Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PRESUPUESTOS PROCESALES
Son aquellos requisitos sin los cuales no se constituye una relación procesal válida; cuya ausencia
deja al trámite seguido como un proceso inválido. Estos son:
COMPETECIA DEL JUEZ:
Como se ha visto anteriormente la jurisdicción se considera como el poder genérico de
administrar justicia, dentro de los poderes y atribuciones de
la soberanía del Estado; competencia es precisamente el modo o manera como se ejerce esa
jurisdicción por circunstancia concretas de materia, cuantía, grado, turno, territorio imponiéndose
por tanto una competencia, por necesidades de orden practico. Se considera, entonces, tanto como
facultad del juez para conocer en un asunto dado, como también el conflicto que puede existir por
razón de competencia, como es el caso de conflicto o cuestiones que pueden darse al respecto.
La jurisdicción es el genero, mientras que la competencia viene a ser la especie todos los jueces
tienen jurisdicción, pues tienen el poder de administrar justicia, pero cada juez tiene competencia
para determinados asuntos.
CLASIFICACION DE competencia.-
Siendo el principio de legalidad el determinante de la competencia; en los Arts 6 y 7 del Código
Procesal Civil vigente los que señalan la irrenunciabilidad y la indelegabilidad de las mismas
salvo casos expresamente previstos en la ley o en sus convenios internacionales respectivos.
Los criterios para fijar competencia según el C.P.C son:
Materia
Territorio
Cuantía
Grado
Conexión entre los procesos.
Competencia por razón de materia.-
Este factor se determina por la naturaleza de la pretensión procesal y por las disposiciones legales
que la regulan, resto es, se toma en cuenta la naturaleza del derecho subjetivo hecho valer con la
demanda y que constituyen la pretensión y norma aplicable al caso concreto.
Competencia por razón de territorio.-
La razón de ser de este tipo de competencia es la circunscripción territorial del juez recogiendo el
vigente CPC el criterio subjetivo y objetivo; en primer caso tiene en consideración el domicilio
de la persona o litigante demandado o por excepción demandante, como por ejemplo en procesos
sobre prestaciones alimenticias. En el segundo prima el organismo jurisdiccional de la sala o
tribunal como por ejemplo las salas de la corte suprema tienen competencia en toda la republica,
en tanto que una sala superior solo en el distrito judicial correspondiente y un juzgado
correspondiente y un juzgado de provincia tan solo ella.
Sin embargo este criterio territorial es flexible y relativo, admite por convenio que sea prorrogado,
a diferencia del criterio anterior que resultaba inflexible y absoluto.
El nuevo CPC contiene en relación al criterio de competencia territorial que tratándose de
personas naturales:
- Si el demandado domicilia en varios lugares, pude ser demandado en cualquiera de ellos.
- Si carece de domicilio o este es desconocido, es competente el juez del lugar donde se
encuentre o del domicilio del demandante, a elección de este ultimo.
- Si domicilia el demandado en el extranjero, es competente el juez del lugar del ultimo
domicilio que tuvo en el país.
Tratándose de personas jurídicas regulares demandadas es el juez competente el del lugar en que
la demanda tiene su sede principal sobre disposición legal en contrario y si tiene sucursales en el
domicilio principal o ante el juez de cualquiera de esos domicilios.
Para casos de personas jurídicas irregulares o no inscritas es el juez competente el del lugar en
donde se realiza la demanda.
Hay, así mismo, reglas para los casos de sucesiones demandadas, estableciéndose sobre el
particular que es el juez competente el del lugar en donde el causante haya tenido su ultimo
domicilio en el país señalándose que esta competencia es improrrogable.
Tratándose de expropiación de bienes inscritos es juez competente el del lugar en donde el
derecho de propiedad se encuentra inscrito y si se hallare escritos el juez donde se halle el bien
situado
En casos de quiebra y concurso de acreedores, si se trata de comerciantes, el juez del lugar donde
el comerciante tiene su establecimiento principal. Si no fuera comerciante, el juez del domicilio
del demandado
Si se tarta del Estado como demandado y no teniendo este privilegios de antaño en que solo podía
serlo ante jueces civiles de la Capital de la Republica, si el conflicto de intereses tiene su origen
en una relación jurídica de derecho publico, es juez competente el del lugar donde tiene su sede
la oficina o repartición del Gobierno central , Regional o Local.
Si tiene su origen el conflicto de intereses en una relación jurídica de derecho privado, se aplicara
las reglas generales de la competencia por razón de territorio.
Si se tarta de órgano constitucional autónomo o contra funcionario publico que hubiera actuado
en ejercicio de sus funciones, se aplicaran las normas anteriores.
La competencia para títulos de ejecución (Art. 713) si se trata de ejecución de resolución judicial
firme (Art. 714) se ejecutan ante el juez de la demanda.
Sin embargo, como se homologa a los "laudos arbítrales firmes" tal ejecución en caso de
incumplimiento y teniendo el juez exclusivamente "Ius Imperium" Será competente el juez
especializado civil del lugar donde se deba ejecutar y funcionando la mesa de partes única como
sede en la Capital de la Republica el que por racionalización resulte pertinente ya que el factor
anterior del "turno" ha sido eliminado.
Finalmente dentro del criterio de la competencia territorial, tratándose de procesos no
contenciosos, es juez competente el del lugar del domicilio de la persona que lo promueve o en
cuyo interés se promueve salvo disposición legal a pacto en contrario.
Competencia por razón de cuantía.-
El criterio de la cuantificación del asunto o conflicto de intereses para fijar la competencia, abarca
de un lado de la cuantía propiamente dicha y de otro procedimiento en que se debe sustanciar el
caso en concreto.
Tratándose de sumas de dinero el índice de la Unidad Referencial Procesal (URP) determina que
hasta 50 URP es de competencia del juez de paz; sumas superiores corresponden a los jueces
especializados civiles.
Sin embargo como los procesos de conocimiento se subdividen en :
De conocimiento propiamente dicho cuando la estimación patrimonial sea mayor a las 300 URP
Abreviado si la estimación patrimonial es mayor de 50 URP pero inferior a los 300 URP
Sumarísimos en relación a la cuantía según disposiciones que el CPC señala al respecto
La cuantía también es factor de competencia en los procesos ejecutivos y el índice referencial esta
referido a montos inferiores o superiores a las 50 URP
También para loa procedimientos no contenciosos se tiene en cuenta tal limitación cuantitativa
referencial.
Competencia por razón de grado.-
Denominado este criterio competencia funcional se relaciona con el nivel o jerarquía de los
organismos jurisdiccionales pues existen juzgados de primera instancia o especializados civiles;
Salas Civiles o mixtas de las cortes superiores (segunda instancia) y las salas civiles de la Corte
Suprema que con fines exclusivamente académicos llamamos "tercera instancia" que ejercen su
función dentro del marco de las otras competencias.
Por lo general están considerados gradualmente y órganos superiores revisores y no originarios,
pero para ciertos asuntos como el caso de las acciones contenciosas administrativas
y responsabilidad civil (de índole indemnizatorio) son originarias.
La Ley Orgánica del Poder Judicial al respecto resulta conveniente consultarla y prioritariamente
la Constitución Política en cuanto a la organizaciónbásica del Poder Judicial se refiere.
Competencia por razón conexión. -
Tanto respecto de las "pretensiones" conexas por razón de litis consorcio o entre una principal y
otras accesorias, se presentan los casos que el principio de legalidad deba normarse cual es el juez
competente.
El juez que debe conocer de los procesos a acumular también resulta de interés para analizar la
competencia por razón de conexión.
En todos estos casos orientan los principios de economía procesal y unidad de criterio con la que
deben resolverse los asuntos conexos .
Antes de ocuparnos de los cuestionamientos de la competencia , debemos señalar que el nuevo
CPC no regula ya como factor de competencia el criterio del turno tan conocido antes en Lima y
las principales ciudades del país, se ve el funcionamiento de una mesa de partes única; se trata de
una racionalización interna y los medios informáticos y los medios informáticos así permiten así
eliminar un régimen no compatible ahora con los cambios tecnológicos vigentes contemporáneos
en la Administración de Justicia y al Proceso Civil.
CAPACIDAD PROCESAL.
1. Capacidad.
Messineo –citado por Carlos Matheus- escribe que el principal atributo de la personalidad del
sujeto y de su existencia para el derecho, está constituido por su capacidad jurídica o capacidad
de derecho, que es la aptitud o idoneidad para ser sujeto de derechos subjetivos en general.
En este sentido, la capacidad jurídica la tiene toda persona, sin necesidad de que esté dotada de
una voluntad reflexiva.
La capacidad es la aptitud o posibilidad de ser partícipe de todas las situaciones jurídicas
contempladas en el derecho positivo, y se adquiere con el nacimiento e inclusive con la
concepción, pues el concebido es sujeto de derechos para todo cuanto le favorece, aunque la
atribución de derechos patrimoniales está condicionada a que nazca vivo (Art. 1 del C.C.).
1.1. Clases de Capacidad.
a. Capacidad de Goce. - Esta clase de capacidad viene a ser la posibilidad o habilitación para ser
titular de relaciones jurídicas y es inherente a toda persona humana, sin distinción.
b. Capacidad de Ejercicio. - Constituye la aptitud para ejercer derechos y ser sujeto de
obligaciones por uno mismo, es decir, sin ser asistido por otro individuo.
Fernández Sessarego la entiende como la posibilidad o aptitud del sujeto de derecho de ejercer
por sí mismo los derechos de que goza en cuanto persona.
REQUISITOS DE LA DEMANDA.
La demanda es la plasmación objetiva del derecho de acción, cuya finalidad es pedir, a la
autoridad jurisdiccional competente, resuelva la pretensión basada en un conflicto de intereses o
incertidumbre jurídica. Por la demanda se ejercita la acción; es el medio procesal para hacerlo.
La demanda, como primer acto procesal, tiene una trascendental importancia en el desarrollo de
la relación jurídica procesal. Ese, su carácter principal, de tantas proyecciones en el proceso,
explica y justifica las exigencias del contenido y forma que prescribe la ley, en ella, para admitirla
como tal. Debe de observarse, entonces, los requisitos generales y específicos según corresponda,
así como los anexos respectivos, los que serán calificados por el Juez.
Juan Morales Godo, manifiesta que es indudable que, conforme a las reglas del Código Procesal
Civil, la redacción de una demanda debe efectuarse con la mayor claridad, precisión y estudio,
por cuanto los hechos y las pretensiones no se pueden modificar una vez que el demandado ha
sido emplazado (notificado con la demanda). Por el principio IURA NOVIT CURIA, el Juez solo
puede aplicar la norma jurídica pertinente, mas no puede modificar los hechos y las pretensiones.
El actor debe asumir las consecuencias de las omisiones o negligencias cometidas, así como la
posibilidad del rechazo de la demanda por incumplimiento de algunas de las formalidades
establecidas.
En conclusión, es de suma importancia que la demanda se haga bien; que sea ordenada, precisa,
coherente; así no será complicada la interpretación que, de ella haga, en su oportunidad, el Juez.
Con la enumeración taxativa de los requisitos en la ley procesal se busca que la demanda no sea
oscura ni irregular. Los artículos 424 y 425 del Código Procesal Civil contienen los requisitos y
anexos respectivamente, que deben presentarse en y con la demanda. Los primeros son los
elementos intrínsecos que deben estar presentes en toda demanda, y los segundos son los
documentos que se agregan a la demanda, a fin de cumplir, en forma conjunta, con los requisitos
de admisibilidad y procedencia.
Los requisitos de la demanda tienen como antecedente el articulo 306 del Código de
Procedimientos Civiles de 1912. Los requisitos señalados en el articulo 424 del Código Procesal
Civil son mucho mas detallistas y minuciosos, que lo indicado por el código adjetivo derogado,
pues indican el orden inicial y final de una demanda.
Antes de desarrollar cada uno de los requisitos de la demanda, es necesario mencionar que esta,
como todo escrito que se presenta al proceso, se sujeta a una serie de reglas precisadas también
por el Código Procesal Civil en sus artículos 130 y 131, por los cuales el escrito que se presente
al proceso se sujeta a las siguientes regulaciones:
- es escrito en maquina de escribir u otro medio técnico;
- se mantienen en blanco un espacio no menor de tres centímetros en el margen izquierdo y
dos en el derecho;
- es redactado por un solo lado y a doble espacio;
- cada interesado enumerara correlativamente sus escritos;
- se sumillará el pedido en la parte superior derecha;
- si el escrito tienen anexos, estos serán identificados con el numero del escrito seguido de
una letra;
- se usa el idioma castellano, salvo que la ley o el Juez, a pedido de las partes, autoricen el
uso del quechua o del aymara;
- la redacción será clara, breve, precisa y dirigida al Juez del proceso y, de ser el caso, se
hará referencia al numero de la resolución, escrito o anexo que se cite; y
- si el escrito contienen OTROSIES o fórmulas similares, estos deben contener pedidos
independientes del principal.
Además, los escritos serán firmados, debajo de la fecha, por la parte, tercero legitimado o abogado
que lo presenta. Si la parte o tercero legitimado que lo presenta no sabe firmar pondrá su huella
digital, la que será certificada por el auxiliar jurisdiccional respectivo.
Tenemos también la Resolución Administrativa Nº 014-93-CE-PJ, que señala por una parte, las
mismas formalidades de los artículos 130 y 131 del Código procesal Civil, y por otra parte, agrega
requisitos como que: a)el escrito debe presentarse en hoja de papel tamaño A4; b) que en la parte
superior derecha de los escritos, se indicará en orden descendente el nombre del secretario, si es
el caso; numero del expediente; cuaderno del expediente en el que el escrito se presenta;
numeración del escrito que sucesivamente se presenta( esta ultima se encuentra en el articulo
130.4 del Código Procesal Civil).
De lo mencionado, debemos decir que es imperativo que la demanda debe ser presentada de
acuerdo a las reglas del Código Procesal Civil y de la R.A. 014-93-CE-PJ.
Para comprender de una mejor manera los requisitos dela demanda señalados en el articulo 424
del Código Procesal Civil, los desarrollaremos por incisos
CONDICIONES DE LA ACCIÓN
Son requisitos necesarios para que una pretensión procesal hecha valer con la demanda
sea objeto de pronunciamiento válido sobre el fondo por el Juez. Frente a la ausencia de
un presupuesto procesal de fondo, el Juez deber á inhibirse de pronunciarse sobre el fondo
del asunto, emitiendo, así, una sentencia inhibitoria. Son:
Interés para obrar: Permite identificar cuando el demandante precisa o necesita de una
declaración judicial para evitar un daño jurídico. Debe ser cierto y actual.
Legitimidad para obrar: (legitimatio ad causem) Es aquella condición jurídica en que se
halla una persona con relación al derecho que invoca en juicio, ya sea en razón de su
titularidad o de otras circunstancias que justifican su pretensión. En otros términos,
consiste en la autorización que la ley otorga a una persona para ser parte de un proceso
determinado por su vinculación específica con el litigio.
Voluntad de la ley: Se refiere a que la pretensión tenga sustento en un derecho tutelado
por la ley.
Si una condición de la acción fuera omitida o se hubiera presentado de manera defectuosa,
el juez no podrá expedir sentencia respecto a la pretensión discutida debido a un defecto
procesal que se lo impide; es decir, si el Juez advierte el defecto ola omisión debe declarar
en la sentencia que no puede pronunciarse sobre el fondo y señalar cuál condición de la
acción ha sido omitida o se ha presentado de manera defectuosa, a fin de que el interesado
pueda intentar un nuevo proceso. Estas sentencias que no se pronuncian sobre el fondo se
conocen como “sentencias inhibitorias”.
- Notificación personal.
1. La primera notificación a los sujetos procesales a los que se refiere El Código se realizará en
forma personal, salvo que hayan señalado domicilio procesal o lo tengan prefijado ante el
Ministerio Público. En el caso de personas jurídicas, la primera notificación se realizará en el
domicilio que deberá indicar el representante legal.
1. Las resoluciones que se dicten en el curso de una audiencia o diligencia serán notificadas en
forma oral.
2. Para estos efectos, se considerarán notificados a aquellos sujetos procesales que hayan sido
debidamente citados y cuya concurrencia haya sido ordenada como obligatoria, aunque no
concurran a dicha diligencia.
1. La notificación por exhorto se realizará respecto a los sujetos procesales que domicilien
fuera de la competencia territorial del Juzgado.
2. En el caso que la persona a notificar se encuentre dentro del país, el exhorto será enviado al
órgano jurisdiccional más cercano al lugar donde se encuentra, pudiéndose usar cualquiera de
los medios técnicos previstos en el presente reglamento
3. En el caso que la persona a notificar se encuentre fuera del país el exhorto será diligenciado
en la forma establecida por los tratados y costumbres internacionales o, en su defecto, por El
Código y las demás leyes.
3. En los casos de notificación por edicto, de oficio o a pedido de parte, el órgano jurisdiccional
puede ordenar que además se realice por radiodifusión. Las transmisiones se harán por una
emisora oficial o las que se determine en cada Corte Superior. El número de veces que se
anuncie será correspondiente con el número respecto de la notificación por edictos. Esta
notificación se acreditará agregando al expediente declaración jurada expedida por la empresa
radiodifusora, en donde constará el texto del anuncio y los días y horas en que se difundió.
4. En este último caso, la resolución se tendrá por notificada el día siguiente de la última
transmisión radiofónica.
1. La notificación a una dirección electrónica requiere que el correo generado haya sido
marcado con confirmación de entrega y lectura de manera que el servidor de los destinatarios
pueda responder automáticamente cuando los mensajes se hayan recibido y leído. Un Manual
de Procedimientos detallará las pautas a seguir en este caso.
1. El acto de la notificación tiene por finalidad poner en conocimiento de los sujetos procesales
el contenido de las resoluciones judiciales. El órgano jurisdiccional, en decisión motivada,
podrá ordenar que se notifique a persona ajena al proceso.
2. Las resoluciones judiciales producen efectos en virtud del acto de notificación, salvo los
casos expresamente exceptuados.
2. La notificación por cédula es aquella realizada a través de un agente notificador que entrega
al destinatario un duplicado del instrumento en el cual se ha transcrito la resolución a notificar,
así como sus anexos, si los hubiere.
3. La entrega, en los casos autorizados, también podrá hacerse en una casilla postal, dirección
electrónica o por medio de facsímil o cualquier medio idóneo.
4.3.1. Decretos
4.3.2. Sentencia
4.3.3. Autos
Sentencia.
Sentencias Interlocutorias.
Auto.
Decreto.
Atendida su materia:
El desasimiento impide al tribunal, una vez dictada y notificada una resolución judicial,
aclararla o modificarla en manera alguna;
la excepción de cosa juzgada está destinada a evitar que entre las mismas partes se vuelva a
discutir en un nuevo juicio la misma cuestión o asunto que se resolvió en el anterior.
4.6.1. Decretos
“Mediante los decretos se impulsa el desarrollo del proceso, disponiendo actos procesales de
simple trámite”.
Parecería que el texto equipara el impulso del proceso con acto de simple trámite, o, más
precisamente, que este último siempre sería un acto de impulso. Ello no es del todo correcto:
hay actos de trámite que no son, rigurosamente, actos de impulso. La respuesta la da el propio
CPC cuando regula el abandono. Esta figura consiste en una sanción al demandante que, en la
tramitación del proceso en primera instancia, no realiza ningún acto de impulso (ver artículos
346 y siguientes del CPC). Pero, es el artículo 348 inciso 3 del CPC el que da mayores luces
sobre esta última figura: “No se consideran actos de impulso procesal aquellos que no tienen
por propósito activar el proceso, tales como la designación de nuevo domicilio, pedido de
copias, apersonamiento de nuevo apoderado y otros análogos”. Así, designar nuevo domicilio
procesal, pedir copias, apersonar nuevo apoderado o abogados son pedidos que,
evidentemente, requieren respuesta por parte del juez. Pero esta respuesta no es una decisión
tal como se ha definido: es un acto de simple trámite. De ahí que la respuesta del juez será
muy sucinta:
Expídanse las copias certificadas, Téngase por apersonado al letrado que se indica, etcétera.
Es importante diferenciar entre acto de impulso como acto procesal de parte, el cual
contendrá un pedido de impulso, y acto de impulso como acto procesal del juez, el cual
constituiría estrictamente un decreto. Así pues, el pedido de impulso el proceso busca
activarlo, esto es, que prosiga con su trámite de acuerdo al procedimiento previsto y a los
actos que el juez debe realizar para que se encamine a su conclusión (eso es exactamente lo
que se exige para que no se declare el abandono). Pero nótese que el pedido de impulso
puede recibir diversas respuestas por parte del juez: desde un simple decreto hasta una senda
resolución con contenido decisorio. Para efectos del abandono, lo que interesa no es tanto la
respuesta del juez, sino si el pedido de la parte conduce o no a un impulso o activación del
proceso. Así pues, pedidos de impulso, por ejemplo, pueden ser: solicitar al juez que expida
sentencia, que reprograme una diligencia, etcétera.
Tenemos, por tanto, el contenido de los decretos puede ser de dos tipos:
a) De impulso del proceso: Son aquellos que disponen la continuación del proceso. Ejemplos:
correr traslado de algún pedido previo a la decisión; declarar que una resolución ha quedado
consentida; disponer que el expediente sea llevado a despacho para resolver, etcétera.
b) De mero trámite: Es una respuesta del juez que no dispone la continuación del proceso sino
simplemente atender a un pedido simple de una parte (si lo hubiere), que no involucra una
decisión. Ejemplos: expedición de copias certificadas (artículo 139 del CPC); expedición de
copias para el Ministerio Público para que evalúe si ejercita la acción penal (artículos 38, inciso
2; 441, inciso 1; 538, inciso1; 564, inciso 2; 624, inciso 1; todos del CPC) o para el órgano de
control (artículo 140 del CPC); tener presente un escrito para mejor resolver; tener por
apersonado a un abogado o apoderado, etcétera. Véase que ninguna de estas resoluciones
conduce a la conclusión del proceso ni tampoco contribuye con su prosecución.
¿qué ocurre con la impugnación los decretos? Cabe decir que este punto ha sido muy poco
explorado en doctrina.
En los decretos el juez no tiene el deber de motivar porque dicha resolución no posee
contenido decisorio. Si no se decide, entonces no se requiere motivar. Por ello es que el
artículo 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (en siglas, LOPJ) es bastante expresiva al
respecto: “Todas las resoluciones, con exclusión de las de mero trámite, son motivadas, bajo
responsabilidad”. Si bien analógicamente podemos extender las resoluciones de mero trámite
a las de impulso procesal, el punto esencial aquí es que los decretos no se motivan.
¿Querría decir ello que el decreto, por no contener decisión alguna, no sería impugnable? La
respuesta es negativa, porque el propio CPC permite que el decreto sea atacado mediante el
recurso de reposición, exigiendo al recurrente, como en el caso de los otros recursos como la
apelación o casación, que fundamente su pretensión impugnatoria (precisando el agravio y el
error).
Como se ha dicho, la impugnación sí se dirige contra la resolución-acto, como sería el caso del
decreto; pero aquí se puede advertir que el recurso de reposición tendría una finalidad un
tanto particular: al no haber motivación en la resolución impugnada, el recurrente exige al juez
que analice el decreto, forzándolo a dar razones y, esta vez sí, a decidir si es que dicho decreto
está de conformidad con la ley o si, en caso no lo estuviese, sea revocado. La resolución que se
pronuncia respecto del recurso de reposición es, evidentemente, una resolución con contenido
decisorio, específicamente un auto (ver infra).
Nótese que, si el juez resuelve el mérito recursal de la reposición, el auto que emita pasará a
sustituir la resolución impugnada. En este caso, por tanto, aunque la legislación sobre los
medios impugnatorios del CPC no realiza un tratamiento diferenciado, el recurso de reposición
sería una impugnación sui generis: una que no cuestiona propiamente una decisión, sino, en
realidad, lo que podría denominarse un pronunciamiento meramente de ordenación.
Asimismo, no debe olvidarse que, por definición, una decisión resuelve una cuestión. Esta
particularidad es importante, puesto que pedir el apersonamiento de un abogado o solicitar
tener presente el cambio de domicilio no constituye ningún punto fáctico o jurídico que incida
sobre el derecho discutido ni sobre algún punto fáctico o jurídico en la tramitación del
proceso.
A partir de esta constatación bien podría argumentarse, desde una perspectiva estrictamente
pragmática, que al recurrente que interpone un recurso de reposición no debería exigírsele la
misma rigurosidad en el cumplimiento de los requisitos de admisibilidad y procedencia que en
el caso, por ejemplo, de un recurso de apelación o casación. En efecto, si este recurso busca
forzar al juez a motivar, mediante una auténtica decisión, si es que el decreto es o no correcto,
entonces al recurrente debería bastarle, de forma muy superficial, expresar cuál debió haber
sido el sentido del decreto y en base a qué norma debió ser así.
Por ejemplo, si se rechaza un pedido de copias certificadas, invocar la norma que lo autoriza y
que se expidan; si se presenta un escrito y se indica téngase presente al momento de resolver,
omitiendo correr traslado por un plazo determinado, indicar que se debió realizar dicha
conducta teniendo en cuenta la naturaleza de lo solicitado en el escrito; si se tiene por
apersonado a uno y no a los dos abogados indicados en el escrito de apersonamiento, señalar
que debería tenerse como apersonado también al otro.
6.2. Sentencia
El artículo 121 inciso 3 del CPC señala: “Mediante la sentencia el juez pone fin a la instancia o
al proceso en definitiva, pronunciándose en decisión expresa, precisa y motivada sobre la
cuestión controvertida declarando el derecho de las partes, o excepcionalmente sobre la
validez de la relación procesal”.
La sentencia es una resolución judicial con contenido decisorio en donde confluyen dos
elementos:
b) un pronunciamiento sobre el fondo. Por fondo, en este contexto, debe entenderse un juicio
de mérito sobre la pretensión formulada en la demanda (esto es, declararla fundada, fundada
en parte o infundada). Nótese, además, que, en el ámbito de la impugnación de sentencia, un
juez emite sentencia pronunciándose sobre la pretensión recursal (fundado o infundado el
recurso) y, a continuación, sobre la pretensión contenida en la demanda (improcedente,
infundada o fundada la demanda). La cuestión controvertida, por tanto, no es otra cosa que la
res in iudicium deducta, la cuestión de mérito principal o, también, el objeto litigioso del
proceso.
Una lectura paralela del CPC podría llevar a concluir que en la sentencia el juez también puede
emitir una decisión sobre la validez de relación procesal, esto es, un pronunciamiento sobre la
procedencia de la demanda y,de ser el caso, anulando total o parcialmente el procedimiento
(la así llamada sentencia inhibitoria). No obstante, esta interpretación conduce a una
incoherencia sistemática, ya que todo pronunciamiento que implique un juicio de procedencia
de la demanda, sea liminar (artículo 427 del CPC), sea respecto de una excepción (artículos 451
y 465 incisos 2 y 3, todos del CPC), importa una decisión que no resuelve el fondo; o, para ser
más precisos, aun cuando analice la pretensión, que por disposición legal no tenga como
consecuencia la cosa juzgada y sí la nulidad de todo lo actuado, improcedencia de la demanda
y conclusión del proceso.
En otras palabras, no tendría sentido que una sentencia pueda contener un juicio de mérito
sobre la pretensión y, a la vez, un juicio de procedencia sobre la demanda solamente por el
hecho de dictarse al final del procedimiento; mientras que todas las demás resoluciones que
contengan un juicio de procedencia respecto de la demanda que sean emitidas en cualquier
otro momento del iter procesal no califiquen como sentencia y sí, más bien, como auto. En
efecto, si es que una resolución que declara la improcedencia de la demanda tiene las mismas
consecuencias, ¿por qué habría alguna diferencia según la oportunidad en que se adopte?
Esclarecido este asunto, corresponde destacar que, desde una perspectiva temporal, no solo
existe sentencia cuando se llega al final del procedimiento (de primera, segunda o tercera
instancia): también hay otras sentencias producto de diversas formas de conclusión del
proceso que comparten su naturaleza de ponerle fin al proceso mediante una declaración
sobre el mérito. Veamos:
6.3. Autos
El legislador acierta al momento de ejemplificar algunos tipos de autos (pues hay muchos
más), pero se equivoca al entender que los autos se caracterizarían por ser resoluciones que
requieren motivación:
Siguiendo la propuesta dogmática ahora planteada, los autos son resoluciones con contenido
decisorio que no son sentencias. Toda resolución que contenga un juicio de mérito sobre la
pretensión planteada en la demanda pone fin a la instancia: por ello, califica automáticamente
como sentencia. Según el esquema del CPC, mediante un auto se puede poner fin a la
instancia, pero no mediante un pronunciamiento sobre el fondo. El auto, pues, no resuelve
una cuestión de mérito sino una cuestión procesal. Piénsese en los siguientes ejemplos: la
resolución que declara improcedente la demanda, sea o no liminarmente; la resolución que
estima una excepción (artículo 451, inciso 5 del CPC); la resolución que aprueba el
desistimiento del proceso (artículo 343 del CPC); la que declara el abandono del proceso
(artículo 346 y siguientes del CPC),etcétera.
Asimismo, existen autos intermedios (Ariano 2015, 76), caracterizados porque a través de ellos
se decide cuestiones procesales a lo largo del proceso. Además de las resoluciones
mencionadas en el artículo 121, inciso 2 del CPC (saneamiento, interrupción del proceso,
concesorioo denegatorio de un recurso, admisión, improcedencia o modificación de medidas
cautelares), tenemos: la resolución que admite o rechaza un medio probatorio extemporáneo
(artículo429del CPC);la resolución que aprueba la modificación o ampliación de la demanda
(artículo 428 del CPC); la resolución que ordena una prueba de oficio (artículo 194 del CPC); la
resolución que declara la rebeldía del demandado (artículo 458 del CPC); la resolución que se
pronuncia sobre un pedido de nulidad (artículo 177 del CPC); la resolución que decreta, vía
impugnación, la nulidad dela sentencia o de parte del procedimiento (artículo 121, inciso 3, in
fine del CPC),etcétera.
El CPC, por tanto, se equivoca cuando entiende que la característica del auto es que exige
motivación. Como se ha visto, la resolución que exige motivación es, estrictamente, toda
aquella que posee contenido decisorio. Entonces, para evitar un razonamiento circular, la
caracterización de los autos no puede residir en la exigencia de la motivación. La motivación
(o, mejor, justificación), más bien, es una exigencia para aquellas resoluciones con contenido
decisorio porque se está resolviendo alguna cuestión (procesal) pedida por la parte o de oficio.
Los problemas prácticos de este equívoco surgen cuando un juez entiende que no debe
motivar algún pedido de una parte y, por tanto, concluye que no debe expedir un auto sino
simplemente un decreto. Por ello, no justifica. Pero el razonamiento es equivocado: el juez no
debe determinar si es que debe motivar o no, sino, en realidad, si es que debe o no decidir
algo según lo que se le ha pedido. A partir que entienda que debe decidir algo, entonces lo
decide (sea declarando improcedente, fundado o infundado el pedido) y justifica su decisión.
Inclusive, no es poco común en la práctica encontrarnos con respuestas muy típicas cuando el
juez entiende que una parte está pidiendo algo que ya se habría resuelto y, de ahí, emite una
resolución con el siguiente tenor: Estese a lo resuelto en la resolución X. También ello es usual
cuando, a criterio del juez, no es el momento oportuno para solicitarse: Pídase en la
oportunidad que corresponda. Esto es un grave error: el juez, dado que está decidiendo algo,
debe cuando menos motivar porqué el pedido de la parte sería improcedente.