Está en la página 1de 2

Caso práctico 2.

Alejandro tiene 6 años y cursa primero de primaria. Es divertido y


los compañeros/as lo describirían como el payaso de la clase que hace
muchas tonterías.
En clase no para de moverse, cuando la profesora les pide que se
sienten en la alfombra para leerles un cuento, él se sienta con las piernas
en W. Después se arrodilla y vuelve a esta postura.
Cuando ella está leyendo el cuento, les pide a los niños que observen el
dibujo e indiquen qué es lo que ven. Después les pide que cojan su libro y
sigan una lectura, Alejandro mueve mucho la cabeza de un lado a otro
para seguir dicha lectura.
Cuando están haciendo manualidades en la mesa Alejandro
constantemente se está cambiando de posición, se arrodilla en la silla, se
pone de pie, se vuelve a sentar, continuamente deja cosas caer al suelo y
vuelca la cabeza para bajar a buscarlas.
En ocasiones cuando más o menos se sienta durante un periodo de
tiempo, suele tener una mala postura inclinado hacia delante. En la
actividad la profesora le pide que usen las tijeras para recortar varias
formas, que después van a tener que pegar. Él, aunque escribe con su
mano derecha, cambia las tijeras de su mano, una y otra vez. No tiene
muy claro qué mano le es más cómodo. Cuando necesita el pegamento
que está colocado a su izquierda, en vez de alcanzarlo con su mano
derecha se acerca al pegamento de frente para cogerlo con esta mano, o
lo coge con su mano izquierda y se lo pasa a la derecha para usarlo.
Para ir al comedor, hay que bajar las escaleras, Alejandro las baja
de uno en uno, siempre es el último en llegar. Hay que cruzar un pasillo y
él camina como un robot, adelantando la mano y el pie del mismo lado al
mismo tiempo. Cuando hay que esperar para entrar en el comedor se
desespera, se apoya en la pared o se sienta en el suelo cuando se tarda
mucho. En el comedor la cuidadora siempre le está indicando que sujete
el plato con su mano izquierda que se le va a caer al intentar apoyar la
cuchara para coger la comida.
Durante el recreo Alejandro le encanta estar con sus amigos,
intenta convencerlos que no jueguen al fútbol, prefiere el pilla, pilla, y si
se sube a las bicicletas que hay en el patio, pide a sus compañeros que le
empujen, sin soltarlo. La patineta cada vez que la ha intentado coger se
cae.
Han empezado más a fondo con la lectoescritura y la formación de
palabras más complejas. A Alejandro no le gusta nada esta actividad.
Siempre le dice a la profe “esto es aburrido” y ella observa que le cuesta
muchísimo, unir sílabas para formar palabras y leerlas con facilidad y
soltura.

También podría gustarte