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Traducción
3lik@
Anamiletg
Candy27
Feyrod
Krispipe
Mais
Manati5B
Mary Rhysand
Mew Rincone
NaomiiMora
Rimed
Vale
Wan_TT18
YoshiB
Recopilación y Revisión
Mais & 3lik@
Diseño
Mew Rincone
Índice
Sinopsis Capítulo 20 Capítulo 40
Capítulo 19 Capítulo 39
Sinopsis
La Sirena y alma gemela del Rey de la Noche, Callypso Lillis
sobrevivió a las garras de Karnon, el rey loco y su prisión retorcida. Pero
la pesadilla no ha terminado. Callie usa los recuerdos físicos de su
tiempo como cautiva, y una gran cantidad de evidencia sugiere que el
Ladrón de Almas aún está allí afuera.
—Kahlil Gibran
El poderoso Nyx vino,
El poderoso Nyx buscó,
Todo lo que pudo,
De su vasta oscuridad.
En la noche profunda,
Su reino se levantó,
Cuidado, gran rey,
De lo que crece.
Fácil de conquistar
Fácil de coronar,
Pero incluso el más fuerte,
Puede ser derribado.
Y tú, el asesinado,
Debes esperar y ver,
Qué otras cosas,
Un alma puede ser.
ALAS.
Tengo alas.
Alas.
Y esos son solo los cambios que puedes ver. No hay nada, excepto
quizás la mirada herida en mis ojos, que deba mostrar por todas esas
partes de mí que fueron alteradas de maneras diferentes y más
fundamentales.
Compañera.
Para ser claro, esa no es una calle de doble sentido. Ellos aún
pueden usar sus poderes en mí; el brazalete en mi muñeca es prueba
suficiente de eso.
Pero entonces veo mi reflejo y veo las alas. El brillo deja mi piel en
un instante.
Levanto mi barbilla.
Lo único que odio más que sentirme como una víctima es ventilar
mis inseguridades. Normalmente toda esa armadura emocional la
escondo, a veces tan profundo que me olvido de que están allí, pero
después de mi terrible experiencia con Karnon, esa armadura yace en
pedazos dispersos en algún lugar alrededor de mis pies, y aún no he
tenido el tiempo o la voluntad de remodelar un nuevo juego para mí.
Estoy terriblemente expuesta y dolorosamente vulnerable.
—¿Te das cuenta de que casi todos los fae tienen alas?
—¿Qué tal esto? —pregunto—. ¿La mayoría de los fae tienen esto?
Su agarre se tensa.
Debería conocer esa voz por ahora. Debería escuchar las notas de
advertencia en ella, el toque peligroso. Pero no lo hago, demasiado
consumida por mi propia autocompasión.
—Sí.
—¿Verdad o reto?
LA MIRADA DE DES PARPADEA mientras juega con la perla en mi
muñeca, esperando mi respuesta.
¿Verdad o reto?
Malditamente difícil.
En grande.
—El celibato tampoco es tan divertido, pero tal vez te haría bien —
le dije con aspereza.
—¿Es eso...?
En serio, ¿con qué se alimentan estos tipos? Creí que las hadas
debían ser ágiles.
Lo segundo que noto es el parche que cubre su ojo izquierdo. Eso
no es algo que ves en la tierra. Al asomarse desde los bordes del parche
de ojo hay una delgada y profunda cicatriz que divide su ceja y le corta
la mejilla. Su piel es de color oliva intenso, lo hace más llamativo contra
su cabello castaño oscuro.
Tal vez sus palabras fueron hechas para ser un cumplido. Qué
impactante.
—¿Siglos?
Él mira al Negociador.
—Estaré allí en cinco —dice, con los ojos fijos en los míos—. Trae
una silla para Callypso. Ella se unirá a nosotros.
Oh diablos, no.
Merece morir.
Está bien, este tipo tiene serios cojones1, caminando dentro del
palacio y afirmando en la cara del Rey de la Noche que se retire de su
cargo.
1
N.T. El original en español.
Des se pone de pie, y puedes escuchar una alfiler caer, la
habitación está tan callada. Baja las escaleras, sus pesadas botas
haciendo eco a través del pasillo.
Sus ominosas pisadas solo se detienen una vez que se para justo
en medio de la carnicería. Levanta una cabeza ensangrentada.
—Entonces espera…
2
N.T. Marca de Whisky.
De repente, todos los ojos están sobre mí. Mi piel arde por la
atención.
Mi corazón empieza a latir cada vez más rápido. Algo malo está
por suceder.
Des se endereza.
—Trae al ciénaga.
Haré un trato.
Nadie me detiene.
Capítulo 4
Traducido por Mais
Muy por debajo de mí, puedo ver a las hadas yendo y viniendo a
través del palacio. Más allá de estas está la ciudad de Somnia.
¿Me asusta?
Tal vez debería cambiar las cosas para mí. Se siente como si
acabara de conceder un poco de mi alma. Pero Des ha estado
coleccionando pedazos de mi alma desde la noche en que tomé la vida
de mi padre. Tanto como sé, puede tenerla; sé que cuidará bien de ella.
—¿La ciénaga?
—Eso es horrible.
—Lo es.
—Lo sé.
—Lo haría.
Ahí está.
—Pero, tan lejos como vayamos desde aquí, diría que para
empezar te demos un baño.
Sus ojos bajan hacia donde cubro mis senos, y baja la voz.
—No lo estoy.
No dolía tanto, admitirle a Des que una vez fui una paria social.
Eso, él ya lo sabía.
Hablar sobre Temper solo hace que la extrañe mucho más. Los
últimos siete años podrían haber sido abismos cuando se trataba de mi
vida amorosa, pero no cuando se trataba a todo lo demás, y eso era
principalmente gracias a Temper. Ella debe de estarse volviendo loca
ahora mismo, preguntándose dónde estoy.
Baja la mirada hacia mí, de pie tan cerca que puedo sentir el calor
de su cuerpo.
Puedo decir que sacar estos recuerdos es difícil para él. Su mente
es una trampa de hierro. Las cosas entran pero no salen.
Encuentro sus ojos. Es raro atrapar a Des tan desnudo. Como yo,
ha pasado años construyendo armadura alrededor de él… y ahora está
saliendo. Ya no es el aterrador rey, o el Negociador difícil.
Nos lleva hacia el baño. Mientras lo hace, siento mis botas salir de
mis pies, chocando contra el piso. Mis pantalones y ropa interior van
después.
—¿Qué haces?
—Desnudando a mi reina.
—Yo también.
—Nunca.
Capítulo 5
Traducido por 3lik@
DES ES UN romántico.
Ugh.
Una vez que llega al otro lado de la cama, su toalla cae al suelo, y
por todos los santos, ese trasero lo es todo.
Frunzo el ceño.
—¿Cómo hiciste…?
—Magia, amor.
Toco mi espalda, buscando dónde se unen mis alas a mi espalda.
Los bordes de la camisa se rompen alrededor de los huesos de mi ala.
Me congelo.
Des está rodeándome. Sus ojos se dirigen a los míos. Solo somos
polillas dando vueltas una llama.
Los ojos de Des caen a mi boca. Cualquiera que sea la pasión que
lo llevó un momento antes, lo esconde.
—No hemos terminado con esto todavía —dice, su voz aún áspera
con promesas de sexo.
Medito sus palabras. Hay una gravedad no solo por lo que dice,
sino porque lo dice en absoluto. Pedí un secreto y me dio una
revelación, algo que puedo tener cerca de mi corazón a altas horas de la
noche.
Deja de hablar.
Me levanto un poco.
No.
No este lugar.
No otra vez.
No puede ser.
Primero veo sus astas retorcidas, luego sus ojos raros, ojos locos y
cabello salvaje.
Dios, es él.
—Ahora eres una bestia como el resto de nosotros.
—¿Quién eres?
—Él viene por ti. —Esta vez, es una voz de niño que habla desde
la oscuridad.
—¿Quién? —digo.
—¿Quién? —repito.
El aire retumba como un trueno, espesándose mientras alguna
magia fuerte se construye y construye, reuniendo poder. Con un
crujido, una voz retumbante rompe la magia…
—Yo.
—¿Recuérdame otra vez por qué acepté esto? —dice Des junto a
mí, haciendo eco de mis pensamientos.
Hoy Des está usando una camiseta y pantalones negros
combinados que estoy tan acostumbrada a ver en él, su cabello recogido
con una correa de cuero y su manga de tatuajes en exhibición. Se ve
pensativo como el infierno, probablemente porque no está exactamente
emocionado de traerme de vuelta a la guardería real.
—Lo hice.
—No debiste hacerlo —dice otro.
Había olvidado que estos niños actúan como una sola unidad.
Me enfoco en el niño.
Pero mis huesos creen que sí significan algo. Así como mis
instintos. Al igual que esa pequeña voz en la parte posterior de mi
cabeza. Todos me dicen lo que temía al momento en que desperté de esa
pesadilla: no ha terminado.
¿Cómo podría ese niño saber decir esa frase? Es la misma frase
que escuché susurrar en el aire cuando visité a las mujeres dormidas
semanas atrás.
—Karnon está muerto —dice Des.
Asiento.
Des se detiene.
—Deben tenerlas.
Karnon no es su padre.
Capítulo 7
Traducido por 3lik@
KARNON NO ES su padre.
Karnon no es su padre.
¿Pero… cómo?
—Lo sabías —le acusé mientras descendíamos por los salones del
palacio.
Levanta un hombro.
¿Y qué si...?
Concéntrate, Callie.
—Una de ellas.
—Lo sé. —Lo dice tan firmemente que mi única objeción en eso
es, que soy humana y muere antes de que salga de mis labios.
—Solo los supervivientes fae del Reino Nocturno —dice Des—. Los
otros reinos están grabando las entrevistas de sus víctimas. En la
próxima cumbre de nuestros reinos, compararemos notas, pero hasta
entonces solo tenemos los testimonios de mis súbditos.
Des asintió.
—¿Y? —indagó.
—Pero pensé... —Pensé que Des creía que Karnon no era el padre.
—Hay asuntos que tratar en las Zonas Fronterizas, dos hadas que
honrarás con puños de guerra y un almuerzo… oh, y una invitación al
Solsticio a la que debes responder.
—Que te diviertas.
—Si no les gusta que los observen, ¿por qué están en exhibición?
— pregunto.
Inclina su cabeza.
Uh-huh.
Él inclina su cabeza.
—¿Pero no es así?
Las hadas tienen esta extraña ambigua forma de hablar que estoy
empezando a entender. Esta es bastante clara.
—¿Maldiciones? —repito.
—El libro que está viendo trata con dolencias causadas por la
maldición, particularmente aquellas que causan hemorroides,
movimientos intestinales repentinos… —dice estoicamente.
Jesús.
Como la mayoría de los Reyes fae, Desmond Flynn nació del harén
real.
¿Harén?
Des nunca me dijo esto. Me importa menos que Des haya venido
de uno, y más que esto, es una práctica normal en el Otro Mundo.
—Algo.
Eso no es un no.
Suspira.
Sonríe un poco.
—¿Qué? —pregunto.
Volar.
Dos. Cuentas.
Hago como dice, la acción revolviendo mi pelo. Des mira mis alas
con astucia, asintiendo como un instructor.
Suspiro.
—Bien.
—De nuevo.
—De nuevo.
—Se para sobre el borde, y se gira hacia mí, asegurando sus pies
en la balaustrada de piedra.
—Sube aquí.
Sus ojos brillan con emoción. Hay unas pocas cosas que Des
disfruta más que mi desafío. Desafortunadamente para mí, nunca me
lleva muy lejos con él.
—Sí, lo estás.
Desaparece.
La magia de Des aún rodea mis alas, tirando de ellas. Aprieto los
dientes y comienzo a seguir su ejemplo, guiándolas para que capten
algo del viento. La fuerza de mi descenso hace que sea difícil controlar
mis movimientos.
Piso tras piso del palacio se desdibujan ante mí, el suelo se acerca
rápidamente. Continúo luchando contra el viento que está tratando de
doblar mis alas, la magia de Des ayudándome. Justo cuando estoy
empezando a pensar que es inútil, mi caída comienza a disminuir.
Estoy muy segura que no voy a estrellarme, pero sin embargo aún
no estoy volando exactamente. Soy más como esa hoja de otoño que
flota en una corriente de aire.
—¡Sígueme! —El viento se traga sus palabras, pero leo sus labios.
Sigo su andar, ajustando mis alas para curvarse a través del aire
como él lo hace. Me rio de nuevo, mi corazón mucho más ligero ahora
que oficialmente estoy volando.
Sigo a Des hasta que retrocede, y luego los dos nos deslizamos
uno al lado del otro. No hay nada como el silencio aquí en el cielo. El
viento es demasiado fuerte para que hablemos y, sin embargo, todo
tiene un final silencioso.
Acabo de volar. Con Des. Todos estos años esperando ser parte de
su mundo, de desesperarme que nunca pasara, me llevaron
directamente a este momento. La ironía es que se necesitó un loco para
hacer realidad uno de mis más profundos deseos.
—Las aguas aquí pueden hacer que los deseos humildes se hagan
realidad —dice Des a mi lado.
Observo con fascinación cómo una mujer fae con cabello dorado
sumerge su recipiente de vidrio en el agua. Tengo la tentación de probar
el agua, solo para ver qué pequeño deseo podría hacerse realidad.
—Podría comer.
—Sí.
Levanta un hombro.
—¿Camuflado nuestra...?
Parpadeo a la vista.
—Este lugar es realmente... —Inquietantemente—, mágico.
—La última vez que dijiste eso, me engañaste para que cayera de
un edificio.
—Volaras de un edificio.
—Semántica, Des.
—¿Bueno?
3
N.T. En el original, en español.
manifieste libremente como lo hace. Des podría no ser la única persona
que está aprendiendo a ser vulnerable.
Me encuentro con sus ojos. Es muy difícil leerlo cuando esta así.
Respiro profundamente.
—No, todavía quiero eso, pero... —Solo toma unos pocos segundos
adicionales para soltar las palabras—. Pero ahora no temo que no va a
suceder.
Me aclaro la garganta.
Finalmente dice:
—En los mitos —continúa Des—, Fierion estaba casado con Gaya,
Diosa de la Naturaleza, pero su verdadero amor era Nyxos, la mujer con
la que se le prohibió estar. Su amor mutuo es lo que hace que el día
persiga a la noche y la noche persiga el día.
El Negociador duda.
—¿Recuerdas al ciénaga?
Me estremezco un poco
Punto a favor.
Suprimo un suspiro.
—¿Cómo estás tan… despierto?
Se deslizan nuevamente.
—Porque te amo —dice él—. ¿Acaso todo tiene que venir con un
costo?
Lo miro escépticamente.
Gruño.
Tiene un punto.
No sé cómo lo hace con tanta precisión, pero cada vez que Des me
pincha con la espada, estratégicamente corta mi atuendo, haciendo
pequeños cortes en el cuero. Ahora tengo docenas de pequeños
triángulos salpicando mi pecho y la cara externa de mis muslos. Y ni
siquiera una vez había logrado aterrizar algo parecido a un golpe sobre
él.
Ni una vez.
Día: 1, Callie: 0.
—Lo hiciste bien —dice Des, acercándose a mí—. Este lugar está
encantado para moverse más lento que el resto del mundo, se dice que
imita a un sueño en cámara lenta.
Hada tramposa.
Des debe ver eso ya que en vez de intentar coaccionarme para que
me levante, sus brazos se deslizan bajo mis alas y detrás de mis
rodillas.
Bueeeeeeno.
Me rio a carcajadas.
Me acerca.
—Vi eso.
—Ellos no ven tus rasgos del mismo modo que tú —dice Des, aun
sin voltearse desde donde iba caminando frente a mí.
Bajo la vista a lo que puedo ver de mis alas oscuras, las plumas
iridiscentes con un brillo verde bajo la luz. Es difícil comprender lo que
está diciendo e incluso más difícil intentar replantear el modo en que
me veo a mí misma.
Monstruosa. Mutante.
Miro a Des.
Bleh.
¿Queeee?
Des asiente.
—Encantado de conocerte.
Phaedron me ve mirando.
—Prostitutas —dice.
Le echo un vistazo.
Miro todo esto con asombro. Estoy viendo otro lado de Des, uno
que es bruto y crudo y áspero en los bordes. No lo digo, pero en este
momento me recuerda a todos los oficiales de Politia y caza
recompensas con los que trabajé como investigadora privada. No me
sorprende descubrir que me gusta mucho este lado de él a pesar de su
grosería.
Puedo decir que Des quiere ir a hablar con lo que parece ser otro
amigo.
¿Contra mi voluntad?
—No debes saber mucho sobre las hadas —dice—. Ningún hada
permitiría que su compañera escapara solo porque protestó un poco.
—Des no es así.
Phaedron resopla.
—No lo creo —le digo. Hubo algunas ocasiones en que el lado fae
de Des sacó lo peor de él, pero siempre se esfumó, y siempre por mi
bien.
Eso me calla. Nunca fui una para jugar duro cuando se trata del
Negociador. Siempre había sido Des para mí, y él y yo sabíamos eso.
Nos separamos del hada pelirroja con los sonidos de vidrios rotos
y gritos.
¿Qué había dicho Phaedron antes? ¿Ese Des solía vivir aquí?
Podía imaginar fácilmente al Negociador rondando por estas calles,
haciendo tratos con borrachos, prosperando en la noche. Si Des fuera
una ciudad, sería Barbos. Las luces, el caos, la criminalidad, la
sexualidad, la emoción. Es todo parte de lo que él es.
La mujer que vende las armas comienza a explicar los pros y los
contras de diferentes apretones y longitudes de hoja. Todo se convierte
en ruido de fondo. Cuando los miro, veo sangre, violencia y recuerdos
de los que he huido.
Niego con la cabeza, lista para decirle que no soy un hada y que
su magia será inútil para mí, pero Des toma mi mano y la coloca sobre
la mesa, mi palma hacia abajo hacia las armas.
Esto no va a funcionar.
Comienzo a mover mi brazo de todos modos, barriéndolo sobre la
mesa de mercancías.
Sorpresa, sorpresa.
Dudo.
—Es un regalo.
Volar sigue siendo tan emocionante como la primera vez que tomé
el cielo, y me pregunto brevemente cómo volveré alguna vez a la tierra.
Antes de que Des me enseñara a volar, todo lo que quería era que mis
características animales desaparecieran. Ahora no sé si alguna vez
estaré dispuesta a dejarlos para que sean normales. Claro, las alas
hacen que sea casi imposible atravesar puertas angostas y dormir boca
arriba, pero también me han mostrado un lado completamente distinto
de mí, uno que es más salvaje y libre que Callypso Lillis, la solitaria
Investigadora Privada.
Tal vez es por eso que me gusta. Hay algo acerca de cuán solo y
pasado por alto es lo que me atrae. Y aquí, tan lejos de cualquier luz de
la ciudad, parece que solo somos Des y yo y un océano infinito de
estrellas.
—¿En serio?
No hay palabras.
Los ojos de Des se mueven hacia los míos. Es raro que use sus
pensamientos en su rostro, pero ahora mismo no se molesta en
mantenerme fuera, y me da un atisbo agudo de todo ese dolor
embotellado dentro de él.
—La vi morir.
Mi garganta se cierra.
MI PADRE SUCEDIÓ.
Es sobre este último tema que quiero saber más. Sigo extrayendo
pedazos del pasado de Des de varias fuentes, pero ha levantado más
preguntas que las que ha respondido.
Lo que sé: Des nació en el harén real del Reino Nocturno, pero fue
criado en Arestys. Se mudó a Barbos y se unió a la “hermandad”, en
algún punto se convirtió en un soldado condecorado y un rey. Vio a su
mamá morir, y culpa a su padre.
—Muchas veces.
Estoy bastante segura que cualquier precio que pida, estaré más
que dispuesta a pagar.
Hay algo sobre este lugar, con el olor pesado del jazmín y tierra
húmeda en el aire, y la intoxicante sensación de la completa atención de
Des en mí, que tiene mi respiración acortándose y mis párpados
bajando. Mis senos se sienten pesados y mi núcleo duele. Tal vez es
esta isla—la Ciudad de los Amantes—o tal vez es solo la magia extraña
entre nosotros, pero me tiene completamente bajo su esclavitud.
Dios, no lo estoy.
Hipotéticamente hablando.
Realísticamente hablando, el momento en que me besa, he
terminado.
—Nunca quiero irme —dice Des con voz ronca contra mí.
Mi agarre en él se aprieta.
—Yo tampoco.
Al otro lado, el brillo del agua ilumina el marco de una cueva. Des
chasquea los dedos y de pronto, hay luz.
—Vaya —exhalo.
Tomo la mano de Des y lo sigo fuera del agua, mis alas pesadas.
Antes que pueda buscar una toalla, él me rodea y corre una mano sobre
mis alas.
Sacude su cabeza.
—La mayoría lo hacen, pero no todas —dice, corriendo su mano
por mi cintura y sobre mi caja torácica—. Hay otras clases de alas
también. Algunas hadas tienen alas de ave, como tú.
¿Dragones? ¿Demonios?
Maldición.
Estoy bastante segura que una vez más lo he ofendido, pero luego
lanza su cabeza hacia atrás y deja salir una risa.
Sacudo mi cabeza.
Espero que se aleje y escape como todas esas veces que solía
hacerlo. Estoy robando mi corazón contra la posibilidad.
Simplemente dice:
El mismo padre que tuvo algo que ver con la muerte de su madre.
Diablos.
—Bueno —digo, corriendo una mano sobre los finos huesos del
ala más cercana a mí—, cualquiera sea el origen, creo que son
perfectas.
Me encojo de hombros.
Puedo volar. Puedo cortar una puta con mis propias manos.
—¿Qué pasa?
Alzo las cejas, mirando la tabla una vez más. La visión de tantos
nombres es asombrosa, y esta lista incluye no solo a las soldados
desaparecidas, sino también a los hombres desaparecidos.
No ha terminado.
—Maté a Karnon.
—Así que piensas que hay más de una persona detrás de esto. —
Miro a Des a través de la mesa, estupefacta—. ¿Pero por qué? ¿Y cómo?
Des pasa una mano por su cabello rubio blanco y los músculos de
sus brazos se ondulan.
—La última vez que Callie visitó otro reino, era la prisionera de
alguien.
—Disculpas, mi rey.
—Lo sé.
Miro entre los dos hombres. Hasta ahora he sido capaz de seguir
la conversación, pero ahora me perdí.
¡BOOM!
¿Qué diablos…?
Mi corazón late como loco. ¿Alguna vez pensé que el amor de Des
sería sofocante? ¿Qué me mimaría como una sábana de seguridad?
Porque esto no es sofocante o mimado. Es peligroso y consume todo, en
este momento deja un sabor en mi boca como sangre y humo.
—Estoy segura.
Frunzo el ceño.
Bueno, no me jodas.
Uh-oh.
¿Qué es ella?
Una hechicera.
Capítulo 16
Traducido por 3lik@
Callie. Siento más que escuchar la voz de Des en el cielo sobre mí.
—¿Qué te ha hecho?
Sus ojos aún se ven tan extraños como siempre y esos pequeños
rayos de luz todavía saltan de su piel, pero juro que estoy llegando a
ella.
Temper cierra sus ojos, y yo me tenso. Por lo que sé, está a punto
de encender el cielo y cada hada que hay en él.
Pero yo no.
Des me dio el beneficio de la duda hace solo unos minutos. Puedo
hacer lo mismo con Temper. Así que callo y espero a que actúe.
—Me vas a contar sobre las alas —dice mientras nos abrazamos—
, y que eres un alma gemela, y cómo diablos acabaste aquí. Entonces, y
solo entonces, puedo prometerte que no voy a freír el trasero de tu
novio.
Me alejo de ella.
—No puedo creer que hayas volado un portal del Otro Mundo.
4
N.T. En el original está en español.
Después de que la puerta se cierra, la habitación queda en
silencio.
Finalmente, Temper se aclara la garganta.
Temper se ve satisfecha.
—Suena bien para mí. Considérame la costilla de esta —dice,
señalando con su barbilla en mi dirección.
Bicho raro. La palabra sabe como una mentira cuando deja mis
labios. Tal vez son todas las cosas que he descubierto que puedo hacer,
tal vez es que todos en este reino se parecen un poco a mí, o tal vez es
que el Rey de la Noche parece pensar que soy perfecta incluso con todas
estas adiciones. En algún lugar del camino decidí que lo diferente ya no
era igual a malo.
—¿En serio?
Sacudo la cabeza.
—Olvídalo.
—Lo sé. ¿Cómo podrías no hacerlo? Hice explotar un portal por ti.
Se estremece un poco.
La alejo.
—Nooo.
Pobre hada. Parece que tendrá más que ver con Temper en los
próximos días, tanto si quiere como si no. Ella es una fuerza de la
naturaleza cuando quiere.
Reprimo mi estremecimiento.
—Lo es, ¿verdad? —dice esto como si fuera una especie de gran
revelación—. Quiero ver lo que hay debajo.
Des podría ser mi alma gemela, pero sigue siendo el hombre que
me engaña para que salte de edificios, que mata sin remordimientos,
que usa el sexo para cobrar el reembolso.
Las dos hablamos un poco más. Es solo una vez que el alcohol
golpea el sistema de Temper y la hace sentirse soñolienta que la meto
en la cama me alejo de su habitación.
¿Cobro?
¿Qué diablos…?
¿Cómo voy…?
Él chasquea la lengua.
—Lo que daría por que te quedaras callado —murmuro. Por mucho
que ame su voz, hay algo particularmente desagradable en recibir
instrucciones de alguien con quien te estás acostando.
—Concéntrate —gruñe.
Uno pensaría que para un tipo que tuvo mucho sexo anoche,
estaría de mejor humor.
Busco mis dagas justo cuando patea una fuera del camino.
—Perra —grita Temper—, sé que puedes dar algo mejor que eso.
¿Nosotras dos?
—He estado quieta durante una hora. No soy una maldita estatua.
No es tan malo como para las hadas que tienen que terminar de
atenderla. Ella puede ser un dragón cuando quiere serlo.
Los dos nos abrimos paso a través de los terrenos del palacio, en
dirección a una de las torres. El soldado se detiene ante una puerta de
madera tallada con refuerzos de bronce.
Callypso,
En caso de que quisieras un poco de conocimiento extra del Solsticio.
—Jerome.
Curiosa por los libros que sacó para mí, cojo el primero de la pila y
lo pongo sobre la mesa. Tirando de una silla, abro la tapa.
De acuerdoooo.
Estos son los gobernantes que recibirán el Solsticio. Los mismos que
esclavizan a los humanos.
Él toma aliento.
Baja el cuadro.
—No me importa.
—Oh, pero si tus gemidos de anoche fueron algo por lo cual pasar
de largo, entonces creo que te importa la creatividad; en todo su
sentido.
Me siento ruborizada.
—Mañana.
—¿Mañana?
Des tira de una silla a mi lado, se desliza dentro de ella y patea sus
talones sobre la mesa.
—Ese no es el punto.
Aprieto los labios, lo que solo causa que Des agarre mi mandíbula
y me bese regresando su atención al libro.
De estos últimos tomos, sé que el padre del Rey del Día tenía un
harén lleno de hombres; que se consideró un milagro que engendrará a
Janus, el actual Rey del Día, y a Julios, su hermano gemelo ya fallecido.
O que Mara Verdana, la Reina de Flora, no era la presunta
heredera, su hermana mayor, Thalia, sí lo era. Sin embargo, antes de
ascender al trono, Thalia se enamoró de un hechicero ambulante que se
hacía pasar por un trovador. Él embrujó a Thalia haciéndole creer que
los dos eran compañeros, y ella gustosamente le dio la mayor parte de
su poder. Por poco destrozó el reino. Eventualmente, mataron al
hechicero y Thalia, que nunca se había recuperado de la pena, se arrojó
sobre su propia espada.
—Pero Karnon creció para ser tanto suave como fuerte, en la forma
en que un oso puede ser blando con sus crías, pero cruel con los
desconocidos. Bajo su mandato, trajo verdadera armonía a un reino que
había librado muchas guerras civiles a lo largo de los siglos.
—Espera, ¿eso es todo? —digo—. ¿Eso es todo lo que dice sobre él?
¿Nada acerca de su locura?
—Se hará.
Ahora que pienso acerca de él, el misterio que se supone que estoy
resolviendo viene burbujeando nuevamente.
Siempre había asumido que estos lados de él eran dos aspectos del
mismo hombre, pero tal vez... tal vez había algo más sucediendo aquí.
¿Podría ser posible que Karnon no fuera dos personalidades diferentes
que residen dentro de la misma piel, pero dos seres diferentes tomando
espacio dentro de un cuerpo? Tal vez Des mató al original, al hombre
salvaje que me dio escamas y garras, pero no al hombre que intentaba
dominarme con su magia oscura...
Cuanto más miro mis rasgos animales, más se abre paso otro
pensamiento traicionero. Escamas, garras y alas son características de
las sirenas. Incluso cuando los odiaba, mi sirena no. Ella se había
sentido más poderosa que nunca. Y el hombre que trajo estos rasgos a
mí no era el rey que intentaba absorberme con su magia, era quien
acariciaba mi piel y murmuraba tonterías sobre mis alas latentes.
Siento mi respiración lenta.
Es un pensamiento descabellado.
—No te entiendo.
—Es posible.
Resopla.
—Comienza hoy.
—¿Qué? —chilla.
Ugh.
Me encojo de hombros.
Des sale del baño y juguetea con su propio conjunto, que, como el
mío, está hecho del mismo material luminoso.
Está muy lejos del rey matón al que estoy acostumbrada, vestido
con pantalones ajustados, botas altas hasta la rodilla y una camisa que
se amolda amorosamente a sus hombros anchos y su cintura esbelta.
Rematando todo es su anillo de bronce martillado.
Me alejo de él.
—¿Me bañarías?
Jesús, juro que esta habitación solo tiene cinco grados más.
Me aclaro la garganta.
—Es un trato.
Muy bien, entonces el tipo me está dando libertad para dejar salir
mi sirena. Miro a todos los hombres y mujeres fae delante de nosotros,
agradecidos por una vez que mi glamour no puede controlar a otras
hadas. Porque si pudiera, mi sirena lo consideraría temporada abierta.
—Levanta mi sobriedad.
—No.
Santa mierda.
Mi respiración se atasca.
—¿Estás bien?
—Bien.
Alejando a los hombres y mujeres que vienen a hablar con él, Des
suelta un silbido y le indica a la procesión que continúe. Rápidamente,
hombres y mujeres vuelven a alinearse, algunos montando sus corceles,
otros reanudando su posición como soldados de a pie.
Cierro los ojos otra vez, disfrutando de ello. Casi había olvidado
cómo se sentía. Cuando abro los ojos, mi mirada va a los interminables
y ondulantes campos que se extienden en todas las direcciones, las
pequeñas flores silvestres que los salpican balanceándose con la brisa.
Es solo delante de nosotros que las colinas dan paso a montañas
boscosas y picos de color púrpura.
Hasta ahora, los árboles han sido grandes, pero por delante de
mí, dominan por completo el paisaje, sus troncos son mucho más
grandes que las Secuoyas gigantes que he visto en California.
El palacio de Flora.
Cuanto más nos acercamos, más hadas se reúnen a lo largo de
los lados de la carretera. Muchas de sus miradas están clavadas en
Des, el Rey de la Noche, cabalgando sobre su oscuro corcel, pero un
buen número de ellos se concentran en mí, sus ojos contemplan mi piel
resplandeciente, mi rostro, mis alas.
No hay puertas para dividir los terrenos del palacio del resto de la
tierra, pero cuando cruzamos hacia los terrenos del palacio, por una
fracción de segundo el aire se siente viscoso, como si me estuviera
moviendo a través de la miel. Cualquiera que sea esta barrera mágica,
está destinada a mantener a la mayoría de la gente fuera.
—No lo he olvidado.
Ella nos mira con los ojos entornados, una leve sonrisa divertida
en sus labios. Podría ser la Reina de Flora, pero al igual que Des, me
parece una pantera, algo hermoso y peligroso que golpeará cuando
menos lo esperes. A pesar de su magnificencia, debe ser una persona
trastornada.
¿Mi emperador?
Mara desciende los escalones, sus ojos ni una vez viajando hacia
mí. Mi piel erizándome.
—Qué belleza.
Me libera y se endereza.
5
N.T. En español en el original.
—Una advertencia, querubín: la impertinencia es excitante, así
que si esperas que aleje mis manos de ti y de tus preciosas cuentas, tal
vez quieras trabajar en ser agradable.
—Si crees que voy a ser una novia dócil y agradable, estás...
Me doy cuenta del error que cometí solo una vez que las manos
persistentes de Des finalmente me liberan. Me puso un cebo
deliberadamente, sabiendo que le replicaría y que él tendría su
oportunidad.
Hombre astuto.
Hago una “O” con la boca, como si eso tuviera totalmente sentido,
cuando en realidad no es así. Lo que sea.
Mis alas se alzan ante tal atención, pero Des está tan calmado
como siempre. Coloca una mano estabilizadora en mi espalda y nos
maniobra hacia Mara y su escenario improvisado.
—Hay algunas cosas que todas las hadas nacen sabiendo: que la
noche es oscura y que la carne es cálida. Que nuestras vidas pueden
ser largas, pero que incluso ellas terminarán eventualmente. Esta noche
y durante todo el Solsticio, permítanos traer vida desde las tinieblas.
—Te las arreglaste para hacerme esperar este año, Desmond. —La
voz de Mara es engañosamente dulce cuando aparece detrás de
nosotros. Coloca una mano sobre su hombro y él se vuelve para
mirarla—. Pensé —continúa—, que tal vez no te presentarías.
—Ah, cuan divertido es hacerte adivinar —dice Des con los ojos
chispeando maliciosamente.
—¿Te gustaría...?
Él frunce el ceño.
—Por fin te tengo para mí sola —dice Temper—. Pensé que tendría
que maldecir a alguien para poder tener tres jodidos minutos contigo.
Errr, nunca admití que mi sobriedad fuera más idea de Des que
mía.
—Alabado sea Jesús negro y todos los angelitos —dice ella—. Las
cosas son mucho más divertidas con un poco de ron —canta, recitando
una canción estúpida que inventamos una vez en Las Vegas.
Tomo un sorbo y…. vaya. Las hadas son excelentes con el vino.
Las dos bebemos nuestras bebidas en silencio mientras miramos a la
gente.
Para ser justos, dudo que alguna vez hubieran visto a una
hechicera…. o una sirena alada.
—¿Te has dado cuenta? —Temper asiente hacia los sirvientes que
entran y salen de la multitud como fantasmas.
—Están marcados.
Capítulo 22
Traducido por Mais
Mis ojos se deslizan sobre los jardines, tomando los festejos del
Solsticio.
—¿Disfrutando?
Salto ante la voz, mi bebida derramándose sobre el borde y hacia
mis manos.
Libera mi mano.
Lo miro.
—¿Qué?
—Los ojos que tanto te ven como no. El fingir. La alegría sin
esfuerzo.
—Claro —digo.
—¿Por qué ser encantadora tiene algo que ver? —digo, distraída.
—¿Sucede algo?
—Ese pequeño tonto tiene razón —dice Des cuando llega a mí—.
No eres ordinaria.
Mis ojos se mueven al borde del claro, donde hadas han estado
desapareciendo y re-apareciendo toda la noche.
—Reto.
Des nos lleva hacia el bosque oscuro que bordea el claro, sus ojos
plateados latentes.
Sí.
¿Dónde estoy?
Des.
Me quedo quieta.
Me tenso.
—¡Des!
Trago.
Me sostiene cerca.
—¿Qué quieres saber, querubín?
Dibujo círculos en su pecho.
No sé dónde está llevando Des esta historia, pero sus ojos están
muy
lejos. Por una vez, no está midiendo sus palabras.
Así que ahí fue donde Des encontró su afinidad con los tratos.
Nunca sostuve una oportunidad contra él.
¿Quién era esta mujer que una vez fue parte del harén real antes
de convertirse en una escriba humilde? ¿Que hizo que su hijo
controlara su magia y su temperamento, pero aun así le enseñó a
pelear?
—Esa es una pregunta para otro momento. Pero por ahora, te diré
esto: madres desdichadas, padres crueles y niñez sin amigos. Tú y yo,
querubín, realmente compartimos tragedias similares.
Capítulo 24
Traducido por Mew Rincone
—Nada.
Una hora más tarde estoy vestida con mis pieles de cuero, mis
dagas a mis costados y una espada en la mano.
Estamos en uno de los jardines cerca del gran cedro que alberga
nuestras habitaciones. El monstruoso árbol se cierne sobre nosotros y
las escaleras que lo rodean están llenas de hadas Diurnas que vienen y
van.
Muy bien, puede que no haya sido muy cuidadosa con mi trabajo
de pies; todavía podría estar un poco molesta por el forma propietaria
que interactúa ella con Des.
Miro hacia el borde de los jardines, donde parte de las copas del
bosque sobresale por los alrededores. A la luz del día puedo ver que el
vasto y boscoso bosque rodea los terrenos del palacio.
Por qué, de todo lo que hay aquí, algunos robles ordinarios son
dignos de proteger, nunca lo sabré.
Des me ataca.
—Déjala en paz —le digo. Ella tuvo una noche ocupada anoche.
Incluso las perras malvadas como mi sirena necesitan su descanso.
A la mierda. Me rindo.
—Hola encanto.
No me molesto en responderle.
Más que otra cosa, Des se ve más eufórico que nunca, lo que solo
sirve para irritarme más. Vuelvo a lanzarme contra él con un gruñido.
Se endereza y sonríe.
Mierda.
¿Estoy sangrando?
—¿Entonces de quién?
Des ya está dos pasos por delante de mí, recorriendo los robles en
busca de más señales de sangre.
Des arrastra una bota sobre uno de los parches y luego mira
hacia el dosel del árbol. Sigo su mirada, notando ahora los extraños
riachuelos del líquido oscuro que corre por el tronco del árbol.
—No, es sangre.
Capítulo 25
Traducido por Vale
Reprimo un escalofrío.
—No.
¿Por qué sangraría un árbol? ¿Y son solo los robles justo donde
estábamos entrenando, o es todo el bosque?
—No es de mi incumbencia.
—Podría preguntar...
—¿Lo harías?
—Considérelo hecho.
Al caer la tarde, Malaki cumple su promesa.
Me encuentro dentro de uno de los invernaderos expansivos del
Reino de Flora, Temper a mi lado. El invernadero caliente está repleto
de mujeres dormidas, cada una dispuesta en su ataúd de vidrio. Al
igual que en el Reino Nocturno, hay cientos, si no miles, de ellas, sus
ataúdes repartidos por todo el edificio.
Me encojo de hombros.
—Hmph.
El Green Man llega a nuestro lado, presentándose a Temper, que
parece menos que impresionada.
—Planeo intentarlo.
¿Imaginando cosas?
—No, no estoy…
—No sirve de nada intentar hablar con sensatez a este tipo loco de
remate. Él y su esposa matan niños.
Ugh, ¿por qué siquiera mencioné esto? Las hadas pueden ser tan
tediosas para hablar.
Lo ignoro.
Me detengo.
Pero estoy recordando algo que escuché hace un mes, sobre una
sombra vigilando a los niños en la guardería del Reino Nocturno.
Me doy vuelta.
—¿Qué sabes?
Sonríe.
—Los esclavos son generalmente los que lo ven a él. Dicen que
durante la luna llena puedes verlo moverse por los ataúdes.
Inclina la cabeza.
Tal vez sí, tal vez no. Aún no he podido descifrar los motivos de
las hadas. Ni siquiera aquellos de quienes están a mi lado.
Suspiro.
—También yo.
—¡Des!
Entonces, tal vez lo más extraño que he visto, las estrellas caídas
se juntan una a una en la mano extendida de Des, pareciendo tan
pequeña allí en su palma como lo hicieron en la copa del árbol sobre
nosotros.
—¿Cómo hiciste… ?
Lo hizo.
Es tuya.
—¿Notar qué?
—Las alas.
Distraídamente, la tomo.
—Pero asumí...
Había asumido que las almas gemelas no podían dormir con otras
personas, pero, ¿qué había estado haciendo todos esos años en que Des
y yo estábamos separados? El hecho de que mi corazón no pudiera
seguir adelante no significaba que evitara salir con otros hombres o
tener intimidad con ellos.
Des es lo suficientemente amable como para no mencionar esto.
En cambio, los dos pasamos varios segundos mirando a Mara.
—¿Qué piensa el Green Man de esto? —pregunto.
Ay.
Me cubro los ojos del brillo que estalla en la entrada del salón de
baile cuando alguien se acerca al pasillo y se detiene frente a los
soldados. El deslumbramiento tarda varios segundos en desaparecer.
Cuando lo hace...
Todo lo que veo es cabello dorado, piel bronceada y ojos del color
azul claro de las aguas del Caribe.
Rompe cualquier hechizo que haya sido lanzado sobre la sala. Las
hadas se apartan del rey fae para mirarme, frunciendo el ceño cuando
se dan cuenta de que es la humana, quien no debería estar aquí, la que
está causando la conmoción.
El Rey de Día.
Todos menos Des y Janus, el Rey de Día, hacen una pausa, nadie
está dispuesto a oponerse a la reina que los acoge.
¿Reto de compañeros?
No entiendo muy bien cómo lo hace, pero Mara logra devolver este
lugar desde el borde del caos. Una por una, las alas de las hadas
desaparecen y la gente se alisa los trajes arrugados. Mientras algunas
miradas sucias pasan entre los invitados, varios lanzados por algunas
hadas Fauna descontentas, la conversación y las carcajadas comienzan
a florecer en el pasillo.
Él frunce el ceño.
¿He mencionado que las tradiciones fae son raras? Porque ellos
también lo son.
—Nunca pensé que volvería a verte —dice una voz familiar a mi
espalda, sacándome de mis pensamientos. El sonido de él levanta todo
tipo de piel de gallina placentera.
Aetherial.
—¡Aetherial!
Es impactante verla en carne y hueso, su rostro anguloso
brillando y su cabello rubio corto. Me habían vendado los ojos cuando
fui escoltada dentro y fuera de la celda, así que solo tenía mi
imaginación para seguir cuando hablaba con ella. Es más alta y más
delgada de lo que imaginaba, sus son labios suaves y carnosos cuando
esperaba que fueran delgados y feroces.
—Tengo que admitir que, limpia, eres incluso más adorable que
los pocos vistazos que atrapé de ti —dice. Sus ojos se mueven hacia mis
alas—. Aunque no recuerdo esas. ¿Des te ha dado el vino?
—¿El vino? —Arrugo mis cejas—. No, esto... —Mi voz se detiene—,
esto fue obra de Karnon. —Juro que su fantasma debe estar aquí esta
noche porque el rey muerto parece estar en todas partes y en todo.
Quiero preguntarle qué quiere decir con eso, pero una pregunta
aún más grande me atormenta.
—¿Sobrevivir? —completa.
Se encoge de hombros.
Me tenso cuando veo al Rey del Día detrás de él, mis palmas
comienzan a sudar. Él podría no haber abusado de mí, pero me entregó
a mi abusador. En mi opinión, apenas hay una distinción entre los dos.
—Tengo que volver a mis obligaciones —dice Aetherial,
excusándose—. Temperance, un placer conocerte. —Baja la cabeza—.
Callie, espero volver a verte pronto.
Él quita mi mano.
Pero de alguna manera tendré que lidiar con ello, tanto por el
bien de Des como por el mío.
Capítulo 28
Traducido por Vale
En cambio, pregunto:
—Des.
Escucho el suspiro que sale de sus pulmones.
Ahora entiendo por qué, por más espantosos que sean los niños
de los ataúdes y por desalmados que sean, Des no les dañará.
Ahora lo sé.
Mentiroso.
Dejo mi tenedor.
—No lo hice.
—Entonces, ¿Janus estaba trabajando con Karnon? —pregunta
Mara a la habitación.
Nadie responde.
¿Entonces qué?
—N…
—¿Te violó...?
Este es el mismo acertijo con el que lidié cuando fui a ver a los
niños en la guardería real. Odio que ahora esté siendo torcido para
incriminar a mi compañero.
—Sígueme.
—La ira que sentí, el miedo… —Su voz se corta y niega con la
cabeza—. Peiné la tierra por ti, y luego peiné el Otro Mundo. Cada
minuto que pasaba, el temor se hacía más profundo. Y... —Se pasa una
mano por el cabello, soltando una carcajada—, era mucho peor que
esos siete años de espera. Tan infinitamente peor.
¿Secretos? ¿Voces?
—Nada…
Todo.
—No voy a mentir, estos atuendos fae son lindos como el infierno
—dice, lanzando uno a mi lado.
—Nada.
Temper resopla.
Eres mi compañera.
Tantas.
Me alejo de la cama.
Temper suspira.
—El Negociador.
Una esclava.
Ser servida por ella se siente mal. Si escogió ser una mesera, eso
sería algo, pero esto es algo completamente diferente.
La mujer no reacciona.
—Siéntate.
Es solo un rumor.
—¿Qué sucede?
—No te llevé.
—No te creo —le digo. Pero no por primera vez hoy, lo dudo.
¿Estoy recordando las cosas mal?
Creo que voy a pagar más tarde por dejar que él sufra su destino
solo.
No él.
—Ah —digo.
—Los reyes pasados del Reino Nocturno tampoco lo han sido. Ni
siquiera el padre de tu compañero.
—Lo sé.
Deja el tema, Green Man. Por favor, por el amor de los ángeles
bebé, abandona el tema.
—No.
¿Producir herederos?
¿Producir... herederos?
¿Qué pasa si, oh Dios, qué pasaría si... qué pasa si estoy
embarazada?
Trago.
Casi lo logramos.
Ser compañeros con un fae rey tiene sus inconvenientes. Pasé mis
años de adolescente siendo una chica tímida y los años siguientes
hicieron que la gente olvidara que se encontrarían conmigo. Pero ahora,
como compañera de un rey fae, estoy lo más lejos posible del
anonimato.
Una mentira.
—Una bebida.
Tanto Mara como Des casi habían perdido su mierda por el vino.
¡Hombre frustrante!
—Bien, ¿quieres que aclare las cosas? Aquí va, directo y claro: he
imaginado darte el vino lilac miles de veces. —Se acerca a mí, y algo
sobre su humor agitado me hace retroceder—. Imaginé deslizártelo
como Mara hizo, persuadiéndote para que lo bebas mientras no sabes
nada.
Awwww.
Trago.
—¿Qué te impidió darme el vino?
Rayos.
ESTE VINO LILAC suena mejor y mejor cuanto más aprendo de este.
—No importa lo que yo quiero. Esperé ocho años por ti, querubín,
y ahora estás aquí, calentando mi cama y sonsacando mis secretos.
Esto es más que suficiente.
La magia no me libera.
Ugh.
—¿Pensé que querrías tener a mis hijos? —dice Des con una voz
peligrosa.
Ríe.
A veces olvido que realmente llego a tener esta vida, como todo su
horror y belleza. Con todos estos desagradables embrollos. Puedo
alargar la mano y tomar lo que quiera. Más que eso, Des quiere que
alargue la mano y lo coja.
Este amor entre nosotros en más grande que él, más grande que
yo.
—Ah, aquí están —dice, levantando una mano como saludo, como
ayer, nada pasa.
Humanos. Esclavos.
En la tierra, no.
Sacudo la cabeza.
Las vides que han tomado la habitación ahora suben por la mesa
de café, envolviendo la tetera y la delicada taza. Levantan los recipientes
de porcelana en el aire, y después incluso suavemente, las vides
inclinan la tetera, y el té empieza a caer en la taza.
Por supuesto que la reina sabe que habíamos hecho el amor bajo
el dosel de su bosque.
Una de las vides extiende hacia Mara la taza de té. Ella la toma,
sorbiendo delicadamente de esta.
—Así que estás enterada de que los guardias de los cuatro reinos
han ido desapareciendo durante las festividades del Solsticio. Todos
hombres.
Otra vez, asiento.
—Sabes, muchos de ellos dicen que la última vez que vieron a sus
camaradas con un único individuo. El mismo individuo.
Mara le ignora.
Humano. Esclavo. Víctima. Eso es lo que fui una vez, lo que esta
criada es. Y la reina hada a mi lado es su captora, su atormentadora.
Ella es la única que merece mi rabia.
Se aclara la garganta.
—Bien.
Y después se ha acabado.
Capítulo 37
Traducido por Candy27
—¿DISFRUTANDO, ESCLAVA?
Esa voz…
Tan familiar.
Siento algo gotear sobre mi brazo. Otra gota cae sobre mi pelo.
Oscuro y caliente.
Aspiro.
Sangre.
Un hombre sale del bosque, sus irises y su pelo liso son tan
oscuros como la noche.
—Lo estás.
Agarro mi garganta.
Su voz cae.
Y lo hago.
Observo su cara.
—¿Qué?
—Muchos.
Tan pronto como los dos reyes se ven, siento que la tensión en la
habitación aumenta. Otros deben sentirlo también porque las hadas
comienzan a mirar a su alrededor. El aire comienza a espesar con la
magia, por lo que es difícil respirar.
—Está bien.
No ayuda que todo el asunto comience casi una hora más tarde, e
incluso después de ello, ha sido tan interesante como ver pintura
secarse.
Lo miro incrédula.
¿Otro?
Humana.
Hasta ahora, las hadas que han tenido una audiencia con la reina
han sido nobles discutiendo sobre asuntos insignificantes. Esto, sin
embargo, ya puedo decir que será diferente.
Cuando llega al borde del estrado, sus guardias fae la obligan a
arrodillarse.
Oh, Dios.
Mi sangre se congela. Puedo sentir náuseas subir, mi estómago
retorciéndose enfermizo ante las palabras de la mujer.
Esto no parece una cita ilícita en el bosque. Esto suena como una
violación. Y ahora esta mujer está siendo castigada por eso.
Haz algo.
—No.
—No.
Mara levanta una ceja. Al dar la espalda a los dos, les anuncia a
sus hombres:
—No.
—No voy a dejar que te pase nada —le susurro, mi voz es etérea.
Tú vas a pagar.
Escucho el silbido cortar el aire una vez más. Esta vez, cuando
me parte la carne y aplasta el hueso, no puedo contener mi grito, el
sonido horriblemente armónico.
—Y me estoy vengando.
Sus tres pasos flaquean ante lo que ven frente a ellos, yo con mis
alas ensangrentadas y rotas, el verdugo destrozado y Des despiadado,
que se cierne sobre el hada. Y luego está la habitación cautiva que ni
habla ni se mueve mientras observan todo.
Hay pocos seres que detestan los crímenes contra las mujeres
tanto como yo, pero Des podría ser uno de ellos.
—Más fuerte.
Miro a Des, que está parado sobre él, con los brazos cruzados y la
mandíbula cerrada. Belleza peligrosa, eso es lo que es.
—Por... violarla.
La habitación antes silenciosa ahora estalla en susurros
escandalizados.
DES ESTÁ EN SILENCIO cuando dejamos la sala del trono, sus pasos
resuenan en los cavernosos pasillos. Los dos estamos envueltos en sus
sombras. Con cada paso que da, las velas cercanas se apagan, y las
preciosas plantas de Mara se marchitan.
Des me lleva fuera del castillo, cruzando los jardines del palacio
mientras se dirige hacia nuestra suite de invitados. La oscuridad que ha
estado arrastrando junto con él ahora ensombrece los terrenos del
palacio, oscureciendo el cielo y estrangulando la vida de las plantas que
toca.
—Lo sé.
En ese momento, alguien toca los restos de nuestra puerta. Un
momento después escucho varias pisadas mientras soldados entran en
nuestra suite trayendo consigo una sanadora fae.
No tenía… ni idea.
—Temper —murmuro.
Inhala bruscamente.
—No, mierda —dice ella, poniendo sus manos en mis alas. Cierra
los ojos, tarareando bajo su respiración.
—No tienes que vivir así —le digo—. Ninguno de ustedes tiene que
hacerlo. Hay lugares para todos ustedes en la tierra.
Él sonríe.
—Es hora de que el Otro Mundo entienda cuán fuerte puede ser
un esclavo.
Capítulo 40
Traducido por Mais
Lo miro en confusión.
—Pero…
—Apenas.
Sonríe.
Suaviza su mano sobre mi piel hasta que las puntas de sus dedos
rozan mi núcleo. En respuesta, mi piel se enciende. Nos miramos, algo
sobre este acto de intimidad mucho más vulnerable porque no
apartamos la mirada.
¿A qué?
—Bien —dice.
Des libera mis manos para levantarme contra él. Nos aleja de la
pared y nos mueve a través de la habitación. Flores y gotas de agua que
todavía flotan en el aire ahora rozan mi piel mientras las pasamos. La
habitación parece como si el tiempo mismo se hubiera detenido.
—Mi futura reina —dice Des mientras levanta la mirada hacia mí.
—Espera.
—Ahora.
Se siente como toda una vida mientras ola tras ola de placer me
baña.
Así como la primera vez que empezó a hacer su arte para mí,
estoy completamente encantada.
—¡Des!
Ríe, totalmente consciente de lo que acaba de suceder.
Me tenso.
—Maté a mi padre.
Se ríe.
Se me eriza la piel.
Es un presentimiento.
—¿En qué estás pensando Des? —le pregunto. Porque está claro
que está planeando algo.
—Eso no es todo.
Solo hay una persona con el motivo y el poder para hacer tal cosa,
y él no estaba en mi cama esta mañana cuando desperté.
—No lo sé.
Ella se recuesta en su asiento, una pequeña sonrisa presumida
en su rostro.
Temper se detiene.
—¿Qué es?
Mi sangre se acelera.
—Des regresó.
Capítulo 43
Traducido por NaomiiMora
—Creo que sabes por qué —dice, todo menos confirmar que los
rumores son ciertos.
—Define muertos.
Jesús.
Pero ninguno sería una réplica de los hombres con los que alguna
vez tuvo relaciones. Des no había lastimado a su compañero, pero se
había llevado a los hombres con los que se distraía.
Detiene mi ataque.
—Sí —respiro.
Sus ojos se suavizan.
—Lo hago.
Yo no.
—Sabes muy bien de lo que estoy hablando. Juro por los Dioses
Inmortales que haré todo lo que esté a mi alcance para romper nuestro
voto de paz si no me dices dónde está mi harén.
Eso es lo más cerca que Des llegará a admitir que está detrás de
las desapariciones de los hombres de Mara. La Reina de Flora lee entre
líneas de todos modos. Sus ojos brillan cuando entiende al Negociador.
—Hijo de...
Green Man pone sus manos sobre los hombros de Des y Mara.
—Privacidad —enfatiza.
—O tal vez lo haga todo. Diga tus secretos y luego rompa tu lindo
trono. ¿Debo comenzar con la forma en que odias el toque de tu
compañero?
Ella no dirá que no. Lo sé, Des lo sabe, y ella también debe
saberlo. Está su orgullo y apariencias que tiene que mantener. Ella no
puede inclinarse ante la voluntad de un fae visitante. Pero también sé
que Des está desenterrando verdades que preferiría dejar enterradas.
Ahora no son solo los fae Fauna las que desconfían de él; lo hacen
todos aquí.
Gimo.
—No tú también.
Me acerco a Aetherial.
Arrugo la frente.
—¿Por qué crees que Des atacó a tu rey la noche en que todos
llegaron?
El Ladrón de Almas...
En el Otro Mundo, los sueños nunca son solo sueños. Son otro tipo
de realidad.
Evito la pregunta.
—Vuelvo enseguida.
Las luces de las hadas flotan entre las ramas de los árboles,
lanzando al bosque en un resplandor etéreo.
—Callypso...
Me detengo.
Por supuesto que tienen razón, pero aún lo dudo. Finalmente algo
un poco espeluznante sucede aquí, y ahora me llevarán a un lugar
seguro.
De todos modos, dejo que me guíen hacia los jardines, los cuales
apenas puedo distinguir en la distancia.
—Hechicera…
Giro rápidamente.
—¿Qué pasó?
Se miran los unos a los otros, cada uno tan perplejo como el
anterior. Se requieren unos segundos para que todos podamos entender
qué es exactamente lo que sucede en esta situación.
Los pies del soldado patean el aire vacío cuando la copa del árbol
lo traga.
Usando mis garras, atravieso las plantas. Pero tan rápido como
las corto, más se forman, serpenteando al rededor del soldado.
¿Qué en el mundo?
Logro liberar una de sus manos, y con ella, saca su propia espada
y comienza a cortar las vides.
Mierda.
Me separo del guardia, mi cuerpo arrojado al suelo. Aterrizo sobre
mis manos y rodillas, y durante varios segundos simplemente descanso
allí, respirando pesadamente.
—Santa mierda.
Una vez más, mis alas se abren, pero los soldados restantes me
retienen rápido.
Y luego se termina.
Comienzo a brillar.
WHACK.
Golpeo el tronco de nuevo.
—Le debo más que solo mi lealtad, mi reina. Juro que mientras
viva, mi escudo y mi espada le protegerán. Mi vida es suya.
Capítulo 47
Traducido por 3lik@
Me dirijo a los otros árboles que nos rodean. Nunca he estado tan
harto del color verde en mi vida.
Me doy vuelta.
—Mara —susurra.
—Los árboles sangrantes —le digo a Des. Cada uno debía albergar
un soldado perdido, con sus cuerpos envueltos dentro.
El Negociador asiente.
—Oh, Mara.
¡BOOM!
No puedo decir lo que está pasando, solo asumo que los dos
gobernantes están luchando.
La magia en el aire llega a la cima una vez más, y otra y otra.
—Callypso…
—Hechicera…
¿Qué está pasando? ¿Es una ilusión? ¿Es real? ¿Qué pasa si lo
sigo?
¡No es Des!
—Un fantasma.
El hada ríe.
El hada desaparece.
Casi aturdido, toca su lado. Mira fijamente sus dedos con sangre,
asombrado.
—Me cortaste.
Tomaré y tomaré y tomaré hasta que esta hada no sea nada más
que pulpa y huesos.
Mis alrededores se oscurecen.
—Tú.
¿HIJO?
Su padre—Galleghar—inclina la cabeza.
—¿Lo hice?
Mis ojos se mueven entre los dos hombres. Las similitudes entre
ellos son asombrosas. Sin duda había tantos rumores de Des siendo la
última persona en ver a los soldados perdidos. Su padre había estado
cazando en esos bosques.
Lucho contra él. Más y más alto los dos subimos hacia el cielo.
Gimo mientras miro hacia Des. Sus ojos están desenfocados con
dolor, pero se levanta sobre los pies sin dudar, empujándome con él.
—Estará bien.
Me sobresalto cuando el Green Man sale del bosque oscuro, su
piel verde brilla suevamente con la luz de la luna.
—De luto por sus queridos árboles —dice, sin apartar sus ojos
color ámbar de mí.
Mi piel se congela.
Mantenlo distraído.
Ríe.
—¿Te refieres a sus árboles sangrantes? Pensó que se estaban
muriendo de putrefacción, que lo están, y trató de esconderlo de su
reino. Pequeño apunte: los árboles mueren cuando los gobernantes de
Flora son demasiado débiles para mantener su reino. Ella temía que
estuviera perdiendo el control de su reinado.
—Ah, Karnon. Ese loco y listo rey fue mi mayor conquista hasta el
momento. Para deslizarse en una piel que aún no está muerta… Fue un
esfuerzo, por no decir menos.
¿Pero… cómo?
Esos ojos entornados, esa boca que hace una mueca y el cabello
trenzado. ¡He visto esa cara antes! Es el hombre de cabello oscuro de mi
pesadilla más reciente.
—Tengo mil ojos y aún más almas. Soy lo que queda cuando
incluso la oscuridad muere. Mírame y verás la verdad.
El Ladrón de Almas.
Capítulo 51
Traducido por Candy27
Él sonríe al verlo.
Esa es una de las muchas cosas que nunca pude entender acerca
de este misterio.
—Piénsalo, hechicera.
Empiezo a retroceder.
—No entiendo, ¿qué tiene que ver Galleghar con esto? —pregunto,
incluso ahora el cielo truena con el sonido de padre e hijo.
Esto es poder.
Las vides vienen hacia mí desde todos los lados, y todo lo que
puedo hacer es destrozarlas con mis garras y mi daga. Y aún más
vienen hacia mí.
Bien podría ser una mosca atrapada en su red. Las vides me han
vencido por completo. Mis brazos están clavados a mis costados.
Todavía sostengo mi hoja restante, pero no puedo moverme lo suficiente
como para salir de mis ataduras.
Se inclina más cerca.
—¿Has oído que el vino lilac, el más raro de los elixires de las
hadas, no solo puede otorgar longevidad a los mortales, sino que puede
curar a los heridos?
Achico mi mirada.
—Es una cura para todos los males, si la bebes, bien entonces,
podrías ser víctima de mi poder, y tu alma… tu alma podría ser mía.
Este enfermo.
¡Demasiado dolor!
Completa aniquilación.
No lo pienses.
—Callypso, no…
Me arrodillo a su lado.
—No vas a…
Me sonríe.
Una vez que su vida se ha ido, sus rasgos vuelven a ser las del
Green Man.
DESMOND FLYNN.
Ella no va a morir.
No puede.
Podría.
Como mi madre.
Y no ella. Mi compañera.
—Salvándote.
Pero no lo hace.
¡Nooooo!
Siempre mía.
Algo imperdonable…
Mentí.
Por una vez me dejaré llevar por los pensamientos depravados que
giran alrededor de mi compañera.
Y luego espero.
Muerte.
Funcionó.
Miro hacia los cielos por encima de mí y me río una vez, con un
sonido mágico y salvaje. La noche, en todo su infinito caos, se mueve a
mí alrededor y a través de mí.
—¿Arrepentimientos? —pregunta.
Estoy…. viva.
Me siento en la cama.
¿Qué demonios?
¿A dónde fueron?
Las haré desaparecer, y con otro tirón del lazo que comparto con
Des, se desvanecen, mi piel vuelve a la normalidad.
Mi atuendo favorito.
—Lo estamos.
Toco mi abdomen.
—¿Qué pasó?
Y el padre de Des...
Lo que haya pasado entre padre e hijo, es bastante claro ver que
Des ganó esta ronda. También es fácil ver que su victoria no le alegra.
Cuadra su mandíbula.
—Donde sea que esté, una cosa está clara: está aliado con el
Ladrón de Almas.
Recuerdo a Des exigirme que viviera. Aún puedo sentir los dedos
fantasmales de su magia tratando de impedirme la muerte.
—¿Dónde está?
—Pero no funcionó.
—¿Qué alternativa?
¿Has oído que el vino lilac, el más raro de los elixires de las hadas,
no solo puede otorgar longevidad a los mortales, sino que también puede
sanar a los heridos, las palabras del Ladrón de Almas resuenan en mi
mente.
Toda esa magia oscura que el Ladrón ejerce ahora puede usarse
en mi contra. Soy más vulnerable ahora que como ser humano normal.
Uno por uno, cada gran reino fae sale de los terrenos del palacio
de Flora, se dirigen a casa, lejos del Solisticio y se llevan a sus
compañeros durmientes con ellos.
Está viniendo.
El tiempo ha llegado.
Glosario
Academia Peel: Colegio sobrenatural situado en la Isla de Man.
Fae: Término que denota a todas las criaturas nativas del Otro Mundo.
Hada: Fae más común en el Otro Mundo; pueden ser identificadas por
sus orejas puntiagudas y, en la mayoría de los casos, por sus alas;
conocidas por engañar, de naturaleza sigilosa y de temperamentos
agresivos.
Isla de Man: Una isla situada en las islas británicas, al oeste de Irlanda
y Gales, Inglaterra y al este de Escocia; el epicentro del mundo
sobrenatural.
Líneas ley: Caminos mágicos dentro y entre mundos que pueden ser
manipulados por ciertas criaturas sobrenaturales.
Reino Diurno: Reino del Otro Mundo que preside todas las cosas
pertenecientes al día; reino transitorio; viaja por el Otro Mundo,
arrastrando el día con él; situado enfrente del Reino Nocturno; las once
islas flotantes dentro de ella son las únicas masas terrestres que
pueden reclamar residencia permanente dentro del Reino Diurno.
Reino de Fauna: Reino del Otro Mundo que preside a todas los
animales; reino estacionario.
Reino de Flora: Reino del Otro Mundo que preside toda la vida vegetal;
reino estacionario.
Reino de Mar: Reino del Otro Mundo que preside todas las cosas que
residen dentro de las masas de agua; reino estacionario.
Reino Nocturno: Reino del Otro Mundo que preside todas las cosas
pertenecientes a la noche; reino transitorio; viaja por el Otro Mundo,
arrastrando la noche con él; situado enfrente del Reino Diurno; las seis
islas flotantes dentro de ella son las únicas masas terrestres que
pueden reclamar residencia permanente dentro del Reino Nocturno.
Siete Sagrados: También conocidos como los días prohibidos; los siete
días que rodean la luna llena cuando los cambistas se retiran de la
sociedad; costumbre establecida debido a la incapacidad de los
cambistas de controlar su transformación de humano a animal durante
los días más cercanos a la luna llena.
Sirena: Criatura sobrenatural de extraordinaria belleza; exclusivamente
femenina; puede usar glamour en todos los seres terrenales para que
hagan su voluntad; propensa a la mala toma de decisiones.