sí, mi rey. —Agarrando una pila, se escapa rápidamente.
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—¿Defenderías a otro guerrero de mi? —Grim no puede evitar el
dolor de su voz.
—Si creo que estás equivocado, entonces sí, pero la palabra clave
aquí es para ti Grim, no antes que tú. Si alguno de los guerreros
hubieran sido irrespetuosos contigo, con las chicas o yo, estaría
gritándote su nombre. —Ella pone una mano sobre su pecho
abultado. —Todos los hombres de abajo te representan y te
respetan. Hicieron la tarea que les asignaste por eso. Yo, ellos no
me conocen... soy mujer... no Tornian... no soy de su confianza. Y
aquí les doy órdenes.
—¡Tú eres su reina! ¡Es tu derecho!.
—Estoy de acuerdo, pero ayer solo me proclamaste su Reina y ya
estoy cambiando las cosas. Les va a tomar un tiempo para
aceptarme Grim. Aceptar que mi lealtad te pertenece. —Viéndolo
tranquilo, ella toma su mano. —Baja las escaleras Grim. Ven a ver
qué trabajo tan increíble que los guerreros lo han hecho. Ven a ver
lo felices que han hecho a nuestras chicas.
—Tú, mi Lisa eres peligrosa. Tu podrías encantar al Kelpie del
arbusto Elul. —Grim le permite liderar el camino en las escaleras.
—Eso es un cumplido, ¿no? —A su sincera mirada él se ríe.
—Si mi Lisa. Solo los más hábiles capturan al Kelpie.
—Bien.
—¡Grim! —Dos paquetes de energía están de repente volando por
la habitación, saltando a sus brazos. Levantándolas, se encuentra
con varios besos. —¡Mira Grim! ¡Mira! —Exigen. Mientras lo
hace, no puede creer que sea la misma habitación que dejó antes.
Los pisos relucían mostrando la variedad de colores de la madera
luda utilizada en ella. La cama está cubierta con la tapa azul y
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verde que había estado destinada a Lisa y llena de almohadas a
juego. Hay alfombras en los pisos, muy limpias. Muebles en ellos
y pequeñas cosas en las mesas, captando la luz que entra por el
resplandor de las ventanas.
—¿No es hermoso Grim? —Miki le sonríe. Tus guerreros hicieron
un buen trabajo. Incluso están también colgando las cortinas para
que mamá no lo haga. Mirando hacia dentro de la habitación, él ve
a Agee y Kirk haciendo precisamente eso.
—Ya veo Miki. Parece que todos ustedes han estado trabajando
muy duro.
—Lo hemos hecho. —Carly asiente. —Y mamá nos dejó elegir
todo lo que queríamos de arriba. Bien casi cualquier cosa, pero eso
está bien, yo no quería un tazón de piedras brillantes de todos
modos.
—¿Rocas brillantes? —Él mira a Lisa.
—Los diamantes. —Lisa le susurra.
—Oh.
—Sí, mamá dijo que tendrías que decidir qué hacer con ellos —le
dice Carly.
—¿Lo hizo ella? —Él levanta una ceja.
—Sí.
—Perdona mi rey. —Faber entra en la habitación, ignorando por
completo a Lisa, mientras él trae el resto de las cortinas que le han
ordenado llevar. Al pasar por el rey, él se topa con Lisa y ella
tropieza con una silla.
—¡Lisa! —Rápidamente baja a las chicas.
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—Estoy bien. —Grim la comprueba rápidamente antes de encarar
a Faber.
—¡Te atreves a hacerle daño a mi reina!
—¡Majestad! —Faber rápidamente se pone de rodillas.
—Lamentablemente fue un accidente. —Ella pone su mano en su
brazo tratando de que entienda —Tenia las cortinas apiladas tan
alto que no podía verme.
—Fuera Faber. —Ordena Grim.
—¡Mi rey! —Protesta Faber.
—Fuera de mi vista antes de que te desafíe por su ofensa. —La voz
de Grim es mortal. Con un rápido asentimiento de la cabeza Faber
sale de la habitación, el silencio que sigue es pesado.
—Agee —Grim gruñe.
—Mi rey. —Agee se apresura hacia él.
—Toma esas. —Señala el piso cubierto por una cortina. —
Levántalos.
—Sí, mi rey. —Rápidamente él recoge las restantes cortinas y
reanuda su tarea. Mirando a los ojos de sus niñas Grim ve que su
ira les ha quitado la alegría de ellos.
—Chicas porque no le muestran a Grim lo que hemos hecho en la
sala de limpieza —Lisa sugiere frotando una calmante mano a
través de la espalda de Grim.
—¿Quieres verlo Grim? —Carly pregunta tentativamente.
—Realmente lo deseo Carly. —Grim preferiría darle una patada en
el culo a Faber, pero Carly sonríe, y eso mas que lo compensa.
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—Vamos, entonces. —Confiadamente, ella toma su mano y lo
aleja. Lisa los sigue más lentamente, pensando. Eso es la segunda
vez ya que Grim ha reaccionado en exceso ante lo que él ve como
una ofensa contra ella. ¿Qué lo tiene tan preocupado?
—¿Mi Lisa? —Él la mira por encima del hombro.
—Ya voy.
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—¿Grim? —Lisa pregunta mientras se aparta del fuego, luciendo
hermosa.
—¿Qué es mi Lisa? —Él se mueve hacia ella, no han tenido ningún
problema para acostar a las niñas, con todo el trabajo que habían
hecho y la emoción de su nueva habitación, se quedaron dormidas
rápidamente.
—¿Qué te tiene tan preocupado por mi seguridad? —Si ella no
hubiera estado observándolo de cerca, se lo habría perdido.
—No es nada mi Lisa. —Sentado junto a ella en el sofá, él toca su
vaso. —No has intentado el vino Kofi. —Obedientemente ella
toma un sorbo.
—Es muy bueno, pero no estás respondiendo a mi pregunta.
—Tú eres mi reina, mi corazón, ¿cómo puedo no estar preocupado
por ti?
—Lo entiendo porque siento lo mismo por ti, pero eso no es lo que
esto es. —Ella sorbe su vino esperando pero él no dice nada. —
¿Hay una amenaza contra las niñas?
—¡No! —Él le asegura rápidamente.
—¿Y qué? No soy una mujer tornian Grim. No voy a correr
gritando a la primera señal de problemas No me voy a romper si
me dices la verdad y creo que me lo merezco.
—Sé que eres fuerte, mi Lisa, pero tengo derecho a protegerte.
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—No estoy discutiendo eso. Tu lo haces, y yo también lo quiero,
pero también tengo derecho a saber qué esta pasando.
Especialmente cuando me afecta no solo a mí sino también a
nuestras hijas. No puedo proteger si no sé hay una amenaza.
—No tengo conocimiento de una amenaza, mi Lisa. —Se estira
para jugar con un mechón de cabello suelto.
—Pero tu sospechas. —Ella le da una mirada de consideración. —
Sospechas que Luuken intentará algo otra vez.
—Sí —admite finalmente. —Él te quiere, Lisa, él quiere lo que
tienes.
—Las niñas —susurra.
—Sí. Cuando llegue a Tornian, irá ante Wray y pedirá que traigan
a Tornian, a ti y las chicas. Para que seas presentada a aquellos que
se consideran aptos para unirse.
—Pero ya he elegido. —Ella le dice con firmeza. —Tú, te he
elegido Grim.
—Él va a desafiar a mi derecho por ti al declarar que no habías
sido guiada y que no sabías lo que prometías —advierte Grim.
—Él puede decir todo lo que quiera, todavía te elegiré.
—No se me permitirá en el piso, solo los elegibles lo son. —
Dejando a un lado su vaso, ella se sienta sobre el a horcajadas.
—Será mi elección y mi elección siempre serás tú. —Inclinándose,
ella captura sus labios, sellando su voto.
—¿Cuánto tiempo tenemos? —Mirando el fuego agonizante, su
mano acaricia suavemente a su desnudo pecho.
Grim no pretende malinterpretar.
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—El Buscador llegará a Tornian mañana. Luuken tardará una
semana en presentar su petición y otra antes de que Wray lo
escuche. Después de eso, dependerá de cuánto tiempo le lleve a
Wray su decisión. Si él decide a favor de Luuken, tendré que
presentarte a la Asamblea para que puedan emitir un juicio sobre
nuestra unión.
—Emitir juicio... ¿me estás diciendo que un grupo de extraños
puede decidir si tengo derecho a escogerte?
—Sí.
—Déjalos probar Grim. —Ella le dice y su voz es feroz. —Los
destrozaré si intentan separarte de nosotras. Nadie me separa de mi
familia.
—Nadie te quitará a tus hijas, mi Lisa. —Él rápidamente la
tranquiliza.
—No estoy hablando de las chicas de estoy hablando de ti y nuestra
gente, la gente de Luda. Ellos son mi familia también ahora y
lucharé para protegerlos.
Grim cierra los ojos, enviando una oración de agradecimiento a la
diosa, por poner a esta mujer en sus brazos. Su vida estaría vacía
sin ella.
—Duerme mi Lisa —Grim le dice suavemente. —Mañana llegará
lo suficientemente pronto.
—Te amo Grim. —Con el día poniéndose al día con ella, Lisa se
queda dormida por el ritmo del corazón de Grim.
— ¿Quién se quejó de servir a mi reina, Montfort? —Grim se
sienta detrás de su escritorio en la habitación de mando de la casa
Luanda, temprano a la mañana siguiente, mirando a su viejo
amigo.
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—Hubo murmuraciones señor, pero no tengo quejas —le informa
Montfort. —Ellos no entienden por qué los has separado de ti.
—¿Les explico mis órdenes a los guerreros Montfort? —La voz de
Grim es engañosamente suave pero Montfort lo sabe mejor.
—No Majestad. Los guerreros siguen tus órdenes sin ninguna
pregunta —le dice.
—¡Eso es correcto! —El puño de Grim golpea el escritorio
causando que se agite.
—¿Entonces a quién Lisa escucho?
—Fue Faber mi rey —le informa Montfort. —No había limpiado
suficientemente las ventanas en la segunda habitación. La reina
entró cuando lo estaba corrigiendo. Explicó que los quería brillante
para que se refleje la luz sobre la casa de Luanda y sus contenidos.
Faber respondió que nadie jamás vería esos contenidos.
—¿Él cuestionó mi derecho a darle a mi reina? —Grim gruñe. —
¿Su derecho a hacer con ello como ella le plazca?
—No creo que él tuviera esa intención Majestad, su frustración por
su tarea asignada lo superó.
—Él será asignado a Oya de ahora en adelante. —El tono sombrío
es duro y frío.
—Mi rey, ¿no es eso demasiado duro para un momento de
frustración? —Alger pregunta con respeto. Él ha estado
entrenando a Faber para convertirse en un miembro de la Guardia
de élite, él es feroz en la batalla, y Alger espera que será así en la
protección del Rey. Oya está a cargo de los guerreros que guardan
las paredes y mientras es un trabajo importante, no lo hace llegar
el estado de un Guardia de élite.
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—Fue descuidado en presencia de la reina Alger, casi derribándola.
—Ha probado a través de palabras y hechos que él no respeta su
posición y que su seguridad no es importante para él, haciéndolo
indigno de consideración para el estatus de Guardia de Élite.
—Sí, mi rey, lo haré personalmente. —Argel se inclina
respetuosamente. —¿Sabes cuándo ya no serán necesarios los
seleccionados?
Grim mira a Montfort. —Dos días más para el Ala del Rey, la Reina
quiere que el primer nivel sea limpiado antes de continuar
inspeccionando el resto de Luanda.
—¿Todo? —Alger no puede evitar ocultar la conmoción en su voz.
—Ella tiene la intención de vaciar y exhibir el nivel femenino en
todo el castillo. —Ambos hombres miran a Grim por su reacción.
—Ella mencionó que debería ser para que todos lo disfruten. —Él
se encoge de hombros. —La complace, así que será a su modo.
—Sí, mi rey —responde Montfort. —¿Mi rey? —Pregunta
vacilante.
—Sí, ¿Montfort?
—Me gustaría que el personal de la casa comience a limpiar las
otras áreas de Luanda.
—¿Sin la guía de la reina? —Grim lo mira fijamente.
—Siento que sé lo que ella quiere que se haga, ella puede
inspeccionar el trabajo y si ella siente que no es satisfactorio
trabajaremos hasta que lo sea. Siento que, con los cambios que está
haciendo la reina Lisa, tomará varios grupos del personal, asignado
a trabajos específicos, para ver que se realiza de manera correcta y
eficiente. Nuestros machos son muy orgullosos señor; si hacen el
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trabajo inicial, entendiendo los resultados reflejados en ellos,
encontrarán maneras más eficientes de completar sus tareas.
Grim se inclina hacia atrás, pensando en lo que Montfort ha
propuesto. Es lógico que cierto personal sea responsable de ciertos
trabajos, especializados en esa área. También es correcto que
querrán sentirse orgullosos de su trabajo, tal vez se ganen una
elevación de estatus.
—Eso estará bien Montfort. —Grim mira alrededor de la
habitación y se pregunta qué pensará Lisa de ella. ¿Qué querrá
hacer aquí? Apenas puede esperar para ver. —Alger.
—¿Mi rey?
—¿Has reducido tu lista de guerreros para la Guardia de la Reina?
—He elegido doce para su aprobación, algunos necesitarán
capacitación adicional para alcanzar el Estado de élite, pero hay
tiempo.
—Puede que no haya. —Montfort interrumpe.
—¿Qué quieres decir? —Los ojos de Grim se dirigen a él.
—La reina ha solicitado una reunión con la mujer del diseñador. A
ella le gustarían cubiertas hechas para ella y las princesas.
—Gossamer se niega a dejar que su hembra salga de su casa, mi
rey. Todos los machos traen a sus hembras a ella. —Montfort le
informa.
—Ella vendrá por la reina —Grim le dice.
—Sí, señor. —Montfort asiente.
—¿Alguna otra preocupación?
Grim mira a los dos guerreros en los que confía.
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Poniendo la pequeña estatua en el medio de la mesa, Lisa retrocede
para observar su trabajo manual. Las cortinas aún deben colgarse,
pero aun así estaba satisfecha con los resultados, la habitación
parecía cómoda e invitante, se vuelve sorprendida al encontrar a
Grim observándola.
—Buenos días. —Ella sonríe, caminando hacia él. —Pensé que te
habías ido todo el día. —Estirándose ella lo besa.
—Tuve un encuentro temprano con Montfort y Alger quería estar
de vuelta antes de que te despertaras pensé que podríamos tener la
primera comida juntos.
—Estaba dejando que las chicas duerman, pero me encantaría tener
la primera comida contigo.
—Deberías haber descansado más tiempo también. —Enmarcando
su rostro en sus manos él ve fatiga en sus ojos.
—Hiciste demasiado ayer.
—No hice tal cosa. Si estoy un poco cansada es porque alguien
insistió en darme placer nuevamente una y otra vez anoche. —Ella
le da una sonrisa descarada.
—Intentaré no hacer eso de nuevo. —Él le dice, manteniendo una
cara seria.
—No harás tal cosa. —Ella le da a su brazo una palmada
juguetona. —Elijo estar cansada cualquier día todos los días.
—Sostienes mi corazón, mi Lisa. —Capturando su boca, él le da
un beso desesperado. —Tu debes tomar cuidado de ti misma,
porque no sabría cómo sobrevivir sin ti ahora.
—Lo haré Grim. —Ella promete agarrando sus muñecas. —Lo
prometo. Estoy bien.
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—Dejarás que los machos hagan el trabajo hoy. Ahora saben lo que
deseas —exige.
—Estoy bien con dejar que Montfort supervise a tus guerreros
Grim. Me gustaría organizar arriba, así que cuando las
habitaciones estén terminadas, sabré qué quiero dónde. —Grim
mira alrededor de la habitación en la que están.
—Esto es hermoso mi Lisa. ¿Cómo lo hiciste así?
—Estudié la decoración de interiores antes de que naciera Carly.
—Dice y su mirada viaja alrededor de la habitación.
—Decoración de interiores... —preguntas Grim.
—Haciendo todo esto. —Ella agita su mano. —Poner colores,
telas, muebles y algo más de justo todo junto de una manera
agradable. Me gusta hacerlo.
—Lo haces muy bien mi Lisa. Nunca he visto una habitación tan
hermosa como la de nuestras chicas.
—¡Gracias! —Ella le sonríe y de repente se da cuenta de que
realmente no le importan las cosas piso de arriba, solo en cómo
puede usarlos para hacer su hogar más hermoso para todos. ¿Cómo
sabia la Diosa que necesitaban una criatura así?
—¿Grim?
—Sí, mi Lisa —pregunta en voz baja.
—Necesito que hagas algo con todas las joyas de arriba. Ellas son
valiosas y necesitas tomarlas.
—Son tuyas —dice tercamente.
—Gracias, pero es demasiado. —Ella niega. —¿Qué haría yo con
ellas?
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—Las hembras las usan para comprar lo que quieren —le dice.
—Entonces puedes quedártelas y cuando necesite algo te lo diré.
—¿No usaste joyas en la Tierra? —Él la mira confundido.
—Hay joyas, pero se utilizan principalmente para la decoración.
Cosas que la gente lleva en sus cuerpos. —Ante su mirada confusa,
ella trata de explicar. —Hay cosas llamadas anillos, que van
alrededor de los dedos de las manos y los pies, las piedras a
menudo se colocan en ellas, también los collares, van alrededor del
cuello, pendientes. —mientras se tocaba el cuello y orejas.
—¿No tienes esto para negociar? —Él toca una joya en su oído.
—No. Mark me regaló los pendientes cuando nació Carly y el
collar cuando Miki nació. —Ella sonríe suavemente ante los
recuerdos.
—Un regalo para el regalo de su descendencia. —Grim dice
suavemente.
—Sí.
—Entonces tienen significado en lugar de valor.
—Sí, nunca los vendería. Algún día las entregaré a las chicas y
ellas podrán entregarles a sus hijas, algo de su padre.
—Un recuerdo —Grim dice comprendiendo.
—Sí.
—Señor. —Ambos giran a la interrupción.
—¿Seton? —Pregunta Grim.
—¿Dónde le gustaría que se sirva la primera comida, señor? —
Pregunta el macho rojo.
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—Mi cámara. —Girando Seton se va a ocuparse de ello. Tomando
el brazo de Lisa, él la lleva a su habitación.
De pie en el patio de piedra, Lisa inclina su rostro al sol con una
sonrisa de satisfacción en sus labios. Abriendo sus ojos, mira a las
chicas reír y correr por el jardín bien cuidado. Habían logrado tanto
durante la última semana, los guerreros y el personal de Grim
tuvieron a Luanda brillando como los diamantes que Carly
admiraba.
Había habido desafíos en ambos lados. Los hombres de Luanda no
podían entender que una mujer estuviera dispuesta a mostrar sus
tesoros para que todos los puedan ver. Insistieron en llamarlos
suyos no importa cuántas (y muchas) veces los corrigió.
Finalmente, ella simplemente había renunciado a tratar de hacerles
entender y simplemente les mostraba como ella deseaba todo.
Ahora el nivel de las –hembras— está vacío y Luanda está llena.
Grim observó en silenciosa diversión como sus feroces y ásperos
guerreros repentinamente caían para hacer su mandato por todas
partes. Literalmente sonrieron cuando ella los felicitó o agradeció,
y ella lo hizo a menudo, asegurándose de que cada uno supiera que
ella notaba sus esfuerzos. Entonces cada noche ella descansaba con
él, contándole lo que había sucedido durante su día, preguntando
por el de él, asegurándose de que él supiera que él era el único que
ella quería. Cómo había cambiado la vida.
Mirándola ahora, Grim no puede imaginar su vida sin ella. Ella se
gira ante el sonido de sus pasos, su placer al verlo era fácilmente
visto en su rostro.
—Pensé que estabas entrenando con tus guerreros esta mañana —
dice ella caminando hacia él.
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—Lo estaba. Ahora estoy contigo. Él la toma en sus brazos,
inclinándose para besarse.
Apretando incluso más cerca ella lo profundiza. La risa los hace
separarse para mirar hacia el jardín. —Supongo que debería ir a
ver en qué problemas se han metido ahora.
Lisa suspira, pero hay una sonrisa en su voz. —Lo haremos —
Grim le informa y girándola la mantiene cerca mientras buscan a
las chicas. —Montfort me informa que quieres que te hagan nuevas
prendas.
—Sí. —Se había olvidado de eso hasta ayer. —Dice que la mujer
del modisto puede hacerlas.
—Ella hace la ropa de las hembras. Enviaré por ella —le dice.
—Oh, pero pensé...
—¿Qué mi Lisa?
—Bueno, Montfort lo hizo sonar como si tuviera que ir con ella.
—Ella viene a ti. —Su tono es duro.
—Pero Grim...
—Tú eres la Reina, Lisa.
—Lo sé y yo lo entiendo, pero en realidad estaba esperando ir a
ella. —Ella le da una suplicante mirada. —Me gustaría ver más de
Luda y no suena como si ella viviera tan lejos. ¿Sería un problema
para ir allí? —Grim frunce el ceño hacia ella. —Creo que el
caminar las chicas también lo disfrutarían.
—Si eso es lo que deseas, entonces será arreglado —dice Grim a
regañadientes.
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—¿De Verdad? ¿No causará problemas? —Ella le da una mirada
esperanzada.
—No. Enviaré un mensaje para que te esperen mañana. Tú
también puedes decidir qué uniforme quieres que tu Guardia se use
mientras estés allí.
—¿Mi guardia? —Él la ve confundida.
—Como Reina tendrás tu propia Guardia. Argel ha presentado
nombres y terminaré de aprobarlos hoy para que puedan prepararse
para la salida de mañana. —En su silencio, él frunce el ceño. —
¿Qué está mal?
—Tus guerreros... han trabajado toda su vida para ser un miembro
de tu Guardia de élite.
Aprendí lo suficiente esta semana pasada para saber que ser
miembro de la Guardia de Élite del Rey es un gran honor. El estatus
del hombre es elevado, lo que aumenta sus posibilidades de atraer
a una mujer. El único ranking más alto es ser miembro de la
Guardia de Élite del Emperador
—Sí.
—Grim asiente con la cabeza. —Es importante para ellos, ese
estado y yo no quiero que tengan que sacrificarlo para protegerme.
—¿Crees que no te protegerían? —Grim exige con enojo.
—¡No! Tus guerreros son demasiado honorables para eso es solo
que...
—Te preocupa cómo afectará a sus posibilidades de unirse. —De
repente entiende lo que la tiene tan preocupada.
—Sí. Son buenos hombres Grim, al menos los que han estado
trabajando conmigo la semana pasada. Ellos merecen la
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oportunidad de encontrar a alguien. No quiero interponerme en el
camino de eso.
La atrae cerca, preguntándose si sus guerreros se dan cuenta del
campeón que tienen en su reina. —Serán las Guardias de Élite de
la Reina, mi Lisa. No habrá mayor honor en toda Luda que el de
proteger a mi reina y mi descendencia. Esto será conocido. Ellos
no sufrirán sirviéndote.
La sonrisa que recibe es casi cegadora. —Gracias, Grim. —
Estirándose, le da un rápido beso. —En cuanto a los uniformes no
tengo ni idea de qué deberían ponerse. —Ella frunce el ceño
pensando en lo que había visto vestir a sus guardias —¿Quiero
decir ellos necesitan llevar sus armas y demás cosas verdad?
Grim se ríe ante el comentario “de sus cosas”. —Si mi Lisa.
—Y supongo que será necesario que existan los uniformes
“formales” e “informales” ¿correcto?
—Eso es normal, sí —dice sin comprometerse.
—¿No pueden simplemente usar lo que los otros Guardias de élite
usarían? Son los colores de tu casa, ¿no?
—Lo son. —Grim levanta una ceja, extrañado de que se dio cuenta
de eso.
—Les haría efectivamente una unidad.
—Sí, pero debe haber alguna designación. —Lisa permanece en
silencio durante varios minutos.
—Tus hombres usan un medallón negro que tiene algún tipo de ave
tallado en él.
—Sí. Es el Raptor, un ave de presa, el símbolo de la Casa de
Luanda.
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—Así que eso es lo que mis guardias deberían tener pero no en
negro...
—Grim puede ver que está pensando.
—Eso se puede hacer, solo tienes que decidirlo —le dice.
—¿Yo debo decidir? —Ella lo mira sorprendida.
—Sí, ellos serán tu Guardia. —Grim le dice estresándola.
—¿Puedo tener algo de tiempo?
—Todo el que desees mi Lisa. —Le acaricia la mejilla con los
nudillos.
—¡Mamá! ¡Grim! ¡Miren dónde estamos! —Ante las voces de las
niñas emocionadas ambos miran a su alrededor pero solo escuchan
más risitas.
—¡No miren hacia arriba! —Con una sensación de temor, Lisa
levanta la vista hacia el gran árbol viendo a sus niñas encaramadas
en sus ramas a medio camino.
—Oh mi diosa. — Lisa susurra, sus dedos mordiendo el brazo de
Grim. —Grim…
—Estará bien, las alcanzare. —Camina hacia el árbol. —¿Qué
piensan ustedes que son niñas? ¿Raptores? Tienen que volver
abajo.
—¿Tenemos que hacerlo? —Miki pregunta.
—Sí. Ahora mismo. —La voz de Grim es firme pero aun gentil.
—Está bien. —Lisa retiene el aliento mientras las chicas
descienden, una vez que están a su alcance, Grim las balancea
rápidamente hacia el suelo.
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—¡Carly Marie! ¡Miki Renee! ¿Qué pensabas que estabas
haciendo? ¡Me han asustado de muerte! —Lisa se apura hacia
adelante solo para que Grim la detenga.
—Están bien, Lisa —la tranquiliza.
—¡Bien! —Ella argumenta. —¡Podrían haber caído!
—Pero ellas no lo hicieron. —Grim sostiene su rostro entre sus
manos.
—Respira mi amor. Están bien. —Le retuerce su corazón ver el
miedo en sus ojos.
—¿Mamá? —Cerrando los ojos, Lisa hace lo que Grim dice y se
da cuenta de que tiene razón. Las niñas subieron árboles allá en
casa, no estamos en casa, allá en la Tierra subieron árboles y ella
las alentó, incluso riéndose de sus payasadas. Pero por alguna
razón... —Mami... —El miedo en la voz de Miki la tiene abriendo
los ojos.
—Está bien, nenas. —Ella se arrodilla ante ellas. —Lo siento.
Mamá estaba teniendo un momento. Así que díganme, ¿es bonito
allá arriba? —Ella no va a dejar que sus hijas se estén restringido
por sus miedos. Es algo que ella misma se prometió el día que
nació Carly. Sus hijas no tendrían restricciones en cumplir sus
sueños.
—Sube y ve a mami. —Miki la alienta a tomar su mano.
—Me encantaría hacerlo nena, pero no pienso que esas ramas me
sostendrán. —Ella mira las ramas delgadas del árbol, intentando
no visualizarlas cayendo de ellas.
—Oh. —Miki mira del árbol a Lisa y regresa de nuevo. —Supongo
que estas en lo correcto.
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Grim mira a Lisa enfrentar su miedo, negándose a dejar que se
convierta en el de sus niñas. Se da cuenta de que es algo que ella
ha estado haciendo desde que se han conocido. Ella no ve límites
para ellas, pero les da reglas. Ella les da todo lo que puede, pero se
asegura de que se den cuenta de que no es un hecho dado, que
necesitan apreciarlo, que incluso pueden tener que trabajar para
ello como lo hicieron con su dormitorio. Les está enseñando que
no hay nada que no puedan hacer. Les está dando el verdadero
amor de una madre.
—Entonces, ¿viste a algún Raptor? —Grim decide atraer su
atención de Lisa.
—¿Qué son? —Pregunta Carly interesada.
—¿Raptores? —Grim los lleva a una roca grande y se sienta. —
Los raptores son las aves de presa más grandes en Luda.
—Aves de presa…
Él ayuda a Miki, mientras ella sube a su regazo. —Grandes pájaros
que cazan —explica —vuelan alto en el aire pero pueden ver todo
debajo de ellos. Sólo atacan cuando deben hacerlo. Solo matan
cuando son forzados también. Protegen los cielos de Luda.
—Como tú. —Carly se encuentra con sus ojos. Tú nos proteges.
Tú y tus guerreros protegen a la gente de Luda.
—Sí, es lo que hacemos. —Él asiente con la cabeza de acuerdo con
ella.
—Es por eso que solo los Guerreros de Élite de Luda tienen
permitido usar el raptor. Es una señal de que protegerán a quienes
no pueden por si mismos y matarán solo cuando sea necesario.
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Ambas chicas lo miran con ojos serios. Miki finalmente habla. —
Son todos los raptores como... — Ella vacila buscando la palabra
—¿Tan guapos como tú?
Grim no puede evitar el shock de su cara. —No soy guapo. —Él
niega. —Tengo cicatrices.
—Pero las obtuviste en la batalla, ¿no? —Grim no puede hacer
nada más que asentir, dándose cuenta de que eso es exactamente lo
que había sido, una batalla. —Entonces son una... —ella mira a
Carly —¿Insignia? —Ante el asentimiento de su hermana ella
continúa —Una insignia de honor. Significan que no renunciaste
cuando podrías haberlo hecho, cuando habría sido más fácil
hacerlo. Papá no lo hizo. —Pequeños ojos tristes se encuentran con
los suyos. —Escuché a las enfermeras hablar una vez. Ellas dijeron
que sería mejor para todos si él simplemente se rindiera. Le
pregunté a papá qué querían decir y él me dijo que estaban
equivocadas, que cada minuto que tenía con mamá y nosotros valía
cada segundo de dolor que sufría. Que no hay honor en abandonar
sólo porque es difícil. Así que eres el Raptor Grim, porque no
renunciaste cuando se puso difícil, proteges a mamá, a nosotros y
a Luda.
Grim con cuidado tira de la niña en sus brazos. Pronto Carly está
allí también. ¿Que había hecho para merecer estos preciosos
regalos? Cuando Lisa se arrodilla a su lado, él no puede detener
las lágrimas que escapan de sus ojos. Con cuidado, ella las besa
alejándolas sabiendo que él no quiere que las chicas lo vean así,
solo hay tanto que un guerrero fuerte puede tomar. Envolviendo
sus brazos alrededor de su familia, ella agradece a Mark y a la
Diosa por permitir que esto suceda.
—¿Mi rey? —Grim se pone rígido ante la voz de Alger.
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—¿Qué es Alger? —Lisa observa los ojos de Grim de cerca
mientras mira al Capitán de su Guardia de Élite.
—Los hombres te están esperando señor.
—Es hora de que te vayas mi rey—. Lisa le da un suave beso antes
de pararse y extiende una mano a cada una de sus hijas. —Vamos
niñas, Grim necesita ir a ser el Raptor.
—Alger, asegúrate de que entren a salvo.
—Si mi rey.
—Te veré en nuestra última comida. —Grim toca suavemente su
mejilla, esperando su respuesta.
—Te estaremos esperando —le asegura. Dándole un rápido
asentimiento, él se da vuelta y se aleja.
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La casita del vestidor sorprende a Lisa. Asentada en el borde del
bosque es realmente bastante grande y bien mantenida con flores
en los alféizares. Llegaron en dos transportes, uno con ella, las
niñas y dos miembros de su recién formada Guardia de élite, Agee,
su capitán y Kirk su segundo. El segundo transporte contiene el
resto de su Guardia.
—Saldremos primero su majestad —Agee le informa. —Tú y las
pequeñas no saldrán hasta que les digamos que es seguro.
—Sí, sí Agee, lo he revisado tres veces contigo y una docena con
Grim. Esperaremos su señal. —Con un tenso asentimiento, Agee
sale del transporte asegurándose de que sus hombres hayan
asegurado el área. Volviéndose, él protege la puerta.
—Mi reina... —Sabiendo que esta es su señal, Lisa mira a sus
chicas.
—¿Listas?
—Sí, mami. —Saliendo primero del transporte, Lisa ayuda a las
dos niñas a salir, los guardias forman un escudo en cada lado de
ellas haciendo el camino hasta la entrada de la casa. La puerta se
abre a medida que se acercan y un pequeño macho sale, bien
pequeño para los estándares de Tornian, tiene un poco más de seis
pies con cabello oscuro recogido en una trenza. Él es mayor de lo
que Lisa había esperado tal vez cincuenta y es un color inusual,
ella se ríe de ella misma. Aquí está en un planeta extraño y cree
que el blanco perlado es un color inusual.
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—Vestidor Gossamer, la reina Lisa, y su descendencia están aquí
para una cita con tu mujer —Kirk informa al macho.
—Padma está dentro —les informa —Sólo las hembras pueden
entrar.
—La seguridad de la Reina también entrará vestidor, por orden del
Rey. —La cara de Gossamer comienza a volverse roja.
—Agee —Lisa pone una mano en el brazo de su Capitán, sin
importarle lo que otros piensen.
—Podría ser… ¿Es posible que solo nos acompañen varios de los
guardias? ¿Con el resto podría hacer guardia alrededor de la
cabaña?
—Esas no fueron las órdenes del rey. —Agee se retira lentamente
el brazo.
—Me doy cuenta de eso, pero para que Padma tome las medidas
que ella necesita, las chicas y yo... bueno, vamos a tener que quitar
nuestras cubiertas. —La piel de Agee comienza a oscurecerse. —
Los guardias tendrán que salir de todas formas. ¿No sería mejor
para ellos estar ya establecidos fuera de la cabaña? —Agee mira
de Lisa a Gossamer.
—Usted permitirá una búsqueda en su casa. Una vez que se
considere seguro, la reina y su descendencia entrarán junto a tu
hembra y dos guardias. Nadie más podrá entrar. —Gossamer
asiente a Agee.
Lisa, sentada en la casa de campo, no puede evitar mirar a la
hermosa criatura que tiene ante ella. Ella es alta, fácilmente seis
pies con piel de ónix y ojos sorprendentemente azules. Su cabello
es un arcoíris de colores todo controlado por cientos de diminutas
trenzas.
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—Soy Padma —les informa en voz lírica.
—Yo soy Lisa. Mis hijas Carly y Miki. —Lisa indica a las niñas,
Padma asiente.
—Usted está en necesidad de coberturas —dice ella.
—Lo estamos. —Lisa está de acuerdo. —Me informaron que eres
muy experta.
—¿Por una mujer? —Su tono es de incredulidad.
—No, por el maestro Montfort de la casa de Luanda. —Padma
asiente.
—He hecho coberturas para el hogar.
—Él tiene su habilidad en alta estima. ¿Podrás hacer
revestimientos para mí y mis chicas? —Padma estudia a las más
pequeñas por un momento antes de asentir.
—Sí, es inusual pero puedo hacerlas.
—Bueno. Traje algunos dibujos de lo que quiero...
El tiempo pasa rápidamente una vez que las mujeres comienzan a
hablar. Lisa encuentra que le gusta mucho Padma, le gusta que ella
incluye a sus chicas en la discusión.
—¿De dónde eres Padma? —Pregunta mientras terminan.
—Es un planeta muy lejos de aquí —le informa. —La mayoría lo
evitan.
—¿Por qué? —Padma la mira con atención antes de responder.
—Es un lugar lleno de conflictos y dificultades. Hay que hacer
muchos sacrificios para sobrevivir allí. La vida es a menudo muy
corta.
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—Lo siento.
—No lo hagas. Yo no lo hago. Tengo una buena vida aquí con
Gossamer y nuestros hijos, lo que tenía que hacer para sobrevivir
ya no importa. Tal como lo haces con el rey Grim... o eso he oído.
—Lisa le da a Padma una mirada pensativa, luego sonríe.
—Sabes Padma, creo que tú y yo vamos a ser grandes amigas,
ahora tenemos que hablar sobre el pago. Soy nueva en Luda, así
que espero que seas honesta y me digas si estoy ofreciendo muy
poco por tu trabajo.
Al llegar a su bolsillo, Lisa está repentinamente agradecida de que
Grim haya insistido en que traiga algunas joyas consigo. Ella
nunca había pensado en cuánto costaría la ropa. Abriendo la bolsa,
ella saca uno de los diamantes.
—¿Será esto suficiente? —Lisa lo pone sobre la mesa.
Padma jadea, sus ojos pasan rápidamente del diamante de dos
quilates a Lisa y regresan. —YO… Reina Lisa...
—¿No es suficiente? Rápidamente abre la bolsa y le muestra a
Padma el conjunto de joyas que Grim había colocado en ella —
¿Que necesitas?
—Mi reina... —Padma vacilante recoge la joya más pequeña de la
bolsa, un rubí de un quilate. —Esta joya sola pagaría por todas las
coberturas que usted y sus jóvenes necesitarían durante un año,
incluyendo el material.
—Oh... — Lisa mira a Padma avergonzada. —¿Así que lo tomarás
y harás nuestras coberturas?
—Mi reina, es demasiado, has traído tu propio material —Padma
argumenta.
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—Lo sé, pero las chicas y yo vamos a necesitar mucho y voy a
necesitar a alguien que me pueda decir qué es que, antes de que lo
necesitemos. ¿Serás esa persona para mi Padma? ¿Me ayudarás?
—Padma se sienta a evaluar a Lisa. Ella nunca conoció a una mujer
como ella y ha conocido a muchas en sus años. Está diciendo su
verdad o tratando de usarla como tantas otras en el pasado. Esas
hembras habían acudido a ella por su habilidad para hacer
coberturas pero siempre la habían mirado con desprecio, porque
ella no era Tornian, mientras que a sus machos los ojos les vagaban
por su cuerpo debido a lo que una vez había tenido que hacer para
sobrevivir. Todos querían usarla. Sin embargo, esta mujer es nueva
para Luda y si las historias que escucha son ciertas, ya ha hecho
grandes cambios en la casa de Luanda. Se dice que no solo
descansa con el rey, sino que también voluntariamente toca sus
cicatrices. Ella le ha mostrado nada más que respeto en las
palabras, tono y lo que ha hecho desde que ella llegara, Padma no
hará menos.
—Sería un honor para mí asistirle, mi reina. —La sonrisa que
recibe por su respuesta se convierte en un ceño fruncido mientras
Lisa se levanta rápidamente. —¡Miki no! ¡No te toques! —Lisa
apenas detiene sus dedos jóvenes y curiosos.
Lisa mira con asombro al hombre por encima de ella. Bañado con
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la luz de las lunas, sus ojos brillando como el Raptor de Gahan. Él
realmente es el Raptor... su Raptor.
—¡Dime! —Exige de nuevo, negándose a moverse.
—Soy tuya Grim! ¡Solo tuya! —Con las lunas de Luda como
testigos, el rey reclama a su reina.
Despertando Lisa se estira para encontrar a Grim, solo para
encontrar su lugar fresco, diciéndole que ha estado fuera de la
cama por un tiempo. Estirando los brazos sobre su cabeza, ella
sonríe. A Grim realmente le gusto reconciliarse, insistiendo en
reconciliarse repetidamente no es de extrañar que esté cansada,
pero las chicas se levantarán pronto y Gahan estará aquí después
del mediodía con el regalo de Grim. También quiere hablar con
Agee sobre su idea para su símbolo de la Guardia, levantándose
ella comienza su día.
—¿Entonces, qué piensas? —Lisa espera mientras Agee mira el
dibujo que ha hecho. Es el medallón negro de la Guardia de élite
del Rey que actualmente llevan. Embellecido para imitar el raptor
de Gahan usando los crayones de Miki.
—¿Mi reina?— Agee mira hacia ella.
—Sé que no es una buena interpretación, Gahan podrá hacerlo
mejor, pero quería tu opinión antes de que lo aborde.
—¿Mi opinión? —Ella puede decir que lo ha confundido.
—Sobre si tú y tus guerreros estarían dispuestos a usar esto. —
Señala el dibujo. —Como el símbolo de la Guardia de Élite de la
Reina.
—¿Quieres esto para tu Guardia? —Agee no puede ocultar su
sorpresa. Él asumió que esto era para ella y las jóvenes,
simbolizando a quienes pertenecen también, no a su Guardia.
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—Bueno, sí... —Ella lo mira con incertidumbre.
—¡Tiene charoite en el! —Él no puede ocultar su creciente
asombro.
—Uh... está bien...
—Charoite es una gema cara, mi reina. —Él intenta hacerla
entender. —Incluso con la pequeña cantidad usada en los ojos del
Raptor.
—¿Entonces estás diciendo que los guerreros no querrán usarlo?
—Los hombros de Lisa se hunden en decepción. Ella había estado
tan emocionada por esto.
—¡No! —Agee estalla causando que Lisa salte. —No mi reina, eso
no es lo que estoy diciendo en absoluto.
Mira desde el dibujo, de nuevo a ella, obligándose a controlar su
tono. —¡Cualquier guerrero estaría
honrado de llevar tal símbolo! El prestigio de tener dos charoites...
—Cuatro. —Lisa se relaja ante su respuesta. —Este sería para
todos los días y este. —Ella saca un idéntico dibujo con la adición
de su borde coloreado con el púrpura de la Casa de Luanda. —Este
sería para ocasiones formales.
—¿Formal?
—Cuando te pones tu uniforme de fiesta. —Lisa ve su confusión.
—¿Estoy equivocada? ¿No tienes dos
uniformes, uno para un día como hoy y luego otro si hay un evento
importante, como algo con el emperador u otros reyes? —Ella ve
que Agee finalmente entiende.
—Te refieres a un uniforme de la corte. Sí, todo guardia tendría
esto. —Agee mira a su reina,
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preguntándose si realmente entiende lo que le está dando a su
Guardia. Es más que un símbolo, da a conocer su opinión sobre el
valor de su guardia, lo que es genial. Eso les da una mayor
probabilidad de atraer a una hembra.
—Bien. ¿Así que cuenta con tu aprobación? —Ella pregunta de
nuevo.
—¿Mi aprobación mi reina? —Agee no puede creer que tenga que
preguntar.
—Usted es el capitán de mi guardia, su opinión es importante para
mí. Yo no puedo acercarme a Grim con esto, no hasta que le
entregue el raptor. Y hasta que hable con Gahan, ni siquiera estoy
segura de si se puede hacer. Pero nada de eso importa si usted y
sus guerreros no lo usarán.
—No habrá un guerrero en Luda que no querrá usar su símbolo mi
reina. —La verdad de lo que dice Agee es fácil de escuchar.
—¿Lo hará la guardia del Rey? —Ella lo mira con incertidumbre.
—También pensaba que el símbolo del Rey podría actualizarse,
con solo los ojos para todos los días y los ojos y borde para el
formal... de corte. —Ella saca dos hojas más. —Uniría a los
guardias cuando fuera necesario, pero aún así les daría su
individualidad. ¿Les importaría? —Lisa observa a Agee y al
guardia en la puerta intercambiando una mirada.
—Agee... —dice con incertidumbre.
—No les importaría mi reina.
—Entonces está arreglado, hablaré con Gahan.
Gahan se sienta en la sala de estar real, eso solo ya lo tenía
aturdido, pero es la tarea que la Reina le acaba de presentar que lo
tiene sin palabras.
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—Así es. ¿Es posible? —Lisa espera y lo mira esperanzada.
—La Reina te hizo una pregunta, Gahan. —Agee le pide, sabiendo
que el joven está en shock.
—Yo... —Gahan vuelve a mirar los dibujos, intentando que su
mente funcione. Lo que ella le está
proponiendo es asombroso. Nunca se ha visto antes, para que una
Guardia reciba un símbolo tal que no solo establece su rango sino
también su valor para el Rey, o en este caso su Reina no tiene
precedentes; ¿pero podría ser hecho? Él frunce el ceño.
—¿Quieres doce de cada estilo? —Mira los cuatro dibujos.
—Sí, con estuches de protección para cada conjunto, hechos de la
madera más fina en Luda. —Gahan la mira.
—Sé de alguien que podría hacer tal caja. Él es joven pero
talentoso.
—¿Entonces pueden hacerse? —Lisa pregunta con entusiasmo. —
¿Los medallones? —Gahan mira el dibujo una última vez antes de
responder.
—Sí, puedo hacer los cambios en los medallones, pero los ojos...
—Lisa había estado a punto de
pararse y hacer su baile feliz cuando llegó el “pero”.
—¿Los ojos? —pregunta.
—Charoite es caro mi reina. Me tomó tres años adquirirlo para el
Raptor.
—¿Por el gasto o la rareza? —pregunta ella.
—Es por el gasto y en este caso por la cantidad que necesitaría.
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—Noventa y seis, dos para cada medallón, veinticuatro para mis
guardias y veinticuatro para el rey.
—Sí mi Reina.
—¿Cuánto necesitarías?
—Mi Reina. —Gahan le da una mirada triste. —No estoy seguro
incluso si me los vendieran a mí.
—¿Por qué no? Eres el maestro vidriero de la Reina. Necesitas la
charoite en el servicio de tu Reina. ¿Quién te lo negaría?
Gahan la mira incapaz de hablar. Todavía le cuesta creer que ella
lo quiera a él como su maestro vidriero. —Mi Reina
Agee habla arriba. —Una misiva de ti, en la papelería del Rey,
permitiría al Maestro Gahan poder comprar el charoite.
—¿Eso es todo lo que tomará? —Lisa lo mira incrédula.
—Sí mi Reina. —Levantándose Lisa va al escritorio que había
limpiado la semana pasada. Sentada ella escribe. Cuando termina
se lo da a Agee.
—¿Eso será suficiente? —pregunta. Agee rápidamente lee.
—Sí mi Reina.
—Bien, ahora ¿cuánto costará esta charoite Gahan?
—¿Cuánto costa mi Reina? —Él la mira en estado de shock. —Lo
que me diste ayer cubrirá esto fácilmente, mi reina.
—No, quiero que esto esté separado para eso. Esto es para la
Guardia de Elite y solo para la Guardia de Elite, tu tendrás que
asegurarte de que tienes suficientes suministros para que puedas
hacer reparaciones cuando sea necesario.
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Saca la bolsa del bolsillo y la abre. —¿cuál? —Los ojos de pánico
de Gahan vuelan hacia Agee, suplicando por ayuda. Lentamente
Agee alcanza a elegir dos piedras.
—Estas van no solo a comprar las piedras mi Reina, sino que
permita que Gahan asegure los otros suministros que necesitará.
—Gracias, Agee. —Ella sonríe a su Capitán y luego a Gahan. —Y
gracias Gahan. —Un golpe en la puerta impide que los hombres
respondan.
—El Rey está en su sala de mando, mi reina —le informa Kirk.
La furia de Grim arde más que el sol de Luda y si no obtiene
algunas respuestas pronto implosionará. Se había despertado, con
los suaves rayos del sol acariciando la belleza que es su Lisa. Él
planeó despertarla con besos suaves, seguidos de más
reconciliaciones. En cambio, había sido interrumpido por el sonido
de su comunicador. Los sistemas de defensa planetarios habían
descubierto una nave no autorizada que no había desembarcado a
cincuenta hectors de Luanda. Para el momento en que se
despacharon a los guerreros había despegado, evadiendo las
defensas del planeta, dejando detrás de la evidencia de al menos
una docena de guerreros desembarcando. Sus guerreros estaban
recorriendo el área pero aún no se ha encontrado ninguno.
—¿Cómo pudieron llegar tan lejos sin ser detectados? —Demanda
Grim, golpeando su puño contra su
escritorio.
—Personalmente he revisado la bitácora Sire —Junius, el
Comandante del Sistema de Defensa Planetaria de Luda esta rígido
parado frente a él. —Nuestros escudos fueron cerrados por tres
minutos, es por eso que la alarma no fue activada de inmediato. La
nave entró entonces con en el flujo de tráfico normal para las
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entregas, es solo cuando se desvió a tierra que nos dimos cuenta de
su presencia.
—¿Quien? —Demanda Grim.
—Señor, en este momento solo tengo mis sospechas, no quiero
acusar falsamente a un hombre leal.
—Aterrizaron a cincuenta hector de mi reina y mi descendencia,
Junius, ¡y ni siquiera lo sabíamos! —Grim de nuevo golpea su
puño en la mesa. —Voy a tener el nombre!
—Sí, señor. —Junius ha servido a su Rey durante muchos años y
en todo ese tiempo, nunca lo había visto tan enfurecido. —Los
escudos fueron bajados sobre el sector de la Región de Andeen.
Baccuus estaba de guardia cuando fueron bajados. Él manno, Lord
Focke, gobierna esa región.
—Haz que lo traigan a Luanda. Lo interrogaré personalmente.
—Si señor.
—¿Argel, que se sabe sobre los intrusos?
—Todavía no han sido localizados. —Grim gruñe su disgusto.
—¡Quiero que dupliquen los guardias en los muros!
—Si señor.
¡Grim nunca se ha sentido tan ineficaz en toda su vida! Nunca los
intrusos llegaron al planeta, no se detectaron en la superficie y
ahora, cuando tiene hembras, ¡están dentro de los cincuenta
hectors! Es inaceptable.
++++++++