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Alfredo Parés Salas

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Alfredo IParés Salas
Abogado
Inpreabogado N" 9 1.079

JURISPRUDENCIA
SOBRE
ACTOS ADMINISTRATIVOS
(1980-1993)

Colección Jurisprudencia
N°7

EDITORIAL JURJDICA VENEZOLANA


Caracas, 1998
IL ACTOS EMANADOS DE AUTORIDADES LEG1SLATIVAS.

CSJ-SPA
13-12-83
MagistJado Ponente: René De Sola
RDP, .\l 0 17, enero-marzo 1984, pp. 174
Las Asambleas Legislativas pueden dictar actos administrativos.
En su aludido escrito, la Asamblea Legislativa del Estado Zulia ha alegado la
inadmisibilidad del recurso de nulidad intentado, con base en lo dispuesto en el
ordinal29 del artículo 124 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia y
en razón de no haber agotado el recurrente la vía de la reconsíderación adminis-
trativa.

La Sala observa:

Salvo la invocación de la norma referida, la Asamblea Legislativa no ha señala-


do ninguna otra disposición legal en virrud de la cual el impugnante debía haber
ejercido pn.:viamcnlc un recurso de rcconsidcración del acto por la propia
Asamblea Legislativa.

El recurso de reconsideración administrativa está previsto en nuestra legislación


para los actos propiamente administrativos regidos por leyes, especiales o bien
actualmente por la Ley Orgárüca de Procedimientos Administrativos. Pero, por

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una parte, las Asambleas Legislativas, si bien en algunos casos pueden producir
actos administrativos (como el nombramiento de tm funcionado en sus depen-
dencias administrativas), no son ellas entidades pública¡, sometidas a la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos y, por otra parle, la elección del
Contralor y Sub-Contralor del Estado constituye un acto mstítucional compren-
dido dentro de los des tinados a la organización de las altas autoridades de dicha
entidad federal, de acuerdo con precisos tém1ínos de su propia Constitución.

CSJ-SPA
31-10-91
Caso: Fommato Hemánde:: vs. Conce;o Municipal del Municipio Torre!>
del Estado Lara
Magistrado Ponente: Roman J. Duque Com:Jor
RDP, N" 48, octubre-diciembre 1991. pp. 1 19-120

Los actos d.ictados por los Concejos Municipales en ejercicio de fun-


ciones a dministrativas son actos administrativos.

En segundo término. observa la Sala, que la decisión cuya nulidad se solicita fue
dictada por un Concejo Municipal en ejercic10 no de función legislativa, sino
administrativa. independientemente de su legalidad. de cnlificar a sus miembros.
Es decir, se trata e¡1 atención a la defimción contenida en el articulo 7° de la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos de un verdadero acto administrati-
vo. Además, según Jo establecido en el articulo 181 de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia, puede caliticarse por su origen. de un acto adminis-
trativo de efectos particu lares. emanado de una autoridad municipal, que de
acuerdo a lo pre\'isto en e l artículo 5° de la Ley Orgánica de Régimen Munici-
pal, por referirse a un asunto particular, también pu~;de calificarse de Acuerdo.

lll. ACTOS EMANADOS DE AUTORIDADES JUDICIALES

CSJ-SPA
26-05-81
Magistrado Pone.nte: René De Sola
RDP, W 7.julio-septicmbre 1981. pp. 149

Los órganos jurisdiccionales pueden producir actos administrativos.

No puede negar esta Sala la tesis por ella mism.a sostenida en diversos fallos de
que no son los órganos de la administración pública los unicos que pueden dic-
tar un acto administrativo. También un órgano ju r isdiccion:~l es capa?: de p rod u-
cir un acto administrativo, por ejemplo, entre otros casos, cuando nombra o
remueve sus funcionarios administrativos.

El problema. en consecuencia, radica en establecer cuál es la verdadera natura-


leza de la dcclSlón dictada por un nibunal en ejerclc10 de la facu ltad que le
acuerda el artículo 290 del Código de Comercio.

114
CPCA
04-04-83
Magistrado Ponente: Román J. Duque Conedor
RDP, N" 14, abril-junio 1983. pp. 159-160
Los actos que se dicten en ejercicio de las facultades disciplina rias y
correccionales contempladas en los Arts. 115 y 116 de la Ley Orgáni-
ca del Poder J udicial, son actos administrativos.
En el presente caso, se trata de una dec1sión emanada de un Juez, en ejercicio de
la facultad correccional que le aLribuye el artículo 116 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial, mediante la cual se impuso al demandante un arresto de ocho
días. Aunque no se trata el autor del acto de w1 órgano de la Administración
Pública, sino del Poder Judicial, sin embargo, por su contenjdo funcional , dicha
decisión correccional constituye un acto administrativo. En efecto, los órganos
de dicho Poder cuando ejercen las facu ltades disciplinarias y correccionales
contempladas en los a1ticulos 115 y 116 de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
ejercen ftmciones administrativas. y los actos que dicten en ejercicio de estas
facultades son actos administrativos y no judiciales, que se traducen en sancio-
nes policiales de arresto. En estos supuestos el Juez, como órgano del Poder
Público, no ejerce la fu nción jurisdiccion::t l, que en ese11cía consiste en la resolu-
ción de controversias entre las parl\.:s, en la cual acrúa como un tercero, para
declarar el dcrcchn aplicable, sino que es un verdadero sujeto de derechos, como
titular de intereses públicos, que entra en relación con los particulares precisa -
mente mediante el l!jcrcicio de esas facultades disciplinarias y correccionah.:s.
No cabe duda, pues. que el acto cuya nulidad se pretende es un acto de naturale-
za administrativa y no judicial, y por ello, a tenor de lo dispuesto en el articulo
206 de la Constiluóón en concordancia con los artículos 2°; 42, ordinales 11° y
34°; 43; 121 y 185, ordinal 3", de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justi-
cia, el control de su constitucionalidad y legalidad, como actos del Poder Públi-
co, corresponde a la Sala Politjco Administrativa de la Corte Suprema de Justi-
Cia y a esta Corte Primera de lo Contencioso AdministratiVO, respectivamente,
según los casos. Pero además de Jo anterior, el acto objeto de la presente de-
manda de nulidad, es de efectos paniculares por su caracl'erística de temporali-
dad, de ser individual, y por carecer de contenido normativo.

CSJ-SPA
19-07-84
Magistrado Ponente: Josefina C'alcaño de Temeltas
RDP, ~" 19, JUlio-septiembre J9g4, pp. 122-124
Las medidas tomadas por los úrganos del Poder Judicial relativas a
la administración de su personal, a la organización del tribunal, al orden
y respeto en el recinto de lvs trihunales son de naturaleza administrativa.

1) Naturaleza jurídica de las medidas disciplinarias dictadas por los Jueces.


En sentencia de fecha 7 de noviembre de 1967, pronunciada con motivo de tma
consulta elevada a la consideración de la Corte por el Fiscal General de la Re·

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pública, acerca de 1& inteligencia, alcance y aplicación del parágrafo único del
artículo 4° de la Ley Orgánica del Poder Judicial en cuanto se refiere a la juris-
dicción correccional y en conexión con el ordinal l 0 del artículo 116 y con los
artículos 117 y 118 de la misma, este Supremo Tribunal emitió Jos conceptos
que parcialmente se transcriben a continuación;

"Las atrib uciones disciplinarias y correccionales que el derecho positi-


vo atribuye a algunas autoridades en los d iferentes niveles de la Admi-
nistración Pública constituyen una jurisdicción diferente, aunque en
cierto modo similar a la que concspondc a los tribunales penales. Esta
jurisdicción, llamada a veces, indistintamente, disciplinaria o correcti-
va, consiste en la potestad de juzgar e imponer sanciones a func ionarios
o a empleados subalternos por faltas cometidas en el desempeño de sus
funciones, o a los particulares que no se comporten debidamente en
actos oficiales, o que itrespeten la majestad de los poderes públicos con
actos dirigidos contra los organismos o personas que los ejercen.

"La jurisdicción correccional y d isciplinaria ha sido legalmente recono-


cida a los jueces desde la antigüedad, no sólo por la jerarquía que les
corresponde en sus respectivos Tribunales, sino por estar obligados a
actuar, de ordinario, eh forma püblica, y en razón de que la naturaleza
de sus fu1Jciones exige que se les dote de los poderes necesarios para
desempeñarlas con entera libertad, y para hacer respetar por s us subor-
dinados, las partes que ante ellos actúan y la ciudadanía en general, la
autoridad de que están investidos.

"En nuestro país la potestad disciplinaria o correccional de los órganos


jurisdiccionales ha sido consagrada en códigos y leyes desde los prime-
ros tiempos de la República, pero sólo a partir de la nacionalización de
la administrac ión de justicia se ha intentado reglamentaria en forma
sistemática en un título especial de la Ley Orgánica del Poder Judicial
bajo el rubro "De las sanciones conectivas y disciplinarias", cuyas dis-
posiciones desarrollan el principio más general establecido al fina l del
parágrafo único del artículo 49 del citado instrumento legal.

"Dicho mtícu lo dispone que corresponde al Poder Judicial intervenir en


los asuntos no contenciosos y decidir las causas penales, civiles o de
cualquier otra naturaleza que les sean atribuidos; ~íccuta r o hacer eje-
cutar sus decisiones en conformidad co11 la ley; y ejercer atribuciones
correccionales y disciplinaraas sei'i.aladas por e.lla.

"Este último párrafo y otms disposiciones sobre la materia sirven de


base a una distinción según la cual la jurisdicción correctiva se refiere a
los particulares, en tanto que la disciplinaria se extiende a los jueces,
fiscales, defensores públicos y otros funcionarios o empleados que son
auxiliares o forman par!e de la administración de justicia.

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"La Corte acoge esta distinción por considerarla doctrinalmente co-
rrecta y útil desde el punto de vista práctico, pero estima necesario ad-
vertir que al valerse de las expresiones correctiva o correccional o dis-
ciplinaria para calificar otros vocablos, el legislador no procede siem-
pre teniendo en cuenta todas las consecuencias que pueden derivarse de
tan rigurosa diferenciación. Prueba de ello es que el artículo 116 esta-
blece que los Tribunales "tienen jurisdicción para imponer sanciones
correctivas y disciplinarias" a los particulares, a las partes y a los fun-
cionarios o empleados judiciales, lenguaje que si bien permite afirmar
que el legislador prevé dos clases de sanciones diferentes, también hace
posible suponer, erradamente, que unas y otras puedan aplicarse a to-
dos los sujetos a que se refiere la mencionada norma legal.

"... Están sujetos a la jurisdicción correctiva de los Tribunales quienes


cometan algunas de las infracciones previstas por la Ley en sus artícu-
los 116 (ordinal1°), 117, 118 y 119. Dichas infracciones pueden con-
sistir en desórdenes, tumultos o manifestaciones de censura o aproba-
ción en el recinto de los Tribunales (artículo 117); faltas al respeto y al
orden debidos en los actos judiciales (ordinal 1°, artículo 116); irrespeto a
los funcionarios o empleados judiciales, a las partes que ante ellos actúen
o a quienes la asistan o representen en estrados (artículos 118 y 119); yac-
tos que impidan, interrumpan o perturben el normal desarrollo del trabajo
en las oficinas o dependencias de los Tribunales (artículo 118)".

Pasa luego la Corte a describir las sanciones correspondientes a cada una de las infrac-
ciones señaladas (expulsión del recinto del tribunal, multas, arresto, etc.) y añade:

"por su propia naturaleza, la jurisdicción correctiva corresponde en ca-


da Tribunal al respectivo Juez, quien debe tomar las medidas y aplicar
las sanciones que el caso requiera, en el acto mismo en que se cometa
la infracción o al tener conocimiento de ella, sin estar obligado a oír
previamente al transgresor ni a cumplir otro trámite que retarde la eje-
cución de aquellas. La Ley no concede apelación ni otro recurso que el
de reconsideración contra tales decisiones, pero quienes la dicten pue-
den ser sancionados disciplinariamente por abuso de poder o extrali-
mitación de atribuciones en conformidad con el ordinal 3° del artículo
125 de la Ley Orgánica del Poder Judicial".

No entró la Corte en ese fallo de 1967 - por no ameritarlo para la solución del
caso concreto- al análisis específico del carácter o la naturaleza jurídica de las
decisiones que dictan los jueces en materia disciplinaria o correctiva.

Para esta Sala, el desarrollo del contencioso-administrativo en Venezuela, inspi-


rado en las más actualizadas doctrinas administrativas, así como la presencia de
los instrumentos jurídicos que lo orientan o regulan (Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia, Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos), permite
establecer a la hora actual que dichas decisiones conforman una especie de la

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categoría genénca de actos administrativos, porque, a través de tales providen~
cías, el tribunal actúa, no en ejercicio de la función jlmsdiccional que le es pro-
pia, sino en función admin istrativa. En efecto, tanto la doctrina como la juris-
prudencia reconocen que cuando los órganos del Poder Judicial toman alguna
medida relativa a la administración de su personal (v.gr. nombramiento, destitlt-
ciones, permisos, etc.), o a la organización del tribunal (reglamentos), o al orden
y respeto en e l recinto de los tribunales (sanciones correctivas o d isciplinarias),
no están resolviendo una controversia entre partes declarando el derecho aplica-
ble con fuerza de verdad legal (función jurisdiccional), sino actuando corno
sujetos de derecho en una determinada relación jurídica, corno gestores del ínterés
público y, por consiguiente, las declaraciones de voluntad que emitan en cualquiera
de los supuestos anotados, son de naturaleza administrativa y no jurisdiccional.

Con arreglo a esta interpretación, en el caso de autos la medida de arresto dicta-


da por el Juez Cuarto de Primera Instancia en lo Penal contra el ciudadano Alí
Quiñones Medina, constituye tm acto administrativo de efectos particulares emanado
de un órgano judicial. Tratándose entonces de un acto administrativo el mismo
no está excluido. al igual que ningün otro acto administrativo según retiradameote
lo tiene establecido este Supremo Tribunal, del control que sobre tales actos
ejerce la jurisdicción contencioso-administrativa, a tenor de lo previsto en el
artículo 206 de la Constitución.

Por tanto, habiendo sido demandada la nulidad de dicho acto y no el enJtllCia-


miento del autor del mismo, no son aplicables al presente caso las normas pena-
les invocadas por el Juez Sustaneiador para sostener la inadnúsibilidad del re-
curso. Así se declara.

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