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Home / Técnica cerámica / Principios básicos para entender una receta de esmalte cerámico
26 de julio de 2020
Crear nuestros propios esmaltes puede resultar complejo y en ocasiones incluso frustrante. Sin
embargo, realizar modificaciones sobre recetas básicas, que podemos encontrar en libros o
través de nuestros colegas, es una buena forma de desarrollar acabados distintos, únicos, o
simplemente buscados, sin necesidad de dominar la formulación cerámica.
En este sentido, es importante saber «leer» una receta cerámica. Para ello puede ayudarte esta
completa Guía sobre Recetas de Esmaltes Cerámicos de Linda Bloomfield.
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Hoy en día el mercado ofrece esmaltes comerciales muy estables y de una infinidad de colores y
acabados. Sin embargo, cuando queremos realizar grandes cantidades o un color específico,
comprender las posibilidades de los esmaltes hechos por nosotros mismos, amplía el campo de
acción.
Hay tres componentes básicos que conforman todos los esmaltes y que podrás encontrar en
MATERIAS PRIMAS de nuestra tienda online:
Feldespato. Es la «harina» de los vidriados. De aquí surgen propiamente los esmaltes. Contienen
sodio, potasio, calcio, alúmina y sílice. Hablamos así de feldespato potásico, sódico, de nefelina
sienita, petalita, espodumeno….
Silicatos (Arcilla) Es el «armazón» de los esmaltes. Está presente en forma de cuarzo en polvo o
pedernal. Asimismo los encontramos en arcillas (caolín, arcilla de bolas, barro rojo, bentonita…) y
en el talco.
Fundente. Reduce el punto de fusión de la sílice para que sea posible que se funda tras la cocción.
Utilizaremos distintos fundentes si estamos trabajando en baja o en alta temperatura.
Los esmaltes cerámicos están basado en un sistema porcentual, de tal forma que la suma de
todos los ingredientes de la receta debe de ser siempre 100.
Sin embargo los óxidos colorantes, que los utilizamos para colorear la base (naturales o artificiales)
así como otras adiciones especiales se harán aparte, en relación al porcentaje global, al 100%. No
formarán parte de los 100 gramos de la receta base.
En recetas antiguas veréis que tal vez esta norma no se cumple siempre, pero es bueno tenerlo en
cuenta. Es como el mundo de las recetas de cocina. A menudo son conocimientos adquiridos
desde la experiencia, e incluso transmitidos de generación y en generación, que funcionan sin
seguir una norma clara. Sin embargo, para principiantes es importante mantener un marco
teórico.
Cuando realicemos una receta de esmalte cerámico es importante mezclar primero los elementos
sólidos, a los que añadiremos el agua hasta conseguir una consistencia cremosa, como de yogurt
líquido.
Sin embargo, es aconsejable ir probando. Comenzar con 60 ml, e ir añadiendo agua. En ocasiones,
según los componentes, la mezcla puede necesitar más agua.
Se trata de un esmalte brillante azulado, semi opaco, que se torna azulado cuando la capa de
esmalte es muy fina.
Feldespato Sódico: Se trata de un fundente con alto contenido en sodio, de alta temperatura.
Fortalece y estabiliza los esmaltes.
Frita de Bórax: Es un fundente que se utiliza para esmaltes con acabado brillante. Desarrolla muy
bien los colores mediante la adición de óxidos metálicos y muy en particular los turquesas de
cobre.
Blanco de España: Contiene mucho calcio y se utiliza en esmaltes de alta temperatura para dar
durabilidad y dureza al esmalte.
Caolín: Es una arcilla que contiene alúmina, silicato de aluminio y óxido de deuterio (equivalente al
agua). Sería el «armazon» del esmalte.
Óxido de Titanio: Dará un efecto jaspeado, con pequeñas manchas blancas, que resulta muy
interesante. Es un importante opacificante y crea esmaltes resistentes tanto al choque térmico
como a los agentes químicos.
Carbonato de cobalto: Produce esmaltes de un color azul intenso. Puede dar grises en
combinación con níquel y púrpura con manganeso.
Como veis con el conocimiento de los esmaltes y sus principales componentes se abre un mundo
gigante de posibilidades. A partir de aquí, es necesaria mucha experimentación, ya que sólo el
ensayo y error permitirán descifrar las incógnitas que irán surgiendo en el maravilloso mundo de
la búsqueda del esmalte perfecto.