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Trabajo Práctico Nº 2

PEDAGOGÍA
2013

Profesora:
*Gabriela Velázquez Mackenzie

Alumnos:
*Cavigliasso, Adriana
*Guajardo, Lucas Jesús
*Jeger, Gastón Raúl

Aula: 170-171

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En el siguiente trabajo, imaginamos un programa televisivo dónde pudieran
dialogar pedagogos reconocidos y un docente. Así, Freinet, Freire, el moderador
(o conductor) y la docente son utilizados para expresar situaciones, dudas y
pensamientos cotidianos en la educación, en las cuales nos incluimos.
Nos tomamos la atribución de aventurarnos cómo respondería Freinet ante
los diferentes comentarios de la docente y los pasajes del texto “Monólogo de un
estudiante flojo”, y una breve intervención secundaria de Freire.

PROGRAMA TELEVISIVO “¿HACIA DÓNDE VA LA EDUCACIÓN?”

Moderador: Buenas tardes. Nos encontramos hoy, nuevamente para tratar un


tema que nos preocupa como padres, profesionales y como sociedad: ¿qué pasa
puertas adentro de las escuelas? ¿Por qué se vislumbra tanto fracaso escolar?
¿Qué sucede en las aulas? Para comenzar a encontrar algunas respuestas a
estos y otros tantos interrogantes que surjan, contamos hoy, con la presencia de
un gran pedagogo, Freinet, y una docente que nos trae un monólogo escrito por
uno de sus estudiantes. Vamos a dejar que se presente ella misma y que plantee
sus inquietudes.

Docente: Buenas tardes, soy docente de octavo año y he leído la semana pasada
un escrito de uno de mis alumnos, al cual tituló “Monólogo del estudiante flojo”,
y me ha dejado preocupada. Creo que todos lo han leído, para tener un panorama
sobre lo que estoy hablando.

Moderador: Efectivamente, lo hemos leído al aire al principio del programa y


nuestro invitado también lo ha leído anteriormente.

Docente: Me gustaría ir viendo y repasando algunos fragmentos del texto para ver
cómo me pueden ayudar. Se me ocurre que estoy necesitando más ayuda que mi
alumno.

Moderador: Es posible que sea así, y para eso estamos. Haremos aportes que
puedan ir enriqueciendo el trabajo. Me avisan de producción que tendremos una
sorpresa vía telefónica que nos va a dar una gran mano también.

Freinet: ¡Comencemos entonces! Comencemos por indagar acerca del espacio


donde trabajan ¿qué espacios ocupan durante un día convencional de clases?

Docente: A primera hora saludamos a la bandera, el docente de turno saluda a los


chicos, y después nos vamos al aula. Normal. Como en todas las escuelas. Los

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chicos salen al patio durante el recreo, y obviamente regresan a estudiar a la sala
cuando toca el timbre.

Moderador: Me atrevo a aventurar que lo que Ud. llama normal, podría llamarse
que es lo común. Pero si lo pensamos, no se si es normal, que toda el proceso
educativo suceda en un aula ¿Es esto normal Freinet?

Freinet: Si pensamos que es normal el fracaso escolar, sí. Si pensamos variantes


pedagógicas que puedan como consecuencia, transformar positivamente este
proceso, no sería muy normal. Pensemos y reflexionemos sobre algunas
cuestiones. Ud. afirma que todo el día escolar, transcurre “encerrados” en un aula
¿Se pusieron a pensar por qué motivo sucede esto?

Moderador: Tal vez nuestra matriz educativa, y poca reflexión sobre eso, nos hace
ver el aula como la única opción. Así “aprendimos” nosotros ¿Por qué cambiar?

Docente: Nunca se me ocurrió utilizar otro espacio. Para algo están las aulas.
Puedo vigilarlos, puedo acaparar su atención. Ya se me hace difícil en un aula de
5 x 5 m. ¡no me quiero imaginar dando clases en un campo!

Freinet: Bien, Uds. han dado en algunas claves.


“La escuela tradicional es un auditorio-escritorio, y el
salón de actos de las escuelas superiores constituye su
forma ampliada. La disposición más favorable para este
auditorio-escritorio era una sala única, suficiente para
agrupar a la población escolar sentada, pero no
demasiado grande para que la voz del maestro se pierda
y su ojo deje de vigilar hasta el último rincón” (Freinet,
1996: 7).
Ahora bien, pensemos en ambientes más estimulantes de trabajo. Me permitiría
aconsejar, aprovechando lo que ya tienen, que el aula podría utilizarse para los
trabajos colectivos. Mis ideas van más allá de un único curso, pero comencemos
con lo que tenemos. Luego vamos a buscar un espacio exterior, donde
realizaremos los talleres especializados exteriores, y un espacio interior, donde se
llevarán a cabo los talleres especializados interiores.

Docente: Con todo el respeto que se merece, le voy a hacer un comentario


¿Cómo haría para vigilar a los alumnos? Suena fácil decirlo, pero llevar a la
práctica semejante cosa, pensada detrás de un escritorio, no creo que lo sea.

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Freinet: Nadie ha hablado de facilidad. Pero sí le digo algo: todo de lo cual hablo,
está probado en la práctica, y así fui puliendo, reviendo, rehaciendo, reflexionando
la tarea.

Moderador: Está claro que si todos los días, semanas, años, hacemos lo mismo,
los resultados no van a cambiar.

Docente: Estamos de acuerdo. Tienen razón. Pero ¿qué espacio exterior


podríamos utilizar?

Freinet: El monólogo tiene la respuesta ¿Dónde queda el baldío del cual habla
Juan (el estudiante)?

Docente: A la vuelta de la escuela.

Freinet: Creo que podemos matar dos pájaros de un tiro, horrible metáfora, pero
conocida. El baldío representa un sitio de interés para los chicos. Utilizan su
tiempo fuera de la escuela para reacondicionarlo. Imagínese si trabajamos allí. No
solo conseguiríamos un espacio exterior que es estimulante para los chicos, sino
que esa “vigilancia” que Ud. cree que perdería en un lugar amplio y abierto, ya no
sería tan necesaria, por lo menos, de la manera que Ud. la ve hasta ahora ya que,
“[...] cuando los alumnos se dedican a trabajos que les interesan profundamente
porque responden a sus necesidades funcionales, la disciplina se reduce a la
organización de estos trabajos y sólo requiere un mínimo de vigilancia que, la
mayor parte del tiempo, se dedica al equipo o al grupo” (Ibíd.: 7).

Moderador: Visto así, ¿Cuál sería para Ud. entonces el rol del docente?

Freinet: El maestro deberá convertirse permanentemente en consejero y auxiliar,


por ejemplo. Su tarea pedagógica debería consistir en ayudar a sus alumnos “[...]
al máximo para la realización manual, artística y psíquica de sus potencialidades
dominantes”. (Ibíd.: 22) Involucrando todas estas cuestiones, logramos una
educación por el trabajo. Los talleres de trabajo, la sala común, la ayuda del
maestro, son pequeñas partes de un todo, que es la formación del niño, del
hombre, y “ciudadano de la nueva sociedad popular” (Ibíd.: 8).

Docente: Sigo pensando que no es una tarea fácil, más aún con alumnos como
éste de la carta, que no sólo  es más grande que el resto del grupo, sino que
además es repitente y muestra una actitud abúlica frente a las lecciones diarias.

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Moderador: ¿Y usted cree que modificando la distribución de los bancos,
cambiando algunos mobiliarios y dejando el docente su lugar habitual, alcanzaría
para garantizar que todos los alumnos aprenden de manera significativa y para la
vida?

Freinet: Mientras no se produzcan cambios al interior de las escuelas, entre ellos,


rever el lugar del docente, sentado en su escritorio impartiendo lecciones
magistrales e inconexas con la realidad de los alumnos …; mientras la distribución
del mobiliario nos remita a las aulas de fines del siglo XVIII; mientras muchos de
nuestros alumnos asisten a clases en aulas conteiners; mientras no se tengan en
cuenta sus intereses y vivencias personales, no podremos encontrar una salida
creativa a este atolladero.

Docente: Considero que se necesitarían muchos recursos tanto materiales como


de infraestructura y, en estos tiempos, Ud. ve, la educación y las escuelas, quedan
para el último.

Freinet: Quizás sea más fácil de lo que parece. Continuamente vemos que los
niños “[...] dejan en la puerta de la escuela sus intereses dominantes, su
afectividad y lo mejor de su vitalidad… ” permitiendo que tan sólo penetre en ella
“[...] la sombra vergonzosa y temerosa de sí mismo” (Ibíd.: 18). Si en cambio, se
parte de su propia vida, su familia,  la sociedad y la propia naturaleza, es decir,
incorporar a la escuela lo múltiple y lo complejo, con materiales para los talleres,
instalaciones estimulantes y una organización mobiliaria diferente a fines de dar
cabida a la fantasía y el imprevisto, estaríamos frente a una escuela eficaz;
diametralmente opuesta a  la escuela tradicional, basada en el enciclopedismo, la
memoria y el disciplinamiento de los cuerpos.

Moderador: de acuerdo a lo que plantea el alumno en cuestión, él tiene en su


habitación numerosos libros, los cuales consulta cuando lo necesita, ¿No sería
interesante que pudiera partirse desde esa fortaleza e invitarlo a socializarlos con
el resto de sus compañeros?

Docente: Insisto, en una clase numerosa, si nos detenemos en lo que cada


alumno pueda traer de su casa, ¿Cuándo damos la asignatura que nos
corresponde dar?

Freinet: Puede pensarse en la escuela como una organización que elabora sus
programas de trabajo a manera de centros de interés o “complejo de intereses”
(Ibíd.: 23), respetando los ritmos e intereses de los alumnos. Se podría, a modo de
ejemplo, tener en cuenta alguno de los textos del alumno en cuestión, sacando de

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él “[...] el mejor provecho pedagógico: análisis sintáctico, lenguaje, caza de
palabras, conjugaciones, etcétera” (Ibíd.: 24). Además, se podrían distribuir las
tareas, designándolas a cada uno de acuerdo a sus aptitudes y, teniendo en
cuenta que este alumno es más grande que el resto, podría estar a cargo de
investigaciones con algunos de sus compañeros.

Moderador: Me da la sensación que una gran preocupación de los docentes es


“llegar a cumplir el plan cueste lo que cueste” ¿es así?

Docente: Algo de eso hay.

Freinet: Los chicos depositan su confianza en sus maestros, y hay que serles
francos cuando se den contenidos que pide el plan, por más que no estén
vinculados con lo se viene haciendo. Pero centrar nuestra enseñanza con el único
objetivo de cumplir un plan, sesgada de los intereses de los chicos, lo único que
va a lograrse es descentrarlos, desarraigarlos, como le pasa a Juan, que su mayor
objetivo es llegar a los quince años para abandonar la escuela, que la pinta como
una prisión. Es claro al repetir lo que le dice su tío, que el aprendizaje está afuera
y que la escuela no le está sirviendo de mucho.

Docente: Ese pasaje, fue una de las cosas que más me dolió leer.

Moderador: Pero tranquila, que para eso estamos en este programa. Para
ayudarnos entre todos a cambiar ese rumbo.

Freinet: Exactamente. Pienso lo siguiente con respecto a dos temas centrales que
plantea Juan: sus intereses y el hecho de sentirse “flojo”: “La escuela debe sentir y
respetar ese interés y ese ritmo, aunque éstos no coincidan con las normas
pedagógicas que habíamos previsto; dejaremos que el niño elija su actividad
dentro del marco de las necesidades de la comunidad contentándonos con
ayudarle a conseguir el objetivo, a avanzar con éxito hacia la maestría y la
perfección. Estas recomendaciones tienen más importancia de lo que se cree: si
no las respetáis, conseguiréis sólo un preaprendizaje más o menos prematuro que
puede tener sus ventajas. Pero no lograréis la educación del trabajo” (Ibíd.: 11).

Moderador: Disculpen, me acaban de avisar que se encuentra en línea telefónica


uno de los mejores y más destacados pedagogos del siglo XX, el Sr. Paulo Freire,
que tiene algo para decirnos en relación a lo que estábamos hablando, ya que
está siguiendo nuestro programa vía televisiva.

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Freire: El  enseñar,  acto político, no puede ni debe
negar “[...] el saber de experiencia de hecho” (Freire,
2002: 79), partiendo solamente del conocimiento
sistemático del educador. “Es preciso que el educador
o la educadora sepan que su “aquí” y su “ahora” son
casi siempre “allá” para el educando” (Ibid.:79). No es
posible que “[...] el educador desconozca, subestime o
niegue los saberes de experiencia de hechos con que
los educandos llegan a la escuela” (Ibíd.: 80).

Moderador: Agradecemos su aporte Sr. Freire.

Freire: En realidad, tendríamos que agradecer el gran aporte de Juan, al haber


realizado este monólogo y llevarnos explícitamente a entender lo poco libre que se
siente. La docente ha entendido bien el mensaje y creo que la estamos llevando a
reflexionar, es necesario que nos entendamos mutuamente, docente-alumno,
alumno-docente. “Mi experiencia venía enseñándome que el educando precisa
asumirse como tal, pero asumirse como educando significa reconocerse como
sujeto que es capaz de conocer y que quiere conocer en relación con otro sujeto
igualmente capaz de conocer, el educador, y entre los dos, posibilitando la tarea
de ambos, el objeto del conocimiento. Enseñar y aprender son así momentos de
un proceso mayor: el de conocer, que implica re-conocer. En el fondo, lo que
quiero decir es que el educando se torna realmente educando cuando y en la
medida en que conoce o va conociendo los contenidos, los objetos cognoscibles,
y no en la medida en que el educador va depositando en él la descripción de los
objetos, o de los contenidos. El educando se reconoce conociendo los objetos,
descubriendo que es capaz de conocer, asistiendo a la inmersión de los
significados en cuyo proceso se va tornando también significador crítico” (Ibíd.:
60).

Docente: Sin duda, a partir de lo que Ud. dice y del monólogo de Juan, espero ser
capaz de transformar la enseñanza en un diálogo ¡Qué paradoja! Pienso que el
monólogo que escribió Juan, fue una respuesta al continuo monólogo que he
ejercido como docente.

Moderador: Vaya que nos ha ayudado Sr. Freire. Agradecemos su breve pero
interesante aporte y lo dejamos con sus tareas que no deben ser pocas.

Freire: Hasta la próxima. Estoy a su disposición, para lo que necesiten.

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Moderador: Aprovechando estos últimos minutos que nos quedan, sería
interesante Sr. Freinet, si puede aventurarse a tirar algunas pautas de trabajo
concretas y a modo de resumen para que la docente y muchos docentes que nos
están viendo, puedan poner en práctica.

Docente: Sin duda, que eso sería grandioso.

Freinet: Entonces, lo haremos brevemente para aprovechar estos últimos minutos.


Pensemos en lo que ya tenemos a partir del texto de Juan. A partir del trabajo en
el baldío surgirán diversos planes de trabajo que escribirán cada uno de los
alumnos a partir de sus intereses. Se me ocurren diversos talleres que tengan
como fin la construcción de la cancha de fútbol que ya viene haciendo Juan y sus
amigos, la creación de una huerta, donde puede involucrarse el padre de Juan,
para comunicarse con diferentes agricultores que nos sirvan de referentes para el
armado del mismo. A partir de estos talleres, seguramente se tengan que
investigar cuestiones matemáticas (por ejemplo para el armado de los postes,
medidas del campo de fútbol, ángulos, etc.), los que decidan armar la huerta,
seguramente tengan que investigar con la ayuda de los agricultores cuestiones
relacionadas con el riego, la siembra, la cosecha, etc. Esto dará como resultado el
armado de conferencias acerca de algunos temas en particular sobre los cuales
han investigado y que puedan compartir con sus compañeros. Como hemos
mencionado antes, a partir de los textos que vayan confeccionando los
estudiantes, se podrán analizar diferentes contenidos del área de Lengua, y a su
vez realizar el armado de un periódico, que puede ser armado a partir de
diferentes aplicativos informáticos, donde democráticamente se elijan los textos
que se van a editar.

Moderador: Se nos ha acabado el tiempo de programa, creo que si bien no es una


planificación exhaustiva, son puntapiés que le brindan a la docente un esquema
de trabajo a partir de la pedagogía de Freinet, bien diferente a cómo se venía
trabajando.

Docente: Lo más interesante es cómo se puede trabajar las diferentes áreas,


partiendo de los intereses de los alumnos, seguramente se realizará un
aprendizaje mucho más significativo, colaborativo, y sobre todo relacionando lo
intelectual con lo manual, que tanto nos hace falta.

Moderador: Muchas gracias a Freinet, a la docente, a Juan, y a todos los


televidentes por este grandioso programa. Espero les sea de utilidad para el futuro
de la educación.

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Bibliografía

FREINET, C. (1996), La escuela moderna francesa, Ediciones Morata, Madrid.


FREIRE, P. (2002), Pedagogía de la esperanza, Siglo Veintiuno Editores, Buenos
Aires.
PUIGGROS, A. y MARENGO, R. (2012), Pedagogía, Carpeta de trabajo,
Universidad Virtual de Quilmes, Bernal.

Imagen

[FREINET] Portal Educacao [En línea] [Citada 28 de octubre de 2013] Disponible


en:
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[FREIRE] Reflect Action [En línea] [Citada 28 de octubre de 2013] Disponible en:
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