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Mercenario

soldado que participa en un conflicto


bélico por un beneficio económico o
personal

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Soldados de fortuna en África, 1893


Un mercenario (del latín merces, - edis,
«pago») es un soldado o persona con
experiencia militar que lucha o participa
en un conflicto bélico por su beneficio
económico y personal, normalmente con
poca o nula consideración con la
ideología, nacionalidad, preferencias
políticas o religiosas del bando para el que
lucha.

El soldado, que representa a su nación,


está dispuesto a luchar por una causa que
es de su comunidad o país. Sin embargo,
el mercenario lo hace solamente con
ánimo de lucro. De ahí que a los
mercenarios se los conozca también
como soldados de fortuna.

También se llama mercenarios a las


personas que trabajan o actúan a cambio
de dinero o de un beneficio personal, y sin
motivaciones política, filosóficas,
ideológicas o religiosas.

Los mercenarios y las leyes


de la guerra
En el protocolo adicional a la Convención
de Ginebra del 12 de agosto de 1949
(APGC77), relativa a la protección de las
víctimas de conflictos armados
internacionales (protocolo I, de 8 de junio
de 1977), se establece que un mercenario
es cualquier persona que:

1. Ha sido reclutado o embarcado


específicamente con el fin de luchar
en un conflicto armado.
2. Toma, en efecto, parte directa en las
hostilidades.
3. Su motivación para tomar parte en
las hostilidades es principalmente el
deseo por el beneficio personal, y de
hecho, se le promete una
recompensa material por una de las
partes en el conflicto, o en favor de
esta que excede de forma sustancial
al pago que los combatientes de las
fuerzas armadas de dicha parte
reciben con similares rangos o
funciones.
4. No es un nacional de ninguna de las
partes en conflicto ni residente de
ningún territorio controlado por
estas.
5. No es miembro de las fuerzas
armadas de ninguna de las partes del
conflicto, y
6. No ha sido enviado por ningún
Estado ajeno a las partes en conflicto
en cumplimiento del deber como
miembro de sus fuerzas armadas.
Se debe tener en cuenta que muchos
países, incluyendo a los Estados Unidos
de América, no son signatarios del
Protocolo Adicional de la Convención de
Ginebra de 1977 (APGC77), de manera
que, aunque dicho protocolo es
ampliamente aceptado, no es un
documento definitivo.

Según la Tercera Convención de Ginebra,


si un soldado es capturado por el
enemigo, debe ser tratado como
combatiente según la ley, y por lo tanto,
como una persona protegida, y
considerada como prisionero de guerra, en
tanto dicho soldado haya sido puesto a
disposición de un tribunal competente
(Tercera Convención de Ginebra, artículo
5). Este tribunal debe decidir si la persona
en cuestión es un mercenario, usando los
criterios del Protocolo Adicional APGC77 o
según alguna ley nacional equivalente. En
este momento, el mercenario se convierte
en un combatiente fuera de la ley, aunque
a pesar de ello debe ser tratado con
humanidad, y en caso de ser sometido a
juicio, no debe ser privado del derecho a
un juicio limpio y regular, dado que aún se
encuentra cubierto por la Cuarta
Convención de Ginebra, artículo 5. La
única excepción a este artículo sería que
la persona juzgada fuera ciudadano o
súbdito de la autoridad nacional que le
juzga, en cuyo caso no podría ser
considerado un mercenario bajo la
cobertura de APGC77, artículo 47.d.

Si tras un juicio regular, es capturado y


declarado como mercenario, debe ser
tratado como un delincuente común, y
podría ser sometido a la pena capital.
Debido a que no es ciudadano de ninguna
de las partes en conflicto, no podría
esperar ser repatriado al final de la guerra.
El caso más conocido tras la Segunda
Guerra Mundial se dio el 28 de junio de
1976, cuando un tribunal angoleño
sentenció a muerte a cuatro mercenarios y
a penas de prisión que oscilaban entre los
16 a los 30 años a otros nueve. Los cuatro
condenados a muerte, tres británicos y un
estadounidense, fueron fusilados el 10 de
julio de 1976.

El estatus legal de los contratistas civiles


depende de la naturaleza de su trabajo y
su nacionalidad con respecto a los
combatientes, pero si no han tomado
parte activa en la confrontación (APGC77
artículo 47.b), no son mercenarios, y se
encuentran bajo la protección de la
Convención de Ginebra.
La situación provocada durante la
ocupación de Irak de 2003 muestra cuán
dificultoso es definir lo que es un
mercenario. Mientras los Estados Unidos
gobernaron el país, ningún ciudadano
estadounidense que trabajara como
guardia armado podía ser considerado
mercenario, porque eran nacionales de
una de las partes en conflicto (APGC77,
artículo 47.d). Cuando se transfirió el
poder al gobierno interino iraquí, se podía
argumentar que, a menos que declararan a
estas personas como residentes en Irak, al
no ser residentes ni nacionales de un
territorio parte en el conflicto (APGC77,
artículo 47.d), podrían ser consideradas
mercenarios. Si no tuviera lugar ningún
juicio de las personas acusadas de ser
mercenarios, las alegaciones tenderían a
evaporarse en una espiral de acusaciones,
denegaciones y contra-acusaciones. Se
debe tener en cuenta que los soldados de
la coalición en Irak que apoyan al gobierno
interino iraquí no son mercenarios, porque
todos ellos forman parte de las fuerzas
armadas de una de las partes en conflicto
o han sido enviados por un estado que no
es parte en el conflicto en cumplimiento
de su deber como miembro de las fuerzas
armadas (APGC77, artículo 47.f).

Gurkas y legionarios de la
legión extranjera francesa

Batallón Nusseree, posteriormente denominado 1st


Gurkha Rifles, en 1857.

Las dos unidades más reconocidas en las


que nacionales de otro país sirven en las
fuerzas armadas de otra nación son las
brigadas británicas de Gurkhas y la Legión
extranjera francesa. Los soldados que
sirven en estas unidades de élite no son
mercenarios.
Los Gurkha británicos están plenamente
integrados como soldados del Ejército
Británico. Operan en unidades formadas
por brigadas de Gurkas bajo las mismas
normas y reglamentos que deben cumplir
todos los soldados británicos (normas
similares se aplican a los Gurkas que
sirven en el ejército indio). Los legionarios
extranjeros franceses se integran en
unidades de la Legión Extranjera francesa,
que son desplegadas y luchan como
unidades organizadas dentro del ejército
francés (además, a los legionarios se les
permite pedir la ciudadanía francesa
después de tres años de servicio o tras ser
heridos en batalla). Esto significa que,
como miembros de las fuerzas armadas
británicas o francesas, no pueden ser
considerados mercenarios según APGC77,
artículo 47.e y APGC77, artículo 47.f

Mercenarios y leyes
nacionales

La Guardia Suiza.
Algunos países tratan de impedir que sus
ciudadanos luchen en conflictos a menos
que se encuentren bajo el control de sus
propias fuerzas armadas:

En 2003, Francia criminalizó las


actividades mercenarias tal como son
definidas por la Convención de
Ginebra para los ciudadanos
franceses, residentes permanentes y
entidades legales. (Código penal,
L436-1, L436-2, L436-3, L436-4, L436-
5).
En 1998, Sudáfrica aprobó el Acta
sobre asistencia militar extranjera, que
prohibía a sus ciudadanos o
residentes involucrarse en conflictos
extranjeros exceptuando las
operaciones humanitarias, a menos
que un comité gubernamental
apruebe su despliegue. En 2005, la
legislación fue revisada por el
gobierno debido a los ciudadanos
sudafricanos que trabajaban como
guardias de seguridad en Irak durante
la ocupación, y debido al juicio contra
Mark Thatcher por la posible
financiación y apoyo logístico en
relación con un presunto intento de
golpe de estado en Guinea Ecuatorial,
organizado por Simon Mann.
Según la ley estadounidense
Neutrality Act, un ciudadano de los
Estados Unidos que participe en un
conflicto armado en el que los
Estados Unidos sea neutral puede
incurrir en responsabilidades penales.
Suiza prohibió a sus nacionales el
servicio como mercenarios en 1927, a
excepción de la Guardia Suiza
Pontificia.

Operaciones con mercenarios


Se sabe del uso de mercenarios en los
conflictos de la antigua Yugoslavia.
Muchos de estos mercenarios eran ex-
soldados procedentes de los países del
antiguo bloque del este, desempleados
tras la caída de la Unión Soviética.

Empresas militares privadas …

Las empresas militares privadas son


compañías que ofrecen logística, mano de
obra y otros servicios para fuerzas
militares. Sus contratistas son civiles
autorizados para acompañar a las tropas
en el teatro de operaciones.

Se puede argumentar que las fuerzas


paramilitares bajo control privado son
funcionalmente mercenarios, en lugar de
guardias de seguridad o asesores. Sin
embargo, los gobiernos nacionales se
reservan el derecho de regular el número,
naturaleza de su función y armamento de
semejantes fuerzas privadas, aduciendo
que no se encuentran empleadas en el
frente de batalla en favor de las
actividades militares, por lo que no se
pueden considerar mercenarios.

Si los empleados de este tipo de


empresas se involucran en las actividades
militares de forma activa, normalmente se
les puede considerar mercenarios, y sus
empresas empleadoras pueden llamarse
compañías de mercenarios. Tres de estas
compañías, que los medios de
comunicación consideraron compañías
mercenarias en los años 1990 son:

Executive Outcomes Angola, Sierra


Leona (cerrada el 31 de diciembre de
1998)
Sandline International, Papúa Nueva
Guinea, Sierra Leona (cerrada el 16 de
abril de 2004)
Gurkha Security Guards Ltd, Sierra
Leona.
S.G.S.I. Group, Ruanda, (durante 1997)
Blackwater Worldwide, EUA

En 2004, esta industria de los mercenarios


obtuvo un considerable impulso debido
sobre todo al empleo de compañías
privadas militares por parte de los Estados
Unidos y otros miembros de la coalición
para trabajos de seguridad en Iraq. En
marzo de 2004, cuatro empleados de la
empresa estadounidense «PMC
Blackwater» que vigilaban un almacén de
suministros de alimentos fueron atacados
y asesinados en Faluya. En unos
incidentes cuyas imágenes dieron la
vuelta al mundo, los asesinatos y el
subsiguiente descuartizamiento de los
cuerpos se convirtieron en el principal
argumento usado por el gobierno
estadounidense para llevar a cabo la
batalla de Faluya que tuvo lugar poco más
tarde y que se saldó con cientos de
muertos.

Las compañías militares privadas suelen


ser vistas con desagrado por las Naciones
Unidas (aunque a pesar de ello, la misma
ONU ha usado de sus servicios para dar
apoyo logístico en África).

En un informe sobre las PMC (private


military companies) efectuado por el
ministerio de asuntos exteriores británico
y publicado en febrero de 2002, este
ministerio hace notar que la demanda de
servicios militares por parte de la ONU y
de organizaciones internacionales podría
significar que el empleo de semejantes
empresas es más barato que el uso de
tropas regulares por parte de los países
miembros. En todo caso y a día de hoy,
tras considerar el uso de empresas
privadas militares como apoyo de las
operaciones de Naciones Unidas, el ex
secretario general, Kofi Annan, tomó la
decisión de prescindir de estas.

Mercenarios en África

Antiguo Egipto …

Los primeros datos sobre el uso de


mercenarios se remontan hasta el Antiguo
Egipto, alrededor del año 1500 a. C.,
cuando el faraón Ramsés II hizo uso de
18.000 de ellos en el transcurso de sus
batallas. pagándoles con lo que
saqueaban, la comida y agua.

Siglo XX …

Burnham, el Jefe de los Scouts, dibujado por Baden-


Powell, Rodesia, 1896.
Durante el siglo XX, los mercenarios han
prestado sus servicios en los conflictos
del continente africano. Han sucedido
varios incidentes desagradables a lo largo
de las múltiples guerras africanas, algunos
de los cuales involucraban a ciudadanos
europeos y americanos, hombres por lo
general buscadores de fortuna, que fueron
enviados a situaciones de combate de las
que no pudieron sobrevivir para recibir su
paga.

Muchos de los aventureros en África que


han sido descritos como mercenarios
estaban de hecho motivados
ideológicamente para apoyar a ciertos
gobiernos, y no luchaban para el mejor
postor.

Entre estos mercenarios particularmente


notorios se encuentran:

Frederick Russell Burnham, DSO


(1861 - 1947). Fue un explorador
militar estadounidense, el Jefe de los
Scouts (Fuerzas especiales) sob
ordens de Lord Roberts durante la
Segunda Guerra de los bóer. Se le
conoce mejor por haber prestado
servicio en el ejército colonial
británico y por haber enseñado
woodcraft[1] (es decir escultismo) a
Robert Baden-Powell, siendo ésta una
de las influencias más notables del
fundador del escultismo.
Mike Hoare, que estuvo en la crisis del
Congo a principios de los años 1960 y
en el fallido golpe de estado en las
Seychelles de 1978.
Bob Denard participó en numerosas
campañas en África en bastantes
países, generalmente ofreciendo sus
servicios a Francia. Sin embargo su
especialidad era la intervención en las
Comores. Su última intervención
ocurrió en 1995, cuando participó en
el golpe de estado fallido y el
gobierno francés intervino para que
fuera expulsado.
Víctor González, este español
domiciliado en Gibraltar con la
empresa SGSI Group ha sido acusado
en varias ocasiones de haber
organizado el servicio secreto de
Guinea Ecuatorial que ha matado a un
número indeterminado de personas
de la oposición ecuatoguineana que
vivían exiliados en países de África y
Europa. También es proveedor de
material tanto de diferentes gobiernos
como de organizaciones paramilitares
en la zona.
Simon Mann estuvo envuelto con la
empresa Executive Outcomes
Ventures en Angola y Sierra Leona. En
2004 fue declarado culpable de
intento de compra de armas,
presuntamente para dar un golpe de
estado en Guinea Ecuatorial.

Los mercenarios lucharon para el Biafra en


la cuarta brigada de comandos durante la
guerra civil nigeriana (1967-1970). Otros
mercenarios tuvieron como cometido
pilotar aviones para esta facción. En
octubre de 1966 por ejemplo, un DC-4M
«Argonaut» de la Royal Air Burundi
pilotado por un mercenario llamado
Heinrich Wartski (también conocido como
Henry Wharton), se estrelló en Camerún
con suministros militares destinados a
Biafra.

A mediados de los años 1970, el británico


John Banks reclutó mercenarios para
luchar a favor del Frente Nacional de
Liberación de Angola (FNLA) contra el
Movimiento Popular de Liberación de
Angola (MPLA) durante la guerra civil tras
conseguir Angola la independencia de
Portugal en 1975. Al ser capturado, su
papel como líder de los mercenarios hizo
que fuera condenado a muerte por
fusilamiento. Otros nueve mercenarios
fueron encarcelados, y hubo tres
ejecuciones más: El estadounidense
Daniel Gearhart fue sentenciado a muerte,
al haberse publicitado en un periódico de
Estados Unidos como mercenario; Andrew
MCKenzie y Costas Georgiu
(autodenominado éste «Coronel Callan»),
quienes habían servido en el ejército
británico, fueron sentenciados a muerte
por asesinato.

El estadounidense Bob MacKenzie fue


muerto en los Montes Malal en febrero de
1995 mientras comandaba un escuadrón
de guardias de seguridad Gurkha en Sierra
Leona. Este escuadrón fue poco después
sustituido por la empresa Executive
Outcomes. Ambos fueron empleados por
el gobierno de Sierra Leona como
asesores militares y para el entrenamiento
de las tropas gubernamentales. Se ha
alegado que estas firmas proporcionaron
soldados que tomaron parte activa en la
lucha contra el Frente Revolucionario
Unido (RUF).

Un retrato ficticio de las operaciones de


mercenarios en los años 1970 es el libro
de Frederick Forsyth «Los Perros de la
Guerra», novela que tiene lugar en la isla
de Malabo (renombrada «Zangaro» en el
libro), donde supuestamente se hallaba
una reserva de platino. Desde el
descubrimiento de petróleo a mediados de
los años 1990, esta isla no necesita esas
supuestas reservas de platino para
acaparar el interés de financieros y
mercenarios. En agosto de 2004 se
elaboró un plan para derrocar al gobierno
de Guinea Ecuatorial en Malabo.
Actualmente, ocho soldados sudafricanos
de la era del apartheid (el líder de los
cuales es Nick du Toit), seis aviadores
armenios y cinco guineanos se encuentran
en la prisión de Playa Negra, en esta isla.
Están acusados de ser la avanzadilla de
un golpe de estado con el objeto de
colocar al opositor Severo Moto en el
poder. La CNN informaba el 25 de agosto
de 2004 que:

El abogado de Nick du Toit dijo que fue


presentado a Thatcher en Sudáfrica el
año anterior por Simon Mann, el líder de
los 70 hombres arrestados en Zimbabue
en marzo como sospechosos de integrar
un grupo de mercenarios que se dirigían
hacia Guinea Ecuatorial.

Según estas palabras, el golpe de estado


estaría planeado por Simon Mann,
fundador de Executive Outcomes y antiguo
oficial del SAS. El 27 de agosto de 2004
fue encontrado culpable en Zimbabue de
tráfico de armas para su uso en este
golpe. Mann admitió que transportaba
armas, aunque aseguró que las mismas
eran para la protección de una mina de
diamantes en la República Democrática
del Congo. Se asegura que el seguimiento
de las pistas a través de los documentos
implica a Sir Mark Thatcher, Lord Archer y
Ely Calil (un comerciante de petróleo
libanés).

De nuevo, la BBC informaba en un artículo


titulado «Preguntas y Respuestas: La
trama del golpe en Guinea Ecuatorial»:

El programa de televisión de la BBC


Newsnight tuvo acceso a los registros
financieros de las compañías de Simon
Mann, que muestran grandes pagos a
Nick du Toit y también unos dos millones
de dólares de ingresos, aunque las
fuentes de esta financiación es
prácticamente imposible de investigar.

El 10 de septiembre de 2004, la BBC


informaba sobre Zimbabue:

Simon Mann, el líder británico de un


grupo de 67 presuntos mercenarios,
acusado de planear un golpe de estado
en Guinea Ecuatorial, ha sido
sentenciado a siete años de prisión. El
resto de los pasajeros han recibido
condenas de 12 meses de prisión por
violar las leyes sobre inmigración,
mientras que los dos pilotos han sido
condenados a 16 meses. El tribunal
ordena también la confiscación del
Boeing 727 de Mann y los 180.000
dólares encontrados a bordo.

Dada la actual crisis en Zimbabue, un


Boeing 727 es una utilísima adición a la
línea aérea estatal, y los 180.000 dólares
podrían ser más que suficientes para
cubrir los gastos de mantener a esta
cantidad de hombres en prisión.

Mercenarios en la historia
asiática
Siglos XV y XVI …

El grupo mercenario Saika de la provincia


japonesa de Kii, tomó un significativo rol
durante el asedio de Ishiyama Hongan-ji
que duró entre agosto de 1570 y agosto de
1580. Los mercenarios eran famosos por
el apoyo de los Ikkō-ikki y dificultaron
enormemente el avance de las fuerzas de
Oda Nobunaga.

Siglo XX …

En el período chino de los señores de la


guerra, muchos mercenarios ingleses y
estadounidenses prosperaron, como
Homer Lea, Philo Norton McGriffin, Morris
Cohen y Francis Arthur "Un Brazo" Sutton.

Durante las etapas iniciales de la Segunda


Guerra Sino-Japonesa, los Estados Unidos
no querían abiertamente envolverse en el
conflicto (debido a un pacto de no
agresión con el Imperio del Japón),
sintieron la obligación de asistir a los
chinos para parar la agresión japonesa. La
Administración Roosevelt en 1941 creó el
Grupo de Voluntarios Americanos (AVG),
conocidos como los Tigres Voladores. Los
pilotos fueron contratados por la
Compañía Manufacturera Aeronáutica
Central y ganaban de 600 dólares a 750
dólares como sueldo base y 500 dólares
extra por el derribo confirmado de cada
avión enemigo, financiados por el General
Chiang Kai-shek.

También en el conflicto de Vietnam (1965-


1975) se los conoció.

Mercenarios en la historia
europea

Mercenarios en la época clásica …

Durante la época clásica muchos


mercenarios griegos lucharon en las
guerras para el Imperio persa, por ejemplo:
Jerjes I, rey de Persia que invadió
Grecia en 484 a. C., empleó a
mercenarios griegos. El más
recordado es Demarato, por su
advertencia a Jerjes de no subestimar
a los espartanos antes de la batalla
de las Termópilas.
En la Anábasis, Jenofonte relata
cómo Ciro el Joven reclutó a un gran
ejército de mercenarios griegos (los
«Diez mil») en 401 a. C. para arrebatar
el trono de Persia a su hermano,
Artajerjes II. A pesar de que este
ejército obtuvo la victoria en la batalla
de Cunaxa, Ciro murió en el combate y
toda la expedición se encontró
perdida. Aislados y muy adentrados
en territorio enemigo, el general
espartano Clearco y muchos de los
otros generales griegos fueron
asesinados poco más tarde a traición
por orden de Artajerjes. Jenofonte
desempeñó un papel fundamental al
alentar al ejército griego de los «Diez
mil» para que marcharan hacia el
norte hacia el mar Negro, en una
lucha épica durante su retirada.
Memnón de Rodas (380 a. C. -
333 a. C.) fue el comandante de los
mercenarios griegos que luchaban
para el rey persa Darío III cuando
Alejandro Magno de Macedonia
invadió Persia en 334 a. C. y venció a
los persas en la batalla del Gránico.
Alejandro empleaba también a
mercenarios griegos durante sus
campañas. Eran éstos unos hombres
que luchaban directamente para él, y
no como el resto de las unidades de
su ejército que procedían de las polis
griegas.
Cartago contrató a pastores de las
Islas Baleares como lanzadores de
honda durante las guerras púnicas
contra Roma (véase hondero balear).
La amplia mayoría de los militares
cartagineses eran mercenarios, a
excepción de los altos oficiales, la
marina y la guardia de palacio.
Los miembros de las tribus
independientes tracias, como los
«Bessi» y «Dii», se unieron con
frecuencia a ejércitos mayores como
mercenarios.
Los mamertinos (o hijos de Marte),
fueron mercenarios italianos
empleados por los reyes griegos de
Siracusa hasta el final de las guerras
púnicas.

En los últimos tiempos del Imperio


romano, los emperadores y los generales
tuvieron cada vez más dificultades para
reclutar unidades militares a partir de la
ciudadanía por diversas razones: falta de
mano de obra, falta del tiempo necesario
para el entrenamiento, carencias
materiales e, inevitablemente,
consideraciones políticas. Por lo tanto, a
finales del siglo IV, el Imperio comenzó a
contratar bandas completas de bárbaros
ya fuera dentro de las legiones o como
federaciones autónomas. Los bárbaros
fueron romanizados, y los veteranos
supervivientes se establecieron en áreas
que requerían ser repobladas. La Guardia
varega del Imperio romano del Este,
también conocido como Imperio bizantino,
es la unidad más conocida formada por
mercenarios bárbaros.

Mercenarios en las guerras


medievales

Los emperadores bizantinos continuaron


la antigua práctica romana de contratar
contingentes extranjeros para la defensa
del Imperio. En 1071, por ejemplo, el
emperador Romano IV lideró una campaña
contra los turcos selyúcidas de Iconio.
Según el musulmán Imad ad-Din (siglo XII)
y otros cronistas contemporáneos a
Romano IV, el ejército, de unos 100.000
hombres, estaba compuesto por romanos
(bizantinos), rusos, kázaros, alanos,
cumanos, georgianos, armenios,
germanos, normandos, godos de Crimea,
patzinakos y búlgaros. La mayor parte de
las tropas propiamente bizantinas
provenían de los themas (legiones) de la
mitad oriental del Imperio, con refuerzos
de la Guardia Varega y de los Tagmata (los
regimientos de élite acantonados en
Constantinopla).

Bizancio fue también la creadora de uno


de los más célebres cuerpos mercenarios,
la Guardia varega. Su origen se remonta a
un tributo de hombres que enviaba el
soberano de Kíev al Emperador bizantino.
Con Alejo I Comneno, fue disuelta la vieja
guardia del Palacio Imperial, los
Excubitores, y en su lugar colocó a la
Guardia varega. Estos acudían de entre los
pueblos más belicosos, de los cuales los
varegos (vikingos) y los anglo-sajones
eran los más comunes, aunque también
había alemanes, teutones, normandos,
escoceses y toda clase de gente del norte.
Como esta guardia no tenía vínculos con
la población griega, era de suponer que
sería más eficaz a la hora de aplastar
cualquier rebelión. Uno de sus más
famosos integrantes fue el que
posteriormente sería el rey Harald III de
Noruega, también conocido como Harald
Hardrada, que llegó a Constantinopla en
1035, donde se alistó a la Guardia Varega.
Participó en dieciocho batallas y fue
nombrado «Akolouthós», comandante de
la Guardia, antes de regresar a su país en
1043. Murió en la Batalla de Stamford
Bridge en 1066, donde su ejército fue
derrotado por un ejército anglosajón
comandado por el rey Harold Godwinson,
en las guerras que enfrentaron a este
último con Hardrada y con Guillermo de
Normandía, llamado el Conquistador.

En Italia, el condottiero era un jefe militar


que ofrecía sus tropas, los condottieri, al
servicio de las ciudades-estado. Había
veces que los mismos condottieros se
volvían regentes de alguna ciudad-estado,
ejemplo de ello fue Francisco Sforza.

Durante la época de los Reinos de Taifas


en Al-Ándalus, los caballeros cristianos
como El Cid podían luchar para algunos
gobernantes musulmanes contra sus
enemigos, ya fueran éstos cristianos o
musulmanes.

Los Almogávares fueron mercenarios


aragoneses, catalanes y navarros,
preferentemente provenientes de los
Pirineos, que lucharon para la corona de
Aragón, aunque a principios del siglo XIV
se formó la Gran Compañía Catalana,
integrada por más de 8.000 almogávares
al mando de Roger de Flor, Berenguer de
Entenza y Bernat de Rocafort, para auxiliar
al Imperio bizantino. Roger de Flor obtuvo
grandes victorias en Asia Menor,
destacando la batalla de Filadelfia, y llegó
hasta las Puertas de Hierro, en los Montes
Tauro, en Armenia. Tras el éxito de la
Compañía Catalana, el emperador nombró
Megaduque del Imperio a De Flor, y poco
más tarde, César del Imperio, la tercera
dignidad en importancia de Bizancio. Este
éxito despertó el recelo de Miguel IX,
coemperador e hijo del emperador
Andrónico II. Tras el asesinato de Roger de
Flor en Adrianópolis por orden de Miguel
IX, la compañía de almogávares, apostada
en Galípoli, saqueó gran parte de Tracia y
Macedonia, aunque sin acercarse a la
inexpugnable Constantinopla, y
posteriormente lucharon al servicio de
varios nobles francos de Grecia, hasta que
se negaron a pagarles, por lo que los
almogávares tomaron, en venganza, los
ducados de Atenas y Neopatria, donde la
bandera de la Corona de Aragón ondearía
durante los siguientes 70 años.

Durante la Baja Edad Media se formaron


compañías libres, que eran realmente
compañías de tropas mercenarias. Las
naciones-estado no poseían los recursos
necesarios para mantener fuerzas
permanentes, por lo que tendían a alquilar
los servicios de estas compañías para
servir en sus ejércitos en los tiempos de
guerra. Este tipo de compañías tuvieron su
origen al final de los periodos de
conflictos, cuando los hombres de armas
ya no eran requeridos por sus respectivos
gobiernos. Los soldados veteranos
buscaban entonces otras formas de
empleo, generalmente convirtiéndose en
mercenarios. Las compañías libres se
especializarían normalmente en formas de
combate que requerían largos periodos de
entrenamiento que no serían factibles por
parte de las milicias movilizadas. La
Compañía Blanca, comandada por Sir
John Hawkwood, es la más conocida de
este tipo de compañías en el siglo XIV. El
galés Owain Lawgoch («Owain de la Mano
Roja») formó una compañía libre y luchó
para los franceses contra los ingleses
durante la Guerra de los Cien Años, antes
de ser asesinado por un escocés de
nombre Jon Lamb, a las órdenes de la
corona inglesa en 1378, durante el sitio de
Mortagne.

Mercenarios en la Época Moderna …


Los mercenarios suizos eran buscados
durante la segunda mitad del siglo XV por
ser una fuerza de combate especialmente
efectiva, hasta que sus algo rígidas
formaciones de batalla se hicieron
vulnerables a los arcabuces y a la artillería
que se desarrolló en este periodo.

Fue entonces cuando los lansquenetes


europeos, coloridos mercenarios con
reputación de irreductibles, tomaron el
testigo a las fuerzas suizas y se
convirtieron en la fuerza más formidable
de finales del siglo XV y a lo largo del siglo
XVI, siendo contratados por todas las
potencias en Europa y luchando
frecuentemente en bandos opuestos.

Santo Tomás Moro, en su Utopía, abogaba


por el uso preferente de mercenarios en
lugar de los ciudadanos. Los mercenarios
bárbaros empleados por Utopía estaban
inspirados en los mercenarios suizos.

Aproximadamente en el mismo periodo,


Nicolás Maquiavelo argumentaba contra
el uso de ejércitos de mercenarios en su
obra maestra, «El Príncipe». Su
razonamiento era que la única motivación
del mercenario era su paga, por lo que
este tipo de soldados no estaría dispuesto
a correr el tipo de riesgos que podrían dar
la vuelta a una batalla pero que podrían
costarle la vida. Él creía, lógicamente, que
los ciudadanos con un apego real a su
nación estarían más motivados para
defenderla, lo que les convertiría en
mucho mejores soldados.

Los mercenarios en la cultura


popular
Al igual que la piratería, el espíritu
mercenario resuena con aventuras
idealizadas, misterio y peligro. Ejemplos
de esto son:
La novela Los perros de la guerra de
Frederick Forsyth, y la película
homónima de 1981, basada en una
trama sobre operaciones mercenarias
en el África de los años 1960.
La novela Los Gansos Salvajes de
Daniel Carney, y la película del mismo
nombre de 1978. El argumento versa
sobre un sindicato financiero británico
que busca rescatar al líder depuesto
de un país centroafricano,
contratando una banda de
mercenarios para este trabajo.
La saga de novelas Canción de Hielo y
Fuego de George R. R. Martin cuenta
con una gran cantidad de personajes
mercenarios. En esta obra, la mayoría
de estos pertenecen a compañías
mercenarias (organizaciones o
pequeños ejércitos de mercenarios), y
son percibidos por los personajes de
la saga cómo bandidos poco
confiables. Algunos de los más
célebres que se pueden encontrar en
la saga son: Vargo Hoat; mejor
conocido cómo "La Cabra", Daario
Naharis y Mero el "Bastardo del Titan".
También el príncipe Oberyn Martell de
Dorne, fue un mercenario, y anduvo
con la compañía conocida cómo los
"Segundos Hijos", para luego fundar la
suya propia. Otro mercenario muy
popular en Canción de Hielo y Fuego
es Bronn, que está al servicio de
Tyrion Lannister.

Es interesante constatar que ambos


títulos derivan de otras fuentes. «Grita
¡Devastación!, y suelta los perros de la
guerra», es una cita de Julio César, acto III,
obra de Shakespeare. Tras la firma del
Tratado de Limerick (1691), los soldados
del ejército irlandés que abandonaron
Irlanda por Francia tomaron parte en lo
que es conocido como el «Fuga de los
Gansos Salvajes», tras el cual muchos de
ellos hicieron carrera sirviendo como
mercenarios para los ejércitos del
continente. El más famoso de ellos fue
Patrick Sarsfield, quien habiendo sido
mortalmente herido en tierra extranjera
dijo: «Si esto hubiera sido por Irlanda...»

Existe en la actualidad una revista


especializada ostensiblemente escrita
para mercenarios, llamada «Soldier of
Fortune (Soldado de la Fortuna)». También
en el filme Casablanca, Rick Blaine es un
antiguo mercenario, aunque se deja intuir
que elige el bando en el que lucha por
motivos ideológicos, en lugar de elegir el
mejor postor.
También llamados mercenarios aquellos
que se cambian de trabajo por mejores
expectativas laborales, generalmente el
sueldo, o cuya único apego a su trabajo es
el dinero.

Referencias
1. Robert Baden-Powell (1908). Scouting
for Boys: A Handbook for Instruction
in Good Citizenship. Londres: H. Cox.
pp. xxiv. ISBN 0-486-45719-2.

Enlaces externos
Mercenarios hispanos durante la
Segunda Guerra Púnica
Mercenarios y aventureros blancos en
África central
Historia de los Mercenarios
[1]

Datos: Q178197
Multimedia: Mercenaries

Obtenido de
«https://es.wikipedia.org/w/index.php?
title=Mercenario&oldid=124810791»

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