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Filosofía de la técnica

Hasta aquí, el alumno ha venido estudiando autores y momentos clave de la historia


de la filosofía. Luego del abordaje de los cuatro momentos más importantes (edad
antigua, moderna, media y contemporánea), con matices y acentos, ahora nos
abocaremos a algunas problemáticas más concretas que hacen a algunos dilemas
de nuestra época en donde todos estamos sumergidos. Con esta lectura, el alumno
entrará en contacto con esta rama de la filosofía (la de la técnica) y con temas
propios de ella como es el paso de la técnica del artesano a la del técnico (punto
4.1.1 del programa) y la temática del mundo de la imagen (punto 4.1.2 del
programa). Evidentemente no se pretende agotar estas perspectivas en pocas
páginas, por lo que se brindará una mirada global y de conjunto.

A modo de introducción

Algo de historia

En la época moderna

De la técnica del artesano a la del técnico

De la imagen del mundo al mundo de la imagen

Referencias
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A modo de introducción

Es llamativo que términos como “técnica” o “tecnología” no aparezcan en importantes diccionarios o


enciclopedias filosóficas. Esto es sintomático del poco interés que ha despertado, a nivel filosófico, la
temática de la técnica siendo un asunto que se ha desarrollado notablemente desde el siglo XIX. Por otra
parte, no es que el tema haya estado ausente en la historia. Como veremos a continuación, tanto Platón
como Aristóteles distinguieron entre “techne” (técnicas de producción material) y “episteme” (conocimiento
teó- rico o actividades no productivas). Esta distinción ha marcado la historia pro- vocando una división entre
la técnica y las ciencias o las humanidades.

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Algo de historia

Desde un comienzo se elaboró teóricamente una distinción que marcó, como se dijo más arriba, la
orientación de la reflexión acerca de la técnica. Esta distinción puede sintetizarse así: el conocimiento
propiamente dicho (el “qué” de la cuestión) por un lado, y el conocimiento operativo (el “cómo”) por el otro.
Una forma superior de este conocimiento sería la episteme (el “porqué”) que representa propiamente el
conocimiento filosófico.

Según Platón, la técnica constituye un conocimiento verdadero pero contingente. Pertenece al mundo de la
“doxa” (opinión). Se trata de un conocimiento que no alcanzará el estatus de conocimiento teórico que,
como tal, es verdadero e inmutable, no es “doxa” es episteme o ciencia. Teniendo en cuenta la distinción
platónica entre mundo material e inmaterial, el arte- sano, que produce objetos materiales, reproduce una
“forma” de una “idea” cuyo acceso está negado a la técnica. Es el filósofo el que se relaciona con lo
inmaterial y le imponía al artesano la forma a reproducir. Es decir, la técnica estaba subordinada a la filosofía.
A partir de aquí se instala el prejuicio de que la técnica es un conocimiento inferior en relación a la filosofía
que es el conocimiento superior. El prejuicio platónico recién indicado, se repite en Aristóteles. La técnica
sirve para la producción de objetos materiales según el modelo del logos (razón). Y vuelve a separar la
producción de objetos materiales con las capacidades superiores como la filosofía, la política o las virtudes.
En este sentido existe una descalificación de la técnica y de los arte- sanos.

Siglos después, este prejuicio seguirá instalado. Pero ya a comienzos de la era cristiana, se iba a producir la
aplicación de la tecnología a la guerra, algo que llegará a su dramática culminación en las barbaries
producidas en las guerras mundiales del Siglo XX. A partir, entonces, de aquella época antigua, la técnica y la
guerra serían objeto de gran interés hasta el día de hoy.

Así pues no es de extrañar que los prejuicios filosóficos originarios consiguieran mantener la relegación de
la técnica a lo largo de la historia de la filoso- fía. Habrá que esperar al siglo XIX para que surja un interés
teórico por la técnica y hasta el último tercio del siglo XX para que empiece a institucionalizarse,
paulatinamente, un nuevo campo académico dedicado a la filosofía de la tecnología.

Para ampliar respecto a este tema te invito a leer el siguiente texto:

Por una revaloración de la filosofía de la técnica.pdf


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En la época moderna

A nivel teórico fue Marx el que le dio a la técnica un status epistemológico relevante para sus obras
filosóficas. De la misma manera que Marx hizo una interpretación materialista de Hegel, de la misma manera
eliminó el prejuicio instalado históricamente y colocó a la técnica como un elemento, entre otros, de la
emancipación del ser humano dentro de la historia. Recordemos que para el marxismo, los cambios
estructurales en la sociedad se deben al desarrollo de los medios de producción que viene de la mano de la
técnica. De esta manera, dentro del desarrollo social, la técnica tiene un protagonismo inigualable.

No obstante esto, la expresión como tal “filosofía de la técnica”, se debe a Ernst Kapp que venía del área de
la geografía y no era precisamente marxista. La originalidad de Kapp, consiste en interpretar la técnica, y con
ella los instrumentos técnicos, como un desarrollo ulterior de los órganos del ser humano. En lo que sí
coincidía con Marx, era en darle a la técnica un papel relevante en el desarrollo sociocultural.

El primer filósofo que le va a dedicar una investigación rigurosa al estudio de la ciencia, es Ortega y Gasset.
De forma premonitoria ya en el año 1933, el filósofo español advierte que la técnica será un tema muy
discutido en el debate público. El enfoque es humanista, el ser humano es un ser técnico que, si bien está
determinado biológicamente, no lo está culturalmente. En este sentido, la técnica es la posibilidad de lo
nuevo y de lo nuevo para el hombre que es limitado. Pero la técnica amplía el horizonte.

De enorme relevancia tendrá para la reflexión técnica, el análisis de Martin Heidegger. El filósofo alemán va a
relacionar técnica y ciencia para afirmar que la física moderna es de naturaleza tecnológica y, a su vez, la
técnica se basa en las ciencias exactas. Ciencia y técnica se retroalimentan una a la otra. De esta manera,
la ciencia como tal se desoculta por medio del instrumental técnico que se utiliza para tal fin.

A partir de los años 70’, la filosofía de la técnica irá adquiriendo cada vez más estatus propio dentro de las
disciplinas filosóficas. Si bien hay una diversidad de temas e intereses en este campo, a partir de los 80’,
pueden delinearse algunas corrientes que se relacionan, por ejemplo con el pensamiento de Heidegger, y
que se han desarrollado, sobre todo, en USA. Otra distinción que podría hacerse, a modo de polos
contrapuestos, es la que tiene que ver con los prejuicios de los que da cuenta la historia entre filosofía y
técnica. De aquí emergen dos perspectivas que, a groso modo, pueden distinguirse entre filosofía humanista
y filosofía analítica de la técnica. Dentro de esta tensión entre ambas tendencias, el enfoque humanista ha
cobrado un peso muy relevante en el marco de la filosofía de la técnica. Una de las características más
frecuentes del enfoque humanista, es el cuestionamiento hacia la tecnología que se muestra en una crítica
amplia que puede llegar hasta una mirada antitecnológica.

Para ampliar sobre esta temática te invito a leer el siguiente texto:

Filosofía de la tecnología, su devenir y tendencias


fundamentales.pdf
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LECCIÓN 4 de 7

De la técnica del artesano a la del técnico

Como se anunciaba en la introducción a esta lectura, un tema importante a desarrollar es el paso de la


técnica del artesano a la del técnico y sus características. La técnica del artesano se remonta a los griegos,
romanos y hasta entrado el Medioevo. Se caracteriza por una variedad de instrumentos que se han ido
complejizando hasta el punto de no poder ser operados por cual- quiera. Estos operadores especializados
serán los artesanos cuyo oficio estará dedicado a estos instrumentos. El ser humano alcanza conciencia de
que la técnica es una dimensión especial. La técnica se irá asociando a la figura de los artesanos y sus
tareas como la de ser herreros, zapateros, etc. Además, el artesano necesita formación ya que la técnica es
algo que también se aprende. En este sentido, comienza la relación maestro-aprendiz. Empieza una
tradición, comienza a transmitirse la enseñanza en forma de escuelas: vidrieros, albañiles, zapateros, etc.
Una fase ulterior es el surgimiento de los gremios y las comunidades que se fueron estableciendo en
relación a los artesanos.

Algo muy distinto sucede cuando surge la máquina como tal a partir de la revolución industrial. La máquina
pasa a un primer plano y el ser humano pasa a un segundo plano. En todo caso, el ser humano se concibe
como ayuda o suplemento de la máquina. Se trata de la técnica del técnico. La capacidad técnica se vuelve
casi omnipotente y no se trata de algo al azar sino de una intencionalidad. Tampoco se encuentra limitada al
artesano o a un tipo peculiar de persona. La técnica todopoderosa se vuelve un riesgo. Riesgo que se ha
visto evidente en la utilización de la técnica en el uso de la guerra. Es decir, la técnica para matar y ya no para
construir, como en el caso de la técnica del artesano.

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De la imagen del mundo al mundo de la imagen

Algo que se desprende de la técnica es, precisamente, la globalización de la tecnología. En los últimos veinte
años, la tecnología ha agudizado su alcance y se ha puesto de manifiesto, sobre todo, en el mundo virtual.
Aquí también el alumno debe advertir un paso que está explicitado en el programa de la materia: el paso de la
imagen del mundo al mundo de la imagen. A principios del S. XX, el filosofo Dilthey introducirá un término
alemán que será decisivo para poder hablar de una imagen del mundo: Weltanchauung que podría traducirse
como “cosmovisión”. Etimológicamente significaría algo así como una “observación del mundo”, o un
enfoque desde el cual uno interpreta el mundo y tiene mucho que ver con los principios filosóficos que
ayudan a su interpretación como también a las ideologías que suponen una lectura del mundo y de la vida
desde una perspectiva particular y militante.

Pero hoy asistimos a una suerte de inversión, no sólo de los términos, sino también de los contenidos.
Aquella imagen del mundo que sirvió para la interpretación de la vida se ha trastocado ahora un mundo de la
imagen que tiene que ver con las tecnologías globalizadoras. Hay una suerte de primado de la “apariencia”
que vuelve a los sujetos más pendientes de su propia imagen como sucede también en el mundo del
marketing. Aquí, precisamente, el éxito de un producto tiene que ver con su imagen, con el envase. Esto está
relacionado estrechamente con el mundo virtual y, últimamente, con las re- des sociales. El mundo de las
redes sociales también está provocando la emergencia de un nuevo sujeto que no sólo está más pendiente
de su imagen sino también dispuesto a mostrar cada vez con menos prurito, su propia vida. La necesidad de
mostrarse de este nuevo sujeto y la dependencia cada vez mayor al mundo virtual no puede menos que
cuestionar a la propia filosofía: ¿qué es lo real cuando lo virtual se convierte en el criterio de vida?

¿Qué tipo de sujeto emerge cuando lo virtual va cobrando cada vez más importancia? ¿Puede la imagen
terminar de decir todo lo que somos? Son preguntas que surgen del mundo de la técnica y que cuestionan lo
que el sujeto es y debe hacer.
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Referencias

Medina, M. (1995). Tecnología y filosofía: más allá de los prejuicios epistemológicos y


humanistas. Recuperado de http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/26032/1/93866.pdf

Monterroza Ríos, A.; Escobar, J. M. y Mejía Escobar, J. A. (2015). Por una revalorización de la filosofía de la
técnica. Un argumento a favor del rol cultural de la técnica. Revista CTS (Ciencia Tecnología y Sociedad), n°
30, pp. 265-275. Recuperado de http://www.redalyc.org/html/924/92441742010/

Morán Seminario, H. M. (2006). Filosofía de la tecnología, su devenir y tendencias fundamentales. Rev. Fac.
Cien. Ecón. Univ. Nac. Mayor de San Marcos 11(29), 2006: 117-129. Recuperado de:
http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/publicaciones/economia/29/a07.pdf

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