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Trabajo Práctico

Asignatura: Psicología Evolutiva Niñez


(2da Cátedra)

Titular: Calzetta, Juan José

Año: 2007 Cuatrimestre: 1ro

Comisión n°: 40

Ayudante de T. Práctico: Botana, Hilda


Haydee
OBSERVACIÓN

Nombre del niño: X( 2 años y cuatro


meses)

Escolaridad: jardín maternal.

Constelación familiar: Madre, Padre.


Lautaro (2 años y 4 meses)

Llegamos al domicilio, nos abre la puerta la madre del niño y él aparece


corriendo por el pasillo hacia la puerta, se esconde detrás de la madre.
Entramos a la casa, atravesamos el pasillo y llegamos al living, quedando
Lautaro atrás, en el pasillo; la madre le dice: “vení, Lauti, vamos a mostrarle los
juguetes a los chicos, ¿eh?”. El niño no viene y la madre, entonces, se dirige
al pasillo a buscarlo, pero él se esconde detrás de ella. La madre reitera: “Dale
Lauti, vení, (al living) vamos a jugar con los chicos”. Finalmente el niño, junto
con su madre, se acerca a nosotros.
Estamos en un living compuesto por una televisión prendida que muestra
dibujos animados, dos baúles de juguetes, un sillón ubicado junto a estos y un
puff.
Cuando Lautaro ingresa en la sala, nosotros estamos parados y le decimos:
“Lauti, ¿sabes por qué estamos acá?, Nosotros queremos saber como son los
nenes de tu edad”. El niño se queda mirándonos, se dirige al pasillo, nosotros
nos sentamos en el piso y la madre también se sienta con nosotros, formando
todos un círculo; ella lo llama una vez más y el niño se acerca, la madre se
para, va a su encuentro y lo alza en brazos por debajo de las axilas. Se sienta
así en el mismo lugar, de rodillas en el piso con la cola apoyada en los talones
y sienta al niño adelante, apoyando la espalda de él en su pecho, y
manteniendo él la cabeza erecta y las piernas estiradas hacia delante.
Desde que la observación comienza, el niño hace movimientos constantes con
la lengua. La madre le pregunta: “¿con qué tenés ganas de jugar?”, y Lauti no
contesta. “Dale Lauti, ¿con qué tenés ganas de jugar?”. Él sigue sin contestar,
y señala -con su dedo índice y el resto de los dedos cerrados- el “Pesca Magic”
(pecera de juguete a pila, en la que los pececitos giran mientras abren y cierran
la boca, que posee un imán adentro; el objetivo es pescarlos cuando abren la
boca con una cañita de plástico que también posee un imán). La madre saca
el juego, lo enciende y pregunta: “¿Cuál querés pescar, el verde?”; “El vede”
dice Lautaro.
El niño toma la caña rodeándola con la mano, apoyando 4 dedos juntos y el
pulgar por sobre ellos, y la madre rodea la mano del hijo con la suya,
acercándola hacia el objeto: logran sacar un pez, el niño sonríe y la mamá dice:
“Muy bien! ... dale, ahora vos sólo, dale que vos lo haces”. Lautaro no
contesta, cambia su postura, para sentarse ahora sobre sus pantorrillas con la
misma postura que ella, y dirige su mirada hacia el televisor por un instante.
Luego toma la caña como antes y trata de pescar, pero no logra mantener la
mano quieta y el hilo se enreda.
Lautaro se arroja ahora hacia atrás apoyándose sobre la panza de la madre, se
reincorpora, toma la caña una vez más de la misma forma y logra sacar un pez,
sonríe y la madre le dice: “Muy bien Lauti!”. Luego señala los juegos, con el
dedo índice nuevamente, y esgrime: “Con la masa”. Seguidamente, se sienta
sobre la cola con las rodillas en el piso y las piernas en “W”; la madre le
alcanza la plastilina y le pregunta: “¿tenés para cortar?”. “Para cortar” dice
Lautaro. El niño toma el rodillo del kit de la plastilina, de la misma manera que
hiciera antes con la caña y lo pasa por encima de la plastilina.
En este momento Lautaro se detiene, bosteza y dice: “Me parece que tengo
sueño”. Retoma los movimientos con la lengua y toma el palo de amasar,
presionando hacia abajo sobre la masa una y otra vez con una mano encima
de la otra. La madre le dice: “No, así no... así” y apoya su mano sobre las de
él, haciendo rodar el palo, pero cuando quita la mano de encima, Lautaro
vuelve a presionar hacia abajo como hacía antes.
Ahora el niño dice: “quiero el pajarito” (los moldes del kit están a la vista de él) y
la madre le dice “es un dinosaurio”; él repite “dinofaurio”. Lautaro se coloca un
molde en la palma de la mano y lo rodea con todos los dedos (el molde tiene la
dimensión de la palma de la mano), se pasa el molde de mano en mano,
quedando éste sobre la izquierda, y mete el dedo índice adentro pasándolo por
todas las ranuras. Agarra la masa con toda la mano derecha y la introduce en
el molde de un león. “Tiene olor” dice; apoya el molde en el piso y aplaude sólo
dos veces, toma la masa con la mano derecha, la separa del molde y dice “un
león” mirando la plastilina.
Se pone de pie, primero poniendo los talones debajo de la cola, apoya el pie
derecho delante del cuerpo con la rodilla en dirección hacia arriba, apoyando la
mano derecha en el piso, al costado del cuerpo, y luego repitiendo lo mismo
con la pierna izquierda. Ya estando de pie gira y agarra una careta del baúl,
con 4 dedos de un lado y el pulgar del otro, en forma de pinza. La madre le
pregunta: “¿Quién es éste?”, a lo que él contesta: “el lobo feroz”, apoyando el
dedo índice en la nariz de la careta. Luego la tira para atrás y se sienta
arrodillado nuevamente en forma de “W”. Mete el dedo pulgar en el bolsillo
delantero del pantalón y lo estira hacia fuera. “Tengo un bolsillo” dice, y luego
agrega, mirando el bolsillo de la campera: “Tengo una campera”.
Lautaro agarra ahora algunos pedazos de masa, los rodea con toda la mano y
luego los tira hacia nosotros. Agarra uno de los pedazos nuevamente con el
pulgar y el índice en forma de pinza y dice: “Un triángulo, un triángulo grande”.
Agarra la tijera del kit introduciendo en un agujero el dedo pulgar y en el otro
los dedos índice y medio; separa y junta las partes abriendo y cerrando así la
tijera, pero la madre le dice: “usa el cuchillito”, entonces él deja la tijera y toma
el cuchillo rodeándolo con el puño cerrado sobre el mango. Apoya el cuchillo
sobre la masa y ejecuta movimientos hacia delante y atrás; la madre le
advierte: “la pancita va para abajo”, entonces el niño da vuelta el cuchillo y dice:
“Ouch!, me corté”. Ahora la madre le dice: “compartí” y el niño estira el brazo
derecho, tirando la masa hacia nosotros.
Lautaro se apoya contra la madre dejando caer su cuerpo sobre ella, y le dice:
“buenita, buenitita”, le da un beso en el cachete, se da media vuelta y dice: “me
tiro de cabeza al baúl” mirándolo atentamente. Se para de la misma manera
que antes y se esconde detrás de la madre, a lo que ella pregunta: “¿Dónde
está Lautaro?”, él se deja ver, sonríe y pregunta: “¿Querés jugar?”, corre hacia
la cocina y cuenta: “uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, el que no se escondió se
goma”. Busca a la madre, la encuentra, la abraza, sonríe y ésta le besa la
cabeza. Vuelve a contar, y cuando regresa busca a la madre exactamente en
el mismo lugar donde la había encontrado anteriormente, pero ella ahora
estaba en otro lado, en el pasillo mas precisamente. Pasan unos instantes, la
ve y empieza a correr alrededor de la mesa en pivote con los bracitos a los
costados del cuerpo y la cabeza levantada.
Le ofrecemos hacer un dibujo, le damos marcadores y lápices, él agarra los
primeros y pregunta: “mancha esto?”, mirando a la madre y sonriendo; ella
explica que no tiene marcadores porque se mancha la ropa. Mientras, él hace
un dibujo sobre la hoja blanca, tomando el marcador con toda la mano, con los
4 dedos juntos y el pulgar sobre ellos, moviéndolo lateralmente, y haciendo
presión hacia abajo, siempre con la mano derecha. Luego Lauti se sienta
sobre sus pantorrillas, cuando la madre le pregunta “¿Por qué no haces un
collage?”, mientras le entrega una revista; él toma la tijera como lo había
hecho antes y corta parte de una página, comenzando luego a dibujar encima
de dicho recorte. Acto seguido, mira la plastilina y se dirige a la madre:
“guardála que se pone fea”.
La madre recorta un dibujo de “Yo Matías” de la contratapa de un diario y se lo
da a Lautaro, que comienza a besar el recorte. La madre le dice: “¿lo vas a
pegar?”, al mismo tiempo que le entrega la plasticola, y el niño la toma
rodeándola con toda la mano, trata de aplicar pegamento sobre el papel, pero
ella advierte: “del otro lado...”, por lo que Lautaro da vuelta el recorte y le aplica
plasticola, lo da vuelta una vez más y lo apoya arriba de la hoja, siendo la
madre la que reacomoda el papel en ésta.
“Bueno... nos tenemos que ir”, le decimos nosotros a Lautaro. “Bueno, devolvé
las cosas” dice la madre; él se rehúsa y ella repite: “dale, que se tienen que ir”.
Lautaro nos devuelve los materiales junto con el dibujo.

En ese momento concluye nuestra observación. Saludamos a Lautaro y a su


madre y nos retiramos.
ENTREVISTA A PADRES

(Llegamos a la casa, nos abre la puerta la mamá, está sola en la casa, el padre
aún trabajando. Nos encontramos en la mesa del comedor)

Embarazo y parto:
Entrevistador: Buenas, vamos a hacerte unas preguntas sobre Lautaro, acerca
de cómo llegó a la familia...
Madre: E... e.... decidimos tenerlo después de varios años de casados,
habíamos comprado la casa y quedamos endeudados. Cuando salimos de eso
lo buscamos, fue planeado, deseado, esperado...todo.
E: ¿Y el nombre?
M: Desde el principio queríamos un solo nombre y no nos decidíamos.
Buscamos un libro de nombres y Lautaro nos gustó a los dos.
E: Y el embarazo, ¿Cómo fue?
M: El embarazo.. tranquilo, me sentí bien, no hubo complicaciones... bueno...
en el cuarto mes, como es normal, tuve acidez y los pies hinchados que me
duró hasta después del embarazo. Me sentí re bien.
E: ¿ Fue tu primer embarazo?
M: sí, madre primeriza, Lautaro no tiene hermanos; tampoco perdí ningún
embarazo.
E: ¿cuánto tiempo de embarazo?
M: 40 semanas. Fui para un control y el médico me dijo que me quede y me
internaron, ya había ido con el bolso preparado y todo.
E: ¿fuiste acompañada?
M: sí, de entrada fui con mi marido y mi mamá.
E: ¿cuánto tiempo estuviste internada?
M: Desde las ocho de la mañana que entré al control y a las once y cuarenta
del mismo día lo tuve, la verdad bastante rápido, tuve suerte.
E: ¿ y el parto cómo fue? ¿ Fue con anestesia?
M: sí, me pusieron la peridural... lo indujeron al parto para mí, ellos me
rompieron la bolsa, prefirieron hacerlo así. El médico no quería que tenga
dolores, ni que rompa bolsa en mi casa.
E: ¿El papá presenció el parto?
M: See... el papá estuvo ahí adentro conmigo
E: ¿Y cómo te sentiste?
M: Y... cuando aparecen las contracciones fuertes... duelen la verdad.
Temblaba incontrolable, dicen que a veces con la anestesia reaccionas así. En
el momento en que estaba saliendo me pidieron que me reincorpore para
verlo... es hermoso no querés que se lo lleven. Encima él lloró sin la palmadita,
me lo dieron en seguida, te lo ponen acá ( hace la mímica de apoyárselo sobre
el pecho). Después me llevaron a la habitación y seguía temblando, Omar
( papá de Lautaro) lo acompañó al bebé, yo quería, no lo quería dejar solo. Y
antes de la hora ya estaba conmigo en la pieza.
E: ¿Y cómo era?
M: Estaba hinchadito, moradito, dicen que es por el medio líquido... no es que
era morado, era rosadito medio oscuro. Lindo, lindo.
Alimentación
E: ¿Cómo fue la primera alimentación del bebé?
M: Lo puse en seguida que me lo trajeron a la pieza en el pecho (hace el gesto
de apoyarse algo en el pecho)...pero no es de cualquier forma...parece sencillo,
pero no es tan sencillo.....él intentó chupar enseguida , tomó la teta desde el
principio.....ya en el hospital...pero tenés que tener cuidado con muchas
cosas....
E: ¿cómo por ejemplo?
M: Que la naricita no quede apretada contra el pecho, que tiene que estar en
esta posición (hace movimiento como si tuviese al bebé en sus brazos) y que
se yo, de todo viste....
E: ¿Te salió leche?
M: Si, a mi me salió de una leche, no fue calostro....
E:¿Cuánto tiempo se alimentó tomando teta?
M: y...hasta el año y medio (se ríe).....a partir de los 6 meses alternaba con
mamadera....ahhh...y al mes le incorporamos una mamadera todas las noches
para que descansara mejor.....Lautaro pedía teta cada dos horas (se muerde
los labios).
E: ¿como?
M: Lloraba...lo iba a agarrar y decía mimo no es porque lo estoy abrazando y
no deja de llorar, mojado no esta porque el pañal estaba seco, entonces era
que tenía hambre.
E: ¿Y hoy? ¿Toma mamadera?
M: Si, hoy sigue, no la quiere dejar....también sigue con el chupete (se muerde
los labios).....tendría que haberlo dejado porque tiene mordida de tiburón dijo el
médico y eso no está bien, por eso se lo sacamos de a ratos, en el jardín no se
lo pone.
E: ¿pañales usa?
M: Si, todavía usa.....pero viste que eso es normal hasta los 3 años.
E: ¿los dientes cuando le salieron?
M: Mira...ya para el año tenía unos cuantos (piensa)...a los 8 meses le
empezaron a salir y ahora casi tiene todos...
E: ¿cómo reaccionó ante el crecimiento de los primeros dientes?
M: él no se puso nervioso como les pasa a muchos nenes, no levantó fiebre ni
se puso fastidioso.
E: ¿Cuándo comenzó a incorporar sólidos?
M: a los 6 meses empezó con papilla, purecito, nestum....y de a poco incorporó
las demás comidas.
E:¿Come lo mismo que ustedes?
M: Si...y siempre comemos juntos, al mediodía y a la noche.
E: ¿Cuáles son sus comidas favoritas?
M: Y....fideos, milanesas, papas fritas, postrecitos.
E: ¿Cómo es a la hora de comer?
M: Le interesa más jugar que comer....empieza a comer sentado a la mesa en
silla común , como nosotros, pero después se va a jugar y yo lo sigo atrás con
el plato de comida...y le doy en la boca mientras el juega....lo que pasa es que
desde los 2 años empezó a andar por debajo del peso normal.
E: ¿come solo o con ayuda?
M: le ayudamos los dos todavía, pero viste que te dije que enseguida se va, asi
que lo tengo que andar corriendo con el plato. Igual, por ejemplo ahora dice “yo
solito” cuando lo queremos ayudar y yo el digo “los dos juntitos”, el come lento,
está mínimo una hora para comer hasta que termino de darle....me agacho y le
emboco como sea mientras juega.
E: ¿Y el papá?
M: El papá lo aceptó pero me acerco yo a darle de comer.

Sueño
E: ¿Cómo es Lautaro respecto al sueño?
M: Mira, al principio se despertaba cada dos horas y media, recién cerca de los
dos años puedo empezar a dormir de corrido, nueve horas. Duerme de 11 de la
noche a 8 de la mañana. Ah!, también duerme entre dos y tres horas de siesta.
E: ¿En que lugar duerme?
M: Duerme en nuestra pieza desde que nació (ríe). Los primeros quince días lo
pusimos en un moisés de tela entre nosotros mirando hacia los pies de la
cama. Después lo pusimos en la cuna primero hacia los pies de la cama y
después de mi lado y ahí quedó, claro....yo era la que me levantaba y le daba
la teta y era mas cómodo para mi.
E: ¿Duerme toda la noche seguida o se despierta?
M: A veces se despierta, no es lo habitual, me sobran los dedos de la mano
para contarlo. Por ejemplo, ahora si...hace 3 noches que se despierta dos
veces...
E: ¿Has notado que sueña o que tiene pesadillas?
M: Pesadillas no noté, pero a veces notás que ya sueña. A veces escucho que
llora y no corta y lo despierto, a veces habla, dice “es mío”, se ve que está
soñando que pelea con algún amiguito o alguno de los primos por un juguete.
Si....igual a veces se despierta para pedir agua....
Desarrollo psicomotor:
E: ¿Te acordás cuando empezó a sostener su cabecita?
M: E... lo normal... va, no decíamos “ hay, no sostiene la cabeza”, pero dentro
de los primeros meses creo.
E: ¿ y cuándo pudo sentarse con apoyo?
M: mmm a los 4 meses te diría pero a los 5 o 6 meses el ya se sentaba solo,
sentado pero perfecto no tipo un flan ( señala la mesita donde el niño come). Lo
que pasa es que ya se incorporaba porque yo ya le daba de comer.
E: ¿Cómo era que se desplazaba en un principio? ¿gateó Lautaro?
M: Él no gateó, la verdad que estuvo caminando de la mano hasta los 15
meses que se largó solo.
E: ¿cuando se paró?
M: Mmm bueno pararse y caminar de la mano, antes del año. Pero a los 15
meses ya se largo solito, tardo..tardó.
E: y el corralito, ¿ lo usó?
M: sí, lo usó ya agarrándose.
E: ¿Cómo fueron sus primeras experiencias respecto a los objetos, de qué
manera los agarraba?
M: y.. los chiches los agarraba al mes, a los dos meses, pero con la mamadera
fue distinto, porque es más pesada, la tenía que levantar, chupar...
E: Cómo es el nene en el sentido motriz? ¿Es activo o mas bien sedentario?
M: Y.. Lautaro es inquieto, es un chico inquieto, muy activo, que no se sienta a
comer mas bien quiere jugar, pero puede jugar también sentado. Es muy
rebelde, le decís que no y sigue.
E: ¿y cómo viven ustedes que él sea muy activo?
M: Nosotros somos de reaccionar muy diferente uno de otro. El padre tiene
más paciencia, yo no. El padre dice las cosas sin levantar la voz cuando yo ya
me aloqué. Yo a la tercera vez ya le pegué el grito, pero no para él, no para con
nada.
E: ¿notaron algún cambio en el desarrollo, en cuanto a la tendencia a ser
inquieto?
M: mmm no. Se empezó a subir a todos lados, de todos lados quiso saltar, y
bueno ahí le empezamos a decir acá sí, acá no, acá sí y empezamos a dejarlo
con lo que no es peligroso y sino bueno, le doy la mano.
E: ¿ Hace alguna actividad con el cuerpo? ¿ Cómo describirías su destreza?
M: sí, anda en triciclo... pero todavía no puede pedalear; pero es el triciclo
porque es muy liviano, es de los primos, le cuesta llegar a los pedales y tiene
que hacer mucha fuerza, va el padre dice que no sirve.
Control de esfínteres
E: ¿ Sigue con pañales Lautaro?
M: El está con pañales todavía. En el verano le quise sacar, yo pensé es
varano ¡fantástico! Le saco los pañales! Fue un desastre.
E: ¿cuánto tiempo probaste?
M: Un día y medio.
E: ¿ Cómo fue?
M: Le puse el sleep, había comprado varios sleeps, y fue un desastre, ni una
sola vez me avisó, ni para pis ni para caca. Le dije vas a empezar a usar
calzoncillos como papá, no estuvo entusiasmado desde el principio, las nenas
se enganchas mucho mas, con el tema de los dibujitos en las bombachas... a él
lle gustó un poco lo de hacer como hace el paá pero se le pasó enseguida.
E: ¿Qué hacían con esto de que no controlaba?
M: Y.. yo le decía, probá probá que no es nada, un poco de bronca me daba,
pero como para retarlo no. El se ponía realmente mal. Lloraba, se ponía rígido
no se quería sentar... Pero es un nene que no le gusta que lo cambien desde el
principio, no se queda quieto, se queja de todo, no! no! no! te dice y se quiere
rajar... Ya le dije que cuando sienta ganas de hacer, que me avisara y
fuéramos al baño. Yo le dije, bueno no es nada, hay que practicar, te vas a ir
dando cuenta de a poco... como lloraba yo consideré que así no tiene que ser,
tiene que ser con voluntad, tiene que estar dispuesto.
E: ¿Notaron algún cambio de carácter luego de ese intento?
M: Sí, si, tuvimos un retroceso, se hacía caca y no avisaba, no te decía.
Encima hay nenes que les molesta quedarse sucios, bueno, a Lautaro no.
E: ¿Cómo es ahora el funcionamiento intestinal?
M: Ahora nos volvió a avisar, nos tomó 3 meses para que se relajara y volviera
a avisar. El es regular, medio como que ya sabes “horarios” que tiene, ya se
cuando hizo.
Lenguaje
E: ¿Cómo era la forma de expresarse y manifestarse desde que nació?
M: y.. él fue un nene de balbucear pronto....eeee.... no me acuerdo bien pero
ya de hacer un balbuceo con varias cosas... no sé. Pero él tuvo problema de
cólico los 3 primeros meses, con un llanto desgarrador, después el llanto fue
como un quejidito, ye das cuenta si es por hambre o porque se ensució, ya le
conocés los ritmos. Al principio come y hace. Es el día de hoy que siempre le
controlo los pañales, no me gusta que esté sucio, yo lo miro seguido, por eso
ahora no es que llora porque yo a cada rato voy y me fijo.
E: ¿Cuándo aparecieron los primeros sonidos o vocalizaciones?
M: bueno, el ajó, que decís ¿ cómo le sale tan pronto? Habrá sido a los 2
meses, vos ya le sonreís y empieza con eso.
E: ¿y las primeras palabras cuándo aparecieron y cuáles fueron?
M: Lo primero que dijo fue PÁ a los 4 meses ponele, ya para los 6 meses
balbuceaba y se entendía, al año ya decía mamá, papá, auto, no dijo tutú ni
nada de eso.
E: ¿Cómo le hablaban ustedes en ese momento?
M: Yo soy de hablarle mucho, de explicarle todo. Nosotros no somos de decir
tutú, ni pumba, no, nosotros decimos auto, pelota, chupete.
E: ¿Cuándo empezó a decir frases completas?
M: oraciones... al año y medio. Al principio fueron palabras solas que habrá
sido al año, después empezó a decir mas, como quiero agua, quiero un autito.
E: ¿Cómo es el lenguaje y la pronunciación ahora?
M: Se le entiende perfecto... quizás con la “r” tenga algo, ponele que diga en
vez de perro, pero, no habla con la “t” como otros chicos.
Juegos y juguetes
E: En relación a los juguetes ¿ Con qué juega y a qué?
M: juega con los libros, la masa, juega a preparar comida, las cosas que tienen
sonido, libros con sonido, celulares de juguete... todos los días antes de dormir
por lo general le leemos cuentitos y en otros momentos del día también, le
encanta.
E. ¿con quienes juega?
M: Todavía es bastante dependiente para jugar, otra cosa que le gusta mucho
es hacer collage como decimos nosotros. Quizás se queda solo con la masa
cocinando, pero por lo general no. Juega también con los primos, con cosas de
encastre, juega tal vez un poquito más con los más chiquitos porque con los
otros más grandes el juego es más corporal y le da un poquito de miedo. El
juego es más brusco y tenés que estar, estamos siempre, el padre, yo o la
abuela.
E: ¿en etapas anteriores a qué jugaba?
M: Al principio todo lo que es sonajero, todo lo que tenga ruido, todo chiquito,
muñequitos chiquitos.
E: ¿Tiene algún juguete u otro elemento con el que duerme o lleva a todos
lados?
M: no, no tiene ningún objeto que lleva con él, osea se agarra juguetes pero te
los cambia como si nada.
E: ¿haces juegos o actividades competitivas?
M: y mucho no, porque todavía no puede hacer nada reglado, no te sigue las
reglas ( ella toma un juego y nos lo muestra. Ven éste juego es para identificar
las formas y colores, todavía jugamos por colores que no los sabe bien, igual
sabe algunas formas pero éste es más complejo, y además que quiero que
aprenda los colores porque le cuesta. Pero no tiene la atención para
escucharte cuando vos le explicás.
Sexualidad infantil
E: ¿ Preguntó acerca de la sexualidad?
M: sí, yo voy al baño, va abre la puerta, me mira y me dice, mamá tiene pito.
E: ¿qué le responden?
M: una vez, no mamá no, Lautaro tiene pito como papá, mamá no tiene, y
Lautaro me dijo: ¿y que tiene? Y lo miro a mi marido y le pregunto ¿ Le digo
como es? Y le dije la mujer tiene vagina , me salió vagina y el hombre tiene
pito, no me sale el hombre tiene pene, le dije pito, en la mujer sí me salió. Se
me quedó cuando le dije, no siguió preguntando. Le llama la atención el bello
del pubis, ¡tenés pelos! me dice, y yo le digo sí vos también vas a tener. Me
abre siempre la puerta porque no se me despega.
E: ¿y al padre le abre la puerta?
M: sí, yo le digo: no, dejálo a papá que vaya tranquilo.
E: ¿anda desnudo?
M: No.
E: ¿ Se toca los genitales?
M: sí, cuando lo cambias enseguida se toca, se nombra ¡pito! O si se hace
caca al él le viene llegar con la mano, y le digo “pará después que te limpio te
tocás!”. Se toca cuando le saco el pañal y cuando se baña. A veces me dice
caca cuando hace pis y le digo: eso no es pis.
E: ¿ Realiza juegos sexuales con otros niños?
M: no, no, no.
Conducta, humor, socialización (relación a los pares y a los adultos)/
Escolaridad.
E:¿ Cómo describirías a Lautaro? ¿Su personalidad, su carácter?
M: Y...es difícil mi hijo...es inquieto, rebelde, simpático, es dado en seguida,
saluda a todo el mundo, no es como otros nenes viste que no les gusta.... Por
ejemplo con el jardín sí le cuesta mucho, me cuesta mucho engancharlo, me
dice “no quiero ir”, voy con vos?. Llora para entrar. Pero la verdad es que la
adaptación fue muy linda, fue progresiva, peor el es tan pegote que no le
alcanzó. Los tres primero días las mamás se quedaban en la salita y después
nos quedábamos en la calle.
E: ¿Cuándo empezó?
M: Este año, en marzo....
E:¿Es jardín o guardería?
M: y no...es más un jardín maternal.
E: ¿Cuántas horas va?
M: tres horas a la mañana.
E: ¿Cómo se lleva con la maestra?
M: Bien, re bien.
E: ¿y con sus compañerito?
M: le gustó bastante pero le asustan los gritos y los llantos de los otros nenes.
Lo que si me comentó la maestra es que es medio manolarga y vos le
preguntas a él y te dice que si, no te lo niega, es un poco bravucón y por ahí se
le va la mano por algún chiche o también fastidiar a un chico....peor parece que
por ahora se calmó.
E: ¿Cómo es su actitud con las demás personas en general?
M: Siempre respondió bien, no es un nene que no saluda y que se esconde
peor tampoco se va a ir con cualquiera así nomás. Sabe diferenciar lo que
conoce de lo que no conoce.
E:¿ Con el papá como es la relación?
M: Omar es un papa presente, juega, le habla, si me tiene que ayudar a cocinar
me ayuda cuando yo no puedo, lo agarra upa a Lautaro y le muestra, es muy
paciente con el nene.
E:¿tiene amiguitos que lo visitan?
M: No.
E: ¿Hace algún deporte o actividad recreativa?
M: No.
E: ¿Cómo es con sus familiares?
M: Es muy dado con quien le da bolilla
E: ¿Es apegado especialmente a algún miembro de la familia?
M: No. Lo que si...con una de las dos abuelas se va a jugar solo con ella...es la
mamá de mi marido. La otra abuela le juega pero estoy más presente yo, le
juega hasta ahí.
E: ¿Con alguien más de la familia juega?
M: Con la madrina juega mucho, no tiene problema.
E: ¿Tienen mascotas?
M: No, peor le gustan los animales, igual todavía no dijo que quiere tener una.
(En ese momento llegó el papá (Omar) del trabajo y se sentó con nosotras en
la mesa. Lo saludamos y nos presentamos. El ya sabía porque estábamos ahí)
Otras actividades
E: ¿Lautaro ve televisión?
M: Si (lo mira a Omar), ve bastante, pero muchas veces está prendida de
fondo.
E:¿ Qué programas ve?
M: Hi 5, es un programa de adolescentes que cantan y bailan para chicos....
Papá: Barney....que se yo....
M: Art Attack, es un programa donde hacen manualidades...
P: Pero lo que más le gustan son sus películas....Barney, Muppets,
Schrek....peor no se queda mucho tiempo mirando....a veces se engancha y a
veces no....depende.
E: Ahora me gustaría que nos cuenten si Lauti vivió algunos acontecimientos
en su vida como por ejemplo....¿alguna enfermedad?
M: A una semana de nacido, se puso amarillito, estuvo un día internado con
nosotros, debajo de se esas lámparas. Al año tuvo una infección urinaria, si
bien no tiene la infección ahora, le seguimos haciendo controles....para ver si
no es algo que de grande le puede causar algún daño....
P: Con una especie de valvulita se le controla....cada un tiempo....y lo llevamos
al médico.
E: ¿Fue operado alguna vez?
M: No.
E: ¿Sufrió algún accidente?
M: No.
E: ¿Hizo algún viaje? ¿O se separó de alguno de ustedes alguna vez? ¿Por
cuánto tiempo?
M: No, los únicos viajes que hacemos son las vacaciones a las Costa que
vamos diez o quince días todos juntos. Y ninguno de los dos hizo un viaje solo.
E: ¿Vivió alguna mudanza?
M: No.
E: ¿Vivió algún fallecimiento de familiares o de seres queridos?
M: Gracias a dios no.
E: Bueno...ahora quiero preguntarles como es un día en la vida de Lautaro.
M: Bueno, lo levanto a las ocho de la mañana, desayuna, lo cambio, lo llevo al
jardín y a las doce lo voy a buscar. Almorzamos. A las dos, dos y media
duerme hasta las cinco. Mientras merienda, juega. Cenamos tarde, a las nueve
y media....ah! antes lo baño, o después de la cena a veces. A las once lo
tenemos que inducir a que se duerma y se duerme con suerte....le apagamos
las luces, le decimos...”bueno, llego al hora de ir a la cama”.
E: ¿Duerme con luz prendida o apagada?
M: Duerme con al luz apagada.
E: ¿Ustedes van con el a dormir al mismo tiempo o lo dejan solo?
P: Por lo general se queda el solo pero a veces vamos nosotros...
M: A veces yo le leo un cuento....
E: ¿Cómo es un cumpleaños de Lautaro para él y para ustedes?
M: A él le encanta, lo disfruta. Lo festejamos en familia, acá en casa...
P: Le ponemos globos y carteles....
E: ¿Le explican que es su cumpleaños?
M: Se.... desde ya si le encanta.
E: Bueno eso es todo, muchas gracias por colaborar con nosotras. Como ya les
dijimos antes esto no tiene devolución. Queríamos nuevamente agradecerles.
M y P: No, de nada y cuando quieran....
(En ese momento finalizamos al entrevista pidiendo los datos a ambos padres
de cómo estaba compuesta su familia. Nos acompañaron hasta la puerta y nos
fuimos.)
GENOGRAMA DE LAUTARO
EJE DIACRÓNICO DE LAUTARO

Hechos
Madurativo meses Hechos Significativos
s
0 (1°ra semana) internado un día
1
Vocaliza “ajó” 2 Del mes 1 al 3: problema cólico
3
Se sienta con apoyo / dice
“pá” 4
Del mes 5 al 6: se sienta solo 5
Comienza a alternar pecho y
Incorpora sólidos / balbucea 6 mamadera
7
Salen los primeros dientes 8
9
10
11
Palabras sueltas 1 año Infección urinaria
13
14
Camina solo 15
16
17
Dice oraciones 18 Destete
19
20
21
22
23
Empieza a estar por lo bajo del
Empieza a dormir 9 horas de peso normal / primer intento de los
corrido y de 2 a 3 horas de 2 años padres de sacarle los pañales / no
siesta controla esfínteres / deja de avisar
cuando está sucio
25 Entra al jardín maternal
26
27 Avisa cuando está sucio
28
DESCRIPCIÓN DEL GENOGRAMA

• Padre: Omar
Ocupación: Docente
Nivel de Estudios: Terciario
Años: 45
Nacionalidad: argentina

• Madre: Adriana
Ocupación: Ama de casa
Nivel de Estudios: Licenciatura en Psicología
Años: 40
Nacionalidad: argentina

• Abuelos paternos:
Ethilayne (76 años)
Roberto (77 años)

• Abuelos maternos:
Antonieta (79 años)
José (75)

• Tío paterno:
Eduardo (49 años)

• Tío materno:
Rubén (45 años)
EJE PSICOANALÍTICO

El psicoanálisis postula una conservación del material psíquico en la vida del


sujeto. Es decir que cada uno de los momentos constitutivos del aparato
psíquico permanece y pudiendo resurgir posteriormente y resignificarse.

Se parte de un momento inicial en el que no se ha reconocido a un otro, a un


mundo no-yo, a un mundo exterior. El yo es el yo real primitivo. La polaridad en
juego es lo inevitable versus lo indiferente. Las excitaciones que provienen del
interior del bebé son satisfechas por su madre, así es cuando surge la primera
experiencia de satisfacción, que dejará las primeras huellas mnémicas que,
inaugurará el polo del placer. Por medio de la alucinación él bebe intentará
repetir esa primera experiencia de alucinación y se inaugurará el polo amor
versus indiferencia. Surge la etapa del yo placer purificado donde por primera
vez aparecerá un no-yo constituido por lo odiado y lo displacentero, mientras
que el yo va a estar constituido por lo placentero. De ahí surge el nombre de
esta etapa. Esta es la polaridad amor versus odio. Es un yo omnipotente que
alucinará creando el objeto satisfaciente.
A partir de las experiencias y vivencias el niño progresivamente concebirá que
lo placentero no es parte de él, y tendrá que chocar con la dura realidad de que
no puede desasirse de lo displacentero. Este es el momento en que se va a
producir la angustia automática. La madre acompañará y será responsable en
el proceso de frustración. Él yo va a ir logrando reprimir la reproducción
alucinatoria del objeto deseado porque ese camino demostró generar un
excesivo displacer. Aquí se produce la defensa primaria y el bebe se asegura
algunas formas de actuar en el mundo exterior para lograr la satisfacción real.
En este momento se instaura el principio de realidad. El yo se va a diferenciar
del objeto. Si no puede reincorporar el objeto perdido lo va a tratar de dominar
como sea, así surgen las manifestaciones de la pulsión de dominio. También
es la edad del sadismo: el sufrimiento del otro ocasionado por el yo se
manifiesta en la voluntad de dominio y la ambivalencia afectiva. Se dará la
primera gran renuncia por amor, el control de esfínteres: para retener el amor
inseparable aún de la presencia corporal del objeto el yo renuncia a su placer y
a su producto. La angustia, en esta etapa, será de pérdida del objeto, el yo
advertido de la posibilidad de perder su objeto en la que quedaría nuevamente
expuesto a las invasiones de cantidad, se anticipará a esa pérdida. El enlace
con el objeto es del modo identificatorio narcisista, denominada elección
objetal-narcisista: el objeto es igual al yo. Mas tarde con la comprobación de las
diferencias sexuales se pondrá en escena el drama edípico. En esta etapa se
manifiesta la polaridad activo versus pasivo.
El yo encuentra en la realidad obstáculos para el desarrollo de su sadismo (la
educación, el control de esfínteres, etc.), esto dará lugar al masoquismo
(retorno autoerótico de la pulsión que implica la recuperación de un modo
narcisista de satisfacción). El yo se identifica con el objeto de la pulsión sádica
produciendo un pasaje de la actividad a la pasividad. Aquí nos encontramos en
la etapa del yo real definitivo donde se produce la diferencia entre el yo y el
objeto.
La zona anal, a semejanza de la zona de los labios, es apta por su posición
para proporcionar un apuntalamiento de la sexualidad en otras funciones
corporales. Los niños que sacan partido de la estimulabilidad erógena de la
zona anal, se delatan por el hecho de que retienen las heces hasta que
acumulación de estas provoca fuertes contracciones musculares y, al pasar por
el ano pueden ejercer un poderoso estímulo sobre la mucosa. De esta manera
tienen que producirse sensaciones voluptuosas junto a las dolorosas. Uno de
los signos es que el niño se rehuse obstinadamente a vaciar el intestino cuando
lo ponen en la bacinilla, cuando la persona encargada de su crianza lo desea,
reservándose esta función para cuando el mismo lo desea. Lo que a él interesa
no es ensuciar su cuna, sólo procura que no se le escape la ganancia colateral
de placer que puede conseguir con la defecación. El contenido del intestino
tiene pare el lactante otro importante significado: lo trata como a una parte de
su propio cuerpo, representa el primer "regalo" por medio del cual el pequeño
puede expresar su obediencia hacia el medio circundante exteriorizándolo, y su
desafío, rehusándolo. A partir de este significado de "regalo", más tarde cobra
el de "hijo", el cual, según las teorías sexuales infantiles se adquiere por la
comida y es dado a luz por el intestino. La retención de heces que al comienzo
se practica deliberadamente para aprovechar su estimulación masturbatoria de
la zona anal o para emplearla en la relación con las personas que cuidan de él.
Podríamos decir que Lautaro se encontraría en la fase sádico-anal. En el
transcurso de la entrevista la mamá nos contó que Lautaro todavía usa
pañales. En el verano probó sacárselos pero nos comentó que "Fue un
desastre". Ella le había comprado varios sleeps y le dijo que iba a "empezar a
usar calzoncillos como Papá" pero dijo que el niño no estuvo muy
entusiasmado desde el principio. Adriana probó ponérselos un día y medio y ni
una sola vez le avisó "ni para pis, ni para caca". Además nos dijo que lloraba y
se ponía rígido y no se quería sentar (en el inodoro). Agregó también que no le
gusta que lo cambien, que no le molesta estar sucio. Ella consideró que así no
tenía que ser, sino que "tenía que ser con voluntad". Después de ese intento
"hubo un retroceso" porque ya no les avisaba ni con los pañales. Adriana nos
comentó que le tomó tres meses "para que se relajara y volviera a avisar".
La mamá de Lauti nos contó que tiene "casi todos los dientes" y que sigue
usando chupete, pero que se lo están sacando de a ratos porque tiene
"mordida de tiburón" y el médico les dijo que no estaba bien.
Fuimos informadas también, que Lautaro se toca los genitales, cuando le sacan
el pañal, "cuando lo cambio y cuando se baña". Además entra al baño y la mira
a ella y le dice "mamá tiene pito" y ella le contesta que papá tiene pito y que
mamá tiene vagina. A veces Lautaro le dice "caca" cuando hace "pis" y ella le
contesta "eso no es caca". Se puede decir que está en juego la pulsión de
investigar, de saber y una hipótesis sería que Adriana es una mamá que deja
experimentar y preguntar a su hijo por la sexualidad, colaborando con el niño
respondiendo a sus preguntas.
Por su parte, Winnicott plantea que el niño necesita de una madre
"suficientemente buena" para la construcción del psiquismo de un modo
saludable. Esta debe cumplir con tres funciones esenciales: sostén,
manipulación y mostración de objetos, también será la responsable de
proveerle la progresiva desilusión al niño cuando este ilusiona que crea el
objeto de satisfacción. Poco a poco la "madre suficientemente buena" deberá
remitirse a sus intereses que fueron abandonados en el estado de
preocupación materna primaria. Gracias al apoyo yoico de la madre el niño se
va a construir como sujeto, que soportará las desilusiones que poco a poco
devendrán en el curso de la experiencia. Podríamos decir que Lautaro tuvo una
experiencia de satisfacción producida por una madre que tubo
comportamientos "suficientemente buenos". Adriana nos contó: "me lo puse
enseguida que me lo trajeron a la pieza en el pecho" y nos comentó que parece
sencillo darle de mamar, pero no lo es, "tenés que tener cuidado que la naricita
no le quede apretada contra el pecho...todo viste". Lautaro pedía cada dos
horas la teta y ella decía: "mimo no era porque lo abrazaba y no para de llorar,
mojado no estaba porque el pañal estaba seco entonces era que tenía
hambre". Desde los seis meses Adriana le comenzó a alternar una mamadera
de noche "para que durmiera mas tranquilo" podríamos decir que el destete fue
progresivo. Por último, comenta que todavía sigue tomando mamadera.
Winnicott plantea una zona intermedia donde se desarrolla los fenómenos
transicionales y el objeto transicional. Estos mismos van a acompañar las
experiencias de satisfacción y de angustia y van a ser la primera adquisición
no-yo. Es decir que no pertenecen ni a una creación del sujeto ni a un objeto
exterior. Por ejemplo la sabanita, un ovillo de lana, chuparse el pulgar, etc.
Respecto a esto la madre de Lautaro nos contó que no tuvo un objeto al cual
se halla apegado ni cuando era bebe ni en la actualidad, "te cambia los
juguetes como si nada". Pero esto no afirma que Lautaro no haya tenido un
objeto transicional.
Tomaremos a las líneas de desarrollo, éstas proporcionan los diferentes logros
en un determinado niño y los fracasos en el desarrollo de su personalidad.
En relación a la línea de desarrollo que va desde la dependencia hasta la
autosuficiencia emocional y las relaciones objetales adultas, se puede decir
que Lautaro al encontrarse en la fase pre-edípica sádico anal predomina una
relación ambivalente del yo que hace depender, dominar y controlar los objetos
amados. En este caso, la madre de Lautaro nos comentó que la maestra de
jardín le dijo que su hijo es “medio mano larga” con los compañeros y un poco
“bravucón”.
A partir de las líneas del desarrollo que plantea Ana Freíd que van hacia la
independencia corporal, según la que va desde la lactancia hasta la
alimentación racional, encontramos a Lautaro en el momento de comer por sí
mismo usando los cubiertos adecuados. Además la madre se opone a factores
como la cantidad de comida. En la mesa existen dificultades entre la madre y el
niño; suele ocurrir que rechace ciertos alimentos como resultante de la recién
adquirida formación reactiva de disgusto. Así, fuimos informadas que Lautaro
dice al sentarse en la mesa “yo solito” pero enseguida se va a jugar y ella lo
tiene que perseguir con el plato de comida.
Según la línea que va de la irresponsabilidad hacia la responsabilidad en el
cuidado corporal, encontramos a Lautaro orientado en el mundo exterior ya que
podríamos decir que controla los deseos peligrosos, comprendería causa y
efecto constituyendo las barreras contra el dolor que lo protegen de los peligros
externos. Por ejemplo, el niño sabe que con el cuchillo se puede cortar, dado
que al jugar con la masa, cortándola con el cuchillo, esgrime “¡auch me corté!”.
Analizando la línea que se dirige desde la incontinencia hacia el control de los
esfínteres ubicamos a Lautaro en la fase dos debido al atravesar la fase
libidinal antes mencionada encuentra placer en la suciedad, en modelar, poseer
y destruir. En este sentido la madre nos comentó que actualmente a Lautaro no
le molesta estar sucio.
EJE COGNITIVO

Piaget sostiene que la inteligencia y el conocimiento se construyen. A


diferencia con otros autores, Piaget considera al niño como un sujeto activo
que interacciona con los objetos y el mundo significando y constituyéndose.
Así, divide el pensamiento en diferentes períodos. En un principio se encuentra
el período sensorio-motor (hasta los dos años) donde se llega a adquirir una
inteligencia práctica, hay éxito en la acción pero no conocimiento. En este nivel
el niño no busca clasificar ni explicar ni comprobar.
En la transición al siguiente período comienza a predominar un aumento de
velocidad, una toma de conciencia y una multiplicación de las distancias.
Llendo en camino hacia la inteligencia signada en un plano reflexivo.
Destacamos que en el sensorio-motor comienzan a surgir diferentes
significantes que permiten la representación, pero no por medio de signos ni
símbolos. Sino, por indicios. Éstos serían una parte, lo visible y no abarcan el
significado en su totalidad. Ya adquirida la función semiótica o simbólica, el
niño entra en el nivel preoperatorio (de dos a siete años) con la característica
principal de evocación representativa, es decir, ya hay representación en
pensamiento. El lenguaje adquirido implica signos y símbolos, ésto hace que se
desligue el pensamiento de la acción. Este período se divide en preconceptual
(de dos a cuatro años) cuyo razonamiento es el transductivo y en intuitivo (de
cuatro a siete años) con su razonamiento intuitivo.
Luego adviene el período operatorio, subdividido en período en las operaciones
concretas (de siete a doce años) y período operatorio formal (a partir de los
doce años). El primero permite operaciones reversibles a nivel
representacional, actuando sobre los objetos concretos, y el segundo ya
pudiendo actuar sobre objetos intangibles.
En el caso de Lautaro lo esperable para su edad es que se encuentre en el
período preoperatorio preconceptual.
Los preconceptos son nociones que el niño liga a los primeros signos verbales
que adquiere mediante el uso. El preconcepto es un concepto aparente. A
diferencia del concepto, el concepto aparente, no es compartido. Esto se podría
leer como causa de su asimilación deformadora que al estar muy centrado en
su propio punto de vista y no poder ponerse en el lugar del otro, asimila la
realidad en función de sus deseos, sus necesidades; implicando un equilibrio
incompleto entre asimilación y acomodación. Entonces, los preconceptos se
encuentran entre la generalidad del concepto y la individualidad de los
elementos del concepto. Entonces ubicamos a Lautaro en el período operatorio
preconceptual.
Debemos agregar en este punto que el niño en varias oportunidades se refirió a
cada una de nosotras como “chicas”, por ejemplo, llegó a decir “¿querés
chicas?” (invitándonos con un poco de plastilina). Estos diálogos no los
habíamos puesto en la observación debido a no haber leído la bibliografía
hasta el momento de la observación y sinceramente se han sumado factores
como ver qué era una pregunta “mal formulada”, cosa que nos llevó a
suprimirla de la observación. Una vez enteradas de la existencia de los
preconceptos se nos hizo necesario incluir los ejemplos en este análisis. El
razonamiento que corresponde a este tipo de pensamiento es el transductivo.
No es deductivo ni inductivo, se trata de analogías inmediatas que van de lo
singular a lo singular. Es una experiencia mental que prolonga las
coordinaciones de los esquemas sensomotores en el plano de las
representaciones.
El niño en este período es pre-lógico (una vez lógico los juicios deben ser
probados) y no admite demostración de los hechos. Esto concuerda con la
antes descripta asimilación deformadora dado que el niño está muy ligado a lo
perceptual y por ende saca una conclusión rápida. Asimila de acuerdo a lo que
quiere y acomoda en cuanto a lo que él dice.
Lautaro no maneja clases generales ni diferencia entre “todos” y “algunos”,
asimila a ejemplares tipo. Como por ejemplo en el momento de hacer el dibujo
pedido dijo: “voy a dibujar a un hombre que se llame chicas”. Aquí no sólo no
diferencia la clase general “chicas” ni diferencia entre todos y algunos.
Notándose la falta de identidad e individualidad permanente de los elementos.
EJE MADURATIVO

Para analizar este eje tomaremos a Gesell quien considera la conducta “una
función de estructura que se desarrolla en forma casi predecible y pautada
como el cuerpo mismo”, osea todo lo observable, lo descriptivo. Diferencia el
campo de la conducta en cuatro áreas:
1) La motriz, poniendo la mirada en la locomoción, en la prensión, en el
conjunto postural.
2) La adaptativa, como la capacidad de percibir elementos significantes y
utilizarlos en situaciones presentes o futuras.
3) Lenguaje, como comunicación, lenguaje articulado, lenguaje de gestos.
4) Personal social, en tanto relación en el entorno familiar y social del niño.
Lo esperable es que a las 16 semanas se adquiera el sostén cefálico dado que
anteriormente los bebes no logran mantener la cabeza sobre sus hombros. En
el caso de Lautaro la madre no pudo precisar el momento en que sostiene la
cabeza. Podríamos decir que se habría producido el sostén cefálico en tiempo
esperado ya que Adriana nos comentó que fue durante los primeros meses y
que Lautaro se sentó con apoyo a los 4 meses y esto es realizable a partir del
sostén cefálico.
Lo que se espera para el desarrollo psicomotor es que se pueda sentar con
apoyo en el comienzo del segundo trimestre y finalizándolo el niño debería
sentarse sin apoyo. La madre de Lautaro nos contó que se sentó sin apoyo,
“perfectamente, no tipo un flan” entre el quinto y el sexto mes. Podemos inferir
a partir de esto que Lautaro cumple correctamente con las adquisiciones en el
tiempo en que Gesell lo describe.
Según este autor el niño se parara con apoyo a las 40 semanas. Lo podrá
hacer con ayuda de su madre o de un adulto como con la de objetos (por
ejemplo los barrotes de la cuna, etc). Esto concuerda con la situación de
Lautaro porque la mamá nos comentó que se paró y caminó de la mano antes
del año (no gateó) y a los 15 meses “se largó solito”. Este es el momento en
que se adquieren los primeros pasos sin ayuda según Gesell.
Respecto a la conducta adaptativa lo esperable es que el niño en las primeras
4 semanas empiece a “tender hacia” con los ojos, todavía no lo puede hacer
con las manos, además el bebe del primer mes cierra la mano ya que es una
actitud natural. A las 16 semanas aflojará la mano y puede llegar a sostener un
sonajero pocos minutos. Un mes después puede tomar objetos después de
verlos y manipularlos tratando de descubrir sus características. La madre de
Lauti nos informó que el niño agarraba “chiches” al mes o a los 2 meses. Se
podría decir que la descripción de su madre sería apresurada respecto al
momento de toma de objetos descripta. Ella estaba dudosa cuando contestaba
sobre esto.
Lo esperable para un niño de 2 años en su conducta motriz es que a la hora
de correr lo haga echándose hacia delante con los brazos hacia fuera y hacia
atrás y que al subir las escaleras lo haga con un mismo pie. Puede flexionar
rodillas y codo. Al levantarse lo hace inclinándose hacia delante impulsando
sus nalgas y su cabeza después.
Al levantar un objeto dobla a medias la cintura y las rodillas mientras antes se
acuclillaba. Logra empujar, correr y tirar con mejor coordinación.
Respecto a su cuerpo el abdomen ya no sobresale y respecto a su dentadura
el niño corta su último diente de leche y va adquiriendo una masticación más
rotatoria y esforzada y con mayor coordinación. Se observa también un
progreso en el control motor fino.
Los músculos de sus ojos y su rostro se tornan más hábiles.
A partir de la observación de Lautaro y la información que nos brindó su madre
podemos inferir que el niño cumple con lo que se establece en la conducta
motriz para un niño de dos años. Por ejemplo, observamos que cuando corría
alrededor de la mesa lo hacía de la manera descripta y además lo hace en
pivote. Al momento de sentarse lo hace siempre flexionando sus piernas con
los talones debajo de la cola o con las piernas a los costados en forma de “W”.
En la entrevista, la madre nos contó que a los 8 meses le empezaron a salir los
dientes y que ahora tiene casi todos. Esto concuerda con lo planteado por
Gesell. También nos comentó que Lauti come lo mismo que ellos, de esto
podríamos decir que tiene una masticación desarrollada, que conlleva a un
menor esfuerzo que en los años anteriores.
Según lo que observamos en Lautaro, y también por lo que dijo su madre,
podemos concluir que presenta algunas características de lo descrito en los
años y medio respecto al eje motriz. Como el hecho de agarrar la masa y tirarla
hacia nosotros cuando la mamá le dice que comparta así como también la
conducta de correr, detenerse, y volver a correr. Fuimos informadas que el niño
actualmente es muy inquieto y activo, y que no se sienta a comer sino que mas
bien quiere jugar, y que es muy rebelde “le decís que no y sigue” dice su
madre. Contó que se sube a todos lados y que quiere saltar de todos lados.
Gesell describe a este niño como “famoso por variar entre los extremos
opuestos”. Destacamos que come solo según su madre formando parte esta
conducta de lo esperable para los dos años y medio.
En relación a la conducta adaptativa Gesell nos plantea que respecto a los
objetos el niño de dos años los va a manipular más libremente con una mano.
Se comienza interesar por colocar una cosa sobre otra, unir y separar, llenar y
vaciar, poner y sacar, palpar, hurgar, golpear, tironear, morder y luchar. Es
esperable que el niño ya pueda tener un control voluntario de esfínteres.
Puede patear la pelota, prefiere juegos de acción, y le gusta saborear incluso
arcilla.
Observamos en Lautaro conductas de manipulación de objetos como lo hace
con la masa, encastrándola en el molde, aplastándola con las dos manos.
Utilizó el palo de amasar con las dos manos pero no lo deslizaba. Cuando la
madre lo corrige poniendo las manos sobre el realizando el movimiento hacia
delante y hacia atrás y luego la madre lo suelta, el niño vuelve a presionar con
el rodillo hacia abajo como lo hacía antes. En el momento que agarra el cuchillo
lo hace con una mano sosteniendo con la otra la masa, pero lo utiliza con la
pancita hacia arriba. La madre lo corrige “con la pancita hacia abajo” y el
obedece. Cuando jugaba a pescar, las primeras veces lo hacía con ayuda de
su madre, luego toma la caña con una mano, el solo, y logra sacar un pez.
Observamos una conducta característica de los dos años cuando Lautaro pasa
el pulgar por toda la ranura de un molde de un animalito. Del control de
esfínteres a partir de la entrevista con su madre concluimos que o lo controla
aún. Dadas estas características inferimos que Lautaro cumple con las
conductas adaptativas esperables en el niño de dos años.
Desde el punto de vista del lenguaje el parloteo queda atrás dando lugar a las
oraciones, aparecen soliloquios reemplazando al balbuceo. Frecuentemente
repite palabras que escucha tanto de mayores como de sus pares. Nombra los
objetos y también adecua las palabras a la acción y viceversa. Observamos
que Lautaro cumple las características cuando repite las palabras que dice su
madre: cuando esta le pregunta “¿Querés el verde?” y el dice “vede”. También
cuando la madre dice “es un dinosaurio” y el repite “dinofaurio”. Vimos la
utilización de oraciones como “mmm...me parece que tengo sueño” o “guardala
que se pone fea” (refiriéndose a la masa). Se observó que Lautaro repetía la
palabra “Ouch” la madre dijo al respecto que seguro la sacó del jardín. Se dio
un acompañamiento de la palabra a la acción y dijo “tiene olor”. Por último
pudimos notar cuando Lautaro nombró a un objeto agarrando un pedazo de
masa y diciendo “un triángulo”. De más está decir que estas conductas se
corresponden con las esperables en un niño de dos años respecto a su
lenguaje.
En la conducta personal social, el niño de dos años no mantiene relaciones
interpersonales sutiles y prolongadas pero le complace presenciar el escenario
humano. En referencia al juego prefiere el juego solitario aunque ya entra en la
etapa precooperativa es decir que prefiere observar a otros antes que
participar. Le gusta jugar a escapar y perseguir, juego con muñecas e imita a la
mujer que lava la ropa.
Comienza a realizar contribuciones propias en la charla con su madre.
Respecto a la vestimenta es difícil vestirlo ya que no coopera, pero a la vez
tiene predilección por ciertas prendas.
En referencia a estas conductas la madre de Lauti nos contó que es un nene
muy simpático y “dado con el que le da bolilla”. Agrega que no es un nene al
que no le guste saludar. Nos comentó que en el jardín es “manolarga”, ella dijo
que es por un juguete. Lautaro llora para entrar al jardín y pide ir con ella.
Adriana nos informó que “todavía no van nenes a jugar con Lauti que no sean
sus primos o familiares a nuestra casa”. Observamos que Lautaro jugaba a la
escondida con su madre y también un diálogo con su madre como por ejemplo
cuando esta le pregunta “¿con que querés jugar?” y el responde “con la masa”.
Inferimos que Lautaro imita a su madre ya que uno de los juegos que vimos fue
el de cocinar con la masa.
Podemos deducir que el niño presenta las características planteadas por Gesell
en el eje personal social de la conducta de un nene de dos años.
JUEGO

A partir del advenimiento de la capacidad de representación el sujeto podrá


enfrentar la angustia por la evocación del objeto. Jugando el niño vivencia,
recrea, y alterna las categorías ausencia-presencia en el logro de la
constitución subjetiva.
Para Freud la vía lúdica es una vía privilegiada de abordaje del inconsciente del
niño. Plantea que el niño cuando juega es como un poeta: crea su propio
mundo es decir inserta las cosas de su mundo en un orden que e agrada,
emplea en el grandes montos de afecto y lo considera algo serio. Lo opuesto al
juego es la realidad efectiva. El niño al jugar apuntala su mundo interno en
cosas palpables.
La capacidad para construir un juego, dice Freud en "Más allá del principio de
placer", coloca al niño en una posición relativamente activa frente a la
pasividad generada por la dependencia.
La repetición en le juego corresponde a la pulsión de apoderamiento que actúa
con independencia del carácter placentero o displacentero de lo recreado y lo
repetido. Por ejemplo en el juego del Fort-Da donde el niño representa la
separación y el regreso de su madre, simboliza la ausencia.
Según Ana Freud en sus "líneas de desarrollo" propone que al principio el
juego es autoerótico, centrado en el propio cuerpo, y luego en el de la madre.
El desarrollo libidinal se va a extender a los juguetes que al principio funcionan
como prolongación del propio cuerpo. Estos juguetes son el principio objetos
transicionales, blandos y suaves, que luego permitirán desarrollar actividades
del yo como abrir, cerrar, encastras, construir y destruir.
Respecto esto la mamá de Lauti nos contó que juega con "cosas de encastre"
con los primitos más chiquitos. Además relató que al principio jugaba con "todo
lo que era sonajero, todo lo que tenía ruido todo chiquito".
Según Winnicott el juego es estructurante de la constitución psíquica. El jugar
se ubica en la órbita de los fenómenos transcicionales, desde la primera
relación con un objeto transicional (primera posesión no-yo) hasta las últimas
etapas de la capacidad del ser humano para la experiencia cultural.
Jugar con otro superpone dos zonas transicionales (la del niño con la madre y
la del niño con el terapeuta), donde se despliega el potencial de creatividad y
en el interjuego con el otro se activa el proceso de simbolización.
Winnicott explica el desarrollo del jugar en etapas que corresponden a los
tiempos de constitución del objeto. Se podría decir que Lautaro se encontraría
en la cuarta etapa (en la primera la madre y el objeto están fusionados, en la
segunda la constitución del objeto transicional donde el niño goza de
omnipotencia de los procesos intrapsíquicos para dominar lo real, en la tercera
es de confrontación y despliegue de agresión entre el deseo de la madre y el
del niño) donde el niño pude disfrutar de dos zonas de juego la propia y la de la
madre. A logrado la capacidad de aceptar o rechazar propuestas y toma
iniciativas. En la observación Lautaro pregunta (dirigiéndose a su mamá)
"¿querés jugar?" y se dirige a la cocina y comienza a contar "uno, dos, tres,
cuatro, cinco, seis...el que no se escondió se goma". También cuando le
propusimos que dibuje y le dimos los marcadores Lautaro dijo "mancha esto"
(mirando a su madre), y ella nos explicó que no tiene marcadores porque se
mancha la ropa. Además cuando nos señaló los juegos dijo "con la masa" y en
otro momento cuando toma el cuchillo con la panza para arriba la madre lo
corrige y le dice "la pancita para abajo", y el niño da vuelta el cuchillo. Así
vemos como este propone juegos a su madre y acepta propuestas y
correcciones de ella. Por ejemplo cuando la madre le propone pescar.
Así queda allanado el camino para jugar juntos en una relación inscribiendo la
alteridad y logrando la construcción del objeto real.
Según Piaget el juego es el reflejo de la experimentación del niño con el
mundo, una transformación activa entre el sujeto y el objeto a través de los
procesos de asimilación y acomodación. Además, plantea un desarrollo
evolutivo en el juego. En la primera etapa es un juego de ejercicio donde es de
puro placer motor. La segunda etapa, que es la esperable en Lautaro, es el
juego simbólico, que caracteriza al período preoperatorio y la instalación de la
función semiótica. Aquel niño asimila la realidad al yo, la transforma. Esta
asimilación es reforzada por el lenguaje simbólico que acompaña al juego,
donde construye significantes adaptables a sus deseos. Aquí no existirán ni
sanciones ni coacciones.
Para Piaget el juego simbólico es un refugio para el yo frente a la constante
demanda de adaptación al mundo de los adultos.
En la entrevista pudimos encontrar este juego. la madre nos contó que Lauti
juego con la masa a "preparar comidas" dijo que a veces "se queda solo con la
masa cocinando". En la observación también pudimos verlo cortando un círculo
en porciones triangulares y podríamos decir que cocinaba una pizza ("la madre
dijo dale una porción a las chicas").
Fuimos informadas que el niño no puede jugar a nada arreglado porque "no te
sigue las reglas" y que "no tiene la atención para escucharte cuando le
explicas". De aquí podríamos inferir que Lautaro no se encuentra en la etapa
de los juegos reglados.
Adriana nos comento que en la escuela la llamaron por "manolarga", ella dice
que es medio "brabucón" y que por ahí se le va la mano por un chiche.
ANÁLISIS DEL DIBUJO

Ante la edad de Lautaro, lo esperable en el dibujo es que pertenezca a la


categoría de garabato. Éste se extiende del año hacia los tres años.
Tomaremos para su análisis a Osterrieth con la descripción de Gratiot y a
Piaget con la de Luquett. Así, ubicamos a Lautaro en dicha categoría. El
garabato es en un primer momento sin intención figurativa, como pura
descarga, por placer. Tiene sus antecedentes en las actividades de maculación
y trituración, se relaciona con el hecho de dejar su propia huella. En este punto
Piaget advierte que el niño es realista de intención, quiere dibujar la realidad
pero no está dotado motrizmente para dibujarla tal cual es. Esta etapa del
garabateo pertenece a un realismo fortuito según Luquett.
El dibujo de Lautaro presenta trazos impulsivos, rectilíneos y con un trazo final
curvo. Los movimientos los efectuaba con continuo vaivén. Aunque hay un
inicio de garabateo circular predomina el rectilíneo. Este trazo circular se puede
observar a trasluz dado que la mamá de Lautaro le había ofrecido hacer un
collage (él cortó la figura de la izquierda y ella la de la derecha) y luego pegó
los recortes sobre parte de los trazos. Él también dibujó sobre lo recortado.
Se podría inferir que Lautaro sabe que algunas cosas pueden representar
otras. Aquí, se nos hace necesario destacar y agregar en la observación que
antes de empezar a dibujar, el niño dijo: “voy a dibujar a un hombre que se
llama chicas”. Dado que en ese momento no teníamos en cuenta que “el niño
era realista de intención”, más, tras el dibujo terminado no correspondía con lo
antes dicho; el comentario no se tomó significativo y lo atribuimos a un
equívoco nuestro y no creímos lo que había dicho. Así, podemos decir que el
garabato, en este caso es nominal. Y a la vez lo dibujado da la pauta de que el
niño tiene cierto control sobre el trazo. Este se debe a la estimulación del medio
y a la maduración a la que va asistiendo el niño. Los desarrollos madurativos
en manos, muñeca y dedos le han permitido dominar puntos de partida y
llegada.
Lautaro se expresó acumulando el dibujo en la parte derecha de la hoja. Según
Gratiot los trazos se van a ir distribuyendo hasta ocupar la superficie entera, y
más adelante aparecerán las formas cerradas destacándose de los garabatos.
Las primeras denominaciones son arbitrarias, es decir, que dan significación al
grafismo pero sin semejanza visual, tal es el caso de Lautaro.
“Una vez que es capaz de anunciar, antes de empezar, lo que va a dibujar y
que esboza los gestos gráficos correspondientes, se podría decir que ha
superado el garabateo”
LENGUAJE

Tomaremos el texto de Janin para el análisis del lenguaje.


“El lenguaje preexiste al individuo, se da en un juego de pasiones”. Es por éste
motivo que es algo a adquirir
El niño no se rige desde un principio por la lógica y normas pre-conscientes (en
el adulto operan ambos sistemas simultáneamente). La constitución del
psiquismo depende de otro, que le otorgue un sentido al llando del bebé. Así, el
niño va siendo erogenizado y constituye un juego autoerótico entre la mamá y
el bebé (repite sonidos que le producen placer). Pero las palabras son sólo
posibilitadas por la identificación con ese otro que lo libidiniza. A su vez, la
madre que no siempre acude, no siempre satisface tiene que poder estar
ausente para que el niño la intente recuperar con la palabra. Este es un primer
intento de diferenciación no-yo.
Piaget también describe al lenguaje como elaborado socialmente. Para él éste
comienza con un balbuceo espontáneo, luego diferencia fonemas por imitación
y volviendo a Janin describe que las primeras palabras son palabras-frases,
osea, que condensan todo un sentido en una palabra, entonces, presuponen
una acción. Luego comienzan las dos palabras con núcleo y predicado,
constituyen esbozos de representación preconsciente. El niño piensa en
acciones, en imágenes motrices pero no son palabras aún.
Podemos inferir que Lautaro se encuentra en este momento de la evolución del
lenguaje, al utilizar frases como “tiene olor” (refiriéndose a la plastilina), “quiero
el pajarito” (refiriéndose a los moldes), “tengo una campera”, “tengo un bolsillo”.
Pudimos observar en el caso de determinadas frases que podrían concordar
con un preconsciente más estructurado, en el caso de “me parece que tengo
sueño”, “guardála que se pone fea” (la masa) y “¡ouch!, me corté”.
A su vez, un factor importante es el símbolo de la negación, del cual se apropia
el niño por identificación y esto posibilita la apertura del vínculo narcisista,
adquiriendo lenguaje como sistema de normas reglados.
“Sólo la desidealización de los padres posibilitan el lenguaje abstracto y el
pensarse a sí mismo; primero hablará de otro y luego de sí.”
CONCLUSIÓN

Podemos concluir que Lautaro con sus dos años y cuatro meses respecto al
eje psicoanalítico, se encuentra en la fase sádico anal. El yo real primitivo ya
está conformado y predomina la angustia de pérdida de objeto. Aquí se divisa
la polaridad activo-pasivo. El objeto es semejante al yo y la elección de objeto
es narcisista.
Respecto al eje cognitivo podemos decir que el niño se encuentra en el nivel
preoperatorio preconceptual, que posee un razonamiento transductivo. El niño
ya adquirió la función simbólica o semiótica, puede evocar objetos ausentes.
En el eje madurativo concluimos que el niño cumple con lo esperable para
Gesell para un niño de dos años. En lo motriz se encuentran conductas, por
ejemplo correr hechándose hacia adelante. En lo adaptativo: puede jugar solo.
En la conducta personal social, por ejemplo siente orgullo por la propiedad;
todavía no se da el control de efínteres en el caso de Lautaro. Aunque también
se encuentran características de lo esperable para los dos años y medio como
el impulso motor (corre se detiene, corre).
AUTOCRÍTICA

Nos sentimos muy bien realizando el trabajo, además de ser una gran
colaboración y facilitación para el estudio de la materia, nos permitió aplicar la
teoría a la realidad, cosa poco peculiar en la facultad.
En lo que se refiere a la entrevista y a la observación nos sentimos muy bien y
cómodas con Lautaro y su familia, aparte de ser bien recibidas su buen trato
nos facilitó el trabajo.
En referencia al armado de trabajo pusimos mucho esmero y dedicación, así
como a cada entrega que hicimos.
Una de las complicaciones que tuvimos fue realizando la observación, al no
conocer la bibliografía obviamos y malinterpretamos algunos episodios que
luego pudimos solucionar al comprender y así realizar las inferencias. Respecto
al grupo tuvimos un inconveniente, dado que un compañero tuvo que
abandonar la cursada por cambios de horarios en su trabajo, haciendo así más
compleja la realización de este trabajo. Igualmente nos sentimos muy cómodas
trabajando nosotras dos.
Bibliografía
Gesell, Ilg, Ames y Rodell: El infante y el niño en la cultura actual. Buenos Aires,
Paidos, 1979.
Calzetta, J.J.: Algunas puntualizaciones sobre los momentos iniciales en la constitución
del aparato psíquico. Facultad de Psicología, UBA, Depto. De Publicaciones.
Freud, S.: Tres ensayos de teoría sexual (1905), 2º ensayo: “La sexualidad infantil”.
Obras Completas. Amorrortu editores, Buenos Aires, 1985.
Winnicott, D.W.: Realidad y juego. Barcelona, Reimpresión Bs. As. Gedisa 1986.
Capítulos 1.
Winnicott, D.W.: La familia y el desarrollo del individuo. Buenos Aires, Hormé, 1980.
Cap. 2: “La relación inicial de una madre con su bebé”.
Freud, S.: Más allá del principio del placer (1920). Capítulos 1 y 2. Obras Completas.
Buenos Aires, Amorrortu, 1985.
Janin, B.: Sobre la constitución del lenguaje. Facultad de Psicología, UBA, Depto. de
publicaciones.
Freud, A: Normalidad y patología en la niñez (1971) Buenos Aires, Paidos, 1993. En
capítulo II, “El concepto de las líneas del desarrollo” (pág. 54.)
Freud, S: El creador literario y el fantaseo (1907). Obras Completas. Buenos Aires
Amorrortu editores, 1985.
Freud, S.: Sobre las transposiciones de la pulsión, en particular del erotismo anal.
(1917) Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu, 1985.
Freud, S.: Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis. (1933) 32ª
conferencia: “Angustia y vida pulsional”. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu,
1985.
Osterrieth, P.A. El dibujo en el niño. En Gratiot-Alphandery et. al.: (op. cit.) Tomo VI.
Cap. 1, parte II; cap. 2, 3 y 4. Edic. Morata. Madrid. 1977.
Schejtman, C.: Los juegos del niño en la actualidad. Depto de publicaciones. Fac. de
Psicología, UBA.
Piaget, J.: Seis estudios de Psicología (0p. cit.) Cap. 2
Piaget, Jean e Inhelder: Psicología del niño (op. cit.) Cap. 3
Piaget, J.: Psicología de la inteligencia (op. cit.) Cap. 5
Piaget, J.: La formación del símbolo en el niño. Buenos Aires, Fondo de Cultura
económica, 1990. Cap. 8.

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