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ELENCO

Polly Peachum………………….Eva …
Mrs. Peachum…………………..Lee
Agneta Peachum…….….…….. Macarena
Lucy Brown…………….……….Isabel
Jenny Diver……………………. Diana
Molly……………………..…….. Claudia
Vixen…………………….…….. Rebeca
Betty…………………………… Irene
Mr. Peachum…………..………. David
Mac The Knife………………… Alessandro
Tiger Brown…………………… Juanjo
Matthias……………………….. Aketcha
Filch………………………….... Jesús
Jakob…………………………... Claudia
Walter………………………….. Macarena
Kimball………………………… Jesus
Robert…………………………... Isabel

PRIMER ACTO
ESCENA PRIMERA

Para contrarrestar el creciente endurecimiento del corazón de los hombres, el comerciante j.


Peachum habla abierto una tienda en la que los más miserables entre los miserables podían
lograr un aspecto que conmoviera los corazones más empedernidos

Ropavejero de Jonathan Jeremiah Peachum.

CORAL MATUTINA DE PEACHUM

El joven Brecht era un rebelde que jugaba al ajedrez y tocaba el laúd. Se sentía atraído por lo
distinto, lo extravagante, y se empeña en vivir al margen de las normas de su tiempo, de su
recato y su sentido de disciplina. Desde muy joven demostró que estaba lleno de ideas para
construir una sociedad distinta, mejor. En los bajos fondos londinenses del cambio de siglo, el
elegante capo Mackie Messer se enamora de Polly, la hija del rey de los mendigos Peachum, y
pretende casarse con ella. Al padre no le gusta nada la idea, e intentará desbaratar los planes de
Mackie por diversos medios.

AL PÚBLICO:
1-Hay que encontrar algo nuevo.
2- El negocio es demasiado difícil, porque consiste en suscitar la compasión humana.
3- Hay algunas cosas, pocas, que estremecen a los hombres;
4- Algunas, pero lo malo es que, si se utilizan unas cuantas veces, no surten ya efecto.
5- Porque el hombre tiene la tremenda capacidad de volverse insensible, por decirlo así, a voluntad.
6- Así ocurre por ejemplo que un hombre que ve a otro hombre exhibiendo un muñón en una esquina
está dispuesto a darle la primera vez, por horror, diez peniques;
7- la segunda vez sólo cinco
8- y, si lo ve por tercera vez, lo denuncia fríamente a la policía.
9- Y lo mismo pasa con los auxilios espirituales. Un gran cartel que dice: «Más vale dar que recibir»
desciende desde lo alto.
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10- ¿De qué sirven las máximas más hermosas y convincentes, pintadas en los carteles más atractivos, si
enseguida se gastan?
11- En la Biblia hay cuatro o cinco máximas capaces de conmover el corazón;
12- pero cuando se han gastado se encuentra uno sin nada que llevarse a la boca.
7- Por ejemplo, ese «Dad y se os dará», en apenas tres semanas que lleva aquí colgado se ha deteriorado
de mala forma.
TODOS- Hay que ofrecer siempre algo nuevo. Habrá que recurrir otra vez a la Biblia pero, ¿cuánto
durará aún?
Llaman a la puerta, abre Peachum y entra un muchacho llamado Filch.

FILCH. ¿Peachum & Co.?


PEACHUM. Peachum.
FILCH. ¿Es usted el propietario de la empresa «El Amigo del Mendigo»? Me la han recomendado.
¡Vaya, qué máxi mas! ¡Son un capital! ¡Seguro que tiene una biblioteca entera de cosas así! Esto es
otra cosa. Pero a la gente como nosotros... ¿cómo se nos van a ocurrir? Y sin cultura, ¿cómo va a
prosperar el negocio?
1-PEACHUM. ¿Cómo se llama usted?
FILCH. Mire, señor Peachum desde pequeño he sido desgraciado. Mi madre era una borracha y mi padre
un jugador. Abandonado a mí mismo desde muy pronto, sin las manos amorosas de una madre, me fui
hundiendo cada vez más en la ciénaga de la gran ciudad. Nunca he conocido los cuidados paternales ni
la bendición de un hogar acogedor. Y por eso me ve aquí...
PEACHUM. Por eso lo veo aquí...
FILCH. ... sin recursos y fácil presa de mis bajos instintos.
2-. Como un barco a la deriva en alta mar, etc.
1- Y ahora, dígame, señor barco a la deriva, ¿en qué distrito recita esa letanía?
FILCH. NO le entiendo, señor Peachum.
PEACHUM. ¿Porque eso lo representa en público?
FILCH. Bueno, mire, señor Peachum, ayer hubo un pequeño incidente desagradable en Highland Street.
Yo estaba tan tranquilo y desgraciado en mi esquina, con el sombrero en la mano, sin pensar en nada
malo...
3- hojeando una libreta: Highland Street. Sí, sí, es cierto.
4- Tú eres el cerdo al que Honey y Sam pillaron ayer.
5- Tuviste el descaro de molestar a los transeúntes del distrito 10.
6- Nos contentamos con una paliza porque pensamos que no sabías de la misa la media.
7- Pero si te dejas ver otra vez por allí utilizaremos el serrucho, ¿comprendido?
FILCH. Sí, sí, . ¿Pero qué puedo hacer entonces? Aquellos señores, después de haberme sacudido de lo
lindo, me dieron su tarjeta comercial. Si me quitase ahora la chaqueta, pensaría usted que estaba delante
de un bacalao.
1- PEACHUM. Mi querido amigo, si no pareces un lenguado es que mis muchachos fueron
escandalosamente descuida-dos. De modo que aparece este mocoso y se cree filete,
8- ¿Qué dirías tú si alguien pescase en tu estanque las mejo-res truchas?
FILCH. Bueno... yo no tengo ningún estanque.
PEACHUM. O sea, que las licencias sólo se conceden a los profesionales. Muestra con aire de negocios
un plano de la ciudad.
9- Londres se divide en catorce distritos.
10- Todo el que quiere ejercer en uno de ellos el oficio de mendigo necesita una licencia de Jonathan
Jeremiah Peachum & Co.
11- Sí, si no, podría venir cualquiera... cualquiera que fuera fácil presa de sus bajos instintos.
FILCH. Señores, señoras. sólo unos chelines me separan de la ruina total. Tengo que hacer algo, porque
con dos chelines en el bolsillo...
PEACHUM. Veinte chelines.
FILCH. ¡Señor Peachum!

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Señala suplicante un cartel que dice:
TODOS «¡No hagáis oídos sordos a la miseria!».
Peachum, señala la cortina de una vitrina, en la que dice:
TODOS «¡Dad y se os dará!».
FILCH. Diez chelines.
PEACHUM. Y el cincuenta por ciento en liquidaciones semanales.
12- Con equipo, el setenta.
FILCH. Perdone, ¿en qué consiste ese equipo?
12- ESO lo decide la empresa.
FILCH. ¿Y en qué distrito podría actuar?
PEACHUM. Baker Street, del 2 al 104.
1- Ahí es incluso más barato.
2- Sólo el cincuenta por ciento con equipo.
FILCH. Está bien. Paga.
PEACHUM. ¿Cómo se llama?
FILCH. CHALES FILCH
PEACHUM. Ah sí. Grita: ¡Señora Peachum! Éste es Filch.
TODOS- Éste es Filch.
3- Número trescientos catorce. Distrito, Baker Street.
4- Yo lo inscribiré.
5- Naturalmente, querrá empezar ahora
6- antes de los festejos de la Coronación
7- la única época en la vida en que se puede sacar alguna cosilla.
1-Equipo C. Abre la cortina de una vitrina, en la que hay cinco maniquíes de cera.
FILCH. ¿Qué es eso?
8- SEÑORA PEACHUM. Son los cinco prototipos de miseria capaces de conmover el corazón
humano. Su vista pone al hombre en un estado de ánimo antinatural en el que está dispuesto a soltar
dinero.
9-Equipo A: Víctima del intenso tráfico.
10-El inválido alegre, siempre de buen humor -hace una demostración-, siempre despreocupado;
11-el efecto aumenta con el muñón.
1- Equipo B: Víctima del arte bélico.
12-El temblequeante molesto, que importuna a los transeúntes y actúa causándoles asco -hace una
demostración-,
2- un tanto mitigado por las condecoraciones.
3- Equipo C: Víctima del desarrollo industrial.
4- El ciego lastimoso, o sea, la alta escuela de la mendicidad.
Hace una demostración, caminando vacilante hacia Filch. En el momento en que tropieza con él, Filch
grita horrorizado. Peachum se detiene al instante, lo mira asombrado y de pronto ruge:
1- ¡Le da lástima! ¡Usted no será mendigo en su vida!
8- ¡Alguien así sólo puede ser, en el mejor de los casos, transeúnte! ¡De manera que equipo D! ¡Celia,
otra vez has bebido! Y ahora no ves tres montados en un burro.
5- El número ciento treinta y seis se ha quejado de su atuendo.
1- Cuántas veces tendré que decirte que un caballero no se pone prendas mugrientas.
5- El número ciento treinta y seis pagó por un traje flamante.
6- Las manchas, lo único que podía dar lástima en él, había que echárselas sencillamente con una
plancha y cera de vela.
1-¡No pensáis en nada! ¡Todo tengo que hacerlo yo! A Filch: ¡Desvístete y ponte esto pero cuídalo bien!
FILCH. ¿Y qué pasa con mis cosas?
TODOS- Son de la empresa.

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7- Equipo E: Joven que ha conocido tiempos mejores o al que nadie podía pronosticar este destino.
FILCH. Ah, ¿de manera que las utilizan otra vez? ¿Ypor qué no puedo hacer yo de ése de los tiempos
mejores?
9- Porque a nadie le creen su propia miseria.
10- Si te duele la tripa y lo dices, sólo provocarás repulsión. Además, déjate de preguntas y ponte
esas cosas.
FILCH. ¿No están un poco sucias? Cuando Peachum lo fulmina con la mirada: Perdone, se lo ruego,
perdone.
SEÑORA PEACHUM. Muévete un poco, chaval, no voy a estar sosteniendo estos pantalones hasta
Navidades.
FILCH, de pronto agresivo: ¡Pues las botas no me las quito! De ningún modo. Antes renuncio. Son el
único regalo de mi pobre madre, y nunca, jamás, por muy bajo que caiga...
SEÑORA PEACHUM. Déjate de historias, sé muy bien que tienes los pies sucios.
FILCH. ¿Y cómo quiere que me los lave? ¡En pleno invierno!

MIENTRAS CANTAN LA CANCIÓN, CAMBIO DE ESCENOGRAFÍA Y VESTUARIO


BALADA POPULAR DE MACKIE CUCHILLO
(Feria anual de Soho)

Los mendigos mendigan, los ladrones roban, las putas hacen de putas. Un cantor callejero canta una
balada popular:
Los escualos tienen dientes
que cualquiera puede ver Jenny Towler está muerta:
y Macheath tiene un cuchillo cuchillada al corazón.
pero a él no se le ve. Por el muelle va el Cuchillo
con su aire inocentón.
Las aletas del escualo
son muy rojas al matar. Alfons Glite el cochero
Mack Cuchillo lleva guantes de repente se esfumó.
y no hay nada que observar. ¿Pero dónde se ha metido?
Mack no sabe nada, no.
En el verde y frío Támesis
caen los muertos por doquier. Y ese enorme incendio en Soho
No es la peste ni es el cólera siete niños y un senil...
es que Mackie lo hace bien. Entre el público el Cuchillo
que pasaba por allí.
Un domingo azul y hermoso
hay un muerto junto al mar. Y la viuda jovencita
Alguien dobla allá una esquina: cuyo nombre se sabrá
Mack Cuchillo que se va. fue violada al despertarse.
Mack Cuchillo, ¿dónde estás?
Schmul Meier ya no existe
y lo mismo muchos más.
Mackie tiene su dinero
pero ¿quién le acusará?
De izquierda a derecha, Peachum,
con su mujer y su hija atraviesan la
escena dando un paseo.

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JENNY LA DE LOS TUGURIOS. ¡MackCuchilIo!

ESCENA SEGUNDA
CASA DE LOS PEACHUM

PEACHUM. ¿Dónde está tu hija?


SEÑORA PEACHUM. ¿Polly? Arriba, Agneta aquí.
PEACHUM. ¿Volvió ayer ese hombre?
AGNETA PEACHUM. El que siempre viene cuando tu no estás tú?.
SEÑORA PEACHUM. NO seas tan desconfiado, Jonathan, no hay caballero más distinguido.
AGNETA PEACHUM . Y ese señor capitán se interesa mucho por nuestra Polly.
PEACHUM. Ah.
iSEÑORA PEACHUM. Y si tengo dos dedos de frente, también a Polly le hace tilín.
PEACHUM . Celia, ¡estás despilfarrando a tu hija como si yo fuera millonario! ¿Es que quieres
casarla? ¿Crees que esta porquería de tienda aguantaría una semana si esa gentuza de clientes no
viera otras piernas que las nuestras? ¡Un novio! ¡Enseguida nos tendría en sus garras! ¡Así nos
tendría! ¿Crees que tu hija será capaz de tener la boca cerrada en la cama mejor que tú?
AGNETA PEACHUM . Yo tambien quiero casarme.
SEÑORA PEACHUM. ¡Vaya un concepto que tienes de tu hija! Y tú cállate Agneta.
PEACHUM. Pésimo. El más pésimo de todos. ¡No es más que un montón de sensualidad!
SEÑORA PEACHUM. NO lo habrá heredado de ti.
PEACHUM. ¡Casarse! Mi hija debe ser para mí lo que es el pan para el hambriento -hojeando la
Biblia-; hasta la Biblia lo dice en algún lado. Casarse es, en general, una porquería.
AGNETA PEACHUM. Pues yo quiero casarme tambien.
PEACHUM. Yo le quitaré de la cabeza el matrimonio. Y tú callate Agneta.
SEÑORA PEACHUM. Jonathan, eres sencillamente un ignorante.
PEACHUM. ¡Ignorante!
AGNETA PEACHUM. ¿Y cómo se llama ese señor?
SEÑORA PEACHUM. LO llaman el «Capitán».
AGNETA PEACHUM. Yo quiero casarme con un capitan.
PEACHUM. Ah, ¿de manera que no le habéis preguntado ni el nombre? ¡Muy bien! SEÑORA
PEACHUM. NO íbamos a ser tan groseras como para pedirle la partida de bautismo.
AGNETA PEACHUM. Cuando ha sido tan amable y nos ha invitado a las tres al Hotel del
Calamar, a un bailecito.
PEACHUM. ¿A dónde?
SEÑORA PEACHUM. Al Hotel del Calamar, a un bailecito.
PEACHUM. ¿Capitán? ¿Hotel del Calamar? Vaya, vaya, vaya...
SEÑORA PEACHUM. Ese caballero nos ha tratado siempre, a mi hija y a mí, con guantes de cabritilla.
AGNETA PEACHUM. A mi también, yo creo que tambien le gusto. (la ignoran)
PEACHUM. ¡Guantes de cabritilla!
SEÑORA PEACHUM. Además, la verdad es que siempre lleva guantes, y blancos: guantes blancos de
cabritilla.
PEACHUM. Vaya, guantes blancos
AGNETA PEACHUM. y un bastón de puño de marfil y botines y zapatos de charol y aires de dominador
PEACHUM. y una cicatriz...
SEÑORA PEACHUM. En el cuello. Pero ¿de qué lo conoces? Filch sale de detrás del biombo.
FILCH. Señor Peachum, ¿no podría darme también algún consejo? Siempre he sido partidario del método y
no de hablar al buen tuntún.
SEÑORA PEACHUM, ¡Quiere un método!
PEACHUM. Que haga de idiota. Vuelve esta tarde a las seis y te enseñaremos todo lo necesario. ¡Lárgate!
FILCH. Muchas gracias, señor Peachum, mil gracias. Sale.
PEACHUM. ¡Cincuenta por ciento!...
AGNETA PEACHUM. Guantes blancos, y un bastón de puño de marfil y botines y zapatos de charol y
aires de dominador
PEACHUM. Y ahora te voy a decir quién es ese señor de los guantes: ¡Mackie Cuchillo!
Sube corriendo por la escalera del dormitorio de Polly.

SEÑORA PEACHUM. ¡Por el amor del cielo! ¡Mackie Cuchillo! ¡Jesús! ¡Jesús, no nos abandones!...
¡Polly! ¿Dónde está Polly? Buscan a Polly menos Agneta que se queda en su mundo
AGNETA PEACHUM. Guantes blancos, y un bastón de puño de marfil y botines y zapatos de charol y
aires de dominador. Habla como si tuviera a Mackie a su lado. Hola Mackie, soy Agneta ¿te gusto? Yo me
atrevo a todo, soy mucho mas atrevida que Polly, ella en realidad no esta hecha para tu mundo. Hace como
si tuviera una pistola Yo podria atracar un banco, joyerias, lo que quieras……….. yo soy una delincuente
Peachum desciende lentamente.

PEACHUM. Se queda observando a Agneta Y tú que haces, estas loca. Busca a tu Hermana.
AGNETA PEACHUM. Sin gana Polly, Polly
PEACHUM. ¿Polly? Polly no ha vuelto a casa.
AGNETA PEACHUM. La cama está sin deshacer.
SEÑORA PEACHUM. Se habrá ido a cenar con el comerciante de lana. ¡Seguro, Jonathan!
PEACHUM. ¡Dios quiera que haya sido con el comerciante de lana!
AGNETA PEACHUM. Si, Dios lo quiera
El señor y la señora Peachum se sitúan delante del telón y cantan. Iluminación de canción: se ilumina el
órgano. Sujetas a una barra, descienden de lo alto tres lámparas, y un cartel dice:
CANCIÓN DEL EN-VEZ-DE

PEACHUM
En vez de
quedarse en su casa dentro de su cama
¡Quieren... no sé!
Porque dicen que quien nunca llora nunca mama.
SEÑORA PEACHUM
Eso es la luna del Soho.
Eso es el maldito «Ay-me-late-el-corazón».
Eso es el «Donde vayas tú, ¡también iré yo,
Johnny!». Cuando el amor crece y la luna no.
PEACHUM
En vez de
hacer algo que tenga sentido, sí ¡Hacen... no sé!
Y revientan luego claro está por ahí.
LOS DOS
¿Dónde está su luna del Soho?
Dónde está su maldito «Ay-me-late-el-corazón».
Dónde está el «Donde vayas tú, ¡también iré yo,
Johnny!».
Cuando el amor cesa y la mierda quedó.

ESCENA TERCERA
En el corazón de Soho, el bandido Mackie cuchillo celebra su boda con Polly Peachum, la hija del rey de
los mendigos. Una cuadra vacía.
MATTHIAS, alias Matthias Monedas, que lleva un revólver, enciende la luz de la cuadra: ¡Eh, arriba las
manos si hay alguien!
Entra Macheath y se da una vuelta por el proscenio.

MACHEATH. ¿Qué, hay alguien por ahí?


MATTHIAS. ¡Nadie! Aquí podremos celebrar tranquilos nuestra boda!
POLLY, entrando vestida de novia: ¡Pero si esto es una cuadra!
AGNETA. ¡Que bonito, te vas a casar en una cuadra. Es como un portal de belen con su pesebre, su
pajita……… Y estarán el buey y la mula?
MATTHIAS. ¿Y esta que parece un loro quien es?
AGNETA. Hola, soy la hermana de Polly, somos casi gemelas.
MATTHIAS. Sacando el revolver. Yo soy Matthias alias el monedas.
AGNETA. ¿El monedas? Y que es eso que tienes en la mano, parece un revolver?
MATTHIAS. Efectivamente señorita, hay que estar preparado para cualquier cosa.
MAC. Siéntate un momento en el pesebre, Polly. Al público: En esta cuadra se celebrará hoy mi boda con
la señorita Polly Peachum, que me ha seguido por amor para compartir en adelante mi vida.
MATTHIAS. Muchos en Londres dirán que es lo más atrevido que has hecho hasta ahora: sacar de su casa
a la única hija del señor Peachum.
MAC. ¿Quién es el señor Peachum?
MATTHIAS. Él diría que es el hombre más pobre de Londres.
AGNETA. Perdón pero mi padre, nuestro padre es un señor muy trabajador y muy honrado y mas vale que
no se entere de que Polly se va a casar porque si no……….. el revolver te va a servir de muy poco.
POLLY. ¿No querrás celebrar aquí nuestra boda?
AGNETA. ¡Esto es una cuadra de lo más vulgar! No puedes traer aquí al señor pastor.
POLLY. Y además ni siquiera es nuestra. La verdad es que no deberíamos comenzar nuestra vida con un
allanamiento de morada, Mac. Al fin y al cabo, se trata del día más feliz de nuestra vida.
MAC. Querida niña, todo se hará como tú desees. Tu pie no tropezará con piedra alguna. Enseguida traerán
el mobiliario.
MATTHIAS. Ahí llegan los muebles.
Se oye llegar grandes camiones y entre media docena de personas con alfombras, muebles, vajillas, etc.,
que transforman la cuadra en un local de elegancia exagerada1'*.
MAC. Pacotilla.
Los señores depositan a la izquierda los regalos, felicitan a la novia y se dirigen al novio.

JAKOB, alias Jakob Dedos de Gancho: ¡Enhorabuena! En el 14 de Ginger Street había gente en el primer
piso. Tuvimos que fumigarlos.
ROBERT, alias Roben Serrucho: Enhorabuena. En el Strand la ha diñado un policía.
MAC. Aficionados.
JAKOB. Se ha hecho lo que se ha podido, pero ha sido imposible salvar a tres en el West End. MAC.
Enhorabuena.
ROBERT. Aficionados y chapuceros.
WALTER. Un señor anciano ha quedado un tanto deteriorado. Pero no creo que sea nada serio.
Enhorabuena. Hola señorita, perdón señoritas, soy Walter, Walter alias Walter Sauce Llorón el fino, porque
mis trabajos son…………. Finísimos.
MAC. Mis instrucciones son evitar el derramamiento de sangre. Me pongo malo sólo al pensarlo. ¡Nunca
seréis hombres de negocios! ¡Caníbales puede; pero no hombres de negocios!
WALTER: Enhorabuena. Este clavicordio, señora, pertenecía hace media hora apenas a la duquesa de
Somersetshire.
POLLY. ¿Pero qué muebles son éstos?
MAC. ¿Te gustan, Polly?
AGNETA. Que está encantada con todo lo que sucede, abre regalos, se mueve de un lado a otro, parece la
novia. Polly, es maravilloso, mira cuantas cosas. ¡Ay cuando encontraré a mi príncipe azul!
POLLY, llorando: Toda esa pobre gente, por unos muebles.
MAC. ¡Y qué muebles! ¡Porquerías! Tienes toda la razón del mundo en enfadarte. Un clavicordio de palo
de rosa y un sofá Renacimiento. Es imperdonable. ¿Pero es que no hay ni una mesa?
WALTER. ¿Una mesa?

Colocan unas tablas sobre los pesebres.

POLLY. ¡Ay, Mac! ¡Qué desgraciada soy! Con tal de que, por lo menos, no venga el señor pastor.
AGNETA. Entonces quien te casará Polly?
MATTHIAS. Claro que vendrá. Le hemos indicado muy bien el camino.
WALTER, presentando una mesa: ¡Una mesa!
MAC, viendo que Polly llora: Mi esposa está fuera de sí. ¿Dónde están las otras sillas? ¡Un clavicordio y
ninguna silla! Es que no piensan. Para una vez que celebro mi boda, como si eso pasara todos los días.
¡Cállate la boca, Sauce Llorón! ¿Cuántas veces, me pregunto, os he encargado algo? Y lo primero que se os
ocurre es hacer desgraciada a mi esposa.
ROBERT. Querida Polly...
MAC, quitándole de un manotazo el sombrero de la cabezal ¡«Querida Polly»! Te voy a hundir la cabeza
en las tripas si vuelves a decir «querida Polly», so mierda. ¿Se puede aguantar: «querida Polly»? ¿Es que te
has acostado con ella?
POLLY. ¡Mac!
ROBERT. Te juro que...
WALTER. Señora, si faltan algunas piezas en el ajuar, ya nos ocuparemos...
MAC. Un clavicordio de palo de rosa y ninguna silla. Se ríe. ¿Qué dice a eso la novia?
POLLY. La verdad es que no es eso lo peor.
MAC. Dos sillas y un sofá, ¡y los novios que se sienten en el suelo!
POLLY. ¡Si, habrá que ver!
MAC. Asperamente: ¡Serradle las patas al clavicordio! ¡Vamos! ¡Vamos!
AGNETA. ¡No, al clavicordio no! Polly eres una insoportable y nunca te conformas con nada.

Cuatro Hombres Sierran Las Patas Del Clavicordio Mientras cantan:

Bill Lawgen y MarySyer


son ahora marido y mujer.
Cuando estaban ante el funcionario
no sabía él de dónde era el vestuario
ni ella sabía el nombre de su partener.
¡Viva!

WALTER. ¡Y así, en fin de cuentas, tenemos un banco, señora!


MAC. Y ahora, ¿podría pedir a los señores que se quitaran esos andrajos de mierda y se vistieran
decentemente? Al fin y al cabo, no se trata de una boda cualquiera. Y vosotras Polly y Agneta,
¿podría pediros que os ocuparais de las cestas de la manducancia?
POLLY. ¿Es esto el banquete de boda? ¿Todo robado, Mac?
MAC. Naturalmente, naturalmente.
POLLY. Y qué harías si llamasen a la puerta y entrase el sheriff MAC.
AGNETA. Te demostraría de lo que es capaz tu marido.
MATTHIAS. Hoy no hay cuidado. Todos los guardias de a caballo están, como es lógico, en
Daventry. Han ido a escoltar a la Reina para la coronación del viernes.
POLLY. ¡Dos cuchillos y catorce tenedores!
AGNETA. Un cuchillo por silla.
MAC. ¡Qué fracaso! ¡Esto es un trabajo de principiantes, no de hombres hechos y derechos! ¿Es que
no tenéis ni idea de estilos? Hay que saber distinguir el Chippendale del Luis XIV.

La panda regresa, y sus miembros llevan ahora elegantes trajes de noche, pero por desgracia su
comportamiento no concuerda con su atuendo.

WALTER. La verdad es que hemos querido traer las cosas más costosas. ¡Mira esta madera!
AGNETA. Un material absolutamente de primera clase.
MATTHIAS. ¡Ssst! ¡Sst! Permítame, Capitán...
MAC. Polly, ven aquí.
La pareja adopta una actitud de circunstancias.
MATTHIAS. Permítame, Capitán, que en el día más feliz de su vida, en el mayo florido de su
carrera, quiero decir, en este momento decisivo, formulemos los votos de felicidad más cordiales y al
mismo tiempo más efusivos y demás. Este tono solemne da asco. En fin, para abreviar le estrecha la
mano a Mac: ¡Ánimo, chico!
MAC. Gracias, ha sido muy simpático por tu parte, Matthias.
MATTHIAS, estrechando la mano de Polly después de haber abrazado conmovido a Mac: ¡Sí, me
ha salido de dentro! Así pues, no hay que bajar la cabeza, viejo paquebote, quiero decir -con una
mueca-, que la cabeza no hay que bajarla.
Carcajadas estrepitosas de los invitados. De pronto, Mac derriba a Matthias con una llave rápida.
MAC. Cierra el pico. Esas indecencias se las puedes soltar a tu Kitty, que es una furcia que se lo
merece.
POLLY. Mac, no seas ordinario.
MATTHIAS. Bueno, tengo que protestar por haber llamado furcia a Kitty... Se levanta con esfuerzo.
MAC. Ah, ¿de modo que tienes que protestar?
MATTHIAS. Y además, nunca suelto indecencias ante ella. Para eso la respeto demasiado. Pero eso
no puedes entenderlo tú, siendo como eres. Precisamente tú vas a hablar de indecencias. ¡Te crees
que Lucy no me ha contado lo que le dijiste a ella! Comparado contigo, yo soy un guante de
cabritilla.

Mac lo mira de hito en hito.

JAKOB. Vamos, vamos, que esto es una boda. Lo apartan.


AGNETA. Bonita boda, ¿eh, Polly?
MAC. El día de tu matrimonio y tienes que verte rodeada de este montón de mierdas. Eso no te lo
esperabas: ¡que los amigos de tu marido lo dejaran de esta forma en la estacada! Siempre se aprende.
AGNETA. Yo lo encuentro todo muy simpático.
ROBERT. Bobadas. No se trata de dejar a nadie en la estacada. Siempre puede haber diferencias de
opinión. Tu Kitty vale tanto como cualquiera. Y ahora saca tu regalo de boda, viejo Monedas.
TODOS. ¡Venga, vamos, vamos!
MATTHIAS, ofendido: Aquí está.
POLLY. Ay, un regalo de boda. Es usted muy amable, señor Matthias Monedas.
AGNETA. Quitando el regalo a Polly. Mira, Polly, qué camisón más bonito.
MATTHIAS. A lo mejor es también una indecencia, ¿no, Capitán?
MAC. Está bien. No quería ofenderte en este día tan solemne.
WALTER. ¿Y qué me dicen de esto? ¡Chippendale! Descubre un gigantesco reloj de péndulo
Chippendale.
MAC. Luis XIV.
POLLY. ES maravilloso. Me siento tan feliz. No encuentro palabras.
AGNETA. Polly no es maravilloso, sus atenciones son tan increíbles. Lástima que no tengais una
casa para ellas, ¿verdad?
MAC. Bueno, considéralo como un principio. Todos los principios son difíciles. Te lo agradezco
mucho también a ti, Walter. Bueno, ahora quitad esas cosas. ¡La cena! JAKOB, mientras los demás
preparan la mesa: Yo, naturalmente, tampoco he traído nada. Con calor, a Polly: Tiene que creerme,
señorita, me resulta muy desagradable.
POLLY. Señor Jakob Dedos de Gancho, eso no tiene ninguna importancia.
JAKOB. Todos los muchachos llegan con montones de regalos y yo con las manos vacías. Póngase
en mi lugar pero siempre me pasa lo mismo. ¡Podría contarle tantos casos! Es que no se lo creería.
Hace poco me encuentro con Jenny la de los Tugurios y le digo: eh, cochinota...de pronto se da
cuenta de que está detrás de él y se va sin decir nada más.
MAC, llevando a Polly a su asiento: Es la mejor cena que podrías tener en un día como éste Polly.
¡Por favor!

Todos se sientan a la mesa".

ROBERT, señalando el servicio: Bonitos platos, del Hotel Savoy.


JAKOB. Los huevos a la mayonesa son de Selfridge. Estaba previsto también un tarrito de paté. Pero
se lo comió Jimmy de rabia por el camino, porque tenía un agujero en el estómago.
WALTER. Entre gente fina no se habla de agujeros.
MAC. ¿No hay nadie que cante algo? ¿Algo regocijante?
MATTHIAS, atragantándose de risa: ¿Algo regocijante? Es una palabra estupenda. Bajo la mirada
aplastante de Mac, se sienta desconcertado.
MAC, quitándole a uno el plato de la mano de un manotazo: En realidad, no quería empezar todavía
la comida. Me hubiera gustado más que no os hubierais puesto de golpe «a la mesa y a la cosa», sino
que hubiera habido antes un poco de ambientación. En un día así otra gente hace siempre algo.
JAKOB. ¿Como por ejemplo qué?
MAC. ¿Es que tengo que pensar yo en todo? No os estoy pidiendo que me cantéis una ópera. Pero
hubierais podido También preparar algo que no consistiera sólo en zampar soltar indecencias.
AGNETA. Bueno, en un día así es cuando se ve precisamente qué puede esperar uno de sus amigos.
Todos miran a Agneta.
POLLY. El salmón está buenísimo, Mac. Polly, te puedes callar un rato?
ROBERT. Sí algo así no debe de haberlo catado usted nunca. Con Mackie Cuchillo se come así
todos los días. Ha acertado de pleno. Siempre lo he dicho: Mac es un buen partido para cualquier
chica que sepa lo que se hace. Ayer mismo se lo decía Lucy.
POLLY. ¿Lucy? ¿Quién es Lucy, Mac?
AGNETA. Si, ¿Quién es Lucy? ¡Ay, esto me huele muy mal, pero no te preocupes Polly porque yo
limpiaré tu honor si es necesario. Se pone en actitud de matona. Hablad ahora mismo muchachos,
vamos, no tenemos todo el día, estamos celebrando la boda de mi hermana y eso…………. Es
sagrado. Hablad. Todos la vuelven a mirar.
JAKOB, desconcertado: ¿Lucy? Bueno, sabe, no debe usted tomárselo tan a pecho.
Matthias se ha puesto en pie a espaldas de Polly y hace grandes gestos con los brazos para que
Jakob se calle.
POLLY, viéndolo: ¿Quiere algo? ¿La...? ¿Qué estaba diciendo, señor Jakob?
JAKOB. Oh, nada, absolutamente nada. La verdad es que no quería decir básicamente nada. Si me
mordiera la lengua alguna vez...
MAC. ¿Qué tienes en la mano, Jakob?
JAKOB. Un cuchillo, Captn.
MAC. ¿Y qué tienes en el plato?
JAKOB. Una trucha, Captn.
MAC. Ah, y con ese cuchillo te comes la trucha. Jakob, es inaudito, ¿has visto algo parecido, Polly?
¡Come el pescado con el cuchillo! ¿me entiendes, Jakob?
AGNETA. Quien hace una cosa así es un cerdo, Tienes mucho que aprender. Verás de todo, Polly,
antes de poder sacar partido de este montón de mierdas. ¿Sabéis siquiera lo que es un ser humano?
WALTER. ¿Un ser humano o el ser humano?
POLLY. ¡Tendría que darle vergüenza, señor Walter!
MAC. Así que no queréis cantar alguna canción, algo que haga este día más bonito. ¿Tendrá que ser
un día de mierda triste, corriente, tan condenado como siempre? ¿Hay alguien por lo menos en la
puerta? ¿Es que tengo que ocuparme yo también de eso? ¿Tendré que ponerme yo en la puerta para
que vosotros podáis atiborraros a mi costa?
WALTER, malhumorado: ¿Qué quiere decir eso de a mi costa?
WALTER. ¡Basta, iré yo. ¡Pero quién va a venir aquí! Sale.
JAKOB. Eso sería chusco, ¡que en un día así nos metieran en chirona a todos los invitados de la
boda!
WALTER. entrando a toda prisa: ¡Eh, Captn, la poli! ¡Brown el Tigre!
MATTHIAS. Qué bobada, es el reverendo Kimball.
Entra Kimball.
TODOS, vociferando: ¡Buenas noches, reverendo Kimball!
KIMBALL. Vaya, por fin os encuentro. Es una covacha pequeña ésta. Pero estaremos en nuestra
casa.
MAC. En casa del duque de Devonshire.
POLLY. Buenos días, reverendo; ay, me siento muy feliz de que usted, en el día más feliz de nuestra
vida...
MAC. Ahora os pido una cantata en honor del reverendo Kimball.
MATTHIAS. ¿Y si cantamos Bill Lawgen y Mary Syer?
JAKOB. Muy bien, Bill Lawgen resultaría muy apropiado.
KIMBALL. ¡Sería muy bonito que cantaseis algo, muchachos!
MATTHIAS. Vamos allá, señores.
Tres hombres se levantan y cantan titubeando, desganados e inseguros:

CANCIÓN DE BODA PARA POBRES

Bill Lawgen y Mary Syer


son ahora marido y mujer.
¡Vivan muchos años, vivan, vivan, vivan!
Cuando estaban ante el funcionario
no sabía él de dónde era el vestuario
ni ella sabía el nombre de su partener.
¡Viva!
Sabe usted qué hace su mujer? ¡No!
¿Va a dejar esa vidorra? ¡No!
(¡Vivan muchos años, vivan, vivan, vivan!)
Bill Lawgen hace poco:
¡Su cosita es que me trae loco!
Qué cerdo.
¡Viva!

MAC. ¿Y eso es todo? ¡Mísero!


MATTHIAS, atragantándose otra vez: Mísero, ésa es la palabra exacta, señores, mísero. MAC. ¡Tú
te callas!
MATTHIAS. Bueno, lo que quiero decir es que ha faltado entusiasmo, fuego y todo eso.
POLLY. Señores, si nadie quiere interpretar nada, seré yo quien cante algo, imitando a una chica que
vi una vez en una de esas tabernas de cuatro cuartos de Soho.
AGNETA. Me acuerdo Polly: era la fregona y deben saber que todos se reían de ella, y que ella
entonces se dirigía a los clientes diciéndoles lo que les voy a cantar.
POLLY. Si Agneta, ¿te acuerdas? Este es el pequeño mostrador, detrás del cual estaba ella de la
mañana a la noche, tienen que imaginárselo horriblemente sucio.
AGNETA. Esto es el cubo de enjuagar y esto el trapo con el que secaba los vasos. Donde están
ustedes sentados se sentaban los señores que se reían de ella.
POLLY. También ustedes pueden reírse para que la escena sea igual; pero si no pueden, da lo
mismo. Empieza a fingir que lava vasos, refunfuñando para sí. Ahora uno de ustedes dice, por
ejemplo -señalando a Walter-, usted: ¿Qué, cuándo llegará tu barco, Jenny?
WALTER. ¿Qué, cuándo llegará tu barco, Jenny?
POLLY. Y otro dice, por ejemplo usted: ¿Todavía lavas vasos Jenny, tú, la novia del pirata? MATTHIAS. ¿Todavía lavas vasos,
Jenny, tú, la novia del pirata?
POLLY. Bueno, y ahora empiezo yo.

Iluminación de canción: luz dorada. Se ilumina el órgano. Sujetas a una barra, descienden de lo alto tres lámparas, y un cartel
dice:

JENNY LA DE LOS PIRATAS


1 Ay señores, hoy me ven aquí y lavando vasos
y yo hago las camas silbando.
Y si hoy me dan un penique yo doy gracias por él.
Yya ven mis andrajos y este andrajoso hotel.
YNo saben quién les está hablando.
Pero una noche se oirá gritar en el puerto
y ¿qué gritos son ésos? se dirá.
Y me verán sonreír entre mis vasos
y ¿de qué se ríe? se oirá.
Será un barco velero
con cincuenta cañones
que atracará.

2 Dicen: lava esos vasos para hoy.


Me dan un penique si voy.
¡Y yo cojo el penique, y la cama ya está!
(Pero nadie podrá dormir en la cama más.)
Y no saben ustedes aún quién soy yo.
Pero una noche habrá un gran ruido en el puerto
Pero qué ruido es ése? se dirá.
Y estaré allí juntoala ventana.
Y esa mueca? se preguntarán.
Y ese barco velero
con cincuenta cañones
Nos bombardeara.

3 Y señores, dejarán entonces de reír


y los muros verán derribar
y toda la ciudad será arrasada.
Sólo un costroso hotel quedará como si nada
y; ahí quién vive? se oirá preguntar.
Y en esa noche un griterío se va a escuchar
y dirán: ¿por qué no lo han tocado?
Y me verán salir a mí cuando sea de día
y dirán: ¿vivirá ahí sin cuidado?
Y ése barco velero
con cincuenta cañones
la bandera izará.
4 Centenares a las doce bajarán a tierra
y por la sombra avanzarán
y treparán a todos, puerta por puerta
y encadenados vendrán a la cubierta
y ¿a quién matamos? preguntarán.
Y ese día habrá silencio en el puerto
si preguntan quién va a morir.
Me oirán entonces a mí decir: ¡Todos!
Y al rodar las cabezas, diré: ¡Hópala!
Y ese barco velero
con cincuenta cañones
conmigo zarpará

MATTHIAS. ¿Muy bonito, chusco, eh? ¡Cómo te sueltan las cosas estas señoras!
MAC. ¿Cómo que bonito? ¡Eso no es bonito, idiota! Eso es arte y no sólo algo bonito. Has estado
magnífica, Polly Pero con estos guarros, disculpe, reverendo, es inútil. En voz baja, a Polly:
Además, no me gusta en ti ese exhibicionismo, y harás el favor de evitarlo en lo sucesivo. Risas en
torno a la mesa. La panda se divierte a costa del pastor. ¿Qué tiene en la mano, reverendo?
JAKOB. ¡Dos cuchillos, Captn!
MAC. ¿Qué tiene en el plato, reverendo?
KIMBALL. Salmón, creo.
MAC. Ah, ¿y el salmón, verdad, se come con cuchillo?
JAKOB. ¿Habéis visto nada parecido? Se zampa el pescado con cuchillo; quien hace algo así es un...
MAC. Cerdo. ¿Me entiendes, Jakob? Tienes mucho que aprender.
ROBERT, entrando a la carrera: Eh, Captn, la poli. El sheriff en persona. ¡Brown, Brown el Tigre!
AGNETA. Brawn el Tigre y ¿ese quien es? El tigre, Polly creo que me he enamorado aun sin verle.
ROBERT. Sí, Brown el Tigre, exacto. Es Brown el Tigre, el sheriff jefe de Londres, el puntal de Oíd
Bailey, quien ahora viene a la miserable cabaña del Captn Macheath.
MAC. ¡Tenéis mucho que aprender!
JAKOB. ¡Esto es la horca!

Entra Brown.

MAC. ¡Hola, Jackie!


BROWN. ¡Hola, Mac! No tengo mucho tiempo, he de irme en seguida. ¿Tenía que ser precisamente
en una cuadra que no es tuya? ¡Otro allanamiento de morada!
MAC. Pero, Jackie, resulta tan cómoda, me alegro de que hayas venido a celebrar la boda de tu
viejo Mac. Te voy a presentar en seguida a mi esposa, de soltera señorita Peachum. Polly, éste es
Brown el Tigre, ¿qué te parece, muchacho? Le da palmadas en la espalda. Y éstos son mis amigos,
Jackie, debes de haberlos visto a todos alguna vez.
AGNETA. Y yo soy Agneta, la hermana de Polly que he venido a la boda en representación de mi
familia porque mis padres no saben nada y cuando se enteren se va a armar gorda. Pero todo esto es
tan romántico………… Soy Agneta y estoy soltera.
BROWN, molesto:Encantada señorita. Sin hacer mucho caso a Polly y acercándose a Mac. Estoy
aquí con carácter privado, Mac.
MAC. También ellos. Los llama. Ellos vienen con las manos en alto. ¡Eh, Jakob!
BROWN. Éste es Jakob Dedos de Gancho, un verdadero cerdo.
MAC. ¡Eh Robert, eh Walter!
BROWN. Bueno, por hoy corramos un tupido velo.
MAC ¡Eh Robert, eh Matthias!
BROWN. ¡Siéntense, señores, siéntense!
ALLE. Muchas gracias, señor.
BROWN. Me alegro de conocer a la encantadora esposa de mi viejo amigo, Mac.
POLLY. ¡Es usted muy amable, señor!
MAC ¡Siéntate, viejo paquebote, y navega en whisky a toda máquina!... ¡Polly, señores! Hoy se
encuentra entre ustedes un hombre al que una inescrutable decisión real ha colocado muy por encima
de sus semejantes y que, sin embargo, ha seguido siendo mi amigo en medio de todas las tormentas y
peligros y todo eso. Ya saben a quien me refiero, y tú también lo sabes, Brown. Ay, Jackie, ¿te
acuerdas de cuando los dos, tú soldado y yo soldado, servíamos en el ejército de la India? Ay, Jackie,
¡vamos a cantar la canción de los cañones!

CANCIÓN DE LOS CAÑONES


1
John estaba allí, Jim vino también
y a Georgie lo hicieron sargento
y ellos van hacia el norte en un tren
pero al Ejército le importa un pimiento.
Marchan legiones
con sus cañones
de Cap a Couch Behar.
Y aunque les llueva
no hay quien se atreva
y a cualquier raza
blanca o negraza
ellos van y la transforman en carne de picar.

2
Johnny encontró el whisky calentorro
y Walter quiso otra manta más.
Pero Georgie los agarró por el gorro:
El Ejército no puede dar marcha atrás.
Marchan legiones
con sus cañones
de Cap a Couch Behar.
Y aunque les llueva
no hay quien se atreva
y a cualquier raza
blanca o negraza
ellos van y la transforman en carne de picar.

3
John está muerto, a Jim ni lo coja
Georgie es un harapo macilento
pero la sangre sigue siendo roja
¡Ahí está otra vez el reclutamiento!
Mientras, sentados, marchan con los pies:
Marchan legiones
Y aunque les llueva
no hay quien se atreva
y a cualquier raza
blanca o negraza
ellos van y la transforman en carne de picar.
con sus cañones
de Cap a Couch Behar.

MAC. Aunque la vida, con sus corrientes impetuosas, nos haya separado a los dos, viejos amigos de
juventud; aunque nuestros intereses profesionales sean muy distintos, incluso, podrían decir algunos,
francamente contrapuestos, nuestra amistad ha sobrevivido a todo. ¡Tenéis mucho que aprender!
Castor y Pólux, Héctor y Andró-maco, etcétera. Rara vez yo, simple salteador de caminos, bueno, ya
sabéis lo que quiero decir, he dado un pequeño golpe sin transferirle a él, mi amigo, parte del
producto, una parte considerable, Brown, como presente y prueba de mi inconmovible fidelidad, el
todopoderoso Jefe de Policía, ha organizado una redada sin hacerme llegar antes a mí, su amigo de
juventud, un pequeño aviso. Pausa, porque Brown está contemplando un tapiz preocupado. Shiraz
auténtico.
BROWN. De la Compañía Oriental de Alfombras.
MAC. Sí, nos servimos siempre allí. Sabes, tenía que tenerte hoy aquí, Jackie, espero que no te resulte
demasiado violento en tu situación.
BROWN. Ya sabes, Mac, que a ti no puedo negarte nada. Pero tengo que irme, tengo realmente tantas
cosas en la cabeza; si durante la Coronación de la Reina ocurriese el más mínimo incidente...
MAC. Oye, Jackie, sabes, mi suegro es un jamelgo asqueroso. Si intenta meterme en algún lío, ¿hay
algo en Scotland Yard contra mí?
BROWN. En Scotland Yard no hay absolutamente nada contra ti. MAC. Lógico.
BROWN. Eso ya lo he arreglado yo. Buenas noches.
MAC. ¿NO os ponéis de pie?
AGNETA. Adiós Brawn, el tigre………. Se queda mirándole mientras sale.
BROWN, a Polly: ¡Mis mejores votos! Sale, acompañado de Mac. JAKOB que entretanto, con
Matthias y Walter, ha estado conferenciando con Polly: Tengo que confesar que antes no pude
evitar ciertos temores al saber que llegaba Brown el Tigre.
MATTHIAS. Sabe usted, señora, estamos bien relacionados con las más altas autoridades.
WALTER. SÍ, Mac tiene siempre alguna carta guardada de la que nosotros no sabemos nada.
JAKOB. Pero nosotros tenemos también nuestras cartitas guardadas. Señores, son las nueve y
media.
MATTHIAS. Y ahora viene lo mejor.
Todos se dirigen hacia el fondo, detrás del tapiz, que oculta algo. Entra Mac.
MAC. Bueno, ¿qué pasa?
MATTHIAS. Captn, otra pequeña sorpresa.
Cantan detrás del tapiz la canción de Bill Lawgen, muy expresivamente y en voz baja. Pero al decir
«el nombre de
su partener» Matthias echa abajo el tapiz y todos siguen cantando a voz en grito, dando golpes en
la cama, que está detrás.
MAC. Gracias, compañeros, gracias.
WALTER. Bueno, y ahora hacemos mutis en silencio.
AGNETA: Adios chicos, ha sido un placer conoceros. Nos veremos en breve, gracias, gracias por
todo, nunca habia vivido algo tan emocionante, nunca lo olvidaré. Ya formo parte de la banda todos
la miran perplejos, he hecho un juramento de honor. Adios, voy a acostarme.
POLLY. Querida, en esta cama, solo cabemos dos y Mac y yo, ya somos dos. FUERAAAAAA
AGNETA. Pero Polly, ahora que hago yo? ¿No me puedo quedar? No haré ruido, lo prometo.
TODOS: FUERAAAAAAAAAAAA
Salen todos. Pero en realidad la única que sale es Agneta, los demás se quedan alrededor de la
cama formando un cuadro escénico.
MAC. Pero hay que dar lo suyo también al sentimiento. De otro modo, el hombre se convierte en una
bestia profesional. ¡Siéntate, Polly!

Música.
MAC. ¿Ves la luna sobre Soho?
POLLY. La veo, cariño. ¿Sientes cómo me late el corazón,
amor mío? MAC. LO siento, amor mío. POLLY. A donde tú vayas, iré yo. MAC. Y
donde tú estés, allí estaré yo.
LOS DOS
Y aunque no haya papel bendecido
ni haya flores en el altar
y no sepa dónde compraste el vestido
ni tengas mirto que llevar...
El plato en que el pan que comes está:
¡No lo mires más, tíralo!
El amor dura o acaso no
y tanto aquí como allá.

ESCENA CUARTA (Casa de los Peachum)

PARA PEACHUM, QUE SABE DE LA CRUELDAD DEL MUNDO, LA PÉRDIDA DE SU HIJA


EQUIVALE A UNA RUINA TOTAL. Ropavejero de Peachum. A la derecha, Agneta, Peachum y
señora. En la puerta está Polly con abrigo y sombrero, y con una bolsa de viaje en la mano.
SEÑORA PEACHUM. ¿Casada? Primero la cubres de vestidos y sombreros y guantes y sombrillas, de la
cabeza a los pies, y cuando ha costado ya tanto como un yate, ella misma se tira a la basura como un
pepino podrido. ¿De verdad que se ha casado? Contesta Agneta, ¿Por qué no lo impediste? Agneta,
solo mira a su hermana y da un suspiro.
Iluminación de canción: luz dorada. Se ilumina el órgano. Sujetas a una barra de lo alto descienden tres
lámparas, y un cartel dice:
POLLY INFORMA A SUS PADRES, CON UNA CANCIONCILLA, DE SU CASAMIENTO
CON EL BANDIDO MACHEATH (terminar la distribución de la canción entre Polly y Agneta)

POLLY
Antes pensaba, cuando aún era inocente
y lo fui como tú eres ahora,
tal vez tenga también yo a un hombre
y habré de saber cómo se adora.

AGNETA
Si tiene dinero
y si es muy simpático,
lleva el cuello limpio como yo
y si sabe cómo se trata a una dama
yo le diré que «no».

POLLY
Tendré así lafrente muy alta
No dirán que «se perdió».
Claro está que aún brilla la luna,
Que la luna va surcando la laguna
pero nada más pasó.
sí lo que importa es no abandonarse.
Sí hay que ser fría como yo.
Tantas cosas podrían darse
pero la respuesta es: no.
El primero en llegar era de Kent.
Era como se debe ser.
El segundo, tres buques anclados
y a otro lo hice enloquecer.
Como tenían dinero
eran muy simpáticos,
con el cuello limpio como yo
y sabían cómo se trata a una dama
Fui y les dije que «no».
Tantas cosas podrían darse
pero es todo lo que pasó.
Nadie dijo: «se perdió».
Sí, hay que ser fría como yo.
Sí, lo que importa es no abandonarse.
Tuve así la frente muy alta
que la barca va surcando la laguna.
Claro está que aún brilla la luna
pero la respuesta es: no.
Pero un buen día, un buen día azul
vino uno y no me rogó
y colgó su sombrero en el clavo de mi alcoba
y no supe ya qué pasó.
Como no tenía dinero,
como no era simpático,
no tenía el cuello limpio como yo
como no sabía cómo tratar a una dama
a él no le dije «no».
No tuve así la frente muy alta
y dijeron: «se perdió».
De noche brillaba aún la luna
y la barca estaba atada en la laguna.
¡Claro está que todo sucedió!
Lo que hay que hacer es abandonarse,
no se puede ser fría como era yo.
Tantas cosas pueden darse,
la respuesta no es siempre: no.

PEACHUM. O sea, que se ha convertido en la furcia de un delincuente. Eso está bien. Resulta muy
agradable.
SEÑORA PEACHUM. Ya que eres tan inmoral como para casarte, ¿tenía que ser precisamente con un
ladrón de caballos y salteador de caminos? ¡Lo vas a pagar muy caro! Tenía que haberlo visto venir.
AGNETA. Sí mamá ¡Ya de niña se daba unos aires que ni la reina de Inglaterra!
PEACHUM. ¡O sea, que de verdad se ha casado!
AGNETA. Se ha casado, que yo estaba alli y vino un reverendo y todo, también vino Brown “El
tigre” Augggggg
PEACHUM. Un delincuente notorio. Pensándolo bien, ese hombre ha demostrado una gran audacia. Si
pierdo a mi hija, que es el último recurso de mi vejez, se derrumbará mi hogar y no tendré ni un
perro que me ladre. No me atrevería a dar ni la mugre que tengo en las uñas, por miedo a
condenarme a una muerte segura por inanición.
AGNETA. Si pierdo a mi hija…. ¿y yo quien soy? Me convertiré en ladrona, seré una puta de lujo,
nunca he sido nada en esta casa.
SEÑORA PEACHUM. Pero ¿qué te imaginas? Lo que me faltaba por oir, esta niña es tonta. ¡Ay
Dios, este es el pago por todo lo que hemos hecho, Jonathan. Me voy a volver loca. Me da vueltas
la cabeza. No aguanto mas. ¡Ay! Se desmaya
AGNETA. Un vaso de cordial Médoc.
PEACHUM. Mira lo que habéis hecho con tu madre. ¡Deprisa. Así que la furcia de un delincuente.
AGNETA. Eso está bien, resulta muy interesante
PEACHUM .Resulta interesante ver cómo esta pobre mujer se lo ha tomado tan a pecho. Polly
entra con una botella de cordial Médoc. Ese es el único consuelo que le queda a tu pobre madre.
POLLY. Dale dos vasos sin miedo.
AGNETA. Sí papa, mi madre soporta una ración doble cuando no se encuentra muy bien.
POLLY. Eso la pondrá en funcionamiento otra vez. Durante tota la escena Polly tiene un
aspecto muy feliz, Agneta también pues imita mucho a su hermana.
SEÑORA PEACHUM. ¡ Oh, ahora vuelve a fingir interés y preocupación!
Entran cinco hombres*.
IRENE-MENDIGA. Vengo a quejarme enérgicamente de que esto es una pocilga, porque esto no es
un muñón sino un adefesio, en el que no estoy dispuesto a tirar mi dinero.
PEACHUM. ¿Pero qué quieres? Es un muñón tan bueno como el mejor, sólo que no lo cuidas.
IRENE-MENDIGO. Ah, ¿y por qué no gano lo mismo que todos los demás? No, eso no me lo trago.
Tira lejos el muñón. Podría cortarme mi propia pierna, si quisiera una porquería semejante.
PEACHUM. Bueno, ¿en fin de cuentas, que queréis? ¿Qué puedo hacer yo si la gente tiene el corazón
como un pedrusco? ¡No os puedo dar cinco muñones! Yo transformo a cualquier hombre en cinco
minutos en una piltrafa tan lastimosa que hasta un perro se echaría a llorar si lo viera. ¡Pero qué
puedo hacer yo si los hombres no lloran!
AGNETA. Ahí tienes otro muñón, si ése no te gusta. ¡Pero cuida el material!
IRENE-MENDIGO. Éste servirá.
PEACHUM, inspeccionando el miembro artificial de otro. El cuero no vale, Celia, la goma da más
asco. A un tercero. Esta llaga se te está curando también, y es la última qni te queda. Ahora
tendremos que empezar de nuevo. Exa. minando al cuarto; Una tina natural, naturalmente, no es lo
mismo que una tina artificial. Al quinto: ¿Pero qué aspecto tienes? Otra vez has comido demasiado,
tendré que darte un escarmiento.
DIANA-MENDIGO. Señor Peachum, le juro que no he comido nada, la grasa es en mí algo natural, no
tengo la culpa. Además, es que estoy embarazada.
PEACHUM. Quedas despedida. Otra vez al segundo mendigo: Entre «conmover» y «atacar los ner-
vios», naturalmente, hay una diferencia. Yo necesito artistas.
AGNETA. Sólo los artistas siguen conmoviendo hoy los corazones.
SEÑORA PEACHUM. Si trabajarais como es debido, el público aplaudiría.
PEACHUM ¡Pero es que no se te ocurre nada! ¡Embarazada!En esas condiciones, naturalmente, no
puedo renovarte el contrato.
Diana-mendigo. Por favor señor, enseguida me desembarazo y podré trabajar con la criatura, adelgazaré
y me quedaré escualida, con un niño entre los brazos.
AGNETA. Papá ten caridad, esta embarazada
PEACHUM. Salir de aquí, me lo pensaré.
Salen los mendigos.
POLLY. Ya ves, míralo, a Agneta ¿es guapo? No. Pero tiene su pasar. ¡A mí me asegurará una
existencia decorosa!
AGNETA. Es un magnífico experto en robo con fractura y un atracador con mucho futuro y
experimentado.
POLLY. Sé muy bien, y podría darte la cifra, a cuánto ascienden hoy sus ahorros. Unos cuantos
asuntos afortunados y podremos retirarnos a una casita en el campo, lo mismo que el señor Shakes-
peare, a quien nuestro padre aprecia tanto.
PEACHUM. Así que todo es muy simple. Estás casada. ¿Qué se hace cuando se está casada? Cualquier
cosa menos pensar. Bueno, pues se separa uno, no es cierto, ¿resulta tan difícil?
POLLY. No sé qué quieres decir.
SEÑORA PEACHUM. El divorcio.
AGNETA. ¡Oh pobre Polly, el divorcio!
POLLY. Pero si yo le quiero, como voy a pensar en el divorcio.
SEÑORA PEACHUM. ¿Es que no tienes vergüenza?
POLLY. Madre si alguna vez has estado enamorada………
SEÑORA PEACHUM. Enamorada? Esos malditos libros que lees te han trastornado la cabeza.
¡Polly pero si lo hacen todos!
POLLY. Pues entonces yo seré la excepción.
SEÑORA PEACHUM. Y yo te calentaré el trasero, por excepción.
POLLY. Si, eso hacen todas las madres, pero no sirve de nada.
AGNETA. Porque el amor es más fuerte que una zurra en el trasero. La miran. Eso dijiste un día tu,
mamá.
SEÑORA PEACHUM. Agneta no me saques de quicio.
POLLY. No dejaré que me arrebaten mi amor.
AGNETA. No te preocupes Polly, llamaré a mi banda y arreglaremos esto.
POLLY. Gracias Agneta.
SEÑORA PEACHUM. Decir una palabra mas y os ganáis una bofetada.
POLLY. El amor es lo más grande que hay en el mundo.
SEÑORA PEACHUM. Y ese tipo tendrá además muchas mujeres. Cuando lo ahorquen, aparecerá
media docena de pelanduscas en calidad de viudas, cada una, posiblemente, con un mocoso en los
brazos. ¡Ay Jonathan!
PEACHUM. ¿Ahorcarlo? Como se te ha ocurrido lo de ahorcarlo, es una buena idea. Salir un
momento niñas, quiero hablar con vuestra madre. Salen las dos. Eso es, dan cuarenta libras por él.
SEÑORA PEACHUM. Ya entiendo, lo denunciaremos al sheriff.
PEACHUM. Naturalmente Y además nos lo ahorcarán. Mataremos dos pájaros de un tiro. Lo que hace
falta saber es por dónde anda.
SEÑORA PEACHUM. Te diré exactamente, cariño, está con sus mujerzuelas.
PEACHUM. Pero a ti no te lo dirán.
SEÑORA PEACHUM. Tú déjame hacer a mí. El dinero mueve montañas. Iré en seguida a
Turnbridge a hablar con las chicas. Si ese caballero se encuentra con alguna de ellas en un plazo de
dos horas, estará listo.
POLLY, que ha escuchado detrás de la puerta: Querida mama puedes ahorrarte el viaje. Antes de
que Mac fuera a ver una de esas señoras, preferiría ir él mismo a la cárcel d» Oíd Bailey. Pero
aunque fuera a Oíd Bailey, el sheriff le invitaría a un cóctel.
AGNETA. Eso es verdad y, fumándose un puro, juntos, charlarían sobre cierto negocio de esta calle,
donde todo va como es debido. POLLY. Porque, querido papá, precisamente ese sheriff se alegró
mucho de mi boda.
PEACHUM. ¿Cómo se llama el sheriff?
AGNETA. Brown se llama, ya te lo dije antes.
POLLY. Pero tú debes conocerlo por Brown el Tigre. Porque todos los que tienen motivos para te-
merlo lo llaman Brown el Tigre. En cambio mi marido, ya ves, lo llama Jackie. Porque para él es,
sencillamente, su querido Jackie.
AGNETA. Son amigos de juventud el lo dijo, que habían sido soldados y que ahora se ve agraciado
por grandes regalos y dinero que le da la banda cada vez que dan un golpe.
PEACHUM. Vaya, vaya, de modo que son amigos. El sheriff y el mayor de los delincuentes, bueno,
seguro que son los únicos amigos de esta ciudad.
POLLY, poéticamente: En cuanto se tomaban un cóctel juntos, se acariciaban mutuamente las
mejillas, diciendo: «Si te tomas otro, me tomo otro yo».
AGNETA. Y en cuanto se iba uno, al otro se le saltaban las lágrimas y decía: «Adondequiera que
vayas, también iré yo».
POLLY. En Scotland Yard no hay absolutamente nada contra Mac.
PEACHUM. Vaya, vaya. Entre el martes por la noche y el jueves por la mañana, el señor Macheath, un
caballero sin duda casado varias veces, ha sacado a mi hija Polly Peachum de la casa paterna con
pretexto de matrimonio. Antes de que acabe la semana, lo llevarán por ello al patíbulo que se ha
merecido. «Señor Macheath, en otro tiempo usaba usted guantes blancos de cabritilla y un bastón de
puño de marfil, tenía una cicatriz en el cuello y frecuentaba el Hotel del Calamar. No le queda más
que la cicatriz, que es sin duda su seña de identidad menos valiosa, y sólo frecuentará las cárceles, y
probablemente dentro de poco ni siquiera ésas...»
SEÑORA PEACHUM. ¡Ay Jonathan, no podrás lograrlo, porque es Mackie Cuchillo, al que llaman
el mayor malhechor de Londres.
AGNETA. Sí, ese hace lo que quiere.
PEACHUM. ¿Ouién es Mackie Cuchillo?! Arréglate, vamos al Sheriff de Londres. Y tú te vas a
Turnbndge.
AGNETA. ¿A ver a las putas? Yo me voy contigo mamá, yo quiero ser puta.
PEACHUM. Lo que me faltaba por oir. Callate Agneta. Como la vileza del mundo es grande, hay
que gastar los zapatos para que no se los roben a uno de los pies.
POLLY. Y yo volveré a estrechar con mucho gusto la mano del señor Brown.
Se adelantan y cantan, con iluminación de canción, el primer final. Un cartel dice:

Primer final de cuatro cuartos

SOBRE LA INSEGURIDA DE LAS COSAS HUMANAS

POLLY
Lo que quiero, no es mucho.
Una vez en esta vida
darme a un hombre agradecida.
Y por eso siempre lucho.
PEACHUM, con la Biblia en las manos:
Derecho tiene el hombre en esta Tierra
puesto que vive poco, a ser feliz,
a disfrutar cual loco si se emperra
y a comer pan también, si no come perdiz.
Es un derecho humano en esta Tierra.
Mas hasta ahora nunca se ha sabido
que eso ocurriera nunca por ahí.
¡Quién no quisiera ser reconocido!
Pero las cosas, no son así.
SEÑORA PEACHUM
Yo quisiera ser muy buena,
darte todo lo que quieras,
que tu vida fuera, nena,
todo lo que de ella esperas.

PEACHUM
Ser un hombre bueno Quién no lo quisiera
Dar todo a los pobres, ¿por qué no?
Si todos son buenos, Su reino está ahí fuera,
Su luz divina nunca molestó.
¿Ser un hombre bueno? ¿Quién no lo quisiera?
Pero en este pobre y maldito planeta
los ricos son pocos, sí señor, aquí
¿A quién le disgusta una cena completa.
Pero las cosas, no son así.

POLLY, AGNETA y la SEÑORA PEACHUM


En eso tiene él razón
El mundo es pobre, el hombre hambrón.
PEACHUM
Pues claro que tengo razón.
El mundo es pobre, el hombre hambrón.
¿Quién no quisiera todo un paraíso.
Pero las cosas, ¿le dan permiso?
Tu hermano, que tanto te quiere,
si comer solo prefiere
te pisoteará sin aviso.
Ser tu amigo, ¿es que no lo quiso?
Y tu mujer, que a ti te quiere,
si otro amor ella prefiere
te pisoteará sin aviso.
Serte fiel, ¿acaso no lo quiso?
Y tu hijo, que te quiere,
si tener dinero prefiere
te pisoteará sin aviso.
Ser humano, ¿quién no lo quiso?

POLLY, AGNETA y la SEÑORA PEACHUM


Sí, eso es una pena
siempre es la cantilena.
En eso tiene él razón.
El mundo es pobre, el hombre hambrón.

PEACHUM
Pues claro que tengo razón.
El mundo es pobre, el hombre hambrón.
Sería bonito... dímelo a mí
pero las cosas no son así.

LOS CUATRO
Por eso no hay cosa sensata. ¡La vida es por eso una lata!
PEACHUM
El mundo es pobre, el hombre hambrón. ¡En eso tengo yo razón!
LOS CUATRO
Eso resulta una pena siempre es la cantilena. Y no hay una cosa sensata. ¡La vida, una auténtica lata!

ACTO SEGUNDO

ESCENA PRIMERA (Falta por corregir)

ESCENA SEGUNDA (Lugar, sin determinar)

La señora Peachum, con Jenny la de los Tugurios.


SEÑORA PEACHUM. ASÍ pues, si veis a Mackie Cuchillo en estos días, corred al guardia más próximo y
denunciadlo, y
recibiréis por ello diez chelines.
JENNY. Pero ¿cómo vamos a verlo, con la policía pisándole los talones? Si empiezan a perseguirlo no
perderá el tiempo con nosotras.
SEÑORA PEACHUM. YO te digo, Jenny, que aunque todo Londres lo persiga, Macheath no es hombre que
vaya a cambiar de costumbres por ello.

Canta:
BALADA DE LA TIRANÍA SEXUAL
Ése es un hombre que es el propio diablo
carnicero entre ovejas de un establo.
¡Un gran canalla! ¡Chulo si prefieres!
pero también padece a las mujeres.
Lo quiera o no lo quiera... dará igual.
Eso es la tiranía sexual.
No hace caso a la Biblia. Ni al Código Civil.
Sabe que es un gran egoísta.
Con mujeres no es ningún artista
y no quiere a mujeres, cerril:
El elogio a la luz no escatima
y a la noche, otra vez está encima.
Muchos vieron morir a otros muchos
en cuestiones de faldas poco duchos.
Y aquellos que los vieron, sin disputas
también son enterrados por las putas.
Lo quieran, no lo quieran... dará igual.
Eso es la tiranía sexual.
Ése cita la Biblia. Y el Código Civil.
¡Ése es cristiano! ¡Y ése anarquista!
Ése no come apio aunque insista
y después ya se muestra febril.
A la tarde va rumbo a la cima
y esa noche otra vez está encima.

ESCENA TERCERA
(Casa de putas de Turnbridge)

¡NO SE HABÍA APAGADO AUN EL ECO DE LAS CAMPANAS DE LA CORONACIÓN CUANDO


MACKIE CUCHILLO ESTABA OTRA VEZ CON LAS PUTAS DE TURNBRIDGE! LAS PUTAS LO
TRAICIONAN. ES JUEVES POR LA TARDE
Í
Una tarde corriente; las putas, en su mayoría en camisa, planchan ropa blanca, juegan a tres en raya, se
lavan: ¿idílico lugar burgués?7 Matthias lee el periódico, sin que nadie se ocupe de él. Más bien
estorba.
BETTY. Hoy no vendrá.
MOLLY. ¿Ah, no?
Betty. Creo que no vendrá nunca más.
VIXEN. Sería una pena.
Betty. ¿Ah sí? Conociéndolo, creo que estará ya fuera de la ciudad. ¡Esta vez tenía que poner pies en
polvorosa!
Entra Macheath, cuelga el sombrero de un clavo y se sienta en el sofá, detrás de la mesa.
MAC. ¡Mi café!
VIXEN, repite admirada: «¡Mi café!».
Betty: ¿Cómo es que no estás en Highgate?
MAC. Hoy es mi jueves. No puedo apartarme de mis costumbres por esas nimiedades. Tira al suelo el
escrito de acusación. Además está lloviendo.
JENNY, leyendo el escrito de acusación: En nombre del rey se acusa al Captn Macheath de tres...
Matthias) quitándoselo: Matthias¿Aparezco yo también?
MOLLY. Naturalmente, todo el personal.
JENNY, a las otras putas: Oye, eso es la acusación. Pausa. Mac, enséñame la mano.
Él alarga la mano.
MOLLY. Sí, Jenny, léele la mano, lo sabes hacer de maravilla.
Sostiene en alto una lámpara de petróleo.
MAC. ¿Una gran herencia?
JENNY. No, ¡nada de gran herencia!
BETTY. ¿Por qué pones esa cara, Jenny, que da escalofríos?
MAC. ¿Un largo viaje pronto?
JENNY. No, nada de viaje largo.
VIXEN. ¿Pues qué ves?
Matthias¡Por favor, sólo las cosas buenas, las malas no!
JENNY. Bueno, veo algo oscuro y estrecho, con poca luz. Y luego veo una gran A, lo que quiere decir
Astucia de mujer. Y luego veo...
MAC. Basta. Sobre esa oscuridad y esa astucia quisiera saber detalles; por ejemplo, el nombre de esa
astuta mujer,
JENNY. Sólo veo que empieza por J.
MAC. Entonces es un error. Empieza por P.
JENNY. Mac, cuando en Westminster suenen las campanas de la Coronación, ¡lo pasarás mal!
MAC. ¡Dime más cosas! Matthias se ríe estrepitosamente.
Matthias. ¿Qué pasa? Va hacia Matthias, lee también. Todo mentira, sólo fueron tres.
VIXEN, riéndose: ¡Por eso mismo!
MAC. Bonita ropa tiene ahí.
MOLLY. De la cuna a la tumba, ¡lo primero es la ropa interior.
BETTY. Yo nunca llevo seda. Los clientes creen en seguida que una está enferma. Jenny se mueve
subrepticiamente hacia la puerta.
VIXEN, a Jenny: ¿Adonde vas, Jenny?
JENNY. Ya lo veréis. Sale.
MOLLY. Pero también la ropa interior de lino los echa atrás.
BETTY. Yo tengo mucho éxito con la ropa interior de lino.
VIXEN. LOS clientes se sienten en seguida como en casa.
MAC, a Betty: ¿Sigues llevando puntilla negra?
BETTY. Sigo llevando puntilla negra.
MAC ¿Qué ropa interior llevas tú?
VIXEN. Ay, me da vergüenza. A mi cuarto no puedo llevar a nadie, porque mi tía es ninfómana, y
en los portales, sabéis, no llevo ropa interior. Matthias se ríe.
MAC. ¿Has terminado?
Matthias. No, voy por las violaciones.
MAC, otra vez en el sofá: Pero ¿dónde se ha metido Jenny? Señoras, mucho antes de que mi estrella
se alzase sobre esta ciudad...
VIXEN. «Mucho antes de que mi estrella se alzase sobre esta ciudad...»
MAC ...viví en las condiciones más miserables con una de ustedes, señoras. Y aunque hoy sea
Mackie Cuchillo, nunca olvidaré en mi esplendor a mis compañeras de aquellos días oscuros, sobre
todo a Jenny, que fue mi preferida entre todas las chicas. ¡Atención!
Mientras Mac canta, aparece a la derecha, delante de la ventana, Jenny, que hace una señal al
policía Smith. Luego se une a ella la señora Peachum. Los tres se quedan bajo la farola,
observando la casa.
BALADA DEL CHULO 1
MAC fue en otro tiempo, que ahora ya ha pasado vivíamos juntos, ella y yo
de mi caletre y de sus caderas.
La protegí y me alimentó...
Puede ser también de otras maneras.
Al llegar un cliente, dejaba la cama
me bebía mi kirsch y no había drama.
Y después, al pagar, le decía: señor vuelva usted cuando quiera, por favor.
Y así resistimos medio año al menos
y nunca he tenido momentos tan buenos.
JENNY
En otro tiempo, que ahora ya ha pasado
más de una vez me zurró sin maldad.
Si no había pasta, él me bronqueaba:
Llevaré tu camisa a empeñar.
Y yo sin camisa me pasaba.
Pero a veces me ponía rabiosa
y le decía: hasta aquí ha llegado la cosa.
¡Me soltaba un directo en las encías
y en curarme tardaba muchos días!
TODOS
Fue tan hermoso, medio año al menos y nunca he vivido momentos tan buenos.
En otro tiempo, que ahora ya ha pasado
Y no fue tan turbio como el actual
JENNY
Aunque sólo dormíamos de día
TODOS
Porque de noche ella hacía vida social (¡Aunque también de día se podía!)
JENNY
A veces me quedaba embarazada
TODOS
Y se me ponía encima, descansada
JENNY
Pues no quería espachurrar en la barriga al niño
TODOS
Que al fin cascó, a pesar del cariño.
Y así pasó medio año al menos
MAC
y nunca he vivido momentos tan buenos.
Bailan. Mac coge su bastón de estoque, ella le alcanza el sombrero, y él está bailando aún cuando
Smith le pone la mano en el hombro.
SMITH. ¡Bueno, vamos!
MAC. ¿Sigue teniendo esta covacha de mierda una sola salida?
Smith quiere ponerle a Macheath las esposas, Mac le da un empujón en el pecho que lo hace
retroceder tambaleándose y salta por la ventana. Delante de la ventana está la señora Peachum
con otros policías.tranquilo, muy cortés: Buenos días, señora
SEÑORA PEACHUM. Querido señor Macheath. Mi marido lo dice siempre: los mayores héroes de la
Historia tropiezan en este umbral.
MACHEATH. ¿Puedo preguntarle cómo está su esposo?
SEÑORA PEACHUM. Otra vez mejor. Por desgracia, tiene usted que despedirse de estas
encantadoras señoras. Guardias, lleven a este caballero a su nuevo hogar. Se lo llevan. La señora
Peachum, desde la ventana: señoras, si quieren visitarlo, lo encontrarán siempre en casa, el señor
vivirá desde ahora en Oíd Bailey. Ya sabía que estaría con sus putas. La cuenta corre de mi cargo.
Adiós, señoras. Sale.
JENNY. Eh, Matthias ha pasado algo.
Matthias., que ha seguido leyendo sin darse cuenta de nada: ¿Dónde está Mac?
JENNY. ¡Ha estado aquí la poli!
Matthias. Santo cielo, y yo sin dejar de leer, leer, leer... ¡Vaya, vaya, vaya! Sale.

ESCENA CUARTA (Cárcel de Oíd Bailey, una celda)

TRAICIONADO POR LAS PUTAS, MACHEATH ES LIBERADO DE LA CÁRCEL POR EL


AMOR DE OTRA MUJER
Cárcel de Oíd Bailey, una celda.
Entra Brown.
BROWN. ¡Con tal de que mi gente no lo encuentre! Santo cielo, quisiera que estuviera ya galopando
más allá del pantano de Highgate, pensando en su Jackie. Pero es tán imprudente, como todos los
grandes hombres. Si lo traen ahora y me mira con sus fieles ojos de amigo, no podré resistirlo.
Gracias a Dios, al menos hay luna; si está atravesando ahora el pantano, al menos no equivocará el
camino. Ruidos al fondo. ¿Qué es eso? Ay Dios, ahí lo traen. MAC, atado con gruesas cuerdas y
escoltado por seis policías, entra con gesto orgulloso: Bueno, gilipuertas, a Dios gracias, otra vez
estamos en nuestro viejo chalé.
Repara en Brown, que se refugia en el rincón más alejado de la celda.
BROWN, tras una larga pausa, ante la terrible mirada de su amigo de antes: Ay, Mac, no he sido
yo... he hecho todo lo que... no me mires así, Mac... no lo soporto... Ese silencio es también horrible.
Le grita a un policía: No le tires de la cuerda, cerdo... Dime algo, Mac. Di algo a tu pobre Jackie...
Concédele una palabra en su triste... Apoya la cabeza contra el muro y llora. Ni siquiera se ha
dignado concederme una palabra. Sale.
MAC. Pobre Brown. El remordimiento en persona. Y un tipo así pretende ser jefe superior de policía.
He hecho bien en no chillarle. Al principio iba a hacerlo. Pero luego pensé, justo a tiempo, que una
mirada profunda y llena de reproche le daría muchos más escalofríos. Y ha dado resultado. Lo miré
y se puso a llorar a lágrima viva. Ese truco lo aprendí en la Biblia. Seguro que esa pelandusca está ya
esperando afuera. Menudos días voy a pasar hasta la ejecución.
BRAWN. Señores, juzgad vosotros si es vida. A mí nada de esto me complace. Ya de pequeño fue
una sacudida: ¡Sólo el que vive bien sabe lo que hace!

Iluminación de canción. Se ilumina el órgano. Sujetas a una barra descienden de lo alto tres
lámparas, y un letrero dice:

BALADA DE LA BUENA VIDA

BRAWN
Nos hablan de la vida de un gran hombre
que vive entre sus libros sin comer.
No hay rata que allí encuentre qué roer...
¡Dejad que de esa historia yo me asombre!
Vivir sencillamente, ¡quién lo quiere!
(A mí) no me vengáis con parsimonia,
no hay quien que, desde aquí hasta Babilonia
viva ni un día así porque prefiere.
Aunque la libertad yo no rechace
¡Sólo el que vive bien sabe lo que se hace!
La vida aventurera no está mal
y hay gente que se está jugando el cuello
y luego va y lo cuenta todo ello
y algún burgués lo lee, patriarcal.
Pero cuando esa gente pasa frío
y en la cama ya no habla a su mujer
ni lo aplauden, ni quieren comprender
y espera un año 5000 sombrío...
Yo pregunto: ¿es eso un desenlace?
¡Sólo el que vive bien sabe lo que se hace!

Yo mismo quizá pudiera entenderlo si quisiera ser grande y solitario pero al ver a esa gente en su
calvario me digo: eso debes precaverlo. Ser pobre es ser sabio pero triste, ser valiente, famoso pero
amargo. Fuiste pobre y valiente, y sin embargo ya es hora de dejar de ser quien fuiste. Ser feliz no es
cosa que se aplace: ¡Sólo el que vive bien sabe lo que se hace!

ESCENA QUINTA (Cárcel de Oíd Bailey, una celda)

Entra Lucy.
LUCY. Grandísimo bellaco... ¿cómo puedes mirarme a la cara después de todo lo que ha pasado entre
los dos?
MAC. Lucy, ¿es que no tienes corazón? ¡Cuando estás viendo así a tu hombre!
LUCY. ¡A mi hombre! ¡Monstruo! ¡Crees que no sé nada de tu lío con la señorita Peachum! ¡Te voy a
sacar los ojos!
MAC. Lucy, en serio, ¿no serás tan tonta como para estar celosa de Polly?
LUCY. ¿Acaso no te has casado con ella, animal?
MAC. ¡Casarme! Ésa sí que es buena. Voy a su casa. Hablo con ella. De vez en cuando le doy un
beso, y ahora esa majadera va por ahí pregonando por todas partes que está casada conmigo. Querida
Lucy, estoy dispuesto a hacer lo que quieras para tranquilizarte; si crees que lo conseguirás
casándote... muy bien. ¿Qué más puede decir un caballero? No puede decir nada.
LUCY. Ay, Mac, yo sólo quiero ser una mujer honrada.
MAC. Si crees que lo serás casándote conmigo... muy bien. ¿Qué más puede decir un caballero? ¡No
puede decir nada!
Entra Polly.
POLLY. ¿Dónde está mi marido? Ay, Mac, estás aquí. No apartes los ojos, no tienes por qué
avergonzarte de mí. Soy tu mujer.
LUCY. Grandísimo bellaco!
POLLY. ¡Ay, Mackie en la cárcel! ¿Por qué no atravesaste el pantano de highgate? Me dijiste que
irías más con esas mujeres. Yo sabía lo que te harían. ¡Ay Mac, piensa en lo que sufre tu Polly al
verte así.
LUCY. Menuda furcia.
POLLY. ¿Qué significa esto, Mac, quién es ésa? Dile al menos quién soy yo. Haz el favor de decirle
que soy tu mujer.
LUCY. Hipócrita sinverguenza, de modo que tienes dos mujeres, so monstruo.
POLLY. Habla Mac. ¿No lo he dejado todo por ti?
MAC. Si cerraseis el pico sólo dos minutos se aclararía todo.
LUCY. NO, no quiero cerrar el pico, no lo aguanto. Ningún ser de carne y hueso podría aguantarlo.
POLLY. Bueno, querida, es natural que la mujer...
LUCY. ¡¡La mujer!!
POLLY. ... que la mujer tenga cierta preferencia natural. Desgraciadamente, querida; por lo menos
formalmente. Este hombre se va a volver loco con tanto lío.
LUCY. LÍO, ésa si que es buena. ¿Esto es lo que te has buscado? ¡Esa pobre mugrienta! ¿Es ésa tu
gran conquista? ¿Es ésa tu belleza del Soho?
Iluminación de canción: luz dorada. Se ilumina el órgano, descienden de lo alto tres lámparas
sujetas a una barra y un letrero dice:
DÜO DE LOS CELOS

LUCY
¡Ven aquí tú, belleza de Soho!
¡Enséñame esas piernas bonitas!
¡Quisiera yo ver si son tanto
como pretendes y por ahí gritas!
Y dicen que a mi Mac lo tienes impresionado!
POLLY
Es verdad. es verdad?
LUCY
Ay, de reír me duele el costado.
POLLY
iDe reír, de reir?
LUCY
¡Ay que risa a mí me da!
POLLY
Si a Mac algo así le va?
LUCY
Si a Mac algo así le va?
Ja Ja, ja !Con una así
no me acuerdo si te ví,
POLLY
Pues eso lo veremos.
LUCY
Sí, eso lo veremos.
LAS DOS
MACKIE Y YO COMO NOS arrullábamos.
ME QUISO AQUÍ, QUE BIEN NOS LO PASABAMOS.
Lo digo porque es así.
no puede olvidarme a mí
porque esa pájara esté
iCómico!
POLLY
¡Ay, me llaman la Bella de Soho
Y dicen que tengo piernas bonitas
LUCY
¿Crees tú?
POLLY
Quisieran saber si lo son tanto
Y dicen que no son delgaditas.
LUCY
¡Qué cochina!
POLLY
¡Tú cochina!
Y dicen que a mi hombre lo tengo impresionado.
LUCY
¿Es verdad? ¿Es verdad?
POLLY
Sí, de reír me duele el costado.
LUCY
¿De reír? ¿De reír?
POLLY
¡Y qué risa a mí me da!
LUCY
¡Ay, qué risa a ella le da!
POLLY
Si a alguien algo así no le va.
LUCY
¡Si a alguien algo así no le va!
POLLY, al público:
¿Creen también, con una así no me acuerdo si te vi?
LUCY
Pues eso lo veremos.
POLLY
Sí, eso lo veremos.
MAC. Bueno querida Lucy, tranquilízate, ¿eh? Se trata sólo de una artimaña de Polly. Quiere
separarme de ti. Me van a ahorcar y le gustaría ir por ahí diciendo que es mi viuda. Realmente,
Polly, no es el momento oportuno.
POLLY, ¿Tienes valor para renegar de mí?
MAC. ¿Y tú tienes valor para seguir pretendiendo que estoy casado? Pero Polly, ¿por qué tienes que
aumentar mis males? Sacudiendo la cabeza con reproche. ¡Polly, Polly!
LUCY. Verdaderamente, señorita Peachum, sólo se está poniendo en evidencia. ¡Prescindiendo de
que
resulta monstruoso por su parte irritar a un caballero en esta situación!
POLLY. Creo, distinguida señorita, que debería aprender las reglas más elementales de la decencia y
tratar a un hombre delante de su mujer con algo más de recato.
MAC. En serio, Polly, esto es llevar la broma demasiado lejos.
LUCY. Y si usted, señora, quiere armar aquí en la cárcel un escándalo, me veré obligada a llamar al
guardián para que le enseñe dónde está la puerta. Lo siento, señorita.
POLLY. ¡Señora! ¡Señora! ¡Señora! Y permítame decirle también esto: señorita, esos aires que se da
no le sien tan bien. Mi deber me obliga a permanecer junto a mi marido. I
LUCY. ¿Qué te parece? ¿Qué te parece? ¡No quiere irse! ¡Está ahí, la echamos y no se va! ¿Es que
tengo que decírselo
más claro?
POLLY. Oye... ¡cierra esa boca sucia, pingajo, porque si no te daré en los morros, señorita!
LUCY. ¡Eres tú la que está de sobra, pesada!, a ti hay que hablarte claro. Los buenos modales no los
entiendes.
POLLY. ¡Tus buenos modales! ¡La realidad es que sólo me estoy rebajando! Me respeto demasiado a
mí misma para.» verdaderamente. Solloza.
LUCY. ¡Mira esta barriga, furcia! ¿Crees que esto es aire, No te has dado cuenta aún, eh?
POLLY. ¡Vaya! ¡Con que estás preñada! ¿Y encima te crees algo? ¡No haberlo dejado entrar,
distinguida señora'
MAC. ¡Polly!
POLLY, llorando: Es realmente demasiado. Mac, esto no hubiera debido ocurrir. Ya no sé qué hacer.
Entra la señora Peachum y Agneta.
SEÑORA PEACHUM. LO sabía. Está con su hombre. Tú, so guarra, ven aquí en seguida. Cuando
ahorquen a tu hombre, puedes ahorcarte tú también. Así tratas a tu honrada madre, que tiene que
venir a buscarte a la cárcel.
AGNETA. ¡Y además, tiene dos mujeres... ese Nerón!
POLLY. Déjame, mamá, por favor; tú no sabes...
SEÑORA PEACHUM. A casita, y en seguida.
AGNETA. Ya has oido a mamá. A casa.
LUCY. Ya lo oye, su mamá tiene que decirle lo que debe hacer.
AGNETA. Y tu callate guarra. Mac, me las pagarás, la honra de mi hermana no la ensucia nadie.
SEÑORA PEACHUM. Andando.
POLLY. En seguida. Sólo tengo que... tengo que decirle algo aún... De verdad... Sabes, es muy
importante.
SEÑORA PEACHUM, dándole una bofetada: ¿Ah sí? También esto es importante. Andando.
POLLY. ¡Ay, Mac! Se la llevan a rastras.
MAC. Lucy, has estado magnífica. Naturalmente, me daba pena. Por eso no podía tratar a esa mujer
como se merece. Al principio pensaste que había algo de verdad en lo que decía. ¿No tengo razón?
LUCY. Sí, lo pensé, cariño.
MAC. Si hubiera algo de cierto, su madre no me habría puesto en esta situación. ¿Has oído cómo
me ha puesto de vuelta y media? Una madre puede tratar así a un seductor, pero no a un yerno.
LUCY. Qué feliz soy de que me digas eso con toda el alma. Te quiero tanto que casi preferiría verte
en la horca que en brazos de otra. ¿No es extraño?
MAC. Lucy, quisiera deberte la vida.
LUCY. Es maravilloso cómo lo dices, dilo otra vez.
MAC. Lucy, quisiera deberte la vida.
LUCY. ¿Quieres que huya contigo, cariño?
MAC. Sí lo que pasa es que si huimos juntos nos será difícil escondernos. En cuanto dejen de
buscarme, te haré llamar en seguida, ¡y.por correo urgente, puedes estar segura!
LUCY. Cómo puedo ayudarte?
MAC. ¡Tráeme el sombrero y el bastón!
Lucy vuelve con sombrero y bastón y se los tira dentro de la celda.
MAC. Lucy, el fruto de nuestro amor que llevas bajo el corazón nos unirá para siempre.
Sale Lucy.

ESCENA SEXTA (Cárcel de Oíd Bailey, una celda).

SMITH aparece, entra en la celda y le dice a Mac: Déme ese


bastón. ■;'',. ¡Va; ''.-' ■'■ • . - ■■OfMMti
Tras una breve persecución por Smith, que le hace dar
vueltas utilizando una silla y una barra, Mac salta la reja:
Los policías lo persiguen. Aparece Brown.
BROWN (voz): ¡Hola, Mac!... Mac, por favor, respóndeme, no
puedo aguantar más. Entrando. ¡Mackie! ¿Qué ha pasa¬
do? ¡Se ha ido, gracias a Dios! Se sienta en el camastro.'^
Entra Peachum. -'.on: y aíÍ9¡Í|H
PEACHUM, a Smith: Me llamo Peachum. Vengó a cobrar W
cuarenta libras de recompensa por la captura delbandi*
do Macheath. Aparece ante la celda. ¡Eh! ¿Estáelseño*
Macheath? Brown guarda silencio. ¡Muy bien! ¿Deman
ra que el otro señor se ha ido de juerga? Vengo aquí par»
ver a un criminal y ¿a quién me encuentro? ¡Al ^
Brown! Brown el Tigre está aquí y su amigo MacheatB
está. '"■<!'w*ü
BROWN, gimiendo: Señor Peachum, no es culpa mía.
PEACHUM. Claro que no, cómo podría ser, usted mismo no se hubiera... puesto en semejante situación... imposible, Brown.
BROWN. Señor Peachum, estoy trastornado. -
PEACHUM. ESO lo creo. Debe de sentirse usted espantosamente. :
BROWN. Sí, es la sensación de impotencia lo que me paraliza. Esos tipos hacen lo que quieren. Es horrible, horrible.
PEACHUM. ¿No quiere echarse un rato? Cierre los ojos sencillamente y haga como si no hubiera pasado nada. Piense que está en un
hermoso prado verde con nubecitas blancas en el cielo, y sobre todo quítese dé la cabeza esas cosas atroces. Las que han pasado y,
especialmente, las que van a pasar.
BROWN, inquiero: ¿Qué quiere decir? ¡ v;,,; ; • , .
PEACHUM. Aguanta usted maravillosamente: Yo, en su lugar, me derrumbaría, me metería en la cama y me tomaría un té. Y
procuraría, sobre todo, que alguien me pusiera la mano en la frente.
BROWN. Al diablo, yo no tengo la culpa si ese tipo se escapa. La policía no puede hacer nada. [ 3 V V-l ¡>t c JH
PEACHUM. ¿Ah, de modo que la policía no puede hacer nada? ¿No cree usted que volvamos a ver por aquí al señor Macheath? Brown
se encoge de hombros. Entonces es tremendamente injusto lo que le va a ocurrirá usted. Ahora dirán otra vez,
naturalmente, que la policía no hubiera debido dejarlo escapar. Además, ese radiante cortejo de la Coronación, la verdad,
todavía no lo veo.
*ROWN. ¿Qué quiere decir con eso?
"^CHUM. Me permitiré recordarle un acontecimiento histórico que, aunque en su época, el año mil cuatrocientos "tes de
Cristo, causó gran sensación, hoy es casi total-l^nte desconocido. Cuando murió el rey Ramsés II, el J"6 de policía de
Nínive, o sea El Cairo, se hizo culpable
de alguna insignificancia contraías capas más bajas de la población. Las consecuencias fueron ya entonces terribles. El cortejo de la
coronación de Semíramis, heredera del trono, según dicen los libros de Historia, «se convirtió en una serie de catástrofes como
consecuencia de una participación demasiado intensa de las capas más bajas de la población». Los historiadores se muestran espanta-
dos ante la horrible forma en que Semíramis trató a su jefe de policía. No me acuerdo muy bien, pero se trataba de serpientes que ella
alimentaba en el pecho de él.
BROWN. ¿De veras?
PEACHUM. Que Dios lo ampare, Brown. Sale.
BROWN. Ahora sólo puede salvarnos un puño de hierro. Atención, sargentos, ¡alarma!
Telón. Macheath y ]enny la de los Tugurios se sitúan delante y cantan con iluminación de canción.

Segundo final de cuatro cuartos


PUES
•DE QUÉ VIVE EL HOMBRE?

MAC
LC
Señores que enseñáis a ser honrados y a no pecar ni practicar el mal mejor es que nos deis buenos bocados y que
habléis luego: eso es lo esencial. Vosotros panza, nosotros prontitud... Sabedlo de este modo muy formal: No hay
vuelta de hoja, con toda certitud primero es comer, después la moral. Primero ha de poder también el pobre comer del
gran pastel, no lo que sobre.

voz, detrás de la escena:


Pues ¿de qué vive el hombre?
MAC
¿Que de qué vive el hombre? Torturando, despojando, atacando, devorando a otros hombres. El hombre sólo vive olvidando y al
prójimo, mejor que no los nombres.
CORO
Señores, no os hagáis ilusión: ¡Al hombre le gusta la perversión!

2 JENNY
Vosotros nos fijáis los escotados y cuándo hay que mirar al delantal. Mejor es que nos deis buenos bocados y que
habléis luego: eso es lo esencial. Vosotros el placer, nosotras la virtud... Sabedlo de este modo muy formal: No hay
vuelta de hoja, con toda certitud primero es comer, después la moral. Primero ha de poder también el pobre comer del
gran pastel, no lo que sobre.

voz, detrás de la escena:


Pues ¿de qué vive el hombre? MAC
¿Que de qué vive el hombre? Torturando, despojando, atacando, devorando a otros hombres. El hombre sólo vive olvidando Y al
prójimo, mejor que no los nombres.
CORO
Señores, no os hagáis ilusión: ¡A' hombre le gusta la perversión

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