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EXHORDIO
Hacia inicios del siglo XIII es posible apreciar el agotamiento del método de
la glosa. Ya no hay más que aclarar, explicar o desarrollar. Nos encontramos con una
enorme cantidad de glosas acumuladas durante un siglo y medio, de difícil
conocimiento y manejo. A ello dio solución la Magna Glossa de Accursio (1228), que
viene a fijar la tradición de la glosa en un texto único. Recoge alrededor de 100.000
glosas (buena parte de ellas perteneciente a Azo). La importancia de esta obra es que
vino a superar todas las glosas anteriores, de modo que, si no estaban recogidas por
Accursio, no tenían valor. Tampoco aquellas partes del CIC no glosadas (por
ejemplo, los pasajes en griego).
Lo relevante es que los glosadores ya habían cumplido su misión. Ahora era
necesario llevar toda esa sabiduría jurídica a la práctica. Ello lo llevaron a cabo los
comentaristas.
1. Fijaron los contenidos y partes del Corpus Iuris Civilis (recuerde que no
coincide exactamente con las compilaciones justinianeas).
2. Aclararon el contenido del CIC a través de la glosa y otros géneros
trabajados.
3. Permitieron la difusión del CIC a través de la summa (importante papel de
los estudiantes y sus libros como vehículo de transmisión).
4. En consecuencia, son los artífices de la recepción teórica. Sin esa labor, los
desarrollos de los comentaristas no habrían sido posibles.
5. Hicieron del derecho una disciplina autónoma, más allá del trivium, y
distinto de la teología y la filosofía. Autonomía que se mantiene hasta hoy.
Gracias a los musulmanes (Avicena y Averroes) fue posible conocer las obras
completas de Aristóteles. En Francia, fundamentalmente en París, los teólogos y
filósofos comenzaron a hacer sus desarrollos aplicando el Organon aristotélico a las
materias que estudiaban (Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino). Esos desarrollos
intelectuales se conocen bajo el nombre de escolástica, y el método empleado,
método escolástico o aristotélico-escolástico.
El primero en proyectar dichas herramientas al derecho fue Jacques de
Revigny (1230-1296), seguido por Pierre de Belleperche (1230-1308). Ambos
profesores de derecho en Orléans, Francia (al sur de París). Este nuevo método
mostró un espíritu de síntesis y de profundización.
Un alumno fue Guittone Sinibaldo, más conocido como Cino de Pistoia
(1270-1337), quien, habiéndose graduado como bachiller en Bolonia, pasó a Francia.
Regresó a Bolonia con el nuevo método y otros trabajos, lo que causó una honda
admiración. De esta manera, el nuevo método encontró el ambiente propicio para
su desarrollo, alcanzando su gloria.
¿Por qué si el método del comentario surge, alcanzó su desarrollo en Bolonia?
Por el ambiente político: Francia era un reino exento del imperio, por lo que los reyes
no tienen interés en que el derecho romano justinianeo (del SIRG) sea derecho
vigente. Bolonia sí pertenece al SIRG.
Discípulo de Cino de Pistoia fue Bartolo de Sassoferrato (1313-1356),
considerado el más grande jurista de todos los tiempos. Bartolo, formado en Bolonia,
mejora y sistematiza el método. Quien cierra la tríada de los grandes comentaristas
es Baldo degli Ubaldi (1327-1400). Fue alumno de Bartolo.
DERECHO CANÓNICO
2 También feudal, en cuanto fue incorporado al Corpus Iuris. Vea las piezas que integran cada
parte, en especial el Volumen
derecho eclesiástico, que es derecho estatal en cuanto regula el fenómeno religioso
(por ejemplo, la ley de cultos, normas constitucionales sobre libertad de creencias).
El desarrollo del derecho canónico admite ser dividido en dos grandes etapas:
un primer milenio de formación y un segundo milenio de desarrollo3.
Durante el primer milenio, las principales fuentes jurídicas canónicas son los
cánones conciliares4 derivados de los concilios de obispos, y las decretales
pontificias. Éstas son similares a los rescriptos imperiales en cuanto un obispo hacía
una consulta al Papa, quien daba una respuesta a continuación. Dichas fuentes
presentan como notas distintivas la diversidad y el particularismo (ejemplo: Iglesia
visigoda de Toledo).
Estas fuentes son reunidas en colecciones canónicas, las que pueden
clasificarse en particularistas (sólo para una iglesia determinada e inaplicable a
otras) y universalistas (de origen particular, pero aplicables a toda la Iglesia). La
colección visigótica Hispana, de San Isidoro de Sevilla, es de carácter universalista.
Estas colecciones son manuscritas, únicas y muy variadas.
Hacia el año 1100 nos encontramos con una enorme cantidad, variedad y
discordancia en las colecciones canónicas. Pero hay circunstancias novedosas que
hacen que el panorama cambie: a) los Papas de la época son poderosos, por lo que
legislan abundantemente, y, además, son juristas; b) la universidad como ambiente
académico propicio, junto a las herramientas que provee el derecho romano
justinianeo, permiten una colaboración o interrelación entre Pontífice y universidad
(el Papa cuando dicta una decretal la envía a la universidad para su estudio y
difusión); y c) el derecho canónico es acotado en su contenido como materia de
estudio, distinto a la teología y la filosofía (se habla de utrumque o utroque iuris: uno
y otro derecho, civil y canónico).
3
Para mayor detalle puede ver el artículo de SALINAS ARANEDA, Carlos, Una aproximación al
derecho canónico en perspectiva histórica, en Revista de Estudios Histórico-Jurídicos, XVIII (Valparaíso,
Chile, 1996), www.rehj.cl.
4 De allí deriva el nombre de canónico de este derecho. Recuerde lo aprendido sobre el
derecho visigodo.
Así, el Papa Gregorio IX encomienda a Raymundo de Peñafort, la colección
del derecho pontificio no incorporado en el Decreto. De allí que esta obra se conozca,
además de Decretales, como Liber Extra Decretum.
Es la obra de derecho canónico más importante hasta 1917, cuando se
promulgue el primer Código de Derecho Canónico por Benedicto XV, el cual está
fuertemente nutrido por la colección gregoriana. Actualmente rige un segundo
Código de Derecho Canónico, de 1983, promulgado por San Juan Pablo II.
La Decretales se componen de cinco libros: Iudex, Iudicia, Clerus, Connubi5,
Crimina.
La relación entre los utroque iuris es de mutuo influjo. Ello puede verse en:
1. El derecho civil provee las figuras jurídicas y la técnica propia del derecho
romano. Para qué inventar si ya está desarrollado, y bien.
2. El derecho canónico reconduce la idea de derecho a la justicia (Santo
Tomás). Derecho es lo justo, no la ley. Se verá con mayor desarrollo en Historia del
Pensamiento Jurídico en el segundo semestre.
3. Se introduce la idea de equidad canónica, como morigeradora de las
inflexibles palabras legales. Gran importancia en Inglaterra7, donde va a surgir un
tribunal de la Equity, para dar solución a aquellos casos no previstos por el common
law. Ambas jurisdicciones terminarán fusionándose a finales del siglo XVIII.
5 En este libro Connubi se encuentra toda la tradición católica sobre el matrimonio. Piénsese
que el matrimonio canónico era el válido en Chile hasta 1884.
6 Fue obispo de Palermo, también conocida como Panormos. Como queda en Sicilia, es sículo.
7 Dijimos que el derecho romano justinianeo no fue recibido en Inglaterra, pero el derecho
EL DERECHO COMÚN
8 Cuando veamos Recepción en Castilla veremos que el Fuero Real y las Siete Partidas de
Alfonso X, que recogen la tradición boloñesa, van a ser rechazados. Las Siete Partidas entrarán en
vigor casi cien años después de su composición, y en un lugar subsidiario.
En el fondo, todo lo no romano se ve atraído hacia el derecho de Justiniano,
vistiéndose con ropajes romanos.
9Los exámenes de grado, que consistían en una “defensa” de una tesis (doctoral), frente a un
“tribunal” (de doctores), seguían este estilo de disputa dialéctica.
derecho común, se multiplican los juristas, se multiplican las opiniones, y, en
consecuencia, para conformar la opinión común será menester citar enorme
cantidad de doctores. Son verdaderas opiniones comunes contra otras igualmente
comunes. Van a surgir índices de opiniones para facilitar la invocación.
He aquí la tragedia del derecho común, blanco de las más ácidas críticas por
parte de sus sucesores del Renacimiento y la Ilustración.
Los reyes, ahora más poderosos, casi absolutos, ven con muy malos ojos todo
derecho que no tenga su fuente en ellos. Para morigerar los efectos del derecho
común van a dictar leyes de citas que limitan la invocación de juristas, pero a su vez
la validan. Veremos un par a propósito del derecho castellano.
La solución definitiva y que va a poner la lápida al derecho común será la
codificación. Pero hasta que ello acontezca, el derecho común habrá tenido una
vigencia de cinco siglos.