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PSICOEDUCACIÓN: ANSIEDAD

La terapia cognitiva se basa en que la conducta (la llamaremos D) y las emociones (C) de un
individuo están determinadas en gran medida por su forma de ver el mundo, traducida en sus
pensamientos (B). Es decir, una misma realidad (A) puede verse de diferentes maneras de
acuerdo a nuestras creencias, ideas, supuestos.

Ejemplo

A B C D

Rendir un examen y si me pongo nervioso tensión, malestar No rendir

y no me sale nada?

y si me toma el cap.

que no entendí?

Seria espantoso no aprobar

La terapia cognitiva busca identificar esos pensamientos y creencias disfuncionales para


reemplazarlos por pensamientos más realistas y adaptativos a través de diferentes técnicas.

Es decir, focalizando más específicamente en el tema de los miedos y la ansiedad PARA LA


TERAPIA COGNITIVA, NO SON LAS SITUACIONES EN SI MISMAS LAS QUE GENERAN MIEDO,
SINO LAS EVALUACIONES E INTERPRETACIONES QUE HACEMOS DE ELLAS.

En la terapia cognitiva para la ansiedad a los pacientes se les enseña una máxima “el modo en
que pienso afecta sobre el modo en que siento”

Esquemáticamente se representaría de la siguiente manera:

cognitivo

Estímulo esquema procesos productos emocional conducta

Motor

Los eventos ambientales (e) operan sobre un esquema de base (estructura con significado,
teorías sobre uno mismo, el mundo y el futuro, constructos personales) que organiza y guía la
información entrante y saliente por medio de determinados procesos (atención, percepción,
memoria, análisis inferencial) que generan productos finales o conclusiones (cognitivos,
emocionales y motores) a su vez, estos productos interactúan entre sí y con el ambiente, y
retroalimentan el esquema de base fortificándolo o debilitándolo según sea el caso
(mantenimiento esquemático).

Por ej: en una persona con crisis de pánico que está viajando en micro, un estímulo como
puede ser la aceleración del corazón activa un esquema de amenaza-vulnerabilidad que va a
hacer que su percepción se dirija a todas las fuentes de amenaza (ventanillas cerradas, puerta
lejos, etc), que recuerde situaciones anteriores que se sintió mal, esto dispara pensamientos
del tipo me voy a desmayar, me voy a quedar sin aire, genera miedo y la conducta suele ser la
evitación, lo que tiene como consecuencia que la persona vea cada vez más grande la amenaza
y se sienta con menos recursos para afrontarla.

El modelo cognitivo reconoce la interdependencia entre emoción, comportamiento y


cognición. Si bien es cierto que ciertos pensamientos acarrean ciertas emociones (por ej. Soy
un inútil, todo me sale mal, conduce a sentirse triste) consecuentemente cambiando este
pensamiento por otros más saludables se modificará el estado emocional y hay sobradas
evidencias de esto, también es cierto que esta es solo una parte del problema, porque también
las emociones influyen sobre los pensamientos, es lo que llamamos sesgo en el procesamiento
de la información. Un sesgo se conceptualiza como la preferencia sistemática que un
organismo efectúa guiado por las variables emocionales. Por ej. Se ha demostrado que las
personas en estado de ansiedad tienden a buscar y concentrarse inconscientemente en
estímulos amenazantes del ambiente.

La conducta también posee una fuerte influencia en las emociones. Así una persona con
depresión observa su propio comportamiento de haber permanecido en la cama varios días sin
bañarse y piensa soy un inútil y un sucio y se entristece aún más. En este caso es el mismo
comportamiento que le genera nuevas cogniciones de inutilidad.

La predisposición biológica y las experiencias tempranas interactúan, conformando un nivel de


vulnerabilidad a desarrollar determinadas afecciones. Estas variables también son
denominadas factores predisponentes. Sin embargo, se necesita de ciertos factores
precipitantes o activantes específicos para que se desencadene.

La interacción entre factores biológicos y ambientales promueve la construcción de esquemas


y modos (nivel de vulnerabilidad) que son activados por circunstancias específicas. Dicha
activación direcciona el procesamiento de la información en un sentido congruente con el de
los esquemas, los que generan pensamientos automáticos y respuestas emocionales,
fisiológicas y conductuales como producto de su funcionamiento. Las respuestas, a su vez,
retroalimentan el circuito proporcionando información que podría modificar, alterar o reforzar
los esquemas que los originaron, dependiendo de su flexibilidad y apertura.

En el caso de los trastornos de ansiedad, los pensamientos catastróficos, las emociones, la


activación fisiológica y las conductas disfuncionales interactúan entre sí favoreciendo el
desarrollo de círculos viciosos.

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