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ESMALTES DE CENIZA

Cuando los alfareros chinos de la dinastía Zhou (X a III a.c.) realizaron las
primeras cocciones de gres, observaron el efecto de la ceniza que caía
sobre las piezas. Sin embargo, fue en Japón donde se investigó a fondo
esta técnica, después de conseguir la tecnología del gres gracias a la
introducción del horno de celdas anagama desde Corea durante el siglo
V.

En el XVI la creciente popularidad de la ceremonia del té según las


enseñanzas de Sen no Rikyu y Kobori Enshu, con su estética zen y la
exigencia de piezas naturales, estimuló la fabricación de cerámica con
esmaltes de ceniza, con superficies impredecibles e irregulares y colores
discretos. Gracias a la infliencia de Bernard Leach, los esmaltes de
ceniza de madera se han convertido en parte del repertorio de los
alfareros contemporáneos de occidente.

Las propidades de las cenizas


La ceniza de madera y otras fibras vegetales es rica en materiales
alcalinos como potasa, cal y magnesia que, con el calor de un horno se
licuan y vitrifican hasta formar una costra brillante. La ceniza puede
usarse en su estado natural o en mezclas de esmaltes, como los
tenmoku o celadón, para actuar como fundente que permita a otros
ingredientes como arcilla u óxidos gotear sobre la superficie de la arcilla.

Esmaltes de cenizas naturales


Los hornos japoneses anagama se alimentan con leña. Conforme la
madera arde, las fuertes corrientes arrastran la ceniza al interior de la
cámara de cocción, donde cae sobre la superficie de las piezas creando
un esmalte natural

Otro método que hemos probado es enrollar a la pieza pinosa, paja o


similares para provocar vetas. También hemos espolvoreado ceniza en
algunas piezas para conseguir manchas de esmaltes llamadas goma
(semillas de sésamo).

Los esmaltes de ceniza provocados


Los esmaltes de ceniza se obtienen lavando y filtrando fibras de plantas
quemadas y mezclándolas después con arcilla o feldespato. Las vasijas
son bañadas en el esmalte y dejadas a secar antes de cocerlas. Es posible
obtener diferentes colores utilizando diferentes clases de ceniza. Por
ejemplo, la ceniza de nogal aporta un acabado blanquecino, mientras
que el roble produce tonalidades azul y verde pálido y suave.

http://entrecantaros.blogspot.com/2015/04/esmaltes-de-
ceniza.html
http://catedraceramica.blogspot.com/2008/02/memoria-sobre-ceniza-
apuntes-de-ctedra.html

MEMORIA SOBRE CENIZA

Foto: gres, vidriado natural de ceniza


quema en anagama
autor: Federico Maggio

ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE EL EMPLEO DE CENIZAS VEGETALES


EN LA PREPARACIÓN DE VIDRIADOS CERÁMICOS
Eduardo Garavaglia

1. Llamamos ceniza vegetal, en adelante ceniza, al


compuesto de color variable, polvoriento y no combustible
que se obtiene al quemar vegetales.
2. Para los ceramistas la ceniza es materia de gran interés
pues por su composición resulta inmejorable en la
formulación de vidriados, a los cuales otorga calidades de
color y textura irreproducibles por materiales
convencionales.

3. Se ha cuestionado el uso de cenizas en la elaboración de


vidriados cerámicos aduciendo (1)lo engorroso de su
obtención (2)la inconstancia de los resultados y que,
(3)iguales efectos se podrían obtener con fritas, minerales
y óxidos que hoy se ofrecen abundantemente en el comercio.
Si (1) y (2) son, en cierto modo, válidos para la
producción a gran escala, no lo son para el ceramista
artista o artesano de producción limitada quien, por el
contrario, verá aumentadas las posibilidades de variación y
tendrá la satisfacción de elaborar él mismo su propia
materia prima. Es más, como veremos luego, la falta de
constancia en los resultados puede ser controlada; (3)
carece de consistencia al ignorar la imposibilidad de
sintetizar en el laboratorio determinados compuestos por
simple adición de sus componentes.
Por otra parte, a lo ya dicho en favor del uso de cenizas,
señalamos al menos dos ventajas adicionales: a) el costo de
los vidriados de ceniza suele ser casi inexistente. b) el
ceramista que vive alejado de los centros de abastecimiento
de materias primas, tiene a su alcance todo lo necesario
para producir sus propios vidriados.

4. Las plantas son reservorios de minerales que extraen del


suelo al que están fijadas y que acumulan durante su vida.
No todas las plantas contienen las mismas sustancias,
tampoco todas las partes de un mismo vegetal y aunque así
fuera, variarían los porcentajes. Es por ello que al
decidir una investigación sobre cenizas se tendrá en
cuenta: a) elegir aquellos vegetales que sean abundantes en
la zona y de los cuales en época de poda resulte fácil
proveerse de ellos suficientemente; b) seleccionar la parte
o las partes del vegetal que se van a transformar en
ceniza, tratándolas por separado, para observar su
comportamiento.

5. Una vez seleccionados y luego de pesarlos, se procede a


quemarlos en un lugar limpio y protegido del viento para
evitar que las cenizas más livianas se dispersen. Por ese
motivo se recomienda quemar pequeñas cantidades por vez
tratando que el residuo carbonoso sea mínimo.
Concluido este paso algunos ceramistas aconsejan lavar la
ceniza, separando los restos de carbón que flotarán en el
agua de lavado. Se obtuvieron buenos resultados y se hace
menos engorroso el proceso a la vez que se aprovecha mejor
el vegetal calcinando la ceniza antes de lavarla. El
lavado, para eliminar los álcalis solubles no es
imprescindible.
Se aconseja hacer pruebas con la misma ceniza lavada y sin
lavar. Calcinada y sin calcinar.

6. La calcinación se lleva a cabo en un horno cerámico


entre 700 y 900ºC, colocando la ceniza en un contenedor
poco profundo de loza bizcochado.

7. A esta altura es posible consignar los siguientes datos


de la ceniza en proceso tomados de la observación directa:
a) consistencia
b) color
c) volumen
d) peso

8. Lavar la ceniza con el objeto de eliminar álcalis


solubles.
El procedimiento seguido es el siguiente: se coloca la
ceniza en un recipiente adecuado, se cubre con agua, se
agita para luego dejarla decantar para eliminar el agua por
medio de un sifón. El proceso se repite tres veces. Un
lavado excesivo no es conveniente. Se recomienda no exponer
la piel al contacto con la ceniza por su posible efecto
cáustico.

9. Tamizado y secado de la ceniza en soleras de loza


bizcochadas (no de yeso). Ya seca se guarda en recipientes
con una etiqueta que indique su procedencia.

10. Observación de las cenizas:


a) El color suele dar algún indicio de la presencia de
óxidos colorantes. Así las grises suelen contener hierro,
las cremas y moradas manganeso, mientras las blancas
contienen poco hierro.
El hierro, en menor o mayor medida, está presente en todos
los vegetales ya que es utilizado por la planta en la
elaboración de clorofila. Por otro lado la presencia de
óxidos colorantes en las cenizas es muy débil (generalmente
del 1 al 2%).
b) La cantidad de ceniza obtenida por kilo de vegetal es
directamente proporcional al contenido de sílice. Más peso
de ceniza por kilo de vegetal indica mayor porcentaje de
sílice.
Con un kilo de vegetales se obtiene aproximadamente 40
gramos (4%) de ceniza rica en sílice y 10,50 gramos (1,50%)
de ceniza calcárea.
c) Si dejamos la ceniza al aire durante dos o tres días
verificaremos que las calcáreas aumentan de volumen debido
a la hidratación de la cal, mientras que las cenizas ricas
en sílice no muestran ninguna variación de volumen.
d) Las plantas con reservas de sílice considerables (en
algunos casos pueden llegar al 70%), suelen dar cenizas
duras debido a la acción de los álcalis sobre la sílice.
11. Las cenizas están constituidas principalmente por
carbonatos, fosfatos, nitratos, cloruros
y óxidos. Los óxidos presentes en la mayoría de a cenizas
son los siguientes:

Na2O SiO2
K2O Al2O3
CaO PO
MgO

12. La proporción de óxidos presentes en una ceniza pueden


variar de acuerdo con:
a) el tipo de vegetal
b) el tipo de suelo
c) la parte del vegetal de donde procede
d) la edad de la planta
e) la época del año en que se corta
Las maderas más duras contienen más sílice. Las más blandas
mayor proporción de fundentes con respecto a la sílice. Los
árboles viejos de madera dura y sobre todo la corteza de
estos árboles son buenas fuentes de sílice.

13. Teóricamente sería posible establecer una clasificación


de las cenizas en: a) básicas, ricas en calcio; b) neutras,
ricas en alúmina; c) ácidas, ricas en sílice.
Las cenizas básicas o calcáreas son las que mayor interés
tienen para el ceramista. La sustancia dominante es el
calcio. Pertenecen a este grupo las cenizas de los árboles
en general.
En el grupo de las ácidas o silíceas encontramos a las
cenizas de gramíneas, juncos, helechos y cañas. Los tallos
y como ya se dijo la corteza de los árboles viejos
contienen sílice. Las cenizas ricas en alúmina no son
comunes. De los frutos en general es posible obtener
cenizas aluminosas.

14. De lo dicho en el apartado anterior, podríamos afirmar,


al menos teóricamente, que una adecuada mezcla de cenizas
de los tipos a, b y c constituirían en la práctica un
vidriado.
15. También se han clasificado (Leach) en blandas,
intermedias y duras. El mismo autor informa sobre la
composición de algunas cenizas.(1)

16. Sea como fuera, todos estos intentos de clasificar las


cenizas, es poco lo que aportan a la hora de la experiencia
concreta.

17. La experiencia indica que hay que ser sumamente cautos


y no apresurarse a sacar conclusiones, las cenizas suelen
ser sorpresivas y poco predecibles.

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