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Educación y Pedagogía
Para otros, el conjunto de reglas o de normas que rigen, o deben regir, la actividad educativa.
Aquí queremos puntualizar una cosa: una cosa es la pedagogía y otra la educación; una cosa es
el objeto y otra, la ciencia que de él se ocupa.
Aquí interesa señalar que la humanidad de la educación es el primer inconveniente que le sale al
paso al pedagogo cuando quiere definirla.
No puede ser el sociólogo totalmente neutral frente a los movimientos sociales, ni el psicólogo
prescindir de su experiencia personal, ni el que estudia científicamente la religión dejar totalmente
de lado algunas de sus creencias subjetivas. Esto también le sucede al pedagogo.
El primer inconveniente (si es que así se puede decir) para dar un concepto objetivo de la
educación esta pues en la humanidad misma de quien debe definirla.
Quizá en ello resida la grandeza y la miseria de la pedagogía. Quizá por ello no termina de
constituirse la ciencia de la pedagogía como un sistema cerrado y definitivo.
La etimología y sus dos sentidos
La segunda dificultad para definir la educación surge de la misma etimología del término.
Esta misma oposición sirve a los pedagogos de hoy para distinguir la llamada educación
tradicional, de corte intelectual, con predominio del educador sobre el educando convertido en
pasivo receptáculo de conocimiento, de la educación nueva o progresiva, basada en la actividad,
la libertad y la espontaneidad del alumno.
Heteroeducación y Autoeducación
Hay que considerar también las formas de la educación desde el punto de vista de su dirección.
El punto de referencia es el sujeto que se educa.
Autoeducación: El proceso educativo nace del individuo mismo, para desde el apropiarse de lo
que le es exterior y conformarlo a su individualidad (del griego autos, que quiere decir uno mismo
o propio).
Heteroeducación y autoeducación son, pues, las dos formas que presenta la educación. No
deben interpretarse como términos opuestos o contrarios, sino como dos aspectos o momentos
de una misma realidad, o de un mismo proceso que recibe el nombre general de educación.
La educación es por esencia un acto, un proceso dinámico que nace del hombre y muere con él,
en la medida en que este es capaz, aunque con diversos matices y grados, de formarse y de
recibir influencias a lo largo de toda su vida.
La posibilidad de definirla, sin limitaciones, como mucho más que una acción, como una
REALIDAD, para cada hombre y para la comunidad.
La intención educativa
De acuerdo a este criterio la educación puede ser: 1) Cósmica: Se ha dado en llamar educación
cósmica a la influencia de los factores, fenómenos y elementos del mudo (cosmos) en su más
amplio sentido (lo que rodea al individuo), que inciden sobre el hombre y lo configuran.
2) Sistemática: Es la que se impone en la escuela, supone una relación voluntaria entre alguien
que educa y alguien que es educado. Se caracteriza por el definido propósito de educar o de ser
educado y es, por lo tanto, consciente o intencional, metódica y artificial.
Educación: La educación es la formación del hombre por medio de una influencia exterior
consciente o inconsciente (heteroeducación), o por un estímulo, que si bien proviene de algo que
no es el individuo mismo, suscrita en el una voluntad de desarrollo autónomo conforme a su
propia ley (autoeducación).
Modo de llegar al concepto restringido de educación
Puede llegarse por dos caminos: 1) La educación como actividad intencional (sistemática o
formal): La educación, bajo su forma consciente, es una actividad intencional que, como tal,
cumple con el propósito definido de formar a otros o de formarse a uno mismo.
Desde este punto de vista requiere la presencia del educador (ser formado) y del educando (ser
no formado o inmaduro), que entran en relación viva y concreta que se denomina acto educativo
o pedagógico.
En la heteroeducación los dos términos del acto son diferentes; en la autoeducación, es el mismo
individuo quien se convierte en el educador de si mismo.
Llamamos proceso educativo general al conjunto de influencias que se ejercen sobre el ser para
configurarlo, no solo desde el punto de vista espiritual y social, sino también biológico.
La Instrucción
Un pedagogo argentino, Saúl Taborda, ha escrito que la instrucción es un concepto que alude al
momento en que la relación educando- educador se supedita a un bien objetivo.
La educación va mucho más allá. No puede prescindir de la instrucción, ni del bien objetivo, pero
apunta al valor que tras ese bien se oculta.
En ella, hay relación directa de hombre a hombre, en la cual la influencia del educador parte del
educando, entra en contacto con él y lo eleva, o se eleva conjuntamente con él a la búsqueda del
valor que todo bien cultural encierra.
En consecuencia, vista como uno de los momentos del proceso educativo general, la educación
se limita a ser una actividad consciente, que se cumple mediante una autentica conducción
espiritual; a un sistema que posee un sentido y sus normal distintas del meramente instructivo.