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Él no tenía radio, ni televisión, ni leía los periódicos, pero hacía y vendía buenos perros calientes.
Él solo se preocupaba por la divulgación de su negocio y colocaba carteles de propaganda por el
Las ventas fueron aumentando cada vez más, él compraba el mejor pan y la mejor salchicha.
También fue necesario comprar un carrito más grande para atender a la creciente clientela, porque
Venciendo su situación económica él pudo pagarle una buena educación a su hijo, quien se fue a
Finalmente, su hijo ya graduado con honores volvió a la casa y notó que el papá continuaba con la
“¿Papá usted no escucha la radio, ni ve televisión? ¿Usted no lee los periódicos? ¡Hay una gran
¡La situación de nuestro país es crítica, está todo mal en Colombia y vamos a la quiebra!
Después de considerar las consideraciones de su hijo estudiado, el padre pensó... “Bien, si mi hijo
es economista, lee los periódicos, ve televisión, entonces debe tener la razón... Y con miedo por la
crisis, el viejo buscó el pan más barato y malo y comenzó a comparar la peor salchicha para
economizar y paró de hacer sus carteles de propaganda. Abatido por la noticia de la crisis ya no
llegar a niveles insoportables, y el negocio de perros calientes del señor, que antes le generaba
Entonces el padre triste le dijo al hijo: “Hijo, tenías razón, estamos en medio de una gran crisis “y
les comentó orgullosamente a sus amigos: “¡Bendita la hora en que envíe a mi hijo a estudiar
2. Teniendo en cuenta la anterior situación, cree una postura crítica, sobre la manera en que los
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matutina de una conferencia sobre la opinión pública cuando salía de la sala para
investigadores del periodismo se han tirado de los pelos intentando formular una
ser y esto se presta para multiples definiciones con resultados inutiles, pues siempre será
problemático. Los conceptos que sean prestado han sido utilizados como interéses
investigaciones para los gobiernos, conductas humanas desde lo social hasta lo científico.
La opinión pública tiene diferentes usos y ha ido adhiriendose a varios temas a los largo de
cultera en la que se encuentre. Así mismo, también depende de los interéses politícos y
como la sociedad reacciona a ello, para esto se tiene presente tres elementos que le dan
forma:
Estas opiniones surgen de varios procesos de formación, como lo es el proceso social que
incluyen varios factores. Walter Lippmann menciona en su obra Opnión Pública que esa
seudoentorno creado por los medios infromativos, es decir entre el entorno y el tipo
Pero estos medios de información son una de las tantas fuentes, también imágenes,
ficciones pueden llegar a formar la opinión pública. Cabe mencionar que la manera en la
que llega esa infromación, es decir la transmisión, genera un gran impacto, a este se le
llama el mecanismo mental, “…mediante el cual se asigna a cada una de las realidades
Para centrar en nuestro tema, debemos tener en cuenta la información mediática, pues la
contexto de i) comunicación de masas y ii) efectos sociales. Esto nos quiere decir que la
opinión pública esta en manos de la minoría dominante y que tienen buenos accesos a los
medios de comunicación. Ese público que buscan las minorías lo conforman esas masas
que se dejan manipular fácilmente por medio de las noticias. Esas noticias son el desayuno
diario, tienen una gran comuniación a las masas, a la sociedad ,pues influyen en nuestra
vida contidiana, negocios que casi siempre esta siendo manipulado por las empresas
nos dice como la imagen del mundo social esta basada en la influencia de los medios de
comunicación y como esta afecta también a nuestra vida cotidiana, pero cada vez estos
toman mas relevancia sobre lo que hacemos y lo que dejamos de hacer. El problema aquí
son los efectos que estos generan, pues casi siempre son manejados por minorías y como
mencione anteriormente, para beneficio de unos cuantos, cosas que han empeorado con la
llegada de la televisión.
BIBLIOGRAFÍA
Berger, Peter L. (y Thomas Luckmann). 2006 La construcción social del realidad. Buenos
Aires, Amorrortu.
Cfr. Wolf 2000. Wolf 2001. McQuail 2000: sexta parte, págs. 493-560. Rodrigo 1995. Roiz
2005.