TRANSVERSALIZACIÓN DEL ENFOQUE DE GÉNERO EN LA COMUNICACIÓN INTERNA Y EXTERNA

a) Comunicación estratégica

Lo primero es articular una estrategia general, integrada a los objetivos políticos del sector y se
desarrollen de manera paralela, estrategias de comunicación interna que incluya a todo el personal
y aporte sostenibilidad, continuidad y eficiencias de los servicios ofrecidos, más allá de la
administración de turno.

Porque como conocemos, hay muchas cosas buenas que se dejan de hacer, porque cambiaron de
jefe de área. Así que tengamos presente que esta estrategia, debe mantenerse en funcionamiento
fuera de la relación de la administración de turno.

Debemos abandonar el modelo de comunicación unidireccional (en una sola dirección, sin
respuesta), para ejercer una acción trasversal dentro y fuera de su sector o área.

Lo que la comunicación estratégica propone es una oportunidad para transversalizar el enfoque de

género, a fin de construir relaciones equitativas y justas entre mujeres y hombres.

b) Transversalización del enfoque de género

Cuando se habla de enfoque de género, no significa informar solo sobre la situación de las mujeres,
ni de crear secciones específicas para ellas, dedicarles especiales en fechas conmemorativas como
el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) o el 25 de noviembre (Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer) o colocar igual cantidad de imágenes de mujeres y
varones en los materiales.

Por el contrario, comunicadoras y comunicadores deben tener presente que, al referirse a este
enfoque, se está hablando de las relaciones desiguales de poder entre mujeres y varones que
existen en la sociedad, tanto en el espacio público como privado, además evidencia las
desigualdades y estereotipos que provocan discriminación y la violencia.

Por eso, producir comunicación con enfoque de género representa un reto, pues involucra la
incorporación en todos los niveles y en todas las etapas del proceso comunicativo, tanto para la
comunicación interna como externa.

Por tanto, la comunicación con enfoque de género exige:

Analizar el orden, los roles y las relaciones que se establecen entre varones y mujeres en la
sociedad.
Construir un pensamiento crítico acerca de la imagen, relatos y narraciones que nos ofrecen
sobre las mujeres los medios de comunicación y las que producimos en nuestra labor
comunicativa.
Identificar las ideas y prácticas socioculturales en que operan las desigualdades.
Identificar el modo en que los medios y las/os comunicadoras/es crean, reproducen o
combaten los estereotipos de género.
Producir mensajes, materiales y comunicación que transforme los imaginarios sociales de
cómo son las mujeres y varones.
 c) 8 criterios para transversalizar el enfoque de género en la comunicación del sector público

Estos criterios deben aplicarse tanto para la comunicación interna como externa:

Las mujeres deben ser coprotagonistas o protagonistas e identificarse como personas que
participan y ocupan cargos de responsabilidad en todos los niveles, desde lo más complejos
hasta en los más sencillos de la vida cotidiana.
Los varones deben ser coprotagonistas o protagonistas e identificarse como personas que
participan y se hacen cargo de responsabilidades del cuidado y la atención de la familia y el
hogar, es decir de las tareas asociadas a lo doméstico y al rol reproductivo.
Representar a mujeres y hombres por igual, especialmente en campañas y/o mensajes que
hagan referencia a la toma de decisiones.
Emplear la discriminación positiva hacia las mujeres, lo cual implica visibilizar la
participación de las mujeres como prioridad en todos los casos, produciendo un
reconocimiento digno y positivo.
Representar a mujeres y varones en actividades no tradicionales.
Producir estrategias y materiales de comunicación transformadores que den cumplimiento
a las normas nacionales orientadas a la igualdad de género y reducción de las inequidades
(desigualdades).
Emitir información desagregada por sexo en cualquiera de sus productos comunicacionales.
Adoptar el lenguaje inclusivo en todas sus comunicaciones y documentación oficial, como
hemos visto al inicio del módulo III.

d) El rol de las/os comunicadoras/es

Primero definamos quien es un comunicador o comunicadora, a todo aquel que hace uso de las
ciencias y las técnicas de la comunicación. Del mismo modo facilitador/a y de articulador/a de
saberes que ponen sus habilidades al servicio de la gestión, desarrollando estrategias
comunicacionales (o de comunicación).

Su rol es dar a conocer las políticas, los servicios y las actividades que desarrolla el Estado, así
como diseñar y ejecutar campañas públicas dirigidas a la ciudadanía que informen, eduquen y/o
transformen hábitos negativos hacia comportamientos positivos, en concordancia con la
legislación nacional e internacional.

Dicho compromiso debe ser asumido, por todos, tanto asesores y asesoras de comunicación,
prensa e imagen, como por las jefas y los jefes del área y por supuesto comunicadores,
comunicadoras, redactores, redactoras, fotógrafos, fotógrafas, camarógrafos, camarógrafas,
editores, editoras, diseñadores, diseñadoras, community managers, practicantes, etc.

La transversalización del enfoque de género representa un compromiso activo, además de un

reto a la creatividad y una renovación de su práctica comunicacional. Todo ello amparado en
conjunto de normas nacionales e internacionales.