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Dedicatoria

A Vuestra Madre, la Santísima Virgen


del Carmen, a quien le agradezco
tanto su visita a la Santa Montaña de
San Lorenzo, Puerto Rico. Considero
que aún he trabajado muy poco para
Ella.

¡Que siga bendiciendo a nuestra


tierra, a Puerto Rico y al mundo entero
en estos tiempos tan difíciles que nos
ha tocado vivir!
Agradecimiento

A la maestra de español Teresa Crespo por su incansable


dedicación y esfuerzo en la corrección ortográfica.

Al Sr. José L. Torres Reyes por su trabajo investigativo así como


el de ingeniero en el sistemas de información y por su
colaboración en la presentación de la portada y la realización de
nuestra página de Internet.

Al maestro de Historia José Muñoz por la gran aportación de


material informativo.

A la maestra Francisca González por su motivación y apoyo en


la elaboración de este libro.

A doña Carmen Dalila Díaz Torres por su motivación y sus


oraciones.

A doña Juanita (Nelly) Ayala por sus oraciones y su gran ayuda.

A mi amiga Felícita (Finín) Medina por su esfuerzo en dar a


conocer a Vuestra Madre.

A doña Esterbina Ruiz por su invaluable aportación a esta obra


mediante la conservación de documentos históricos
relacionados con Vuestra Madre.

A María Galarza, doña Juanita Ruiz, doña Ana Galarza, doña


María Engracia (Chita), doña María Rosario, don Reymundo
González, doña Domitila Rosario y doña María M. González así
como todos los que de una manera u otra nos recibieron con las
puertas abiertas y colaboraron grandemente en la realización
del libro: ¡Soy Vuestra Madre! No me persigas. Ellos se
esforzaron sobre manera para dar a conocer la verdadera
historia. También expreso mi agradecimiento a muchos
hermanos que desearon permanecer en el anonimato. Ustedes
saben quiénes son y si fuera a nombrarlos me sería imposible

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el mencionarlos a todos. Gracias a todos ustedes y a sus
familias por dar a conocer nuestra historia. Les deseo muchas
bendiciones de la Santísima Virgen María y de Nuestro Señor
Jesucristo.

Al Sr. Enrique de Jesús por su trabajo artístico en la obra de


arte titulada: “Soy Vuestra Madre, no me persigas”. Puerto Rico
le da las gracias y sabemos que Nuestro Señor Jesús y la
Santísima Virgen del Carmen se lo agradecen también. Te
deseamos grandes bendiciones para ti y toda tu familia.

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TABLA DE CONTENIDO
Introducción 7

Descripción física de V. M. 10

Atuendos de V. M. 11

Identidad de V. M. 12

Descripción de la casa de V. M. 31

El cuadro de V. M. 32

Capillas en la Santa Montaña 37

Capillas construidas en honor a la Virgen del Carmen 39

Administración de la Santa Montaña 40

Catequesis que impartió V. M. 46

Alimentación de V. M. 53

Poder sobrenatural de V. M. 55

Cambio y entierro de V. M. 62

Profecías de V. M. 67

Vida y obra de V. M. según Adolfo Ruiz Medina 74

Diálogos 91

Conversación con doña Estervina Ruiz 92

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CONTINUACIÓN
Conversando con la niña María Galarza 103

Diálogo con doña Juanita Ruiz 113

Diálogo con doña Ana Galarza del Valle 116

Conversación con doña María Engracia Figueroa 123

Diálogo con doña María Rosario Rodríguez 128

Diálogo con don Reymundo González 133

Diálogo con doña María Magdalena González 138

Confabulación para desaparecer la historia de V. M. 151

Análisis del documental titulado: Santuario Diocesano Nuestra Señora 220


del Carmen “Montaña Santa”

Análisis del boletín titulado: Santuario Diocesano Nuestra Señora del 233
Carmen “Montaña Santa”

La Santísima Virgen María según el Catecismo de la Iglesia 241

La Santísima Virgen María a través de las Sagradas Escrituras 243

Manifestación de los ángeles a través de las Sagradas Escrituras 245

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Análisis del Boletín titulado: Historia y vida de Elenita de Jesús 247

Influencia de Vuestra Madre en algunos sacerdotes y feligreses 251

Apéndice - Carta de Emilia Muñoz

Apéndice - Carta de un vecino de Caguas

Apéndice - Acta de Defunción Facultativa

Apéndice - Carta de Joaquín Crespo

Apéndice - Cartas de Padre Pedro Puras

Apéndice - Carta del Señor Obispo de San Juan

Apéndice - Fotos: Tres Cruces y Santa Peña

Bibliografía

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Introducción

Estimado lector o lectora:

Hace mucho, pero mucho tiempo que deseaba escribir y no


podía hacerlo por el miedo al rechazo de una sociedad exigente
ya que no dispongo de mucha preparación académica. Al irme
compenetrando con una historia tan nuestra y tan perseguida;
al ver los atropellos que sufría y pasaba nuestra gente por esa
misma persecución, me di a la tarea de darla a conocer ya que
soy parte de ella y de su lucha. No es fácil ir en contra de
aquellas personas que persiguen la historia, la manipulan y la
callan, mucho más si la historia nos habla de una visita de la
Santísima Virgen María a nuestra tierra.

Este libro contiene testimonios, investigaciones,


conversaciones, charlas, vivencias y análisis relacionados con
la vida y obra de Vuestra Madre de la Santa Montaña de San
Lorenzo. Este lugar es conocido geográficamente como “Cerro
Nuestra Madre” en mapas y planos que se encontraron
anteriomente aparecen como “ Cerro Vuestra Madre” en San
Lorenzo, Puerto Rico.

En el año 1982 mi hijo Carlitos con apenas seis años de edad


tenía sus pulmones débiles debido a tantas pulmonías y
bronconeumonías que había sufrido a lo largo de su niñez. En
adición a estas condiciones también sufrió de Meningitis viral y
su condición de salud se agravó. Los médicos del Centro Médico
no podían curarlo.

Fue para ese entonces que mi amiga Hilaria Rivera a quien


cariñosamente le decimos Lala y su esposo Antonio Berríos
(Toño) nos invitaron a ir a la Santa Montaña en San Lorenzo.
Decidí aceptar su invitación y llevamos a mi hijo. Mi amiga
tenía una niña la cual también tenía problemas de salud, ésta
sufría de una condición que le hacía perder el pelo y se estaba
quedando calva. Al llegar, oramos en un lugar especial llamado

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“El Manantial de Vuestra Madre” en la Santa Montaña.
Mientras orábamos ungíamos a ambos niños con el agua del
manantial pidiendo la intercesión de Vuestra Madre, lo
hacíamos con mucha fe pensando en que Ella así lo haría ante
Dios. ¡Para nuestra alegría y conversión ambos fueron sanados:
el niño, de la enfermedad de los pulmones y la niña, de su
cuero cabelludo!

Mi hijo también tenía una condición de los intestinos y


presentaba problemas de aprendizaje. Éste iba a ser sometido
a una Coloctomía (Esta operación se hace para dejarle una
bolsita para recoger sus heces fecales). Mientras tanto nosotros
continuábamos yendo a la Montaña Santa para pedirle a la
Virgen que se estaba apareciendo allí que intercediera por él
como lo había hecho anteriormente cuando sanó sus pulmones.

En otra ocasión que regresamos a la Santa Montaña el nene


bajó solo al manantial y luego subió corriendo y me dijo:
“¡Mami, la señora que está en el manantial, me habló”. Le
pregunté: ¿Cuál señora? (En el manantial habían otras
señoras.) Él me contestó: “La que estaba parada en el aire, la
que está como en el cielo, estaba vestida de azul y blanco y me
hablaba como las maestras porque me lo tuvo que repetir
muchas veces y me dijo que no tuviera miedo y me aprendiera
esta oración”.

Ángel caído

No me harás nada

Porque la Virgen tiene el manto

Y San Miguel lleva la espada.

Me convencí que verdaderamente esa señora de la cual mi hijo


me estaba hablando era la persona de Vuestra Madre la
Santísima Virgen María.

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Otro día, se le apareció a mi hijo y le prometió que lo iba a
curar un día de su cumpleaños. Así lo cumplió. Nunca hubo
que operarlo de sus intestinos. Después de este acontecimiento
nunca hemos dejado de ir a la Santa Montaña. Así como esta
experiencia, hemos presenciado muchos testimonios de
sanación. Jamás tuvimos que volver al Centro Médico ya que
fue sanado por completo gracias a la intercesión de Vuestra
Madre la Santísima Virgen María en la Santa Montaña.

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Descripción física de Vuestra Madre

Por muchos años continué visitando la Santa Montaña y quise


conocer más sobre la santa mujer de quien se hablaba en
aquel santo lugar y a quien todos querían mucho y llamaban
Vuestra Madre. Para mí no había duda de que Ella era la
Santísima Virgen María. Aquellas personas que frecuentaban el
lugar me contaban que habían tenido muchas experiencias con
Ella.

Todos concuerdan que Ella era delgada y medía cinco pies de


estatura. Su peso era de aproximadamente 90 a 100 libras.
Sus manos eran pequeñas y suaves. No le daba su mano a
nadie, excepto a las niñas. Caminaba despacio.

Su rostro era delicado y terso. Todos decían que su cara era


linda, linda, linda. Algunos no tenían palabras para describirla.
Decían que nunca habían visto una cara tan linda como esa.
Un testigo llamado Bernaldo del Valle decía que Vuestra Madre
tenía en el cachete izquierdo un lunarcito. Ella era de poco
conversar. Don Félix Rodríguez y Agustín Ramos fueron dos
testigos de Vuestra Madre que alegan que Ella hablaba como
nosotros y que no hablaba con la “z” como los españoles.

Vuestra Madre dio madejas de pelo a varios de sus testigos.


Éstos lo hicieron a manera de detentes (sacramental en forma
de cruz) para llevarlo consigo. Su pelo era castaño como el
color del pelo que se ha conservado. Algunos discípulos la
vieron en ocasiones con el pelo largo hasta la cintura y otras
veces con dos trenzas.

El color de su tez era trigueña clara. Sus ojos eran de color


marrón claro. Hubo niñas que la vieron con una corona,
corona, corona.

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Atuendos de Vuestra Madre

Ella acostumbraba usar cuatro atuendos. Usaba un vestido


carmelita con una cruz colgando del pecho; llevaba un cíngulo
marrón amarrado a la cintura y de éste colgaba un rosario
negro. A veces se ponía un vestido blanco con puños y cuello
blanco, un velo blanco con puntilla a manera de corona y una
cinta azul a la cintura. Usaba un vestido negro y una correa
negra. En algunas ocasiones la vieron con un hábito rojo y un
cíngulo verde. Estos cuatro vestidos corresponden a las
diferentes advocaciones de la Santísima Virgen María: la
Santísima Virgen del Carmen, la Santísima Virgen de Lourdes,
la Santísima Virgen Dolorosa y la Santísima Virgen del Perpetuo
Socorro, pero siempre Ella se identificó como: “La Virgen del
Carmen”.

Con esos atuendos a veces usaba guantes. El largo de sus


trajes era hasta los pies. Regularmente usaba el traje negro
durante la cuaresma y en la Semana Santa, cuando hacía
penitencia o cuando estaba en retiro. Calzaba unas sandalias
muy delicadas que siempre se mantenían limpias porque nunca
pisaba el suelo aunque pareciera que lo hacía. No se le
ensuciaban aunque lloviera.

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Identidad de Vuestra Madre

Quiero hablarles a través de estas almas santas que nos hablan


con un espíritu de amor inconfundible sobre aquellas
experiencias tan hermosas vividas con aquella santa y valiente
mujer. Siempre estuvo entre todos aquellos hijos que la amaron
e hicieron de su vida un vivir constante de experiencias
sobrenaturales junto a Ella.

A continuación te daré a conocer un tesoro escondido que es


parte de nuestra historia que se quedó en el tiempo, pero en el
tiempo de Dios. Precisamente es el tiempo que tú y yo estamos
compartiendo, el tiempo que la Divina Misericordia nos ha
permitido vivir.

Doña Saturnina era una discípula que estuvo muy cerca de


Ella. Doña Saturnina nos dice que Vuestra Madre tenía un
modo de hablar llamativo. Era de poco conversar. Era muy
recta en todas sus cosas. No iba con “bendito” y los testigos
concuerdan que lo que Ella ordenaba había que hacerlo sin
protestar y sin murmurar mentalmente porque si lo hacían,
Ella lo sabría. Vuestra Madre acostumbró a los testigos a tener
el santo temor a Dios, que es uno de los dones del Espíritu
Santo. Esto es que yo actúo como actúo porque sé que Dios
sabe todo y me ve siempre. Llegó el momento en que los
discípulos no abrían su boca para murmurar y trataban de no
pecar ni con el pensamiento.

Ella ordenaba a sus discípulos a hacer los mandados a media


noche, por la mañana, al mediodía o por la tarde. Estos
duraban desde unas horas hasta cinco días, como por ejemplo:
iban a Jayuya a avisarle a José de los Santos Morales (uno de
los primeros Hermanos Cheo) o iban a San Juan a pie o al
barrio Quebrada Honda a buscar una niña a media noche, a
Matuyas, a Patillas, a Guayama, a Yaurel y a otros lugares. A
veces les decía: “Vayan a recoger la cosecha de la finca de
perencejo o vayan a la finca de fulano de tal y ayúdenle a

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recoger la cosecha”. Esto lo hacía a la hora que fuese
necesario.

Ella estaba al tanto de las necesidades más insignificantes de


sus discípulos. Si les faltaba una muda de ropa, Ella lo sabía,
no había que decírselo. Si le faltaba comida, Ella mandaba a
llevarle una comprita. También estaba al tanto de las
necesidades de las personas que no subían a la Santa Montaña.
A una mujer que iba a dar a luz, Ella le enviaba cotitas y
cositas al niño, días antes de nacer. A veces mandaba a buscar
una mujer embarazada y le decía: “Sube que no te va a pasar
nada”. Después le decía: “Váyase en la paz de Dios que no te va
a suceder nada por el camino”. Así sucedía. Era una persona
extraordinariamente generosa. Todo lo daba. Le gustaba probar
a sus discípulos.

Ella caminaba despacio. Cuando las personas que no la


conocían la miraban fijamente a su rostro, Ella evadía sus
miradas y cambiaba sus gestos. Estando delante de ti y sin Ella
moverse, la veían en otro lado.

Pasaba casi todo el tiempo en oración. Cuando no estaba en


oración, estaba predicando y enseñando. Era un ser totalmente
consagrado a Jesucristo, a quien Ella llamaba Papito Dios o
Cristo Rey. Al comenzar una misión, besaba la tierra y se
arrodillaba. Empezaba la prédica con un cetro que llevaba en la
mano derecha. Predicaba con frecuencia de cuatro a seis horas
corridas. Muchas veces intercalaba la prédica con milagros. En
San Lorenzo predicaba al mediodía y a las seis de la tarde. Llegó
a comenzar su prédica en algunas ocasiones a media noche
(vigilias).

Acostumbraba dar las misiones los miércoles o viernes. En


algunas ocasiones misionaba el sábado y a veces dos veces por
mes. Variaba según las necesidades. Cuando terminaba de
predicar se sentaba y los presentes se arrodillaban uno a uno,
frente a Ella. Ella les daba a besar su crucifijo diciéndoles:
“Para la gloria de Dios y la salvación de tu alma”. En ese
momento le echaban las limosnas en una canastita de paja que

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Ella tenía. Estas limosnas eran luego distribuidas por Vuestra
Madre entre los más necesitados o los usaba para pagar los
estipendios a los sacerdotes por la administración de los
sacramentos.

Llevaba a las personas a recibir los sacramentos luego de


haberlos catequizados. Otras veces los enviaba solos a la
iglesia. Doña Carmen Rivas se admiraba de que los sacerdotes
ofrecieran el sacramento del matrimonio a los candidatos que
Vuestra Madre enviaba. En los lugares donde predicaba,
mandaba a poner catorce cruces (el vía crucis). Se cantaba el
Santo Dios y La Pureza. Al terminar la misión anunciaba la
fecha de la próxima misión.

A Vuestra Madre nunca la vieron bañarse, sin embargo,


siempre olía a rosas.

Acostumbraba estar de encierro en su casita o en el lugar que


Ella pedía que estuviese disponible para hacer oración,
sacrificio y penitencia. Cuando estaba en encierro no solía
recibir a nadie.

Todos los testigos concuerdan que Ella no le daba la mano a


nadie, sin embargo, cuando éstos iban donde Vuestra Madre,
Ella cogía el crucifijo y con éste le daba la bendición, pero
nunca les daba la mano. Solamente tocaba a los niños. Don
Félix Rodríguez dice que cuando él era un niño, Vuestra Madre
le dio un beso en la frente y nunca pudo olvidarlo.

Hay testigos que concuerdan que cuando ellas eran niñas iban
agarradas de la mano de su mamá y Vuestra Madre iba
caminando delante de ellas. Las niñas veían que Vuestra
Madre caminaba levitandándose como a seis pulgadas del piso
y una de las niñas le dijo a su mamá: “¡Mira, mamá!”. La
mamá de la niña la mandó a callar porque estaba
acostumbrada a ver que Vuestra Madre no pisaba el suelo.

Había momentos en que Vuestra Madre tenía que irse a otros


lugares y desaparecía. Al principio las personas que veían esto
se desmayaban, pero los que estaban acostumbrados se

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quedaban tranquilos. Si las nenas empezaban a llorar, la mamá
le decía: “No te apures que Ella vuelve ahorita”.

Las niñas que se quedaban en la casita de Vuestra Madre


nunca la vieron acostada.

Al comenzar la tarea de cumplir lo que Vuestra Madre me


pedía a través de este libro y de su historia, pude encontrar
mediante la constante investigación que existen muchas
creencias y leyendas sobre la verdadera identidad de Vuestra
Madre, pero no es así. Ella fue real y es parte de nuestra
historia. Comenzaré por aclarar que su nombre no era “Elena” o
“Elenita”. Este nombre le fue otorgado en un Acta de Defunción
Facultativa (inventada) después de Vuestra Madre haber dado
el cambio. En una reunión: el Juez Alejandro (Lili) Buitrago, el
alcalde incumbente, don Francisco Machín Machín y los
miembros de la Asamblea Municipal con la ayuda de otros
líderes políticos decidieron otorgarle el nombre de Elena Huge
(debe decir Huyke) con el propósito de restarle cualquier origen
sobrenatural a Vuestra Madre y con la intención de cambiarle
su identidad. Cuando el registrador fue a escribir el apellido, al
no saber inglés, escribió “Huge”. El Acta Facultativa aparece
identificada como la número 145, folio número 16 del Libro de
Defunción número 12 del municipio de San Lorenzo. Estas
personas con muy mala intención utilizaron la identidad de
Elena Huyke, misionera holandesa, procedente de Curazao,
profesora, de religión protestante, que usaba vestimenta de
monja y frecuentaba muchos lugares al igual que Vuestra
Madre.

Estos líderes políticos eran republicanos y masones. Entre ellos


había muchos protestantes que asu vez eran masones y para
más desdicha existía una inclinación hacía el espiritismo
enorme, estos le declararon una guerra infernal a Vuestra
Madre. Como nadie sabía nada de su procedencia, éstos se
aprovecharon de las circunstancias y de su poder político para
darle otra identidad. Me pregunto: ¿Por qué éstos no la
llamaron “Juana del pueblo”, como era y es la costumbre en
estos casos? Desde tiempos remotos, esto es lo que se

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acostumbra hacer y siempre se ha hecho. Aquí queda reflejada
la mala intención de estas personas.

Cuentan varios testigos que en repetidas ocasiones Vuestra


Madre expresó que su nombre era “Mamita Redentora,
Redención de Jesús”. En una ocasión unos niños la
acompañaron a la Santa Peña y ellos por el camino la llamaron
por el nombre de Elenita y Ella les dijo: “Los he escuchado
llamarme varias veces por el nombre de Elenita, pero ése no es
mi nombre, cuando lleguemos a la Peña del Señor les diré cuál
es mi nombre”. Cuando llegaron a la Peña del Señor que se
encuentra en el sector Morena del barrio Espino, Ella les dijo:
“Me dice mi hijo Jesús que ese nombre es muy bonito, pero que
me lo vayan quitando porque mi nombre es “Vuestra Madre
Redentora, Redención de Jesús”. Por las palabras de Vuestra
Madre queda evidenciado que el nombre de Elena o Elenita le
fue dado por otras personas, pero que este nombre no era
aceptable por su hijo Jesús. Dado el hecho de que los niños la
llamaron por el nombre Elena, podemos inferir que para esa
época ya había personas mal intencionadas que la fueron
relacionando con la monja misionera y profesora protestante
Elena Huyke.

Vuestra Madre también dijo: “Se cansarán de buscar mi


identidad y no la encontrarán porque yo no soy terrenal, yo soy
un ser espiritual”. Más allá de los relatos de los testigos,
podemos confirmar el afán de estas personas en concederle una
identidad terrenal a Vuestra Madre.

A continuación les daré a conocer los testimonios de algunos


discípulos que tuvieron la dicha de estar con Vuestra Madre,
disfrutando de: su compañía, sus enseñanzas y sus consejos.
Ella les sirvió a todos como una madre espiritual y material,
brindándoles su ayuda en aquella época de tanta pobreza y
opresión. Todos los discípulos coincidieron en que Vuestra
Madre era la Santísima Virgen del Carmen.

En el año 1966, padre Rafael Torres conversó con varios


discípulos de Vuestra Madre y entre ellos estaba don José

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(Leolio) González cuando contaba con 83 años. Él le afirmó:
“Fíjese padre, el origen terrenal de Vuestra Madre se desconocía
y Ella dijo que su origen permanecería siempre oculto bajo el
velo del misterio”.

Don Leolio dijo: “Mamita, Vuestra Madre, se conceptuaba a sí


misma como “El Ángel del Señor”, del cual habla las escrituras”.
Ella nos decía: “Se cansarán de buscar mi identidad y no la
encontrarán porque yo no soy terrenal, yo soy un ser
espiritual”. Fíjese, Vuestra Madre vino a la Santa Montaña para
predicar sobre su hijo Jesús. Todos nosotros desconocíamos su
patria, edad, familia y educación. Una vez se instaló en la
cumbre de la Santa Montaña al igual que cuando llegó a la
Santa Peña, Vuestra Madre declaró que su nombre era “Madre
Redentora, Redención de Jesús”. Todos los discípulos decían
que don Leolio era una persona que no tenía mucha
preparación académica, pero era un maestro espiritual y era un
niño muy especial para Vuestra Madre.

Otra discípula a quien entrevistó padre Rafael Torres en el 1966


fue a doña Obdulia Velázquez, doña Obdulia le confirmó al
padre Rafael Torres que: “Vuestra Madre llegó el día 8 de
agosto de 1899, el mismo día del Huracán San Ciriaco. Ella
dijo: “Esa joven que estaba vestida como la Virgen fue vista por
dos ganaderos de Yabucoa que fueron a cortarle la soga a su
res que se estaba ahogando. Ellos observaron por espacio de
media hora a esta joven sobre una tabla flotando en el mar con
los brazos extendidos en dirección hacia el viento. Les dio la
impresión de que Ella calmaba la tempestad. Éstos, bajo su
ignorancia, trataron de salvarla pensando que era una joven
común y corriente, pero Ella se fue mar adentro. Otras
personas vieron esta joven pasar el 9 de agosto de 1899 por El
Bajo de Patillas. Más tarde la vieron en Jacaboa de Patillas.
Cuando pasaba por la casa de Juan Porché (francés), lo corrigió
por maltratar a una vaca y luego se adentró en el campo.
Cuando Vuestra Madre predicaba en la Santa Peña, un día los
ganaderos que habían visto a aquella joven en el mar sobre una
tabla flotando, subieron a escuchar a la joven que predicaba en
la Santa Peña y se dieron cuenta que se trataba de la misma

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persona, estos ganaderos decían que por lo más que la
reconocieron fue especialmente por su pelo”.

Estefanía de Jesús era cocinera de Vuestra Madre y nos contó:


“El día 16 de julio de 1907 me fui a limpiar el jardín de Vuestra
Madre y Ella estaba encerrada haciendo penitencia en su
casita. De momento abrió la ventana de su casita y me pidió
que mirase hacia donde Ella estaba. La miré asombrada y
Vuestra Madre me dijo: “¡Estefanía, yo soy la Virgen del
Carmen, pero no se lo digas a nadie”! Vuestra Madre antes de
irse me invitó a acercarme más a Ella para que la mirase del
todo y me pidió que no se lo dijese a nadie. También me dijo:
“¡Yo quisiera que mis hijos me vieran así, pero no puede ser
porque tengo una fiesta en el cielo con mi Padre y me tengo que
ausentar!” ¡Mire, le cuento que cuando la miré, la vi vestida
como viste la Virgen del Carmen y me di un susto y a la vez
mucha alegría!

La discípula, doña Saturnina Camacho, también le contó al


padre que don Simón y don Juan Porché eran hermanos y
extranjeros, pero no procedentes de los Estados Unidos. Éstos
se establecieron en Matuyas donde habían comprado una finca
muy grande. Don Juan estaba casado con doña María. La
esposa de Paco Rodríguez era una pariente de los Porché y
vivían en el sector Las Panas cerca de Tito Rodríguez.

Más tarde algunos discípulos vieron a Vuestra Madre en la


Santa Peña donde presenciaron el milagro cuando Vuestra
Madre levantaba una peña muy grande e introdujo una cruz de
madera sobre ésta. Al pasar el tiempo y podrirse la cruz, los
Hermanos Cheo la hicieron de cemento. La Santa Peña está
levantada a unos ocho pies de altura y mide 15 pies de ancho y
desde allí Vuestra Madre predicaba. Allí debajo de la piedra que
Ella levantó y que se encuentra levantada en la actualidad se
puede observar este gran milagro. Sus discípulos le hicieron un
altar allí dedicado a Ella, donde las personas van a orar y a
rezar a Jesús y a la Virgen del Carmen. Actualmente don José
Luis Torres Reymundí vecino de San Lorenzo se encarga de
darle mantenimiento, llevarle flores a Vuestra Madre y

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mantenerle las velas encendidas. Don Natividad Ruiz siendo el
dueño de estos terrenos concedió el permiso generosamente.

Cuenta don Juan Velázquez, el papá de doña Obdulia: “En una


ocasiónque vinieron los Hermanos Cheo a ver a Vuestra Madre,
Ella me Preguntó: “¿Juan, quién se ha puesto la corona aquí en
la montaña?” Don Juan dijo: ¡Ella era una niña preciosa! Yo,
con un santo temor al verla, le dije: “Mamita, la Virgen del
Carmen se ha puesto la corona”. Vuestra Madre me preguntó:
“¿Juan, tú lo crees?” Yo le contesté: “Sí, mamita, yo la he
visto”. Él repetía: “Yo la vi cuando se engalanó para recibir a
los Hermanos Cheo. Ella conversó ese día con los once
Hermanos Cheo en la Santa Montaña. Cuando los Hermanos
Cheo llegaron a la Santa Montaña fueron inmediatamente a
saludarla. Ella les dijo a los Hermanos Cheo que ellos
predicaban por inspiración de los apóstoles y que venían a
recibir la bendición de Ella. Vuestra Madre los bendijo
haciéndoles la Señal de la Santa Cruz. Cuando los discípulos de
Vuestra Madre la vieron haciéndole la Señal de la Santa Cruz a
los Hermanos Cheo, le preguntaron: “¿Mamita, qué opinión
tiene usted de esos hombres?” Vuestra Madre les contestó: “Mis
hijos, ellos serán buenos predicadores’’.

Nos contó Lina Galarza: “Una vez que estábamos Joaquina y yo


en la casita de Vuestra Madre, allí en la casita se nos apareció
un niñito. ¡Era un niño bien lindo! Joaquina y yo nos fuimos
detrás de él porque queríamos verlo de cerca y Vuestra Madre
nos vio y nos dijo: “ Mis niñas, ustedes no lo pueden ver porque
él ya se ha ido”. Joaquina y yo estuvimos con Vuestra Madre
mucho tiempo y nunca dejamos de contar todas las maravillas
y milagros que vivimos cuando estábamos con Ella”.

Justina y Engracia Suárez cuentan que un día miraron a


Vuestra Madre y se dieron cuenta que Ella era la Virgen del
Carmen.

Lucía Ramos, una de las niñas de Vuestra Madre, le contó a


don Candelario que Vuestra Madre le dijo: “ Lucía, tengo que

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irme, pero ten siempre presente que yo soy una sola, pero tengo
que hacer once mil apariciones’’.

Don Félix Rodríguez del barrio Quebrada Arriba cuenta que a


Vuestra Madre nunca se le conoció padre, ni madre terrenal.
Vuestra Madre decía: “Mi Padre me ha enviado para predicarle
la salvación a todos mis hijos’’. Nos dijo que desde ese tiempo
en adelante teníamos la advertencia.

Doña Carmen González de Yabucoa contó que algunos


discípulos vieron a Vuestra Madre el día del Huracán San
Ciriaco por la playa de Yabucoa, la vieron subir por toda la
playa y más tarde se apareció en la Santa Peña de la Santa
Montaña.

Doña María del Carmen Martínez, hermana de don Juan


Avelino Martínez y esposa de don Juan Vázquez contó que
Vuestra Madre en una misión dijo: “Mis hijitos, yo soy la Virgen
de Monserrate, la Virgen del Perpetuo Socorro, la Virgen del
Carmen’’.

Doña Saturnina Camacho Hernández contó que ella siempre


dudó de que la monja Elena fuera Vuestra Madre. Ella siempre
creyó y aseguró de que Vuestra Madre era la Santísima Virgen
del Carmen por los milagros y las cosas que hacía.

Don Cipriano Ruiz contó que cuando él tenía apenas unos años
le tenía miedo a Vuestra Madre porque Ella mandaba a buscar
a las niñas y a los niños a la casa de éstos para que la
acompañaran y para darle catequesis. A él le daba miedo que lo
mandara a buscar porque no quería dejar a sus padres. Él dijo:
“Había mucha gente que decía que Ella era la Santísima Virgen
María’’.

Doña Juana Rodríguez Flores custodiaba el cuadro que Vuestra


Madre exponía en las prédicas y ella decía: “El que ve la imagen
de la Virgen del Carmen en el cuadro está viendo a Vuestra
Madre’’.

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Don Vicente Rosario Galarza dijo: “Vuestra Madre se apareció
en el 1899 al pasar el Huracán San Ciriaco por la isla, Ella se
apareció de la noche a la mañana”. “¡Ella no tiene comparación
con nadie!” Vuestra Madre dijo: “En el día del juicio, el que
esté con Papito Dios, me reconocerá”.

Un hijo de Joaquín Crespo y esposo de doña Olegaria contó que


un día le dijo a Vuestra Madre: “¡Hay Vuestra Madre, usted se
parece a la Virgen del Carmen! Ella le contestó: “Sí, pero no
puedo mostrarme tal como soy porque ustedes se asustarían”.

Don Felipe Félix en una conversación con su hija, éste le contó:


“Vuestra Madre en una prédica nos dijo: “Yo soy la
Reverendísima Madre del Universo”.

Doña Obdulia Velázquez dijo que ella había escuchado a otras


personas decir que Vuestra Madre decía: “Yo soy la
Reverendísima Madre del Universo”.

Don Telesforo Rodríguez decía: “Yo siempre veía a Vuestra


Madre con un cetro en la mano”.

Doña Juana Rodríguez Flores contaba que Vuestra Madre tenía


un cetro y con él tocaba a sus discípulos cuando tenía que
corregirlos. Doña Juana dijo: “En una ocasión vi cuando
Vuestra Madre le puso el cetro sobre el hombro a uno de sus
discípulos para corregirlo y le decía que tenía que entregarse
más a Dios”.

Doña Manuela Velázquez dijo: “En una ocasión vi cuando


Vuestra Madre tocó a la hermana Julia García Cruz con el cetro
por una desobediencia. Julia dijo que cuando Vuestra Madre la
tocó con el cetro ella sintió una fuerza sobrenatural que le hizo
reconocer la desobediencia que había hecho”.

Daniel Figueroa dijo que Vuestra Madre en una ocasión le llamó


a él y a Andrés Crespo. Les pidió que se arrodillaran; cuando
Vuestra Madre tocó a Andrés con el cetro, Daniel se orinó en
sus pantaloncitos. Vuestra Madre le dijo a Daniel: “Daniel, te
puedes ir; sólo quería que tú fueras testigo de la desobediencia

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de Andrés”. Daniel salió corriendo de la casita de Vuestra
Madre y nunca dejó de hablar de su experiencia y decía:
“Vuestra Madre nos decía que Ella tocaba con su cetro a los que
le mandaba Papito Dios”.

Vuestra Madre nunca les pegaba, sólo los tocaba con el cetro y
ellos decían: “¡Ese cetro pesaba tanto y tanto!” Tenía una fuerza
especial que hacía que ellos cayeran de rodillas aunque el cetro
era pequeñito. Siempre Ella andaba con el cetro en la mano.

Don Flor López vecino de Salinas dijo: “Yo vi a Vuestra Madre


dos veces en el pueblito del Carmen y una vez que la fui a ver a
la Santa Montaña”. Les puedo decir que la santa que estuvo allí
en la Santa Montaña era la Santísima Virgen del Carmen”.

Doña Eulalia Vázquez, vecina de Yabucoa, era una de las niñas


de Vuestra Madre y decía: “La Santísima Virgen de la Santa
Montaña me mandaba a buscar con su mensajero aun en
tiempos fuertes de lluvias. Yo era una niñita y cuando Vuestra
Madre me pedía que la peinara, yo la peinaba”.

Doña Estervina Reyes Galarza dijo: “Vuestra Madre dijo que


Ella aquí en la tierra no tenía: padres, padrinos, ni tíos. Ella no
tenía familia terrenal porque era un ser espiritual”.

Doña María Claudio cuenta que cuando le preguntaron a


Vuestra Madre: “¿Cómo la vamos a llamar?” Ella le contestó:
“Me van a llamar Vuestra Madre Redentora, Redención de
Jesús, porque así quiere mi Hijo que me llamen”.

Doña Carmen Martínez dijo: “El día 16 de julio de 1907 se


estaba celebrando la fiesta de la Virgen del Carmen y Vuestra
Madre me mandó al ranchón para que ayudara a repartir la
comida. Cuando estaba repartiendo la comida, Vuestra Madre
se me acerca y me dice: “Carmen, tengo que ir al cielo, allí se
está celebrando mi fiesta”. Al pasar un rato se me volvió a
aparecer y me dijo: “¡Carmen, asómate!” Cuando la observé, vi
que Vuestra Madre tenía puesta una corona muy brillante con
doce estrellas y estaba vestida como la Virgen del Carmen.
Asombrada le dije: “¡Ay Vuestra Madre, si usted es la Virgen del

22
Carmen!” Vuestra Madre me contestó: “¡Sí, pero no se lo digas
a nadie!”

Don Félix Rodríguez contaba que Vuestra Madre había dicho:


“Mis hijos, para el final estaré aquí para escoger los que son del
Padre”. Ella prometió que estaría allí al principio y al fin.

Joaquina Galarza dijo: “Vuestra Madre decía que todos sus


hijos tienen una estrella y que dichoso aquel que la
reconociera’’.

Don Félix Navarro Montañez dijo: “Vuestra Madre le llamaba a


la Santa Montaña su Monte Carmelo”.

Cuenta Lina Galarza que Vuestra Madre dijo: “El día del juicio
final será aquí, pues esta montaña va a ser bendecida para eso
y la abogada que tendrán seré yo, el Ángel del Señor que se va
al cielo”. Algunos le decían Elenita, pero Vuestra Madre les dijo:
“No, yo no soy Elenita, yo soy Vuestra Madre, el Ángel del
Señor”.

Doña Juanita Gómez, vecina San Lorenzo, me cuenta que su


papá Don Manuel Gómez le decía: “Vuestra Madre fue real; Ella
evangelizaba todo el barrio Espino y el pueblo de San Lorenzo.
En aquellos tiempos las personas se mataban como los
animales, se encontraban muchas personas y niños sin
bautizar, había muchas parejas sin casarse. Vuestra Madre
bajaba de la Santa montaña al pueblo de San Lorenzo con
muchas personas para que recibieran los sacramentos. Yo
tenía la convicción de que Vuestra Madre era la Santísima
Virgen del Carmen; Vuestra Madre derramó su sangre allí en la
Santa Montaña para bendecirnos a todos. Vuestra Madre
apareció allí en la Santa Peña y nadie sabía de dónde era Ella.
Nunca nadie supo de dónde vino ya que Ella no tenía papá, ni
mamá terrenal y nunca se le conoció familia. Todos, la
llamábamos por Vuestra Madre; eso del nombre de Elenita no
era verdad, nosotros nunca la conocimos por Elenita. Yo nunca
la llamé por Elena o Elenita. Yo, como todos los que estuvimos
con Ella, sabíamos que era la Santísima Virgen del Carmen”.
También me contó papá que Vuestra Madre hizo brotar allí en
23
la Santa Montaña un manantial de agua donde no lo había
porque allí no existía, Ella les aseguró y les prometió que
nunca se iba a secar. Mi padre murió santo, era muy santo. Él
siempre nos estaba hablando de Vuestra Madre y nos enseñó a
tenerle respeto a todo lo que tuviera que ver con Ella.

Don Emilio Gómez me contó que su padre Don Manuel Gómez


afirmaba que Vuestra Madre era la Santísima Virgen del
Carmen.

Don Clotilde Martínez Valdés me contó que sus abuelos don


Odulio Martínez y doña Emeregilda Crespo sabían que Vuestra
Madre era la Santísima Virgen del Carmen y que así se lo
dejaban saber a todos. Don Clotilde me contó que ellos
siempre hablaban de Ella. Él decía: “Mis abuelitos sí estuvieron
con Vuestra Madre, éstos vivían en el barrio Espino de San
Lorenzo. Mi papá me hablaba mucho de Vuestra Madre, aunque
yo estaba muy joven. Siempre recuerdo que tanto mi papá
como mis abuelos decían que la que vivió allí fue la Santísima
Virgen del Carmen”.

Doña Jacinta de Jesús escuchaba al Hermano Cheo, José de


los Santos, predicar. Cuenta que don José de los Santos dijo:
“A Vuestra Madre no le encontraron nunca apellido, ni tampoco
lugar de nacimiento. La gente sabía que Ella era la Santísima
Virgen del Carmen. Ella no tenía padre, ni madre, ni hermanos
terrenales”.

Doña Juana Montañez Delgado (madre de Tomás Navarro)


contó que Vuestra Madre dijo: “Cuando el obispo suba a la
montaña, quedará poco para el juicio final”. ¡Vuestra Madre no
se parecía a nadie terrenal, Ella sólo se parecía a la Santísima
Virgen del Carmen. Todos los que estábamos con Ella sabíamos
que era la Virgen del Carmen, pero no se lo decíamos a nadie.
Muchas personas eran perseguidas y no nos atrevíamos
decirlo’’.

Doña María M. González Lebrón, hija de don José (Leolio)


González, contó que Vuestra Madre llegó a la Santa Montaña
cuando su papá era un joven soltero. Él fue un fiel discípulo de
24
Ella. Cuenta Doña María que su papá le dijo: “Mi hija, te diré
que cuando Mamita (Vuestra Madre) llegó por el mar de Mala
Pascua entre el pueblo de Maunabo y al pueblo de Patillas unos
ganaderos la vieron venir sobre una tabla por el mar. Luego la
vieron por el Camino de la Macanea, el camino viejo de Yabucoa
a la Santa Montaña. Actualmente este camino existe, pero está
abandonado. Papá decía: “Vuestra Madre era la Santísima
Virgen del Carmen y nos decía que Ella se pasaba en la
puerta del pulgatorio sacando a sus hijos”.

Don Valentín Rodríguez contaba que en su casa le hicieron un


ranchón grande a Vuestra Madre para predicar y una tarde
que Ella estaba predicando, llegó un hombre con un revólver
para matarla. Cuando el hombre se acercó, Ella le echó una
bendición y el hombre se volvió como loco. Ella se envolvió en
un rayito de luz y desapareció; luego apareció una paloma que
volaba por encima de todos. Se llevaron al hombre para el
soberao de la casa de don Valentín y luego de un rato, Vuestra
Madre se apareció de momento y siguió predicando.

Doña Juanita Martínez decía: “Vuestra Madre era la Santísima


Virgen’’.

Don Agustín Ramos decía: “Yo estoy convencido de que Vuestra


Madre era la Santísima Virgen del Carmen”. Ella dijo: “En el día
del juicio me reco nocerán’’.

Don Pedro Rivera, vecino de Patillas, venía a la Santa Montaña


a verla porque él decía que creía que Vuestra Madre era la
Santísima Virgen María.

Doña Luisa del Valle era discípula de Vuestra Madre y decía:


“¡Vuestra Madre parece una monja, pero no lo es, porque las
monjas comen y Vuestra Madre no comía nada!”

Doña Dominga Martínez Rivera, vivía en el barrio Espino de San


Lorenzo y decía: “Vuestra Madre no puede ser otra, Ella es la
Santísima Virgen del Carmen”. Vuestra Madre amaba mucho a
doña Dominga, ésta aprendió el oficio de partera con Vuestra

25
Madre. Doña Dominga cuenta que doña María Núñez afirmaba
que Vuestra Madre era la Santísima Virgen del Carmen.

Doña Natividad Mojica Díaz nos cuenta que en una de las


prédicas de Vuestra Madre la escuchó decir: “Yo soy la Virgen
del Carmen”. Doña Natividad narra que en una ocasión ella iba
caminando alrededor (junto a) de Vuestra Madre junto a otros
niños. Ella contaba: “¡Oiga, vimos ese chorro de palomas que
volaban por encima de Vuestra Madre; a medida que Ella
caminaba, las palomas se movían alrededor de Ella, alrededor
de Ella, como coronándola, pero los adultos no la veían!”

Doña María Luisa Vargas me narró que un primo de Juan


Avelino Martínez Arroyo le había dicho a su propia esposa que
Vuestra Madre se parecía a una holandesa cuando predicaba.
En la próxima ocasión que éste visitó la Santa Montaña,
Vuestra Madre suspendió la prédica para decirle el comentario
que él le había hecho a su esposa en su casa. Vuestra Madre le
pidió que la mirase fijamente a su rostro para que él viera quién
verdaderamente era Ella. Al mirarla fijamente dijo: “¡Ay, si usted
es la Virgen del Carmen!”. Mire, ese hombre cayó de rodillas y
la aclamó delante de todos los que estaban allí como la Virgen
del Carmen. Luego él describió la vestimenta, la corona y el
resplandor que salía de Vuestra Madre, la Santísima Virgen del
Carmen. ¡Imagínate, si la estaba viendo!

Cuenta doña Luisa Vargas: “En una ocasión Vuestra Madre


necesitaba una vianda para darle de comer a sus hijos ya que
el Huracán San Ciriaco acababa de pasar por la isla y le dijo a
Modesto Lebrón que fuera a buscarle unas batatas de la casa
de don Vicente Vargas. Éste le dijo que estaba seguro de que no
habían. Él le respondió que todavía no era el tiempo de cosecho.
A insistencia de su esposa doña María de los Santos Martínez él
se fue y buscó un mochito viejo, se metió en la finca a escarbar
el batatal que sólo llevaba un mes de sembrao. ¡Se dio ese susto
cuando escarbó y encontró esas batatas enormes!. Sacó medio
saco de batatas y se lo envió a Vuestra Madre. ¡Él no podía
creer lo que veía! El que andaba con él iba temblando a llevarle

26
las batatas a Vuestra Madre”. ¡Fíjese, los milagros que Ella
hacía!

Don Narciso Rodríguez ya estaba muy enfermo y fue a la Santa


Montaña para despedirse de Vuestra Madre, Ella estaba en
encierro y le dijeron a Narciso que no la podía molestar. Don
Narciso les dijo a los guardianes: “¡Yo no me voy hasta que no la
vea!” Lo decía gritando. De momento él oyó la voz de Vuestra
Madre que le dijo: “¡Pasa, Narciso, te estoy esperando; ven,
acércate a la puerta!” Cuando de pronto la puerta se abrió, él
dijo: “Yo me quedé solprendío (sorprendido), no podía creer lo
que yo estaba viendo”. Él contó: “Vi a Vuestra Madre flotando
sobre una nube con muchos ángeles a su alrededor, tenía una
corona muy resplandeciente”. Cuentan sus familiares que a los
pocos días de ese suceso don Narciso murió con una sonrisa de
felicidad.

Don Erasmo Nieves dijo: “Una vez subió una joven embarazada
a ver a Vuestra Madre y cuando subió a la Santa Montaña,
había un pavo en la entrada del portón. Ella lo miró con deseo
de comérselo, pero se fue calladita a donde estaba Vuestra
Madre y cuando decidió regresar a su casa Vuestra Madre le
echó la bendición con el crucifijo y le dijo: “Dile al portero que te
dé el pavo, llévatelo y comételo que te hará bien”. La muchacha
bajó hacia el portón de salida para irse y el portero le dio el
pavo, la muchacha se fue muda y asombrada porque no se
podía explicar cómo Vuestra Madre le había leído el
pensamiento. La muchacha siempre decía: “Vuestra Madre era
algo muy grande, Ella lo sabía todo sin que nadie le dijera”.

Cuenta doña María del Valle que su papá don Luis del Valle le
dijo que en una ocasión en que Vuestra Madre, estaba
predicando en la Santa Montaña apareció un señor de apellido
Malavé. Este señor al terminar la prédica se metió la mano en el
bolsillo y dio una limosna de $5.00, a Vuestra Madre no le
agradó la intención con que este señor daba dicha ofrenda y
Ella llamó a mi papá y le pidió que le devolviera el dinero. Al
Sr. Malavé no le agradó que se le devolviera el dinero y fue a
preguntarle a Vuestra Madre el porqué le había devuelto el

27
dinero. Ella le dijo: “Tome el dinero y lléveselo que la fe no se
compra”.

Como estos testimonios que les he dado a conocer, conservo


muchos más y una gran lista de testigos que así lo afirman.
Todos decían que Ella era la Santísima Virgen del Carmen.
Cuando nosotros, sus hijos, estemos dispuestos a reconocerla
como Vuestra Madre, Ella estará en la Santa Montaña
esperándonos. Ella quiere que les escriba a sus hijos
pequeños, a quienes Ella llama: Mis Pequeñas Margaritas, Mis
Pequeños Soles. Cuando le pregunté por qué nos llama así, me
dijo: “Porque la margarita tiene unos pétalos blancos muy
unidos a su alrededor, éstos pétalos son tan unidos como mis
ángeles y eso son ustedes para mí, ángeles”. “La margarita
tiene un centro amarillo que es como un sol, ese sol son
ustedes mis hijos que brillan en la oscuridad de este mundo
que le ha dado la espalda a mi Hijo y a mí. Ustedes brillan como
las luciérnagas y los cucubanos en estas tinieblas del mundo,
pero para mí ustedes son y serán siempre Mis Pequeñas
Margaritas, Mis Pequeños Soles’’.

Una vez Vuestra Madre reunió a un grupo de damas entre ellas


estaba la mamá de doña Obdulia (Doña Ana Domínguez) y les
dijo: “Mis hijas, por aquellos caminos he bajado yo en el 1899 y
cuando llegué me sostuve de una tabla”. Vuestra Madre miraba
el cielo estrellado y señalaba el Camino de Santiago y las
Estrellas. Esto coincide con la aparición de la Santísima Virgen
María en Santiago de Compostela, conocido como El Pilar de
Zaragoza en España. Si analizamos detenidamente este relato
de Vuestra Madre, podemos darnos cuenta que esto encierra un
misterio muy grande en esta aseveración tan sencilla y nos
confirma su identidad y procedencia.

El camino de Santiago de Compostela es el nombre que se le da


a una constelación de estrellas en nuestra galaxia. Lo especial
de esta constelación de estrellas es la procedencia o la razón de
su nombre. Luego de la crucifixión, resurrección y ascensión de
Jesús, sus apóstoles comenzaron a predicar el evangelio de
Cristo por todo Israel y luego en el Imperio Romano. Uno de sus

28
apóstoles, Santiago (El mayor) viajó al Oriente hacia España
hasta la Villa de Zaragoza al norte de España. Mientras
Santiago estuvo allí, sufrió un desánimo muy grande ya que
temía haber fracasado en su misión a causa de la persecución
de los judíos en España.

El 2 de enero en el año 39, mientras Santiago oraba


intensamente a Nuestro Señor Jesucristo, la Santísima Virgen
María se le apareció cerca del río Ebro. Esta fue la primera
aparición de la Virgen María. Esta aparición tiene la
peculiaridad de que la Santísima Virgen María vivía en la casa
del apóstol San Juan, el Discípulo Amado, para el mismo
tiempo en que se le apareció a Santiago.

Santiago pensaba marcharse de España porque no escuchaban


su mensaje de la Buena Nueva. La Virgen María lo confortó y le
dijo que permaneciera en esas tierras porque allí le iban a dar
mucho honor y gloria a su hijo Jesús. La Virgen María venía
acompañada de un coro de ángeles que portaban una imagen
de la Reina del Cielo y una columna o pilar de jaspe (piedra
preciosa) que le serviría de trono.

La Santísima Virgen María le dijo al apóstol Santiago: “Este


lugar ha sido señalado y destinado al Altísimo para que en la
tierra le consagréis y dediquéis a Él un templo de oración. Yo,
en nombre del Todopoderoso, prometo grandes favores y
bendiciones, mi protección y amparo. En testimonio de esta
verdad y promesa, quedará colocada aquí en esta columna mi
propia imagen, donde edificaréis mi templo. Será preservado
con la fe hasta el fin del mundo’’.

Actualmente la columna y la imagen se conservan y han


sobrevivido las invasiones de los romanos, godos y
musulmanes. En la última guerra española los comunistas
tiraron 4 bombas sobre el pilar y éstas no explotaron y se
conservan en la Basílica como recuerdo de la protección y
promesa de la Santísima Virgen del Pilar de Zaragoza.(Obtenido
de página de Internet, Dr. Domínguez). Me pregunto: ¿Por qué
el pilar de Zaragoza tiene la imagen de Vuestra Madre y no tiene

29
la imagen de Nuestro Señor Jesucristo, aún tratándose del
pilar? Aquí nos damos cuenta de que Dios desde el principio
quiso que Ella tuviera una participación muy grande con
nosotros sus hijos y su iglesia. El apóstol Santiago la amaba al
igual que San Juan y estaba con Ella desde el principio. Aquí
vemos cómo la Santísima Virgen intercede por el apóstol
Santiago, el Mayor, sin embargo, Ella no le trajo una imagen de
Jesús, sino su propia imagen con los ángeles. Es así como
Dios quiere que se le honre a Él a través de Ella. Ella es el pilar
que sostiene a la iglesia de Jesucristo, Nuestro Señor, es Ella la
administradora. En los momentos más difíciles de nuestra
historia en la iglesia, allí está la Santísima Virgen María sobre
el pilar.

En los tiempos más gloriosos de la iglesia desde su nacimiento


en el Día de Pentecostés, Vuestra Madre estuvo en compañía de
la Iglesia. Cuando los apóstoles se encontraban tan… solos,
Ella estaba allí para fortalecerlos. En las persecuciones más
grandes de la Iglesia allí ha estado Ella. Como en las bodas de
Caná, Ella estaba presta al servicio, pendiente de todos los
detalles y de que no les faltara el vino. Estuvo presta al servicio
de Isabel cuando ésta estaba embarazada de San Juan
Bautista. Estuvo presta para traernos a su hijo Jesús al
mundo, estuvo presta para huir con su hijo al desierto para
protegerlo y estuvo presta para acompañarlo en la pasión y
muerte. Todavía hoy está presta para ti y para mí.

Un día le pregunté: “¿Madre, qué le pasa a mi tierra, qué le


pasa a mi gente? ¿Por qué la iglesia tiene las manos atadas ante
tanta violencia y no hace nada? ¿Por qué los hombres no se
aman y hay tanto odio entre algunos líderes de la iglesia? ¿Por
qué hay sacerdotes contra sacerdotes y obispos contra obispos
y tanta persecución contra los hijos que te aman?” Me contestó:
“Mi hija, cuando en un hogar muere o rechazan a la madre, este
hogar se destruye. Pasará un tiempo, pero luego vas a ver cómo
se destruye poco a poco porque mi hijo y yo sabemos que la
madre es esencial, Ella es la que une, la que está pendiente de
que todo esté a disposición del Padre”.

30
Descripción de la casa de Vuestra Madre

La casa de Vuestra Madre era levantada en socos (columnas de


madera rústica). En la parte del frente tenía una escalerita de
tres escalones según lo afirman: Andrés Crespo, Lucía Galarza
y Sixto. La casa tenía un balconcito, una sala y su cuartito con
dos ventanitas pequeñas cogidas con aldabas. Las ventanitas
estaban decoradas con cortinas de color azul pálido que
colgaban a vuelta redonda. También tenía un cuartito que
servía de almacén. En éste guardaba muchas cosas. Tenía una
lamparita de aceite hecha de tabla aserrada. Tenía bastantes
libros allí Algunos libros ya no existen porque se deterioraron o
se dañaron con las tormentas. También conservaba medallas
que les regalaba a sus hijos. En su cuarto tenía una esterita de
palmas que eran las que se usaban para dormir. Éstas eran
usadas por las niñas. Dentro de este cuartito de provisiones
llegó a guardar la caja (mortuoria) que le había preparado
Adolfo Ruiz por instrucción de Ella misma.

La casita era toda de madera incluyendo el piso y tenía unos


tres pies de elevación en la parte de atrás. Una de las niñas de
Vuestra Madre llamada Joaquina Galarza decía que Vuestra
Madre tenía gallinas debajo de la casa. Para el 1911 cuando
fue otra persona a visitar ese lugar, confirmó que allí se criaban
gallinas (confirmando así el testimonio de Joaquina).

31
El Cuadro de Vuestra Madre

Vuestra Madre tenía un grupo de personas que se relacionaban


con más frecuencia con Ella. El cuadro de Vuestra Madre era
todo lo que abarcaba la comunidad, excepto el lugar donde
estaba la casita de Vuestra Madre que se le conocía como “la
obra”. En el cuadro había personas que compartían con Ella
muy de cerca todo lo necesario y le ayudaban a realizar su obra
dentro y fuera de la Santa Montaña tales como:

Las niñas :

Vuestra Madre solía tener consigo un grupo de niñas que eran


vírgenes y se quedaban con Ella en la Santa Montaña por una,
dos, tres o cuatro semanas según Ella lo dispusiese. No vivían
en la casita de Vuestra Madre. Vivían en una casa que se
encontraba al oeste de la casita de Vuestra Madre. Éstas eran
instruidas por Vuestra Madre por turnos ya que eran de
diferentes lugares, el acercamiento de las niñas con Ella
variaba. Había niñas que la acompañaban por bastante tiempo,
pero otras la acompañaban de tres a quince días. Eran
escogidas y educadas por Ella. Siempre eran consideradas
como niñas de Vuestra Madre aun después de haber sido
enviadas de regreso a sus hogares. Aunque de ahí en adelante
permanecían en sus hogares, éstas no dejaban de subir a la
Santa Montaña, iban y venían. Eran más de cincuenta y cinco
niñas. Siempre mantenían de alguna forma el contacto con
Vuestra Madre por mucho tiempo, unas más que otras. Algunas
de ellas generalmente formaban grupos y cuando no, estaban
con Vuestra Madre haciendo distintos quehaceres que Ella les
enseñaba o encomendaba.

Las niñas eran de distintos pueblos vecinos a la Santa


Montaña. Éstas variaban en su edad desde los seis años hasta
los 20 años o un poco más. No se encontraban todas al mismo
tiempo con Vuestra Madre. Vuestra Madre las turnaba por
grupos. Cuando las niñas se enamoraban,Vuestra Madre las

32
excluía del grupo. Un número considerable permaneció virgen
durante el resto de sus vidas (esto fue profetizado así por
Vuestra Madre) y gran parte de ellas se casaron.

Vuestra Madre les decía a algunas de ellas: “Tú no conocerás


amor humano”. Vuestra Madre le expresó esto a Joaquina
Galarza del Valle y ella nunca se casó. Una de ellas escuchó
una voz interior que le decía: “Tu esposo murió en Jerusalén”.

Ella mandaba a buscar las niñas a sus casas con los


mensajeros; éstos las regresaban a su hogar a cualquier hora
del día o la noche, cuando fuera necesario, por instrucciones de
Vuestra Madre. Durante los tiempos de encierro prolongado,
Vuestra Madre acostumbraba enviarlas a sus casas. Durante
la estadía de las niñas en la Santa Montaña, les enseñaba a
orar, particularmente a rezar el santo rosario. Les enseñaba
oraciones e himnos religiosos. Las instruía y adiestraba en los
quehaceres domésticos, el trato que debían tener con los
hombres, sus deberes de hija y sus deberes con las demás
personas.

Las niñas le hacían mandados a Vuestra Madre. La peinaban y


le cargaban sus pertenencias. Vuestra Madre permitía que la
tocaran solamente las niñas que ella tenía en su cuadro. Estas
niñas se distinguieron por sus modales y buenos hábitos. A
muchas de ellas les enseñó a leer y a escribir. De San Lorenzo
tenía treinta y tres niñas, de Yabucoa tenía dieciséis y de
Patillas tenía treinta. También tenía niñas de los pueblos de:
Maunabo, Las Piedras y Arroyo. Tenía un total de noventa y
ocho niñas, escogidas por Ella.

Los guardianes:

Había guardianes en cada portón de la montaña. Andrés Crespo


fue guardián del portón de la Santa Peña y Daniel, fue ayudante
de éste. Cuando Vuestra Madre estaba en retiro, don Andrés
acostumbraba subir la escalerita, pisar duro y luego se iba. Él
se aseguraba de que Vuestra Madre se diera cuenta de que él

33
estaba vigilando y que no estaba durmiendo. Un día éste le dijo
a Daniel que fuera para que Vuestra Madre supiera que ellos
estaban en vela, pero Daniel no se atrevía ir, temblaba y
temblaba. La misma temblequera de Daniel fue lo que Ella
escuchó. Vuestra Madre le preguntó: “¿Quién va ahí?’’ Él le
contestó: ¡Yo, Vuestra Madre!’’ Cuando Daniel la escuchó,
enseguida salió corriendo del susto ya que le tenían un gran
respeto a Vuestra Madre.

Los guardianes eran jóvenes adultos y personas mayores ya


fuesen solteros o casados. Regularmente estaban en los
portones para cuando venían las romerías y otras personas que
venían a visitarla de diferentes pueblos. Ellos dejaban pasar o
no de acuerdo al mandato de Vuestra Madre. A los que dejaban
pasar lo hacían mencionando su nombre por instrucciones de
Ella. A los que no se les permitía la entrada, tenían que
regresarse a sus casas.

Los celadores:

Mantenían las fogatas encendidas alrededor de la casita de


Vuestra Madre durante la noche. Así lo hizo don Bernaldo del
Valle (padre) durante los cuarenta días del encierro de Vuestra
Madre antes de dar el cambio.

Los carpinteros:

Se encargaban de las construcciones de la capilla, los


ranchones y las letrinas.

Los aserradores:

Cortaban los árboles y los aserraban para obtener la madera


que se utilizaría para las construcciones.

Los taladores:

Mantenían los alrededores limpios de hierbas y arbustos.

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Las costureras:

Vuestra Madre tenía varias costureras. Una de ellas se llamaba


Lucía, era la madre de las hermanas Galarza. Tenía otra
costurera a la que le llamaban Tití que vivía en el barrio
Quebrada Honda. Tití cosía cotitas de bebés y le cosía ropa a
niños, mujeres y hombres que así lo necesitaran. Hacía tejidos
de lana para bebés, cosía pantalones de hombres, pañuelos etc.
Cosían la ropa que luego Vuestra Madre les obsequiaba a los
necesitados. Estas ropas las cosían utilizando telas que
algunos dueños de telares donaban y enviaban a Vuestra
Madre.

Vuestra Madre tenía unos baúles y los iba llenando con la ropa
que llevaban las costureras. Cuando se llenaban los baúles
entonces era el momento en que Vuestra Madre iba a dar la
misión. Terminada la misión Ella llamaba por su nombre a la
persona que necesitaba la ropita o le decía al mensajero: “Vete,
llévale esta ropita a tal persona, a tal lugar’’. En una ocasión le
envió un canastillo a la abuela de Nicolasa y la mandó a buscar.
Mandó a buscar a doña Rosa que estaba embarazada y vivía en
el sector Campo Alegre para darle un canastillo.

Las cocineras y cocineros:

Éstos se encargaban de almacenar los alimentos que traían de


los distintos pueblos y de repartirlos a los necesitados. También
se encargaban de cocinar para los peregrinos y para los del
cuadro. Vuestra Madre tenía cocineros y cocineras que eran de
suma importancia para cuando hubiera misiones en la Santa
Montaña. Tenían que cocinar en calderos enormes. El
comerciante Juan Jiménez a veces no enviaba suficientes
alimentos, pero la gente acostumbraba llevar cosas. En
ocasiones los alimentos no eran suficientes y entonces los
cocineros consultaban a Vuestra Madre aunque no se atrevían
ir donde Ella a decirle: “No hay tal cosa…’’porque ellos sabían
que habían fallado en el cumplimiento de sus deberes al no
hacer la nota como correspondía.

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Los mensajeros:

Los mensajeros hacían los mandados a Vuestra Madre a


cualquier hora del día o de la noche, lloviera o hiciera sol.
Aprendieron a hacer lo que se les mandaba con toda rectitud.
Aunque sólo se incluye nombres de hombres, sabemos que
Vuestra Madre enviaba a las niñas a llevar mensajes especiales.

Los músicos:

Los músicos tocaban instrumentos de cuerda, además de


flautas y acordeones. Cantaban rosarios, himnos religiosos y
música típica religiosa puertorriqueña especialmente en la
fiesta del Día de Reyes.

Los niños:

También había niños asignados a los trabajadores. A cada


trabajador se le asignaba un niño o adolescente para que fuera
instruido en el oficio y estuviese pendiente por si sucedía algo
para que fuera avisar. Algunos cortaban pencas, atendían los
chivos, servían de mensajeros o guardianes, sembraban, etc.
Por ejemplo: Andrés Crespo era el guardián del portón de la
Santa Peña y Daniel Figueroa era el niño acompañante.

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Capillas en la Santa Montaña

Desde el momento que Vuestra Madre subió a la cima de la


montaña mandó a hacer una capilla. Doña Josefa García le
daba mantenimiento y las personas del cuadro la custodiaban.
En el 1911 padre Pedro Puras había construido un rancho
bastante grande que quedaba anexo a dicha capilla y al
noreste de la misma, en la planicie de San Francisco. Para el
miércoles 2 de septiembre de 1914 todavía existían ambas
estructuras. Y así lo confirmó Severiana Valdés cuando visitó
la Montaña Santa con su mamá.

La segunda capilla que construyeron en la Santa Montaña fue


construida por los Hermanos Cheo, un poco antes del 1918 en
el lugar donde está situada la capilla actualmente. Tenía doce
cuartos a su alrededor y dos cuartos eran para los sacerdotes,
su piso era de cemento y con poco espesor, al frente sobresalía
un campanario cuya campana fue traída de la antigua capilla
donde asistía don Francisco Núñez. Esta capilla fue destruida
en el 1928 por el huracán San Felipe, luego fue sustituida por
un rancho sencillo que se utilizaba como capilla, ésta
permaneció hasta el comienzo de 1940.

Don Jesús Rosado Ortiz y el Hermano Cheo Candelario de León


limpiaron el lugar donde Vuestra Madre tuvo su casita y le
llamaban la obra. Éstos emprendieron la reconstrucción de la
segunda capilla habiendo comprado un tabonuco por la
cantidad de veinticinco dólares al guardabosque Dávila quién
les regaló otro. El trabajo de aserramiento que había comenzado
Eleuterio González lo terminó otro aserrador.

El carpintero Ruperto García construyó la capilla en el 1942.


Todavía existen personas en el barrio Espino de San Lorenzo
que ayudaron a subir los materiales que se usaron para
construir la capilla de la Santa Montaña. La segunda capilla la
agrandaron con las siguientes medidas: veinticuatro pies de
ancho por cuarenta pies de largo. La hicieron de madera, de dos

37
aguas y techada de zinc. Al frente, en la parte superior de la
capilla colocaron una cruz. La iglesia no tenía campanario. El
presbiterio era de ocho pies de ancho por veinticuatro de largo,
separado de la nave por un escalón de un pie de altura que era
de madera y estaba pegado en la pared. Allí se exponía a la
veneración de los fieles un cuadro del Sagrado Corazón de
Jesús y uno de la Virgen del Perpetuo Socorro ya que dicha
capilla era administrada por los sacerdotes redentoristas.

En cuanto a los sacerdotes, ellos siempre atendieron la Santa


Montaña y sus capillasa a pesar de la gran distancia que había
de la parroquia de San Lorenzo a la Santa Montaña. Estuvo
atendida hasta el año 1929. Los sacerdotes de San Lorenzo
subían los jueves a la Santa Montaña y bajaban los sábados
para la celebración de la misa. La misa se celebraba los viernes
a las ocho y media de la mañana y los sábados a las nueve de la
mañana. Los jueves se rezaba el Santo Rosario y daban
sermones. Padre Ángel y padre Estanislao visitaron la Santa
Montaña antes del 1929 para conducir algunos retiros que
duraban nueve días en diferentes épocas del año. La carretera
#181 estaba construida solamente hasta el kilometro 10 de San
Lorenzo. Don Hermógenes Gómez iba a buscar a padre Mariano
Olalla y luego el sacerdote se quedaba en la casa de éste. Padre
Mariano Olalla celebraba misa una vez al mes en la Santa
Montaña.

Cuando se planificó el proyecto de construcción de la carretera


7740, don Juan Berríos pidió una entrevista con el obispo
Monseñor Grovas (obispo de la diócesis de Caguas) por medio
de padre Damián (redentorista) con la intención de pasar a
nombre de la Iglesia unos terrenos de su posesión que
quedaban al noreste de la capilla. Juan Berríos había recibido
una carta en el 1952 en la que se alegaba que ese terreno
pertenecía al nieto de Doña Obdulia Velázquez. Por esta razón
don Juan Berríos fue donde el obispo de Caguas para explicarle
la problemática que existía con las escrituras. Las 22 cuerdas
de terreno le fueron entregadas en el 1958 a la Diócesis de
Caguas.

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Capillas construidas en honor a la Virgen del Carmen alrededor
de la Santa Montaña por los Hermanos Cheo

Después del cambio de Vuestra Madre los Hermanos Cheo se


dieron a la tarea de evangelizar y construir un sinnúmero de
capillas en honor a la Virgen del Carmen. Estas capillas fueron
construidas en:

• Bo. Jagual de San Lorenzo

• Bo. Espino de San Lorenzo

• Santa Montaña de San Lorenzo

• Bo. Guayabota de Yabucoa

• Bo. Quebradilla de Yabucoa

• Sector Pradera del barrio Borinquen de


Caguas

• Ermita de Guavate en Cayey

• Bo. Real de Patillas

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Administración de la Santa Montaña

Vuestra Madre tenía una organización preciosa y muy práctica


en la época que Ella escogió, la época de la mayor pobreza en
Puerto Rico. Ella era la administradora de la Santa Montaña.
Como afirma el padre Antonio Ruiz, Ella alcanzó más que los
sacerdotes (debido a sus obras).

Allí había tres portones, uno de los portones de entrada era


para los que venían del pueblo de Caguas, otro era para los de
Yabucoa y el tercero era para las personas que venían de San
Lorenzo. Nadie pasaba por estos portones sin el permiso de
Vuestra Madre ya que Ella era la propietaria de este lugar. Las
personas a quienes les pertenecían estas tierras se las donaron
a Vuestra Madre. En el 1985 todavía vivía un testigo llamado
Gumersindo Vega Cintrón. Sus familiares junto a don Luis
González le regalaron una gran cantidad de terreno que estaba
ubicada alrededor del Charco Azul a Vuestra Madre. A todo ese
lugar se le llamaba el cuadro. Al pasar el tiempo y nadie
reclamar las tierras, éstas pasaron a manos del gobierno,
excepto las que tiene la iglesia actualmente.

Allá en Gónzola (terrenos aledaños al Charco Azul) le hicieron


una casa enorme, muy grande y de madera a Vuestra Madre. A
esta casa le llamaban el Arca de Noé y Ella nunca la habitó. En
la actualidad allí se encuentra parte de estás estructura.

Según pasó el tiempo fue aumentando el número de


estructuras en la Santa Montaña. En el 1907 ya había tres
ranchones. Uno de ellos se utilizaba como cocina. Se cocinaba
sobre piedras grandes en enormes calderos. Había otro ranchón
para mujeres y otro para hombres. Más tarde hubo más
ranchones. Al lado de la casita de Vuestra Madre estaba la
casita de las niñas. Algunas permanecían en diferentes fechas.
Unas permanecían por una semana, otras por dos semanas y
otras por un mes. Se dice que las niñas dormían en esteras. Las
esteras eran hechas de montones de pajas, de juncos y hojas de

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guineos secas que colocaban encima de pedazos de maderas.
Éstas eran cubiertas con una sábana de blanquín (tela de
saco).

Después del ranchón de las niñas estaba el de las mujeres que


realizaban labores allí, también venían otras mujeres que se
quedaban para ayudar en las labores. Vuestra Madre mandó a
construir una casita para huéspedes. En esa casita Ella
hablaba con personas importantes como los sacerdotes y otros
que venían a visitarla. Había también un ranchón inmenso en
donde Ella predicaba.

El ranchón de los hombres se encontraba cerca de las tres


cruces. Allí albergaba hombres que pernoctaban, personas que
Ella enviaba a buscar a otros pueblos, como a Jayuya. Les
tomaba unos cinco días en llegar a la Santa Montaña en
peregrinación. Ella los dejaba allí por unos días. Luego, éstos
regresaban a sus hogares.

Para la construcción de los ranchos se usaban troncos de


árboles, yaguas, matojos y pencas. En construirle un ranchón
a Ella, los hombres se tardaban de tres a cuatro horas. Ella les
decía cómo hacerlos, había trabajadores que laboraban en la
construcción de casas, ranchones y en el mantenimiento de
éstos. A veces ayudaban en la recogida de las cosechas que
tenían los discípulos en sus fincas ya que se ayudaban unos a
otros. Estos trabajadores iban y venían; estaban un corto
tiempo y luego regresaban a sus casas.

Ella se comunicaba con sus hijos de dos maneras: una era a


través de sus mensajeros y la otra era espiritual. Los
mensajeros iban a donde Ella los mandaba y a la hora que
fuese. Por ejemplo le decía: “Alberto, ve a la casa de
Gumersindo y tráeme a su niña Juanita”. Esto pasó varias
veces. Alberto iba al sector Matuya de Maunabo, que era una
zona muy boscosa, tenía que caminar por vereditas para llegar
a la Santa Montaña. La niña era acompañada por el joven
Alberto. El Señor le daba a Ella la sabiduría para llamar a una
persona y la persona llegaba a la Santa Montaña aunque nadie

41
le avisara. Todos sus discípulos decían y reconocían que este
correo que ella tenía era espiritual.

Tenía un conocimiento muy grande que rebasaba nuestra


capacidad humana. Este conocimiento era sobrehumano;
conocía detalles y cosas que un santo como los que nosotros
conocemos en la actualidad no los han podido tener. Los
milagros que Ella hacía nunca se habían visto. Un testigo de
Vuestra Madre llamado don Félix Rodríguez decía que Ella le
llamaba a la Santa Montaña “Mi Monte Carmelo”.

Ella tenía una capilla y en ella tenía una mesita que la usaba de
altar y en ella colocaba las velas de cera y las flores. Allí tenía
tres imágenes que eran: la de Jesús, la de la Santísima Virgen
María y la de San José. (La sagrada familia).

En la Santa Montaña también había un ranchito en el cual se


guardaban los alimentos. Allí se guardaba de todo un poco,
pero había ocasiones en que el ranchito estaba vacío. A Vuestra
Madre le enviaban a veces ocho mulas con alimentos, telas y de
todo para que Ella repartiese y distribuyese entre los
necesitados. Allí tenía muchos víveres para los peregrinos y
para sus trabajadores. Ella distribuía los víveres a sus
discípulos y también a las personas que nunca la visitaban,
pero que Ella sabía que tenían necesidad. Los mencionaba por
su nombre y les enviaba víveres con algunos de sus mensajeros.
Por ejemplo decía: “Avelino, llévale a Mariana que vive en
Quebrada Lajas, ella va a dar a luz y no tiene nada para el
canastillo de su bebé, anda, llévaselo que ella lo necesita”. De
esta forma Ella enviaba al mensajero con provisiones para
ayudar a los demás.

Todos los mensajeros se quedaban boquiabiertos porque al


llegar al lugar indicado, ellos confirmaban todo lo que Ella les
había dicho. Ella sabía la situación de estas personas sin
haberlas visto nunca o sin haber hablado con ellos, tampoco le
había preguntado a nadie para saber estas cosas, simplemente
Ella las sabía.

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Estaba al tanto de las necesidades más insignificantes de sus
discípulos tales como: si les faltaba una muda de ropa, si les
faltaban zapatos, etc. Al papá de doña Asunción lo picaban
mucho las hormigas porque no tenía zapatos y Ella le regaló un
par de zapatos, sin él haberle dicho nada a Ella. Ella lo sabía,
no había que decírselo. Si le faltaba comida, Ella mandaba a
llevarle una comprita. Ella estaba al tanto de las necesidades
de las personas, aun aquellas que no subían a la Santa
Montaña. A una mujer que iba a dar a luz, Ella le enviaba
cotitas y cositas para el niño algunos días antes de nacer. A
veces mandaba a buscar una mujer embarazada y le decía:
“Sube que no te va a suceder nada”. Después le decía: “Váyase
en la paz de Dios que no te va a pasar nada por el camino”.
Como ella lo decía, así sucedía.

A Vuestra Madre se le hizo una tribunita desde donde Ella


predicaba. Tenía seis pies de alto y la parte de arriba de la
tribunita formaba como un arco. Tenía un balconcito con
baranda y una escalerita por donde se subía. Las personas
adornaban su tribunita con flores.

Vuestra Madre tenía una casita donde las niñas no vivieron, sin
embargo algunas de ellas llegaron a dormir en ocasiones. Decía
Joaquina Galarza y Daniel Figueroa que lo que se veía era una
cortinita de color azul claro que cubría todo el cuartito de
Vuestra Madre. En la sala dormían en ocasiones: Juanita,
Joaquina y Lucía sobre una sábana que les tendía Vuestra
Madre. Nadie más se quedó a dormir en su casita.

Cuando les preguntaron a las niñas que si les daba frío, ellas
dijeron que no sentían frío y que no usaban abrigos. Se les
preguntó que si a ellas les daba frío en los meses de diciembre
y enero y ellas contestaron: “No, no nos daba frío y no
usábamos abrigos”.

En esa casita no entraba nadie. Cuentan doña Rosa (abuela de


Nicolasa) y Pancha Rosario (abuela de Triburcio) que Vuestra
Madre se sentaba en la salita y allí tenía una canastita que
colocaba en el suelo, a su lado izquierdo, para recoger las

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limosnas. Al que le ofrecía la mano, Ella no se la daba; le dejaba
la mano estirada, sin embargo, le daba una bendición especial.
Ella tenía un crucifijo en la mano y las personas se arrodillaban
delante de Ella y besaban el crucifijo. Colocaban la limosna que
traían en la canastita que Ella tenía a su lado. También daba a
besar el crucifijo después que terminaba la prédica. Ellos
venían a besar el crucifijo y echaban la lismona en la canastita
para que Ella lo distribuyese a las personas con necesidad, ya
fueran los que frecuentaban la montaña como los que no iban a
la Santa Montaña, pero necesitaban su ayuda.

Vuestra Madre anduvo por muchos lugares y no


necesariamente daba la razón de su partida a sus discípulos. A
veces Ella salía y éstos no sabían dónde Ella estaba. Podía estar
en el barrio Jagual de San Lorenzo e ir al barrio Quemados y
volver al barrio Jagual y así sucesivamente.

En cuanto a las horas de las misiones, los testigos concuerdan


que eran en dos horas específicas: una al mediodía y otra a las
seis de la tarde. Las personas que venían de Guayama, Yaurel,
Cañaboncito, Cayey y de otros pueblos tardaban de tres a seis
horas de sus casas hasta la Santa Montaña. Don Agustín
cuenta que cuando él era jovencito vivía en Yaurel de Arroyo y
salían a las cuatro de la madrugada y llegaban a la Santa
Montaña a las diez de la mañana. Todavía ese lugar es monte
y maleza. Vuestra Madre también predicaba a las seis de la
tarde porque venían personas de Jayuya cuyo viaje duraba
cinco días y se tenían que quedar hospedados en los ranchones,
al igual que otros que venían de lejos. ¡Imagínense lo difícil que
era aquel tiempo! Vuestra Madre predicaba por el día y otras
veces por la noche, de acuerdo a la estación del año. Escogió
sabiamente las doce del mediodía porque la mayoría de la gente
llegaba a las once de la mañana. Muchos campesinos tenían
hambre de la palabra de Dios y regresaban a sus casas
contentos y satisfechos. Una vez llegaban a sus casas, estaban
deseosos de regresar a la montaña para escuchar las prédicas
de Vuestra Madre.

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Una vez estaban las chicharras y los coquíes cantando muy
duro en la Santa Montaña y Vuestra Madre los mandó a callar y
hubo un silencio absoluto por parte de las criaturas.

Vuestra Madre les daba mandados a los mensajeros a media


noche, por la mañana, al mediodía y por las tardes; estos
mandados podían durar desde una hora hasta cinco días. Por
ejemplo: iban a Jayuya a avisarle a José de los Santos Morales.
Iban a San Juan a pie a llevar un mensaje. Iban al barrio
Quebrada Honda de San Lorenzo a buscar a media noche a una
niña llamada Juanita. Iban a Matuyas, Patillas, Guayama,
Yaurel, etc. También los enviaba a recoger la cosecha de la finca
de uno de sus discípulos, esto lo hacía a la hora que fuese
necesario. Los matrimonios ayudaban en lo que fuera necesario
en la Santa Montaña.

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Catequesis que impartió Vuestra Madre

Vuestra Madre llegó a Puerto Rico al año siguiente de la llegada


de los protestantes a la isla, cuando la Iglesia Católica corría el
riesgo de desaparecer. Ella catequizó y afianzó la fe de sus
hijos. Fue una maestra y catequista ya que Ella les enseñó a
todos sus hijos la doctrina de la fe católica que incluía: los
mandamientos, los sacramentos y las virtudes teologales.
También les recalcó la importancia de los dones del Espíritu
Santo. Les enseñaba el santo temor a Dios y les decía: “Mis
hijos el santo temor a Papito Dios es uno de los dones del
Espíritu Santo”. Les exigía honestidad en su proceder. Por sus
enseñanzas muchos de sus hijos la consideran doctora de la
iglesia. En cuanto a la enseñanza moral y a la religión dijo: “La
religión Católica, Apóstolica y Romana es una sola”. Así lo
predicó Ella. Enseñó a sus discípulos a nunca faltar a misa los
domingos, ni a las grandes fiestas de la iglesia. También
enfatizó la importancia de la obediencia.

Enseñó a evitar la calumnia. También enseñó a los padres a


nunca maldecir a sus hijos ya que la palabra de Dios dice que
la maldición de un padre se cumple. Los mandó a estar atentos
a la Santa Iglesia. Les enseñó que fueran respetuosos y
obedientes y que ofrecieran sus hijos a Nuestro Señor
Jesucristo.

Sobre la oración les inculcó que aunque estuvieran cansados


hicieran las oraciones de la forma y manera que pudieran, que
Dios se las aceptaría. En cuanto al rezo del Santo Rosario
insistió en que lo rezasen tres veces al día: en la mañana, al
mediodía y por la tarde.

Les enseñó cómo participar en la misa y a escucharla con


devoción. Les enseñó lo que debían hacer antes, durante, y
después de comulgar. También les dijo cómo recordar el
momento de la comunión para poder actualizar la gracia de la
comunión durante el día. Les enseñó a cómo confesarse.

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Un discípulo decía que Ella los enseñó a respetar a Dios y a los
hombres. Otro discípulo decía: “Ella vino a hacernos gente y
nos enseñó oraciones específicas a Papito Dios , a la Virgen y a
los Santos”.

En cuanto a la crianza de los hijos les decía: “Corrijan siempre


las malas crianzas de sus hijos”. Les pedía a sus discípulos que
los miércoles le prendieran una vela a Santísima Virgen del
Perpetuo Socorro, los sábados al Inmaculado Corazón de María
y los domingos a Papito Dios.

Les advertía a sus discípulos lo siguiente: “Cuenten lo que han


visto y lo que han oído, pero no quiten ni añadan nada’’. Por lo
tanto, los discípulos tenían miedo de decir cosas que no habían
visto y si lo hacían, aclaraban que ese acontecimiento se lo
habían contado.

Un testigo de Yabucoa vio que a Vuestra Madre la llevaban en


una silla gestatoria (silla con dos barandas) al hombro a una de
las misiones. Los hombres la llevaban en esta silla con una
tabla muy fuerte y bien preparada.

Las misiones las daba en distintos lugares. Por lo general iba a


una casa, la pedía o mandaba una razón con alguno de sus
mensajeros. Por ejemplo: “Ve a casa de Narciso, Pipe, Catana o
quién fuese y avísale que voy a usar la casa para una misión y
que avisen a sus vecinos para que asistan”. A donde quiera que
Ella iba a predicar le preparaban una tribunita. Cuando era
una gran multitud Ella buscaba una vega y allí le hacían la
tribunita o predicaba desde una peña. Antes de comenzar una
misión Ella tocaba una campanilla para dar comienzo a las
misiones, oraba y leía un librito con los ojos cerrados (Ella
sabía lo que decía el libro).

Cuando terminaba la misión daba el crucifijo a besar, primero a


los niños, luego a las mujeres y después a los hombres y les
decía a las personas: “Para la gloria de Dios y salvación de tu
alma”.

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Después de la prédica Ella llevaba o enviaba a casar a los que
no estaban casados por la Iglesia Católica y a bautizar a los
moros en sus respectivas parroquias. La prédica a veces
terminaba a media noche y a esa hora bajaban a la parroquia.
El sacerdote tenía que levantarse porque, de lo contrario,
Vuestra Madre abría las puertas de la iglesia sin tener llaves y
sin forzar las mismas y prendía las lámparas de aceite que
habían allí.

Hay estadísticas de la gran cantidad de matrimonios y


bautismos que ocurrieron en las distintas parroquias,
especialmente en el pueblo de San Lorenzo, Patillas, Caguas y
Yabucoa durante esa época. Hubo una gran diferencia en el
libro de actas antes de Ella llegar y después. Todavía hay hijos
de testigos cuyos padres fueron casados por la Iglesia Católica
como fruto de su catequesis.

En las prédicas siempre tenía un crucifijo en sus manos y esta


costumbre la adoptaron los Hermanos Cheo. En su tribunita
colocaba un cuadro de la Virgen del Carmen. Ella regaló
cuadros de la Virgen del Carmen a muchas personas.

Vuestra Madre mandaba a hacer crucecitas de madera de cedro


y de roble pequeñas o grandecitas. Algunas personas
conservaban estas cruces que fueron mandadas a hacer por
Ella. Mandaba a poner un cuadro del Sagrado Corazón de
Jesús en una plaquita en las puertas de entrada de las casas.
Pedía que clavaran una cruz en el batey, frente a la casa.

Ella mandaba a hacer imágenes de la Virgen del Carmen a los


artesanos de aquella época tomando como modelo a algunas de
sus niñas.

Vuestra Madre inculcaba la alegría en sus discípulos y les


enseñaba cánticos. Trina Fonseca recordaba que a Vuestra
Madre le gustaba cantar y que se cantasen himnos religiosos.
De manera muy particular le gustaba la música jíbara religiosa
en especial los aguinaldos. Una vez que Vuestra Madre visitó a
doña Carmen Rivas, Vuestra Madre se encerró en un cuarto de
la casa que doña Carmen le asignó y desde ese cuarto doña
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Carmen la escuchó cantar y Ella le dijo a doña Carmen: “
Carmen, mi hija, en el cielo se canta”.

Una noche Vuestra Madre envió a Alberto Rosario a la casa de


don Hermógenes Gómez y doña Lorenza Montes, para que le
trajese a la niña Francisca. Francisca fue una de las niñas que
recogió la sangre de Vuestra Madre con unos pañitos después
que Ella dio el cambio. Cuando Alberto Rosario llegó a la casa
de Lorenza Montes y le dio el mensaje de Vuestra Madre, ésta
levantó a Francisca (Pancha como cariñosamente le decían) y a
esa hora de la noche la envió con Alberto, el mensajero de
Vuestra Madre. Por el camino él iba inquieto pensando que si
iba muy cerca o muy lejos de Pancha, Vuestra Madre lo
regañaría. Con esta preocupación Alberto iba al frente mirando
de vez en cuando a Pancha y velando que se mantuviese la
distancia apropiada. Por Alberto estar mirando para atrás
resbalaba con frecuencia y se levantaba como un rayo y seguía
su camino. Cuando llegaron al portón oriental ya les esperaban
allí otras niñas compañeras de Pancha. Vuestra Madre llamó a
Alberto, le dio las gracias y le dijo que se fuera al ranchón de los
hombres.

Un testigo llamado Pedro Navarro Colón dijo: “Vuestra Madre


nos trataba a todos por igual, su amor era inconfundible, Ella
era algo muy grande”.

Enseñaba a practicar algunas devociones como el uso del aceite


del viernes Santo, como lo aprendió don Marcelino Flores
González. Don Marcelino nos dijo: “Vuestra Madre nos enseñó a
bendecir el aceite para utilizarlo cuando estuviéramos enfermos
y para ungirnos la frente cuando tuviéramos malos
pensamientos para que solo pensáramos en Nuestro Señor. Se
echa aceite de oliva en un envase ancho con una motita de
algodón, se enciende el algodón a las tres de la madrugada del
Viernes Santo. Se rezan treinta y tres Credos en honor a la edad
de Nuestro Señor y siete Salves por los siete dolores de Vuestra
Madre. Cuando la motita se apague, el aceite que sobre se usa
para: ungirnos, para ponerle a los enfermos y orar por ellos.”

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Había un vez una viuda en Piedra Blanca de Yabucoa que
trabajaba sin necesidad los domingos y Vuestra Madre en una
ocasión le dijo: “Hija mía lo que trabajes en domingo se te irá
río abajo como la espuma del jabón”.

Vuestra Madre fue una mañana al barrio Quebradilla de


Yabucoa a la casa de don Juan Avelino Martínez y le pidió a
don Avelino y al Hermano Cheo que la acompañaba que
construyeran allí en el lugar que Ella les indicó una capilla en
honor a la Santísima Virgen del Carmen.

En otra ocasión doña Rosalía (la abuelita de Rafa y Nicolaza)


invitó a doña Francisca Rosario (Pancha) a subir a la Santa
Montaña. Cuando ellas iban a visitar a Vuestra Madre, no iban
con las manos vacías. Ellas le llevaban a Vuestra Madre
viandas o cualquier cosita y cuando tenían dinero, le llevaban.
Rosa cogió diez centavos para llevárselos a Vuestra Madre y
Pancha cogió dos centavos, éstas pidieron cada una permiso a
su esposo y se fueron a la Santa Montaña. Cuando llegaron allí,
Vuestra Madre como era su costumbre las estaba esperando.
Rosa se arrodilló, besó el crucifijo y echó los diez centavos en la
canastita. Pancha hizo lo mismo y echó sus dos centavos en la
canastita. Vuestra Madre cogió los doce centavos de la
canastita, le abrió las manos a Pancha y le dio los doce
centavos que ambas habían llevado. Rosa pensó en su interior:
“Vuestra Madre no me quiere”. Vuestra Madre que todo lo sabía
porque tenía el don de ciencia infusa le dice a Rosa: “Rosa,
Vuestra Madre te quiere, mi hija, lo que pasa es que Pancha no
te lo dijo, pero ella los necesita más”. Acuérdense que cuando
vayan a traerme algo y pasen por la casa de un pobre, denles a
los pobres la limosna que yo la recibo acá”.

Vuestra Madre les enseñó a los discípulos que cuando fueran a


la iglesia se arrodillaran primero a orar frente a Nuestro Señor
Jesús en el Santísimo Sacramento y después fueran a orar
frente a la Santísima Virgen María. Les dijo: “Cuando estén
delante de una imagen de Nuestro Señor Jesús o de la
Santísima Virgen María, fíjense en todos los detalles de la
imagen de ellos y cuando regresen a sus casas, cierren sus ojos

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y traigan a sus mentes la misma imagen que vieron delante de
ustedes y órenle. Como muchos de las personas en aquel
tiempo no tenían imágenes en sus casas, Ella les enseñó que
cuando fueran a la iglesia se llevaran las imágenes grabadas en
sus mentes.

En la Santa Montaña se acostumbraba rezar el Santo Rosario a


diario. La última oración que se hacía antes de acostarse en la
noche era el rezo del Santo Rosario.

Ella les pedía a las personas que ayunaran. Algunos discípulos


hacían sus trampas y cuando iban a la Santa Montaña Vuestra
Madre les decía: “Rafa, tú comiste mazorcas hervidas hoy”.
“Gelo, tú comiste panas”. Ella sabía lo que habían comido.
Cuentan que una vez uno de los mensajeros había salido de
Guayama y comió para no desmayarse por el camino y uno que
lo acompañaba comió bacalao, para que le diera mucha sed y
así tomar mucha agua y no tener que volver a comer. Esto lo
hacían para beber más agua y sentir menos la presión del vacío
en el estómago. Cuando éstos llegaron a la prédica en la Santa
Montaña, Vuestra madre les dijo: “Mis hijos cuando se ayuna
no se come bacalao por la mañana”. El ayuno de antes
consistía en una taza de café en la mañana y una comida a las
cuatro de la tarde, se hacía una sola comida durante el ayuno.

En cuanto a la vestimenta, les diré que Ella habló sobre las


modas. Ella les decía a las mujeres: “Mis hijas, vistan como
viste la Santísima Virgen María”. Así vestían las mujeres en
aquella época. Doña Marta cuenta que cuando las mujeres
iban a la Santa Montaña, Vuestra Madre les decía: “Mis hijas,
les pido que cuando vengan a la montaña se cubran la cabeza
con un pañito y si tienen un velito pónganselo para venir”. En
Puerto Rico para esa época las mujeres acostumbraban usar
un pañuelo para cubrirse el pelo.

Llegó el momento en que los discípulos no abrían la boca para


murmurar y trataban de no pecar ni con el pensamiento.

En aquella época se acostumbraba cosechar el arroz y el maíz


para los meses de agosto y septiembre. Don Esteban Rosario,
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su hijo Valentín y Rufino Ruiz no habían podido recoger sus
cosechas. Vuestra Madre envió a Candelario Núñez a buscar a
varios trabajadores de Río Abajo y a otros para que recogiesen
las cosechas. Estos les ayudaron a recoger las cosechas y desde
ese día aprendieron a ayudarse unos a otros. De esta manera
Vuestra Madre les enseñó a practicar la caridad.

Don Locario Lebrón tenía cuatro mujeres con las que convivía.
Vuestra Madre lo mandó a casarse con una y separarse de las
otras. Éste le obedeció.

Me dijo doña Juanita Ruiz que su papá le dijo: “Vuestra Madre


fue de casa en casa, de barrio en barrio llevando la catequesis
por muchos lugares, Ella nos enseñó la novena de la Virgen del
Carmen y muchas otras oraciones. Cuando daba a besar el
crucifijo yo nunca olvido esas palabras de Ella cuando nos
decía: “Para la gloria de Dios y salvación de tu alma.”

Hermanos Cheo

Todos los Hermanos Cheo fueron a la Santa Montaña. El día


que fueron los Hermanos Cheo a la Santa Montaña, Ella les dio
un recibimiento bien grande. Se hizo una comida; fue un
festejo muy hermoso, muy bonito y fue muy significativo ya que
Ella dijo: “¡Hoy el cielo y la tierra se han unido!”

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Alimentación de Vuestra Madre

La gente piensa que los santos no comen, una de las muestras


de santidad es que no comen. Según el Libro de Tobías, siendo
el arcángel San Rafael un ser sobrenatural aparentaba comer y
le dijo a Tobías: “Ustedes me veían comiendo, pero yo no
comía”. Esto nos demuestra que en muchas ocasiones tanto
Jesús Resucitado como los santos aparentaban comer cuando
compartían con seres naturales. Lo hacían para que éstos no se
asustaran ya que ellos no estaban capacitados para entender
estos misterios. Esto mismo sucedió con Vuestra Madre.

María Galarza decía que su mamá le contó: “Mi hija, Vuestra


Madre no comía y un día le llevaron un platillo de arroz con
dulce. Ese día estaba la Santa Montaña llena de gente
trabajando y Vuestra Madre cogió el platillo y siguió repartiendo
el dulce. Mi hija, entre más repartía, más dulce tenía en el
patillo, si no fuera porque lo estaba viendo no lo hubiera creído.
María, mi hija, todos comíamos asombrados. Vuestra Madre
nos dio de comer a todos del mismo platillo de arroz con dulce
que se multiplicaba, llamándonos y diciéndonos: “Vengan mis
hijos”. También papá que se encontraba allí, me contó: “María,
mi hija, entre más arroz con dulce Ella repartía, más crecía el
arroz con dulce en el platillo”. Mira , mi hija, cuando Vuestra
Madre terminó de servir, sólo quedaban tres granitos de arroz
con dulce y éstos se los llevó Ella a la boca, para que nosotros
no nos asustáramos y creyéramos que Vuestra Madre era una
persona terrenal, aunque todos sabíamos que Ella no lo era”.

Don Gumersindo Galarza le dijo a su hija: “Vuestra Madre en


una ocasión se comió un pedacito de la corteza de un limón de
chivo que le llevaron. Otro día disimuló que se tomaba un
buchecito de café, pero tu mamá y yo sabíamos que Vuestra
Madre no comía, ni bebía”.

Doña Catana cuenta que en una ocasión ella preparó comida


para Vuestra Madre. Cuando le ofreció la comida a Vuestra

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Madre, Ella le dijo: “Sírvele a mis hijos”. Doña Catana tenía
comida sólo para Ella y Vuestra Madre empezó a llamar a todos
sus hijos y a repartirles comida. Doña Catana se quedó
asombrada al ver el gran milagro de cómo la comida se
multiplicaba.

Vuestra Madre le pidió unos limones a doña Catana y ésta le


dijo que el árbol no tenía limones. Vuestra Madre le dijo: “Llama
a tu hijo que él sabe que hay tres limones”.Cuando Doña
Catana llamó al hijo, éste le dijo: “Mamá, sólo hay tres limones
en el árbol”. Doña Catana subió asombrada con los tres
limones. Vuestra Madre le dijo: “Móndame uno, me das un
gajito y le repartes los demás gajitos y limones a mis hijos”.
Cuando probaron los gajitos, éstos estaban dulces. Parecía que
Ella se comía medio gajito.

En diez años que estuvieron los discípulos con Vuestra Madre


en la Santa Montaña nunca la vieron comer, parecía como si
comiera, pero no comía nada. En la investigación que he
realizado por más de veinticinco años a aquellas personas que
aún vivían y que fueron testigos oculares, tales como: la
señorita Joaquina y su hermana Lina Galarza, me dijeron:
“¡AVuestra Madre nunca, nunca la vimos comer y nunca nadie
la vio comer!” Le pregunté a doña Chale y a su esposo a quien
cariñosamente le llamamos don Cundo, que viven en el barrio
Borinquen y que sus respectivos papás también estuvieron con
Vuestra Madre, que si Ella comía. Ellos me dijeron: “¡Vuestra
Madre no comía!” Cuando entrevisté a doña María Magdalena
González me dijo que tanto su papá como su mamá le decían:
“Vuestra Madre no comía”. Este dato me lo confirmaron
muchos hijos de testigos. Mi opinión personal es que Vuestra
Madre tenía que ser muy santa.

54
Poder sobrenatural de Vuestra Madre

Para aquella época, Lina y Joaquina iban agarradas de las


manos de su mamá Lucía cuando iban en una peregrinación
con Vuestra Madre, Ella iba caminando delante de Lucía. Las
niñas notaban cosas extrañas, como por ejemplo: Vuestra
Madre iba caminando como a seis pulgadas del piso y una de
las niñas le decía a su mamá: “¡Mira, mamá!”. Lucía la
mandaba a callar porque estaba acostumbrada a ver a Vuestra
Madre levitarse.

Había momentos en que Vuestra Madre tenía que irse a otro


lugar, se envolvía en un rayito y desaparecía pero luego
aparecía una palomita. Al principio las personas que veían esto,
se desmayaban, pero los que estaban acostumbrados, se
quedaban tranquilos. Si las nenas comenzaban a llorar, la
mamá les decía: “No te apures, nena, que Ella vuelve pronto”. Al
momento Ella aparecía.

Ella estaba delante de uno(a) y de momento la veían en otro


lado sin Ella moverse. Iban muchos personas curiosas a verla y
vieron tantas cosas milagrosas que se les paraban los pelos de
punta. Según los testigos, éstos la veían aquí, la veían allá y la
veían en otro lugar sin Ella moverse. Ellos no le encontraban
explicación; sólo decían que Ella era algo muy grande y muy
milagrosa. Estos siempre decían que Ella era la Virgen del
Carmen.

Cuando a Ella la llevaban a misionar, se cubría y no se dejaba


ver durante el camino porque siendo Ella quien era, si ellos la
veían se podían asustar; misterio que sus discípulos no
entendieron. Lo interesante de esto es que estando tapada, Ella
les decía por dónde tenían que ir o por dónde tenían que doblar:
a la izquierda o a la derecha. Cuando iban a cambiar a las
personas que la iban cargando en la hamaca, Ella nombraba a
quiénes la iban a cargar. Si alguien se ponía a cargarla y no era

55
el que Ella mencionaba, Ella se daba cuenta enseguida y decía:
“¿Quién va detrás de mí?”

Muchas personas iban con malas intenciones a la Santa


Montaña y Ella cogía el crucifijo, les hacía la Señal de La Cruz y
las personas se arrepentían y caían de rodillas.

Después de la prédica Vuestra Madre iba con sus hijos a la


parroquia para que el sacerdote casara a los amancebados. La
prédica a veces terminaba a media noche y a esa hora bajaban
a la parroquia. El sacerdote tenía que levantarse porque si no lo
hacía, Ella abría las puertas de la capilla a aunque no tenía
llaves. Ella solo tocaba las puertas de la misma y estas puertas
se abrían y prendía las lámparas de aceite.

Cuando la montaña estaba llena de gente y Vuestra Madre no


quería que la siguiesen, Ella pasaba por la “lameora” (hierba
que al contacto causa heridas en la piel) y la gente se detenía
porque no podía pasar. Se tenían que quedar atrás y Ella seguía
monte adentro.

Ella les decía a sus hijos que hicieran ayuno. Algunos


discípulos hacían trampas durante el ayuno y cuando subían a
la Santa Montaña, Ella les decía: “Tú comiste vianda con
bacalao”. Sabía lo que habían comido.

En una ocasión sus discípulos deciden ir donde Vuestra Madre


para decirle que no había suficiente arroz y que sólo tenían
unos granitos. Ella les dio instrucciones de que echaran el
poquito de arroz que tenían en el caldero y todos los
ingredientes que acostumbraban echarle. Ella lo bendijo y
tapó el caldero, cuando lo destaparon, éste estaba lleno de
arroz, se había multiplicado.

Poseía el don de conocimiento. Sabía los nombres de las


personas que subirían a la Santa Montaña y el de los que
encontraban allí, sin nadie decírselo. Tenía el conocimiento de
lo que decían las personas que se encontraban tanto en sus
casas como en las fincas. Si alguna persona decía algo con
mala intención, luego subía a la Santa Montaña y Vuestra

56
Madre hablaba de ese tema en la prédica y llamaba a la persona
por su nombre y la persona confirmaba lo que había dicho y
hecho.

Ella conocía los pensamientos de las personas, no sólo el de las


personas que iban o se encontraban en la Santa Montaña.
Sabía todo lo que acontecía en o fuera de Puerto Rico. Conocía
las necesidades de todas las personas.

Una vez Vuestra Madre estaba explicando el Credo en una


prédica y una persona de los cientos y cientos que le rodeaban
dijo: “Caramba, si ésta fuera santa, haría milagros”. Vuestra
Madre que estaba bien retirada de él dice: “Aquí hay uno que
dice que yo no soy santa porque no hago milagros”. Al momento
Vuestra Madre se envolvió en un rayito de luz y desapareció y
apareció una paloma. Las mujeres al verla se pusieron
histéricas y los hombres se asustaron. La paloma blanca
empezo a dar vuelta sobre ellos y luego Vuestra Madre regresó
por el caminito del manantial y los fue levantando del suelo
dándole a besar su crucifijo, éstos habían ido a parar al suelo
por la tremenda impresión que les causó el milagro. Ella volvió
a la tarima y dijo: “¡Ustedes me quieren conocer por los
milagros, pero yo no puedo hacerlo; como ven, ustedes no
pueden resistirlos!”

Doña Laureana dijo: “Papá y mamá me contaron que una vez


Vuestra Madre estaba predicando en la Santa Peña y Vuestra
Madre se envolvió en un rayito de luz y se desapareció frente a
ellos, unos gritaron y otros lloraron”. Ella volvió a regresar y les
dijo: “Mis hijos, me dijo mi hijo Jesús que ustedes se
quedaron muy tristes”.

Ella en varias ocasiones la envolvía un rayito de luz, se


desaparecía y aparecía una paloma. Tenía el poder de
desaparecer delante de las personas. Cuenta la testigo Lila
Velázquez que una vez oyó que Vuestra Madre dijo: “Ahora
mismo si yo quisiera, desaparecería para que ustedes crean.”
Desapareció y nadie vio para dónde cogió. Algunas personas les
daba ataques de histeria y se desmayaban. Nadie pudo ver o

57
entender cómo regresaba nuevamente. Después que regresó,
cogió su crucifijo y lo dio a besar y las personas volvieron en sí.

Doña Dominga también vio este acontecimiento y decía que


esas personas eran muy cuerdas. Doña Dominga cuenta que
una vez Vuestra Madre dijo lo siguiente: “¿Cómo es que ustedes
necesitan un barco para ir a Estados Unidos?” “¡Yo no lo
necesito!”

Don Gumersindo, el esposo de Delfina Crespo, dice que estaba


presente en una prédica de Vuestra Madre en el barrio
Borinquen de Caguas. La escuchaba predicar muy atento y la
miraba. De momento observó que la envolvió un rayo de luz y
Ella desapareció. De momento se formó otro rayo de luz como la
luz de un relámpago y Ella volvió a aparecer.

Doña Trina Fonseca Flores del sector Canta Gallo del barrio
Espino de San Lorenzo nos contó que su cuñado era
incrédulo y su esposa insistía en que la llevara a la Santa
Montaña para ver a Vuestra Madre. Un día éste la llevó a la
Santa Montaña y ese día Vuestra Madre predicó a las 12:00 del
mediodía. Ella dijo: “Aquí entre los presentes hay personas
incrédulas que no creen en mí y necesitan de milagros para
creer”. Vuestra Madre pidió la gracia a su hijo Jesús para
realizar el siguiente milagro ya que acostumbraba pedir la
gracia de Dios para hacer los milagros y se envolvió en un
rayito de luz y desapareció. Luego Ella retornó a su tribunita y
siguió predicando. Después de este gran milagro la hermana de
Trina Fonseca consiguió que su esposo decidiera casarse por la
Iglesia Católica.

Debido a esos milagros que Vuestra Madre hacía, algunas


personas que no la conocían pensaban que Ella era una bruja.
Ellos no habían tenido catequesis y tenían la idea de que las
brujas eran las que tenían este tipo de poder.

Don Merejo Rodríguez, Juan Camacho y Joaquín Crespo


estaban escuchando a Vuestra Madre predicar y vieron que
una paloma blanca llegó y se posó sobre su hombro derecho y

58
Ella la arrullaba mientras predicaba, luego la paloma se
desapareció delante de todos ellos como un relámpago.

Don Gervasio Tirado del Valle cuenta que una vez Vuestra
Madre estaba predicando, hizo un relámpago y Ella
desapareció, ocurrió otro relámpago y Ella volvió a aparecer.

Doña Felipa cuenta que una vez hacía un sol caliente y Vuestra
Madre estaba predicando en la Santa Montaña y les dijo: “Mis
hijos, hay un barco en peligro en el Golfo de México y aquellos
hijos me aclaman y tengo que ayudarlos”. Vuestra Madre se
desapareció.

Don Triburcio Rosario decía que las personas de Guayama y


los dureños (vecinos del Pueblito del Carmen) tenían duda de
que Vuestra Madre fuera una santa. En una ocasión que ellos
estaban presentes en su prédica, Ella se elevó al cielo. Muchos
cayeron al suelo de la impresión. Más tarde bajó del cielo y les
dijo que disculparan, pero un barco de vapor estaba en peligro
y aclamaban por Ella. Desde ese día en adelante ya no tuvieron
dudas y siempre iban a escucharla y no salían de la Santa
Montaña.

Cuenta don Pedro Rivera que estando Vuestra Madre en una


prédica, anunció que acababa de llegar un señor. Llamó a Pedro
Rivera y le dijo donde se había sentado el señor que acababa de
llegar y le pidió que lo llevara al frente. Ella lo confrontó frente
a todos, le recordó los sucesos que le habían ocurrido en la vida
de él. Le recordó que primero había estado en una colonia de
caña de azúcar, luego en una colonia de café y que se había
hecho de un gran capital y que por lo tanto era una persona
rica y les contó cómo había sucedido todo. Lo mandó a
enrollarse el pantalón y se pudo ver la llaga que tenía en la
pantorrilla. Vuestra Madre le vio la llaga y mandó a pasarle un
algodón con un ungüento, al hacerlo salió la cabeza de un
gusano. Vuestra Madre le preguntó que si él sabía el significado
del gusano. Ella le dijo que el gusano le había comido su capital
y que éste tratando de curarse fue a los médicos y en estos
médicos dejó todo su capital, capital que le había robado a los

59
pobres. Ella mandó otra vez a pasarle el ungüento y la llaga
quedó sana. Antes de enviarlo a su casa le dijo: “¡Acuérdate que
el pan de los pobres es sagrado!”

Vuestra Madre siempre sabía de antemano qué personas irían a


la Santa Montaña y con qué intenciones. A los que venían con
mala intención, los encaraba y éstos se marchaban
avergonzados, despavoridos o arrepentidos.

Cuenta doña Carmen Rivas, vecina del pueblo Yabucoa:


“Cuando mi hermano José era niño, un día acompañó a papá a
escuchar una a prédica de Vuestra madre. Después de la
prédica fueron a llevar los matrimonios no casados a casarse
por la santa Iglesia Católica al pueblo de Yabucoa. Por el
camino se desató un gran aguacero y papá le ofreció un
paragua a Vuestra Madre y Vuestra Madre le dijo: “Ramón, dale
el paragua a tu hijo Pepe”. Todos estaban asombrados al notar
que Ella no se mojaba, su hábito estaba seco y se mantenía
limpio; además sus sandalias estaban limpiecitas. Papá y Pepe
nunca dejaron de contar esta experiencia”.

Cuenta doña Pilar Rodríguez: “Cuando Vuestra Madre


comenzaba la prédica mandaba a callar a los pajaritos y éstos
la obedecían inmediatamente”. Doña Rafaela González también
dijo que Vuestra Madre mandaba a callar los coquíes cuando
iba apredicar y éstos tambiém la obedecían”.

Decía doña Juana Martínez : “Mire, a pesar de la estatura de


Vuestra Madre y de que su voz era finita, cuando Ella predicaba
desde su balconcito se oía en toda la montaña”.

Doña Gervasia Tirado del Valle dijo: “Vuestra Madre un día


mandó a talar aproximadamente una cuerda del bosque, luego
mandó a amontonar todo lo que ellos cortaron y que le pegaran
fuego. Ninguno de aquellos hombres le pudo pegar fuego ya
que la balsera todavía estaba verde y los fósforos estaban
húmedos. Como ellos no pudieron hacerlo, Ella los reprendió y
les dijo: “Ustedes son hombres de poca fe”. Inmediatamente Ella
prendió la balsera y con el cetro hizo una entrada entre el
fuego y se metió dentro de la balsera encendida. Los que la
60
vieron se quedaron asustados. La balsera se hizo cenizas y Ella
apareció bien resplandeciente en el centro y les dijo: “ Mis hijos,
el fuego de la Tierra es agua comparado con el fuego del
purgatorio y el fuego del purgatorio es agua comparado con el
del infierno”.

61
Cambio y entierro de Vuestra Madre

Algunos testigos afirman que Ella comenzó a hablar de su


partida ya desde el 1907. Ella les decía a sus discípulos que
tenía que visitar otros lugares. Les decía que pidiesen a Papito
Dios para que Ella derramase su sangre en la Santa Montaña
para bien de Puerto Rico. Les previno que Ella no se iría tal
como vino ya que si lo hacía así, todos sus discípulos pararían
en la cárcel porque los republicanos, protestantes y masones
los acusarían de asesinos. Unos meses antes de comenzar su
encierro cerca del sábado 21 de agosto de 1909, Vuestra Madre
desapareció sin decir nada a su cuadro. La guardia de San
Lorenzo se enteró de la desaparición de Vuestra Madre y los
políticos se aprovecharon diciendo que alguien habría
preparado un crimen y enviaron a la guardia civil a la montaña.
La guardia civil subió a la montaña y amenazó a los discípulos
de Vuestra Madre diciéndole que si Ella no aparecía dentro de
tres días, todos pararían en la cárcel ya que los políticos
masones estaban esperando esa oportunidad. Los discípulos
estaban asustados y temerosos y se les ocurrió dividirse en
grupos para visitar los lugares que Ella frecuentaba, pero no
dieron con su paradero. A los tres días de haber desaparecido
Vuestra Madre, la guardia volvió a subir a la montaña y Vuestra
Madre volvió a aparecer entre sus discípulos y enfrentó a la
guardia civil.

Ella sabía la mala intención que tenía la guardia y los que la


enviaron, por lo tanto le ordenó a la guardia civil que regresaran
al pueblo de San Lorenzo. Luego, Vuestra Madre les dijo a sus
discípulos: “Mis hijos, ya ustedes entienden por qué no me
puedo ir como vine, si lo hiciera así, todos ustedes pararían en
la cárcel”. Esa fue la razón por la que Vuestra Madre decidió
que le celebraran un entierro, una vez Ella diera el cambio.

Vuestra Madre les dio instrucciones a sus discípulos que nunca


dijesen que Ella había muerto y que siempre dijeran que Ella
sólo dio un cambio porque Ella era el Ángel del Señor. Les dijo

62
que sólo daba un cambio para regresar con su hijo Jesús, pero
que Ella le pediría a su hijo Jesús que la volviese a enviar a la
montaña.

Doña Eulogia, Félix Sánchez, María del Rosario, Gumersinda


Martínez Arroyo y Julia Martínez estuvieron con Vuestra Madre
hasta un mes antes de Ella dar el cambio. Las demás niñas las
envió cuatro meses antes para sus casas y Ella sólo se quedó
con: Lina Galarza y Joaquina Galarza. Esto ocurrió en agosto
de1909. Para el momento del cambio, Vuestra Madre quiso que
algunos de sus hijos estuviesen presentes. Allí estuvieron: José
González, Manuel González, Lázaro Lebrón y su esposa Carmen
Velázquez que tocaba y cantaba, una señora de Yabucoa, una
señora de Guayama y Adolfo Ruiz.

Una semana antes de Ella dar el cambio, sábado 18 de


septiembre, una hija de Hermógenes llamada Francisca Gómez
fue a ver a Vuestra Madre y Ella le explicó qué hacer con su
sangre y le dejó una docena de pañuelos blancos en una mesita
para que ésta la recogiera; le dijo dónde colocar los candelabros
para la velación de los tres días y tres noches. Vuestra Madre
dio órdenes de no abrir su casita hasta por la mañana y que
Ella le daría la señal a don José (Leolio) González. El día antes
de dar el cambio se le oyó cantar a Vuestra Madre:

Puerto Rico me bota,


Caguas me llama,
San Lorenzo me dice
que no me vaya,
Paloma Blanca,
de la Montaña.
Los niños de pecho lloran,
los pecadores se afligen,
porque Puerto Rico dice:
“Adiós Madre Redentora”.

El día de San Miguel Arcángel, miércoles 29 de septiembre de


1909, don José (Leolio) González al amanecer encendió un
anafre para preparar el café para los que habían permanecido

63
en vigilia en la montaña. De momento don Leolio escuchó la voz
de Vuestra Madre y cayó rostro en tierra. Ella le dijo: “Leolio,
mi hijo, ya di el cambio, dile a mis hijos que estaré con ellos
hasta el último día y que los recibiré a cada uno gloriosamente
en el cielo”. Cuando don José (Leolio) González la escuchó se
fue asustado y muy calladito a cotejar la casita de Vuestra
Madre, notó que por el piso de la casita caía sangre a la tierra.
Don Leolio muy triste y lloroso avisó a los demás.

Todos lo que se encontraban en la Santa Montaña lloraron


amargamente, pero recordaron las instrucciones de Vuestra
Madre y fueron a avisarle a la niña Francisca Gómez para que
recogiese la sangre de Vuestra Madre con los pañitos que
Vuestra Madre les había dejado preparados en la mesita. Luego,
abrieron la casita de Vuestra Madre y la encontraron postrada
de rodillas en el piso, habiendo derramado su sangre. Francisca
enterró los paños para que no los profanaran como Vuestra
Madre le había indicado. Se dieron a la tarea de avisar a las
demás niñas de Ella y a sus discípulos de los pueblos más
cercanos. Fue de gran asombro para todos que ya para el
mediodía del miércoles 29 de septiembre de 1909 la mayoría de
los discípulos de los barrios más cercanos ya estaban presentes
en la Santa Montaña y otros habían llegado temprano en la
mañana sin que nadie fuera a avisarles.

Todos los discípulos presentes recordaron las palabras de


Vuestra Madre: “Dichoso Puerto Rico si yo derramo mi sangre
en este lugar”. Don Medino Torres decía: “Esa fue la razón por
la cual desde ese día en adelante a ese cerro se le llamó la
Santa Montaña”.

Fueron a avisarle a padre Pedro Puras para que él les dijera lo


que debían hacer y padre Puras les dio órdenes de velarla en la
Santa Montaña. La velaron en la parte delantera de su casita; la
colocaron encima de una mesita y la gente entraban de tres en
tres para verla y orar. Rezaban las tres coronas del rosario y
había un silencio profundo.

64
En el velatorio Saturnina Camacho estaba arrodillada frente a
Vuestra Madre y de momento sintió el deseo de besarle los pies.
Se levantó y le dio un beso en los pies y sintió que éstos
estaban calientes y expedían un olor exquisito a rosas.

Después de velarla por tres días, las niñas la colocaron en la


caja y procedieron al entierro. La caja era de madera. Don
Gumersindo Galarza decía que la caja era livianita, livianita y
así me lo afirmaron Ana Galarza y María Galarza. El entierro
salió de la Santa Montaña a las cuatro de la mañana del 1 de
octubre de 1909.

Las velas encendidas que llevaban las personas durante el


entierro alumbraban directo al cielo, sin moverse su luz. La
cera de las velas no se derretía; se conservaban intactas desde
que las encendieron en la Santa Montaña hasta el pueblo de
San Lorenzo. Estas permanecieron así por más de doce horas.

La bajaron por el camino de la Santa Peña del barrio Espino


(sector Morena). Había un gentío incalculable. Cuando iban a
unos once kilómetros de distancia Gumersindo Vega Cintrón
vio que desde la finca de don Antonio Machín hasta el pueblo
de San Lorenzo todo el camino estaba lleno de gente. Cruzaron
el camino real del barrio Cayaguás. El Sr. Muñoz Vicens vio
pasar el entierro desde la casa de su abuelo en el barrio
Quebrada Honda. Vio que la caja era cargada por las niñas.

Cuenta Rosita Gómez que cuando su mamá Eulalia del Valle


era niña, su abuelita que fue discípula de Vuestra Madre, la
cogió al hombro para que viera el entierro de Vuestra Madre
cuando pasaba frente a su casa.

Don Felipe Laureano del Valle vio el entierro cuando pasaba


frente a su casa por el camino real del barrio Cayaguás. Don
Juan Montañez vio claramente al entierro cuando iba por la
cuesta de don Eleno y de Carmen Reyes. Cuando el entierro
estaba llegando al pueblo, todavía bajaban muchas personas
por el barrio Quebrada Honda.

65
El entierro llegó a la entrada del pueblo como a las cuatro de la
tarde. En ese tiempo no vivía mucha gente en el pueblo de San
Lorenzo. La llevaron a la Parroquia Nuestra Señora de las
Mercedes. Testigos oculares aseguraban que de cierto momento
en adelante Vuestra Madre no estaba en su caja y que la caja
estaba vacía. Cuando la fueron a enterrar, varios discípulos al
igual que padre Pedro Puras pidieron verla por última vez, al
abrir la caja todos pudieron notar: que Vuestra Madre no se
encontraba y que la caja estaba vacía. En la caja se encontraba
un rosario que expedía un fuerte olor a rosas. Padre Pedro
Puras cayó de rodillas y exclamó: “¡Si ustedes supieran a quién
ustedes tenían en la montaña!”

66
Profecías de Vuestra Madre

Las siguientes profecías de Vuestra Madre han sido recopiladas


a través de los testimonios de sus discípulos con la
colaboración de algunos de sus hijos:

1. Cuando los que subieran a la montaña, no le echasen aceite a


la lámpara (una lámpara que se mantenía encendida en uno
de los portones), la Montaña se oscurecería.

2. Su obra se olvidaría, pero los pequeños la comenzarían otra


vez y los grandes la terminarían con mucho esplendor.

3. La Montaña tendría una caída, pero se levantaría con más


fuerza.

4. Al faltar Ella, volvería la obscuridad, pero con el tiempo la


gente subiría como hormigas.

5. Cuando Ella se fuera, la montaña tendría una caída, pero de


momento florecería como rosa.

6. La Montaña volvería a resplandecer con una Santa en la Santa


Peña.

7. Cuando ella se retirase, vendrían unos hombres que


continuarían sus misiones.

8. Una carretera pasaría por la Montaña.

9. Los que se encontrasen turbados, que subiesen a la Montaña,


la que sería salvación para muchos.

10. El agua escasearía, pero el manantial de la montaña siempre


tendría su bálsamo.

11. La Montaña se convertiría en una aldea y vendrían de todas


partes; se formaría el Pueblito de la Aurora.

12. Muchos peregrinos subirían dentro de 80 años o más. Aunque


Puerto Rico se hundiese, la Montaña no se hundirá.

67
13. La Montaña quedaría frente a frente de Jerusalén, donde su
Papito Dios derramó su sangre.

14. A los fines de los tiempos la Montaña estará vestida de azul y


luego tratarán de llegar a ella y no podrán.

15. Al final de los tiempos los cuervos volverían a la Montaña.

16. La Montaña será el lugar donde se juzguen vivos y muertos.

17. Al final de los tiempos los sacerdotes subirían a la Montaña sin


haber sido llamados.

18. Los sacerdotes no creerían en Ella, pero Ella los esperaría en


la Montaña.

19. Cuando el Obispo subiese a la Montaña, ya se estaría: en los


finales de los tiempos, quedaría poco para el jucio final y el
mundo tendría poco tiempo.

20. Los sacerdotes dormirían en la Montaña.

21. En los últimos tiempos el Papa vendría a la Montaña.

22. Ella se llevaría a los suyos.

23. Ella estaría siempre en la Montaña: unos la verán, otros no.


Todos la sentirán.

24. Al final de los tiempos Ella volvería a la Montaña.

25. La Virgen de la Aurora vendría a la Montaña.

26. El pueblo de la Aurora se tendría en unos 80 años o más


(después de que Ella diera el cambio).

27. Con el Pueblo de la Aurora, el Día Grande estaría a la


distancia de la nariz a la boca.

28. Los sacerdotes serían pocos.

29. Las iglesias se cerrarían, pero que se hiciera oración desde las
puertas de las mismas.

30. Vendrán falsos profetas que querrán conquistar la Religión


Católica.

68
31. Vendrán tiempos en que se deberían conseguir las Tres
Divinas Personas (crucifijo) para ponerlas en la entrada de las
casas.

32. En los últimos tiempos, vendría un retrato suyo a la Montaña;


su regreso estaría entonces cerca.

33. Vendría un gobierno muy bueno, pero los demás no serían así.

34. Las mujeres votarían.

35. Se levantaría un partido que daría trabajo tumbarlo.

36. Se levantaría un partido que corrompería a Puerto Rico.

37. Puerto Rico tendría el Comunismo por 48 horas y sufriría


mucho.

38. El campo sería pueblo y el pueblo, campo.

39. Lo que era abrojo sería descubierto y lo descubierto, abrojo.

40. Se verían fincas frondosas, sin frutos.

41. Nadie querría poner las manos en el arado (la tierra).

42. Las mujeres quitarán puestos a los hombres.

43. Puerto Rico se convertirá en ramas de carreteras.

44. Habría negocios unos encima de los otros.

45. Habría comida de más.

46. El dinero vendría a las casas; que lo bendijesen y lo utilizacen.

47. Vendría un tiempo en que no habría en que emplear el dinero.

48. Los hombres huirían de las mujeres.

49. Mientras más luz haya, más obscuridad se tendría.

50. Los valles de Puerto Rico, pasto de los peces serán.

51. Las aguas del mar inundarían a Yabucoa.

69
52. Arroyo y Guayama se quemarían.

53. Los hombres caminarían por los aires.

54. Los hombres andarían en carretas sin bueyes o caballos sin


cabeza.

55. Cuando la gente se hablase sin verse (los rostros), el juicio


estaría cerca.

56. La ropa se sobraría.

57. Los hospitales estarán tan llenos que por medicina le darían
veneno.

58. Habrá casas de hierro.

59. El siglo 20 sería El Siglo de la Luz.

60. No habría mucho respeto.

61. No habría padres para hijos, ni hijo para padres.

62. Habría una guerra en la que alzarían a los niños y los


esperarían con bayonetas (aborto).

63. Los padres matarían a sus hijos.

64. La familia no se conocería.

65. Las mujeres andarán detrás de los hombres.

66. Las mujeres usarán la moda de vestir de los hombres.

67. Las mujeres andarían desnudas.

68. Los hombres morirían como si fuesen animales.

69. Dichosos los que tuviesen capacidad (mental) para los años 80
en adelante, pues estarían sin mente los que viviesen luego.

70. Los gobiernos no se entenderían.

71. Habría una guerra universal.

70
72. Ella se aparecería a fines del mundo y aún así los sacerdotes
no creerían.

73. El último paso del mundo sería el Comunismo gobernando


países.

74. Cuando viesen que la gente se moviese como hormigas y no se


encuentrentren bien en ningún sitio que estuviesen
preparados, pues la llegada de Cristo estaría cerca.

75. Cuando el mar rujiese tres veces y aparezca una cruz, el fin de
los últimos tiempos.

76. La última señal para el juicio final, el aviso al mundo sería una
cruz en el cielo.

77. Tres días antes del juicio se negará el agua; se oirá, pero no se
verá.

Ella dijo: “El barrio espino, espina será”. Sobre San Lorenzo dijo
lo siguiente: “San Lorenzo es mi pueblo.”

Así como privilegios, así de sufrimientos se llevarán si no


responden a esos privilegios.

En cuanto a acontecimientos a nivel de Puerto Rico dijo:


“Vendrá un gobierno bien bueno, los demás no serán así.
Tendrán el comunismo por dos días en Puerto Rico y el
comunismo gobernará en muchos países. Habrá muerte por
hambre, habrá obscuridad por tres días. Los hospitales estarán
tan llenos que en vez de medicina le darán veneno”.

Ella profetizó lo siguiente: “Habrá vapores que caminarán por


tierra, habrá maquinaria que labre la tierra sin nadie
empujarla. La gente volará, la gente caminarán por los aires,
habrán caminos por donde están las estrellas, habrán carrozas
andando sin bueyes, andarán caballos sin cabezas.”

Los primeros carros que les llamaban fotingos, eran como


caballos, porque brincaban mucho.

“Los campos serán pueblos y los pueblos serán campos, lo que


es abrojo será descubierto y lo descubierto será abrojo. Los
71
lugares inhabitables serán carreteras. Por esta montaña pasará
una carretera, serán los fines de los últimos tiempos”.

“Los palos tocarán. Se estará cerca del juicio cuando se hablen


sin verse los rostros”.

“Habrán fincas frondosas pero sin frutos. Nadie querrá poner


la mano sobre el arado (la tierra).

También dijo: “Habrán negocios unos encima de otros. La ropa


y la comida se sobrarán, pero vendrá un tiempo de sequía y de
hambre morirán. El dinero vendrá a las casas, bendíganlo y
úsenlo”.

“Las mujeres votarán. Los gobiernos no se entenderán. Habrá


una guerra universal. Levantarán un partido que dará trabajo
tumbarlo y se levantará un partido que corromperá a Puerto
Rico”.

“No se respetará a nadie, la gente morirá como animales,


caerán como palomitas al suelo. Habrá muchos suicidios,
vendrán escuelas del diablo y las cerrarán. Padres vivirán con
hijas, no habrá padres para hijos ni hijos para padres, ni
marido para mujer ni mujer para marido. Las mujeres usarán
la moda de los hombres; se irán detrás de ellos y los hombres
se treparán a las palmas de collores (palma cuyo tronco está
forrado de espinas)”.

“Saldrán falsos profetas conquistando la religión católica. El


anticristo saldrá a predicar cuando haya carreteras. Vendrán
engañadores de la religión. Estamos en el tiempo de Satanás.”

“Cuando el obispo suba a la Santa Montaña, el fin del Mundo


estará cerca. Quedará poco para el juicio final. El mundo
tendrá poco tiempo. También dijo: Los sacerdotes serán
perseguidos y se escasearán. Habrá guerra en contra de la
Iglesia.”

Vuestra Madre fue al barrio Guayabota de Yabucoa, donde vivía


Juan Avelino Martínez, y mandó a hacer una capilla en honor a

72
la Virgen del Carmen. Señaló el lugar donde ha de llegar el
mar, éste lugar está ubicado como a unos 100 pies sobre el
nivel del mar. Ella dijo: “Los valles de Puerto Rico, pasto de los
peces serán”.

“Dentro de 80 años vendrán peregrinos a la Santa Montaña.


Ésta tendrá una caída pero se levantará con más fuerza, habrá
muchas conversiones; va a ser levantada por los pequeños y los
grandes la seguirán. Vendrá la Virgen de la Aurora. La Santa
Montaña se convertirá en aldea, se formará el Pueblito de la
Aurora, vivirá gente allí. Vendrán de todas partes a visitar
cuando aparezca el Pueblito de la Aurora. El día grande estará
a la distancia de la boca a la nariz. La Santa Montaña quedará
frente a frente de Jerusalén, donde Papito Dios derramó la
sangre. Brotará el manantial de la Santa Peña.”

En cuanto al día del juicio final, Vuestra Madre dijo: “En el día
del Juicio, el que esté con Dios me reconocerá. A los fines,
estaré en la Santa Montaña para ayudar a escoger los que son
del Padre. Estaré al principio y al fin. Regresaré en definitiva a
los fines de los tiempos. El día del Juicio final será aquí, para
esto está bendecida esta montaña. La abogada que tendrán
seré yo, el Ángel del Señor. El día del Juicio final, Papito Dios y
Yo estaremos en Las Tres Cruces, éste será el lugar en donde se
juzgarán a vivos y muertos. Domingo y Noche Buena, será el fín
de los tiempos, que se estuviese en oración”.

Todos los discípulos dicen el siguiente estribillo: “Todo lo que


Ella ha dicho se ha visto y lo que no se ha visto se tiene que
ver.”

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Vida y Obra de Vuestra Madre

Este texto es una recopilación de las memorias de Adolfo Ruiz


Medina escritas a puño y letra, mediante entrevista, por su hija
Esterbina Ruiz Flores.

Estos acontecimientos sucedieron entre los años de 1899 -1909


en la Santa Montaña de San Lorenzo, Puerto Rico. Adolfo Ruiz
Medina fue testigo ocular de la vida y obra de Vuestra Madre,
siendo éste uno de sus discípulos.

Capítulo I

Cuenta doña Esterbina: Mi padre quedó huérfano entre sus 8 y


9 años de edad y siendo él, el mayor de sus hermanos, se hizo
cargo de los demás según le solicitara su madre antes de morir.

Adolfo, se encargó de todas las tareas básicas del hogar, así


como de cultivar la tierra. Su hermana Vicenta, la cual contaba
con unos 7 años de edad, cuidaba de los más pequeños
mientras Adolfo iba a pie a la Plaza del Mercado con una carga
de verduras desde el barrio San Salvador hasta el pueblo de
Caguas para venderlas y luego regresaba con los encargos que
necesitaban.

Capítulo II

Esterbina entrevista a su padre:

¿No fueron a la escuela? - No había escuela y tampoco


maestros, no hacía falta pues había respeto.

¿Cómo eran las casas? - Hija, chozas cobijadas de matojo


amarrados con bejuco.

¿Tenían piso? - La tierra era más dura que el cemento.

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¿Tenían camas? - No, hija, hamacas hechas con paja de maíz y
catres hechos de madera con una estera de junco.

¿Para todos, grandes y niños? - Para los niños le hacían unos


coys de saco. Había una tela blanca muy gruesa, se usaba para
forrar los catres y hacer los coys.

¿Y la ropa que vestían, cómo era? ¿Quién la cosía? - Las


mujeres.

¿A ustedes cuando quedaron huérfanos, quién les cosía? -


Había una india vecina que les enseñó a mis hermanas y
después ellas mismas lo hacían.

Capítulo III

¿Cómo era el comportamiento de los indios? - A los indios no se


les podía perturbar y menos ofender a sus mujeres. Ni las
mujeres permitían que se ofendiera a sus hombres. Muchos
hombres murieron por ofender a las indias. Eran mujeres muy
trabajadoras y muy de su casa.

¿Cómo eran en cuestión de creencia religiosa? ¿Se reunían en


algún lugar para adorar a Dios o todavía para ese siglo no había
religión alguna? -No, ese mundo era salvaje para casi todo. Yo
veía que mi mamá al hacer la comida bendecía lo que estaba
haciendo. Hacía la Señal de la Cruz y cuando nos sentábamos
al taburete, ya que ellas eran las mesas, cuando íbamos a
comer mi mamá volvía a dar la bendición: “Dios del Altísimo, tú
nos tienes aquí y por medio tuyo conseguimos el pan que yo y
mi familia vamos a comer. Gracias Dios del Altísimo.”

Capítulo IV

Mi papá y yo conversando:

¿Papá cómo es que usted reza el rosario sin tener letra ni saber
escribir?

- La Virgencita de la montaña tampoco leía y Ella nos enseñó a


rezar el rosario y su predicación tampoco la leía, sus

75
enseñanzas eran de mente. Ella no tenía libreta, libros, lápiz a
menos. Cuando la encontramos, le hicimos su choza con una
habitación para Ella, aparte. No sé si tuviera ahí esas cosas,
porque te sé decir, a su aposento no entraba nadie.

- Me atreví a preguntar: ¿Papá, y sus hermanos cómo


aprendieron religión, dónde, fueron a la escuela?

- Tan sólo José, cuando tenía de 10 a 11 años. Ya había unas


personas que se daban a la tarea de formar grupos para
enseñar a escribir y a leer. Así fue como él se fue con unos
sacerdotes que habían traído unos españoles que vinieron y
formaron como unos campamentos. Mi hermano se fue para
aprender y se hizo monaguillo. Fue el único que llegó a
aprender a leer y escribir. Llegó a ser un catequista, consejero
espiritual y un predicador de la palabra.

¿Papá, y por qué los demás no se apuntaron también? - Yo


tenía el yugo del trabajo que era bastante, pero me sucedió un
buen día algo muy bonito.

-Estando yo en el monte y mi compadre Ignacio Montañez y


otros más, cortando madera para aserrar nos llegó la hora del
almuerzo. Había una gran piedra que casi siempre cuando
estábamos en aquel lugar nos íbamos a la piedra para reposar
un poco y así almorzar. Para sorpresa alguien nos estaba
vigilando. Nos acercamos poco a poco a la entrada, tanto la
mirábamos nosotros a Ella como Ella a nosotros, hasta que yo
Adolfo Ruiz me decidí a preguntarle: ¿Quién eres niña? Su
contesta fue: “ Buenaventura.” (Debe decir Bienaventurada)
Pero, ¿Cómo te llamas? ¿De donde vienes? ¿Quiénes son tus
padres? ¿Andas perdida? Nosotros te llevamos a tu casa.
¡Vamos! ¡Ven acá!

Seguía mirándonos, no contestaba, pero lo más lindo fue que


uno de los compañeros se aproximó. De repente quiso cogerla y
se quedó con las manos extendidas. Se esfumó, nos quedamos
asombrados sin saber que decir ni hacer. Decíamos, era un
espíritu, tan solo quedó aquel aroma a rosas perfumadas.
Mirábamos y buscábamos a ver si era que se nos había
escapado, nada, ningún rastro, nada. ¿Dónde estás? No
queremos hacerte nada. Ninguna respuesta...

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Almorzamos, seguimos trabajando cortando árboles para hacer
tablas, para hacer cuartones y estantes. Era nuestro trabajo.
Llegó la hora de irnos y nos fuimos pensando: ¿Qué será de esa
menuda mujercita?

Vino el nuevo(día). Volvemos a subir a la montaña. Ese día ya


íbamos preparados para hacer unos armarios. Después ya el
árbol limpio de ganchos, de cáscara, se seguía con la sierra
haciendo tablas. Siempre llevábamos café en botellas. Comida
hecha, menos agua, ya que en la quebrada la cogíamos y
usábamos una higüera que se preparaba haciéndole un
pequeño hueco a la parte de arriba.

Era para cargar el agua de tomar. Me dice mi papá: Hay, hija


mía, le digo yo a uno de los que estaba con nosotros sacando
ganchos a los árboles. Mira, anda y trae agua. Hace sed, era
ya para el mediodía. Pasaron como cinco minutos y el(al) que
yo mandé siguió en el trabajo y no iba. Le dije a mi compañero
de sierra, coge unos minutos, voy por agua. Cogí mi higϋera y
me fui a la quebrada. Cuando iba ya cerca me detuvo un canto
muy dulce, no alto, bajito. Como yo iba descalzo las hojas
sonaban y yo traté de andar más despacio y me fui acercando.

Era la misma mujercita, cantaba y tenía los piececitos en el


agua y jugaba, pero según me iba acercando ya no era sólo su
voz, se oían más. Era como un coro. Miré y miré, no veía a
nadie más. Entonces fue cuando ella me vio, en ese momento
paró el coro. Ella se puso de pie muy rápido. Caminó para irse,
pero yo le dije: No te vayas, no te voy a hacer nada. Vengo a
coger agua para beber. Se aguantó, me miraba bien fijo, con
una mirada bien dulce. Nadie te va a hacer daño mientras yo
dirija este grupo de hombres. Vi que se sonrió y le dije:
¿Quieres venir conmigo? Movió su cabecita cubierta de una
linda mata de pelo que le caía más abajo de sus hombros. En
la cabeza tenía primero como un gorro blanco y encima un
manto pinchado vuelta redonda, cayendo hacia detrás, “brown”.
El traje hasta los pies, “brown” con un cordoncillo hasta a la
cinturita, muy frágil.

Entonces fue cuando vi que se iba, para mi sorpresa, cuando


me quedé mirándola porque no oí sonar las hojas secas. Vi que
no caminaba sino que flotaba como si la llevaran. Yo creía que
me iba a quedar ciego o sin habla. Cerré los ojos, los abrí, los
cerré, los abrí y ya no había nada. Entonces fue cuando me

77
senté. El cántaro se me cayó y dije: ¡María Santísima! ¿Qué es
ésto? Cuando dije esto, sentí fuerza, algo me decía: Coge el
agua y vuelve con tus compañeros.

Miré a todos lados a ver si había alguien. Nada. Me puse de


pie, me doblé, cogí el agua, volví y me dice compadre Ignacio:
¡Creíamos que te habías ahogado! Ya almorzamos nosotros.
Son más de las doce. Le dije: Algo más que ahogarme me pasó,
ahí estaba la mujercita.

Se echaron a reír y le dije: ¿Por qué esa risa? Y me dijeron: Al


fin te casarás, te atraparon. ¿Están bromeando? Esa niña es
una santa. ¿Cómo lo sabes que es una santa? Le dije: Ella no
camina por la tierra, ella flota. Me dicen: Eso es una bruja, hay
que tener cuidado que no nos haga algún mal. Le dije: Cuando
me acercaba a la quebrada había un coro con ella y cantaban.
¿Quiénes cantaban? Me dijeron: ¿Los viste? No. Estaba sola. ¿Y
que cantaban? Le dije: Yo no entendí nada y lo que sé es que
nunca está sola. Alguien que no vemos la acompaña. Somos
nosotros los que tenemos que tener mucho cuidado.

Y le digo más: Al irse de la quebrada era como si arramara en


toda el agua un aroma de rosas perfumadas y con ella era un
resplandor que me cegó. Por dos veces tuve que taparme la
cara y ya no la vi más. No pude ni comer. En todo el día no
sentí hambre. En la noche no dormí, pensando en todo lo
ocurrido. Durante aquel día Amaneció por fin y yo con muchas
ganas de estar en la montaña de nuevo para volver a ver lo que
yo ya tenía por seguro, que aquella aparición era la Madre de
Dios. Ya para mí era un hecho. Algo en mí me lo decía. ¡Y
aquella alegría por verla!, pero ni al día siguiente, ni al otro ni
al otro. Pasaron más de dos semanas.

No supimos más de ella. Yo sentía como un profundo dolor y


angustia. Me preguntaba a mí mismo: ¿Qué pasó? ¿En qué la
ofendí que se retiró? Decía: ¡Dios mío! Si es tu madre y es para
bien de nosotros o para bien de este mundo, haz que vuelva.
Tú sabes Señor, que aunque soy un pobre trabajador y pecador;
¡Te amo y también a tu querida Madre! Perdón, Señor, si yo he
ofendido a esa criatura tan hermosa.

Seguimos yendo el grupo a la montaña, pero sin tener la visita


de la mujercita. Todos tristes y cabizbajos sin atrevernos
ninguno a decir nada. Pasaban los días y nada. Ya nos damos

78
por vencidos. Estábamos cortando un hermoso ausubo para
hacer estantes, estábamos desganchando el árbol cuando de
repente, oímos aquella dulce vocecita que nos dijo: Hijitos míos,
¡Buenos días, que la paz esté con ustedes! Caímos todos de
bruces al piso sin atrevernos a mirar. No sé lo que pensaban
mis compañeros. Yo sin mirar decía: ¡Bendito Dios que nos la
trajiste! ¡Gracias!

Entonces, volvimos a oír su voz: Mírenme, no teman, soy yo.


Entonces fue cuando todos a la vez dijimos: Madre, ¿dónde
estabas? ¿Qué has hecho? Perdón, Madre, Perdón. Ella nos
dijo: estaba en mi casa, con mi hijo amado. Fue cuando todos
a la vez miramos y estaba (recostada) en las ramas de un árbol.
Todos dijimos: mamita, ten cuidado que te caes... y ella se
sonrió.

Nos dijo: “Quiero que me hagan aquí una choza”. Ellos les
contestaron: “Pero, ¿hacer aquí una choza?” “En todo esto no
hay agua”. Ella volvió y dijo: “Quiero aquí mi choza”. “No se
preocupen por lo demás...” y se fue.

Ellos completaron su día de trabajo y luego se fueron.


Acordaron traer las herramientas para empezar a hacer su
mandato. Llegó el nuevo día y se reúnen. Vuelven a la
montaña. Empiezan a hacer el talado. Todo el sitio donde
pensaban que le cabía bien una choza. Ya se hacía el mediodía
cuando dijo papá: “Hay que ir a traer agua”. “Vaya el menos
cansado”. Cuando se disponía ir uno de los trabajadores,
sucedió el primer milagro. Reaparece de nuevo Mamita y nos
dice: “Aquí se va a hacer mi casa y para todos mis hijos, los
primeros, ustedes”. Le dijimos: “Sí, Mamita, lo sabemos”. “Aquí
se va a hacer tu choza, pero... ¿Y el agua?” “Nos queda
retirada”. Y me (-), por primera vez: “Adolfo, anden ahí abajo
van a tener agua. Se lavan y cogen agua para beber...” Mamita
ese es un sitio seco. No hay agua. Son piedras secas. Volvió a
replicar: “Anden, anden a coger el agua”. Entonces yo mismo
dije: “¡Apúrense, apúrense, Mamita manda!”. Fuimos todo el
grupo, seis obreros y para sorpresa teníamos el agua corriendo
por dentro de las dos piedras y caía como una chorrera; clara,
limpia y fresca.

¡Viva Dios! Dijimos llenos de una emoción que nos invadía a


todos los seis. Después de un rato, nos lavamos las manos y la
cara, bebimos y nos echamos agua por encima. Estábamos

79
cansados y sudados. Aquello fue como un bálsamo. Nos
sentíamos más fuertes, sin hambre y con deseo de seguir
trabajando. Cuando llegamos con el agua para darle las gracias
ya no estaba, pero, contentos empezamos a trabajar,
preparamos el sitio para la choza.

Ya por la tarde, antes de irnos, dejamos los primeros estantes


en pie. Cosa que en tres días más ya estaba hecha. Así que
entre terminarla y techarla en cinco días ya todo estaba
terminado. Ya tenía Mamita su choza hecha. Al día siguiente de
haber terminado la choza, cuando llegamos para empezar
nuestras tareas, que habíamos suspendido, cuestión al
mandato de Mamita de hacerle una choza, pues estaba ella allí.
Tal parecía que nos esperaba. Enseguida nosotros notamos su
vestuario. Era un traje blanco con cordoncillo azul y el manto
era azul, como pardo (pálido). Se veía como una diosa, como un
resplandor que manaba de toda ella, que hacía que uno se
quedara sin habla...

La alegría de nosotros era tanta que todos la saludamos a la


vez: ¡Mamita, Mamita! ¡Buenos días!

Ella nos contestaba: ¡La paz esté con ustedes hijitos míos!

Cuando le preguntamos: ¿Mamita, pasaste la noche aquí sola?

Ella nos contestó: Nunca estoy sola...

Contestamos: Nos vamos al trabajo.

Ella nos detuvo: No, señores, se me sientan los seis. Vamos a


dar gracias antes de comenzar las tareas, ¿o ya lo hicieron?

Le dijimos: Lo hacemos cuando ya comenzamos.

Nos sentamos, se levantó de donde estaba sentada y nos dice:


Repitan conmigo...

- Oh Dios, te doy gracias por haberme cuidado durante la


noche.
- Oh Dios, te doy gracias porque cuidas mi mente para no
pensar cosa mala alguna, durante el día.

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- Oh Dios, te doy gracias porque mis ojos no miren ni
deseen nada prohibido.
- Oh Dios, te doy gracias por mi boca, no salga de ella
palabra fea.
- Oh Dios, te doy gracias de que en mi corazón no encierre
nada malo para mi prójimo, que es mi hermano.

Hechas ya las oraciones, nos dice: ¡Andad, andad al trabajo!

Entonces partimos al corte de madera, bejucos, yaguas de


palmas y palmas. Al llegar la tarde volvemos a reunirnos en la
choza con Mamita a dar gracias por nuestras tareas
terminadas.

Seguimos a nuestras casas. Ya de camino, nos deteníamos y


seguíamos dando aviso a las chozas vecinas de que Mamita nos
invitaba a ir a su choza para darnos doctrina. Así nos fuimos
reuniendo algunos grupos. Algunos llevaban sus familias,
mujeres y niños.

Así daba comienzo para nosotros y para muchos más hacer


reuniones en un sitio santo. Porque desde el primer día que
apareció como una niña, fue toda esa montaña bendita y fue así
como fuimos conociendo muchas cosas enseñadas por ella.

Lo que se empezó dando gracias; doctrina, predicación,


milagros, cánticos, costura, cocina y medicina. Si a alguien le
sucedía algo cuando estábamos reunidos con ella, los
santiguaba. Ponía sus manos sobre donde uno sentía algún
dolor o molestia y se iba a su casa sin sentir nada.

Muchas veces le decía a alguna de las mujeres que iban: Tú


estás encinta, cuídate... y era así. A otras le decía: ¡Pronto vas a
quedar en cinta!, y sucedía como se lo decía. A todos los que
iban amancebados los casaba y a los niños los bautizaba y
sucedió así hasta que fueron habiendo en Puerto Rico algunas
iglesias y algunos sacerdotes.

Los primeros sacerdotes que vinieron a la isla daban la misa en


las casas. Una de las casas, la de don Nieves Figueroa y otra
casa fue la de Don Mateo Torres y en la casa de un Tomás
Veguilla y en casa de mi abuelo, José Flores. Así fue como el
hermano de mi papá, José Ruiz se dio a la tarea de andar con

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los sacerdotes. Fue aprendiendo, se hizo un maestro en la
doctrina para enseñar a los niños y a los mayores que nada
sabían...

En esas casas daban misa, casaban y bautizaban y pasó que a


los meses después llegó un obispo y enseguida le dieron la
noticia de que había una monjita perdida en la montaña... que
estaba predicando y tenía un grupo bien grande de peregrinos y
así fue como llevaron al obispo a la montaña.

En uno de los caballos que llevaron, la montaron y se la


llevaron y me dijo mi papá que él y algunos más los siguieron a
ver que sucedía. Llegaron a la casa (lugar donde se encuentra
actualmente la ermita en el barrio Espino) y fue llevada a un
pequeño cuartito de la casa donde se quedaba el obispo y el
sacerdote con el propósito del otro día ella tener una confesión
con el obispo, pero cuando en la mañana fueron a buscarla, ya
no estaba, para sorpresa de ellos.

Prontamente vuelven a la montaña. Estando ya algunos de los


discípulos de La Madrecita, escuchan acercarse unos caballos;
todos imaginaron que era el señor obispo y fue cuando ella le
hace señas a los que se encontraban allí reunidos que callaran
e hicieran silencio. Ya que estaban frente a la puerta de la
choza, ella desaparece como por arte de magia. Llegaron, abren
la puerta, buscan todo hasta en su cuarto, cosa que a su cuarto
no entraba nadie, era prohibido para todos... pero, el señor
obispo entró.

Le pregunta a todos los que yacen (estaban) allí, pero todos


contestan: Esperamos todos por ella... y callaron bajando la
cabeza en señal de pena. El señor obispo y sus acompañantes
se marcharon, no sin antes hacerle una advertencia: “Cuando
vuelva me lo hacen saber enseguida...”

Ella estaba oyendo todo. Se fueron. A los pocos minutos hace


aparición Mamita, un poco triste. Fue cuando les anuncia a
todos que pronto se iría para no volver en un largo tiempo...
hasta que de nuevo la necesitaran sus hijos en la tierra, pero:
¡No vivan tristes, del sitio a donde me voy velaré por todos...!

En ese momento hubieron llantos y súplica. Ese fue un


momento muy difícil y fue cuando por primera vez la Madrecita
se acercó al grupo y los consolaba y le ponía las palmas (de la

82
mano) en la cabeza a cada uno y le decía: “Todavía no ha
llegado la hora, todavía estaré con ustedes un poco más”. Y
mandó a las mujeres a la cocina a preparar de comer y a los
hombres a su trabajo y se quedó con los niños viendo como
jugaban.

Uno de los hombres se había traído unas naranjas agrias, pero


no le había dicho nada y después cuando todos se reunían para
la cena no dejó que nadie saliera y fue cuando ella, llama por el
nombre del que había traído las naranjas y le dijo: “Quiero que
coman conmigo las chinas (naranjas) que me trajiste”, y partió
las naranjas agrias y le dio a todos comer. Cada uno cogió su
pedazo y se miraban unos a otros, pero les ordenó: Coman, yo
también voy a comer y todos comieron y ella comió y decían:
Pero, ¿No eran agrias? Entonces ella habló y dijo: “Fulano lo
hizo para tentarme y ya ves que no es así” y se pone el hombre
de rodillas y le pide perdón a Mamita.

Se produce el cuarto milagro. Así siguieron pasando los días


haciendo las reuniones, las mujeres haciendo su labor; unas
cosían, otras hacían tejidos, otras se ocupaban de la ropa que
hasta lavaban en la quebrada y otras nos ayudaban a hacer
canastas con bejucos y ella seguía velando de los niños y se
entretenía verlos jugar. A veces se los llevaba a la quebrada y
llegaban con cánticos a la choza.

Seguían pasando los días, muchas veces nos ponía penitencia


todo un día sin comer, hasta ya entrada la tarde. A nosotros los
hombres de trabajo al mediodía mandaba a las señoras
prepararnos un sorullo de maíz asado a la brasa y nos lo daba
con agua. A eso de las tres de la tarde nos mandaba llevar al
trabajo con una o dos de las señoras a cada uno, dos trago de
café negro y cuando nos ponía a pasar la noche en vigilia era
estar sobre la yerba.

Cada uno para recostarnos algunas horas de descanso,


poníamos sobre las yerbas una penca de palma. Ése era
nuestro colchón. Cuando era cuaresma eran más fuertes las
vigilias. No se comía carne. Cuando se hacía la compra se traía
pescado, se comía coles del país, verduras hervidas sin ninguna
mestura y algunas veces nos íbamos de pesca a la quebrada.
Con la pesca se hacía asopao ó cocido con verduras. Se hacía
apio mojado con lo pescado o bacalao y cuando llegaban esos

83
cuatro días que eran Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado
Santo y Domingo Santo eran días de mucho respeto.

Era para estar más en oración, cántico al Señor, ayunos,


penitencia, silencio, meditación y rosario. Nos mandaba al
bosque a meditar y no se podía ni tirar a un pajarillo tan
siquiera.

Sucedió que estando todos en oración fue Sábado Santo; ese


día como a las tres de la tarde cuando nos mandó a reunirnos
en oración, estábamos todos ya reunidos, cuando salió ella del
cuarto, con ese rosario en las manos. ¡Todo en rosas! Aquello
era algo tan hermoso, que jamás, si alguno, puede olvidar y con
su coro invisible que ninguno de los que estábamos veíamos.

Nosotros quedamos como si nos pusieran anestesia y cuando


ella nos habló, volvimos en sí y sucedió que cuando ya llevamos
como media hora se sintió un galopar de caballos. Creíamos
que era el señor obispo y todos dijimos: “Mamita, vienen a
llevarte, ¡Vete, anda vete!”

Ella dijo: “¡No, son otros y vienen a matarme... pero no se


mueva nadie, queden quietos!” Todos decíamos al mismo
tiempo: “¡Mamita, que no te toquen, que no te toquen porque
los matamos!” Dijo ella: “¡No, no, quietos, nada va a pasar!”

Hacen entrada los jinetes y los tres caballos, con rifle en mano y
comienza el coro invisible a cantar con más fuerza. Levantó ella
sus manos tan bellas y los bendice. Caen los jinetes con los
caballos a tierra, caballos y jinetes de rodillas quedaron inertes.
Nosotros sentaditos sobre la yerba; ellos hincados. ¡Tremendo
milagro!

Ya obscurecía, hace que los hombres despierten y les dice:


“¿Hijos, a qué los mandaron?, ya se les hace tarde, hagan lo
que van a hacer y váyanse.Y le dijeron: “Señora perdón, nos
decían algunas personas que había en la montaña una bruja y
veníamos a matarla”.

Ella les dijo: “Levanten los rifles y disparen”.

Ellos contestaron: “No, no señora”.

Ella les dijo: “Disparen hacia allá, ¡disparen!”

84
Ellos, muertos del susto, dispararon hacia donde ella le mandó
y las balas cayeron al piso, como aplastadas y los rifles
quedaron engoznados. Hace un movimiento con las manos de
abajo hacia arriba y los caballos se ponen de pie.

Los montan rápidamente y volaban... Se levantó ella de su


asiento que era un tronco de árbol que nosotros mismos
preparábamos. “¡No se mueva nadie, sigan en meditación y
oración!” Y se fue a su cuarto un poco triste y todos decíamos:
“Mamita se va a ir por la culpa de estos malvados y nos va a
dejar solos”. Y todos hacíamos una misma oración: “Dios del
cielo, si nos oyes, que Mamita no nos deje!” Fue una noche de
pena, llanto y coraje y siguieron los días pasando y Mamita con
nosotros.

No teníamos ya compra y ella mandó a Baleto Galarza a hacer


compra y la señora Doña Santo, que era esposa de Don Baleto
Galarza (Alberto Rosario Galarza), era la que hacía la nota y
creyendo que quedaba arroz y no quedaba tan solo una taza.
Como ya había pasado la Semana Santa, Mamita había dicho
que llevaran alguna carne para hacer arroz con carne para que
comiéramos. Se habían llevado unas gallinas, ya las tenían
cocidas cuando Doña Santo fue a buscar el arroz. Notó que no
había. Creo que era menos de una taza y va donde Mamita y le
dice: “¿Mandamos a Baleto al pueblo?, no nos queda arroz.

Mamita dijo: “Echa ese poquito en un envase”. Mamita lo cogió,


lo lavó y lo echó al cardero (caldero) con la carne de gallina y a
aquel poquito de arroz le da la bendición. Aquel caldero al
secarse, se llenó. Al la señora doña Santo, levantar la tapa para
menear, vio aquel caldero lleno,dijo: “¡Milagro”! “¡Bendito sea
Dios!” “¡Milagro”!

Nos llamó a todos y nos decía”: “Vengan, vengan”. Íbamos todos


y quedamos mudos y decíamos: “¡Bendita Mamita, es una
santa!” Nadie puede hacer eso. Solamente un ser santo.

Comimos todos y todavía del mismo arroz se comió al otro día


como almuerzo. Siguieron pasando los días y llegó el día de la
otra prueba. Un día que íbamos como de costumbre a hacer el
trabajo y estaba un poco lluvioso y fue cuando nos dijo al grupo
que cortábamos la madera, nos dijo: “Ya que está un poco
resbaloso, preparen un pedazo de terreno para así tener una

85
hortaliza aquí cerca”. Como era su orden, empezamos a talar
frente a la choza y en un rato teníamos ya como un cuadro
talado y el resto del día lo pasamos haciendo canastas para la
venta.

Llegó la tarde y todos nos fuimos cada uno para su casa y llegó
el día siguiente y el otro y el otro. Hacía tres días desde que nos
mandó a talar el pedazo de especie de maleza. En ella no había
árboles muy grandes, pero sí había palmeras y vegetación más
pequeña y como había llovido bastante no estaba seco. Fue ese
tercer día que nos dijo: “Mis hijos, tengan fósforo y prendan
fuego a lo talado”. Y nos miramos unos a otros y decíamos:
“¿Mamita, ese talado, si entre dos semanas o más haciendo sol
corrido tal vez se pueda quemar? Y se nos quedó mirando y nos
dice: “Anden y peguen fuego que me queda muy poco tiempo
con ustedes y tengo que apresurarme, quiero ver el sembrado”.

Sin decir más una sola palabra, fuimos unos tres hombres y
prendimos fósforo por todas las esquinas y por el centro, nada,
caía el fósforo y se apagaba. Uno dijo: “Hermanos, ni con un
tros de gas prende esto, está muy mojado”.

Mamita nos observaba de pie en la puerta de la choza y fue


cuando caminó hacia donde estábamos nosotros y le gritamos:
“¡Mamita no vengas, está muy húmedo y estás descalza, por
favor, no vengas!” Más tarde cuando el sol caliente, moveremos
todo a ver si puede prender.

Siguió caminando, al reunírsenos nos dice: “Apártense, ¿dónde


está la fe de ustedes? Quise probar a ver si alguno la tenía”. Ya
veo que mis discípulos me fallan y cogió una penca en sus
manos y la detuvo, sostuvo, cerró sus ojos como por unos
segundos, y dice: “Prende el fuego”. Prendimos y le pegamos a
la palma y cogió fuego. La tiró en una esquina y cogió fuego.
Enseguida otra palma y la detuvo como la primera y cerró los
ojos.

Luego otra palma y la detuvo como la primera, cerró los ojos


como unos segundos. Nos repite lo mismo: “Haz fuego y la
quemas”. La tira en la otra esquina y cogió fuego. Coge otra
palma, hace lo mismo, pide fuego, la prendemos y la tira al
centro.

86
Cuando aquello, quemando como si hubiese sido paja seca.
Nosotros tres nos retiramos un poco nerviosos y preocupados.
Juntamos las piernas y las manos y la cabeza en tierra sin
atrevernos a mirar. Ella siguió allí mirando y todos los que
estaban en la choza cruzaron los brazos y se pusieron de
rodillas a rezar de dos a tres minutos. Nos dice: “¡Levántense!”,
con aquella voz suave. Nos pusimos de pie, creyendo se había
quemado. Nada. Y miramos poco a poco, tímidos y
abochornados de nuestra condición ante un ser tan santo.

Vimos con asombro como quedó aquel pedazo de maleza, era


todo cubierto de ceniza blanca. Nosotros creíamos que íbamos a
quedar ciegos o locos con tanta presión que sentíamos en aquel
momento. Bajamos la cabeza y no nos atrevíamos más a
mirarla siquiera y ella al darse cuenta de que estábamos tan
abochornados y asustados nos dice: “¿Qué le parece
muchachos?” Y nos vuelve a decir: “Ya mañana siguen
preparando para que siembren una hortaliza””. “Quiero verla
antes de partir”. “Se acerca el tiempo”.

Ellos se acuerdan que ella les había dicho que tenía que partir
pronto y fue cuando les entró una tristeza a todos y decían:
“Mamita, ¿por qué tienes que irte?” “¿Ya no nos quieres por
malos?” “¿No te servimos para nada?” “¿Por eso te vas?”

Y nos dice: “Callen, callen. Son mis hijitos, a todos los quiero.
Ya hay otras personas, otros hijos (Hermanos Cheo) que como
yo, le van a seguir enseñando y predicando el evangelio. Ya mi
presencia no es necesaria, por ahora. Vendré cuando sea
necesario de nuevo. Tal vez cuando vuelva, muchos de ustedes
todavía estén, otros no estarán. Una cosa le digo y quiero no
sea olvidado. Aquí en esta montaña tienen que hacer una casa
de oración y le digo, vendrán muchos diciendo que ellos traen la
verdad de la doctrina, pero no se dejen confundir y por eso
habrá tribulaciones entre los hombres. Querrán debatir el Reino
de Dios. Ustedes ahora caminan sobre la tierra por veredas,
llegará el tiempo que esas veredas ya no las vean. Todo será
caminos anchos y blancos. Las chozas ya no serán chozas,
serán mansiones en blanco. Vendrán unos cajones cerrados
que caminarán sobre esos caminos anchos y arrancarán y
matarán, tanto los verán por la tierra como por el aire. Serán
armas de guerra. Habrá destrucción entre las naciones, se
matarán los hombres unos con otros por la ambición y el
poderío. Habrá hombres más poderosos que otros y el poderoso

87
matará al más frágil. Los hombres, con unas máquinas que
construirán querrán trastornar los cielos, pero no lograrán
nada, porque querrán ir en contra de la voluntad de Dios.
Sucederán muchas cosas en los mismos de la iglesia.
Sacerdotes entregarán sus hábitos y se casarán y formarán
familia aparte. Eso le dará fuerzas a los no creyentes. Se
dispersarán las ovejas del rebaño. Flaqueará la fe de muchos”.

Le seguía diciendo: “Hijos míos ustedes son nada mas que un


puñadito, pero, que no flaquee el poco de fe en lo que le he
enseñado y recuerden todas estas cosas cuando venga todo esto
que les digo. Muchos no vivirán pero algunos verán algunas
muchas cosas de todo lo que le estoy diciendo. Habrá
poblaciones, mucha gente con muchas maneras de vida se
verán viajar de un pueblo a otro, de un país a otro porque no
encontrarán completa seguridad. Por eso habrá crimen a
menudo, violaciones. Muchos hombres y mujeres con manías
feas. Mujeres y hombres se unirán y también se apartarán sin
pensar en los hijos. Los padres, matarán a sus hijos antes de
nacer. Habrá relaciones entre hombres y entre mujeres, con sus
propios hijos y con animales. Habrá muertes entre padres e
hijos y entre hijos y padres. Vendrá desolación, temores. Se
llenarán las cárceles, habrá mucha perdida de la mente en las
personas por la falta de fe, si el hombre no despierta a tiempo.
Habrá hambre y sed porque las aguas que son tan abundantes
ahora, también en muchos sitios serán secadas para plantar
caminos encementados y hacer condominios.
La tierra se menoscabará, serán muy pocos los que la trabajen.
Sucederán tantas cosas que apartarán a la humanidad de la fe.
Según las generaciones cambien, cambiará el hombre y la
mujer. La mujer le hará competencia al hombre en todo. Los
matrimonios se disolverán. El hombre cogerá su camino, la
mujer cogerá su camino y el hijo también y todo esto traerá
tristes consecuencias. La mujer competirá en todos los campos.
Los hombres serán dominados. La mujer no querrá el hogar y
ni querrá hijos. Se lanzarán a la calle a trabajar y a competir
con el hombre, por lujos, modas, orgullo, vanidades y todo esto
traerá una destrucción terrible. Tal vez ninguno de ustedes viva
para ver todo lo que sucederá con las próximas generaciones”.

Hizo una pausa y después volvió a decirnos: “Hijos míos, me da


tanto dolor en pensar en todo esto, pero será así como se los
digo yo a ustedes. Les he enseñado cómo hacer penitencia,
cómo hacer el ayuno y cómo hacer el rosario, nunca olviden

88
mientras vivan de todo lo que les he enseñado y no se olviden
de los sacramentos nunca, porque en la hora de muerte le hará
falta al igual que el rosario, porque les aseguro que cuando
mueran alguien lo rezará en su momento y tendrán la ayuda
del sacramento”.

Les digo todo esto porque yo me voy. Y fue cuando le dijo a uno
de los que estaba allí: “Tú me vas a hacer mi caja para mi
entierro”. Y todos rompieron a llorar y decían: “Mamita, ¿estás
enferma? ¿Te llevamos al doctor? ¡Mamita no nos dejes!”

Ella les dice: “¡Vamos, vamos, aunque me voy de aquí, nunca


los dejaré; velaré por todos mis hijos! Enseñen a sus hijos, que
será otra generación, lo que yo les he enseñado a ustedes
porque en las futuras generaciones nada de esto lo harán”. Se
hizo una pausa, al rato me dijo: “Ven Adolfo, que te voy a decir
cómo quiero las tablas que se van a necesitar para mi caja”. Y
cogió y se puso a preparar las tablas como ella las quería y ya al
otro día llama al que le había dicho que era él quien le iba a
hacer la caja. Él le dijo: “Mamita, yo no sé ni clavar un clavo,
aquí hay carpinteros que pueden hacerla, yo no sé Mamita”.
Ella le dijo: “La vas a hacer tú, ven, tú y yo la vamos a hacer”. Y
se pusieron a hacerla y ella diciéndole como la quería y así fue
la caja de Mamita y fue terminada y la mandó a llevar a su
cuarto.

Al salir afuera, les dijo: “Escúchenme con atención. Tengo que


decirles algo, los voy a suspender de venir por tres días. Quiero
estar sola para prepararme. A los tres días vienen y se fijan
debajo de mi cuarto por las rendijas que hay en las tablas van a
ver caer sangre y esa sangre es la mía, que la voy a derramar
para dar el cambio, es cuando van a abrir mi cuarto. Ahí estaré
ya habiendo dado el cambio, me van a echar en la caja con todo
y rosario, como me encuentren. Ya estaré preparada y me llevan
a enterrar al cementerio de San Lorenzo”.

Como ella lo dijo, así lo hicimos, pero cuando íbamos por debajo
de su cuartito, había sangre en la tierra y caía (caían) goteras y
dijimos todos a la vez: “¡Mamita dio el cambio! Nos dejó solos”.
Corrimos al cuarto y allí estaba Mamita, sin vida. Sentimos
como que algo nos apretaba por dentro, ese fue el clamor de
todos.

89
Al rato empezó a caer lluvia y neblina y un frío de muerte nos
envolvía a todos. Quedamos huérfanos de madre y de consejos
y de su palabra, pero hicimos todo como nos lo dijo y después
de velarla por tres días la echamos como estaba en la caja, la
cerramos y seguimos camino hacia el cementerio de San
Lorenzo. Al principio la caja pesaba un poco, después nos
dimos cuenta que aquel peso se volvía nada.

Llegamos empapados de agua, la depositamos en el suelo y en


lo que se acercaba el que nos iba a ayudar a darle sepultura,
queríamos verla por última vez, abrimos la caja, para sorpresa
de todos ya yacía (estaba) la caja vacía, sin Mamita y todos
dijimos: “¡Se fue! ¡Está en la choza!”

Se enterró la caja vacía y corrimos a la montaña a ver si estaba


Mamita, pero no. Estuvimos un rato a ver si llegaba, pero
nada. Estuvimos así haciendo más oración. Rezábamos el
rosario, pero no fue más.

Fuimos a la Peña. ¡Allí estaba sonriente! Después de esto no


hubo nada más. No volvimos a verla. Mamita siempre llevaba
con ella un callado (cayado, debe decir cetro) en sus manos con
el cual siempre jugaba y cuando iba a darnos alguna orden lo
extendía hacia nosotros y siempre nos llamaba a cada cual por
su nombre.

90
DIÁLOGOS

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Conversación con doña Estervina Ruiz

Doña Estervina era hija de don Adolfo Ruiz Medina. Este señor
era un gran artesano, un gran aserrador y maestro de
carpinteros. Así lo conocieron todos y luego pasó a ser un buen
comerciante hasta su muerte. Fue un discípulo de Vuestra
Madre y Ella le tenía un gran amor. Una tarde la Sra. Teresa
Crespo y esta servidora que les escribe, fuimos a visitar a doña
Estervina y ella me autorizó publicar las memorias de su papá
las cuales me fueron entregadas por la Sra. Juanita (Nelly)
Ayala.

Reina: “Doña Estervina, háblenos de las experiencias que tuvo


su papá, don Adolfo, con Vuestra Madre”.

Doña Estervina: “Mi hija, Vuestra Madre tenía una voz muy
pausada, tan pausada que parecía que era un ángel. Era bien
menudita. Era tan pausada que no quería molestar a nadie.
Sus manitas eran bien finas y bien suaves. Su cutis era
trigueño claro y bien fino. Muchos creían y decían que era la
Madre de Dios y a otros se les hacía difícil creerlo. Papá decía:
“Si Ella nos dice que Ella es la Madre de Dios, ¿por qué no
vamos a creerlo?” Por algo esos ángeles la acompañan.

Papá decía: “Mi hija, Ella, estaba rodeada por esos ángeles y
esas voces se oían. Nadie podía tocarla, ni hacerle daño. Ellos
iban hablando de que allí estaba la Virgen y las cosas que
pasaban allí en la Santa Montaña”.

Doña Estervina: “La gente seguía yendo (a la Santa Montaña).


Ellos no podían entender que Ella les hablaba y les decía que
Ella era la hija del Padre, que Ella también tenía un hijo
llamado Jesús. Decía que Ella era la madre de sus hijos. Ellos
no podían entender esto, de encontrarla recostada de un árbol
mirando lo que ellos estaban haciendo. Estando ellos
trabajando, Ella aparecía de la nada y ellos le decían: “¿Mamita,
qué tú haces?” “Estoy mirándolos”. Ella les decía y les hablaba

92
bien bonito. Ellos le preguntaban: “¿Pero, Mamita, de verdad
que tú eres la Madre de Dios, la Madre de Jesús?” Ella les dijo:
“Sí, mis hijos, yo soy la Madre de Jesús”.

La primera casita de Vuestra Madre estaba camino al


manantial, esta casita se la hizo mi papá, Adolfo Ruiz Medina.
Como él era el maestro carpintero la hizo con otros más. Allí en
esa casita sólo se quedaban las niñas con Ella. Venía gente de
otros pueblos a escucharla.

Papá me dijo: “Mi hija el obispo en aquel entonces también


subió a la Santa Montaña, me contó cómo fue que llegó y se la
llevó a la ermita para interrogarla.

Doña Estervina: “Un día hubo el milagro de la multiplicación


del arroz. Nos contó papá que fue un milagro muy grande”.

Nos aclaro papá que: “Ella no era una monjita. Era algo
superior”. Por eso hizo estos milagros tan grandes”.

Me dijo papá: “Ellos hicieron un fogón en un ranchito cerca de


la casita de Vuestra Madre. Ella,tenía una cocinita cuyo piso
era de tierra.

Papá me contó: “Que un día fueron a buscar unos calderos para


enjuagarlos y había en uno de ellos un camaroncillo
(escorpión).Cuando las cocineras vieron que el camaroncillo
sacó las puyitas, ellas dijeron: ¡Huy, mira lo que hay ahí!
Mamita las escuchó, todo lo sabía y desde la casita donde Ella
estaba vino para acá y preguntó: “¿Qué pasa?” Ellos le
contestaron: “Mira lo que hay ahí.” Ella tenía un cayado (cetro)
y con éste presionó y le sacó todo el veneno.

Ella les dijo: “Vira el caldero, ahora déjalo ir. Los alacranes te
pican y no te hacen na', pero tienes que tener cuidado del
camaroncillo porque el camaroncillo al picar te puede matar.”

Un día estaba lloviendo mucho y Ella dijo que talaran un


pedazo de terreno para que sembraran hortalizas para que
tuvieran cositas para comer.

93
Papá también me contó: “Que las naranjas agrias se volvían
dulces. Ellos le decían: “¿Mamita, que tú le hiciste, qué le
echaste?”

Ella les contestó: “Mis hijos, pues nada”.

Y así fue cómo la gente fue creyendo en Ella. Ellos la amaban,


la querían y la veneraban. Se ponían de rodillas porque Ella era
la madre de Dios.

Ellos decían: “Mamita, esto es grande” (refiriéndose a los


milagros). Le hacían ruedita como a una gallinita. Ella le
hablaba del respeto, del amor, de cómo criar a los hijos, de
cómo compartir con el esposo o la esposa. El que tenía para
dar, cómo ayudar al otro o el que tenía algo, cómo compartirlo.
Que no le negaran nada a nadie, que lo que ellos lograban tener
se lo debían a Papito Dios y era porque el Padre nos lo daba.

Vuestra Madre le decía a papá: “Adolfo, yo estoy aquí con


ustedes, ustedes me hicieron mi casita, pero si yo estoy aquí es
porque mi Papito Dios quiere, porque yo voy a estar con
ustedes un tiempo nada más”.

Un día bien bonito de sol radiante Ella le dijo a papá: “Adolfo, te


tengo que decir algo, pero no se alteren con lo que va a pasar
aquí”.

Él le contestó: “¡Que nadie se meta contigo porque lo freímos, de


aquí no sale vivo!” Era que ese día venían unos hombres de San
Lorenzo porque le habían dicho que había una vieja loca y ellos
la venían a matar.

Ella lo dijo: “Vienen unos hombres a caballo a matarme”.

Papá le contestó: “No mamita, a ti no te toca nadie”.

Ella dijo: “No, no se me alteren, tranquilos, porque yo voy a


seguir la prédica”. Ella continuó la catequesis y llegó el
momento en que se oían los caballos.

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Ella les preguntó: “¿Ustedes oyen los caballos? No se levante
ninguno, déjenlos que ellos llegan, que ellos van a llegar y los
vamos a recibir”.

Siguieron acercándose, cuando ya estaban cerca de Vuestra


Madre, papá le dijo: “Mamita por ahí vienen esos hombres”.

Decía papá: “Venía cada uno con un rifle y entonces Ella cogió
el cayado ( debe decir cetro) y le hizo la Señal de la Cruz tres
veces. Bajaron los caballos, se arrodillaron y permanecieron así
hasta que se terminó la prédica”.

Entonces Vuestra Madre les dijo: “Hijos míos, ustedes vinieron


con un propósito. ¡Verdad! Pues yo les voy a levantar los
caballos para que ustedes hagan lo que vinieron hacer”.

Ellos contestaron: “Ay, es que a nosotros nos mandaron a


matar a una vieja loca que está engañando a la gente y dando
enseñanzas que no son buenas”.

Entonces Ella les levantó los caballos y les dijo: “Pues bueno,
aquí estoy, hagan lo que tenían que hacer, aquí estoy para que
disparen”. Ella hizo un movimiento con el cayado (cetro) y la
punta de los rifles se doblaron, dobladitos, como si hubiera sido
una manigueta. Vuestra Madre les dijo: “Cojan sus rifles y se
me van tranquilitos, en paz. Este sitio no es para venir a hacer
revoluciones, ni para buscar peleas, ni para nada. Esto aquí es
para con versar conmigo, orar, hacer penitencia y ganar
corazones, poniendo a la gente que viva bien, porque en este
mundo se están viendo muchas cosas muy malas y las
personas en este mundo tienen que arreglarse. Luego les dijo:
“Ustedes se me van tranquilitos y cuando puedan venir a oír lo
que les estoy diciendo, a gusto los recibo cuando vengan”.

Doña Estervina: “La virgen Santísima estuvo mucho tiempo


más, predicando allí y siguió con ellos por mucho tiempo en la
Santa Montaña. Un día papá y los hombres pasaban, por la
casita de Vuestra Madre, de Mamita y entonces ellos les dijeron
a Mamita: “¡Mamita, buenos días! ¿Cómo estás? ¡Bendición!”

95
Ella despúes de echarle la bendición les dijo: “Sí, ya van a
trabajar, tengan cuidado que está el sol bien caliente hoy. No se
metan a la quebrada porque eso es pasmuno (debe decir, les
produce espasmos). Tengan cuenta con las cosas. Tengan
cuenta con las caídas”

Ellos le contestaron: “Sí mamita, vamos a tener cuidao


(cuidado). Y con tu bendición nos basta.”

Entonces cuando venían a almorzar iban a la quebrada a


lavarse las manos y refrescarse para de una vez traerle agua a
las cocineras para cocinar.

Entonces ella dijo: “No, no, no van para ninguna quebrada.


Ustedes se pueden pasmar (resfriar) porque el sol está muy
caliente, ustedes se me van al manantial, anden por ahí y se me
van al manantial que les di”. De allí llevaron el agua a las
cocineras que ayudaban en la Santa Montaña.

Al pasar el tiempo, un día Ella los reunió y les dijo: “Mis hijos
yo creo que no voy a estar mucho tiempo con ustedes porque mi
Padre y mi Hijo me reclaman que me vaya. Ya no me queda
mucho tiempo aquí. Les digo que van a ver una señal, cuando
ustedes se fijen yo voy a derramar mi sangre aquí en este lugar.
Cuando vean mi sangre por debajo del piso de mi casita, no la
toque nadie, entonces ya yo me he ido”.

Papá me dijo que la caja la empezó a hacer un muchacho de


Patillas y papá la terminó de hacer ya que él era el maestro de
carpintero, guiado por Mamita. Siguió las instrucciones de Ella
y quedó a la medida exacta.

Papá me contaba todas estas cosas a mí porque yo le


escuchaba. Un día papá me contó que cuando Vuestra Madre
dio el cambio, todos se quedaron muy tristes, llorando. ¡Cómo
gritaban de dolor! Me contaba que la llamaban para que Ella
regresara. Todo esto fue muy triste, pero muy penoso. Cuando
la llevaron al cementerio, al abrir la caja para despedirse de
Ella, en la caja sólo se encontraba un rosario que era del
tamaño de Ella. Este rosario tenía los 15 misterios. ¡Era

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lindísimo, nunca se había visto nada así! Era todo de rosas y
este rosario se lo llevó doña Santos, la cocinera. Mucha gente
iba a la casa de ella a verlo, ella lo conservaba. ¿No sé cómo no
lo retrataron? Doña Santos conservaba un mechón de pelo que
Vuestra Madre le obsequió. Doña Santos se lo dio a una de sus
hijas. ¡Fíjate, Vuestra Madre le regalaba medallitas y rosarios a
mucha gente! Estos rosarios y medallitas los bajaba del cielo.
Todo esto me lo contó papá y que esto nadie lo sabía,
solamente los más allegados a Vuestra Madre.

La caja donde enterraron a Vuestra Madre, a los pocos días, no


estaba en el panteón. Alguien se la había llevado. Papá dijó:
“Que que la caja se la llevaron y no se sabe quién fue”. Fijese
ellos pensaban que habían sido los ángeles los que se habían
llevado la caja.

Cuando la gente se dio cuenta que era la Santísima Virgen la


que estaba allí en la Santa Montaña, aquello se llenó de gente y
nunca se quedó solo aquello allí. Iba una multitud de gente a la
Santa Montaña, pero vuelvo y le digo doña Reina, que aquello
era muy penoso cuando la llevaron al cementerio. Ella lo
dispuso todo.

¿Doña Estervina, la caja era de madera?

Papá me dijo que era de madera y él mismo la hizo.

Papá murió con la fe de que Ella era la Virgen María.

Él me decía: “Que estaba bien seguro que Ella era la Santísima


Virgen María. Él decía que Ella era fina de facciones, que era
trigueña con ojos aceitunados, bien bonita. El hablar de Ella
era como oír un ángel hablando. Las manos eran bien finas,
bien menuditas”.

Ella dijo: “ En Puerto Rico iban a haber muchos problemas con


la política, con los gobiernos. Dijo que la gente iba a perder la
fe”.

97
Ella dijo: “Mis hijos a mí no me quieren como la Madre de Dios,
a mí no me aman y mi Hijo sufre por eso. A Él tampoco lo
aman, ni lo quieren, por eso fue a la cruz. Por eso van a haber
muchas cosas tristes”.

Papá contaba que: “Vuestra Madre, era una muchachita, que


era una nena”.

Ella se les aparecía a papá y a los hombres que aserraban con


él, estando ellos aserrando o descansando sentados .Un día
estando ellos trabajando, aserrando, se les apareció de
momento Vuestra Madre.

Ella les decía: “¿Ustedes creen que eso se hace así, Adolfo?”

Papá le dijo: “Mamita, yo soy el que llevo el timón y siempre lo


he hecho así”.

Ella dijo: “Yo creo que ustedes deben de cambiarse para que no
se cansen tanto la espalda, cámbiense para que vean que van a
trabajar más descansados y van a aguantar más así”.

Así lo hicieron y fue verdad, descansaron más y hacían


montones de tablas bien grandes. Con papá trabajaba tío
Ignacio Montañez que era cuñado de él. Ellos estaban en
diferentes lugares haciendo quehaceres y Ella se les aparecía. A
Ella la encontraban sentada sobre las piedras de la quebrada,
cantando de lo más tranquila.

Ellos nunca la vieron a Ella con coraje, ni alterada, nunca


estaba alterada. De momento llovía, ellos miraban para atrás y
no la veían y se preguntaban: “¿Mamita qué se hizo?” Iban más
adelante a cortar un árbol y Ella se les aparecía y les decía: “No
cortes éste, corta aquél que todavía ése puede tener más vida
(refiriéndose al árbol que íbamos a cortar y a trabajar).

A veces ellos iban caminando y se formaba un remolino de


pajas y hojas, como si fuera a hacer tormenta. Entonces cuando
miraban, era Ella. Ella los velaba y jugaba con ellos. Oían

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cánticos, unos cánticos hermosos por donde quiera y buscaban
y buscaban y no veían a nadie.

Decía papá: “El viento empezaba a dar vueltas y vueltas como


un remolino, iba subiendo, subiendo hasta que desaparecía y
las pajas volvían otra vez hacia abajo”.

Papá me decía: “Por mi,gusto hubiera hecho una casa en la


Santa Montaña, pero Mariana ( mi mamá) no quiso”.

Papá quería estar allí para que mamita Virgen volviera, porque
les daba muchas alegrías, les hacía muchas maldades y jugaba
mucho con ellos.

De momento, Vuestra Madre se les aparecía y se les


desaparecía, empezaba un llovisnero y un aguacero, las hojas
de los árboles empezaban a moverse de aquí para allá y de aquí
para allá.

Ellos le decían: “¡Ay mamita, qué aguacero!” De sólo decirlo, el


aguacero se iba de momento. Era como Jesús en la barca
cuando calmaba la tempestad. Ella era una santa, era la madre
de Dios.

Ella hacía muchas cosas para que la gente creyera y para que el
mundo creyera. Papá tenía esa fe en la madre de Dios. Él
llevaba gente para que la vieran y después, la gente seguía
yendo. Aprendió a rezar el rosario, él no tenía letra y aprendió y
cogió otros modales de vivir, de hablar. Ellos eran gente ruda,
sin educación; hablaban malo y después que esa Santa madre
apareció en la Santa Montaña, les enseñó educación.

Dijó papá: “Que Ella cambió a muchos. Les enseñó cómo hablar
las cosas, les enseñó la doctrina católica porque la gente no
tenía letra y no les importaba una cosa, ni la otra. Ellos subían
al terminar el día para despedirse y de momento se hizo un rayo
de luz y apareció una paloma blanca mirándolos. De pronto
desaparecía y ellos se quedaban atónitos, preocupados e
inquietos. Luego, encontraban a Vuestra Madre más arriba

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esperándolos. De momento el viento azotando, azotando todo y
aparecía Ella. Ella jugaba mucho con ellos”.

Ella iba a muchas partes a predicar. Iba al sector La Vega, a


San Salvador, a la capilla que está cerca de la “comay” Paulina;
a la casa de doña Santos, la cocinera, a predicar. Los invitaba a
caminar con Ella cuando iba a predicar y ellos iban con Ella y le
decían la misionera, porque misionaba.

Ese señor llamado Maximino (Nino) Malavé fue el que luego la


empezó a llamarla como mamita Elena y siguió llamándola así.
Don Nino fue el que le puso ese nombre por todo esto aquí y
papá siempre se molestaba y le decía a él: “Ése no es el nombre
de Ella”.

Papá decía: “Ella es Vuestra Madre, la Virgen del Carmen, la


Virgen María, la madre de Dios, le dijo papá.

Don Nino seguía diciendo: “No, esa es Elenita”. Papá le dijo:


“No, Ella no es Elenita, Elenita es una monjita, una misionera,
una monja que enseñaba la palabra y era del pueblo de Arroyo.
Se le llamaba Elena y se le hizo llamar madre Elena y predicaba
también, pero ésa no era la madre de Dios. Esa era una monja
del pueblo de Arroyo.

Doña Estervina: “Y ese nombre de Elena lo trajo aquí don Nino,


Maximino Malavé, insistiendo que así se llamaba”. “En la finca
de don Valeto Galarza (Alberto Rosario Galarza), Ella dejó en
una piedra sus pies marcados para que supieran que Ella había
pasado por ahí. En muchos sitios por ahí Ella dejó sus pies
marcados. Todavía se podrían ver si es que las piedras no las
han destruido. Mi papá me llevaba a visitar a mi abuelita. Un
día me llevó al sector Hato cerca de Guavate en Cayey para
rezar por una persona que estaba bien enferma, estaban
esperando que se muriera y cuando pasamos cerca de la piedra
yo vi unos piececitos marcados y le dije a papá: “¡Mira! ¿Qué es
esto? ¡Qué cosa linda!”.

Papá me dijo: “ Son los pies de Mamita, Vuestra Madre, la


Virgen María”.

100
Yo le dije: “¿Ay papá, ¿por qué la gente no le sacan una foto a
esto?”.

Papá me dijo: “Ella dejó muchas señas en los sitios y en las


casas para que supieran quién era Mamita Virgen, la que
estuvo ahí”.

¡Papá vivía loco, loco, enamorado de Ella y también muchos de


los que la amaban de verdad! Doña Santos y muchas mujeres
que venían de: Patillas, de Guayama y de San Lorenzo sufrieron
con su partida; sufrieron mucho después que Vuestra Madre
dio el cambio. Mucha gente sufrió mucho porque eran
perseguidos por los que creían que estaban mintiendo o
diciendo embustes. Iba mucha gente importante allí a la Santa
Montaña. Iban sacerdotes, misioneros y otros, pero no podían
creer ni entender los milagros que pasaban allí. No podían creer
cuando Ella hacía un remolino y movía las hojas. ¡Claro que
eran los ángeles! Sí, eran ellos los que las alborotaban y las
alborotaban, las aguantaban y se detenían! Si Ella era la
Virgen María, se podía parar en una hoja. Ella no estaba sola
nunca, los ángeles estaban con ella, decía papá.

Papá me decía: “La gente importante y los sacerdotes nos


prohibían hablar de Ella, hasta la misma iglesia (debe decir,
algunos líderes de la iglesia).

Ellos no podían creer lo que pasaba allí. Papá me hablaba, él no


se callaba. Él decía que sí, que Ella era la Virgen Santísima.

El decía: “Yo la defiendo porque nosotros anduvimos con


Vuestra Madre. Ella no era ninguna monja como ellos insistían
que dijéramos, la monja era de Arroyo”.

Aquello allí no era para personas sin fe, aquello era un lugar
santo. Papá encaraba a muchas personas porque aquel lugar
era santo y había que respetarlo. Si la Santa Montaña se daña,
ellos tendrán la culpa. Ellos serían los responsables
(refiriéndose a los líderes de la iglesia). Ellos deberían prohibir
la entrada a las personas que van con malas intenciones a ese
santo lugar. Los mismos sacerdotes deberían de intervenir para

101
luchar con la historia porque ese es un lugar muy santo.
Debemos tener fe y esperanza.

102
Conversando con la niña María Galarza del Valle

-Reina, te diré que Vuestra Madre llegó un día al barrio


Borinquen de Caguas. Los caminos estaban llenos de árboles
caídos y escombros. Papá decía: “Que no había por dónde pasar
ya que el huracán San Ciriaco había desvastado todo. Cuando
de momento llegó esa niña a la casa de mi tía. Mi tía era
hermana de papá, Mi tía le preguntó: “¿Niña, hacia dónde
vas?” Vuestra Madre le contestó: “Voy hacia la Peña del Señor”.
Mi tía vuelve y le pregunta: “¿Niña, dónde queda la Peña del
Señor?” Vuestra Madre le contestó: “La Peña del Señor queda
en la montaña”. Mi tía le preguntó: “¿Niña, quieres que dos
muchachitos que yo tengo aquí la acompañen porque no debe ir
sola, como están las cosas, usted sabe…”. Mis primitos tenían
entre nueve y diez años de edad. Vuestra Madre le dijo: “Si
usted gusta que los niños vayan conmigo, se lo agradeceré”.

Los niños (Baleto Galarza y Gumersindo González) se fueron


con Ella siguiéndola por todo el camino. Ella iba al frente de
ellos, cuando de momento se dieron cuenta que Vuestra Madre
no pisaba el suelo, Ella flotaba por encima de los árboles que
estaban caídos en el suelo debido al paso de huracán. Ellos se
quedaban calladitos y la seguían.

“Ellos cada vez que veían una piedra grande le preguntaban:


“¿Elenita, será ésta?’’.

Ella les decía: “No, esa no es; a la Peña del Señor, todavía no
hemos llegado, pero les he oído llamarme por el nombre de
Elenita, pero ese no es mi nombre; cuando llegue a la Peña del
Señor van a saber cuál es mi nombre”. Cuando llegaron al sitio
que Ella buscaba, se detuvo y les dijo: “Ésta es la Peña del
Señor”. Ahora mis niños… me dice mi hijo Jesús que Elenita es
bonito nombre, pero que me lo vayan quitando porque mi
nombre es Madre Redentora, Redención de Jesús. Así quiere Él
que me llamen”.

103
Allí se quedó Ella solita, pero quiero aclárarle que Ella nunca
estaba sola; pues su hijo Jesús siempre estaba con Ella, me
decía papá.

Papá me dijo que él fue uno de los primeros que llegó y luego
siguieron llegando otras personas y que todas eran muy
buenas. Papá me decía que eso allí estaba que no había por
dónde pasar. El huracán había dejado todo desvastado. Eran
tantos los árboles que había en el suelo y había mucha basura
y sabandijas de todas clases.

Entonces, él con otros más que estaban y otros que fueron


llegando, la ayudaron a organizar y a limpiar todo. Papá decía
que todos eran gente agradable. Estando Ella allí, papá decía
que Ella clamó al cielo y se oía hablar con el Señor; que se oían
esas voces y que todo el mundo las oía.

Cuando Ella le dijo al Señor: “¡Señor, mira cómo está Puerto


Rico, Puerto Rico está en tierra, mira cómo el huracán San
Ciriaco ha dejado a Puerto Rico! Mis hijos no tienen techo, no
tienen comida, no tienen ropa, no tienen medicina, no tienen
agua, no tienen nada. Mira cómo ha dejado a estas madres, sin
un techo para sus hijos, no hay agua, no hay comida. Señor, yo
quiero que tú los ayudes”.

Entonces, dice papá que el Señor bajó y ellos no lo veían pero


oían todas las voces. Escucharon la voz del Señor cuando
hablaba con Ella. El Señor le dijo: “Cuando yo estaba en la
tierra me traicionaron, a ti también te van a traicionar”. Ella le
pidió y le dijo: “Señor, con la ayuda tuya, nada me va a pasar”.
El Señor le contestó: “Yo voy a estar a tu lado y te ayudaré en
todo”.

Papá decía que era el Señor quien estaba allí con Ella, que Ella
nunca estaba sola. Dijó papá: “Que Ella entró a la Peña y de
momento se formó un cuartito y una salita para Ella. Ella entró
al cuartito, allí no podía entrar nadie, Ella estaba sola con el
Señor”. Mi hija, me decía papá: “De momento, una sala preciosa
y se formó sola, no tenía balcón era una sala preciosa. Allí

104
estaba el Señor con Ella. ¡Pero, es que el Señor lo puede todo!
¿Por qué se duda?”.

Desde ese momento Vuestra Madre les seguía hablando a todos


ellos. La gente seguía llegando en aquel tiempo. Decía papá:
“Que no había comunicación, nadie sabía de letra, no había
doctrina, la gente era como animales y así se trataban, la gente
no sabía de números”.

Mira, Reina, cuando Vuestra Madre vino, decía papá: “Que


Vuestra Madre hablaba y la oían en todos lados, la gente la oían
a largas distancias. La voz de Ella que era tan fina y tan suave,
llegaba a las casas. Ella no tenía que mandar una carta.
Cuando Ella quería que alguien fuera donde Ella, su voz llegaba
donde la persona y la persona aparecía allí donde Ella”.

Ella le dijo a mi papá: “Mira, Gumersindo, a mí me hacen falta


unas niñas para que me acompañen”. Papá le dijo: “Mamita, en
casa hay cuatro”. ¡Ella lo sabía!”Vuestra Madre le contestó:
“¿De verás?, pues tráemelas”. Cuando papá se las llevó, Ella le
dijo: “Mira me voy a quedar con las más grandes, las pequeñas
llévatelas”.

Se quedó con Joaquina y Lina, una tenía cuatro años y la otra


cinco. Papá trajo de regreso a casa a Paula y a Lencha. Allí con
Vuestra Madre estaban las niñas Bacha y Obdulia. Papá dijo:
“Ella era locura con Obdulia”.

Allí fue también el niño Leolio. Papá decía: “Mira a ese niño
Mamita le ha dado muchas bendiciones”.

Papá me contó que allí no había agua y también me contó cómo


Vuestra Madre sacó el agua de debajo de unas piedras donde
había un árbol seco.

Él decía: “Todo lo hacía el Señor, el Señor estaba en Ella


porque aquellos milagros eran muy grandes. El Señor sacó el
agua de debajo de la tierra. Era agua pura y cristalina”. Ella
nos dijo: “¡Aquí tienen agua pura y cristalina para todos los
que están y para los que vienen!”

105
Vuestra Madre era algo muy grande, algo muy grande. El Señor
me habla y yo le digo al Señor que me venga a buscar que ya yo
estoy muy cansada. ¡Tú sabes, tantos años que yo ya tengo!
Estoy muy cansada, ya cumplo 97 años. Vuestra Madre me
dice: “Tú tienes que estar aquí hasta que el Señor venga a
buscarte”. El Señor va a venir a buscar los de Él, pero yo no
me voy a ir sola. ¡No! Yo me voy a llevar un revolú de gente
conmigo cuando me vaya (Se ríe).

Les voy a contar que cuando Vuestra Madre estuvo en la Santa


Montaña, mi mamá siempre estaba con Ella. Un día Ella le
mandó a buscar con papá, Gumersindo Galarza, ése era el
nombre de mi papá. Mamá estaba embarazada, ya casi por dar
a luz. Vuestra Madre le dijo a papá: “Gumersindo, ven, ¿tú le
puedes decir a Lucía que venga, que yo tengo que dar un viaje y
me voy?” Papá le dijo: “Ay Mamita, si ella está por dar a luz y no
puede caminar y no va a poder venir”. Vuestra Madre le volvió a
decir: “Gumersindo, tú le vas ayudar, porque yo tengo un viaje
y tengo que irme y le tengo un regalo”.

Papá se fue a casa y se lo dijo a mamá. Mamá le contestó:


“¡Cómo no, así esté como esté, yo voy, si Mamita me manda a
buscar, yo voy como sea!”

-Reina, ellos le decían Mamita a Vuestra Madre.

Mamá le dijo a papá: “¡Así yo esté como esté, yo voy, si Mamita


me dice que yo vaya a tal sitio yo voy enseguida!” Mamá estaba
cansada. ¡Si le faltaba poco por dar a luz! Y así papá la ayudó
en el viaje y ella llegó (fue) a donde Vuestra Madre. Cuando
mamá vio a Vuestra Madre, le dio esa alegría.

Vuestra Madre le dijo: “Mira Lucía, me alegro que tú hayas


venido a verme, es que yo tengo un viaje y me voy y tú estás por
dar a luz, vas a tener una nena y viene de tu vientre con el
nombre de María. Tú no me le quites el nombre de esa niña,
hasta que ella venga al mundo , yo no me voy (debe decir, no
me iré hasta que nazca la niña). Yo te tengo un regalo y es una
oración que te la vas aprender y unos de tus hijos se la
aprenderá. Tú se la enseñas a ver cuál de ellos se la aprende y
106
recuerda que yo no me voy hasta que la nena venga al mundo”.
Vuestra Madre le dijo la oración a mamá. Mi mamá le dijo: “¡Ay
Mamita, esa oración está preciosa!, pero yo no me la puedo
aprender, es muy larga”. Vuestra Madre le dijo: “No te apures,
Lucía, que yo te la voy a grabar en tu mente y a ti nunca se te
olvidará”. Así fue, mis hermanos nunca se la aprendieron, pero
yo que estaba en la barriga de mamá la sabía y hasta el sol de
hoy la sigo diciendo.

Papá nos contó que un día un hombre le dijo a Mamita: “¡Ay


mamita, cuídese que el Señor le dijo a usted que la iban a
traicionar, viene por ahí un hombre con un buey muy bravo,
cuídese mamita!” Ella le dijo: “Mi hijo, déjalo que llegue, no
tengan miedo de nada, estén tranquilos, que el Señor está aquí
con nosotros”. Papá decía: “Todos estaban preocupados porque
era un toro muy bravo. De momento, Mamita sigue adelante
para detenerlos y le suplicamos que no lo hiciera porque ese
animal era demasiado peligroso y se podía llevar a tres o cuatro
de una cabezá' ”. Ella nos contestó: “¡Sí, mis hijos, yo sé que
son bien fuertes, pero no tengan miedo de nada, tranquilos!”
Contaba papá: “Cuando de momento llega el hombre con ese
animal rabioso y salvaje. Entonces, al ver a Mamita, el buey
pone la cabeza y las patas en tierra. El hombre cae de rodillas.
Traía un fuete (foete) de cuero en la mano y puso la otra mano
en una cadera del buey”.

Llegó Mamita, se le paró al frente de la cabeza del buey, le hizo


la Señal de Cruz con un cetro y les dijo: “¡Por el camino que
vinieron, se me van, sigan caminando que no los quiero aquí!”
Entonces el buey se levantó y el hombre le quitó la mano de la
cadera y siguieron caminando hasta que se perdieron monte
adentro y el buey le metió una cabezá' al hombre y lo tiró y
luego otra cabezá' que no se sabe qué fue de ese hombre ni del
buey”.

-Mira, Reina, te voy a contar este milagro que fue muy grande.
Sucede que un día papá fue a la prédica de Vuestra Madre y vio
cuando Ella estaba en la tribunita. Papá cuenta: “De momento
hubo (vieron) una luz bien grande como un relámpago”. Decía

107
papá: “Esa luz era tan fuerte, pero no quemaba. De momento
Vuestra Madre se desapareció y vino una paloma, que no se
sabe cómo fue eso y empezó a volar por encima de las
personas”. Decía papá: “La gente se desmayaba y caían al piso.
La paloma dio tres vueltas y desapareció, Vuestra Madre luego
apareció allí en la tribunita”.

Ella nos dijo: “¿Verdad que les hacía falta este milagro para que
creyeran? Yo se los dije, que yo soy Vuestra Madre Redentora,
Redención de Jesús. No se les olvide. Mis hijitos, yo no soy de la
vida material, yo no estoy con ustedes con mi cuerpo glorioso,
no, pero recuerden que yo no soy de la vida material, yo soy y
he venido de la vida espiritual. Yo he venido para ayudarlos.
Puerto Rico está bendecido por el Señor. Recuerden que un
ángel del Señor tiene más poder que un gobernante”.

“Van a pasar muchas cosas al final de los tiempos, pero el


Ángel del Señor va a volver. De las cosas que vean no se
asusten, mis hijos, que eso tiene que pasar. Todo acójanlo con
mucho amor al Señor. Van a pasar por muchas pruebas, pero
vendrá una muy grande y esta montaña se llenará. Aquí no
hay carreteras, pero para los finales las habrá y cuando eso
suceda vendrá la carroza sin caballos (carros). Las carrozas sin
caballo volarán por los aires (aviones). Habrán tres carreteras y
éstas se unirán y tendrán tres salidas y éstas serán, la de
Caguas, la de Patillas y la de San Lorenzo. Cuando esto
suceda, ya estarán cerca del final del siglo”.

Eso nos lo contaba papá a nosotras sus hijas. Papá la quería


mucho, él era loco con Ella, pero te diré que Vuestra Madre
quedó llena de la gracia de Dios.

Papá dijo: “Mamita decía que Ella había venido porque el Señor
la mandó, que Ella no estaba con su cuerpo glorioso, pero que
Ella no pertenecía a la vida material, que Ella era de la vida
espiritual”.

Ella decía que Ella era el Ángel del Señor (1 de Corintios, 15 al


41). Vuestra Madre decía: “Lo mismo hay cuerpos celestes
como hay cuerpos terrenales, pero los cuerpos celestes tienen
108
otro resplandor que los terrenales, además el brillo del sol es
diferente al de la luna y al de las estrellas. Una misma estrella
se diferencia de otra por el brillo”. También dijo: “El Señor me
ha mandado del cielo para salvar a Puerto Rico, Puerto Rico va
a estar bien bendecido por el Señor”.

Al pasar dos años de estar en la Santa Peña Ella pidió que la


acompañaran a subir a la cima de la Santa Montaña. Cuando
subió a la Santa Montaña, Ella pidió una casita y lo
carpinteros se la hicieron. Ellos no tenían agua y Ella les hizo
brotar un manantial.

Papá decía: “A la Santa Montaña iba gente de todas partes a ver


esa Santa y vieron los milagros que Ella hacía. Ella era una
Santa muy grande”. Papá y mamá me contaban: “Ella era un
lucero, una estrella muy grande”.

-Mira, Reina, a mí me mandan a callar, pero yo no me callo, me


mandarán a matar, pero no, no me callo. Si Ella era la
Santísima Virgen, todos lo sabían que Vuestra Madre era la
Santísima Virgen, pero no los dejaban hablar, estaba prohibido.
¡Ellos sufrieron tanto! Eran muy perseguidos, a mis hermanas
las mandaban a callar los mismos sacerdotes, pero a mí no. Ya
yo estoy vieja y cansá', pero no. No me van a callar porque yo
sé que la que estuvo y la que está en esa Santa Montaña era
Ella, la Santísima Virgen del Carmen. No saben lo que les va a
pasar a ellos, me refiero a todo los que la niegan. He escuchado
los comentarios de personas que dicen: “Esa vieja no sabe
nada”. ¡Pero, déjalos que al final veremos si esta vieja sabía, o
no! ¡Se van a llevar una gran sorpresa! Les va a pasar lo que le
pasó al ángel Lucifer que el Señor le presentó el cielo, y él
prefirió el infierno. Así, les va a pasar.

-Reina, te seguiré contando. Cuando Vuestra Madre dio el


cambio, papá no se encontraba allí; él estaba trabajando en la
finca, sembrando maíz; eso fue algo tan grande de que papá no
se encontrara, si él era uno de los que Ella más quería, pero
como Ella hablaba de un viaje y un viaje. Papá dice que jamás
él pensó que se trataba de eso. Cuando Ella se encerró en su

109
casita había tres músicos tocando, Ella les había dicho que
tocaran música religiosa por tres días con las tres noches y que
no se asustaran de nada, ellos así lo hicieron. Como a Ella la
buscaban para matarla, porque había personas que la querían
matar. Cuando ellos entraron, la encontraron desangrá'. Se
asustaron y empezaron a llorar y a gritar.

Cuando sucedió el cambio, mi hermana Paula le fue a avisar a


papá y le dijo: “Papi, vente que Vuestra Madre dio el cambio y
se fue para el cielo”.

Él salió corriendo y cuando llegó lo supo todo, lloró


amargamente. ¡Qué tristeza, que soledad! Papá decía que Ella
era algo muy grande, pero le confortaban las palabras que Ella
dijo: “Mis hijos yo no muero, sólo voy a dar un cambio”.

Papá decía que cuando Ella dio el cambio, las voces de lo


ángeles se oían por todos lados y las personas que estaban en
las casas como: mamá y mis hermanas, los oían; ya ellos las
habían escuchado antes y por eso las reconocían. Las personas
salían corriendo para allá sin que nadie les avisara. Aquello se
llenó de gente, la gente no cabía. Llegaban las niñas y los niños
primero y luego llegaba gente de todas partes. Papá decía:
“Aquello era algo muy grande, que nunca se había visto algo
así”.

Cuando iban a traer el Santo Cuerpo para enterrarlo en San


Lorenzo, dice (dijo) papá que había una alegría y todos gritaban
y aplaudían de gozo al ver que la traían para acá para el pueblo
de San Lorenzo. (Los masones intentaron llevarla a enterrar a
otros pueblos.)

Papá decía que allí en la Santa Montaña todos tenían una vela
prendida y el milagro fue que con el viento que hacía esas velas
no se apagaban, toditas alumbraban hacia el cielo. ¡Aquello era
muy grande, las velas derechitas! Era un viento increíble y
estaba lloviendo mucho, pero no se movían, el fuego no se
movía y la cera de las velas no se derretía, no señor, no se
derretían”. Papá decía: “Bajaban el entierro y había ese gentío”.
Él decía: “Era enorme y las velas estaban igualitas como si las
110
hubieran acabado de prender. Nunca en San Lorenzo había
pasado algo igual”.

Decía papá: “La bajaron por la Santa Peña, las niñas iban al
frente con Ella, después los niños y luego los jóvenes. La
bajaban con un santo respeto y las velas derechitas. Estaba
lloviendo y aquello era algo muy grande”.

Cuando iban bajando la caja, los más allegados a Ella se


dieron cuenta que la caja estaba vacía y estaba livianita,
livianita y que Vuestra Madre no iba allí. La caja no pesaba
nada. Papá me contaba: “La caja brillaba como el cristal, la
caja tenía un brillo especial que parecía como si fuera de
cristal”. Mi papá me contaba todo esto a mí, según él me lo
contaba, yo te lo cuento. Si yo ofendo con esto, cuando yo vaya
al cielo y me encuentre con Vuestra Madre yo le diré que según
ellos me contaron yo les conté a ustedes.

Mira, eso que dicen que Ella se quedaba en las casas, eso no.
Ella no se quedaba en la casa de nadie, parecía que se quedaba,
pero no se quedaba na'. Estuviera donde estuviera, los
discípulos la traían a su casa. Había que traerla a la Santa
Montaña de regreso después de las prédicas. Según ellos me lo
contaron yo les cuento a ustedes.

Les digo a ustedes que el Señor no dilata (tarda) en volver


porque como yo veo las cosas… yo veo que se acerca. Vuestra
Madre va a volver. Es a esta Santa Montaña que vuelve, Ella va
a llegar. ¡Sí, cómo no! Ella lo dijo y así es que yo lo veo. Ella no
tarda.

-Reina, te voy a dar un consejo, digan lo que digan, tú sigue


hacia delante, que yo sé que Ella está contigo, no hagas caso a
las cosas que te digan, que el día se llega. Vuestra Madre decía:
“Tratarán de llegar y no podrán llegar”. No te apures, si yo sé, a
mí me lo dice la Virgen. (La niña María Galarza vive en la falda
de la Santa montaña).

111
También mamá me dijo: “Cuando Mamita hablaba en la Santa
Montaña, las personas la oían por todas las casas por más lejos
que éstas estuvieran, parecía que tuviera un micrófono”.

-Todo esto que te digo, fue así. Ella va a volver porque Ella lo
dijo, es a la Santa Montaña que Ella vuelve.

Con estas palabras de fe y esperanza se despidió de mí la niña


María Galarza. ¡Qué linda alma, qué pura y qué santa mujer
tiene San Lorenzo!

112
Diálogo con doña Juanita Ruiz Velázquez

Doña Juanita Ruiz es sobrina de la señora Obdulia Velázquez.


Doña Obdulia Velázquez era una de las niñas de Vuestra
Madre. Tenía tres hermanas: Justina, Petronila y Juanita.

Cuenta Juanita que Doña Obdulia, su tía, siempre le hablaba


con mucha seguridad de que Vuestra Madre era la Virgen del
Carmen.

-Doña Reina, mi tía obdulia lo decía siempre: “Que Vuestra


Madre era la Virgen del Carmen”. Mi mamá era hermana de mi
tía, Obdulia. Mamá nació en 1888. Don Alfonso Galarza y Don
Gabriel Medina nos hablaban mucho de Vuestra Madre. Mi
mamá estaba en el coro de las niñas. Vuestra Madre tenía dos
coros de niñas, uno era de las niñas grandes y el otro de era de
las pequeñas, mi mamá estaba en el coro de las grandes.

Vuestra Madre venía a Patillas e iba a San Lorenzo y visitaba a


Cayey. No sabían cómo Ella lo hacía, si no había carreteras.
Nena, (Reina) mamá me decía que en aquel tiempo Ella hablaba
de los aviones, de que iban a haber carreteras por los aires.
Para cuando Vuestra Madre predicaba allá en la Santa
Montaña, venía mucha gente.

Mamá me decía: “Ella predicaba y predicaba por horas y horas


y no se ponía ronca y le oían por todos los barrios y desde muy
lejos”.

Oiga, no se ponía ronca, nadita, nadita de ronca. Vuestra


Madre no comía, Ella le decía a las muchachas (sus tías)
tráiganme pero no comía na'. Ella hacía que comía para que las
muchachas no se asustaran, para que vieran... ¡Tú sabes,
pero no comía na! Mira, Ella solía aparecerse en una maleza sin
nadie saber de adónde vino. Ella vino como Jesús a cural
(curar), pues iban muchos enfermos a la Santa Montaña y Ella
los curaba.

113
Mis tías decían que estando Ella solita allí en la Santa Montaña,
nadie se puso fresco con Ella ¡Te fijas, si era una mujer normal
como otra! Alguien se tenía, digo, algún hombre se tenía que
interesar o fijar en Ella como mujer y naiden, naiden (nadie) se
atrevía a mirarla con mala intención! Ella estaba preservada.

Mi mamá murió hablando de Vuestra Madre, mamá vivía de los


recuerdos que esa Santa le había dejado y como Vuestra Madre
le había dicho tantas cosas que se iban a ver (profecías) ¿Te
fijas? Mamá, ella se pasaba esperando que Ella volviera. Con
el tiempo mamá se fue para allá fuera, al pasar los años ya mi
mamá ancianita le pidió a Vuestra Madre que la dejara regresar
a Puerto Rico caminando como se había ido de Puerto Rico para
Nueva York. Yo le pedí a los Tres Reyes Magos también, que
me dejaran regresar con ella, así que me lo concedió. Vuestra
Madre le enseñó la oración San Juan Redoblado a don Alfonso
Galarza y este señor nos la enseñó a nosotros.

San Juan Redoblado

 una - la Virgen Pura


 dos - las dos tablitas de Moisés
 tres - las tres Ave María
 cuatro - los cuatro evangelios
 cinco - las cinco llagas de Jesús
 seis - los seis cirios (lámparas)
 siete - los siete dolores de la Virgen María
 ocho - los ocho coros angelicales
 nueve - los nueve meses del embarazo de la Virgen
 diez - los diez mandamientos
 once - las once mil vírgenes doce - los doce apóstoles

Don Alfonso Galarza me la enseñó a mí y a otras personas ya


que él siempre estaba hablando de Ella. Mamá me contó que
padre Joaquín Saras era un sacerdote que estaba para el
tiempo de Vuestra Madre. Este sacerdote tenía una finca muy
grande y se la pasaba más tiempo en ella, recogiendo café y
haciendo negocios. Un domingo había un gentío y todos
estaban esperando por él en las puertas de la iglesia. Él estaba
en la finca más tiempo que el tiempo que estaba atendiendo la

114
iglesia y Vuestra Madre se enteró de lo que él hacía y lo regañó.
Le dijo que él tenía que atender a sus hijos, que a eso era a lo
que se tenía que dedicar porque a eso lo había mandado su
Hijo. Entonces, mamá me decía que Vuestra Madre se
encargaba de recoger a toda aquella gente que estaba sin casar
y sin bautizar y los mandaba donde ese sacerdote a hacer la
primera comunión, a bautizarse y a casarse.

Doña Santos era la cocinera de Vuestra Madre y un día fue a


cocinar y no había arroz y lo que quedaba era media tacita de
arroz. Vuestra Madre mandó a hacer el arroz y lo bendijo.
Cuando doña Santos destapó el caldero, éste estaba lleno de
arroz y comió todo el mundo y guardaron para el otro día. Así
eran las cosas ahí. Cuando Ella faltó, todos sufrieron mucho.
Reina, vuelvo y te digo como te dije antes que Elenita no era
Vuestra Madre, eso de Elenita se lo inventaron las personas
después que Vuestra Madre dio el cambio, porque Vuestra
Madre no era esa tal Elenita.

115
Diálogo con doña Ana Galarza del Valle

-¡Doña Ana, hábleme de Vuestra Madre, de lo que su papá le


contó!

-Mira mi hija, yo te voy a decir la verdad y punto. Que ese sitio


de la Santa Montaña, esa es una cosa muy, pero muy sagrada.
Cuando Vuestra Madre estaba en la Santa Montaña yo no
había nacido y María, mi hermana, era una bebé. Ella Vuestra
Madre dio el cambio en septiembre 29 del 1909 y llegó el 8 de
agosto de 1899 y no llegué a verla, pero mis hermanas mayores
sí y estuvieron con Ella. Ellas era: Lina, Joaquina, Paula,
Lencha y Pilar. Vivieron con ella Lina y Joaquina. Ellas sí
vivieron en una casita de madera que se encontraba bajando
hacia el manantial.

Nos cuenta mamá que ellas allí no comían, ni bebían nada. No


les daba ni hambre ni sed. Sólo allí tomaban café con alguna
que otra galletita. Era lo único que comían y bebían.

Había veces que Vuestra Madre le decía a mamá: “Lucía, llévate


a las niñas a tu casa y dale de comer’’.

Cuando llegaban a casa, ellas comían de todo lo que mamá les


daba y cocinaba. Tomaban leche, comían verduras con bacalao,
arroz con gandules, de todo lo que mamá cocinaba y hacía,
ellas comían. Cuando volvían a la Santa Montaña, que mamá
las llevaba, Vuestra Madre les preguntaba: “¿Lucía, las nenas
comieron? Ya Vuestra Madre lo sabía que ellas sí habían
comido. Mamá le contestaba: “Sí, Mamá, ellas comieron de
todo.” Vuestra Madre le decía: “Aquí no comen na', pero no les
pasa na'”.

Así estaban semanas sin comer, sólo comían cositas y no les


daba hambre. Mamá se las llevaba a Vuestra Madre y se las
dejaba allí. Ella les hablaba y les predicaba la fe católica a las
personas. Ella les decía amis hermanas: “Joaquina y Lina,
tienen que estar aquí hasta el último día que yo esté aquí”.
116
Hubo la casualidad que Ella dijo: “Yo voy a hacer un retiro y voy
a estar sola y los demás se me retiran a la capilla”.

Los demás se retiraron como Ella ordenó. En la casita se


quedaba Lina y Joaquina con Ella, pero mamá cogió las nenas y
se las llevó para casa. Papá decía que allí había unos músicos,
unos hombres. Ella les dijo: “Yo voy a hacer un retiro y ustedes
se me quedan aquí afuera en la casita y van a tocar y a cantarle
a Jesús y a la Virgen María”. Ellos así lo hicieron, se metieron
debajo de los árboles a tocar y a cantar. Mamá se encontraba
con Lina y Joaquina (las nenas) en casa jugando y brincando
con mis otros hermanitos porque en casa éramos ocho hijas
mujeres.

Después, daba la casualidad de que Vuestra Madre no salía,


no salía ni a comer, ni a beber, ni na' y la casita trancá'.
Decidieron abrirla, cuando la abrieron ya Vuestra Madre había
dado el cambio. Entonces, los músicos que estaban tocando
dijeron: “Bueno, hay que dar cuenta a las autoridades de que
Ella dio el cambio”.

La gente seguía llegando a la casita donde Ella estaba. Ella


había dicho que cuando Ella diera el cambio ya nadie iba a
estar pendiente de Ella y lo único que tenían que hacer (las
niñas que Ella escogió y preparó para ello) era prepararla y
ponerla en una mesa para que la velaran por tres días.

Luego la llevaron a enterrar al Cementerio Viejo de San Lorenzo.


La bajaron por el sector Morena del barrio Espino, por el
camino de la Santa Peña. En ese barrio nací yo. Papá bajó con
Ella en su entierro. Papá la acompañó, él la quería mucho. ¡Ay
Virgen del Carmen, muchacha, eso era una cosa de maravilla,
como papá la quería! ¡Fíjate cómo son las cosas de la vida! La
bajaron por aquel camino del otro lado del río porque aquí en
Espino en el kilómetro 11 no había carretera. Papá me dijo que
la bajaron de lo más bien.

Él decía que no pesaba na', que la caja no pesaba, iba livianita,


livianita, livianita. No pesaba na', la bajaban igual que na'.
Decía papá que llegando al pueblo todavía la caja bien livianita,
117
la caja dice papá que no pesaba. Cuando fueron al cementerio
allí había gente de otros países, se encontraron con gente del
Vaticano. Decía papá que no sabía, que no se sabe cómo esa
gente lo supo, pero esa gente estaba allí. ¡Fíjate, muchacha, esa
gente era tan ignorante en aquel entonces! Papá nos decía:
“¿Cómo lo supo esa gente si no había comunicación?”

En aquel tiempo no había medios y se pregunta papá cómo lo


supieron, pero esa gente estaba allí y luego subieron a la Santa
Montaña con papá y él habló con ellos luego de haber enterrado
a Vuestra Madre. Todos lloraban mucho y sufrían. Decía papá
que no sabían cómo iban a hacer de ahí en adelante.

-¿Doña Ana, ellos sabían si Ella era de este mundo?

-Ellos, todos lo sabían, que ella no era de este mundo.

-¿Doña Ana, dígame quién le avisó a la gente del Vaticano para


que vinieran?

-¡Vuestra Madre era algo muy grande, muy grande! Papá lo


decía siempre. Él llegó a hablar con ellos y nos prohibía que
contáramos lo que nos decía. Nunca podíamos hablar de ello,
pero nos dijo que había gente en el cementerio cuando la fueron
a enterrar, pero mucha gente de otros países. Todo esto me lo
contó papá.

Un día que llegué de la escuela, papá estaba sentado en un


sillón y me llamó para que me sentase a su lado para contarme
todo esto que le digo. Yo me senté en sus pies para escucharlo.

Me decía: “La Santa Montaña es un sitio muy sagrado”. Mamita,


Vuestra Madre, era una nena. Ella no le daba miedo dormir
sola en la Santa Montaña. Ella era de la vida espiritual y no
material. Ella iba a mi casa y también estuvo con una tía mía
en San Salvador de Caguas y rezaba muchos rosarios, de ahí
partió a la Santa Peña. Ellos la llamaban Mamita. Ellos no se
asustaban de los milagros que ella hacía, pues ya estaban

118
acostumbrados. Ella los corregía si se portaban mal. Mira,
nena, se dice que Ella llegó un día a la casa de mi tía
acompañada de un señor joven, muy joven, de San Juan (un
ángel). De ahí siguió caminando por otros pueblos, Ella llegó a
Cayey y caminó por todos esos campos.

Cuando la gente supo que estaba en la Santa Peña, todos


subieron. Cuando se enteraron que Ella era una predicadora
que predicaba y hablaba de la fe católica, todos fueron allí.
Cuando Vuestra Madre dio el cambio, papá y mamá siguieron
yendo a la Santa Montaña. Nunca dejaron de ir. En casa se
reunían con todos nosotros y siempre se estaba hablando de
Ella, en especial Joaquina y Lina. Ellas nunca se casaron como
Vuestra Madre les profetizó y les dijo. Siempre se dedicaron a
hablar de Ella. Yo te digo la verdad, mi hija.

Te voy a contar que una vez papá me contó que Vuestra Madre
le dijo a él y a mamá que los iba a visitar por la tarde. Ellos
bajaron de la Santa Montaña y se fueron a casa bien contentos.
Papá les dijo a mis hermanos: “Miren, Mamita (Vuestra Madre)
viene a visitarnos a la tarde, así que saben cómo tienen que
comportarse. ¡Mucho cuidado, mucho cuidado, pórtense bien!”
Por la tardecita (al oscurecer), al ver que Vuestra Madre no
venía; mamá acostó a los nenes, a las muchachas y se
quedaron dormidos esperando a Vuestra Madre y Ella no
llegaba. Papá y mamá se sentaron en el sillón del balcón a
esperarla y esperarla y esperarla. Ya estaba bastante oscuro y
Ella no llegaba. De pronto hizo un trueno grandísimo y un
relámpago y papá dijo: “Ya mamita no viene, vámonos a
acostar”. Siguieron un tiempo más esperándola y como no
venía, decidieron irse a acostar. El tiempo mejoró y se arregló;
no pasó nada y se durmieron. Papá le dijo a mamá: “¿Que
pasaría con Mamita que no vino? ¿Le habrá pasado algo?”.

Al otro día se arreglaron y se fueron a la Santa Montaña.


Cuando llegaron allí, Vuestra Madre los estaba esperando y los
saludó. Ellos le dijeron: “Mamita nosotros ayer tarde estuvimos
mucho, pero mucho rato en el balcón esperándola y usted no
llegó. Entonces cayó un trueno y un relámpago grandísimo y

119
nosotros nos quedamos esperándola y esperándola y usted no
vino a casa y entonces nos acostamos”. Vuestra Madre les
contestó: “¿Quién les dijo que yo no había llegado?” Papá le
dijo: “¡Bueno, usted no fue!” Vuestra Madre le contestó: “Mira,
cuando cayó el trueno y el relámpago grande, allí llegué yo. Me
quedé mucho rato con ustedes escuchándolos y se acostaron y
entonces yo me fui”.

Papá decía que así pasaban las cosas ahí en la Santa Montaña.
Papá decía que Ella no tenía nombre y que nunca se supo o se
le conoció ningún nombre. Todos le decían: Mamita, Mamita
Redentora, mamá o Vuestra Madre. Ella decía que había venido
con su Hijo para salvarnos, para salvar a Puerto Rico.

-Hay muchas cosas muy grandes pero no se pueden decir, mi


hija, pero yo te voy a cantar un aguinaldo y tú lo vas a saber y
a entender.

Allá en la Santa Montaña

Hay una peña sagrada,

Donde Vuestra Madre fue

Con su gente a visitarla.

Ella había dicho

Que tuvieran mucha fe,

Que Jesucristo bajaba

Y allí ponía sus pies.

Que Jesucristo bajaba

Y allí ponía sus pies.

Ella me saludaba
120
Con cariño y gratitud

Para que fuera con Ella

detrás de la Santa Cruz.

Me decía sonriendo

Con el rosario en la mano:

¡Qué bueno que aquí han llegad!

Toditos nuestros hermanos!

Era la Virgen María.

Era la Virgen María.

-¿Doña Ana, esa canción se la enseñó su papá?

-¡No! Me la enseñaron mis hermanas: Joaquina y Lina porque


papá se las enseñó. Él siempre llevaba la cruz en los rosarios.

-¡Doña Ana, esta canción dice cosas muy bonitas sobre las
romerías que se daban en en la Santa Peña cuando Ella llegó!

-Mira, mi hija, todo lo que Ella dijo se ha visto y se está viendo


como la pérdida de la fe; los mismos sacerdotes han perdido la
fe, ya no van a las casas a ver los enfermos. No hay sacerdotes
para confesar ni para la santa comunión. Estamos pasando por
muchas cosas. ¡Que tristeza, pero tenemos que pasar por todas
estas cosas y estar bien pendientes! Yo aquí me levanto a las
5:00 de la mañana, ¡y a rezar se ha dicho! Lo mío aquí es rezar,
rezar. Yo le rezo a todos los santos.

-¿Doña Ana, Vuestra Madre le dejó alguna reliquia a sus


padres?

-Vuestra Madre le dio regalitos y le dejó cositas que él nos pidió


no hablar. Papá y mamá, mantenían todo calladito.

121
-¿Doña Ana, ellos tenían persecución? (Ella me contestó
después de pensar por un largo rato.)

¡Sería...

-Doña Ana, yo quisiera llevármela para casa para que me hable


todo el tiempo de Vuestra Madre.

-Mira, mi mamá siempre estaba hablando de Ella. Yo subía a la


Santa Montaña y ahí nos pasábamos mi esposo y yo recordando
lo que Ella decía. Es bonito hablar de Ella, pero con todo el
mundo no se puede hablar de esto. Yo tengo 91 años y
conservábamos una correa. Un día una monjita se la llevó para
entregarla luego y escribirnos, no volvió. El papá de mi esposo
era discípulo de Vuestra Madre.

Un día nos contó papá que él y otros discípulos bajaron a la


Santa Peña y allí había una piedra que estorbaba. Ella pidió
que sacaran la piedra de allí y fue un grupo de hombres con
coas y no pudieron hacer nada y entonces vino Vuestra Madre.
Ellos le decían, Mamita. Ella vino y la sacó (la piedra). Papá era
de España. Cuando llegaron de España, al poco tiempo vino
Vuestra Madre. Una cosa que nunca se supo de dónde venía
Ella.

-¿Por qué le decían Mamita?

-Porque todos le decían Mamita y Vuestra Madre. Todo lo que


Ella nos dijo se está cumpliendo, pero tenemos que llegar a
estas cosas y estar pendientes a Jesús y a Ella. Yo me levanto,
me desayuno, ¡y a rezar se ha dicho!

Dona Ana con mucha tristeza se despidió de mí con mucha


nostalgia, añorando mucho el amor de sus padres. Recordando
cada detalle de esa bella historia de la que sus padres y
hermanas fueron testigos, doña Ana vive contando todo lo que
sus padres le contaron cuando vivieron al lado de Vuestra
Madre.

122
Conversación con Doña María Engracia Figueroa

-Mi nombre es María Engracia Figueroa, a mí nadie me conoce


por mi nombre natural, todo el mundo me conoce con el apodo
de Chita. Doña Reina, de Vuestra Madre me habló mucho
mamá Juana como le decíamos todos. Ella nos contó que allá
en la Santa Montaña, Vuestra Madre les había dicho a las niñas
que no permitieran que nadie tocara su cuerpo cuando Ella
diera el cambio, ni siquiera la Guardia Civil. Ella les dijo que
iba tener un encierro en su casita y que cuando se encerrara,
que los músicos tocaran y cantaran canciones religiosas.

Un día me contó mamá Juana: “Del pueblo de Patillas salió una


muchacha a escuchar la prédica de Vuestra Madre en la Santa
Montaña y se sentó en los bancos que estaban designados para
las jóvenes solteras en el ranchón que se construyó para las
prédicas”.

Vuestra Madre tenía todo en orden, los bancos: para los


caballeros, para las señoras, para las señoritas, los jóvenes, los
niños y niñas; todo por separado y bien organizado. Como le
contaba, esta muchacha se sentó donde se sentaban las
señoritas. Vuestra Madre se le acercó, la tomó del brazo y le
dijo: “Vente que éste no es tu sitio”. La muchacha le respondió:
“Eh, eh”. Vuestra Madre le dijo: “No me digas: eh, eh; que estás
embarazada y si no avanzas a llegar a tu casa te cogen los
dolores por el camino. Yo te digo que vas a dar a luz esta misma
noche, al llegar a tu casa vas a tener una niña y el nombre que
trae es Santa Inés del Monte”.

Todo el mundo, me contó mamá Juana, que todos se quedaron


haciendo cruces porque todos la daban por señorita en la casa,
y así mismo fue que la muchacha dio a luz esa misma noche y
le puso el nombre a la muchachita que tuvo, Inés Montes, el
nombre que Vuestra Madre le dijo. Ella, la muchachita vivió por
aquí hasta los otros días, no se ha sabido más de ella.

123
-Doña Chita, ¿Vuestra Madre le tenía asientos por separado a
las personas?

-Vuestra Madre le daba a uno lo que le correspondía y lo que no


le correspondía también se lo decía y lo corregía.

Mamá me contó que un día ella estaba hablando en compañía


de mi madrina Álida Nieves que vivía aquí cerca. Y mire, doña
Reina, yo me atrevo a llevarla a usted allá para que vea el
lavadero de ropa de mamá; yo lo recuerdo como ahora. Allí hay
un palo de jobos. Allí estaba mamá y su comadre conversando y
le dijo su comay: “Comay Juana, vamos a oír las prédicas de
Vuestra Madre allá en la montaña”.

Hasta que Ella (Vuestra Madre) no dio el cambio, nadie le decía


a aquel lugar la Santa Montaña, eso fue después que Ella dio el
cambió”. Mamá le contesto: “Vamos, comay, yo voy pa' que no
me cuenten, pero yo no voy a cambiar mis ideas”. Respecto a lo
que ella no iba a cambiar sus ideas, era que ella estaba
enamorá' de mi papá y no lo pensaba dejar. Esas eran sus
ideas”. Y me cuenta mamá Juana que se fueron pa' la Santa
Montaña a oír a Vuestra Madre predicar”. Y cuando Vuestra
Madre estaba dando la prédica, enseguida salió y dijo: “Juana
tú estás aquí y vienes aquí para que no te cuenten, pero tú no
vas a cambiar de ideas, yo sé que tú dijiste que tus ideas no las
dejaba”. Mamá era viuda y estaba enamorá' de papá, por eso
fue que mamá siempre decía que Vuestra Madre lo sabía todo y
que todo lo adivinaba. Mamá se casó con papá y nací yo.
Cuando yo tenía 8 años, mamá murió.

Doña Reina, yo al oscurecer que no me moleste nadie, pues yo


al oscurecer estoy haciendo mis oraciones que me enseñaron
ellos. Yo estaba muy nena, pero me las aprendí.

Le voy a contar a usted, mire, una vez fueron tres hombres a


caballo a matar a Vuestra Madre. Sus discípulos allá arriba en
la Santa Montaña fueron donde Vuestra Madre y les dijeron:
“Ay, Vuestra Madre, por ahí vienen unos hombres a caballo y
vienen a matarla”. Ellos estaban muy asustao'”. Y Ella les
contestó: “No se apuren, déjenlos que vengan a matarme, que
124
si ligero vienen a matarme, más ligero se van a dir (ir)”. Cuando
ellos llegaron, todo el mundo se quedó asombrao' y todos los
que estaban con Vuestra Madre se tiraron a defenderla.” Y Ella
les dijo: “No, no; déjenme a mí sola y déjenlos pasar que yo los
estaré esperando, ábranle el portón”. Así Ella los enfrentó a
ellos. Vuestra madre abrió sus brazos y les dijo: “Si me van a
matar, pues mátenme”. Dice mamá Juana: “Cogieron los
caballos monte abajo y sólo se oía el trotar de los caballos
monte adentro”. Decía mamá que ellos no se explicaban cómo
fue eso, que lo que Vuestra Madre hacía no tenía explicación
porque nadie lo podía explicar.

Allá en la Santa Montaña pasaban tantas cosas sobrenaturales,


eso allí en la Santa Montaña era algo muy grande, las cosas que
pasaban allí.

Mamá decía que paraba los pelos el poder de esa santa mujer y
que había un respeto. Allí no se podía alborotar ni faltarle el
respeto a nadien (nadie)”. Los que vivían allí así lo contaban y
esto lo contaban los papás de Cipriano Rodríguez (mi padrino).
Los hermanos de Valeria Quintana, mamita Nana y todas las
personas que vivían por aquí, todos ellos, los del tiempo de
Vuestra Madre estaban con Ella; todos los de aquel tiempo se
desvivían por Vuestra Madre. Ellos la querían mucho, si ellos
creían cuando todos decían que Vuestra Madre era la madre de
Dios. Ellos decían que la Madre de Dios estaba en la Santa
Montaña, que Ella estaba allí.

Y Ella dijo que le rogaran a Papito Dios pa' que Ella derramase
su sangre en Puerto Rico para que el mundo fuera salvado.
Profetizó todas las guerras y todo lo que está pasando en el
Mundo y dijo que al final de los finales se verían cosas nunca
vistas, que se verían a los hombres trepándose a las palmas de
corozo huyéndole a las mujeres, porque éstas no los dejarían
tranquilos para poder salvar sus matrimonios. ¡Y ya usted ve!

También dijo que no habría padre para hijo, ni hijo pa' los
padres y lo estamos viviendo. Dijo Vuestra madre que no habría
compadre para compadre. ¡Y usted sabe lo sagrado que era eso

125
en antes! Por ejemplo si usted me servía de madrina a un hijo
mío, ese compadrazgo era sagrado; yo no me atrevía a mirarla
mal por más consejos que usted me diera si yo estuviera mal,
eso era muy sagrado y ahora usted ve.

Y sobre el juicio final Vuestra Madre dijo: “El día del juicio final,
¡vaya que tremendo día!, todos los santos vendrán aquí junto a
la Virgen María’’. Pero ese día no falla, dichoso los que nos
vayamos antes, ya yo me quiero ir, con estos 85 años que tengo,
yo estoy conforme a la santa voluntad de Dios.

Mi hija, (Reina) yo vivía allá arriba en la montaña, allá arriba


muy alto en la finca de los Rúas. Mi hija, todo el mundo le
pertenece a Ella, a Vuestra Madre y a Nuestro Señor. La gente
se pelea, la gente se pelea por tierra y eso no es de nadie. Si
todo lo hizo Dios, mira si a él le da la gana hace así (trilló los
dedos uno con el otro), un movimiento con un dedo y nos deja
sin ná. Si él lo quiere, así lo hace.

Si dicen, no hay hombre como mi Dios, ni mujer como María, ni


ángel como San Gabriel, ni luz como la del día. La luz que nos
alumbra es la del Señor y Él mismo nos la concedería. Esto me
lo enseñó la vida, ya que me crié huérfana. Te digo que todo lo
que pasó en la Santa Montaña es cierto, muy cierto. Mi hija, ya
yo estoy muy vieja y quizás no lo vea, pero a mí me está que
ustedes sí lo verán, porque ustedes son todavía jóvenes. Yo no
quiero estar porque según me contaba mamá Juana y parece
que eso de que cuando Ella regrese las cosas no van a estar
muy buenas.

Me contaba doña Angelina Lebrón que a la gente los cogía un


temporal de agua allá arriba en la Santa Montaña y los ríos se
ponían tan crecidos que no había quién los pasara”. Y ellos les
decían a Vuestra Madre: “Ay, Vuestra Madre, no vamos a poder
pasar”. Vuestra Madre les decía a las aguas: “Déjalos pasar’’.
Luego ellos pasaban. Contaba doña Angelina Lebrón que las
aguas quedaban dormidas y ellos pasaban.

Doña Reina, yo creo en esas personas porque esas personas


eran muy serias y santas. Vuelvo y les digo: “Si ellos siempre
126
creyeron que Vuestra Madre era la Virgen y ellos nunca le
dijeron Elena ni Elenita”. Eso de Elenita no se conocía, eso de
Elena no, eso no. Vuestra Madre no se llamaba Elena. ¡Si ella
era la Virgen. Ella decía llamarse Vuestra Madre Redentora,
Redención de Jesús! Ellos, los que estuvieron con Vuestra
Madre, fueron muy santos”. ¡Ave María!

Doña Chita le agrada que la procuren para servir y hablar de


Vuestra Madre y de aquellos tiempos. Es una anciana muy
hermosa, blanca, de ojos claros y muy esbelta. Además le tiene
un cuidado especial a su cabello, mientras conversábamos no
dejaba de pasar sus manitas por su cabellera blanca como el
algodón. Tiene buen sentido del humor y un gran respeto a todo
lo que se relaciona con la historia de la Santa Montaña y de
Vuestra Madre.

127
Diálogo con doña María Rosario Rodríguez

-Doña María, hábleme de su papá y su mamá, cuando ellos


estuvieron con Vuestra Madre en la Santa Montaña. ¿Cómo se
llamaban sus padres?

-¡Bueno!, Reina, le diré que mi papá se llamaba Alberto Rosario


Galarza y mi mamá se llamaba Tomasa Rodríguez Rodríguez.
Mamá tenía siete años cuando Vuestra Madre vino a la casa
de mi abuelo, don Valentín Rodríguez. Vuestra Madre llegó allí
buscando y hablando de la peña, pero ellos no entendían ni
sabían de qué peña Ella les hablaba, ni sabían dónde quedaba
ese sitio. Ese sitio luego se llamó la Santa Peña.

Mis abuelos se pusieron muy contentos con la presencia de


Vuestra Madre a quien ellos le decían Mamita. Mamá me decía:
“Mira nena, Mamita era preciosa. Era como la Virgencita, linda
y bien delicadita, pero si Ella era la Virgencita’’.

Mis abuelitos le buscaron acomodo para que Ella se quedara


con ellos, pero Vuestra Madre les dijo que Ella no se iba a
quedar ahí, que Ella iba hacia la Peña del Señor. Ella se llevó a
mi abuelo y a mis tíos que eran unos muchachitos y la
acompañaron por todo ese monte hasta que Ella llegó al lugar
que buscaba. Allí se encontraron con una piedra enorme y Ella
la levantó. Ellos estaban asustados buscando palos y cosas
para ponerle, pensando que se podía caer encima de Ella y
hacerle daño. Ella les dijo: “Mis hijos, no le pongan ná (nada)
que no pasa ná”. Pasó el tiempo y Ella siguió allí predicando y
ayudando a todo el mundo porque se fue corriendo la voz y la
gente llegaba. Ella los llamaba porque ellos oían una voz
interior y ellos llegaban allí a la Santa Peña sin nadie avisarle.
Mi papá decía que Vuestra Madre todo lo sabía. Mi abuelo
siempre estaba con Ella.

Un día (Ella) les dijo que tenía que subir a la Santa Montaña y
ellos así la obedecieron y la llevaron. Cuando la llevaron,

128
enseguida los aserradores y los carpinteros le hicieron una
casita que Ella pidió que le hicieran. Luego le hicieron la
capillita. Mi papá era un muchachito cuando eso, pero siempre
estuvo detrás de Vuestra Madre. Allí iba la gente a oírla
predicar. Empezó a llamar y a escoger a las niñas que se
quedarían con Ella en la Santa Montaña en la casita que
mandó a hacer para ellas. Mi mamá Tomasa Rodríguez tenía
siete años cuando Vuestra Madre se quedó con ella. También se
quedaron con Ella Joaquina y Lina que son parientes nuestras
por parte de mi papá. Vuestra Madre escogió a la niña Flora.
Ella las escogía hasta los trece y catorce años y después las
sacaba y escogía a otras.

Mamá decía que cuando Vuestra Madre vino, ella era muy
pequeña y no se podía recordar de muchas cosas de las que
pasaban allí y de las cosas que Vuestra Madre hacía. Papá sí, él
estaba más grande y era más mayor que ella. Pero mamá
siempre nos decía a mis hermanos y a mí que Ella era una
Santa muy grande y que esa Santa era celestial”. Mamá decía:
“Vuestra Madre no era de aquí y no era terrenal porque la
gente de aquí come y Vuestra Madre no comía”.

Mamá me contó que una vez Vuestra Madre mandó a recoger


unos cojollitos (cogollitos de yautía) hijos de yautía, entonces
las echó a cocinar en un anafre que Ella tenía y cuando ya
estaban cocidas, las echó bien picaditas en un platillito que Ella
tenía. Le echó un poquitito de aceite y se las dio a las nenas.
Ella se comía un poquito del gabacito (bagacito) blanquito del
limón una vez al mes”. ¿Dígame usted, doña Reina, qué ser
humano podía vivir así? Papá y mamá siempre supieron que se
trataba de la Santísima Virgen María.

Mamá me contó que un día que ella fue a hablar con Vuestra
Madre para pedirle que la autorizara entrar a un convento y
Vuestra Madre le contestó: “No, Tomasa, tú no vas a ir a un
convento porque tú no tienes vocación de monja, ni de nada.
Tomasa, tú te vas a casar y te vas a casar muy jovencita y vas a
tener muchos hijos y vas a sufrir muchas enfermedades, pero

129
hasta que no te llegue el momento yo no voy a venir por ti, te
prometo que yo vengo a buscarte”.

También le decía a mamá que el Señor Jesús era hijo de Ella y


que Ella le había pedido a su hijo Jesús que le permitiera
salvar a Puerto Rico. Esto fue cuando vino el huracán San
Ciriaco. Mamá decía que en aquellos tiempos la gente no se
casaba, ni se bautizaban y vivían en tinieblas. Fíjese que
cuando Vuestra Madre hablaba, siempre les decía que Ella era
la Madre del Señor. Todos la conocieron así. Ellos decían que
Ella era la Santísima Virgen María y que era la madre de Jesús,
que Jesús era el hijo de Ella. Ella les dijo que iba a estar allí
con ellos por diez años. Y ese fue el tiempo justo que estuvo
con ellos. Vuestra Madre llevó a mucha gente a casarse y a
bautizarse. Mamá siempre decía que Vuestra Madre era la
madre del Señor, que Ella era la Santísima Virgen María.

Mamá me contó que una vez llegaron unos perros a la Santa


Montaña y Vuestra Madre cogió un crucifijo y fue perro por
perro y lo persignó. Cuando llegó a uno de ellos, el perro le
ladró y se puso rabioso; estaba muy bravo. Vuestra Madre dijo:
“Se fijan, éste no es bueno’’. El perro se fue montaña abajo y
Ella les dijo: “No se preocupen que ése no vuelve, ése no era
bueno’’.

Reina, le diré que toda la gente que vio a Vuestra Madre sabía
quién era Ella. Vuestra Madre usaba unas chancletitas, Ella no
era ninguna espiritista como le hicieron creer a muchos.
Algunos le levantaron muchas calumnias porque también había
muchas personas que no la querían y le querían hacer mal. Le
digo que ellos no la querían, pero Ella era la Santísima Virgen
María; todos los que la querían así lo decían. Yo le aseguro que
mamá y papá siempre me dijeron que Vuestra Madre era la
Santísima Virgen. ¡Ella era algo muy grande! ¡Muchacha, cómo
ellos la querían, olvídate de eso!

A Vuestra Madre la perseguían tanto los políticos como los


evangélicos protestantes. Esos eran muy malos y había
masones también. Mire Reina, papá decía: “Vuestra Madre era

130
la Santísima Virgen aunque la gente no lo quiera creer, Vuestra
Madre lo sabía todo, Ella lo sabía todo. Para una persona vivir
como vivía Vuestra Madre y saberlo todo, tenía que ser la
Santísima Virgen”. Mamá decía que Ella era la Santísima
Virgen, que Vuestra Madre era la Virgen”. Mi tío Cándido
Rodríguez era hermano de mamá y estuvo con Vuestra Madre,
él era guardián de ella. Él me contaba que aquello allí en la
Santa Montaña se pasaba lleno, que las personas se pasaban
día y noche allá arriba, que tanto él como mi papá se pasaban
también día y noche allá en la Santa Montaña con Vuestra
Madre, que ella era algo muy sagrado y grande.

Tanto mi papá como mi tío me contaron que Ella les daba de


comer y beber a todos los que sobrevivieron al huracán San
Ciriaco. Con aquella pobreza tan grande que había y tanta
necesidad y Ella les daba a todos de comer y a los que les hacía
falta ropa o zapatos, Ella se encargaba de proveérselos. Ella los
trataba a todos por igual. Vuestra Madre siempre decía que Ella
no quería riquezas, que Ella quería ver en ellos la alegría. Mi
papá siempre era alegre. A él nunca lo vi triste, ni con coraje; él
siempre estaba riéndose porque él decía que Papito Dios no
quería la tristeza y que él no nos quería ver triste. Ella les decía
a ellos que en el reino de Papá Dios no había tristeza; allí todo
era alegría y que el Señor no quería tristeza porque la tristeza
era del diablo”. Ella (Vuestra Madre) decía que tanto Ella como
su hijo nos querían ver contentos porque la tristeza sigue y
sigue en nosotros y nos hace pensar en cosas malas.

Una vez papá me contó que había una señora que sobrevivió al
huracán San Ciriaco y se quedó muy preocupada, se pasaba
llorando y le decía a todo el que veía que el mundo se iba a
acabar y Vuestra Madre la mandó a buscar y cuando la señora
llegó, Ella la llamó por su nombre y la señora se quedó
asombrada preguntándose cómo Ella supo su nombre”.

Vuestra Madre le dio una reprimenda y le dijo que no la quería


oír hablando más de eso y no la quería volver a ver triste y le
dijo que estaba cometiendo un pecado al hacer eso. Desde ese

131
momento en adelante esta señora dejó de sufrir tanto y su vida
cambió completamente.

Reina, yo le aseguro que Ella está siempre allí en la Santa


Montaña. Mientras Ella esté en el corazón de aquellos que la
amamos, claro que se dejará sentir; pero aquellos que no creen
en Ella no la sentirán, ni la verán. Ella está con nosotros
esperándonos y de allí Ella no se va. Todo lo que Ella nos
prometió así lo cumplió.

Después que Ella dio el cambio, papá fue al tiempo con otros
discípulos de Vuestra Madre para que le dijeran dónde se
encontraba su caja y el panteón y nadie sabía nada allí en el
pueblo (San Lorenzo). Fue a preguntarle al sacerdote de la
parroquia y éste le dijo que él no sabía nada de eso. Las
personas no querían hablar nada de eso, todo el mundo
callaba. Mi papá murió contento, con una sonrisa preciosa, él
siempre estaba bien alegre. Cuando lo pusieron en la caja para
enterrarlo se parecía a San José.

132
Diálogo con don Reymundo González

-Mi papá era don Gumersindo González, él estuvo con Vuestra


Madre allá arriba en la Santa Montaña. A él lo conocíamos
todos sus nietos e hijos por el nombre de “Papita”. Doña Reina,
Papita me contaba que allá en la Santa Montaña había que
hacer lo que Ella decía sino, no se podía hacer”. Un día Ella
llamó a Papita para que la llevara allá donde los Colorao, que
así le decían a esta familia, en el sector Lajitas de San Salvador
porque tenía que hacer una misión y tuvo mi abuelo que coger
el caballito de la mano y llevarla a Ella montada en el caballito.
Cuando llegaron a un lugar por aquí cerca que le decían el Río
de los Polos, decía Papita que aquel río estaba tan crecío
(crecido) que no había quién lo cruzara. Papita cuenta que él
dijo: “Yo me eché pa' tras”. Si no se podía, figúrese, no había
por dónde pasar. Él se aguantó y dijo: “Yo no me atrevo pasar.”
Vuestra Madre le dijo: “Métete que pasas, métete”. Pero él
todavía no se atrevía meterse y pensó en su mente. ¡Yo no me
atrevo pasar!”, Vuestra Madre empezó a cantar sus alabanzas
y volvió y le dijo: “Métete que pasas’’. Dice Papita que de
momento el río se paralizó y quedó ese camino sequecito. El
agua se desapareció pa' lao (lado) y lao y el caballito y ellos
pasaron. ¡Mire, si eso era grande, cristiano!

Entonces al otro lao (lado) del camino habían unos hombres


evangélicos con unos machetes y entonces Papita pensó en su
mente. “Aquí yo pierdo hasta la ropa, aquí tengo que peleal
(pelear), pero nadien (nadie) le hace na' a Vuestra Madre’’. Ella
empezó sus alabanzas, pasó y los presinó (persignó con su
crucifijo), los hombres cayeron de rodillas porque la vieron
desaparecer del caballo. Así decía Papita y la llevó pal (para el)
otro lao del río y la llevó pa dil (ir) al otro día a buscarla de
nuevo y llevarla a donde Ella mandara. Tenía que dil el que Ella
dijera. Así era eso, Papita iba mucho con Ella a llevarla a
muchas misiones”. Él siempre decía: “Había que hacer lo que
Ella decía”. Mi tío Gregorio Flores, ese sí la conoció. Le digo que

133
yo conocí a mi tío Goyo, como le decíamos. Él vivía aquí cerca
en la finca de mi abuelo Papita.

Allí en la Santa Montaña los aserradores y los carpinteros


decían que ellos aserraban y picaban la madera del mismo
tamaño. Usted sabe cuando uno picaba la madera tenía una
tablita que se usaba como regla para medirlas. Pero Ella la
mandó a picar del mismo tamaño, todas. Y así lo hicieron los
aserradores. Mi tío Goyo le dijo: “Ay, Vuestra Madre, esta
madera no da la medía (medida) pa' hacer su casita como usté
dice”. Porque allí se jacián (hacían) muchas casitas, aquello allí
era tremendo. Vuestra Madre le dijo: “Síguela aserrándola así
como yo te digo, que tú verás que así con la madera entera vas
hacer la casa.” Cuando fueron a hacer la casa, la madera que
decía tío Goyo, estaba mal paltía (partida), a todo lo que daba.
Los cantitos de la madera daban la medía (medida) exacta pa' la
casita de Ella. Mire, doña (Reina), si eso era grande, a mí se me
paraban los pelos cuando mi tío Goyo nos contaba eso, aquello
era un milagro muy grande. Nos contó mi tío que la madera que
se preparó, cortá' toda de la misma medida, así cortita dio
para: hacer la capilla, las puertas y hacer to'(todo). Cuando los
carpinteros diban (iban) a hacerla; lo grande es que to' picaito
(picadito) igualito, cuando las ponían la madera daba la medía
(medida) exacta. Mire, porque esa madera como decía mi tío
Goyo, esa madera estibá' toa (toda) completa y después en
cantito según diba (iba) pa' la casa y nadien (nadie) que la tocó.

Todo era de Vuestra Madre en la Santa Montaña, Papita y tío


Goyo se quedaban callao (callados). Todos se quedaban callao
(callados) y nadien (nadie) decía na', fíjese, pero fíjese si ellos
fueron perseguidos, y todavía no lo creen que Vuestra Madre
era la que estuvo allí con ellos en la Santa Montaña; todavía
dicen que eso era mentira y no lo creen. Mire doña Reina los
mismos padres (sacerdotes) no creen que Ella, Vuestra Madre,
fue la que estuvo en la Santa Montaña. Esa Santa Madre era
algo muy grande. Esos evangélicos protestantes eran los más
malos, si allí todo era por la religión. Pero si Ella era la
Santísima Virgen. ¡Ella, Vuestra Madre, fue la que salvó a
Puerto Rico de como estaba, Ella fue la que sacó a este país

134
hacia delante (adelante)! Cuando Ella vino, mandaba a la gente
a casar y a bautizar y a recibir los sacramentos, por montones.
Había que ver eso. Sí, por to' lao' lo que se veía era gente moro
(sin bautizar) y por montones.

Cuando la gente no tenía na' de comer, Ella le daba de comer;


allí en la Santa Montaña la gente le llevaban de to' y Ella se
encargaba de repartirlo. Ella les daba de to' a sus hijos, a todo
el mundo por igual. Papita no salía de allá, se pasaba llevándole
de to' lo que sembraba y cosechaba a Vuestra Madre. Mire,
cuando vino el huracán San Ciriaco, Papita nos contaba que a
Vuestra Madre la vieron frente a la playa de Yabucoa con un
vestío (vestido) blanco precioso con las manos extendía
(extendidas). ¡Usted sabe! Abiertas, aguantando los vientos del
huracán”.

Sino, no hubiera en Puerto Rico na' porque mire si Ella no


aguanta ese viento como decían ellos; aquí en Puerto Rico no
hubiera quedao na. Papita decía que Ella lo hacía pa' que no
nos fuera a matar, que eso fue lo que salvó a Puerto Rico.
Vuestra Madre salvó a Puerto Rico. Los que estuvieron con Ella,
sí tenían pa' contar, pero no los dejaban, los perseguían y los
mandaban a callar; eso fue así. Nosotros contamos lo que ellos
nos dijeron, pero eso allá en la Santa Montaña no se vaciaba,
eso era un gentío día y noche. Decía Papita que no se podía
contar la gente. Ella dijo que en los últimos tiempos estaría allí
en la Santa Montaña. Eso era lo que Ella le decía a ellos,
porque Ella no iba a abandonar la Santa Montaña. Cuando
Vuestra Madre dio el cambio”, Papita decía que él no jallaba
(hallaba) como dilce (irse)”.

Y yo le digo lo mismo. Cuando Vuestra Madre dio el cambio yo


siempre diba (iba) a la Santa Montaña a pie, figúrese hasta
ahora que me enfermé y no puedo. Siempre iba los Viernes
Santos, nunca fallaba, pero ahora usté ve, estoy enfermo y no
puedo dil (ir), pero me hace tanta falta. Como le digo, eso ahí no
se vaciaba de gente cargando cosas para que Ella las repartiera
a tanto necesitao (necesitado), eso era a diario, diario, diario.

135
Pa' tío Goyo como pa' Papita y como pa' toa' la gente era un
orgullo el dil (ir) a la Santa Montaña a pie, era igual que na'.

Al suegro mío, don Alberto Rosario Galarza, era discípulo de


Ella, de Vuestra Madre. A él, Ella le decía mi soldao', porque
resulta que él siempre tenía la misma ropa caki. Él se bañaba y
volvía y se la ponía, era un uniforme para él. Tanto mi suegro
como mi Papita fueron unos santos, murieron pensando y
hablando de Ella, de Vuestra Madre, ellos decían que Ella era la
Santísima Virgen. En esta casa donde les estoy hablando murió
mi suegro, él siempre hacía compra para darles a los demás.
Todos los muchachos se reunían aquí. Él les compraba una
caja de salchichas y esos muchachos, mire, olvídese, les daba
de comer a to' y cómo gozaban ellos. Figúrese cómo se vivía. Mi
Papita murió dando de comer a los pobres. Les quiero decir que
allá en la Santa Montaña no pasaba hambre nadie, ni los perros
porque Vuestra Madre se ocupaba de darles de comer. Ella dijo
que nunca dejaría la Santa Montaña y así ha sido.

Cuando Ella dio el cambio, dijo Papita que fueron tres días que
la velaron y allí no cabía la gente y decía que cuando la
bajaban a enterrar, allí la caja estaba vacía”.

Dentro de la caja no había nadien (nadie). Ella, Vuestra Madre,


ya se había ido; no estaba allí en la caja, la cargaba todo el
mundo. Estaba vacía y la cogían al hombro. Todos la cargaban
al hombro, decía mi viejito (mi suegro) el papá de María mi
esposa que ese día estaba lloviendo y los ríos estaban creció
(crecidos) y esa lluvia tremenda. Eso fue un diluvio, los ríos
estaban de borda (borde) a borda que casi no se podían pasar y
cómo la gente los pasaba, fíjese con ese diluvio y la gente
cargando la caja. Todo el mundo cogía la caja al hombro y Ella
no estaba allí. La caja estaba vacía, nosotros fuimos luego a
saber del panteón y de la caja, pero nadie sabía de eso (en San
Lorenzo), le preguntamos al padre (sacerdote) pero él no supo
decirnos na' de eso. La abandonaron con el tiempo, mire, a
Vuestra Madre la persiguieron tanto esa gente (masones), los
evangélicos esos, los políticos (republicanos), había tanta gente
mala porque esa gente sí que eran malos.

136
El abuelo mío le cargó la caja y decía que santa como esa no
vuelve a Puerto Rico, no vuelve nadien, pero Ella está en
nosotros en los que la amamos. A la iglesia se le hace difícil,
pero todo esto fue muy cierto; fue verdad todo lo que pasó allí,
mi abuelo Papita estuvo allí como los papás de María (mi
esposa) y éstos fueron: Gumersindo González, Alberto Rosario
Galarza, Tomasa Rodríguez y mi tío Gregorio Flores. Y les digo
que Vuestra Madre estuvo allí en la Santa Montaña y está en
todos aquellos que la amamos.

Don Reymundo es un hombre íntegro; este señor inspira un


gran respeto tanto en lo personal como en lo sagrado, al igual
su esposa (doña María Rosario) Nosotros necesitamos
matrimonios santos como este que nos da un gran ejemplo de
sacrificio y entrega en tiempos tan difíciles; a ellos gracias.

137
Diálogo con doña María Magdalena González

-Mi papá se llamaba José (Leolio) González Medero y mamá se


llamaba Angelina Lebrón. Ellos estuvieron en la Santa Montaña
cuando Vuestra Madre llegó. Estuvieron con Ella hasta el
último día que estuvo allí.

Papá nos contaba tanto a mis hermanos como a mí que un día


Vuestra Madre se apareció en la plaza de Yabucoa y allí se
encontrba Don Luis Muñoz Rivera y este señor la trajo al sector
Morena de San Lorenzo. La llevó hasta donde la calesa pudo
entrar. Vuestra Madre subió camino arriba hacia la Santa Peña,
nombre que se le dio a ese lugar despúes de Ella llegar a ese
sitio. Allí se quedó y se siguió regando la voz de que Vuestra
madre estaba en la Santa Peña. La gente siguió subiendo y
diciendo que allí había una joven que parecía una nena y
estaba predicando y siguieron llegando gente y gente. Vuestra
Madre decía que las cosas de Ella no eran terrenales que Ella
era celestial. Ella no era de aquí y dijo que se iban a cansar de
buscar parientes y dolientes y que se cansarían de buscarlos y
no los encotrarían en la Tierra porque Ella no era de aquí. ¡Ella
era celestial! Yo les digo que mamá decía que Ella no era una
monja, mamá decía que Vuestra Madre era la SantísimaVirgen
María.

Mamá y papá me dijeron: “Un día Vuestra Madre se encerró en


su casita por tres días y salió con su manto de la Virgen del
Carmen”. Y todo el mundo la vio y no se sabe de dónde Ella
sacó todo eso; Vuestra Madre no llegó con maletas, ni con
ropas, ni nada de eso. Dicen papá y mamá que ellos se
quedaron sorprendidos al verla con la corona de la Virgen del
Carmen. Decía papá y mamá que era una corona, corona,
corona y el vestido era el de la Virgen del Carmen. Vuestra
Madre les dijo que las cosas de Ella no eran de la tierra, que las
cosas de Ella eran celestiales”.

Vuestra Madre no es como dice la gente en un libro de la Santa


Montaña que habla de Vuestra Madre. Dice que Ella era una

138
sirvienta que trabajaba en una fábrica de tabaco y que era una
monja, nada de eso es cierto. Vuestra Madre era la Virgen del
Carmen. Otros dicen que era una nena que vivía allí en aquel
monte, eso no es verdad. Si fuera en estos tiempos, ¿ quién
sabe? Se podría creer poque hay luz en todos lados y carretera,
pero cómo se vivía en aquellos tiempos y cómo estaban las
cosas; ¡se necesitaba para vivir allí, sabe! Te puedo contar la
verdad porque papá y mamá estuvieron todo el tiempo con
Vuestra Madre por muchos años hasta que Ella dio el cambio y
se fue.

Papá y mamá siempre le sirvieron, te puedo contar uno de los


milagros que hubo allí porque Vuestra Madre se pasaba
haciendo milagros para que ellos supieran quién era Ella. Un
día me contó mamá que unas espiritistas se reunieron aquí en
el pueblo de Patillas y se hablaron, éstas se pusieron de
acuerdo y se dijeron una a la otra: “¡Vamos para allá!” “Vamos a
ver quién tiene más poder y quién sabe más, si la que está en
la montaña (refiriéndose a Vuestra Madre) o nosotras.” Éstas
se metieron en el monte adentro hacia la obra. A todo aquello
donde estaba la casita de Vuestra Madre se le conocía como La
Obra, allí donde se encuentra la palmita de coco que Vuestra
Madre sembró. Mamá y papá me decían que aquel lugar en
específico se le conocía como La Obra, allí en el cuadro. El
cuadro era todo el terreno de la cima de la Santa Montaña.

Cuenta Mamá: “Cuando llegaron las espiritistas hasta una cepa


de guineo que había un poco antes de la palmita de coco de
Vuestra Madre, se enrredaron allí a pelearse una con la otra y
no pudieron llegar a dónde estaba Vuestra Madre. Papá me
contó que cayeron de cabeza y se enrredaron una con la otra y
siguieron por allí para abajo por aquellas matas de guineo.
Contaban papá y mamá que hasta que no le pidieron perdón a
Vuestra Madre no pudieron separarse ni pararse del suelo.
Ellas se arrepitiron y le pidieron perdón”. Vuestra Madre se
acercó a ellas y les dijo: “Ustedes venían a probarme, a
tentarme; pues ya saben cuál es mi poder porque lo mío no es
terrenal lo mio es celestial, les ordeno que se vayan a confesar y
sigan a mi Hijo”.

139
Otro milagro que papá me contó que hizo Vuestra Mardre fue
con un limón agrio que le llevó un señor del pueblo de
Maunabo. Éste señor iba de camino a la Santa Montaña y se
encontró con un palo de limón agrio y cogió un limón de este
palo para probar a Vuestra Madre. Le habían hablado de los
milagros que Ella hacía. Cuando éste llegó al portón de la
entrada de la montaña se arrepintió y lo escondió en los
bolsillos de su pantalón y no se lo dijo a nadie. Vuestra Madre
durante la prédica lo llamó por su nombre sin nadie decírselo.
Ella lo llamó y le dijo: “Fulano de tal, saca del bolsillo el limón
que me trajiste, móndalo y repártelo.” Cuando la escuchó, se
asustó tanto que sacó el limón que guardaba en el bolsillo
inmediatamente”. Ella le dijo: “Móndalo, pícalo, repártelo y
come tú también’’. Fue más grande el susto cuando él lo probó,
dijo que el limón era más dulce que el azúcar y cayó de rodillas.
Estuvo todo el tiempo pidiéndole perdón a Vuestra Madre. Papá
me contó que otro día fueron otros hombres a probarla porque
a Vuestra Madre iba mucha gente a probarla e intentaban
matarla.

Papá me contó que fueron unos hombres a probarla para ver


quién era Ella y cómo era y Vuestra Madre hizo otro milagro.
Estos hombres se dirigieron a la Santa Montaña y se metieron
monte adentro, se perdieron y no encotraban la salida. Vuestra
Madre tenía dos perros: uno de ellos se llamaba Leal y el otro
Galán. Doña Reina, Ella al saber lo que les estaba sucediendo a
estos hombres en el monte, los envió a buscar con los perros.
Le diré que Vuestra Masdre lo sabía todo, sin que nadie le
dijera nada. Ella le dijo a los perros: “Váyanse y busquen a esas
personas que están perdidas y tráiganlos.” Los perros
obedeciron y fueron a alcanzarlos. Cuando los hombres los
escucharon y los vieron e inmediatamente los reconocieron y
dijeron: “¡Mira los perros de Vuestra Madre, vamos a seguirlos!’’
Así fue como los perros los sacaron del monte y los trajeron a
La Obra, donde estaba Vuestra Madre esperándolos.
Inmediatamente que vieron a Vuestra Madre se arrodillaron y le
pidieron perdón por sus malas intenciones. Estos hombres
habían ido anteriormente a escuchar sus prédicas y conocían
a los perros de Vuestra Madre.
140
Cuenta papá que en otra ocasión iba una peregrinación con
mucha gente hacia la iglesia del pueblo de San Lorenzo con
Vuestra Madre ya que los llevaba a casar y a bautizar. Cuando
llegaron a la Iglesia, el sacerdote (padre Joaquín Saras) no los
quiso atender porque estaba cansado. Vuestra Madre insistía y
le dio órdenes al sacristán Ignacio Sánchez de que hiciera el
favor de llamar al sacerdote. El sacerdote se negó y Vuestra
Madre le volvió a decir con el sacristán que hiciera el favor de
atenderla. Éste no quería atenderla y le mandó a decir a Ella:
“Dile a Vuestra Madre que es muy tarde y que venga
mañana”. Vuestra madre le volvió a mandar a buscar y él no
quiso levantarse. A las tres veces que padre Joaquín Saras
no quiso atenderla, Ella puso las manos en las puertas de la
iglesia y éstas se abrieron, Ella entró a la iglesia con todo el
gentío que traía.

El sacristán Ignacio Sánchez salió corriendo y le dijo a padre


Joaquín Saras: “¡Padre, padre, Vuestra Madre abrió las puertas
de la iglesia y ya están adentro!” Padre Joaquín Saras le
preguntó: “¿Cómo pudieron entrar? ¿Cómo Ella pudo hacer
eso?” El sacristán, Ignacio Sánchez, le contó al sacerdote de
cómo Vuestra Madre puso sus manos en las puertas de la
iglesia y se soltaron las trancas y éstas se abrieron de par en
par. Cuando padre Saras fue a donde estaba Vuestra Madre,
le pidió perdón de rodillas y estuvo toda la noche casando y
bautizando. Así era todo eso cuando Vuestra Madre estaba en
la Santa Montaña, según me contaban mamá y papá. ¡Ellos la
querían tanto!

Papá también me contó que don Luis Muñoz Rivera, el papá de


Don Luis Muñoz Marín, le dijo a papá que un día él estaba en la
plaza de Yabucoa y Vuestra Madre le dijo que la llevara a San
Lorenzo. Por el camino tuvieron una gran conversación. Antes
de que Ella se subiera a la calesa, éste le comentó a papá:
“¿Cómo yo voy a montar a esta niña tan misteriosa en mi
calesa? ¡Esa niña no es de este mundo!” Estas palabras fueron
dichas por don Luis Muñoz Rivera a mi papá. Le digo, doña
Reina, las mismas palabras que él le dijo a mi papá. Así papá
me lo contó. Con todo su asombro don Luis Muñoz Rivera la

141
montó en la calesa y la llevó al barrio Espino, sector Morena de
San Lorenzo hasta donde pudo llegar la calesa. Papá dijo: “Ella
siguió camino hacia la Santa Peña”. Él le dijo a papá: “¡Leolio,
esa niña tiene que ser la Santísima Virgen María!”

Esta conversación que tuve con doña María Magdalena


González me llevó a preguntarme: ¿Cuál sería el motivo de la
visita de Don Luis Muñoz Rivera al pueblo de Yabucoa? ¿De
qué trataría la conversación que ambos tuvieron? Buscando en
la historia encontré que para el año 1907 se celebró una
reunión conjunta con 35 miembros de la Cámara de Delegados
y de la Junta Central del Partido Unionista donde acordaron
actuar contra la Ley Fóraker. Según ellos, esta ley destruía la
identidad de los puertorriqueños. Don Luis Muñoz Rivera en
un intento por mantener la unidad del partido lo llevó a buscar
delegados en los diferentes pueblos de la isla. Esta ley proponía
que se pospusiera la consideración final de status mientras se
lograban reformas específicas. La búsqueda de delegados lo
llevó a encontrarse con Vuestra Madre que también visitaba el
pueblo de Yabucoa. Como don José (Leolio) González andaba
con Don Luis Muñoz Rivera, fue testigo de ese encuentro.

Otro milagro del cual papá fue testigo sucedió un día de los
muchos que Vuestra Madre iba al Charco Azul de Patillas. Ese
día acompañaban a Vuestra Madre muchas mujeres y hombres
también. A una de las mujeres se le cayó un lío de ropa que
llevaba a lavar en el Charco Azul, el lío al caer al agua siguió
subiendo y bajando dentro del agua. Uno de los hombres quería
meterse al charco para sacarlo y Vuestra Madre le dijo que no
se tirara ahí porque ese charco era muy hondo y no tenía fin,
por lo tanto se podía ahogar a menos que aclamaran por Ella
diciendo: “¡Ay Vuestra Madre, sálvame!” El que dijera esto, no
se ahogaría. El muchacho dejó el lío de ropa que salió solito
hacia arriba y todos se quedaron asombrados cuando el lío de
ropa salió hacia fuera y uno de los hombres que andaba con
Ella lo cogió. Cuando cogió el lío, todos lo miraron y se dieron
cuenta que estaba seco como si nunca hubiera caído al agua.
Papá me dijo: “Todos se quedaron asombrados. Estaban muy
callados, mirándose unos a otros”.

142
Vuestra Madre permaneció allí por diez años en la Santa
Montaña haciendo muchos milagros. Papá presenció tantos
milagros que hizo Vuestra Madre, él vivía pensando sólo en
Ella. Tanto mamá como papá están en el cielo con Vuestra
Madre y con Nuestro Señor Jesucristo. Ellos decían: “Vuestra
Madre nunca estaba sola, el Señor estaba con Ella”. Ellos
vivieron el cielo en la Santa Montaña.

Era muy grande la cercanía que ellos tuvieron con Vuestra


Madre. Papá me dijo: “Cerca del Charco Azul hay una ermita
donde Vuestra Madre iba a hacer su misión y predicar”. Papá
siempre estaba con Ella, me decía que en la Santa Montaña
siempre había respeto y silencio. El respeto a todo aquello en
aquel santo lugar era muy grande ya que todo aquello era muy
sagrado y que lo que estaba en la Santa Monteña era muy
sagrado. Mire, eso allí ahora no es como en aquellos tiempos.
Vuestra Madre dijo que nunca dejaran de rezar el rosario, que
siempre lo rezaran ya que éste les salvaría. Papá me dijó: “Allá
en la Santa Montaña hay una palma de cocos que Vuestra
Madre la sembró al lado de La Obra y dijo que ésta florecería
para los finales, que solo florecería para entonces”.

Doña Reina, cuando Vuestra Madre dio el cambio, mandó a


todos para sus casas. Ella siempre decía que no dijeran que
Ella moría, sino que daba un cambio de la Tierra al cielo, pero
que siempre Ella estaría allí en la Santa Montaña. Ella les
ordenó a los que estaban allí que se fueran, pero a papá le
ordenó que se fuera a cocinar y a los músicos les ordenó que se
pusieran a tocar himnos celestiales y ellos así lo hicieron.
Vuestra Madre se encerró en su casita. Papá me contó que
todos se pusieron muy tristes y me dijo que como a la hora de
haberse encerrado en su casita, se le apareció a él y le dijo:
“Leolio, mi hijo, vete que ya di el cambio, anda, vete a mi casita
que ya di el cambió; avísales a todos”.

Papá contó que él cayó de bruces cuando la oyó. Él no podía


sostenerse de pie, eso fue algo muy grande y se fue calladito y
no dijo nada a nadie. Buscó debajo de la casita de Ella y allí
fue grande su asombro cuando encontró el charco de sangre

143
que Vuestra Madre había derramado. Papá me dijo que esa
sangre no la tocó nadie, que la sangre la recogió enseguida la
niña Francisca con unos paños. Vuestra Madre había dejado
dicho quién debía recoger su sangre y así se hizo. Sé que hace
unos años atrás iban a hacer una bóveda en la Santa Montaña
y al excavar allí encontraron los paños con que habían recogido
la sangre de Vuestra Madre. Éstos se encontraban intactos y los
volvieron a enterrar. La sangre estaba fresca como si la
acabaran de enterrar. ¡Tremendo susto! Fíjese, doña Reina,
estos paños estaban como si los acabaran de enterrar. Los
paños no se pudrieron a pesar de tantos años de haber sido
enterrados. Las personas que hicieron esto ya están muertas y
ellos nunca dejaron de contar lo que sucedió con los paños.
Todo esto fue real, eso fue así. Papá y mamá siempre nos
decían que Vuestra Mdre era la Santísima Virgen María.

Papá y mamá están en el cielo con Vuestra Madre y con Nuestro


Señor. Hace poco mi hermano abrió el panteón familiar y se
cercioró de ver a papá intacto a pesar de que había muerto
hacía tiempo. Él quería verlo una vez más y cuando lo vio me
contó que papá estaba intacto. Estaba igualito que cuando lo
enterraron. ¡Qué más muestra que esa! De eso yo estoy muy
segura y feliz.

Papá decía: “Vuestra Madre nunca estaba sola, que el Señor


siempre estaba con Ella”. Mamá amaba a Vuestra Madre. Papá
y mamá estaban convencidos de que Vuestra Madre era la
Santísima Virgen María.

Papá me contó que Vuestra Madre le dijo un día: “Leolio, tú te


quedarás para dar testimonio de mí en la Santa Montaña y así
cumplir hasta el último día, yo te daré una capa de oro en el
cielo”. Papá aún muy viejito y enfermo iba y venía desde
Patillas hasta la Santa Montaña. Sólo nos repetía la promesa
que le hizo a Vuestra Madre. Le prometió que él se quedaría allí
en la Santa Montaña dando testimonio de Ella y velando por ese
lugar hasta su último día. Estaba muy, pero muy enfermo y
venía a los médicos del pueblo de Patillas. Nosotros, los hijos, lo
atendíamos. Mi hermana María González se quedó viviendo en

144
la Santa Montaña y lo atendía allá, cuando él iba. Como
Vuestra Madre le dijo que lo bendeciría y que vendría desde el
cielo a buscarlo con una capa de oro, si él le cumplía su
promesa; papá nunca dejó de cumplirle a Ella. Papá me pedía
con desesperacíon que lo llevara a la Santa Montaña a morir. Él
quería morir allí, donde él aseguraba que estaba Vuestra Madre
y así lo complací cuando ya estaba bien malito. Él sabía que
iba a morir, lo llevé con mi esposo en un “Jeep” a la Santa
Montaña. Por el camino él iba complacido y contento.

Doña Reina, le diré que aquellos caminos estaban muy malos.


Con tanta lluvia se nos hacía muy difícil, pero lo llevamos y a
los pocos días papá murió muy feliz. Él nos decía: “Vuestra
Madre dijo que los sacerdotes no creerían en Ella, que ellos
nunca creerían, pero que Ella los esperaría allí en la Santa
Montaña”. En cuanto a la política oí a papá decir: “Vuestra
Madre en aquellos tiempos hablaba de los políticos y de sus
creencias”. Pero nadie entendió en ese entonces lo que Ella les
decía ya que ellos no tenían conocimiento de ese tema en aquel
entonces.

Ella dijo: “Los católicos se tendrían que vestir de plomo para los
finales de los últimos tiempos, porque vendrían muchos
engañadores de la religión para engañar a los de la fe católica”.
Dijo que se pusieran el traje de plomo para que no fueran
engañados.

Mire, doña Reina, papá me contó que el día que don Luis
Muñoz Rivera la encontró a Ella en el pueblo de Yabucoa, éste
estaba dando unas reuniones y había salido a dar una vuelta
por la plaza; Vuestra Madre se le apareció, lo llamó por su
nombre y le ordenó que la llevara al barrio Espino de San
Lorenzo. Éste así lo hizo y la llevó hasta donde pudo llegar la
calesa porque los caminos eran malos. Desde ahí Vuestra
Madre siguió y entró monte adentro hasta llegar a la Santa
Peña. Don Luis Muñoz Rivera le dijo a papá: “Esa niña no es de
aquí y para mí es la Virgen María”. Mire, doña Reina, a mí me
gustaría ver a doña Melo la nieta de don Luis para preguntarle
si su abuelo alguna vez les habló de Vuestra Madre a ellos.

145
-Doña María Magdalena, dígame: ¿Don Luis Muñoz Rivera tenía
la seguridad de que Vuestra Madre era la Santísima Virgen?

-Doña Reina, ¡pues claro que sí! Él mismo se lo hizo saber a


papá. Papá me decía que lo que pasaba allí no se podía hablar,
de esas cosas que pasaban allí no se podía hablar. Es más,
doña Reina, todavía al sol de hoy no se puede hablar de Vuestra
Madre y de lo que allí pasaba en aquel entonces y todavía todo
es igual que en aquellos tiempos.

No nos creen, ni se nos escucha. Fíjese, cuando Vuestra Madre


dio el cambio, la llevaron a enterrar al pueblo de San Lorenzo y
la caja iba vacía. Eso fue rápido, todos se dieron cuenta que la
caja no tenía “na” y estaba vacía. Papá me dijo: “La caja estaba
vacía”. Mi papá y mi mamá sabían que Ella era la Santísima
Virgen del Carmen. Vuestra Madre le llegó a dar reliquias a
papá y a mamá, les dio unos de los cordones (cíngulo) que Ella
se ponía en su cintura, una crucecita de oro y unos guantes. La
crucecita mamá se la puso a mi hermano cuando fue a la
guerra y la trajo de regreso a casa, luego se la dio a mi otro
hermano que también fue a la guerra y también regresó.

Doña Reina, le voy a contar lo que le sucedió a una prima mía


llamada Antonia Lebrón. Un día mi prima y su mamá que era
hermana de mi mamá fueron a mi casa. Sucede que mi prima
trabajaba de sirvienta en una casa de familia. Le sucedió que
trabajando en esa casa le salió en una pierna un abceso, luego
se le convirtió en una pequeña llaga la cual se le fue
agrandando con el tiempo; se fue convirtiendo en una úlcera
muy grande, se le hizo en un hueco en la pierna y apenas podía
caminar ni estar de pie. Tanto mi tía como mi prima le pidieron
a mi mamá que las llevara a la Santa Montaña. Mi mamá no la
quería llevar debido a lo delicada de salud que se encontraba
mi prima, pero mamá después de pensarlo un poco, le dijo a mi
prima Antonia que si tenía fe con mucho gusto la acompañaría.
Ambas se prepararon y se fueron cruzando el camino que
atravesaba la finca de don Ambrosio Crespo. Este camino
conducía hacia el Charco Azul; este camino las llevó directo a la
Santa Montaña, al ranchito donde se encontraba la casita de

146
Vuestra Madre, cerca de la palmita de coco que sembró Vuestra
Madre en La Obra; estaba lloviendo y la tierra estaba blandita.
Antonia inmediatamente empezó a echarse tierra en el hueco
que le había provocado la úlcera y lo llenó todo de la tierra del
lugar donde Vuestra Madre había dado el cambio. Mi tía le dijo :
“Muchacha, tú vas a coger una infección que ahora sí te van a
tener que cortar esa pierna”. Mi prima Antonia le dijo a mi tía:
“Mamá, no te preocupes que Vuestra Madre me va a curar”.
Todas se fueron por la tarde y fíjese, doña Reina, a la semana
ya mi prima estaba sana. Todos estabamos asombrados de ese
gran milagro.

Otra cosa que yo les quiero aclarar es que Elenita, no era


Vuestra Madre. No sé de donde se inventaron lo de Elenita.
Vuestra Madre no era ninguna Elenita, no. Papá dijo: “Ese
nombre se lo inventaron personas mal intencionadas”. Papá y
mamá siempre estuvieron con Vuestra Madre y se preguntaban:
“¿De dónde y quiénes se inventaron eso de llamarla con el
nombre de Elenita?” Vuestra Madre era la Santísima Virgen del
Carmen y todos los que estaban con Ella lo sabían. Las
personas que dijeron eso, nunca estuvieron con Vuestra Madre.
No estuvieron con Ella porque de haber estado tendrían que
saber que Vuestra Madre era la Santísima Virgen del Carmen
como siempre se identificó.

Papá y mamá decían que a Ella la perseguían porque ellos (los


republicanos los protestantes y los masones) sí sabían que Ella
era la Santísima Virgen del Carmen. Papá me contaba muy
triste que allí nunca se le oyó llamarla por el nombre de Elenita
o Elena en los diez años que estuvo allí. “Eso se lo inventaron
muchos después de que Vuestra Madre diera el cambio”. Él les
decía a las personas que la llamaban por el nombre de Elena o
Elenita que Vuestra Madre no era Ninguna Elenita, que Ella era
la Santísima Virgen del Carmen, la que vivió en la Santa
Montaña”. Parece que alguien mal informado lo dijo porque eso
de Elenita, nos decían papá y mamá, allí no se conocía. ¡Si
Vuestra Madre era la Santísima Virgen! Ella era la que ellos
conocieron, allí en la Santa Montaña no había ninguna
misionera, ni sirvienta, ni monja con el nombre de Elenita.

147
Vuestra Madre dijo que allí era su Monte Carmelo. Papá y
mamá siempre lo decían: “Vuestra Madre decía que allí era el
Monte Carmelo”. Papá decía: “Eso de Elenita que lo vayan
eliminando porque Vuestra Madre dijo que iba regresar y así lo
hará y se verá”. Papá y mamá contaban que Vuestra Madre
decía que si Ella derramaba su sangre allí en la Santa Montaña,
Puerto Rico sería vendecido”. También dijo que la Santa
Montaña quedaría frente a frente a Jerusalén, donde su hijo
había derramado su sangre. Por eso papá decía que por eso
sucedían tantas cosas grandes allí en aquel santo lugar y por
eso también suceden tantas cosas en Puerto Rico y la Madrecita
Santa siempre interviene por nosotros. Los que no creen en la
obra de Ella, destruyen la obra.

Papá me dijo: “Vuestra Madre siempre decía que los sacerdotes


no creen, pero Ella dijo que para el final los sacerdotes sí iban a
creer”. ¡Fíjese, Doña Reina, todavía eso no se ha visto, pero lo
seguiremos esperando!

-¿Doña Magdalena había mucha pobreza para aquel tiempo?

-Había mucha pobreza, mi hija, no había lujos en las casas, ni


en las personas. Las casas eran de paja y de yaguas. Vuestra
Madre dijo: “Todos mis hijos van vivir en casas de piedra y van
a vivir unos encima de los otros”. También dijo: “Dejarán la
ciudad y se irán a los campos y los campos se volverán
pueblos”. ¡Ya usted ve! También dijo: “El que tuviera su cantito
de terreno, no lo suelte, ni lo cambie por nada porque en los
últimos tiempos todo el mundo estaría en los campos”. Todo el
mundo se iría para el pueblo, pero después se llenarían los
campos porque la gente iba a volver de nuevo. Ya usted lo está
viendo, la gente de San Juan está viniendo a comprar al campo,
pero luego se notará más.

Mire, por eso a mí no me asusta nada, porque Vuestra Madre


todo lo dijo. Ella lo sabía todo y había dicho que esto pasaría
así. No tuve el privilegio de ver a Vuestra Madre, pero creo
fielmente en lo que Ella le dijo a mamá y a papá porque ellos me
lo dijeron todo. Ellos eran unos muchachos cuando Vuestra

148
Madre llegó allí y todavía no se habían casado. Mi papá me
contaba todo y mamá también.

-¿Doña Magdalena qué le dijo su papá sobre irse a vivir a la


Santa Montaña?

-Él me dijo que si cumplía con lo que Vuestra Madre le pidió,


Ella le tendría una capa de oro en el cielo, pero que tenía que
estar allí hasta el último día de su vida. Él le cumpió a Vuestra
Madre. Allí papá y mamá fueron muy felices. Todos nos criamos
allí en la Santa Montaña, luego me casé y todos mis hermanos
se fueron casando y papá se quedó allí con mamá en la Santa
Montaña, pero luego ella enfermó. Papá se quedó con mi mamá
hasta que murió en el 1965. Después mis hermanos se trajeron
a papá cuando estaba muy viejito y enfermo a vivir al pueblo de
Patillas. Él tenía una pierna muy mala y se la tuvieron que
cortar. Siguió malito y me pidió que lo llevara a la Santa
Montaña ya que el tenía que cumplir con lo que Vuestra Madre
le había pedido, le cumplimos su deseo y lo llevamos. A los
pocos días de estar allí, murió, él sólo vivía pensando en
Vuestra Madre.

Papá nos dijo que Vuestra Madre había dicho que nunca
dejáramos que el águila americana gobernara a Puerto Rico
porque íbamos a sufrir mucho. Dijo que ellos no lo verían, pero
los hijos de los hijos, sí. ¡Ya usted ve! También Vuestra Madre
les enseñó el purgatorio a ellos. Nos contaron papá y mamá que
un día Ella mandó a recoger y a amontonar mucha madera e
hizo una fogata bien grande y la prendió, cuando las llamas
estaban bien altas, Ella les dijo: “¿Ustedes ven bien esas
llamas?, las llamas del pulgatorio apagan éstas. Luego le
preguntó: “¿Quién se atreve a meterse?” Dos hombres se iban a
meter y ella los detuvo y les dijo: “Cuando ustedes tengan que
pasar por ahí, mis hijos, yo los salvo cuando me invoquen para
que no se quemen. Las llamas del purgatorio lo que hacen es
purificar el alma, se purifica y luego sube al cielo, pero siempre
pídanme que los salve que yo lo haré.” Ella dijo que siempre
estaba en la puerta del purgatorio esperándonos.

149
También dijo: “Desde el 1960 en adelante, si la gente continúa
dándole la espalda a Papito Dios, pasarán cosas muy grandes y
llegará el momento que el mar se saldrá de su sitio. Esto será
cuando la gente se canse de buscar religiones inútiles y falsas.
En ese momento los católicos tendrán que vestirse de plomo
porque vendrán muchas religions falsas si los hombres no
cambian y no vuelven a la fe católica”.

Ella dijo que para los finales brotaría un manantial en la Santa


Peña porque el agua se escasearía, allí habría agua para todos
sus hijos. Para los finales los sacerdotes se escasearían y serían
muy pocos los sacerdotes. Siempre papá tenía el cíngulo que le
regaló Vuestra Madre y cuando él faltó, mi hermana lo donó a la
iglesia. Papá dijo que cuando fueran muriendo todos, el último
que quedara llevara el cíngulo a la iglesia y lo donara todo. A
mi hermana María no sé qué fue lo que le pasó, todo lo dio; si
no yo tuviera ahora mismo todas esas reliquias y se las haría
llegar a donde papá nos pidió, pero las cosas del Señor nadie
las entiende.

Doña María Magdalena es una señora que a luchado por seguir


el ejemplo que le dejo su papá, don José y su mamá doña
Angelina. Esta señora es un diario abierto donde se encuentra
escrita la historia de Vuestra Madre, sus padres fueron las
manos que la escribieron, y el corazón de ella el papel en que se
escribió. Cracias doña María Magdalena.

150
Confabulación para desaparecer la historia de
Vuestra Madre

La historia de Vuestra Madre cumplió 107 años y todavía no ha


sido aclarada debido a la persecución que ha habido contra
ésta. Esta historia es verídica y se comprueba por los hechos
que acontecieron en ese lugar y por los nombres verídicos de
testigos que presenciaron cada detalle de los acontecimientos
relacionados con Vuestra Madre de la Santa Montaña de San
Lorenzo. Me convertí en parte de esta historia frecuentando la
Santa Montaña por más de 25 años. De toda esta historia me
memoricé unas palabras que Vuestra Madre dijo: “Mis hijos yo
voy a dar un cambio, pero siempre estaré con ustedes; siempre
estaré en este lugar, unos me verán y otros me sentirán, pero
siempre estaré con ustedes; siempre estaré aquí en este lugar”.

Estas palabras tan profundas me motivaron a realizar esta


investigación. He encontrado los nombres de las personas y los
motivos que los movieron a perseguir e intentar desaparecer a
Vuestra Madre, la Virgen del Carmen de la Santa Montaña, de
San Lorenzo y toda evidencia de lo acontecido con Ella .

Ella me había curado a mi hijo de sus pulmones secos debido a


tantas pulmonías y bronconeumonía que a tan corta edad le
habían dado, también sanó a mi esposo de una meningitis
bacterial despúes de haber estado debatiéndose entre la vida y
la muerte por un periodo largo en el hospital San Pablo de
Bayamón. Su médico de cabecera lo fue el doctor Carlos Pérez
Berdeguer, quién lo atendió como un verdadero hijo de Dios y
como todo un verdadero médico. Puerto Rico necesita de
muchos médicos como él. De esta enfermedad mi esposo quedó
vivo milagrosamente ya que la Administración de Veteranos le
había negado sus servicos. Vuestra Madre de la Santa Montaña
nos hizo muchos otros milagros. En agradecimiento a sus
favores decidí cumplirle lo que Ella me pedía, que la diera a
conocer. Quizás pienses que Ella se puede dar a conocer por sí
sola, pero te diré que los misterios del Señor van mucho más
allá y nadie los entiende.
151
Pidiendo luz a Vuestra Madre y al Espíritu Santo, paráclito de
la Santa Iglesia Católica pude confirmar la misión que Ella
guardaba para mí. Con la luz del Espíritu Santo y dejándome
guiar por la Santísima Virgen María descubrí la gran
confabulación que se organizó en contra de Ella desde aquella
época. Toda la confabulación ha tenido como propósito
desaparecer la verdadera identidad y la verdadera historia de
Vuestra Madre. Lo sucedido en nuestra isla, particularmente en
aquel hermoso y santo lugar conocido como: La Santa Montaña
de San Lorenzo, ha sido escondido por el gobierno
norteamericano desde sus comienzos. Para esto han contando
con el apoyo de algunos líderes de la Iglesia Católica. En la
actualidad se sigue confundiendo a Vuestra Madre de la Santa
Montaña de San Lorenzo con una misionera protestante
llamada Elena Huge/Huyke, que llegó de Curazao, Islas
Vírgenes. Estas personas crearon esta confusión con todo el
propósito de borrar de las mentes de nuestros hermanos
puertorriqueños el origen sagrado de Vuestra Madre. Ella bajó
del cielo y siendo la Madre de Nuestro Señor Jesucristo su
origen es Santo y sagrado y participa de la Divinidad, al ser La
Esposa del Espíritu Santo .

Cuando Vuestra Madre dio el cambio el 29 de septiembre de


1909 (Fiesta de los Santos Arcángeles), se le notificó
inmediatamente al juez Alejandro (Lili) Buitrago y al alcalde
incumbente de San Lorenzo don Francisco Machín Machín.
Esta notificación les llegó por medio de una de aquellas
personas que ellos tenían como espías cerca de los lugares que
Vuestra Madre visitaba para que le mantuvieran informados de
todo los acontecimientos.

152
La noticia se corrió inmediatamente en el círculo de los altos
dignatarios y personas de la alta sociedad de aquella época,
tales como:

don Sebastián Aponte Srta. Santos Sellés

don Nicolás Casas Sellés don José Sellés

don Feliciano González don Manuel Vázquez

don José Fernando Aponte don Francisco Gutiérrez

don Juan Cruz Mangual don Fernando Vázquez

don Modesto Aponte don Francisco Torres

don Pablo Trucharte don Manuel Gutiérrez

el padre Joaquín Saras Srta. Carmen Sellés

don Antonio Puras don Manuel Sellés

don Inocencio Sellés Srta. Mariana Penzol

don Julio Mangual don Mariano Sara

don Juan Hernández Srta. Virginia Torres

don Juan E. Villafaña Dr. Luis García

don Francisco Rincón Srta. Amparo Santiago

don Pascual Barreras Dr. Luis Echevarría

don José Antonio Torres Srta. Maria Veloso

don José Dávila Dr. Ramón Cabrera

don Isaac Mangual Srta. Rafaela Gómez

Srta. Mariana Mangual Dr. Ramón Fortuño Larroche

don Juan Sellés Ramon Fortuño Selles

don Rodríguez Seijo Srta. Luisa Porrata Doria

Srta. María Sellés Dr. Prudencio Unanue

don José Buxó Bazart Srta. Catalina Báez

Srta. Elena Buxó Dr. Ramón Nieves

don Joaquín Ramos Srta. Juana Figueroa

Srta. María Ramos don Generoso Morales y otros

Lcdo. Fernando Martínez

153
La mayoría de ellos eran libres pensadores (masones) con
ideales republicanos. Se les notificó inmediatamente a través
del telégrafo a las máximas autoridades del gobierno que
dirigían como a las máximas autoridades de la iglesia que
pastoreaban al pueblo, tales como el gobernador George Colton
y el obispo William Ambrose Jones bajo la colaboración del juez
Alejandro (Lili) Buitrago. En esa época el gobierno
norteamericano controlaba la administración del Estado y la
Iglesia Católica en nuestra isla ya que poco a poco los
sacerdotes de procedencia española fueron saliendo
forzosamente de la isla por presiones culturales, políticas y
económicas.

Por consiguiente, los obispos norteamericanos fueron buscando


sacerdotes de procedencia norteamericana para que ayudaran
al nuevo gobierno norteamericano en el proceso de colonización
de Puerto Rico.

El juez Alejandro (Lili) Buitrago al igual que el Sr. Francisco


Machín, alcalde incumbente de San Lorenzo para el 1909,
fueron las personas con mayor responsabilidad y mayor
influencia en la ejecución y el encubrimiento de la
confabulación. Ellos querían desaparecer todo aquello que
revelara que Vuestra Madre era en realidad un ser sobrenatural
ya que se trataba de la Virgen del Carmen y no de Elena
Huge/Huyke como tantas personas quisieron hacernos creer
hasta el día de hoy. En cuanto a don Francisco Machín, les
puedo decir que tenía una fábrica de tabaco en el pueblo de San
Lorenzo, además se dedicaba al cultivo de la caña de azúcar y
mantenía muy buenas relaciones con los norteamericanos y
otros extranjeros con los que viajaba en barco junto a su
esposa en planes de negocios constantemente, ya que ambos
teníangrandes intereses comerciales. Algunos de ellos eran: los
Portelas, los McCormick y los Huyke; estas familias tenían
grandes centrales azucareras como de cigarros y se dedicaban a
la exportación de azúcar tanto en el pueblo de Arroyo, como en
Guayama y Arecibo. Estas personas abusaban de los
campesinos haciéndolos trabajar largas horas y los explotaban
obligándolos a trabajar hasta los domingos y días de descanso.

154
Los confabulados eran en su mayoría republicanos y libres
pensadores y muchos de ellos eran de religión protestante. El
líder del gobierno republicano para esa época era don José
Celso Barbosa quien también fue masón y perteneció a la Gran
Logia Soberana de San Juan junto con los grandes masones
ilustres Entre ellos también estaba el Juez llamado Alejandro
(Lili) Buitrago quien ejercía un gran liderazgo y tenía unas
metas muy específicas ya que pertenecía a la Logia Masónica
#226 del pueblo de Guayama. Durante estas reuniones y en
dichas logias era que se planificaba con mucha astucia y
cautela todo lo que ejecutarían luego. El juez Alejandro (Lili)
Buitrago tenía mucha influencia con los políticos prominentes
del país. Controlaba todo el liderazgo del pueblo de San Lorenzo
ya que era: médico, político, abogado, fiscal, letrado, etc. y años
más tarde pasó a ser alcalde de Guayama. Estos perseguidores
formaron una especie de organización que respondía a los
intereses del gobernador George Colton y al obispo William
Ambrose Jones. Este último era líder de la jerarquía de la
Iglesia Católica para aquel entonces y sus ideales eran
republicanos. El gobernador George Colton en el 1909 también
compartía estos mismos ideales. Todas estas personas
perseguían sin misericordia a aquellos pobres campesinos que
frecuentaban la Santa Montaña de San Lorenzo, Puerto Rico.
Perseguían particularmente a los que tenían fe de que Vuestra
Madre era la Santísima Virgen del Carmen.

El mensaje transmitido a estos campesinos por medio de las


constantes prédicas de Vuestra Madre era totalmente opuesto a
los ideales e intereses de estos políticos, en su mayoría
protestantes y libres pensadores. Estos inculcaban al pueblo de
Puerto Rico motivos y razones de conveniencia para que el
pueblo aceptara de buena fe la colonización de la isla por parte
del nuevo gobierno norteamericano para el cual trabajaban.
Por otra parte los sacerdotes en su mayoría de origen
norteamericano sugerían al pueblo puertorriqueño,
especialmente a los pobres campesinos, durante sus prédicas
que el solo hecho de pensar en sus intereses por encima de los
intereses de los nuevos colonizadores era “pecado”. Imagínense
lo ofendidas y pisoteadas que se sentían estas personas
155
cuando Vuestra Madre, bajo la Luz del Espíritu Santo, les
predicaba a todos la libertad que nos daba Nuestro Señor Jesús
y la igualdad que debería existir entre los seres humanos, todo
esto bajo la misma fe católica. En aquel entonces aquellos
sacerdotes de origen norteamericano predicaban con sus obras
todo lo contrario.

Existía una relación entre el obispo William Ambrose Jones y el


juez Alejandro (Lili) Buitrago. Esta relación es evidenciada en
una carta que el juez redacta por petición del señor Joaquín
Crespo, quien no sabía de letra, pero pertenecía al Partido
Republino. Este campesino al igual que los que lo
acompañaban, no se dirigieron a padre Pedro Puras como
debieron haberlo hecho. Ellos tenían conocimiento de la gran
amistad de este juez con el obispo William Ambrose Jones y la
influencia que tenía el juez sobre el obispo. Alejandro (Lili)
Buitrago le había declarado la guerra a padre Pedro Puras. Este
juez controlaba el telégrafo y todos los medios de comunicación
desde su casa ya que en aquel tiempo la máxima autoridad era
el juez y éste tenía acceso a los pocos medios de comunicación
que existían. La carta fue dirigida al obispo William Ambrose
Jones fechada el 9 de octubre de 1909. El juez aclara en esta
carta que tanto don Joaquín Crespo como otros campesinos le
suplicaban que le escribiera al obispo porque ellos no sabían de
letra. Parecía que Joaquín Crespo no tenía buenas relaciones
con padre Puras. A este señor Joaquín Crespo, Vuestra Madre
le había dado una reprimenda y le había impuesto un castigo.
Tal parece que era una persona problemática. En esta carta
solicita que se les permita: “Continuar con los mismos
propósitos y propaganda de la religión Católica y les enviara un
misionero”. No querían que los hermanos Cheo continuaran la
misión de Vuestra Madre. Lo interesante de esta carta es que el
juez confirma que él fue la persana que le notificó al obispo
William Ambrose Jones de la muerte de: “Una señora que decía
llamarse Elenita y luego, Madre Redentora”, pero en realidad
todos sabemos que él se refería al cambio de Vuestra Madre.
Aquí vemos una vez más la insistencia de estas personas en
otorgarle a Vuestra Madre el nombre de Elena/Elenita con la
mala intención de confundir. Nos damos cuenta que este juez
156
menospreciaba a padre Pedro Puras ya que no le consultó, a
pesar de que la comunicación era con el obispo y por petición
de los feligreces que eran campesinos.

EL juez Alejandro (LiLi) Buitrago en esta carta se expresa con


un vocabulario que denota no ser religioso y en lo absoluto
católico, deja notar sus intenciones de manipular los hechos al
recalcarle al obispo la identidad de Elena o Elenita.

Es necesario aclarar que este juez redactó la carta


tergiversando las palabras que le expresaba don Joaquín
Crespo, haciéndolo de la siguiente manera: “Esta Sra. falleció el
28 de Septiembre ppdo. (Pasado meridiano) y fue comunicado á
U Ylma. por el Hon. Juez de la Corte Municipal de este pueblo y
por súplica de todos los hermanos”. El juez aclara: “La señora
que hago mención Yltmo. Sr., es imposible describir los buenos
y grandes beneficios que hizo con sus sanas explicaciones, con
sus virtudes y prédicas moral, ha hecho de estos recintos que
estaban en un ZARZAL, un jardin de ricas y perfumadas flores.
queriendo decir con esto, que convirtió de hombres perversos,
de instintos criminales, a hombres virtuosos y honrados ETA”.

“En estos barrios no existe el concubinato, pués la referida


MADRE REDENTORA, hacía que todos los que se iban á casar
lo hicieran por el rito Católico. En fin Ultmo Sr. Cómo antes
digo es imposible describir los beneficios que esta Santa mujer
hizo en estas Montañas. (Puede informarse de esto con. en
pedre (debe decir padre) Puras de este pueblo)”

“Esperando Yltmo Sr. se sirva concedernos la autorización que


os pedimos para continuar con la própaganda de la religión
Católica en las montañas dichas, quedamos de SLS Ylmoa con
el mayor respeto”.

Aclaro que Vuestra Madre dio el cambio el día 29 de septiembre


del 1909 y no el día 28 de septiembre. Tampoco fue en la tarde
como indica el juez, sino en la mañana, él solo recuerda que el
Acta Facultativa sí la hizo por la tarde. Es por esto que dice que
ella dio el cambio en la tarde, pero la verdad fue que Ella dio el
cambio temprano en la mañana en el momento que don José
157
(Leolio) González estaba haciendo el café, según sus memorias y
otros testigos oculares que así lo confirman. Dicho juez termina
la carta diciendo que para cualquier contestación le puede
escribir a padre Pedro Puras. Me preguto ¿Por qué Joaquín
Crespo no se dirigió directamente donde padre Puras, como
debió hacerlo, para que él lo ayudara a redactarle la carta? Les
quiero aclarar que no existía la necesidad de un misionero ya
que padre Pedro Puras, no dejó de atender la Santa Montaña.

Don José de los Santos Morales era un líder político que


caminaba con don Luis Muñoz Rivera, pero al escuchar las
prédicas de Vuestra Madre, dejó la política para seguir
misionando al lado de Vuestra Madre. El hermano Francisco
Núñez unido a los demás Hermanos Cheo continuaron con la
misión de Vuestra Madre en la Santa Montaña y en toda la isla
en todo momento. En cuaresma y en otras épocas del año, don
José de los Santos Morales como don José Rodríguez y otros
hermanos Cheo iban a misionar a la Santa Montaña e inclusive
traían sacerdotes franciscanos de otros pueblos como de:
Aguada y Peñuelas. Las personas fieles a Vuestra Madre nunca
abandonaron la misión ni la obra ya que ellos sabían que la que
se encontraba con ellos allí en la Santa Montaña era la
Santísima Virgen del Carmen, ellos siempre la reconocieron así.

Esta información me la confirmó don Erasmo Nieves (Hermano


Cheo) en una ocasión que fue a predicar al pueblo de
Guaynabo. Me dijo: “Aquello era muy grande, lo que nosotros
los puertorriqueños teníamos en la Santa Montaña; ustedes van
a ver cosas muy grandes en ese santo lugar porque Ella así lo
dijo”. Recuerdo a don Erasmo con mucho cariño por su
santidad y el respeto que inspiraba a todas las personas que le
conocimos. En sus prédicas nos hablaba de la palabra de Dios
y de la madre de Dios con un amor muy grande. Me contó que
no se podía hablar de Vuestra Madre allí en la montaña y había
que ser obediente. Me dijo : “ El corazón grande diseñado con
unas matitas de Croton, llamadas Varitas de San José, que
había al lado izquierdo de las Tres Cruces yo lo había hecho
junto a otros hermanos; le pusimos una cruz de madera en el
centro. ¡Lo hice con tanto amor a Vuestra Madre!” En la

158
actualidad lo desaparecieron al igual que el rosario que ellos
construyeron en piedras.

El juez Alejandro (Lili) Buitrago y los confabulados se


encontraban furiosos con padre Pedro Puras y los Hermanos
Cheo ya que éstos continuaron llevando el mismo mensaje que
Vuestra Madre enfatizó.

Entrevisté a un Hermano Cheo cuando estaba en su lecho de


enfermo, me dijo que cuando ellos eran jóvenes tuvieron que
correr muchas veces por los cañaverales y por los montes
escondiéndose entre los animales dentro de los cercados y
huyendo de los masones, políticos y protestantes que los
perseguían o los mandaban a perseguir para matarlos para que
no hablaran de la obra de Vuestra Madre de la Santa Montaña.
La obra de Vuestra Madre era que siguieran predicando la fe
católica, exhortando a los campesinos a: cumplir con los
mandamientos, a casarse y bautizarse por la fe católica.
También les enfatizaba a sus discípulos que los
puertorriqueños podemos valernos por nosotros mismos bajo la
libertad de ser hijos de Dios.

Este juez para favorecer a los líderes republicanos y libres


pensadores, se aprovechó de la situación y alteró el mensaje
que Joaquín Crespo le pidió que redactara, escribiendo: “Hacia
el espacio de ocho ó más años habiánse congregados en la
montaña del barrio citado (barrio Espino) y Real de Patillas, un
gran número de personas, haciendo propaganda en pró de la
religión Católica, Apostólica y Romana, siendo la organizadora
una Sra. que decía llamarse ELENITA y luego MADRE
REDENTORA”.

Esto no es verdad, ya que Vuestra Madre nunca, pero nunca se


identificó con el nombre de Elena o Elenita según los testigos
que estuvieron con Ella por espacio de 10 años. En cambio,
ellos testificaron que sí se identificó con el nombre de Vuestra
Madre Redentora, Redención de Jesús.

El juez firmó en dicha carta por don Joaquín Crespo. Les quiero
mencionar que este campesino llamado Joaquín Crespo no
159
sabía de letras ni firmar. Era republicano y su persona de
confianza en ese momento era el juez Alejandro (Lili) Buitrago.

El juez añade en dicha carta: “Para la contestación puede


dirigirla á nombre del que suscribe por conducto del Hon. Juez
municipal de este pueblo”. En un párrafo más abajo escribe:
“Tambien Ylmo Sr. puede informarnos, caso de creerlo oportuno
cuando pueda disponer el envio de un misionero de la Yglesia
suplicandole que cuando así lo disponga, lo avise con alguna
anterioridad para hacer los preparativos del caso”.

Quiero aclarar que si el obispo William Ambrose Jones enviaba


al misionero que Joaquín y sus compañeros pedían, le
correspondía a padre Pedro Puras hacer estos preparativos ya
que él era la máxima autoridad de la iglesia para ese entonces
en el pueblo de San Lorenzo. Por lo que denotan estas
acciones: tanto don Joaquín Crespo como el Juez Buitrago no
tenían muy buenas relaciones con padre Puras y no contaron
con él para nada.

Aclaro que el juez le dijo al obispo que podía comunicarse con


padre Pedro Puras, pero esto nunca sucedió así. En el último
párrafo de la carta le dice al obispo que cualquier información
se la envíe a él y si el obispo decide enviar el misionero, que la
primera persona en enterarse sea él, para poder hacer los
preparativos correspondientes. Padre Pedro Puras no intervino
en este caso ya que el misionero nunca llegó.

Los hijos de los testigos que entrevisté me aseguraron que sus


papás le dijeron que los sacerdotes de la Parroquia de San
Lorenzo siempre asistieron a la Santa Montaña. Después de
padre Pedro Puras, vinieron muchos otros sacerdotes, entre
ellos se encontraba padre Mariano Olaya; también supe que a
este sacerdote lo hicieron sufrir mucho. Nos enviaron a: padre
McLalling (irlandés), padre Tomás Forest que se dedicó a
fomentar la Renovación Carismática tanto en San Lorenzo como
en otros pueblos. Dirigía los retiros para aquellas personas de
habla inglés que frecuentaban el Centro de Retiros que tenía la
base militar Buchanan. Este sacerdote celebraba misa en inglés

160
y mi amiga Yilda Lansing me invitó varias veces para que fuera
con ella. Padre McLalling estuvo por un tiempo en San Lorenzo,
me dijeron qu estuvo haciendo un trabajo especial y se fue. Más
tarde, regresó aceptando el cargo de párroco de la Parroquia de
Nuestra Señora de las Mercedes en el pueblo de San Lorenzo.

En la carta que le enviaron al obispo William Ambrose Jones


fechada en agosto de 1911, el obispo escribe: “Con sorpresa y
pena hemos leído una carta filmada por V. y dirigida al
hermano Pancho con fecha 30 de agosto y publicada en la
edición de la mañana del Heraldo Español del 2 de (agosto
1911) los corrientes. Prescindiremos de la falta de buen gusto
que V. ha mostrado en dicha carta para alabarse”. Padre Puras
le contesta la carta al obispo William Ambrose Jones y en ésta
le responde que ésta no fue escrita por él y defiende al hermano
Francisco (Pancho) Núñez diciendo que ellos no fueron las
personas que escribieron esa carta que el obispo les está
achacando tanto a don Pancho, como a él.

El nombre de Elena Huge/Huyke le fue creado a Vuestra Madre


en el Acta de Defunción Facultativa (inventada) por líderes
republicanos y libres pensadores de la alta sociedad. Éstos
eran: el juez Alejandro (Lili) Buitrago, el alcalde Sr. Francisco
Machín y las autoridades políticas del municipio de San
Lorenzo así como el secretario municipal don Manuel Torres
Ortiz y los asambleístas y líderes de barrios: don Francisco
Torres Ortiz , don Manuel Gutiérrez y don Fernando Vázquez .
Entre ellos también se encontraba don Martín Díaz que fungió
como registrador demográfico, este era asambleísta. Inventar el
Acta de Defunción se les hizo posible con la ayuda de otros
líderes políticos de otros pueblos, tales como: Juan B. Huyke,
Agustín Fortuño Larroches (natural de Islas Vírgenes), don
Ramón Fortuño Sellés y su familia, Sellés ya que éstos
dispusieron del panteón y se encargaron de los demás
preparativos entre otras cosas.

Ramón Fortuño Sellés era muy católico y fue uno de los


invitados a la inauguración del atrio de la Parroquia de San
Lorenzo junto a doña Luisa Porrata Doria, pero aparece casado

161
con doña Carmen Mascaró, en el libro cuyos autores son: Raúl
Marín Pedraza y Ana Mercedes Aponte Roque. También
mantenía una estrecha relación con los hermanos Porrata
Doria, estos eran masones al igual que don Francisco Machín.
Mantenían muy buena relación con don Antonio Romero
Barceló y celebraron muchas fiestas en el Senado junto al
gobernador George Colton. Don Antonio Romero Barceló tenía
parientes en el pueblo de San Lorenzo. En la actualidad los
restos de algunos parientes de don Antonio Romero Barceló se
encuentran enterrados en el Cementerio Viejo del pueblo de
San Lorenzo. Éstos tenían poderes muy amplios y a su vez eran
grandes amigos de: don Juan B. Huyke, George Colton
(gobernador), don Francisco del Valle Atiles (alcalde de San
Juan en los años 1907, 1909 y 1910), don Luis Sánchez
Morales y don Generoso Morales.

Vuestra Madre dio el cambio en el 1909 durante la incumbencia


del alcalde de San Juan, don Francisco del Valle Atiles. Éste fue
nombrado por el gobernador John Brooke, gran amigo de Juan
B. Huyke. Don Francisco del Valle Atiles colaboró en la
desaparición de nuestra historia y cooperó incondicionalmente
para que nuestra iglesia y nuestra gente fuesen engañadas. Me
atrevería decir las mismas palabras que padre Pedro Puras dijo:
“... con su astucia, mentiras y engaños han acudido al
obispado”. Estas personas trabajaron muy sutilmente y nadie
hubiera creído la colaboración que prestaron. Eran muy ciertas
las palabras de padre Pedro Puras al decir que fueron muy
astutos. Me asombré mucho al leer las cartas de padre Pedro
Puras.

Francisco del Valle se especializó al igual que Juan B. Huyke y


Ramón Fortuño Sellés en el campo del periodismo y la
educación. Fue médico y novelista. Perteneció al Partido
Autonomista junto a don Antonio Romero Barceló. Fue uno de
los fundadores del Partido Ortodoxo y luego militó en el Partido
Republicano. Ambos cooperaron y ayudaron al obispo a
trasladar a San Lorenzo la comitiva representativa del obispado
desde San Juan hasta San Lorenzo para que pudieran asistir al
entierro. La meta de estos libres pensadores era ayudar a

162
desaparecer la verdadera historia y la identidad de Vuestra
Madre haciéndoles creer a estos campesinos que el obispo
mandaba la comitiva para llevarse el cuerpo de Elena. Para
ellos, Vuestra Madre les estaba sirviendo de tropiezo para la
colonización y para fomentar su ideal tanto político como
religioso en las mentes de nuestros campesinos.

Don Luis Sánchez Morales fue otro de los participantes en la


confabulación. Éste era republicano y libre pensador. Fue
alcalde de San Juan un año antes de que Vuestra Madre diera
el cambio. Perteneció a la Gran Logia Soberana de San Juan,
fue cronista, colaboró con: El diario de Puerto Rico y La
Democracia. Perteneció al Partido Unionista y luego colaboró
en la fundación del Partido Republicano. Antes de ser alcalde de
San Juan trabajó en la fábrica de tabaco (cigarro) que se
llamaba La Primavera en el pueblo de San Lorenzo, ésta
pertenecía a su familia. Don Luis Sánchez Morales era pariente
de don Generoso Morales. Era político asambleísta y
republicano en el pueblo de San Lorenzo para esa época.

Luego de entrevistar a varias personas, supe que Elena Huyke


también frecuentaba las fábricas de tabaco. Le daba clases a los
hijos de los dueños de los Ranchos de Tabaco de San Lorenzo,
uno de estos propietarios era don Portela quien también era
dueño de la Fábrica de Tabaco los Portela del pueblo de Vega
Baja, donde se encontraba la logia masónica de dicho pueblo.
Don Luis Sánchez Morales era muy amigo de don Juan B.
Huyke y conocía a Elena Huyke. Es por esto que surge la mala
intención de confundir a las personas diciendo que Vuestra
Madre visitaba las fábricas de tabaco, cuando en realidad esta
persona era Elena Huyke, profesora y misionera protestante.
Elena era pariente de Juan B. Huyke y amiga de los Fortuños,
los Sellés y los Machín. Vuestra Madre vivió y predicó en la
Santa Montaña de San Lorenzo, Puerto Rico y Elena Huge/
Huyke nunca, pero nunca, visitó la Santa Montaña ya que ella
no pertenecía a la religión católica.

Éstos eran de ideal protestante y controlaban todos los medios


de comunicación del país con la colaboración de algunos líderes

163
católicos republicanos y libres pensadores. De esta forma
nunca permitieron que a Vuestra Madre se le diera el valor que
Ella merecía. Aquí se deja notar la manipulación de estas
personas con el Acta de Defunción al crear una falsa identidad
a Vuestra Madre con premeditación, identidad que en realidad
correspondía a la misionera protestante, Elena Huyke. Es por
esto que la carta enviada al periódico, El Heraldo no fue
enviada por padre Pedro Puras sino que lo hicieron estas
mismas personas que tenían el control de la prensa. Me
pregunto: ¿La mayoría de la gente que estaba allí en el pueblo
de San Lorenzo pensarían que la persona que allí “falleció” era
Elena Huge/Huyke como aparece en el Acta de Defunción
Facultativa? ¿Cómo fue posible que no se le diera una
publicidad digna en los medios de comunicación de aquella
época, siendo Elena una persona tan importante y de tan alta
sociedad como lo era la verdadera Elena Huge/Huyke? Ella era
pariente cercana de don Juan Bernardo Huyke. ¿Debemos
asumir entonces que Elena Huge/Huyke no era importante
para su propia familia? ¿Dónde se encontraba don Ramón
Fortuño Sellés, don Antonio Romero Barceló , don Francisco del
Valle Atiles, don Luis Sánchez Morales, don Generoso Morales y
otros ? Ellos eran muy amigos de los Huyke.

La misionera protestante Elena Huge/Huyke pertenecía a la


familia de educadores más importante y prominente de Puerto
Rico en ese momento histórico. Su pariente, Juan B. Huyke, fue
gobernador interino de Puerto Rico y el primer gobernador civil
(no militar) de Puerto Rico. Más tarde fue Secretario de
Instrucción Pública. Él controlaba la prensa, medio de
información principal del país.

¿Cómo fue posible que teniendo la prensa a su favor no se


dignaron en publicar en lo diarios del país nada relacionado con
este acontecimiento tan grande? Allí en el momento del entierro
se encontraban en el pueblo de San Lorenzo aproximadamente
15,000 personas o más.

Don Generoso Morales Muñoz, natural de San Lorenzo e


historiador escribió un libro titulado: Orígenes Históricos de

164
San Miguel de Hato Grande (actual pueblo de San Lorenzo). En
dicho libro nunca mencionó a Elena Huge/ Huyke, ni a
Vuestra Madre, ni siquiera a la Santa Montaña de San Lorenzo,
a pesar de que estos sucesos fueron tan importantes para
Puerto Rico y en especial para el pueblo de San Lorenzo. Él
conocía lo que habían hecho estos políticos masones y
republicanos ya que él compartía sus ideales. No lo menciona
en su libro porque algunos miembros de su familia participaron
en dicha confabulación. Calló y se hizo cómplice en el silencio
porque sus familiares: don Sebastián Muñoz de Oneca, don
Luis Sánchez Morales (alcalde de San Juan), don Francisco
Sánchez (alcalde de San Lorenzo ) y don Ignacio Sánchez
(sacristán de la Parroquia de San Lorenzo) y muchos más,
fueron partícipes en la confabulación contra la verdadera
historia de Vuestra Madre. Tampoco los historiadores don Raúl
Marín Pedraza y doña Ana Mercedes Aponte Roque dieron a
conocer la historia de la Santa Montaña ya que existían
conflictos de intereses: políticos, religiosos y familiares.

Como dato curioso, en este pueblo se desaparecían las cosas


que no les agradaban a los dirigentes políticos o a los
dirigentes religiosos, como fue el caso del incendio de los
Archivos Históricos el 31 de mayo del año 1937 en esta
municipalidad. Unos años antes de este incendio había
desaparecido la bandera española que se encontraba en su asta
en el pueblo de San Lorenzo, esto ocurrió casualmente el día
que entraron los norteamericanos a nuestra isla. También se
llevaron la imagen de San Miguel Arcángel tallada en madera.
San Miguel Arcángel era el patrón original del pueblo de San
Lorenzo, pueblo conocido en aquel entonces como San Miguel
de Hato Grande. Aún no se han podido encontrar las personas
responsables de estos actos, ni tampoco la propiedad
desaparecida. ¡La protección que iban a necesitar de San Miguel
Arcángel estos hermanos nuestros! Estos líderes políticos con la
ayuda de algunos líderes religiosos desaparecieron su propia
historia.

165
En su libro don Generoso Morales Muñoz escribió que
Cayetano Coll y Toste dijo: “Manos Interesadas han hecho
desaparecer la copia que debería estar en esa municipalidad”.

Les continuaré diciendo que el juez Buitrago acostumbraba


ejecutar las instrucciones de sus superiores y redactar cartas
perjudiciales al prójimo, manipulando todo tipo de información
y tergiversando con mucha astucia los hechos. Estos líderes
políticos solían reunirse en diferentes logias masónicas de la
isla para discutir sus asuntos y planificar sus estrategias. Todo
esto lo hacían con la ayuda de aquellos republicanos con
ideología protestante. Aunque entre ellos se encontraban
personas muy católicas.

El obispo William Ambrose Jones trasladó a padre Pedro Puras


de la Parroquia de San Lorenzo a la parroquia del municipio de
Vieques, Puerto Rico. Lo trasladó después de haberlo
calumniado, perseguido y haberle causado mucho sufrimiento.
Padre Pedro Puras viajaba en yola desde la parroquia de
Vieques hasta la isla de Culebra a celebrar misa y tenía que
regresar y reportarse a la Parroquia de Fajardo. De la Parroquia
de Fajardo tenía que trasladarse a caballo hasta la Catedral de
San Juan para hablar con el obispo. Años más tarde fue
trasladado a la Parroquia de Sábana Grande. Al pasar los años,
luego de sufrir tantos atropellos, murió en una soledad inmensa
en el hospital Auxilio Mutuo de Hato Rey, Puerto Rico.

Contrario al trato que recibió padre Pedro Puras de parte de


estas personas, padre Mariano Joaquín Saras Lodano recibió
un trato preferencial. A este sacerdote lo cuidaron los mismos
políticos y líderes religiosos, en su mayoría masones que
frecuentaban la Parroquia del pueblo de San Lorenzo. Padre
Joaquín Saras era político, fue alcalde y asambleísta municipal
en los comienzos de la fundación del pueblo de San Lorenzo. Se
le permitió quedarse el tiempo deseado en San Lorenzo, hasta
morir en su hato. Tal parece que nunca deseó mudarse. Poseía
tres casas simultáneamente en el pueblo de San Lorenzo. Tuvo
varias haciendas de café en casi todos los términos de la
jurisdicción. Acostumbraba cerrar la iglesia temprano durante

166
el Viernes Santo. No tenía tiempo de atender sus oficios
religiosos porque estaba ocupado atendiendo sus propiedades y
sus negocios. Les embargaba las propiedades a los campesinos.
Llevaba doce años como comerciante en el pueblo de San
Lorenzo. Agrandaba su finca desapropiando a los agricultores.
Vendía los documentos de la iglesia tales como: la Fe de
Bautismo y el Acta de Matrimonio a un precio que los
campesinos no podían pagar ya que su valor en aquel entonces
era de 18 a 20 reales. Los campesinos se veían obligados a
pagarlo porque no querían separarse de la fe católica. En San
Lorenzo se celebraban no menos de 12 fiestas religiosas al año,
en su mayoria dedicadas a la Santísima Virgen María y él poco
a poco las fue eliminando. Murió en su hato ubicado en San
Lorenzo dejando herederos, propiedades y un sabor amargo en
aquellos campesinos que fueron víctimas de sus embargos y de
su explotación. Todo esto lo hacía con el apoyo del gobierno y
de algunos líderes de la iglesia. Una vez que sus familiares
heredaron su gran fortuna, algunos de ellos se mudaron para el
pueblo de Comerío y otros para el pueblo de Lares. Me
pregunto: ¿Qué sucedería con su compañero presbítero, don
Manuel López Guirea y padre Berríos, pariente y confesor del
juez Cordovés?

Algunos políticos como: don Juan B. Huyke, los hermanos


McCormick, don Ramón Fortuño Sellés y don Antonio R.
Barceló y otros les dieron el mayor acceso a los asambleístas
municipales para que junto al alcalde don Francisco Machín y
al juez Alejandro (Lili) Buitrago crearan el Acta de Defunción
Facultativa (inventada) de Elena Huge/Huyke. La creación del
acta dio inicio a una gran confusión al otorgarle una identidad
falsa a Vuestra Madre, la Virgen del Carmen, con la intención
de humanizarla; evitando de esta forma que Vuestra Madre
fuese venerada por nuestro pueblo. De esta forma evitaron que
nosotros los puertorriqueños nunca reconociéramos la gran
presencia de la Santísima Virgen del Carmen en Puerto Rico.
Evitaron que los campesinos de aquella época así como
nosotros en la actualidad siguiéramos sus enseñanzas. Gran
parte de su preocupación consistía en que Vuestra Madre

167
predicaba la libertad que nos da Jesús como hijos de Él y que
podíamos valernos por nosotros mismos como pueblo de Dios.

Los hermanos McCormick eran muy amigos de don Juan B.


Huyke y ambos llegaron de Islas Vírgenes al pueblo de Arroyo.
Tanto Frank McCormick como Eduardo M. McCormick eran de
religión protestante y uno de éstos se emparentó con una hija
de don Sebastián Muñoz de Oneca del pueblo de San Lorenzo.
Junto a otros extranjeros que llegaron de Guayama y Arroyo
fundaron la primera iglesia protestante y propagaron el
protestantismo en los pueblos limítrofes. Los McCormick eran
masones, fueron los primeros pastores protestantes de la Iglesia
Bautista de San Lorenzo, con el nombre de San Juan Bautista.
Don Eduardo perteneció a la Gran Logia Masónica #226 de
Guayama, ocupando el puesto de primer vigilante. Frank Mc
Cormick junto a Don Juan B. Huyke fundaron a su vez la
primera iglesia protestante en el pueblo de Arroyo en los
terrenos que pertenecían a la Logia Masónica Iris de Paz. Estos
terrenos fueron donados a la iglesia protestante por gestiones
de don Juan B. Huyke. Lo interesante de este acontecimiento
fue que un sacerdote católico fue a predicar el día de la
inauguración de la misma. ¿Sería este sacerdote miembro de la
logia masónica? ¿Tendrían metas en común? ¿Sería un
sacerdote que estaba en pro de los norteamericanos que
persiguieron a Vuestra Madre y al pobre padre Puras como
sucede en la actualidad con los obispos y sacerdotes que se han
dado a la tarea de perseguir a las personas que damos a
conocer la historia de Vuestra Madre, la Santísima Virgen del
Carmen, y a los que creemos en Ella? Don Sebastián Muñoz de
Oneca se fue a vivir al pueblo de Arecibo con su yerno Eduardo
M. McCormick. Éstos eran masones y protestantes y habían
logrado lo que se proponían en el pueblo de San Lorenzo:
desaparecer la identidad de Vuestra Madre, edificar una iglesia
protestante y mantener un gobierno republicano. Ellos no
pudieron arrancar de los corazones de aquellos humildes
campesinos que eran fieles a la Iglesia Católica, su fe en
Vuestra Madre, la Santísima Virgen del Carmen.

168
Vuestra Madre les hacía la lucha con su doctrina cátolica y sus
enseñanzas. Estos líderes estaban rabiosos y no dejaban nada
que no se llevaran a su paso con tal de lograr las metas que se
habían propuesto.

También ejercieron mucho control en San Lorenzo otros líderes


políticos que en su mayoría eran libres pensadores tales como:
don José Tous Soto , don Luis Sánchez Morales, don Federico
Sellés, don Sebastián Aponte Rotger (alcalde de San Lorenzo en
el 1908) y don José Rodríguez Seijo (alcalde de San Lorenzo en
el 1901). También se encontraba entre ellos: don Juan Palacios
Rodríguez (alcalde de San Lorenzo en el 1914) y don Francisco
Sánchez (alcalde de San Lorenzo en el 1903 y de otros pueblos,
pariente de don Ramón Fortuño Sellés y de la familia Sellés).

Don Nicolás Casas Sellés fue alcalde de San Lorenzo y también


era republicano. Era primo del Sr. Ramón Fortuño Sellés y de
don Francisco Fortuño Sellés. Don José Fernando Aponte fue
alcalde de San Lorenzo en el 1898 y fiscal muy famoso en el
caso del Cordovés (juez asesinado), caso legal muy importante
donde se cometió una gran injusticia con el Sr. Dones en
aquellos momentos en el pueblo de San Lorenzo y todavía no ha
sido exclarecido ni se le hizo justicia.

También ejerció mucho control en el pueblo de San Lorenzo don


Epifanio Vázquez Villafañe, alcalde de San Lorenzo en el 1902 y
libre pensador. Era natural del municipio de Culebra. Estaba
emparentado con don José Muñoz Vázquez que fue alcalde de
Guayama, de Salinas y del pueblo de Gurabo. Es interesante
ver cómo se repartían los pueblos y las alcaldías entre ellos.
Don Manuel Vázquez Villafañe (pariente de Epifanio) fue
asambleísta y líder político, además no dudo que ayudó en la
desaparición de nuestra historia.

Una mañana, mi amiga y yo nos dirigíamos hacia el pueblo de


Río Piedras en una guagua pública y allí conocimos a un señor
de apellido Rovira que aparentaba tener aproximadamente unos
85 años. Estuvimos conversando por largo rato y en dicha
conversación me dijo que él era natural del pueblo de Caguas y

169
que vivía en dicho pueblo. Me contó: “En mi juventud visitaba el
pueblo de San Lorenzo frecuentemente. En aquel tiempo
aquella gente de San Lorenzo era tremenda; eran muy guapos.
Mi hermano (Gerardo) estaba casado con una hija de uno de los
prominentes de dicho pueblo (Doña Carmen Aponte) y éste me
decía que todos estos líderes políticos que estaban en San
Lorenzo para esa época eran tremendos. Se disparaban
cualquier maroma, pero mi hermano que en paz descanse, me
decía: “Todos eran terribles, pero el más guapetón era don
Francisco Machín Machín”. Mire, ese hombre no le tenía miedo
a nada; ese sí que se atrevía a dispararse cualquier maroma.
Ese hombre, sí que fue malo. Mire, lo que no se atrevía hacer
nadie, este hombre lo hacía; no le temblaba la mano para nada,
ese sí que era guapo.”

Don Pedro Borges López era el alcalde de San Lorenzo en el año


1937 cuando ocurrió el fuego que destruyó el patrimonio
histórico del pueblo de San Lorenzo. Como resultado de este
incendio ni el pueblo de San Lorenzo, ni los católicos de Puerto
Rico, ni el público en general, pudo corroborar la verdadera
historia de Vuestra Madre. Don Pedro Borges López era
republicano y ganó debido a la unión de los votantes del Partido
Socialista y del Partido Liberal que en su mayoría eran libres
pensadores.

Don Francisco Machín fue alcalde de San Lorenzo desde el año


1909 al 1910, coincidiendo con el año en que Vuestra Madre
dio el cambio. A don Francisco Machín Machín se le hizo más
fácil actuar dentro de la Iglesia Católica debido a que tenía una
gran influencia dentro de ésta ya que tenía fama de ser muy
católico y colaborador. Don Francisco Machín tenía fábrica de
tabaco y también se dedicaba a la industria de la caña en San
Lorenzo. Me pregunto: ¿Don Francisco Machín y don Pedro
Borges López estaban relacionados con el incendio del 31 de
mayo del 1937 ocurrido en San Lorenzo? ¿Serían los
responsables de la pérdida de los documentos históricos más
importantes de San Lorenzo? Este archivo era muy importante
ya que contenía evidencias de los nombres de las personas y los
sucesos más importantes que ocurrieron para la misma época

170
en que Vuestra Madre habitó en la Santa Montaña de San
Lorenzo, Puerto Rico.

A continuación les mencionaré algunos de los líderes políticos


que estaban involucrados en la masonería y perseguían a
Vuestra Madre: Dr. Tomás Vázquez (con el puesto de gran
oficial, 2ndo. vigilante de la Logia de Guayama #226) don
Fernando Vázquez, don Juan Vázquez (alcalde de Patillas).
Estos eran parientes de don Epifanio y don Manuel Vázquez
Villafañe. Otros líderes políticos fueron: don José Domingo Solá
(alcalde de Caguas del 1909-1910), don José L. Berríos (alcalde
de Yabucoa y miembro de la Logia de Guayama #226), don
Julio A. Guzmán (alcalde de Humacao), don José Choudens
(alcalde de Arroyo y fundador de la iglesia protestante junto a
don Juan B. Huyke), don Frank McCormick, don Eduardo M.
McCormick (Miembro de la Logia de Guayama #226), don
Francisco Picón (alcalde de Patillas quien ocupó el puesto de
venerable maestro en la Logia de Patillas y en la Logia de
Arroyo), don Antonio Capella (venerable Maestro de la Logia
Masónica de Patillas #73 también conocida como Derecho,
Libertad y Dignidad), don Paulino Rodríguez Bernier (diácono
en la Logia Masónica #226 del pueblo de Guayama, don Luis
Bosello (tío de don Juan B. Huyke quien pertenecía a la Gran
Logia Soberana de San Juan y hermano de Carmen Bosello),
don Juan B. Huyke (hijo de don Enrique Huyke y doña Carmen
Bosello y padre de Emilio Huyke) y muchos otros líderes
políticos y religiosos que permanecían y permanecen en el
anonimato.

Otras personas prominentes de San Lorenzo y Guayama que


estaban confabulados eran: Santiago Porrata Doria, alcalde de
Guayama y don Adolfo Porrata Doria, masón. Don Francisco
Porrata Doria al igual que su hermano también fue alcalde de
Guayama en el 1932. Los Porratas tenían parientes en Arecibo.
Uno de ellos era don Genaro Porrata quien pertenecía a la Logia
Tanamá y ayudó a fundar la Logia Caridad en Utuado. Más
tarde él ayudó a fundar la Logia Sol de Oriente #40. Don Ramón
Fortuño Sellés tenía muy buenas relaciones familiares como
político con los Porrata Doria. Este señor aparece como invitado

171
junto a la Srta Luisa Porrata Doria para la inauguración del
atrio de la Parroquia de San Lorenzo a efectuarse el 6 de agosto
de 1911.

Cuando Vuestra Madre dio el cambio, el asambleísta y


comisario de barrio don Francisco Torres Ortiz testificó que se
hizo cargo de todos los gastos del entierro de doña Elena
Huge/Huyke. Él dice: “Ella contaba con 35 años de edad, hija
de Emilio H. Huge”. Sin embargo, la realidad es que la
misionera protestante Elena Huyke era natural de Curazao,
residía en el pueblo de Arroyo y además vivió en el pueblo de
Guayama según algunos testigos. Don Emilio Higinio
Huge/Huyke vivió en Guayama. Si doña Elena Huge/Huyke
contaba con 25 años de edad cuando entró a Puerto Rico en el
1874, entonces para la fecha del cambio de Vuestra Madre doña
Elena Huge/Huyke tendría aproximadamente 60 años de edad.
Todos los discípulos e hijos de discípulos concuerdan que para
la fecha del cambio Vuestra Madre era una jovencita y tenía
aproximadampablo trucharente 16 años, no más.

Don Agustín Fortuño Larroche, vivió en la isla de Culebra al


igual que don Epifanio Vázquez. Don Manuel Vázquez fue uno
de los que firmó el Acta de Defunción de doña Elena
Huge/Huyke. Don Agustín Fortuño era natural de Islas
Vírgenes. Era el padre de don Ramón y de don Francisco
Fortuño Sellés. Ellos eran amigos de don Juan B. Huyke y de
su hijo Emilio, quien vivía en Humacao. Los Fortuños Sellés
eran vecinos de San Lorenzo; ambos eran hijos de doña Justina
Sellés Aponte. Don Pablo Trucharte era todo lo contrario a don
Agustín Fortuño ya que este señor era muy cooperador, sano,
bueno y de nobles sentimientos según lo dejó escrito padre
Pedro Puras en una carta que le envió al obispo William
Ambrose Jones el viernes 11 de agosto del 1911 invitándolo a la
inauguración del atrio de la Iglesia, actividad a la que el obispo
se negó a asistir.

Don Paulino Rodríguez Bernier menciona en su escrito Elena


la Misionera del 1935 que don Ramón Fortuño Sellés escribió
unas notas sobre la misionera que dice haber sido natural de

172
Humacao y educada en un convento tenido por el nombre de
Elena Roche. Don Paulino Rodríguez Bernier añade: “No
contradigo al excelentísimo compañero Ramón Fortuño Sellés
en sus datos históricos, lo único que sí es, que los habitantes
redimidos de los barrios Real, Mulas, Quebrada Arriba y otros
ignoran su origen y recuerdan los días gloriosos de su
presencia en la montaña”. Don Ramón Fortuño Sellés cuenta
que doña Elena Huyke estudió en el pueblo de Humacao en un
colegio llamado Elena Roche y la llama La Misionera.

Don Paulino Rodríguez sabiendo que se trataba de dos


personas muy diferentes, lo ocultó y continuó llamándola
“Elena la Misionera”. Transformó una historia verídica en una
leyenda, logrando con esto confundir a las personas y a la
Iglesia. Él declara en sus escritos que nunca nadie supo cuál
era el origen de Vuestra Madre. De esta manera reconoció la
existencia de la persona de Vuestra Madre. Luego apoya a don
Ramón Fortuño en su empeño de otorgarle la identidad de
Vuestra Madre a doña Elena Huge/Huyke, la misionera. Esta
persona a su vez inventó una historia fuera de la realidad con
unas descripciones falsas. Esta historia no guardaba relación
con la verdadera identidad de Vuestra Madre, la Virgen del
Carmen. Don Paulino y don Ramón Fortuño Sellés se prestaron
para confundir más a aquellas personas que desconocían la
verdad, lo hicieron utilizando la persona de Vuestra Madre
asociándola con doña Elena Huyke y diciendo que se trataba de
una misionera que había estudiado en un colegio llamado Elena
Roche del pueblo de Humacao. Aquí notamos que el
republicano y masón don Ramón Fortuño Sellés tenía una
persecución muy grande contra Vuestra Madre y con todos
aquellos campesinos que la seguían ya que Vuestra Madre no
era doña Elena, la misionera protestante y tampoco dicho
colegio nunca existió.

En esta investigación que realicé con el propósito de dar a


conocer a Vuestra Madre, tal como Ella me lo ha pedido,
encontré que el Sr. Maximino Malavé era masón y se lucró
muchísimo con esta historia. Utilizó la historia de Vuestra
Madre y fundó la sociedad Gruta Vuestra Madre Elenita de

173
Jesús; tergiversó la historia para beneficio propio y el de sus
socios. Éste le añadió: de Jesús al nombre de Elenita. Sus
socios fueron: don Mauricio Cruz y don Leonides Toledo (alcalde
de Cayey) y su distinguida Asamblea Municipal. Aprobaron un
día festivo para el barrio Guavate de Cayey, sus habitantes y
demás visitantes de otros barrios, para la celebración del
aniversario de la gruta Santa Elena de Jesús a llevarse a cabo
el 15 de septiembre de 1968. Celebraban todos los años para
esa fecha una tremenda fiesta donde se reunían estas personas
a ingerir bebidas, comer lechón asado, arroz con gandules, etc.
Muchas de las personas que asistían a dicha actividad
desconocían los motivos y propósitos del señor Malavé y la
verdera historia de Vuestra Madre. Dentro de esta asociación
había personas muy religiosas que quizás estaban ajenas a la
verdadera intención de estas personas.

He aquí otra evidencia de cómo le otorgaron otra identidad a


Vuestra Madre. Si analizamos el logo y otros símbolos utilizados
por esta sociedad, podemos notar la influencia de la masonería
en especial la de los Rosa Cruces. Una vez más las personas
sanas y buenas de nuestro pueblo fueron engañadas y
utilizadas. De esta forma queda demostrado nuevamente el
grado de influencia y persecución de la masonería en la historia
de Vuestra Madre de la Santa Montaña. Esta persona se
encargó de confundir a las personas dándole a Vuestra Madre
un nombre y una identidad equivocada y falsa. La gruta fue
devorada por un fuego y en la actualidad se encuentra
inhabitable e inservible.

En la carta que le envía William Ambrose Jones, obispo de San


Juan, a padre Pedro Puras en el 1911 se puede notar que el
obispo estaba confabulado con estas personas ya que en dicha
carta él alega que padre Pedro Puras la llama reverenda
misionera a la difunta Elena. Sabemos que eso no es cierto
porque padre Pedro Puras nunca, pero nunca la llamó Elena ya
que él estaba seguro que Ella era Vuestra Madre, la Virgen del
Carmen. El señor Ramón Fortuño Sellés fue uno de los que
siempre la llamó: La Monja Elena y Reverenda Misionera y el
dijo que Elena había estudiado en Humacao.

174
Padre Puras sabía que el Acta de Defunción era inventada, esto
lo confirma en la carta del 6 de septiembre de 1911 donde le
escribe al obispo William Ambrose Jones, refiriéndose a Ella en
todo momento como: la Misionera o Vuestra Madre. Padre
Pedro Puras aclara que él no envió dicha carta por la que el
obispo Jones le está dando la reprimenda. Esta carta que el
obispo recibió fue enviada por otras personas, que le querían
hacer daño a padre Puras. No dudo que dicha carta la
redactaron y la enviaron: el juez Buitrago, el alcalde don
Francisco Machín, don Ramón Fortuño Sellés ,don Juan B.
Huyke y todas aquellas personas que tenían acceso a la prensa,
junto a todos los confabulados. Este sacerdote sabía que
Vuestra Madre era la Santísima Virgen María. Así lo confirman
los testigos que escucharon cuando él dijo: “Si ustedes supieran
a quién ustedes tenían en la Santa Montaña.” Terminando
dicha aseveración padre Pedro Puras cayó de rodillas. Esto
sucedió cuando él abrió la caja y se dio cuenta que Vuestra
Madre no estaba en ella, se había ido. Descubrió que la que
estaba en la Santa Montaña era la Madre de Dios.

Padre Pedro Puras, párroco del pueblo de San Lorenzo, había


llegado a este pueblo un año antes de que Vuestra Madre diera
el cambio. Él conocía todo lo que estaba pasando con la Iglesia,
el gobierno norteamericano, los protestantes y estos libres
pensadores en cuanto a la persecución que le tenían a Vuestra
Madre. Padre Pedro Puras dejó una carta escrita fechada el 6 de
septiembre de 1911 donde evidencia la corrupción que existía
en el pueblo de San Lorenzo y la persecución que existía contra
Vuestra Madre y sus seguidores, contra los Hermanos Cheo y
contra aquellos indefensos campesinos que seguían la doctrina
católica que Vuestra Madre les impartió y contra él. Algunos
líderes republicanos masones con ideales protestantes y
algunos líderes de la Iglesia Católica los perseguían, por eso
ellos tenían miedo de hablar y también muchas personas que
logré entrevistar antes de que murieran.

En la carta que le contestó Padre Puras al obispo William


Ambrose Jones le dice: “Estos masones republicanos tales
como: Sergio Mangual y Cruz Mangual fiaron a unos

175
anarquistas que la guardia metió en la cárcel por llevar armas.
Estos maldecían a Dios, Cristo, la religión, el gobierno y decían
que a Dios debe maldecirse y al demonio adorarse y a pesar de
todo, estos republicanos los fiaron.”

Me pregunto: ¿Para qué y por qué los fiarían? ¿Sería para que
persiguieran a los Hermanos Cheo que continuaron con la
misión de Vuestra Madre? José Sergio Mangual y Cruz Mangual
eran naturales del barrio Jagual de San Lorenzo. Éstos eran
asambleístas municipales, republicanos y libres pensadores.
Ambos eran comisarios de barrio. Tenían una tienda en el
pueblo de san Lorenzo. Ellos, los Sellés y otros controlaban el
comercio de este pueblo para entonces.

Aquí reflejan estos republicanos y masones su maldad al


confabularse con este tipo de personas. ¿Con qué intención
fiaron a estos mercenarios? Me atrevo decir que los fiaron para
que persiguieran e hicieran desistir a estos misioneros que
continuaron la obra de Vuestra Madre ya que estas personas
mandaban a matar a Vuestra Madre con mucha frecuencia.
Tuve la dicha de leer una libreta escrita por un Hermano Cheo
antes de éste morir y en ella explicaba cómo era que estos
republicanos y libres pensadores los perseguían sin
misericordia.

Más adelante padre Pedro Puras le dijo al obispo William


Ambrose Jones en la carta: “Las personas buenas de estos
campos me piden que no oiga la voz y embustes de los lobos
rapaces con piel de ovejas, refiriéndose a estos republicanos”.

Me pregunto: ¿Cuál de estos políticos o de estos masones serían


los que le dieron las armas a las personas que fueron a matar a
Vuestra Madre y quiénes la acusarían de bruja? ¿Por qué la
odiaban tanto? Fueron muchas las personas que pensaban y
decían que Ella era una bruja. Fueron varios los intentos del
demonio de matarla. Si eso lo hicieron con Ella, con Vuestra
Madre, la Virgen del Carmen, ¿qué no harán con nosotros?
Vuestra Madre les hacía muchos milagros a sus hijos. Ella no
era ninguna bruja, simplemente tenía el don de ciencia infusa y

176
por lo tanto sabía lo que pensaban las personas y conocía las
intenciones con las que ellos iban a la Santa Montaña, así como
los propósitos que tenían sin que nadie se los dijera a Vuestra
Madre.

Quiero decirles que los republicanos y libres pensadores


redactaron la carta que estaba en las manos del juez Alejandro
(Lili) Buitrago y éstos no tardaron en publicarla en el periódico
El Heraldo del 2 de agosto del 1911 y en el periódico La
Semana ya que la prensa era controlada por los Huyke y los
Sánchez Morales. La prensa era muy influenciada por estos
republicanos, los masones de otros pueblos. También el obispo
Jones le reclama a padre Pedro Puras diciéndole: “Los
adversarios que usted tiene en su parroquia y que éstos tienen
los ánimos encendidos”. Padre Pedro Puras le contesta al obispo
Wiiliam Ambrose Jones en la carta del 6 de septiembre 1911:
“Que estos enemigos son los impíos, ateos y algunos
republicanos”. Padre Puras dice: “Ni el señor Pancho ni yo
tenemos la culpa de que los católicos de esos barrios sean
unionistas todos; por consiguiente, católicos, y que los
republicanos, como lo están haciendo en todo el mundo, sean
enemigos de la iglesia, como lo han demostrado en San Lorenzo
no dando ni un centavo para la obra de la iglesia, sobre todo
los (principales) de ellos, tal como los Mangual”. Aquí queda
reflejada la mala intención de los confabulados de no cooperar
económicamente con la iglesia. Cruz Mangual y Sergio Mangual
eran republicanos, libres pensadores, comisarios de barrio y
dirigentes políticos con mucha influencia; ellos contaron con la
ayuda de otros líderes republicanos de San Lorenzo de otros
pueblos y de la Capital de San Juan.

Según la carta enviada a padre Puras en el 1911, por el obispo


Jones, él le da una reprimenda a padre Puras por apoyar a los
Hermanos Cheo y les llama: “ignorantes, locos y supersticiosos”
a aquellas almas santas que siguieron la obra de Vuestra
Madre.

En aquella época los Hermanos Cheo eran considerados “los


iluminados” (personas guiadas por el Espíritu Santo con el don

177
de conocimiento) por los campesinos y discípulos de Vuestra
Madre. Estos Hermanos Cheo eran: Francisco (Pancho) Núñez y
José de los Santos Morales, José Rodríguez y otros. Éstos
fueron enviados por Vuestra Madre a seguir su misión, según
testimonios de: don Juan Velázquez, Erasmo Nieves y otros que
pertenecían a los Hermanos Cheo. Ellos fueron enviados por
Vuestra Madre a predicar el evangelio de su Hijo. Éstos querían
mucho a Vuestra Madre y fueron fieles a sus enseñanzas.

También descubrí que en la carta de Joaquín Crespo redactada


por el juez Alejandro (Lili) Buitrago fechada el 9 de octubre de
1909 y enviada al obispo de San Juan, William Ambrose Jones,
ocho días después de Vuestra Madre haber dado el cambio, se
puede observar la alteración que hizo dicho juez al añadirle
que la persona era una organizadora y que ésta decía llamarse
Elenita y luego Madre Redentora. Lo que este señor escribe no
es cierto porque Vuestra Madre nunca se identificó con el
nombre de Elena o Elenita. Ella era la Santísima Virgen del
Carmen. Este nombre le fue dado a Ella en el Acta de Defunción
Facultativa (inventada) después de haber dado el cambio. Don
Francisco Machín y sus asambleístas le dieron esta identidad.
Doña Estervina Ruiz, doña María Magdalena González, doña
Juanita Ruiz Velázquez, don José (Leolio) González, don Adolfo
Ruiz y otros testigos e hijos de testigos así lo afirmaron y
afirman que Ella Nunca se llamó Elena. Aquí vemos la intención
que tenía el juez en cambiar la identidad de Vuestra Madre
sabiendo que esto le haría un gran daño y mortificaría a Padre
Puras.

Joaquín Crespo no conocía de letra y tampoco sabía firmar. En


esta carta se utiliza un vocabulario muy complejo que contrasta
con la poca preparación académica de un simple campesino.
Por lo tanto podemos inferir que ésta fue redactada o alterada
por alguien con más preparación académica. Esta persona fue
el juez Buitrago. En esta carta queda reflejada la gran maldad y
la premeditación de este juez que se aprovecha de la ignorancia
de este campesino al igual que la de aquellos campesinos que lo
acompañaban. Éste le informa al obispo que para obtener
información se comunique con padre Pedro Puras. El juez

178
Buitrago debió haber enviado a Joaquín Crespo donde padre
Puras de primera intención para que éste le redactase la carta y
lo ayudara con sus conocimientos religiosos y espirituales como
era lo correcto. En lugar de hacer esto, el juez aprovechó la
situación y la confianza que le depositó Joaquín Crespo y
demás campesinos que le acompañaban y manipuló el
contenido de la carta a su conveniencia utilizando su poder
como juez, líder político y masón para perjudicar a padre Puras
y a Vuestra Madre, mencionando el nombre de Elenita, cuando
se sabe que Joaquín Crespo nunca le llamó así y Ella tampoco
dijo llamarse así. Este juez refleja su maldad tergiversando las
palabras de Joaquín Crespo a favor de su causa en complicidad
con los altos líderes políticos y con el obispo William Ambrose
Jones de San Juan. Esto lo hizo para que el obispo pudiera
utilizar esta carta como pretexto para luego regañar a padre
Puras y a los seguidores de Vuestra Madre y de esta manera
justificar el traslado de padre puras a Vieques. ¡Se fijan lo que
hizo este juez!

Esto mismo me sucedió a mí. Le confié unos escritos a una


señora que vino a mi casa y le abrí las puertas de mi casa y de
mi corazón; le proporcioné información y unos escritos para
que me ayudara a redactar un libro. Esta persona abusando de
mi confianza y de mi buena fe, se atrevió apoderarse de los
escritos. Manipuló la investigación alterando la información a
su manera y sometió un “copy right” a dichos escritos
incluyendo unas memorias que no le pertenecían. Se quedó con
algunos documentos que me pidió prestado, dichos
documentos pertenecían a otras personas que me ayudaban.
Con el robo de estos documentos, no sale de los medios de
comunicación y de las librerías aprovechándose y lucrándose de
las ventas de dicho libro. Con la alteración de los escritos, esta
persona sólo ha conseguido confundir más al pueblo de Dios.
Esta señora dice que quiere hacerle justicia a un obispo, pero
en realidad está cometiendo una injusticia conmigo y me ha
hecho un gran daño. Ella está diciendo en dicho libro que yo fui
la investigadora de su historia. Todavía hay personas así como
este juez que se aprovechan de sus muchos títulos para
hacerles daño a los demás. Me dijeron que al juez Alejandro
179
(Lili) Buitrago le fue muy mal después de toda la mala obra que
hizo; supe que Joaquín Crespo lloró amargamente al ver que
había traicionado a Vuestra Madre. Me imagino cuanto lloró
Vuestra Madre al ser tricionada por este hijo, así he llorado yo.

Doña Dionisia Rodríguez(vecina de San Lorenzo) nos narra que


su papá José (Pepe) Rodríguez, natural de Yabucoa le contó que
para aquel tiempo las personas tenían que identificarse con un
lazo azul y blanco para poder entrar al pueblo de San Lorenzo;
lo usaban como identificación (insignia) ya que sin ese lazo los
campesinos no podían entrar al pueblo. No podían comprar
nada para ellos, ni para sus hijos en el pueblo. Tampoco podían
vender sus cosechas en el pueblo. Esta señora que nos cuenta
las experiencias que vivió su papá es un ser muy santo con un
amor y una caridad única.

Los líderes republicanos, en su mayoría libres pensadores, se


paraban a la entrada del pueblo de San Lorenzo y no les
permitían a estos campesinos entrar al pueblo si no llevaban el
lazo puesto. A mi entender, esto fue peor que el huracán San
Ciriaco ya que estas personas sabían que esos campesinos y
sus niños no tenían nada para comer, ni para vestir. De esta
manera los obligaban a formar parte del partido republicano y
los obligaban forzosamente a aceptar sus ideales tanto políticos
como religiosos. Estos campesinos se veían obligados a ingresar
al partido para poder satisfacer sus necesidades básicas.

En repetidas ocasiones estos campesinos, provenientes de


diferentes pueblos, iban armados a la Santa Montaña con la
intención de matar a Vuestra Madre. Considerando la pobreza
extrema que había en la isla debido al reciente paso del
huracán San Ciriaco y a la vigilancia del estricto régimen del
gobierno norteamericano que acababa de invadir la isla, me
pregunto: ¿cómo fue posible que esos campesinos consiguieran
las armas que utilizaron cuando intentaron matar a Vuestra
Madre en repetidas ocasiones?

Estos campesinos le dijeron a Vuestra Madre que ellos habían


sido enviados a matarla porque le habían dicho que Ella era

180
una bruja, una loca, etc. Así lo afirman los testigos. Quiero
añadir que también otros líderes políticos, protestantes y libres
pensadores de otros pueblos tales como: Patillas,
Guayama,Yabucoa, Humacao, Juncos, Gurabo, Caguas y
Arroyo la mandaban a matar.

En esta investigación descubrí que algunos de los corruptos


más grandes usaban: sotanas, gabán, corbata o lazo. Éstos se
encontraban en los escritorios de las oficinas tanto de la Iglesia
como del Gobierno.

Nos damos cuenta que Vuestra Madre era alguien muy grande,
con un gran poder sobrenatural que le permitía enfrentarse sola
a esta clase de personas y al demonio que estaba detrás de
todo. Vuestra Madre tenía unas dimensiones extraordinarias,
desconocidas, como bien nos dice padre Dimas Soberal en el
Documental de La Santa Montaña de San Lorenzo. Este
documental fue vendido por padre Eddie Santana. En este
documental Padre Soberal nos aclara el gran conocimiento que
tenía Vuestra Madre sobre las personas, en especial de aquellas
que iban con la intención de matarla y de aquellos masones
que la mandaban a matar.

La organización de los confabulados no descansó en su intento


de verla desaparecida a Ella y a su historia. Siendo Ella quien
dijo que era: “Vuestra Madre Redentora, Redención de Jesús”,
la Virgen del Carmen, la Madre del Señor Jesús; nunca los
confabulados lograron ni lograrán tener éxito porque el pueblo
mariano que milita en la Iglesia siempre continúa y continuará
con la obra de Ella.

Estas personas mal intencionadas le inventaron un Acta de


Defunción. Le cambiaron la identidad; le otorgaron el nombre y
el apellido que le correspondía a Elena Huge/Huyke. El
registrador, don Martín Díaz, que fue uno de los confabulados
que firmó el Acta de Defunción era: republicano, protestante,
comisario de barrio y no tenía mucha preparación académica.
Afirmó en el Acta de Defunción Facultativa: “Leída íntegramente
esta acta por todas las partes que deben suscribirla los testigos

181
y por el declarante que manifiesto no saber, lo hace don Martín
Díaz”. Martín Díaz aclaró que no sabía lo que le estaban
pidiendo y no entendía nada. Él no sabía escribir en inglés, por
lo tanto escribió el apellido de forma incorrecta. Para colmo, en
el momento de la trampa, el registrador se equivocó al escribir
el apellido y escribió Elena Huge cuando el nombre que ellos le
pedían que escribiera en realidad era Elena Huyke. Ellos dicen
en el acta, que Elena tenía 35 años de edad, cuando en
realidad según documentos históricos la verdadera Elena
Huyke debía contar con aproximadamente 60 años de edad.
Ellos dicen que falleció a las cinco de la tarde del 29 de
septiembre de 1909 (Fiesta de los Santos Arcángeles) cuando en
realidad si se trataba de Vuestra Madre, Ella dio el cambio
temprano en la mañana de ese mismo día. Aquí nos damos
cuenta que el fiscal nunca subió a la Santa Montaña.

La identidad que le dieron a Vuestra Madre: el señor Francisco


Torres, Manuel Gutiérrez, Fernando Vázquez, Manuel Torres
Ortiz y don Martín Díaz fue una identidad que en realidad
correspondía a doña Elena Huyke. Ellos hicieron esto a
propósito, dirigidos por los grandes líderes de ese tiempo para
confundir a todos los seguidores de Vuestra Madre. Todos
fueron asambleístas municipales y comisarios de barrio.
Estaban en contra de las enseñanzas de Vuestra Madre ya que
dichas enseñanzas confligían con sus ideales políticos,
religiosos y de libres pensadores. Esto era así ya que el nuevo
gobierno republicano (norteamericano) en nuestra isla
representaba el poder, el bienestar económico e imponía el
protestantismo. En palabras sencillas todas estas personas
hicieron estas cosas por el dinero y el poder que les
proporcionaban los altos líderes del gobierno republicano a
cambio de velar por sus intereses. Como dato curioso, don
Generoso Morales también fue asambleísta y comisario de
barrio en la primera sección (este) del pueblo de San Lorenzo
en el año 1887.

Elena Huge/Huyke era pariente de Juan B. Huyke, ésta era


una monja misionera protestante que vivía en el pueblo de
Arroyo. Algunas personas me informaron que ella vivió en el

182
pueblo de Guayama para la misma época en que Vuestra Madre
estuvo en la Santa Montaña. Elena Huyke predicaba su religión
protestante a las personas que laboraban en las fábricas de
tabaco como en La Primavera y también en los lugares
cercanos ya que eseñaba a los hijos de los hacendados. Más
tarde Elena Huyke regresó a su tierra natal, no sin antes
comunicarle a algunas personas que ella trataría de llegar a
Curazao, su ciudad natal, si su enfermedad así se lo permitía.
De acuerdo a los síntomas que presentaba se cree que padecía
de tuberculosis. Don Juan B. Huyke se aprovechó de la
ausencia de Elena Huyke para utilizar dicha identidad y
otorgársela a Vuestra Madre, la Virgen del Carmen, en el Acta
de Defunción Facultativa. De esta manera ellos confundieron a
muchos campesinos logrando así su malvado propósito de
hacerles creer a los demás que Vuestra Madre era Elena Huyke.
Debido a esta maldad, los puertorriqueños nunca tuvieron
conocimiento de la verdadera existencia de Vuestra Madre, la
Santísima Virgen del Carmen, en la Santa Montaña de San
Lorenzo. En la actualidad, cuando le pregunto a los
sanlorenceños sobre la historia de la Santa Montaña, me
responden que no la conocen.

La primera iglesia protestante que trajeron los norteamericanos


a San Lorenzo fue la bautista, traída por el pastor M.
McCormick que se emparentó con una hija de don Sebastián
Muñoz de Oneca. Como dato curioso él era pariente de Eduardo
McCormick y amigo de Juan B. Huyke, todos eran de las Islas
Vírgenes (Curazao). Don Eduardo era uno de los altos oficiales
(Segundo Vigilante) de la Logia Masónica de Guayama Unión
#226 y gran amigo del juez Buitrago ya que los dos fungieron
como alcaldes en ese mismo pueblo y pertenecían a la misma
logia. Estos políticos se aprovecharon de esta falsa que fue
creada por ellos mismos para confundir al pueblo y adelantar la
americanización.

La maldad encerrada en las acciones de estas personas


confabuladas queda evidenciada ya que en aquel tiempo
cuando se desconocía la verdadera identidad de las personas
que morían, se les otorgaba el nombre de Juan(a) del Pueblo

183
tanto en su Acta de Defunción como en su lápida. Como dato
curioso, esto no lo hicieron en el Acta de Defunción de Vuestra
Madre.

Los discípulos decían que cuando ellos le preguntaban a


Vuestra madre su nombre, Ella contestaba: “Yo soy Vuestra
Madre Redentora, Redención de Jesús”. En ningún momento
Ella se identificó como Elena o Elenita y mucho menos con
apellido Huge/Huyke. El asambleísta don Francisco Torres se
atribuyó la responsabilidad de decir que él era el encargado de
Doña Elena Huge/Huyke y que no sabía el segundo apellido de
ésta. Él alega que sí sabe y dice: “Ella falleció a las cinco de la
tarde del día de anteayer”.

Don Francisco Torres Ortiz era uno de los republicanos


asambleístas, comisario del barrio Quebrada Arenas de San
Lorenzo. Era hermano de Manuel Torres Ortiz y ambos
trabajaron en el Censo Poblacional del 1887 de San Lorenzo.
Como les mencioné anteriormente, Manuel Torres Ortiz también
fue secretario de la Asamblea Municipal, éstos eran
republicanos y protestantes. Años más tarde pertenecieron a la
iglesia protestante de San Lorenzo.

Es curioso que don Francisco Torres afirme con tanta seguridad


que Elena Huge/Huyke murió a las cinco de la tarde, si se
refería a Vuestra Madre, Ella dio el cambio temprano en la
mañana. Él añade que la conocía y que era amigo de su papá,
sin embargo, él nunca vivió en Arroyo, ni en el pueblo de
Guayama y mucho menos en Humacao. Don Ramón Fortuño
Sellés alega que Elena Huge/Huyke estudió y se hizo profesora
en el pueblo de Humacao. Esta información no es cierta ya que
Elena Huge/Huyke pertenecía a una familia de educadores
ilustres que habían llegado de Curazao. De igual forma don
Francisco dice saber el nombre del papá de ella, pero no sabe
quién era la mamá. Él dijo que tampoco sabía de dónde eran
naturales ella y su papá. ¿Cómo es posible que siendo tan
amigo de ellos como él alega, no conociera el lugar de su
procedencia, sus parientes y el apellido materno de Elena? Don
Francisco Torres ni siquiera vivió en los mismos pueblos que

184
vivió Elena Huge/Huyke. Él alegó saber la edad de ella
diciendo: “Tenía 35 años, era vecina de San Lorenzo y residía en
el Barrio Espino y murió de debilidad general”. Don Francisco
Torres trabajó en varios censos junto a: don Feliciano González,
don Gerardo Rovira, don José Dávila, don Antonio Rodríguez y
a don Eladio López en el pueblo de San Lorenzo. En ninguno de
los censos de San Lorenzo de ese tiempo aparece el nombre de
don Emilio Huge/Huyke ni Elena Huge/Huyke.

Don Francisco también declaró lo siguiente: “De estado se


ignora, de profesión religiosa” dándonos a entender que
desconocía el estado civil de “doña” Elena, pero que sabía que
era de profesión religiosa. Todos sabemos que una religiosa o
monja católica no puede estar casada, por lo tanto si era
religiosa y además tenía el título de “doña” por obligación se
trataba de una religiosa protestante. Por lo contrario, la Iglesia
Católica siempre ha llamado hermanas a las religiosas y madre
a las superioras y además éste es un título de nobleza de las
familias de alta sociedad. Desde luego tenía que llamarle doña
ya que doña Elena pertenecía a la familia Huyke y todos los
Huyke eran de la nobleza. Don Francisco Torres denota por la
manera de expresarse que pertenecía a la religión protestante.

Don Francisco Torres alega que conoció a Emilio H. (Higinio)


Huge/Huyke. En esa época la mayoría de las personas se
conocían y mucho más si las personas eran “De profesión
religiosa” como lo indica don Francisco Torres en el Acta de
Defunción Facultativa. Es extraño que nunca supiera tan
siquiera quién fue la mamá de Elena. Él dice que era amigo del
papá de ella y que se responsabilizó de ella; manifestándose en
calidad de encargado y corrió con todos los gastos del entierro
junto con otros políticos, asambleístas y la familia Sellés. Me
pregunto: ¿Por qué don Francisco si la quería tanto, la dejó
morir de debilidad y no se ocupó de ayudarla a tiempo ni de
alimentarla? Debido a estas aseveraciones falsas que hizo don
Francisco y escribió don Martín Díaz en el Acta de Defunción
Facultativa es que padre Dimas Soberal hace sus declaraciones.
Él dice tanto en el documental de OMECOS como en el Boletín
de la Santa Montaña que la madre Elena murió de debilidad y

185
aclara que estaba muy enferma y devido a la edad apenas podía
moverse. Me pregunto: “¿Cómo es posible que la Iglesia acepte
que un teólogo haga estas aseveraciones dejándose llevar
únicamente por un acta que fue inventada por unos
republicanos masones con ideales protestantes? ¿A qué
profundidad haría él dicho análisis, a pesar de que en el acta
lee (aclara) facultativa (inventada) y que las personas mal
intencionadas se encargaron de darlo por un hecho?

Me pregunto: ¿De dónde don Francisco Torres sacó el nombre


de Emilio H.(Higinio) Huge/Huyke? ¿Cómo conocería a don
Emilio H. Huge/Huyke? Este señor no aparece en los censos del
pueblo de San Lorenzo de esa época ni tampoco Elena
Huge/Huyke. Don Emilio Higinio y Elena eran naturales de
Islas Vírgenes al igual que los McCormick, don Juan B. Huyke
y otros.

Estas personas tales como: don Francisco Torres ortiz, don


Manuel Torres Ortiz, don Martín Díaz, don Fernando Vázquez y
don Manuel Gutiérrez eran utilizadas por los grandes líderes
políticos de esa época cuando necesitaban testigos para
manipular alguna información a su conveniencia. Todos eran
corruptos y mentirosos. Lo podemos comprobar al leer dicha
Acta. Podemos notar con claridad en las contradicciones de sus
expresiones en dicha Acta de Defunción Facultativa, reflejando
las mentiras que improvisaron cuando la redactaron. Un Acta
de Defunción Facultativa se hace cuando no hay datos o
información suficiente, sin embargo, no es requisito mentir ni
se debe mentir en la misma. ¿Cuál sería la intención o el
propósito de mentir en este documento cuando no tenían la
necesidad de hacerlo? ¿Por qué seleccionaron los nombres de
Elena Huge/Huyke y de Emilio H. Huge/Huyke en específico y
no Juana del Pueblo ?

Los confabulados tergiversaron la historia de Vuestra Madre


para que de esa manera la gente de San Lorenzo y demás
pueblos no pudieran nunca conocer la verdadera identidad de
Vuestra Madre de la Santa Montaña de San Lorenzo.
Posiblemente estos líderes políticos quemaron todos los

186
documentos y toda información que de una manera u otra
pudiera evidenciar o delatar a las personas que estuvieron
involucradas en todo esto y en otros incidentes. Uno de los
incendios provocados fue el de la Alcaldía de San Lorenzo, lugar
donde se guardaban todos los documentos importantes para
esa época, 31 de mayo del 1937, bajo la administración de don
Pedro Borges López.

No tan sólo se limitaron a quemar en el pueblo de San Lorenzo


sino que por casualidad también destruyeron toda evidencia
que delatara la verdadera identidad de Elena Huge/Huyke en
Curazao. Cuando hice la investigación sobre Curazao descubrí
que allá también ocurrió un fuego en las oficinas del gobierno,
similar al que ocurrió en San Lorenzo para ese mismo año. ¡Qué
casualidad! Es muy posible que Juan B. Huyke estuviera
involucrado en todo esto ya que para ese entonces eran un
político muy poderoso e influyente y además controlaba los
medios de comunicación, de ideal Republicano, protestante y
mason.

Muchas personas e inclusive algunos católicos se oponen a que


se dé a conocer la verdadera historia de Vuestra Madre. Esto es
así ya que su presencia nos da autonomía e identidad como
puertorriqueños y delata el atropeyo y abuso de poder de estos
líderes políticos como la influencia de algunos líderes religiosos
y masones.

También Vuestra Madre señalaba la corrupción rampante que


existía dentro de la Iglesia Católica y en la isla. A pesar de que
muchas personas conocen las injusticias y las mentiras que se
han tejido sobre esta historia, han optado por guardar silencio y
otros se han dedicado a esconder o destruir evidencias. Todo
esto se ha hecho en un intento desesperado para desaparecer la
devoción a Vuestra Madre, la Virgen del Carmen, en la Santa
Montaña de San Lorenzo; esto se debe a todo lo que esta
realidad implica y el impacto que esto pueda causar tanto en lo
político, como en lo religioso y en lo social. Estos
acontecimientos que nos aclaran y nos dan fe de que Vuestra
Madre es la Santísima Virgen del Carmen atentan y ponen en

187
riesgo el control que tienen actualmente algunos líderes
religiosos y políticos, especialmente los republicanos, sobre el
Santuario de la Virgen del Carmen en nuestro país.

Quiero hacer la aclaración de que no tengo nada en contra de


ningún partido político. Mi ideal es Nuestro Señor Jesucristo y
mi bandera es María y en Ella nuestra Iglesia Católica. Escribo
y denunció públicamente los atropellos y las inrregularidades
que se están cometiendo en contra de la historia de Vuestra
Madre, y con algunos de los sacerdotes en la Iglesia. Soy muy
celosa con ella y no me voy a hacer cómplice de la maldad
porque no quiero pecar de omisión.

Cuando Vuestra Madre dio el cambio, luego de su velación,


procedieron con todo lo que corresponde a un entierro, la
bajaron por el camino de la Santa Peña del barrio Espino,
sector Morena, continuaron por todo el camino del barrio
Espino hasta llegar al camino real del barrio Cayaguás. Este
camino conectaba al pueblo de San Lorenzo; es allí donde se
encuentra actualmente el puesto de gasolina Gulf, frente a
Plaza Buxó en una de las entradas del pueblo de San Lorenzo.
Por ahí caminaban todas las personas de todos los barrios y
pueblos adyacentes a la Santa Montaña para poder entrar al
pueblo de San Lorenzo. Doña Domitila Rosario, vecina de San
Lorenzo, me cuenta:

-El fiscal en aquel entonces era el fiscal Buitrago.

-¿Doña Domitila, cómo se llamaba su papá?

-Mi papá se llamaban Vicente Rosario Galarza, él se encontraba


en el entierro y me dijo: “Mi hija, en aquel tiempo el fiscal era el
señor Alejandro (Lili) Buitrago. Este señor alcanzó el entierro
allí frente a la tienda del Sr. Bezares. Ésta era una tienda
grande que existía allí en aquel tiempo. Le puedo decir que
papá me contaba: “ Mi hija, cuando este fiscal Buitrago llegó allí
para confirmar que todo estaba bien, él se acercó a la caja y
sólo dijo: “Todo está bien”.

-¿Doña Domitila, el juez Buitrago subió a la Santa Montaña?

188
-“Que yo sepa, papá que estuvo allí siempre, me dijo que este
fiscal nunca subió a la Santa Montaña”.

Dejándonos llevar por los actos y expresiones de este señor


fiscal podemos notar que ni siquiera abrió la caja para poder
comprobar que todo estuviera bien. Aquí demostró su
indiferencia y la maldad que maquinaba. Tenía
aproximadamente 15,000 personas en espera de que él abriera
la caja y la revisara para poder dar su aprobación como fiscal y
así poder proseguir con el entierro. Según cuentan los testigos
este señor no abrió la caja. De haberlo hecho, se hubiera
llevado tremendo susto al abrirla y notar que allí no se
encontraba Vuestra Madre y que la caja estaba vacía.

El 1ro de octubre de 1909, día del entierro de Vuestra Madre, al


llegar la comitiva fúnebre al Cementerio Municipal de San
Lorenzo (Cementerio Viejo en la actualidad); Don Valentín
Galarza y su esposa doña Santos Rodríguez, don Adolfo Ruiz,
don José González, don Gumersindo Galarza y otros pidieron
que se abriera la caja para ver a Vuestra Madre y así confirmar
sus sospechas de que Vuestra Madre ya no se encontraba en la
caja y que la caja estaba vacía. Para sorpresa de ellos y alegría
de todos los presentes, al abrir la caja por orden de padre Pedro
Puras, notaron que Vuestra Madre no estaba allí. Así lo
constataron: padre Pedro Puras e Ignacio Sánchez entre otros.

En la caja sólo se encontraba un rosario de rosas que expedía


un olor a rosas inconfundible, igual que el olor a rosas que
siempre expedía Vuestra Madre. Dicen los testigos de Vuestra
Madre que este rosario se lo llevó doña Santos Rodríguez para
su casa en el barrio Borinquen de Caguas. Cuentan los testigos
que durante muchos años las personas iban a ver el rosario,
éste se conservaba intacto y continuaba expidiendo olor a
rosas.

Los confabulados estaban furiosos y mandaron a otras


personas a vandalizar el panteón, para así poder robar la caja
vacía y desaparecer la evidencia del milagro de la desaparición
de Vuestra Madre durante el sepelio. El panteón pertenecía a la

189
familia Sellés, una de las familias más prominentes en el pueblo
de San Lorenzo. Los confabulados se robaron la caja vacía y
más tarde se encargaron de engañar al pueblo diciendo que
padre Pedro Puras se había llevado la caja para la Parroquia de
San Lorenzo para ser utilizada durante las proseciones del
Viernes Santo.

En la carta fechada el (miércoles) 6 de septiembre de 1911,


Padre Pedro Puras le dice al obispo William Ambrose Jones: “Y
es cierto que están rabiosos los enemigos de la Iglesia, al ver
tanta gente en el templo y estarán contentos de que en unos
días, cuando yo me separe de Puerto Rico, donde he trabajado
más que nadie, y he recibido más golpes y desprecios, que
ninguno”. Padre Puras añade: “No (juzgamos) sus astucias y
sabemos que con mentiras y engaños (Refiriéndose a los
republicanos) han acudido hasta el obispado. Sabiendo todo
esto la gente del campo, me han reunido comisiones para
protestar, y (pedir) a su Ilustr. que no oiga la voz y los embustes
de los lobos rapaces con piel de ovejas (republicanos) y contento
que no necesito a nadie; y que en caso de que sean aludidos,
tengo campo donde (poderme) lanzar a trabajar en otros países,
como estoy ya resuelto a hacerlo. Y ahora explicado ya el
sentido de la carta (que yo no he publicado) informa de ella
bueno o mal (gusto) depende de la apreciación que de ella se
haga, y creo, que porque uno diga a otro la verdad de los
hechos sea alabarse a sí mismo. Si no soy suficiente como
confesor y director para apreciar los consejos que dé una
persona a otra, creo que estoy de más, y no debo estar en
manera alguna al frente de una parroquia, y la circular que
(prescribe) y da alerta a los párrocos para que velen sobre
doctrinas, debe señalar allí los (sacerdotes) eruditos, y éstos son
los que deben estar al (frente) de las parroquias, y los
ignorantes, relevarlos… deber de conciencia de todo superior”.

Esta difamación logró que padre Pedro Puras renunciara a su


cargo en la Parroquia de San Lorenzo, siendo trasladado a la
parroquia del municipio de Vieques.Esto fue así ya que fue
fuertemente presionado por el obispo William Ambrose Jones,
los republicanos protestantes y los libres pensadores. El obispo

190
lo reubicó encomendándole otra misión en la isla municipio de
Vieques con la intención de que estuviera completamente
incomunicado con las personas del pueblo de San Lorenzo y
con todo lo que tuviera que ver con Vuestra Madre de la Santa
Montaña.

Esto contrasta con el trato preferencial que se le dio a padre


Mariano Joaquín Saras por parte del obispo William Ambrose
Jones. Padre Mariano Joaquín Saras Lodano era asambleísta y
cooperaba mano a mano con los políticos del pueblo. A pesar de
lo corrupto que fue padre Mariano Joaquín Saras y de ser
partícipe en la persecución en contra de Vuestra Madre, éste
recibió un trato especial por parte del obispo, los políticos y los
libres pensadores. Cuentan algunos testigos que Vuestra Madre
corrigió en varias ocasiones a padre Mariano Joaquín Saras y le
exigió que dejara el lucro que tenía con las tierras que les
quitaba a los pobres campesinos. Le pidió que no les quitara
sus tierras. Le indicó que no descuidara la Iglesia y su
feligresía ya que a eso lo había llamado su hijo Jesús.

Estos líderes políticos estaban directamente ligados a las


irregularidades ocurridas con el Acta de Defunción y con el robo
de la caja de Vuestra Madre. El entierro fue viernes 1ro de
octubre de 1909 y el domingo 3 de octubre de 1909 ya no se
encontraba la caja en el panteón y no sólo eso, sino que los
ladrillos estaban todos esparcidos por el suelo, cosa que
sorprendió muchísimo tanto a sus discípulos como a la gente
del pueblo en aquel entonces según confirmaron los testigos.
Los libres pensadores más tarde construyeron una caja de
cristal para remplazar la caja de madera que estaba en el
panteón de los Sellés cuando fue robada. La caja de madera
original (robada) había sido construida por don Adolfo Ruiz
Medina y no contenía cristal. La madera de la caja fue aserrada
por don Luis Rodríguez. Ésta fue la caja que se utilizó para el
entierro de Vuestra Madre. Vuestra Madre se encargó de que la
caja a utilizarse fuera la de madera, la que Ella mandó a
construir y conservó en su casita. Ésta fue construida por don
Adolfo Ruiz Medina quien era carpintero y maestro de obra de
Vuestra Madre. Éste construyó la caja bajo la supervisión de

191
Vuestra Madre. Tanto don Adolfo Ruiz como don Luis Rodríguez
eran fieles discípulos de Vuestra Madre.

Estos políticos y libres pensadores comentaban que padre Pedro


Puras se llevó la caja para la Iglesia Nuestra Señora de las
Mercedes. Les quiero aclarar que padre Puras no se llevó la caja
porque en aquel tiempo al igual que ahora, había un enorme
respeto por los cementerios, panteones, ataúdes y por los
fenecidos. Me parece que con los valores que demostró tener
padre Pedro Puras, jamás se hubiera atrevido a hacer algo
semejante. Inmediatamente que el obispo trasladó a padre
Pedro Puras para la parroquia del Municipio de Vieques, los
libres pensadores le regalaron a la Parroquia de San Lorenzo
una caja de cristal. Esta caja la recibió el sacerdote que
sustituyó a padre Pedro Puras, éste fue nombrado por el obispo
William Ambrose Jones para complacer a aquellos republicanos
y libres pensadores con quién él mantenía muy buenas
relaciones. Este sacerdote aceptó la donación del ataúd de
cristal construido y donado por los libres pensadores. Este
ataúd no lo podían construir los pobres campesinos porque era
muy costoso y sofisticado para esa época, según los testigos.

La caja de cristal fue transportada en una carreta escoltada por


la guardia civil durante la noche ya que existía el Toque de
Queda y guiada por los masones desde donde la tenían
guardada hasta la Parroquia de San Lorenzo. Esta caja fue
mandada a hacer por los mismos confabulados que se
reunieron para inventar el Acta de Defunción a nombre de
Elena Huge/Huyke.

También les quiero aclarar que la caja que utilizaron en el


entierro no era de cristal ya que la caja la empezó a construir
don Luis Rodríguez y Vuestra Madre le pidió a don Adolfo Ruiz
que le ayudara a terminarla. Doña Estervina Ruiz nos asegura
que está dispuesta a testificar en los tribunales de que la caja
era de madera y que ésta la hizo su papá don Adolfo Ruiz
Medina porque la había comenzado un aserrador y su papá que
era maestro de obra, la terminó. Tan pronto la terminó, la llevó

192
a la casita de Vuestra Madre en el lugar conocido como La Obra
y allí Vuestra Madre la guardó.

Doña Estervina nos cuenta: “Mi papá, don Adolfo Ruiz, la hizo
con la ayuda de Vuestra Madre ya que Ella le daba las
instrucciones de cómo ella la quería. Esta caja era sellada. Él
se encargó de brillarla, pero bien brillá'. ¡Imagínense, si él sabía
que Ella era la Virgen del Carmen! Siempre que las personas se
referían a Ella como la difunta Elena, papá y otros discípulos
tenían grandes discusiones, aclarándoles a estas personas que
Ella era Mamita Redentora, Redención de Jesús, la Santísima
Virgen del Carmen”. Por esta razón esos hombres (masones) los
perseguían y los mandaban a callar.

Los republicanos, protestantes y libres pensadores siguieron


engañando con su maldad a todas las personas. Les hicieron
creer que la caja era de cristal y que esa fue la caja que
utilizaron para enterrar a Elena Huge/Huyke. Estas personas
le regalaron la caja de cristal a la Parroquia de San Lorenzo
después que consiguieron que trasladaran a padre Pedro Puras
de la parroquia de San Lorenzo a la parroquia del municipio de
Vieques ya que ellos sabían que padre Pedro Puras jamás la
hubiese aceptado, pues él sabía de sus malas intenciones.
Cuando las personas preguntaban por la caja, estas personas
decían que la tenía padre Pedro Puras y le hicieron creer a
muchas personas de que esa era la caja donde habían
enterrado a Elena Huge /Huyke. Todos sabemos que esto no
fue así porque la caja donde llevaron a Vuestra Madre fue
robada; era de madera y fue construida por don Luis Rodríguez
y don Adolfo Ruiz Medina por instrucciones de Vuestra Madre.

Quiero aclararles todo lo relacionado con el tema de la caja ya


que los masones le quisieron dar una identidad humana con la
intención de restarle la importancia sobrenatural que tenía
Vuestra Madre, la Santísima Virgen del Carmen. Después de
107 años de la historia de Vuestra Madre algunas personas en
Puerto Rico siguen hablando de este tema. Hago la aclaración
para aquellas personas a quienes todavía les interesa mucho
este tema ya que Vuestra Madre era la Santísima Virgen del

193
Carmen y no Elena Huge/ Huyke. Los republicanos masones de
aquel entonces les hicieron creer a los campesinos que la
persona a quien enterraron fue a Elena Huge/ Huyke. Los
discípulos de Vuestra Madre nunca creyeron en este engaño,
todos ellos sabían que Vuestra Madre era en realidad la Virgen
del Carmen.

Don Bernardo del Valle, vecino de San Lorenzo nos afirma que
el domingo 3 de octubre de 1909 fue al cementerio con su papá
y notó que la caja de Vuestra Madre no estaba en el panteón de
la familia Sellés y que la tumba del panteón estaba abierta con
los ladrillos esparcidos por todo el suelo. Así lo afirma también
doña Estervina Ruiz. Ella nos cuenta: “Al tercer día después del
entierro, el domingo 3 de octubre, papá fue con otros discípulos
a visitar el panteón de Vuestra Madre y estaba vacío”. Al ver
los ladrillos esparcidos por el suelo y notar que se habían
llevado la caja, todos se sorprendieron y se quedaron tristes y
muy preocupados. Todos ellos sabían que Vuestra Madre había
dado el cambio y que no se encontraba en la caja, ellos sabían
que sólo enterraron una caja vacía, pero para estos campesinos
la caja tenía un gran valor sentimental porque la había
mandado a construir Vuestra Madre. Sus discípulos
guardaban y custodiaban con mucho cariño y respeto todo lo
que era de Ella. Estas reliquias les recordarían siempre a
Vuestra Madre, la Virgen del Carmen, a quien ellos querían
tanto.

Decir que padre Pedro Puras tenía la caja de cristal para usarla
en las procesiones del Viernes Santo se prestaba para que las
personas pensaran que él se llevó la caja del panteón. En
realidad esto no sucedió así, pero ésa fue la intención de los
libres pensadores al regalarle la caja de cristal a la Parroquia de
San Lorenzo en ausencia de padre Pedro Puras. Padre Pedro
Puras no vandalizó el panteón ya que esto lo hicieron los
masones y también desaparecieron la verdadera caja de Vuestra
Madre. Esta caja nunca apareció y los masones de aquel
entonces no querían que la gente atestiguaran que antes de
haber enterrado la caja vacía ya el cuerpo de Vuestra Madre

194
había desaparecido. Esto confirmaría que Ella era un ser
sobrenatural.

Los ladrillos del panteón estaban todos esparcidos por el piso


indicando que la tumba fue forzada y vandalizada. La caja se la
llevaron en una de las siguientes noches: el mismo viernes 29
de septiembre por la noche, después de haber puesto la caja en
el panteón o la noche del sábado siguiente. El domingo 3 de
octubre de 1909 en la mañana ya no estaba la caja en la tumba
del panteón, ya la habían vandalizado según lo afirman algunos
testigos. El sacerdote Pedro Puras no hizo esto ya que había que
sacar unos permisos especiales tanto municipales como
federales para poder exhumar un cadáver y estos permisos eran
controlados por ellos mismos y no se otorgaban durante los
fines de semana. Podemos darnos cuenta que esto fue un robo
que hicieron estos masones, republicanos y protestantes mal
intencionados. Eran muy astutos y manipulaban a las personas
ignorantes como lo expresó Padre Puras en sus cartas; además
tenían el control absoluto del pueblo de San Lorenzo,
incluyendo el cementerio y demás facilidades del gobierno, esto
se debía a la gran influencia que éstos tenían con algunos
líderes de la iglesia así como en la Fortaleza ya que tenían el
poder político absoluto.

Doña Severiana Valdés Morales afirmó que los Hermanos Cheo


decían: “Que cuando moría un santo, el Papa de Roma era
iluminado y mandaba a que el obispo le enviase el cuerpo del
santo.” Doña Severiana Valdés refleja con estas expresiones
que estas palabras las escuchó de un masón ya que ellos eran
los que usaban el término iluminado. La persona que se
encargó de regar estas palabras fue el sacristán Ignacio
Sánchez, vecino del barrio Quebrada Arenas de San Lorenzo.
Éste era masón y le contó a Petrona Montañez González que:
“Cuando moría un santo, las campanas de Roma repicaban por
sí solas y el Papa mandaba a saber; ¿quién era y dónde vivía?”.
Estos rumores hicieron suponer a muchas personas que el
Cuerpo de Vuestra Madre se encontraba en Roma. Esto provocó
que las personas dejaran de buscarla en la Santa Montaña y
fueran olvidándose de Ella, logrando que la verdadera historia

195
se volviera una leyenda y de esta manera los republicanos,
protestantes y libres pensadores creyeron que habían logrado
sus propósitos.

La señora Ana Galarza cuenta que su papá (Gumersindo


Galarza) le decía que había mucha gente extraña en el entierro
y que éstas eran muy importantes y lo reflejaban en sus
vestimentas. Su papá decía que no eran de San Lorenzo. Esto
le hizo pensar a su papá y a otros, debido a su ingenuidad, que
se trataba de personas enviadas por el Vaticano (Roma). Los
libres pensadores se aprovecharon de esta circunstancia y
acordaron junto a Ignacio Sánchez de correr la voz de que el
obispo William Ambrose Jones había enviado a buscar el
cuerpo de Vuestra Madre para enviarlo a Roma.

El obispo William Ambrose Jones envió una comitiva desde San


Juan a San Lorenzo para asistir al entierro. La comitiva estaba
tan elegantemente vestida y de forma muy particular que hizo
que los campesinos y otras personas presentes pensaran que
se trataba de personas importantes enviadas por el Vaticano. Lo
hicieron para que pensaran que el obispo William Ambrose
Jones le había enviado el cuerpo de Vuestra Madre al Santo
Padre (San Pío X) a Roma. Les hicieron creer a estos
campesinos que la comitiva venía de Roma, como así lo creyó
don Gumersindo Galarza y más tarde sus hijas y así otros
inocentes campesinos.

Ignacio Sánchez era hermano de Graciano Sánchez y de


Francisco Sánchez, alcalde de San Lorenzo en el 1903. Padre
Puras describe a Graciano Sánchez como uno más del grupo
de los libres pensadores (masones). Le dice al obispo William
Ambrose Jones a través de una carta que Graciano Sánchez es
una persona calumniadora, libre pensador y republicano.
Ignacio Sánchez era el sacristán de la Parroquia de San Lorenzo
y había trabajado anteriormente con padre Mariano Joaquín
Saras.

Graciano Sánchez y Francisco Sánchez eran unos de los


perseguidores de Vuestra Madre y sus palabras fueron

196
planificadas junto al grupo de los confabulados con el propósito
de hacerles creer a estos humildes campesinos que el cuerpo de
Vuestra Madre estaba en Roma. Según los testimonios de: don
Juan Velázquez y Erasmo Nieves (Hermano Cheo) los Hermanos
Cheo tenían conocimiento de que Vuestra Madre era la Virgen
del Carmen. Los Hermanos Cheo nunca dijeron lo que Ignacio
Sánchez y sus parientes pretendían hacerles creer a los
campesinos de que el papa Pío X mandó a buscar el cuerpo.

Si se hubiese tratado de Elena Huge/Huyke la persona a


quien inscribieron los republicanos, protestantes y libres
pensadores en el Acta de Defunción, era imposible que el
cuerpo se lo llevaran para Roma ya que para ese tiempo no
había embalsamamiento, no había barcos disponibles y aunque
hubiese barcos disponibles, el viaje en barco hubiese tardado
demasiado. ¿Cómo fue posible? A Puerto Rico solamente
entraban barcos mercantes ya que éstos eran los que existían.
Si hubiesen enviado a Roma el cadáver, éste hubiese tardado
mucho tiempo en llegar al Vaticano. ¿Por dónde se la llevaron,
si al entierro asistió un gran gentío de aproximadamente 15,000
personas o más que no se despegaban de Ella? ¿Por qué muelle
la subieron al barco? En avión no la pudieron transportar
porque todavía éstos no existían. Si era una mujer común y
corriente como dicen algunos líderes de la Iglesia y los políticos
de ese tiempo y algunos líderes religiosos en la actualidad, ¿por
qué no se descompuso su cuerpo? Una persona normal ya al
otro día empieza a descomponerse y a expedir mal olor.
¡Imagínense a Padre Puras con este cadáver en la Iglesia!

Aquí nos damos cuenta de las malas intenciones de estas


personas ya que habían planificado desaparecer la caja donde
estuvo el cuerpo de Vuestra Madre. Don Ignacio Sánchez estaba
presente cuando padre Pedro Puras abrió la caja y éstos vieron
que Vuestra Madre no se encontraba, había desaparecido de la
caja. Tanto Ignacio Sánchez como el juez Alejandro(Lili)
Buitrago, las máximas autoridades de San Lorenzo y otros
líderes políticos de otros pueblos trataron de ocultar la
desaparición de la caja de Vuestra Madre cuando fueron ellos
mismos los que ejecutaron dicho robo.

197
El obispo William Ambrose Jones supo de antemano lo que
sucedió con el cambio de Vuestra Madre (entierro). El juez
Alejandro Buitrago lo mantenía muy bien informado. El obispo
tenía preferencias por el gobierno republicano y recibía órdenes
directas del gobernador George Colton. Tenía mucha
persecución contra Vuestra Madre y sus seguidores y por eso
no le importó su entierro, al cual no asistió, pero envió una
comitiva muy engalanada, la cual al regresar a San Juan lo
mantuvo al tanto de todo lo ocurrido. Ese mismo obispo fue la
persona que en una ocasión subió a la Santa Montaña y se
llevó a Vuestra Madre a caballo para interrogarla. Viajó desde
San Juan hasta el barrio Espino de San Lorenzo para
confrontarla y terminó llevándola a una capillita/ermita del
barrio Espino y la “encerró” en un cuarto para interrogarla al
día siguiente. Al otro día, al amanecer cuando fueron a buscar a
Vuestra Madre, el cuarto permanecía cerrado y Ella se había
desaparecido, ya no estaba allí.

Me pregunto: ¿Por qué el obispo William Ambrose Jones no fue


al entierro? Vuestra Madre era alguien a quien todos los
campesinos de Puerto Rico le rendían honor y mucho más
aquellos que eran sumamente religiosos. ¿Por qué no vino a
caballo como lo había hecho anteriormente? ¿Si se hubiese
tratado de un pariente de los Huyke, dónde están sus cartas de
elogio? Él se pasaba escribiendo circulares y cartas a padre
Pedro Puras denunciándolo por éste brindarle apoyo a todos los
campesinos. En dicha carta él tildaba a los campesinos de:
ignorantes, locos y supersticiosos.

Para esa época no existía el teléfono en nuestra isla. El teléfono


llegó a San Lorenzo aproximadamente para el año 1928. El
telégrafo llegó primero que el teléfono ya que Enriqueta Huyke,
tía de Juan B. Huyke y de Elena Huyke, tenía una hacienda en
el pueblo de Arroyo. La hija de Enriqueta estaba emparentada
con Morse, el inventor del telégrafo, por lo tanto nuestra isla fue
uno de los primeros lugares del mundo en donde se probó el
telégrafo y se implementó esta nueva tecnología. El telégrafo
llegó a San Lorenzo gracias a la influencia de Juan B. Huyke y
su relación con los libres pensadores del pueblo de San

198
Lorenzo. El telegrafista no tardaba mucho en procesar un
mensaje, por lo tanto, el obispo y los agentes del gobierno
tuvieron conocimiento de todo lo acontecido con el cambio de
Vuestra Madre. También obtenían información a través de
espías que se dedicaban a llevar información de pueblo en
pueblo como era la costumbre de aquella época.

El obispo William Ambrose Jones mantenía comunicación


telegráfica con don Alejandro (Lili) Buitrago y éste a su vez
mantenía comunicación con las autoridades de San Lorenzo y
otros.

En el pueblo de San Lorenzo no había luz eléctrica, los faroles


del pueblo y de la iglesia se prendían con gas líquido. No había
medios de transportación, sólo se podía llegar a caballo. En
algunos lugares no había caminos anchos para que pudieran
llegar las calezas. Los campesinos tenían que ir a pie y por
veredas, pasando por ríos muy crecidos ya que en ocasiones
llovía copiosamente como lo afirman los testigos.

Existe una leyenda en este pueblo de que construyeron tres


cajas para el entierro de Vuestra Madre y esta leyenda fue
inventada por los masones. Nunca, pero nunca existieron tales
tres cajas. Todo esto fue inventado por los que deseaban crear
un misterio que confundiría más a estos campesinos. La caja
no era de cristal porque era imposible que estuvieran cortando
cristales ya que para ese tiempo estos campesinos no tenían los
instrumentos o herramientas para hacerlo. No tenían el dinero
ya que estos cristales eran muy costosos en aquel entonces. No
había dinero para comprar comida. Las mujeres se peinaban
mirándose en el río debido a que la pobreza era extrema.
Solamente las personas adineradas podían obtener los cristales.
No era posible que se hicieran tres cajas y mucho menos de
cristal. Estos políticos y libres pensadores se infiltraban entre
estos campesinos logrando confundirlos. Vuestra Madre nunca
guardó la caja que le hizo don Adolfo Ruiz en ningún lugar que
no fuera su casita ya que Ella sabía los propósitos de estos
libres pensadores y políticos republicanos que la perseguían. Sé
que esto fue así ya que Vuestra Madre tenía el don de ciencia

199
infusa y sabía que esas personas querían desaparecer la caja
tan pronto ellos se percataran del gran milagro que iba a
acontecer. Este milagro consistía en que Vuestra Madre
desaparecería milagrosamente de la caja durante el transcurso
del entierro como lo pudieron constatar varios testigos.

Cuando fueron a colocar en el panteón la caja de madera,


algunas personas tales como: don Adolfo Ruiz, padre Puras,
Ignacio Sánchez y otros pidieron verla por última vez; abrieron
la caja y su sorpresa fue muy grande al ver que Vuestra Madre
no estaba y la caja estaba vacía. Sólo encontraron un rosario
de rosas que expedía un olor a rosas que invadió y perfumó
todo el ambiente, por eso padre Pedro Puras cayó de rodillas y
exclamó: “Si ustedes supieran a quién ustedes tenían en la
Santa Montaña”. Ellos decían que el olor a rosas era
inconfundible. Este rosario se lo llevó doña Santos para su
casa. Si la caja hubiese sido de cristal no hubiera sido
necesario abrirla ya que se hubiera visto a Vuestra Madre a
simple vista. En cuanto al brillo que expedía la caja, todos
decían que era un brillo milagroso y especial nunca antes visto.
Ese día 1 de octubre del 1909 estaba lloviendo y había mucha
neblina, por lo tanto, no podemos adjudicarle el brillo de la caja
a los rayos del sol. Decían que la caja expedía un olor a rosas
propio de Vuestra Madre ya que para ellos ese olor era
inconfundible porque ellos estaban acostumbrados a sentirlo.
Siendo Vuestra Madre la Santísima Virgen María era natural
que oliera a rosas y que Ella brillara como el Ángel del Señor ya
que ella es el Ángel del Señor y así se hizo llamar. Según los
testigos Ella dijo que Ella era un ser espiritual y no material.
Las hijas de algunos de sus discípulos también lo confirmaron
porque sus padres que fueron testigos, así lo contaron.

Me da pena con las personas mal informadas, creyeron en las


mentiras de aquellos masones, republicanos y engañadores y
continúan confundidos en la actualidad. Aquí quedan reflejadas
las palabras de padre Puras. “Fue así con sus astucias, con sus
mentiras y engaños que han logrado sus malos propósitos”.
Padre Pedro Puras no se llevó ninguna caja y no hizo ningún
escalamiento, ni se robó la caja del panteón de los Sellés.

200
Tampoco él envió el cuerpo de Elena Huge/Huyke al obispo
para que éste a su vez lo enviara a Roma y mucho menos a
Vuestra Madre porque Ella ya había desaparecido
milagrosamente.

Cuando comencé esta investigación entrevisté a muchas


personas y pude notar que detrás de todo esto había un fin.
Con esto lograron sus propósitos de confundir a un pueblo,
pero no lograron desaparecer la historia de Vuestra Madre.
Después de haber desaparecido la caja de madera inventaron
una leyenda tras otra para así intentar desaparecer la
verdadera historia de Vuestra Madre, patrimonio de San
Lorenzo, como de todo Puerto Rico.

Aquí nos damos cuenta de la maldad y la gran confusión de


estas personas que no tenían límites. Es preciso ver cómo
utilizaban a estos pobres campesinos y les ponían palabras en
su boca, los tenían a todos confundidos. En cuanto a la caja de
cristal en forma de diamante y con argollas para cargarla me he
informado con una persona con gran conocimiento en la
masonería. Me informó que este tipo de caja era mandada a
hacer por los masones. Los diamantes significan la unión de las
escuadras. La unión de las escuadras forman los triángulos
que a su vez forman los diamantes. Las escuadras y los
diamantes son algunos de los símbolos de los masones, las
escuadras simbolizan al gran arquitecto del universo. Con esto
queda demostrado su malvado plan, toda la cizaña que
sembraron y la clase de personas que éstos eran. Eran
enemigos de Vuestra Madre, de la Iglesia Católica y de padre
Pedro Puras. ¡Cuántas calumnias! ¡Qué mucho sufrió padre
Pedro Puras con todas estas personas y qué tremenda
persecución lanzó el demonio contra él y los hijos de Vuestra
Madre! Los demonios por su ambición de poder y control
utilizaron a estos pobres campesinos poniéndoles en su boca lo
que debían decir, le indicaban lo que debían hacer y lo que
tenían que callar, con el propósito de ir desapareciendo la
verdadera historia de nuestro pueblo.

201
¿Por qué buscarían tantos testigos para firmar el Acta de
Defunción? Engañar se les hizo fácil ya que el cementerio era
administrado por ellos mismos. La familia Sellés eran los
dueños del panteón y los administradores del cementerio, éstos
tenían el poder político y económico del pueblo junto a sus
parientes los Fortuño, los Cruz Mangual, los Machín, los
Aponte y otros grandes líderes republicanos que ya les he
mencionado. Me pregunto: ¿Con qué propósito se llevaron una
caja vacía? ¿Por qué vandalizaron un panteón de una familia
tan reconocida como lo era la familia Sellés? ¿Por qué la familia
Sellés no hizo una denuncia? ¿Por qué desaparecieron la caja
de madera vacía de Vuestra Madre, por la noche y durante un
fin de semana? Estos libres pensadores se ocuparon más tarde
de regar la voz en el pueblo de San Lorenzo de que la persona
que enterraron fue a Elena Huge/Huyke para que esta
información llegara a los discípulos de Vuestra Madre. Ellos lo
hicieron con el propósito de que las personas pensaran que los
milagrosos destellos de luz que expedía la caja de madera
durante la procesión del entierro se debía meramente a la
mentira de que la caja era de cristal. Fue un día muy nublado
y lluvioso por lo tanto este brillo no era de un cristal. La caja de
cristal era la caja que ellos mandaron a construir y más tarde la
donaron a la parroquia.

Dios y la Virgen brillan como las copas donde se consagra el


pan y el vino cuando las guardan en Sagrario. Esta
experiencia la tuvimos mi esposo y yo en el antiguo Sagrario de
la Parroquia de San Pedro Mártir en el pueblo de Guaynabo;
muchas veces vimos cómo el sagrario brillaba y despedía
chispas de luz que parecían tener electricidad. Algunas
personas que nos encontrábamos presente frente a este
Sagrario pudimos ver ese gran milagro. Así sucedió con la caja
de Vuestra Madre, no se encontraba en la caja, pero brillaba y
tenía que brillar ya que donde está la madre también está la
presencia del Hijo y del Espíritu Santo ya que son inseparables.

El domingo 3 de octubre cuando algunos discípulos fueron a


ver la tumba, Vuestra Madre llevaba varios días de haber dado
el cambio. ¡Si se trataba de Elena Huge/Huyke, según los

202
confabulados, qué raro que nadie se llevó al sacerdote preso!
¿Por qué estas personas aseguraron que él se llevó la caja para
la iglesia con la intención de utilizarla en las proseciones del
Viernes Santo? ¿Por qué las autoridades se quedaron tan
tranquilos sin saber dónde se encontraba el cuerpo de Elena
Huge/Huyke? ¿Por qué el alcalde don Francisco Machín, la
máxima autoridad del pueblo de San Lorenzo, así como la
guardia civil y aún la familia Sellés no hicieron nada? ¿Por qué
permitieron este tipo de corrupción, profanación, escalamiento
y vandalismo? ¿Por qué la familia Sellés no hizo nada ya que
el panteón era de su propiedad? ¿Dónde estaba el Sr. Alejandro
(Lili) Buitrago, que para ese entonces era el fiscal en San
Lorenzo? Después de éste hacer muchos favores, lo nombraron
juez en el Tribunal de Guayama. ¿Dónde estaba don José
Fernando Aponte, fiscal del caso de Cordovés Berríos, para que
enviara a padre Puras a la cárcel de Humacao, como lo hizo con
don Fernando Dones? ¿Dónde estaban estas personas? Esto
nos lleva a pensar que este alcalde, Francisco Machín, era parte
de la confabulación al igual que don Sebastián Aponte Rotger y
el obispo William Ambrose Jones ya que éstos callaron.

¡Es triste que no se le notificara a la prensa del país sobre este


acontecimiento tan importante tanto para el pueblo de San
Lorenzo como para todo Puerto Rico! Siendo Vuestra Madre la
Santísima Virgen María a quien nuestro pueblo le debía tanto
agradecimiento, ¿dónde estaban los periódicos más famosos de
este país como lo eran: La Democracia, El Heraldo Español y
otros? Estos periódicos eran dirigidos y controlados con gran
influencia tanto por los Huyke como por los demás líderes
republicanos de aquel entonces. El juez Alejandro Buitrago con
otros líderes políticos se encargaron de publicar en el Heraldo
Español, la visita que hizo padre Puras junto al Hermano Cheo,
Francisco (Pancho) Núñez a la Santa Peña, lo hicieron con el
propósito de que el obispo le diera la reprimenda.

203
En Puerto Rico no era muy común que se llevaran a cabo
entierros cuya asistencia alcanzara la cifra de 15,000 personas
o más. La asistencia a dicho entierro alcanzó dicha cifra a pesar
de que en aquel tiempo no había mucha población y mucho
menos en el pueblo de San Lorenzo.

Me pregunto:¿El gobernador incumbente en Puerto Rico,


tendría conocimiento de la grandeza e importancia de Vuestra
Madre para los puertorriqueños? ¿Dónde estaba el obispo en el
momento del entierro? ¿Dónde estaba el alcalde en ese
momento que no envió ningún comunicado de prensa, a pesar
de que Vuestra Madre fue alguien tan grande e importante para
las personas en esa época? ¿Por qué el alcalde no acudió al
entierro ya que Ella hizo tantas obras por los pobres y por toda
la gente de su pueblo y otros pueblos? El alcalde don francisco
Machín Machín estaba presente cuando hicieron el Acta de
Defunción Facultativa (inventada) de Elena Huge/ Huyke ya
que ésta la hicieron en la Alcaldía y él era la persona más
interesada en dicho documento.

Para decirles más, cuando comencé a hacer las investigaciones,


las personas que se suponía que supieran algo de la historia de
Vuestra Madre, demostraban tener miedo y se me iban del lado
diciendo que no se podía hablar o comentar nada acerca de
Vuestra Madre. Me decían que me olvidara de eso. Cuando les
preguntaba a algunos sacerdotes, me decían que no se debía
hablar de ese tema porque los obispos no lo permitían. Ellos
decían que la que murió allí era una tal Elena Huge/Huyke y
que estaba prohibido decir que Ella era la Santísima Virgen o
Vuestra Madre ya que esto era una herejía.

El juez Buitrago y sus amigos: muchos de ellos protestantes,


libres pensadores y republicanos no creyeron y se dieron a la
tarea de perseguirla. También ahora hay jueces como el juez
Buitrago y su escuadrón que tienen las mentes distorsionadas
al no querer aceptar la verdad y continúan con la persecución
desmedida sin imaginarse a quién persiguen. ¡Si supieran...

204
Esta historia es patrimonio de todos los puertorriqueños y de
todos nuestros hermanos independientemente de sus criterios
políticos o religiosos. Únete en oración para que algún día todos
estemos unidos con Ella en la Santa Montaña rindiéndole culto
como lo hicieron sus discípulos.

A pesar de que en aquel tiempo como actualmente hay algunas


personas como los libres pensadores, protestantes,
republicanos y algunos líderes de la iglesia que creyeron y creen
que esta historia está desaparecida y enterrada; les aseguro que
ésta se hará realidad y se levantará con más fe y amor por ser
Vuestra Madre quién era, es y será, la Santísima Virgen del
Carmen. Debemos orar para que el Espíritu Santo la siga dando
a conocer. Decir la Santa Montaña es decir Vuestra Madre y
también Puerto Rico porque ese lugar además de ser tan
hermoso es nuestro santuario. Allí podemos darle culto a la
Santísima Virgen María ya que está dedicado a Ella. La iglesia
y los obispos lo han declarado como Santuario de la Virgen del
Carmen. Nosotros no escogimos ese santo lugar, Nuestro Señor
Jesucristo y Vuestra Madre lo escogieron para nosotros.
Recuerda que ella nunca fue Elenita Huge/ Huyke. Vuestra
Madre es la Santísima Virgen del Carmen.

Aquellas almas que se han dedicado a perseguir a Vuestra


Madre como: los republicanos, protestantes, masones, almas
seglares, laicos y almas consagradas desaparecieron cualquier
evidencia o prueba de esta verdad. Soy testigo de ello ya que no
me han permitido el acceso a documentos de esa época. No
sólo el obispo Rubén González ha hecho esto, sino que ha
mandado a decir en un anuncio de la Parroquia de San Lorenzo
que aquellas personas que deseen un documento del año 1899
aproximadamente tienen que solicitarlo en el Obispado de
Caguas y la persona tiene que pasar primero a entrevistarse
con él. Supongo que estos documentos no serán entregados.
Estamos en la obligación de orar continuamente por estas
personas que no creen en esta historia para que el Espíritu
Santo que guía la iglesia y está junto a las almas piadosas sea
quien la dé a conocer.

205
Creo que ya es tiempo de que nosotros los católicos y marianos
que nos llamamos hijos de María, defendamos nuestro
patrimonio que fue legado con la visita de Vuestra Madre, la
Virgen del Carmen, a la Santa Montaña de San Lorenzo, Puerto
Rico. No se trata de que Ella sea Redentora o no, eso lo
respetamos. Sabemos que Jesucristo es el Redentor; Ella es la
Madre del Redentor.

El profeta Elías tenía un manto con mucho poder y Eliseo le


pidió al Señor que se lo concediera. El Señor le concedió el
manto a Eliseo y éste hizo grandes milagros y cosas hermosas
con él, pero no por eso es considerado más grande ya que el
poder venía de Dios. Esto mismo sucede con la Santa Montaña
ya que pertenece a Vuestra Madre y aunque se la dediquen a
Charlie, el Señor se la concedió a Ella. Pedimos que se nos
escuche y nos asignen unos sacerdotes que crean en Ella, en la
Santísima Virgen del Carmen. También queremos que nos
envíen un buen sacerdote mariano que le haga honor a la
Santísima Virgen María ya que ése es un santuario mariano
que está dedicado a la Santísima Virgen del Carmen por los
obispos y el Santo Padre.

Les puedo asegurar que allí en la Santa Montaña de quien


menos se habla en la actualidad es de Vuestra Madre, la
Santísima Virgen María. Allí a quien menos se le da el honor y
la veneración que se merece es a Ella. Sólo se han dedicado a
hablar y a recoger dinero para la casa de Charlie. Este lugar
parece un parador con un buen restaurante y una buena
librería, olvidando que ese lugar es muy sagrado. Este lugar tan
sagrado se ha convertido en el centro de algunos de los
carismáticos de padre Emiliano Tardif y de los seguidores del
beato Carlos Manuel (Charlie) Rodríguez. Conocí en persona a
padre Emiliano Tardif y hasta limpié la casa donde él se
hospedaba, lo quise y siempre elevo una oración por él con
mucho respeto, pero creo que ese lugar es un Santuario
dedicado a la Virgen del Carmen. En la actualidad es allí donde
menos se menciona a la Virgen del Carmen desde que sacaron
al obispo monseñor Enrique Hernández. En Puerto Rico tanto
las hermanas consagradas como los sacerdotes marianos han

206
olvidado el Santuario de la Santa Montaña y éstos brillan por
su ausencia.

Cuando se saca a la madre del hogar, este hogar se destruye.


Mucho más se destruye la Iglesia cuando sacamos a la
Santísima Virgen María, siendo Ella la Madre de nuestra
Iglesia. Una madre no se esconde, sino que se ama, se ensalza
y mucho más aquí en nuestro Puerto Rico que es un país tan
mariano y donde celebramos el Día de las Madres poniendo a la
Santísima Virgen María como madre y modelo como ningún
otro país en el mundo.

No tengo nada en contra del movimiento de la Renovación


Carismática ya que mi esposo trabajó muchos años en la
parroquia Nuestra Señora de Belén en San Patricio. Creo que a
estos sacerdotes carismáticos se les están yendo las manos
aunque sean unos grandes teólogos y grandes sicólogos, etc.,
etc., etc. Ellos piensan que nosotros los puertorriqueños somos
brutos porque muchos de nosotros no tenemos grandes
estudios, no importa por la razón que sea; algunos sacerdotes
se equivocan. Los he visto burlarse en los púlpitos de nuestra
historia y de nuestro amor hacia Vuestra Madre de la Santa
Montaña. El ser grandes maestros o grandes teólogos o
grandes sicólogos no les autoriza burlarse de los frailes
escobas. Aunque suena ridículo, pero para estas personas,
todavía existimos personas como Fray Escoba (persona que
hace labores sencillas como San Martín de Porres). El hecho de
haber nacido en una tierra tan mariana nos hace inteligentes
ya que esta tierra ha producido muchos hijos célebres con
grandes talentos y gran santidad como: nuestra Santa Rosa de
Lima, madre Dominga, sol Isolina Ferré, etc. También hay
muchos otros santos que permanecen en el silencio de nuestra
Iglesia sin ser reconocidos y no tienen títulos como lo es padre
Pedro Puras. Quiero decirles que nosotros deseamos unos
buenos directores espirituales. Me doy cuenta que nos tildan de
locos enviándonos sicólogos para que atiendan el rebaño de
Jesucristo, cuando realmente muchos de estos sacerdotes
necesitan mucha ayuda espiritual ya que en la actualidad ellos
dicen muchas palabras, pero su fe es pobre.

207
Algunos sacerdotes tienen que tener prudencia con los hijos de
Dios. Si somos imprudentes porque mencionamos y creemos
que Vuestra Madre es la Santísima Virgen del Carmen,
entonces quizás habrán otras tierras que esperan por ellos. La
fe en Vuestra Madre, la Santísima Virgen del Carmen, no se
calla, se predica y se vive aunque les moleste a los hermanos
separados y a muchos hermanos de nuestra Iglesia Católica.

El mismo cielo volverá a levantar esta Historia con más fe y


amor, por ser Vuestra Madre quien era, es y será, la Virgen del
Carmen de San Lorenzo, Puerto Rico. A ustedes pueblo de:
Carolina, Cayey, Cidra, Caguas, Aguada, Yabucoa, Patillas,
Arroyo, Aibonito, Naranjito y demás pueblos preciosos que se
me haría imposible nombrarlos a todos, Puerto Rico te da las
gracias porque han sabido reconocer la presencia de Vuestra
Madre en ese lugar y la han honrado con su visita a la Santa
Montaña durante muchos años. Estos hermanos saben
reconocer siempre la grandeza de Dios con nuestra tierra, es un
pueblo agradecido de Dios y de su grandeza. Nunca han
olvidado y siempre han creído por fe en Vuestra Madre, la
Santísima Virgen del Carmen, de la Santa Montaña de San
Lorenzo.

Recuerda que Ella nunca fue Elenita Huge/ Huyke, sino


Vuestra Madre. Ella siempre está allí para nosotros sus hijos,
los más pequeños como nos llama: “Mis Pequeñas Margaritas,
Mis Pequeños Soles”. Ella me pide que escriba para sus
pequeños porque los grandes están tan altos que sobrepasan su
tamaño y no la pueden ver.

Me da mucha pena con el obispo Monseñor Enrique Hernández


al igual que con muchas almas consagradas que colaboraron
con mucho amor y sacrificio. Trataron de conocer esta historia
para darla a conocer y no pudieron. Éstos no corrieron la
misma suerte que padre Mariano Joaquín Saras. Pidieron
perdón a la Iglesia, aunque realmente no la habían ofendido.
Algunos de ellos fueron referidos al siquiatra e inclusive el
obispo Monseñor Enrique Hernández. A este obispo lo
trasladaron más lejos de Puerto Rico que a padre Pedro Puras,

208
lo enviaron a Chicago. Aunque no volvamos a ver al obispo
como a las demás almas consagradas, seguimos pidiéndole a
Dios y a Vuestra Madre, la Virgen del Carmen de la Santa
Montaña que les permita a ellos leer este libro para que
conozcan la verdadera identidad de la que estuvo en la Santa
montaña.

Felicito a Monseñor Enrique Hernández. ¡Cómo me hubiera


gustado dialogar con él y decirle personalmente que Dios tiene
que estar bien orgulloso de él como pastor! También felicito a
todas aquellas almas consagradas que aman de corazón a
Nuestro Señor Jesús y a la Santísima Virgen María y que
realizaron una labor tan especial con mucho valor y sacrificio a
pesar de que fueron tan perseguidas. Puerto Rico y sus hijos
que amamos a Vuestra Madre y la reconocemos como la
Santísima Virgen María, les damos las gracias por conservar
nuestra historia. En el cielo les espera una gran fiesta.

Tanto Monseñor Enrique Hernández como otras almas


consagradas que trataron de conocer la historia de Vuestra
Madre para darla a conocer no pudieron encontrar la verdad
porque hubo personas mal intencionadas que se encargaron de
ocultarla y obstaculizarla. Esto sucedió realmente así.

Pude conocer toda esta historia con la ayuda de Vuestra Madre


y con la ayuda del Espíritu Santo. Soy una fiel imitadora de
Santa Juana de Arco defendiendo la fe y también soy como la
burra de Balaam que habló en el desierto al ver el ángel que el
profeta no veía. Dediqué los años de mi juventud, los más
bonitos de mi vida, a trabajar para Vuestra Madre para darla a
conocer como Ella me lo pidió. Les escribo con mucha
autenticidad porque tanto mi esposo José Luis como todos mis
hijos y yo somos testigos del atropello y del abuso de poder de
algunos líderes de nuestra querida Iglesia Católica. La amo
tanto, pero la corrección empieza en casa y los paños se lavan
en casa, pero luego hay que ponerlos al sol y aún así les quedan
manchas que sólo el sol las elimina y ese sol en este momento
es el Papa y los obispos que representan a Nuestro Señor
Jesucristo. En manos de ellos queda la verdadera justicia para

209
que la Iglesia de Dios y de la Santísima Virgen María brille. Si
esto no sucediese así, Dios mismo lo hará de acuerdo a su
santa voluntad.

Quiero que todo esto que les escribo quede para la historia,
para que la alta jerarquía de la Iglesia, mi gente y mi pueblo
sepan cómo se abusa en Puerto Rico de las almas santas, la de
algunos sacerdotes y obispos que tanto enfatizan el amor al
prójimo a la Iglesia, a Nuestro Señor Jesucristo y a la Santísima
Virgen María. El obispo Monseñor Enrique Hernández nunca,
pero nunca dijo que Elena Huge/ Huyke o Elenita de Jesús
fuera o era la Virgen María ya que él nunca pudo conocer la
verdad que les estoy escribiendo. Él y otras almas consagradas
son completamente inocentes, pero tengo conocimiento que
hubo personas y almas consagradas que intencionalmente
hicieron mucho daño tanto a la historia de Vuestra Madre como
a él. Un día escuché en mi interior una voz que me dijo estas
palabras: “Enrique es mi hijo, él lleva en sus manos un cayado
y en ese cayado lleva un lirio cala, mi hija, ese lirio cala soy Yo”.
Le conté esto que escuché a muchas personas que lo conocían
para que se lo pudieran decir porque nunca he podido llegar a
donde está él. Sé que Vuestra Madre a través de este libro, se lo
estará diciendo.

Tanto los líderes religiosos, como estas personas que


intencionalmente ocultaron mucha información causaron
mucho daño a la historia y a estas almas consagradas. Algunos
aún sabiendo que se trataba de dos personas completamente
distintas, lo ocultaron. Todavía hay confabulados que siguen
persiguiendo a aquellas personas que sí saben que Ella era
Vuestra Madre. Todo esto lo hicieron por el interés en ocupar
puestos y tener poder dentro de la misma Iglesia y en el
Gobierno.

210
Como les he dicho soy testigo de todo esto. He visto, he vivido
y escuchado por más de 25 años el desarrollo de la historia de
la Santa Montaña. Estuvimos tanto mi esposo, mis hijos y yo
cerca de todas estas personas sin ser vistos. Pasábamos
desapercibidos. Vuestra Madre me decía: “Pasa como si no
pasaras, vive como si no vivieras y ten como si no tuvieras”.

Siempre recuerdo las palabras del Santo Padre Juan Pablo II:
“No tengan miedo”. Quiero que toda la buena gente católica e
inclusive los hermanos de otros pueblos, especialmente: los
marianos y puertorriqueños sepan que todavía hay mucha
justicia por hacer. Debemos empezar a hacerles justicia a
nuestros hermanos consagrados que son perseguidos por un
grupo de personas con cuellos clericales, sotanas, trajes,
corbatas y que están ocupando posiciones y lugares
equivocados. Éstos tienen sus mentes distorsionadas y
manipuladas por aquél que desea ver a Nuestra Santa Madre
Iglesia Católica destruida (Lucifer y su apellido el diablo). Está
destruyéndola de adentro hacia afuera. El Santo Padre Pablo V1
(De Felices Memorias) en una ocasión dijo: “Parece que el
humo del infierno se ha infiltrado dentro de la iglesia”.

Todas estas personas con cuellos clericales estaban esperando


que surgiera la oportunidad para desaparecer todo lo
relacionado con la existencia de Vuestra Madre de la Santa
Montaña de San Lorenzo, Puerto Rico.

Ya ustedes se darán cuenta que la que estuvo, está, y estará en


la Santa Montaña era la Santísima Virgen del Carmen. Lo crean
o no, el tiempo me dará la razón. Si Ella se hizo llamar Madre
de todos sus hijos y les dijo: “Yo soy de todos los pueblos que
son ustedes”, entonces tenemos la obligación de orar por esas
almas que la han perseguido y la continúan persiguiendo
desmedidamente. Es mejor pecar por creer, que pecar por no
creer. Si pecamos por creer y nos arrepentimos de corazón, Dios
nos perdona en el sacramento de la confesión. Pero si resulta lo
contrario entonces...

211
Estoy de rodillas como lo hizo padre Pedro Puras Rábanos ante
una revelación tan grande cuando el Espíritu Santo le reveló la
verdadera identidad de Vuestra Madre en el momento del
entierro al abrir la caja y notar que ésta estaba vacía.

Este obispo William Ambrose Jones al igual que los obispos de


ahora le deben tanto a Vuestra Madre. Ella terminó con
muchas herejías y luchó grandemente con la masonería, logró
que los protestantes no destruyeran la fe de la Iglesia Católica
en aquellos tiempos cuando los norteamericanos entraron a
Puerto Rico introduciendo un protestantismo agresivo. Mi
opinión es que el obispo William Ambrose Jones era igual que
algunos obispos de ahora que ni se asoman a la Santa
Montaña. ¿A qué y a quién le temen, si Vuestra Madre a
quienes más quiere es a ellos, independientemente si creen o
no? Lo único que les puedo decir es que ellos también son sus
hijos. Por favor, no la persigan tanto, ni tampoco a los que la
queremos. Ese lugar es nuestro santuario y ésa es nuestra
historia. Si no creen en Ella, se lo respetamos, pero deberían
respetar nuestra fe en Vuestra Madre. Deberían conocer la
verdadera historia para que puedan reconocer a Vuestra Madre
y den a conocer los hechos verídicos.

No se puede usurpar el lugar de un santo colocando otro en


su lugar como lo hicieron con el beato Charlie Rodríguez. Todo
esto es muy lamentable para nosotros los puertorriqueños. Esto
nos hace pensar que todavía hay en la Iglesia muchos
republicanos y masones confabulados que piensan que
nosotros somos los campesinos locos, ignorantes y
supersticiosos como les decía el obispo William Ambrose Jones
a aquellos humildes campesinos. Es absurdo que nos hagan
creer lo que les hicieron creer a los campesinos en el año
1909. ¿Será que nos quieren hacer creer que la que estuvo en la
Santa Montaña verdaderamente se encuentra en el Vaticano o
que la persona que estuvo en la Santa Montaña fue la
misionera protestante llamada Elena Huge/ Huyke?

¿Por qué no le dan el honor a quién honor merece? Vuestra


Madre estuvo físicamente con nosotros en la Santa montaña día

212
a día por 10 años. Ella llegó en el 1899 y dio el cambio en el
1909. Ella se hizo llamar Madre Redentora, Redención de
Jesús y siendo Ella la Santísima Virgen María la que le dio la
sangre a nuestro Redentor, entonces la sangre de María se hizo
sangre Redentora con la sangre del Redentor ¿A caso la sangre
de Jesús no era la sangre de María? Por Ella derramar su santa
sangre en ese santo lugar, es que se hace realidad este gran
misterio. Creo que debemos dedicarnos a darle el culto que la
madre Iglesia desde sus comienzos siempre le ha dado a Ella.
Dejemos la teología a los teólogos, que viven por lo probado y no
por el Espíritu de la fe, la fe es la que nos salva no la teología.
Le respetamos sus estudios ya que todo es indispensable
cuando es a la Luz del Espíritu Santo. Todos sabemos que la
Santísima Virgen María no es Dios, eso lo tenemos muy claro.
Sólo que de esta manera Ella quiso librar a sus hijos de
terminar en la prisión o que los llevaran a la horca. No podemos
separar estos corazones, porque donde está uno, está el otro.
Jesús es la Divina Misericordia, Ella es la Madre de la Divina
Misericordia. Tampoco podemos separarla de su esposo, el
Espíritu Santo, ya que siempre están juntos.

Actualmente están construyendo en la Santa Montaña una casa


de retiro para darle honor al beato Charlie, otorgándole el
nombre Casa de Retiro Carlos (Charlie) Manuel Rodríguez. Esta
casa se construyó con la idea de hacer un convento de clausura
para las hermanas consagradas a Vuestra Madre. Puerto Rico
necesita muchos conventos de clausura para orar por las almas
consagradas y por nuestro pueblo. Siendo este lugar tan
sagrado, ¡qué mejor sitio para hacer un convento
independientemente de la orden que sea! En la Parroquia de
San Lorenzo, al igual que en la Diócesis de Caguas hay muchos
centros de retiros que se pueden utilizar con dicho propósito.
Los centros de retiros se sobran y las personas no los utilizan.
No entiendo por qué tienen tanta obsesión en tener una casa de
retiros en ese lugar tan sagrado. Un día me encontraba en la
Santa Montaña y vi unos jóvenes que estaban en la Casa de
Retiro Charlie escuchando música de perreo en un radio
portátil en dicho lugar tan sagrado. ¡Se fijan! El beato Charlie
era del pueblo de Caguas, considero que es allí donde le
213
corresponde recibir todos los honores. Como la Santa Montaña
le pertenece a Vuestra Madre es a Ella a quién se le debe
venerar allí. Deberíamos visitar algunos santuarios como: el de
Lourdes - Francia, el de Fátima - Portugal, el de la Virgen de
Guadalupe - México, etc.

Todos esos terrenos le pertenecían a Vuestra Madre según los


discípulos que estuvieron con Ella. Creo que la Santísima
Virgen María y su hijo Jesús deben sentirse muy tristes en
estos momentos debido a que algunos líderes de la iglesia le
han ocultado la verdad al pueblo. Es por eso que tanto el Santo
Padre como algunos obispos y sacerdotes no han tenido mayor
interés por este santo lugar. Este lugar ha sido y es el único
lugar en el mundo donde la Santísima Virgen María ha estado
humanizada compartiendo con sus hijos en la Tierra día tras
día por un periodo de 10 años y derramó su sangre. Espero que
el santo padre Benedicto XVI algún día pueda darle más
importancia a este lugar tan sagrado ya que algunos líderes de
la Iglesia se encargaron de ocultarle esta verdad al santo padre
Juan Pablo II y a otros papas.

¿Se dedicarán a darle honor a Charlie? ¿Sustituirán la


devoción a Vuestra Madre, la Santísima Virgen del Carmen, por
la devoción a Charlie? Después que terminen la construcción
de la Casa de Retiro que se han empeñado hacer para desviar la
devoción a Vuestra Madre, la Santísima Virgen del Carmen,
¿harán un convento para las hermanas consagradas
carmelitas?¿Continuarán reconstruyendo la Casa de Loreto, allí
donde era la obra de Vuestra Madre y estaban guardadas
algunas de sus reliquias? Se han ocupado de dejar deteriorar la
casa de Vuestra Madre y piensan que entre más rápido se
deteriore, mejor. Algunos líderes religiosos quieren terminar con
la historia, la obra de Vuestra Madre y todo lo que pueda dar
luz a la historia de Ella y de nuestros campesinos; lo desean
hacer lo más pronto posible.

¿Cómo algunos líderes religiosos sin conocer la historia se


atreven menospreciarla de esta manera? Sólo les puedo decir
que ni una sola hoja se mueve, si Dios no lo permite. Ellos

214
debieron conservar ese lugar, las reliquias, sus enseñanzas, las
oraciones, las canciones, la historia, etc. Debieron conservar en
buenas condiciones el lugar ya que es muy sagrado y muy
santo; Ella, la Santísima Virgen del Carmen vivió allí y
compartió con todos sus discípulos.

No deben comercializar tanto en ese lugar haciendo ventas de:


comidas, camisas con fotos impresas de paisajes de ese lugar,
fotos de diferentes lugares de la Santa Montaña y botellitas
vacías para llenarlas de agua del manantial. Ella nos dejó ese
manantial como bálsamo para nuestra salud y nuestra sed. No
deben planificar ni hacer conciertos musicales para sacar
fondos ya que lo hacen con la intención económica y no
espiritual. ¿Cobrará los retiros la iglesia cuando la Diócesis de
Caguas termine de construir la Casa de Retiros? Si les dijeran a
los hijos de Dios la verdad, éstos cooperarían sin tener que
comercializar con el lugar como lo están haciendo. A ellos se les
hace difícil entender que ese lugar es y será el segundo lugar
más sagrado y santo del mundo ya que Dios y la Santísima
Virgen María fueron quienes lo escogieron. Por la intersección
de Vuestra Madre hemos obtenido muchas sanaciones y
favores. Ella fue, Ella es, y seguirá siendo Vuestra Madre, la
Virgen del Carmen de la Santa Montaña de San Lorenzo, Puerto
Rico. Ese lugar no es un sitio de turismo; es un santuario
mariano de oración para todos nosotros los puertorriqueños y
para todos nuestros hermanos en el mundo entero. No deben
seguir usurpando dicho lugar y mucho menos seguir
utilizándolo como comercio.

Muchas personas se me han acercado para ofrecer su


cooperación en la restauración de la capillita donde se
encontraban todas las reliquias de Vuestra Madre. Debido a la
persecución de algunos líderes de la iglesia, éstos ordenaron:
cerrar la capillita, desaparecer las reliquias y clausurar el lugar.
Ese lugar siempre estaba abierto para que todos sus hijos
fueran a orar y a contemplar las reliquias de Vuestra Madre y
de esta manera los peregrinos aumentaban su fe. Originalmente
la casita de Vuestra Madre se encontraba al lado de ese lugar,
Ella le decía la Obra. A toda la Santa Montaña le llamó su

215
Monte Carmelo, allí estuvo con sus discípulos por diez
hermosos años hasta que dio el cambio, no sin antes hacernos
la promesa que siempre estaría allí. Estos terrenos aparecían
inscritos en los registros y en los mapas de Puerto Rico como
cerro Nuestra Madre o Cerro la Santa, según los testigos.

¿Así le paga la Iglesia, el Gobierno y nosotros los


puertorriqueños a Ella? En todas las partes del mundo la
Iglesia conserva las reliquias de todos los santos con mucho
respeto y amor, veneran al santo y le dan culto y mucho más si
se trata de la Santísima Virgen del Carmen. A este santuario
nos trajeron otra devoción, la del beato Charlie. Desaparecieron
todas las reliquias de Vuestra Madre y quieren desaparecer lo
más pronto posible todo lo que tenga que ver con esta historia.
Ese es nuestro patrimonio ya que Ella así nos lo legó. ¡Por
favor, debemos ser agradecidos! A un pueblo se le consulta, no
se le impone, no se le engaña y con más razón si este pueblo es
el pueblo de Dios.

Todo esto es muy lamentable ya que al pueblo de Dios no se le


engaña quitándole una historia y luego imponiéndole otra. Esto
me hace pensar que ellos son el faraón y nosotros somos el
pueblo de Moisés, el pueblo santo que ha caminado por el
desierto del silencio por espacio de 107 años.

Tengo la misión de escribirles esta historia que Vuestra Madre


me guía para dárselas a conocer. Ella quiere que esta historia
se grabe y se lleve en el corazón de sus hijos puertorriqueños.
Ella estuvo y está con nosotros en ese santo lugar, en la Santa
Montaña de San Lorenzo, para todos sus hijos. Ella vino al
igual que su hijo Jesús para salvar la fe de su pueblo. Vino
especialmente para los: mansos, pobres y humildes de
corazón. No podemos pedirle a la Iglesia, justicia. ¿No será que
están sordos y ciegos debido a la influencia de los
confabulados: republicanos, protestantes y libres pensadores o
es que no están guiados por el espíritu de la fe en el corazón
del pueblo de Dios? El pueblo tiene la fe y el corazón en el amor
a la Santísima Virgen del Carmen.

216
Todo esto esto que está pasando muy lamentable. Mi viejita
decía: “No te preocupes, mi hija, que lo que pertenece a la mar,
siempre a la mar vuelve’’. La mar nuestra es la Santa Montaña
y la barca es Vuestra Madre, la Santísima Virgen del Carmen.
Nosotros sabemos que Ella cumplirá las palabras que les dijo a
sus discípulos: “Mis hijos yo daré un cambio y me iré, pero
cuando peor esté el mundo y ustedes me necesiten, volveré”.

Los republicanos prominentes de San Lorenzo, Patillas,


Guayama, Yabucoa, San Juan, Arroyo, y otros pueblos se
escondían en los pueblos de Guayama y Humacao para
planificar la persecución de Vuestra Madre. ¿Los perseguidores
de ahora, dónde se esconden? Con toda la maldad que han
tejido y siguen tejiendo los confabulados, todavía Vuestra
Madre vive en los corazones de sus hijos. Ella dijo: “Mis hijitos,
yo soy de todos los pueblos que son ustedes”.

Me doy cuenta de cuán grande ha sido la persecución. Los


republicanos no tenían límites, ni tienen límites cuando de
persecución se trata y padre Pedro Puras lo demuestra en sus
escritos al decir que los republicanos (protestantes) eran los
enemigos de la Iglesia y los libres pensadores (masones). Por los
hechos queda demostrado la persecución que hubo en contra
de Vuestra Madre y sus enseñanzas, como también la hubo en
contra de aquellos que la querían.

217
Es curioso que en unos escritos de la enciclopedia Colecciones
puertorriqueñas cuyo autor es Emilio E. Huyke, él alude al
automovilismo llamándolo coche sin caballo. Estas palabras
fueron mencionadas y dichas por primera vez por Vuestra
Madre cuando se refería a una de sus profecías. Aquí podemos
evidenciar que él tenía conocimiento de la existencia de Vuestra
Madre y de sus profecías ya que él era hijo de Juan B. Huyke,
sobrino de Luis Bosello y pariente de Elena Huge/Huyke. En
dicho escrito repetía el siguiente sonsonete infantil: “Esconde la
piedra, escóndela bien, que no te la vea vasallo ni rey”. A través
de sus expresiones podemos inferir su astucia para la maldad y
el conocimiento que tenía de Vuestra Madre. Sus parientes le
hablaron de Vuestra Madre ya que su papá fue uno de los
confabulados.

¡Pobre de mi iglesia! ¡Si ellos supieran a quién persiguen!


Cuando Ella vuelva a manifestarse en la Santa Montaña de San
Lorenzo como Ella lo profetizó, el mundo entero querrá llegar
allí, pero Ella dijo: “Ni de barriga podrán llegar”. Sólo sé que
Ella siempre está en ese santo lugar, ese lugar es de Ella, si no
quieren creerlo me da pena por aquellas almas que se niegan a
creerlo, pero dice el evangelio que el Señor siempre se le
manifiesta a los más pequeños y sencillos de corazón. No
escribo para los grandes. Ella sólo me pide que escriba para los
más pequeños.

Tengo que darla a conocer, ya que ésta es mi misión. Todavía


recuerdo aquellas palabras de algunos sacerdotes y almas
consagradas que me decían: “¡Lo de la Santa Montaña, no! De
eso está prohibido hablar”. Cada vez que pienso en Vuestra
Madre y en todo lo que Ella ha hecho por mí y en todo lo que le
debo, le doy las gracias. Sé que es el mismo Espíritu Santo
quien escribe a través de mis manos, de mi corazón y de mi
mente. Reconozco que yo no cuento con la preparación
necesaria para realizar un trabajo de esta naturaleza, pero
todos los días me levanto con mi mente y mi corazón llenos de
información y me pregunto: ¿Les estaré echando las perlas a los
cerdos como dice el evangelio? ¿Debo conservarlas? Escucho
una voz en mi interior que me dice: “Escribe”. Sé que debo

218
hacerlo. Cuando leas todo lo que escribo, te darás cuenta que
Ella es mi centro de información y el día del juicio final, Ella
estará allí con nosotros y será nuestra abogada.

Vuestra Madre en una ocasión conversó con un político muy


querido y reconocido como lo fue don Luis Muñoz Rivera, éste
se llevó una gran impresión de Ella y le expresó a don Leolio
González: “Esa Niña es la Virgen Santísima.” ¿Cuán profunda
sería esa conversación que le hizo reflexionar y cambiar de ideal
político?

Vuestra Madre propagó, defendió y salvó la fe católica, ayudó a


los pobres campesinos enseñándoles a hacer manualidades
para ganarse la vida. Fue su maestra, brindándoles una buena
educación a sus discípulos, enseñándoles a leer y escribir. Fue
catequista, enseñándoles la doctrina de la fe católica. Instruyó a
los agricultores en las mejores técnicas que deberían
implementar en el cultivo de las siembras. Fue maestra de los
aserradores y carpinteros, diciéndoles cómo tenían que cortar y
preparar las maderas y les enseñó a seleccionar los árboles
adecuados para aserrar y hacer sus construcciones (viviendas).
Influyó en la política como orientadora de los campesinos para
que aprendieran a seleccionar los mejores gobernantes. Llevaba
a las personas a recibir los sacramentos y les enseñaba a
obedecer la doctrina católica y sus mandamientos. Los
campesinos muy agradecidos decían: “Ella salvó a Puerto Rico”.
Ella despertó un gran amor en aquellos campesinos hacia su
hijo Jesús, logrando que muchos de los hijos de estos
campesinos sintieran el llamado a la vocación religiosa y
sacerdotal.

En el cielo hay muchos sacerdotes que Dios los ha declarado


santos porque se han ganado la santidad ofreciendo sus
sufrimientos en la tierra, en el silencio y en el olvido de los
hombres. Vuestra Madre me pide que escriba para los
pequeños, los pobres y humildes de corazón. Me prometí a mí
misma y le prometí a Vuestra Madre que le haría justicia a
padre Pedro Puras y a los discípulos de Ella investigando
quiénes eran estas personas que hicieron sufrir tanto a padre

219
Puras, como a todos aquellos campesinos que tanto la amaron.
Todo esto que les escribo, lo pude lograr gracias a Ella. Vuestra
Madre fue mi guía y mi consejera. Ella fue y es mi ángel en el
camino.

220
Análisis del documental titulado:

Santuario de la Virgen del Carmen - San Lorenzo, Puerto Rico

En el año 1995 por medio de la compañía OMECOS, Oficina de


Medios de Comunicación Social, que pertenecía a la Diócesis
de Caguas se produjo un documental titulado La Montaña
Santa - Santuario de la Virgen del Carmen - bajo la dirección
de Francisco A. Flores y producido por padre Pedro Ortiz,
director de OMECOS.

Para aquel entonces ese documental se vendió en la Librería de


la Santa Montaña bajo la rectoría de padre Eddie Santana. En
la actualidad la realidad del santuario está muy distante de la
intención original manifestada en dicho documental por padre
Eddie Santana. Me sorprende que en dicho documental estos
sacerdotes al igual que Padre Eddie Santana dicen, reconocen y
aclaran que: “Un santuario se hace y se basa en la memoria de
un pueblo, allí se ha querido honrar la memoria de Elena,
Vuestra madre, y ésta, la Virgen del Carmen”. Con estas
palabras nos damos cuenta de cómo estos teólogos siguen
cometiendo grandes errores al querer decir que Elena
Huge/Huyke era la Santísima Virgen del Carmen. Nos añade
que allí se quiere honrar la memoria de madre Elena. Padre
Eddie Santana dice: “Este Santuario está dedicado a la Virgen
del Carmen, a pesar de que es un lugar Cristo céntrico porque
allí está colocada la imagen de Cristo Resucitado”. El obispo
Monseñor Enrique Hernández cuando era obispo de la Diócesis
de Caguas mandó a colocar en el santuario la imagen de
Nuestro Señor Jesucristo Resucitado; no tengo la menor duda
de que ese lugar es Cristo céntrico porque Nuestro Señor
Jesucristo está allí en el sagrario de la Iglesia, en el Santísimo
Sacramento, en la capilla de la Santa Montaña y no porque se
encuentre allí una imagen de Cristo Resucitado como dijo padre
Eddie Santana.

221
No sé por qué siempre se tiene la preocupación de resaltar
adecuadamente la figura de Nuestro Señor Jesucristo versus la
figura de Vuestra Madre en algunos santuarios marianos.
Tanto los hermanos de nuestra Iglesia Católica como los
protestantes y otros lo hacen con un aparente miedo al “que
dirán”. Da la impresión de no estar seguros de sí mismos y de
la maternidad de Vuestra Madre y de su misión en la iglesia.
Ellos siempre piensan que hay que desplazar un poco a Vuestra
Madre hacia el lado, cuando esto no debe ser así. Vuestra
Madre siempre nos lleva a Jesús. Ella siempre pide permiso a
Nuestro Señor antes de actuar, siempre cuenta primero con la
aprobación de Nuestro Señor y se somete a la Santísima
Voluntad. Ella viene precisamente a traernos el evangelio de su
hijo Jesús, diciendo: “Hagan lo que Él les dice”. Ella siempre se
desplaza hacia el lado para que nosotros nos podamos acercar
a su Hijo. ¿Por qué tanta insistencia en sacar la imagen de
Vuestra Madre para enaltecer la imagen de Nuestro Señor, si
una nos lleva a la otra por necesidad, amor y obligación?
¿Cómo es posible que una persona quiera al hijo y aborrezca a
su madre o viceversa?

No entiendo por qué tenemos que sacar las imágenes de


Vuestra Madre y la devoción pública para que los hermanos
separados y de otras denominaciones religiosas se sientan
cómodos en nuestra Iglesia o en nuestras casas. ¿Vamos a
dejar de ser católicos auténticos para no ofender a los
protestantes? ¿Es todo esto parte del falso ecumenismo o es
parte de la nueva evangelización? ¿Es necesario sacar la Madre
de Dios y no hablar de Ella en la casa de Dios o cuando nos
encontramos en una misa carismática o en un círculo de
oración, para agradar a los hermanos separados para que éstos
se sientan bien porque de lo contrario se sienten ofendidos?

222
Dije que yo pacaba por creer, y no por no creer. En estos
momentos que escribo ya han pasado 107 años de la historia de
Vuestra Madre en Puerto Rico. Es una gran pena que se haya
perdido el verdadero sentido y propósito por el cual fue hecho
este Santuario. Se hizo por la fe de un pueblo en la memoria de
la vivencía de Vuestra Madre en la Santa Montaña y con el
propósito de honrarla.

El propósito con el que se construyó el Santuario según padre


Eddie Santana fue para honrar la memoria de la Madre Elena o
Elenita y luego él dice que para honrar a la Virgen del Carmen.
Padre Eddie Santana y padre Dimas Soberal estaban
confundidos y por órdenes de una mente malévola (¿sus
superiores?) se dedicaron a la tarea de perseguir y confundir a
los feligreses quitándole la fe que estas personas tenían y aún
tienen al creer que la que estuvo allí en la Santa Montaña fue
Vuestra Madre, la Santísima Virgen del Carmen.

En el documental de OMECOS padre Dimas Soberal comenta


sobre la grandeza de una mujer a quien él llama la hermana
Elena. Menciona la obra de la hermana Elena y cómo ella
enfrentó las herejías que se cometían en aquel entonces. Dice
que la hermana Elena tuvo el poder para ayudar a aquellos
campesinos a mantener la fe católica luchando en contra de
una masonería política y eclesiástica, (dejando notar con estas
palabras que la Iglesia era cooperadora en la persecución de
Vuestra Madre) y en contra de un protestantismo agresivo que
entraba a la isla junto con la invasión norteamericana.

Si padre Dimas Soberal se refiere en el documental a doña


Elena Huge / Huyke, está muy equivocado. Debió decir Vuestra
Madre ya que por sus atributos inferimos que se refería a Ella
ya que doña Elena Huge/Huyke no era la Santísima Virgen
María y tampoco nunca subió a la Santa Montaña. Sé que él se
refiere a Vuestra Madre porque fue Ella la que enfrentó las
herejías que se cometían en aquel entonces. Vuestra Madre
tenía el poder para ayudar a los campesinos a mantener la fe
católica luchando en contra de: una masonería política y
eclesiástica y luchando en contra de un protestantismo agresivo

223
que entraba a la isla junto con la invasión norteamericana.
Todo esto solamente lo podía hacer Vuestra Madre ya que Dios
le dio el poder para enfrentarse a aquella masonería eclesiástica
y aquel poder político y militar como a aquel protestantismo
agresivo de aquella época. Fue a Vuestra Madre a la que Dios le
dio el poder de aplastarle la cabeza al diablo.

El mismo padre Soberal nos habla de los masones y cómo se


atacaba de una manera terrible a la Madre de Dios y a la
Iglesia. Todo lo malo se le atribuía a la iglesia Católica. Me
pregunto: ¿Cómo es que no se ha podido dar con el paradero de
esta humilde y sencilla mujer? La que dicen los discípulos que
recogía con su manto las balas que le disparaban los masones
con sus armas cuando iban a matarla. La Iglesia lleva
investigándola desde que Vuestra Madre llegó en el 1899 y no
han podido encontrarla. No han podido encontrar una mujer de
unas dimensiones desconocidas, con unos conocimientos
impresionantes, con unos poderes sobrenaturales muy amplios
como la describen los sacerdotes que hicieron el documental.
Tanto Padre Dimas Soberal como los demás sacerdotes alegan
que Ella enfrentaba algunos hombres de diferentes pueblos de
la isla que intentaban matarla.

Ellos dicen en el documental y aceptan que padre Jaime Reyes


tuvo que reconocer en su investigación que Vuestra Madre era
como lo que el cielo mandó y permitió a través de esta historia.
Si fue el cielo quién la mandó, ¿quiénes somos nosotros para
cuestionarlo y contradecirlo? En buen idioma “puertorriqueño”,
fue lo que Dios quiso enviar del cielo que es lugar donde se
encuentra el trono de Dios. Vuestra Madre se identificó
diciendo: “Yo soy de todos los pueblos que son ustedes”. Yo no
creo que no la hayan podido encontrar, sino que no han querido
encontrarla debido al debate que esto ha provocado ya que
tanto sus discípulos como los que así lo creemos, no nos cabe
la menor duda de que Vuestra Madre era, es y será la Santísima
Virgen del Carmen, patrona original de la isla de Puerto
Rico.

224
Estos sacerdotes no investigando correctamente, le dieron otra
identidad y le otorgaron el nombre de Madre Elena o Elenita.
En cuanto a las profecías de Vuestra Madre, cuando Padre
Dimas Soberal entrevistó a los discípulos, éstos les dijeron:
“Esto lo dijo Vuestra Madre y tiene que verse”. Él se ríe y se
burla en forma sarcástica de las profecías de Vuestra Madre y
de cómo los discípulos las dan por ciertas. Les diré que cuando
las lean y las analicen, podrán darse cuenta que casi todas las
profecías se han cumplido.

Padre Dimas Soberal dice: “Es imposible que Ella derramara su


sangre allí.” Si se refiere a doña Elena Huge/Huyke o Elenita
de Jesús, sí era imposible porque ella nunca fue a la Santa
Montaña. Si se refiere a Vuestra Madre les diré que en la
catequesis que me dio un sacerdote muy santo que por fe creo
que está gozando del reino de los cielos, me enseñó que hay que
creer sin ver, que de eso se trata la fe. Un día me dijo: “Mi hija,
la fe es uno creer que Nuestro Señor Jesucristo es Dios, aunque
nunca lo hayamos visto y creer que la Virgen María es la madre
de Dios porque así lo enseña la santa Iglesia.” Además, nos
enseñan que hay tres Divinas Personas en un solo Dios y
nosotros los católicos así lo creemos. La Sagrada Comunión son
dos especies en una como lo son el pan y el vino y allí se
encuentra Dios. Nosotros lo creemos por fe y también creemos
que la Virgen fue asunta al cielo en cuerpo y alma y conserva
su cuerpo glorioso e incorrupto; es la esposa del Espíritu Santo,
la hija predilecta de Dios Padre y la madre de Dios Hijo.
Creemos en el Credo de la iglesia y desde pequeños nuestros
padres y la Iglesia nos enseñaron que Jesús es Dios. ¿Por qué
no podemos aceptar por fe lo que pasó en la Santa Montaña de
San Lorenzo, Puerto Rico? Vuestra Madre derramó su sangre
allí para bendecirnos a todos. Esto no implica que Ella sea
Dios, al contrario nos deja ver que Dios tomó la sangre del
vientre de Ella cuando se hizo hombre en su vientre. Los
misterios del Señor son insondables y su amor por nosotros es
inexplicable. La ciencia, eso es, ciencia y los científicos creen
que todo tiene que ser comprobado. La teología es una ciencia,
pero el amor de una madre va mucho más allá de la ciencia y
de la teología. Hay que dejarle espacio a la fe. Muchos dicen
225
que Dios es la ciencia, pero yo me pregunto: ¿quién puede
cuestionar la ciencia?

En ese mismo documental, padre Dimas Soberal y algunos de


los saderdotes teólogos nos dicen que Ella era la mujer fuerte
del evangelio. Hasta dónde yo sé, la Iglesia que es madre y
maestra siempre nos ha enseñado que la mujer fuerte del
evangelio es la Santísima Virgen María, la que aquellos
campesinos siempre llamaron Vuestra Madre. Ella misma pidió
que la llamaran así y nunca pidió que la llamaran Elena o
Elenita ya que este nombre le fue dado con malas intenciones
por los masones de aquella época. Elena fue una monja
protestante del pueblo de Arroyo que vivió tanto en Guayama
como en Humacao. Esta Elena o Elenita era una persona
completamente diferente que nunca visitó la Santa Montaña.
Por eso aquellos hombres de la alta sociedad, como los
republicanos, protestantes, políticos y masones le hicieron la
guerra tanto a Vuestra Madre, como a los humildes campesinos
que tenían fe en que Vuestra Madre era la Santísima Virgen del
Carmen. De esta manera estos masones republicanos
protestantes, algunos católicos, lograban poner en las bocas de
aquellos humildes campesinos lo que éstos deseaban que ellos
dijeran. Ellos querían desaparecer la identidad de Vuestra
Madre y así desaparecer nuestra verdadera historia ya que era
el mismísimo demonio que estaba: dentro del protestantismo,
junto a la masonería eclesástica y política persiguiendo a
Vuestra Madre y sembrando en aquellos campesinos mucha
confusión. ¡Claro que en la masonería de ahora no hay mucha
diferencia!

Padre Dimas Soberal también dice en forma muy burlona: “Ella


derramó la sangre allí y se hizo un pocito para que ocho años
más tarde la encontraran”. Les diré que debo aclarar que siendo
la sangre de Vuestra Madre la que se derramó allí, esa sangre
se recogió inmediatamente. Estos sacerdotes como Iglesia
aceptan y aclaran que Ella es la mujer fuerte del evangelio, la
que se adelantó al Vaticano II, la que se adelantó a los tiempos.
Dice que en su investigación pudo comprobar que Vuestra
Madre, tenía unos poderes muy amplios y extraordinarios con

226
unas dimensiones desconocidas. Siendo Ella la que ellos dicen
que era, no se podía dejar allí su sangre. Los discípulos que
estaban con Vuestra Madre también la reconocieron como la
mujer fuerte del evangelio. La niña Francisca (Pancha) recogió
la sangre de Vuestra Madre como ella misma le había indicado
que hiciera antes de dar el cambio. Inmediatamente que
Vuestra Madre dio el cambio, la niña Francisca estuvo allí y
siguió las instrucciones que Vuestra Madre le había dejado.
Enterró los doce paños con los que recogió la sangre para que
no los profanasen como Vuestra Madre le había ordenado.

Todos los discípulos decían: “Desde el momento en que Vuestra


Madre derramó su sangre en ese santo lugar le llamaron a ese
lugar, la Santa Montaña, porque allí fue derramada la sangre de
Vuestra Madre”. Como dice padre Dimas Soberal ese lugar es
reconocido por nuestro queridísimo Cardenal Aponte Martínez y
por la Diócesis de Caguas y por todo Puerto Rico como un lugar
muy santo.

En el Año del Jubileo 2000, éste fue unos de los santuarios


escogidos por Roma para ganar indulgencias plenarias ya que
este lugar es muy conocido tanto en Puerto Rico como en
muchos otros países de América y de Europa. La Diócesis de
Caguas tiene el gran honor de contar con un santuario mariano
para honrar la Madre de Dios; es una gran bendición de Dios
para con nosotros los puertorriqueños por el hecho de que fue
Dios y Ella quienes lo escogieron y por haber estado Vuestra
Madre, la Santísima Virgen del Carmen en San Lorenzo con
nosotros por espacio de 10 años y continúa allí esperándonos.

Padre Dimas Soberal dice muy jocosamente: “Allí donde Ella


derramó su sangre pusieron una cruz y le levantaron un altar”.
Quiero aclarar que aquí en Puerto Rico cuando las personas
mueren por accidentes ya sea en las casas o en las carreteras,
le colocamos una cruz en el lugar donde muere. Los
puertorriqueños tenemos un respeto muy especial por estas
personas y respondemos con mucho cariño y amor. Le hacemos
un altarcito allí para ir luego a rezarle. Esto lo hacen siempre
nuestros lindos hermanos puertorriqueños, esto refleja lo

227
respetuosos que somos. ¡Cuánto más, hubieran hecho nuestros
hermanos sabiendo y reconociendo que aquella mujer era la
mujer fuerte del evangelio, Vuestra Madre, la Santísima Virgen
del Carmen! Creo que no bastaba con un altarcito o una
capillita, debieron hacerle una basílica como corresponde a
Vuestra Madre como lo hicieron: nuestros hermanos mejicanos,
portugueses y otros en su país.

Todo lo que hizo Vuestra Madre, la Santísima Virgen del


Carmen de la Santa Montaña de San Lorenzo fue para defender
la fe católica, de no haberlo hecho, hoy en día todos fuéramos
protestantes. Ella quiso salvarnos por medio de sus milagros de
la hambruna y de la miseria que nos dejó el cambio de
soberanía y el paso del huracán San Ciriaco. Esto lo hizo
logrando que las siembras, las plantas y los árboles produjeran
frutos antes de tiempo. Les proveyó agua donde no la había. En
aquel entonces nos invadía un gobierno norteamericano que
con su masonería y el protestantismo agresivo les quitaba a los
campesinos la fe y sus tierras. Ella vino a bendecirnos e
interceder por nosotros ante Nuestro Señor Jesucristo. Ella
dijo: “¡Todos son mis hijos!” Por esta razón Vuestra Madre
pidió allí en la Santa Montaña una capilla en honor a la Virgen
del Carmen. Ella sabía que cuando le hacen una capilla al
primero que traen es a su Hijo en el Santísimo Sacramento. Ella
siempre nos lleva a donde su hijo Jesús.

Sobre la veracidad de las reliquias de Vuestra Madre, de las


cuales padre Dimas Soberal se burla y se ríe en el documental;
no tenemos por qué preocuparnos ya que él mismo dice : “Ella
se adelantó a los tiempos, era la mujer fuerte del evangelio, se
adelantó al Vaticano II, se adelantó a la liberación femenina,
predicaba por unos montes y barrios en los que la Guardia Civil
ni siquiera se atrevía entrar a patrullar, confrontaba a los
sacerdotes cuando nadie se atrevía y tenías unos poderes muy
amplios.” No tenemos por qué preocuparnos de la veracidad de
estas reliquias ya que Vuestra Madre se encargará de que esto
se compruebe cuando Ella lo crea prudente. Estamos en el año
2007 y todavía la Iglesia continúa estudiando las reliquias de
nuestro Señor Jesucristo. Los teólogos y científicos no han

228
podido responder a muchas preguntas porque aún no tienen
contestaciones concretas.

Vuestra Madre dijo: “Se cansarán de buscar de dónde soy, pero


todo les será inútil porque yo soy de todos los pueblos que son
ustedes”.

En este documental dirigido por padre Pedro Ortiz, encargado


de las comunicaciones en la Diócesis de Caguas, en
colaboración con otros sacerdotes presenta unos testigos que sí
estuvieron con Vuestra Madre. Lo raro del caso es que utilizan
los testigos para darle veracidad a su documental, me da
mucha pena que algunos líderes de la Iglesia se presten para
esto, utilizando personas santas para burlase de la historia de
ellos y manipular la información a su antojo. Ellos presentan a
la niña Joaquina Galarza como todos cariñosamente la
recordamos. Ella fue una de las niñas que vivió con Vuestra
Madre y muchos hermanos en la fe la conocimos. Algunos
hermanos venían de otros pueblos para que ella les hablara de
Vuestra Madre. Joaquina nunca dejó de hablar de Vuestra
Madre, dio fe y afirmó: “Vuestra Madre no era natural,
nosotros somos natural, pero ella no, Ella era distinta. Ella
tiraba a ser santa. Nosotros tenemos un semblante de
pecadores humanos, ¿verdad?, pero Ella no. Ella tiraba a ser
santa”.

Joaquina era una de las niñas que se quedaba a dormir a en la


casita de Vuestra Madre. Decía: “Yo nunca vi a Vuestra Madre
acostada ni comiendo; Ella no era natural, era distinta”.

229
El documental también presenta a don Bernardo del Valle como
otro de los testigos que al igual que su papá estuvo con Vuestra
Madre y éste afirma: “Ella era pobre y se mantenía de la
Voluntad de Dios. Allá en la Santa Montaña estaba eso... lleno
de gente y Ella predicando, diciéndole a la gente lo que tenían
que hacer porque el que no amaba a su prójimo, no amaba a
nadie, ni amaba a Dios tampoco”. Don Bernardo del Valle fue
el niño que acompañó a su papá el día 3 de octubre de 1909 al
panteón de la familia Sellés cuando encontraron el panteón
vandalizado y los ladrillos esparcidos por el piso.

Otra testigo que presentan los sacerdotes en este documental es


a: doña Dominga Martínez, todos la conocían cariñosamente
como “La Partera”. Era vecina del barrio Espino de San Lorenzo.
Doña Dominga trajo muchos niños al mundo. No dudo que
Vuestra Madre le haya enseñado cómo hacerlo ya que Ella les
enseñó tantas cosas para que ellos pudieran defenderse, no
sufrieran y para que ayudaran a otros. Doña Dominga Martínez
dice en dicho documental: “Vuestra Madre estaba siempre
preguntando por los niños, por la gente y de cómo vivían. A los
que estaban amancebao, los mandaba a casar. Preguntaba por
los niños que estaban sin bautizar y ella les conseguía la ropita
y los chavitos para el bautismo. Los mandaba a bautizar y ellos
diban (iban) enseguida. Eso era a diario, diario, diario”.

Doña Dominga fue una de las niñas privilegiadas que estuvo


con Vuestra Madre. Fue una de los últimos testigos de Vuestra
Madre en fallecer porque falleció hace poco tiempo. También se
hablaba mucho de esta señora a quien todos querían tanto por
su testimonio de santidad. Ella nunca dejó de hablar de la que
estuvo en la Santa Montaña, a la que ellos le decían además de
Vuestra Madre: Mamita Redentora, Redención de Jesús.

Debo aclarar que las personas al igual que los sacerdotes que
hicieron el documental que preparó la compañía OMECOS
utilizaron a estos ancianitos, con el propósito de burlarse y
desvirtuar nuestra historia, pero el Señor que todo lo ve, utilizó
los malos propósitos de todas aquellas personas que le
ayudaron a estos sacerdotes, y de un gran mal ha logrado un

230
bien para su Iglesia ya que estas almas santas sí estuvieron con
Vuestra Madre y dieron testimonio de su gran obra.

¡Qué tesoro tan grande tenemos los puertorriqueños! Te exhorto


a que ames nuestra historia y al ser a quién se la debemos, a
Vuestra Madre. ¡No persigan más a Vuestra Madre, la
Santísima Virgen del Carmen, ya que 107 años de persecución
son suficientes! El que no ama al prójimo, no ama a nadie, ni
ama Dios. Ella misma nos enseñó todas esas cosas a través de
sus discípulos, aquellos santos y humildes campesinos
puertorriqueños.

Padre Soberal hizo una investigación y alega que fue muy


juiciosa. En realidad no fue así, porque de haberla hecho muy
juiciosa, se hubiera llevado tremenda sorpresa ya que hubiera
descubierto lo mismo que padre Pedro Puras y me imagino que
padre Jaime Reyes al igual que otros sacerdotes descubrieron
que Vuestra Madre era y es la Santísima Virgen del Carmen.
Padre Soberal hubiera descubierto que “Elena de Jesús” era
Elena Huyke, la pariente de Juan B. Huyke, y que ésta no tenía
nada que ver con Vuestra Madre. Me sorprende, sin embargo,
que este sacerdote se refiera a Vuestra Made como Elena Huyke
en el documental de OMECOS. Esto quiere decir que en su
investigación tanto él como padre Eddie Santana, padre Pedro
Ortiz y otros sacerdotes que trabajaron en el documental
descubrieron que se trataba de dos personas muy distintas y se
quedaron callados.

El obispo Monseñor Enrique Hernández les cumplió el deseo a


todos aquellos feligreses que andaban como ovejas sin pastor y
construyó un humilde santuario en honor a la Santísima Virgen
del Carmen. Cuando llegué a la Santa Montaña en el año 1982,
mis ojos y mi corazón fueron viendo cómo este obispo atendía a
aquellos campesinos que estaban sedientos de que la Iglesia los
escuchara y les ayudara a cumplir lo que Vuestra Madre les
había pedido. Les pidió que en aquel lugar construyeran una
capilla en honor a la Santísima Virgen del Carmen, donde se
reunieran todos sus hijos a venerarla, celebrar misa y celebrar
las fiestas litúrgicas en honor a su hijo y por ende a Ella.

231
Padre Jaime Reyes fue un gran maestro enseñando las
Sagradas Escrituras, con amor y entrega celebraba misa y en
las homilías nos enseñaba a adorar y respetar a Jesús
Sacramentado. Nos enseñaba y nos motivaba a conocer los
santos de la Iglesia, la verdadera devoción que debíamos tenerle
a la Santísima Virgen María y su rol como Madre y maestra de
la Iglesia. En los años entre 1980 hasta la década 1990, se
reunían en la Santa Montaña aproximadamente 1,000 personas
o más en un fin de semana. Allí acudían diariamente muchos
peregrinos de Puerto Rico y de otros países a conocer el lugar y
escuchar las prédicas de este sacerdote ya que escuchándolo a
él, escuchábamos las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo,
que es la enseñanza de la Iglesia.

Actualmente ya no se habla de Vuestra Madre o de la Virgen


del Carmen en el santuario. Entiendo que un santuario es para
honrar, venerar y rendirle culto a la Virgen María como lo hacen
todos los santuarios del mundo dedicados a Ella, dependiendo
la advocación que sea. Debo decirles lo que verdaderamente
está pasando en ese lugar porque de lo contrario peco de
omisión. En una ocasión unas señoras asiduas al santuario, me
detuvieron frente a la casita de Vuestra Madre, allí estas
damas nos prohibieron a mi esposo José Luis y a mí que
continuáramos hablando de Vuestra Madre en los predios del
santuario. Me estuvo raro ya que en ese lugar se había hablado
siempre de Vuestra Madre por más de 107 años. Le pregunté:
¿Quién dio esa orden? Éstas me contestaron: “Fueron órdenes
estrictas de padre Eddie Santana”. Les contesté: “Éste es un
lugar no solamente para hablar de Vuestra Madre, sino para
amarle, rezarle y cantarle ya que al lugar se le llama la Santa
Montaña por Ella, por Vuestra Madre la Santísima Virgen del
Carmen.”

Las personas que estuvieron con Vuestra Madre, donaron los


terrenos con la intención de contribuir a la Obra de Vuestra
Madre en aquella época. Es por ese motivo que la Iglesia posee
los terrenos en la actualidad. Estas personas querían que se le
rindiera honor a la persona que estuvo allí con ellos durante
diez largos años ayudándoles con sus grandes milagros,

232
catequizando y alimentándolos: materialmente y
espiritualmente y ayudándolos a transformar sus vidas. La
única persona que vivía en la Santa Montaña, cuando se fue a
construir el Santuario era la hija del discípulo José (Leolio)
González, doña María González a quien se le pagó por su casita.
He entrevistado varias personas cuyos padres estuvieron con
Vuestra Madre y me dijeron que desde la Santa Peña hasta El
Charco Azul de Patillas incluyendo el Cerro la Santa, todos
esos terrenos le pertenecían a Vuestra Madre en la Santa
Montaña. Mientras Ella estuvo allí, don Leolio y otros dicípulos
se quedaron viviendo allí cuidando del lugar. Éstos terrenos
fueron donados por sus discípulos y demás campesinos para la
obra. Luego que Ella dio el cambio, al pasar el tiempo y la
Iglesia no reclamarlos; estos terrenos pasaron a manos del
gobierno, excepto los que pudo rescatar la Iglesia. Allí se
encuentra en la actualidad el santuario.

Estas personas fueron perseguidas y sufrieron mucho porque ni


los líderes de la Iglesia, ni el Gobierno, ni su familia les
creyeron. Estas personas que estuvieron cerca de Vuestra
Madre y la conocieron, donaron los terrenos para que allí se
construyera una capilla donde siempre pudieran honrar la
memoria de Vuestra Madre, a quien todos la reconocieron como
la Virgen del Carmen. Mientras estos discípulos estuvieron
vivos y podían llegar a la Santa Montaña, así lo hicieron.
Debido a su fe, su trabajo y su entrega, San Lorenzo y todo
Puerto Rico, cuenta hoy día con un santuario que es un lugar
muy sagrado y de mucha oración. Gracias les damos a estos
campesinos por la confianza que depositaron en los líderes de
la iglesia ya que pensaban que estos líderes iban a cumplirles
sus deseos que eran los mismos deseos de Vuestra Madre como
Ella así les había indicado.

233
Análisis del boletín titulado: Santuario Diocesano Nuestra Señora
del Carmen “Montaña Santa”

Actualmente conservo un boletín repartido en el Santuario de la


Virgen del Carmen en la Santa Montaña de San Lorenzo por la
Iglesia Católica que me llamó mucho la atención. En dicho
boletín dice: “¿Fue Elenita de Jesús, la Virgen María? No. La
iglesia Católica reconoce que Elenita fue una mujer llena de
muchos dones y virtudes, pero no puede aceptar que Elenita
sea la Virgen María. La iglesia Católica reconoce que por años
personas han enseñado que la madre Elenita era la Virgen
María”. La Iglesia Católica reconoce que por muchos años
personas han enseñado que la Madre Elenita era la Virgen.
Decir que María, después de su Asunción, regresa a la tierra, es
una herejía.”

En dicho boletín padre Giovanni Ruiz aclara que la Iglesia dice


y acepta: “No obstante se reconoce que el apostolado de la
Madre Elenita fue uno esencialmente de evangelización. Desde
el 1899 hasta fines de 1901 predicó misiones en muchos
lugares de Caguas, Cayey, San Lorenzo y Yabucoa. A fines de
1902 a 1909 subió a la Santa Montaña misionando dos veces
por mes en la misma. Su predicación se centró en el Evangelio
de Jesucristo, su persona y su misión, su iglesia apostólica, la
devoción a la Virgen maría y a los santos, la oración, el ayuno,
las virtudes morales y teológicas. El Santuario Diocesano se
consagró a Nuestra Sañora del Carmen el 29 de septiembre de
1985”.

Les aclaro que en este boletín aparece el nombre de Monseñor


Enrique Hernández como obispo y superior del santuario
cuando en realidad al momento de esta publicación esto no es
cierto. Hace muchísimos años que trasladaron al obispo
Monseñor Enrique Hernández a la ciudad de Chicago, no sin
antes haber cometido una serie de atropellos contra él y contra
todo su trabajo relacionado con este santo lugar. El obispo
actual es Rubén González y no Monseñor Enrique Hernández.
Debo aclararles tanto a la Iglesia Católica, como al sacerdote

234
Giovanni Ruiz y al obispo Rubén González que Vuestra Madre
no se llamó Elena, tompoco tenía el apellido de Jesús. Elena,
nunca, pero nunca estuvo en la Santa Montaña, Elenita no era
Madre Superiora de ningún convento o orden religiosa en la
Iglesia Católica. Por lo tanto la Iglesia no le debe otorgar este
nombre ni la debe reconocer como una mujer de muchos dones
y virtudes. La Iglesia y estos sacerdtes siguen insistiendo en
llamarle la Madre Elena o Elenita y le adjudican esencialmente
el apostolado de evangelización. No le pueden atribuir a la
Madre Elena la predicación ni la misión en muchos lugares.
Tampoco deben decir que doña Elena Huge/Huyke subía dos
veces por mes a la Santa Montaña a misionar. No le pueden
atribuir como misión: su Iglesia apóstolica, la devoción a la
Virgen María y a los santos, ni las virtudes morales y teológicas
porque ella no era católica. Esta confusión es un error muy
grande. En cambio si se refieren a Vuestra Madre, la Santísima
Virgen del Carmen, entonces tienen razón en otorgarles muchos
dones y virtudes y todo lo que la Iglesia le otorga ya que Ella era
Vuestra Madre pero si se refieren a Madre Elenita de Jesús,
ésta no existió. Les aclaro nuevamente que Elena Huge/Huyke
era una misionera protestante natural de Curazao que no tenía
que ver nada en lo absoluto con Vuestra Madre, la Santísima
Virgen del Carmen de la Santa Montaña de San Lorenzo.

Para colmar esta situación no solamente se conformaron con


confundir a Vuestra Madre, con Elena o Elenita Huge/Huyke
sino que también la llaman Madre como si fuera una monja
católica. Me asombra que la reconozcan como una monja y no
sepan a qué orden ni a qué convento pertenecía y también le
atribuyen el apellido “De Jesús”. Esto es un gran error que sólo
sirvió para traer más confusión de la que ya se había creado en
el pueblo de Dios. El Apellido “De Jesús” le fue otorgado por
padre Jaime Reyes en su libro. A mi entender padre Jaime
descubrió la verdad sobre la confusión que existía entre Vuestra
Madre y Elena Huge/Huyke, sin embargo, él no pudo decir ni
hacer nada sobre el particular. Esto le afectaría grandemente en
su carácter personal debido al hecho innegable de que él es
parte de la jerarquía de la Iglesia y por tanto le debe lealtad y
obediencia a ésta. Entiendo que él trató de hacer lo que pudo
235
utilizando el nombre de Elena. También le otorgó el apellido “De
Jesús” para darle una identidad sbrenatural ya que Vuestra
madre se identificó como Vuestra Madre Redentora, Redención
de Jesús, en lugar de enfrentar lo que para él era una dura
realidad, la verdadera identidad de Vuestra Madre. El debió
reconocerla al igual que padre Pedro Puras lo hizo en aquel
entonces cuando dijo: “¡Si ustedes supieran a quién ustedes
tenían en la Santa Montaña!” Éste cayó de rodillas ante el gran
asombro que le tocó vivir, cuando abrió la caja y notó que ésta
se encontraba vacía descubriendo que verdaderamente Vuestra
Madre era la Santísima Virgen del Carmen, como así siempre la
reconocieron todos sus discípulos que fueron testigos de este
gran milagro.

Como les he dicho anteriormente, los políticos, masones y


protestantes de aquel entonces se encargaron de llamarla Elena
Huge/Huyke para darle una identidad humana a Vuestra
Madre. Esto lo hicieron para desaparecer la evidencia de la
visita de la Santísima Virgen del Carmen a la Santa Montaña de
San Lorenzo de la faz de la tierra. Es por esto que la Iglesia no
debe reconocer ni tampoco dejarse llevar por las palabras de
personas que tuvieron y tienen tan mala intención. La Iglesia
no debe unirse, ni prestarse a la herejía de los masones y
protestantes de aquellos tiempos. En este boletín que nos
brinda la iglesia en el Santuario de la Virgen del Carmen de la
Santa Montaña se nos dice: “Decir que María después de su
asunción a los cielos regresa a la tierra es una herejía”. Si se
refieren a la visita de la Santísima Madre de Dios, la Virgen del
Carmen, a la Santa Montaña, les diré que el Catecismo de la
Iglesia (487) nos enseña: “Lo que la fe católica cree acerca de
María se funda en lo que cree acerca de Cristo, pero lo que
enseña sobre María ilumina a su vez la fe en Cristo”. No puedo
entender cómo algunos teólogos que estudian tanto y tienen
más conocimiento que los seglares en el pueblo de Dios, no
pueden entender el mismo Catecismo de la Iglesia.

236
Padre Giovanni Ruiz al igual que su superior el obispo Rubén
Gonzalez dicen en el boletín del santuario, la Iglesia dice que la
Santísima Virgen María después de ser asunta al cielo en
cuerpo y alma por Nuestro Señor, no puede regresar a la Tierra.
Ellos dicen que insinuar esto es una herejía. No puedo
entender que ellos digan que Elena de Jesús o Elena
Huge/Huyke sea la Virgen y mucho menos que lo piensen. Si se
refieren a Vuestra Madre, la Santísima Virgen del Carmen me
pregunto: ¿Cómo ha sido posible que el santo padre Juan Pablo
II, al igual que los papas anteriores y la Santa Iglesia Católica
hayan podido reconocer las apariciones de la Santísima Virgen
María en las distintas partes del mundo? Algunas de estas
apariciones son: la Virgen de Fátima a Lucía Do Santos, la
Virgen de Guadalupe a Juan Diego, la Virgen de Lourdes a
Santa Bernardita, la aparición de la Santísima Virgen María a
Santa Catalina Labouré en París, la Virgen de Salette a
Melania y Maximino en Francia. La Santísima Virgen del
Carmen nos trajo el santo escapulario, sacramental de
salvación para sus hijos, a través de San Simón Stock en una
visita al Monte Carmelo en el año 1251. También se le apareció
a Santo Domingo de Guzmán haciéndole entrega del santo
rosario y se le apareció como Nuestra Señora de la Merced a
Pedro Nolasco en el 1218. ¿Cómo es posible que la Iglesia haya
aceptado durante muchos años la medalla de la Virgen
Milagrosa, el santo escapulario y el santo rosario
(sacramentales traídos por la Santísima Virgen María) en una
visita después de ser asunta al cielo? ¿Acaso ellos pueden
disponer de la Voluntad de Dios y de su Madre? ¿Nos van a
decir que todo es una falsa y una herejía, que la Virgen María
no puede bajar del cielo y visitarnos en la tierra? Debido a estos
grandes acontecimientos es que la Iglesia declaró el dogma de la
Inmaculada Concepción y otros. ¿Acaso estas apariciones que
la misma Virgen María ha manifestado en esta tierra no son
consideradas por obra y gracia de Dios? ¿Cómo podemos
entonces explicar la existencia de las diferentes advocaciones de
la Santísima Virgen María? ¿Por qué los diferentes papas han
escrito tantas encíclicas en honor a la Santísima Virgen María?

237
Una de ellas lo es la hermosa encíclica “Redemptoris Mater”
escrita por el Santo Padre Juan Pablo II.

Estas personas han sido beatificadas gracias a la visita de


Nuestra Señora a la tierra. ¿Cómo la iglesia puede dar fe de los
dogmas que los santos papas le han declarado a la Santísima
Virgen María en la Iglesia? Estos dogmas son reconocidos al
Ella ser la Inmaculada Concepción, Asunta al cielo, Madre de
Dios y Madre de la Iglesia. En la actualidad la humanidad
espera por el dogma que sea aprobado por el papa Benedicto VI
de Madre Correndentora. Nos damos cuenta de cuán
confundidos se encuentran estos líderes de la Iglesia; esto me
hace pensar que ellos no leen acerca del rol de la Madre de Dios
en la Iglesia ya que la Santísima Virgen María es la hija
predilecta del Padre, la esposa del Espíritu Santo y la Madre de
Dios Hijo. El papa Pablo V1 la proclamó: “…María, Madre de
Cristo, Madre de la Iglesia.

Nuestro Señor le da el poder para visitarnos en la Santa


Montaña, con su cuerpo materializado para comunicarse con
sus hijos. No puedo creer que menosprecien el poder que su
Hijo le ha otorgado. ¿Dirán que todo lo que está escrito en las
Sagradas Escrituras es una leyenda o un mito? He escuchado a
algunos sacerdotes decir que algunos pasajes de la Sagradas
Escrituras son mitos y que otros pasajes bíblicos son leyendas.
Muchas personas al igual que yo escuchamos a padre Giovanni
Ruiz decir en una homilía que el diluvio no existió, que Noé sí,
pero el diluvio no, porque la tierra era redonda y el agua se iba
por los lados. Si esto es así, ¿por qué dicen: “Esta es palabra de
Dios? ¿Será que todo esto es parte de la nueva Evangelización?

En el boletín que se reparte en el santuario lee lo siguiente:


“Eviten celosamente todo aquello que sea de palabra o de obra,
pueda inducir error a los hermanos separados o cualesquiera
otros acerca de la verdadera doctrina de la Iglesia.”

Si decir que Vuestra Madre, la Virgen del Carmen, estuvo en la


Santa Montaña de San Lorenzo, Puerto Rico ofende a los
hermanos separados entonces nos sentimos como se sintió el

238
papa Juan Pablo II cuando el obispo Lavfebre cometió una gran
apostasía y rompió con la Iglesia y no se quedó en ella para
ayudarla. Así nos sentimos cuando un sacerdote y un obispo le
preocupa más lo que piensa un hermano separado a lo que
sentirá Nuestro Señor Jesús , esto es contrario a la verdadera
doctrina y magisterio de la iglesia. Sabemos que hay que amar
al prójimo, pero sin llegar a los extremos, por favor. El
magisterio de la Iglesia siempre ha enseñado que la Santísima
Virgen María, al igual que la Iglesia, es madre y maestra. Esta
actitud de algunos líderes religiosos que se preocupan más de
aclararles a los hermanos de otras denominaciones y se
preocupan más por el qué dirán de los hermanos separados son
los que con su falso ecumenismo, confunden a muchos
feligreses en la Iglesia de Dios. El padre Geovanni Ruiz debió
escribir y citar el texto completo que está escrito así.

“En el concilio Vaticano II - Constitución Dogmática Lumen


Gentium respecto al Catecismo de la Iglesia Católica número
67. Espíritu de la predicación y del culto . El Sacrosanto Sínodo
enseña en particular y exhorta al mismo tiempo a todos los
hijos de la Iglesia a que cultiven generosamente el culto,
sobre todo litúrgico, hacia la Bienaventurada Virgen, como
también estimen mucho las prácticas y ejercicios de piedad
hacia Ella, recomendados en el curso de los siglos por el
magisterio de la Iglesia, y observen religiosamente aquellas
cosas que en los tiempos pasados fueron decretadas acerca del
culto de las imágenes de Cristo, de la bienaventurada Virgen y
de los Santos”.

“Asimismo exhorta encarecidamente a los teólogos y a los


predicadores de la divina palabra que se abstengan con cuidado
tanto de toda falsa exageración, como también de una estrechez
de espíritu, al considerar la singular dignidad de la madre de
Dios. Cultivando el estudio de la Sagrada Escritura, de los
Santos Padres y doctores y de las Liturgias de la Iglesia bajo la
dirección del Magisterio, ilustren rectamente los dones y
privilegios de la Bienaventurada Virgen, que siempre están
referidos a Cristo, origen de toda verdad, santidad y piedad, y,
con diligencia, aparten todo aquello que sea de palabra, sea de

239
obra, pueda inducir a error a los hermanos separados a
cualesquiera otros acerca de la verdadera doctrina de la
Iglesia”.

240
Notamos cómo este texto nos enfatiza sobre la importancia de la
Bienaventurada Virgen María y su rol en la Iglesia. No dejando
en un aparte a Nuestro Señor Jesucristo origen y verdad de
todo el evangelio. Debo aclarar que nos debemos preocupar más
de cuán confundidos se encuentran nuestros propios hermanos
en nuestra Iglesia y de ayudarlos a que amen a la madre de
Dios. Con el falso ecumenismo nos estamos preocupando más
de aquellos hermanos separados que tan equivocados se
encuentran respecto a la Madre de Dios y reniegan de la misma
diciendo que Jesús tuvo más hermanos.Ya estos hermanos
separados en la actualidad se han daclarado miembros de una
gran apostacía que va en contra de los dogmas y de los
mandamientos de nuestra Iglesia. Sabemos que tenemos que
amarlos como hijos de Dios y hermanos nuestros, pero
debemos también estar muy alerta ya que ellos atacan a
Vuestra Madre, la Santísima Virgen y a los dogmas de la Iglesia
Católica sin misericordia. Les hablo con conocimiento ya que fui
por muchos años miembro de esta iglesia evangélica, Dios me
permitió concerla de adentro hacia afuera para que en estos
tiempos difíciles yo pudiera defender a la Santísima Madre de
Dios y a la Iglesia Católica que es la verdadera Iglesia de
Jesucristo, fundada por Él a través del apóstol San Pedro.
Viendo la gran apostacía que nos estamos enfrentando
costantemente, creo que es tiempo de ponernos la vestidura de
plomo que nos pidió Vuestra Madre para estos tiempos y
defender con mucho amor y prudencia la Iglesia que Dios nos
legó y a la Madre de la Iglesia. El que nosotros amemos a la
Santísima Virgen y creamos en las apariciones de Ella a la
tierra no nos hace herejes. Esto nos aumenta la fe en Cristo,
Nuestro Señor, ya que cuando nos visita Ella, viene en
representación del Señor y les aclaro que Ella nunca está sola,
ya que siendo la esposa del Espíritu Santo y Madre de Dios
Hijo, anda muy bien acompañada. Hay que tener prudencia,
caridad y mucho cuidado con el falso ecumenismo. Algunos
líderes religiosos utilizando muy frecuentemente la palabra
Cristo céntrico se prestan para dar un paso al protestantismo
que yo viví y puedo dar testimonio. Cracias a la Santísima

241
Virgen y a un sacerdote muy mariano le debo mi fe en Ella y en
la Iglesia Católica.

Un día me fui a confesar a la parroquia de San Pedro Mártir del


pueblo de Guaynabo y le pedí perdón a Dios por mis pecados en
el sacramento de la confesión y a la Santísima Virgen si la
había ofendido en algo y el sacerdote me dio tremendo regaño y
me dijo que a la Virgen no había que pedirle perdón. Que ella
no perdonaba, que él que perdonaba era Dios. A mí me dio
mucha tristeza por él e inmediatamente oí una voz que me dijo:
“Mi madre es la madre del perdón, ella perdonó a toda la
humanidad a los pies de la cruz y mucho más cuando el
soldado Longino abrió mi costado.” Ella estaba ahí. Me
pregunto: ¿Es por eso que la Iglesia apenas reza la oración
Bendita Sea Tu Pureza? ¿Esto se debe a que la oración
termina diciendo: “ y si en algo te he ofendido, perdóname
Madre mía?”

Notamos cómo los seres humanos nos equivocamos dando el


mensaje de Dios. Ellos como líderes religiosos no pueden o no
quieren entender todo lo ocurrido en la Santa Montaña, ya sea:
porque no han estudiado lo suficiente o simplemente porque
no les ha interesado conocer y estudiar. Una de las razones por
las cuales no aceptan o no aprueban lo ocurrido es debido a la
mala influencia de algunas personas que todavía persiguen a
Vuestra Madre y también a los que la seguimos. Esto no
significa que las personas que entienden a la luz del Espíritu
Santo lo sucedido en la Santa Montaña, seamos herejes. Todos
los frutos de esta visita de Vuestra Madre así lo comprueban:
son positivos y añaden a la fe del pueblo de Dios un gran amor
a su hijo Jesús y a su iglesia y por ende una santa veneración a
Ella. El hecho de que esto sucediera así en nuestra isla es algo
muy grande que nos habla de la gran bondad de Nuestro Señor
Jesucristo para con nuestro pueblo. En aquel momento
nuestros hermanos estaban padeciendo de un gran deterioro
espiritual, material y económico. Esto provocó una respuesta de
amor mediante la devoción del mismo pueblo hacia Nuestro
Señor y hacia la Iglesia a través de este acto de amor de Vuestra
Madre Madre de la Santa Iglesia.

242
La Santísima Virgen María según el Catecismo de la Iglesia

El Catecismo de la Santa Iglesia en la página # 228 nos dice:


“Maria, icono escatológico de la Iglesia. Después de haber
hablado de la Iglesia, de su origen,de su misión y de su destino,
no se puede concluir mejor que volviendo la mirada a María
para contemplar en Ella, lo que es la iglesia en su misterio, en
su “peregrinación de la fe”, y lo que será al final de su marcha,
donde le espera, “para la gloria de la Santísima e Indivisible
Trinidad”, en comunión con todos los santos” (LG 69). Aquella a
quién la Iglesia venera como la Madre de su Señor y como su
propia Madre: Entre tanto, la Madre de Jesús, glorificada ya en
los cielos en cuerpo y alma, es la imagen y comienzo de la
Iglesia que llegará a su plenitud en el siglo futuro. También en
este mundo, hasta que llegue el Día del Señor, brilla ante el
pueblo de Dios en marcha, como señal de esperanza cierta y de
consuelo (LG 68)”.

“Después de la Ascensión de su hijo, María “estuvo presente en


los comienzos de la Iglesia con sus oraciones “(LG69). Reunida
con los apóstoles y algunas mujeres, “María pedía con sus
oraciones el don del Espíritu, que en la anunciación la había
cubierto con su sombra”(LG59).

“Por su total adhesión a la voluntad del Padre, a la obra


redentora de su hijo, a toda moción del Epíritu Santo, la Virgen
María es para la Iglesia el modelo de la fe y de la caridad. Por
eso es “Miembro muy eminente y del todo singular de la Iglesia”
(LG53), incluso constituye “la figura” (“typus “) de la iglesia”
(LG 63).

“En efecto, con su asunción a los cielos, no abandonó su misión


salvadora, sino que continúa procurándonos con su múltiple
intercesión los dones de la salvación eterna... Por eso la
Santísima Virgen María es invocada en la Iglesia con los títulos
de: Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora”(LG 62).

243
Nos enseña: “Todas las generaciones me llamarán
bienaventurada”(L1, 48). “La piedad hacia la Santísima Virgen
es un elemento intrínseco del culto cristiano” (MC 56). La
Santísima Virgen “es honrada con razón por la iglesia con un
culto especial. Y en efecto, desde los tiempos más antiguos, se
venera la Santísima Virgen con el titulo de “Madre de Dios” bajo
cuya protección se acogen los fieles suplicantes en todos sus
peligros y necesidades… Este culto…aunque del todo singular,
es esencialmente diferente del culto de adoración que se le da al
Verbo Encarnado, lo mismo que al Padre y al Espíritu Santo,
pero lo favorece muy poderosamente (LG 66); encuentra en su
expresión en las fiestas litúrgicas dedicadas a la Madre de Dios
(Cf. SC 103) y en la oración Mariana, como el Santo Rosario,
“Síntesis del Evangelio” (Cf. PabloVI MC 42).

“Porque María es ahora “La Reina, que está a la diestra del Rey,
coronada de oro de Ofir” (salmo54, 10); es la “Mujer vestida del
sol, con la luna bajo los pies, coronada de doce estrellas” que
como gran señal se le apareció al vidente del Apocalipsis, uno
de los videntes más grande que ha tenido la Iglesia, el discípulo
amado San Juan. Son hermosas las palabras de San Bernardo
cuando la llama “La Omnipotencia Suplicante”, su hijo El
Omnipotente. Pues así como su hijo es Omnipotente por su
propio poder para crear y salvar, así Ella es “Omnipotente” por
el amor que le tiene su Hijo y que no le permite negarle a su
Madre, lo que Ella, le pida con amor para bien de todos sus
hijos en la tierra”.

“Pero su papel con relación a la Iglesia y a toda la humanidad


va aún más lejos. “Colaboró de manera totalmente singular a la
obra del Salvador por su fe, esperanza y ardiente amor, para
restablecer la vida sobrenatural de los hombres, por esta razón
es nuestra Madre en el orden de la Iglesia.” (Tomado del libro:
“Dichosa tú que creíste” de padre Félix Struick )

244
La Santísima Virgen María a través de las Sagradas Escrituras

Cuando la visitación de María a su prima Santa Isabel, la


Virgen apareció de momento en la casa de Isabel y ésta brincó
de alegría. El niño que estaba en el vientre de Isabel brincó de
alegría también. Todo esto se debió a que el Espíritu Santo le
reveló a Isabel que el fruto que llevaba en su vientre era Jesús.
Isabel recibió a tres divinas personas que andaban con la
Virgen además de San José, éstos eran: el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo. Por lo tanto fue una aparición muy grande para
Isabel que la Virgen fuera a visitarla a su casa. Si el Señor le
permitió a la Virgen visitar a Isabel, por qué no le puede
permitir visitarnos a nosotros los puertorriqueños en la Santa
Montaña. Ante su presencia nosotros también brincamos de
alegría ya que toda la Trinidad la acompaña, por lo tanto nunca
está sola. Quien la recibe a Ella, recibe a las Tres Divinas
Personas.

El mismo Jesús, antes de morir en la cruz le dijo: “Madre, ahí


tienes a tu hijo.” Luego le dice a San Juan: “Hijo, ahí tienes a tu
Madre” (Juan19, 26-27). Con estas palabras Nuestro Señor nos
la dio por madre a toda la humanidad. Me detengo a pensar:
¿Algunos de estos teólogos pensarán como los protestantes que
la persiguen y dicen que la Santísima Virgen María es una
mujer como cualquier otra mujer? ¿Pensarán que sufrió
corrupción y que todavía está sepultada como cualquier ser
humano y que resucitará en el Día de la Resurrección porque
no fue asunta al cielo en cuerpo y alma? ¿Pensarán que está
en el cielo a lado de su Hijo y que Jesús no le permite venir a la
tierra cuando Ella así lo desee para unirnos más a su hijo? La
Iglesia como el catecismo nos enseña que la Santísima Virgen
María es la mediadora entre su hijo Jesús y nosotros sus hijos.
No es posible pensar que su Hijo Jesús sólo se la dio a San
Juan espiritualmente ya que San Juan, el Discípulo Amado, se
la llevó para su casa.

245
Es lamentable que estos teólogos de la Iglesia, menospreciando
el poder que Dios le ha otorgado a su Santísima Madre; siguen
escuchando a personas ajenas completamente a la verdadera
identidad de Vuestra Madre, éstos siguen empeñados en
desaparecer nuestra verdadera historia utilizando la palabra
Cristo céntricos y siempre recalcando que el santuario es Cristo
céntrico. Reconocemos que Jesús esta allí en el Sagrario. Este
lugar le pertenece a la Santísima Virgen, gracias a la presencia
de Ella en ese santo lugar, porque de lo contrario ese lugar no
existiría. Cracias a Ella es que tenemos sus hijos un Santuario
y un Sagrario para ir a adorar a su hijo como para ir a
venerarla a Ella y darle culto como la Iglesia desde sus
comienzos siempre lo ha hecho. Estoy segura que su hijo Jesús
no se pondrá celoso, siendo Él quién más la ama.

246
Manifestación de los ángeles a través de las Sagradas Escrituras

Dios les permite materializarse a un arcángel y a un ángel del


cielo para bajar a la tierra a realizar una misión aunque éstos
son inferiores en poder a la Santísima Virgen María. A través de
las Sagradas Escrituras podemos ver cómo Dios en su infinita
misericordia se comunica con los hombres por medio de los
ángeles y los arcángeles permitiendo muchas veces que éstos se
materialicen.

En el evangelio de Lucas (capítulo 1, versículo 26) dice: “El


Arcángel San Gabriel entró a la casa donde estaba la Santísima
Virgen y le dijo: “Alégrate tú, la amada y favorecida”.

En Lucas 24,4 dice: “Pero en ese momento vieron a su lado dos


hombres con ropas brillantes, se asustaron mucho, y no se
atrevían levantar los ojos del suelo.”

En el Antiguo Testamento en Génesis 16, 9 un ángel le habla a


Agar, cuando ésta andaba huyendo por el desierto.

En Génesis 19, 1 dos ángeles visitaron a Lot, estos ángeles


hablaron con él.

En Génesis 18, 2 nos dice: “Abraham miró y vio que tres


hombres estaban parados cerca de él”. En el versículo 8,
Abraham le sirvió comida a estos ángeles y se quedó de pie
junto a ellos, mientras éstos comían.”

Les diré a algunas almas consagradas que si no aceptan que los


ángeles les visiten, entonces estos mensajeros de Dios se le
presentan a los que los sabios desprecian, como sucedió en el
libro: Números 22, 22-35. Dios utiliza lo que Él desea para
comunicarse con su pueblo como lo hizo con la burra de
Balaam; cuando esta burra vio al ángel, la burra le habló a
Balaam para que cambiara el rumbo que llevaba y así salvarlo.

247
En Génesis 18,16 dice: “Luego que se levantaron, los hombres
se marcharon en dirección de Sodoma, y Abraham los
acompañaba para indicarles el camino.”

En Marcos 16, 5 se le presenta un ángel como un joven a


María Magdalena y éste le dice: “No se asusten. Ustedes
buscan a Jesús Nazareno, el que fue crucificado. Resucitó; no
está aquí; éste es el lugar donde lo pusieron, ¿no es cierto?
Ahora bien, vayan a decir a Pedro y a los otros discípulos que
Jesús irá delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán tal como él
se lo dijo.”

El ángel San Rafael se apareció materializado en cuerpo


humano a Tobías y le acompañó en su caminar y cuando las
personas le preguntaban quién era la persona que andaba con
él, Tobías se refería a él como “un hermano israelita”. Ni
siquiera Tobías lo pudo reconocer y no fue hasta más tarde que
el mismo arcángel San Rafael le revela a Tobías su verdadera
identidad y le dice: “Ustedes me veían comer y hablar, pero sólo
era apariencia” (Tobías12, 19-20).

248
Análisis del boletín titulado: Historia y vida de Elenita de Jesús

Cuando padre Giovanni Ruiz asumió el cargo de rector del


santuario, nos informó y nos enfatizó en sus primeras homilías
que él no venía a destruir la obra de padre Eddie Santana, sino
que venía a continuarla, pero a su manera. Esto lo ha logrado
diligentemente con mucha astucia utilizando y abusando de su
autoridad y de su preparación como psicólogo y teólogo;
evitando así que el pueblo de Dios continúe con la gran
devoción que ha prevalecido por más de un siglo hacia Vuestra
Madre, la Santísima Virgen del Carmen. Las personas tienen
temor de hablar públicamente de la verdarera historia de
Vuestra Madre, porque se sienten perseguidos en aquel santo
lugar. Un santuario se hace basándose en la memoria de un
pueblo y la memoria del pueblo es Vuestra Madre, la Santísima
Virgen del Carmen la que vivió allí con algunos de sus
discípulos. Debo decir que todas las personas que creemos en
Vuestra Madre somos perseguidos. Todavía me pregunto:
¿quiénes son lo que componen el equipo de trabajo que
menciona padre Giovanni Ruiz en su boletín? Espero que no
sean los mismos que componían el equipo de trabajo de padre
Eddie Santana, de ser así lamentablemente este pueblo de Dios
sigue perdido en la gran confusión y la gran persecución que
ha existido hasta hoy con la verdadera historia de nuestro
pueblo porque hasta los boletines que se preparan en ese lugar
se han convertido en arma para atacar a los hijos de Vuestra
Madre y así desaparecer nuestra historia en ese lugar. Como
dijo padre Giovanni Ruiz en una homilía que él venía a
continuar con la obra de padre Eddie Santana, pero a su
manera.

249
El folleto que sigue repartiendo padre Giovanni Ruiz con la
aprobación del obispo Rubén González fue escrito por padre
Dimas Soberal, así me lo informó la joven consagrada Dolores
Tirado. En este boletín dice: “Elena murió de debilidad porque
se encontraba muy enferma y apenas podía moverse.” Me
quedé sorprendida cuando esta joven me dijo: “Eso lo escribió
padre Dimas Soberal y eso es cierto. Elena estaba muy enferma
y se encontraba muy débil y murió de debilidad”. Mi esposo
José Luis y yo nos quedamos asombrados. Fue tanto el
asombro que me quedé muda, pero luego reaccioné y le
contesté a esta joven que es una gran servidora en la Iglesia y a
la que aprecio mucho: “¡Al padre Soberal, en el soverao (batey)
lo veo!”. Esta joven repitió lo que ella escuchó decir a este
sacerdote. Padre Soberal dice: “Elena Huge/Huyke era de edad
muy avanzada y su salud no le permitía desplazarse como
hiziera (hiciera) al principio, en los primeros años de su intenso
ministerio laical”. Luego dice: “Aunque alrededor de su muerte
hay muchos “mitos” la verdad es otra. Ella murió sola y la
encontraron muerta.” Le diré tanto a padre Dimas Soberal como
a padre Eddie Santana y al obispo Rubén González que si ellos
se refieren a Vuestra Madre, Ella contaba con
aproximadamente 16 años y no tenía ningún impedimento para
desplazarse ya que después de estar allí en ese santo lugar por
diez años al momento del cambio continuaba con la edad de 16
años. Respecto al cambio, le diré que Vuestra Madre no murió.
Ella solo dijo que daba un cambio, pero que siempre estaría en
ese santo lugar. No estaba sola en esos momento del cambio
porque en la Santa Montaña se encontraban las personas que
Ella había asignado para que se encontraran allí en ese preciso
momento. Aclaro que la historia de Vuestra Madre no es un
mito, es una historia real, verídica. Ellos insisten que en el
pueblo de San Lorenzo no había fiscal y que tampoco existía
juez de paz. Debo aclararles que: sí existía fiscal y juez de paz.
Este fiscal se llamaba Alejandro (Lili) Buitrago y existía el fiscal
José Fernando Aponte, fiscal muy famoso en aquel entonces
por su intervención en el caso del asesinato de José Cordovés
Berríos (juez de paz). Estos fiscales nunca subieron a la Santa
Montaña, pero sí cooperaron en la desaparición de esta historia.

250
El juez Alejandro Buitrago cooperó con el Acta de Defunción
Facultatva (inventada) junto a los asambleístas del municipio y
allí en el cementerio no enterraron a nadie ya que la caja estaba
vacía.

251
Padre Dimas dice: “Ella murió sola y la encontraron muerta,
murió estando muy enferma”. Les digo que no estaba: anciana
ni enferma. No murió, sino que dio un cambio y no estaba sola.
Vuestra Madre estuvo siempre rodeada por: sus discípulos, por
los ángeles y por su hijo Jesús. Algunas personas que
investigué me dijeron que a los sacerdotes de aquel entonces no
se les podía decir nada de Vuestra Madre porque todo lo
distorsionaban y no lo querían creer al igual que los de ahora.
Lo que se decía en aquel tiempo era que Elena, la monja
protestante, andaba por aquellos lugares de: Caguas, Humacao,
Guayama y Arroyo. Aparentemente tenía tuberculosis, como así
se lo hizo saber a algunas personas que la conocieron y por eso
tuvo que regresar a su lugar de origen, Curazao. En este
boletín se nos dice que algunos testigos confundieron la
gimnasia con la magnesia. Debo aclarar que a estos humildes
campesinos los confundían algunos sacerdotes haciéndoles
creer que Elena era Vuestra Madre. Todavía siguen con la
persecución, confundiendo a las personas que sí sabían, que la
que estuvo en la Santa Montaña era Vuestra Madre, la
Santísima Virgen María, y no Elena Huge/Huyke, a la que ellos
siguen insistiendo en llamarla Elenita de Jesús. Es imposible
que la Iglesia representada por estos sacerdotes digan que
Vuestra Madre no se podía movilizar para ir a dar sus prédicas
a caballo, cuando era así como la transportaban sus discípulos.
Le aclaro que Vuestra Madre sí la montaron varias veces en un
caballito para ir a dar sus prédicas y hubo testigos e hijos de
testigos que así lo afirmaron. Algunos de ellos fueron: don
Alberto Rosario y don Gumersindo Galarza. ¡No sé por qué no lo
podía hacer, si Ella, Vuestra Madre, cuando huyó con su hijo
Jesús al desierto lo hizo montada en un burrito! Padre Soberal
nombra a Vuestra Madre por el nombre de Elena, le otorga el
apellido de Jesús y en otras ocasiones el apellido Huyke. Él
dice: “No tuvo una vivienda propia durante una larga
temporada. Habitó en una cueva que no tenía: las facilidades
mínimas necesarias ni luz eléctrica, ni agua y mucho menos
servicio sanitario. ¿Qué le puedo contestar a este sacerdote al
que le tengo que amar y respetar y que está hablando de una
historia que tiene 107 años? Le diré que Ella, Vuestra Madre,

252
era la Santisíma Virgen del Carmen y la madre de Nuestro
Señor, por lo tanto no necesita nada de esto que él menciona en
este boletín. Cada vez más, nos damos cuenta que Ella era la
Santísima Virgen. Debido a estas cosas, Ella tenía que ser un
ser sobrenatural porque a un ser humano normal le era
imposible hacerlo.

Tanto padre Soberal como padre Giovanni Ruiz como el obispo


Rubén González insisten en que la Santísima Virgen después de
su Asunción a los cielos no nos puede visitar a la tierra.
Insisten en llamarnos herejes. Espero que ellos puedan estudiar
y conocer un poco más sobre Vuestra Madre porque parece que
no han estudiado lo suficiente para que se puedan dar cuenta
de la grandeza y el poder que Dios le ha otorgado a su
Santísima Madre... Son muchas las vocaciones religiosas que
surgieron de esta visita de Vuestra Madre a la Santa Montaña.

Ninguna de las personas que intentaron descubrir la verdadera


historia de Vuestra Madre en la Santa Montaña pudieron
descubrir su verdadera identidad. Esta servidora por medio de
Vuestra Madre y del Espíritu Santo les regala la verdadera
Historia de Vuestra Madre como Ella me pidió que la titulara:
Soy Vuestra Madre, no me persigas. Como me la regalaron
Ellos, la regalo para alegría de muchos puertorriqueños y de los
demás hermanos.

253
Influencia de Vuestra Madre en algunos sacerdotes y feligreses

Vuestra Madre tuvo una influencia bien grande en el padre


Antonio Pérez Ruiz. Este sacerdote estaba en Yabucoa y lo
conoció doña Saturnina Camacho Hernández. Doña Saturnina
tuvo el privilegio y la gran dicha de besar los pies de Vuestra
Madre cuando estaba de cuerpo presente. A doña Saturnina le
contaron que un 16 de julio que cayó miércoles, las capillas se
llenaron debido a que Vuestra Madre le había pedido unos días
antes a los que habían ido a su prédica en la Santa Montaña
que el día 16 de julio todos fueran a la fiesta de la Virgen del
Carmen de sus parroquias. Así lo hicieron y la parroquia de
Yabucoa se abarrotó. Esto fue en el año 1902 porque fue el
único 16 de julio que cayó miércoles entre los años 1899-1909.
Esto es confirmado porque Vuestra Madre estuvo en Yabucoa
para esa época. El padre Antonio Pérez Ruiz cuando estaba
predicando dijo: “Ella ha alcanzado más que los mismos
sacerdotes’’. Vuestra Madre tuvo grandes repercusiones en el
clero de la época.

254
APÉNDICE

255
CARTA DE EMILIA MUÑOZ

256
257
258
259
260
CARTA DE UN VECINO DE CAGUAS

261
262
263
264
265
266
267
ACTA DE DEFUNCIÓN FACULTATIVA

268
269
270
CARTA DE JOAQUIN CRESPO

271
272
273
CARTAS DEL PADRE PEDRO PURAS

274
275
276
277
278
279
280
281
282
283
284
285
286
287
CARTA DEL SEÑOR OBISPO DE SAN JUAN

288
289
290
291
292
293
294
295
296
297
298
299
Foto actual (2007) de la Santa Peña ubicada en el barrio Espino, sector Morena, San
Lorenzo.

Cristo Crucificado en el lugar conocido como Las Tres Cruces, de la Santa Montaña.

300
Bibliografía

García Boyre, Francisco: Arroyo: Notas para su historia, San


Juan, PR, 1985

Malavé Maximino: Sociedad Gruta Nuestra Madre, Cayey, PR,


1980

Marín Pedroza, Raúl / Aponte Roque, Ana Mercedes: La historia


de San Lorenzo, San Juan, PR, 1986

Morales Muñoz, Generoso / A. M.: Orígenes históricos de San


Miguel de Hato Grande (Actual pueblo de San Lorenzo), San
Juan, PR, 1943

Reyes, R. P. Jaime M. F.: La Santa Montaña de Puerto Rico (El


misterio de Elenita de Jesús) 1899 – 1909, Méjico, 1992

Rodríguez, Paulino: Cataratas de ensueño, Don Pepillo, Elena la


Misionera, Cayey, PR, 1935

Ruiz, Giovanni (Rector): Historia y vida de Elenita de Jesús:


Santuario Nuestra Señora del Carmen, Diócesis de Caguas,
2006

Ruiz, Giovanni (Rector): Santuario Diocesano Nuestra Señora


del Carmen, “Montaña Santa”, San Lorenzo, PR, 2007

Struik, P. Félix: “Dichosa tú que creiste…” CEDOE, Bayamón,


Puerto Rico, 1982

Torres, Oliver, Dr. Luis J.: Estampas de nuestra iglesia, ENC,


1989

Documental: Santuario de la Virgen del Carmen, San Lorenzo,


Puerto Rico

301
Catálogo de extranjeros residentes en Puerto Rico en el siglo
XIX: Rio Piedras, Ediciones de la Universidad de Puerto Rico,
1962.

302

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