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NO RESISTAN AL MAL, AMEN

“se les enseño: ojo por ojo, diente por diente. pero yo os digo
no opongan resistencia (antistenai) al que te haga un mal” Esta
declaración situaría a Jesús en contra de los fanáticos judíos que
deseaban la expulsión forzosa de los romanos.
No es una invitación al conformismo o pasividad contra el mal. Es una
orden contra la retaliación privada. La palabra anistenai a menudo se
utiliza en contextos legales, y mantiene la idea que cristianos deben
resolver problemas entre ellos por métodos que no incluyan pleitos. La
venganza no concuerda con el reino divino. Para ilustrar esta verdad,
Jesús utiliza cuatro ejemplos de cómo responder cuando alguien nos
hiere o nos presenta un pleito, nos impone llevar una carga la distancia
de una milla, o nos pide limosna.
Jesús pide que vayamos en contra de nuestro instinto natural. Que no
tratemos de mantener nuestro honor por medio de la venganza. Que
seamos vulnerables en lugar de devolver golpe por golpe. Aunque esto
parezca una reacción pasiva, la intención es aprovechar la oportunidad
de mostrar valores cristianos en vez de seguir el plan del que
golpea. Jesús está exagerando para mostrar que debemos
anular el conflicto dando más de lo requerido. En cada caso, nos
proporciona un remedio específico – “vuélvele también la otra
mejilla” – “déjale también la capa” – “ve con él dos.” 
Jesús pide que no nos envenenemos con resentimiento, sino que
tomemos la iniciativa para hacer más de lo requerido. “Dale al que te
pida, y no saques el cuerpo al que quiera pedirte prestado” 
“Se les enseño: Amarás a tu prójimo, sin tener que amar tu
enemigo. Pero yo les digo: Amen (agapate) a sus enemigos y
oren por los que los persiguen”. Aquí, Jesús utiliza la palabra
“enemigos” en plural, ampliando el alcance de este mandamiento. En
griego hay tres palabras para amor – eros, philos, y ágape. Esto
confunde a la gente de otras lenguas cuando intenta comprender la
Biblia, porque el significado de “amor” es mucho más amplio e incluye
todos los demás significados de las palabras griegas.

 Eros, una palabra que se utiliza para el amor romántico o sexual,


amor de atracción
 Philos, se refiere al amor del deber, amor fraterno-cordial. 
 Ágape es el termino cristiano por excelencia, amor de libertad
Ágape es “el amor generoso que hace lo necesario para asegurar el
bienestar de su objeto, hasta partirse si es necesario”. Como
tal, ágape es una palabra de acción más que de sentimiento. Una
persona que ama con ágape puede tener o no tener sentimientos
amorosos hacia el ser querido, pero se preocupará por su bienestar y
hará lo posible para ayudarle. Ágape es el amor con que Dios nos
ama. Ágape es el amor de una madre para su hijo. Ágape es el amor que
hace que un soldado salte sobre una granada para salvar sus
compañeros. Ágape es el amor que hace que un adulto arriesgue su vida
para salvar a un niño que se ahoga.
Es ágape lo Jesús quiere que tengamos para nuestros enemigos – amor
que nos facilita volver la otra mejilla (v. 39) – dar más de lo requerido (v.
40) – caminar otro kilometro (v. 41) – y dar con generosidad a los que
piden (v. 42).
Ágape no se trata de una estrategia inteligente para mejorar nuestra
situación, en cambio, busca ayudar al prójimo a mejorar su situación.
Termino con las palabras del escritor Ricardo Silva Romero en su
columna del 20 de febrero (diario el Tiempo) titulada: Silencio: No
puede ser que 'todo el país' sepa lo de Dabeiba y no esté
doblegado del dolor.
“Solo se me ocurre, ahora, hacer silencio. Qué más queda. Si en las
jornadas de exhumación en el cementerio Las Mercedes del viejo
municipio de Dabeiba, en el occidente del departamento de Antioquia,
ciertos funcionarios de la JEP han hallado ya treinta cuerpos de posibles
víctimas de ejecuciones extrajudiciales –qué clase de estómago tiene
que tener una sociedad para haberlas llamado ‘falsos positivos’– con
ropas entierradas, con sogas anudadas y raídas, con botas de caucho,
con tiros en el cráneo. Son treinta cadáveres detenidos en treinta
edades. Hay, entre ellos, un niño de diez años. Y un campesino que
hasta hoy es el único muerto identificado, Edison Lexander Lezcano
Hurtado, dieciocho años después de haber desaparecido de la vida de
sus padres y sus hijos.
 Es increíble que esta cultura nuestra que se la pasa hablando de
brujerías, de almas del purgatorio y entierros en los patios de atrás, no
viva obsesionada con los fantasmas de las personas que fueron
disfrazadas de “bajas en combate” por ciertos miembros de la Fuerza
Pública empeñados en fingir una guerra dentro de nuestra guerra. Todos
esos verdugos que se santiguan ante lo invisible, ante Dios y ante la
patria, tendrían que sentirse visitados por los espíritus de los 267 líderes
sociales que han sido asesinados desde que comenzaron a
implementarse los acuerdos de paz, por las sombras de los 101
colombianos que fueron torturados y acribillados hace veinte años en El
Salado, por los 11.751 espectros de las víctimas de las 1.982 masacres
que llegó a contar el Centro Nacional de Memoria Histórica cuando
todavía lo era.
Colombia ha sido un bestiario de la guerra: un Estado que no cumple su
promesa en feudos y en corredores de la droga. Y que este gobierno de
lenguaraces “provida” guarde semejante silencio ante los desmanes de
sus funcionarios, y el hostigamiento a los opositores, y las fosas
comunes que siguen pendientes, y el regreso de la barbarie en vivo y en
directo, lo pone del lado de aquel viejo sino plagado de almas en pena”.
Jesús pide que mostremos ágape hacia nuestros enemigos “para
que seamos hijos de (nuestro) Padre que está en los cielos” (v.
45). Es decir, que nos convertimos en hijos del Padre Celestial al
mostrar ágape.

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