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ACTIVIDAD N° 1

HABEAS CORPUS
I. CUESTIONES TEÓRICAS A DILUCIDARSE EN EL PRESENTE CASO:
1. ¿Procede cuestionarse a través del Habeas Corpus la concurrencia o
no de los presupuestos legales establecidos en el artículo 268 del CPP,
para el dictado de la medida cautelar de prisión preventiva?
La concurrencia de ciertos presupuestos materiales (artículo 268 del Código
Procesal Penal) –sin soslayar las formales–, como sospecha grave, es decir,
una alta probabilidad de la comisión de un delito y su vinculación con el sujeto
sospechoso, asimismo la sanción penal a imponerse en una eventual sentencia
debe ser superior a cuatro años de pena privativa de libertad, la constatación
del peligro procesal, y que esta debe ser concreto, no abstracto.
Como puede observarse, para la adopción de la medida de prisión preventiva
implica, que en la mente del representante del Ministerio Público, y del Juez de
Investigación Preparatoria, una alta probabilidad de condena efectiva del sujeto
indiciado, vale decir, que permanecerá internado en el establecimiento
penitenciario, al menos por un periodo superior a cuatro años, claro está, que
deben cumplirse con los presupuestos formales y materiales –siendo el
principal el peligrosismo procesal–. Desde ya, como viene ocurriendo en
algunos casos, los presupuestos materiales para la concesión de la prisión
preventiva pueden variar, la que dará lugar a la cesación, y la imposición de
medidas alternativas, entre estas, la comparecencia con restricciones.
Si lo afirmado fuera así, y debiera serlo. Como explicar, al menos para el
infrascrito (Juez Constitucional) y seguro estamos para ustedes, los datos
alarmantes y de carácter oficial brindados en forma mensual por el INPE( ), en
la que nos informan de la absolución de un considerable número de
ciudadanos privados de libertad, se entiende provisionalmente sin condena
firme.
2. ¿Establecer la diferencia en su actuación y función de la
JURISDICCION ORDINARIA y LA JURISDICCION CONSTITUCIONAL en
relación a la prisión preventiva?
También se llama fuero común. Es la jurisdicción principal en razón de la
amplitud de su radio de acción, de su labor permanente y del rol que cumple en
la tarea de administrar justicia en el país. Tiene sus propios principios, objetivos
y características, así como su organización, previstos y propuestos por la
Constitución del Estado y de su Ley Orgánica. Está representada, pues, por el
Poder Judicial.
Los principios que más identifican a esta jurisdicción son los de unidad y
exclusividad y el de independencia.
Efectivamente, la jurisdicción ordinaria concentra todas las especialidades de la
labor jurisdiccional, a diferencia de lo que acontecía en décadas anteriores, que
co-existía con fueros privativos como el agrario y el de trabajo. Precisamente
por mandato de la Constitución, no existe ni puede establecerse jurisdicción
alguna independiente o separada del Poder Judicial con excepción de la militar
y la arbitral. En función de esa exclusividad no están permitidos procesos
judiciales por comisión o delegación.
El otro principio llamado a cumplir con una augusta administración de justicia,
es el de la independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional. Aunque
este postulado en buena parte de la realidad no se cumple, por las
interferencias y presiones políticas derivadas del subsistente sistema de
nombramiento de los jueces y de la propia organización del poder judicial y de
su dependencia del Poder político, es un propósito que la ciudadanía aspira y
espera.
En esta materia no hay ausencia de normas. Las hay en el más alto nivel como
es el constitucional, tal es la contenida en el artículo 139º inciso 2), segunda
parte, que a la letra dice:”Ninguna autoridad puede avocarse a causas
independientes ante el órgano jurisdiccional ni interferir en el ejercicio de sus
funciones. Tampoco puede dejar sin efecto sus resoluciones que han pasado
en autoridad de cosa juzgada, ni cortar procedimientos en trámite, ni modificar
sentencias ni retardar su ejecución...''.
La jurisdicción constitucional es aquella parte de nuestra disciplina que,
teniendo como presupuestos la supremacía jerárquica de la Constitución sobre
cualquier otra norma del sistema jurídico y la necesidad de someter el ejercicio
de la fuerza estatal a la racionalidad del derecho, se ocupa de garantizar el
pleno respeto de los principios, valores y normas establecidas en el texto
fundamental. Dentro de la jurisdicción constitucional es donde se ejerce la
actividad del control constitucional. Por ende, viabiliza la utilización del conjunto
de procesos que permiten asegurar la plena vigencia y respeto del orden
constitucional, al cual se encuentra sometido toda la normatividad que emane
de los poderes constituidos y la conducta funcional de sus apoderados
políticos.

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