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Historia Conventual 1209-1976
Historia Conventual 1209-1976
Pompei
ofmconv
Traducción:
Fray Francisco Calderoni, OFMConv
Seminario Misionero Franciscano ‘San José de Cupertino’
5015 Palmira (Venezuela)
Fax: +58.276.3944049
E-mail: semifra@telcel.net.ve
1.
I. DATOS SUMARIOS
1
Actualmente se llama ‘Orden Franciscana Seglar’ (OFS), (n.d.t.).
252 1. SAN FRANCISCO DE ASÍS, 1181-1226
III. ESPIRITUALIDAD
a) los textos legislativos: son las dos Reglas: la I Regla del año 1209-
21 (correspnde a la primitiva «fórmula vitae» [forma de vida, n.d.t.] ampliada en
aquellos años, con el nombre de IReg ‘non bullata’, 1221), y la II Regla (2Reg)
o definitiva de 1223 (Regla bulada);
b) las Admoniciones y normas de vida religiosa, como son: Verba
admonitionis [Admoniciones] con 28 capítulos, el Testamento, (complemento
ascético de la Regla (1226), y el De religiosa habitatione in eremo [Regla para
los eremitorios, n.d.t.] (1218-21 aprox.);
c) Oraciones y alabanzas, entre las cuales sobresalen el Officium
Passionis [Oficio de la Pasión del Señor, n.d.t.], las Laudes Dei [Alabanzas a Dios
254 1. SAN FRANCISCO DE ASÍS, 1181-1226
En la Salutatio virtutum [Saludo a todas las virtudes, n.d.t.] F., haciendo uso
de especiales calificativos, y acopladas entre sí, recuerda las seis virtudes
“hermanas” congeniales con su espíritu: la reina sabiduría (prudencia) y la pura
sencillez, la señora pobreza y la santa humildad, la señora santa caridad y la
santa obediencia. Esta última, definida en otra oportunidad «como
representación de un cuerpo muerto» (2Cel 152, el súbdito en relación con su
superior) y relacionada con la misma pobreza espiritual en vista de su
desprendimiento no tan sólo de la codicia de los bienes exteriores, sino también
de la codicia interior, de la voluntad propia (Adm. 3, 14, 20).
Además la modestia y mansedumbre, concordia, paz y fraternidad,
respecto y amor hacia todos, ricos y pobres, buenos y malos, y también hacia
los ladrones y malhechores que deberán ser siempre acogidos «benignamente»
VIDA-ESPIRITUALIDAD-PERSONALIDAD
257
por los frailes (1R VIII); el «saludo de paz» que deberá ser dirigido a todos, tal
como fue revelado directamente al Santo por el Señor (Test. 23) y llevado a la
práctica con el lema franciscano de «Paz y Bien» (Cfr. TC. 26). Y por último, el
humilde servicio de amor y de «misericordia» hacia todos los pobres o
indigentes, enfermos o leprosos, considerados personajes representativos de
Cristo paciente, pobre y peregrino en la tierra (Cfr. 1R IX). Francisco padecía de
una verdadera «invidia paupertatis» [envidia de la pobreza, n.d.t.] de los pobres por
el hecho de ser pobres, y sobretodo si fueran más pobres que él (2Cel. 83, Cfr.
n.84, 87s; y 1Cel.76).
mundo; y no quiso conducirme por otro camino que el de esta ciencia» (LP 17;
EP 68). Era el camino de la sencillez, de la humildad y de la pobreza absoluta, la
vida evangélica practicada por él y por su Orden y propuesta una vez más al
mundo para la salvación de todos. Esta es la novedad y originalidad de la Regla
y de la fundación del Santo, la cual se tornaba típica expresión de las nuevas
Ordenes mendicantes y apostólicas dentro de la Iglesia, no obstante las
sucesivas mitigaciones de su estilo de vida. Para la segura autenticidad de esta
nueva «forma sanctitatis» y de la misión eclesial del Poverello, s.
Buenaventura puso en grande relieve la confirmación directa otorgada por el
supremo pontífice Cristo, y debidamente reconocida por la Iglesia, mediante el
sello divino de los estigmas (LM XIII, 9; Cfr. Dante, Paradíso, XI, 107).
5. Otros muchos aspectos y motivos característicos han sido relevados
por los estudiosos en la personalidad del Poverello: especificamente el más
perfecto imitador de Cristo, en su irrepetible figura de Santo místico y seráfico,
su personalidad histórica y humana, el caballero de Cristo, el Santo de la
fraternidad universal, el «Poverello» por excelencia, el genio religioso y
poético de su patria, y cosas por el estilo.
No podemos negar la veracidad de estos carismas humanos y
religiosos, firmemente anclados sobre el valor preeminente de su santidad, de
tal manera que cada categoría de personas ha podido y continuará sacando
inspiración, enseñanzas y ejemplos de todos los puntos de vista de su vida
extremadamente luminosa.
En calidad de testigos del universal aprecio, como son los espíritus más
sensibles e ilustrados, los historiadores y los teólogos, los letrados y los
artistas, fascinados por él, trazaron su perfil y lo ilustraron ampliamente.
Pero, especialmente el ideal evangélico del Santo es sumamente
significativo para la historia y para la sociedad humana y cristiana.
Comparando su época y sus enseñanzas con la actual experiencia de las cosas,
se concluye que su fundamental mensaje también hoy día tiene vigencia: lo de
él es, en síntesis, un mensaje de bondad y amor, una obra de mediación, en
nombre de Cristo, para la humanidad, de paz con Dios, con la Iglesia, y de los
mismos hombres entre sí.
Oportuna, además, entre los progresos y retrocesos de la actual
convivencia humana, la idea-fuerza repetida por el Santo a sus religiosos
acerca de la constancia en la pobreza, que es, en efecto, el normal llamado al
fin sobrenatural de la vida, a menudo olvidado: «norma de los peregrinos», es
decir, la conciencia de la provisionalidad de la mansión terrenal, de donde
proviene el deber de todos para el «pacífice pertransire (et) sitire ad patriam»
[acogerse bajo techo ajeno, caminar en paz de un lado a otro, anhelar la patria, n.d.t.] (2Cel.
59, Cfr. ibid. n. 60; CtA5; Eb. 13,4).
262 1. SAN FRANCISCO DE ASÍS, 1181-1226
Bibliografía
2. FUENTES:
a) Escritos de s. F., en Opúscula s. P. N. Francisci Assisiensis, Quaracchi 19493 (Ed. italiana: V.
Facchinetti-J. Cambell, Gli Scritti di s. F. d’A., Milán 19755, traducido en varios idiomas; V. Branca, Il
Cantico di frate sole. Studio delle fonti e testo critico, in ArchFrancHist 41 (1948) 3-87 y Florencia 1950;
bibliogr. razonada, 1947-73, por F. Bajetto en ItalFranc 49 (1947) 5-62; S. Ruggeri, en Accad.Bibliot.Ital. 43
(1975) 60-102; M. Faloci, Gli autografi di s. F., en MiscFranc. 6 (1895) 33-9; A. Lapsanski, en
ArchFrancHist 67 (1974) 18-37.
b) Biografías primarias del s. XIII, especialmente las de Tomás de Cel, Vita I y Vita II y el
Tractatus de miráculis (a. 1228, 1247, 1253), de Julián de Spira, Vita (1234 aprox.) y de s. Buenaventura,
Legenda maior y minor (1263), y demás Leyendas litúrgicas y menores extraídas de las anteriores: en
AnalFranc 10 (1926-41) 1-724. – Más Leyendas y florilegios anecdóticas de los ss. XIII-XIV, con preciosos
complementos biográficos y espirituales, en ediciones varias: Legenda Perusina (1246-1310), ed. J. Cambell,
I fiori dei tre Compagni, Milano 1967 (texto latín y traducción italiana de N. Vian), y mejor aun R. B.
Brooke, Scripta Leonis, Rufini et Angeli, sociorum s. Francisci, Oxford 1970 (con traducción inglesa); otra
edición, Compilatio Assisiensis dagli Scritti di fr. Leone e Compagni, por M. Bigaroni, Porciúncula 1975 (es
la Compil. o Leg. Perus.); - Anonymus Perusinus, o De inceptione OMin (aprox. 1270-90), en MiscFranc 9
(1902) 35-48, ed. F. van Ortroy, y texto crítico, curado por L. Di Fonzo, ibid. 72 (1972) 435-65; - Legenda
trium Sociorum (aprox. 1310-20), y parte de 1246, en ActaSS, Octobris, II, Anversa 1768, p. 723-42, y
redacción I, ed. G. Abate, en MiscFranc 39 (1939) 375-432; ed. crítica de T. Desbonnets, en ArchFrancHist
67 (1974) 89-144; - Spéculum perfectionis (1318 aprox, con textos de la 2Cel, Leg.Perus y ‘Rótuli’ de fr.
León), ed. P. Sabatier, París 1898, 1928-31 2. – História y leyenda en Actus b. Francisci et sociorum eius
(aprox. 1330-40), ed. P. Sabatier, ibid. 1902, con parcial vulgarización y adaptación de I fioretti di s.
Francesco, 1390 aprox. (muchas ediciones, y A. Vicinelli, Gli scritti di s. Francesco e i Fioretti, Milán
1955). Además: L. Lemmens, Testimonia minora saeculi XIII de s. Francisco Assisiensi, Quaracchi 1926; y
otros Cronistas franciscanos (-» Franciscanos, bibl.).
De todas estas fuentes, hay traducciones en distintos idiomas. Para Italia, actualmente: Fonti francescane,
vol. 2, Asís 1977.
c) Para la «Cuestión franciscana», es decir, estudios y debates desde aprox. 80 años sobre la
naturaleza, recíprocas relaciones y valor de las distintas fuentes: F. van den Borne, Die Franziskus-
Forschung in ihrer Entwicklung dargestellt, München 1917; J. R. H. Moorman, The Sources for the Life of
St. Francis of A., Manchester 1940, 19662; S. Clasen, Legenda antiqua s. Francisci. Untersuchung über die
nachbonaventurianischen Franziskusquellen, Léida 1967 (con abundante bibl.); Cfr. también T. Desbonnets,
St. François d’A. documents, écrits et prèmieres biographies, París 1968, p. 1455-99; S. Clasen-E. Grau, Die
Dreigefährtenlegende des hl. Franziskus, Werl 1972, introducc. de Clasen: p. 25-164; L. Di Fonzo,
L’Anonimo Perugino tra le fonti francescane del sec. XIII, en MiscFranc 72 (1972) 117-483 y Roma 1973
(cuestiones generales y texto); AA. Varios, La «Questione francescana» dal Sabatier ad oggi. Atti del I
convegno internazionale, Assisi, 18-20 ottobre 1973, Asís 1974.
Fortín, Milán 1926 (Asís 19592, en 5 tomos con documentos asisanos); L. Salvatorelli, Bari 1926, Turín
19732; M. Sticco, Milán 1926, 196715; D. M. Spáracio, Asís 1928; L. de Sarasola, Madrid 1929; S. Attal,
Livorno 1930 (ampliada y mejor, Padua 19472); P. Bargellini, Turín 1941; H. Felder, Zurich 1941; O.
Englebert, París 1947 (más completa ed. inglesa, Chicago 1965, con debates y amplia bibl. de R. Brown); R.
Sciamannini, Roma 1953; J. Schreurs, Ultrecht-Anversa 1955; y añadimos también con reservas, igual que
para otros anteriores: R. Bacchelli, Milán 1959; G. Berlutti, Asís 1961; P. Leprohon, París 1973, trad.
italiana, Asís 1974.
Para el estudio de las principales biografías modernas: F. van den Borne, Het probleem van de
Franciscus-biografie, en Sint Franciscus I (Brummen 1955) 241-320, e Id, ibid. 2 (1956) 31-80; AA. Varios,
S. F. nella ricerca storica degli ultimi ottanta anni, Todi 1971 (sobre algunos aspectos; y sobre la biografía:
R. Manselli, p. 11-31).
Consúltense también las mayores enciclopedias: más amplias y recientes y con bibl. las
exposiciones de R. Pratesi-A. Ghinato, en EC 5 (1950) 1578-86; L. Di Fonzo, en BSS 5 (1964) 1052-1150
(A. Pompei, col.1111-31); E. Longpré, en DS 5 (1964) 1268-303; J. Poulenc, en EncRel. 2 (1970) 1634-41;
Stanislao da Campagnola, en EncDantesca 3 (1971) 17-23; L. Di Fonzo, en DHGE 17 (1975) 683-98.
4. ESTUDIOS ESPECÍFICOS, tan sólo algunos puntos sobre la vida (mencionamos brevemente
títulos o temas): G. Abate, Storia e leggenda intorno alla nascita de s. F. d’A., en MiscFranc 48 (1948) 515s,
y Roma 1949; Id., Casa paterna e natale, Gubbio 1941, y complementos, Roma-Perusa 1966; A. Fortini
(acerca de las propiedades paternas, ambiente y topografía asisana), en ArchFrancHist 43 (1950) 3-44; - F.
de Beer, La conversión de st-François selon Thomas de Cel, París 1963; Lázaro de Aspurz, en Laurentianum
8 (1967) 452-68; D. Gagnan, Le héraut du Grand Roi, en EtFranc 20 (1970) 193-210 (predicación). - R.M.
Huber, The Portiuncula Indulgence from Honorius III to Pius XI, Nueva York 1938; sobre el origen y
debates, Cfr. también A. Teetaert, Portiuncule, en DTC XII, 2 (1935) 2602-11, y R. Brown, en NewCathEnc
11 (1967) 601-2. – Sobre las Clarisas y Terciarios, Cfr. los temas correspondientes. – Sobre el viaje a Egipto:
A. Ghinato, S. F. in Oriente missionarius et peregrinus, en ActaOFM 83 (1964) 164-81; G. Basetti-Sani, en
ArchFrancHist 65 (1972) 3-10; F. Cardini, en StFranc 71 (1974) 199-250 (superación de la «cruzada»). – C.
van Hulst, De historia Praesepii... a Bethlehem usque ad Graecium, Roma 1941; O. Schmuki, en CollFranc
41 (1971) 260-87.
Sobre los estigmas: M. Bihl, en ArchFrancHist. 3 (1910) 393-432; Octavianus a Rieden, en
CollFranc 33 (1963) 210s; A. Vauchez, en Mélanges ArchHist 80 (1968) 595-625; Cfr. también Epistola
encyclica fr.Heliae de tránsitu s. Francisci (octubre 1226), en AnalFranc 10 (1926-41), p. 525-8, y el estudio
de M. Bihl, en ArchFrancHist 23 (1930) 410-8; L. Randellini, en StFranc 71 (1974) 123-76 (fundamentos
bíblicos y valores teológico-existenciales). – Sobre las enfermedades del Santo: Octavianus a Rieden, en
Miscellanea M. de Pobladura 1 (Roma 1964) 99-129; S. Ciancarelli, F. di Pietro Bernardone, malato e santo,
Florencia 1972; G. Lambertini en StudFranc 71 (1974) 109-22. – Sobre la canonización: M. Bihl, en
ArchFrancHist 221 (1928) 468-514. – Sobre la historia del sepulcro y hallazgo del cuerpo: N. Papini, Notizie
sicure della morte, sepoltura... di s. F. d’A., Foligno 18242; F. Guadagni, De invento corpore divi Francisci,
Roma 1819: L. Di Fonzo, en BSS 5 (1964) 1096-1108. – Iconografía: Künstle II, p. 273-54; Kaftal, p. 386-
418; Réau I, p. 516-35; Kirschbaun VI, c. 260-315.
5. ESPIRITUALIDAD Y PERSONALIDAD: H. Helder, Die Ideale des hl. Franziskus von A.,
Paderborn 1924 (varias ediciones y traducciones); J. Lortz, Der unvergleichliche Heilige, Düsseldorf 1952;
O. Schmucki (a Rieden), Das Leiden Christi im Leben des hl. Franziskus von A., en CollFranc 30 (1960) 3s,
y Roma 1960; Fernando de Maldonado, La pedagogía de s. Francisco de Asís, en Laurentianum 3 (1962) 3s,
y Roma 1963; Gratien de París, St. François d’A. Sa personalité, sa spiritualité, París 19634; E. Longpré,
François d’A. et son expérience spirituelle, ibid. 1966 (extraído de DS 5 [1964] 1268-302); J. Schlauri, St
François et la Bible, en CollFranc 40 (1970) 365-437 (bibl.); Stanislao da Campagnola, L’Angelo del sesto
sigillo e l’«alter Christus, Roma 1971; E. Leclerc, Le Cantique des créatures ou les symboles de l’union.
Une analyse de St F.d’A., París 1970, trad. ital. Turín 1971: psicanálisis, con reserva; Cfr. D. Gagnan, en
CollFranc 47 (1977) 317-47.
Sobre el entorno histórico del Santo y demás movimientos religiosos de aquella época: K. Esser,
en ArchFrancHist 51 (1958) 225-64, y en Festgabe J. Lortz, II, Baden Baden 1958, p. 287-315; H.
Grundmann, Religiöse Bewegungen im Mittelalter, Hildesheim 19612, p. 127-56 (trad. italiana, Bolonia
1974); M. Maccarone, Riforma e sviluppo della vita religiosa con Innocenzo III, en RivStorChiesa 16 (1962)
29-72; Willibrord de París, Rapports de St François d’A. avec le mouvement spirituel du XIIe siècle, en
EtFranc 12 (1962) 129-42; H. Roggen, Die Lebensform des hl. Franziskus von Assisi in ihrem Verhältnis zur
264 1. SAN FRANCISCO DE ASÍS, 1181-1226
feudalen und bürgerlichen Gesellschaft Italiens, Mechelen 1965, con otra bibl.; AA. Varios, Povertá e
ricchezza nella spiritualitá dei secoli XI-XII, Todi 1969; Ilarino da Milano, La spiritualitá evangelica
anteriore a s. F., en Quaderni spirituali franc. 6 (1973) 37-70.
Literatura, arte e influencia: J. v. Görres, Der hl. Franzikus von A. Ein Troubadour, Maguncia
1826; F. Prudenzano, F. d’A. e il suo secolo, Nápoles 1857; H. Thode, Hl. Franz von A. und die Anfänge der
Kunst der Renaissance in Italien, Berlin 1885, 19344; B. Kleinschmidt, S. Franziskus von A. in Kunst und
Legende, Mónaco 1911; [H. Lemaître-A. Masseron, etc]. St François et les peintres d’Assise, Grenoble 1941.
– AA Varios, Universalitá del francescanesimo, Asís-Roma 1950; A. Fortín-I. Giordani, Il Patrono d’Italia,
Roma 1955. – Para más integraciones bibliográficas, sobre el Santo, -»Franciscanos.
p. Lorenzo Di Fonzo, OFMConv
26
5
2.
FRANCISCANOS
I. FUNDACIÓN Y GENERALIDADES
2
Actualmente se llama OFS = Orden Franciscana Seglar (n.d.t.).
FINALIDAD-ORGANIZACIÓN-REFORMAS-EXPANSIÓN
267
III. ESPIRITUALIDAD
Grandes dificultades
y separación OFM Obs (1490-1517)
Cuadro geográfico-estadístico
3
La estadística de 1384, en la que se llama “Serie Ragusina’ de las Provincias (Ed G. Golubovich,
Biblioteca, II, p. 254-5; Cfr. bibl, IV, 10), puede considerarse con mucha aproximación válida para la
OFMConv para el año 1505 aprox., equilibrando los conventos perdidos con las nuevas erecciones del ‘400:
las Vicarías quedaron restringidas a 4-5, en cambio habían aumentado las Prrovincias (Portugal 1385 aprox.
Oriente 1469, Cataluña y Valencia 1500 aprox). – La lista de los conventos de los Amedeítas, Clarenos y
Coletanos: en P. M. Sevesi: L’Ordine dei Frati Minori, I, Milán 1942, p. 297-9, incluyendo alguna
corrección nuestra, especialmente en relación a los Coletanos. – La estadístidca OFMObs 1512aprox. se
encuentra en Wadding (Cfr bibl. IV, 10, de 1512-7); para el año 1512-7 las Vicarís Obs pasaron de 48 a 52,
incluyendo la cismontana Bosnia de Croacia (1514), y las ultramontanas de Burghos (1514); la de los
Ángeles y la de Malta. Para las fechas de erección de las Vicarías Obs, Cfr. Sevesi, o.c., II/2, Milán 1960, p.
218 y 226 (y en Holzapfel, p. 145-9), acompañadas por algunas aclaratorias nuestras.
298 2. FRANCISCANOS, 1209-1517
Vicarías conv.
año
1. Marruecos 6 ... ... ...
2. Oriente 1239 18 ... ... ...
3. Aquilonia 1265aprx 18 ... ... ...
4. Tartaria 1276aprx 9 ... ... ...
5. Bosnia 1300aprx 36 ... ... v. Pulla 1446aprx 41
6. Rusia 1339 15 ... ... ... 21 Bosnia Ar
7. Lituania 1350aprx 6 ... ... ... v. Polonia
8. Escocia 1395aprx 9 ... ... ... v. Polonia
9. Cerdeña 1375 10 ... ... ... v. Ultramar 1511 7
10. Córcega 1319aprx 11 ... ... ... 22. Cerdeña 1453aprx 22
1339aprx 24. Córcega
4
‘Observantes’ bosníancos, es decir de la Vicaría de Bosnia, residentes en Pulla (Italia) a partir de 1391
(Custodia de S. Catalina).
FINALIDAD-ORGANIZACIÓN-REFORMAS-EXPANSIÓN
299
Guadalupenses
6. Aragón 11230 39 ... 1505aprx Aragón 4 7. Aragón 1425 34
- Cataluña 1500ap ...
- Valencia 1500apr ... Castilla 9
7.Castilla 1230 43 ... Castilla5 8 8. Castilla 1447 80
9. Santoyo 1477 29
10. Betica 1499 8
8. Santiago 1217 43 ... Santiago 8 11.Santiago 1447 46
(y Portugal)
- Portugal 1285apr ... Portugual 1 12.Portugal 1446 ...
21
Martinianos
a. 1508
13C.Piedad 1511 7
9. Argentina 1221 53 ... 1Argentina 1427 28
10. Colonia 1272 48 Colonia 10aprx 15. Colonia 1447 48
11. Sajonia 1230 100 ... Sajonia 58 16. Sajonia 1449 25
12. Dinamar 1232 37 51aprx ... 17. Dinamarca 1478 21
(y Escandin) (y suecia)
13. Bohemia 1238 49 ... ... ... 18. Bohemia 1469 28
(y Polonia) 19. Polonia 1467 23
14. Austria 1239 30 ... ... ... 20. Austria 1452 22
15. Hungría 1238apr 50 ... ... ... 21. Hungría 1447 70
16. Inglaterra 1224 57 ... ... ... 22. Inglaterra 1499 6
-(y Escocia) 1488 ... ... ... 23. Escocia 1467 8
17. irlanda 1230 35 ... ... ... 24. Irlanda 1460 17
(América)
La lista de aquellas 12 casas de los Observantes franceses se encuentra en la Constitución conciliar de Constanza de 1415
(BullFranc VII, p. 493-5, n. 1362) en la que se encuentra también el convento de Dôle, el único existente en la Prov. de
Borgoña, que, sin embargo pertenecía a los Coletanos y que salió de la obediencia de los Vicarios Obs en 1426 (l.c., p. 660-
1, n. 1728). De manera que los primeros verdaderos Observantes franceses estaban presentes en 1415 tan sólo en las dos
Provincias de Turonia y de Francia Parisina. En la Provincia de Castilla, en el año 1415, había también 4 casas de los
Villacrecienses, que habían permanecido bajo los Ministros OFMConv hasta 1471 (cuando fueron asimilados y asumidos
por los OFMObs).
6
En la Provincia de Castilla, en el año 1415, había también 4 casas de los Villacrecienses, que habían permanecido bajo los
Ministros OFMConv hasta 1471 (cuando fueron asimilados y asumidos por los OFMObs).
7
En realidad: los Frailes Menores Obs. consideraban a la Cerdeña como una Vicaría ultramontana, al paso que las Vicarías
de Bohemia, Polonia, Austria y Hungría eran cismontanas (esta es la razón por la cual las hemos colocadas, en el Cuadro,
bajo las «ultramontanas» en sintonía con la Provincias originarias OMin.).
300 2. FRANCISCANOS, 1209-1517
Sumas
OFMConv. OFMObs.
Provincias Conv. Vicarías Conv.
1. Santidad y piedad
2. Oficios eclesiásticos
«solemne», pero sin dejar de ser práctica y popular, por obra de ilustres
maestros de teología para los cuales «predicar» representaba el motivo
justificativo y la ocupación complementaria de sus estudios científicos.
S. Antonio de Padua, durante una década entera (1221-31), fue modelo
y prototipo de los grandes predicadores minoritas, maestro evangélico del
pueblo y del clero, martillo de los herejes, apóstol y pacificador social. Sus
discípulos continuaron su obra: el b. Lucas Belludi y Lucas de Padua, los
predicadores de la paz y de la devoción del «Aleluya» (1233) el b. Gerardo
Boccabadati de Módena y el b. León Valvassori, creado arzobispo de Milán
(1244-57). Contemporáneamente, en el s. XIII, los más grandes predicadores:
en Italia, Lucas de Bitonto y Buenvantura de Iseo (1260), Tomás de Pavía, s.
Buenaventura, el moralista Servasanto de Faenza (1300 aprox.); en Francia,
Hugo de Digne (1255 aprox.), Odón Rigaud, Gilberto de Tournai, Eustaquio
d’Arras (1291); en Inglaterra, Juan de Galles y Juan Peckham (1292); en
Alemania, el b. Conrado de Sajonia y el b. Bertoldo de Ratisbona (1272),
émulo del Taumaturgo de Padua por su fama e influencia social.
La predicación, a lo largo del primer siglo franciscano y después
también, era apoyada por especiales recursos expositivos y «ejemplos»
prácticos sacados de la vida de los santos, milagros, revelaciones privadas,
hechos de la vida diaria, anécdotas y proverbios sacados de la literatura antigua
y reciente, de manera que muchos Minoritas, bien sea para la formación como
para el uso de los predicadores, escribieron obras teóricas como: Artes
praedicandi (Juan de La Rochelle, Juan de Galles, Gerardo du Pescher) y los
Libri exemplorum (Servasanto de Faenza, Juan Spiser, Nicolás Bozon, y otros
anónimos ingleses, etc.). A estas obras, se añade la abundante producción de
completos Sermonarios (Dominicales, Cuaresmales, Mariales, Santorales) que
nos han dejado los más ilustres predicadores.
Igual eficacia tuvo la predicación franciscana a lo largo del s. XIV: los
más grandes representantes italianos fueron: Francisco de los Abati (1344
aprox.), Enrique de Moncalieri (Génova), Landolfo Carácciolo de Nápoles,
Felipe de Moncalieri, Gabriel de Volterra (1382); los franceses Bertrando de la
Tour (1332), Gualtero de Aquitania, Bernardo Délicieux, Nicolás de Aquaville,
Juan de Roquetaillade (d. 1365); los españoles Bernardo de Deo y Francisco
Eiximenis (1409); los alemanes Juan Bomendal (1340 aprox.), Juan Contractus
(Kortz, 1373 aprox.), Juan de Düren, y sobretodo el holandés Juan de Werden
(aprox. 1378-1400), autor del famoso prontuario «Dormi Secure», un
vademécum del predicador para cualquier circunstancia y argumento (¡25
ediciones tipográficas tan sólo en ‘400!).
En el siglo del humanismo, la predicación de los Conventuales tuvo,
con carácter más culto y elocuente por obra de Marcos de Sommariva (1420
aprox.), el deslumbrante Antonio de Massa general y obispo (1435), Julián
FINALIDAD-ORGANIZACIÓN-REFORMAS-EXPANSIÓN
305
4. Apostolado misionero
1417 Clarenos
(Fraticelli)
1317-1473
Riformella F.M.
1662-1897 CAPUCHINOS
Unificados en 1897
9
Los Amadeítas y los Clarenos, aunque unidos a OFMObs en 1517, continuaron como Congregaciones
independientes con Provincias y conventos propios hasta 1568 cuando, en el mejormomento de su desarrollo,
fueron suprimidos por s. Pío V (WaddingAnnMin, contin. 1568, nn. 1-29, t. XX, p. 189-202)
10
No obstante hubiesen sido unificadas cuanto al nombre, constituciones y régimen general en 1897 por
León XIII, las históricas familias de los Obs., y Reform., y Alcantar., y Recolectos conservaron en realidad
sus propias distintas Provincias y conventos y noviciados, estudios y misiones propias, hasta la verdadera
‘fusión’ y reducción estructural llevada a cabo por Pío XII en los años 1940-9.
FINALIDAD-ORGANIZACIÓN-REFORMAS-EXPANSIÓN
317
a. 1221: 5.000 aprox --- --- --- --- --- --- » = 5.000 aprox
a. 1274: 35.000 aprox --- --- --- --- --- ---» = 35.000 aprox
a. 1348: 40.000 aprox --- --- --- --- --- ---» = 40.000 aprox
a. 1415: 30.000 aprox 600 aprox --- --- --- --- ---» = 30.000 aprox
a. 1517: 30.000 aprox 30.000 aprox --- --- --- --- - --» = 60.000 aprox
a. 1590: 20.000 ......... ......... ....... ........ (= 32.920) 7.268 = 59.558
a. 1680: 15.000 33.600 11.400 6.000 9.000 (= 60.000) 27.156 = 102.156
a. 1762: 25.000 39.900 19.000 7.000 11.000 (= 76.900) 332.821 = 134.721
a. 1889: 1.481 6.516 5.803 658 1.621 (= 14.798) 7.628 = 23.907
a. 1976: 3938 - - - 20. 304 12.655 = 36.897
Las estadísticas «1590-1889» se refieren a las familias de la Observancia; las de los OFMConv se refieren propiamente
a los años 1586, 1773 y 1893; las de los OFMCap están sacadas de distintas fuentes, Cfr. L. Di Fonzo, Series quaedam
histórico.statísticae OFMConv, 1209-1960, Roma, 1961, p. 68; - para la OFM: Holzapfel, p. 379; StudFranc 2 (1916) 171-
6 (para el 1590, cuya suma ‘total’ no especifica a cada una de las 4 familias); Capítulum generale Fratrum Minorum...
Romae... 1889, Quaracchi 1890, p. 53; - para la OFMCap: Descríptio geographica et statística OFMCap., Roma 1929, p.
10; para el año 1976: Annuario Pontificio 1977, Cittá del Vaticano 1977, p. 1199-200.
Bibliografía
I. FUENTES Y CRÓNICAS: Bibliografía Franciscana, general (de 1229), por OFMCap, Asís-
Roma 19313s, hasta el presente 12 vol. – Revistas más destacadas: MiscFranc (OFMConv), ArchFrancHist,
FranzStud y ArchIbAmer (OFM), CollFranc (OFMCap). Para los textos citados: 1Cel y 2Cel, s.
Buenaventura y otros biógrafos acerca del fundador: -->>Francisco de Asís (bibl).
BullFranc (a.1219-1484); Regesta Órdinis s. Francisci (a. 1488-94), ed. G. Abate, en MiscFranc
22 (1921) 146s. – Las principales bulas del s. XIII y, pero siempre las más importantes, las de los años 1484-
1517, en WaddingAnnMin.
AnalFranc (OFM) con las principales crónicas franciscanas: Tomás de Eccleston, De adventu
Fratrum Minorum in Angliam (1258) y Jordán de Jano, Chrónica (Fratrum Minorum in Alemannia, (1262),
en el t. I; Arnaldo de Serrano, Chrónica 24 Generalium OMin (a. 1209-1374), t. III; Bartolomé de Pisa, De
conformitate vitae b. Francisci ad vitam Dómini Jesu (e historia, 1182-1390), t. IV-V); Nicolás Glassberger
(1508), Chrónica, (particularmente OFMObs, t. II. También, Salimbene de Parma, Crónica (1288), en MGH,
Scriptores, t. XXXII, Hannover 1905-13; Mariano de Florencia (1523), Compendium chronicarum OMin.
Quaracchi 1911; WaddingAnnMin (1182-1680), hasta hoy 32 t. – (sigue en el n. IV).
synopsim, Roma 1796; E. Wagner, Historia Constitutionum generalium Ordinis Fratrum Minorum, ibid.
1954; F. Elizondo, Pontificae interpretationes Regulae franciscanae usque ad a. 1517, en Laurentianum 1
(1960) 324-58 (Cfr. ibid. p. 435-72: disposiciones orales); Id., Doctrinales Regulae franciscanae
expositiones usque ad a. 1517, ibid 2 (1961) 449-92; L. Hardick y colaboradores Werkbuch zur Regel de
heiligen Franziskis, Werl 1955, y trad. it. Introduzione alla Regola francescana, Milán 1969 (historia,
instituciones y actualidad). – Bernardino de Siena, Il card. Protettore negli istituti religiosi, specialmente
negli Ordini francescani, Florencia 1940; A. Boni, Cardinale Protettore, en Dicc.Inst.Perf. II (1975) cc. 276-
80; Marino de Neukirchen, De iúribus ministri provincialis... ad a. 1517, ibid. 1961.
Mencionamos entre las últimas obras, y los artículos s. v. de las más destacadas Enciclopédias:
M. Heimbucher, Die Orden und Kongregationen der katholischen Kirche, I. Paderborn 19333 y
rest. 1965, p. 690-718 y 770-814 (aa. 1209-1517, historia y actividad; bibl., p. 656-63); L. Di Fonzo, I
Francescani, en M. Escobar (dir.), Ordini e Congregazioni religiose, I, Turín 1951, p. 157-220, siempre para
los aa. 1209-1517, y sigue igual. – Eduardo d’Alençon, en DTC 6 (1915) 811-8, 823-35; y aggiornamenti por
C. Schmitt, ibid., 16/1, Tables gén. (1951-59) 1968-703, 1707-14; A. Chiappini-Fredegando d’Aversa; L.
Cicchitto, en EncItal 16 (1932) p. 36-9; R. Pratesi, en EncCatt 5 (1950) 1722-8; Willibrord de París, en
Catholicisme 4 (1956) 1603-7; S. Clasen, en LTK 4 (19602) 273-5; Melchior de Pobladura, en DictSpir 5
(1964) 1304-9; C. J. Lynch, en NCathoEnc 6 (1967) p. 38-43, y J. Smith, ibid., p. 68-71; C. Schmitt, en
DHGE t. 18, FF. 105-106 (1975-6)824-40, y L. Di Fonzo, ibid, F. 106 (1976) 878-83.
V. ACTIVIDADES APOSTÓLICAS:
1. Hagiografía: Anon., Diálogus de gestis ss. Fratrum Minorum (c. 1246), ed. F. Delorme,
Quaracchi 1923; Anon., Catálogus ss. Fratrum Minorum (c. 1335), ed. L. Lemmens, Roma 1903; Arturus a
Monasterio, Martyrológium franciscanum, Lyón 1638, Roma 19394 (Cfr. MiscFranc 44 [1944] 111-42); B.
Mazzara, Legendario francescano, 3 vol., Venecia 1676-80: León de Clary, L’Auréole séraphique, 4 vol.,
París 1883 (trad. ital. en 6 vol., Venecia 1951-4).
Litúrgia: H. Golubovich, Caeremoniale OMin vetustíssimum… an. 1254, en ArcvhFrancHist 3
(1910) 55-81; H. Dausend, Der Franziskanerorden und die Entwicklung der Liturgie, Münster 1924; A. Le
Carou, L’Office divin chez les Frères Mineurs au XIIIe siècle, París 1928; G. Abate, Il primitivo breviario
francescano, en MiscFranc 60 (1960) 47-240; S. J. P. Van Dijk-H. J. Walker, The origins of the modern
Roman Liturgy…, Londres 1960, S. J. P. van Dijk, Sources of the modern Roman Liturgy…, 2 vol. Léida
1963 (estudios y textos, a. 1243-1307).
Piedad: R. Biasotto, History of the development of Devotion of the Holy Name, St. Bonaventure,
N. Y. 1943; C. van Hulst, La storia della devozione a Gesú Bambino, en Anton 19 (1944) 35-54. – Amédée
de Zedelgem, Aperçu historique sur le devotion au Chemin de la Croix, en CollFranc 19 (1949) 45-142;
Antoninus a Sant’Elia a Pianisi, De pio Viae Crucis exercitio..., Roma 1950. – C. Mariotti, L’Eucaristia ed i
F., Fano 1908. – H. De Grèzes, Les Sacré-Couer de Jesús..., Lyón 1890; L. Di Fonzo-G. Colasanti, Il culto
del Sacro Cuore de Gesú negli Ordini francescani, en Cor Jesu, por SJ, t. 2 (Roma 1959) 97-137. – Jean de
Dieu, La Vierge et l’Ordre des Frères Mineurs, en María, ed. H. du Manoir, t. 2 París 1952) 783-831; E.
Christian, Our Lady, Devotion to Mary in Franciscan Tradition, Chicago 1954; M. Bertagna, De gaudiis B.
M. V. in pietate seráphica, en María et Ecclesia, 14 (Roma 1961) 95-125; AA. Varios, De Immaculata
Conceptione in Ordine s. Francisci, en Virgo Immaculata VII, t. 3 (Roma 1957). – V. Doucet, Le culte de st-
Joseph e l’Ordre franciscain, en Annales de st-Joseph du Mont-Royal 15 (1927) 250-7; J. Dusserre, Les
origines de la dévotion à st-Joseph, en Cahiers de Joséphologie 1 (1953) 23s (especial. p. 185-96( y 2 (1954)
17-26; E. Longpré, St-Joseph et l’Ecole franciscain du XIIIe siècle, en Le Patronage de St-Joseph (Montreal
1956) 217-54; AA. Varios, S. Giuseppe nei primi quindici secoli della Chiesa, Atti del I simposio... 1970,
Roma 1973.
3. Actividad religiosa y social: B. Sderci, L’Apostolato di s. Francesco e dei F.-, Quaracchi 1908
(Edad Media); A. Zawart, The History of Franciscan Preasching and of Franciscan Preachers (1209-1927),
Nueva York 1928; A. Murith, Pour l’histoire de la prédication franciscaine au moyen-âge, en MiscFranc 39
(1939) 43-48; B. Belluco, De sacra praedicatione in Ordine Fratrum Minorum, Roma 1956; I, Magli, Gli
uomini della penitenza, Bolonia 1969; M. Conti, La missione degli Apostoli nella Regola francescana,
Génova 1972; M. D’Alatri, La predicazione francescana nel Due y Trecento, en Picenum Seráphicum 10
(1973) 7-23; C. Delcorno, La predicazione nell’età comunale, Florencia 1974. – K. Hefele, Der hl.
Bernhardin von Siena und die franziskanische Wanderpredigt in Italien... des XV. Jahrh, Friburgo Br. 1912;
S. Scaramuzzi, en StudFranc 26 (1929), 216-57 (predicaión social de s. Bernardino); A. Ghinato, La
FINALIDAD-ORGANIZACIÓN-REFORMAS-EXPANSIÓN
321
predicazione francescana nella vita religiosa e sociale del Quattrocento, en Picenum Seráphicum 10 (1973)
24-98.
H. Holzapfel, Le origini dei Monti di Pietà, 1462-1515, trad. it., Rocca S. Casciano 1904; F.
Faicchio, I Monti di Pîetà e la predicazione francescana nel sec. XV, Nápoles 1932; A. Parsons, Economic
significance of the Montes Pietatis, en FrancStud 1, n. 3 (1941) 3-28; A. Ghinato, Studi e documenti intorno
ai primitivi Monti di Pietà, 6 vol. Roma 1956-72; Id., I primitivi Monti frumentari de fra Andrea da Faenza,
en Anton 33 (1958) 423-42 y 34 (1959) 32-72.
a) Bullarium Térrae Sanctae, Jerusalén 1908-12; L. Lemmens, Die Franziskaner im Hl. Lande I
(1336-1551), Münster 1916, 19252; G. Guzzo, Il libro d’oro dei F. di Terra Santa, Venecia 1939; G.
Odoardi, en MiscFran 43 (1943) 217-66; M. Roncaglia, I F. in Oriente durante le Crociate, Cairo 1954.
b) O. van der Vat, Die Anfänge der Franziskanermissionen... in naben rient und in den
Mohammedanischen Ländern… 13. Jahrh., Werl im W. 1934; H. Koeler, L’Eglise chrétienne du Maroc et la
Mission franciscaine, 1221-1790, París 1934; H. C. Krueger, Reactions to the first Missionaries in Northwest
Africa, en CathHistRev 32 (1946) 275-301; C. Bergna, La Missione francecana in Libia, Trípoli 1928.
c) D. Fabianich, Storia dei Frati Minori… in Dalmazia e Bosnia, 2 vol., Zara 1863-4; B. Rupcic,
Entstehung der Franziskanerpfarreien in Bosnien und in der Herzegoivna… bis 1878, Breslavia 1937; P.
Capkun, De organisatione curae pastoralis Franciscanorum apud Croatorum gentem, Sebenico 1940; AA.
Varios, Croazia sacra, Roma 1943 (Cfr. CollFranc 16-7 [1946-7] 305-14); D. Mandic, Franjevacka Bosna...
1340-1735, Roma 1968, (Cfr. MiscFranc 70 [1970] 403-19). P. Coco, I F. in Albania, en StudFranc 5 (1933)
228-43; J. Dujcev, Il francescanesimo in Bulgaria nei secoli XII e XIV, en MiscFranc 34 (1934) 254-64, 323-
9. – V. Gidziunas, De Fratribus Minoribus in Lituania usque ad definitivam introductionem Observantiae
(1245-1517), Roma 1950; Id., De initiis Fratrum Minorum de Observantia in Lituania (1468-1600), en
ArchFrancHist 63 (1970) 44-103.
metà del sec. XIII, Siena 1911; M. Brlek, De evolutione jurídica studiorum in Órdine Minorum... ad an.
1517, Ragusa (Jugoslavia) 1942; L. Di Fonzo, Studi, studenti e maestri nell’Ordine dei Francescani
Conventuali dal 1223 al 1517, en MiscFranc 44 (1944) 167-95; N. Papini (1834), Lectores publici
OFMConv a saec. XIII ad saec. XIX, ibid 32 (1932) 72s y 33 (1933) 67s; C. Piana, Chartularium Studii
Bononiensis s. Francisci (saec. XIII-XVI), en AnalFranc 11 (1970); Id., La Facoltà Teologica
dell’Università di Firenze nel Quattro y Cinquecento, Grottaferrata 1977; AA.Varios, Il libro e le
biblioteche. Acta del I^ congreso bibliológico franciscano internac. 1949, 2 vol., Roma 1950.
b) Bio-bibliografía de los doctores y escritores: WaddingScriptMin y Sbarálea, Supplem. Ad
Scriptores OMin, 3 vol. Roma 1908-362.
c) Ciencias y literatura: J. M. Lenhart, Science in the franciscan Order, en
FrancEducationConference, V. Washington 1923, 49-88; C. Bérubé, Le «idalogue» de S. Bonaventure et de
Roger Bacon, en CollFranc 39 (1969) 59-103. – L. Cellucci, Le leggende francescane del sec. XIII nel loro
aspetto artistico, Módena 19582; L. G. Craddock, Franciscan influences on early english Drama, en
FrancStud 10 (1950) 393-417; A. Fortín, La Lauda in Assisi e le origini del Teatro italiano, Asís 1961; H.
Maschek, Zur Geschichte des Humanismus im Franziskanerorden, en ArchFrancHist 28 (1935) 574-9; P. O.
Kristeller, The contribution of Religious orders to Renaissance Thought and Learning, en AmerBenedRev 21
(1970) 1-55, con bibliogr. – C. Mariotti, S. Francesco, e i francescani e Dante Alighieri, Quaracchi 1913;
temas y dantistas franc., en Enc. Dantesca, 5 voll., Roma 1970-76.
d) Arte y música: B. Kleinschmidt, Lehrbruch der christlichen Kunstgeschichte, Paderbon 1910:
L. Gillet, Histoire artistique des Ordres mendiants... du XIIIe au XIVe siècle, París 1912; L. Bracaloni,
L’arte francescana nella vita e nella storia di settecento anni, Todi 1924; H. B. Gutman, The rebirth of the
fine Arts and franciscan Thought, en FrancStud 5 (1945) 215-34 y 6 (1946) 3-29. – Música y musicistas: D.
Sparacio, en MiscFranc 24 (1925) 13s; S. Cleven, en FranzStud 19 (1932) 173-94; AA. Varios, Atti del
convengo naz. di musica sacra in Firenze (1950), en StudFranc 23 (1951) 145-299; B. I. Belluco, Legislatio
Ordinis Fratrum Minorum de musica sacra, Roma 1959.
3.
I. NOMBRE Y SU SIGNIFICACIÓN
1. Nombre
324 ORIGEN, ESPIRITUALIDAD, EVOLUCIÓN ‘200-1976
2. Significado
El Status de 1263-70 es el primer a anotar el numero de los conventos y Custodias; sin embargo están
faltando 8 Provincias; esto explica el por qué de la añadidura numérica, en base a los Status de los
Conventos, 1290 para las Custodias.
Las Custodias, en cuanto circunscripciones de Provincias, tienen su razón de ser tan sólo entre los
Conventuales; pero ellos las abandonaron en 1969. Están anotadas en la Regla bulala de s. Francisco de
1223.
Las Vicarías de los dos primeros siglos franciscanos son, casi siempre, Vicarías-Misiones. Las
Vicarías-Provincias toman importancia sobretodo entre los Observantes en el s. XV. En 1506, 1509, 1513
tenían 48; pero dos de ellas eran Custodias-Vicarías. Las circunscripciones custodiales aparecen también
en las Vicarías de Bosnia, Hungría, Castilla, Aragón. Todas las Vicarías Observantes se tornaron
Provincias por detrminación de León X, el 29-5-1517 (WaddingAnnMin 1506, 10; 1517,23).
Para los primeros 4 Status Cfr. Golubovic, Biblioteca de Tierra Santa II, 241-57 y Di Fonzo, Series
quaedam, 68-9; para el 1488, los Regesta OFMConv; para los años 1586, 1682, 1771, 1773 Tossignano,
Franchini, Righini; para los últimos 5 Status: Album Generale y Commentarium OFMConv para los años
indicados.
Asís S. Francisco 1228-53 1230, 1754 Cuerpo de s. Franc. 1226, Regla OMin 1223, Bend. S. Franc.
a Fr. León 1224, Frescos Cimabue, Giotto, Martini, Lorenzetti.
Padua S. Antonio 1232-90 1904, 1932 Cuerpo de s. Antonio 1231, Sermones del Santo 1227-31.
Obras de Donatello, Tiziano, Casanova, Pogliaghi.
Florencia S. Croce 1295-1320 23.12.1933 Crucifijo de Cimabue. Giotto y Escuela. Agnolo y T. Gaddi.
Esculpturas de B. Maiano, Donatello, Mino de Fiésole,
Rossellino. Arnoldo de Cambio, Brunelleschi, Della Robbia.
Tumbas de Miguelangel, Macchiavelli, Galileo.
Roma SS. Apóstoles 1463 “"" Obras de Bregno, Canova, Melozzo de Forlí, Ricci, Baciccia.
Sigl. VI Tumbas de Clemente XIV (Canova) y del Card.Bessarione.
Siena S. Francisco 1236-1475 17.7.1894 Santuario Eucarístico: 223 Partículas se guardan desde 1730.
Obras de los Lorenzetti.
S. María Gloriosa-
Venecia Frari 1220,125 1.2.1926 Obras de Bregno, Sansovino, Donatello, G. Bellini, Vivarini,
1330-1492 Tiziano: la Asumpción.
Viterbo S. Francisco 1236-59 9.12.1949 Sepulcros de Clemente IV y Adriano V. El último de la
escuela de Arnoldo de Cambio.
Entre las fechas de fundación están, a veces, las que refieren a la ampliación o transformación de la
iglesia. Las demás fechas se refieren, casi siempre, a la concesión del título basilical, y muy pocas veces a
la de su confirmación. - Aparte las iglesias actuales, los Conventuales tuvieron también, hasta el sigl. XV:
S. María de los Ángeles en Asís, el S. Sepulcro en Jerusalén, el Araceli en Roma; sin embargo, tuvieron
que traspasarlas a los Observantes, la primera vez, por voluntad expresa de Eugenio IV en 1432-33,
posteriormente, juntamente con los Lugares Santos, en 1434-39; y la última vez en 1444-45
(WaddingAnnMin 1434, 8; 1438, 21; BullFranc, n. I, 398, 469; en lo que se refiere a las Basílicas Cfr.. Di
Fonzo, Series quaedam, 65-7).
2. Regla y Constituciones. – Los F.M.C., como los demás F.M. de las
actuales familias franciscanas de la Primera orden, siguen la -»Regla de s.
Francisco. Por cierto, esta Regla no es la misma «fórmula vitae» de 1209 cuyo
texto, constituido por breves trozos del Evangelio (1Cel. 32, en AnalFranc X,
p. 25), no ha llegado a nosotros; tampoco se identifica con la Regla de 1221
que, por ser muy larga (23 capítulos), y no redactada en estilo de regla, tuvo
que ser abandonada; pero la Regla de 1223, reestructuración exitosa de la
anterior, a la cual le eran quitados no pocas referencias bíblicas y ascéticas,
adquiría una estructura más ágil y cónsona con las exigencias de una regla.
Ésta es la Regla que fue aprobada por la bula Solet annúere, de
Honorio III (29-11-1223); ésta es la que siguen los C. y los demás Menores de
las familias franciscanas de la Primera orden, cuya vida, más o menos rígida y
austera, está reglamentada por Constituciones propias. Las Constituciones,
aplicando los aspectos de mayor mitigación o austeridad, interpretan las
distintas normas de la Regla franciscana.
Después de las antiguas constituciones, con las que se rigieron los C. a
lo largo de los primeros siglos de la Orden, se redactaron otras después de
1517: ninguna alteró el espíritu de las anteriores, y todas fueron adaptadas a las
nuevas necesidades de los tiempos.
Entre las primeras constituciones, las Narbonenses fueron las que más
se destacaron, redactadas por s. Buenaventura, quien llevó en cuenta las
anteriores constituciones de 1239, y promulgadas en el capítulo general de
Narbona de 1260; después de 1517 fueron redactadas las constituciones
Vénetas de 1546, las Asisanas de 1549, las Pianas de Pío IV que las aprobó en
1565.
Posteriormente se redactaron las constituciones Urbanas, de Urbano
VIII que las confirmó: fueron éstas las mejores constituciones de este segundo
período. En efecto, ellas dieron a la Orden un grande empuje para
reorganizarse después de las pérdidas sufridas en toda Europa por obra de
muchos príncipes y de los turcos y de los protestantes. También las nuevas
redacciones Urbano-Clementinas de 1771 y las Pío-Urbanas de 1823,
confirmadas por Clemente XIV- que fue franciscano conventual- y por Pío VII,
respectivamente, contribuyeron notablemente a la reanudación más difícil
todavía de la anterior, acompañada por varias dispersiones, supresiones y
decomisos del s. XVIII y XIX, desde la revolución francesa hasta Napoleón,
hasta las leyes eversivas italianas y distintos de otros países. Las Urbanas, con
sus múltiples redacciones posteriores, no obstante aplicaran un sistema penal
bastante rígido, tuvieron vigencia, nada más y nada menos, por un período de
tres siglos, es decir de 1628 a 1932 (Const. Urbanae OFMConv, Roma 1628 y 10
ediciones más: Const. Urbano-Clementinae, París 1771, Roma 1894; Const. Pio-Urbanae, Roma
1823, Malines 1880; Di Fonzo, Series, p. 64).
A las Urbanas o Pío-Urbanas siguieron las constituciones de 1932,
adaptadas al CIC [Código de Derecho Canónico, n.d.t.] y a las nuevas necesidades de
la Orden; a éstas, siguieron las constituciones de 1969-75 – es decir, redactadas
en 1969, pero publicadas en 1975 – actualizadas según las instancias de la vida
religiosa solicitadas por el Vaticano II (Const. OFMConv, Roma 1932; Roma 1969-74).
13
Cfr. en la presente obra. la Lista de todos los Capítulos Generales hasta al año 2001 (n.d.t.)
tam órans quam oratio factus» (s. Buenav. LM XII, 1-2; 2Cel., 95, en AnalFranc X, p.
610-1, 187).
Otro paso más adelante fue dado por Inocencio IV en 1245, a través de
nueva declaración sobre la Regla. En efecto, confirmando la pobreza absoluta
de la Orden y reivindicando, en pro de la Iglesia, toda clase de propiedad de los
bienes muebles e inmuebles cuyo dominio los donantes no hubiesen reservado
para sí, el Papa autoriza a los Frailes a hacer uso del dinero para proveerse no
solamente de las cosas necesarias sino también de las cosas útiles y comodas,
especialmente cuando sus necesidades no hubiesen sido atendidas. Sin
embargo, podían hacerlo tan sólo por medio de los «amigos espirituales»,
«temerosos de Dios», a través de los «nuncios» instituidos, tras especial indulto
papal, por los superiores mayores de la Orden, y llamados «nuncios
apostólicos» con más razón que aquellos de Gregorio IX. En efecto, los
nuncios actuaban más en nombre del Papa que en nombre de los bienhechores,
y debían proveer a los Frailes «in necessitátibus et cómmodis» [en las cosas
necesarias y en las que se consideraban útiles, n.d.t.] sin descuidar las «incómmoda»
[dificultades] de ellos (Ordinem vestrum, 14-11-1245; Quanto studiosius, 18-8-1247, en
BullFranc I, p. 400-2; 487-8: indulto de nombramiento).
Y así como Honorio III había autorizado a los misioneros de
Marruecos, también Inocencio IV, con derogación expresa de la Regla, hizo
concesión del uso directo de dinero a los frailes encargados de la construcción
de la basílica de S. Francisco en Asís (1253), es decir sin la mediación de los
amigos espirituales – nuncios-temerosos de Dios -, siempre y cuando toda
contribución fuese «totáliter ac fidéliter» usada para aquel objetivo. Esta
concesión fue otorgada «ob reverentiam Sancti eiusdem, séduli apud Deum pro
pópulo christiano Patroni» [en consideración al Santo, Patrono atento del pueblo cristiano
ante Dios, n.d.t.] (Decet et éxpedit, 10-7-1253, en BullFranc I, p. 666; Hess, Manuale, p. 73;
MiscFranc 63 [1963] 87-8).
3. Reacción de los «Celantes». – En contra de estas mitigaciones de las
estrictas normas de la Regla en materia de pobreza, no faltaron quienes
levantaran críticas más o menos fuertes. Los «Zelanti», firmes y convencidos
sostenedores de la obligatoriedad del Testamento de s. Francisco, y de la
observancia literal de la Regla sin glosa o declaraciones, consideraban aquellas
atenuaciones como un decaimiento del fervor inicial. Esta atmósfera se olfateó
ya en el capítulo general de Génova (1251) en el cual, no obstante la mayoría,
es decir «fere totum Capítulum», apoyase las concesiones papales, los vocales
ingleses lograron que se renunciara al indulto de recibir dinero a través de los
«procuradores» o «nuncios apostólicos», y que quedara sin efecto todo lo que
de «laxior» [atenuación,n.d.t] hubiese en la declaración inocenciana en
comparación con la gregoriana (Eccleston, De adventu Fr. Min. in Angliam, col. IX, ed.
Little, p. 42).
Por cierto, la propuesta de suspender lo que se consideraba o que
podría transformarse en abuso entre las «cómmoda fratrum» [comodidades para
los hermanos, n.d.t.] no levantó grandes problemas, pero creó problemas la que
quería suspender las concesiones referentes a las «necessitates» de los
hermanos, y que habían sido concedidas a la Orden a fin de favorecer su
desarrollo y tornar más ágiles y eficaces las actividades apostólicas: «laudabile
opus piumque propositum», como dijo Honorio III (Ex parte vestra, 17-2-1226, en
BullFranc I, p. 26).
En efecto, mientras las «cómmoda fratrum» [las cosas úitles, n.d.t.],
aunque acepatadas en la confirmación de la Órdinem vestrum por parte de
Alejandro IV (20-2-1257, en BullFranc II, p. 196), no fueron más llevadas en cuenta
en la Voluntariae paupertati de Gregorio X. En efecto, este papa autorizaba a
los frailes a disponer de los bienes muebles sin recurrir a la S. Sede (5-11-1274,
en BullFranc III, p. 222). Los «procuradores», muy reciamente rechazados por los
ingleses en el capítulo de 1251, fueron confirmados, con este mismo nombre o
con el de «amigos de los frailes», en la decretal Exiit qui séminat de Nicolás III
(14-8-1279), porque eran considerados sumamente útiles y porque su oficio «in
nullo Régulae púritas infringitur» [la pureza de la Regla no padece ningún menoscabo,
n.d.t.] (Alejandro IV, en BullFranc II, p. 196; Gregorio X, ibid III, p. 222; Nicolás III, ibid II, p.
407-10).
Por algún tiempo los procuradores fueron nombrados por la S. Sede o
por el card. Protector, pero la Exultantes in Dómino de Martino IV (18-1-
1283), confirmándolos otra vez pero con el nombre de «administradores,
ecónomos, Síndicos de los frailes», los instituye para que fueran nombrados
directamente por la misma Orden. Su tarea, como se ha dicho, no era más la de
atender «ad cómmoda fratrum», sino que, poniendo de lado la superfluidad y
acumulación, y siempre en el respecto de la pobreza absoluta y del «moderado
uso de las cosas según la Regla», abarcará todas las «necessitates» y
«utilitates» de los frailes: los procuradores o Síndicos apostólicos deberán
proveer a las cosas necesarias y útiles aunque hayan que vender los legados
que hubiesen sido donados a los frailes: tierras, casas y demás inmuebles que
no les era lícito guardar si no hubiesen servido para habitación de los frailes, o
anexos a ellos, con su uso inmediato y necesario.
Hay que llevar en cuenta que las necesidades previstas no hablaban
solamente de las «inminentes», sino se todas aquellas que requieren «tractum
témporis» [cierta previsión de tiempo, n.d.t.]; el «uso moderado» era el «uso de
hecho, no de derecho», y no comprendía el dinero; los bienes muebles e
inmuebles, para los cuales estaba permitido aquel uso, pertenecían a la S. Sede,
siempre y cuando los bienhechores no los hubiesen reservado para sí mismos.
Nótese que a los bienhechores estaba terminantemente prohibido reservarse la
propiedad de las iglesias y de los cementerios (Exultantes in Dómino, en BullFran III,
p. 501-2).
En sintonía con los papas, también la mayoría de los religiosos
consideraba estas concesiones como una ayuda muy oportuna en vista de las
nuevas necesidades de vida y apostolado: «ad officiorum sui status
executionem», decía Nicolás III (BullFranc III, p. 509), y, por este motivo, no
renunció. Por cierto no faltaron abusos, pero la relajación preanunciada por los
«celantes» no se dio. «En contra de la insinuación de algunos adversarios»,
Holzapfel sostiene que la Decretal Exivi «no trajo ningún rasgo de relajación en
la Orden» aunque repetía substancialmente, y con más detalles, las
declaraciones de Gregorio IX y de Inocencio IV (p. 43).
14
Ha sido proclamado Beato oficialmente por Juan Pablo II el 15.7.1997, y su fiesta litúrgica se celebra el 8
de noviembre, día de su muerte (n.d.t.).
- «in Dei Ecclesia multiplicibus splendoribus radiantes» [resplandecientes de
innúmeros esplendores dentro de la Iglesia de Dios, n.d.t.]: así los veía Gregorio XI
(1373);
- Martino V enaltecía (1428) «los merecedores frutos abundantemente
cosechados y aun hoy asiduamente producidos en la Iglesia»;
- y Sixto IV, al confirmar las concesiones de Martino V y de Eugenio IV,
escribía (1472) que la Orden Minorítica Conventual «omnium Conditori
gratissimus est, et piae devotioni fidelium acceptus» [es muy grata al Creador de
todas las cosas, y querida por la devoción de los fieles, n.d.t.] (Conc. Lyón II, Const. 23;
ConOecDecr, p. 327; Exivi de Paradiso, 6-5-1312; Gregorio XI, Cunctos Christifideles, 27-5-
1373; Martino V, Amabiles fructus, 1-11-1428; Sixto IV, Dum fructus úberes, 28-2-1472;
BullFranc III, p. 393; V, 81; VI, 505; VII; 712; BullFranc, ns. III, p. 66).
C.: él será elegido por los C. y de entre los C.; y asumirá el título de maestro15
general; será confirmado - «confirmationem petere deberet» [deberá recibir la
confirmación, n.d.t.] - por el ministro general Observante. Eso es todo (León X,
Omnipotens Deus, en WaddingAnnMin 1517, n. 30: vol. XVI, p. 59).
El segundo documento, la Omnipotens Deus, después de reafirmada la
decisión del primero - concediendo la dispensa, una tantum, de solicitar la
confirmación al ministro general, porque está sustituida por la bendición
directa del papa -, extiende aquella decisión a los superiores provinciales,
denominados también maestros16 provinciales y dependientes de la
confirmación de los ministros provinciales Observantes. Se hace hincapié en
que esta confirmación es análoga a la que tenían antes de 1517 los ministros
generales y provinciales C. en relación con los vicarios generales y
provinciales Observantes. Y, de esta manera, se indica su valor más nominal
que real. Y como si este llamado no fuera bastante, se añade que «nullátenus»,
es decir, de ninguna manera los ministros deben inmiscuirse en los asuntos de
la familia C. o en los institutos que de éstos dependen, como son la Segunda y
Tercera Orden, ni con el fin de visitar, ni para corregir, ni para ejercer ninguna
clase de jurisdicción o superioridad. La visita del ministro general, aunque
paterna y casual como es definida, y por eso no canónica, está condicionada
por un «dúmmodo nihil iudicialiter exérceat»: «siempre y cuando no cumpla
ningún acto de jurisdicción». En lo que a precedencia se refiere, implícitamente
afirmada en las decisiones de la minuta y de la bula, aquí está más claramente
determinada en favor de los Observantes, aunque con reservas en atención a los
«graduados» o a los más ancianos de entre los C . (Omnipotens Deus, en
WafddingAnnMin 1517, n. 30: vol. XVI, p. 60-2).
En el tercer documento, o Instrumentum transactionis et concórdiae,
acordado entre C. y Observantes, el derecho de precedencia viene establecido
en favor de los C. de Asís y de Padua, dónde éstos guardan el Cuerpo de s.
Francisco y de s. Antonio; se reconoce el nuevo título de ‘maestro’, exigiendo,
sin embargo, que se le reconozca el pleno valor de superior; este
reconocimiento es admitido, y así el ‘maestro’ C. es llamado «verdadero,
indudable e inmediato superior» de los F. M. C. y de los institutos que de éstos
dependen, con «régimen libre, íntegro y total» sobre los mismos, «como
cuando era ministro», y con la exclusión de «toda clase de jurisdicción» por
parte del ministro Observante. Un solo privilegio es revindicado como
exclusivo por los Observantes, el de los «calepódia» o zuecos, mientras que los
C., so amenazas de penalidad, debían calzar «sóleas de corio» o calzados de
cuero (Instrumentum, en WaddingAnnMin 1517, n. 33: vol. XVI, p. 66 y 67).
Como se puede ver, en estos documentos ya no queda ninguna huella
de prohibición de admitir a la Orden y a la profesión; ni huella del derecho de
15
El subrayado es nuestro (n.d.t.).
16
El subrayado es nuestro (n.d.t.).
363 ORIGEN, ESPIRITUALIDAD, EVOLUCIÓN ‘200-1976
presidir los capítulos C. o remover a los superiores que hubiesen sido elegidos;
ni de la obediencia de éstos a los ministros Observantes «en todo y para todo»;
ni del derecho de aquellos ministros de «visitar, corregir y reformar» conventos
y religiosos C.: todas estas cosas que estaban previstas en la minuta; tampoco
se da el «súbiici et obedire» de la Ite vos, porque se excluía toda clase de
jurisdicción observante: «nullam iurisdictionem», «nullátenus se intromittant»,
«nihil iudicialiter»; y la afirmación de un «régimen total» análogo al que los C.
ejercían cuando tenían ministros. Lo de la Celebrato nuper (12-4-1518),
promulgada a raíz de las violaciones de las anteriores bulas, podría ser
considerado un retorno al pasado, sin embargo la «omnímoda subiéctio» [la
total sumisión, n.d.t.] que se menciona, quedó sin efecto debido a las condiciones
que la acompañaban, y a las atenuaciones que ya habían sido concedidas.
De manera que la plena autonomía e independencia, que inicialmente
la Ite vos había otorgado a los Observantes y que, en vista de la minuta,
parecían estar suspendidas para los C., eran reconocidas también a éstos, en los
documentos que acabamos de mencionar y que, de esta manera, codificaban la
división definitiva de la Orden en dos grandes familias. A éstas dos, pocos años
después (1525) se les añadió una tercera, la de los F. M. Capuchinos, que
contará con la protección de los F. M. C. cuyo ministro general confirmará a
los vicarios generales hasta el 1619 (G. Abate, Conferme dei Vic. Gen. Cappuccini 1528-
1619, en CollFranc 33 [1963] 423-41).
364 ORIGEN, ESPIRITUALIDAD, EVOLUCIÓN ‘200-1976
Prov-Madre Provincias derivadas Otras Prov Prov Prov Prov Prov Prov Prov Prov Prov Prov
1217-2417 1260-6318 Fundaciones 1230 1235 1385 1488 1586 1682 1771 1893 1933 1975
s. XIII-XX19 aprx aprx -90 - 73
+ + + + + + + + + +
Lombardía Véneto-S.Ant 1230
+ + + + + + + + + +
Bolon-Em-Rom 1230
+ + + + + + + - + +
Génova-Ligur 1239
+ + + + + + + - - -
Milán-Lombar 1264
+ + + + + + + + + +
Tierra de 1217 Nápoles-Campa 1230 + + + + + + + + + +
Lavoro Penne-Abruzos 1230
17
Las Provincias-Madre son 13.
18
Las Provincias filiales son 32; y con las 2 Prov.Madres sin filiaciones (Marcas y Aqüitania), completan
34: es la cantidad casi siempre conservada (La señal + y – indica la presencia o ausencia de las Prov. en
el Catálogo).
19
Las actuales Prov. son 35, más 5 Custodias generales que son casi Provincia.
20
Los más antiguos títulos de las Prov. corresponden a la región; en un segundo momento vienen los de los
Santos, como S. Francisco y S. Angel (Série 1239-63) y S. Antonio (Serie 1282), y más tarde: San
Bernardino (1457), S. Nicolás, S. Ludovico, S. Buenaventura (Serie 1488).
21
La Sajonia tenía conventos también en el año 1630 (Benoffi).
22
Los Conventuales regresaron a España en 1905; la nueva Prov. unificada comienza en 1950.
El año 1263 debe considerarse la fecha definitiva, porque las Prov. estaban anotadas ya anteriormente.
Idem, como en la nota 7
23
24
Prov Prov Prov Prov Prov Prov Prov Prov Prov Prov
Prov-Madre Provincias derivadas Otras Fundaciones 1230 1235 1385 1488 1586 1682 1771 1893 1933 1975
1217-24 1260-63 s. XIII-XX aprx aprx -90 -73
*Oriente 126525 + + + + + + + + + +
*Aquil-Crim 1287 + + + - - - - - - -
*Katai-China s.XIII + + - - - - - - - -
*Marru-Túnis s.XIII + - - - - - - - - -
*Cerdeña 1335 ap26 + + + + + + + + +
*Escocia s.XIV + + + - - - - - -
*Bosnia 1335 ap27 + + - - - - - - -
*Rusia 1335ap28 + + - + + + + - -
*Córcega 1335ap29 + + - - - - - - -
Portugal 1335ap + - - - - - -
Polonia 151730 + + + - + +
Lièg-Bélgica 155831 + + + - - +
N.vas Indias 157732 corta dura ción
Perú 158233 corta dura ción
Estiria 162534 + + - - -
Transilvania 1625 + - - + +
Lituania 1625 + - - -
Turín 172635 + - - -
Moravia-Esl. 173236 no regis trada
Moravia 177137 + + + -
Eslesia 177138 + + - -
Lorena 1771 + - - -
Clementina 177139 + - - -
Marsella 1771 + - - -
Galicia 178540 + - -
InmaculUSA 1872 + + +
Moldavia 189541 - + +
Malta 1859- 1905 - + +
S.Ant.USA 1905 + +
ConsolUSA 1925 + +
JuisdGrales 1933 + -
Polon-Inmac 1939 +
S:BuenavUSA 1939 +
Holanda 1954 +
ºAsís 196842 +
Japón 1940- 1969 +
ºZambia 1969 +
ºAustralia 1969 +
Suiza 1939- 1972 +
Eslovenia 1972 +
ºBulgaria 1973 +
ºKorea 197543 +
25
El asterisco (*) indica a las Vicarías, que son también casi Provincias. La Vicaría de Oriente se tornó
Prov. por concesión de la S. Sede (1469).
XVI. Los primeros Breves, a partir de 1520, repitiendo la fórmula leoniana
«por hac vice tantum», «tan sólo en este caso»; y los últimos, a partir de 1549,
aparecen sin alguna restricción, más bien hacen uso de la fórmula «no obstante
las Constituciones apostólicas y demás cláusulas contrarias».
En los tres documentos mencionados se hablaba también del título de
maestro impuesto a los superiores C. Éste también, poco a poco, desapareció.
En efecto, el primer superior general, elegido después de la promulgación de la
Ite vos (29-5-1517), Antonio Marcelo de Cherso, fue elegido en el convento de
los Santos Apóstoles en Roma (2-6-1517) llevando el título de ministro
general. Claro está que este hecho no agradó al Papa, sin embargo no dejó de
confirmarlo con el título de ‘maestro’ (WaddingAnnMin 1517, n. 31: vol. XVI, p. 63;
ArchIbAmer 18 [1958] 303, 306 nota 167).
26
La Cerdeña se tornó Prov. en 1534, pero la Serie del 1586 la menciona aun como Vicaría.
27
Faltan en la Serie de Paulino (1335 aprox.), pero están mencionadas en aquel mismo año en el
Catál.Sanctorum OMin. La Vic. de Rusia se tornó Prov. en 1625; está junto a Lituania en la Serie 1860,
1893 y después no aparece más.
28
Idem., lo mismo del n. 27.
29
Idem, lo mismo del n. 27.
30
La Polonia se tornó Galicia en 1785-1919; posteriormente vuelve a ser Polonia, dividida en 2 Prov. en
1939.
31
A la Prov. de Bélgica se unió Holanda en 1842, que se tornó Provincia en 1954
32
Están anotadas en el Regesta OFMConv
33
Idem.
34
Posteriormente hizo parte de la Prov. de Austria.
35
Posteriormente se unió a la Prov. de Liguria, y constituyeron la Prov. Lígure-Piamontese.
36
Estarán unidas, después, a Bohemia (Serie 1860), y conformarán en 1918 la Prov. de Checoslovaquia.
37
Idem.
38
Idem.
39
Toma el nombre de Clemente XIV, que en 1771 organizó las Provincias Conv. y Obs. de Francia.
40
Cfr. Polonia, n. 30.
41
Como en el Álbum 1933, pero el de 1960 la cataloga como Prov. de Rumania.
42
El pequeño círculo (º) indica a la Custodias generales o casi-Provincias, como se ha dicho. La Custodia
gen. de Asís siempre ha tenido cierta autonomia por el hecho de custodiar el Cuerpo de s. Francisco, y la
Basílica que lo acoge es, a partir de 1230, “Caùt et Mater Órdinis Minorum” [Cabeza y Madre de toda la
Orden de los Menores, n.d.t.].
43
Para los distintos datos de la evolución, Cfr. Golubovic, Tossignano, Franchini, Righini, Abate, Di
Fonzo, los Regesta y Status Órdinis, los Álbums generales.
En el año 1532 fue el propio ministro general Observante quien se
quejaba que los superiores C. se hacían llamar ministros. Es que los C., como
era natural, estaban acostumbrados a ser llamados no solamente generales y
provinciales (ej. Pablo III en 1541, Julio III en 1550, el general Antonio de
Sapientibus a conclusión del Concilio de Trento en 1563), sino también
maestros (por ej., así consta en todos los papas del s. XVI hasta Clemente VIII)
y ministros, denominación comúnmente usada por los papas, por ej. Pablo IV
1555, Pío IV 1565, Pío V 1566, Sixto V 1586, 1590, hasta que Clemente VIII
la tornó otra vez común a través de las Bulas de 1592, 1593,1597, 1599, 1601,
y también por Pablo V 1607 y demás papas hasta nuestros días.
Otras derogaciones o restricciones a los documentos leonianos fueron
llevadas a cabo por los papas: Pablo III, Julio III, s. Pío V cuando llamaron al
superior general C., maestro o ministro «de toda la Orden de los F.M.C.»
haciendo uso de la palabra «totíus» [de toda, n.d.t.] que, posteriormente, fue
contestada porque la Omnipotens Deus la había reservada al ministro general
Observante; o cuando, contrariamente a la bula Ite vos que, aunque mitigada
considerablemente por la Omnipotens Deus, entregaron a los C. las nuevas
Reformas que acababan de nacer en la Orden Franciscana: es decir, los
Pascualitos en el 1517 durante el papado de León X, los Capuchinos en 1528
en tiempos de Clemente VII, los Descalzos o Alcantarinos en 1559 en tiempos
de Pablo IV.
Una sola decisión leoniana ha quedado prácticamente vigente hasta el
presente, es decir la del primado jurídico entregado a los Observantes. Por
cierto esta característica no perjudica absolutamente en nada al primado
histórico de los C. Esta es la razón por la cual Benedicto XIII (Singularis devotio,
5-7-1726) hablaba de la Orden como siendo la más antigua entre todas las
familias franciscanas: «Inter céteros Ordines sub uno et eodem Seráphico Patre
et cápite Deo famulantes, vetustíssimus est» [es la más antigua entre todas las
Ordenes que sirven a Dios bajo un único y mismo Seráfico Padre, n.d.t.]; Brugman también,
en 1460, hablaba de estos religiosos como siendo los hermanos mayores de los
Observantes: «frater tuus maior videlicet de Communitate» [tu hermano mayor, es
decir el de la Comunidad, n.d.t.]. El papa Sixto V, que fue C., quería devolverles
todos los derechos, inclusive el título sencillo de «F.M.», sin embargo la bula
que había mandado preparar, Quia plerumque (1588), jamás fue promulgada
(Benedicto XIII, Singularis devotio, en BullRom XII, p. 101; Brugman, Solutiones, en
ArchFrancHist 64 [1971] 362; Pennacchi, BullSConventue, ibi 12 [1919] 153-9; Di Fonzo,
Francescani, p. 299).
Las fuentes contemporáneas intentan explicar las particulares
vicisitudes que se dieron en 1517 y las atribuyen a distintos factores. Entre
otros recuerdan: indisciplina y abusos, vuelta a la unidad y pureza de la Regla,
pacificación, espíritu de soberbia y ambición favorecido por cierto espíritu de
avaricia, aversión por parte de reyes y príncipes, avidez de bienes y de dinero.
Según el punto de vista de cada quién, se pone el acento más sobre uno u otro
aspecto. Sin embargo, todas las motivaciones a una contribuyeron para que se
produjera la compleja inversión del orden de las cosas llevada a cabo por León
X, inclusive la última que, a través de una descomunal insistencia y abundantes
detalles, vuelve siempre en los informes de los embajadores ante la corte y en
las crónicas de la época (causas: ArchIbAmer 9 [1949] 244-5, 252-3; 18 [1958] 278, 290,
299, 306 nota 167, 310, 312; dinero: ibid 9 [1949] 244-5; 18 [1958] 295, 306 nota 167, 310,
312).
América
Provincias: 4 Custodias prov. 7 Conventos en:
. Abruzos
. Bolonia o Emilia y Romaña,
. Calabria
. Cerdeña
. Genova o Liguria-Piamonte-Val de Aosta,
. Las Marcas
. Nápoles o Campania y Lucania,
. Padua o Trivéneto y Lombardía, con las custodias provinciales de
Francia, de Argentina-Uruguay, Brasil, y conventos en Austria,
Portugal y demás regiones de Italia: es la provincia más grande de la
Orden,
. Pulla
. Roma o Lazio,
. Sicilia
. Toscana
. Umbría
(Album Gen 1977, p. 417; notícias en las historias provinciales citadas y en Rinascita
Seráfica, p. 73-84).
44
El Pontificio Consejo para los Laicos ha decretado la erección de la M.I. en Asociación publica
internacional, el 16-10-1997.
Tiene carácter mariano también la «Fr. Junstin’s Rosary Hour»,
importante transmisión radiofónica iniciada por el p. Justino Figas en la Radio
de Búfalo (N.Y.) en 1931, y actualmente asumida por 76 emisoras
estadounidenses y canadienses. Y cuenta con unos millones de radioescuchas
que disfrutan de los programas litúrgicos, doctrinales, artístico- musicales. La
Pontificia Academia de la Inmaculada también, donde los religiosos C.
desempeñan cargo de secretaría, promueve cursos y estudios marianos. Fue
funda en en Roma en 1835 y mereció el título de Inmaculada en 1847 y el de
Pontifícia en 1864. A partir de 1954, año de la definición dogmatica, tiene su
sede en el convento de los Santos Apóstoles (ComOFMConv 56 1969] 336-7; AnnPont
1974, p. 1386-7).
1. Institutos masculinos
Para las demás agregaciones de Institutos y Sodalicios varios, ver los Álbum Generales de los Frailes Menores
Conventuales de 1960, 1970, 1973, p. 673-8, 359-60, 441-2.
VII. ACTIVIDADES
Cuando se quiere hablar de las actividades de los F. M. C., significa
querer expresar en palabras concretas lo De modo laborandi [Modo de trabar,
n.d.t.] del c. V de la Regla de s. Francisco. La Regla, a su vez, parece apuntar al
Ora et labora [Oración y trabajo, n.d.t.] de s. Benito de Norcia. En efecto, las
distintas iniciativas - pues tienen carácter universal como en los primeros siglos
franciscanos, - deben ser llevadas adelante «ita quod excluso otio animae
inimico, sanctae orationis ac devotionins spíritum non exstinguant» [de tal
manera que, evitando el ocio, que es enemigo del alma, no apaguen el espíritu de la santa
oración y devoción, n.d.t.]. Conservar el espíritu de oración y devoción es la
condición indispensable, pues de él arranca, como es comprensible, la rápida
reseña de la actividad de la Orden (Régula II, c. V; Régula s. Benedicti, c. XLVIII, ed. I.
Schuster, Alba 1945, p. 285, 290).
Después de los ss. XVI y XVII, también los siglos posteriores prsentan
autores de espiritualidad: José Antonio -»Marcheselli (†1742), fundador de las
‘Hermanas Franciscanas Misioneras del Giglio’ 50, el cual editó una decena de
libros ascéticos, y 6 volúmenes eucarísticos, entre otros, repetidas veces
editados o reproducidos en reducción o compendios (Venecia 1740, los primeros 3,
ibid. 1766 los demás); Casimiro Tempesti (†1758) y su Esercizi spirituali giusta el
metodo e le dottrine di s. Bonaventura (2 vol., Venecia 1756); Francisco Antonio
Benoffi (†1786), aunque siendo esencialmente un historiador, escribió Lo spirito
della Regola commentato dalle Costituzioni Urbane OFMConv (Roma 1807).
Para el s. XIX y XX bastará recordar al ministro general Ángel Bigoni
(†1860) con su Elevazioni dell’anima a Dio, que alcanzó por lo menos 24
ediciones (la 22ª en Bolonia 1883); el ven. Benvenuto Bambozzi (†1875) cuyas
Riflessioni, Autobiografía spirituale, Trattatelli ascetico-mistici permanecen
inéditos; s. Maximiliano Kolbe (†1941): sus escritos, con carácter mariano en
su casi totalidad, han sido publicados sólo en parte, o en edición pro
manuscripto, sin embargo, como se ha dicho, lo más pronto serán editados en
11 volúmenes que recogerán artículos, diarios, cartas, apuntes de un tratado
sobre la Madre de Dios, conferencias (Sbarglia, II-IV; G. Franchini, Bibliografía di
scrittori Francescani Conventuali, Módena 1693; D. Sparacio, Frammenti bio-bibliografici di
scrittori Minori Conventuali, Asís 1931: Cfr. nombres alfabéticos en las tres obras; para los
escritos de Kolbe: E. Piacentini, Dottrina mariologica del p. M. Kolbe, Roma 1971, p. XIV-
XVII)
2. Doctrina jerárquica,
conciliar e inquistorial
El nuevo período del franciscanismo contó con 5 papas C.: Nicolás IV,
el Papa de las misiones, fue el primero (1288-92); Alejandro V, el «Papa
Pisano» (1409-10); Sixto IV, el Papa de la Inmaculada (1471-84), y, en el s.
XVI, el grande Sixto V (1585-90) el reorganizador de la Curia romana y
promotor de un plan vial y edilicio del cual la Roma moderna aún disfruta; y,
en el s. XVIII, Clemente XIV (1769-74), el Pontífice muy cuestionado por
motivo de la supresión de los jesuitas que le había sido solicitada
insistentemente por las potencias absolutistas de aquel tiempo: la supresión fue
50
Actualmente el Instituto se llama: Hermanas Franciscanas Misioneras de Asís (n.d.t.)
autorizada en vista de los intereses superiores y más generales de la Iglesia,
después de muchos años de intensa y persistente resistencia, cuando ya se
había tornado impostergable a raíz de las contínuas presiones y amenazas, y
también por la expulsión en acto de los interesados, muy beneméritos por
cierto, de los territorios nacionales y mundiales de aquellas potencias (R. Ritzler,
I Cardinali e i Papi OFMConv, en MiscFranc 71 [1971] 71-7).
En el pasado se acostumbraba contar también a Julio II (1503-13) entre
los papas C. Sin embargo, hoy día ha sido demostrado que él, «frater Julianus»,
solo había sido novicio por algún tiempo, entre 1458-61, en el convento de
Perusa, para el cual, cuando ya cardenal, mandó construir un grande
«calefactorium» recordando el frío que allí había sufrido (G. Abate, Julius II et
OFMConv, en MiscFranc 44 [1944] 227-30).
A los 26 cardenales que la Orden tuvo durante sus primeros tres siglos,
en esta segunda éspoca se añaden 9 más. Entre éstos: el grande teólogo
buenaventuriano-escotista Constanzo Torri (1586-95); el insigne teólogo y
escritor de espiritualidad, Lorenzo Brancati (1681-93); Antonio Francisco
Orioli (1838-52) que, en 1809, había acompañado a su general y al papa Pío
VII en el exílio de Francia y, en 1848, se tornó, por breve tiempo, Pro-
Secretario de Estado en tiempos de Pío IX; Antonio Panebianco (1861-85) el
cual, después de haber sido miembro integrante de la comisión central
cardenalicia (1865) para una posible convocación y programación del Vaticano
I, intervino activamente en aquel Concilio (1869-70), y tampoco le faltaron
votos para el papado en el conclave de 1878 de donde salió elegido León XIII
(E. Soderini, Leone XIII, vol. I, Milán 1932, p. 74, 218, 230; Di Fonzo, Series: Cardinales, p. 57-
8: Ritzler, I Cardinali e i Papi OFMConv, en MiscFranc 71 [1971] 55-70).
Los obispos habían sido 1062, en los primeros siglos franciscanos,
prescindiendo de los Observantes a partir de 1442. Ahora, por motivos
comprensibles, originados también por el multiplicarse de nuevas Ordens y
Congregaciones religiosas, bajan a 253 sin contar, por cierto, los numerosos
prefectos apostólicos y los vicarios patriarcales de Constantinopla que, a partir
del s. XVII, se turnaron en esta última sede (15) y en las misiones de Moldavia
y Valaquia en Rumania (61), y, en tiempos más recientes, en las misiones de
Zambia (3) y de China (4) donde el primero de ellos, mons. Giovanni Soggiu,
«sin que le faltara la gloria del mártir» como dijo Pío XI, fue matado
cruelmente el 12-11-1930 (Abate, Series Episcoporum OFMConv, en MiscFranc 31 [1931]
103-15, 161-9; 31 1932 18-23; L. Lemmens, Hierarchia latina orientis, en OrChrist [1923] 273-
6; B. Morariu, Series Praefectorum Apost., en ComFMConv 37 [1940] 183-7, 216-21, 249-55,
279-85; China-Zambia-Soggiu: Odoardi, I C. e Propaganda, en MiscFranc 73 [1973] 163-5).
La actividad conciliar de la Orden, en este nuevo período, fue
relevante. Ninguno de los anteriores concilios - que en verdad habían contado
con muchos Minoritas de extraordinaria capacidad, como Alejandro Hales en
el de Lyón I (1245), s. Buenaventura en el de Lyón II (1274), Gonzalo Hispano
en Vienne (1311-2), Ludovico de Pirano en Ferrara-Florencia (1438-9),
Mauricio O’Fiheley o de Puerto Hibérnico, primate de Irlanda, en el
Lateranense V (1512-7) - ninguno, repito, había podido contar con tan grande
cantidad de padres y teólogos C. como el Concilio de Trento durante sus tres
etapas (1545-7, 1551-2, 1562-3): eran 91, y entre ellos Cornelio Musso de
Piacenza llamado, con razón, por el Pallavacino «brazo derecho del Concilio».
Y ha habido bastantes también en el Vaticano I (1869-70) y Vaticano II (1962-
5), unos 15 entre padres, teólogos y peritos (N. Papini, Franciscani Conventuales in
Conciliis, ms. Archivo Gen. OFMConv, Santos Apóstoles, Roma, cad. 85, f. 49-54; Odoardi,
Serie Padri e Teologi Conc Trento, en MiscFranc 47 [1947] 321-411; Concilio Vaticano II, ibid.
63 [1963] 392-6, 573).
La actividad inquisitorial continuó a ser llevada delante, sin embargo
de manera más reducida que, en el pasado y bajo formas nuevas sugeridas por
la Inqusición romana que en 1542, había prácticamente substituido a la
Inquisición medieval. Uno de los Inquisidores más notables de la Orden en este
período, fue Félix Peretti, inquisidor en Venecia (1556-60), consultor de la
Inquisición en Roma (1560-85) a la cual dedicó mucha atención después de ser
elegido pontifice con el nombre de Sixto V, en la reorganización de la Curia,
poniéndola en el primer puesto entre las Congregaciones, pues la guardia de la
fe es el primer deber del Vicario de Cristo (Immensa Dei, 22-1-1588, en BullRom VIII,
p. 985-88; F. A. Benoffi, Cronología degl’Inquisitori OMin, ms. 698 de la Biblioteca Antoniana
de Padua).
4. Actividad misionera
6. Actividad caritativo-social
Bibliografía
I. Fuentes de la Orden.
1. Papales: BullFranc I-IV, a 1218-1303, ed. I. H. Sbarálea, Roma 1759- 68; V-VII, a.
1303-1431, ed. C., Eubel, ibid. 1898-1904; I-III, ns. a. 1431-84, ed. U. Hüntemann-J. Pou y
Martí Quaracchi 1929-49; Collectio Bullarum OFM Conv hasta 1750, recopiladas por J. H.
Sbarálea, pero sin ser editadas (Arch. gen. de Santos Apóstoles en Roma); Regestum Pontificium,
en WaddingAnnMin I-XXXII, a. 1182-1680 Quaracchi-Roma 1931-64; Minuta y texto crítico de
la bula Ite vos de León X en ArchIbAmer 18 (1958) 332-53; Decretos Pontifícios 1654-1713
acerca de OFMConv, ed. V. Coronelli, Venecia 1715, y ya en apr. Const. Urbanae, Venecia
1694 Roma 1702; Documentos papales desde 1713 en Collectio cit.; apénd. Const. Urbano-
Clementinae, París 1771, Roma 1894; Const. Pio-Urbanae, Roma 1823, Mechelen 1880;
Notitiae ex Curia y ComOFMConv 1904s.
2. Capitulares y generalicias: Constituciones: Alexandrinae, Roma 1501, Barcelona
1540, Bolonia 1587; Venetae, Venecia 1546; Assisienses, Venecia 1549; Pianae, Bolonia 1565,
Ancona 1566; Urbanae, ed. previa Roma 1626, ed. definitiva Roma 1628, Grenoble 1676,
Venecia 1694, Roma 1702, París 1711, Bolonia 1722, Maguncia 1736, Venecia 1741, Nápoles
1754, Venecia 1757, Asís 1803; Urbano-Clementinae, París 1771, Roma 1894; Pio-Urbanae,
Roma 1823, Mechelen 1880; Const. OFMConv 1932, Roma 1932; Const. Conv 1969-75, ibid.
1975; Regesta Órdinis desde 1488, un centenar de vol. (Arch. gen. Roma), editados sólo para
algunas provincias desde 1488-94, en MiscFranc (1921-4, 1932-8); Acta Capitulorum Gen.,
Acta Órdinis, Epistolae Min. Gen. en las fuentes ya indicadas y, para las más recientes, Notitiae
ex Curia y ComOFMConv 1940s).
3. Várias: Documentos en ap. F. A. Benoffi, Compendio di storia minorítica, Pésaro
1829, p. 341-54; Dei Procuratori Generali, Pésaro 1830, p. 46-51; L. Palomes, Dei F. M. e delle
loro denominazioni, Palermo 1879, ed. mejorada 1897, 50 doc. siguen vários cap., p. 60-82, 371-
441, 466-8.
2. Específica:
a) Serie de los ministros provinciales: aparte las incluídas en las historias provinciales
ya indicadas, tenemos: D. Sparacio, Series Ministrorum Provincialium Prov. Bononiae, Roma
1925; F. Russo, Serie Ministri Prov. Calabria, en MiscFranc 36 (1936) 343-61; G. Abate, I F.
M. C. in Inghilterra: 1224-1929, ibid. 29 (1929) 97-114; Serie. P. 106-14; C. Mooney, Irish
Franciscan Provincials, en ArchFrancHist 56 (1963); Series Min. Prov. Marchiae, Fano 1843 y
Annuario Prov. Marche, Ósimo 1968; P: Sevesi, I Min. Prov. di Milano, en StudFranc 2-6
(1915-20) 136-56, 41-71; D. Sparacio, Siciliensis Prov. Ministri, Roma 1925; A. Tessier, I
Custodi di T. Santa, en MiscFranc 1 (1886) 61; G. Golubovic, Serie cron. dei Superiori di Terra
Santa, Jerusalem 1898; B. Bartolomasi, Series Min. Prov. Umbriae, Roma 1824 y MiscFranc 32
(1932) 201-26.
b) Sucesos varios: A. De Saldés, Informe del Dr. Matin de Azpilcueta Navarro al Rey
Felipe II sobre Conventuales y Tercersor en España, en EstFranc 26 (1921) II, 263-8; L.
Serrano, Primeras negociaciones de Felipe II y S. Pío V, en Hispania 1 (1940) 83-124; B.
Pandzic, Visitatio apostólica in Galliae Provinciis 1670-73, en ArchFrancHist 53 (1960) 307-20;
P. Chevalier, Les sources de l’histoire des Cordeliers français de 1766 à 1789, en EtFranc 11
(1961) 53-81; S. C. Borromeo Card. Prot dei Fr. Min. 1564-72, en ArchFrancHist 31 (1938) 73-
112.
c) Conventos: Para los conventos de Asís y Padua Cfr. Fratini y Sartori, y para las
demás iglesias y basílicas, Cfr. bibliogaría del arte; apuntamo, además: Unter Gottes Anspruch,
750 Jahre Franziskaner-Minoriten in Köln (1222-1972), Colonia 1972; G. Matteucci, Un
glorioso convento francescano sulle rive del Bósforo (Istambul-Constantinopla), Florencia 1967;
Minderbroeders Konventuelen Leuven 1873-1973; Lovaina 1973; R. Devy, Les Fils de st.
François á Narbonne du XIIIe au XXe siècle, Narbona 1968; G. Salierno-C. Bove, Il convento
S. Antonio in Nocera Inferiore, Nocera Inf. 1973; G. Bastianini, I F. M. C. a Roma, en Rivista
Diocesana di Roma (1969).
CONVENTUALES REFORMADOS
2. Desarrollo y conventos
3. Supresiones
4. Hombres ilustres
La búsqueda de los documentos sobre los C. R., aunque muy reciente, cuenta
con unas fuentes inéditas y otras ya editadas; en lo que a bibliografía se refiere, aparte
algún articulo o exposición más específica, no tenemos sino alguna referencia o
noticias presentes en obras generales.
1. Fuentes inéditas:
Roma Santos Apóstoles, Arch. Gen. OFMConv: Regesta Órdinis 1566-1670;
Pergaminos, sobre VI, nn. 260, 270, 274; VII, n. 355; Documentos varios, en Cod. C. 85; C. 108:
éstos últimos han sido recogidos por G. Franchini en 1688. Documentos para los años 1626-31
han sido encontrados en la Embajada de España cerca de la S. Sede, Roma, por el p. J. Pou, y
Martí, en ArchFrancHist 12 (1919) 578; útil también p. 271. Más rico es el Archivo Vaticano. –
Documentos sobre los C. R. de Nápoles 1562-1662 y su unión con los Descalzos o Alcantarinos
1668, en S. Lucía al Monte de Nápoles, Miscelánea I.
2. Fuentes editadas:
Para los años 1550-62, 1624-6: ItalFranc 44 (1969) 402-6; 45 (1970) 278-81, ed.
Flaviano da Polizzi. – Año 1587: Apostolici múneris de Sixto V, en BullRomTaur 8 (1863) 934-
8. – Documentos papales 1605-70: WaddingAnnMin 1605, n. 10: vol. XXIV, p. 516-7; 1624, nn.
17-8; 1625, n. 13; 1626, nn. 2-3; 1626, n. 67: vol. XXVI, p. 179-81, 284-7, 416-20, 473; 1646, n.
18: vol. XXIX, p. 323-4; 1667, nn. 16, 28; 1668, n. 4; 1670, n. 16: vol. XXXI, 315-7, 327-9m
344-6, 445-7. – Para el s. XVI: distintas noticias en P. Ridolfi de Tossignano, Historiarum
Seraphicae Religionis libri tres, Venecia 1586. – Para el s. XVII: F. Cagliola, Almae Siciliensis
Provinciae manifestationes novissimae, Venecia 1644. – También el Decreti preparatori
allariforma dell’Ordine Conventuale, Nápoles 1593 y MiscFranc 33 (1933) 88-9 pero solo el n.
6 atañe a los C. R.; y las Costituzioni dei Frati Riformati de’ Minori C., Roma 1611, referentes a
los C. R. nomás.
5.
FRAILES MENORES
I. Asignación y valor del nombre (1209-23) – II. Uso del nombre, desde 1209 hasta 1517 – III. A
partir de 1517 hasta 1897 – IV. A partir de 1897 hasta el presente.
habla de la «hipótesis» de E. Buonaiuti acerca de los más estrechos contactos de origen entre
joaquimismo y franciscanismo).
Sin embargo, todo es pura coincidencia; y resulta bastante difícil
pensar que el s. Fundador de los Hermanos Menores estuviese al tanto de
aquella teoría y de las expresiones joaquimitas. Francisco seguramente
instituyó y designó, impulsado por inspiración evangélica propia, aquel nombre
a su instituto. En efecto los primeros biógrafos hablan explícitamente de la
circunstancia histórica de la designación de aquel nombre y también del grande
significado y valor asignado por s. Francisco.
cum multi eam frustra sustíneant, apud Deum vanius inde gloriantur, maluerunt
appellari Minores fratres, quam Minores Páuperes, apostólicae Sedi in
ómnibus obedientes» [y que pueden ser llevados a vangloriarse ante Dios por causa del
título de pobreza que muchos llevan sin fundamentoe, han optado por llamarse Hermanos
Menores antes que Pobres Menores, en todo obedientes a la Sede Apostólica, n.d.t.] (Burcard,
Chronicon, en MGH, Scriptores, t. XXIII, p. 376, y en Lemmens, o.c., p. 17-8). No cabe duda
que esta es una noticia un poco singular e incontrolable, susceptible de distintas
explicaciones si algo se puede retener como autentico; sin embargo, hay
motivos para dudar de su fundamento histórico, después de lo ya expuesto por
las demás fuentes concordes.
El nombre «F. M.» quedó fijado como nombre propio y oficial para los
Franciscanos en la Iglesia y en la historia. Había distintas designaciones
452 4. CONVENTUALES REFORMADOS, 1557-1668
sus propias casas (en aquel tiempo tenían apenas 12 conventos propios; en
BullFranc VII, p. 494b).
El cronista Observante Nicolás Glassberger (†1508), resumiendo en
pocas palabras aquel decreto conciliar, dice que la aprobación y el «modus
vivendi» [la manera de relacionarse, n.d.t.] con la jerarquía vicarial de los nuevos
religiosos se desarrolló pacíficamente, en base a una «ordinatio» puesta en obra
por el vicario general de la Orden, fr. Juan de la Rocca (en nombre del ministro
general Antonio Vinitti de Perèto que, por estar atendiendo a otras
incumbencias, no pudo estar presente en aquella circunstancia), «una cum
plúribus aliis magistris et discretis fratribus Órdinis Minorum Conventualium
ex una parte, et per fratres de Observantia provinciarum Franciae, Burgundiae
et Turoniae ex alia concordatam» [juntamente con muchos Hermanos maestros y
discretos de la Orden de los menores Conventuales de una parte, y por los hermanos de la
Observancia de las provincias de Francia, Borgoña y Turonia de otra parte, n.d.t.] (N.
Glassberger, Obs., en AnalFranc 2 [1887] 260).
Las bulas de Martino V, es decir la Amabiles fructus (01.11.1428), que
trataba de la restitución de los -»Síndicos apostólicos, y la Ad statum Órdinis
Fratrum Minorum (23-8-1430), que ratificaba el uso de los bienes inmuebles,
pasados y futuros, para la Comunidad minorítica, estaban dirigidas a los
ministros y miembros del «sacer Ordo Fratrum Minorum» sencillamente (Iª
bula citada) es decir, a la Comunidad de los F.M. Conventuales, con clara
exclusión de los Observantes, que habían nacido como reacción contra aquel
estilo de vida y uso de bienes de los Conventuales (las dos bulas, en BullFranc VII, p.
712 y 739).
Otrosí la Ad hoc nos (11-5-1429) se refería tan sólo a los «F.M.»
(Conventuales): mediante esta bula Martino V - tras petición de las 4 Ordenes
mendicantes OP, OSA, OCarm y OMin, nombrados en esta exacta sucesión -
protegía un antiguo privilegio (el «privilegium cannae» [privilegio de trato especial,
n.d.t.] frente a los nuevos religiosos reformados y «praesertim Órdinis Fratrum
Minorum profesores de Observantia nuncupati» [especialmente los religiosos de la
Orden de los Hermanos Menores llamados de la Observancia, n.d.t.], y mandaba que, para
la fundación de nuevas casas, éstas debían guardar una debida distancia (5
léguas o 15 millas) de los conventos e iglesias de las susodichas antiguas
Ordenes (ibid, p. 723-4).
de los editores del BullFranc, ns. I-III, con la sigla «OFM de observantia» y
además, como se ha dicho, respectivamente para los F.M. Conventuales con la
pura sigla ¡«OFM»!). Cfr, específicamente para los Observantes, ibid. I, p. 13-
4 y 17-8, las bulas de 1431; II, p. 365, 538, 822s, de 1444-53; III, p. 108s,
110s, 131, de 1472, etc.; Cfr. también en el Index personarum, III, p. 1050a
«Observantes», p. 1616b «Amadeus de Hispania» para los Amadeítas, p. 1017b
«Ángelus de Clarino» para los Clarenos, etc.
c) Y, finalmente, otras bulas son comunes para todos: Pablo II, Cum
sacer Ordo (28-2-1467): breve de concordia para toda la Orden, sin
encabezamiento (ibid., II, p. 704-6; el breve fue solicitado por el Conventual
Francisco De La Róvere cuando era ministro general «totíus Órdinis», y que
posteriormente se tornó papa Sixto IV); Alejandro VI, dos breves Super gregem (12-1-
1498) y 17-8-1499,en Wadding 1499, nn. 19-20 t. XV, p. 210-20).
Bulas dirigidas con doble encabezado: Julio II, en la Religio sancta
(13-6-1506): «Generálibus et Provincialibus Ministris ac Vicariis... Órdinis
Minorum, tam Conventualium, quam de Observantia nuncupatis» [a los Ministros
Generales y Provinciales y a los Vicarios... de la Orden de los Menores, bien sea Conventuales,
bien sea los llamados de la Observancia, n.d.t.] (ibid., 1506, n. 7, p. 361-4; los ministros
eran Conventuales, los vicarios eran Observantes); León X, Romanum
Pontificem (11-5-1516): indicción del Capítulo generalísimo de 1517, dirigida
a los Ministros general y provinciales «fratrum Minorum Conventualium» y,
respectivamente, a los Vicarios de los F. M. «de Familia seu de Observantia
nuncupatorum» [llamados de la Familia o de la Observancia, n.d.t.], convocados todos
juntos para aquel famoso capítulo (en WaddingAnnMin 1516, n. 49, t. XVI, p. 27-8).
Por otro lado, Julio II, en la Exponi nobis (de 18-4-1512): «Vicariis
generalibus et provincialibus et frátribus Órdinis Minorum de Observantia sive
de Familia nuncupatis» [a los Vicarios generales y provinciales y a los frailes de la orden
de los Menores o llamados de la Familia, n.d.t.], y se habla en el texto de los privilegios
otorgados «Ordini Fratrum Minorum» y a «alii Fratres Minores Conventuales
etiam sub Ministris reformati» [también a los Frailes Menores Conventuales reformados
que están bajo los Ministros, n.d.t.] (Wadding 1512, n. 23, p. 256-7).
1517. n. 30, p. 58-63, textos citados en la p. 60 y 61; para todo este asunto: -»Franciscanos y
-»Conventuales).
Cuanto al uso efectivo del nombre F. M., que acababa de ser asignado,
por un acto deliberativo, a esta familia seráfica aisladamente o, en alternativa,
con la añadidura «de la Regular Observancia», es necesario relevar que ese
nombre ‘escueto’, al comienzo no tuvo aplicación en el uso de la misma Orden
(es decir cuando se procesó la designación de sus provincias, casas, frailes y
también en sus documentos y escritos), y tampoco por parte de la Santa Sede
en los documentos oficiales como también en el uso popular, en los distintos
países. En efecto, a lo largo de este largo período (1517-1897), a raíz de la
inmediata fragmentación de la Observancia en otras tres grandes familias,
aunque estuviesen bajo el mismo ministro general, salidas de su seno (los Obs.,
y los F. M. Reformados, Alcantarinos, Recoletos; sin llevar en cuenta a los F.
M. Capuchinos de 1525-8, que salieron de los Observantes, pero
permanecieron independientes, bajo la jurisdicción de los Conventuales a partir
de 1529 hasta 1619: los Capuchinos en aquel entonces se regían por un Vicario
general»), de manera que, por doquier, prevalecieron sus peculiares y
características denominaciones: F. de la «Regular Observancia», F. de la
«Strictior Observantia» [Franciscanos de la Observancia más estricta, n.d.t.] o
Reformados, «Descalzos» o Alcantarinos, etc.
460 4. CONVENTUALES REFORMADOS, 1557-1668
Pese a todo eso, se puede afirmar que fue sobretodo la Orden y los
Frailes que, en el uso cotidiano, en sus capítulos y constituciones, en los
documentos oficiales y privados (Cfr. por ej. la portada de la mayoría de las
obras tipográficas) prefirieron aquel nombre específico, pues lo consideraban
cargado de grande valor histórico y afectivo («quin etiam huiusmodi appellatio
apud ipsos Fratres amore semper et in usu fuit» [pues este nombre lo usaron siempre
los Frailes, pues le tenían especial cariño, n.d.t.], afirma Pío X, l.c. 348b). La verdad es
que ellos, y también el pueblo en Italia y en el exterior en general, no
comprendían perfectamente el sentido del simple nombre «F.M.», porque
estaban acostumbrados con las denominaciones específicas. Ellos, y con razón,
entendían que aquel nombre era algo común bien sea para la familia
Observante y demás familias a ella unidas (Reformados, Alcantarinos,
Recoletos), bien sea para las familias independientes de los Conventuales y de
los Capuchinos. Esta consideración se ha de hacer, también, en lo que al
nombre genérico de Franciscanos se refiere, que es común para todos, y que,
aunque popularmente hoy día se le atribuye frecuentemente a los más
numerosos y conocidos «F.M.», sin embargo, en algunos países ha quedado
tenazmente arraigado y reservado, desde el comienzo, a los F.M. Conventuales:
Polonia y Lituania, a partir del siglo XIII (allí los Observantes o F. M. se
hicieron presentes solo a partir de 1453 hasta hoy, conocidos como
-»Bernardinos).
El año del Señor 1897 marca el final histórico de los distintos grupos
de las 4 familias, y sus respectivas denominaciones, de F. M. Observantes, de
Reformados, de Descalzos o Alcantarinos, y de Recoletos: el Papa León XIII
las quiso más firmemente unidas y aunadas en una única grande familia a fin
de inyectarle nuevo vigor, llevando en cuenta, también, los nuevos tiempos: en
efecto, el número de los religiosos de estas 4 familias, a raíz de las múltiples
supresiones ‘civiles’ del ‘700 y ‘800, había disminuido (los 76.900 del año
1762, bajaron a 14.798 el año 1889, es decir: Obs. 6.516, Ref. 5.803, Alc. 658 y
Rec. 1.621; Cfr. Estadística, en la pag. 62 del presente Libro).
Esta era la familia, única y cuádruple al mismo tiempo, a partir de 1517
hasta 1897, de aquellos F. M. «qui concessu Sedis Apostólicae [en 1517]
antecedunt loco et honore céteros» [que, por directa determinación de la Sede
Apostólica, tienen el lugar de honor sobre los demás, n.d.t.], es decir obtuvieron la
precedencia de honor sobre la familia de los F. M. Conventuales y de los F. M.
Capuchinos, que por el Papa fueron dejadas expresamente en su idéntica
situación anterior. De esta manera León XIII, a través de la constitución
apostólica Felicitate quadam de 4-10-1897 (fiesta de s. Francisco), previa
decisión capitular de los religiosos (1895, capítulo general de Asís), sancionó
la fusión de aquellas 4 familias históricas en una sola familia u Orden: a saber
unificó las varias estructuras de las distintas provincias y conventos, las
distintas constituciones, la multiplicidad de procuradores, comisarios y
postuladores generales, y la diversidad de color y forma del hábito, y mandó
que todos usaran el actual color «subniger» o marrón.
Este conjunto de realidades quedaba confirmado bajo una única
denominación común, a ellos impuesta, y expresa justamente al n. 1 de la
sección dispositiva de la bula: - «Is [Ordo], extinctis nomínibus Observantium,
Reformatorum, Excalceatorum seu Alcantarinorum, Recollectorum, ORDO
FRATRUM MINORUM Francisci Patris appelletur» [Esta Orden, abandonando el
nombre de Observantes, de Reformados, de Descalzos o Alcantarinos, de Recoletos, deberá
llamarse ORDEN DE LOS FRAILES MENORES del padre Francisco, n.d.t.] (bula en AAS 30
[1897] 225-32; y en ActaOFM 16 [1897] 164-8, texto cit. en p. 167b).
HISTORIA-EVOLUCIÓN-SUPRESIONES 463
La Bibliografía general acerca del uso del nombre, especialmente cuanto a los temas
tratados, y lógicamente relacionados con la historia franciscana, está constituida por las mismas
fuentes y manuales de historia de la Orden: -»Franciscanos (1209-1517), -»Frailes Menores
simpliciter dicti y Observantes (1517s), -»Conventuales (1517s).
466 4. CONVENTUALES REFORMADOS, 1557-1668
IV. Cfr. las actas y documentos pontificios reportados en el texto; todos los textos y
actas de s. Pío X están coleccionados en el opúsculo oficial: Collectio actorum SS.D.N. Pii
Papae X Minoriticas familias respicientium Eiusdem jussu edita, Roma 1910 (en-4o, 49 p.).
Comentarios : sobre la Felicitate quadam (1897): Holzapfel, p. 336-9; A. Gemelli, Il
Francescanesimo, Milán 19363, p. 377 (y otras edic.); P. M. Perantoni, Enc. «Ut unum sint», nel
cinquantenario della «Felicitate quadam», texto latin de 4-10-1947 en ActaOFM 67 (1948) 7-
13; sobre la Séptimo iam pleno saéculo (1909): M. Faloci, Sulla denominazione dei F. M., en
MiscFranc 11 (1910) 161-73; Gratien de París, Histoire cit. 1928, introduc. p. IX-X. Sobre los
hechos de 1909-11, Cfr. G. Haselbeck, P. Dionysius Schuler... Generalminister des Ordens der
Minderbrüder..., Fulda 1956.
Sobre el final «histórico» de la familia Observante (juntamente con las demás que
salieron de la misma), como instituto distinto nacido bajo el mismo nombre entre 1368-1897: M.
Faloci, Il beato Paoluccio Trinci da Foligno e i Minori Osservanti, Foligno 19263, especialmente
pp. VI y 69-71, 97ss; L. Temperini, Genealogía e cronología degli Ordini e Famiglie
francescani, en AnalTOR 11 (1969) 344-51.
FRANCISCANISMO
Pero, a lo largo del siglo XII, a raíz del impulso de algunos grupos de
cristianos que pensaban que la pobreza individual, así como estaba
institucionalizada las Ordenes y capítulos canonicales existentes, no era
suficiente, se llegó a definir que una pobreza más radical, es decir la pobreza
comunitaria (-»Esteban de Muret, fundador de la Orden de -»Grandmont, el
cual veía en el -»trabajo manual la expresión natural de aquella pobreza
absoluta individual y comunitaria), era más evangélica (es decir, más en
sintonía con el ejemplo de Jesucristo). Tras la acción del ermitaño -» Roberto
de Arbrissel (†1116-7), la vida apostólica se enriqueció ulteriormente, pues
englobaba también la misión de la predicación itinerante y pobre confiada por
Cristo a los apóstoles (Mt 10,7s). De esta manera, comenzó la larga sucesión de
los -»predicadores itinerantes que, en el siglo XII, se entregaron a la «vida
apostólica según el evangelio» viviendo en penitencia, en pobreza y paz, que
ellos predicaban trasladándose de un sitio a otro, y contribuyendo para la
consolidación y propagación del ideal de vida apostólica como ideal para todos
los creyentes, también laicos.
los hombres, es decir a fin de colaborar, aun sin recibir el sacramento del
Orden, sino tan sólo a raíz de la dignidad de bautizados, a la actuación de la
misión de Cristo trasmitida a toda la Iglesia católica. El buen éxito logrado por
s. Francisco fue asombroso, porque los movimientos de la pobreza evangélica
para una vida apostólica extendida también a los laicos, que hasta aquel
entonces habían quedado marginados, encontraron en el f., aprobado por
Roma, la más perfecta respuesta a su ideal.
renuncia a toda posesión personal a los bienes terrenales, sino que debe ser
llevada a cabo: -1) en pro de los pobres (Rnb, 2; Rb, 2) y, -2) debe ser también
colectiva. Esta era la única manera como la nueva sociedad que emergía del
feudalismo, no sólo no se habría deparado frente a una jerarquía eclesiástica y a
Ordenes monásticas pudientes, solidarias, a pesar de su organización social y
caritativa, con el desorden que era producto negativo del feudalismo, sino que
habría entendido claramente que el criterio para la jerarquización de los valores
no debe ser más la riqueza, sino la puesta en obra del futuro reino de Dios,
viviendo acorde con el evangelio, como apóstoles pobres, penitentes e
itinerantes.
El -»trabajo manual y la mendicidad (en casos especiales, cuando el
trabajo no es suficiente) se tornan, pues, puros medios de sustento de los
pobres voluntarios. Trabajar sin exigir nada como retribución (Rnb 7 y 8) es el
medio normal de sustento (Rb 7 y 9). Sin embargo, trabajo y mendicidad para
subsistir representan, en aquel exacto período histórico en que nació el f., el
aspecto característico de las clases más humildes y más pobres de la sociedad
comunal: los «menores». De manera que el f. los abraza porque, en aquel
preciso momento histórico, constituyen el recurso más idóneo para alimentar
en sí mismo el espíritu de pobreza, la pequeñez, la humildad, el olvido de sí a
fin de testimoniar el evangelio «sine glossa» [sin comentarios, n.d.t.], para poder
seguir totalmente a Cristo, el cual es pobre no por desprecio de los bienes
creados por el Padre, sino porque todo lo espera de Dios y todo ofrece a Dios
en adoración y acción de gracias.
A la luz del Cristo pobre, el f. vive y considera la pobreza mucho más
que un puro medio de liberación para tornarse disponible: la pobreza
comunitaria y personal adquiere una significación «misteriosa», se torna una
(no la única: y bajo este aspecto el f. toma distancia de los movimientos
pauperísticos que le precedieron) de las realidades terrenales, a través de las
cuales se perpetúa en cada individuo y grupos el culto santificante ofrecido por
Cristo al Padre bajo el aspecto de vida pobre, humillada, totalmente abierta a la
acción del Padre en la historia.
La pobreza franciscana, además, es vida coherente con el sentimiento
evangélico de anonadamiento, en el que consiste verdaderamente la grandeza
suprema del hombre ante el sentido total de la vida, ante su futuro, que es Dios.
Por tanto, es un vivir con los demás, pero como «fratres minores», hermanos
menores dentro de la grande familia humana y cristiana. Es un vivir dentro de
un grupo fraternal, donde todos son «menores» y, por este motivo, el
responsable del grupo no es «superior» sino «ministro y siervo de todos los
hermanos» (Rb 8); dentro de un grupo en el que todos renuncian a los honores, a
sus propios intereses, al apego al cargo (que puede serle quitado: Rb 8) y
también a la misma cultura que, según la terminología medieval, «podría
USO DEL NOMBRE: DE 1209 HASTA HOY 241
I. – 1. Acerca del ambiente histórico en el que nace el f.: I. Döllinger, Beiträge zur
Sektengerschicthe des Mittelalters, 2 vol., Mónaco 1890; P. Mandonnet, Les origines de l’Ordo
Poenitentiae, Friburg 1897; Gratien de París, Histoire de la fondation et de l’évolution de
l’Ordre des Frères Mineurs au XIIIe siècle, París 1938; A. De Stefano, Riformatori ed eretici del
medioevo, Palermo 1938; L. Spätling, De apostolicis..., Mónaco 1947; R. Manselli, Studi sulle
eresie del sec. XII, Roma 1953, y 2ª edic. ampliada, ibid 1975; Hilarino de Milán, Le eresie
medievali, en Grande antología filosofica, IV, Milán 1953, p. 1599-1689: E. Werner, Páuperes
Christi. Studien zu sozialreligiösen Bewegungen im Zeitalter des Reformpapsttums, Lipsia 1956;
M. D. Chenu, La théologie au XIIe siècle, París 1957; K. Esser, Die religiösen Bewegungen des
Hochmittelalters und Franziskus von Assisi, en Galube und Geschichte, Festgabe J. Lortz, II,
Baden-Baden 1958, p. 287-315; A. Furgón, Arnaldo da Brescia nelle fonti del sec. XII, Roma
1956; H. Grundmann, Religiöse Bewegungen im Mittelalter, Hildesheim 19612 (traduc. Italiana,
Bolonia 1974); G. G. Meersemann, Dossier de l’Ordre de la Pénitence au XIIIe siècle, Friburg
(Suecia)1961; R. Morghen, Medioevo cristiano, Bari 1962; M. H. Vicaire, L’imitation des
apôtres, París 1963 (trad. italiana, Roma 1964); AA. VV., I laici nella «societas cristiana» dei
secoli XI-XII, Milán 1968; (a cargo de) J. Le Goff, Hérésies et societés dans l’Europe pré-
industrielle (XIe-XIIIe siècles), París 1968; Povertà e ricchezza nella spiritualità dei secoli XI-
XII, Todi 1969; G. Lunardi, L’ideale monástico nella polemica del sec. XII sulla vita religiosa,
Noci 1970; J. M. Lozano, De vita religiosa ut vita apostólica, en CommRel 53 [1972] 3-23, 124-
36: Id, De vita apostólica apud Patres et scriptores monásticos, ibid, 52 (1971) 97-120; apud
canónicos, ibid, p. 193-210; apus Ordines mendicantes, ibid, p. 300-13; L’Ordine della
penitenza di S. Francesco d’Assisi nel secolo XIII (con contribuciones de distintos autores),
Roma 1973; M. Mollat, ed., Etudes sur l’histoire de la pauvreté (Moyen-âge – XVIe siècle), 2
vol. París 1974.
Cfr. también la bibliografía bajo las voces: Pobres voluntarios, Pobreza, Predicadores
itinerantes, Valdenses.
7.
CONVENTUALISMO
1. Concepto y dimensión
del término «conventualismo
the world. Such changes were sign non of decay but of progress. The Order
was becoming more serviceable, more dignified, more obedient to authority.
To the Conventuals the order was essentially a tool in the hands of the Church,
to be used as and where it was most needed » [la Comunidad, o como ellos prefieren
ser llamados, los Conventuales, han creído en el progreso y desarrollo. Ellos se dieron cuenta
de que la Orden había cambiado mucho desde su fundación, sin embargo han considerado
saludable ese cambio, como una señal de que la Orden estaba abriéndose a las necesidades de
la Iglesia y del mundo. Esos cambios han sido manifestaciones no de decaimiento sino de
crecimiento. La Orden estaba tornándose más servicial, más digna, más obediente a la
autoridad. La Orden de los Conventuales se tornó, pues, esencialmente un instrumento en las
manos de la Iglesia para ser utilizada cómo y adonde juzgara más necesario, n.d.t.] (A History,
p. 191)
2. Aspectos positivos
3. Aspectos negativos
Sin embargo, juntamente con los aspectos positivos del c., u Ordenes
conventualizadas, es necesario mencionar también los negativos, leves o graves
que hayan sido, evitando, por cierto, toda clase de generalización que no
corresponda a la realidad histórica. El lector deberá evitar cualquier
equivocación que podría derivar de la continua referencia a las fuentes de una u
otra Orden, llevando en cuenta que los abusos que aquellas referencias
denuncian, no son exclusivos y mucho menos están enraizados en aquellas
Ordenes cuyas fuentes son analizadas. En efecto, los abusos fueron bastante
generales, y ubicarlos en una u otra Orden, obedece sólo a la necesidad de
presentar ejemplos.
Comenzamos con relevar que las mitigaciones que caracterizaron al c.,
a raíz de las declaraciones papales sobre la regla y los ideales más heroicos de
los fundadores, acabaron produciendo abusos porque iban leve o grandemente
multiplicándose, y no siempre por verdaderos motivos de apostolado. Según el
pensamiento de s. Buenaventura y de santo Tomás, las mitigaciones debían
constituir, para la mayoría, una razonable adaptación a una vida de mayor
regularidad, estabilidad y actividad a servicio de la Iglesia, pero eso no siempre
se dio. Es comprensible, pues, que la -»Carta caritatis de los Cistercienses y el
Testamento de s. Francisco alertaban contra ciertos privilegios: «procul
privilegia contra Órdinis statuta» (Carta, n. 3: PL 166, 1379); «et non audeant
pétere litteram in Curia romana» [no se atrevan a pedir en la Curia romana ningún
documento, n.d.t.] (Test 25).
Lo mismo se puede afirmar de las grandes casas o conventos donde,
una u otra vez, se tuvo que lamentar cuánto sospechó aquel opositor de s.
Buenaventura, es decir una vida más placentera o menos tranquila y devota, o
una vida demasiado comprometida en campo político y militar, como en
algunos monasterios benedictinos de Francia, Italia y Alemania con abadías
imperiales y abades-príncipes del Imperio (F. Delaruelle, en StorChiesa, ed. italiana,
XIV/3, p. 1301-2).
Abusos también por causa de los estudios, y especialmente por causa
de los grados académicos que, en las distintas Ordenes, llevaron a no pocas
dispensas y privilegios, algunos de los cuales, aunque no fuesen abusos en sí
mismos, y especialmente para los que los merecían, lo fueron frecuentemente
para quienes no los merecían, faltando a la disciplina, a la justicia, a la
modestia y a la fraternidad. Se trata de lo que se llamaban «gratiae
magisteriales» o «lectorales» que se acostumbraba conceder a los maestros y
lectores a fin de ayudarles, de alguna manera, en su asiduo y comprometedor
trabajo escolar, pero no faltaron las exageraciones. Inicialmente, se acostumbró
concederles un «socius» [un compañero, n.d.t.] y posteriormente también un
«fámulus» [un criado, n.d.t.] o los «garciones et scutíferi», como eran llamados en
VALOR-VIDA RELIGIOSA-INFLUENCIA 269
conventualidad estaba fundamentada principalmente sobre la vida privada, n.d.t.] (Mortier III,
p. 299, 308; Const. Tusciae 1360, n. 22, en MiscFranc 33 [1933] 326).
Las cosas empeoraron cuando los grados y privilegios empezaron a ser
otorgados, debido a ingerencias externas, a «ydiotae et extraordinarii
bachalarii, lectores extravagantes et ásini lectorati» [a ignorantes y bachilleres raros,
a lectores extravagantes y a burros que ostentaban título de lector, n.d.t.], que acababan
después abandonando la Orden (Monum. hist. Carmelit., I, p. 239; Melchor de Ste-Marie,
Carmel, en DHGE 11 [1949] 1084; Mortier II, p. 127).
Otros inconvenientes fueron consecuencia de la organización y
clericalización que llevaron a nuevas formas de gobierno, generalmente más
centralizados, donde, p. ej., los monasterios benedictinos perdieron, aunque ad
tempus y con la exitosa eliminación de abusos seculares feudales, su tradicional
régimen de autonomía, a favor de un régimen unitario; por otro lado, los
conversos o hermanos legos, que actualmente son justamente valorizados en
las nuevas constituciones post-conciliares, quedaron excluidos de toda voz
activa y pasiva también en las Ordenes mendicantes (Ph. Schmitz, Bénédictins, en
DHGE [1934] 1076, 1096; T. Leccisotti, Benedettini, en Escobar I, p. 50-2; Mortier I, p. 610,
629, 640; Jordán de Giano, Chrónica, n. 65, en AnalFranc 1 [1885] 57-8; Salimbene de Adam,
edic. cit., p. 101; Tomás de Eccleston, De adventu Fratrum Minorum in Angliam, en AnalFranc
1 [1885] 242; Arnaldo de Sarrant, Chrónica 24 Generalium OMin, III, p. 251; L. C. Landini, The
Causes of the Clericalization of the Order of Friars Minor: 1209-1260, Chicago 1968, p. 35-76).
XI: PL 49, 300; s. Benito, Régula, c. XXIII: Holste p. 206; Moirtier, III, p. 312, 549;
ArchFrancHist 47 [1954] 353; 48 [1955] 113; BullFranc ns I, p. 153; Ch. Dereine, Chanoines,
en DHGE 12 [1953] 374; Delaruelle, o.c., p. 1336).
y const. 64, en ConcOecDecr, p. 198, 217, 264; C. Egger, Canonici regolari di s. Agostino, en
Escobar I, p. 7, 10; Dereine, o.c., col. 377, 397).
4. Generalizaciones y realizaciones
(Concilio de Lyon II, const. 23, en ConcOecDecr, p. 327; BullPraed II, p. 167; Mortier, III, p.
17, 218-9; BullFranc VI, p. 503, 505; I. Brugman, Spéculum, en ArchFrancHist 2 [1909] 616).
Este cuadro de esta situación ha hecho posible definir al c., no obstante
sus defectos y abusos, como «un fenómeno en sí mismo bueno: bueno en la
intención de los frailes que lo promovieron y de los papas que lo aprobaron,
bueno por los frutos que dio a la Iglesia y a la sociedad». Este realismo ha
llevado a censurar a uno de los más fuertes opositores de aquel fenómeno en el
área franciscana: fray León (†1271) el cual «no supo entender y aceptar las
adaptaciones que eran necesarias para una Orden en continuo desarrollo de
crecimiento y de madurez» (I.Cambell, en Frate Francesco 39 [1972] 20; juicio anter.:
Cresi, S. Francesco, p. 102).
6. Conventualismo y Observancia
(WaddingAnnMin 1456, 226; XII, p. 555; Brlek, De evolutione..., p. 87; Di Fonzo, Studi..., en
MiscFranc 44 [1944] 168-70; Mortier III, p. 502-3; Delaruelle, o.c., p. 1350-1).
Esta limitada preparación cultural inicial mantuvo a las Observancias y
a los Observantes alejados de algunas actividades, como p. ej. las actividades
científicas y universitarias, y de algunos oficios jerárquicos y de representación
dentro de la Iglesia y de la Orden. Sin embargo, no tardaron en empeñarse en
estas áreas, y empezaron a competir con los religiosos conventualizados,
superándoles muchas veces, también en algunas manifestaciones de actividad
apostólica en medio del pueblo.
Al mismo tiempo las nuevas y más amplias y distintas actividades iban
creando nuevas exigencias de vida, y de esta manera, iba formándose también
entre ellos, un cierto c. aunque tuviese un carácter más austero: habían nacido
para combatir los abusos de las Ordenes conventualizadas; habían combatido y
mirado con difidencia a los mismos aspectos positivos del c.; pero la realidad
acababa por imponerse también entre ellos, y a los heroísmos y austeridades de
los comienzos, se añadían las mismas atenuaciones propias de las Ordenes en
crecimiento o en pleno desarrollo cuantitativo y cualitativo.
A las «regulares observancias», siguieron las «observancias más
estrictas» - eso pasó con los Cistercienses en relación con los Trapenses, y con
los Franciscanos en relación con los Reformados. Sin embargo, también entre
éstos cundió el realismo conventualístico, y de esta manera nuevas familias y
nuevas congregaciones aun más austeras nacen con vocación de retorno a los
orígenes en las distintas Ordenes. Fueron llamadas «austerísima observancia»,
como p.ej., la «commúnitas observantíssima» de Bourges de los Agustinos
descalzos, las comunidades de los Recoletos, de los Descalzos-Alcantarinos, de
la ‘Riformella’, entre los Franciscanos (Hermans, Di Fonzo, Mariani, en Escobar I, p.
102, 221-3, 524-3).
Algunas de estas reformas dejaron de existir por su propia natural
extinción (es el caso de los prioratos, de lo monasterios y conventos
reformados); otras dejaron de existir por causa de las supresiones (p. ej. las
Observancias de los Servítas «cum parum vel nihil differre videantur ab
Ordine» [porque poco o nada se diferenciaban de la Orden, n.d.t.] (san Pío V en 1570, en
BullRomTaur VII, p. 817-9; Rossi Manuale..., p. 310-1 nota 75); otras por causa de la
secularización (p.ej. la Congregación de Bursfeld, en 1803); otras se
incorporaron o fueron incorporadas a las Observancias más grandes (p. ej. los
Clarenos, los Amadeítas, los Coletanos, incorporados a los Observantes
franciscanos en 1517), o con otra denominación (Observantes, Reformados,
Descalzos-Alcantarinos, Recoletos franciscanos, incorporados a los actuales
Frailes Menores en 1897); otras reformas, en fin, han sobrevivido y han llegado
hasta nuestros días totalmente autónomas e independientes en relación con las
Ordenes originarias que las habían producido (Cistercienses, Trapenses,
Capuchinos, Agustinos descalzos, Trinitarios descalzos - actualmente llamados
VALOR-VIDA RELIGIOSA-INFLUENCIA 279
7. Punto de encuentro
8.
(1239-1975)
4 Parisienses, 1292: 12 cc., III redacción de las Narbonenses, Gen. Raimundo Gaufredi, en el
Capítulo de París 1292. – Edición compendiosa, Cfr. Narbonenses.
5 ASSISIENSES II, 1316. 132 cc., revisión y nueva compilación, Gen. Miguel Fuschi y
Comisión capitular (de Nápoles) en Asís 1316. – Edición: AFH 4 (1911) 276-302, 508-26;
Cfr. MF 31 (1931) 195.
6 Lugdunenses I, 1325: 10 cc., revisión de las Assisien., Gen Fuschi, en el Capítulo de Lyón
1325. – Edición: AFH 4 (1011) 527-36, tan sólo algunas variaciones.
282 7. CONVENTUALISMO
7 PERPINIANENSES, 1331: 21 cc., revisión de las Assisien: orden y textos nuevos, Gen.
Geraldo Oddon, en el Capítulo de Perpignano 1331. - Edición: AFH 2 (1909) 276-92, 412-30,
575-98.
8 STATUTA BENEDICTINA, 1336: 30 cc., nuevas leyes y varios usos monásticos, texto
sustancialmente válido, compuesto por una Comisión papal de prelados y varios Ministros
provinciales, impuesto por el Papa Benedicto XII, O. Cist. – Ediciones: BF VI 25-42; BR IV,
391-415; AFH 30 (1937) 332-86.
10 Assisienses III, 1340: 12 cc., nueva compilación sacada de las CC. De 1316, 1331, y 1337;
Gen. Geraldo Oddon, en el Capítulo de Asís 1340. – Edición AFH 6 (1013) 258-66
(variaciones).
11 Massilienses, 1343: 12 cc., texto de 1260 y nuevas normas; Gen. Fortunerio Vasalli, en el
Capítulo de Marsella 1343. – Texto perdido, Cfr. AFH 30 ( 1937) 74 y 118-9.
- - Vénetae, 1346: suplemento de 6 cc., (64 artículos) a las anteriores CC. «Massilienses»; Gen.
Vasalli, en el Capítulo de Venecia 1346. – Edición AFH 5 (1912) 699-708; Cfr. ibid 30
(1937) 74-5.
12 Lugdunenses II, 1351: 14 cc., partes nuevas (cc. 1-6) y partes copiadas de las CC.
Caturcenses 1337 (cc. 7-14); Gen. Farinier, en el Capítulo de Lyón 1351. – Edición AFH 30
(1937) 158-69, variaciones.
13 FARINERIAE. 1354: 12 cc. Óptimo texto, después de las Narbonenses, inspirado en las
Caturcenses, 1337 y Lugdunenses 1351; Gen. Guillermo Farinier, en el Capítulo de Asís
1354; a partir de este año tuvieron vigencia las Farinerias y los Estatutos benedictinos de
1336. – Ediciones BF VI, 639-55; AFH 35 (1932) 82-112, 177-221 (contiene tablas
sinópticas de las CC. de 1260-1354).
14 Martinianae, 1430: 12 cc., preparadas en el Capítulo de Asís por san Juan de Capistrano y
por el Gen. Guillermo de Casale para una más estrecha unión de los Observantes con los
Conventuales; aprobadas por Martino V, pero luego revocadas por el mismo para los
Conventuales (27-7-1430); permanecieron en vigencia para los Observantes cismontanos.
Para los Conventuales tuvieron vigencia los Estatutos de 1336 y las CC. Farinerias, ambas
solicitadas en el Capítulo de Montpellier 1446. – Ediciones BF, ns. I, 3-12, n. 4; BR IV 732-
44; Wadding, 1430, nn. 10-22 (t. X 178-87).
1469 en MF 45 (1945) 112-27; con variaciones posteriores, Roma 1517, Barcelona 1540.
16 ALEXANDRINAE, 1500: 19 cc., texto largo retomado de los Estatutos de 1336 y CC.
posteriores, varios Estatutos capitulares, Gen. Delfini, en el Capítulo de Terni de 1500,
aprobadas por Alejandro V el 7-4-1501 y confirmadas por Clemente VII el 24-9-1524;
vigentes a lo largo de ‘500. – Ediciones: Roma 1501, Barcelona 1540 (juntamente con los
Estatutos Sixtinos), Bolonia 1587.
17 Statuta Iuliana, 1508: 12 cc.; normas tratadas en el Capítulo gen. de Roma 1506 con el Gen.
Graziani, y compiladas entre 1506-08 por el coletano Bonifacio de Ceva y otros y aprobadas
por Julio II; no fueron aceptadas por la Orden, y revocadas por el Papa en 1510 y, revisadas
por fr. Bonifacio, fueron aceptadas por los Coletanos de Francia. – Ediciones: Lubeca 1509,
Buscoduci 1509; redación Bonifaciana en «Firmamenta», París 1512, P. III, ff. 1-47.
18 Constitutiones (Vénetae II), 1546: 15 cc., Gen. Fauni-Pío, en el Capítulo de Venecia 1546
(texto ya aprobado para las provincias de Venecia, Bolonia y Umbría en el Capítulo de
Spoleto 1544). – Edición: Venecia 1546 (in 8º, ff. 16 n.n.).
- - Constitutiones (Assisienses IV), 1549: 25 cc., Gen. Pásseri, en el Capítulo de Asís 1549;
nueva redacción de las anteriores pero con distinta disposición de los cc. – Edición [Venecia]
1549 (8º, ff. 8 n.n.).
21 URBANAE, 1628: 12 cc. y 168 títulos, compiladas en los Capítulos de Roma 1617, 1623,
1625, bajo los Generales Montanari, Misserotti y Franceschini, y por éstos promulgadas en el
Capítulo de Roma 1628, aprobadas por Urbano VIII el 15-5-1628. Texto excelente para la
legislación. – Ediciones: «Constitutiones urbanae Fr(atr)um Ord. Min. Conv. S. Francisci»,
Roma 1628, y varias otras ediciones hasta Asís 1803.
25 CONSTITUTIONES ORD. FR. MIN. S.P.F. CONV., 1975: con 6 cc., aprobadas por el
Capítulo de Roma 1969, revisadas en los posteriores Capítulos de Asís 1972 y 1975,
Generales B. M. Heiser y V. M. Bommarco. – Edición:
Roma 1975 (= Padua 1976), pro-ms. (8º peq., pp. 171, texto pp. 23-117).
(L.D.)
8. CONSTITUCIONES GENERALES OFMConv 285
9.
(1209 – 1978)
Capítulo Años
Electivo
S. FRANCISCO DE ASÍS, Fundador y
primer Ministro general 1209-26 ,3.10†
54. Juan Tancredi del Colle Val d'Elsa, Toscana Roma 1568,6.6- ,3.10†
10.
CAPÍTULOS GENERALES
(1217-2001)
9. MINISTROS GENERALES OFMConv 293
INDICE
ESPIRITUALIDAD ......................................................................
IV. EVOLUCIÓN CONVENTUAL HASTA 197
1517 ........................................................ 197
Hechos históricos desde 1517 hasta nuestros días .................................. 197
Provincias de la Orden a lo largo de los siglos (cuadro).......................... 199
V. ESTADO ACTUAL DE LA ORDEN (cuadro) ............................................. 200
Institutos Agregados a los Frailes Menores Conventuales ....................... 201
VI. APOSTOLADO Actividades.............................................................................. 203
1. Apostolado espiritual y 206
devocional ...................................................... 210
2. Doctrina
jerárquica ............................................................................... 215
3. Apostolado litúrgico, 215
pastoral .............................................................. 215
4. Apostolado 219
misionero .......................................................................... 226
5. Actividad científica y 230
artística ..............................................................
6. Apostolado caritativo- 235
social .................................................................. 235
237
Cap. 4. CONVENTUALES REFORMADOS – (p. Giovanni Odoardi, OFMConv) ....... 245
En Italia y en Polonia 1557-1668 ................................................................. 252
I. NOMBRE Y SU SIGNIFICACIÓN HISTÓRICA ...........................................
II. C. R. DE ESPAÑA, PORTUGAL, FRANCIA, ALEMANIA ........................... 261
III. C. R. DE ITALIA Y DE POLONIA............................................................... 261
1. Comienzos y normas de 261
vida ............................................................... 265
2. Evolución y 268
conventos ......................................................................... 273
3. Supresiones ........................................................................................... 275
4. Hombres ilustres ................................................................................... 276
279
Cap. 5. FRAILES MENORES – (p. Lorenzo Di Fonzo, OFMConv) ..................................
I. IMPOSICIÓN Y SIGNIFICADIO DEL NOMBRE (1202-23) ...................................... 281
Uso histórico del nombre a partir de 1202 hasta el presente ................................
II. USO DEL NOMBRE, A PARTIR DE 1202 HASTA 285
1517 ......................................
III. DE 1517 HASTA 292
1897 ........................................................................................
IV. DE 1897 HSTA
HOY ..........................................................................................
ii
() Ministros generales Aviñoneneses y Pisanos, durante el Cisma papal 1378-1417:
Generales Aviñonenses
1. Ángel de Spoleto, senior, Umbría
2. Juan de Chevegneyo, iunior, Borgoña:
Breve de Clemente VII
3. Juan Amici, Turonia (¿General?)
4. Juan Bartolini (Bartholin)
---
---
Aviñón
---
1.10.1379-90†
8.5.1391-1400†
aprx.1400-03.7, obisp.
9.1403-17,26.7
1409-15,4.7
iii
() Se le asigna el n. 29ª para el II Generalado (de hecho no resulta en los antiguos cronistas), a fin de salvaguardaqr la serie
numérica tradicional de los Generales; en lugar del dudoso Guillermo Giannetti(ni) de Suvereto, Toscana (¿Vic gen.?
1409†1414), ha sido ocupado por el verdadero Gen. 29: Antonio de Cascia. (Para los antiguos: 28. Vinitti 1405-08. Giannetti
1408-09; - Vinitti 1409-20; 30. Salvetti 1421-23).
iv
() Durante el Cisma de Basilea y bajo el antipapa Félix V: ps. General para Alemania y Suiza era el p. Matías Doering
(provincial de Sajonia, 1427-61), elegido en el pseudo Capítulo de Berna y confirmado en el Conciliábulo de Basilea: General
1443 (†1469).
v
() Capítulos trienales, según manda la Regla (c. 8), y posteriormente según mandan las Constituciones (1239 y 1260), hasta 1617. Para los pocos
Capítulos celebrados fuera de Pentecostés, al año se le añade la fecha especial.
vi
() Los Capítulos de las Obediencias Aviñonense y Pisana, durante el Cisma papal (1378-1417) son:
Obediencia Aviñonense (1378-1417):
1.
2
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.1379, 1.10
1394
1397
1400
1403, c.9
1406
1409
1412
1415
1416Nápoles
París
Ginebra
Perpignan
Montpellier
¿Narbona? 1
¿?
¿?
Aviñón
Narbona 2
Narbona 3
Burgos
Pamplona
ZaragozaÁngel de Spoleto
Juan de Chevegneyo
¿Juan Amici?
Juan Bartholin
Clemente VII
Breve 8.5.1391
Benedicto XIII